La Integridad de José

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LA INTEGRIDAD DE JOSE

Génesis 41:37-46
Gén 41:37 El faraón y todos sus ministros aprobaron la propuesta.
Gén 41:38 Luego el faraón les dijo a sus ministros: —¿Podríamos encontrar a otro hombre
como este, que tenga el espíritu de Dios en él?
Gén 41:39 Entonces el faraón le dijo a José: —Como Dios te ha mostrado todo esto a ti, no
existe nadie más sabio e inteligente que tú.
Gén 41:40 Tú estarás a cargo de mi palacio y toda mi gente obedecerá tus órdenes. El
faraón será el único con más poder que tú.
Gén 41:41 Después el faraón le dijo a José: —Mira, te he puesto a cargo de toda la tierra de
Egipto.
Gén 41:42 Luego el faraón se quitó el anillo real de su mano y se lo colocó en la mano a
José. Lo vistió con ropa muy fina y le colgó una cadena de oro en el cuello.
Gén 41:43 Lo hizo montar en la segunda carroza real y la gente gritaba frente a él: «¡Abran
paso!» Entonces así, el rey lo puso a cargo de toda la tierra de Egipto.
Gén 41:44 El faraón le dijo a José: —Yo soy el faraón, pero sin tu autorización nadie
levantará una mano ni un pie en toda la tierra de Egipto.
Gén 41:45 Después el faraón le puso el nombre de Zafenat Panea a José. También le dio
como esposa a Asenat, la hija de Potifera, sacerdote de la ciudad de On. Entonces José
quedó al frente de Egipto.
Gén 41:46 José tenía treinta años cuando empezó a servir al faraón, el rey de Egipto. Se
fue de la presencia del faraón y viajó por toda la tierra de Egipto.

Objetivo:
Considerar los principios donde estaba sustentada la grandeza que Dios concedió a José.

Introducción:
A los treinta años una persona en nuestra cultura tiene que haber logrado aspectos que le den
estabilidad social, económica, familiar, etc. Es mas a esa edad hemos visto gente que ha triunfado
en la vida de una manera sorprendente.

José es un ejemplo bíblico de cómo Dios los próspero y lo levantó como líder de una de las
grandes civilizaciones antiguas. Ahora bien todo lo que a esa edad logró fue a través de un
proceso encaminado durante su juventud, ya que es la edad de las bases de toda la vida.

Tres cosas que hicieron grande a José


Consideremos las tres cosas que hicieron de José un hombre grande.

1- UN HOMBRE DE CONVICCIONES
2- UN HOMBRE DE SANTIDAD
3- UN HOMBRE QUE APRENDIO A PERDONAR

I. FUE UN HOMBRE DE CONVICCIONES.


A. A pesar del hostigamiento familiar.
B. A pesar de su devaluación social.
C. A pesar de su transculturación.
A. A pesar del hostigamiento familiar.

Gén 37:4 Sus hermanos se dieron cuenta de que su papá amaba a José más que a ellos. Por
esa razón lo odiaban y no podían decirle ni una palabra amable.
Gén 37:6 José les dijo: —Oigan este sueño que tuve.
Gén 37:7 Estábamos juntos amarrando manojos de trigo en la mitad del campo. De
repente mi manojo se levantó y quedó derecho. Después sus manojos rodearon el mío y
le hicieron reverencias.
Gén 37:8 Entonces sus hermanos le dijeron: —¿Será que vas a ser nuestro rey? ¿Será que
nos vas a gobernar? Ahora sus hermanos lo odiaban aún más debido a sus sueños y a la
forma en que los contaba.

B. A pesar de su devaluación social.

Gén 37:28 Cuando los comerciantes madianitas pasaron por ahí, ellos sacaron a José del
pozo y lo vendieron por veinte monedas de plata a los ismaelitas, quienes luego
llevaron a José a Egipto.

