Teologia Wesleyana COLOR
Teologia Wesleyana COLOR
Teologia Wesleyana COLOR
wesleyana
Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Teología
wesleyana
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para
responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.
2 Pedro 3:15 NVI
FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo
Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver
Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón
Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Jorge Leonardo Báez Agreda, Luis Fernando Pérez Rojas y Shir-
ley Yomara Cadena Maldonado
Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda
E s para nosotros un gozo poder compartir con ustedes la clase de Teología Wesleyana que sa-
bemos nos va enriquecer muchísimo, no solo en nuestro peregrinaje cristiano, sino también en
nuestro quehacer pastoral y misional.
Ricardo Gómez Pinto, Jorge Leonardo Báez Agreda y John Jairo Leal Rincon trabajaron juntos
para escribir y compilar la informacíon encontrado en este manual. Pensamos que nosotros como
Metodistas Libres tenemos una riqueza en nuestra teología que es digna de ser conocida, enseñada
y vivida. Es un regalo que hemos recibido de nuestros antepasados, una herencia espiritual que
no podemos ignorar. Una herencia que podemos vivir y compartir con los líderes y miembros de
nuestras congregaciones.
Debemos dar como base que Jesucristo y la Palabra inspirada de Dios son nuestro único fundamen-
to en el cual nosotros como cristianos nos paramos. Pero con esto no queremos decir que no nos
enriquecemos de aquellos líderes que han vivido una fe genuina y quienes han aportado una forma
de ver y vivir las enseñanzas de Jesús a través de la historia que son dignas de imitar. Es por esta
razón que estudiaremos en este curso la vida y obras de Juan Wesley, no para reemplazar con esto
las enseñanzas de Jesucristo, sino al contrario, al estudiar a Wesley, su vida y teología, nos dará más
amor y compromiso para vivir las enseñanzas de Jesús más vivamente.
Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores o pastores-es-
tudiantes reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de clase), hacen
la lectura comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el encuentro se
socializan los materiales, se profundiza los contenidos, se revisan los ejercicios y se solucionan
interrogantes que hayan surgido.
Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.
El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:
Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente re-
vise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.
Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada en-
cuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para la lección.
Plan intensivo: La asignatura se puede completar en 1 encuentro de aproximadamente 18 horas.
En esta modalidad se espera que el estudiante sea muy disciplinado de tal forma que, durante
cada uno de las seis semanas previas al encuentro, lea completamente el contenido del manual,
desarrolle las actividades de evaluación tocantes al pensamiento (preguntas de reflexión e informes
de lectura) y evaluación personal. En el encuentro el formador indicará cuándo y cómo completar
y reportar las actividades de evaluación llamadas planes de acción.
A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO
Sílabo ..................................................................................................................................................... 7
• Introducción ......................................................................................................................................... 32
• Metodología teológica de Juan Wesley ................................................................................................ 33
• La imagen de Dios y la condición del ser humano .............................................................................. 37
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 41
• Introducción ......................................................................................................................................... 58
• La reunión de clase .............................................................................................................................. 58
• El sistema de bandas ............................................................................................................................ 62
• Pastores y líderes ................................................................................................................................. 64
• Conclusión ........................................................................................................................................... 65
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 66
• Introducción ......................................................................................................................................... 68
• Modelo wesleyano para Latinoamérica en el siglo XXI ...................................................................... 68
• Aplicación de los principios wesleyanos en Latinoamérica ................................................................ 69
• A más de 300 años de las denuncias wesleyanas ................................................................................. 70
• Realidad actual de la iglesia latinoamericana ...................................................................................... 77
• Conclusiones generales ........................................................................................................................ 78
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 80
Bibliografía ........................................................................................................................................... 81
Sílabo 7
Sílabo
1. Asignatura
Teología Wesleyana
2. Descripción del curso
Este curso examina la vida y teología de Juan Wesley (1703-1791), y la organización
que desarrolló para impulsar el movimiento metodista en el siglo XVIII. A la vez,
presenta algunas implicaciones prácticas de la teología wesleyana para el contexto la-
tinoamericano actual.
3. Objetivos generales
Al concluir este curso el estudiante:
• Valorará y aplicará las enseñanzas de Juan Wesley en su vida personal y ministerial.
• Comprenderá el funcionamiento de las estructuras del metodismo.
• Estudiará y responderá bíblicamente desde una perspectiva wesleyana a las
realidades socio-económicas latinoamericanas.
4. Evaluación
• El estudiante deberá llevar un cuaderno físico o digital (agenda, block, etc.), en el
que desarrollará los ejercicios durante la lección y las preguntas de reflexión al final
de cada lección. A la vez podrá escribir las preguntas que le surgen del contenido de
la lección y las respuestas brindadas por el formador.
