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Palabras de Jitanjáfora
Boletín de JITANJÁFORA: Redes Sociales para la promoción de la lectura y la escritura.
Jitanjáfora
Redes Sociales para la Promoción 1 Editorial
de la Lectura y la Escritura
Vocal Titular:
12 Reseñas
Claudia Segretin
Soledad Vitali
16 Sugerencias de lecturas
Vocal Suplente:
Elena Stapich
Susana Josserme
-
grupojitanjafora@yahoo.com.ar
© Copyright 2001.
Todos los derechos reservados.
1
Mi Lumía
Editorial
Mi lu
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
mi lu
mi luar
mi mito...
Oliverio Girondo
mostrárselo a los otros. A veces pasa que al llegar con la buena noticia los otros - chicos
o grandes- nos miran con cierta condescendencia, con la misma que usamos los grandes
para con los chicos. Porque -parece ser- hay cosas más importantes, cosas que
merecerían más nuestro entusiasmo.
Bien, cada uno se entusiasma con lo que quiere. Puestos a elegir, la realidad
promete mucho y es avara a la hora de dar. La literatura no promete nada, pero.
En fin: ¡bienvenidos! Ojalá estén aquí por los motivos correctos. O sea, celebrar
nuestra marca común: la de lectores. Si se trata de literatura infantil o de literatura "a
secas", es secundario. Toda fluye de la misma fuente. Lo importante es que haya sed...
Para el nene de hasta dos años, el libro es un juguete. Para ellos se han pensado
los libros hechos en formato pequeño, pero resistentes: plástico, lona, etc. La imagen
tiene un predominio absoluto. Los textos pueden no estar. Si existen, ocupan un lugar
secundario. A menudo se refieren a animales con sus crías, las familias, las rutinas del
hogar, los juguetes, etc. Si son literarios, presentan cuentos breves con muchas
repeticiones, rimas, canciones de cuna. Nenes y nenas se encuentran explorando el
mundo a través de los sentidos, de modo que no se limitarán a mirar el libro, a veces de
un modo poco ortodoxo –puesto de cabeza o de atrás hacia adelante-, sino que también
querrán estrujarlo, olerlo, chuparlo.
propios de la edad. Su presencia no es tan fuerte como en los cuentos populares: con
frecuencia se limita a presentar lo que dicen y hacen los protagonistas. Los diálogos se
reproducen en estilo directo. La ilustración se hace cargo de las descripciones y de
expresar los estados de ánimo de los personajes. La narración se estructura en pequeñas
escenas, controlables por el lector. El léxico y la sintaxis son sencillos y abundan las
repeticiones.
Colomer señala que los libros para Segundo Ciclo introducen una novedad: la
categoría de lo fantástico. Muchos de ellos responden a la pregunta ¿Qué pasaría si...?
Las historias exploran la realidad externa al niño y próxima a él, cotidiana, en la que se
introduce un elemento fantástico que produce consecuencias inesperadas. La narración
no se focaliza en un personaje determinado, el narrador es omnisciente, a menudo apela
al lector, de modo directo o dirigiéndose a su enciclopedia lectora, por ejemplo, cuando se
recrean elementos de los cuentos maravillosos que los niños conocen desde pequeños.
En el Tercer Ciclo los chicos entran en la pubertad y cambia su relación con los
textos. Por ejemplo: la poesía, que para los más pequeños era seleccionada a partir de
sus valores rítmico-musicales o por el humor disparatado, tendrá ahora un sesgo
confesional, con predominio del tema amoroso.
En las historias, que ya podrán asumir el formato de novelas, los chicos buscarán,
como valor más apreciado, el suspenso, en sus diversos registros: aventura, policial,
ciencia ficción, terror, fantástico.
