Ortografia RAE 2010
Ortografia RAE 2010
Ortografia RAE 2010
Tilde diacrítica
LA TILDE DIACRÍTICA
Solo las palabras tónicas son susceptibles de llevar tilde en español. El sistema acentual
no tiene como función distinguir sistemáticamente entre palabras tónicas y palabras
átonas.
«Puesto que el sistema de acentuación gráfica tiene como objetivo identificar cuál es la
sílaba tónica de las palabras, solo son susceptibles de recibir la marca acentual las
palabras prosódicamente acentuadas, esto es, las palabras tónicas. Por lo tanto, las
palabras átonas, aquellas que carecen normalmente de acento prosódico en la cadena
hablada, no llevan tilde.
Hoy por hoy, la única excepción a este principio la constituyen algunos usos de la
palabra más, en los que, aun siendo átona, se escribe con tilde. [...]
Las categorías con significado léxico (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios) son,
en general, tónicas, mientras que las palabras gramaticales (artículos, conjunciones y
preposiciones) son normalmente átonas. [...]
La oposición entre palabras tónicas y átonas no resulta distintiva salvo en muy pocos
casos, aquellos en que existen pares de palabras de diferente significado que, siendo
idénticas en su composición grafémica, solo se diferencian fónicamente en ese aspecto,
como ocurre, por ejemplo, con el pronombre él (tónico) y el artículo el (átono): Él vino
de Italia [él | bíno | deitália] y El vino de Italia [elbíno | deitália]. El sistema de
acentuación gráfica del español solo tiene en cuenta algunos de estos casos de oposición
distintiva entre formas átonas y tónicas en palabras monosílabas y en algunas
polisílabas (casi todas bisílabas), señalando la forma tónica del par mediante la
aplicación de la llamada tilde diacrítica.» (Real Academia Española: Ortografía de la
lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 3.2)
La tilde diacrítica tiene, por tanto, dentro del sistema acentual del español un carácter
excepcional. La nómina de palabras escritas con tilde diacrítica es limitada y ha sido
fijada a lo largo del tiempo por la tradición ortográfica. Todas las voces que integran
esta nómina tienen en común ser palabras de empleo frecuente.
«La tilde diacrítica en español no se emplea para distinguir pares de palabras de igual
forma y distinto significado que siempre son tónicas, como di del verbo decir y di del
verbo dar; ve del verbo ir y ve del verbo ver; fue del verbo ir, y fue y fui del verbo ser;
sal del verbo salir y el sustantivo sal; vino del verbo venir y el sustantivo vino, etc.
Todas estas palabras, de acuerdo con las reglas generales de acentuación, se escriben
siempre sin tilde, sea cual sea su significado.» (Real Academia Española: Ortografía de
la lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 3.4.3)
Las palabras monosílabas se escriben sin tilde. Excepción a esta regla son un grupo de
palabras monosílabas tónicas de uso frecuente que se oponen a otras formalmente
idénticas, pero de pronunciación átona: pronombres personales tú, él, mí, sí, las formas
verbales dé y sé, el sustantivo té y la palabra más, perteneciente a varias categorías
gramaticales.
Se escriben con tilde diacrítica los monosílabos tónicos y sin ella cuando son átonos.
Hay excepciones a esta pauta: las letras te y de, y los de las notas musicales mi y si, que
no llevan tilde diacrítica aun siendo voces tónicas. Son palabras de baja frecuencia de
uso en la lengua corriente, y su distinción gráfica de su homónimo átono no resulta
rentable.
Otra excepción es la palabra más, que es átona cuando se emplea como conjunción que
indica adición o suma, y se escribe tradicionalmente con tilde por su parentesco formal
y semántico con el cuantificador tónico más (adverbio, adjetivo o pronombre). El
adverbio más conserva la tilde, aunque se pronuncia átono, en la construcción
ponderativa «adjetivo, + más que + el mismo adjetivo»: Tú, vago, más que vago.
También conserva la tilde, aunque suele ser átono, en la locución conjuntiva más que
(equivalente a sino): Me amarga la vida, pero no me tiene más que a mí.
