Sucesiones en Derecho Romano
Sucesiones en Derecho Romano
En esta unidad veremos las normas, según las cuales, en el Derecho Romano los vivos sucedenen
la situación jurídica de los difuntos. Por lo general se utiliza la palabra“Sucesión” para designar la
transmisión de un patrimonio InterVivos o Mortis Causa. El Derecho Hereditario, sucesorio o
simplemente sucesiones regula las consecuencias que se producen con la muerte, entre otras la
designación de herederos, la transmisión del patrimonio y la manera en que ésta puede hacerse.
En Roma se podían transmitir los derechos reales (salvo el usufructo, uso y la habitación) y casi
todos los derechos personales o de crédito, no se transmiten los derechos políticos ni aquellos
derivados de familia.
La palabra Sucesión proviene del latín Successio, se usa para designar la transmisión que tiene
lugar a la muerte de una persona. Los herederos pasan a ocupar el lugar del autor de la sucesión,
esto es, lo suceden en su situación jurídica. La sucesión universal mortis causa se puede definir
como la transmisión a uno o varios herederos, de un patrimonio perteneciente a un difunto. Por
herencia o hereditas debemos entender a la sucesión en todos los bienes del difunto y en todos
sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte (artículo 1281 C.C.).El heredero o
heres es el sucesor en una herencia a titulo universal. Al difunto, autor o causante de la herencia
se le ha designado como el “De cuius”, por la abreviatura de la frase latina “De cuius hereditate
Agitur”, o sea “De cuya herencia se trata”.
La herencia es una transmisión universal, porque el heredero no recibe cosas particulares sino la
totalidad del patrimonio o una cuota de éste, por ello debía responder de las deudas de la misma
manera que respondía su antecesor. El Derecho ofrecía tres tipos de Sucesión:1.- Vía Legítima o Ab
Intestato.2.- Vía Testamentaria.3.- Vía oficiosa. La vía oficiosa era la “más fuerte” ya que corregía
inclusive la repartición prevista por un testamento. El derecho moderno no contempla esta vía.
1.- Siguiendo la voluntad del causante conforme a lo que hubiera dispuesto en su testamento; y
2.- En defecto de éste la ley suplía la voluntad del De Cuius, estableciendo quienes eran los
herederos y como debía repartirse la herencia. En el primer supuesto hablamos de sucesión vía
testamentaria y en el segundo de sucesión vía legítima o ab intestato.
EL DERECHO DE ACRECER O IUS ADCRESCENDI. Este Derecho tenía lugar siempre que alguno de los
herederos no adquiriera la herencia, en cuyo caso su cuota venía a aumentar la de los demás. En
relación a las vías sucesorias encontramos que junto a la reglamentación del Ius Civiea parecía
complementándola la reglamentación del Ius Honorarium que fue muy importante en esta
materia.
BONORUM POSSESSIO. Junto a la hereditas del Derecho Civil tenemos la “Bonorum Possessio”
esto es, la sucesión regulada por el Derecho Honorario creada por el pretor, por lo tanto tenemos
al “Heres” del Ius Civile, y al “Bonorum Possessor” del Ius Honorarium, a quien el pretor
reconocía como titular del patrimonio hereditario.
LA BONORUM POSSESSIO PODÍA SER:
2.- Legitima.
Por otro lado la Bonorum Possessio también se podía otorgar en contra de lo dispuesto en un
testamento, o sea, la Bonorum Possessio Contra Tabulas.
SUCESIÓN LEGÍTIMA.
La sucesión legítima tenía lugar cuando no había testamento, cuando habiéndolo, no fuera valido,
o el heredero testamentario no quisiera o no pudiera aceptar la herencia, como en el caso de que
hubiera muerto antes que el testador. La sucesión legítima quedó consagrada en el Derecho
Romano antiguo en la legislación de las XII Tablas: fue corregida más tarde por el Pretor y también
por el Derecho Imperial, para terminar con la reglamentación que de ella hizo Justiniano.
Las XII Tablas disponían que si el causante moría intestado se llamara a los siguientes herederos:
1º Heredes sui (Descendientes del De Cuius) que estuvieran bajo su potestad al momento de su
muerte, incluyendo a los póstumos (a los sui nacidos después de muerto el causante), los nietos y
la mujer del difunto.
2º A falta de Heredes sui, la herencia se ofrecía a los agnados, es decir, a los parientes por línea
masculina.
3º La Gens.
2º Los legítimi (todos los que podían recibir la herencia por vía legítima, de acuerdo con el
IusCivile).
4º Cuando no había ningún heredero legítimo dentro de las categorías anteriores, la herencia se
ofrecía a la viuda o al viudo.
COLLATIO BONORUM O COLACIÓN DE BIENES. El Derecho Honorario creó una situación especial,
la Collatio Bonorum o Colación de Bienes, por la cual el emancipado que concurriera a la herencia
del Pater, debía aportar a la sucesión una parte de su propio patrimonio para compensar al de
cuius. El derecho positivo mexicano no conoce la Collatio (1035)
SUCESIÓN LEGÍTIMA EN EL DERECHO IMPERIAL. Dos Senadoconsultos. El Tertuliano y el Orficiano,
en el siglo II de nuestra era, junto con dos constituciones posteriores, una Valentiniana y otra
Anastasiana, continuaron con la tendencia iniciada por el Pretor de incluir a los cognados tomando
en cuenta el parentesco de sangre, que no tuvo mayor relevancia en el antiguo Derecho Civil. El
Senadoconsulto Tertuliano le dio Derechos a la madre en la sucesión de los hijos, y el orficiano
otorgó esta misma facultad a los hijos en relación con la sucesión de la madre. La constitución
Valentiniana admitió la concurrencia de los nietos, y la constitución Anastasiana llamaba a los
hermanos emancipados a la sucesión de un hermano fallecido.
Se equipararon, acabando con el tradicional dualismo en esta materia. Justiniano reglamento casi
todo lo relativo a esta materia en sus novelas, sustituyendo de forma definitiva a la agnación por la
cognación, equiparando en este aspecto a hombres ymujeres, al tomar en cuenta el parentesco
por ambas líneas.
1º Los descendientes.
4º Los demás colaterales. La viuda o el viudo quedaron incluidos en la novela 53, siempre que no
hubiera existido divorcio y solo a falta de los demás familiares. En la novela 89 se incluyó a los hijos
naturales y a la concubina, concediéndoles una sexta parte de la herencia, a condición de que no
hubiera viuda ni descendientes legítimos, en cuyo caso solo tendrían Derecho a una pensión
alimenticia.