Novena Perpetuo Socorro

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P.

RAMÓN SARABIA

REDENTORISTA

NOVEDAD DEL MILAGRO

A nuestra señora del

Perpetuo socorro

Librería Gerardo máyela


Emiliano zapata 60-B
Tel. 522-55-56
06060 México, D.F.
Breve noticia

1a edición: 25,000 ejemplares


Acerca de la prodigiosa imagen de
2a edición: 25,000 ejemplares
nuestra señora del perpetuo socorro
3a edición: 15,000 ejemplares

La imagen de nuestra señora del perpetuo socorro,


venerada en el oriente durante la edad media, fue en los
últimos años del siglo XV traída a Italia por un piadoso
mercader que, huyendo creta donde los turcos
(Con licencia eclesiástica) perseguían encarnizadamente a los cristianos, se
embarcó con rumbo a Europa. No bien había entrado en
el mar, al boro tose este con tempestad tan deshecha,
que por momentos temían los navegantes verse
hundidos en sus profundidades. En esto, acordándose el
mercader de la imagen que consiguió llevaba, exhorta a
todos a poner el cuadro sobre cubierta, arrojase a sus
pes y pídele con gran fervor que los proteja a todos con
su maternal valimiento.
halla extendida por todas las naciones donde hay
católicos y cuenta con muchos millones se asociados.
“De las tierra suben las plegarias –dice San Agustín- y
del cielo bajan los prodigios”. Y, en efecto, apenas Desde aquel tiempo trabajaron sin cesar con el celo
habían llegado al trono de maría las plegarias de su hijo, infatigable los PP. Redentoristas en difundir su devoción.
cuando ceso el huracán y el mar aquieto sus iras. Brillo el A este celo y a la piedad de algunos devotos de esta
sol en el firmamento. Y mecida por suave brisa, aporto la celestial Reina se deben las innumerables cofradías
nave sin dificulta a las playas de Italia. Aquí, y después esparcidas por todo el mundo y agregadas a la primaria
de varias vicisitudes, fue el cuadro milagroso expuesto al de Roma.
culto del público en la iglesia de San Mateo, en la capital
del mundo, el año de 1499. Destruida esta iglesia por la Oración preparatoria
revolución francesa, permaneció la santa imagen más de Para todos los días
setenta años en un oratorio privado; pero la Reina del
Cielo. Que había determinado manifestarse al mundo en
estos nuestros tiempos como el socorro perpetuo de
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro!
todas las miserias humanas, dispuso que, descubierta la
venerada imagen, confiara el soberano pontífice pio IX, Vos conocéis todos los dolores de mi vida y, sobre todo,
en 1866, tesoro tan precio a los religiosos de la la horrible pena que hoy me trae a vuestras plantas
congregación del Santísimo Redentor, cuya iglesia, maternales.
dedicada a su glorioso padre y doctor, san Alfonso, esta
edificada en el solar de la antigua de san mateo. Adoro la divina voluntad y beso resignado la mano de mi
dios, que me prueba; y hoy, como ayer y como siempre
El mismo Soberano Pontífice mando condecorar, al confió en su infinito poder y en su misericordia infinita.
propio tiempo, la imagen milagrosa con una corona de
oro, como se acostumbra hacer con las imágenes más
veneradas, y fundo en su honor una archicofradía que
Pero él puso en vuestro corazón las riquezas de su
enriqueció con muchos privilegios indulgencias. Esta se
bondad y en vuestras manos los tesoros de su
omnipotencia. Por eso acudo a Vos, Madre mía del Sin embargo, que haora y siempre se haga la voluntad
perpetuo Socorro. de Dios, asi en la tierra como en el cielo. Vos, Madre mia,
hallareis en vuestro maternal Corazón recursos
Señora y Madre mía, las sombras del dolor me poderosos para que descienda el bálsamo del consuelo
envuelven por todas partes, y no sé a qué puerta llamar allí donde siga el dolor purificado mi vida.
para tener algún consuelo en esta amargura que me
ahoga. Los hombres unos me son adversos, otros me ¡Oh Madre del perpetuo Socorro, en Vos confió!
persiguen, otros me olvidan, los más me miran con
indiferencia. Los pocos me parecen compadecerse de mí
se declaran impotentes para remediar mi mal.

