El Peronismo y La Educación
El Peronismo y La Educación
El Peronismo y La Educación
2. Escenario
3. Cuando el peronismo llegó al poder, le gente temió por el futuro de la educación. La oligarquía,
por ejemplo, temía que los “cabecitas negras” invadieran las limpias aulas de la escuela. Sumado a
una serie de pautas del gobierno, sentían que la estética populista insultaba su buen gusto
conservador. La iglesia argentina se inclinaba más bien hacia el corporativismo y el franquismo ; e
identificaban al peronismo con el fascismo . Junto a sectores oligárquicos, se preocupaban por
desarrollar un sistema de educación privado, e independiente del gobierno. Formaron logias, y
creían que la Argentina blanca e hispánica debía expandirse y la educación imbuir a la población
de la esencia de lo nacional.
4. Hubo así, una fractura entre discursos políticos pedagógicos: Peronismo y Radicalismo.
Radicales y demócratas formaban un bloque, que defendía la educación estatal, laica, obligatoria y
gratuita, y la reforma universitaria. Algunos de ellos fueron Olga y Leticia Cossettini, Antonio
Sobral, Luis Iglesias; quienes se alinearon en defensa de los principios educativos liberales contra
el avance del nacionalismo; sin comprender la raigambre popular y sus posibilidades democráticas.
El gobierno peronista se dedicó a perseguirlos.
5. El peronismo heredó del régimen del 43, funcionarios ultranacionalistas que querían para la
escuela el carácter de un regimiento. No entendían de la misma manera el problema de la
participación popular y tenían distintas concepciones pedagógicas. Se demandaba aprender
oficios, las mujeres querían estudiar, los empresarios reclamaban personal más capacitado, los
inmigrantes del interior necesitaban atención educacional. El sistema educativo argentino vivía
una crisis de crecimiento. Algunos normalistas formados con ideas de la Escuela Nueva
coincidieron en la postura antirracionalista y antipositivista del peronismo. Enfrentados el
peronismo y los liberales, avanzó el nacionalismo católico en educación.
7. El primer ministro de educación, Belisario Gaché Pirán , decía que la justicia social se debía
ejercer mediante la educación humanística, desde una doctrina antimaterialista, antitotalitaria y
antirracionalista. Proponía que la educación estimulara la iniciativa, la capacidad creadora y el
sentido de justicia social. Ivanissevich , segundo ministro, impulsó tanto desde la UBA, como desde
el ministerio, una política oscurantista, con contenidos enciclopédicos y elitistas. Jorge Pedro
Arizaga , secretario de educación, docente, adherente del escolanovismo; diseñó una reforma del
sistema escolar que introducía criterios nacionalistas democráticos y daba mucha importancia a la
educación práctica. Relacionaba la enseñanza con el medio social y con el desarrollo económico.
11. Los docentes carecían de una organización nacional y dirigencia capaz de elaborar propuestas
que fueran más allá de la defensa de la legislación. El gobierno mantuvo la posición antiformalista
casi hasta el final y organizó un sindicato oficialista, la Unión de Docentes Argentinos (UDA). En
1954 se promulgó el Estatuto del Docente del General Perón , que alcanzó a todos los docentes
nacionales. Esto cayó mal a los docentes, ya que cometía el error de darle al cuerpo legal un tono
partidario.
13. Las reformas más importantes al sistema educativo fueron realizadas durante el primer
gobierno peronista y se fundamentaron en los principios del Primer plan Quinquenal . Éste
destacaba la búsqueda de una filosofía educacional que equilibre materialismo e idealismo y que
haga compatible el principio de democratización de la enseñanza, patrimonio igual para todos, con
la creación de una modalidad de compensación para quienes no han tenido las oportunidades de
educación. Debía haber enseñanza práctica y profesional en el nivel medio. La opinión oficial, era
que los problemas educacionales se debían a las influencias del normalismo positivista y liberal,
falta de sentido nacional, persistencia del enciclopedismo, y a defectos en la organización escolar
de base positivista.
