Teologia Wesleyana COLOR

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Teología

wesleyana

Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Teología
wesleyana

Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para
responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.
2 Pedro 3:15 NVI

FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo

Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver

Equipo de Formación Pastoral Latinoamérica


Dr. Paul Olver, Dr. Glenn Lorenz y Dr. Ricardo Gómez

Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón

Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Jorge Leonardo Báez Agreda, Luis Fernando Pérez Rojas y Shir-
ley Yomara Cadena Maldonado

Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda

Permitimos a otros distribuir, remezclar, retocar y


crear a partir de esta obra de modo no comercial,
siempre y cuando nos den crédito y licencien sus
nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.

Elaborado en Medellín, Colombia


2018
Introducción

E s para nosotros un gozo poder compartir con ustedes la clase de Teología Wesleyana que sa-
bemos nos va enriquecer muchísimo, no solo en nuestro peregrinaje cristiano, sino también en
nuestro quehacer pastoral y misional.
Ricardo Gómez Pinto, Jorge Leonardo Báez Agreda y John Jairo Leal Rincon trabajaron juntos
para escribir y compilar la informacíon encontrado en este manual. Pensamos que nosotros como
Metodistas Libres tenemos una riqueza en nuestra teología que es digna de ser conocida, enseñada
y vivida. Es un regalo que hemos recibido de nuestros antepasados, una herencia espiritual que
no podemos ignorar. Una herencia que podemos vivir y compartir con los líderes y miembros de
nuestras congregaciones.
Debemos dar como base que Jesucristo y la Palabra inspirada de Dios son nuestro único fundamen-
to en el cual nosotros como cristianos nos paramos. Pero con esto no queremos decir que no nos
enriquecemos de aquellos líderes que han vivido una fe genuina y quienes han aportado una forma
de ver y vivir las enseñanzas de Jesús a través de la historia que son dignas de imitar. Es por esta
razón que estudiaremos en este curso la vida y obras de Juan Wesley, no para reemplazar con esto
las enseñanzas de Jesucristo, sino al contrario, al estudiar a Wesley, su vida y teología, nos dará más
amor y compromiso para vivir las enseñanzas de Jesús más vivamente.
Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores o pastores-es-
tudiantes reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de clase), hacen
la lectura comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el encuentro se
socializan los materiales, se profundiza los contenidos, se revisan los ejercicios y se solucionan
interrogantes que hayan surgido.
Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.
El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:
Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente re-
vise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.
Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada en-
cuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para la lección.
Plan intensivo: La asignatura se puede completar en 1 encuentro de aproximadamente 18 horas.
En esta modalidad se espera que el estudiante sea muy disciplinado de tal forma que, durante
cada uno de las seis semanas previas al encuentro, lea completamente el contenido del manual,
desarrolle las actividades de evaluación tocantes al pensamiento (preguntas de reflexión e informes
de lectura) y evaluación personal. En el encuentro el formador indicará cuándo y cómo completar
y reportar las actividades de evaluación llamadas planes de acción.
A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO
Sílabo ..................................................................................................................................................... 7

1 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley .................................................... 9


...
• ¿Por qué estudiar la vida de Juan Wesley? .......................................................................................... 10
• Aclaraciones teológicas de Juan Wesley .............................................................................................. 11
• Sencillez para transmitir la verdad ....................................................................................................... 12
• El poder de la música ........................................................................................................................... 14
• Asuntos varios ...................................................................................................................................... 15
• Conclusión ........................................................................................................................................... 16
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 17

2 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley .................................................................................... 19


...
• Introducción ......................................................................................................................................... 20
• Inglaterra en el siglo XVIII: contexto histórico ................................................................................... 20
• La familia Wesley: contexto familiar ................................................................................................... 21
• El rol fundamental de Susana Wesley .................................................................................................. 22
• Infancia y juventud de Juan Wesley ..................................................................................................... 24
• La experiencia del corazón ardiente .................................................................................................... 26
• Conclusión ........................................................................................................................................... 29
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 30

3 Teología de Wesley 1 .......................................................................................................................... 31

• Introducción ......................................................................................................................................... 32
• Metodología teológica de Juan Wesley ................................................................................................ 33
• La imagen de Dios y la condición del ser humano .............................................................................. 37
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 41

4 Teología de Wesley 2 .......................................................................................................................... 43

• La gracia preveniente o anticipante ..................................................................................................... 44


• La gracia convincente .......................................................................................................................... 45
• La gracia justificadora y la fe del pecador ........................................................................................... 46
• La regeneración .................................................................................................................................... 48
• La perfección cristiana: la santidad personal y social .......................................................................... 48
• Una reflexión final, ¿qué es la salvación? ............................................................................................ 53
• Conclusión ........................................................................................................................................... 54
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 55
5 Estructura Organizacional del Metodismo ..................................................................................... 57

• Introducción ......................................................................................................................................... 58
• La reunión de clase .............................................................................................................................. 58
• El sistema de bandas ............................................................................................................................ 62
• Pastores y líderes ................................................................................................................................. 64
• Conclusión ........................................................................................................................................... 65
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 66

6 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica.............................................................................. 67

• Introducción ......................................................................................................................................... 68
• Modelo wesleyano para Latinoamérica en el siglo XXI ...................................................................... 68
• Aplicación de los principios wesleyanos en Latinoamérica ................................................................ 69
• A más de 300 años de las denuncias wesleyanas ................................................................................. 70
• Realidad actual de la iglesia latinoamericana ...................................................................................... 77
• Conclusiones generales ........................................................................................................................ 78
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 80

Bibliografía ........................................................................................................................................... 81
Sílabo 7
Sílabo

1. Asignatura
Teología Wesleyana
2. Descripción del curso
Este curso examina la vida y teología de Juan Wesley (1703-1791), y la organización
que desarrolló para impulsar el movimiento metodista en el siglo XVIII. A la vez,
presenta algunas implicaciones prácticas de la teología wesleyana para el contexto la-
tinoamericano actual.
3. Objetivos generales
Al concluir este curso el estudiante:
• Valorará y aplicará las enseñanzas de Juan Wesley en su vida personal y ministerial.
• Comprenderá el funcionamiento de las estructuras del metodismo.
• Estudiará y responderá bíblicamente desde una perspectiva wesleyana a las
realidades socio-económicas latinoamericanas.
4. Evaluación
• El estudiante deberá llevar un cuaderno físico o digital (agenda, block, etc.), en el
que desarrollará los ejercicios durante la lección y las preguntas de reflexión al final
de cada lección. A la vez podrá escribir las preguntas que le surgen del contenido de
la lección y las respuestas brindadas por el formador.
• El estudiante leerá el tratado de Juan Wesley “Grave discurso al pueblo de Inglaterra
respecto al estado de la nación”. A partir de este escribirá una enseñanza bíblica
donde haga una reflexión crítica del estado en el que se encuentra la sociedad y las
diferentes circunstancias sociales que hoy nos afectan. Esta enseñanza deberá com-
partirla con su iglesia o Casa de Paz. Luego, junto con su equipo, elabore un plan
práctico en que su iglesia o Casa de Paz pueda responder con obras de misericordia
a las realidades sociales de su comunidad.
5. Recursos
Lecturas Complementarias
• Wesley, Juan. “Grave discurso al pueblo de Inglaterra respecto al estado de la na-
ción”. En Obras de Juan Wesley. Henrico NC: Wesley Heritage,

Recursos cibergráficos
John Wesley: Escritor, teólogo, pastor y fundador del metodismo
https://www.youtube.com/watch?v=36az8KoxSZs
Susana Wesley: La historia de una MADRE ejemplar
https://www.youtube.com/watch?v=Mx1L4saPo88&t=26s
8 Sílabo
Criterios de evaluación: Proyecto Integrador- Teología Wesleyana
Lea el tratado de Juan Wesley “Grave discurso al pueblo de Inglaterra respecto al es-
tado de la nación”. A partir de este escriba una enseñanza bíblica donde haga una
reflexión crítica del estado en el cual se encuentra nuestra sociedad y las diferentes
circunstancias sociales que hoy nos afectan. Esta enseñanza deberá compartirla con su
iglesia o Casa de Paz. Luego, junto con su equipo, termine de elaborar el plan práctico
en que su iglesia o Casa de Paz pueda responder con obras de misericordia a las reali-
dades sociales de su comunidad.
Sílabo
Introducción y relevancia
1 de las enseñanzas de Juan
Wesley

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender la relevancia de la teolo-
gía wesleyana para nuestros días en Latinoamérica.

Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Descubrirá el mensaje wesleyano para nuestros días.
• Comprenderá el equilibrio que debe haber entre las aparen-
tes contradicciones de la Escritura.
• Valorará la sencillez en la transmisión de las verdades pro-
fundas de la Palabra de Dios.
• Evaluará lo que estamos cantando en nuestras iglesias.

Contenido
• ¿Por qué estudiar la vida de Juan Wesley?
• Aclaraciones teológicas de Juan Wesley
• Sencillez para transmitir la verdad
• El poder de la música
• Asuntos varios
• Conclusión
• Actividades de evaluación
10 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
¿POR QUÉ ESTUDIAR LA VIDA DE JUAN
WESLEY?
L a pregunta planteada arriba es de suma importancia para el correcto entendimiento
de este curso. Responderla nos proveerá el trasfondo y la relevancia de la vida y
enseñanzas de Juan Wesley. También, nos ayudará a entender cómo estas impactaron a
toda una nación y cómo pueden impactar a nuestro continente latinoamericano.
Juan Wesley fue un hombre interesado en la cultura latina. En
su viaje a Georgia admiró y estudió acerca de los españoles
quienes estuvieron involucrados en la vida de las colonias es-
pañolas en el Nuevo Mundo. El impacto de sus enseñanzas
sobre nuestros pueblos y nuestra cultura sin duda alguna ha
sido enorme, aunque paradójicamente desconocida por mu-
chos. La herencia wesleyana ha impactado gran cantidad
de denominaciones, como por ejemplo: Iglesia Metodista,
Iglesia Wesleyana, Ejército de Salvación, Iglesia Nazarena,
Iglesia Adventista, Asambleístas, Iglesia Metodista Pente-
costal, Pentecostales Independientes, La Iglesia de Dios, en-
tre otros. Esta realidad nos demuestra que la tradición wesle-
yana, aparte de la católica, es la rama con mayor presencia e influencia numérica en las
iglesias de Latinoamérica.
Una de las enseñanzas que Wesley dejó fue su manera práctica de explicar y vivir el
evangelio. El doctor David McKenna, en su libro Wesleyanos en el Siglo XXI, afirma:
Juan Wesley comunicó la visión redentora con una sencillez que la gente común pudo
comprender; personificó esa visión en cada fase de su vida y ministerio, creó una
organización que hizo realidad la visión; y se aseguró de que, en el logro de los resul-
tados redentores, tanto él como sus seguidores rindieran cuentas a Dios y los unos a
los otros (2000, pág. 17).
Wesley fue un pastor innovador, con un gran deseo de ministrar a las masas y con una
ferviente dedicación de proveer recursos y herramientas a los nuevos cristianos para
ayudarles en todos los aspectos de su vida. Wesley fue un teólogo práctico que enfo-
caba sus estudios y preparación ministerial en servir y entender las necesidades de las
personas que le rodeaban.
Dos factores, no menos importantes se deben es-
tudiar de la persona de Juan Wesley. El primero de
ellos es su pensamiento sistémico. Este le llevó a
diagnosticar la situación de su país desde distin-
tas variantes (social, moral, económica, espiritual)
y plasmarlo en dos pequeñas obras que tituló “Un
discurso serio al pueblo de Inglaterra sobre el esta-
do de la nación” y “Reflexiones sobre la presente
escasez de alimentos” (Meléndez, 2006, pág. 11).
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 11
Como segundo elemento a destacar se encuentra
su entendimiento y manera de relacionarse con el
otro. Su sermón 39: “El espíritu católico”, es una
muestra de esto. En este sermón, Wesley explica
que la diferencia de opiniones es el resultado in-
evitable de la debilidad y limitada comprensión
del ser humano acerca del amor de Dios. Al mismo tiempo señaló el rol preponderante
que juegan las relaciones interpersonales cuando el propósito principal es traer gloria
al nombre de Dios.

ACLARACIONES TEOLÓGICAS DE JUAN


WESLEY
Otra razón que hace relevante el estudio de la vida y teología de Juan Wesley es que
ellas responden y corrigen enseñanzas troncadas y perjudiciales que afectan desde hace
tiempo la iglesia latinoamericana. A continuación, presentamos tres ejemplos de estas
enseñanzas y las alternativas que Wesley proveía para su correcto entendimiento:
• Separación entre “obra social” y “evangelización”. Las enseñanzas de Wesley
unen esa dicotomía (división), como lo explica Hugo Magallanes:
Para Wesley, el evangelio son las buenas nuevas del amor de Dios, un amor que
nos crea, que nos salva, que nos santifica, que nos lleva a la comunión plena
con él. Esa santificación no solamente incluye nuestra santificación individual y
privada, sino la santificación de toda la creación y de todo el orden social (2005,
pág. 14).
• Separación entre “fe” y “educación”. Otra separación en las enseñanzas que ve-
mos en muchos de los círculos religiosos es la separación entre la “fe” y “la educa-
ción”, sobre esto Magallanes menciona:
El ejemplo de Wesley: estudiar más y más, e insistamos en que nuestro pueblo y
sus líderes aprendan más cada día. Pero no lo hagamos para defender el prestigio
de nuestro grupo o de nuestro movimiento, sino para que todo ello sea expresión
de que amamos a Dios con toda la mente, y porque nos estamos capacitando para
servir más y mejor (2005, pág. 14).
• Separación entre “iglesia” e “individuo”. Otra separación que a veces encontra-
mos en nuestras iglesias es nuestra lealtad a la “iglesia” o al “individuo”. Wesley en
su enseñanza une esa dicotomía, al respecto Magallanes escribe:
Siempre fue fiel hijo de la Iglesia de Inglaterra (Iglesia Anglicana), e hizo todo lo
posible para que el movimiento metodista no compitiese con esa iglesia... pero, al
mismo tiempo, no permitió que su fidelidad a la iglesia como institución le impi-
diera llevar a cabo su obra, manifestar el amor de Dios hacia personas a quienes
la iglesia apenas si llegaba, o buscar nuevas formas de ministerio (2005, pág. 15).
12 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
Además de los puntos antes mencionados, existen al menos otras tres enseñanzas que
son relevantes en la teología y vida de Juan Wesley para nosotros hoy:
• Si no pueden entenderlo, ¡no le crean! (La revelación vs. La razón). Un ruego para
que unamos la revelación y la razón en nuestra fe wesleyana. A propósito de este
tema McKenna comenta: “detrás de la lógica firme de sus sermones está su premisa
de que, el camino al corazón pasa a través de la cabeza” (2000, pág. 18). McKenna
también nos señala que Kierkegaard dice acerca de la cabeza:
…es la fuente del pensamiento crítico, y el corazón es el cen-
tro de las convicciones conscientes. La cabeza disociada no
conoce absolutos y no produce convicciones… el resultado
es el subjetivismo secular… Un corazón disociado, por otro
lado, abraza una creencia a ciegas… El resultado es el irra-
cionalismo religioso (2000, pág. 18).
• Si no pueden cantarlo, ¡no lo prediquen! (Verdad vs.
Gracia). Un ruego para que haya equilibrio entre la verdad
y la gracia en nuestra adoración wesleyana.
Lo que cantamos no siempre es lo que predicamos. Grandes
himnos son eliminados para dar lugar a clichés de gracia barata, o la predicación
poderosa parece absurda debido a canciones sobre una fe fácil… La prueba de que
todo canto espiritual, sea tradicional o contemporáneo, es que incluya la canción de
la gracia de Dios en medio de la confesión del pecado humano y costo de la cruz
de Cristo. Ya sea en el canto o en la predicación, la gracia sin esta verdad es gracia
barata… Las canciones débiles son la primera señal de que se está perdiendo la
verdad. En una época de caos y paradoja, la Palabra de verdad, acentuada por la
nota de gracia, todavía resuena fuerte y clara por encima de las masas alborotadoras
(McKenna, 2000, pág. 21).
• Si no pueden vivirlo, ¡No lo recalquen! (Santidad personal vs. Santidad social).
En los inicios del siglo XX, los cristianos conservadores se limitaron a defender
el aspecto del “ser”, y abandonaron el “hacer”. Los cristianos liberales, entonces,
asumieron el liderato y recalcaron las obras hasta llegar al extremo del “evangelio
social”… Wesley afirmó: “el evangelio de Cristo no conoce otra religión, sino la so-
cial, ni otra santidad, sino la santidad social”. La santidad social tenía dos dimensio-
nes: creciente responsabilidad espiritual para dar cuenta al cuerpo de Cristo y mayor
responsabilidad social por las necesidades de los pobres… Si la santidad personal
y la santidad social se desconectan una de la otra, ninguna tiene sentido (McKenna,
2000, págs. 22-23).

SENCILLEz PARA TRANSMITIR LA VERDAD


Desde temprana edad Juan Wesley fue educado de manera disciplina y rigurosa. Sin
duda alguna esto contribuyó a que fuera un hombre de avanzados estudios y conoci-
miento (religiosos, espirituales, económicos, sociales, médicos y eléctricos) para su
tiempo.
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 13
A pesar de ello, Wesley mantenía como uno de sus propósitos transmitir la verdad.
Para tal fin hizo uso de su talento y elocuencia para comunicar oraciones simples de
entender pero que a su vez contenían un alto grado de profundidad y complejidad. Mc-
Kenna presenta las siguientes frases que muestran parte de su cosmovisión, y como la
resumió, de tal manera que la persona más sencilla pudiese comprenderla y practicarla
(2000, pág. 14):

A pesar de ello, sería equivocado considerar que la sencillez con la que transmitía su
conocimiento y sus pensamientos era fruto de su ligereza. “Aunque poseía el conoci-
miento como para escribir una teología sistemática para eruditos, escogió comunicar
una teología práctica para el pueblo” (McKenna, 2000, pág. 14). En esta área Wesley
nos deja un gran desafío. En un mundo moderno, donde el pragmatismo y el “ya” son
imperiosos, debemos pedirle a Dios que nos ayude a comprimir verdades profundas;
especialmente en un mundo que no desea sermones moralistas y superficiales. Nuestro
continente latinoamericano necesita respuestas a sus necesidades, respuestas contex-
tualizadas. Como hijos del Señor y herederos de los principios wesleyanos debemos
estar a la altura del momento en que vivimos. Quizás no haya una revolución puntual
como la del siglo XVIII, pero esto no implica que no vivamos en un mundo revolucio-
nado, eso debería ser muy claro para nosotros.
Según McKenna, la forma en que Wesley logró evadir la complejidad sin caer en la
simplicidad fue mediante la reflexión profunda. Esto le hizo buscar la forma de expli-
car las contradicciones que comúnmente nos confunden. Él entendió que las grandes
verdades se presentan como paradojas. Una paradoja es un conjunto de hechos o fra-
14 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
ses que parecen oponerse entre sí pero que son igualmente verdaderos. Aunque para
muchos las paradojas pueden parecer un concepto abstracto o de difícil comprensión,
la Palabra usa algunas de ellas para enseñarnos (2000, pág. 14-16). Por ejemplo, nos
invita a ser líderes – siervos al mismo tiempo.
El problema con las paradojas es que fácilmente enfatizamos demasiado un lado o el
otro. Sin embargo, no fue así con Wesley. Frente ante las paradojas de la fe Wesley
respondió en tres formas:
1. Aceptó con agrado las paradojas al formar su teología. Por ejemplo, para distinguir
su posición arminiana de la calvinista enfrentó la paradoja de la soberanía divina
y la libertad humana.
2. Buscó la dirección del Espíritu Santo al tratar de resolver la paradoja de la verdad.
Ante las paradojas Wesley siguió la opción de tratar de entender la verdad superior
que sostiene las dos verdades juntas en delicado equilibrio. Por ejemplo, ante la
paradoja de la soberanía divina y la libertad humana, adoptó la verdad suprema de
la gracia previniente.
3. Guió a las masas con la verdad sencilla que resalta tras comprender lo complejo
de las paradojas. Wesley guió a sus seguidores con palabras de esperanza que aun
un niño podía entender.

EL PODER DE LA MÚSICA
Ellsworth Kalas, en su libro “Nuestro único canto”, menciona que
“a los metodistas se nos conoce como personas que cantamos” (Mc-
Kenna, 2000, pág. 21). Juan Wesley conocía muy bien el poder de la
música sobre el ser humano al mencionar en su obra “Espiritualidad
e himnos” que:
Por el poder de la música, quiero decir su poder de afectar a los
oyentes y levantar varias pasiones en la mente humana. De esto te-
nemos varios ejemplos sorprendentes en la historia antigua. Se nos
dice que los músicos de la antigua Grecia eran capaces de producir
cualquier pasión que les pareciera: inspirar amor u odio, gozo o dolor,
esperanza o temor, valor, furia o desesperación (Wesley, 1998, pág. 223).
En un mundo revolucionado y conmocionado es normal que todos los elementos que
se desarrollan en él se vean afectados, incluyendo la música. Así como la naturaleza
de la música ha cambiado, también ha cambiado su forma. Esto ha traído como conse-
cuencia la creación de nuevos estilos musicales (lo cual creemos que es enriquecedor
para la iglesia). Esto ha hecho que himnos y canciones que de una u otra manera nos
conectaban con las verdades bíblicas fueran reemplazados. Los grandes himnos que
apuntaban a nuestro gozo, esperanza, o temor y que a su vez dejaban una base bíblica
sólida han dado lugar a nuevas canciones. Estas en muchas ocasiones carecen de una
teología equilibrada; olvidan totalmente la gracia o el poder de la Palabra y se centra
solo en satisfacer las emociones del creyente (su oído, imaginación o un sentimiento
interno).
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 15
Como mencionamos anteriormente, Wesley sostenía una premisa como parte de sus
enseñanzas, si no pueden cantarlo, ¡no lo prediquen! Al estudiar los himnos wesleya-
nos, los cuales fueron en la mayoría compuestos por su hermano Carlos Wesley, vemos
como por medio de ellos resolvían el “problema” entre la gracia y verdad “con su san-
gre eficaz / al pecador limpio”.
En nuestros días existe una separación entre lo que cantamos y predicamos. Wesley
diría que ya sea en el canto o en la predicación, la gracia sin esta verdad es gracia ba-
rata. Al respecto McKenna menciona: “En una época de caos y paradoja, la Palabra de
verdad, acentuada por la nota de gracia, todavía resuena fuerte y clara por encima de
las masas alborotadas” (2000, pág. 22).
A propósito del poder de la música presentamos algunas preguntas para reflexionar:
• ¿Están las personas a nuestro alrededor entendiendo el equilibrio entre la gracia y
la verdad en el espíritu de nuestros cantos y en la fuerza de
nuestra predicación?
• ¿Están nuestras canciones incluyendo la canción de la gra-
cia de Dios en medio de la confesión del pecado humano y
costo de la cruz de Cristo?
• ¿Lo que cantamos contiene la centralidad del evangelio o ha
perdido el propósito primario para la cual fue creada?
Recuerde, ¡las canciones débiles son la primera el señal de que se está perdiendo la
verdad!