Solo me quedáis Vos, Madre mía del perpetuo Socorro. 1


Por eso a Vos acudo lleno de confianza a amor. ¡Sois la
madre de dios! Jesús aprieta vuestras manos para ¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo
depositar en ellas su misericordia y su amor. El primer Socorro? Que eres madre de Dios. Ese niño que
milagro que obro en su vida mortal lo obro movido por descansa en tus brazos y que te llama con inefable
vuestras suplicas. ¿No podéis hacer ahora otra como cariño Madre, es Dios, el hijo de Dios, tu verdadero
aquella en favor mío? Madre mía del perpetuo socorro, Hijo… así lo declaran esas letras misteriosas que están
vengo a pediros un milagro, y que este milagro sea para al lado de las mejillas del divino infante.
gloria de dios, alabanza vuestra y santificación de mi
Te lo anuncio el arcángel San Gabriel cuando te saludo
alma. (Se hace la petición).
llena de gracia y bendita entre las mujeres… lo viste por
Aquí vendré nueve días seguidos a vuestras plantas. primera vez cuando en la cueva de belén salió de tus
¿Quedara vuestro maternal Corazón insensible a mis purísimas extrañas como un rayo de la divinidad…
ardientes y humildes suplicas?
Tuviste la dicha inefable de llevarlo en tus brazos y vivir
Porque sois buena, porque sois fiel, porque sois, según toda tu vida en su compañía. N en la cruz quiso que te
el plan divido, dueña de todos los tesoros de dios, por apartaras de El…
eso confió en Vos.
perpetu

