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d < » f i t f t II

Ayuntamiento de Madrid
L0$ VUELOS DEL PRINCIPE PP

E n el viaje del principe P P y su esposa, se asoman cierta vez, y ven la vista que reproducimos, donde uno se sienta en una hoja de chumbera,
y un burro se alegra de que un banco, al peso de una señora gorda, man de por los aires a un gaucho. ¿Y el que se pisa la barba? ¿Y el perrito
cochino de una esquina de abajo? ¿Y el que se encuentra con un garrotazo en la cabeza? H ay mil cosas pintorescas.— (Foto Sama.)

OI p o r r o ,
« I rsitw n H
«►I
Ayuntamiento de Madrid
( C o n tin u a c ió n .) señor v iz c o n d e !... ( L e limpia con gran solemnidad todo
C hai.— ( A p a r te .) ¡P o b re señor! ¡Cómo se m ata el traje.) ¿Q u iere el señor vizconde levantar los b r a ­
a tra b a ja r! D os telegram as le d a n ja q u e c a ... zos? ( L e limpia debajo de los brazos, y el vizconde
V iz .— ( L e y e n d o .) “ Su hijo h a ascendido a general hace como si le hicieran un poco de cosquillas.) A h o ra
por h a b e r g a n a d o la guerra; hoy m archa a ca sa de las suelas, señor vizconde. ( L e coge las piernas y hace
vuestra excelencia; mi enhorabuena.— E l general C as­ como si le herrara.) Su excelencia h a q u e d a d o limpísi­
taña de Indias.” ... ¡O h , qué satisfacción ta n honda. mo. ¿Q uiere que le limpie ah ora los bolsillos?
C h a to ! V iz .— ¡ ¡ N ó , no!! Siga con mis antepasados.
C hat.— ¡Q u é alegría, señor v izco n d e!... V o y por C hat.— ¿C on cuál debo em pezar?
el plumero p a ra retocar todo el saló n ... V iz .— C on el primer vizconde del T ram polín. ( S e ­
V iz .— ¡M ag nífica idea! ¡T ráigalo, pero que inme­ ñala al más antiguo.)
d ia ta m e n te !... C hat.— ( S e sube en una silla para la lim pieza.)
Chal.— V oim e corriendito. ('5e Oa.) E xcelencia: y a que hoy es d ía de animación, ¿se 'me
V iz .— ( S o l o .) Q uiero que todo esté muy limpio, permite preguntar que por qué le dieron a ese c ab alle­
p a r a que luego lo llene él con el polvo de la b atalla. ro semejante título?
Y entonces le haremos que deje la huella d actilar en V iz .— ¡O h , verá usted qué hombre! E se primer
los muebles, y la conservaremos siem pre... ¡O h , las abuelo mío m a n d a b a un grupo d e triponcios con­
huellas, del general C h o n ch illa!... tra la ra z a verde de la Isla Grilla. Los grillos o gri-
Chat.-— (C o n un plumero m u y g rand e.} A q u í está llenses h a b ía n hecho alrededor d e su castillo una gran
el a p a ra to de hacer cosquillas a los muebles y la bro­ fo sa...
cha d e afeitar a esos tres señores de los retratos. ( E m ­ Chat.— (D e s d e la silla.) '\Q ué astutos!
pieza por una silla.) V iz .— Escuche y calle. D o s o tres generaciones de
V iz .— (S e v e r o .) ¡ P e r o ..., oiga usted! ¿N o sabe triponcios se h a b ía n despanzurrado en lo hondo.
que donde esté el señor vizconde, el señor vizconde es P e ro a mi abuelo se le ocurrió poner un trampolín, con
antes que las sillas? ayuda del cual saltaron todos los sold ad o s... y ven­
Chat.— (R e v e re n c ia n d o .) ¡P erd ó n ! ¡Perdónem e el cieron.

p I porro «
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Ayuntamiento de Madrid
4> I
C hat.— ¡Q ué tío! E S C E N A II
K iz.— Bisabuelo, bisabuelo; no confunda.
D IC H O S , P E P E Y BLAS
C hat.— Quiero decir que qué inteligente... ¡Y o que
le lim piaba el polvo como si fuera un calendario de
P e p .— (E n tra n d o con íóias.) ¡O h, qué gran placer
esos de e sta m p a !...
es estrechar hoy su m a n o !...
V iz .— P u e s desde hoy, antes de cosquillearle las
V iz .— ( Q uejándose disimuladamente, porque le han
narices, le pide usted permiso. estrechado la m ano demasiado fuerte.) ¡A y ! E l gran
Chat.— ¿ Y si no me contesta?
p la c e r..., el gran placer es e! m ío... señor de Botijo. ( A
V iz .— E l que c a lla ... otorga.
B la s .) A usted le daré la izquierda p a ra que descanse
Chat.— c Y si le pido permiso p a ra no limpiarle? esta pobrecita...
V iz .— E l que c a lla ... no otorga. Blas.— Como si quiere usted darm e la patita, como
Chat.— (P a sa n d o a otro retrato.) A sí se h a r á ... Y los loros. V iniendo de vuestra excelencia, encantado.
este otro, ¿quién es, señor vizconde? P e p .— Venimos a felicitarle, porque hemos leído en
V iz .— U n caballero que tiene en su vida dos g ran ­ el H eraldo de la Triponcita que retorna vencedor su
des méritos: ser hijo del primero y ser abuelo de! últi­ hijo.
mo, que soy yo. B las.— H a s ta lo com entan los periódicos extranjeros,
Chat.— (P a sa n d o al tercero.) P ues sí que fue un como Lo. V o z de E sto m a g a n cia ...
gran hoiftbre. ¿ Y éste? V iz .— L e estoy esperando, sí. Como que hoy hemos
V iz .— ¡T res méritos, n a d a menos! Nieto del uno, p a sa d o a los muebles el plumero de las grandes solem­
hijo del otro y p adre de aquí. ( S e señala a sí m ismo.) nidades. ¡ Y a propósito...! ( L l a m a el timbre.)
C hat.— ( T e r m in a n d o .) Entonces vuestra excelen­ C hat.— (A p a r e c ie n d o .) ¿ L la m a el señor vizconde?
c ia ... V iz .— E l plumero p a ra estos señores.
V i z .—¡¡Cuatro m éntosi! Chat.-—E s tá bien. ( S e v a .}
Chat.— ( A s o m b r a d o .) ¿C u a tro ? P e p .— ¿ Q u é v a usted a hacer con nosotros?
V iz .— E che usted la cuenta. ( L o s dos cuentan por V iz .— Q uitarles el polvo del camino, p a r a que el re­
los dedos.) Bisnieto del primero, nieto del segundo e cibimiento sea fastuoso.
hijo del tercero, tres. B las.— Entonces, los soldados que hay formados aquí
Chat.— Tres. cerca, ¿son p a r a el recibimiento?
V iz .— P ero, adem ás, yo soy yo. ¡Cuatro! V iz .— E s posible que me estén haciendo a mí la
C hat.— (C o m o a d m ira d o .) ¡A a a h ! Entonces el guardia, como en palacio.
señorito Chonchilla tiene dos méritos más que el señor C hat.— (C o n el plum ero.) A las órdenes de ustedes.
vizconde. (P e p e y B las se miran escamados.)
V iz .— ¿ D o s? P e p .— T ú primero, Blas.
Chat.— N aturalm ente: el de ser él y el de haber Blas.— N o, no; tú antes, que eres mayor.
g an ad o esta guerra. P e p .— D e ningún modo. Y o quiero concederte el
I
V iz .— Sí, claro; pero le bastaría con ser hijo mío honor de que seas el primero.
p a ra poder enorgullecerse. Sin em bargo, todos los T r a m ­ B las.— ¡ E a ! ¡Sea lo que Dios quiera! ¡V en g a!
polines h a n servido p a r a algo. ("Se encoge como para recibir una ducha y Chalo los
(S u e n a el timbre.) limpia cuidadosamente uno por uno. E l vizconde anim a.)
Chat. — Retiróm e, porque llam an a la puerta. V iz .— ¡Q u e queden bien limpias esas e sp a ld a s!...
( A p a r te .) E ste pobre señor es un tram poh'n... de circo. M ucho plumero d e b a jo de los brazos hasta que se cai­
P a r a eso h a servido. ( S e v a .) gan de cosquillas... ( L e s hace cosquillas.) Insista en
V iz .— (H a b la n d o solo.) Y a lo dice la leyenda de las rodilleras...
mi escudo: “ Con trampolín, a la luna; y sin él, a la la ­ Chat.— ( T e r m in a d o .) ¿ M a n d a n algo m ás?
g u n a .” Y o mismo fui a saltar cierta noche un charco V iz .— Q u e se ausente el pollo.
con trampolín, y me caí de patitas en el a g u a ... P ero C hat.— E l pollo auséntase. ( S e v a .)
en el a g u a se reflejaba el astro de la noche, y siempre P e p .— L e traigo a Chonchilla unos versos. ^
puedo decir: "C o n trampolín, a la l u n a . .. ” B las.— P u e s observe el reloj que le traigo yo.
C h a t . — (E ntrando, ya sin el plumero.) Señor V iz .— P e ro este reloj está parad o.
vizconde: esperan don P e p e Botijo y don B las E s- B las.— A h í está la gracia. E s un reloj que y a no
cobitas. me servía p a r a n a d a . P e ro se lo voy a reg alar con las
V iz .— Q u e pasen. manillas puestas en la hora exacta en que los negros
Chat.— (V olviéndose a la p u e rta .) E l señor vizcon­ del país de la c a ñ a firmaron la paz.
de les espera. ( S e üa.) ( Cotiliiniaiá.)