ASUNTOS VARIOS
Aunque existen muchos otros aspectos para resaltar de la vida y enseñanzas de Juan
Wesley en esta sección abarcaremos solo dos de ellos.
1. Su pensamiento sistémico. Aunque este concepto tiene su origen a mediados del
siglo XX, Juan Wesley lo usó de manera desconocida. Un ejemplo de ello fue la
manera en que abordó la problemática de su país:
Ante la polémica desatada por algunos interrogantes en cuanto a la aparente ruina
de la nación según algunas opiniones, Wesley afirmó que lo que verdaderamente
se necesitaba no era referirse a una parte de la historia, como se estaba haciendo,
ni interpretar los hechos parcialmente; lo que se necesitaba era razonar la totali-
dad de los hechos, verlos como un todo, para poder emitir una opinión sobre el
verdadero estado de la nación (Meléndez, 2006, pág. 16).
En la época de Juan Wesley la forma de estudio consistía en analizar las varian-
tes de manera individual. Contrario a ello, Juan Wesley se inclinó por realizar un
diagnóstico de la situación de su país desde diferentes esferas (social, política,
económica, espiritual) pero de manera integral. Como consecuencia pudo ofrecer
pronósticos y respuestas a las inquietudes de la Inglaterra del siglo XVIII, a la vez
que le ayudó a desarrollar un evangelio integral.
16 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
Sin duda este es otro de los retos que como wesleyanos tenemos. Es necesario que
en este mundo, donde las épocas pasan tan rápido, podamos ajustarnos a nuestras
realidades y pedirle a Dios que amplíe nuestra visión. Como futuros ministros or-
denados de la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica es necesario que actuemos
desde lo micro pensando en lo macro. Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre
ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda
Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hch 8:1). Es necesario que no
solo planifiquemos para la iglesia local, sino para la iglesia regional, nacional y
continental. Como Wesley, debemos conocer las necesidades del país y región de
manera profunda para que el evangelio sea coherente con nuestras realidades.
2. Por otra parte, la forma en que Wesley se relacionaba con el otro es digna de ad-
mirar. En su sermón 39, “El espíritu católico”, Juan Wesley nos muestra principios
clave para la armonía de la comunidad cristiana.
Pero, aunque una diferencia en cuanto a opiniones o modos de adoración puede
impedir una unión externa completa, ¿es necesario que impida nuestra unión en los
afectos? Aunque no podamos pensar igual, ¿no podemos acaso amarnos igualmen-
te? ¿No podemos ser de un mismo corazón, aunque no podamos ser de una misma
opinión? Sin ninguna duda, podemos. En esto, todos los hijos de Dios pueden
unirse, a pesar de estas diferencias menores. Estas pueden quedar tal como están,
y pueden estimularse los unos a los otros en el amor y las buenas obras (Wesley,
1998, págs. 2-3).
En la actualidad, un espíritu de superioridad y orgullo se han
sembrado en nuestras regiones. Esto ha traído como resul-
tado pleitos y divisiones en nuestras iglesias. Estos son tan
vigentes como en los tiempos del apóstol Pablo en 1 Corintios
3:3. Ante esta situación y según el sermón antes citado, ¿qué
podemos hacer? Amarnos aunque no pensemos igual. Ser de un
mismo corazón. Respetar al otro. Tener la humildad para reconocer que “nadie
puede estar seguro que todas sus opiniones, tomadas en conjunto, son verdaderas”
(Wesley, 1998, pág. 4).

CONCLUSIÓN
Como pudimos observar, Juan Wesley fue un hombre con una profunda compren-
sión del evangelio y de su sociedad. Su preocupación por poner en práctica la
Palabra queda demostrada al transmitir profundas verdades teológicas en frases
sencillas. Esto con el interés de que personas que no tuvieran estudios (la gran ma-
yoría de la sociedad) pudiese comprender lo que él explicaba. Además, su forma
de relacionar temas que parecían estar desligados y muchas veces controversiales
como la fe y la educación, o la evangelización y las obras sociales hacen de Juan
Wesley una persona interesante de estudiar.
Es de resaltar la forma en que abordó los asuntos musicales, insistiendo que toda
música cristiana debe contener en sus letras la gracia de Dios, la confesión o el
precio de nuestra salvación. Verdades que son dignas de ser recordadas. Por últi-
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 17
mo, Wesley demuestra su capacidad de pensamiento sistémico al dar respuesta a
las profundas transformaciones de su país por medio de un tratado que título “Un
discurso serio al pueblo de Inglaterra”. En este diagnosticó la delicada situación
que atravesaba Inglaterra como se mostrará en la siguiente sección.

Actividades de evaluación

1. A la hora de preparar un sermón, ¿Piensa en el nivel


académico de su audiencia o no lo ha tomado en cuen-
ta? ¿Su sermón tiene la sencillez que hasta un niño
puede entenderlo?
2. ¿De qué manera usted ha sido permeado por las dico-
tomías comúnmente presentes en la iglesia latinoame-
ricana? ¿Cuál de las tres separaciones mencionadas
piensa que le es más difícil entender? ¿Por qué?
3. Resuma su propósito ministerial en una frase sencilla
que sea fácil de entender y comunicar.
4. ¿Cuál de los aspectos presentados en esta lección sobre
la teología wesleyana considera que es más relevante
para su área de ministerio? Explique su respuesta.
Vida y contexto
2 histórico de Juan Wesley

Propósitos de la lección
Ayudar al estudiante a comprender cómo trabaja Dios por
medio de su gracia preveniente (anticipante) en la vida de
sus instrumentos.

Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá el contexto social de Juan Wesley.
• Entenderá el contexto familiar de Juan Wesley.
• Esbozará una biografía básica de la vida de Juan Wesley.

Contenido
• Introducción
• Inglaterra en el siglo XVIII: contexto histórico
• La familia Wesley: contexto familiar
• El rol fundamental de Susana Wesley
• Infancia y juventud de Juan Wesley
• La experiencia del corazón ardiente
• Conclusión
• Actividades de evaluación
20 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
INTRODUCCIÓN
A ntes de continuar profundizando en la vida de Juan Wesley es necesario conocer
su realidad en tiempo y espacio. Comprender los temas sociales, políticos, cultu-
rales y espirituales juegan un rol fundamental; esto debido a que muchos de esos temas
dieron forma y consistencia a su pensamiento y teología. Teología que repercute hasta
nuestros tiempos. Por esta razón, esta sección estará enfocada en conocer las realidades
de la Inglaterra del siglo XVIII. Realidades que tres siglos después
siguen iguales; demostrando con esto que el pecado no es un pro-
blema que se resuelve con el tiempo sino con el evangelio. Porque
es el evangelio de Jesús el que transforma individuos, comunida-
des y sociedades.

INGLATERRA EN EL SIGLO XVIII:


CONTEXTO HISTÓRICO
El siglo XVIII dio inicio a uno de los fenómenos económicos más importantes para la
sociedad inglesa, la Revolución Industrial. La implementación de la tecnología posibi-
litó la creación de máquinas comerciales para la producción en serie y la simplificación
de tareas complejas. Este cambio en el orden laboral y socioeconómico trajo consigo
profundas transformaciones en la manera en que se percibía la vida y en los valores de
la humanidad.
La Revolución Industrial hizo de Inglaterra una de las más grandes potencias económi-
cas de la época y el mundo. Entre 1760 y 1770 se concedieron tres patentes de inven-
ción que elevaron esta nación sobre las demás, estas patentes fueron: el molino de agua,
la máquina de vapor y la máquina textil giratoria.
Sin embargo, todo proceso de desarrollo trae consecuencias implícitas que afectaron
directamente a su población, a continuación, se mencionan algunas de ellas:
• Crecimiento de la industria textil. Gran parte de los propietarios de las tierras
cambiaron su producción primaria. Dejaron de cultivar para criar ovejas con el pro-
pósito vender su lana. Esto causó que las personas que labraban la tierra perdieran
su fuente de empleo. Estos desempleados se desplazaron a las ciudades aledañas y
trabajaron en la fabricación de productos textiles.
• Explosión demográfica. En 1710 la población de Inglaterra era aproximadamente
cinco millones de habitantes. A finales de ese siglo eran nueve millones. Debido al
cambio laboral (de la agricultura manual a los procesos automatizados) las personas
abandonaron el campo para ir en busca de nuevas oportunidades en la ciudad. Esto
conllevó un crecimiento demográfico no planificado que ocasionó problemas de
vivienda, alimentación, trabajo y finalmente de pobreza extrema para la mayor parte
de la población.
• Explosión económica. El periodo comprendido entre 1780 - 1840 fue precisamente
el tiempo en que Inglaterra se convirtió en la más grande potencia económica de la
época y del mundo. El salario medio se duplicó y también nació una nueva clase
Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley 21
social, la burguesía, la cual observaba el aumento sus ingresos por medio de mano
de obra barata.
• Esclavitud. Inglaterra poseía una de las flotas de barco más grande para ese enton-
ces. Si combinamos este hecho con la realidad de que tenían colonias establecidas
en casi todo el mundo, tenemos como resultado que los esclavos fueran la mano de
obra. Estos esclavos eran vendidos como objetos al mejor postor.
• Problemas políticos. El único propósito de los monarcas era satisfacer sus deseos
egoístas de fama, poder y riqueza. De los cuatro reyes que tuvo Inglaterra durante
el tiempo de Wesley, ninguno de ellos mostró interés en ayudar a la gente común y
pobre.
• Problema religioso o espiritual. La Iglesia Anglicana era la iglesia oficial de In-
glaterra y contaba entre sus miembros con el 90% de la población del reino. Esta
iglesia se unió a la monarquía y el parlamento en lugar de representar una alternativa
para su pueblo. Esto trajo aun mayor desesperanza a una población que ya se sentía
golpeada por todos los cambios que estaba viviendo.

LA FAMILIA WESLEY: CONTEXTO FAMILIAR


La influencia familiar juega un rol preponderante en el desarrollo de la
persona. Esto se debe a que los primeros patrones que recibimos van
moldeando nuestro carácter. Por tal razón, cada persona es producto
de manera directa o indirecta de su contexto familiar.
Juan Wesley fue el decimoquinto hijo de diecinueve. Su educa-
ción y formación fue profundamente influenciada por sus padres,
Samuel y Susana Wesley, y por sus familiares.
En el mundo posmoderno en el cual vivimos la cifra de hijos que tuvo la familia Wes-
ley pudiese parecer irracional. Sin embargo, al estudiar su contexto social hayamos un
par de razones que nos permiten entender:
• Aunque estaba cambiando, la agricultura era parte fundamental de la sociedad. Por
lo tanto, las familias numerosas eran esenciales para el aumento y cuidado de las
cosechas familiares. Tener bastantes hijos era sinónimo de mayor seguridad y esta-
bilidad económica.
• Las condiciones de salubridad y los pocos avances científicos, hacían que la espe-
ranza de vida fuera de 35 – 50 años. Muchos de los recién nacidos morían casi al
instante. La familia Wesley no fue la excepción de la norma. Nueve hermanos de
Juan Wesley murieron a muy temprana edad.
22 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
Pero, ¿quiénes eran los padres de Juan
Wesley? Susana Annesley fue la hija de
Samuel Annseley, un teólogo muy reco-
nocido y respetado dentro del círculo de
los puritanos. Ser hija de una persona res-
petada e influyente le ayudó a tener una
educación excelente (esto no era lo común
en esa época para las mujeres). Susana
dominaba varios idiomas, comprendía la filosofía y la teología. Sin duda, esto le ayudó
a desarrollar a muy temprana edad su forma de pensar en el ámbito social y teológico.
Por su parte, Samuel Wesley fue hijo de Juan Wesley (mismo nombre de su nieto). Este
último, a pesar de haber estudiado en la universidad de Oxford y ser evangelista de la
iglesia oficial, nunca recibió la ordenación como ministro. Esto causó que protestara
contra el gobierno y la iglesia. El padre de Samuel Wesley murió a la temprana edad
de 42 años.
Como resultado de las decisiones de su padre, Samuel Wesley tuvo que afrontar las
responsabilidades de la vida desde temprana edad. Pero no todo fue malo para Samuel
Wesley. Su alto rendimiento como estudiante y sus excelentes escritos, además de otros
factores, fueron méritos suficientes para ser nombrado como pastor de la Iglesia Angli-
cana de Epworth en 1696, cargo que mantuvo hasta su muerte en 1735.
Sin duda alguna el contexto familiar tuvo gran influencia tanto en Juan Wesley como
el movimiento metodista. Ejemplo de esto fue el ministerio laico del cual su madre y
abuelo eran parte y el cual Wesley incluiría en su ministerio. Otro factor característico
de la familia Wesley fue la capacidad de afrontar las tragedias familiares como actos
providenciales en lugar de entenderlas como hechos predestinados por Dios. Estas pos-
turas, sin duda alguna, iban marcando la postura y orientación arminianista que Juan
Wesley defendió durante todo su ministerio.

EL ROL FUNDAMENTAL DE SUSANA WESLEY


“Si tuviera veinte hijos, me regocijaría en consagrarlos todos a la obra misionera, aun-
que estuviese segura de no volver a verlos nunca más” (Magallanes, 2005, pág. 49).
Como mencionamos anteriormente, Susana fue madre de diecinueve hijos y poseyó las
virtudes propias de la maternidad, pasando por ella todas las cargas que a ese estado
acompañan. El amor a sus hijos en nada se parecía a esa especie de culto egoísta que
muchos padres profesan a los suyos. Ella los consideraba como plantas tiernas, llenas
de esperanza, que había de cultivar con fidelidad y celo.
La educación primaria y la educación de los niños se hacían bajo
la acertada dirección de Susana. Ella cuidaba el crecimiento fí-
sico y moral de los diez hijos que sobrevivieron a las enferme-
dades de la infancia. Además, Susana también era quién llevaba
las riendas firmes de su hogar. Meditó sobre los mejores méto-
dos de enseñanza y se impuso reglas fijas que aplicó de manera
disciplinada en su vida.
Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley 23
Susana utilizó la Biblia como texto guía para enseñarles a leer a sus hijos. Con regu-
laridad, dedicaba una a dos horas por semana en una conversación particular con cada
uno de sus hijos. Estas eran charlas privadas y amenas donde se le permitía al niño abrir
el corazón a su madre; además, conversaciones como: la importancia de las virtudes
cristianas, el desarrollo del carácter cristiano firme en un mundo de perversidad, las
oraciones clásicas y sencillas, eran partes de los tópicos conversados y fueron un factor
clave en la formación del carácter de cada uno de ellos.
Considerada como “la madre del metodismo” (Greetham, 1988), sería injusto no des-
tacar el rol de Susana Wesley en la formación de su hogar. Wallace (1997) señala que
Susana utilizó una serie de reglas y consejos que a continuación presentamos:
• Destruya el egoísmo de sus hijos y colabore en la salvación de sus almas.
• Enséñeles a orar tan pronto empiezan a hablar.
• No les de nada que pidan con lloros. Solo lo que piden con educación.
• No castigue las faltas que confiesan en seguida y de las que vea que se arrepienten.
• No permita que ningún acto pecaminoso pase sin castigo.
• No castigue nunca al niño dos veces por la misma falta.
• Aliente y premie la buena conducta.
• Fomente el respeto por la propiedad ajena, incluso en las cosas insignificantes.
• Cumpla todas las promesas que haga a sus hijos.
• No obligue a trabajar a sus hijos antes de que sepan leer bien.
• Inculque en cada hijo el amor a la santa pureza del alma.
• No deje un solo día de rogar por la salvación de sus hijos.
• Hable con mucha prudencia en frente de ellos.
• Jamás salgan de sus labios maternales ni la murmuración ni el desprecio.
• Viva consagrada al hogar, porque de su esmero depende la paz, la salud, el provecho
temporal y espiritual.
• Vigile las amistades y lecturas de sus hijos.
• Como la madre y abuela de Timoteo, enseñe a vivir a sus hijos en el santo temor de
Dios.
Además de lo antes mencionado, Susana Wesley guió a sus hijos para que lograran sus
propósitos. Para el desarrollo integral de los hijos comenta lo siguiente:
• Contéstele, no le informe.
• Protéjalo, no lo cubra.
• Ayúdelo, no haga el trabajo por él.
• Abríguelo, no lo tape.
• Ámelo, no lo idolatre.
• Acompáñelo, no lo lleve.
• Muéstrele el peligro, no lo atemorice.
• Incorpórelo, no lo aísle.
• Aliéntelo en sus esperanzas, no lo descarte.
• No le exija ser el mejor, pídale que sea bueno.
• Recuerde que su hijo no le escucha, le mira.
Estas enseñanzas y principios que impartía a sus hijos pronto fueron conocidos por la
comunidad de Epworth. Un día, mientras su esposo Samuel se encontraba de viaje,
habitantes de la comunidad le pidieron que les enseñara acerca de la Biblia y de teolo-
24 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
gía como lo hacía con sus hijos. Susana aceptó y pronto su cocina se encontraba llena
de niños y adultos, el número de personas que iban a “la cocina de Susana” aumentó
hasta cerca de las doscientas personas. Un número mucho mayor a lo que su esposo
pastoreaba.
El éxito que obtuvo Susana Wesley no fue bien visto ante la iglesia, razón por la cual se
le solicitó a su esposo que prohibiera dicha reuniones. Samuel hizo caso omiso a dicha
advertencia y por lo tanto los estudios realizados en “la cocina de Susana” fueron de
beneficio para todos los asistentes.
Susana Wesley es un ejemplo de devoción, compromiso con Dios y su familia, un
ejemplo digno de imitar hoy en día. Susana nos recuerda la influencia que los padres
ejercen en sus hijos para bien o para mal. Nuestro mayor deseo es que estos principios
que Susana usó sean aplicados en cada hogar de nuestro continente latinoamericano;
que no sean delegados ni a la iglesia ni a las instituciones de educación, esta responsa-
bilidad debe recaer primariamente en los padres.
Antes de continuar por favor vea el video “Susana Wesley: La historia de
una madre ejemplar”. Lo encontrará en el siguiente link https://www.
youtube.com/watch?v=Mx1L4saPo88
Luego escriba cómo cree que está siendo su desarrollo como padre o
madre, y qué aprende de Susana Wesley para aplicar a su vida.

