I - La Naturaleza Del Espiritu Santo
I - La Naturaleza Del Espiritu Santo
I - La Naturaleza Del Espiritu Santo
CONTENIDO
I. LA NATURALEZA DEL ESPÍRITU.
II. EL ESPIRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
III. EL ESPIRITU SANTO EN CRISTO.
IV. EL ESPIRITU SANTO EN LA VIDA DEL HOMBRE.
V. LOS DONES DEL ESPÍRITU.
VI. EL ESPIRITU EN LA IGLESIA
INTRODUCCION
La doctrina del Espíritu Santo, a juzgar por el lugar que ocupa en las Sagradas Escrituras, figura
en el sitio de preponderancia de las demás verdades redentoras. Con la excepción de la segunda y
tercera epístolas de Juan, todos los libros del Nuevo Testamento contienen referencias a la obra
del Espíritu Santo. Cada uno de los evangelios comienza por una promesa de su derramamiento.
Y sin embargo, debemos admitirlo, se trata de la "doctrina descuidada." El formalismo y el temor
al fanatismo han provocado una reacción en contra de la necesidad de recalcar la obra del Espíritu
Santo en la vida del creyente.
Naturalmente, ello ha dado como resultado la frialdad espiritual, porque no puede existir la
cristiandad vital Aparte del Espíritu Santo. Sólo él puede hacer efectivo aquello que la obra de
Cristo hizo posible. San Ignacio, uno de los dirigentes de la iglesia primitiva, dijo en cierta
oportunidad:
La gracia del Espíritu Santo es la que establece la conexión vital entre el mecanismo de la
redención y el alma del individuo. Aparte del Espíritu, la cruz yace inerte, un vasto mecanismo en
posición de descanso, mientras que a su alrededor yacen inmotas las piedras del edificio. Sólo
después que el lazo ha sido asegurado, se puede proseguir la labor de Levantar la vida del individuo
mediante la fe y el amor, hasta el lugar que se le ha preparado en la iglesia de Dios.
Se indica asimismo su personalidad por el hecho de que el Espíritu Santo se manifestó en la forma
visible de una paloma (Mateo 3:16) y también porque se le distingue de sus dones. 1Corintios
12:11.
1) ¿Es el Espíritu Santo una personalidad separada y distinta de Dios el Padre? Si, lo es. El Espíritu
Santo procede de Dios, es enviado de Dios, es el don de Dios para el hombre. Y sin embargo, el
Espíritu Santo no es independiente de Dios. Representa siempre a Dios, y actúa en las esferas del
pensamiento, de la voluntad y actividad. Cómo puede el Espíritu Santo ser uno con Dios y distinto
de Dios, constituye una parte del misterio de la Trinidad.
b. El Espíritu de Cristo. Romanos 8:9. No existe una distinción esencial entre el Espíritu de
Dios, el Espíritu de Cristo y el Espíritu Santo, porque hay un solo Espíritu Santo, como hay un
solo Dios y un solo Hijo. Pero el Espíritu Santo tiene varios nombres que describen sus diversos
ministerios.
(3) El Espíritu Santo es denominado el Espíritu de Cristo porque su misión especial en esta
edad es glorificar a Cristo. Juan 16:14. Su labor especial está relacionada con aquél que vivió,
murió, resucitó y ascendió. Convierte en una realidad vivida en los creyentes lo que Cristo ha
hecho para ellos.
(4) El Cristo glorificado está presente en la iglesia y en los creyentes por medio del espíritu
Santo. Se dice a menudo que el Espíritu Santo ha venido para ocupar el lugar de Cristo, pero sería
más correcto decir que ha venido para hacer de Cristo una realidad. El Espíritu Santo hace posible
y real la omnipresencia de Cristo en el mundo, (Mateo 18:20), y su morada en los creyentes. La
conexión entre Cristo y el Espíritu Santo, moran en el creyente, (Gálatas 2:20), y (Romanos 8:9-
10), y el creyente "está en Cristo," y "en el espíritu."
Gracias al espíritu Santo, la vida de Cristo viene a ser nuestra vida en Cristo.
