EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA PRIMITIVA, Oduver-1

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IGLESIA BAUTISTA REFORMADA SALVACION Y VIDA ETERNA

BARRANQUILLA COLOMBIA
PASTOR ODUVER MIRANDA BENITEZ.1
ESCUELA DOMINICAL:
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO.
En las escuelas que siguen estaremos tratando el tema de la Doctrina del
Espíritu Santo, desarrollaremos los siguientes temas: a) La Doctrina del
Espíritu Santo en la iglesia primitiva, b) La Persona del Espíritu Santo, c) la
obra del Espíritu Santo, d) los dones del Espíritu Santo: los dones vigentes
y los dones que cesaron.
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA PRIMTIVA2.
La iglesia desde sus inicios ha sido una iglesia confesante 3, la expresión de
esa confesión de fe muchas veces quedo registrada en los himnos45 y en
oraciones comunitarias, desde la gran comisión podemos ver que la misión
que es discipular, debe dar como fruto una confesión de fe que es trinitaria
que por lo general se dada en el Bautismo “… bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…” (Mateo 28:19).6

1 Pastor de la Iglesia Bautista Reformada Salvación y vida eterna de Barranquilla, Licenciado en


Teología del Seminario Ministerial de Miami, Minst, cursando Programa de Maestría, Profesor del
Minst y Adjunto del Seminario Teológico Latinoamericano (Strl), abogado de la Universidad Libre de
Barranquilla, con especialización el Responsabilidad Civil y Seguros de la Universidad del Norte,
Barranquilla, casado con Danys Helena Cantillo Pernett, matrimonio del cual tenemos un Hijo,
Santiago Miranda Cantillo. Radicado en la ciudad de Barranquilla, Correo Electrónico:
oduverm@gmail.com, cel: 3003533300.
2
Sobre la Pneumatologia del Judeo- Cristianismo del siglo I, ver: Cesar Vidal, Los primeros cristianos,
Editorial Planeta Testimonio, pág. 259 a 271.
3 Lista de algunos textos donde se dan confesiones o fórmulas de creo o creemos, o confesamos:

Romanos 10:9, Mateo 10:32, Lucas 12:8, Filipenses 2:11, 1 Juan 2:23, 1 Juan 4:15, Juan 6:69, Juan
11:27, Hechos 8:37, 1 Juan 4:2.
4 himnos cristológicos que podrían considerarse como fórmulas de fe ampliadas, estructuradas

rítmicamente, usadas en las celebraciones litúrgicas y orientadas a que toda la comunidad termine
aclamando a Jesús como el Señor de la creación entera (1Tim 3,16; F1p 2,6-11). Citado en:
Mercaba.org CONFESIÓN DE FE
NDC.
5 Para un estudio más profundo sobre la primitiva devoción a Jesús en las iglesias de primer siglo es
interesante ver el tema de la himnologia, en: El corazón de la fe, Breve explicación del credo,
Salterrae, presencia Teológica, pág. 77 a 80.
6 Puede retenerse, no obstante, como elemento seguro una estrecha relación entre estructura trinitaria