El docente, el bibliotecario, tendrán que enfrentarse a la disyuntiva que plantea el
auge de las colecciones juveniles, que buscan la identificación segura entre el lector y el
personaje, construyendo un mundo que intenta ser “copia fiel” de aquel en el que se
mueven los chicos. Estas novelas, entre cuyos autores más difundidos podemos citar a
Susana Martín y Alma Maritano, en nuestro medio, y a Christine Nöstlinger entre los
autores traducidos, se apoyan en la focalización en un personaje-protagonista, ya que se
trata de presentar sus conflictos psicológicos y los que se producen entre él y su medio
familiar, escolar, social. Algunas veces se introducen otros formatos discursivos como
cartas, diarios personales, que otorgan la voz a los personajes dentro de una narración no
focalizada u omnisciente.
Si hablábamos más arriba de una disyuntiva para el adulto/mediador es porque
estas obras son fácilmente aceptadas por los chicos, por un lado, pero, por el otro, su falta
de espesor literario, su escasa complejidad, los acostumbra a una lectura fácil, sin que
esté muy claro si ésta constituye una etapa en la formación del lector autónomo, o si
implica que permanecerán apegados a este tipo de texto y rechazarán el desafío que
implican los libros pertenecientes a la literatura general.
La tarea de la selección de textos debería pasar, por un lado, por una cuidadosa
revisión de las colecciones juveniles, algunos de cuyos textos deparan, sin embargo,
agradables sorpresas, ya que sus autores se apartan del estereotipo para producir relatos
interesantes. Podemos citar, entre ellos, a Esteban Valentino y Marcelo Birmajer. Por otro
lado, el corpus de la literatura general nos ofrece también textos que, por su sencillez,
pueden ser transitados con felicidad por los chicos: Oscar Wilde, Mark Twain, Robert L.
Stevenson, los “clásicos” a los que siempre es posible volver.
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1
PELEGRÍN, Ana. La aventura de oir. Madrid, Cincel. 1982
2 FERREIRO, Emilia. “Acerca de la necesaria coordinación entre semejanzas y diferencias”. En Piaget –
Vigotsky: contribuciones para replantear el debate. AAVV. Buenos Aires, Paidós. 1999
3 BRUNER, Jerome. El habla del niño. Buenos Aires, Paidós. 1986
4ESCARPIT, Denise. “De la imagen al texto”. En El loro pelado, revista sobre la infancia y la adolescencia en
la cultura y las comunicaciones. N º 3 / 4. Diciembre de 1979
5COLOMER, Teresa. “Lectura de ficción y redacción de cuentos en la escuela primaria”. En Textos de
didáctica de la lengua y la literatura. Barcelona, Grao. N º 9. Julio de 1996.
Pensar los libros para los más pequeños significa interrogarnos sobre un tipo
particular de objeto, un objeto cuya materialidad desbordada es portadora de un tipo
particular de espesor de significados o profundidad de lectura. Sin duda, estos objetos
que constituyen , en términos de Roland Barthes, una galaxia de significantes nos
colocan frente a la necesidad de repensar ciertas categorías como las de texto e imagen,
adentro y afuera, forma y contenido, forma y función, texto y paratexto , entre otras,
puesto que ellas se presentan conjugadas en estos materiales bajo la forma de un
“estallido significante” cuya riqueza es actualizada en la operación de lectura y
manipulación.
Haremos una breve referencia aquí a dos de los aspectos que consideramos más
relevantes vinculados con los libros para los más pequeños: su materialidad significante
(todos aquellos elementos materiales y formales que son portadores de significados) y el
proceso lector con el cual estos aspectos interactúan, característico de la etapa evolutiva
del niño. Ambas cuestiones parecen inseparables: toda vez que decimos libro-objeto,
comprometemos el par lectura-manipulación.