<>0
<» B H

Ayuntamiento de Madrid
StlMA^VAKlU IWKAJNTIL. DIKECTUR: AMTUMIUKUUBLISS
P r i n c i p e d e V e r s a r a , 42 y 44. A p a r t a d o 33. T e l é f o n o 51S87
é v l p o r r o f
N úm . 31. — M a d rid , 2 7 de diciem bre de 1930
r u t ó n q S u s c r i p c i ó n . — E s p a ñ a . Portn t^nl y A m é r i c a : A ñ o , 20 pp«etap;
.
B e m e s t r e , 1 0 ; t r i m e s t r e , 6 F n i c i a y A l e m a n i a : 2 5 , 13 y 7;
D e m á s p a í s e s ; 4u, lu ¿ o. L^.^^iusiva üc p u u i i c i a a a ivuüuf]
" ' a t o . . . M o s s e i b é r i c a , S . A . ” En M a d r id , N i c o l á s M a r í a R i v e r o , l i .
t e l é f o n o 1 552S. E n B a r c e l o n a , R a m b l a d e C a t a l u ñ a , 15, t e ­
l é f o n o 1313U.

ejemplar pertenece a
No podéis imaginaros el tra ­
bajo que me costó acostum brar­ XXXI.-Agitador
Ratón me a vivir en el Museo de Histo­ de b ich o s dise­
Bombón ria N atural, entre los bichos di­ cados.
secados. Os lo aseguro.
T odo,m e daba miedo. Un toro enorme me asustaba mucho? porque siempre me
parecía que tenía un leve movimiento. El tigre, con la boca abierta amenazadora, re­
sultaba terrible...
Pero yo me empeñé en vivir allí unos cuantos días y lo conseguí, aunque para
pasar más tranquilo las noches me iba a un nido de golondrinas que el disecador
había hecho, y allí me acostaba entre golondrinas inmóviles, pero suaves y de plumitas
simpatiquísimas; parecían vivas.
Por el día volvía a visitar todos aquellos enormes bichos, como el elefante, en
cuya boca me metí alguna que otra vez, y la jirafa, que era una cuesta muy pina
para llegar a la cabeza.
También había vitrinas llenas de topos, armiños, ratas, ratones, ardillas y demás
animalitos, y yo gustaba de ponerme quieto, quietísimo, y que la gente dijera:
— ¡Qué bien disecado está ese ratón del lazo en el rabo! ¿Verdad?
Otros inocentones añadían:
— ¡Pero si parece de verdad, con el pelito tan lim pio!...
M as como mi carácter no es para estarm e quieto, un día entré en la vitrina de los
ratones por un agujerito que yo me sabía, y me coloqué cuando venía un colegio exa­
minando las salas. •
Estuve quieto, quieto, quieto... Y cuando el colegio estaba más satisfecho, di un
brinco, tiré dos o tres figuras disecadas y salí huyendo.
Todos los niños, y el profesor mismo, se engañaron con el susto, y creyeron que
aquel jaleo de ratas, to p o s,y ratones disecádos, era que todos se movían solos, y
salieron a la calle dando voces y asustando a la gente.
La sala de Historia N atural se quedó completamente desierta, y entonces yo me
subí a la terrible boca del tigre. Y en ella estaba, cuando por la puerta aparecieron
andando de puntillas ocho guardias con las pistolas y los sables preparados para m a­
tar al bicho que se les pusiera por delante.
Entonces, al pasar por el lado del tigre, hice yo un movimiento como si fuera la
lengua de la fiera, y salieron corriendo de nuevo, y empezaron a tirar tiros desde la
puerta, bien atrincherados.
Esto de los tiros me sonó mal, y me salí por el canalón a la calle.
Creo que y a se les ha ido pasando el susto poquito a poco. Vamos, me alegro.

0 I p o rro •
01 u
4» I
Ayuntamiento de Madrid
LOS SUSTOS BEL PAT O FELIPE

Ayuntamiento de Madrid
El Niño Car loto Perra
a a dar la v u e l t a a la Ti erra

0 I p o rro ,
01 II

Ayuntamiento de Madrid
OI
OMO los lectorcitos de tenido el gusto
E sios

C
E l P., R. G. tienen
esixiranzas d e que
les toque la bicicleta, que
u
d e entrevistarnos,
acaso con el lector
más extraordinario de E l
con 1.000 pesetas y una Perro, el R atón y el
muñeca se va a rifar con el chiquillo Fer­
G ato. E s
motivo de L a frase de Don nando M. Musga, de doce
Quijote, e s conveniente años, gran amigo de la
que hablemos de ciclismo, Sierra. H asta el punto de
que es un deporte bonito, que cuando le pregunto
sin duda ninguna. que qué le gustaría ser,
E n E spaña no ha cre­ dice que campeón de sal­
cido el entusiasmo, por­ tos en esquíes o guarda
que es país m uy m o nta­ alpino.
ñoso. Pero en pa;&ss de muchas carreteras horizonta­ — Pero tienes que tener en cuenta qi<e yo quiero
les, como Francia o Alemania, hay gran entusiasmo. saber la carrera que vas a estudiar.
Lo que pasa en España es que cada vez es más útil — Pues... yo voy a estudiar... militar, para m andar
la bici para los obreros, que pueden vivir en barrios un regimiento de esos de Infantería Alpina, o para ir
de las afuéras, y llegar a las obras sin pagar idas y a la guerra, a una guerra de montaña.
venidas del tranvía. — ¿Y qué animal te gusta más?
E l que se dedica al deporte cichsta, apenas puede — Los abanicos de boquerones.
dedicarse a otra cosa, porque necesita un entrenam ien­ — ¡Bah! Eso es un chiste. Yo quiero que me digas
to constante y duro, resistiendo los climas variados, cual es el que te es más simpático.
solo con sus ropitas ligeras. — El perro; cualquier perro fiel que sube con su
En Francia reina gran entusiasmo, y en todas sus imo por la nieve. ¡La nieve es tan b onita!...
— ¿Y cuál es el que le gusta más?
— El oso blanco.
— ¿ Y has pasado u na aventura cualquiera con al­
gún animal?
— Una vez se me perdió un diábolo entre la nieve;
anduve buscándolo mucho tiempo, porque era nuevo.
No lo encontré. T ardó tres días en quitarse la neva­
U n ena­ da... y al tercer día estaba mi perro a la puerta de
El e n tu sia s­
m orado de mi cuarto arañando. Le abrí, y traía el diábolo... ¡Qué
m o fra n cés
perro más rico es!...
p o r la 8US esq u íes
— ¿Tienes cariño a algún juguete?
b i c i c l £ ‘ >v.
como de — mi s esquíes. Si se me partieran, sería como p a r­
su s p iernas. tírseme una pierna. ¡Cómo me conocen ya!
— ¿T e has llevado algún susto grande, grande?
— ¡Y a lo creo! U n a vez, corriendo con los esquíes
con otros dos muchachos, se enredaron en u n a caída
grandes poblaciones hay velódromos, o campos de ci­ nuestras seis tablas y nuestras seis piernas, y nos en­
clismo, con las vueltas m uy torcidas p ara darlas m e­ tró un momento tal terror, que creíamos que no po­
jor. Resulta precioso. díamos salir de allí jamás.
Otra pruelDa del entusiasmo francés es lo que lla­
man la Vuelta a Francia. T rátase de un recorrido de
4.000 kilómetros próximamente, que hacen en varias
etapas.
Se celebran algunas veces carreras ciclistas con en­
trenador, para las cuales cada bici lleva delante una
motocicleta o un automóvil, que evita el que el aire
le dé al corredor, y de ese modo, pueda correr más;
porque la resistencia del aire contiene mucho la
marcha-.
En estas carreras, todo depende de que el entre­
nador conozca bien las características del carrerista,
y sepa bien en qué vueltas o cuestas tiene que variar
la velocidad.
El deporte, como todo deporte, es bonito. Pero hay
que agradecerle a la bicicleta que, como es barata,
sirva a las clases humildes p ara evitarse cansancios. — ¿E n qué te gastarías las 1.000 pesetas del premio
¡Viva la bici/... de E l P., R. G.?
—E n viajar por los Pirineos.
E l ■pollo Guinda.
E l tío preguntón.