del bautismo (Mt 28,19) y estructura de los símbolos de fe. Estos tienen también una función de
alabanza y de adoración, son doxología confesante; hacia ello apuntan las distintas formulaciones,
desde las más simples hasta las más complejas, densas, elegantes y elaboradas. Tomado de:
Mercaba.org CONFESIÓN DE FE
NDC.
“La iglesia viviente ha sido siempre una iglesia confesante…. Cristo exige a
sus discípulos la necesidad de confesar, diciendo: “ A cualquiera, pues, que
me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
padre que está en los cielos… ( Mateo 10:32).
La iglesia tiene que confesar lo que Dios le demanda que confiese en su
palabra, la cual es suficiente e infalible. Esta palabra es el único
fundamento para la fe y para la manera de vivir del cristiano…”7
En este sentido podemos ver que el nuevo testamento desarrolla tres
fórmulas básicas de confesionalidad, las cristológicas, las que confiesan al
padre y al hijo, y las que confiesan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
examinemos esto en el nuevo testamento y después estudiaremos las
confesiones de fe de los primeros siglos.
LAS CONFESIONES DE FE EN EL NUEVO TESTAMENTO.8
“Esta fe cristiana ofrece, ya a finales del siglo I, un perfil bastante preciso y
delimitado, no solamente como cuerpo doctrinal transmitido, sino también
como conjunto de sumarios más o menos convencionales, diversos en estilo,
frecuencia, trasfondo vital y estructura.
Hay formulaciones que tienen una sola cláusula de carácter
cristológico, otras que ofrecen una estructura bimembre al referirse a
Dios Padre y a su Hijo Jesucristo, y otras que amplían triádicamente su
estructura, al incluir también al Espíritu Santo.9
a) Las fórmulas de carácter cristológico resaltan lo específico de la fe
cristiana en continuidad y discontinuidad con su trasfondo judío,
reconociendo a Jesús de Nazaret como aquel en quien se han cumplido las
expectativas mesiánicas y se ha hecho realidad la salvación de Dios. En su
configuración más sencilla, son homologías, aclamaciones de Jesús bajo tres
designaciones distintas: Señor (lCor 12,3; 16,22; Flp 2,11; Rom
10,9)10, Cristo (He 2,36; Un 2,22), Hijo de Dios (He 8,37; Heb 4,14; Mt 16,16;
Jn 1,29). Estas aclamaciones sencillas se amplifican en formulaciones
centradas en la muerte y resurrección de Cristo; más o menos
estereotipadas, incluyen referencias a la encarnación y a la vida terrena de
Jesús y vienen a decir: Cristo es el crucificado, resucitado por Dios, en favor

7 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 9.


8 Para un estudio más profundo de las confesiones de fe y de las formulas homologueo,
exclamaciones, confesiones de la muerte y resurrección, ver Historia de la Literatura Cristiana
Primitiva, Vielhauer Philip, ediciones sígueme, pág. 21 a 35. PDF digital.
9 Sobre las formulas bimembres y trimembres, ver El corazón del la fe, Breve explicación del credo,

Salterrae, presencia Teologica, pág. 80 a 82.


10 Ver el comentario de este texto que hace, Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, Vielhauer

Philip, ediciones sígueme, pág. 21, PDF digital.


nuestro y para nuestra salvación (Rom 1,3s.; 4,24s.; 8,11; 10,9; lCor 6,14;
15,3-5.14s.; 2Cor 4,13s.; Col 2,12; lTes 1,10; Gál 1,1; 4,4). Es lo mismo que
dicen algunos himnos cristológicos que podrían considerarse como fórmulas
de fe ampliadas, estructuradas rítmicamente, usadas en las celebraciones