Monosílabos
con tilde diacrítica sin tilde diacrítica
tú pronombre personal: tu posesivo:
Tú no digas nada. ¿Dónde está tu casa?
él pronombre personal: el artículo:
Él lo ha visto todo. El cartero ya ha venido
mí pronombre personal: Mi posesivo:
Hazlo por mí. Olvidé mi sombrero.
Solo dependo de mí mismo. sustantivo (‘nota musical’):
empieza por mi natural
Sustantivo: La nota mi
sí pronombre personal: si conjunción, con distintos valores:
se lo ha reservado para sí. Si no lo encuentras, dímelo.
Estaba orgullosa de sí misma. Pregúntale si quiere ir.
adverbio de afirmación: Haz como si no lo supieras.
Sí, lo haré. ¿Cómo podría habértelo dicho?
sustantivo (‘aprobación no ¡Si yo no lo sabía!
asentimiento’): Si será bobo...
En el referéndum triunfó el sí. sustantivo (‘nota musical’):
La obra está en si bemol.
té sustantivo (‘plante’ e te pronombre, con distintos valores:
‘infusión’): Ayer no te vi en la reunión.
Posee una plantación de té. ¿De qué te arrepientes?
Desayuno té con leche. sustantivo (‘letra’):
Advertencia: El plural tés Escribió una te mayúscula.
mantiene la tilde diacrítica del
singular.
dé forma del verbo dar: de preposición:
Dé gracias a que estoy de buen Vienen de lejanos países.
humor. sustantivo (‘letra’): Borra esa de.
sé forma del verbo ser: se pronombre, con distintos valores:
Sé más discreto, por favor. ¿Se lo has traído?
forma del verbo saber: Luis se preparó la comida.
Ya sé qué ha pasado. Solo se han visto una vez.
indicador de impersonalidad:
Aquí se trabaja mucho.
indicador de pasiva refleja:
Se hacen trajes a medida.
más cuantificador (adverbio, mas conjunción adversativa equivalente a pero:
adjetivo o pronombre): Me creyeron, mas solo después de verlo.
Ana vive más lejos que tú.
Cada vez tiene más canas.
No puedes pedir más.
en diversas construcciones o
locuciones:
Es de lo más refinado.
Canta más bien mal.
Estate quieto, tonto, más que
tonto.
conjunción con valor de suma o
adición:
Seis más cuatro, diez.
Son diez más los invitados.
sustantivo (‘signo matemático’):
Coloca el más entre las cifras.
en la locución conjuntiva más
que (‘sino’):
No escucha más que a sus
amigos.
La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par
de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como
los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como
pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la
chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por
tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser
aguda y acabar en consonante distinta de n o s.
Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el
adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del
adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran
posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los
ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’],
para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los
domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la
oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta
oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).
Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto
comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser
admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce
una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y
rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos
(solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la
inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de
palabras que fuerce una única interpretación.
Las formas neutras de los demostrativos, es decir, las palabras esto, eso y aquello, que
solo pueden funcionar como pronombres, se han escrito siempre sin tilde: Eso no es
cierto; No entiendo esto.
Las viejas ortografías se preparaban pensando en que todo el mundo escribía a mano. La
nueva no ha perdido de vista la moderna escritura mecánica: de la ya vetusta máquina
de escribir al ordenador. Hasta ahora, la conjunción o se escribía con tilde cuando
aparecía entre cifras (4 ó 5 millones) para no confundirla con el 0. Era una excepción de
las reglas de acentuación del español: "era la única palabra átona que podía llevar tilde".
Sin embargo, los teclados de ordenador han eliminado "el peligro de confundir la letra o
con la cifra cero, de tamaño mayor".
El uso de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o no está justificado desde el
punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento)
y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura
mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su
diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos
puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la
conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra
monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos:
¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o – en la
casilla correspondiente.
La tilde en aún/aun
El adverbio aún/aun puede pronunciarse como una palabra tónica con hiato: [a.ún] (No
la he visto aún); o como una palabra átona con diptongo: [aun] (Aun cuando sea verdad,
no te creerán). La forma bisílaba tónica debe escribirse con tilde, la átona sin ella.