INFANCIA Y JUVENTUD DE JUAN WESLEY


Juan Wesley nació el 17 de junio de 1703, pero su nacimiento se celebra el 28 de junio.
Esto es debido a que Inglaterra aceptó el calendario gregoriano en 1752, lo cual ocasio-
no que 11 días, del 2 al 14 de septiembre fueran excluidos del año en 1752. Por lo tanto
Wesley reajusto su fecha de nacimiento del 17 de junio al 28 de junio, añadiéndole 11
días (Magallanes, 2005, pág. 37).
La providencia divina
El 9 de febrero de 1709, cuando Juan Wesley solo tenía cinco años de edad, ocurrió
un incendio de proporciones desastrosas. Se cree que fue iniciado por miembros de la
misma iglesia que dirigía Samuel Wesley (padre de Juan) para demostrar el disgusto
hacia él y promover un cambio pastoral.
El incendio pudo haber ocasionado la muerte de todos
los miembros de la familia Wesley, sin embargo sobre-
vivieron gracias al valor de Samuel y Susana, los cuales
literalmente lucharon en contra de las llamas y después
de sufrir quemaduras en sus manos y cuerpos lograron
rescatar a todos sus hijos, excepto a Juan. Su padre inten-
to volver por él pero le fue imposible, con tristeza y re-
signación encomendó el alma de Juan a Dios. Fue en ese
mismo momento que Juan se asomó por la ventana para
pedir ayuda; dos hombres pronto acudieron a su llamado
y subiéndose uno sobre los hombros del otro alcanzaron
Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley 25
a Juan y lo sacaron por la ventana justo antes de que el
techo se desplomara destruyendo la casa… A pesar de
que Juan tuvo esta experiencia a la edad de cinco años,
nunca la olvidó; y prueba de ello es que en uno de sus
autorretratos redactó la siguiente pregunta: ¿no es este un tizón arrebatado del
incendio? (Magallanes, 2005, págs. 38-39).
Como se estudió en la sección anterior, la madre de los Wesley tuvo una vocación
abnegada en la formación de sus hijos. A pesar de ser el decimoquinto hijo, Susana
enseñó a su hijo con vigor las enseñanzas básicas del momento. Además le guió a una
madurez espiritual. Aunque la familia económicamente se le puede comparar con la
clase media baja de hoy, se debe resaltar que la gran cantidad de hijos de la familia
Wesley era una gran responsabilidad.
Juan Wesley fue un niño adelantado a su edad. Se dedicaba al estudio de la Palabra, por
lo tanto su padre consideraba que tenía la madurez necesaria para recibir la Santa Cena,
haciéndolo así a la edad de los ocho años.
Charterhouse y Oxford (1714-1729)
A la edad de diez años, Juan Wesley fue ayudado por el duque de Buckingham para
ingresar a la importante escuela de Charterhouse en Londres. Al regresar de esta escue-
la con 17 años de edad en el año 1920, Juan Wesley se inscribió en el colegio Christ
Church, en Oxford. Los siguientes cuatro años fueron muy importantes para su el de-
sarrollo espiritual e intelectual.
En el campo intelectual, estudió literatura clásica y moderna, historia, griego, biología
(siempre quiso ser doctor) y teología. En el área teológica dos autores fueron de gran
influencia para él. El primero de ellos fue Tomas Kempis con su libro “La Imitación de
Cristo”; de este aprendió que la importancia de la religión se encuentra en el corazón
de las personas, y que el corazón gobernado por Dios es el que debe regir todos los
aspectos de la vida. El segundo fue Jeremías Taylor y su “Reglas para vivir y morir
santamente”; Wesley aprendió a valorar la importancia de la vida santa y sus implica-
ciones más allá de una vida personal, recta y justa.
Luego de culminar sus estudios en el colegio Christ Church, Juan Wesley siguió los pa-
sos de su padre y hermano mayor; inició el proceso para la ordenación como ministro
de la Iglesia Anglicana. Su candidatura fue recibida de buena manera por los oficiales
de la iglesia y fue ordenado como diácono el 19 de septiembre de 1725.
En 1726, Juan Wesley recibió una beca que lo llevó a continuar sus estudios en el co-
legio Lincoln en Oxford. Esto le permitió estudiar y predicar al mismo tiempo. Desde
1727 hasta 1729 estuvo trabajando al lado de su padre en la iglesia de Epworth. El 22
de septiembre de 1728 Juan Wesley recibió la ordenación como presbítero de la Iglesia
Anglicana.
Un año después, en 1729, la vida de Juan Wesley tomó otro rumbo que lo llevó a
abandonar la iglesia de Epwoth y el pastorado al lado de su padre. Regresó al colegio
de Lincoln en Oxford con el propósito de recibir e impartir clases. Su trabajo fue un
poco controversial debido a la rigurosidad y métodos con que evaluaba a sus alumnos,
aunque le atribuía el bajo rendimiento académico de los mismos debido a la falta de
madurez espiritual.
26 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
Carlos, uno de los hermanos de Juan, también fue becado para asistir al mismo colegio;
pero este, a diferencia de Juan, no mostraba el mismo interés hacia los estudios. Luego
de ser exhortado por parte de su padre y su propio hermano Juan, Carlos decidió tomar
sus estudios con seriedad. Debido a esto, la amistad entre Carlos y Juan aumentó a tal
punto que Carlos le comentó la manera en que ayudó a un joven con sus problemas
personales y cómo lo llevó a conocer a Cristo. También le compartió de un grupo de
amigos con el cual se reunía periódicamente a orar, leer la biblia, tomar la comunión y
compartir su vida espiritual.
Juan Wesley quedó tan impactado con este grupo que en la primera oportunidad que
tuvo se unió a ellos. Gracias al respeto y el liderazgo del cual Juan Wesley gozaba fue
aprobado por todos. Con el ingreso de Juan muchas otras personas se unieron al gru-
po. Desde antes que Juan llegara al grupo, algunas personas le habían puesto algunos
sobrenombres en forma de burla, algunos de los sobrenombres eran: El Club de los
Reformadores, El Club de los Santos, Polillas de la Biblia, Entusiastas y Metodistas,
siendo este último el que prevalece hasta el día de hoy.
Estas reuniones se caracterizaban por siempre iniciar con
una oración y luego el estudio y lectura del Nuevo Tes-
tamento en griego. Luego de culminar la reunión, cada
uno de los integrantes compartía con el grupo acerca de
sus necesidades personales y espirituales; luego, el grupo
respondía con sugerencias y prácticas de cómo mejorar
su relación con Dios y con los demás.
Durante los últimos años como profesor de Oxford, Juan Wesley se enfrentó a un gran
dilema entre su vocación y su compromiso familiar. Debido al deterioro de salud,
Samuel Wesley le pidió a su hijo Juan que dejara Oxford y tomara su lugar en la iglesia
de Epworth. Juan respondió negativamente argumentado la manera que Dios lo estaba
usando en las reuniones, predicaciones en la universidad y sus testimonios.
El 25 de abril de 1735, a la edad de 72 años, Samuel Wesley falleció en compañía de
sus familiares. Meses después el Club de los Santos, del cual Juan había sido líder por
6 años, se desintegró debido a que cada uno de sus integrantes tomaron diferentes rutas
ministeriales.

LA EXPERIENCIA DEL CORAZÓN ARDIENTE


La experiencia del corazón ardiente que vivió Juan Wesley se puede dividir en dos par-
tes: el viaje misionero a Georgia y el evento que sucedió en la calle Aldergate.
Viaje misionero a Georgia
Luego de lo ocurrido con el Club de los Santos, Juan Wesley tuvo la oportunidad, junto
a su hermano Carlos, de realizar una labor misionera en la colonia de Georgia con los
nuevos inmigrantes. En vista de esta oferta, y en oración, decidieron consultarle a su
madre Susana su opinión frente a esta propuesta. La respuesta de Susana fue la siguien-
te:
Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley 27
“Si tuviera veinte hijos, me regocijaría en consagrarlos todos a la obra misionera, aun-
que estuviese segura de no volver a verlos nunca más” (Magallanes, 2005, pág. 49).
Ante tal respuesta, Juan decidió hacerse miembro de la sociedad Propagación del Evan-
gelio y Carlos fue nombrado como secretario del gobernador de Georgia.
El 21 de octubre de 1735 se embarcaron rumbo
a Georgia. Este viaje tuvo múltiples propósitos
los cuales marcaron de manera significativa la
vida de Juan Wesley. Un día de navegación, una
fuerte tormenta puso en peligro la estabilidad y
la vida de las personas que se encontraban en el
barco. Muchas de ellas pensaron que naufraga-
rían y empezaron a temer por sus vidas. El pro-
pio Juan Wesley se sintió inseguro y lleno de te-
mor de perder su vida. En medio de su angustia
se paseó por el barco encontrando un grupo de Moravos (inmigrantes de ascendencia
alemana, con raíces en la tradición pietista alemana). Estos, en medio de la tormenta,
estaban alabando y glorificando a Dios. Wesley al observar su serenidad en medio de la
tormenta quedó profundamente impactado. Luego de culminar la tormenta, se acercó a
ellos para preguntarles si tuvieron temor a lo cual ellos respondieron “¡Gracias a Dios
que no! Ni siquiera nuestras mujeres y nuestros hijos” (Magallanes, 2005. pág. 50).
Esta respuesta, sumada a la tempestad y sus sentimientos de temor e inseguridad, lle-
varon a Wesley a reflexionar acerca de su vida espiritual y su relación con Dios. La
conclusión a la cual llegó Wesley fue que la fe de los moravos era mayor que la de él y
que ellos tenían una certeza de su salvación que él no tenía y deseaba tener.
Al llegar a Georgia, luego de aproximadamente cuatro meses de navegación, hizo una
cita con el pastor moravo Spangenberg. En esta cita le comentó todos los temores que
había sentido en su viaje. El pastor Spangenberg le hizo una serie de preguntas que lo
dejaron asombrado: ¿Tienes el testimonio de Dios en tu vida? ¿Da el Espíritu de Dios
testimonio a tu espíritu que eres hijo de Dios? ¿Conoces a Jesús? ¿Tienes la convicción
que Jesús te ha salvado? Aunque Juan Wesley respondió de forma afirmativas a ellas,
luego en su diario, reconoce que estas respuestas no fueron sinceras.
Luego de 2 años en Georgia y con un ministerio con constantes altibajos debidos a
muchos factores (culturales, religiosos, personal-sentimentales) decidió regresar a In-
glaterra el 2 de diciembre de 1737.
Este viaje misionero deja relucir el estado emocional y espiritual en la vida de Juan
Wesley. Un estado donde el activismo, las rutinas religiosas y el arduo esfuerzo por
ganarse el amor de Dios no era suficiente. Por el contrario, todo este activismo religio-
so mostró el vacío y la impotencia de acercarse a Dios de esa forma, como el mismo
Wesley lo plasma en su primer diario:
28 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
Fui a América a convertir a los indígenas. Pero, ay,
¿quién me convertirá a mí? ¿Quién, quién me librará de
este corazón perverso e incrédulo? Tengo una religión
de verano. Puedo hablar bien, y hasta creer, mientras no
hay peligro cerca; más que la muerte me mire a la cara,
entonces mi espíritu se perturba. Tampoco puedo decir,
«porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia
(Wesley, Obras de Wesley, Tomo XI, 1996, pág. 37).
La experiencia de Aldersgate
El viaje de regreso desde Georgia a Inglaterra le sirvió a Juan Wesley, entre otras cosas,
para reflexionar acerca de su vocación, ministerio y sus dudas personales acerca de la
salvación y la muerte. Estas reflexiones le llevaron a buscar ayuda de personas que
estuviesen convencidas de su salvación. Por tanto, fue a Londres donde se encontraba
una comunidad de moravos. Allí conoció al pastor Pedro Böhler, el cual luego de escu-
charle, respondió muchas de sus inquietudes. Pero, para no contender con argumentos
teológicos, le recomendó que leyera y estudiara los pasajes bíblicos clave acerca de la
salvación, a lo cual Wesley respondió con agrado.
Al parecer, la experiencia vivida con Bölher trajo mucha claridad a la vida de Wesley:
Así que cuando Pedro Böhler, quien Dios me había preparado tan pronto llegue a
Londres, afirmó que la verdadera fe en Cristo (que es una sola) tenía dos frutos inse-
parables de ella, el dominio sobre el pecado y la paz constante que viene del sentido
del perdón, quedé bastante sorprendido y lo entendí como un evangelio nuevo (Wes-
ley, Obras de Wesley, Tomo XI, 1996, pág. 64).
A pesar de todo, Wesley sentía que faltaba algo. Faltaba una experiencia personal con
Dios que lo llevara a tener certeza de su salvación. Este hecho ocurriría el 24 de mayo
de 1738. Wesley nos relata en su diario como fue su experiencia:
Pienso que fue alrededor de las cinco de la mañana que abrí mi Testa-
mento en aquellas palabras: “Nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas lleguen a ser partícipes de la natura-
leza divina” (2P. 1:4)… En la noche fui de mala gana a una sociedad
en la calle Aldersgate, donde alguien estaba dando lectura al prefacio
de la epístola de san Pablo a los Romanos de Lutero. Cerca de las ocho
y curenta y cinco de la noche, mientras él describía el cambio que Dios obra en el
corazón a través de la fe en Cristo, yo sentí un extraño ardor en el corazón. Sentí que
confiaba en Cristo, solo en Cristo para mi salvación y recibí una seguridad de que él
me había quitado todos mis pecados, aun los míos, y que me había librado de la ley
del pecado de muerte. Empecé a orar por aquellos que me habían ultrajado y perse-
guido. Después di testimonio público ante todos los asistentes de lo que sentía por
primera vez en mi corazón (Wesley, Obras de Wesley, Tomo XI, 1998, págs. 66-67).
Luego de muchos años de experiencias y reflexiones (Club santo, lecturas de Law,
Kempis, Taylor, viaje misionero, etc.), la búsqueda de Wesley acerca de la seguridad
de su salvación había terminado. Ahora había experimentado el amor incondicional de
Dios de una manera personal y real. Ese evento en la calle de Aldersgate llamado “la
experiencia del corazón ardiente”, marcó un definitivo antes y después en la vida de
Juan Wesley y su ministerio.
Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley 29
Casi después de esta experiencia, Wesley decidió visitar la comunidad principal de los
moravos en Alemania. Allí una vez más consiguió ayuda y consejo espiritual que fue
de gran ayuda para él y su ministerio. Este viaje fue el inicio del aprendizaje de la fe
justificante de las virtudes de la vida piadosa y de la vida en comunidad que practicaban
los moravos.

CONCLUSIÓN
La historia de Jaun Wesley nos permite ver cómo, en medio de un mundo cambiante y
convulsionado, Dios usó una familia para formar una persona que, lavado por la sangre
de Cristo y moldeado por el Espíritu Santo, sería su instrumento para traer sanidad a
toda una nación y desde allí al mundo entero.
Gráfico 2.1 Árbol genealógico dela familia Wesley

Nota: Samuel y Susana tuvieron diecinueve hijos de los cuales nueve murieron a muy
temprana edad.
30 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
Actividades de Evaluación

Vea el video “John Wesley: Escritor, teólogo, pastor y


fundador del metodismo”. Lo encontrará en el siguiente
link: https://www.youtube.com/watch?v=36az8KoxSZs&-
t=217s

A partir del video y el contenido de la lección responda


las siguientes preguntas:
• Hasta este punto, ¿cuál cree que es el legado más sig-
nificativo de Juan Wesley?
• ¿En cuales áreas cree usted que los cristianos de
hoy necesitamos ser más coherentes entre lo que
predicamos y lo que vivimos? Explique la respuesta.
• La vida de Juan Wesley está llena de una serie de
eventos en los que vemos cómo Dios lo cuidó y for-
mó hasta guiarlo a Él. ¿Cómo Dios trabajó en su vida
antes de que usted llegara a ser genuinamente cristia-
no? ¿En qué eventos usted pudo ver la mano de Dios?
• ¿Qué lecciones aprende de Juan Wesley para su vida
y ministerio?
Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley

3 Teología de Wesley 1

Propósito de la lección
Fundamentar al estudiante en su identidad wesleyana por
medio de la comprensión de la teología de Juan Wesley des-
de la perspectiva del proceso de salvación.

Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Entenderá la metodología teológica usada por Wesley.
• Comprenderá cómo Juan Wesley explicó el proceso de
salvación.
• Interiorizará y aplicará el concepto de salvación en su
vida personal.

Contenido
• Introducción
• Metodología teológica de Juan Wesley
• La imagen de Dios y la condición del ser humano
• Actividades de evaluación
32 Teología de Wesley 1
INTRODUCCIÓN

La compresión teológica de Juan Wesley es una hermosa herencia que tiene la Iglesia
Metodista Libre y que vale la pena ser redescubierta. Recuerde que nosotros podremos
ver más lejos si nos paramos sobre los hombros de nuestros antepasados.
En esta y la siguiente lección veremos cómo la teología wesleyana ofrece una estrecha
relación entre nuestro contexto económico y nuestra realidad social; entre la fe y la
práctica; entre la realidad de la salvación y la iglesia. Wesley utilizó, entre otros, estos
argumentos para fusionar la dicotomía (separación) que existía entre estos temas.
La teología que Wesley desarrolló le atribuye gran importancia a la obra del Espíritu
Santo en nuestra forma de pensar, así como nuestros sentimientos y acciones. Cataloga-
do como el “teólogo del pueblo”, Juan Wesley desarrolló una teología que incluía tanto
a ricos como a pobres. A estos les enseñaba a disfrutar del regalo de la salvación aquí y
ahora, y no como una realidad futura y muchas veces incierta.
Wesley fue ante todo un teólogo práctico. Su propósito teológico era el de dirigir a las
personas al camino de la salvación. Por tal motivo, desarrollaremos esta parte siguien-
do un orden que explica lo que sucede antes, durante y al final de la salvación. Sin em-
bargo, comenzaremos por describir el marco teológico, las fuentes que usaba Wesley
para su comprensión acerca de Dios y su plan.
Antes de avanzar, es necesario hacer un paréntesis para explicar la importancia de tener
una teología sólida. La figura 3.1 ilustra lo que mencionaremos al respecto.
Figura 3.1 Importancia de la teología
Teología de Wesley 1 33
La teología es el estudio de Dios mismo. Y Dios se ha revelado de una forma completa
en la persona de Cristo Jesús, quien es Dios con nosotros. Por tanto, podemos concluir
que una sana teología está basada en entender la persona de Cristo; esto lo conocemos
como Cristología.
El tener una teología sana nos lleva a te-
ner una sana eclesiología. A su vez que
una sana eclesiología conlleva a hacer y
multiplicar discípulos; es decir, conlleva a
un sana misiología. Misiología tiene que
ver con la proyección de la iglesia en el
mundo. Por tal razón, en la Plantación de
Iglesias Comunitarias hablamos de multi-
plicación de discípulos, líderes e iglesias.

