4 El Arreglo Del Sermon
4 El Arreglo Del Sermon
4 El Arreglo Del Sermon
Una vez que se ha determinado el propósito del sermón, seleccionado y analizado la base bíblica, y
determinado el asunto y el tema, se procede al arreglo del sermón. EI buen arreglo es determinante
para el éxito de un sermón.
Lo primero que hay que tener presente en el arreglo del sermón son los "seis procesos retóricos".
Son estos seis procesos cuya combinación es indispensable para la formulación de un sermón. Si solo
hay dos, digamos los primeros dos: narración y análisis, tenemos apenas un análisis bíblico semejante
al que acabamos de discutir en el capítulo anterior, donde lo único que se refleja es el contenido del
pasaje y la secuencia del material que este contiene.
Por otra parte, si se agrega a la narración y al análisis interpretación e ilustración no tenemos nada
más que una exposición o conferencia bíblica. Solo donde hay exposición (narración, análisis,
interpretación e ilustración) más aplicación y persuasión (argumentación y exhortación) podemos
hablar de un sermón. Un sermón es, pues, "un discurso sistemático, adaptado a la mentalidad
popular, basado en una verdad bíblica, preparado y presentado con el fin de persuadir a los hombres
a creer y a actuar sobre la verdad presentada".
Con esto en mente consideremos más detalladamente los seis procesos retóricos del sermón.
3. Ilustración. Las ilustraciones son ventanas que arrojan luz sobre lo que se trata de comunicar.
Sirven para aclarar algún punto oscuro o para aplicarlo a la vida cotidiana.
4. Aplicación. Es uno de los elementos más característicos de un sermón. Se puede hacer directa o
indirectamente, en el cuerpo o en la conclusión. Una buena ilustración muchas veces es muy eficaz
como aplicación.
5. Argumentación. No quiere decir polémica. Involucra más bien razonamiento lógico, respuesta a
interrogantes que la congregación levanta, anticipación de situaciones y respuestas a objeciones,
prueba lógica e introducción de evidencias.
6. Exhortación. La conclusión deberá traer el mensaje a un foco ardiente. Asimismo, deberá usarse
para invitar al oyente a responder al mensaje. Es cierto que todo sermón debe estar permeado de
exhortaciones, pero es en la conclusión donde se debe exhortar por excelencia.
III. EI corazón del sermón: la proposición
En el arreglo del sermón ningún otro elemento es tan importante como la proposición. La proposición
es "el corazón del sermón".
Clases de proposiciones.
La proposición de deber se usa cuando el predicador desea persuadir al oyente que debe hacer algo.
Por ejemplo: Cada persona debe aceptar a Cristo como Salvador y Señor de su vida.
La proposición de habilidad se usa cuando el predicador desea persuadir al oyente que puede hacer
algo. Por ejemplo: Cada ser humano puede ser partícipe de la salvación.
La proposición de valor se usa cuando el predicador desea persuadir al oyente que su propuesta
tiene mucho más valor que cualquier otra. Por ejemplo: Vale más reconocer a Jesucristo como Señor
en el ahora que en el más allá
2. La proposición didáctica. Es aquella que tiene como fin enseñar o informar. Cuando se usa en la
construcción del sermón debe llevar un empuje personal.
Por ejemplo: En el capítulo dos de su epístola, Santiago desarrolla el concepto ético de la fe,
subrayando varios aspectos negativos de la fe sin obras que Ie impide al cristiano verdadero practicar
una fe genuina.
Las interrogantes son las herramientas que ayudan a establecer el puente entre la proposición y el
cuerpo del sermón. Cada proposición debe sugerir por lo menos una interrogante. EI predicador
escoge la que esté más de acuerdo con su propósito, esto es, si la proposición sugiere más de una
interrogante.
La interrogante es, pues, una pregunta que se hace como resultado de la proposición. Esta es una
herramienta que no debe aparecer en el bosquejo, pero que debe, no obstante, estar implícita.
Hay siete interrogantes que pueden ser útiles en la formulación de una pregunta. Su uso contribuirá
a la unidad, coherencia y promoción del paralelismo en el sermón.
- ¿Quién? Introduce una secuencia de personas para ser enumeradas, identificadas o incluidas
en la aplicación de algún principio.
V. La palabra clave
La palabra clave es aquella herramienta por medio de la cual se pueden caracterizar en una sola
palabra las divisiones principales de un sermón. Casi siempre es un nombre plural, una forma verbal
o un adjetivo en plural. La única excepción a esta regla se da cuando se usa el vocablo "naturaleza"
en una proposición didáctica.
Esta herramienta puede ser parte de la proposición. Sin embargo, cuando la proposición necesita una
oración transicional que la conecte con el cuerpo del sermón, la palabra clave debe ir incluida en
dicha oración.
