Novena Perpetuo Socorro
Novena Perpetuo Socorro
Novena Perpetuo Socorro
RAMÓN SARABIA
REDENTORISTA
Perpetuo socorro
Socorr
Madre
ayúda
me!
¡Oh
del
o,
o
perpetu
Socorr
Madre
ayúda
me!
¡Oh
del
o,
o
¡Madre de Dios! A cada hora, a cada instante, en todos Y yo te digo también a ti, Madre de Dios, Señora y Madre
los climas y bajo todos los siglos, la santa iglesia cae mía, ten piedad de mi… Estoy condenado al dolor, al
rendida a tus plantas y proclama este título excelso que hambre, al trabajo y a las garras de las injusticias
es la base de todas tus grandezas y el fundamento de humanas.
todos tus privilegios: Santa María, Madre de Dios, ruega
por nosotros. Madre del perpetuo socorro, nadie te llamo y lo
desamparaste. En ti confió.
Ante la gran Madre de Dios, ¿puede presentarse una ruin
y pecadora criatura de este mundo? Las puertas del
palacio de los reyes y de los poderosos cerradas están
para los mendigos… pero abiertas están de par en par
las puertas del palacio de María para todos los INVOCACIONES
pecadores y desgraciados. Y cuando más pecadores y PARA TODOS LOS DÍAS
desgraciados son, con más piedad y ternura son ¡Oh Madre mía. Perpetuo socorro de todos los que
recibidos. sufren y de todos los que lloran! Permíteme que
recostada mi frente abatida sobre tu Corazón de Madre,
Por eso, ¡Oh Madre del perpetuo socorro!, de la tierra te diga mis penas y te exponga mis deseos, porque solo
vengo, y sin más títulos que mis miserias, me he atrevido tú eres mi esperanza en esta hora tristísima en que me
a presentarme ante tu solio maternal… Aquí te traigo acosan todos males.
escrito con lágrimas y con sangre el memorial de todas
mis amarguras. Fíjate, Señora y Madre mía, en la pena Por tus inefables alegrías cuando por un portento de dios
que hoy me trae hasta aquí y veras que todo está te viste al mismo tiempo Virgen Madre.
perdido, que se han desvanecido todas las esperanzas Por tu gozo dulcísimo cuando por vez primera me miro
humanas. Solo me quedas tú. Jesús en tus ojos y te dio el nombre dulcísimo de Madre.
También un día la reina Esther, que era tu figura se Por la maternal complacencia de tu corazón cuando viste
presentó triste y llorosa ante el rey Asuero. Señor, le dijo: como tu hijo accedía a tus suplicas y obrara el primer
si he hallado gracia en tu presencia, te pido gracia para milagro en las bodas de Cana.
mi pueblo… y la compasiva reina fue escuchada…
Por la santa satisfacción de tu espíritu cuando ORACIÓN FINAL
contemplabas los milagros de tu Jesús en favor de sus PARA TODOS LOS DIAS
hermanos y tus hijos los hombres. ¡Oh María! Ya que para inspirarme confianza habéis
querido llamaros Madre del perpetuo Socorro. Yo, N. N.,
Por gozo divino cuando viste como Jesús obraba el aunque indigno de ser inscrito en el afortunado número
milagro de los milagros, la divina Eucarística para vida, de vuestros siervos, deseando, no obstante, participar de
sustento y alegría de todos tus hijos redimidos. los beneficios efectos de vuestra misericordia, postrado
el amor que ante vuestro trono, os consagro mi
Por tu mirada de misericordia.
entendimiento, para que piense siempre en el amor que
Por tu nombre de Madre del perpetuo Socorro, símbolo merecéis; os consagrado mi lengua, para que ensalce
de poder y de bondad. vuestras grandes prerrogativas y propague vuestra
devoción; os consagrado mi corazón, para que, después
Por los continuos y estupendos milagros que haces en de Dios, os ame sobre todas las cosas.
favor de los que invocan este nombre tuyo dulcísimo.
