5 Bis. INDH Reapertura de La Investigación
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5 Bis. INDH Reapertura de La Investigación
VISTOS:
Y TENIENDO PRESENTE:
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menciona que a raíz de todo ello, el adolescente quedó internado en la UTI del
Hospital, con diagnóstico grave, estable y fuera de riesgo vital, para vigilancia
monitorizada y evaluación del progreso de las heridas.
Es del caso mencionar además que dicha querella fue declarada admisible
por el Juzgado de Garantía de Copiapó mediante resolución de 27 de marzo de
2020. En dicho momento, el tribunal a quo ordenó remitir los antecedentes a la
Fiscalía Local de Copiapó, junto con las diligencias investigativas propuestas por
el Instituto, desarrollándose desde entonces una indagatoria desformalizada por
parte del órgano persecutor y sin imputados conocidos.
manera directa ante la Fiscalía. Luego detalla que con fecha 27 de agosto del año
en curso solicitó al Ministerio Público que despache una orden para esclarecer
específicamente los siguientes puntos: (1) el ángulo de disparo y la distancia; (2)
la identidad de los “tiradores” o funcionarios autorizados para el uso de las
carabinas lanza gases; (3) el listado de funcionarios que contando con
autorización para portar este tipo de armamento, se encontraban prestando
funciones el día en que ocurrieron los hechos descritos en la querella; y (4) el
profesional de Carabineros de Chile a cargo del procedimiento el día en que
ocurrieron los hechos.
Asimismo, luego refiere que tal solicitud fue reiterada por el Instituto con
fecha 1 de septiembre de 2020, lo cual llevó a que el ente persecutor finalmente
accediera a lo peticionado, dirigiendo una orden de investigar en dicho sentido a la
DIPOLCAR, mediante oficio de 7 de septiembre de 2020.
la especie la reapertura de la investigación, toda vez que para ello sería necesario
estar ante un caso donde exista un imputado conocido, que haya sido formalizado
y respecto de quien haya existido un plazo de investigación; y (3) que en razón de
los dos puntos anteriores, toda disconformidad o petición del querellante respecto
del desarrollo de diligencias investigativas, debe ser planteado directamente ante
el órgano persecutor y a través de las vías administrativas previstas al efecto.
4°) Para la adecuada resolución del presente asunto, resulta útil analizar los
márgenes de control y actuación de los que dispone la Judicatura de Garantía
respecto de las actuaciones del Ministerio Público.
En este orden de ideas, resulta prístino para esta Corte que en autos existe
un conflicto de relevancia jurídica entre el Ministerio Público y el querellante
Instituto Nacional de Derechos Humanos que nace de la decisión del primero de
no perseverar en el procedimiento y que afecta la pretensión del segundo de
obtener un esclarecimiento de los hechos y una eventual sanción para el o los
responsables del delito que afirma se ha cometido en la presente causa.
Dicho lo anterior, tal conflicto necesariamente debe ser resuelto con estricto
apego de la normativa prevista en el ordenamiento jurídico. No obstante, previo a
revisar la regulación específica de la decisión de no perseverar, conviene advertir
que es una cuestión central que ha inspirado el proceso penal que rige en nuestro
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Sin perjuicio de ello, tal exclusividad no puede llegar a ser entendida como
una ausencia total de control por parte del Juzgado de Garantía, pues ello
importaría una transgresión a su propio deber jurisdiccional orientado a resolver
los conflictos suscitados durante las etapas anteriores al juicio oral y que pudieren
afectar los derechos de los intervinientes. Así, el artículo 14 letra a) del Código
Orgánico de Tribunales es claro en disponer que corresponderá al juez de
garantía “Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el
proceso penal, de acuerdo a la ley procesal penal”.
En este sentido, la labor del juez de garantía, no es sólo velar por el respeto
irrestricto de los derechos del imputado, en términos que la persecución
desarrollada en su contra cumpla con sus garantías judiciales, ni se agota en un
análisis meramente formal de la ley aplicable a un caso; sino que constituye una
cuestión central en su labor la de velar por que todos los intervinientes del proceso
puedan ejercer sus derechos en un marco de razonabilidad y de un juicio justo.
Así, se ha dicho en este ámbito que el rol del juez de garantía radica en ser “…un
articulador de intereses legítimos, a los que debe estar permanentemente
balanceando, a efectos de evitar que sus decisiones se inclinen sólo en pos de
alguno de ellos, dejando en desprotección o sin consideración al otro” (DUCE,
Mauricio; y RIEGO, Cristián. Proceso Penal. Santiago: Editorial Jurídica de Chile,
2007, página 218).