C. A pesar de su transculturación.

Gén 39:2 El Señor estaba con José y lo convirtió en un hombre muy exitoso. José vivió en
la casa de su amo egipcio,
Gén 39:3 quien se dio cuenta de que el Señor estaba con José y que el Señor hacía que le
fuera muy bien en todo.
Gén 39:4 José complacía a su amo y este permitió que José se convirtiera en su asistente
personal. Lo puso a cargo de la casa y todas sus otras posesiones.
Gén 39:5 El Señor bendijo la casa de ese egipcio desde el momento en que él puso a cargo
de José todas sus posesiones. El Señor bendijo a Potifar en todo lo que tenía, tanto en la
casa como en el campo.

II. FUE UN HOMBRE DE SANTIDAD.

A. Lo demostró con la mujer de Potifar.


B. Lo reconoció el copero.
C. Lo reconoció el Faraón.

A. Lo demostró con la mujer de Potifar.


Gén 39:7 Un tiempo después, la esposa de su amo comenzó a fijarse en José y le dijo: —
Acuéstate conmigo.
Gén 39:8 Pero José se rehusó y le dijo a la esposa de su amo: —Mire, conmigo mi señor no
tiene nada de qué preocuparse en la casa. Me dio todas sus posesiones para que yo las
cuidara.
Gén 39:9 No hay nadie en esta casa que se iguale a mí. Lo único que él me ha negado es a
usted, porque es su esposa. ¿Cómo puedo yo hacerle a él algo tan malo y cometer un
pecado ante Dios?
Gén 39:12 Entonces ella lo agarró de su ropa y le dijo: —¡Acuéstate conmigo! Pero él dejó
su ropa en las manos de ella y salió huyendo.
Gén 39:13 Cuando ella vio que él había dejado la ropa en sus manos y salido huyendo,
B. Lo reconoció el copero.
én 41:12 Había un joven hebreo ahí con nosotros, siervo del capitán de la guardia. Le
contamos nuestros sueños y él nos explicó el significado del sueño de cada uno.
Gén 41:13 Todo resultó tal como él nos lo había dicho. Yo recuperé mi antiguo empleo
pero al otro lo colgaron.

C. Lo reconoció el Faraón.
Gén 41:37 El faraón y todos sus ministros aprobaron la propuesta.
Gén 41:38 Luego el faraón les dijo a sus ministros: —¿Podríamos encontrar a otro hombre
como este, que tenga el espíritu de Dios en él?
Gén 41:39 Entonces el faraón le dijo a José: —Como Dios te ha mostrado todo esto a ti, no
existe nadie más sabio e inteligente que tú.
Gén 41:40 Tú estarás a cargo de mi palacio y toda mi gente obedecerá tus órdenes. El
faraón será el único con más poder que tú.
Gén 41:41 Después el faraón le dijo a José: —Mira, te he puesto a cargo de toda la tierra de
Egipto.
Gén 41:42 Luego el faraón se quitó el anillo real de su mano y se lo colocó en la mano a
José. Lo vistió con ropa muy fina y le colgó una cadena de oro en el cuello.
Gén 41:43 Lo hizo montar en la segunda carroza real y la gente gritaba frente a él: «¡Abran
paso!» Entonces así, el rey lo puso a cargo de toda la tierra de Egipto.
Gén 41:44 El faraón le dijo a José: —Yo soy el faraón, pero sin tu autorización nadie
levantará una mano ni un pie en toda la tierra de Egipto.

III. FUE UN HOMBRE QUE APRENDIÓ A PERDONAR.


A. José nos enseña que perdonar es olvidar el pasado.
B. José nos enseña que hay que perdonar para ver al padre.

A. José nos enseña que perdonar es olvidar el pasado.


Gén 45:5 No se preocupen ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido, pues
Dios me mandó antes que ustedes para salvar vidas.

B. José nos enseña que hay que perdonar para ver al padre.

Gén 45:8 Por lo tanto, no fueron ustedes los que me enviaron aquí, fue Dios. Me convirtió
como en un padre para el faraón, señor de toda su casa y gobernador de toda la tierra
de Egipto.

Conclusión
La grandeza de la vida se fundamenta en la juventud, más que con principios materiales, los
espirituales, como los que vivió José. Hoy es el momento de empezar a fundamentar la grandeza
espiritual, nunca olvides, tus convicciones, una vida de santidad y un corazón perdonador harán de
ti, una persona cristiana grande para Dios y para los hombres.

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