DESHIDRATACIÓN

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DESHIDRATACIÓN 

Y DESECADO EN LA 
CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS

Los alimentos deshidratados y/o desecados son aquellos alimentos frescos a


los que se les ha extraído el agua mediante métodos artificiales o naturales con el
fin de disminuir el riesgo de contaminación y aumentar la vida útil.

La deshidratación y el desecado son los métodos de conservación más


utilizados a través de la historia de la humanidad. Antiguamente, frutas, granos,
vegetales, carnes y pescados, se secaban al sol para tener alimentos en épocas
de escasez. 

Si bien el objetivo de ambos es reducir la cantidad de agua de los alimentos


frescos, lo que los diferencia es el método que se utiliza para ello. 
La deshidratación es la reducción de la cantidad de agua mediante el tratamiento
del alimento por calor artificial (aire previamente calentado, superficies calientes,
etc.), es decir, de manera artificial o industrial. Los alimentos que pueden
deshidratarse son las frutas, las hortalizas, las legumbres, los hongos, las
especias, la leche y los huevos. 

El desecado es la reducción de la cantidad de agua mediante el tratamiento del


alimento en condiciones ambientales (sol, viento, etc.), es decir, de manera natural
o artesanal.

Los alimentos que pueden desecarse son las frutas, las hortalizas, las legumbres,
los hongos, la carne y el pescado.
Métodos para aplicar la técnica

 Deshidratadores eléctricos. Son equipos para usar en el hogar,

provistos de una serie de bandejas de rejilla superpuestas. Están

equipados con un ventilador que hace circular aire caliente entre las

bandejas, consiguiendo así extraer el agua de los alimentos. Algunos

cuentan con un temporizador y un sistema para controlar la

temperatura.

 Horno convencional. Si no se dispone de un deshidratador, se

puede llevar a cabo el secado de los alimentos en un horno

convencional. Esto es posible siempre que el horno pueda trabajar a

bajas temperaturas. Los alimentos se colocan sobre rejillas, y se deja

la puerta un poco abierta (entre 5 y 10 centímetros) para que la

humedad sea evacuada.


 Secado al sol. Este es el método que se ha usado tradicionalmente.

Se colocan los alimentos sobre una mesa, o rejilla, y se exponen a los

rayos del sol y a la acción del viento, que serán los encargados de

eliminar la humedad del alimento.

 Secado en horno solar. Realizando algunos cambios en la

configuración de un horno solar, puede ser usado, perfectamente,

para llevar a cabo la deshidratación de alimentos. La principal

ventaja de su uso radica en que el proceso se lleva a cabo sin ningún

gasto de electricidad, pudiéndose ser aplicado en cualquier época del

año. Además, el secado se produce de manera mucho más rápida

que al sol directo, con la ventaja de que los alimentos no están

expuestos a los agentes contaminantes del aire o a los insectos.


Beneficios de la técnica de deshidratación

Las principales ventajas que presentan los alimentos deshidratados son:

 Alto valor nutricional. Con esta técnica, se produce una pérdida

de nutrientes muy inferior a la que provocan otros métodos de

conservación.

 Conservación de diversos alimentos. Permite conservar

alimentos muy variados, ya sean de alta o baja acidez.


 Sin conservantes. No se requieren para conservar los alimentos.

 Sabor intenso. En los alimentos deshidratados se produce una

concentración de los azúcares naturales presentes, por lo que el

sabor se intensifica tras la deshidratación.

 Fácil almacenaje. Al no precisar refrigeración, ni envases

especiales, los alimentos deshidratados son muy fáciles de

almacenar, y, además, ocupan muy poco espacio.


Cómo aplicar esta técnica

o En primer lugar, debemos lavar los productos a deshidratar,

descartando aquellas piezas que estén demasiado maduras o en mal

estado. Posteriormente, eliminamos las partes no comestibles del

alimento (hojas, tallos, raíces…).

o Cortaremos los alimentos con distintas formas, dependiendo del uso

que vayamos a darles. Las porciones obtenidas deben tener un grosor

comprendido entre 0,5 y 1 centímetro, de modo que facilite  el proceso

de deshidratación.

o En algunas verduras, habrá que aplicar un escaldado previo, con el fin

de preservar el color y la textura.

o Una vez preparados, colocamos los alimentos en las bandejas del

deshidratador, sin amontonar, para favorecer así un secado uniforme.

o Iremos retirando las piezas a medida que estén secas. Desechando

aquellas que presenten un mal estado.

o Debemos proceder al embolsado de los alimentos nada más acabar el

proceso, para que no vuelvan a absorber humedad ambiente.

Utilizaremos, para este fin, bolsas herméticas. Marcaremos en cada

bolsa la fecha de embolsado. Almacenaremos en un lugar seco, fresco y

protegido de la luz solar.


Cada alimento requiere de una temperatura y tiempo de deshidratación diferentes,
por ello, no es recomendable mezclar distintos tipos de alimentos.

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