Cuando la palabra clave no va incorporada a la proposición: Proposición: Cada cristiano debe amar
al prójimo. Oración transicional: Cada cristiano debe amar al prójimo por tres razones evidentes en
el pasaje.
La palabra clave debe ser específica. Por ejemplo, "cosas" es demasiado general. "Usar un término
como éste es semejante al uso de un balde grande o una carretilla de carga para llevar tres
manzanas".
La palabra clave es una de las herramientas homiléticas de mayor valor práctico y estructural. Uno
de sus grandes valores es el hecho de que Ie da claridad y singularidad al mensaje. Con una palabra
clave cada división principal tiene una relación lógica que Ie da progresión lógica al tema. Ello evita
que el predicador se descarríe por el desierto del acto comunicativo, y la fuerza a mantener la
coherencia entre los puntos principales.
1. A continuación, una lista breve que bien podría ser aumentada con el uso de un buen
diccionario de sinónimos.
La oración transicional es un puente retórico que vincula la proposición con las divisiones principales
del sermón. Tiene tres partes: la palabra clave, la interrogante o su substituto, y la proposición. Las
referencias bíblicas del sermón pueden también ir incluidas en la oración transicional. Hay veces en
que la oración transicional se incorpora a la proposición, otras veces es necesario ponerla aparte. En
el bosquejo, tanto la oración transicional como la proposición deben ser agregadas a la introducción,
o sea, como las subdivisiones finales de la misma.
De la proposición y la interrogante que esta sugiere se desprenden las ideas' principales que van a
ser desarrolladas en el sermón. Las divisiones principales deben ser, por tanto, respuestas a la
interrogante que levanta la proposición.
Por ejemplo, tomemos la siguiente proposición: Cada persona debe aceptar el amor de Dios. Es obvio
que la interrogante lógica de esta proposición es ¿por qué? De la misma surge la palabra "razones"
como clave. Dicha palabra caracteriza por lo menos las siguientes ideas principales:
Las divisiones principales deben tener una idea singular que sea la elaboración del tema. Esa idea es
a la vez el núcleo de la proposición. En otras palabras, no debe haber repetición de unas mismas ideas
en las divisiones principales. Deben ser no menos de dos y no más de cinco.
Una vez que el predicador tiene claras en mente las ideas principales, procede a desarrollarlas a
través de divisiones o ideas secundarias. Una división principal debe tener no menos de dos
subdivisiones. EI principio de paralelismo se aplica también a los puntos secundarios. En contraste
con las divisiones principales, las subdivisiones (normalmente) no deben ser anunciadas, de lo
contrario pueden crear una confusión en la mente de la congregación. Esto no quiere decir que el
predicador no debe tener clara en mente la transición de una subdivisión a la otra. Pero esa transición
no debe hacerse por medio de un anuncio formal de la división secundaria. Así podrá haber más
variedad estilística.
IX. La introducción del sermón
La introducción es la parte del sermón que establece contacto con el auditorio. Por lo tanto, debe
tener las siguientes características:
1. Interesar al oyente en el texto y/o el tema que ha de ser discutido. Para ello se deberá enfatizar su
importancia y clarificar términos pertinentes.
4. Eliminar la ignorancia de los oyentes en torno al tema anunciado en el titulo. La introducción debe
dar una respuesta general a la interrogante: ¿sobre que ha de hablar el predicador?
8. En fin, debe ser breve (no más de 5 minutos), amistosa, franca y sincera, clara y apropiada,
modesta, interesante, sencilla, lIena de tacto, unificante, sugestiva, variada y con el auditorio como
foco.
Una de las maneras más fáciles, y la que yo uso cuando me encuentro en un callejón sin salida, es la
selección de una palabra o idea de la proposición para definirla, clarificarla o ampliarla. Dicha palabra
o idea será el corazón de la introducción.
Toda introducción debe tener una oración de apertura a la cual se Ie llama "Ia oración de
acercamiento". Dicha oración deberá hallar al auditorio en donde este se encuentra en pensamiento
y vida.
La conclusión es la parte del sermón que desenlaza su contenido y hace su unidad claramente visible.
Puede tener uno o más de los siguientes propósitos.
Traerlo todo a una fe ardiente de encuentro personal con la vida del oyente.
Entregar los asuntos vitales y eternos del evangelio a la decisión del oyente, persuadiéndolo a
que se decida por Jesucristo.
Sugerir un camino de acción, o sea: medios y formas de aplicar la verdad expuesta a la vida del
oyente.