METODOLOGÍA TEOLÓGICA DE JUAN


WESLEY
Al considerar la metodología teológica de Juan Wesley tenemos que advertir un par de
asuntos. Primero, Juan Wesley fue influenciado ampliamente por diversas ramas del
cristianismo de su época en Europa; todas estas corrientes se convirtieron en alguna
medida en fuentes que ayudaron a la construcción de su teología. Segundo, Wesley
nunca escribió un tratado sobre metodología teológica; así que, lo que se diga al respec-
to responde al análisis de lo que hacía en sus obras: sermones, tratados, diarios, cartas,
etc. Esto último ha llevado a varias versiones sobre el resumen de su metodología.
Algunos hablan del trípode wesleyano, otros del cuadrilátero, en este manual presenta-
remos el pentalátero, y no ha faltado quien proponga el hexalátero.
Influencias
En su búsqueda por la perfección cristiana, Wesley fue influenciado por las órdenes
religiosas de la iglesia católica de Santo Domingo, San Benedicto, San Francisco y San
Ignacio de Loyola. Aparte de la influencia católica, Wesley recibió influencia: luterana,
anglicana y del pietismo, cuyo énfasis fue la santidad personal.
Pero sin duda alguna la influencia morava fue fundamental para la vida de Wesley y
su teología. Básicamente fueron dos las contribuciones que estas hicieron: primero,
clarificarle lo que es la experiencia de la fe salvadora y conducirlo hacia ella; segundo,
proporcionarle modelos de vida cristiana en comunidad (Snyder, 2016). Wesley fue
varias veces a Alemania para observar las estructuras utilizadas por los moravos en
relación a los puntos antes mencionados. Estas estructuras sirvieron como un medio de
renovación al interior de una iglesia establecida más grande.
Aunque Wesley aprendió mucho de ellos, dos fueron los puntos fundamentales con los
que Wesley no estaba de acuerdo: primero, ellos no tomaban suficientemente en serio
el lado sacramental de la iglesia. Segundo, su espiritualidad interna no estaba balan-
ceada con un énfasis apropiado en el lado ético de la vida cristiana—vida disciplinada,
buenas obras y predicación del evangelio a los pobres (Snyder, 2016, págs. 54-55).
Esto hizo que Juan Wesley no se uniera a los moravos.
34 Teología de Wesley 1
El pentalátero wesleyano
Wesley utilizó cinco fuentes para la construcción de su teología: las Escrituras, la ra-
zón, la tradición, la experiencia cristiana y la creación. Esto es lo que posteriormente
se ha llamado el “pentalátero wesleyano”.
• Las Escrituras: Dios mismo nos enseña el camino al cielo y lo ha dejado escrito
en un libro, la Biblia. Wesley dice que su propia intención fue ser “el hombre de un
solo libro” (Obras de Wesley, Tomo XI, 1996, pág. 10). Mucho
de lo que Wesley tiene que decir sobre la Biblia se encuentra en 2
Timoteo 3:16-17: Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil
para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la
justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacita-
do para toda buena obra.
Wesley resumía lo que creía de las Escrituras de la siguiente manera:
Esto es lo que ahora llamamos Santa Escritura. Esta es la palabra de Dios que
permanece para siempre, de la cual, aunque perezcan el cielo y la tierra, ni una
iota ni una tilde pasará. Luego la Escritura del Antiguo Testamento y el Nuevo
Testamento es un sistema sólido y preciso de verdad divina. Toda porción de ella
es digna de Dios, y toda ella es un solo cuerpo, sin defecto ni exceso (Wesley,
Obras de Wesley, Tomo IX, 1998, pág. 313).
La Biblia es la palabra de Dios en forma escrita, y es la única regla a seguir tanto
en la fe como en la práctica. La Escritura provee, confirma y aumenta la verdadera
sabiduría, y es la norma a usarse para distinguir entre el bien y el mal. El cristiano
necesita toda la Biblia cuando Dios está trabajando en su espíritu, algunas veces
para despertarlo, otras para instruirle, consolarlo o hacerle de nuevo. Para Wesley la
lectura de la Biblia es un medio de gracia por el cual el mismo Espíritu Santo que
inspiró a los escritores bíblicos obrará en los creyentes para ayudarles a entender lo
que leen.
• La razón: Juan Wesley vivió en el siglo XVIII, el llamado siglo de las luces. No
era fácil ser cristiano en la Inglaterra de este tiempo. Muchos de los intelectuales de
la época eran escépticos o deístas, que substituían la fe evangélica por una religión
racional. Algunos de los defensores del cristianismo adoptaron la tendencia racional
de sus oponentes. Otros rechazaron el uso total de la razón por considerarla incapaz
de coexistir con la fe. Wesley trató de encontrar un término medio entre estos dos
extremos. Optó por no darle un valor excesivo a la razón pero tampoco desesti-
marla. De esta manera reclamó la razón como un instrumento del Espíritu Santo.
Desarrolló un entendimiento verdaderamente evangélico sobre el uso de la razón.
Para Wesley el cristianismo es una “religión verdaderamente racional”, porque está
a tono con la razón eterna o la verdadera naturaleza de las cosas. La
naturaleza de Dios es racional y el universo según Él lo creó tiene
una estructura racional. La razón humana fue creada para reflejar,
en parte, la naturaleza de Dios y para entender la relación entre los
seres humanos y Dios y la relación de los seres humanos entre sí.
Esta relación fue en parte dada en la “ley moral”.
Teología de Wesley 1 35
“Si analizamos la ley de Dios desde otro punto de vista, veremos que es la razón
suprema e inmutable; la rectitud inalterable; la cualidad eternal de todas las cosas
que son o han sido creadas...es una copia de la mente eterna; una transcripción de la
naturaleza divina” (Wesley, Obras de Wesley, Tomo II, 1996, pág. 311).
• La tradición: “Si queda todavía alguna duda, consulto con quienes
tienen experiencia en las cosas de Dios, y luego con los escritos me-
diante los cuales siguen hablando aún después de muertos. Lo que así
aprendo, eso enseño” (Wesley, Obras de Wesley, Tomo I, 1996, pág.
21). Estos escritos se refieren especialmente a los Padres de la Iglesia
durante los primeros tres siglos y a los documentos de la Iglesia de
Inglaterra.
La referencia a los Padres de la Iglesia demuestra el profundo interés que Wesley te-
nía hacia lo que él llamaba “antigüedad cristiana”. La antigüedad cristiana se refiere
a los escritos de los Padres de la Iglesia durante los primeros trescientos años de la
iglesia, antes del Concilio de Nicea en el 325, es decir, antes de la corrupción de la
iglesia que ocurre después de que el Emperador Constantino reconoce oficialmente
a la iglesia. Estos Padres de la Iglesia eran los escritores más cercanos al Nuevo Tes-
tamento y ellos fueron: “los más auténticos comentaristas de las Escrituras, por estar
más cerca de la fuente y ungidos por el Espíritu que inspiró las Escrituras” (Wesley,
Obras de Wesley, Tomo IX, 1998, pág. 200).
Otra fuente de interpretación bíblica que Wesley menciona es “la nuestra”, querien-
do decir la Iglesia de Inglaterra, de la que formó parte como sacerdote anglicano
ordenado. Los primeros metodistas estaban convencidos de que sus doctrinas eran
idénticas a las de la Iglesia de Inglaterra, consideraban que Dios había levantado a
los metodistas para “reformar la iglesia” porque en la Inglaterra de Wesley la iglesia
había olvidado su propia herencia.
La ˙última fuente de influencia que debemos mencionar es la espiritualidad católica
continental. Aunque Wesley estaba en contra de la teología formal de la Iglesia Ca-
tólica Romana ya que era un protestante devoto que escribía en contra del catolicis-
mo romano, apreciaba a muchos de los escritores místicos católicos por su énfasis
en la importancia de una relación vital con Dios. Leyó en su juventud “La imitación
de Cristo”, esta lectura ejerció gran influencia en su vida. Años más tarde, Wesley
resumió muchos de estos escritos místicos y los incluyó en su biblioteca cristiana.
Por lo general, Wesley estaba en contra del misticismo, porque sentía que no era
bíblico, pero sí aceptaba a muchos de estos escritores por ser “modelos de santidad
verdadera”.
• La experiencia cristiana: “Me he esforzado por describir la religión verdadera,
bíblica y de la experiencia, sin omitir nada que sea parte real de ella, y sin añadir lo
que no lo sea” (Wesley, Obras de Wesley, Tomo I, 1996, pág. 21). El cristianismo es
“la religión… de la experiencia”. Es una “experiencia fundamental de
la persona”, algo que pasa en su interior antes de que se convierta en un
“esquema o sistema de doctrina”. Lo que la doctrina hace es describir
esta experiencia, la realidad de la restauración de la imagen de Dios en
la persona. Las Escrituras describen esta transformación y el verdade-
ro cristiano pasa por la experiencia que la Biblia describe. El término
36 Teología de Wesley 1
“experiencia” no es un término general que describe cualquier experiencia humana.
“Experiencia” es el cumplimiento en la interioridad del cristiano de esa santidad que
enseña la Biblia y que está enlazada a las palabras bíblicas a través del poder del
Espíritu Santo.
La relación entre la Escritura y la experiencia es lógica. La Biblia describe lo que la
realidad cristiana debe ser, y la experiencia aclara el significado de la Biblia hacién-
dola más comprensible. La experiencia “explica el significado” y es “suficiente para
confirmar una doctrina basada en las Escrituras.” (Wesley, Obras de Wesley, Tomo
I, 1996, pág. 224).
La experiencia cristiana está constituida por un aspecto interior y otro exterior. El
aspecto básico de la interioridad es el “sentimiento”. El aspecto exterior tiene que
ver con la “providencia”, o la manera en que Dios guía las circunstancias. Anterior-
mente hemos visto la importancia de la razón para comprender a Dios y las cosas de
Dios, especialmente la situación humana. A esto debemos añadir que el sentimiento
es también una forma legítima de conocimiento.
El Espíritu Santo trabaja en ambos niveles, en el de la comprensión racional y en el
nivel profundo de los sentimientos. Los sentimientos internos son una guía precisa
sobre las condiciones espirituales de la persona, una “prueba infalible”. Esto ocurre
verdaderamente en cada una de las etapas de la vida cristiana: desde la indiferencia
del corazón que refleja una persona que ha faltado al Espíritu Santo, hasta el paso a
través de la experiencia hacia la conversión, la fe, la justificación y la santificación.
• La creación: Wesley al igual que otros teólogos de su época, comprendía que Dios
se revela en su creación; es decir: “las cualidades invisibles de él, su
eterno poder y naturaleza divina, se perciben claramente a través
de lo que él creó” (Ro. 1:20). Sin embargo, comprendía que la
enfermedad del pecado trajo la enemistad, un divorcio, entre las
personas y su hacedor y entre las personas y su mundo, su entorno,
el cual es el planeta tierra (Snyder, 2016, pág. 20).
Juan Wesley, en sus últimos años al reflexionar sobre esto, llegó a la conclusión que
el pacto de Dios con la tierra es perdurable. Escribió un sermón sobre este asunto
“La liberación general”. Al meditar sobre su larga vida y ministerio, el correr de la
historia, las ciencias de su tiempo y la revelación bíblica, escribió: “hay algo mejor
para estas pobres criaturas [que como nosotros] algún día se verán liberadas de la
esclavitud del deterioro, y entonces recibirán amplia recompensa por todos sus su-
frimientos presentes”. Y así deberíamos “imitar a aquel cuya merced es evidente en
toda sus obras”. El plan misericordioso de Dios de restauración final debería “ablan-
dar nuestros corazones hacia las miserables criaturas, recordando que el Señor que
se preocupa por ellas”. Debería “acrecentar nuestros corazones hacia esas pobres
criaturas que no importa cuán indignas nos parezcan, de ninguna de ellas se olvida
nuestro Padre que está en los cielos”.
Así pues, en el pacto de Génesis 9, Dios actúa para conservar la tierra, limita su
enjuiciamiento (el diluvio) para llevar a cabo sus mayores propósitos. Una vez más
vemos el constante enfoque bíblico de la preocupación de Dios por las personas, la
tierra, el medioambiente en que vivimos, la tierra que nos has dado para que
Teología de Wesley 1 37
gocemos de ella y la cuidemos, ayudándola a florecer. Otra vez vemos el proyecto
de Dios de salvar a las personas en su medio ambiente, no fuera de él (Snyder, 2016,
págs. 181-182).

Como podemos observar, Wesley usó un marco teológico amplio.


Este incluyó las Escrituras, la razón, la tradición, la experien-
cia y la creación. Sin embargo, fue muy claro para él que las
cuatro últimas se debían sujetar a la primera. La Escritura es
la norma de normas, la esencia, filtro y base de la revelación
de Dios en la que todo argumento debe ser sustentado. Aunque
podemos y debemos apoyarnos en las otras cuatro, estas siempre son
inferiores.

LA IMAGEN DE DIOS Y LA CONDICIÓN DEL


SER HUMANO
El punto de partida para nuestra compresión de la teología de Juan Wesley será el prin-
cipio de la revelación, Génesis 1 al 3. Estudiaremos la forma en que fue creado el ser
humano y el pecado original y sus consecuencias.
La soberanía de Dios y la libertad humana en la creación
Para entender la teología que Wesley desarrolló acerca de la salvación es necesario
primero entender lo que ocurrió con el ser humano en el momento que fue creado. Para
explicar esta condición Wesley ofreció su sermón 45, “El Nuevo nacimiento”. A conti-
nuación, se ofrecen algunos extractos del mismo.
En primer lugar, ¿Por qué debemos nacer de nuevo? ¿Cuáles son los fundamentos
de esta doctrina? Su fundamento es casi tan profundo como la creación del mun-
do, en el relato bíblico donde leemos: “Y Dios”, el Dios trino, “dijo: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Y creó Dios al hombre a
su imagen, a imagen de Dios lo creó”. No solamente a su imagen natural, figura de
su propia inmortalidad, un ser espiritual dotado de entendimiento, libre albedrío y
diversos afectos; no meramente a su imagen política, gobernador del mundo infe-
rior, que “señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra...”, sino mayormente a su imagen moral, la cual, conforme al apóstol,
es justicia y verdadera santidad. 
Conforme a esta imagen de Dios fue hecho el ser humano. Dios es amor; por consi-
guiente el humano, al ser creado, estaba lleno de amor, el cual era el principio único
de todos sus estados de ánimo, pensamientos, palabras y acciones. Dios está lleno
de justicia, misericordia y verdad: así era el ser humano al salir de las manos de su
Creador. Dios es pureza inmaculada: y así era el ser humano en el principio, puro,
sin mancha pecaminosa alguna… Pero aunque el ser humano fue hecho a imagen
de Dios, sin embargo no fue hecho inmutable. Esto hubiera sido incompatible con
el estado de prueba en que Dios quiso colocarlo. Por lo tanto, fue creado capaz de
permanecer firme y sin embargo sujeto a la posibilidad de caer. Y de esto Dios mis-
mo le previno y le dio una solemne advertencia al respecto. Sin embargo, el hombre
38 Teología de Wesley 1
[y la mujer] no permaneció en honra. Cayó de su alto estado. Comió del árbol del
cual Dios le había ordenado: “No comerás de él”. Mediante este acto voluntario de
desobediencia a su Creador, esta rebelión lisa y llana contra su soberano, declaró
abiertamente que ya no quería que Dios gobernase sobre él; que deseaba ser gober-
nado por su propia voluntad, y no por la voluntad de quien le había creado, y que no
buscaría su felicidad en Dios, sino en el mundo, en las obras de sus manos (Obras
de Wesley, Tomo III, 1996, págs. 106-108).
De esta porción aprendemos que Dios en su soberanía, y movido por su amor infinito,
creó los cielos y la tierra. Nadie lo obligó. Esta idea de la soberanía de Dios está en
total acuerdo con la mayoría de teólogos a través de la historia de la iglesia. Pero la
interpretación de lo que sucede después y el papel de la libertad humana en el relato de
la creación es algo que distingue a Wesley y sus seguidores (wesleyanos-arminianos).
Wesley afirma claramente que el ser humano tenía la libertad de decidir entre obedecer
y desobedecer a Dios. Es decir, que en su perfecto amor
y su perfecta creación Dios diseñó al ser humano con esta
capacidad, a la cual Wesley llama libre albedrío. Sin esta
capacidad el ser humano estaba condenado a amar a Dios, lo
cual haría que dicho amor no fuera genuino. Ese amor sería el
producto de un Dios que los creó obligados a amarlo.
Lo anterior nos debe llevar a entender dos puntos que son crucia-
les para la teología wesleyana. Primero, Dios es soberano, pero
eso no significa que Dios va a obligar a alguien a que haga lo
que no quiere. Dios puede hacer lo que le plazca, sin embargo,
su soberanía esta limitada por su carácter santo y perfecto. Por
tal motivo, Dios nunca quebrantará la libertad humana y siempre
respetará las decisiones de las personas; inclusive cuando estas
vayan en contra de su voluntad y en su propio perjuicio y el de su prójimo.
En segundo lugar, si no estamos de acuerdo con esta posición y no creemos que la
soberanía de Dios esté limitada, hasta cierto punto, por la libertad del ser humano, en-
tonces, ¿quién es moralmente responsable por las acciones de los seres humanos? La
respuesta obvia sería que, por lo menos de manera indirecta, Dios es responsable por
la caída del ser humano. Sin embargo, si seguimos el camino de Wesley, entenderemos
que la libertad que Dios da trae consigo la responsabilidad moral por las decisiones que
se tomen.
Así pues, el problema original fue que la humanidad rechazó y cambió el amor de
Dios por un amor egoísta, por un amor centrado en uno mismo y no en Dios. Dios nos
creó con la esperanza de que respondiéramos a su amor. Sin embargo, como la Biblia
muestra y la experiencia nos confirma, nuestras decisiones y actitudes demuestran un
egoísmo patético.
La imagen de Dios: la condición del ser humano antes de la caída
En el mismo sermón que hemos citado, Wesley hace referencia a tres aspectos y fun-
ciones de la imagen de Dios en relación al ser humano: la imagen de Dios es natural,
política y moral. Sobre la primera de ellas, Wesley afirma que al momento de ser crea-
do el ser humano refleja los atributos naturales de Dios. Es decir, que Dios le transfiere
sus atributos naturales como la inmortalidad, el entendimiento, el libre albedrío y di-
versos afectos (sentimientos).
Teología de Wesley 1 39
Es importante destacar que aunque estos atributos de Dios son transferibles al ser hu-
mano, de ningún modo lo hace dios. Un ejemplo de esto es cuando se habla de la eterni-
dad, esto no significa que la persona hubiese adquirido la eternidad como Dios, ya que
ser eterno significa no tener ni principio ni fin; y en el texto de Génesis 1 encontramos
cómo Dios le da inicio al ser humano. Sin embargo, la imagen de Dios en el ser huma-
no al momento de ser creado le da la capacidad de no tener fin.
Para Wesley la imagen política de Dios impresa en el ser
humano hace referencia a la habilidad de mayordomía
y administración de los recursos naturales que Dios
ha creado. No quiere decir esto que seamos dueños de
la creación. Más precisamente, lo que significa es que
se nos da el privilegio de ser copartícipes con Dios en
su obra, de continuar el trabajo que Dios ha iniciado.
Esta imagen política significa que los cristianos somos
responsables por el bienestar y armonía que debe rei-
nar en el medio ambiente.
Por último, para explicar la imagen moral de Dios en el ser humano, Wesley menciona
tres atributos: amor, justicia y misericordia. Esto lo relaciona con Miqueas 6:8: “Oh
hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer
justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. Al igual que con los otros dos
aspectos, Wesley también ofrece una descripción de lo que Dios espera de nosotros en
el área moral.
La imagen de Dios después de la caída
El sermón que venimos estudiando “El nuevo nacimiento” nos ayuda a comprender
la explicación que Wesley da sobre los acontecimientos e implicaciones después de la
caída.
Por consiguiente, en ese día murió: murió para Dios, la más espantosa de todas las
muertes. Perdió la vida de Dios: fue separado de aquel en cuya unión consistía su
vida espiritual. El cuerpo muere cuando se separa del alma; el alma cuando se se-
para de Dios. Pero Adán padeció esta separación de Dios en el día y la hora en que
comió del fruto prohibido. Y de ello dio prueba inmediata, mostrando al momento
por su conducta que el amor de Dios se había extinguido en su alma, la cual estaba
ahora ajena de la vida de Dios. En su lugar, estaba ahora bajo el poder del miedo ser-
vil, de modo que huyó de la presencia del Señor. Ciertamente, tan poco retenía del
conocimiento de aquel que llena los cielos y la tierra que se escondió de la presencia
de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Así había perdido tanto el conocimiento
como el amor de Dios, sin los cuales la imagen de Dios no puede subsistir. Por lo
tanto, al mismo tiempo fue privado de ella, y quedó desprovisto de santidad y de
felicidad. En lugar de estas quedó sumergido en el orgullo y la obstinación, que son
la misma imagen del diablo, y en los deseos y apetitos sensuales, a imagen de las
bestias que perecen (Obras de Wesley, Tomo III, 1996, pág. 108).
Las consecuencias del pecado son trágicas y diversas. Wesley señala como la primera
de ellas la muerte espiritual, es decir la pérdida de la amistad y relación personal entre
Dios y la humanidad. El ser humano por primera vez, luego de su creación, tienen

40 Teología de Wesley 1
conciencia del pecado y experimenta temor, vergüenza y reconoce que no puede tener
una relación con Dios, y que por ende, lo ha perdido todo.
Otra consecuencia que Wesley señala debido al pecado es la muerte física. Aun cuan-
do esta no ocurre de forma automática e instantánea, la realidad es que la humanidad
pierde la habilidad de vivir sin experimentar la muerte. Además, nuestros cuerpos em-
piezan a deteriorarse y experimentar dolores, sufrimientos y, por último, su funciona-
miento termina.
Por último, la caída trajo como consecuencia la muerte social. Esto lo podemos obser-
var de manera explícita al leer el capítulo 4 de Génesis. Caín mata a su hermano Abel.
Nuestro egoísmo nos dirige a realizar acciones que destruyen la estabilidad social y
tomar decisiones que tienden ser mortales y opresivas, y al uso de medios violentos
para lograr nuestros objetivos sin ninguna consideración por el bienestar de nuestro
prójimo.
Algunos autores wesleyanos como Mildred Bangs Wynkoop, ba-
sados en los escritos de Wesley, afirman que la imagen de Dios,
después de la caída no fue destruida totalmente, sino que por la
gracia de Dios ha sido parcialmente preservada. Otros autores
como Leonardo George Cox, igualmente siguiendo a Wesley,
sostienen que la imagen de Dios fue perdida totalmente; a su
vez, afirman que por la gracia anticipante de Dios los atribu-
tos morales son restaurados hasta cierto punto. Ambas posi-
ciones creen que, por la gracia de Dios, el ser humano tiene la
posibilidad de responder al llamado de Dios y aceptar la salva-
ción que Dios ofrece.
El pecado original
Según Wesley, la doctrina del pecado original es una de las doctrinas esenciales del
cristianismo. Es decir que marca la diferencia entre el cristianismo y el paganismo. La
doctrina del pecado original describe el problema fundamental de la humanidad para la
cual el evangelio es el remedio.
El pecado original es una inclinación constante y permanente al mal que existe de una
manera intrínseca en cada persona, sea cristiana o no. Wesley argumenta que así como
la gracia de Dios se da gratuitamente a toda persona (cristiana o no), el pecado original
-la tendencia pecaminosa- mora en todo ser humano. En Cristo, los cristianos tienen la
capacidad de dominar y controlar el pecado original, la tendencia al mal; puesto que el
pecado original no se puede erradicar, solo es posible controlarlo, limitarlo. Creyentes
y no creyentes son responsables delante de Dios por controlar el pecado original, pero
no son directamente responsables por la presencia de ese pecado que es una herencia
de Adán y Eva.
Es así que Wesley niega la condenación por la exclusiva presencia del pecado original
en la vida de los seres humanos y en la vida de los cristianos. Wesley no cree que el
pecado original, pese a que se encuentra presente en la vida del creyente sea motivo
de condenación. El pecado original no impide la salvación que Dios ofrece en Cristo.
Wesley concluye este argumento, en su sermón número 13 “Del pecado en los creyen-
tes”, de la siguiente manera:
Teología de Wesley 1 41
Pero ¿puede Cristo morar en el mismo corazón donde hay pecado? Indudablemente
que sí; de otra manera la persona no podría ser salva. Donde está la enfermedad, allí
está el médico, continuando su obra interna luchando por erradicar el pecado. Cristo
ciertamente no puede reinar donde el pecado reina, ni tampoco puede morar donde
todo pecado se permite. Pero Él reina y mora en el corazón de cada creyente que
lucha en contra del pecado (Obras de Wesley, Tomo I, 1996, pág. 252).
Para Wesley los cristianos son capaces de controlar las consecuencias específicas del
pecado original. Es importante aprender cómo estas consecuencias se manifiestan en la
vida de los seres humanos:
1. En primer lugar el pecado original produce la ausencia del conocimiento de Dios.
2. Puesto que no tenemos conocimiento de Dios, la segunda consecuencia del pecado
es cambiar la gloria de Dios por la gloria nuestra, que es resultado del orgullo.
3. Quizás, como una expresión del orgullo descrito anteriormente, buscamos hacer
nuestra voluntad sin considerar el deseo y la voluntad del resto de las personas.
4. La última consecuencia del pecado original es el amor al mundo, que se expresa
como el deseo de los ojos y la vanagloria de la vida.
En conclusión podemos ver que Wesley identifica los efectos y consecuencias del peca-
do original. Incluso en nuestros días, en los creyentes en que reina Cristo plenamente,
todavía tienen esos sentimientos que les hacen creer que no son salvos. Sin embargo,
estos no dominan la totalidad de su vida. Para Wesley, a pesar de que el ser humano
vive y experimenta el pecado original, también recibe el favor de Dios, la gracia anti-
cipante. Este será el primer tema de nuestra siguiente lección.

Actividades de evaluación

• ¿Cuál ha sido la forma más común en que usted de-


sarrolla las enseñanzas (teología)? ¿Consulta solo la
Biblia? ¿Estudia lo que otros han dicho? ¿Se basa en
sus experiencias? ¿Trata de que sea racionalmente com-
prensibles? Compare su metodología con lo menciona-
do en el capítulo sobre Wesley.
• Siendo que la Biblia no define lo que significa “ima-
gen y semejanza de Dios ¿Qué ha creído usted que esto
significa? ¿Cómo podemos saber el significado? ¿Qué
piensa de la descripción que Wesley hace el respecto?
• Siendo que la imagen de Dios no fue destruida total-
mente sino parcialmente, ¿cómo cree que debe ver las
personas, creyentes o no, a su alrededor? Explique su
respuesta.
• Wesley afirma que la doctrina del pecado original es
una doctrina fundamental ¿Qué piensa usted?
4 Teología de Wesley 2

Propósito de la lección
Fundamentar al estudiante en su identidad wesleyana por
medio de la comprensión de la teología de Juan Wesley des-
de la perspectiva del proceso de salvación.

Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Entenderá la metodología teológica usada por Wesley.
• Comprenderá como Juan Wesley explicó el proceso de
salvación.
• Interiorizará y aplicará el concepto de salvación en su
vida personal.

Contenido
• La gracia preveniente o anticipante
• La gracia convincente
• La gracia justificadora y la fe del pecador
• La regeneración
• La perfección cristiana: la santidad personal y social
• Una reflexión final, ¿qué es la salvación?
• Actividades de evaluación
44 Teología de Wesley 2
LA GRACIA PREVENIENTE O ANTICIPANTE
E l concepto de gracia preveniente o gracia anticipante es vital en la teología Wesle-
yana. Esto debido a que explica diferentes aspectos que ocurren antes de la salva-
ción. Ambas expresiones, gracia preveniente y gracia anticipante, son sinónimas y son
utilizados para describir uno de los aspectos de la gracia de Dios.
Lo que Wesley quiere dar entender por medio de la gracia anticipante es la obra que
Dios realiza en la vida de cada persona hasta antes del momento de la salvación. Con
esto, Dios persuade a las personas a que lo amen; al mismo tiempo muestra su amor
incondicional a la humanidad aun cuando no lo reconoce.
El objetivo fundamental de la gracia anticipante es que las personas respondan y acu-
dan de manera positiva al llamado de Dios; y de esta manera reciban los
derechos y deberes que tienen los hijos de Dios. Como se mencionó en
la sección anterior, el pecado original deja al ser humano en una con-
dición de total depravación. Es en ese momento que Dios muestra su
infinita misericordia y amor hacia la humanidad; Él extiende su gracia
aun a aquellas personas que no lo aceptan.
El entender esto nos muestra la importancia de la gracia anticipante, ya que es sola-
mente por la intervención de Dios que podemos responder a su llamado. Si no fuera
por la gracia anticipante, ni siquiera tendríamos la oportunidad de entender y recibir el
llamado de Dios. Es la gracia anticipante la que nos sostiene, la que nos ayuda a buscar
a Dios cuando no sabemos comunicarnos con Él y cuando no le hemos conocido aún.
La gracia anticipante es la que hasta cierto punto restaura en los seres humanos la ima-
gen de Dios perdida después del pecado de a Adán y Eva.
Por tal razón, la gracia anticipante es un mensaje que trae ánimo de forma individual y
colectiva; que busca traer como resultado un equilibrio entre la creación y la sociedad.
Debido a que todo ser humano ha recibido esta gracia, la comunidad de alguna manera
u otra refleja la imagen de Dios.
Con el desarrollo de este punto teológico, Wesley busca brindar esperanza, aunque al
mismo tiempo nos muestra el sentido de responsabilidad que tenemos ante tan gran
llamado. Ya que, con la presencia de la gracia anticipante tenemos la capacidad de
distinguir y decidir. Por lo tanto todas nuestras decisiones y acciones, en sí mismas,
suponen valor moral y responsabilidad delante de Dios.
Debido a que la persona puede decidir, Wesley también se refirió a la gracia anticipante
como “conciencia natural”. Aunque siempre sostuvo que la salvación es controlada por
Dios, que es el autor y consumador de la misma (salvación). A través de la obra salva-
dora de Cristo también reconocía que la única y decisiva participación del ser humano
en el proceso de salvación constaba en decir sí o no a la invitación de Dios. Pero esta
capacidad de decidir también proviene de Dios a través de la gracia anticipante. Como
parte práctica de esta teología, Wesley invita a extender el amor y la misericordia de
Dios de la misma manera que Él nos las otorgó a nosotros.
Teología de Wesley 2 45
LA GRACIA CONVINCENTE
Antes de definir lo que es la gracia convincente es necesario resaltar que ni la gracia an-
ticipante ni la que estudiaremos ahora ocurren de maneras automáticas o instantáneas.
De hecho, no todas las personas llegan a esta etapa.
Luego de que el ser humano ha experimentado la gracia anticipante, el proceso de
salvación continúa con la gracia convincente. La gracia convincente, que Wesley de-
nomina arrepentimiento, es aquella que nos lleva a reconocer y aceptar la condición de
nuestro estado natural. Esto ocurre estando todavía bajo la gracia anticipante. Wesley
en su sermón (17) nos habla de esta gracia indicándonos:
Que no podemos ayudarnos a nosotros mismos; que, sin el Espíritu de Dios, no
podemos hacer nada, sino añadir pecado al pecado. Que solamente él produce el
querer como el hacer, por su propia voluntad, siendo imposible para nosotros pensar
siquiera un pensamiento bueno sin la ayuda sobrenatural de su Espíritu, o crear o
renovar nosotros mismos nuestras almas en justicia y en verdadera santidad (Obras
de Wesley, Tomo I, 1996, pág. 344).
Por tal motivo, el primer paso del arrepentimiento, y la primera obra de la gracia con-
vincente, es tomar conciencia de nuestra naturaleza pecaminosa y reconocer que, a me-
nos que Dios intervenga, es imposible cambiar nuestra condición de muerte espiritual.
Para Wesley, cada persona vive tres etapas que son: la natural, la legal y la de la gracia.
En la etapa natural el ser humano se encuentra bajo la potestad del pecado original y
es recipiente de la gracia anticipante. En la segunda etapa o condición el ser humano
debe hacerse responsable por sus actos en el sentido legal, lo que lo hace culpable. Por
último, en la tercera etapa (gracia), Dios nos brinda salvación por medio de su hijo. A
continuación, el gráfico 4.1 explica esto con más detalle.
Gráfico 4.1 La obra de la gracia en tres etapas
46 Teología de Wesley 2
Cuando la gracia convincente nos lleva al arrepentimiento existe la posibilidad de ser
llevado a un nuevo estilo de vida. En este nuevo estilo las personas, sus convicciones,
compromisos, valores, objetivos y forma de actuar son transformados completamente
al experimentar el perdón de Dios.
Para Wesley, la prueba de un arrepentimiento genuino no se basa en cómo las personas
puedan describir conceptos teológicos o que hayan experimentado una vivencia dra-
mática; más bien, el resultado del arrepentimiento apunta a una vida transformada que
tiene el deseo sincero de crecer en la vida cristiana.

LA GRACIA JUSTIFICADORA Y LA FE DEL


PECADOR
El tema de la justificación de nuestro pecado es de vital importancia. En el sermón 5,
“la justificación por la fe” Wesley se refiere a este tema:
¿Cómo puede una persona pecadora justificarse delante de Dios, el Señor y Juez de
todos? es una pregunta de gran importancia para todos los seres humanos. Contiene
el fundamento de toda nuestra esperanza, pues mientras estamos en enemistad con
Dios no puede haber verdadera paz, ni verdadero gozo en esta vida ni en la eterni-
dad. ¿Cómo puede haber paz cuando nuestro corazón nos condena? ¿Y mucho más
aquel que es mayor que nuestro corazón, y conoce todas las cosas? ¿Qué gozo ver-
dadero puede haber en este mundo o en el otro, mientras la ira de Dios permanezca
en nosotros?
Y sin embargo, ¡cuán poco se ha entendido un asunto tan importante! ¡Cuántas ideas
confusas tienen muchos sobre este asunto! A la verdad, no solo confusas, sino a me-
nudo erróneas y tan contrarias a la verdad como la luz lo es a las tinieblas; nociones
absolutamente inconsistentes con los oráculos de Dios, y con toda la analogía de la
fe. Por lo cual, al errar con respecto al fundamento, no pueden construir nada des-
pués (Obras de Wesley, Tomo I, 1996, pág. 101).
Wesley señala que la doctrina de la justificacion es el fundamento de la doctrina cris-
tiana. Por tanto, si el fundamneto es equivocado o incompleto, la fe cristiana tambien
lo será.
El significado de la gracia justificadora
Usualmente, para explicar el significado y lo que sucede en la jus-
tificación se usa la analogía de una corte de justicia. Esta analogía
presenta la justificación como parte de un marco legal en el que Dios, en su
soberanía, declara al pecador justo. Sin embargo, la mayoría de estudiosos
de la Biblia, especialmente quienes se dedican a estudiar las cartas de Pa-
blo, creen que la teoría legal es solo una explicación parcial de la justificación.
En cambio, Wesley usa la analogía del nuevo nacimiento para explicar la justificación,
lo que Dios hace por nosotros por medio de Cristo:
Teología de Wesley 2 47
La enseñanza simple y clara de la Palabra respecto
a la justificación es el perdón, el perdón de los peca-
dos. Es ese acto de Dios el Padre mediante el cual,
por medio de la propiciación hecha por la sangre de su
Hijo, manifestó su justicia (o misericordia) a causa de
haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pa-
sados… A quien está justificado o perdonado, Dios no le
imputará pecado para condenación. Por esta causa no lo
condenará ni en este mundo ni en el otro. Todos sus pecados pasados, de pensamien-
to, palabra y obra son cubiertos, son borrados; no seran recordados ni mencionados
en su contra; son como si nunca fueran sido. Dios no aplicará a este pecador lo que
merece, porque el hijo de su amor sufrió por él. Desde el momento en que somos
aceptos en el Amado, justificados en su sangre, Dios nos ama y nos bendice, y vela
por nosotros para bien, como si nunca hubieramos pecado (Obras de Wesley, Tomo
I, 1996, pág. 108).
Basado en tal argumento, Wesley señala que la justificación, más que una declaración
legal (donde el ser humano recibe los beneficios sin ninguna responsabilidad de su par-
te), es un hecho real donde el pecador toma una parte activa de aceptar o no el perdón
de pecados en Cristo. A esta teoria se le otorga el nombre de justificación impartida
que demuestra que Dios imparte su amor y perdón al creyente y lo hace nueva persona.
Su relación con la fe del pecador
Cuando Wesley pregunta: ¿bajo qué condiciones son justificados los injustos y aque-
llas personas que hasta ese momento no hacen buenas obras? Él mismo da una sola
respuesta: por la fe.
Existen dos aspectos importantes que se deben resaltar. El primero de ellos es que la
única condición para que la gracia justificadora obre en la vida de la persona es la fe.
Como segundo aspecto, se destaca que no hay buenas obras que valgan antes de la
justificación.
Wesley destaca el concepto de la fe como la seguridad y confianza de que Dios le ha
perdonado y que se debe recibir este don con gratitud y creerlo en el corazón. Además
señala que la fe que justifica no se encuentra en una comprensión académica, se en-
cuentra en el corazón. Si el conocimeinto no va acompañado de la práctica, entonces
no tiene validez.
Con respecto a las buenas obras antes de la justificación, Wesley señala lo siguiente en
su sermón 5 “La justificación por la fe”:
Ninguna obra es buena a menos que se haya hecho según Dios lo desea y manda.
Ninguna obra hecha antes de la justificación es hecha según lo que Dios desea y
manda. Luego: ninguna obra hecha antes de la justificación es buena (Obras de
Wesley, Tomo I, 1996, pág. 112).
Wesley desea esclarecer que ninguna obra puede ser hecha en amor mientras el amor
del Padre no esta en nuestras vidas. Para ello, la gracia anticipante y convincente han
realizado su trabajo en la vida de la persona.
48 Teología de Wesley 2
LA REGENERACION
La regeneración es otro término con el cual Wesley se refiere al nuevo nacimiento. Este
es recibido por gracia de Dios; es decir que es un regalo. Aun cuando la regeneración
y la justificación son regalos que se reciben juntos y al instante, en la mente del ser
humano la justificación ocurre antes de la regeneración.
Wesley se refiere a la regeneración como la entrada o puerta a la santificación. Este
nuevo nacimiento es dado en un momento mientras que la santificación es una obra
progresiva.
Cuando nacemos de nuevo, comienza nuestra santificación, nuestra santidad interior y
exterior. Desde allí en adelante gradualmente hemos de crecer siguiendo el ejemplo de
aquel que es nuestra cabeza (Cristo). Esta expresión del apóstol ilustra admirablemente
la diferencia entre la justificación y la regeneración y apunta aún más allá a la analogía
exacta que hay entre las cosas naturales y las espirituales.
Un niño nace de una mujer en un tiempo muy corto. Lue-
go, el bebé tiene una absoluta dependencia de su madre
en alimentación, cuidado, afectos. A medida que el niño
crece, empieza a ser más independiente, comienza a rea-
lizar sus primeras responsabilidades y así de manera pro-
gresiva hasta llegar a la edad adulta. Del mismo modo, un
hijo de Dios nace. El nuevo nacimiento ocurre de manera
puntual, al principio el bebé espiritual necesita la leche (la
guía y el consejo de sus padres espirituales), luego gradual
y lentamente crece hasta llegar hacer una persona, fuerte
y robusta que se alimenta directamente de la Palabra de
Dios. La misma relación pues que hay entre nuestro nacimiento natural y nuestro cre-
cimiento la hay también entre nuestro nuevo nacimiento y nuestra santificación. Es por
eso que necesitamos la obra del Espíritu Santo quien coloca tanto el querer como el
hacer. En este punto es donde los medios de gracia (obras de piedad y misericordia),
antes mencionadas nos ayuda a crecer hasta llegar a la estatura de Cristo.

LA PERFECCIÓN CRISTIANA: LA SANTIDAD


PERSONAL Y SOCIAL
El tema de la perfección cristiana ha sido uno de los que ha generado mayores debates.
En principio por lo que la palabra perfección en sí misma implica: “algo terminado”.
La palabra perfecto tiene una connotación de “tener el mayor grado posible de bondad
o excelencia”. Muchas veces es utilizada para referirse a algo que no tiene margen de
error. Por tanto, un cristiano perfecto sería aquel que no tiene errores ni faltas y, por
ende, posee un grado de excelencia enorme.
Teología de Wesley 2 49
Wesley afirma que los cristianos deben y pueden ser perfectos. Wesley señala que las
personas que ya han recibido y aceptado la gracia convincente, la gracia justificadora,
para poder seguir creciendo en gracia y vivir una vida de victoria, necesitan de una
nueva obra de Dios en sus vidas, a la cual denomina gracia santificadora.
El pecado en los creyentes y la gracia santificadora
El pecado es la experiencia más dolorosa del cristiano verdadero. La vida espiritual y
toda su relación con Dios y con su prójimo sufren las consecuencias más desastrosas
cuando el pecado aún permanece en él. A esta experiencia de lucha interna Wesley la
denomina “el pecado en los creyentes”. Este es un esquema teológico que exige
que haya también un arrepentimiento para seguir creciendo en la gracia, hasta llegar a
la salvación completa que es el amor perfecto de Dios en nuestras vidas.
La lucha interna en su alma es lo que el apóstol Pablo denomina la lucha entre la carne
y el espíritu. Al dar por sentado que el pecado existe en el creyente, Wesley, advierte
que eso no significa que “reine en nosotros”. Al contrario, el pecado existe, pero no rei-
na sino que está encadenado; los cristianos no obedecen al pecado, pero este continúa
aún en ellos:
Pero suponer que hay pecado en el creyente lleva a todo lo que causa
temor y desaliento. Implica que luchamos contra un poder que se ha
posesionado de nuestra fuerza, que ha usurpado nuestros corazones,
y que en ellos lucha contra nuestro Redentor.” Aunque tales digan,
no es así. Afirmar la existencia del pecado en nosotros no implica
que sea dueño de nuestras fuerzas; al igual que una perso-
na crucificada no tiene poder sobre quienes le crucifican.
Tampoco implica que el pecado tenga usurpados nuestros
corazones. El usurpador ha sido destronado. Permanece en
cadenas. Entonces, en cierto sentido sí hace la guerra, pero se debilita más y más,
mientras que el creyente va de fortaleza en fortaleza y de victoria en victoria (Obras
de Wesley, Tomo I, 1996, pág. 261).
Conociendo la premisa que aun cuando una persona ha experimentado el nuevo naci-
miento y recibido una nueva naturaleza, sería interesante preguntar ¿Existe el pecado
en quien está en Cristo, hay algún pecado en los que son nacidos de Dios? En cuanto
al pecado que está presente en el cristiano, este ya no debería de ser un hábito, por el
contrario, es una expresión esporádica y aislada. Wesley se pronuncia de esta manera:
Luego, por ningún motivo puedo yo aceptar la declaración que dice “no hay peca-
do en un creyente desde el momento que es justificado”. En primer lugar, porque
es contraria a todo el tenor de la Biblia. En segundo lugar, porque es contraria a la
experiencia de los hijos de Dios. En tercer lugar, porque es absolutamente nueva.
Nunca se había oído esto, hasta hace poco. Y, en último lugar, porque tiene conse-
cuencias fatales, no solamente contristando a quienes Dios no desea contristar, sino
tal vez arrastrándoles a la perdición eterna (Obras de Wesley, Tomo I, 1996, págs.
253-254).
Con esto, Wesley concluye que aunque el pecado es posible, la verdad es que el mismo
no debe ser el rasgo que caracterice al creyente. Por tal razón, la tendencia de los naci-
dos de nuevo es buscar hacer la voluntad de Dios porque hacen uso de la gracia dada
50 Teología de Wesley 2
por Dios que le ayuda a llevar una vida recta. Esta afirmación nos llevará a nuestros
siguientes puntos relacionados con la gracia de Dios en toda su extensión.
Implicaciones en la vida del creyente
Wesley utilizó diferentes conceptos para explicar a qué se refería con el concepto de
la perfección cristiana. A continuación, se enlistan siete conceptos que nos ayudan a
captar la esencia del pensamiento de Wesley en este aspecto:
• Amor a Dios. Para sustentar esta premisa Wesley usa la cita bíblica que se encuentra
en Mateo 5:43-48 y Efesios 5:1-2.
Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”.  Pero
yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que
sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre ma-
los y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.  Si ustedes aman solamente a
quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los
recaudadores de impuestos?  Y, si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de
más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Por tanto, sean
perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.
Mt. 5:43-.48
Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor,
así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio
fragante para Dios.
Ef. 5:1-2
El fundamento de la perfección cristiana es el amor. La razón de este fundamento es
que Dios es amor y que Cristo mismo vivió una vida de amor. Por tal razón, Wesley
afirma que, desde la perspectiva teológica, la esencia de la santidad en el creyente,
al igual que la del carácter de Dios, es el amor.
• Amar a Dios con todo nuestro ser. Wesley utiliza dos porciones para este punto.
Deuteronomio 6:5 y Mateo 22:37. El contenido de ambos es prácticamente el mis-
mo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus
fuerzas”. La obediencia por amor surge cuando se experimenta un amor incondicio-
nal, un amor que va más allá del concepto, es un amor vivido a plenitud. Dios desea
que le amemos no por temor, porque sea nuestro proveedor o nos lo exija. El desea
que le amemos porque a través de toda la eternidad y creación revela que Él es amor.
• Amor por el prójimo. Este elemento encuentra su definición en los dos anterio-
res, además de Lucas 10 y Romanos 13:8. La parábola del buen samaritano refleja
la expresión práctica del creyente santificado. Dios desea que le amemos como lo
describen los dos puntos anteriores; pero, la perfección cristiana de Wesley va más
allá que una mera relación unilateral, privada y exclusiva. Wesley enseña que Dios
anhela que amemos al otro de manera desinteresada y genuina.
• Ser un administrador (mayordomo) fiel. En este punto, Wesley usa la parábola de
los talentos y el juicio de las naciones ubicadas en la porción bíblica de Mateo 25. La
parábola de los talentos describe cómo cada persona recibe una cantidad de talentos
y luego, cada de una de ellas rinden cuenta por la manera que lo administraron.