Pautas generales, basadas en la pronunciación que suele corresponder a cada uno de los
valores, para determinar cuándo este adverbio debe escribirse con tilde o cuándo sin
ella:
a) El adverbio aún es tónico y debe escribirse con tilde cuando se puede sustituir por
todavía, con valor temporal (aún me emociona esta canción); con valor ponderativo o
intensivo, acompañado de los adverbios más, menos, mejor, peor, etc. (no te quejes, que
aún has tenido suerte).
b) El adverbio/ conector aun es átono y debe escribirse sin tilde: cuando se utiliza
con el mismo sentido que hasta, incluso, también (o siquiera, cuando va precedido de ni
en construcciones de sentido negativo): Aun dormida re recita la lista de los reyes
godos. Ni aun su padre consiguió convencerla; cuando tiene valor concesivo en
oraciones que admiten paráfrasis con aunque o a pesar de, tanto en la locución
conjuntiva aun cuando como seguido de un gerundio, un participio, un adverbio o un
grupo preposicional: Continuó hablando, aun cuando nadie le escuchaba.
Tilde en qué, cuál/es, quién/es, cómo, cuán, cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y adónde
Las palabras qué, cuál/es, quién/es, cómo, cuán, cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y
adónde (y las formas de plural y de femenino: cuáles, quiénes, cuántas, cuántos) son
tónicas y se escriben con tilde diacrítica cuando tienen sentido interrogativo o
exclamativo para diferenciarlas de sus homónimas átonas que, cual, quien, como, cuan,
cuanto, cuando, donde y adonde (asimismo con sus femeninos y plurales: cuales,
quienes, cuantas, cuantos).
¿Qué ha dicho?
¡Con qué seriedad trabaja!
De qué sirve huir de las ciudades si lo persiguen a uno hasta el fin del mundo.
No sé quién va a venir.
Que me expliquen bien el cómo y el cuándo, el lugar y el tiempo en que todo esto
sucede.
Nadando en el río del cuándo y los tres dóndes de mi dimensión actual y eterna.
Me da no sé qué decírselo.
Lo preguntó no sé quién.
En nuestra cabina se respira una atmósfera de serenidad. Quién lee revistas, quién
escribe cartas, quién juega al ajedrez.
Luego hacían los toros cosas graciosas. Cuál fingía que se despanzurraba, cuál
pegaba una voltereta, cuál buscaba hierba.
La correlación cuándo..., cuándo..., poco frecuente hoy, significa ‘unas veces..., otras
veces...’:
Sin embargo, cual y quien son átonos y se escriben sin tilde en las locuciones
pronominales indefinidas cual más, cual menos y quien más, quien menos, cada cual,
cada quien.
Se escriben sin tilde los relativos que introducen oraciones subordinadas con
antecedente expreso:
¿Conoces a ALGUIEN que pueda alojarme allá?
Otra cosa linda era esa ELEGANCIA con que soltaba los billetes.
Así pudo darse cuenta del MODO como gozan los hijos de Dios.
El relativo cual, a pesar de ser tónico cuando va precedido de artículo, se escribe sin
tilde, como los relativos con antecedente expreso:
Se escriben también sin tilde los relativos que introducen oraciones subordinadas de
relativo sin antecedente expreso (salvo cuando el antecedente implícito es da carácter
inespecífico, caso en el que el relativo puede ser tónico y escribirse con tilde:
Cuando se coordinan varios relativos sin antecedente expreso, todos, salvo el último, se
pronuncian tónicos; no obstante, mantienen su grafía sin tilde:
Cuando funcionan como conjunciones algunas de las palabras de esta serie son átonas y
se escriben sin tilde:
Yo que tú no lo haría.