Decidme, ¡Oh gran reina!, en el venturoso numero de
Para que el poder de Jesús sea reconocido y celebrado. vuestros siervos; acogedme bajo vuestra protección,
socorredme en todas mis necesidades espirituales y
Para que tu amor y misericordia sean de todos
temporales, especialmente en el peligroso trance de m
glorificados.
agonía. ¡Oh madre del perpetuo socorro! Sé que me
Para que mi corazón, agradecido, te amé y te invoque améis mas de lo que yo puedo amarme a mí mismo; por
siempre. eso os constituyo Señora y arbitro de mis intereses y de
todas mis cosas; dispone dad, pues, libremente de mi y
Para que tu nombre sea en todo el mundo conocido, de cuanto me pertenece conforme os agradare.
amado y alabado.
Bendíceme, ¡Oh madre mía! Y con vuestra poderosa
intercesión fortaleced mi flaqueza, a fin de que,
sirviéndoos dialmente en esta vida, pueda alabaros,
amaros y daros gracias en la otra eternamente.
Jaculatoria Los hijos no necesitan emplear muchas palabras para
que las madres se den cuenta de los dolores que lo
¡Oh madre, madre del perpetuo Socorro, rogad por mi! matan y de las penas que los ahogan. Mira, Madre mía, a
Seáis amada, seáis alabada, seáis invocada, seáis este hijo tuyo, a quien las lágrimas han arrastrado hasta
eternamente bendita, oh virgen del perpetuo Socorro!, mi a ti. Mírame, y veras en la pupila de mis hijos que estoy
esperanza, mi amor, mi Madre, mi refugio y mi vida. triste, que me asfixio entre sombras, que estoy
Amén. completamente solo y que sin ti la vida será imposible…
Nunca veras más verdad que hoy te he dicho: Madre
2 mía, solo tú me puedes salvar.
¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo ¿Me oyes? La fe me afirma que si y mi corazón halla en
Socorro? este pensamiento un consuelo inefable. Me oyes, y tu
corazón maternal se compadece de mis miserias. Ahí
Que eres mi madre. El hijo de Dios, que es a la vez Hijo
tienes en tus brazos a tu hijo y hermano mío, Jesús;
tuyo, descansa en tus brazos… El hijo pecador, que es el
pídele por mí… Las oraciones de las madres siempre
hombre, que en el s con dolor y en el amor fue
Allan eco en su corazón… una madre, solo con las
engendrado al pie de la cruz, reza a tus pies. ¡Soy Yo!
lagrimas silenciosas, le pido que el devolviera al hijo que
Jesús busca su consuelo y socorro en tu corazón y
llevaba a enterrar… y volvió a la vida el muchacho. Otra
aprieta tus manos maternales, y tú en ellas lo recibes y lo
madre se echo a sus pies y le pidió piedad para su
llevas con tu amorosa complacencia… ¡Es tu hijo! Pero,
pobre hija, que estaba atormentada del demonio… En a
al verme rezando a tus plantas, cargado de pescados y
aquel momento Satanás dejaba aquella alma que
habito bajo al peso de tantos males, me miras a mi… ¡y
fieramente atormentaba.
qué mirada la tuya, tan dulce y misericordiosa! Solo las
madres miran así… No lo extraño… ¡También yo soy tu ¿Serás tu, madre del perpetuo Socorro, menos oída, que
hijo! aquellas madres desoladas? Solo pesarlo me parece un
crimen. Di, pues, tu hijo: hijo mío, esta alma esta
Madre mía, si no tienes brazos donde puedas llevarme,
atormentada de muchos males; un dolor muy grande.
déjame que arrime mi frente a tu corazón, que en él y
que allí te cuente mis penas y te ofrezca mis plegarias.
Sobre todo en estos momentos, tortura su corazón. Creo y confieso que, por glorificarte a ti y por otros fines
Óyela, cúrala, salva. altísimos dignos de la sabiduría divina, te asocio a esta
gran obra de la detención del mundo.