Teología de Wesley 2 51
Es de resaltar que quienes trabajaron recibieron bendición pero el que no trabajó fue
condenado.
Con respecto al juicio de las naciones, nos relata como todas ellas están delante de
Dios para que sean juzgadas debido al trato dado a las personas con necesidad. Am-
bos pasajes bíblicos nos recuerdan las múltiples formas en que podemos servir con
nuestros recursos y nos muestran que la mayordomía cristina no es una opción, sino
un requisito para el ser humano.
• Vivir una vida que refleje el entendimiento de la gracia universal de Dios. Para
explicar este punto, Wesley utiliza el famoso pasaje bíblico Juan 3:16. Se apoya en
él para resaltar que Dios amó a todo el mundo; lo hace para recodar que la gracia
y la oferta de salvación son para todas las personas es universal. Al creer que cada
persona está siendo persuadida por la gracia de Dios, entonces será tratada con res-
peto y dignidad.
• Las buenas obras. Quizás sea el elemento más controversial de la perfección cris-
tiana. Esto debido a que la tradición católica hace referencia a las buenas obras
como necesarias para obtener la salvación. Pero para Wesley, las buenas obras son
producto de la justificación. Wesley califica las obras de dos maneras, el gráfico 4.2
muestra cuáles son estas obras y sus propósitos.
Gráfico 4.2 Las dos tipos de obras según Juan Wesley

Las obras de piedad y las obras de misericordia conforman lo que Wesley llama los
medios de gracia. Ambos tipos van de la mano y ayudan a crecer a la persona en la
estatura y en el carácter de Cristo; a la vez, nos permiten ser sus manos acá en la tierra.
• La restauración de la imagen de Dios. Antes de la caída, toda la creación vivía en
un estado de perfección, de armonía y paz. La realidad actual es otra. En particular
porque nuestros cuerpos, antes de la caída, no estaban corrompidos y ahora sí. Aun-
que es imposible para los creyentes alcanzar una restauración total de la imagen de
Dios, es posible buscarla de manera gradual mediante la relación con Dios y nuestro
prójimo. Siempre existirán áreas de crecimiento; por tal razón, mientras el creyente
tenga vida, podrá seguir creciendo y reflejando la imagen de Dios.
52 Teología de Wesley 2
Implicaciones sociales
La perfección cristiana a la cual Wesley hace referencia tiene más de una variante, y
es quizás este elemento el que distingue al pueblo wesleyano de los demás. A razón de
esto Wesley afirma:
La doctrina fundamental del pueblo llamado metodista
es, quienquiera que sea salvo, antes que cualquier cosa,
es necesario que la persona tenga fe. Fe verdadera. La fe
que obra por amor, la cual, por medio del amor de Dios y
el amor al prójimo produce un cambio en el interior, tanto
como en el exterior (Wesley, citado por Magallanes, pág. 196).
Para Wesley la doctrina de la perfección cristiana constituía la esencia del movimiento
metodista porque consideraba el aspecto interior tanto como el exterior; es decir, los
elementos sociales y personales del evangelio. Es así que Wesley une aspectos que
tradicionalmente se encontraban separados. Así que el aspecto personal de la perfec-
ción cristiana es solo una parte y no la totalidad de ella. La perfección cristiana no solo
consiste en expresiones de paz personal y transformación individual interior; también
consiste en la paz social y la transformación de la sociedad y sus estructuras.
Para Wesley los aspectos sociales de la perfección cristiana son inseparables e igual-
mente importantes que los personales, al respecto añade:
No hay en esto [religión en soledad]. “Santos solitarios” es una frase que tiene tanta
consistencia con el evangelio como decir “santos adúlteros”. El evangelio de Cristo
nos da a conocer una religión social, y ninguna otra; no otra santidad, sino la san-
tidad social. “La fe obrando por amor” que es la longitud, anchura, profundidad y
estatura de la perfección cristiana.
Se debe admitir, que así como el amor de Dios naturalmente dirige a las obras de
misericordia, de la misma manera nos lleva a alimentar al hambriento, vestir al
desnudo, visitar al enfermo y al encarcelado, ser ojos para los ciegos, pies para los
cojos, esposo para la viuda y padre para el huérfano (Obras de Wesley, Tomo IX,
1998, pág. 7).
De esta manera Juan Wesley demuestra que la fe no puede ser entendida desde el ais-
lamiento, sino en comunidad. Este pensamiento lo demostró en cada uno de sus viajes
por el Reino Unido en los cuales se daba a la tarea de identificar y dar respuesta a los
males que afrontaba su nación.
Juan Wesley fue un activista de las reformas sociales con la cual buscaba combatir la
esclavitud, los problemas de educación y la escasez de alimentos. Sin duda Alguna, las
obras de misericordia deben ser parte activa en la vida del creyente para que por medio
de ellas pueda llevar gloria a Dios.
Teología de Wesley 2 53
UNA REFLEXIÓN FINAL: ¿QUÉ ES LA
SALVACIÓN?
Por mucho tiempo el propósito de anunciar las buenas nuevas ha sido el de llevar es-
peranza, y muchas veces, como se mencionó anteriormente, una esperanza futura. Sin
embargo, Wesley vino a romper con esa teología que fue sembraba en la Inglaterra del
siglo XVIII y que aún es una realidad en nuestra región. Para esto, Wesley aclara que
aunque nuestro futuro es glorioso es posible poder empezar desde ahora a disfrutar de
los privilegios que tenemos como hijos de Dios. Él mismo hace referencia a esto en el
sermón 43 “El camino de la salvación según las Escrituras”:
La salvación de la cual aquí se habla no es lo que frecuentemente se entiende por
esta palabra: ir al cielo, la felicidad eterna. No es que el alma vaya al paraíso, de-
nominado seno de Abraham por nuestro Señor. No se trata de una bendición que se
halla del otro lado de la muerte o, como decimos comúnmente, en el otro mundo.
Las mismas palabras del texto lo expresan de manera incuestionable: sois salvos.
No se trata de algo a distancia: es algo presente, una bendición de la cual, mediante
la misericordia gratuita de Dios, estás en posesión ahora (Obras de Wesley, Tomo
III, 1996, pág. 70).
Basta con estudiar la vida de Wesley para conocer lo que creía acerca de la salvación.
Su conversión definitiva en Aldersgate le llevó a comprender muy de cerca las grandes
doctrinas de la justificación por la fe de la Reforma. Por tanto, para Wesley el objetivo
de la salvación es la santificación en la tierra; no es ir al cielo, ni es la entrada al paraíso
que se alcanza al otro lado de la tumba; es algo mucho más práctico para el aquí y el
ahora.
Wesley fue un defensor de la teología arminiana debido a que él mismo la experimentó.
El gráfico 4.3 muestra por qué se inclina hacia esa teología y no a la de Juan Calvino.
Gráfico 4.3 Diferencias entre la postura arminiana y calvinista
54 Teología de Wesley 2
La doctrina de la gracia anticipante fue una doctrina que Wesley sostuvo. Esta doctrina
de entrada va en contra de la elección parcial que los calvinistas sostienen que Dios
hace con los seres humanos.
Por último, es necesario resaltar que Wesley no realizó una teología especulativa. Real-
mente Wesley vivió su teología. Su teología no fue solo el resultado de lecturas de
libros y estudios de la Biblia; fue, sobretodo, la aplicación práctica y no abstracta de
estos estudios a su propia vida lo que marcó la diferencia.

CONCLUSIÓN
Wesley desarrolló su pensamiento teológico basado en la Palabra de Dios, su experien-
cia personal de fe, la tradición de la iglesia y su razonamiento sistémico. A través de un
proceso explica lo que ocurre en el ser humano. La figura 4.1 muestra la forma en que
Wesley describe la salvación como un proceso en la vida de la persona.
Figura 4.1 Proceso de salvación según Wesley

Los puntos que Wesley destaca en toda su teología están relacionados con la soberanía
de Dios, la gracia de Dios expresadas en diferentes formas y etapas (para todo el género
humano) y el rol participativo del ser humano. El aporte principal de Martin Lutero a
la tradición protestante nos llevó hasta la justificación por fe. Wesley va un paso más
allá y nos introduce a la segunda parte del evangelio que explica cuál es el propósito de
la salvación que es más allá de ir al cielo. Esto tiene implicaciones presentes y no so-
lamente individuales sino comunitarias, amar a Dios y el prójimo, por medios de obras
de piedad y obras de misericordia.
Por razones de tiempo le hemos ofrecido los puntos más resaltantes del pensamiento
teológico de Juan Wesley. Les animamos a profundizar más en la vida y teología de
Wesley leyendo el libro “Introducción a la Vida y Teología de Juan Wesley” del doctor
Hugo Magallanes y los tomos de las obras de Wesley que se encuentran en el siguiente
enlace: https://www.whdl.org/las-obras-de-wesley?language=es
Teología de Wesley 2 55
Actividades de evaluación
• Teniendo en cuenta el ejemplo de Wesley, ¿considera
usted que su vida refleja lo que cree? Analice su vida e
identifique aquellas áreas donde su conocimiento es mu-
cho, pero su práctica es escasa. Ore y pídale sabiduría y
dominio propio a Dios para actuar de manera coherente
reflejando con sus actos sus creencias.
• Regrese a la página 54 y recuerde el proceso de salva-
ción propuesto por Wesley. Teniendo en cuenta cada uno
de los puntos, identifique su vida allí. ¿Cuál era su condi-
ción antes de Cristo? Aquí puede identificar aquellos pe-
cados que gobernaban su vida mayormente. ¿Cómo vio
actuar la gracia anticipante del Señor? Piense en aquellas
cosas en las que pudo sentir que Dios le llamaba. ¿Cuál
fue el momento específico donde pude entender que Dios
tocaba su corazón? Recuerde desde cuándo su corazón
su convencido del pecado que moraba en usted y la ne-
cesidad de un salvador. ¿Qué produce en usted el saber
que ha sido justificado? Piense en lo que representa esta
verdad en su vida. Finalmente, ¿Cómo ha sido el proceso
de santificación a través de los años que lleva en el evan-
gelio? Analice su vida y realice un contraste entre cómo
era antes de Cristo y cómo su vida ha sido transformada
por el Espíritu Santo. Identifique aquellas cosas (medios
de gracia) que le ayudan en su crecimiento en el proceso
de la santificación.

Pensando en las implicaciones de la perfección cristiana


vistas en esta lección, reúnase junto con su Casa de Paz o
personas de la iglesia e identifique una persona o grupo de
personas que necesiten recibir el amor de Dios de forma
visible. Empiecen a elaborar un plan donde identifiquen
una necesidad específica, cómo podrían suplirla, qué re-
cursos necesitaría y dónde podrían conseguirlos.
Estructura
5 organizacional del
metodismo

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a pensar e implementar una estructu-
ra organizacional sana que ayude al cuidado, desarrollo y
crecimiento integral de la iglesia.

Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Conocerá y entenderá la estructura organizacional
diseñada por Juan Wesley.
• Apreciará la organización del metodismo primitivo como
un medio de gracia para el cuidado integral de la persona
y la rendición de cuentas.
• Entenderá que las estructuras sanas conllevan a modelos
que multiplican discípulos, líderes, grupos e iglesias.

Contenido
• Introducción
• La reunión de clase
• El sistema de bandas
• Pastores y líderes
• Conclusión
• Actividades de evaluación
58 Estructura Organizacional del Metodismo
INTRODUCCIÓN
L os elementos presentados en esta lección son casi una transcripción literal del capí-
tulo cinco del libro “El Wesley Radical” escrito por Howard Snyder; hemos obvia-
do aquellas partes del capítulo en las que presenta ejemplos o comentarios aplicables
al mundo anglosajón pero no a nuestro contexto latinoamericano. Debido a lo anterior,
y para no hacer tediosa la lectura, solo citamos lo que hemos añadido de otras fuentes.
Juan Wesley se dio cuenta de que el vino nuevo se tiene que poner en odres nuevos.
Así que la historia de la vida y ministerio de Wesley es la historia de crear y adaptar
estructuras para servir al pujante movimiento de renovación.
El sistema que emergió desmintió el argumento de que no se puede edificar una iglesia
con base en personas pobres y sin educación. Wesley no solo alcanzó las masas; sino
que hizo líderes a miles de ellos. Justamente, esta multiplicación de líderes, es uno de
los pilares de Plantación de Iglesias Comunitarias (multiplicación de discípulos, líderes
e iglesias).
Al término de unos pocos años, después de 1738, el sistema metodista de Sociedades,
Clases y Bandas, predicadores itinerantes, casas de predicación sencillas y fiestas de
amor trimestrales, había sido instaurado y estaba funcionando bien bajo el ojo atento
de Wesley. La estructura Metodista tiene necesidad de un escrutinio detallado, porque,
aun determinado nivel constituye el genio de todo el movimiento.
Los patrones emergentes formaban parte de un sistema de disciplina en comunidad. E.
Douglas Bebb en su estudio sobre las preocupaciones sociales de Wesley, menciona:
“La disciplina de la iglesia Metodista en el siglo XVIII no tiene paralelo en la historia
eclesiástica moderna de Inglaterra”. Sería “considerada como intolerable por la mayo-
ría de los miembros de cualquier comunión cristiana este país hoy”. La severidad de
esta disciplina y su inmersión en una estrecha comunión serán evidentes al darse una
mirada más cuidadosa a todo el sistema.
Esta disciplina produjo un cuerpo fervoroso de adherente rápidamente creciente. Des-
pués de treinta años, en 1768, el metodismo tenía 40 sectores con un total de 27.341
personas. Diez años más tarde, los números habían aumentado a 60 sectores y 40.089
miembros; en otra década más, tenían 99 sectores y 66.375 miembros. Para 1798, siete
años después de la muerte de Wesley, los totales habían dado el salto a 149 sectores
con 101.712 miembros. Hacia finales del siglo, uno de cada treinta ingleses adultos era
metodista.

LA REUNION DE CLASE
Las Sociedades Metodistas fueron pronto divididas en Clases y Bandas. Quizás sería
más exacto decir que las sociedades eran la suma total de los miembros de las Clases
y las Bandas, ya que el punto principal de pertenencia era este nivel de comunidad y
membresía más íntimo en una Clase, como requisito antes de que una persona se pudie-
ra unir a la Sociedad. Estas fueron creadas con el propósito de facilitar la comunidad e
intimidad entre sus miembros.
Estructura Organizacional del Metodismo 59
La reunión de Clase era la piedra angular de todo el edificio. Las Clases eran, en efecto,
iglesias en casa (no clases de instrucción como el término podría sugerir), que se reu-
nían en varias comunidades donde vivían las personas. Los líderes de Clase (hombres
y mujeres) eran pastores y discipuladores.
Las tareas del líder de Clase, como fueron dadas por Wesley, eran dos:
1. Ver a cada persona de su Clase por lo menos una vez por semana, con el fin de ave-
riguar cómo prosperaba su alma, aconsejar, reprobar, consolar y exhortar, según lo
requiera la ocasión; recibir lo que están dispues-
tos a contribuir para la ayuda a los pobres.
2. Reunirse con el ministro y los mayordomos de
la Sociedad con el fin de informar al ministro
sobre los que estén enfermos, y de alguno que
no se comporta como es debido y no acepta ad-
vertencia; entregar a los mayordomos lo que han
recibido de las distintas Clases en la semana pre-
cedente.
En su sermón “La Viña del Señor”, Wesley más tarde dio la siguiente descripción de
cómo la reunión de Clase llegó a funcionar como la parte clave del sistema Metodista:
Cualquier persona decidida a salvar su alma puede unirse (esta la única condición
requerida) a ellos [los Metodistas]. Pero su deseo debe quedar demostrado por medio
de tres señales: evitar todo pecado conocido; hacer todo el bien que esté a su alcance;
y cumplir con todos los mandamientos de Dios. Entonces esta persona es integrada a
una Clase adecuada para ella, donde se reunirá aproximadamente una hora por sema-
na. Después de tres meses, si no hay nada objetable en su conducta se le admite como
miembro de la Sociedad. A partir de allí podrá continuar con la condición de que se
reúna con sus hermanos y viva de acuerdo con la fe que profesa.
Las Clases se reunían normalmente una noche por semana durante aproximadamente
una hora. Cada persona informaba sobre su progreso espiritual o sobre necesidades o
problemas particulares y recibían el apoyo y las oraciones de los demás. “Se brindada
consejo o reprensión según fuera necesario; se arreglaban las contiendas y se aclaraban
los malos entendidos. Y luego de una o dos horas de esta labor de amor se concluía con
oración y acción de gracias”.
La reunión de Clase también se convirtió en el eje central del sistema financiero Meto-
dista. “Un penique por semana y un chelín por trimestre” se convirtió en la regla. Las
considerables sumas recaudadas de esta manera que eran administradas por los Ma-
yordomos, eran usadas para los pobres y, más tarde, proveyeron para el sostenimiento
principal de los predicadores itinerantes Metodistas.
Wesley abogó por la reunión de Clase en términos pragmáticos y bíblicos. Dijo: “hay
algo que no se explica fácilmente en la comunión del Espíritu, que nosotros disfruta-
mos en una sociedad de cristianos vivificados.”. No afirmó que la reunión de Clase
estaba prescrita en la Escritura, pero vio que era un medio prudente de gracia consis-
tente con la Escritura. Wesley hubiese estado de acuerdo con Henry Fish, que más tarde
escribiría uno de los primeros manuales para los líderes de Clase. Fish señaló que las
60 Estructura Organizacional del Metodismo
Escrituras, aun hoy, en el siglo XXI, con frecuencia tocan áreas enfermas en el cuerpo
de Cristo:
Es tan claro como el día que esa clase de comunión [la que se ex-
perimenta en las reuniones de Clase] tiene la garantía expresa de
la Santa Escritura; y que algo más que la comunión de la iglesia
en el sacramento de la Cena del Señor, era disfrutado por los cris-
tianos primitivos. Tenían “comunión fraternal”, así como también
“el partimiento del pan”. ¿Cómo, por ejemplo, podían exhortarse
los unos a los otros diariamente? ¿Cómo se consolaban y edifica-
ban los unos a los otros? ¿Cómo podrían provocarse unos a otros
al amor a las buenas obras? ¿Cómo podían confesarse sus faltas unos a otros y orar
los unos por los otros? ¿Cómo se enseñaban y amonestaban los unos a los otros, con
salmos, himnos y cánticos espirituales? ¿Cómo se llevaban las cargas los unos de
los otros? ¿Cómo lloraban con los que lloran y se gozaban con los que se gozan, si
nunca se reunían con el propósito de conversar sobre la religión experimental y la
condición del alma de cada uno? A pesar de cualquier cosa contraria que la gente
quiera decir, esas iglesias, en las que sus miembros no cumplen, o en las que no
tengan la oportunidad de cumplir con los anteriores preceptos que están ordenados
en el Nuevo Testamento, no se fundamentan en el modelo de las iglesias apostólicas
(Howard, 2016, págs, 66-67).
Las reuniones de Clase hicieron que las incisivas exhortaciones bíblicas fueran reales
en las vidas del pueblo Metodista. La Reunión de Clase se convirtió en el principal
medio de gracia para miles de Metodistas. Cumplió con una función evangelística y
discipuladora. Wesley “sabiamente discernió que los inicios de la fe en el corazón de
un hombre podían ser incubados, para convertirse en fe salvadora, más efectivamente,
en la cálida atmósfera cristiana de la Sociedad que en el frío del mundo”. Según un
autor era, de hecho, en la reunión de Clase “donde ocurrían la gran mayoría de conver-
siones”. El sistema de reuniones de Clase unió fuertemente al pueblo Metodista que se
encontraba muy disperso y se convirtió en el sostén de la renovación Metodista por mu-
chas décadas. El movimiento era, de hecho, toda una serie de avivamientos esporádicos
y a menudo localizados geográficamente, que estaban interconectados y esparcidos por
la red de Sociedades y Clases, más que una ola continua de avivamiento que pasaba por
todo el país. Sin la reunión de Clase, los dispersos fuegos de avivamiento se hubieran
extinguido mucho antes de que el movimiento pudiera ser un impacto profundo en la
nación.
Es fácil ver cómo la disciplina efectiva se pudo ejercer en tales grupos pequeños donde
cada persona era conocida íntimamente por el líder de la clase. Como parte del sistema,
Wesley emitió tarjetas o boletos para cada miembro de la Clase. La tarjeta llevaba el
nombre de la persona, la fecha y la firma de Wesley o de uno de sus predicadores. Era la
prueba de membresía y le daba admisión a la persona a la fiesta de amor trimestral. De
esta manera, era principalmente la membresía a la Clase lo que constituía la membresía
a la Sociedad, no viceversa. A los miembros que no eran fieles no se les renovaban los
boletos para el siguiente trimestre y eran, de esta forma,
excluidos de la fiesta del amor. Wesley entendió estos
boletos como equivalentes a cartas de recomendación en
el sentido cristiano primitivo.
Estructura Organizacional del Metodismo 61
Wesley no permitió que la disciplina se tornara permisiva. En sus visitas periódicas a
diferentes lugares, “examinaba”, “regulaba” o “purgaba” las Clases y las Sociedades
según fuera necesario. Wesley (o más tarde sus asistentes) explicaban cuidadosamente
las reglas y excluían a quienes no buscaban cumplirlas. Los miembros excluidos no
recibían entonces boletos de membresía trimestrales. Muchos de estos miembros ex-
cluidos eran posteriormente readmitidos si enmendaban sus caminos.
Algunos ejemplos muestran el alcance de la disciplina y la naturaleza de las ofensas.
En 1748 Wesley redujo la Sociedad de Bristol de 900 a 730 personas, mientras que
en otras ocasiones determinó que no se necesitaba hacer expulsiones. En las ciudades
portuarias, con frecuencia tuvo que expulsar algunos por contrabando y, con el tiempo,
se dio cuenta de que esta disciplina rendía fruto en la reducción del
contrabando en el área. De una Sociedad, Wesley expulsó a sesen-
ta y cuatro personas, dos por maldecir, dos por quebrantar el día
del Señor, diecisiete por borrachera, dos por vender licor, tres por
peleas, uno por pegarle a la esposa, tres por mentir habitualmente,
cuatro por hablar mal del prójimo, uno por pereza y haraganería, y
veintinueve por “frivolidad y negligencia”. Bebb menciona: “Po-
cos eran expulsados por faltas estrictamente religiosas y ninguno
por diferencias doctrinales; mientras que, muy significativamente, la gran mayoría eran
expulsados por no tomar su fe lo suficientemente en serio, que para la perspectiva
wesleyana, incluía tener una conducta correcta con el prójimo”. En el ejercicio de la
disciplina, dijo Wesley, “la pregunta no se refiere al corazón, sino a la vida. El tenor
general de esta… no se puede esconder, sin algún milagro”. Por lo tanto, la disciplina
era tanto posible como necesaria.
El papel pastoral de los líderes de Clase con sus pequeños rebaños de más o menos una
docena, era sumamente importante. Wesley nombró predicadores laicos que constan-
temente se movían de un lugar a otro y, en la mayoría de los casos, el clero anglicano
no se hizo responsable del cuidado pastoral de los Metodistas. El rápido crecimiento
del Metodismo nunca pudo haber ocurrido sin los predicadores itinerantes. Pero, el
historiador Metodista, Abel Stevens, menciona que estos predicadores “nunca hubieran
podido asegurar la disciplina moral, o incluso la permanencia de sus sociedades, sin el
cuidado pastoral del líder de Clase, en la ausencia del pasto quien difícilmente estaba
un día a la vez en un lugar”.
Sin embargo, los líderes de Clase no eran simplemente una disposición improvisada
para que las Sociedades Metodistas pudieran subsistir sin pastores de tiempo completo.
Más bien, los líderes de Clase eran, en un sentido fundamental, pastores ellos mismos.
Este era el sistema normal basado en parte en la convicción de Wesley de que la super-
visión espiritual tenía que ser íntima y personal, y que el liderazgo plural era la norma
en una congregación. Nunca se pudo convencer de que “la voluntad del Señor fuera
que cualquier congregación debería de tener solamente un maestro”. “Este predicador
tiene un talento, aquel tiene otro”, dijo Wesley. “Nadie que haya conocido alguna vez
tiene todos los talentos que son necesarios para comenzar, continuar y perfeccionar la
obra de gracia en toda una congregación”. Esta es parte de la razón por la que los pre-
dicadores Metodistas viajaban de sector en sector. De lo que carecía un predicador, el
siguiente lo podía suplir.
62 Estructura Organizacional del Metodismo
EL SISTEMA DE BANDAS
Las clases eran reforzadas por las Bandas, las cuales, al igual que aquellas de Herr-
nhunt, eran más pequeñas y generalmente se dividían por edad, sexo y estado civil.
Entre los moravos las Bandas eran una tradición antigua, remontándose hasta tiempos
muy anteriores a la época de Zinzedorf (1700). Wesley siguió el sistema moravo pero
con algunas modificaciones. En particular, descartó el patrón moravo del “supervisor”
de Banda cuyo trabajo era reportar y exhortar a aquellas personas en necesidad de ayu-
da espiritual o que parecía estar en el error. Wesley sintió que esto minaba la responsa-
bilidad mutua de cada miembro para con los demás en la Banda.
Se esperaba que los miembros en las Bandas se abstuvieran de hacer el mal, que fueran
celosos en las buenas obras, incluyendo el dar a los pobres, y que usaran todos los me-
dios de gracia. Wesley redactó la siguiente declaración de reglas:
El propósito de reunirnos es obedecer el mandato de Dios: “Confiésense unos a otros
sus pecados, y oren unos por otros para que sean sanados”.
Con esta finalidad nos proponemos:
1. Reunirnos por lo menos una vez por semana.
2. Asistir puntualmente a la hora designada, salvo una razón extraordinaria.
3. Comenzar (los que estamos presentes) exactamente a la hora, cantando u orando.
4. Hablar cada uno en orden, libre y claramente, acerca del verdadero estado de nues-
tras almas, de las faltas que hemos cometido de pensamiento, palabra u obra, y de
las tentaciones que hemos experimentado desde nuestra última reunión.
5. Terminar cada reunión con una oración de acuerdo a las ne-
cesidades de cada persona presente.
6. Solicitar a alguno de entre nosotros que hable de su pro-
pia situación espiritual y luego pedir a los demás que, de
manera ordenada, planteen en profundidad cuantas pre-
guntas tengan concernientes a su estado, a sus pecados
y a sus tentaciones.
Las preguntas que se tenían que hacer cada semana eran:
1. ¿Qué pecados conocidos haz cometido desde
nuestra última reunión?
2. ¿Con qué tentaciones te haz enfrentado?
3. ¿Cómo fuiste liberado?
4. ¿Haz pensado, dicho o hecho cosa alguna que haya provocado en ti la duda de
haber pecado?
Las Bandas provocaron cierta sospecha y la acusación de ser “papistas”, debido a la
práctica de la confesión. Pero demostraron ser medios útiles de crecimiento espiritual.
A diferencia de las Clases, las Bandas no eran principalmente disciplinarias, sino que
eran una ayuda para el progreso espiritual de aquellos que claramente se habían con-
vertido. Normalmente, el tamaño promedio era de entre cinco y diez personas.
Estructura Organizacional del Metodismo 63
Las Bandas, a diferencia de las Clases, estaban res-
tringidas a las personas que tenían la seguridad de
la remisión de sus pecados. Los predicadores itine-
rantes o asistentes de Wesley tenían que “examinar
de cerca” a cada miembro de la Banda y “expulsar
dos de cada tres no creyentes, si en el mejor de su
juicio encontraran tantos”. Los boletos de la Banda
se emitían trimestralmente para todos los miembros de las Bandas. Estos diferían de los
boletos de las Clases o las Sociedades en varias formas, a veces por la palabra impresa
BANDA, o por la letra b en la cara del boleto. Estos boletos funcionaban muy pareci-
dos a los boletos de las Clases y permitían a sus portadores ser admitidos a las fiestas
de amor, los servicios de pacto y las reuniones de Sociedad.
Comprensiblemente, con esta clase de rigor organizaban menos Bandas que Clases.
Juzgando por el número de boletos de Bandas y Clases que se imprimían, parece que
el veinte por ciento del pueblo Metodista se reunía en Bandas, en tanto que la totalidad
eran miembros de Clases. Ya que las bandas tenían un promedio de alrededor de seis
miembros y las Clases de cerca de doce, esto significa que habían probablemente cerca
de dos o tres Clases por cada Banda.
Wesley proveyó un grupo celular aún más íntimo, la Sociedad Selecta, para aquellos
que parecían estar haciendo un marcado progreso hacia la santidad interna y externa
(obras de piedad y de misericordia), y también instituyó grupos separados para los
penitentes. Todas estas estructuras grupales estaban funcionando para 1744. Por con-
siguiente, Wesley explicó en las Actas de la Conferencia de 1744, que las “Sociedades
Unidas”, divididas en Clases, “consisten de personas que han sido despertadas. Una
parte de ellas, que se supone tiene la remisión de pecados, están unidas más estrecha-
mente en las Bandas. Aquellos que están en las Bandas, que parecen caminar en la luz
de Dios, forman parte de las Sociedades Selectas. Las personas que entre ellos han
arruinado la fe, se reúnen aparte como penitentes”.
Wesley puso tres reglas claras adicionalmente a las reglas de la Banda, para las Socie-
dades Selectas:
1. Que nada de lo que se hable en esta Sociedad pueda ser mencionado nuevamente;
no, ni siquiera a los miembros de ella.
2. Cada miembro está de acuerdo en someterse a su pastor en todas las cosas.
3. Cada miembro, hasta que tengamos todas las cosas en común, aportará una vez a la
semana todo lo que pueda para formar un fondo común.
La referencia a “todas las cosas en común” sugiere que en esta etapa Wesley tenía el
ideal de una verdadera comunidad de bienes entre aquellos que estaban más cerca de
alcanzar la vida del Reino de Dios.
El sistema de Bandas y Clases instituido por Wesley continúo por más de un siglo. En
Inglaterra las Bandas desaparecieron alrededor de 1880 (los últimos boletos de Banda
fueron emitidos ese año), mientras que las reuniones de Clase sobrevivieron en Ingla-
terra y América hasta finales del siglo XX, al menos en algunas iglesias Metodistas.
64 Estructura Organizacional del Metodismo
Sin embargo, mucho antes de 1900 el sistema de Clases había perdido su vitalidad en
la mayor parte del Metodismo. En aquellos lugares donde sobrevivieron, las Clases
pronto se volvieron legalistas y moralistas; la vida que las sostenía se había marchado
desde mucho tiempo atrás. Entre los Metodistas Británicos la asistencia a la Clase era
una condición para la membresía en la iglesia hasta 1912. Una avalancha de libros y
algunas convenciones intentaron reavivar la reunión de Clase en América después de
1850, pero sin éxito.