14. Arizaga trató de dar respuesta a los grandes problemas pedagógicos históricamente no
resueltos. Proponía la educación del espíritu, la instrucción para el trabajo, la vinculación con la
realidad y la formación del hombre para la Nación. Intentaba alejarse del nacionalismo católico y
del liberalismo normalizador. Se enfrentaba con el enciclopedismo academicista y
ultranacionalista; pretendía formar en el niño la inteligencia práctica, sin dejar de enseñarle el
dominio de las normas, los sentimientos y la voluntad de superación moral, dentro de la
concepción argentina del mundo y de la vida. El principio básico organizador era el idioma y la
historia nacional. Incluía la educación moral y religiosa. Se trataba de vitalizar la escuela dándole
activa participación en la vida social. El factor considerado más eficiente para lograrlo era el
trabajo , entendido integralmente y no sólo como adiestramiento.
15. <ul><li>El nuevo plan contemplaba una enseñanza primaria formada por: </li></ul><ul><li>Un
primer ciclo optativo preescolar de dos años (4 y 5 años). </li></ul><ul><li>Un segundo ciclo
obligatorio de cinco años (6 a 11 años). </li></ul><ul><li>Un tercer ciclo obligatorio de dos años
(12 a 14 años), que se componía a su vez de cursos para formar obreros con nivel de oficiales para
todas las especialidades (manejo de herramientas para oficios, huertas, manufacturas y
comerciales). Se ingresaba previa acreditación de aptitudes, y era gratuito sólo para quienes
demostrasen imposibilidad de pagarlo. </li></ul>Después de 5 años de especialización, los
maestros de primaria podían optar por ingresar a dos modalidades de enseñanza superior no
universitaria: el magisterio primario o el profesorado secundario.
17. Pero la reforma tuvo corta vida. El sistema del bachillerato clásico, fundado por Mitre, resistió.
Una brecha entre distintas concepciones del sujeto de la educación argentina atravesaría el cuerpo
de la educación media peronista. Se construyó un discurso político educativo que incorporaba
algunos elementos nuevos. La reforma del primer gobierno peronista pretendía erradicar la
discriminación. Se daba respuesta sin precedentes a la demanda de educación de los sectores
populares. Pero se les diseñaba una zona especial del sistema, separada del tronco clásico, por
reglamentaciones y requerimientos. La educación superior universitaria, sería gratuita y exigía
calificaciones suficientes en el secundario para acceder a ella. Estaría gobernada por un Consejo
Universitario, acordado por el Senado, profesores, y alumnos. En el cuerpo docente, habría
profesores extraordinarios plenos, extraordinarios y titulares. Ingresarían por oposición pública, y
su cargo, sería remunerado dignamente. Los alumnos serían regulares o libres. Se formaría un
fondo de becas por parte del Estado.
18. Observaciones de la primera reforma del sistema educativo hecha por el peronismo
23. <ul><li>La enseñanza media normal en 1955, duplicó su población desde 1943.
</li></ul><ul><li>En 1943 era estatal el 61, 87% de los establecimientos educativos, y privado el
38, 13%. En 1955, 69, 35% y 30, 65% respectivamente. </li></ul><ul><li>El sistema educativo
privado había decrecido al término del segundo gobierno peronista. </li></ul>
24. Perón iniciaba un doble juego de poder con la Iglesia. Por un lado favorecía al liberalismo
católico que quería desarrollar un sistema escolar propio y ratificaba la enseñanza religiosa en las
escuelas públicas; por otro lado, incorporaba formas de control de la acción eclesiástica dentro de
la educación. Organizó en 1947 la Dirección General de Instrucción Religiosa, que controlaba los
programas de religión de escuelas públicas. Con la Ley 13047/47, se ordenaron los
establecimientos particulares en varias categorías: adscripto, oficial, libre, y de enseñanza general.
27. El segundo gobierno de Perón oscilaba entre la profundización de la modernización del Estado,
las reformas sociales y la independencia nacional o la alineación con EEUU en la política
desarrollista. En 1954 se dictaron la Ley de Divorcio y la Ley de Profilaxis, se decretó la supresión
de festividades religiosas y se suprimió la enseñanza de la religión en las escuelas públicas. Los
partidos políticos trocaron sus posiciones, opuestas a las que habían sostenido en la primera
oportunidad; pieza maestra de la hipocresía nacional.