Madre mía, estoy en tus manos y en las manos de
Jesús… Ceo y confieso que, sabiendo escogido Jesús la cruz
como instrumento de salvación, no hay para nadie
Tres avemarías. redición sin cruz.
Invocadas, pág. 11. Creo confieso que mis dolores y penas, las antiguas del
alma y los tormentos del cuerpo, son los instrumentos
benditos que la providencia amorosa emplea para
3 purificar mi alma, para expirar mis pecados; para labrar
mi corona eterna y para acercarme más a Jesús.
¿Qué me dice tu santa imagen, oh madre del perpetuo Pero también creo y confieso que dios en la vida sabe
socorro? Que eres Corredentora del mundo. En la magna mesclar y santificar las tristezas y las alegrías, y que nos
procesión conmemorativa de la redención del linaje lleva al cielo a veces derramando lágrimas, a veces
humano avanzan los ángeles con los instrumentos de la cantando himnos de gratitud y de amor.
pasión y en medio, escoltados por todos los siglos y por Adoro, Madre mía, los planes divinos sobre mí. Permite
todos los hombres, amados, aclamados, venerados, sin embargo que te diga, como decía mi redentor en el
avanzáis los dos únicos héroes de esta empresa divina: huerto de Getsemaní: “Aparta de mí este cáliz… cura mis
Cristo Jesús y tu Madre mía. dolores, remedia mis penas. Mira que el cáliz de mi
corazón rebosa de amargura…”
Madre mía, cúrame, sálvame, y cantare tu misericordias
por los siglos de los siglos.
No vivo entre sombras; caminó a la luz de los
resplandores de la fe. Por eso cero y confieso que solo Tres avemarías.
mi dios y padre Jesucristo me podrá redimir. Invocaciones, pág. 11.
4 Óyeme. Y mi corazón gradecido repetirá con un santo
pontififice (Pio X): “Confesemos que es madre e
¿Qué dice tu santa imagen. Oh madre del perpetuo misericordia, porque todos los bienes y todas las gracias,
socorro? Que eres por disposición divina dueña de todos que que dios concede a los desgraciados hijos de Adán,
los bienes de dios y dispensadora de todas sus gracias. dispuso la divina providencia que pasaran por las manos
Cuando la iglesia te llama madre de la divina gracia, de la virgen santísima”.
proclama que eres madre de Jesús, que es la gracia y Óyeme, y suspenderé mi corazón al pie de tu casa
vida del mundo… cuando te dice Auxilio de los cristianos, imagen, y mi lengua dirá a todos los hombres: “con la
confiesa que eres amparo del pueblo cristiano en los virgen del perpetuo socorro me vinieron todos los bienes.
momentos más antiguos os de su historia… Bendita y glorificada sea por los siglos de los siglos”.
Cuando te llamamos madre del perpetuo socorro, Tres avemarías.
reconocemos y confesamos que eres la depositaria de
los bienes de dios. No lo pudieras ser tu misericordia y tu Invocaciones, pág. 11.
poder no abarcaran todo los momentos de todos los
hombres hasta el fin del mundo. 5
Por eso vengo a tus plantas y te suplico con todo mi ¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo
corazón. Si acudo a los santos, ellos tienen que acudir a Socorro? Que eres reina de todos los ángeles… Por eso,
tu poder omnipotente. Si acudo a Jesús, Jesús me ahí tienes a tu lado a los grandes príncipes de la corte
envía a ti, porque el mismo te ha construido celestial. En actitud de religiosa veneración esperan tus
dispensadora de todos sus bienes… órdenes, al mismo tiempo que reconocen tu excelsa
autoridad.
Aquí estoy, aquí me tienes llamando con fe y confianza a
las puertas de tu misericordia. He ido llamando de puerta en puerta. Todas se me
cerraron: la puerta de la riqueza, la puerta de la amistad,
Óyeme, y exclamare luego con tu gran siervo son la puerta de la gratitud, la puerta de la ciencia la puerta
Alfonso: todo lo bueno que de dios recibimos, lo del poder… hasta la puerta de la caridad y de la
recibimos por la intercesión de maría”. misericordia…
Solo una puerta me queda abierta, la puerta donde el 6
perpetuo socorro aguarda con los infinitos tesoros de tu
poder y tu misericordia. ¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo
Socorro? Que eres la consoladora de todas las penas.