PASTORES Y LÍDERES
El sistema de Bandas y Clases no se hubiera mantenido unido de no haber sido por
“la itinerancia”-el sistema de predicadores itinerantes de Wesley. Estos predicadores
estaban bajo la directa supervisión de Wesley. Si el Metodismo en general parecía casi
como una orden monástica, la itinerancia fue de hecho -una orden de predicación que,
si no era célibe, ciertamente sabía sobre la pobreza y la obediencia. “A los itineran-
tes se les enseñaban a manejar las dificultades en las sociedades, enfrentar las turbas,
aguantar los embates del clima, subsistir sin ningún medio, excepto aquellos que se les
pueda presentar en sus rutas, levantarse a las cuatro y predicar a las cinco, diseminar
libros y tratados, vivir disciplinadamente y morir sin temor”. ¡Lo sorprendente es que
así lo hicieron! Wesley les dio reglas estrictas y esperaba que ellos predicaran, estudia-
ran, viajaran, se reunieran con las Bandas y Clases, hicieran ejercicios diariamente y
comieran con moderación.
El extenso sistema de Bandas, Clases, Sociedades y predicadores, junto con los otros
oficios y funciones, abrieron las puertas al liderazgo y al discipulado en el Metodismo
primitivo. Para el momento en que el Metodismo había alcanzado 100.000 miembros a
finales del siglo, el movimiento tuvo que haber tenido más de 10.000 líderes de Clases
y Bandas, con quizás el mismo o mayor número de otros líderes. Muchos de estos, al
igual que muchos de los líderes de Wesley, eran mujeres, haciendo que Bebb llame a
Wesley “el feminista más destacado del siglo XVIII”, porque les brindó oportunidades
a las mujeres en el liderazgo que no se podían encontrar en ninguna otra parte.
Ahora, aquí hay algo extraordinario. Uno escucha hoy que es
difícil encontrar suficientes líderes para grupos pequeños o para
las otras responsabilidades en la iglesia. Wesley puso una de cada
diez personas, quizás una de cada cinco, a trabajar en ministerios
y liderazgos significativos. Y, ¿quiénes eran estas personas? No
los educados, ni los ricos con tiempo libre, sino hombres y muje-
res trabajadores, esposos, esposas y jóvenes con poca o ninguna
preparación, pero con dones espirituales e ímpetu para servir.
La comunidad se convirtió en la incubadora y en el campo de
entrenamiento para el ministerio cristiano.
Todo esto provocó cierto desdén y burla por parte de quienes criticaban a Wesley.
Augustus Toplady, por ejemplo, autor de “Roca de la Eternidad”, acusó al sistema de
predicadores laicos de Wesley de “prostituir la función ministerial al usar hasta los más
bajos y más iletrados mecánicos, personas de casi cualquier clase, pero especialmente
soldados comunes que fingen estar llenos de ‘un mensaje del Señor.’” Su consejo para
Estructura Organizacional del Metodismo 65
Wesley fue: “que sus zapateros se mantengan en sus puestos. Que sus calderos reparen
sus navíos. Que sus barberos se limiten a sus porta pelucas y bacías. Que sus panaderos
se queden en sus artesas. Que sus herreros echen leña más apta al fuego que la leña de
la controversia”. Wesley vio, sin embargo, que esa gente era de lo que los verdaderos
santos y ministros estaban hechos.
Este fue el sistema Metodista, edificado, ajustado y monitoreado de cerca por Juan
Wesley. Wesley vio al mundo como su iglesia, pero “se rehusó a predicar en cualquier
lugar donde no pudiera darle seguimiento a través de Sociedades organizadas con lide-
razgo adecuado”. Estaba allí para hacer discípulos-discípulos que renovaran la iglesia
entera.

CONCLUSIóN
La figura 5.1 muestra la estructura organizacional del metodismo. A diferencia de otros
predicadores de la época, el ingenio de Juan Wesley queda demostrado por medio de la
creación de estructuras sanas y funcionales que tenían el firme propósito de cuidar a las
personas de forma integral (toda la persona). A la vez, estas estructuras, observaban el
crecimiento y liderazgo de cada una de ellas.
Figura 5.1 Estructura organizacional del Metodismo
66 Estructura Organizacional del Metodismo
La supervisión personal, la disciplina, la rendición de cuentas y un liderazgo heterogé-
neo e itinerante fueron algunos de los factores clave para el éxito del sistema metodista.
Por medio de estas estructuras, Wesley mostró su interés hacia la comunidad y hacia
las personas que las conformaban haciéndoles participes de la transformación social
que Dios quería.
Nuestra región latinoamericana, como lo veremos en la siguiente sección, está siendo
golpeada por muchos fenómenos. Estamos llamados a recrear estas estructuras, estruc-
turas que puedan dar respuesta a sus realidades a través de un evangelio integral, que
coloque en práctica las obras de amor y misericordia que traigan como resultado una
transformación profunda y genuina de nuestras comunidades.

Actividades de evaluación

• ¿Qué conceptos teológicos llevaron a Juan Wesley a


desarrollar la estructura que desarrolló?
• ¿Qué estructuras debería aplicar para conocer y cuidar
de manera más efectiva a los miembros de su iglesia o
Casa de Paz?
Estructura Organizacional del Metodismo
Relevancia y
6 Conclusiones para
Latinoamérica

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a identificar posibles respuestas a las pro-
blemáticas que se viven en su contexto de ministerio.

Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Reflexionará críticamente frente a las realidades
socio-económicas de Latinoamérica.
• Comparará la realidad latinoamericana actual con la
realidad de la Inglaterra del siglo XVIII.
• Identificará respuestas cristianas a los desafíos socio-eco-
nómicos de Latinoamérica.

Contenido
• Introducción
• Modelo wesleyano para Latinoamérica en el siglo XXI
• Aplicación de los principios wesleyanos en Latinoamérica
• A más de 300 años de las denuncias wesleyanas
• Realidad actual de la iglesia latinoamericana
• Conclusiones generales
• Actividades de evaluación
68 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
INTRODUCCIÓN
L os elementos presentados en esta lección son el producto del diálogo con el libro
“Ética y economía: El legado de Juan Wesley a la iglesia en América Latina” es-
crito por Federico A. Meléndez.
El legado de Juan Wesley, su teología y principios prácticos, sigue vigente y dando
respuestas a fenómenos contemporáneos que vivimos en Latinoamérica. Esto se debe
en gran parte a los puntos de conexión que existen entre nuestro contexto y el mundo y
los eventos que Wesley vivió.
En esta sección se comparará y contrastará la relación que existe entre algunas proble-
máticas actuales y algunas vividas en el tiempo de Wesley. Por otra parte, observare-
mos la respuesta de Wesley a esas problemáticas. A la vez miraremos cómo nosotros
como iglesia podemos responder a estas situaciones.

MODELO WESLEYANO PARA


LATINOAMéRICA EN EL SIGLO xxi
¿Cómo reaccionaría Juan Wesley si viviera en el mundo de la globalización económica
del siglo XXI? ¿Qué pensaría del incremento brutal de la pobreza en los países del
tercer mundo y la opulencia de los ricos del primero?
En el siglo XVIII, Inglaterra surgió como la primera potencia industrial y doblegó a
España en el comercio mundial. Muchas naciones de África, Asia, y Latinoamérica
quedaron incorporadas a su influencia comercial y económica como países exportado-
res de materia prima. El subcontinente indio pasó a ser un protectorado inglés.
En el siglo XXI vivimos en un siglo de paradojas. Por un lado, es el siglo de la pos-
modernidad y la riqueza del primer mundo; y por el otro, es el siglo de la pobreza para
aquellos que ni siquiera llegan a la modernidad.
Latinoamérica presenta, a inicios del siglo XXI, un cuadro extendido de lo que podría-
mos llamar “pobreza paradojal”. Las altas cifras de pobreza no se corresponden con
la privilegiada dotación de recursos naturales y ni siquiera con los niveles de producto
bruto y producto per cápita. Se trata de la paradoja de amplios niveles de pobreza en
medio de la riqueza potencial.
Observemos el caso de las dos principales economías de la región. Según el Fondo
Monetario Internacional para el año 2018, Brasil ocupa el noveno puesto en el mundo
en producto interno anual y el puesto 78 en producto interno per cápita. Sin embargo,
según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2015 su expectativa de
vida ocupaba el lugar 93. En cuanto alfabetización, la UNESCO lo ubica para el año
2018 en el lugar 106. México es la quinceava economía del mundo en producto interno
bruto y la número 63 en producto interno per cápita, pero la número 60 en expectativa
de vida; y en alfabetización se encuentra en el lugar 94. Argentina es una de las ma-
yores potencias alimenticias del mundo en producción y exportaciones de unas largas
series de alimentos básicos como la soya, el trigo, la carne y otros. Situación similar
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 69
a esta era la que vivía Inglaterra en el siglo XVIII y en nuestro continente ha sido una
realidad que se ha ido agudizando.
Toda la humanidad está incluida en los grandes procesos acelerados de cambios cien-
tíficos, tecnológicos, políticos y fundamentalmente económicos. Este vasto proceso se
ha bautizado con el nombre de “globalización”.
Globalización se deriva del globo, que significa
tierra, el planeta que habitamos; designa el fenó-
meno mediante el cual hay una mayor comunica-
ción y un mayor conocimiento e intercambio de
los fenómenos culturales, económicos, políticos
y sociales en todo el mundo. No es un fenóme-
no ideológico de derecha, izquierda o neoliberal,
sino producto del progreso y las innovaciones de los transportes, comunicaciones y
medios de información. Es la tendencia al intercambio entre todos los países del mun-
do, no es buena o mala en sí misma. Es un entorno de mayor comunicación entre seres
humanos que facilita el conocimiento tanto de virtudes como de vicios.

APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS


WESLEYANOS EN LATINOAMÉRICA
Nuestra región latinoamericana se encuentra convulsionada; crisis políticas, escánda-
los de corrupción, éxodos masivos, desigualdad social, desastres naturales, entre otros,
son parte de los eventos más relevantes que han repercutido en nuestros países en esta
última década.
En enero de 2016, la Organización de la Naciones Unidas (ONU) realizó un llamado
universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y ga-
rantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad. Para cumplir tal propósito,
colocó en marcha una serie de 17 objetivos basados en su mayoría en la igualdad eco-
nómica y de género, protección al medio ambiente, educación, salud, paz, entre otros.
Figura 6.1 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
70 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
A pesar de que han transcurrido 300 años, al comparar estos objetivos que propone la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) con la realidad de la Inglaterra de Juan
Wesley, podemos observar que existen varios puntos de conexión los cuales desarro-
llaremos a continuación.

A MÁS DE 300 AÑOS DE LAS DENUNCIAS


WESLEYANAS
Wesley denunció muchos fenómenos y problemáticas que golpeaban su país y que
tienen un alto grado de similitud con nuestra realidad latinoamericana. Los trabajos
excesivos de 18 horas, tanto de niños y mujeres, la mala explotación de las tierras, las
injusticias sociales, el desempleo y el alto costo de la vida fueron algunos de ellos.
A continuación, veamos las críticas de Wesley a cada uno de estos fenómenos y cómo
estos están sembrados en nuestra región latinoamericana.
Desigualdad social
Según las estimaciones y proyecciones de la Comisión Económica para América Lati-
na y el Caribe (CEPAL), Latinoamérica cuenta a finales del año 2018 con más de 638
millones de personas. En su reporte del Panorama Social de América Latina (2017)
muestra que el número de personas pobres en Latinoamérica llegó a 186 millones, es
decir, el 30,7% de la población, mientras que la pobreza extrema afectó al 10% de la
población, cifra equivalente a 61 millones de personas. Es de resaltar que desde el año
2015 estas cifras han vuelto a presentar incrementos.
El gráfico 6.1 muestra cuáles países de nuestra región sufren con mayor impacto esta
problemática.
Gráfico 6.1 Tasa de pobreza y pobreza extrema en Latinoamérica

Donde no hay número el


gobierno no reportó estadís-
ticas.
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 71
Ante esta realidad, valdría la pena preguntarse cómo nuestros
gobiernos y nosotros como individuos estamos administran-
do los bienes económicos que Dios nos ha entregado en pro
de nuestro bienestar y el de nuestro su prójimo. Juan Wes-
ley, en su sermón número 50 “El uso del dinero” ofrece
importantes enseñanzas que puede ayudarle en este tema.
Las enseñanzas que Wesley ofrece en su sermón de mayordomía y justicia, son opues-
tas a las teologías de la prosperidad, muy de moda actualmente en Latinoamérica. Esta
teología, en su afán de justificar las riquezas y el mundo capitalista de los cristianos ri-
cos que las sustentan, enseña que las riquezas son parte de las bendiciones de Dios para
sus hijos, y que Dios mismo puede ayudarnos a salir de las maldiciones de la pobreza.
Este “seudoevangelio”, nacido y desarrollado en el contexto eclesial de la riqueza de la
iglesia de los Estados Unidos, trata de justificar la existencia de naciones y cristianos
ricos en un mundo lleno de pobreza y miseria, los cuales no han podido ser eliminados,
sino que al contrario, la brecha entre ricos y pobres se acrecienta cada día más.
Los pobres, al no tener el poder adquisitivo, se invisibilizan para la sociedad. En ese
sentido, la justicia para los más vulnerables queda fuera del juego de la oferta y la de-
manda.
Una solución al modelo neoliberal es replantear el papel de la economía transformán-
dola para el servicio de la humanidad, y no como actualmente se practica y se enseña:
una humanidad al servicio de la economía y la cultura del dinero. La centralidad de la
persona es la clave para encausar una economía con rostro humano.
Wesley era consciente de que su nación gastaba en deleites y explotaba a las otras na-
ciones para el comercio y la esclavitud. No obstante, y siempre leal a sus principios,
murió pobre, pudiendo haber logrado y aprovechado riqueza personal. Hasta los últi-
mos años de su vida, luchó como apóstol de los más pobres y criticó, en el marco del
uso y abuso del dinero, la riqueza y el poder como las causas de la pobreza y la miseria
de su época.
Para Wesley es en la iglesia donde mejor se encarna la mayordomía del dinero y los
bienes materiales, así como la justicia hacia los más pobres:
Dios nos ha encomendado con una porción de bienes de este mundo, con comida
para alimentarnos, ropa para vestirnos, y con un lugar donde posar la cabeza; y no
sólo con lo necesario, sino con las conveniencias de la vida. Por sobre todo, él nos
ha entregado a nuestro cuidado el precioso talento que contiene al resto, y éste es
el dinero. En verdad, es inexplicablemente precioso si somos mayordomos fieles y
prudentes, si usamos cada porción para los propósitos que nuestro Dios bendito nos
ha mandado hacer (Obras de Wesley, Tomo III, 1996, págs. 223-224).
Desempleo
En el tiempo de Wesley la revolucion industial trajo consigo grandes avances tecnoló-
gicos. Estos hicieron que ocurriera una transición en la economía, dejando desemplea-
dos a gran parte de la población, como lo expresa la siguiente cita:
Mientras tanto, y debido al crecimiento de la industria textil, en lugar de cultivar
granos comestibles, verduras y frutas, muchos de los propietarios de las tierras co-
72 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
menzaron a usarlas primordialmente para criar ovejas y vender la lana que la indus-
tria textil demandaba. Este cambio en el uso de las tierras agrícolas y en la economía
propició que los trabajadores agrícolas perdieran su única fuente de ingresos y tra-
bajo (Magallanes, 2005, pág. 30).
Nuestra realidad no ha cambiado. En un mundo globalizado como en el que vivimos,
los ciclos de renovación tecnológica son cada vez menores. La automatizacion de pro-
cesos ha tomado un rol protagónico en nuestra mundo moderno; drones (aereonaves
no tripuladas) que realizan entregas de paquetes hasta la puerta de su casa; robots que
realizan ensambles de automóviles; asistentes personales basados en inteligencia artifi-
cial; estas son las tecnologías implementadas en nuestra región y que sin lugar a dudas
harán que disminuya la mano de obra calificada.
La figura 6.2 muestra que la cifra de desempleo en Latinoamérica es de 26,4 millones
de personas. Otra cifra importante está relacionada con los jóvenes, en el año 2016 en-
tre el 18,9 al 19,5 % de ellos se encontraba sin empleo. Datos más recientes confirman
que en el año 2017 la desocupación laboral aumentó en 9 de los 19 países de la región.
Figura 6.2 Cifras del desempleo en latinoamérica