— ¿ S a b e s dónde he tenido Que esconder e l dinero para


que no lo vea el tunante de mi marido?
— ¿Dónde?
— P u e s e n l a e s p u e r t a d e s u s h e r r a m i e n t a s . A l l í n o lo E l m é d ic o .— S i u s te d quiere c u rarse, tie n e qu e a le ja r se
toca . c o m ijie la m e n tc d e l tabaco.
E l e n f e r m o .— E s o ,>to p u e d e s e r , d o c to r. E s el pan d e m is
U n h u esv ed m a ta a su p a tr ó n dá n d o le u n c o rle en el hij os.
c u e llo . E l j u e z le p r e g u n t a ' . — j E l ta b a c o ?
— ¿Qíte o f ic io t e n i a u s t e d ? — S í , s eñ o r. S o y e sta n q u e ro . ¿ C ó m o a le ja r m e ?
— S a s tr e . ¿ N o v e u s te d que m e d ed ic a b a a c o r ta r p a ­
tro n es ?

— ¿ A q u e n o s a b e u s t e d p o r q u é r a z ó n p o n e n c o lla r a E n la S ie r ra .
lo s p e r r o s ? — Chico, e s t o y fa s tid ia d o . N o te n go ta baco, y no s é v w i r
— ¿ N o lo h e d e s a b e r ? s in f u m a r . _ . .
— ¿ P o r qué? — í K p a r a q u é q m e r c s f u m a r aquí, s i a q m e l a ire es
— P o r q u e se d e ja n . puro?

Oí p o r r » t
« I r » t ó H 4
e l ^atO r*.
Ayuntamiento de Madrid
I p e r r o , eI r a t ó e l g: a t o
el m e d i o de l o c o m o c i ó n
C omienza ah o ra o tro concurso p ara lucir los dibujos m arav illo ­ barco, bicicleta, globo, m otocicleta, p atin eta, trineo, aeroplano
sos de n u e stro s lectorcitos, en vista del exitazo conseguido por c' tren, etc.) y uno de los tre s fam osos T respelos, B om bón o A di­
de la persona, el anim al y el mueble, que ha llegado a ta n to s con ­ vino. 5.“ Se a co m p añ ará m uy C LA R O el n om bre y señas. 6.‘ P o n ­
cursantes. dréis en el S O B R E la siguiente direcció n: “ E L P. R. G. (D ib u­
E n el nuevo concurso, lo que ha de dibujarse es un medio de jos). A p a rta d o 33. M ad rid .” 7.“ E n tr e los ciue hagan los dibujo!
tra n sp o rte ( “ a u t o ”, barco, “ b ic i” , “ m o l o ” , p atin eta, aeroplano, m ejores y los dibujos m ás graciosos, regalarem os preciosos p re ­
tren, etc.), y, adem ás, a T respelos, B om bón o A divino: uno de mios.
los tres, y to d o lo que el niño quiera añadir. E jem plos de lo que hay que m a n d a r: una niña y Trespelo»
H e aquí las bases, que habéis de leer con m u cha atención, a n ­ en a ero p lan o ; un niño en p a tin e ta y B om bón corriendo d e t r á s ;
tes del envío, si no queréis que el dibujo se nos caiga en el c e s t o : Adivino y una niña inflando un glo b o ; T respelos en “ b ici” y un
i.“ Cada uno de los dibujos v en d rá ac o m p añ ad o de un C U ­ chico poniendo la g o rra para que la pise, etc., etc.”^En fin, lo que
P O N . 2." Sus c u a tro lados te n d rá n e x actam en te S I E T E C E N T I ­ os parezca.
M E T R O S cada uno. 3.’ E s ta r á n dibujados con tin ta m uy NEGRA.. Moy se publican todavía dibujos dcl anterior concurro. En la
4.“ T e n d rá n un medio de locomoción cualquiera (autom óvil. plana cen tral vienen tres cupones.

74 5.— C a r m e n A g u a d o . 7 4 6 .— C l o t i l d í n V i c h . 747.— C l o t i l d e V ich. 74 8.— C l o t i l d e V ich. 749.— J a i m e B e l l v c r .


La G arganta (C. R eal). V alen cia. V alen cia. V alen cia. C a stelló n .

750.— C l a r i t a E sp añol. 7 5 2 .— O f e l i a San tonja. 7 5 3 .— F a n n y M e d in a . 754.— A n d r é s O r t e g a .


M a d r id . 75 1.— F a n n y M edina. M a d r id . S evilla.

7 5 5 .— A n d r é s O rteg a .' 756 .-^ Q u ctita M oscada. 757.— J o s é P a lacios. 75 8.— ^José P a l a c i o s . 759.— M a r i a n o d e P a z .
S evilla. San R a fa el. Falen cia. F alen cia . La Cornña.

o l p o r r o ,
4» I «I
Ayuntamiento de Madrid
D E B É I S DECIR A VUESTROS
AMIGOS QUE TODOS COMPREN EL

ALMANAQUE
DE

©I porr«»«
©I rsitó e i u
©I

PORQUE ES EL MEJOR

ALMANAQUE
DEL MUNDO

iO J O !
está a la venta ¿JNA PESETA

52 -

P lieg o n.“ 31.—^46. El sargento Lutgarto Tinta y Calamares, que manda el pelotón destacado en Vilia-
CUPON FIN DE AÑO C U P O N LA FJ?ASE D E -
burrillos, <jcqn quintos villaburrinos. Cuando está de mal humor y no tiene ganas de hablar, si se toca la
■fetría 'derecha dél "bigote,' és media vuelta a la derecha, y al contrario.—47. Sabino, que cuando va con
Cupón C. I. A. P.
Presentando dos cupones como éste en;
para enviar un dibujo DON QUIJO TE ^ la novia, la hace ir llevando el paso.—48. Toribio, que quiso fusilar a una mosca porque se le había
parado en la nariz. Y lo que hizo fué fusilar un botijo, parque la mosca voló.—49. Severiano, que ha L i b r e r í a F e r n a n d o F e , P u e r t a d e l S o l, 1 5; L i b r e r í a R e n a c i m i e n -
pa r a en viar la so lu ció n del to ,, P r e c i a d o s , 46 y p l a z a d e l C a l l a o , 1, M a d r i d ; L i b r e r í a B a r c e l o -
c o n c u r so d e l A lm a n a q u e .
batido el record de no haber dado jamás en el blanco.—50. .-^rtemio, que sueña fuerte y sueña que pega al n a , H o n d a d e la U n i v e r s i d a d . 1, B a r c e l o n a ; L i b r e r í a F e , Car a­
La frase que se publica en
el n ú m e ro .11 o erte n e ce al sargento. Todos sus compañeros pasan grandes noches de risa.—51. Jeremías, que se come un cubo de r a n ­
L a s t i j e r a s e s t á n e n ..............
No se re m ita sin saber capítulo ............... cho y luego lo relame.—52, S3 y 54’ Tigre, Carbonero y Paloma, gatos del alcalde, el secretario y el maes­ Í<X X JUUlUUi Of UCXCA» 4JIU1C11C» i Uj UC 1**
tro. El primero va con los chicos de la escuela a coger fruta a los huertos.— 55. Apolonio el Guiños, que ta d , 16, S a n S e b a s t i á n ; L i b r e r í a F e , R e a l , 24 , La Coruña;
(H ace fa lta ta m b ién el cu­
bien las condiciones del co n­ (E ste cupón no se enviará se ha empeñado en que la /> y la a hacen plú.—56 y 57. Jenaro y Lino, buenos chicos, que en la plaza, en vez T án ger, a n tig u a c a lle del B anco de E sp añ a,

