9-Lección NUEVE. TAREA
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Gonzalo Báez-Camargo
Párvulos
Principiantes
Niños de 6 a 8 años tienen una imaginación muy desarrollada y les
encanta historias de hadas, gigantes, princesas, príncipes y lo sobrenatural.
Ya saben diferenciar lo real de lo imaginario o exagerado. Les interesan
historias de ángeles, los milagros y todo lo que se relaciona con lo
sobrenatural.
Primarios
Adolescentes
Jóvenes
Adultos
Hay una variedad de temas que le puede interesar al adulto, pero deben
tener una aplicación a la vida real. Pueden aprender y ser inspirados por
historias de sacrificio y servicio, por historias de triunfo o biografías; historias
verídicas de personas que tuvieron que enfrentarse con luchas en la vida, en el
hogar, el trabajo y la vida social. No olviden que hay historias bíblicas como
Esther, Rut, Jonás, Oseas y Gómer, porciones de la vida de Jesús o los
apóstoles y muchas otras que pueden ser de mucha inspiración y aplicación
para el adulto.
PREPARANDO LA HISTORIA
Climax
Desarrolloo
Introducción:
Desarrollo:
Clímax:
Conclusión:
Aplicación:
No deje todo para el final, la aplicación debe ser entretejida por toda la
narración; pero aquí debería haber algo que une la narración con la vida real.
Si siente que es el momento oportuno para una oración de consagración o
arrepentimiento, no la deje para más tarde. Sea flexible al mover y a la
dirección del Espíritu Santo.
PARA INTERMEDIOS:
El valor de Daniel
PARA ADULTOS
8. Practique la historia
Tome tiempo de practicar la historia contándola en voz alta.
CONTANDO LA HISTORIA
1. Vivir la historia
Al contar la historia, olvídese de sí mismo, concéntrese en la historia e
identifíquese con ella. Así los oyentes podrán captar y sentir los eventos
presentados como si fueran experiencias personales. Podrán sentir lo
que siente el héroe: amor, odio, frustración, tristeza, victoria, gozo, etc.
3. Haga pausas
Para obtener efecto dramático es bueno hacer pausas de vez en cuando.
Deben ser naturales, como parte natural de la narración.
EJERCICIO:
b. ¿Cuál es el clímax?
De repente Jesús dejo de hablar. Con gran sorpresa Zaqueo vio que
venía caminando hacia el árbol donde él estaba. Zaqueo tenia
vergüenza de que la gente lo viera y trataba de esconderse más. Pero
Jesús se paróa la piel del árbol, miró arriba y lo llamó. ¡Zaqueo no
podría creer lo que escuchaba! ¿Cómo sabia Jesús su nombre? ¡Nunca
lo había conocido! Pero Jesús lo estaba llamando. Le dijo: “Zaqueo,
bájate de allí porque quiero ir a tu casa”.
c. ¿Cuál es la conclusión?
Estando con Jesús, Zaqueo empezó a ver qué clase de persona
era. Se dio cuenta de que no podía seguir viviendo en forma tan
deshonesta, sacándole dinero a la gente. Le pidió perdón a Dios
por haber hecho tantas cosas malas. Le dijo a Jesús que iba a
devolverle a la gente todo el dinero que le había sacado y mucho
mas también.
d. ¿Cuál es la aplicación?
Cuando nos encontramos con Jesús y permitimos que el entre a
nuestras vidas, todo nuestro ser completo va a cambiar y ser
transformado. Esto lo pudimos observar en Zaqueo desde que
Jesús llego a su vida todo cambio, hasta su reputación.
Zaqueo era un hombre a quien nadie quería. Cuando caminaba por las
calles la gente cruzaba al otro lado para no tener que saludarlo. Nadie quería
invitarlo a su casa. Era un hombre muy rico, pero muy solo. Trabajaba para
el gobierno cobrándole dinero a la gente. Él iba a las casas de la gente,
golpeaba la puerta (¡toca! ¡toc!) Y cuando la gente abría la puerta, él decía:
“Usted debe pagar $500 al gobierno”
Pero era mentira. Esa persona debía mucho menos dinero al gobierno,
pero como no podían hacer nada, y le tenían miedo al gobierno, le pagaban el
dinero a Zaqueo. ¿Y Zaqueo? Él iba contento a su casa a gastar todo ese
dinero que había cobrado de más y no era de él. Con justa razón la gente no
lo quería.
¿Jesús? Zaqueo había oído hablar de él y sabía que era una persona
muy buena que hacia cosas maravillosas ayudando a la gente. Vio un lado
grande al lado del camino y pensó: “¿Y si voy rápido y me subo a ese árbol
antes que alguien me vea? ¿Desde allí puedo ver perfectamente a Jesús?”
Eso fue lo que hizo. Se fue muy silencioso al pie del árbol y mientras
todos miraban a Jesús, Zaqueo se subió muy rápido al árbol y se escondió
entre las ramas. ¡Era cierto! ¡Desde allí veía perfectamente a Jesús! ¡Qué
cosas hermosas enseñaba! Nunca había escuchado algo así.
De repente Jesús dejo de hablar. Con gran sorpresa Zaqueo vio que
venía caminando hacia el árbol donde él estaba. Zaqueo tenia vergüenza de
que la gente lo viera y trataba de esconderse más. Pero Jesús se paróa la piel
del árbol, miró arriba y lo llamó. ¡Zaqueo no podría creer lo que escuchaba!
¿Cómo sabia Jesús su nombre? ¡Nunca lo había conocido! Pero Jesús lo
estaba llamando. Le dijo: “Zaqueo, bájate de allí porque quiero ir a tu casa”.