Vida Universitaria de Vallejo
Vida Universitaria de Vallejo
Vida Universitaria de Vallejo
No hay información de referencia sobre los estudios primarios realizados por César
Vallejo. Sólo se sabe que los inició a los ocho años de edad en la Escuela Municipal de
Santiago de Chuco.
Según el Certificado Oficial de Estudios expedido por este centro educativo, de los 36
cursos que llevó en secundaria en 15 obtuvo veinte de nota. Destaquemos dos cursos que
obtuvo la nota de veinte, por lo que fue distinguido como el mejor alumno en Gramática
Podemos concluir entonces que, cuando se fue del Perú a Francia en 1923, Vallejo ya
todos los premios por materias. En el segundo año de Letras, Vallejo ganó esta vez todos los
menos de lo que te enseñan eres un mal estudiante, si estudias sólo lo que te enseñan eres un
Vallejo era de estos últimos, como lo eran casi todos sus amigos de generación,
integrantes del Grupo “Norte”, jóvenes intelectuales integrados alrededor de Antenor Orrego y
José Eulogio Garrido. Un grupo que aprendía más de lo que le enseñaban oficialmente,
trabajó como profesor en Huánuco en 1911. trabajó como maestro primario en el Centro
Viejo, escuela ubicada en la Plaza de Armas de Trujillo, y en el Colegio Nacional de San Juan.
alguien todavía notable que vivió la experiencia de ser su educando. Ese estudiante fue Ciro
Alegría.
y a leer y escribir. También trataba de enseñarnos a cantar, pero nosotros lo hacíamos mejor
que él, pues tenía muy mala voz. En cuanto a marchar no se preocupaba de que lo hiciéramos
bien, cosa en que ponían gran empeño con sus discípulos los maestros de grados superiores.
Cuando los alumnos del colegio pasábamos en formación por las calles, yendo al campo de
paseo o en los desfiles del 28 de julio, los del primer año de primaria, con nuestro melenudo
desgarbada. Oíamos que la gente estacionada en las cercas murmuraba viendo al profesor:
“Algo que le complacía mucho era hacernos contar historias, hablar de las cosas
triviales que veíamos cada día. He pensado después en que sin duda encontraba deleite en ver
la vida a través de la mirada limpia de los niños y sorprendía fuentes de poesía en su lenguaje
lleno de impensadas metáforas. Tal vez trataba también de despertar nuestras aptitudes de
Cierta vez, se interesó grandemente en el relato que yo hice acerca de las aves de corral de
mi casa. Me tuvo toda la hora contando cómo se peleaban el pavo y el gallo, la forma en que
la pata nadaba con sus crías en el pozo y cosas así. Cuando me callaba ahí estaba él con una
pregunta acuciante. Sonreía mirándome con sus ojos brillantes y daba golpecitos con la yema
de los dedos, sobre la mesa. Cuando la campana sonó anunciando el recreo, me dijo: ‘has
contado bien’. Sospecho que ese fue mi primer éxito literario. “No siempre le producían
placer nuestros relatos. Un día, llamó a un muchachito que era decididamente tardo. El
pequeño, quizá más trabado por el mal talante que traía nuestro profesor –tenía la boca y el
entrecejo fieramente fruncido-, no pudo decir casi nada, repitió varias veces la misma frase y
de repente se calló.
cruzando los brazos metió entre ellos la cabeza y se puso a llorar ahogadamente. Vallejo se
incorporó estremecido y fue hasta el pequeño. Estrechándole las manos lo llevó hasta su
mesa, donde le acarició la cabeza y las mejillas hasta calmarlo. Sacó su gran pañuelo para
enjugar las lágrimas que brillaban aún sobre la carita trigueña y luego se quedó mirándolo
largamente. Sin duda en la desconsolada angustia del narrador frustrado, sintió esa que a él
mismo solía oprimirlo muchas veces y ha aludido en sus versos. Cuando recuerdo aquella
ocasión, me parece verlo arrodillado con la mirada sufriendo por el niño y él y todos los
Es indiscutible, por otro lado, que la vivencia enseñante de Vallejo con alumnos de
primer año de primaria, el sentir las emociones de estos pequeños alumnos e interactuar con
ellos, le sirvió de base para crear su conocido cuento Paco Yunque, cuya conmovedora historia
César Vallejo deseaba viajar a Europa y lo hizo en 1923. Estuvo por diversas ciudades
como París, Madrid, Moscú, Budapest, Bruselas y Berlín. Permaneció en el Viejo Continente
quince años y se casó con la francesa Georgette Philipard. En París fundó la revista Favorables
París Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú, y en 1930 viajó a España, adonde apareció
la segunda tirada de Trilce. De 1931, año de un flamante recorrido a Rusia, son El Tungsteno
y Paco yunque. En 1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido marxista
español. Ese mismo año regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras darse
la guerra civil española, reunió fondos para la causa republicana. Entre sus otros escritos
destaca la obra de compañía Moscú contra Moscú, titulada luego Entre las dos orillas corre el
río. Posteriormente aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz
1973.