La vida de Cristo en la tierra representaba los días de su pobreza, (2Corintios 8:9), y humillación;
en la cruz se aseguró las riquezas de su gracia, (Efesios 1:7); en el trono se aseguró las riquezas
de su gloria, (Efesios 3:16). Después de su ascensión al Padre, el Señor Jesús envió el Espíritu
Santo para distribuir las riquezas de su herencia. Por su ascensión, Cristo tendría mucho más que
dar y la iglesia mucho más que recibir. Juan 16:12; Juan 14:12. "La corriente de vida tendrá ahora
más poder porque ahora tiene origen. de un manantial que está en el cielo mismo."
El Consolador enseña solamente aquello que pertenece a Cristo, y sin embargo más de lo que
Cristo enseñó. Hasta que no aconteciera la crucifixión, la resurrección y la ascensión, la doctrina
cristiana no estaba completa y por lo tanto no podía ser transmitida en toda su plenitud a los
discípulos de Cristo. En Juan 16:12-13, Jesús dice en otras palabras lo siguiente: "Yo os he hecho
avanzar un corto trecho en el camino del conocimiento de mi doctrina; el Espíritu Santo os hará
recorrer todo el camino." La ascensión tenía por objeto impartir una mayor proporción de la
verdad, como asimismo una mayor proporción de poder.
d. El Espíritu Santo. El Espíritu es llamado santo porque es el Espíritu del Santo, y porque
su principal obra es la santificación. Necesitamos un Salvador por dos razones, a saber: para hacer
algo por nosotros y para hacer algo dentro de nosotros.
Jesús hizo lo primero al morir por nosotros, y mediante el Espíritu Santo vive dentro de nosotros,
transmitiendo a nuestra alma su divina vida. El Espíritu Santo ha venido a reorganizar la naturaleza
del hombre y para oponerse abiertamente a todas las malas tendencias.
g. El Espíritu de gracia. Hebreos 10:29; Zacarías 12:10. El Espíritu Santo da al hombre gracia
para arrepentirse al contender con él. Imparte el poder para santificación, para sufrir con paciencia
y para servicio. El que hiciera afrenta al Espíritu de gracia, ahuyenta a aquél que es el único que
puede tocar o conmover el corazón, y por lo tanto se aísla voluntariamente de la misericordia de
Dios.
h. El Espíritu de vida. Romanos 8:2; Apocalipsis 11:11. "Creo en el Espíritu Santo, el Señor,
y Dador de la vida," reza un antiguo credo. El Espíritu Santo es aquella persona de la Trinidad
cuya función especial es la creación y preservación de la vida natural y espiritual.
a. Fuego. Isaías 4:4; Mateo 2:11; Lucas 3:16. El fuego ilustra la limpieza, purificación, arrojo
vehemente y celo producido por la unción del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es comparado al
fuego porque el fuego calienta, ilumina, purifica y se propaga. Lea Jeremías 20:9.
b. Viento. Ezequiel 37:7-10; Juan 3:8; Hechos 2:2. El viento simboliza la labor regeneradora
del Espíritu e indica sus operaciones misteriosas, independientes, penetradoras, purificadoras y
que imparten vida.
c. Agua. Éxodo 17:6; Ezequiel 36:25-27; Ezequiel 47:1; Juan 3:5: Juan 4:14; Juan 7:38-39.
El Espíritu Santo es la fuente de agua viva, la más pura, la mejor, porque él es el verdadero río de
la vida cuya corriente impetuosa inunda nuestras almas, limpiándolas del polvo del pecado.
d. Un sello. Efesios 1:13; 2Timoteo 2:19. Esta ilustración presenta los siguientes
pensamientos:
(1) Propiedad. La impresión del sello implica una relación con el propietario del mencionado
sello y constituye una prueba segura de que le pertenece. 2Timoteo 2:19.
e. Aceite. El aceite es quizá el más familiar y común de los símbolos del Espíritu. Toda vez
que se usaba aceite en los ritos del Antiguo Testamento, ello representaba utilidad, fructificación,
belleza, vida y transformación. Se usaba por lo común para alimentos, luz, lubricación, remedio
y para aliviar la piel. De igual manera, en el orden espiritual, el Espíritu fortalece, ilumina, libera,
sana y alivia el alma.