EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA PRIMITIVA, Oduver-1
EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA PRIMITIVA, Oduver-1
EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA PRIMITIVA, Oduver-1
BARRANQUILLA COLOMBIA
PASTOR ODUVER MIRANDA BENITEZ.1
ESCUELA DOMINICAL:
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO.
En las escuelas que siguen estaremos tratando el tema de la Doctrina del
Espíritu Santo, desarrollaremos los siguientes temas: a) La Doctrina del
Espíritu Santo en la iglesia primitiva, b) La Persona del Espíritu Santo, c) la
obra del Espíritu Santo, d) los dones del Espíritu Santo: los dones vigentes
y los dones que cesaron.
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA PRIMTIVA2.
La iglesia desde sus inicios ha sido una iglesia confesante 3, la expresión de
esa confesión de fe muchas veces quedo registrada en los himnos45 y en
oraciones comunitarias, desde la gran comisión podemos ver que la misión
que es discipular, debe dar como fruto una confesión de fe que es trinitaria
que por lo general se dada en el Bautismo “… bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…” (Mateo 28:19).6
Romanos 10:9, Mateo 10:32, Lucas 12:8, Filipenses 2:11, 1 Juan 2:23, 1 Juan 4:15, Juan 6:69, Juan
11:27, Hechos 8:37, 1 Juan 4:2.
4 himnos cristológicos que podrían considerarse como fórmulas de fe ampliadas, estructuradas
rítmicamente, usadas en las celebraciones litúrgicas y orientadas a que toda la comunidad termine
aclamando a Jesús como el Señor de la creación entera (1Tim 3,16; F1p 2,6-11). Citado en:
Mercaba.org CONFESIÓN DE FE
NDC.
5 Para un estudio más profundo sobre la primitiva devoción a Jesús en las iglesias de primer siglo es
interesante ver el tema de la himnologia, en: El corazón de la fe, Breve explicación del credo,
Salterrae, presencia Teológica, pág. 77 a 80.
6 Puede retenerse, no obstante, como elemento seguro una estrecha relación entre estructura trinitaria
del bautismo (Mt 28,19) y estructura de los símbolos de fe. Estos tienen también una función de
alabanza y de adoración, son doxología confesante; hacia ello apuntan las distintas formulaciones,
desde las más simples hasta las más complejas, densas, elegantes y elaboradas. Tomado de:
Mercaba.org CONFESIÓN DE FE
NDC.
“La iglesia viviente ha sido siempre una iglesia confesante…. Cristo exige a
sus discípulos la necesidad de confesar, diciendo: “ A cualquiera, pues, que
me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
padre que está en los cielos… ( Mateo 10:32).
La iglesia tiene que confesar lo que Dios le demanda que confiese en su
palabra, la cual es suficiente e infalible. Esta palabra es el único
fundamento para la fe y para la manera de vivir del cristiano…”7
En este sentido podemos ver que el nuevo testamento desarrolla tres
fórmulas básicas de confesionalidad, las cristológicas, las que confiesan al
padre y al hijo, y las que confiesan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
examinemos esto en el nuevo testamento y después estudiaremos las
confesiones de fe de los primeros siglos.
LAS CONFESIONES DE FE EN EL NUEVO TESTAMENTO.8
“Esta fe cristiana ofrece, ya a finales del siglo I, un perfil bastante preciso y
delimitado, no solamente como cuerpo doctrinal transmitido, sino también
como conjunto de sumarios más o menos convencionales, diversos en estilo,
frecuencia, trasfondo vital y estructura.
Hay formulaciones que tienen una sola cláusula de carácter
cristológico, otras que ofrecen una estructura bimembre al referirse a
Dios Padre y a su Hijo Jesucristo, y otras que amplían triádicamente su
estructura, al incluir también al Espíritu Santo.9
a) Las fórmulas de carácter cristológico resaltan lo específico de la fe
cristiana en continuidad y discontinuidad con su trasfondo judío,
reconociendo a Jesús de Nazaret como aquel en quien se han cumplido las
expectativas mesiánicas y se ha hecho realidad la salvación de Dios. En su
configuración más sencilla, son homologías, aclamaciones de Jesús bajo tres
designaciones distintas: Señor (lCor 12,3; 16,22; Flp 2,11; Rom
10,9)10, Cristo (He 2,36; Un 2,22), Hijo de Dios (He 8,37; Heb 4,14; Mt 16,16;
Jn 1,29). Estas aclamaciones sencillas se amplifican en formulaciones
centradas en la muerte y resurrección de Cristo; más o menos
estereotipadas, incluyen referencias a la encarnación y a la vida terrena de
Jesús y vienen a decir: Cristo es el crucificado, resucitado por Dios, en favor
12 Sobre este tema es recomendable el Libro de J.N.D. KELLY, Primitivos Credos Cristianos,
salamanca 1980; mas Brevemente, A. BRECKELMANS, “Confesiones de fe en la antigua iglesia” en
Concilium 51 ( 1970; pp. 32.
13 Kelly sostiene que «la verdadera y original finalidad de los credos, su primaria raison d'étre, fue su
15 Lo mejor de los Padres Apostólicos, Compilado por Alfonso Ropero, editorial Clie pag. 101
16 Citado en: “ Si oyeraias su voz…” Exploración cristiana del misterio de Dios, sal Terrae, Josep
Vives, S.J Pág. 195 y 196. Citado también en nota al pie de Lo mejor de los Padres Apostólicos,
Compilado por Alfonso Ropero, editorial Clie pág. 30. 101.