Socorr
Madre

ayúda
me!
¡Oh

del

o,
o
perpetu

Socorr
Madre

ayúda
me!
¡Oh

del

o,
o
¡Madre de Dios! A cada hora, a cada instante, en todos Y yo te digo también a ti, Madre de Dios, Señora y Madre
los climas y bajo todos los siglos, la santa iglesia cae mía, ten piedad de mi… Estoy condenado al dolor, al
rendida a tus plantas y proclama este título excelso que hambre, al trabajo y a las garras de las injusticias
es la base de todas tus grandezas y el fundamento de humanas.
todos tus privilegios: Santa María, Madre de Dios, ruega
por nosotros. Madre del perpetuo socorro, nadie te llamo y lo
desamparaste. En ti confió.
Ante la gran Madre de Dios, ¿puede presentarse una ruin
y pecadora criatura de este mundo? Las puertas del
palacio de los reyes y de los poderosos cerradas están
para los mendigos… pero abiertas están de par en par
las puertas del palacio de María para todos los INVOCACIONES
pecadores y desgraciados. Y cuando más pecadores y PARA TODOS LOS DÍAS
desgraciados son, con más piedad y ternura son ¡Oh Madre mía. Perpetuo socorro de todos los que
recibidos. sufren y de todos los que lloran! Permíteme que
recostada mi frente abatida sobre tu Corazón de Madre,
Por eso, ¡Oh Madre del perpetuo socorro!, de la tierra te diga mis penas y te exponga mis deseos, porque solo
vengo, y sin más títulos que mis miserias, me he atrevido tú eres mi esperanza en esta hora tristísima en que me
a presentarme ante tu solio maternal… Aquí te traigo acosan todos males.
escrito con lágrimas y con sangre el memorial de todas
mis amarguras. Fíjate, Señora y Madre mía, en la pena Por tus inefables alegrías cuando por un portento de dios
que hoy me trae hasta aquí y veras que todo está te viste al mismo tiempo Virgen Madre.
perdido, que se han desvanecido todas las esperanzas Por tu gozo dulcísimo cuando por vez primera me miro
humanas. Solo me quedas tú. Jesús en tus ojos y te dio el nombre dulcísimo de Madre.
También un día la reina Esther, que era tu figura se Por la maternal complacencia de tu corazón cuando viste
presentó triste y llorosa ante el rey Asuero. Señor, le dijo: como tu hijo accedía a tus suplicas y obrara el primer
si he hallado gracia en tu presencia, te pido gracia para milagro en las bodas de Cana.
mi pueblo… y la compasiva reina fue escuchada…
Por la santa satisfacción de tu espíritu cuando ORACIÓN FINAL
contemplabas los milagros de tu Jesús en favor de sus PARA TODOS LOS DIAS
hermanos y tus hijos los hombres. ¡Oh María! Ya que para inspirarme confianza habéis
querido llamaros Madre del perpetuo Socorro. Yo, N. N.,
Por gozo divino cuando viste como Jesús obraba el aunque indigno de ser inscrito en el afortunado número
milagro de los milagros, la divina Eucarística para vida, de vuestros siervos, deseando, no obstante, participar de
sustento y alegría de todos tus hijos redimidos. los beneficios efectos de vuestra misericordia, postrado
el amor que ante vuestro trono, os consagro mi
Por tu mirada de misericordia.
entendimiento, para que piense siempre en el amor que
Por tu nombre de Madre del perpetuo Socorro, símbolo merecéis; os consagrado mi lengua, para que ensalce
de poder y de bondad. vuestras grandes prerrogativas y propague vuestra
devoción; os consagrado mi corazón, para que, después
Por los continuos y estupendos milagros que haces en de Dios, os ame sobre todas las cosas.
favor de los que invocan este nombre tuyo dulcísimo.
Decidme, ¡Oh gran reina!, en el venturoso numero de
Para que el poder de Jesús sea reconocido y celebrado. vuestros siervos; acogedme bajo vuestra protección,
socorredme en todas mis necesidades espirituales y
Para que tu amor y misericordia sean de todos
temporales, especialmente en el peligroso trance de m
glorificados.
agonía. ¡Oh madre del perpetuo socorro! Sé que me
Para que mi corazón, agradecido, te amé y te invoque améis mas de lo que yo puedo amarme a mí mismo; por
siempre. eso os constituyo Señora y arbitro de mis intereses y de
todas mis cosas; dispone dad, pues, libremente de mi y
Para que tu nombre sea en todo el mundo conocido, de cuanto me pertenece conforme os agradare.
amado y alabado.
Bendíceme, ¡Oh madre mía! Y con vuestra poderosa
intercesión fortaleced mi flaqueza, a fin de que,
sirviéndoos dialmente en esta vida, pueda alabaros,
amaros y daros gracias en la otra eternamente.
Jaculatoria Los hijos no necesitan emplear muchas palabras para
que las madres se den cuenta de los dolores que lo
¡Oh madre, madre del perpetuo Socorro, rogad por mi! matan y de las penas que los ahogan. Mira, Madre mía, a
Seáis amada, seáis alabada, seáis invocada, seáis este hijo tuyo, a quien las lágrimas han arrastrado hasta
eternamente bendita, oh virgen del perpetuo Socorro!, mi a ti. Mírame, y veras en la pupila de mis hijos que estoy
esperanza, mi amor, mi Madre, mi refugio y mi vida. triste, que me asfixio entre sombras, que estoy
Amén. completamente solo y que sin ti la vida será imposible…
Nunca veras más verdad que hoy te he dicho: Madre
2 mía, solo tú me puedes salvar.

¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo ¿Me oyes? La fe me afirma que si y mi corazón halla en
Socorro? este pensamiento un consuelo inefable. Me oyes, y tu
corazón maternal se compadece de mis miserias. Ahí
Que eres mi madre. El hijo de Dios, que es a la vez Hijo
tienes en tus brazos a tu hijo y hermano mío, Jesús;
tuyo, descansa en tus brazos… El hijo pecador, que es el
pídele por mí… Las oraciones de las madres siempre
hombre, que en el s con dolor y en el amor fue
Allan eco en su corazón… una madre, solo con las
engendrado al pie de la cruz, reza a tus pies. ¡Soy Yo!
lagrimas silenciosas, le pido que el devolviera al hijo que
Jesús busca su consuelo y socorro en tu corazón y
llevaba a enterrar… y volvió a la vida el muchacho. Otra
aprieta tus manos maternales, y tú en ellas lo recibes y lo
madre se echo a sus pies y le pidió piedad para su
llevas con tu amorosa complacencia… ¡Es tu hijo! Pero,
pobre hija, que estaba atormentada del demonio… En a
al verme rezando a tus plantas, cargado de pescados y
aquel momento Satanás dejaba aquella alma que
habito bajo al peso de tantos males, me miras a mi… ¡y
fieramente atormentaba.
qué mirada la tuya, tan dulce y misericordiosa! Solo las
madres miran así… No lo extraño… ¡También yo soy tu ¿Serás tu, madre del perpetuo Socorro, menos oída, que
hijo! aquellas madres desoladas? Solo pesarlo me parece un
crimen. Di, pues, tu hijo: hijo mío, esta alma esta
Madre mía, si no tienes brazos donde puedas llevarme,
atormentada de muchos males; un dolor muy grande.
déjame que arrime mi frente a tu corazón, que en él y
que allí te cuente mis penas y te ofrezca mis plegarias.
Sobre todo en estos momentos, tortura su corazón. Creo y confieso que, por glorificarte a ti y por otros fines
Óyela, cúrala, salva. altísimos dignos de la sabiduría divina, te asocio a esta
gran obra de la detención del mundo.
Madre mía, estoy en tus manos y en las manos de
Jesús… Ceo y confieso que, sabiendo escogido Jesús la cruz
como instrumento de salvación, no hay para nadie
Tres avemarías. redición sin cruz.
Invocadas, pág. 11. Creo confieso que mis dolores y penas, las antiguas del
alma y los tormentos del cuerpo, son los instrumentos
benditos que la providencia amorosa emplea para
3 purificar mi alma, para expirar mis pecados; para labrar
mi corona eterna y para acercarme más a Jesús.
¿Qué me dice tu santa imagen, oh madre del perpetuo Pero también creo y confieso que dios en la vida sabe
socorro? Que eres Corredentora del mundo. En la magna mesclar y santificar las tristezas y las alegrías, y que nos
procesión conmemorativa de la redención del linaje lleva al cielo a veces derramando lágrimas, a veces
humano avanzan los ángeles con los instrumentos de la cantando himnos de gratitud y de amor.
pasión y en medio, escoltados por todos los siglos y por Adoro, Madre mía, los planes divinos sobre mí. Permite
todos los hombres, amados, aclamados, venerados, sin embargo que te diga, como decía mi redentor en el
avanzáis los dos únicos héroes de esta empresa divina: huerto de Getsemaní: “Aparta de mí este cáliz… cura mis
Cristo Jesús y tu Madre mía. dolores, remedia mis penas. Mira que el cáliz de mi
corazón rebosa de amargura…”
Madre mía, cúrame, sálvame, y cantare tu misericordias
por los siglos de los siglos.
No vivo entre sombras; caminó a la luz de los
resplandores de la fe. Por eso cero y confieso que solo Tres avemarías.
mi dios y padre Jesucristo me podrá redimir. Invocaciones, pág. 11.
4 Óyeme. Y mi corazón gradecido repetirá con un santo
pontififice (Pio X): “Confesemos que es madre e
¿Qué dice tu santa imagen. Oh madre del perpetuo misericordia, porque todos los bienes y todas las gracias,
socorro? Que eres por disposición divina dueña de todos que que dios concede a los desgraciados hijos de Adán,
los bienes de dios y dispensadora de todas sus gracias. dispuso la divina providencia que pasaran por las manos
Cuando la iglesia te llama madre de la divina gracia, de la virgen santísima”.
proclama que eres madre de Jesús, que es la gracia y Óyeme, y suspenderé mi corazón al pie de tu casa
vida del mundo… cuando te dice Auxilio de los cristianos, imagen, y mi lengua dirá a todos los hombres: “con la
confiesa que eres amparo del pueblo cristiano en los virgen del perpetuo socorro me vinieron todos los bienes.
momentos más antiguos os de su historia… Bendita y glorificada sea por los siglos de los siglos”.
Cuando te llamamos madre del perpetuo socorro, Tres avemarías.
reconocemos y confesamos que eres la depositaria de
los bienes de dios. No lo pudieras ser tu misericordia y tu Invocaciones, pág. 11.
poder no abarcaran todo los momentos de todos los
hombres hasta el fin del mundo. 5

