Rojo Jose Act2licitacion
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GI10
“La falta de insuficiencia de crédito presupuestal vicia el elemento subjetivo del acto,
pero este vicio no provoca la nulidad sino que genera responsabilidad. Ello significa
que no es nulo el acto dictado, sin respaldo presupuestal y, por lo tanto, no es nulo el
contrato, pero sí se verifica un supuesto de responsabilidad tanto en el orden
patrimonial, como eventualmente en el orden disciplinario y político, según la
”
jerarquía del ordenador respectivo.
Por otro lado, la falta de autorización para contratar también vicia la licitación
pública. En este caso, se entiende que el vicio puede ser saneado hasta el momento
previo a la notificación de la adjudicación, o sea, que existe un vicio pero el mismo
tiene una trascendencia relativa y puede ser objeto de corrección posterior.
Se plantea Mairal también la cuestión de la posibilidad de corregir ambos vicios a
posteriori. Es decir, publicado el llamado a licitación, e incluso avanzado aún más el
procedimiento de selección pese a la inexistencia de habilitación presupuestaria o de
autorización para contratar, ¿la obtención ulterior de dicha habilitación o autorización
convalida el trámite?
Mairal Justen dice que los vicios en la convocatoria dejan en estado De indefensión a los
licitadores, ya que dichos vicios no permiten que los interesados tengan la información
necesaria, para formular adecuadamente sus propuestas.
Otros vicios que pueden acaecer en esta etapa de la licitación son los que afectan al pliego
de condiciones, que se prepare para la misma. Dichos defectos pueden vulnerar el
principio de concurrencia o el principio de igualdad.
A decir del propio autor, son cláusulas ilegales lesivas del principio de igualdad que debe
imperar entre los oferentes:
Por otro lado, dice Díez que un vicio más es la modificación a los pliegos o bases
de licitación, antes de la adjudicación, de manera unilateral por la administración; bajo
esta hipótesis la propia convocatoria podría ser recurrible.
3. Vicios en el acto de apertura de las ofertas
en el trámite licitatorio. En él, se abren los sobres que contienen las ofertas
presentadas por los interesados, se numeran las páginas de las ofertas y se levanta
acta, dejando constancia de quienes se han presentado, de los aspectos principales de
cada oferta (precio, presentación de garantía, etcétera) y de las observaciones que
merezca la regularidad del acto.
Además de los vicios de forma en que puede incurrirse en la celebración del acto,
puede quedar viciado el procedimiento, por dos motivos fundamentales: la admisión de
Vale decir entonces, que la licitación a que se haya llamado o cualquiera anterior debe
ser suspendida y llamarse a una nueva bajo otro pliego preparado, por cuanto, de lo
contrario, habría oferentes que se hubiesen presentado al pliego primitivo y no estarían
en situación de igualdad con los oferentes que se presentaran con la base del nuevo
pliego, por lo que, evidentemente, no podrían ser adjudicatarios.”
El principio del más bajo precio es siempre objeto de rígida interpretación por los
órganos administrativos de control. Sin embargo, pueden existir situaciones
excepcionales que permitan rechazar la oferta más barata.
Desde este punto de vista, tanto la oferta de precio irrisorio como la oferta de precio
claramente inferior al costo de la prestación respectiva, pueden indicar la intención de
excluir por dicho medio la participación de ciertos competidores en la contratación a fin
de ir paulatinamente eliminando su presencia y permitir, finalmente, la cotización de
precios muy superiores en la seguridad de que no se presentarán otras propuestas.
Casos aún más complejos son aquellos en los cuales el precio de adquisición es sólo
uno de los factores que inciden en el costo total para la administración. Tal es la
situación de los gastos de financiamiento (intereses, comisiones de compromiso,
etcétera) y los gastos de mantenimiento de equipos de alto costo.
Todas estas consideraciones indican que la regla del más bajo precio dista de ser un
patrón automático para adjudicar las licitaciones.