pón de A ño N u e v o .) curso.
h a s t a n o r e u n i r 4 0 o 42 d e
e sta s er ie .) de ju g a r al peón, hablan de Astronomia.— 58. Salomón el Pecas, campeón de guá.—59. Saturio el Buitre, que C I A .R o b t e n d r é i s e l 15 p o r 100 d e d e s c u e n t o e n l a o b r a q u e q u er á is !
dice que 5 y S son I 3, y si le regaña el maestro, dice que para él S y 5 son 12, aunque diga otra cosa la co m p ra r d e l fo n d o d e l c a tá lo g o de la C IA P. (E d ito r ia le s R e ­
n a c im ien to , M undo L atin o y E strella.)
tabla. Es muy cabezota.—60, 61 y 62. Pavos del pavero que se publica en el Almanaque de El P. R. G.

Ayuntamiento de Madrid
( D i b u j o s d e D u r a n .)
os ■II

Y E S IH'T'
„ iü
nllllln AGOS.
\ MENEN CARGADOS D

VEINTISEIS CUENTOS INFANTILES EL M U N D O D E LOS A N IM A L ES EL A R B O L DE N A V ID A D

por Antoniorrobles. seis m a ra v illo so s cuentos por M anuel A b r il. por S a n to n ja y T orres.

E s t e d e l i c i o s o lib r o , u n o de l o s m á s i n t e r e s a n ­
L a l i t e r a t u r a i n f a n t i l m á s b e l l a , l o s c u e n t o s de I.— P a n f r i t o y B o r l a de p o l v o s . t e s do s u g é n e r o , c o n t i e n e c u e n t o s d e e x t r a o r ­
m ás g r a cio so in ter é s, la s ilu s tr a c io n e s m ás p in ­ II.— T r a m p o l í n y l a P á j a r a p i n t a . d i n a r i a a m e n i d a d p a r a e l n i ñ o ; g r a b a d o s de
t o r e s c a s . T o d o lo r e ú n e n e s t o s t r e s t o m o s de III.— L i m p i a p l u m a s . gr a cio sa com icid ad ; c a n to s y p a g in a s m u sic a ­
o u e n t o s de A n t o n i o r r o b l e s , d e q u i e n u n e r a n les, en tre las cu a les d e sta ca u n a in é d ita y o r i­
p e n sad b r e sp añ ol ha dicho r e c ie n t e m e n te : " A n ­ I V .— E l c u e n t o de P í o - P í o .
g in a l del m a estro J a cin to Guerrero.
to n io rr o b les, hab lan d o a los n iñ os, si que pu ed e V.— D o n V eloz.
fo r m a r una g e n e ra c ió n de hom b res para E s ­ 5 pesetas.
VI.— E l d o m a d o r de le o n e s y el b ru jo E st ru ja -
pañ a.” S I E T E RAY<^S D E S O L
lim o n es.
por C oncha E sp in a.
T r e s t o m o s , 12 p e s e t a s .
5 pesetas.
D IA B L O S Y D IA B L U R A S
OTROS C U EN T O S INF A N TIL ES
OCHO C U E N T O S D E N IÑ A S Y M UÑECAS seis cuentos m a ra v illo so s por M anuel A b r il “ E l li b r o d e l o s R e y e s M a g o s ” , 5 p t a s .
S w i f t ; “ V i a j e s d e G u l l i v e r ” (2 t o m o s ) , 8 p t a s .
I.:— L o s t r o s h i j o s d e l D i a b l o . P e r r a i i l t ; “ C u e n t o s d e v i e j ' a s ” , 2, 50 p t a s .
por A nton iorrob les. T. E t z e l ; “ R o b u o e l n i ñ o p r o d i g i o s o ” , 3,50 pe -
II.— T o t ó , T i t í , L o ló , L i l i , F r u f r ú , P o m p o f f y ■ setas.
E s t e l i b r o a d m i r a b l e , q u e a c a b a de a p a r e c e r , la s e ñ o r a R o m b o e d r o . S o u z a C o s t a ; “ H i s t o r i a d e l N i ñ o J e s ú s ” , 2,50
l l e v a a l f in a l d e la o b r a , é n u n s o b r e , o c h o m a ­ III.— D o n P a b l i t o , e l a t r e v i d o . pesetas.
r a v i l l o s a s e s t a m p a s e n c o l o r e s , r e t r a t o s de l a s J. d e C o u l o m b ; “ L a s o r t i j a do G a s t ó n F e b o ” ,
Dcho p r o t a g o n i s t a s de c a d a u n o de l o s o c h o IV .— L a n u e z de B a r t o l o y e l c o n s t i p a d o del 4 pesetas.
cuentos. D ia b lo . T h a c k e r a y ; “ A v e n t u r a s d e u n f a n f a r r ó n ” , 2, 50
V.— N a p o l e ó n , e l c h ic o . pesetas.
6 pesetas. VI.— E l n i ñ o q u e q u i s o s e r g i g a n t e . H a w t h o r n e ; “ C u a n d o la t i e r r a e r a n i ñ a ” , 5 p e ­
setas.
D i c k e n s ; “ C u e n t o s do v a c a c i o n e s ” , 2 ,5 0 p t a s .
EL PA IS D E M ARA VILLA D i c k e n s : “ L o s t i e m p o s d i f í c i l e s ” , 4 ,5 0 p t a s .
A n d e r s e n ; “ L o q u e v i ó la l u n a ” .
D ...................................................................... r e s i d e n t e
e n ....................... , c a l l e ................................................. , s e i s c u e n t o s p a r a n i ñ o s p o r M a n u e l A b r il.
n ú m e r o .......... d e s e a l e r e m i t a n ......... e j e m - D ............. ....................................................... . r e s i d e n t e
p la i-es de “ V e i n t i s é i s c u e n t o s i n f a n t i l e s ” y I.— E l s e c r e t o d e G a r l o p i l l a . e n .............................. c a l l e ................................................ ,
........ e j e m p l a r e s d e “ O c h o c u e n t o s d e n i ñ a s n ú m e r o ........., d e s e a s e l e r e m i t a n l o s l i b r o s
y m u ñ e c a s ” , c u y o i m p o r t e d e p e s e t a s ......... I I . - ^ E l a r t e de B i r l i b i r l o q u e . s i g u i e n t e s ; .........................................................................
pagará contra reem b olso. III.— E l lo r d , J o h n y e l m a r i n e r o .
F e c h a ...................................................... I \'. — L a s s o m b r a s . c u y o i m p o r t e de p e s e t a s ......... p a g a r á c o n ­
tra ree m b o lso .
Firm a; V .— U o ñ a S e m a n a . F e c h a ......................................................
VI.— E l c u e n t o d e “ ¡ N o e s v e r d a d ! ” Firm a;
C IA P . A p a r t a d o 33. M a d r id . C IA P . A p a r t a d o 33. M a d r id .
P e d i d o s a C I A P . A p a r t a d o 33. M A D R I D .