17 Sobre este autor ver, Patrología, Ramon Trevijano, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid-1994.
Por medio de ellas todo cristiano puede defenderse contra los ataques de las
muchas sectas que nos rodean. Pero, )qué es propiamente una secta? Una
secta comienza con una tendencia espiritual que considera una verdad
parcial como absoluta, aislándola del conjunto de la Biblia. Como
consecuencia de esto se enseña, fanática y parcialmente, una verdad
aislada, descuidando las otras verdades bíblicas. Es necesario atenerse a
toda la Biblia y presentar y predicar todo el contenido de la Biblia a los
miembros de las Iglesias y, también, a los que no pertenecen a la Iglesia.
Por esto, insistimos en la enseñanza de los credos y las confesiones de fe.
Contiene todos los dogmas fundamentales por los que la Iglesia Cristiana se
distingue del Judaísmo, del Islam y del paganismo, comenzando con la fe en Dios
el Creador y terminando con la vida eterna. Es trinitario en la clasificación de su
contenido, ya que se confiesa la fe en cada una de las tres Personas de la
Santísima Trinidad. En sus artículos siguientes se resume brevemente la doctrina
acerca de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.
19 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 9-10. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com
20 Se menciona por primera vez en una carta de Ambrosio alrededor del año 390.
El símbolo da énfasis a la humanidad de Cristo porque el gnosticismo de esta
época la negaba. Los gnósticos creían que Jesús parecía tener un cuerpo humano,
pero que no lo era. Creían que Jesús era un dios que parecía ser hombre, pero
tampoco lo era. Puesto que la Biblia establece claramente que Jesús era totalmente
divino y totalmente humano, el símbolo refleja esta enseñanza bíblica. 21
Creo en Jesucristo, Su Unigénito Hijo, nuestro Señor quien fue concebido por el
Espíritu Santo, nacido de la virgen María; sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado,
muerto y sepultado; descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los
muertos; ascendió al cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.
Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
21 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 13. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com
22 En el concilio de Toledo fue aceptada la formula “ Filioque” que el Espiritu Santo procede del Padre
y del Hijo.
23 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 14. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho.
Que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según
las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe en una misma adoración y gloria, y que habló
por los profetas.
Aunque lleva su nombre, este Símbolo no fue compuesto por el mismo Atanasio.
Pero dado que sus ideas teológicas, bien fundadas en las Escrituras, fueron
incorporadas en este Símbolo y, dado que Atanasio era el gran e incansable
defensor de la ortodoxia en la lucha contra los Arrianos, es por esto que a esta
confesión se le ha dado su nombre.
El credo origina en la Iglesia Occidental, probablemente en el Norte de África o en la
Galia y muestra los primeros vestigios de pensamiento teológico de Agustín. El
contenido es un compendio extraordinariamente exacto de las conclusiones de los
primeros cuatro concilios ecuménicos (325-451) en palabras de Agustín. Las
doctrinas de la Trinidad y la encarnación son tratadas de manera especial. 24
Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal. El que no
guardare ésta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente. Y la Fe Universal
es ésta: que adoramos a un solo Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad, sin
confundir las Personas, ni dividir la Sustancia. Porque es una la Persona del Padre,
otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; más la Divinidad del Padre, del Hijo y
del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el
Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo,
increado el Espíritu Santo. Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo,
incomprensible el Espíritu Santo. Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el
Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como
también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un
solo incomprensible. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo
es Dios. Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. Así también, Señor es
el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres
Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a
reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión
Cristiana nos prohibe decir que hay tres Dioses o tres Señores. El Padre por nadie
es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado,
sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni
engendrado, sino procedente. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres
Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es
primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son
coeternas juntamente y coiguales. De manera que en todo, como queda dicho, se
ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad. Por tanto, el que
quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para la
salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro
Señor Jesucristo. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que
nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre; Dios, de la Sustancia del
Padre, engrendado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de su
Madre, nacido en el mundo; perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de alma
racional y de carne Humana; igual al Padre, según su Divinidad; inferior al Padre,
según su Humanidad. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos,
sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la
asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Sustancia,
sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional y la carne es un solo
hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación,
descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos. Subió a los
cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de
venir a juzgar a vivos y muertos. A cuya venida todos los hombres resucitarán con
24 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 14. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
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sus cuerpos y darán cuenta de sus propias obras. Y los que hubieren obrado bien
irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno. Esta es la Fe
Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse. AMEN 25
A modo de conclusión podemos decir que tenemos que tener en cuenta la historia
del dogma pues por el mismo testimonio del Espíritu Santo entendemos que este
mora en el corazón de los creyentes y enviado por el Padre y el Hijo a su iglesia
para que acompañe el peregrinaje de la misma en todos los tiempos, de tal forma
que es importante para la iglesia tener en cuenta en todos los estadios a los
maestros que el Santo Espíritu ha levantado para defender la fe bíblica.
Es por ello que no podemos ignorar el discernimiento que el Espíritu Santo dio a
nuestros antepasados para aclarar temas difíciles, entendiendo que la revelación
está completa, pero comprendiendo también que la comprensión de dicha
revelación puede ir creciendo con la ayuda del Espíritu Santo.
Es por ello que es esencial que la iglesia retome una memoria histórica que le
permita no cometer los mismos errores que en el pasado se cometieron y desde
esa historia mirar los retos del futuro.
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