Trabajo de Literatura

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE - FACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE LETRAS - ARTICULACIÓN- LICENCUATURA EN LETRAS

Cátedra: Literatura Contemporánea en Lenguas no hispánica

Profesora Adjunta a cargo: Peón, María Laura Profesoras auxiliares: Rinaldi, Camila; Bradford, Maia

Alumna: Gimenez, Diana Carolina (COMISIÓN A)

Trabajo final
Propuesta de lectura acerca de la obra literaria de Paul Auster “Diario de Invierno” (Winter Journal, 2012)
La intimidad como espacio para objetivar experiencia
En este trabajo presentaré una propuesta de lectura acerca de la obra del autor Paul Auster “Diario
de invierno”. La escritura de este autor se caracteriza por ser de un estilo directo que esconde muchas
complejidades formales bajo su aparente sencillez, con un tinte altamente referencial y metaficcional. Su
literatura es, en cierto modo, un juego de espejos del propio proceso de escritura y se evidencian varios
puntos fundamentales que lo componen, como, por ejemplo, el conflicto de identidad, su soledad, sus
remembranzas y la escritura ordenando el caos de la vida. Es una obra autoficcional (Arfuch, 2010:105), las
autoficciones son novelas íntimas, textos metaliterarios de literatura del yo que han ido invadiendo
paulatinamente el panorama de la narrativa contemporánea.

En esta oportunidad, el autor, adopta la estrategia escritural de un monólogo en segunda persona,


para negociar de alguna manera, su lugar en el enunciado y asumir así, la responsabilidad que le cabe. Éste,
resulta en algunos momentos, fragmentado y desorganizado. A partir de él, Auster recorre su historia
personal a través de saltos en el tiempo y de reflexiones que le recuerdan, a la gente que ha marcado su vida.

A partir de estas apreciaciones surge la idea de observar cómo la intimidad, la vivencia del cuerpo,
cuando está expresada en un discurso se convierte en experiencia y desde este punto de partida focalizar en
la hipótesis acerca de que la dimensión cronológica no es lo que el autor necesita para contar esta historia, ya
que los tiempos del cuerpo, la necesidad de la intimidad y la experiencia de los afectos, no se organizan
cronológicamente.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, el problema que planteo es cómo a partir de la
negación de la organización temporal, el escritor reconstruye y recorre un espacio de intimidad. 1

Espacio biográfico: Experiencia y vivencia

La cultura contemporánea se caracteriza por la exaltación de lo vivencial, por la recuperación de la


propia experiencia como valor privilegiado para la construcción del sujeto social. Leonor Arfuch 2 retoma la

1
El destacado es propio.
2
Arfuch, Leonor (2010) El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica.
expresión de “espacio biográfico” de Philippe Lejeune (1980) para adentrarse en la reflexión acerca de que
este lugar, remite a la narración de vivencias, de experiencias del ser individual y social. Esto me conduce a
observar en el primer párrafo de la obra, cómo esta intimidad se pone en discurso, se vuelve experiencia y
se percibe desde el lugar de un sujeto empírico , situado en el enunciado y construyendo su lugar “común”4
3

como espacio de subjetividad.

Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien
jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier
otro.
Tus pies descalzos en el suelo frío cuando te levantas de la cama y vas a la ventana. Tienes seis años. Afuera
cae la nieve, y en el jardín las ramas de los árboles se están poniendo blancas.
Habla ya antes de que sea demasiado tarde, y confía luego en seguir hablando hasta que no haya más que decir.
Después de todo, se acaba el tiempo. Quizá sea mejor que de momento dejes tus historias a un lado y trates de
indagar lo que ha sido vivir en el interior de este cuerpo desde el primer día que recuerdas estar vivo hasta hoy.
(Diario de invierno, 2012)5

“Toda escritura es autobiográfica” afirma Arfuch, y “lo vivido es siempre vivido por uno mismo” (pág. 35).
El sujeto tiene algo que decir, una necesidad comunicativa lo que lo lleva a producir un tipo de discurso
concreto, con determinadas características y esto es “intimidad”6, un lugar de decisión personal, ideológica
y de organización de la propia voz, que a su vez se gestiona en un espacio público, como lugar de
sociabilidad. Ahora bien, afirmo esto, no por el hecho de que los relatos biográficos ocupen hoy una
posición predominante en la investigación social por la memoria, por la recuperación de la experiencia
pasada de los sujetos, o porque reduzca las posibilidades de los métodos biográficos a la recuperación del
sujeto como voz, sino más bien, porque lo pienso, desde un lugar de una doble articulación entre lo
individual y lo social.
Considero, que acceder a la vivencia de los individuos permite la reflexión en torno a las
especificidades del mundo social en el que éstos se hallan y tener el privilegio de conocer sus experiencias
abre posibilidades para una mejor comprensión de la contemporaneidad. Creo que a esto se refiere la autora
cuando plantea que ese círculo de relación, obra y público, requiere para consustanciarse, de la inclusión del
“otro” en el relato, no ya como un simple espectador sino como copartícipe en la construcción de este nuevo
espacio.