Ayuntamiento de Madrid
os tres amigos Mel,
L
I o podía yo quedar­
me sin echar un j Gas y Bal, estuvie­
M vuelecito e n mi ron toda la tarde
aeroplano hacia la ciudad pasando revista a todo el
que acaso es la más bella e i pueblo de Villacaballos y 81
del mundo, desde el-pun­ al de Villaburrillos, por­
to de vista turístico.
Di pronto con un to-
bo que son coleccionistas, y
hasta hicieron un partido
se
ledanito m uy salado, que de fútbol entre los dos

\ V
^ iba comiendo una figuri-
m azapán; porque
fon equipos, con asistencia do
las autoridades de ambos
ñor
\ Y ^- — / el mazapán de Toledo es pueblos y la banda de
riquísimo.
Le dije que si me quería
del música.
U n poco se preocupa­
acompañar y me enseñó la hermosa Catedral, del si­ ron porque les faltaba ün guardia civil de diario y un
glo X III, muy grande, con ocho puertas principales, a ai cachorro de león.
Después se fueron a casa del profesor Sí, que a todo
fe
cual más bellas.
—Esto encierra mucha riqueza, entre joyas y cua­
dros— me dijo dentro el toledanito— . ¡Pero mucha re dice que sí, y M el le preguntó;
— ¿Puede usted decirnos algo de la infancia de Pi- sor
riqueza! M ira sus verjas qué bellas son. H ay 750 ven­ zarro?
tanas, todas con vidrieras de colores. Tiene 84 colum­ — Sí; Francisco Pizarro, el conquistador del Perú,
nas. La sillería del coro está tallada, y es riquísima,, nacido hacia 1475, no supo nunca leer ni escribir. E ra
con escenas de la conquista de G ranada y muchas co­ pastor en Trujillos, pueblo extremeño; y una vez que
sas más. conducía cerdos, dice la leyenda que se distrajo; se
Salimos de aquellos tesoros, y el amigo me dijo le )ierdieron, y para que no le regañaran en su casa
luego;
— Esto es San Juan de los Reyes, otra joya arqui­
tectónica, con las cadenas que tenían los cautivos cris­
tianos al conquistar Granada, colgando en la fachada
Tam bién me enseñó Santa M aría la Blanca y la
sinagoga del Tránsito. Ambos edificios eran templos jlíí
judíos. Luego entram os en Santo Tomé, y ante un cua­ Toledo,
dro me dijo: ~
la vieja
— Este es el mejor cuadro que pintó el Greco, el me­
jor cuadro de E spaña y el mejor cuadro del mundo. ciudad llena ^ 1
Se titula El entierro del conde de Orgaz. de Arte.
Muchos críticos dicen, como el toledanito, que, en
efecto, es el mejor. Además, Toledo posee muchos cua­
dros de este extraordinario [lintor.
Vimos el Alcázar, que fué palacio de Carlos V, y
hoy es la Academia de Infantería. Y vimos las bellas
puertas de la ciudad llamadas del Sol, del Cambrón huyó. Con unos traficantes llegó a Sevilla, y allí em­
y de Bisagra, y los dos puentes sobre el Tajo, desde barcó para Santo Domingo. Desde entonces, no dejó
los que la vista es preciosa. esa vida de m ar y de aventura, hasta el punto de ser
él el que mandaba la expedición que, como os digo,
i'oiiquistó el Perú.
Gas, que era el segundo en preguntar, dijo:
— ¿H ay alguna forma casera de cortar una botella
en círculo por donde se quiera?
— Sí— contestó Sí— ; no hay má.s que echar aceite
lasta el punto mismo por donde quiera cortarse. Des­
pués metéis una varilla de hierro que esté al rojo, y
como el aceite se calienta en seguida, se salta exacta­
mente por donde quería.' Vamos a ver, ahora, qué
quiere saber don Ball.
— ¿Sabe usted la velocidad que alcanzan las p a ­
lomas mensajeras?
— Sí— contestó Sí— ; las palomas mensajeras pue­
den alcanzar una velocidad de sesenta kilómetros por
hora al principio del vuelo; pero en vuelos de diez
Toledo es una bella ciudad, donde hoy se fabrican horas, la velocidad media suele ser de cuarenta y cin­
armas blancas. co. Los halcones vuelan a velocidad media de cincuen­
—¿Y qué forma tiene la provincia?— le pregunté. ta y cinco en los recorridos largos, y pueden llevar
—La de un enano dormido. mensajes de más peso; pero son caros y difíciles de
—¿Cuáles son sus pueblos principales? enseñar.
— Acuérdate de esto: — ¿Quién toca el organillo? Luego marcharon los tres niños a casa, y encontra­
— E s Totó. — Prias anótala y llena vá hermosa. Pero ron el civil y el leoncillo debajo del aparador.
hay que decirlo así: '— ¿Quín oca orgalillo? — Es Totó.
— Fue ñutíala y-lle-na-va hermosa. Y los pueblos son: Cinconianos.
Q uintanar de la Orden, Ocaña, Orgaz, Lillo, Escalo­
na, Toboso, Torríjos, Puente del Arzobispo, Madride-
jos, Talavera, Illescas y Navahermosa. — ¿ En q u é p r o fe s ió n del m u n d o h a y m á s e d ucació n y
corrección /
* * * — Ett la d e f a c t o r d e ¡as e stacio n es, p o r q u e hasta con ¡os
eqtíif>aj'es p a stan etiquetas.
E n t r e a n tig u o s ladrones.
— ¿ S a b e s una c o sa ? A h o r a s o y hon ra do , y tr a b a jo en una
jo y e r ía .
— A v e r las que tr a e s h o y , oye. E u uu r es ta u r a n te d e piso b a jo :
— Q u e baje n un p oco ¡a pe rs ia n a d e ¡a puerta, p o rq u e
¡lace m u d i o calor.
E l d e se o d e los e stu d ia n te s p e re z o so s e s s e r com o el río, — E s q u e a s i no v a a po d e r e n tr a r el aire.
porq ue sinnc su curso s in le v a n ta r s e d e l lecho. — Q u e s e a g a d i e un poquito.

porro ,
I rató n q
Ayuntamiento de Madrid
4»l
8n el ie r c e r día de enero
CUENTO por J U A N J UGUE T E
T odos debemos haber oído h a b la r del la mar, y avanzó considerablemente, re­ tras pudiera, comería plantas, que sufren
joven José R eló, hombre bueno y valien­ m ando con sus propias manos. ¿ P a r a qué menos.
te, que una vez, al ver que en un paso más? A llí vió unas flores amarillas. ¡ A por
a nivel un tren iba a d a r c aza a un a u ­ L lev ab a de camino marítimo cuatro ella s!...
tomóvil que llevaba señoras, se puso d e ­ días sin encontrar un pez grande a su G u a rd ó entre unas piedras sus escasas
lante del auto hasta que lo detuvo misma­ paso, cuando el m ar se puso de mal hu­ reservas, y se acercó a las plantas leja­
mente al llegar a la vía. mor, y empezó a moverse con angustia nas, que tenían flores con cabezas a m a ­
E l se tumbó en el suelo, y el fren pasó la artesa, a la que José R e ló h a b ía pues­ rillentas.
por encima sin tocarle, y se llevó las to por nombre este pensamiento suyo, que Com ería flores una tem poradita, a ver
ruedas delanteras del automóvil. P e ro s i . dibujó p a ra que lo leyeran los peces: E l cómo sab ían : a ver si tenían un sabor
no llega a ser por él, las señoras y su a u ­ que se aprovecha de la pequeñez ajena poético.
tomóvil se hubiera desehecho d e b a jo del M a s, ¡oh, qué gran sorpresa! L a s le­
es un cobarde.
tren, irremediablemente. Los empujones de las o las'llev aron a janas flores se movían y venían hacia
José R eló, hombre buenísimo, que, con la embarcación contra unas rocas, cu a n ­ é l! ... E ra n chinos, doce chinos con la
respecto a los niños y a los animales, es
do y a el ag u a com enzaba a entrar en la c a ra más am arilla que el mismo color
lo que se dice un “ quijote, se enteró de
artesa y hasta en las botas del “ marino” , amarillo, si eso fuera posible.
un antiguo refrán que dice: “ E l pez
y em pezaba a m ojar higos y dátiles. ¡Q u é horror! ¿ Q u é h a ría ? Los chinos
gordo se come al chico” .
D e un brinco se encontró en las rocas, le veían con tipo de hombre, y venían a
— ¿ D e modo— se dijo él— que los pe­
ces grandes abusan de su tam año y se a salvo con sus m anjares. él disparándole flechas y tiraan do c a n ta ­
tragan a los inofensivos peces chiquitines? Subió a un a de las piedras, y vió que zos.
¡Esto no puede ser! H o y me hago una se tra ta b a de una isla no muy grande, José R eló, aterrado, corría, se escon­
b arca, y me echo al m ar a predicar la con poca vegetación y sin ningún edi­ día, h u ía ... U n cantazo de aquellos le
p a z del fondo. ficio. h aría trizas la c a b e z a o la barriga, y
Y , efectivamente, cogió una artesa de U nos especies de gatos subían y b a j a ­ se moriría p a ra siempre, sin a c a b a r de
lavar la ropa, la arrastró con una cuer­ ban por los árboles. ¿ T e n d ría que d a r pacificar el mundo.
d a hasta el mar, compró higos, dátiles y un cantazo a un animalito de aquellos C u a n d o se encontraba cansado, se es­
ciruelas pasas p a ra el camino, se echó a p a ra poder comer? ¡L o sentiría! M ien ­ condía entre unas rocas y d e ja b a la c a ­

