FACIES
FACIES
FACIES
Facies del síndrome de Claude Bernard Horner (afecta a un lado de la cara y provoca la
caída del parpárpado, la contracción de la pupila y disminución de la transpiración. La
causa es la rotura de las fibras nerviosas que conectan el ojo con el cerebro) esta facie es
producida por parálisis del simpático cervical, se caracteriza por disminución de la
hendidura palpebral (enoftalmo) del lado de la parálisis, congestión de la conjuntiva y
miosis (contracción de la pupila) por predominio de la acción del motor ocular común y
pstosis palpebral (caída del parpado)
Facies de la enfermedad cerebrovascular: rostro inmóvil, con la mejilla del lado paralizado
agitada por los movimientos respiratorios
Facie por parálisis periférica Hay hemiatrofia Facial( atrofia muscular), con pérdida de las
arrugas de la frente, aumento de la hendidura palpebral, epifora(lagrimeo continuo),
desviación del ojo y de la comisura labial hacia arriba. Debe diferenciarse de la facies que
se observa en la parálisis facial central, en ella no hay compromiso de la frente, excepto en
el caso extremo de la lesión bilateral del nervio facial de origen centra
Facies adenoidea. Boca entreabierta, cara alargada, mirada adormecida, pómulos aplanados,
nariz y labio superior muy pequeños y prominencia de la dentadura superior. Es a causa de
hipertrofia de adenoides.
Facies de la insuficiencia aórtica. Color pálido de suave tinte amarillento, con las arterias
temporales y carótidas animadas de amplios latidos y las mejillas con una ligera coloración
rosada intermitente y sincrónica con el pulso.
Facies por cardiopatía congénita. Cianosis, labios color rojo negruzco, conjuntiva ocular
inyectada, epicanto y orejas puntiagudas
Facies rubicunda. La facies rosada y aún rubicunda es habitual en el niño, a causa de su piel
fina con transparencia de la red capilar. También es normal en la emoción y en las personas
expuestas al calor —panaderos, herreros, maquinistas— o a la intemperie —mar, montaña
— por vasodilatación de la red capilar Una causa importante de facies rosada, también por
vasodilatación capilar, son los procesos febriles en general, hay dos importantes: facies
neumónica, algo cianótica y con disnea, coloración rosada cianótica a manera de mancha,
más acentuada en una de las mejillas, correspondiente al lado del pulmón enfermo por
vasodilatación refleja simpática.
La escarlatina produce eritema rosado difuso, con un punteado rojizo, que sólo respeta los
surcos nasogenianos, dando a la cara una facies escarlatinosa. En la poliglobulia se ve un
tinte cianótico, congestión conjuntival e intensa coloración roja difusa de toda la boca,
lengua, paladar y fauces.
Las eritrodermias producen color rojo en toda la piel, en general por causas alérgicas,
físicas, químicas e infecciosas y por la exposición intempestiva al sol, en los primeros días
de playa o campo. El alcoholismo crónico origina una facies rubicunda eritrósica, por
vasodilatación de la red subcapilar; cuando es de larga data, coexiste con pequeñas
telangiectasias en las mejillas, lóbulo de la nariz y de la oreja.
Facies por uremia crónica. Piel amarillenta por reducción actínica de los cromógenos
urinarios retenidos
Facies endocrinas
Facies hipotiroidea. Facies redondeada, piel seca, pálida, mirada triste de porcino y voz
arrastrada.
Facies adissoniana. Color de la piel sepia, a veces casi negro bronceado, que se extiende a
la mucosa bucal y orificios naturales —recto y vagina.
Facies de Cushing. Cara de luna llena —abotagada y con papada—, cuello de toro y
cianosis; la piel delgada, con estrías cutáneas
Facies virilizante. En la mujer hay vello en las patillas, labio superior, mentón, a veces se
puede constituir una barba de varón; se encuentra en tumores corticosuprarrenales y en el
ovario.
Facies cretínica. Hay nariz pequeña, frente aplanada y arrugada, hipertelorismo, ojos
oblicuos, labios gruesos y entreabiertos.
Otras facies
Facies caquéctica. Con palidez y relieves óseos marcados, con cara triste y cansada, con un
tinte pardo-grisáceo. Se ve en desnutrición y en neoplasias
Facies dolorosa. Rasgos desencajados, mirada vaga por hipotonía en caso de dolor
profundo o contractura muscular facial, sudoración, ceño fruncido, expresión de angustia y
midriasis (pupilas dilatadas)
Facies preagónica. Facies descompuesta, inanimada, con mirada inmóvil y velada en los
moribundos.