Por eso vengo a tus plantas y te suplico con todo mi ¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo
corazón. Si acudo a los santos, ellos tienen que acudir a Socorro? Que eres reina de todos los ángeles… Por eso,
tu poder omnipotente. Si acudo a Jesús, Jesús me ahí tienes a tu lado a los grandes príncipes de la corte
envía a ti, porque el mismo te ha construido celestial. En actitud de religiosa veneración esperan tus
dispensadora de todos sus bienes… órdenes, al mismo tiempo que reconocen tu excelsa
autoridad.
Aquí estoy, aquí me tienes llamando con fe y confianza a
las puertas de tu misericordia. He ido llamando de puerta en puerta. Todas se me
cerraron: la puerta de la riqueza, la puerta de la amistad,
Óyeme, y exclamare luego con tu gran siervo son la puerta de la gratitud, la puerta de la ciencia la puerta
Alfonso: todo lo bueno que de dios recibimos, lo del poder… hasta la puerta de la caridad y de la
recibimos por la intercesión de maría”. misericordia…
Solo una puerta me queda abierta, la puerta donde el 6
perpetuo socorro aguarda con los infinitos tesoros de tu
poder y tu misericordia. ¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del perpetuo
Socorro? Que eres la consoladora de todas las penas.
Madre mía, un ángel guio a Tobías en un escabroso viaje Todo en tu cuadro santísimo me habla de la pasión de
y llevo a su familia de parte de Dios la curación, la Cristo y de tu propia pasión: la lanza, la esponja, la cruz
Felicidad y el amor. Otro ángel descendió sobre la y, sobre todo, tu mirada impregnada de amargura y la
obscura cueva donde el profeta Daniel estaba encerrado, actitud angustiosa del hijo de tu alma…
para darle la comida del cuerpo y los consuelos del alma.
Ahí está todo el Calvario. Tú y Jesús sois las dos
Ahí tu lado está esos dos arcángeles de la corte del víctimas. El derrama en ti la sangre de sus venas… Tú,
cielo. Diles que me ayuden y me salven, y al punto se Madre mía, derramas todas las lágrimas del dolor.
acabaran los amargos dolores, que me atormentan.
Y esta vuestra dolorosa pasión duro toda vuestra vida.
¿Es Satanás que, por permisión de dios me persigue y Era Jesús niño, descansaba amoroso en vuestro regazo,
me acosa como el santo Job? ¿Son los hombres los que, y ya la visión de sus tormentos le amargaba la vida.
ingratos e injustos, se enseñan impecables con migo?
Hay momentos, madre mía, en que la tristeza, el También para mí tiene que haber una cruz; también yo
desaliento y la desesperación me ahogan. tengo que morir en un Gólgota.

Madre mía, si a ti y a tu hijo presentaron esos arcángeles Es verdad de mi fe, porque es la doctrina que broto de
los instrumentos de dolor, que me traigan a mí el los labios de Jesús:
bálsamo de tu misericordia. El que quiera venir en pos de mi, tome su cruz y sígame.
Si no hiciereis penitencia, todos irremisiblemente
Pero… que no se haga mi voluntad, si no la voluntad de pareceréis.
dios.
Y el apóstol san pablo, inspirado por el espíritu santo, ha
Tres avemarías escrito en una de sus cartas: todos los que quieran vivir
piadosamente en Cristo Jesús, tendrán que ser
Invocaciones, pág. 11. perseguidos.
Adoro, Madre mía, la voluntad divina, y os digno lo que implacable pedirá que su sangre caiga sobre él. Jesús ve
os decía vuestro gran devoto San Alfonso: “Si queréis con pena como se arranca de sus brazos y se aleja. Eso
que sea perseguido, despreciado y aluminado…, si indica la sandalia que cuelga de su pie. No ha podido
queréis que esté enfermo, encarcelado y atormentado…,
desprenderse del todo…, porque dios nunca abandona
si queréis que padezca tristezas en el alma y hambre y
dolores en el cuerpo, hágase la divina voluntad”. completamente al hombre.