o j i í »ori*o ,
o l rsitoii u
^ I
Ayuntamiento de Madrid
venció a doce un caballero
D I B U J O S de C L I M E N T

b eza fuera, poique esconderse d e l-to d o brarse, m an a n d o adem ás sangre por tres mente, "el último venía acob ard ad o, agi­
no le era posible. dedos m achacados. tado y cansadísimo. E r a el 3 de enero.
Los chinos veían la testa, y tiraban Se repitió la cosa con otro; pero aun José R e ló le sonrió, le dió la mano, le
flechas y piedras; y aunque no se les en­ q u e d a b a n diez, que rugían y disparab an ayudó a subir y le señaló el a g u a d e un.
tendían sus p alab ras, bien se adiv in ab a sus flechas, las cuales p a sa b a n a veces m anantial de piedra p a ra que bebiera un
que estaban celebrando un divertido con­ por el la d o de sus orejas, silbándole. traguito. M u c h a no, porque venía sofo­
curso entre ellos p a r a ver cuál era el que . T iró más piedras, _e hirió a otros c u a ­ cado, y eso era malo.
le p eg ag a o le a n d a b a más cerca. tro. A u n q u e d a b a n seis; pero y a no que­ Entonces los dos se dieron la m ano
E sta diversión les ap a c ig u a b a algo; d a b a n más piedras. Entonces se acordó pacíflcamente, cogieron a los once heri­
pero al pobre José R e ló no le d ejab an de que no era mal “ chutador” en el fút­ dos y uno por uno los llevaron a la blan ­
salir de allí, y c u a n d o pretendía escapar, bol, y al séptimo le esperó p re p a ra d o con d a aren a de la p lay a, por la parte seca.
volvían a las risas y a la gracia d e ver la puntera en una m uñeca, q u e -le hizo Con cuidados afectuosos, en los que
quién le atizaba. caer con la boca incrustada. José R e ló era un maestro, curaron divi­
V ie n d o que el ham bre ap re ta b a , el v a ­ Y a no le q u e d a b a más que otra bota, nam ente a los chinos, que, al verle, pri­
liente m ozo cogió una de las piedras que que la empleó con el octavo. E l cual ta m ­ mero se asustaban y luego le sonreían.
h a b ía por allí cerca, y se la tiró a ellos, a bién cayó desvanecido, con el tacón in­ Y cuand o sanaron quedaron ta n a g ra ­
ver si les a su sta b a ... crustado en un hombro. decidos a nuestro héreoe, que le coronaron
P e ro esto les enfureció terriblemente, y ¿ I b a a ho ra a pegarles en la cabeza con un a corona de doce flores amarillas,
se dispusieron a darle e l . a taqu e, p a ra con unas piedras grandes que le h a b ía n en recuerdo de los doce chinistos. Y fué
a c a b a r con él. qu edado, o a clavarles la navajilla que una fiesta a la m anera china.
José R eló no quería ni m atar, ni aun tenía p a r a contar v aras? ¡C a ! N o se L e hicieron luego una b a rc a vaciando
herir a nadie; pero estaba la cosa tan atrevió. E so podría m a ta r a un chino, y un viejo tronco, y volvió a E sp a ñ a tran-
difícil, que pensó en su m ad re (que era no se atrevió. P e ro los otros cuatro se­ quilamentee.
una buena señora que siempre le estaba guían intentando subir. Y a en E s p a ñ a , dijo que todos los hom­
diciendo que no hiciera d a ñ o a n a d ie ), y Entonces se le ocurrió un a defensa a n ­ bres saben ser buenos. ¡T odos, todos!
pidiéndola perdón, aunque la tenía tan tipática, pero irremediable; meterles un Y c a n ta b a unas canciones chinas que le
lejos, se dispuso a luchar. poco por los ojos los dedos de sus manos. enseñaron sus doce compañeros de isla
R eunió piedras; y cuan do iba a subir Y lo hizo con uno, con dos, con tre s... cuando v aciab an pacientemente y poco a
el primero, le pegó un cantazo en una Los tres caían con los ojos dolidos. poco el tronco que luego fué su em bar­
mano, que le hizo despeñarse y descala­ A l último y a no quiso tocarle. C ierta­ cación.

Ayuntamiento de Madrid
£os domingos de Chin y ^ely

Veréis, lectorcitas, lo que pasó el do ­ y oscureció y entristeció el cielo de un mo­ h a d a del bosque, y te voy a convertir en
mingo, cuand o la niña B e l^ y la m uñe­ d o terrible. pino si me tocas.
ca Chin subieron al bosque y cam ina­ B e l^ dijo: E l leopardo se creyó que la m ona se
ban tranquilam ente; la niña iba hacien­ — Y o venía a ju g a r a las comiditas h a b ía convertido en la niña, porque creía
do labor, y, en cambio. Chin iba p a s a n ­ con la mona y con la liebre, y este leo­ en ha d a s y brujas el m uy bobo, y la dijo
d o florecitas por un hilo p a ra hacerse pa rd o nos ha a g u a d o la fiesta, porque yo que y a no la volvería a tocar.
un collar. quiero mucho a la m o n a ... Entonces salió del árbol la chiquilla, y
D e pronto, B e ly notó que la d a b a n Entonces se atrevió a descender del le dijo que si quería ju g a r a las comidi­
un golpe en la cabeza. E r a un monito árbol, se dirigió despacito hacia la fiera, tas, que lo p asaría muy bien con ellas.
que, haciéndola seña de que g u a rd a ra se escondió detrás d e una piedra, y h ab ía Y jugó, y se divertía mucho. E l era el
silencio, la dijo que subiera a la ram a dicho a Chin que en aquel momento h a ­ am o d e la tienda, y su criado era un
donde el mono estab a subido. b lara algo. pato. E n una piedra lisa le puso B e ly
Se encaram aron en el árbol las dos Y la m uñeca dijo: judías blancas y coloradas, lentejas,
hermanas, y el monito, con lágrimas en — D e ja a la mona, leopardo. arroz y piedrecitas de mar, y el leopar­
los ojos, las dijo que estaba muy asusta­ E l leopardo se acercó al árbol, a ver do se divertía vendiéndolo a la niña, a la
do, porque tenía una herm anita escondi­ quien le llam ab a, y entonces Bel]) se me­ m uñeca, a una cigüeña, a la liebre y a
d a en el tronco viejo de un árbol, y un tió con la m ona en el hueco del árbol. una ardilla. Q u e c a d a una tenía su casa
leopardo se h abía em peñado en c azarla V olvió otra vez la fiera, y entonces la en una piedra, y p a g a b a n con hojas de
y estaba a la puerta esperando a que niña asomó la c a b e z a y dijo: encina.
saliera. — T e n en cuenta, leopardo, que no C u a n d o estaban m ás anim adas, Bel\)
Efectivamente, las niñas guardaron si­ soy una mona, como tú te creías; soy el dijo al leopardo:
lencio, y se oía gemir a la pobrecita — ¿ T e divierte esto?
m ona: — Sí, mucho.
«Bcly» compró a «CKfn» un
— ¡Perdónem e usted, señor leopardo! — P u e s te voy a decir la v e rd a d : la
precioso libro (jue se titula;
¡Y o seré su criada, su e sc la v a !... P e ro m ona está allí escondida, llorando por­
no me m ate usted, que soy todavía muy que no la dejas jugar.
chica y me d a mucho m iedo...
8 cuentos Entonces el leopardo mismo fue a bus­
L a muñeca, al oírlo, sintió ta n ta a n ­ de niñas y muñecas c a r a la d esg raciad a mónita, y la tomó
gustia, que se la saltaron las lágrimas esc rito s p o r A n t o n i o r r o b l e s p a r a la s n i ñ a s , y d e dependienta en su tienda.
como a una niña. q u e tie n e lo s p e rs o n a je s de lo s c u e n to s e n ¡ Y se divirtieron m á s ! ...
c a r t u l i n a s re c o rta b le s.
P a r a colmo d e desgracias, una nube 6 P E S E T A S
parecía venía a descargar una tormenta, Tinita.