litúrgicas y orientadas a que toda la comunidad termine aclamando a Jesús
como el Señor de la creación entera (1Tim 3,16; F1p 2,6-11).
b) Las fórmulas de estructura bimembre se refieren simultáneamente a
Dios Padre y a su Hijo Jesucristo. La fe de Israel en un solo Dios era una fe
monoteísta que también los cristianos compartían. Ahora bien, estos debían
dar cuenta igualmente del acontecimiento Cristo, de modo que su fe en Dios
aparecerá unida siempre a Jesús y, por ello, creerán en el único Dios como
aquel que ha resucitado de entre los muertos al Señor Jesús. Ambos, Dios
Padre y su Hijo Jesucristo, aparecen simultáneamente mencionados (1Cor
8,6; 1Tim 2,5s; 6,13s; 2Tim 4,1). Para los cristianos no hay más que un solo
Dios, el Padre, de quien todo procede, y un solo Señor, Jesucristo, por quien
son todas las cosas. No hay más dioses ni señores que merezcan
reconocimiento y obediencia, ni que puedan aportar la salvación. La
referencia al único Dios era obvia para quien procedía del judaísmo (cf Jos
24; Dt 6,4), aunque quizá no tanto para el perteneciente al ámbito del mundo
gentil o pagano.
Al hablar de Dios como el Padre no solamente se recoge una tradición
veterotestamentaria sobre Yavé como Padre de Israel, sino también el eco de
la invocación de Dios como Abba por parte de Jesús; se trata del Padre de
Jesucristo. Y su Hijo es el único Señor, que ha tenido también su papel en la
creación de todas las cosas, en referencia clara a la mediación creadora y a
la preexistencia de Cristo. Se trata, pues, de una unidad inescindible e
irrenunciable entre el reconocimiento confesante de Dios y el de Jesucristo
(cf 1Cor 8,6); en esta confesión se expresa la continuidad de la fe cristiana
con la del Antiguo Testamento (monoteísmo) y, al mismo tiempo, lo distintivo
cristiano frente a ella (pertenencia de Jesucristo, el Hijo de Dios, a la
realidad divina del Dios único).
c) Finalmente, también se dan en el Nuevo Testamento fórmulas
triádicas, donde junto al Padre y al Hijo es mencionado el Espíritu (1Cor
6,11; 12,4s; 2Cor 1,21s; 1Tes 5,18s; Gál 3,11-14; 2Cor 13,14; Mt 28,19).
Pero las explícitas son muy escasas y no pueden considerarse, sin más,
aclamaciones homológicas o confesiones de fe; más bien son fórmulas de
saludo o bendición litúrgica (2Cor 13,14) o simplemente la fórmula bautismal
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt 28,19). Su
escasez no significa que la fe trinitaria se halle ausente del Nuevo
Testamento o que no tenga fundamentación alguna en sus textos. Si es
cierto que las formulaciones de la teología trinitaria posterior son, en gran
parte, elaboración de la reflexión creyente, también lo es que la revelación
salvífica de Dios Padre en Jesucristo y en el Espíritu tiene una estructura
trinitaria. Este contenido cristológico-trinitario es el que reflejan, incluso en
su misma estructura, todos los símbolos de fe posteriores, desde los
comienzos hasta nuestros días.”11
Así vemos claramente como la Iglesias del Nuevo testamento tenía ya
fórmulas de estructuras que constituían resúmenes de la doctrina cristiana
que fue la base de las posteriores formulaciones de los credos.
Ya en el mismo nuevo testamento tenemos indicio que estas fórmulas se
usaban como formulas confirmatorias bautismales12, como lo vemos en
Hechos 8:37, y Mateo 28:19. 13
Un indicio de esto lo vemos también en la Didaje14, donde podemos leer: “
Con respecto al bautismo, bautizareis de esta manera. Habiendo primero