Una de las constantes de los libros para los más chicos (de 0 a 3 años) es que
constituyen verdaderos objetos sinestésicos : el relato aparece sostenido desde una
auténtica concordancia de estímulos sensoriales ya sean visuales (colores, formas,
texturas simuladas, valores cromáticos, brillos, tamaños, orientaciones en la superficie de
la página), táctiles (texturas, materiales especiales como goma, tela, cartoné, etc.),
auditivos (cascabeles, pitos, y todas las variantes del “sonajero”), olfativos (inclusión de
fragancias en los materiales), ergonómicos (troquelados que posibilitan la inclusión de
“ventanas”, cajas para guardar, abrojos y piezas que se desprenden y/o despliegan, entre
innumerables posibilidades). Si lo observamos detenidamente , notaremos que este libro-
objeto presenta en su construcción un importante trabajo de codificación -que no va en
desmedro de la síntesis conceptual, la claridad y la riqueza comunicativa- trabajo en el
que concurren una multiplicidad de subsistemas expresivos que le otorgan un valor
estético y fundamentalmente semiótico: introduce al lector en el universo de los signos
(lingüísticos, ideogramáticos, icónicos) y por ende, en el mundo de la representación.
La “lectura” -como en todas las edades- constituye la interfase entre el pequeño
lector y nuestro objeto-libro-juguete . ¿Cómo imaginamos la operación de lectura que
pueda dar cuenta de este estallido significante , en primer lugar, y del descubrimiento (en
algún momento de la evolución lectora) de que las imágenes, los sonidos, los olores y las
texturas dicen lo mismo que las palabras que le lee en voz alta la mamá antes de dormir y
completan su sentido? ¿Qué hace el niño, cuando en silencio o acompañado por
balbuceos manipula estos objetos? Hojea y ojea, toca, huele, muerde, invierte, chupa,
escucha; va y viene por la superficie y el volumen de las páginas. Lectura con los ojos, las
manos, los oídos, la lengua y la nariz... Lectura con el cuerpo.
Esta lectura primera podría pensarse mediante una analogía con la lectura
hipertextual e hipermedial de la que tanto se habla actualmente, aunque siempre referida
al universo adulto. Muchos de los presupuestos teóricos sobre los que se asienta el
hipertexto (nociones como red, nexo, trama, trayecto de lectura, entretejido,
reversibilidad) resultan productivos para pensar a nuestro pequeño lector , sus
Boletín de JITANJÁFORA – Año 1, Núm. 1 / 2001
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en la lectura
por Mila Cañón
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MONTES,Graciela. La frontera indómita. En torno a la construcción y defensa del espacio poético.
Fondo de Cultura Económica,1999
Robert Gloton
Laura Devetach. Del otro lado del mundo. Buenos Aires: Alfaguara, 1999.
orilla dsel otro lado del mundo la estela de una escritura de gran calidad literaria para los
más pequeños, acompañada por las excelentes ilustraciones de
Es necesario estar preparado para las situaciones difíciles. Hay que saber cómo
protegerse de los peligros que día a día nos acechan. En este libro, encontrarán las
claves para detectar y reconocer un monstruo a simple vista, a partir de ciertos rasgos
inconfundibles.
Un lenguaje rico en imágenes nos describe texturas, colores, dimensiones y
características de estos seres de los cuales es conveniente mantenerse alejado.
El diálogo con los textos instruccionales más corrientes (cómo cruzar la calle,
cómo lavarse los dientes, cómo armar un juego) produce una escritura que atrapa a los
lectores mediante el humor y la sorpresa. Por entre los pliegues y recodos del discurso
descriptivo propio de enciclopedias y definiciones se abre paso uno nuevo, divertido y
cuestionador.
Un libro para pensar sobre ciertos estereotipos, para criticar las formas rígidas que
congelan al lector en una recepción unívoca y dirigida; también, un libro para leer y releer,
para imaginar, para reescribir, para reírse y para compartir.
.
Escritos de amor es uno de los cuatro libros (los otros tres son Escritos de terror,
Escritos de humor y Escritos de enigma y misterio) que fundan la nueva colección de
Alfaguara Juvenil. Ya en el título las claves para saber de qué va esta propuesta: el
tema es uno solo, pero las formatos textuales para decir y escuchar palabras que nos
besen, nos abracen, nos den celos y nos partan el corazón son muchos y diversos.