La esclavitud moderna
La expansión comercial a escala mundial en el siglo XVIII de Inglaterra requirió la
creación de nuevos y grandes puertos. La riqueza y el comercio inglés fueron construi-
dos, en parte, a expensas del sufrimiento de los esclavos negros comprados por blancos
en el continente africano. Estos, al igual que otra “mercancía”, eran transportados y
marcados como ganado vacuno para su venta a los colonos ingleses en los Estados
Unidos y obligados a trabajar en el cultivo y la explotación de la caña de azúcar en el
caribe.
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 73
Juan Wesley escribió denunciando este abuso humano en 1774 en su obra titulada “Re-
flexiones sobre la esclavitud”. En esta obra Wesley combatió toda idea de superioridad
racial o cultural y atacó fuertemente a los ingleses que transportaban, reclutaban y
patrocinaban el comercio de los esclavos. Wesley creía que los valores de la justicia,
la misericordia y la verdad eran pisoteados cuando se argumentaba a favor de la escla-
vitud.
Además de esto, Wesley denuncia la pésima condición de vida en que vivían miles de
ingleses en vista de los cambios socios-económicos que su nación estaba viviendo. A
propósito de esto Meléndez comenta lo siguiente:
Al carecer de los medios de subsistencia, las masas de población desempleada tenían Este párrafo necesita
que sobrevivir en las peores condiciones de vida… las mujeres y niños trabajaban sangría
largas horas en las peores condiciones de trabajo. Muchas personas provocaron de-
mostraciones violentas en contra del alto costo de vida (Meléndez, 2006, pág. 29).
Con respecto a este tema, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó-
mico (OCDE), un organismo de cooperación internacional cuyo objetivo es coordinar
sus políticas económicas y sociales de 38 países latinos y europeos, muestra para el año
2017 la información contenida en la figura 6.3.
Figura 6.3 Países de la OCDE con jornadas laborales más extensa

La figura 6.3 muestra que hasta el año 2017, dos países de nuestra región latinoameri-
cana lideran las jornadas de trabajo más extensas entre los países de la OCDE. Sin duda
alguna, como wesleyanos estamos llamados a enfrentar estos retos que la sociedad
moderna nos presenta. Necesitamos presentar una buena alternativa a nuestra región
que muestre un balance de vida, que toma en cuenta el descanso (sabbath), que honre a
Dios y que denuncie los peligros que se derivan de este tipo de políticas.
74 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Migración y Hospitalidad
El capítulo 2 “Vida y contexto histórico de Juan Wesley”, tuvo como uno de sus pro-
pósitos mostrar la realidad de Inglaterra en el siglo XVIII. Como recordaremos, uno de
los problemas que afrontaba era la sobrepoblación:
El crecimiento de la población era el resultado natural del crecimiento de las gran-
des ciudades, que indudablemente fomentaba la inmigración y atraían muchas perso-
nas… (Meléndez, 2006, pág. 21).
En 2018 Latinoamérica sufre de este fenómeno al cual se le ha sumado la migración.
Casos como el de Venezuela, y más recientemente Nicaragua, han traído como conse-
cuencias la movilización de sus poblaciones debido a las crisis humanitarias en las que
se encuentran. Esto ha traído desasosiego a la región, en especial a los países fronteri-
zos implicados en esta problemática.
Según Consultores 21 (empresa consolidada en Venezuela en estudios de mercado y de
opinión pública) en marzo 2018 más de cuatro millones (4.000.000) de personas, lo que
representa más del 10% de su población, han tenido que salir de su país. La figura 6.4
muestra el incremento del éxodo venezolano hacia otros lugares de la región.
Figura 6.4 Éxodo de venezolanos al resto de la región

Ante esta realidad, la teología wesleyana proporciona principios aplicables a estos fe-
nómenos. Por ejemplo, Wesley entendió y reconoció que su experiencia personal y su
tiempo privado de búsqueda de Dios no podían permanecer solo en su corazón, por el
contrario, debían extenderse a las personas que lo rodeaban, incluyendo aquellos que le
habían causado algún malestar. Uno de los valores esenciales de la teología wesleyana
es la hospitalidad, esta nos enseña a ser hospitalarios con otros, especialmente con los
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 75
más necesitados y vulnerables; como nos lo recuerda David McKenna: “Los wesle-
yanos somos una familia en la fe, unida en un espíritu y con los brazos abiertos para
recibir al extraño” (2000, pág. 79).
Como iglesia contemporánea debemos estudiar nuestra realidad latinoamericana; te-
nemos el deber de ayudar y promover con nuestras palabras y acciones el crecimiento
y bienestar de aquellos que salen de sus países. Sin duda alguna, esto es una oportuni-
dad que Dios ofrece al país anfitrión de darles la bienvenida en el nombre del Señor y
ayudarles en el proceso de adaptación; de esta forma, el nombre de Dios es conocido y
honrado aun en medio del nuevo comienzo que implica emigrar.
Drogas
Debido, entre otras cosas, a la transición y desesperanza que atravesaba la nación in-
glesa del siglo XVIII, el consumo de alcohol tomó el rol de una “vía de escape” para
la población más vulnerable. Su bajo costo y las políticas gubernamentales que promo-
vían su producción fueron clave para su fácil distribución.
De cada 5 casas una es una cantinela donde se vende aguardiente, además de ser
centros de prostitución, peleas callejeras, y degradación de todo tipo. ¿Por qué es
que Inglaterra ha llegado a un estado nacional de borrachera? Durante las últimas
décadas del siglo XVII, el gobierno había animado la industria licorera nacional
para impedir la compra de productos franceses. Esto resultó ser un negocio jugoso
para algunos y trajo miseria y devastación social y moral a una buena parte de la
población. Fortunas inmensas fueron creadas en las fábricas de licor para algunos,
mientras que los pobres adictos en miles de sucias cantinas compraban su “copa de
maldición” por un penique. Tal es el caso de Judith Dufour, que estranguló a su niño,
lo desnudó, y botó el cadáver en un riachuelo, vendió la ropa por un chelín y cuatro
peniques, y se fue y gastó el dinero en aguardiente (Bready, 1935, págs. 145-150).
Aunque el alcohol es un vicio que convive plácidamente en nuestras sociedades, La-
tinoamérica ha sido testigo de cómo el consumo de drogas ha aumentado de manera
exponencial en los países que la conforman. Informes como el Uso de Drogas en las
Américas 2015, así lo demuestran; este estudio evidencia su fácil acceso a los públicos
más vulnerables como los adolescentes. La figura 6.5 muestra el consumo de cocaína
en algunos de los países de la región.
Figura 6.5 Consumo de cocaína en algunos países de la región latinoamericana
76 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Solo el consumo de cocaína en las Américas, según la informa-
ción disponible, indica que nueve países tienen tasas de consumo
reciente que oscilan entre el 0,1% al 0,5%, otros siete tienen pre-
valencia que sobrepasa el 0,5% al 1% y tres países, los de mayor
consumo, lo hacen por encima del 1%.
Ante esta realidad muchos países de nuestra región se debaten en
si debe legalizarse o no el comercio, y por ende, el consumo de
drogas. La Iglesia Metodista Libre tiene una marcada postura en
contra de la manufactura, consumo y distribución de drogas, alcohol,
y cigarrillo por parte de sus miembros. En este sentido el Libro de Disciplina de la
Iglesia Metodista Libre dice:
Como cristianos creemos que la vida es plena, abundante y libre en Jesucristo (Juan
8:35; 10:10). Por lo tanto, nos abstenemos de cualquier cosa que dañe, destruya o
distorsione Su vida en nosotros.
Las drogas ilícitas son las principales ofensoras. Debido a que las varias formas de
narcóticos causan daños impredecibles a las personas y a las relaciones y tales dro-
gas restringen el desarrollo personal, dañan al cuerpo y refuerzan un concepto no
realista de la vida, nosotros evitamos su uso...
También, nosotros procuramos con la ayuda de Dios de ser comprensivos y ayudar
a aquellos que vienen a Cristo con problemas de adicción. Creemos en el poder de
Cristo para liberar (Ro. 6:13; Ga. 6:2). Pero reconocemos las dificultades de vencer
el lazo de las adicciones, y deseamos de dar cualquier clase de ayuda y apoyo que
se necesite mientras nuestros hermanos cristianos procuran una completa libera-
ción. Como una evidencia más de una conciencia despertada, estamos a favor de
abstenernos del cultivo, manufactura o promoción de aquellas substancias que son
dañinas para la salud (Libro de Disciplina, 2015, ¶3213).
Conclusión
Peter Block escribe en su libro “Mayordomía”: “aquel que quiere ser un cauteloso qui-
zá llegue a ser un cínico que critica a la sociedad, una víctima que culpa a otros por los
problemas, o un espectador que rehúsa involucrarse” (McKenna, 2000, pág. 13). Ante
las problemáticas mencionadas, la iglesia no debe estar de espalda a esta situación;
parte de su propósito es entender el momento que le ha tocado vivir. Por tal motivo, es
imperativo que la iglesia desarrolle un plan de acción integral en el que nuestro mayor
esfuerzo se concentre en responder a las grandes necesidades de nuestra población y no
ensimismarse en sus necesidades.
El resultado tiene que ser una iglesia santificada, llena del Espíritu Santo, que coloca
todos sus talentos, recursos y servicios a favor de quienes más lo necesitan. Por tal
razón se espera de los wesleyanos que:
• Tengan un reto significativo de su tarea evangelizadora y misionera.
• Estudien las realidades de sus sociedades.
• Profundicen en el conocimiento de su contexto local y nacional.
• Aborden los puntos antes mencionados con integridad intelectual.
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 77
REALIDAD ACTUAL DE LA IGLESIA
LATINOAMERICANA
Vivimos en un mundo globalizado y posmoderno en los cuales sus principios e ideolo-
gías han entrado y se han instalado en la iglesia dando como resultado una mescolanza
de creencias. Y aunque son muchos los aportes y ventajas que tiene la iglesia moderna
con respecto a la del siglo XVIII, la realidad es que la iglesia actual, como comenta
el brazilero Caio Fabio D’Araujo Filho: “lamentablemente está perdiendo su luz y su
sazón”. D’ Araujo explica que la iglesia de hoy:
• Tiene mucho legalismo pero no conoce la santidad.
• Vibra con milagros extraordinarios, pero que no vibra con la misma alegría en rela-
ción con la práctica de la justicia y de la verdad.
• Celebra los números extraordinarios de los que entran por la puerta del frente de
la iglesia, pero que no mira la tragedia de los que están saliendo por la puerta del
fondo.
• Pone una Biblia en las manos de cada uno de los que entran a la iglesia, pero no
inspiran al conocimiento de la Palabra de Dios en el corazón de los que llegan.
• Enseña a sus asistentes que celebren su bendita prosperidad material con morda-
cidad, ironía e impiedad en relación a la miseria de la sociedad, sin ningún tipo de
compasión para con ella.
• Habla de derrumbar a los ídolos paganos de la sociedad, pero es inoperante en cuan-
to a doblegar el ego autoglorificado de los líderes de la iglesia.
• Filtra los mosquitos de las más legítimas alegrías humanas, mientras se traga los
camellos de las más asquerosas contiendas del poder, manipulación de conciencias
y patrones mínimos de ética en la vivencia.
• Enseña que cualquier negocio es válido, mientras el resultado sea la
predicación del evangelio.
• Se grita mucho, pero se llora poco; se canta mucho, pero se
alaba poco. Se arrodilla mucho, con mucha facilidad, pero
se somete a Dios con mucha dificultad. Se predica mucho
y con mucha frecuencia en contra del pecado, pero se vive con mu-
cha tranquilidad y descaro la práctica de pecado.
• Este avivamiento está haciendo crecer mucho a la iglesia en Latinoa-
mérica, pero sin impactar mayormente el continente.
78 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
CONCLUSIONES GENERALES
A lo largo de este curso hemos estudiado los aspectos más relevantes de la vida y teo-
logía Juan Wesley. En ella se demuestra su capacidad y manera en de comprender el
evangelio. Lo hizo de una manera pragmática, pero no superficial ni ligera en medio de
una época que necesitaba una profunda trasformación social.
Sin duda alguna Juan Wesley fue hombre con una visión amplia, su creatividad para
ofrecer soluciones, su pensamiento crítico y sistémico para diagnosticar la realidad de
su nación y su ingenio para crear estructuras funcionales de cuidado integral a través de
la movilización e involucramiento de toda la iglesia, son parte de su legado.
Además de lo mencionado, se debe recordar su habilidad para demostrar verdades
teológicas de manera sencilla. Wesley pudo unir las dicotomías que existían hasta ese
momento en temas esenciales de la vida que parecían no tener relación alguna. Por
medio de su pensamiento y obrar, pudo aclarar la separación que existía entre la obra
social y la evangelización, además de demostrar que la separación entre fe y educación
era un error que debía ser corregido.
Ejemplo de estos son las frases “La fe que obra mediante el amor”, con ella resumía su
teología. “El mundo es mi iglesia” esta frase expresaba su visión y “Gana todo lo que
puedas, ahorra todo lo que puedas, da todo lo que puedas” era la forma en que entendía
la economía.
El segundo capítulo estuvo marcado por tres puntos principales: la realidad iglesia del
siglo XVIII, la importancia del rol familiar y la experiencia del corazón ardiente de
Juan Wesley.
Lo que en principio parecía ser para el beneficio general de la nación se convirtió en
un descontento socioeconómico. La mano obrera y campesina observaron cómo eran
removidas de sus lugares de trabajo por la automatización de procesos. El resultado de
este avance tecnológico fue un despido en masa y la sobrepoblación de las ciudades.
Wesley fue un crítico profundo de estas realidades y lo demuestra en su tratado “Un
discurso serio al pueblo de Inglaterra”.
La sociedad en la que Wesley nació fue una sociedad viciada, marcada por el olvido
religioso, la desigualdad social, la prostitución, el alcoholismo y la desesperanza. Por
estas razones, entre otras, el rol familiar (en el especial el de su madre Susana) tuvo una
gran relevancia en su vida. La entrega y compromiso de Susana Wesley para con Dios
fueron claramente visibles en su comunidad. Los principios y
valores que plasmó en sus hijos conllevaron a que las perso-
nas de su comunidad desearán que ella también les enseña-
ra; de esta manera “la cocina de Susana” se convirtió en el
lugar donde muchas personas crecían en la fe.
Pero aun cuando Juan Wesley, ese tizón arrebatado del in-
cendio, tuvo una enseñanza y caminar ejemplar, no fue
sino hasta el año 1738, a sus 35 años de edad, que tuvo
la experiencia del corazón ardiente. Este evento marcó un
antes y después en su vida. Es en ese momento que Wesley
descansó en los méritos de Cristo y no en sus obras; fue esa no-
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 79
che en la que sintió realmente la seguridad de su salvación. Esta experiencia renovó la
visión que Juan Wesley tenía acerca del evangelio y fue el precedente para la estructura
del metodismo. También se convirtió en un marco para su teología.
Su teología dio gran importancia a la creación, estado inicial y caída del ser humano,
para explicar estos sucesos sostuvo como premisas la soberanía de Dios y la libertad
del ser humano. Por medio de la enseñanza de la gracia anticipante, Wesley señala
que el hombre puede responder de manera positiva al llamado de Dios. De la misma
manera, afirma que esta gracia está disponible para todo el género humano, en contra
parte del pensamiento calvinista. Pero el proceso del salvación no quedaba allí, Wesley
continúa comunicando que si la persona responde positivamente al llamado de Dios, es
porque le gracia convincente había realizado su función.
Según Wesley, la gracia convincente era la que le mostraba a la persona su condición
de pecado y su inhabilidad de poder salir de ese estado a menos de Dios hiciera algo.
Además de esto, sostuvo que luego de la gracia anticipante y convincente viene la gra-
cia justificadora. Esta gracia justificadora tiene como única condición la fe al mismo
tiempo que resalta que no hay buenas obras que valgan antes de la justificación.
Luego, Wesley tuvo el firme propósito de compartir su expe-
riencia del corazón ardiente y lo aprendido con otros creyen-
tes; para su sorpresa, sus enseñanzas no fueron bien recibi-
das y fue etiquetado de “controversial”. Su amor por las
personas pudo más que su lealtad y sujeción a la Iglesia
Anglicana. Entonces, inspirado por otro predicador ami-
go, Jorge Whitefield, empezó la predicación al aire libre y
con ello la planificación de una estructura que se ajustara
a la realidad su sociedad.
Esta realidad incluía las visitas a enfermos y prisioneros, los
cuales se veían impresionados por ser tomados en cuenta. Las
predicaciones al aire libre de Wesley, que muchas veces traían como
resultado la conversión de centenares, hicieron que el movimiento Metodista tuviera
un crecimiento exponencial.
Ante tal cantidad de personas y preocupado por el bienestar integral de ellas, Wesley
una vez más utilizó su ingenio para seguir dándole forma a la naciente estructura del
metodismo. Para tal fin dividió las Sociedades Metodistas en Clases, Bandas y Socie-
dades Selectas; aunque cada una de ellas tenía objetivos específicos, buscar el creci-
miento y cuidado integral de la persona por medio de, entre otras cosas, la rendición
de cuentas.
Además de lo antes mencionado, la estructura del metodismo estuvo pensada para el
desarrollo de líderes, los cuales eran provistos de las mismas Clases, Bandas o Socie-
dades Selectas. La gran mayoría de ellos eran persona bi-ocupacionales; característica
que también es deseada en los plantadores de Iglesias Comunitarias.
Indiscutiblemente, la estructura del Metodismo es uno de los legados más grande que
Juan Wesley dejó y que somos llamados a seguir redescubriendo y aplicando en nuestra
región latinoamericana que está siendo golpeada por fenómenos similares a los de la
sociedad de Wesley.
80 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Contextualizar y estudiar la realidad de nuestra región es sumamente importante. Si en
el tiempo de Wesley fueron las destilerías y el negocio del alcohol, hoy son las mul-
tinacionales las que se apoderan del mundo, y así los países más ricos son los dueños
del planeta. En nuestras ciudades, los grandes hipermercados y los centro comerciales
nos recuerdan que quienes podemos todavía subsistir con sueldos decorosos, podremos
adquirir algunas de las baratijas de la globalización. Sin embargo, para la gran mayoría
no hay siquiera acceso a agua potable, educación o servicios mínimos. Algo anda muy
mal en la distribución de la riqueza en nuestros países. Este es nuestro contexto, y este
también fue el contexto de Juan Wesley hace más de trescientos años.
Entonces, ¿qué debemos hacer ante la realidad que nos rodea? La respuesta es que de-
bemos detenernos para estudiarlas, profundizar en el conocimiento de nuestro contexto
y nuestra realidad, y abordar estos temas con integridad intelectual. La iglesia necesita
desarrollar un plan de acción integral en el que nuestro mayor esfuerzo se concentre
en responder a las grandes necesidades de nuestra población. El resultado tiene que ser
una iglesia santificada, llena del Espíritu de Dios, que pone todos sus talentos, recursos
y servicios a favor de quienes más lo necesitan.
Las enseñanzas de Wesley y su activa participación en la sociedad de su tiempo son una
muestra elocuente que debe recordarnos en este siglo XXI que cuando los principios
de la justicia, la misericordia y la verdad son ignorados por la sociedad y el estado, los
cristianos estamos llamados a encarnar su cumplimiento. Esto por medio de estructuras
que puedan dar respuesta a sus realidades a través de un evangelio integral, que ponga
en práctica las obras de amor y misericordia que traerán como resultado una transfor-
mación profundad y genuina de nuestras comunidades.
El mensaje de Wesley para hoy en Latinoamérica es un reto para todos los wesleyanos.
Estamos llamados a luchar contra nuestra propia afluencia y poder para no dejarnos
arrastrar ni seducir por las corrientes materialistas que expanden sus ondas a través de
la globalización e incluso a través de nuestras organizaciones religiosas.

ACTIVIDADes DE EVALUACIÓN

Lea el tratado de Juan Wesley “Grave discurso al pueblo


de Inglaterra respecto al estado de la nación”. A partir de
este escriba una reflexión crítica del estado en el que se en-
cuentra la sociedad y las diferentes circunstancias sociales
que hoy nos afectan. Esta enseñanza deberá compartirla
con su iglesia o Casa de Paz. Luego, junto con su equipo
termine de elaborar el plan práctico en que su iglesia o
Casa de Paz pueda responder con obras de misericordia a
las realidades sociales de su comunidad.
En el link a continuación encuentra una copia del tratado.
http://www.iew-la.org/multimedia/documentos/obras/
tomo07.pdf#page=205
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Bibliografía 81
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