La palabra como tampoco lleva tilde cuando funciona como conjunción completiva
(equivalente a que), especialmente con verbos de percepción o que denotan exposición
o relato:
No obstante, en muchos de estos casos puede articularse como voz tónica y escribirse
con tilde: Vi cómo lo hizo [= ‘vi de qué modo lo hizo’]
Las palabras como, cuando y donde o adonde también son átonas y se escriben sin tilde
cuando funcionan con otros valores: Como preposición equivalente a de o con el sentido
de ‘en calidad de’: jugaba como delantero centro. Como adverbio de valor
aproximativo: Estuve esperando como media hora. Cuando preposición: Cuando niño
solía ir todas las tardes a ver a sus abuelos. Donde o adonde preposición con el sentido
de ‘junto a’: Se detuvo a descansar donde el obelisco.
Hay casos en los que son posibles las dos acentuaciones prosódicas y las dos soluciones
gráficas. En algunos casos, la alternativa tónica o átona supone una diferencia sustancial
de significado, mientras que en otros el significado es muy similar, si no idéntico.
La escritura con tilde o sin tilde depende del sentido que se quiera expresar. Un mismo
contexto lingüístico puede acoger tanto un elemento tónico escrito con tilde como un
elemento átono escrito sin ella, si bien cada una de dichas opciones corresponde a un
tipo diferente de oración y expresa un significado sustancialmente distinto:
No nos habló de cuándo estuvo aquí. (El interrogativo tónico cuándo introduce una
interrogativa indirecta y el enunciado significa ‘no nos dijo en qué momento
concreto estuvo aquí’).
No nos habló de cuando estuvo aquí. (El relativo átono cuando introduce una oración
de relativo sin antecedente expreso y el enunciado significa ‘no nos habló, no nos
contó cosas, de la época en que estuvo aquí’).
En la fórmula interjectiva hay que ver la conjunción que (átona) se escribe sin tilde:
¡Hay que ver lo caro que está todo!
No debe confundirse esta fórmula con los casos en los que el relativo tónico que
introduce una oración relativa con el verbo ver y el antecedente indefinido implícito: La
televisión se ha vuelta aburrida: ya no hay qué ver por las noches (‚no hay nada que ver
por las noches’).
Hay verbos como gustar, depender, saber, ignorar, olvidar, recordar, imaginar, etc., o
expresiones como según o independientemente de, que pueden construirse, bien con
oraciones de relativo sin antecedente expreso introducidas por un relativo átono (sin
tilde), bien con oraciones interrogativas indirectas encabezadas por un interrogativo
tónico (con tilde). A menudo la elección de una u otra estructura oracional no supone
una diferencia sustancial de significado:
Me gusta como viste (oración de relativo sin antecedente = ‘me gusta la manera
como viste’).
Me gusta cómo viste (oración interrogativa indirecta = ‘me gusta de qué manera
viste’).
En general, suele ser más frecuente en estos casos el empleo de interrogativas indirectas
y, por tanto, de interrogativos tónicos escritos con tilde.
Cuenta como un pastor que apacentaba allí sus rebaños venía observando la
existencia de un pequeño rectángulo al que las ovejas nunca se acercaban
Contó cómo una noche había parecido por casa seguido de una docena de
estudiantes.
Ya verás cómo viene (‘ya verás de qué manera viene: desaliñado, cansado...’).»
(RAE: Ortografía 2010: § 3.4.3.2.3)
a) porqué
Es un sustantivo masculino que equivale a causa, motivo, razón, y se escribe con tilde
por ser palabra aguda terminada en vocal. Puesto que se trata de un sustantivo, se usa
normalmente precedido de artículo u otro determinante:
b) por qué
Obsérvese que, a diferencia del sustantivo porqué, la secuencia por qué no puede
sustituirse por términos como razón, causa o motivo.
c) porque
Se trata de una conjunción átona, razón por la que se escribe sin tilde. Puede usarse con
dos valores:
Como conjunción causal, para introducir oraciones subordinadas que expresan causa,
caso en que puede sustituirse por locuciones de valor asimismo causal como puesto que
o ya que:
La ocupación no es total, porque quedan todavía plazas libres [= puesto que quedan
todavía plazas libres].
Hice cuanto pude porque no terminara así [= para que no terminara así].
En este caso, se admite también la grafía en dos palabras (pero se prefiere la escritura en
una sola):
d) por que
La preposición por + el pronombre relativo que. En este caso es más corriente usar el
relativo con artículo antepuesto (el que, la que, etc.):