La primera señal-anzuelo que desde el título, entonces, nos tira el libro desemboca y
parte de los intereses de los propios chicos. “Quiero uno de terror” dice Fausto mientras
Fidel me reclama “¿Por qué nunca leemos nada de suspenso o algo que nos haga reír”. Y
entonces... Buena jugada de la editorial. Porque es común que cuando uno les pregunta a
los chicos qué leyeron o qué les gustaría leer no respondan ni con autores ni con géneros
Emilia Ferreiro. Pasado y presente de los verbos leer y escribir. Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica, 2001.
Este pequeño libro editado por el Fondo de Cultura Económica reúne tres
conferencias dictadas por Emilia Ferreiro que plantean cuestiones importantes en relación
con las prácticas de la lectura y la escritura. El objetivo que es al mismo tiempo el punto
de conexión entre los tres trabajos es “sacudir las conciencias adormecidas”, es decir,
BORNEMANN, Elsa. ¡Socorro! . Alfaguara. Doce cuentos de terror para chicos que
quieren divertirse.
CALIFA, Oche. Esqueleto final. (Ctos del pajarito remendado). Colihue.
DEVETACH, Laura y BOGOMOLNY, Ma. Inés. Burbujas. Colihue. Si jugar con las
palabras es la intención: los pajaritos verdes son lo mejor.
MARIÑO, Ricardo. Cuento con ogro y princesa. Colihue. Un cuento que recrea los
personajes tradicionales.
MONTES, Graciela. Tengo un monstruo en el bolsillo. Sudamericana. Inés es una
nena como todas pero se hace amiga de un monstruo...
MUJICA LÁINEZ, Manuel. El hombrecito del azulejo. Sudamericana. Un cuento
fantástico imperdible para lectores con ganas.
RAMOS, Ma. Cristina. Un bosque en cada esquina. Sudamericana. Poesías que
aluden a la maravilla del lenguaje.
ROLDAN, Gustavo. El monte era una fiesta. Colihue. Sobre jirafas, sapos, tortugas,
elefantes y lechuzas.
SILVEYRA, Carlos. Adivinanzas. Altea. Nunca se pierde el placer de jugar con el
lenguaje y el pensamiento.
SORIANO, Osvaldo. El negro de París. Norma. En esta novela el exilio también es
cosa de chicos.
WALSH, Ma. Elena. Dailan Kifki. Alfaguara. La novela del disparate y el humor.
WOLF, Ema. Maruja. Sudamericana. Reírse del terror aleja los miedos y los conjura.
BORNEMANN Elsa.. La edad del pavo. Alfaguara. Cuentos sencillos para empezar a
leer.
BRADBURY, Ray. Crónicas marcianas. Minotauro. Para lectores avezados en la
ciencia ficción.
CALVINO, Italo. El barón rampante. Siruela.Una novela de familia y sentimientos.
CONRAD, Joseph. Tifón. Edic. del Sol. Aventuras para los más arriesgados con la
lectura.
DAHL, R. Matilda. Alfaguara. Poderes y saberes, una niña que ama la lectura.
DE SANTIS, Pablo. Lucas Lenz y el museo del universo. Alfaguara. Una novela de
intriga donde buscar es el objetivo de Lucas.
DEFOE, Daniel. Robinson Crusoe. Edic. del Sol. Aventura y supervivencia para
lectores de muchas hojas.
EL DIARIO DE ANA FRANK. Plaza y Janés. El móvil puede ser saber más de alguien
muy conocido.
ENDE, Michael. La historia interminable. Alfaguara. Encontrar EL libro es la razón de
Bastíán para vivir LA historia.
GOSCINNY Y DARGAUD. Asterix. Grijalbo. Luchas y ambientación en la vieja Europa.
JAMES, Henry. Otra vuelta de tuerca. Anaya. Lo fantástico deja al lector intrigado