Es por estos motivos que esta Corte estima que corresponde permitir que el
Ministerio Público decida no perseverar en el procedimiento a pesar de estar ante
casos de una investigación desformalizada; pero, al mismo tiempo, ello no se
puede traducir en desatender del todo los intereses de los demás intervinientes;
en este caso, los del querellante, debiendo el tribunal buscar un adecuado balance
que sea consistente con los principios y valores que inspiran el proceso penal,
como manera de conciliar las normas procedimentales con su deber de asegurar
los derechos de todos los intervinientes, según lo dispuesto en el citado artículo 14
letra a) del Código Orgánico de Tribunales.
De esta manera, surge un conflicto que debe ser analizado y resuelto por la
Judicatura de Garantía, debiendo analizarse ahora cuál es el parámetro o
estándar normativo desde el cual éste debe ser tratado.
intereses en juego.
Es por esto que el análisis que debe realizar el tribunal de garantía debe
partir de una clara deferencia hacia las atribuciones legales del órgano persecutor
en cuanto a la dirección de la investigación desarrollada en el caso concreto y al
modo en que éste ha racionalizado los recursos investigativos con que cuenta la
persecución.
Surge así un primer ámbito de control que podría provocar el querellante y
que el tribunal puede ejercer sin afectar el principio de separación de funciones
que inspira el proceso penal y que consiste en verificar si el Ministerio Público ha
desarrollado adecuadamente las diligencias investigativas que el propio órgano ya
ha determinado con anterioridad como necesarias para el esclarecimiento de los
hechos, en uso de sus atribuciones legales. De esta manera, si tales diligencias no
han sido llevadas a cabo o se vieron frustradas en sus objetivos por circunstancias
fácilmente subsanables, no es posible entender que en el caso concreto se
encuentren “Practicadas las diligencias necesarias para la averiguación del hecho
punible y sus autores, cómplices o encubridores”, en los términos que prevé el
artículo 248 del Código Procesal Penal. Desde luego, puede ocurrir que una
determinada diligencia pendiente, aparezca después como inconducente a partir
de los resultados de otra diligencia, cuestión que el tribunal también deberá
ponderar en su resolución.
9°) Analizado el presente caso a la luz de las reflexiones previas, esta Corte
estima que la resolución impugnada en estos antecedentes necesariamente debe
ser revocada. En primer término, pues dicha resolución niega lugar a lo
peticionado por el querellante, por no concurrir en la especie los supuestos
generales de procedencia de la reapertura de la investigación del artículo 257 del
Código Procesal Penal. Sin embargo, ello es consecuencia del hecho que el ente
persecutor comunicó su decisión de no perseverar por fuera del marco legal
establecido en el artículo 248 del citado código, por lo que no resulta razonable
privar al querellante de sus derechos por esa sola circunstancia que no le es
atribuible.
Por otra parte, las diligencias que fundan centralmente la oposición del
querellante, fueron en su momento solicitadas al Ministerio Público y éste accedió
a ellas, mediante el Oficio N° 153037222 dirigido a la DIPOLCAR de 7 de
septiembre de 2020 y que fuera suscrito por el Fiscal Adjunto don Luis Miranda
Flores, que en su texto expresamente refiere lo siguiente:
relación al artículo 180 y siguientes del mismo código, en investigación Rol Único
de Causa N° 2010017167-9, delito OTRAS INFRACCIONES AL CODIGO
JUSTICIA MILITAR, solicito a Ud. practicar las siguientes diligencias:
Por estos motivos y visto además lo dispuesto en los artículos 358 y 370
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letra a) del Código Procesal Penal, SE REVOCA la resolución apelada dictada con
fecha 8 de septiembre pasado, por la Jueza Subrogante del Juzgado de Garantía
de Copiapó, doña Daniela Pérez Vivallo; y SE DECLARA en su lugar que se
accede a lo solicitado por el querellante Instituto Nacional de Derechos Humanos,
en cuanto se ordena al Ministerio Público la reapertura de la investigación para la
práctica de la diligencia referida en el Oficio N° 153037222 de 7 de septiembre de
2020, y sin perjuicio de las nuevas diligencias que dicho órgano pueda disponer
y/o de reiterar hacia futuro su decisión de no perseverar en el procedimiento,
conforme a sus atribuciones legales.
Regístrese y comuníquese.
N° Penal-311-2020.
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Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Copiapó integrada por Ministra Presidenta Aida Osses H., Ministro
Pablo Bernardo Krumm D. y Ministro Antonio Mauricio Ulloa M. . No firma la señora Osses, no obstante haber
concurrido a su vista y acuerdo, por estar ausente con permiso 347 C.O.T. Copiapó, treinta de septiembre de dos mil
veinte.
En Copiapo, a treinta de septiembre de dos mil veinte, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.
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