Puede también mencionarse el vicio en que incurre el organismo licitante cuando, sin
haberse producido empate en los precios de algunas ofertas, convoca a varios
oferentes para que mejoren sus condiciones. Esta conducta se presta a favoritismos
aunque pueda tener como objetivo declarado, la obtención de beneficios para la
administración, por lo cual debe considerarse ilegítima.
Finalmente, la adjudicación puede considerarse viciada cuando emana de
funcionario incompetente, en cuyo caso se plantea el interrogante de su posible
saneamiento por ratificación del órgano competente.
LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS
Por ello, se dice que el derecho público subjetivo supone la existencia de dos
elementos básicos, que son: 1. Una facultad de exigir, y 2. Una obligación correlativa.
Concepto
“Es todo medio de defensa al alcance de los particulares para impugnar, ante la
administración pública, los actos y resoluciones por ella dictados en perjuicio de los
propios particulares, por violación al ordenamiento aplicado o falta de aplicación de la
disposición debida.”
Serra Rojas señala que el recurso administrativo es una defensa legal que tiene el
particular afectado para impugnar un acto administrativo ante la propia autoridad que lo
dictó, el superior jerárquico u otro órgano administrativo, para que lo revoque, anule o
reforme, una vez comprobada la ilegalidad o inoportunidad del acto.
El propio Serra Rojas se pregunta y se responde, citando a Fix-Zamudio:
Los requisitos de admisión del recurso administrativo que se haga valer se clasifican
en esenciales y formales. Los requisitos esenciales para la admisión del recurso deben
estar consignados en el ordenamiento legal correspondiente y su incumplimiento por
parte del reclamante dará origen a que se tenga por no presentado dicho recurso.
a. La inconformidad
El recurso de revocación
El concepto de revocación en el proceso administrativo es un término que goza
de gran prestigio en nuestra materia, ya que normalmente es un recurso que invocan los
particulares afectados en sus derechos, que son citados por el órgano administrativo o
que se presentan espontáneamente.
De acuerdo con la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas, los participantes en un
procedimiento de licitación pública podrán hacer valer una instancia de inconformidad o
recurso, en contra de los actos que lleguen a afectar sus derechos o intereses, en
cualquiera de las fases de tal procedimiento, incluyendo el de la adjudicación o
posteriores a esa fase.
En caso de que la resolución sea dictada por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público o de la Contraloría General y Desarrollo Administrativo, y no satisfaga las
pretensiones del promovente, éste contará con el recurso de revocación (artículo 99 de
la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas), ante la misma dependencia, el cual se deberá
hacer valer dentro del plazo de quince días hábiles, contados a partir del día siguiente al
de la notificación, ante dicha Secretaría de Estado.
En el procedimiento administrativo que se sigue en contra de las resoluciones
que dicten la Secretaría o la Contraloría en los términos de esa Ley, el interesado podrá
interponer ante la dependencia que hubiere emitido la resolución, el recurso de
revocación de acuerdo al artículo 99 del mismo precepto, que regula el procedimiento
para la tramitación de dicho recurso, y que es el siguiente:
c. El recurso de revisión
1) opcionalidad
2) plazo
3) requisitos del escrito
4) requisitos de la suspensión
5) escrito reputado no interpuesto
6) improcedencia
7) sobreseimiento
8) potestades del órgano administrativo. Que a saber dicen los relativos.
1) Opcionalidad
El plazo para interponer el recurso de revisión será de quince días contados a partir
del día siguiente a aquel en que hubiere surtido efectos la notificación de la resolución
que se recurra.
3) Requisitos del escrito
4) Requisitos de la suspensión
6) Improcedencia
I. Contra acto que sea materia de otro recurso y que se encuentre pendiente
de resolución, promovido por el mismo recurrente y por el propio acto
impugnado;
II. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del promovente;
III. Contra actos consumados de un modo irreparable;
IV. Contra actos consentidos expresamente; y
V. Cuando se esté tramitando ante los tribunales algún recurso o defensa
legal interpuesto por el promovente, que pueda tener por efecto modificar,
revocar o nulificar el acto respectivo.
7) Sobreseimiento
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4J:revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechopucp/article/download/3085/3496+&cd=6&hl=e
s-419&ct=clnk&gl=mx
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/543/8.pdf