Pero el mismo Jesús, que nos prueba, quiere que ¡Qué gran elección nos dan las justicias y la misericordia
acudamos resignados y llenos de confianza a ti. Por eso divinas! ¡Hemos pecado! La justicia divina nos condena,
a ti acudo, consoladora de los afligidos… por eso llamo nos rechaza… Nuestro pecado contra un dios que ha
muerto por nosotros es demasiado grande. ¡No
A tus puertas, alegría de las almas tristes… Por eso te
llamo a ti, esperanza de los desesperados… Por eso merecemos perdón!... y huimos ante la infinita justicia.
invoco tu nombre, que resume todas las bondades,
Pero no hemos podido separarnos del todo de dios… no
Madre del perpetuo socorro… Madre, consuélame,
ampárame y mi corazón te amara eternamente. nos resolvemos a darle el postrer a dios de despedida a
su madre y nuestra madre María… su amor y su nombre
Tres avemarías. alma… solo una débil córranos une a Jesús: la devoción
Invocaciones, pág. 11. a su madre…

La santa iglesia ante el lecho de los moribundos, para


7
alcanzar para ellos perdón y gracia en esa hora
¿Qué me dice tu santa imagen. Oh Madre del perpetuo tremenda, reza: acuérdate, señor, que a pesar de los
socorro? Que eres la última esperanza del hombre en pecados de su juventud, no negó tu fe.
esta vida; que, cuando todos los nombres no despiertan
Y yo te digo: “Madre mía, dos cosas guardo en mi alma
en el alma sombría y desesperada un rayo de luz, solo tu
como suprema esperanza: la fe en mi Jesús… y tu amor,
nombre del perpetuo socorro brilla en el fondo del alma
madre mía del alma”.
como la última sonrisa de la misericordia de dios.
Por eso vengo hoy a tus plantas… el mundo me
Ese hijo divino que llevas en tus brazos ha visto los
rechaza…, los hombres me abandonan…, la familia se
tormentos que le prepara el pueblo judío. Ese pueblo
olvida de mi…, hasta la misma conciencia me persigue… Desde entonces la santa iglesia en la letanía, que es la
y entre tanto, los males me asedian y los dolores me poesía del amor, te invoca y te dice: Estrella de la
atormentan… mi corazón y mi cuerpo sangran por todos mañana, ruega por nosotros.
los poros.
Desde entonces san Bernardo, el heraldo de tus
Madre mía, tu eres mi última esperanza. A ti acudo. grandezas, a todos los que en la nave de pedro van
Necesito un milagro y te lo pido. bogando hacia el cielo, les dice: “Cuando os envuelva las
nieblas, cuando bramen los vientos, cuando los abismos
Te lo pido y lo espero, y mi lengua te alabara toda la abran sus fauces inmensas, cuando las olas se levanten
vida. como montañas de hirviente espuma, amenazándoos
Tres avemarías. con una muerte cierta, mirad esta estrella, llamad a
María…
Invocaciones, pág. 11.
Desde entonces todos los marineros que surcan los
mares te invocan en medio de los horrores de la
tempestad. En medio de una loca tempestad apareciste
tú, Madre del Perpetuo Socorro. Te colgaron, y se
calmaron las olas y renació la calma.

