Resumen Textos Bloch, Duby y Ganshof
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1. La Época Feudal
El inicio de un sistema económico basado en una nueva ordenación de las relaciones humanas,
al calor de las condiciones impuestas por las invasiones de los siglos IX-X pero que comenzó
ya desde los carolingios, se dio en el interior de Europa, especialmente en la Galia. Una
economía agraria bajo el control de una aristocracia -religiosa y militar- que transformó las
bases políticas y sociales. Germania más retrasada e Italia en otro estadio fruto del urbanismo
y el uso de la moneda, vieron amortiguado este proceso.
En el mismo sentido, las crónicas religiosas sobre desplazamientos piadosos dan cuenta de la
movilidad creciente de las riquezas, a la luz de una naciente infraestructura de caminos,
sumado al incipiente comercio del que debían participar los peregrinos para abastecerse en su
camino a, por ejemplo, Tierra Santa. Otro ejemplo desde los documentos lo dan los referidos a
las reconstrucciones de las iglesias. Un movimiento de destesaurización dio como resultado un
mejoramiento notable en los edificios religiosos, a la vez que reforzó la circulación monetaria
y de metales preciosos.
El orden feudal.
Es la forma que revistió el ejercicio del poder en Europa occidental a partir del año mil.
Características:
Descomposición de la autoridad monárquica, fruto de la incapacidad carolingia para contener
las agresiones exteriores.
Dispersión del poder. La defensa del “país” pasó a manos de los príncipes regionales, luego a
los condes y por último a los jefes de las fortalezas.
Fragmentación del derecho de mandar, castigar, asegurar paz y justicia a espacios territoriales
más reducidos y autonómicos.
Nueva concepción de guerra y paz. La “paz de Dios”: Obispos apoyados por príncipes locales
reciben de Dios la delegación del derecho de mantener la paz y justicia (anteriormente en
manos del Rey)
Encauzamiento de las agresiones hacia el mundo no-cristiano: Guerra a los infieles. Cruzadas.
Saqueos y exacciones permitidas.
Así fue como tomó forma real la representación social que diferenció las divisiones políticas y
económicas del período: la teoría de los tres órdenes.
Ganshof
Corriente historiográfica que propone que la época clásica del feudalismo era la Alta Edad
Media siglo X al XIII, lo que implicó que consideraban al feudalismo como un elemento
central de la sociedad altomedieval “Sociedad Feudal” y apuntaban que fue en la Alta Edad
Media cuando el feudalismo gozó de su máximo esplendor, mientras que la época carolingia
se encontraba en su infancia.
En la edad clásica estas instituciones han dejado de ser propias de los estados originados por la
desmembración de la monarquía franca: Francia, Alemania, reino de Borgoña e Italia.
El término que designa la tenencia es beneficium. Término que se aplicaba también a una tenencia en
precario, a una tenencia de servicio concedida a ciertos servidores, a un beneficio eclesiástico.
A Ganshof le interesa el beneficium más corriente, el que daba lugar al chasement del vasallo. En
Alemania es el termino técnico, y continuará siéndolo durante mucho tiempo (s. XI y XII). También
en Francia la palabra es utilizada en el siglo X y en la primera mitad del s. XI. Asimismo, se emplea en
los diplomas de los últimos carolingios y de los primeros Capetos.
Pero en esta época aparece otro término: feodum, que más frecuentemente encontramos en la forma y
a veces en la feudum, en frances fief o fieffe, en alemán Lehen, en holandés leen, es decor feudo. La
palabra aparece a fines del siglo IX al sur de Borgoña, en la forma de feus o feos. Designa objetos
muebles de valor y se presenta en el caso régimen y en plural. Las cartas en las que se halla se refieren
a ventas cuyo precio se paga integra o parcialmente en especie, en feos o feus, a los que se les atribuye
un determinado valor.
La explicación de M. Bloc sigue pareciéndole a Ganshof la más satisfactoria. Parte de una palabra
franca fehu-od; el primer miembro, paralelo al gótico faihu, rebaño, parece ser que designaba al
ganado, la riqueza mueble por excelencia; el segundo, od, parece significar “bien”; de ello se deduce
que el conjunto debió significar bien mueble de valor. Es el sentido que hemos reconocido a feos, feus,
cuya derivación de fehu-od no parece presentar mayores dificultades. Los señores dieron feos, feus, a
sus vasallos para asegurarles la manutención. De ello debió derivarse un segundo sentido del vocablo:
“lo que sirve para mantener al vasallo”. Por otra parte, fue tan aplicable a las riquezas muebles como a
riquezas inmuebles.
Otras cartas de la misma época presenta la palabra fevum como sinónimo de beneficium. También en
el siglo X y bajo otras formas como feum, feo e incluso bajo la forma netamente “vulgar” feuz. La
encontramos bien en clausulas de prohibición análogas, bien el propio cuerpo del dispositivo
refiriéndose a la antigua o actual concesión del fevum a un hombre de calidad. Los textos son cada vez
más numerosos en la primera mitad del siglo XI (fevum se usa con más frecuencia que beneficium) La
palabra se extiende también a otras partes de Francia, como Borgoña, en la que se emplea en el sentido
de beneficium, a pesar de que se use más a menudo el termino tradicional.