Que ya no eres joven es un hecho indiscutible. Dentro de un mes cumplirás sesenta y cuatro años, y
aunque eso no es ser demasiado viejo, no lo que todo el mundo consideraría una edad provecta, no
puedes dejar de pensar en todos los que no han logrado llegar tan lejos como tú. Ése es un ejemplo
de las diversas cosas que podrían no pasar nunca pero que, en realidad, han ocurrido. (Diario de invierno, 2012)

La autobiografía entonces, funciona aquí como una forma por excelencia de recuperación de la
propia experiencia, como puesta de sentido de la vida del sujeto y delimita con precisión el concepto de

3
Para un acercamiento más específico al planteamiento de Eco, consúltese: Eco, U. (1996), “Seis paseos por los
bosques narrativos”, Barcelona, Lumen.
4
El destacado es propio.
5
Auster, Paul (2012) “Diario de invierno” EEUU. Editorial Anagrama.
6
El destacado es propio.
espacio biográfico situándolo en el momento contemporáneo que posibilita la consideración de las
especificidades individuales sin perder de vista la dimensión relacional de éstas con respecto al mundo
social.

No echas en falta los viejos tiempos. Siempre que te pones nostálgico y empiezas a añorar la pérdida de cosas
que parecían hacer la vida mejor de lo que ahora es, te dices que debes detenerte un momento a pensarlo bien,
a examinar el Entonces con el mismo rigor que aplicas al Ahora, y no tardas en llegar a la conclusión de que
hay poca diferencia, de que el Ahora y el Entonces son, en esencia, la misma cosa7. (Diario de invierno 2012).

En tal sentido, está dado, entonces, el primer paso para la resolución de la problemática que he
planteado al inicio de este trabajo: al ser un relato retrospectivo como ya se mencionó, el valor
autorreferencial remite, al momento de la escritura, al “yo” actual, por lo tanto, el “presente” 8 de la escritura
no se organiza cronológicamente, el autor lo está diciendo “el Ahora y el Entonces son, en esencia, la misma
cosa”, y destaca sin inocencia, las palabras Ahora y Entonces con mayúsculas, como un guiño al lector, para
comprender aún más, el movimiento que está haciendo.

La negación de la categoría temporal permite objetivar experiencia

Leonor Arfuch da cuenta de cómo la historia o experiencia de vida se inscribe en una de las grandes
divisiones del discurso, la narrativa, la cual hace posible la relación entre el tiempo del mundo de la vida, el
del relato narrado y el de la lectura o interpretación del mismo, pero lo que surge del análisis de esta obra, es
que el eje temporal no es la única manera de organizar el relato. Paul Auster, presenta un discurso totalmente
organizado en función de las emociones o de las necesidades del cuerpo; va relatando esa experiencia y
actualiza ese lugar de intimidad. La literatura se presenta así, como “una violación de lo privado”
(Arfuch:2010:42), y esta usurpación sólo se hace eficaz cuando este lugar deja de ser secreto.
Al realizar la lectura, aparece una voz que narra en “tiempo presente” 9, (considerado como el “no
tiempo”) a lo largo del relato; siendo el único tiempo que se evidencia. Ello deja de manifiesto la ausencia
de lo temporal. Cuando el sujeto trae desde ese lugar de “pasado”10 su experiencia, forma parte del recuerdo
ya vivido y reflexionado; pero cuando nombra esa intimidad y el cuerpo, se infiere claramente que el sujeto
está hablando aquí y ahora.

Tú has sido ese hombre, te dices a ti mismo, y lo que estás viendo en la pantalla de la televisión es
una versión precisa de lo que te sucedió dos días después de la muerte de tu madre en 2002: el
martillo que desciende sin avisar, y luego la incapacidad de respirar, el corazón acelerado, el mareo,
los sudores, el cuerpo que cae al suelo, los brazos y piernas que se vuelven de piedra, los aullidos
lanzados a todo volumen por unos pulmones enloquecidos, sin aire, y la certidumbre de que el final
es inminente, de que al cabo de un segundo el mundo dejará de existir porque tú ya no existirás.
(Diario de invierno, 2012)

7
El subrayado es propio
8
Los destacados son propios
9
El destacado es propio
10
El destacado es propio
Es preciso reiterar, que el sujeto está situado, y desde ahí organiza el mundo en función de esos
lugares y de “la capacidad que tiene de observación” 11 , ya que, como lo afirma Echeverría, “es la
observación lo que confiere sentido al acontecer” (2009:150). Esto me permitió inferir que a través de la
construcción de esta narrativa, Auster observa el mundo y toma decisiones con respecto a él y que en cada
movimiento que realiza, toda su perspectiva la va acomodando en el tiempo de la enunciación, es decir, toma
ese “recuerdo” y lo trae con la necesidad del “ahora”12, ya no es la misma persona de ese recuerdo, es
“otro”13 que necesita actualizar una información, organizarla, para lo que está viviendo ahora y como
complemento del lugar en el que se encuentra actualmente:

Tienes sesenta y cuatro años. Afuera, la atmósfera es gris, casi blanca, no se ve el sol. Te preguntas: ¿Cuántas
mañanas quedan? Se ha cerrado una puerta. Otra se ha abierto. Has entrado en el invierno de tu vida. (Diario
de invierno, 2012)

Es evidente entonces, que no utiliza la estrategia de la organización cronológica para contar la


historia, sino la de la actualización del recuerdo14, con lo cual rompe con la linealidad; de esta manera se
pone de manifiesto, que la narrativa lineal en cuanto al tiempo, no es la única forma de poder relatar
experiencia en el mundo contemporáneo.