Ayuntamiento de Madrid
— TU — — O tI —

B[ BUqiJUOS ZOA UOD o f i p ---- ¡ |3 U9 !---- p ‘BpU3p 3p p q JB p ¡01ld3a}S3 3jqUJ3J UOD 9UI0[d
¡OOBS p U3 BU3UI 3} OUI 3S opo; ;oso;uBds3 ousnj^ un 9[¡b}S3 35U3d3J 3q
-siui BJoi[B ‘oiui ofii| sasanj ig! ¡opsoad sbij A ‘ap •BpBlJ B¡|3q B| 3p sofo SOJ 3p UBipUSjd
-JB4 Bun 3nb sBta opB;s3 sBij ojvj! ¡oiiuoq iínjy\[!— -S3p as 3nb sbuiu S bj sb ¡ sosaq sns uoo 9Sn[ua ^
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BJ3190 a p B p B Jiu i B u n 9 i 3 u i p -so jsa s p a jp B U i b j -uoo BJ ua am opuB oB uquia X sofo souiAip snj U3 znj
BpBJUaS BqB}S3 OpBj n s Y -S01U3IA S0| 3 p BA sno B[ BJ o p u a iq a q opBj nj b Baainbis oinuiui un jBisa op
B o j B ip s u i u i D n b s o q ¡3 U3 9JJUOOU3 3s A ‘oX ns o u j o j -3 nd is Muí BJBd ajuBjapB ua Buaaja b3S aijoou bj anb
U3 9Ji¡/\¡ ' o p i o p U3 B ioaJB dB a n b ‘b u b u b u i b[ 3 p o io o Bjjoduil 3UI 000J ¡OSIBJBJ J3p pBppiJ3J BJ BpO} SBU
- n j 3 }U B jjuq p BJ3 o jjs B ] 3 n b Y 'B Jn o o j s p 0 5 u 3 u i0 a i -3A SIUI U3 JSpjB 0}U3IS X OJOpB 3 ! ¡lUI Jod S3JOJJ
u n U3 Í 3 p i 3 d 3 p OlUnjJOJUI J3 Á .I3A3J^U3 3 p Bl|Dip BJ ou ‘— adiouijj ja 9jnuijnui— BjnjBUD JBIJS3J3Q!—
opiU3} B iqB ij 3 n b ‘o s j b j b j p p Jo p u B [d s a .i o t u u j n o u io d -sbuiuSbj sb | sofo sns U3 UBqBjjuq
B |p j iS 3 Bun B q B |¡ u q soÍ3{ 0[ Y ®°1 9 H R V 3nb 9AJ3sqo ‘bjj3 U3 3SopuBfy ‘SBUi ;osopij3p ouans
¡ 3 j d u i3 i s B JBd O S IB JB J J3 o p i p j s d 31J ‘|3 3 n b OpOUl OUI ungjB ap sosjnduii b b isju o s anb X Biuijop anb oqoip
-SIUI p p ‘X ‘U B p Y OUIOO 0 p B 3 3 d 3J_J ' ---- OpUBZO¡[OS asBjaiqnj^ -BpBij jap oijsoi ojaoiijoaij j3 ojduiajuoo X
o f ip ---- ¿lU I 3 p Z ip jU I ‘oq03lj 3l{ 3 n b Oj S3 311^? — ‘SBiUBi SBj 9JBd3S ‘JoqiB jB 90ia0B as ‘oSiBquia uig
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— ¿ N o ^podría quedarm e p a ra siempre aquí?


#
— preguntó.
— D e ti depende conseguirlo— respondió la a m a ­
ble h a d a — . Si resistes la tentación que venció a tu
antecesor A d á n , podrás vivir aq u í por los siglos de
F CISCO los siglos.
— N u n c a a rrancaré las m a n zan as del árbol d e la
(VIAJANDO POR LOS S I GLOS)
ciencia— dijo el Príncipe— ; h a y otras muchas fru­
tas no menos bellas y apetitosas.
■—^Buenos son tus propósitos, y y a veremos si pue­
M onté una vez más en mi caballo de escoba, y, des cumplirlos— contestó el h a d a — ; pero si sientes
según nos rem ontábam os por el aire, le dije: que tu voluntad flaquea, vuelve a irte con el viento
n#'
— Dirígete hacia Italia, y de sa n d a los años pre­ del Este que te trajo, y que se m archa p a r a no vol­
cisos hasta llegar al 1200. Quiero h a b la r con el hom­ ver hasta dentro de un siglo. Si te quedas, p a sa rá n
bre que, siendo hombre, h a d e ja d o en la vida el más por ti esos cien años como si no fueran más que cien
claro rastro de bondad. horas; pero será tiempo bastan te p a r a que las ten­
Y a comprenderán mis lectorcitos que mi deseo era taciones pongan a prueba la solidez de tu propósito.
tener la dicha infinita de h a b la r con el santo F r a n ­ A l separarse de ti todas las tardes, te pediré que
cisco de Asís, cuyas doctrinas, si de ellas hubiera me sigas; pero g u árd ate de hacerlo, porque tus d e­
hecho caso el mundo, nos tendrían en el m ayor mundo seos llegarían a ser más poderosos que tu b u ena vo­
de dulzura. . luntad. V e rá s la sala en que está el árbol de la
Si el mundo sigue sus doctrinas, será el único medio ciencia. Y o duermo bajo sus, hojas d e em briagador
de que se salve. perfume. T e llam aré; pero si te acercas, se hundirá

— 144 —
Ayuntamiento de Madrid — 137 —
— 68T — m —

-pB opBoad ou an b ppuB suad ‘b ¡jb 2u b o |b b 91JJ uaiq opo) a p aiu an j ‘p n i i u bj a p Bpuas bj BpuBjsuoo
- 0 0 ‘o a s a p p n b B o j u a u i o u i u n j i j s i s a j uis ‘a d i o u i i j ja A u9 p n jo s a j uoo oinSis ‘b S jb j X n u i anj an b ‘BpiA
Á. ‘B j n z j n p u o o o p u a u u o s 9 u ib ¡[ B jjg ‘sis B ^ x a u o o ns Bpoj 9}ÚBjnp A ‘sBzuBuasua sns B}uano ua ja u aj

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ouiA u n saiuBuiBip A o io a p Bdoo Bun ua uoiB juasaid
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u a 3} B q a jiB a j oA o p u B n o ‘s a o u o i u 'g - o u a n q s b u i a s j a o
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jB ‘an b ozifoj oio a p zqBm u n BqBjuasaad ojaio ja Á a d io u u j ja ‘sand ‘afBiA a n ^ ‘Bqanjtd b j o s B u n j o d
‘a ju o z u o q ja ofBq jo g ja ja p u ao sa p b BqBzadui^j a i q u i o q j b B § z n C o u A ‘B } iu g u i sa s o i q a p B ip jo o u
•SBU ioiB s o p B D i j a p SBUi a p Á S B S o u ija q s b u i - a s iu i B '^ ¡ o d u i a q s a o u u n e o j a d í p n B j B u n u a o p i j
s a i o y B p z a A B p B o a n b ‘o s i b i b j j a p u i p i B ] " j a p s b j j - a m B as a n b u a B JB g a jj b i q ! •— s o i q u i o q s o j a j q o s
-lABJB Ui s b j á . B p u a j s i x a n s a p S B p i j a p s b j U B qB JJB U s B j S a u SBjB S B sou id sa A s b S j b j s o p u o o A o u B p n s u n

a n b u a s o j o o s a j B i j s a j a o UBqBjUBO Á SBZUBp S B S o q o u d uo o opqsaA o ja ja n b sa u n a p o p a d s B ja B ju a j A ‘S03