11 Tomado de: Mercaba.org CONFESIÓN DE FE NDC.

12 Sobre este tema es recomendable el Libro de J.N.D. KELLY, Primitivos Credos Cristianos,
salamanca 1980; mas Brevemente, A. BRECKELMANS, “Confesiones de fe en la antigua iglesia” en
Concilium 51 ( 1970; pp. 32.
13 Kelly sostiene que «la verdadera y original finalidad de los credos, su primaria raison d'étre, fue su

papel de afirmaciones solemnes de fe en el contexto de la iniciación bautismal»7. A este respecto es


usual distinguir entre credos declaratorios y credos en forma de pregunta-respuesta. Los credos
declaratorios, o recitación (pública, solemne) en primera persona de fórmulas fijas, no pueden datarse
antes del siglo IV, al menos no hay ningún testimonio explícito a su favor. Explicar este silencio
recurriendo a la disciplina del arcano (el símbolo se transmitía oralmente, se aprendía de memoria y
solamente era conocido por los iniciados en la fe), no parece convincente, pues nada indica que tal
disciplina, de la que hay testimonios en el siglo IV (PG 33, 852ss; PL 14, 335; CCL 20, 2), tuviera
también vigencia en los siglos anteriores, en los que se citan las reglas de fe, se describe la
constitución de la Iglesia y se expone públicamente la celebración litúrgica (Ireneo, Hipólito, Justino).
De ahí que investigadores recientes8 hagan de este argumento e silentio —de falta de pruebas
escritas— motivo suficiente para no hablar de credos declaratorios antes del siglo IV. ¿Se dieron,
entonces, desde los comienzos las fórmulas interrogatorias, acompañadas de las respuestas
respectivas y relacionadas con la celebración litúrgica del bautismo? Kelly ha hecho un esfuerzo
detallado y encomiable por descubrir sus huellas y sus antecedentes en los siglos anteriores
(Tertuliano, Justino, Hipólito), incluso en los mismos textos del Nuevo Testamento (He 8,36-38;
16,14s.; lPe 3,21; 1Tim 6,12; Heb 4,14). Pero también en este punto otros autores se muestran menos
optimistas en la valoración de sus resultados, reteniendo como no demostrado irrefutablemente el uso
del credo en la liturgia bautismal de los dos primeros siglos y considerando algunas reconstrucciones
de fórmulas interrogatorias hechas por Kelly (por ejemplo a propósito de Ireneo y Justino) como
una combinación hipotética9. Puede retenerse, no obstante, como elemento seguro una estrecha
relación entre estructura trinitaria del bautismo (Mt 28,19) y estructura de los símbolos de fe. Estos
tienen también una función de alabanza y de adoración, son doxología confesante; hacia ello apuntan
las distintas formulaciones, desde las más simples hasta las más complejas, densas, elegantes y
elaboradas. Tomado de: Mercaba.org CONFESIÓN DE FE.
14La fecha de composición va alrededor del año 70 a los 96-98, siempre anterior al siglo II. Lo mejor
de los Padres Apostólicos, Compilado por Alfonso Ropero, editorial Clie pag. 30.
repetido todas estas cosas, os bautizareis en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo en agua viva (corriente) ” Didaje 7.1. 15
También tenemos la afirmación de Justino Mártir: “Estando dentro del agua,
se pronuncia sobre el que ha querido regenerarse, arrepintiéndose de sus
pecados, el nombre de Dios, Padre y señor del Universo… y el nombre de
Jesucristo, crucificado bajo poncio Pilato, y el nombre del Espíritu Santo, que
nos anunció por los profetas lo que se refiere a Jesús ( I APol. 61:10-13.) 16
Con lo que vemos la similitud del rito con lo afirmado en el credo apostólico.
Hipólito, ( siglo III)17 en su tradición Apostólica, nos da un relato más
completo de la ceremonia bautismal “ Cuando el que es bautizado haya
bajado al agua, quien le bautiza, imponiendo la mano, le dirá: “ ¿ Crees en
Dios, Padre omnipotente?. Y el que se bautiza dirá: “Creo”. Seguidamente, el
que bautiza, con la mano sobre él, le sumergirá una vez. Y después dirá: “
¿Crees en Cristo Jesús, Hijo de Dios, que ha nacido por el Espíritu Santo de
la Virgen María, ha sido crucificado bajo poncio Pilato, ha muerto, ha
resucitado al tercer día, ha subido a los cielos y está sentado a la derecha
del Padre y volverá a Juzgar a vivos y muertos? Y cuando haya contestado
“Lo creo”, será sumergido una segunda vez. Y volverá a decir: “ Crees en el
Espíritu Santo en la Santa iglesia? Y dirá una vez más: Creo, y será
sumergido una tercera vez ( Cap 21). 18
Así vemos como el Espíritu Santo entro en las confesiones de fe bautismales,
así pasamos al tema de los símbolos o credos primitivos.
CREO EN EL ESPIRITU SANTO, EL ESPIRITU SANTO EN LOS CREDOS
DE LA IGLESIA.
En su lucha contra los enemigos de afuera y contra los que enseñan
doctrinas erróneas desde dentro, la Iglesia ha sido obligada a pronunciarse
lo que cree y confiesa en virtud del contenido de la Santa Escritura.
Basándose en esta Palabra la Iglesia, desde sus primeros días, ha
formulado expresiones de esta fe en lo que hoy llamamos confesiones de fe.
También se pueden llamar “credos”, por la palabra latin “credo” que
significa, “yo creo”, o, similarmente, “símbolos”. Debido a la base bíblica
que tienen las confesiones antiguas, sirvieron a la Iglesia antigua como una
importante herramienta para enfrentar muchas enseñanzas falsas, y

15 Lo mejor de los Padres Apostólicos, Compilado por Alfonso Ropero, editorial Clie pag. 101
16 Citado en: “ Si oyeraias su voz…” Exploración cristiana del misterio de Dios, sal Terrae, Josep
Vives, S.J Pág. 195 y 196. Citado también en nota al pie de Lo mejor de los Padres Apostólicos,
Compilado por Alfonso Ropero, editorial Clie pág. 30. 101.
17 Sobre este autor ver, Patrología, Ramon Trevijano, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid-1994.

Pag. 135 a 150.


18 Citado en: “ Si oyerais su voz…” Exploración cristiana del misterio de Dios, sal Terrae, Josep Vives,

S.J Pag. 196.


permitieron a la Iglesia expresar de manera concisa y unida los elementos
básicos de su fe.

Las confesiones de fe de la Iglesia tienen más importancia hoy que nunca.