8 Aquí tienes a tus plantas, ¡Oh Madre del perpetuo


Socorro!, una alma que va bogando por el mar de la vida
¿Qué me dice tu santa imagen, oh Madre del Perpetuo hacia el puerto del cielo… y la tormenta me ha
Socorro? Que en la noche obscura de la tormenta: tú sorprendido.
eres la estrella, que brilla en el cielo de la vida, como
rayo de luz, como guía de los navegantes. ¡Soy un náufrago! Estoy vendiendo las aguas salobres
de todas las amarguras humanas…; e ahogan ya las olas
Por eso el artista que pinto tu devota imagen dibujo sobre de las tentaciones del infierno.
tu frente una estrella.
Los vientos locos del dolor y del hambre me alcanzan
contra los escollos de la desesperación.
Solo me queda una tabla, a la cual me agarro con madre mía, has sido nuestra bendición… todos, al nacer
desesperadas angustiadas, tu nombre bendito… solo en levantan los ojos a ti, y ven en ti la madre querida, que ha
el cielo obscuro, que por todas partes me rodea, veo una de aplastar la cabeza de la infernal ser paciente, qué
estrella: es la que brilla en tu frente… la vi de niño como
quiere inocularnos el veneno de la culpa y de la muerte.
una sonrisa de tu amor… la veo ahora como una mirada
de tu misericordia. Parece que en esta tempestad Eres perpetuo Socorro en todos los tiempos… Todos los
horrenda que me ahoga que dices: Ten esperanza; los
días, desde el primer día del mundo, sale el sol y sus
míos no se hunden jamás en los abismos. Naufragan,
pero los recogen mis brazos amorosos… rayos esplendidos comunican al mundo la fecundidad, la
belleza y la vida… No hay a nadie que se esconda de tu
Lo sé, Madre mía; lo creo… lo he experimentado mil luz bienhechora… Desde que tú, ¡oh madre mía!, fuiste
veces en mi vida. Sálvame una vez más… estrella predestinada para ser madre de dios y madre nuestra,
bendita, que luces en la frente de mi madre del Perpetuo tus manos benditas han dejado caer sobre el mundo la
Socorro, guíame… Voy a ti, Voy Dios…, Voy al cielo… lluvia de las gracias divinas… y se apagara el sol en el
Madre mía, ¡Gracias! alto cielo y aun seguirás tu derramando sobre todos los
predestinados las alegrías de la gloria de dios.
Tres avemarías.
Invocaciones, pág. 11. Eres perpetuo socorro en todas las edades de la vida…
El niño te envía besos de amor, el joven te cuenta sus
9 luchas, el hombre de edad madura te consulta sus
empresas, las familias crecen y viven y rezan a tus
¿Qué me dice tu santa imagen. Oh Madre del Perpetuo plantas, y los ancianos entran confiados en la eternidad,
Socorro? Que eres de verdad lo que tu nombre cuando al morir han podido dirigirte una última mirada.
consolador encierra: Perpetuo Socorro de todos los
hombres y, por tanto, perpetuo socorro mío… Eres perpetuo socorro en todas las penas. Cuando el
cuerpo siente las mordeduras del dolor…, cuando la
Eres perpetuo socorro de todos los hombres. Eva, dice conciencia se agita entre las sombras de los
San Bernardo, fue la maldición para todos sus hijos. remordimientos…, cuando la tristeza se mete en el alma
Desde aquel día aciago, todos los hombres arrastraban y clava sus garras despiadadas…, cuando falta el pan y
desde la cuna la cadena de la maldición divina. Pero tú, cuando huye la paz…, cuando la familia nos abandona y
el mundo nos persigue…, cuando todas las criaturas
parece que se conjuran contra nosotros y cuando el
infierno mismo nos rodea con sus olas de fuego…, aun
entonces hay un lugar en el mundo donde estamos
seguros, donde podemos cantar y bendecir a dios…: tu
corazón, ¡oh madre del perpetuo socorro!

Por eso a ti acudo y te llamo y te invoco; te llamare y te


invocare hasta que al fin oigas mil angustias voz. Nueve
días hace que vengo a tus plantas a pedir un milagro,
porque solo tu me puedes salvar de este apurado
trance… que no se diga que tu perpetuo socorro no se
ha compadecido de mi miseria.

Adoro la voluntad divina, pero confió en ti… si es


menester que venga mil veces a tus pies, aquí me verías.
Resiste, si puedes, a mis lágrimas…, vuelve de lado tu
rostro, si tu corazón no me mira.

¡Oh Madre del perpetuo socorro! Para gloria de tu


nombre, que llena el mundo y que tantos tristes ha
consolado y a tantos enfermos ha curado y a tantos
huérfanos ha recogido y a tantas víctimas ha glorificado.
Mírame y sálvame.

Tres avemarías.

Invocaciones, pág. 11.

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