El cuerpo físico, sus emociones y el mundo afectivo articulan una noción de intimidad (Scarano
2009:207) y aquí se está tematizando esta intimidad; esto que ya se vivió, ahora se relata y al ponerse en
discurso surge el “espacio público”, evidenciando como afirma Paula Sibila 15, que ahora este lugar, en la
escritura es un sitio en donde se negocian asuntos privados, de intimidad y son perfectamente legibles para
construir espacios de vida, como lugares que expresan subjetividad, y quienes se apropian de ellos y los
hacen visibles son los sujetos contemporáneos.

Finalmente, se pueden observar estos espacios comunes que posee la Literatura Contemporánea en
donde se enlazan nociones como la intimidad y sus lugares atravesados por lo cotidiano, desde donde el
escritor no se propone recuperar una experiencia exterior y previa al discurso, sino recrear las condiciones
por las que una práctica intersubjetiva como la literatura puede construir un “yo” y su mundo.

Literatura y experiencia se constituyen en instrumentos de creación de una nueva mirada acerca de la


realidad: se tiende un puente con lo real. La literatura organiza esos residuos de sentido para construir una
experiencia legible, partiendo del presupuesto de la existencia de un mundo experiencial, que reconfigura
verbalmente, dentro de la lógica de un relato ficcional nuevos lugares textuales. No se trata de referir
experiencias, sino de construirlas, actualizándolas, para que surjan de la lectura y produzcan ese efecto de
familiaridad en el lector.
11
Echeverría, Rafael (2009) “El observador y su mundo”. Bs As. Argentina.
12
El destacado es propio
13
El destacado es propio.
14
El destacado es propio.
15
Sibila, Paula (2003) “La intimidad como espectáculo”. Bs. As. Argentina. Fondo de cultura económica
En la obra de Auster, la experiencia como unidad de sentido ofrece un provisorio anclaje donde
emerge ese nosotros16 del yo en forma de relato, capaz de articular las huellas de las historias, sentimientos,
anécdotas, sueños, ideas, hábitos domésticos, y fantasías, todo un heterogéneo conglomerado de materiales
dispuestos a volcarse en discurso, para que emerja una experiencia verbalizada, en perpetuo vaivén entre el
discurso y la realidad, entre el yo y los otros, entre intimidad y espacio social. (Scarano 2009:212).

La construcción de esta intimidad es sin duda, una faceta compleja dentro del proceso de
representación literaria de la subjetividad y la experiencia que se observa en la obra y es esto es lo que me he
propuesto mostrar como parte de este trabajo: cómo en la Literatura Contemporánea aparece el territorio de
lo íntimo donde el cuerpo forma parte de la simbólica social, con sus pasiones y sus comportamientos que
son índices de su compenetración con la cultura que lo habita y que a partir de estas relaciones se configuran
las vivencias17.

Con esta experiencia de lectura ahora puedo reconsiderar lugares que antes, no visualizaba y que
son indispensables para poder observar estas particularidades, como el hecho de que se hace aprehensible
para todos, la proyección de la intimidad privada puesta en discurso, lo que inexorablemente me conduce a
reconfigurar las relaciones entre espacios privados y público, en donde justamente, esta “intimidad”18 se
apropia a menudo de lo biográfico, permitiendo que la literatura juegue precisamente, con esa ilu sión de
reconstrucción nunca verificable, pero que se compenetra en el imaginario de los lectores.

Finalmente, considero que atender a esa fluidez que nos atraviesa y que se ofrece como formas de
lectura de lo actual, es una oportunidad de acercarnos a experimentar la narración, unida al cuerpo y a la voz,
ya que esto permitirá construir otras categorías y resignificar los infinitos sentidos latentes en la Literatura
Contemporánea.

Bibliografía

 Arfuch, Leonor (2010) El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Buenos


Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002.
 Scarano, Laura (2009) “Rituales de intimidad: cuerpo, experiencia y lenguaje” CELEHIS–Revista
del Centro de Letras Hispanoamericanas. – Nro. 20 – Mar del Plata, ARGENTINA, pp. 205 – 228
 Echeverría, Rafael (2009) “El observador y su mundo” volumen I. Buenos Aires Editorial Granica.
 Sibilia, Paula (2013) La intimidad como espectáculo. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

16
El destacado es propio.
17
El destacado es propio.
18
El destacado es propio.

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