Mientras hay mucha diversidad de concilios, denominaciones, movimientos
e iglesias en general, hay una sola autoridad, que es la Biblia. Las
confesiones de fe antiguas contienen declaraciones esenciales de la Biblia, y
proveen una base unida para los cristianos de toda la diversidad cristiana.

Por medio de ellas todo cristiano puede defenderse contra los ataques de las
muchas sectas que nos rodean. Pero, )qué es propiamente una secta? Una
secta comienza con una tendencia espiritual que considera una verdad
parcial como absoluta, aislándola del conjunto de la Biblia. Como
consecuencia de esto se enseña, fanática y parcialmente, una verdad
aislada, descuidando las otras verdades bíblicas. Es necesario atenerse a
toda la Biblia y presentar y predicar todo el contenido de la Biblia a los
miembros de las Iglesias y, también, a los que no pertenecen a la Iglesia.
Por esto, insistimos en la enseñanza de los credos y las confesiones de fe.

Resumiendo podemos expresar la utilidad y función de las confesiones de fe


así:

1. - En los símbolos se declara brevemente la doctrina de toda la Escritura


Santa, el Antiguo y Nuevo Testamento, sin añadir elementos extra-bíblicos.

2. - Son rechazados los errores y las parcialidades sectarias, lo que es


muy importante, porque en la Iglesia el error no debe tener cabida.

3. - Se fija una regla para la unidad en la fe con todos los que, en la


doctrina y en la manera de vivir, desean seguir con la sencillez de la
Palabra de Dios, aceptando sólo y enteramente esta Palabra.19

EL CREDO DE LOS APÓSTOLES O SIMBOLO APOSTOLICO.20

Contiene todos los dogmas fundamentales por los que la Iglesia Cristiana se
distingue del Judaísmo, del Islam y del paganismo, comenzando con la fe en Dios
el Creador y terminando con la vida eterna. Es trinitario en la clasificación de su
contenido, ya que se confiesa la fe en cada una de las tres Personas de la
Santísima Trinidad. En sus artículos siguientes se resume brevemente la doctrina
acerca de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

19 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 9-10. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com

20 Se menciona por primera vez en una carta de Ambrosio alrededor del año 390.
El símbolo da énfasis a la humanidad de Cristo porque el gnosticismo de esta
época la negaba. Los gnósticos creían que Jesús parecía tener un cuerpo humano,
pero que no lo era. Creían que Jesús era un dios que parecía ser hombre, pero
tampoco lo era. Puesto que la Biblia establece claramente que Jesús era totalmente
divino y totalmente humano, el símbolo refleja esta enseñanza bíblica. 21

Creo en Dios Padre, Todopoderoso Creador del Cielo y la Tierra.

Creo en Jesucristo, Su Unigénito Hijo, nuestro Señor quien fue concebido por el
Espíritu Santo, nacido de la virgen María; sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado,
muerto y sepultado; descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los
muertos; ascendió al cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.
Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el


perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna. AMEN

EL CREDO NICENO- CONSTANTINOPOLITANO ( 325 NICEA- 381


CONSTANTINOPLA)22

Esta confesión es el resultado de la lucha contra la herejía de Arrio, quien


enseñaba que Cristo no era el Hijo eterno de Dios, sino que era la primera creación
de Dios y, como tal, tenía un comienzo en el tiempo y estaba sujeto a
modificaciones. Esta herejía amenazaba dividir la Iglesia. Para evitar esta posible
división el Emperador Constantino convocó el Concilio de Nicea en el año 325. En
este concilio la doctrina de Arrió fue rechazada y fue fijada la consustancialidad de
Cristo con el Padre. Consustancialidad quiere decir que Dios Padre y Dios Hijo
comparten la misma sustancia divina, o sea, que Cristo es el mismo Dios y no es
una creación de Dios. Aunque son dos personas distintas, comparten la misma
deidad.

Sin embargo no se contestaron todas las preguntas en cuanto a la naturaleza de


Jesucristo, y mucho menos las de la naturaleza del Espíritu Santo. Por esto fue
convocado otro concilio en el año 381, el de Constantinopla. Como se ve en el
Símbolo siguiente la doctrina de la Trinidad llega a un nuevo nivel de definición y
claridad. Se expresa la consustancialidad no solo del Padre e Hijo, sino de los tres,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las Iglesias Cristianas aceptaron esta confesión en la
forma definitiva del año 381.23

Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador de Cielo y Tierra, de todo lo


visible e invisible.