Madre mía, un ángel guio a Tobías en un escabroso viaje Todo en tu cuadro santísimo me habla de la pasión de
y llevo a su familia de parte de Dios la curación, la Cristo y de tu propia pasión: la lanza, la esponja, la cruz
Felicidad y el amor. Otro ángel descendió sobre la y, sobre todo, tu mirada impregnada de amargura y la
obscura cueva donde el profeta Daniel estaba encerrado, actitud angustiosa del hijo de tu alma…
para darle la comida del cuerpo y los consuelos del alma.
Ahí está todo el Calvario. Tú y Jesús sois las dos
Ahí tu lado está esos dos arcángeles de la corte del víctimas. El derrama en ti la sangre de sus venas… Tú,
cielo. Diles que me ayuden y me salven, y al punto se Madre mía, derramas todas las lágrimas del dolor.
acabaran los amargos dolores, que me atormentan.
Y esta vuestra dolorosa pasión duro toda vuestra vida.
¿Es Satanás que, por permisión de dios me persigue y Era Jesús niño, descansaba amoroso en vuestro regazo,
me acosa como el santo Job? ¿Son los hombres los que, y ya la visión de sus tormentos le amargaba la vida.
ingratos e injustos, se enseñan impecables con migo?
Hay momentos, madre mía, en que la tristeza, el También para mí tiene que haber una cruz; también yo
desaliento y la desesperación me ahogan. tengo que morir en un Gólgota.
Madre mía, si a ti y a tu hijo presentaron esos arcángeles Es verdad de mi fe, porque es la doctrina que broto de
los instrumentos de dolor, que me traigan a mí el los labios de Jesús:
bálsamo de tu misericordia. El que quiera venir en pos de mi, tome su cruz y sígame.
Si no hiciereis penitencia, todos irremisiblemente
Pero… que no se haga mi voluntad, si no la voluntad de pareceréis.
dios.
Y el apóstol san pablo, inspirado por el espíritu santo, ha
Tres avemarías escrito en una de sus cartas: todos los que quieran vivir
piadosamente en Cristo Jesús, tendrán que ser
Invocaciones, pág. 11. perseguidos.
Adoro, Madre mía, la voluntad divina, y os digno lo que implacable pedirá que su sangre caiga sobre él. Jesús ve
os decía vuestro gran devoto San Alfonso: “Si queréis con pena como se arranca de sus brazos y se aleja. Eso
que sea perseguido, despreciado y aluminado…, si indica la sandalia que cuelga de su pie. No ha podido
queréis que esté enfermo, encarcelado y atormentado…,
desprenderse del todo…, porque dios nunca abandona
si queréis que padezca tristezas en el alma y hambre y
dolores en el cuerpo, hágase la divina voluntad”. completamente al hombre.
Pero el mismo Jesús, que nos prueba, quiere que ¡Qué gran elección nos dan las justicias y la misericordia
acudamos resignados y llenos de confianza a ti. Por eso divinas! ¡Hemos pecado! La justicia divina nos condena,
a ti acudo, consoladora de los afligidos… por eso llamo nos rechaza… Nuestro pecado contra un dios que ha
muerto por nosotros es demasiado grande. ¡No
A tus puertas, alegría de las almas tristes… Por eso te
llamo a ti, esperanza de los desesperados… Por eso merecemos perdón!... y huimos ante la infinita justicia.
invoco tu nombre, que resume todas las bondades,
Pero no hemos podido separarnos del todo de dios… no
Madre del perpetuo socorro… Madre, consuélame,
ampárame y mi corazón te amara eternamente. nos resolvemos a darle el postrer a dios de despedida a
su madre y nuestra madre María… su amor y su nombre
Tres avemarías. alma… solo una débil córranos une a Jesús: la devoción
Invocaciones, pág. 11. a su madre…
Tres avemarías.