El termino feodum aparece tímidamente en el oeste de Alemania a principios del siglo XI; pero no se
aplica exclusivamente a tenencias de vasallaje.
En la segunda mitad del siglo XI su uso es normal en Lotaringia, pero la palabra no ha tomado aún el
carácter de término técnico.
En ciertas regiones, feodum, fief y fieffe, tuvieron junto a su sentido técnico un significado más
general: en Normandia, Bretaña, En Guyana, en Gascuña, en el Midi todolosino, fueron empleados
para designar toda clase de tenencias. De donde la costumbre cada vez más extendida de calificar de
feodum militis, feudo de caballero, la tenencia del vasallo. La expresión feodum militare también se
empleó en Lotaringia y en otras partes de la Alemania de la época, para diferenciar claramente el
verdadero feudo, de las tenencias concedidas a ciertos servidores. En Inglaterra feudum, que parece se
empleó con su acepción técnica inmediatamente después de la Conquista, tomó rápidamente el sentido
de tenencia libre y hereditaria. Pero ello se acostumbra precisar que un vasallo detentaba su tierra por
militare servitium y a emplear de un modo progresivamente generalizado a lo largo del siglo XII, y
sobre todo en el siglo XIII, la expresión feudum militis para designar la tenencia del vasallo.
Junto a beneficium y feudum-feodum, también se usaron otros vocablos para designar el feudo y sobre
todo los términos generales que dan la noción de tenencia: casamentun, ya conocido en la época
carolingia, tenementum, tenura y especialmente liberum tenementum, que hayamos con frecuencia en
Inglaterra de los siglos XII y XIII. Pero en los casos citados algún elemento del contexto precisa que
estos vocablos-tipo se emplean pro subiecta materia, para indicar la tenencia de un vasallo.
Objeto de la concesión en feudo: normalmente el feudo consistía en un terreno. Este podía ser de
extensión muy diversa: podía comprender vastos territorios o limitarse a algunos bonniers, a algunas
mesures, a algunos arpents. Incluso podía ser un castillo, independientemente del feudo. El objeto de
la concesión del feudo podía ser una autoridad, una función o un derecho. Junto a estos poderes de
naturaleza superior y siempre de origen publico, innumerables funciones y derechos fueron
infeudados: derecho de tonlieu, peajes, acuñaciones de moneda, derecho a juzgar, cargos de castellano,
de procurador, de alcalde, de preboste, de recaudador de impuestos,etc.
El objeto de la concesión del feudo en estos diferentes casos, si bien no se trataba de un terreno, tenia
muy a menudo algún asiento territorial o por lo menos local.
Pero el objeto del feudo podía también estar desprovisto de toda base territorial o local y consistir en
un derecho a un cobro, a una suma entregada a plazos regulares, a una renta, se dirá a partir del siglo
XII. Es lo que se vino a llamar el feudum de bursa, el feudo de bolsa: los feudistas, es decir, los
jurisconsultos que se dedicaban al derecho feudal.
El feudo de bolsa podía presentarse bajo diversos aspectos. Podia consistir en la entrega de una suma
de dinero al vasallo, con cuya ayuda debía adquirir un bien o un derecho que le asegurase una renta
regular. O bien el feudo consistía en una renta fija a percibir sobre la base de una fuente determinada
de beneficios. Pero lo más corriente era que el feudo de bolsa no estuviese ligado a ninguna fuente
particular de beneficios. El objeto de la concesión era lo que podía llamarse una renta sobre el Tesoro.
En los siglos X y XI los vasalllos laicos de gran importancia tuvieron normalmente en feudo iglesias
(Abadías, iglesias parroquiales, capillas) para percibir las rentas surgidas de los dominios de éstas, de
su dotación o del propio ejercicio del ministerio eclesiástico (diezmos, ofrendas u obligaciones de los
fieles,etc.); las rentas de la naturaleza eclesiástica y especialmente los diezmos fueron entre los objetos
más codiciados para su concesión en feudo.
Diversos tipos de feudos: a algunos feudos se les designa con distintos nombres. Fief lige y el fief
plain o ample, homenajes así calificados. A otros se les llama honor. El vocablo, designaba en la época
carolingia las funciones públicas y los abadiatos laicos, junto con los beneficios que constituían su
dotación. El uso normal del término (Alemania) honor se aplica a los cargos públicos tenidos en
beneficio, con exclusión de otros feudos.
Por lo que respecta a Francia, es necesario hacer distinciones. En cartas encontramos, la noción de
dotación de un cargo, público o no, tenido generalmente en feudo. Pero en los siglos XII y XIII, la
palabra se aplica sin más a una señoría, incluso alodial. En el oeste, durante el siglo XI, honor se
utiliza a veces para designar un condado tenido en beneficio. Sin embargo, lo más corriente fue utilizar
honor como simple sinónimo de feodum. Preferentemente para designar un feudo de cierta
importancia, no necesariamente un feudo cuyo titular sea vizconde, conde, duque, etc.
En Inglaterra, inmediatamente después de la Conquista, pero sobre todo en los siglos XII y XII, se dio
a honor un sentido bastante especifico: se trata de un complejo considerable de feudos, reunidos de
forma permanente en una sola señoria, tenida por un “alto varón”, es decir, por uno de los principales
vasallos del rey, y que constituía el asiento de importantes obligaciones militares debidas al soberano.