Indicar un contraste dichoso y favorable con una verdad rígida y severa. Por ejemplo: Si uno ha
predicado sobre el pecado, el juicio o el castigo eterno y desea contrastarlo con algo favorable,
podría hacerlo mediante una apelación a la justicia, la fe o el cielo.
La conclusión debe ser breve, clara, lIena de frescura, variedad y vigor; practicable y de gran
naturalidad personal, positiva y persuasiva
1. Conclusión por resumen. Se puede hacer de varias maneras (Formal, parafraseado, epigramático,
por aplicación)
5. Conclusión por anticipación. Se prevén objeciones que el oyente puede hacer con respecto al
evangelio y se le da una respuesta a cada una. Esta clase de conclusión se presta para las caricaturas
orales.
6. Conclusión por combinación de dos o más de las clases de conclusiones arriba mencionadas.
Por ejemplo: se resumen los puntos principales, se aplican por medio de contraste y se anticipan las
posibles objeciones.
- Alguna promesa.
- Declaraciones sorprendentes.
- Preguntas retoricas.
- Proverbios.
- Un himno o un poema.
- Una buena cita.
- Una declaración más del texto.
- Una parábola o anécdota.
EI título del sermón es el anuncio del tema en una forma llamativa y sugestiva. Debe indicar el
contenido del sermón en una forma breve y popular. EI título no necesita ser idéntico al tema en
cuanto a su fraseología. Aunque este puede ser suficientemente interesante para desempeñar el
papel de título. No debe ser muy largo; cinco o seis palabras no más. EI predicador ni debe ni necesita
anunciar el título de su sermón en la presentación del mismo. Si es cuestión de dar a cono- cer el
tema. Este se dara a conocer en la introduccion y especlficamente en la proposicion.
Una vez que todas las partes del sermon hayan sido puestas en su lugar, el predicador debera agregar
material ilustrativo que arroje luz y clarifique las ideas que han de ser expuestas.
Las ilustraciones son las ventanas del sermon que permiten la penetracion de la luz. Las ilustraciones
Ie dan alas al sermon y Ie ayudan a levantarse por encima de la abstraccion, al nivel de la objetividad,
o a la inversa, ayudandole a bajar de las nubes de la abstraccion a la situacion concreta de la
congregacion.
1. Clarificar el tema, ampliar la proposicion o hacer más inteligibles las ideas expuestas en las
divisiones principales y secundarias.
3. Reforzar argumentos.
7. Darle al sermon un toque humorista que sirva para relajar las tensiones.
La historia. Es una narracion relacionada con alguna experiencia. Puede ser corta o larga; cierta
o ficticia.
Anecdota. Es una historia humorlstica o seria, la mayoria de las veces con personajes reales.
Debe ser breve, aguda e interesante.
Lecciones objetivas. Consisten de un objeto visible, tal como un lapiz, una moneda, un vasa de
agua, etc., que representa la verdad que se esta enseñando.
Dramaticas. Son las que representan en forma de drama la leccion o verdad que se trata de
enseñar.
Alegorias. Son comparaciones respaldadas, metaforas prolongadas por medio de las cuales una
cosa es presentada tras la imagen de otra.
Poemas. Son muy valiosos en un público hispano; pero se deben usar con cuidado, ya que su uso
se puede exagerar. Debe usarse solo la parte del poema que ilustra el punto en cuestion.
Analogias. Presentan puntos de relacion o semejanzas entre dos o más atributos, circunstancias
o efectos.
Citas. Citas directas, especialmente cuando son de fuentes conocidas, lIaman la atencion.
- Biografias
- EI arte (pintura, escultura, musica, drama y arquitectura).
- EI deporte (atrae mucho a la juventud y presenta buenas ilustraciones para la vida cristiana).
- Experiencias personales.
- La Biblia.
- La historia.
- La imaginacion.
- La literatura general.
- La naturaleza (los arboles, la verba, jardines, etc.).
- La obra misionera.
- Observacion personal (problemas, actitudes, etc.).
- Periodicos, revistas, radio y television.
- Viajes.
Las ilustraciones deben ser lIenas de vida, tomadas de las experiencias diarias (Ia mayor parte de las
veces). Sobre todo, deben tener sentido para el oyente.
Una vez que se ha construido todo el bosquejo del sermon, el predicador procede a ponerlo en forma
final. Se aconseja que el bosquejo final aparezca en una sola hoja de papel, que se escriba a mano
con letra inteligible, pero usando mucha abreviatura y los principios audiovisuales ya anunciados
(sangrar, subrayar lugares claves y abreviar). Para mas detalles sobre este aspecto y para la
consideracion detallada de las razones que me lIevan a hacer esta recomendacion, favor de ver la
tercera parte de este volumen, el capitulo sobre "EI predicador y la entrega del sermon".