Olivetti Divisumma 24 (1964) .
Olivetti Divisumma 24 (1964) .
Olivetti Divisumma 24 (1964) .
Charles Babbage desarrolló el concepto aún más, abriendo el camino hacia los computadores
programables, si bien la máquina que construyó era demasiado pesada como para ser
operable.
En el último cuarto del siglo XIX se presenciaron importantes avances en las calculadoras
mecánicas:
Desde principios de los años 1900 hasta la década de 1960, las calculadoras mecánicas
dominaron el mercado de computación de escritorio (véase Historia del hardware de
computador). Los principales fabricantes estadounidenses
fueron Friden, Monroe y SCM/Marchant. Estos dispositivos funcionaban con la ayuda de un
motor y disponían de carros móviles donde los resultados de los cálculos eran mostrados
mediante diales. Casi todos los teclados eran «completos»: cada dígito que podía introducirse
tenía su propia columna de nueve teclas (del 1 al 9) más una columna para limpiar,
permitiendo la introducción de varios dígitos a la vez. Podría decirse que esto era una entrada
paralela, frente a la entrada serie de diez teclas que era común en las sumadoras mecánicas y
actualmente es universal en las calculadoras electrónicas. (Casi todas las calculadoras Friden
tenían un teclado auxiliar de diez teclas para introducir el multiplicador cuando se realizaba
esta operación.) Los teclados completos tenían generalmente diez columnas, si bien algunos
modelos de bajo coste tenían solo ocho. La mayoría de las máquinas fabricadas por estas tres
compañías no imprimían sus resultados, aunque otras compañías como Olivetti fabricaron
calculadoras impresoras.
En esta máquina, las sumas y restas eran realizadas en una sola operación, como en una
sumadora convencional, pero la multiplicación y la división se lograban mediante repetidas
sumas y restas mecánicas. Friden fabricó una calculadora que también extraía raíces
cuadradas, básicamente realizando divisiones, pero con un mecanismo añadido que
automáticamente incrementaba el número en el teclado de forma sistemática. Marchant
también fabricó un modelo (el SKA) que calculaba raíces cuadradas. Las calculadoras
mecánicas de mano, como la ya mencionada Curta de 1945, siguieron usándose hasta que
fueron definitivamente desplazadas por las electrónicas a principios de los años 1970. Para
1970 una calculadora podía fabricarse usando solo unos pocos chips de bajo consumo,
permitiendo que los modelos portátiles fuesen alimentados con baterías. Las primeras
calculadoras electrónicas portátiles aparecieron en Japón en 1970 y pronto fueron
comercializadas por todo el mundo. Entre estas estaban la Sanyo ICC-0081 Mini Calculator y
la Canon Pocketronic. El avance y aprovechamiento de la calculadora fue en incremento ya
que al poder fabricar calculadoras usando unos cuantos chips con un bajo consumo, pudieron
surguir las primeras calculadoras portátiles. Sin duda un gran avance para la evolución de la
calculadora. En lo que respecta desde 1980-1990 surgió la primera calculadora capaz de
realizar cálculos simbólicos que fue la HP-28, lanzada en 1987. Era capaz, por ejemplo, de
resolver simbólicamente ecuaciones cuadráticas. La primera calculadora gráfica fue la Casio
fx7000G, lanzada en 1985.
En Europa fueron comunes modelos como los fabricados por Facit, Triumphator y Walther.
Máquinas de aspecto parecidos fueron las Odhner y Brunsviga, entre otras. Aunque éstas
funcionaban a manivela, hubo también versiones impulsadas por motor. La mayoría de estas
máquinas usaban el mecanismo Odhner o variantes del mismo. La Olivetti Divisumma
realizaba las cuatro operaciones aritméticas básicas y contaba con una impresora. Las
máquinas de teclado completo, incluyendo las movidas a motor, también fueron usadas en
Europa durante varias décadas. Algunas máquinas más raras contaban hasta con 20
columnas en sus teclados completos.