El documento describe las tradiciones y rituales asociados con el Día de Muertos en una comunidad totonaca en México. Se construyen altares divididos en tres niveles que representan el inframundo, mundo terrenal y supramundo. Se ofrecen comidas, bebidas y otros objetos a los difuntos cuyas almas se cree que regresan durante esta fecha. Las tradiciones incluyen encender velas, rezar el rosario y cantar oraciones especiales para guiar a las almas de los difuntos.
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El documento describe las tradiciones y rituales asociados con el Día de Muertos en una comunidad totonaca en México. Se construyen altares divididos en tres niveles que representan el inframundo, mundo terrenal y supramundo. Se ofrecen comidas, bebidas y otros objetos a los difuntos cuyas almas se cree que regresan durante esta fecha. Las tradiciones incluyen encender velas, rezar el rosario y cantar oraciones especiales para guiar a las almas de los difuntos.
El documento describe las tradiciones y rituales asociados con el Día de Muertos en una comunidad totonaca en México. Se construyen altares divididos en tres niveles que representan el inframundo, mundo terrenal y supramundo. Se ofrecen comidas, bebidas y otros objetos a los difuntos cuyas almas se cree que regresan durante esta fecha. Las tradiciones incluyen encender velas, rezar el rosario y cantar oraciones especiales para guiar a las almas de los difuntos.
El documento describe las tradiciones y rituales asociados con el Día de Muertos en una comunidad totonaca en México. Se construyen altares divididos en tres niveles que representan el inframundo, mundo terrenal y supramundo. Se ofrecen comidas, bebidas y otros objetos a los difuntos cuyas almas se cree que regresan durante esta fecha. Las tradiciones incluyen encender velas, rezar el rosario y cantar oraciones especiales para guiar a las almas de los difuntos.
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DÍA DE MUERTOS EN MI COMUNIDAD
Cuando fallece una persona se sigue colocando su comida en un altar dentro de
casa, tres veces al día, hasta el octavo día. A partir de ese momento, poco a poco se le despide de manera definitiva y el alma (listakni), retorna al cabo de un año y en la festividad del Día de Muertos (en la foto, mole totonaca). Ninin, que en su traducción al castellano significa “los muertos”, es la celebración de una serie de ceremonias y rituales mortuorios que viene de épocas prehispánicas, y que fueron enriquecidas al realizarse el sincretismo con los elementos de la cultura española y la fe católica. El 18 de octubre, en la festividad a San Lucas (que además es el santo que sustituyó al dios del trueno), las primeras almas que llegan son las de quienes murieron ahogados. Vienen del norte, trayendo consigo los vientos y los fríos. A partir de esa fecha se acostumbra prender cohetes o tocar las campanas tres veces al día para guiar a las almas hacia sus pueblos. Ese día se da inicio a la compra de materiales para la elaboración de los altares. Además, se comienzan a hacer reuniones familiares, para que todos, chicos y grandes, contribuyan con la elaboración de las figuras de chocolate casero y así designar las tareas para la recolección de flores y elementos que tendrá cada puchaw (altar). Ya para el 31 de octubre, el altar debe estar armado, vestido y adornado, porque al mediodía llegan las almas de los niños difuntos y se retiran el primero de noviembre al mediodía, cuando vienen las almas de los adultos, quienes se retiran al día siguiente, pero no de manera definitiva. Los días 8 y 9 de noviembre se celebra el aktumajat u octava, en la que se despide a las almas de los difuntos acaecidos de manera natural. En el mismo altar se colocan ofrendas y se les despide con el rezo de un rosario. Hasta el 30 de noviembre se despide a las almas de los muertos que se fueron de manera violenta. Una de las diferencias en cuanto a las celebraciones de Día de muertos con respecto a otras partes del país, es la forma del puchaw o altar de muertos. Este generalmente va colgado del techo y la tabla es cuadrangular. Es la representación divina de la tierra y ahí se coloca la ofrenda alimenticia llamada chaw. Sobre el altar se coloca un arco formado con palmas o con hojas de tepejilote, que representa la bóveda celeste, el lugar donde residen los dioses. Este se adorna con 13 estrellas de palma de coyol, representando a las 12 madres abuelas y al hombre (13 es el número masculino y 12 el número femenino; sumados dan 25, que es el número de la divinidad). El altar tradicional totonaco, se divide en tres dimensiones espaciales: la parte de abajo de la mesa representa el inframundo, donde habitan los muertos (k’alinin). La parte media es el mundo terrenal o t’iyat y, en la parte superior, se encuentra el supramundo, donde están los dioses (aqapún).
Ricardo González Rivera 5° A
28/11/2020 En el altar se colocan manteles y servilletas bordados y nuevos, así como cinco veladoras (cuatro en las esquinas y una en el centro), en el piso se prenden 13 velas amarillas, a un lado se dispone un lavamanos, una toalla, una silla y un petate para el aseo y descanso del difunto. Incluso se puede poner una muda de ropa. La ofrenda alimenticia consiste de mole, arroz, tortillas, café, pan, cacao, tamales, chicharrones, totopos y frutas de la temporada, además de cigarros, aguardiente, dulces o juguetes, de acuerdo al gusto y la edad del difunto. Es importante destacar que los alimentos que deben servirse calientes, se cambian tres veces al día, ya que el humo es el que trae el sabor y aroma con el que se alimentan las almas. El altar que se pone en cada casa es para los difuntos que son de la familia, es por ello que, como una cortesía, en la parte exterior de las casas suele ponerse un pequeño altar para el “ánima sola” o limaxqan lístakni, que son todos aquellos difuntos que no tienen ya una familia que los recuerde en estas fechas. Una de las costumbres que está en riesgo de desaparecer son las llamadas responsas, en la que un grupo de hombres adultos o ancianos, son invitados por las familias y acuden en grupo a rezar y a cantar en totonaco una serie de oraciones especiales para estos días en que se espera la llegada de los fieles difuntos.