Resumen Del Enigma de Socrates Mena Melo Yermain
Resumen Del Enigma de Socrates Mena Melo Yermain
Resumen Del Enigma de Socrates Mena Melo Yermain
SEMESTRE: X
La Apología de Sócrates habla sobre cómo el filósofo se debate entre la vida y la muerte en
un Tribunal en Atenas, por el simple hecho de defender sus ideales.
“Yo solo sé que no sé nada”, la icónica frase de Sócrates en donde nos expresa que incluso él
estaba consciente de sus propias limitaciones ante la inmensidad del conocimiento. Y es que
no hay peor ignorante que la persona que cree saberlo todo, pues quien cree que ya tiene el
conocimiento suficiente sobre algo está en un error.
Según Sócrates, siempre hay algo para aprender, solo debemos buscarlo y querer hacerlo; y
no dejarse llevar por aquellas que se creen y sienten que son sabios ya que esto lleva a una
persona a un nuevo nivel de ignorancia. Y que la persona que ha avanzado en su camino
hacia la sabiduría, cree firmemente que todavía le falta mucho por aprender de las demás
personas, del entorno y de cada acontecimiento que suceden en nuestros días
Ante esto podríamos interpretar que con esta afirmación puede que Sócrates, en realidad, al
sentenciar que “no sabe nada” estuviera afirmando que tampoco tiene nada que enseñar, sino
que aprender.
Atendiendo a esta interpretación podemos concluir algunas ideas que se esconden tras esta
afirmación:
No existe la verdad absoluta; esto propone la idea de que el individuo no tiene la verdad
absoluta, y que es importante que este tenga la disponibilidad y voluntad de aprender, así
como de adquirir nuevos saberes.
En cierto modo, para Sócrates no existe una verdad absoluta. Su filosofía consiste en poner
todo en duda y demuestra que, aunque estos expertos dominan muchos tecnicismos dentro de
su campo del saber, en realidad, desconocían por ejemplo cómo vivir en sociedad.
Entonces, ¿qué quería conseguir Sócrates con ello? Aparte de descubrir la certeza de las
palabras del Oráculo, el filósofo quiso que sus interlocutores dudaran de sus conocimientos y
hasta de ellos mismos, para que llegaran a entender que nadie tiene la verdad absoluta sobre
nada.
Podemos decir que la verdadera sabiduría consiste en reconocer los límites del conocimiento
sobre algún tema determinado, estar dispuesto a aprender constantemente, evitando hablar
como si se conociera todo, cuando realmente se ignora.
Está claro que, en cierto modo, Sócrates deja en evidencia a aquellos que creían tener la
razón. En este sentido, con esta sentencia, se podría establecer una línea divisoria entre sabios
o ignorantes.
El ignorante cree saberlo todo, cree tener la razón e, incluso, es desconocedor de su propia
ignorancia. El sabio reconoce que aún hay mucho por aprender de los otros y del entorno, si
desea ampliar sus conocimientos y ganar nuevas perspectivas sobre un tema.
El hecho de reconocer que los conocimientos no tienen límites, que no todo está plasmado o
dicho, es lo que separa a los sabios de los verdaderos ignorantes.
Podemos concluir que la búsqueda del conocimiento debe ser con humildad, debido a que no
sabemos si las personas nos odiaran, nos culparan o incluso podrían volverse en contra de
uno que quiere cambiar la forma de pensar
Y que Sócrates, a raíz de esa afirmación del oráculo, fue ganando la conmoción y la
perplejidad del oráculo, y que solo Dios puede serlo y él no puede equivocarse.