- B o U B q B jiB q s a j B o i j a S u B s a u o p o B j a p s a u a A 9 f SBSom -u aiA SOJ a p o jp B U i b j a p SBJ4o p B q B jsa a n b ‘a j j a n j / ^

bajo la tierra el P a ra íso , y no volverás a verlo. Sil­


b a r á en torno tuyo el viento del desierto, una lluvia
m enuda y glacial e m p a p a rá tus vestidos, y tr a b a ja n ­
do ru d a e incesantemente, apenas conseguirás ir h a ­
ciendo frente a la miseria. Y a estás prevenido.
— D ecididam ente, me quedo aquí.
Entonces el viento del Este le dió un abrazo y le
dijo:
— Diviértete mucho, y hasta dentro de cien años,
que volveremos a vernos. ¡A diós, adiós!
Y extendió sus formidables alas, que brillaban
como los relám pagos y tenían los deslumbradores
matices de la aurora boreal.
— ¡Adiós, adiós!— murmuraron todas las flores,
los árboles y las hierbas.
G rand es b a n d a d a s de aves se elevaron en remo­
linos por el cielo, y acom pañaron h asta los límites
del jard ín al viento del Este.
Entonces la bella h a d a se volvió hacia el joven,
y tomándole de la m ano le condujo hacia un herm o­
so salón form ado con lirios de espléndida blancura
y filamentos de oro que form aban pequeñas arpas,
de las cuales brotaban melodías encantadoras. H er-

Ayuntamiento de Madrid
— 138 — M as h e aquí que a p a re c e el hada.
Si perro, el ratón y el galo...
a l e n t r a r en i 9 S i
E R R A T A E N L A S 2 4 L E T R A S . — P r e c isa m en te el ú lt im o cuadr o de lo s pasatiempos, o s ea el 2 4 , lleva repetido el nú m e ro 7 , y, sin embargo , n o lle v a
nin gún 5 . B ie n s e com prende qu e el zorro e s el 5 , porque está al lado del 4 . N o obs tant e, las c o n fu sio n e s qu e a los c o ncursan tes pued a haber pr oducid o esta
errata, no s e tend rá en cuenta. Confiad en la b enev ole ncia de A d iv in o .
Perro «Tiki»

se hicieron famosos algunos caballos, perros...


C@iicyrsos de esiero > hasta aeroplanos.
Pero pocoa lo han sido tanto como este Tiki^
y febrero Gue ha llegado a ser mascota, soldado, avia­
dor, perro de ciego, lacayo, policía, campeón
deportivo, ladrón, prisionero, herido de hospi­
Durante los meses de enero y febrero va­ tal, actor de cine, etc., etc.
mos a celebrar un nuevo concurso de pasatiem­ Los lectores de E l p e r r o , e l r a t ó n y e l
pos, con lo siguiente: i.°, otros nueve villaca- CATO serán los primeros del mundo que conoz­
ballcnses rotos, que es asunto que nos comu­ can las aventuras del famosísimo perro lobo.
nican que lia gustado a los niños; 2.", cinco
artículos del Mago Botijo mordidos por Bom­
b ón; y 3.°, cuatro escondites del Gato Adivino
(que soy yo) y en los que habéis de buscarme.
Pasado el mes de febrero me enviaréis los El de las pregisntas
resultados, y los que me manden las D I E C I ­
O C H O S O L U C IO N E S J U N T A S Y P E R ­ va a preguntar
F E C T A S , tendrán derecho a entrar en la rifa
de un precioso J U G U E T E que los niños ele­
girán entre varios, y D O S paquetes de libros. Todos, absolutamente todos los lectorcitos, y
Si ninguno enviara bien los resultados, los sobre todo las lectorcitas de E l p e r r o , e l r a ­
regalos se rifarán entre los que hayan estado 2.” L o s guerreros. (Tres paisajes correspon­ t ó n y E L g a t o , van a ser interrogados. Q uere­

más cerca. derán a César, Carlos V y Napoleón, con sus mos saber cómo piensan, qué quieren ser, cuá­
E l Gato Adivino. correspondientes tropas.) les son sus gustos...
3.“ Faenas del campo. (Los últimos tres pai­ P o r eso sería nuestra ilusión que fijáraÍ5
sajes se referirán a la siembra, la recolección vuestra atención en el interrogatorio que o»
y la vendimia.) hará a todos el Tío Preguntón en el próxim o
Esto va a ser M A R A V IL L O S O , M A R A V I­ número, y le contestárais inmediatamente.
Paisajes recortables L L O S O Y M A R A V IL L O S O . ¿Seréis tan buenos que nos enviéis las res­
puestas? Mucho os lo agradeceremos los tres.
maravillosos
¡¡A m igo s!! H ay que fijarse bien en este ca­
ballerete, porque los nueve paisajes recortables Historia Las cosistriiccioBies
que vamos a publicar desde ahora ofrecerán
como cupones nueve pedazos de Don Telesforo de Villacaiiailo&
y su pcrriío. De modo que, los lectorcitos que
nos envíen este señor en sus nueve pedazos del perro Lo más maravilloso de las reformas del a ñ a
compuestos, después de que se haya publicado
el noveno paisaje de 1931, entrarán en sorteo será la aparición de construcciones, correspon­
para otro preciosísimo juguete. dientes a edificios, tiendas, automóviles, aero­
H abéis de g uardar este muñeco sin cortarle planos, navios, etc., etc., de Villacaballos de
de aquí, y cuando vayan llegando los cupones, Cartón.
iréis formando otro D on Telesforo y su perrito E n el próximo número comenzaremos a pu­ Sabemos que ese es uno de los grandes de­
pegado en un papel. blicar la auténtica historia del famoso perro seos de nuestros lectorcitos, y aquí no estamos
Ahora, fijaros en lo que han de ser los nue­ Tiki, uno de los animales que, habiendo nacido más que para satisfacer esos deseos.
ve paisajes: en las trincheras de la guerra europea, después N o vendrá la primera construcción en el p ró ­
l.° Ciudades. (Tres paisajes seguidos perte­ ha llegado a vivir una vida intensa, llena de ximo número, pero no se hará esperar; ya lo.
necerán a las ciudades: antigua, media y mo­ aventuras. veréis.
derna, como las edades de la Historia.) Como en todas las guerras, en esta última Trespelos, Bombón y Adivino.

LA FRASE
Concurso de postín

DE DON QUIJO TE

A v erig uar en cual de los tre s cap í­


LA R A Z A
tu lo s X X X IX , X L y X L I del 2.' to m o
de la g ran d io sa o bra de C ervantes, dice
L A M E J O R R E V I S T A
D on Q uijote las siguientes p a l a b r a s ;

“ Ved, señora, qué es lo que tengo L A S M E JO R E S F I R M A S L A DE M E JO R E S


que hacer, que el ánimo está muy pron«
to para serviros.”
P RE M IO S L A S M E JO R E S FOTOGRAFIAS

B úsquen se las bases y el cupón en


L A DE M A S ^ACTUALIDAD LA M AS AM EN A
o tra s p ág in as de este núm ero.
P re m io ú n ic o : una bicicleta, un a m u ­
ñeca de trap o, un bolsito y i.ooo pe-
isetas. LOS JUEVES 4 0 CTS.

oB p o r r » ,
I rsitO ii q
Ayuntamiento de Madrid
«»I
EL DE LAS P R E G U N T A S

(V é a se la s e c c ió n tit u la d a “ E l de la s p reR u n tas” )

Ayuntamiento de Madrid C o m p a ñ í a G e n e r a l d e A r t e s G r á f ic a s . —M A D R I D .

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