21 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 13. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com
22 En el concilio de Toledo fue aceptada la formula “ Filioque” que el Espiritu Santo procede del Padre

y del Hijo.
23 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 14. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho.
Que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según
las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe en una misma adoración y gloria, y que habló
por los profetas.

Creemos en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica. Reconocemos un


solo bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los
muertos y la vida del mundo futuro. AMEN

EL CREDO DE CALCEDONIA ( 451)

Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento,


enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad;
verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; cosustancial
(coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y cosustancial con nosotros de
acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado;
engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en
estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen
María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito,
para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles,
inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la
unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en
una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el
mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas
desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo
mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado.
AMEN.

EL CREDO DE SAN ATANASIO


( ¿500?, Atanasio murió en el 373)

Aunque lleva su nombre, este Símbolo no fue compuesto por el mismo Atanasio.
Pero dado que sus ideas teológicas, bien fundadas en las Escrituras, fueron
incorporadas en este Símbolo y, dado que Atanasio era el gran e incansable
defensor de la ortodoxia en la lucha contra los Arrianos, es por esto que a esta
confesión se le ha dado su nombre.
El credo origina en la Iglesia Occidental, probablemente en el Norte de África o en la
Galia y muestra los primeros vestigios de pensamiento teológico de Agustín. El
contenido es un compendio extraordinariamente exacto de las conclusiones de los
primeros cuatro concilios ecuménicos (325-451) en palabras de Agustín. Las
doctrinas de la Trinidad y la encarnación son tratadas de manera especial. 24

Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal. El que no
guardare ésta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente. Y la Fe Universal
es ésta: que adoramos a un solo Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad, sin
confundir las Personas, ni dividir la Sustancia. Porque es una la Persona del Padre,
otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; más la Divinidad del Padre, del Hijo y
del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el
Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo,
increado el Espíritu Santo. Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo,
incomprensible el Espíritu Santo. Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el
Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como
también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un
solo incomprensible. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo
es Dios. Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. Así también, Señor es
el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres
Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a
reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión
Cristiana nos prohibe decir que hay tres Dioses o tres Señores. El Padre por nadie
es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado,
sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni
engendrado, sino procedente. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres
Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es
primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son
coeternas juntamente y coiguales. De manera que en todo, como queda dicho, se
ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad. Por tanto, el que
quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para la
salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro
Señor Jesucristo. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que
nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre; Dios, de la Sustancia del
Padre, engrendado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de su
Madre, nacido en el mundo; perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de alma
racional y de carne Humana; igual al Padre, según su Divinidad; inferior al Padre,
según su Humanidad. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos,
sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la
asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Sustancia,
sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional y la carne es un solo
hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación,
descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos. Subió a los
cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de
venir a juzgar a vivos y muertos. A cuya venida todos los hombres resucitarán con

24 Confesiones de fe de la Iglesia, Editorial Clie, Pag. 14. Ver también: Introducción a las
Confesiones de fe la Iglesia Reformada, Instituto Bíblico Reformado Redactado por Esteban De
Vries, www.iglesiareformada.com
sus cuerpos y darán cuenta de sus propias obras. Y los que hubieren obrado bien
irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno. Esta es la Fe
Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse. AMEN 25

A modo de conclusión podemos decir que tenemos que tener en cuenta la historia
del dogma pues por el mismo testimonio del Espíritu Santo entendemos que este
mora en el corazón de los creyentes y enviado por el Padre y el Hijo a su iglesia
para que acompañe el peregrinaje de la misma en todos los tiempos, de tal forma
que es importante para la iglesia tener en cuenta en todos los estadios a los
maestros que el Santo Espíritu ha levantado para defender la fe bíblica.
Es por ello que no podemos ignorar el discernimiento que el Espíritu Santo dio a
nuestros antepasados para aclarar temas difíciles, entendiendo que la revelación
está completa, pero comprendiendo también que la comprensión de dicha
revelación puede ir creciendo con la ayuda del Espíritu Santo.

Es por ello que es esencial que la iglesia retome una memoria histórica que le
permita no cometer los mismos errores que en el pasado se cometieron y desde
esa historia mirar los retos del futuro.

25 www.iglesiareformada.com

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