• El estudiante leerá el tratado de Juan Wesley “Grave discurso al pueblo de Inglaterra
respecto al estado de la nación”. A partir de este escribirá una enseñanza bíblica
donde haga una reflexión crítica del estado en el que se encuentra la sociedad y las
diferentes circunstancias sociales que hoy nos afectan. Esta enseñanza deberá com-
partirla con su iglesia o Casa de Paz. Luego, junto con su equipo, elabore un plan
práctico en que su iglesia o Casa de Paz pueda responder con obras de misericordia
a las realidades sociales de su comunidad.
5. Recursos
Lecturas Complementarias
• Wesley, Juan. “Grave discurso al pueblo de Inglaterra respecto al estado de la na-
ción”. En Obras de Juan Wesley. Henrico NC: Wesley Heritage,
Recursos cibergráficos
John Wesley: Escritor, teólogo, pastor y fundador del metodismo
https://www.youtube.com/watch?v=36az8KoxSZs
Susana Wesley: La historia de una MADRE ejemplar
https://www.youtube.com/watch?v=Mx1L4saPo88&t=26s
8 Sílabo
Criterios de evaluación: Proyecto Integrador- Teología Wesleyana
Lea el tratado de Juan Wesley “Grave discurso al pueblo de Inglaterra respecto al es-
tado de la nación”. A partir de este escriba una enseñanza bíblica donde haga una
reflexión crítica del estado en el cual se encuentra nuestra sociedad y las diferentes
circunstancias sociales que hoy nos afectan. Esta enseñanza deberá compartirla con su
iglesia o Casa de Paz. Luego, junto con su equipo, termine de elaborar el plan práctico
en que su iglesia o Casa de Paz pueda responder con obras de misericordia a las reali-
dades sociales de su comunidad.
Sílabo
Introducción y relevancia
1 de las enseñanzas de Juan
Wesley
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender la relevancia de la teolo-
gía wesleyana para nuestros días en Latinoamérica.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Descubrirá el mensaje wesleyano para nuestros días.
• Comprenderá el equilibrio que debe haber entre las aparen-
tes contradicciones de la Escritura.
• Valorará la sencillez en la transmisión de las verdades pro-
fundas de la Palabra de Dios.
• Evaluará lo que estamos cantando en nuestras iglesias.
Contenido
• ¿Por qué estudiar la vida de Juan Wesley?
• Aclaraciones teológicas de Juan Wesley
• Sencillez para transmitir la verdad
• El poder de la música
• Asuntos varios
• Conclusión
• Actividades de evaluación
10 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
¿POR QUÉ ESTUDIAR LA VIDA DE JUAN
WESLEY?
L a pregunta planteada arriba es de suma importancia para el correcto entendimiento
de este curso. Responderla nos proveerá el trasfondo y la relevancia de la vida y
enseñanzas de Juan Wesley. También, nos ayudará a entender cómo estas impactaron a
toda una nación y cómo pueden impactar a nuestro continente latinoamericano.
Juan Wesley fue un hombre interesado en la cultura latina. En
su viaje a Georgia admiró y estudió acerca de los españoles
quienes estuvieron involucrados en la vida de las colonias es-
pañolas en el Nuevo Mundo. El impacto de sus enseñanzas
sobre nuestros pueblos y nuestra cultura sin duda alguna ha
sido enorme, aunque paradójicamente desconocida por mu-
chos. La herencia wesleyana ha impactado gran cantidad
de denominaciones, como por ejemplo: Iglesia Metodista,
Iglesia Wesleyana, Ejército de Salvación, Iglesia Nazarena,
Iglesia Adventista, Asambleístas, Iglesia Metodista Pente-
costal, Pentecostales Independientes, La Iglesia de Dios, en-
tre otros. Esta realidad nos demuestra que la tradición wesle-
yana, aparte de la católica, es la rama con mayor presencia e influencia numérica en las
iglesias de Latinoamérica.
Una de las enseñanzas que Wesley dejó fue su manera práctica de explicar y vivir el
evangelio. El doctor David McKenna, en su libro Wesleyanos en el Siglo XXI, afirma:
Juan Wesley comunicó la visión redentora con una sencillez que la gente común pudo
comprender; personificó esa visión en cada fase de su vida y ministerio, creó una
organización que hizo realidad la visión; y se aseguró de que, en el logro de los resul-
tados redentores, tanto él como sus seguidores rindieran cuentas a Dios y los unos a
los otros (2000, pág. 17).
Wesley fue un pastor innovador, con un gran deseo de ministrar a las masas y con una
ferviente dedicación de proveer recursos y herramientas a los nuevos cristianos para
ayudarles en todos los aspectos de su vida. Wesley fue un teólogo práctico que enfo-
caba sus estudios y preparación ministerial en servir y entender las necesidades de las
personas que le rodeaban.
Dos factores, no menos importantes se deben es-
tudiar de la persona de Juan Wesley. El primero de
ellos es su pensamiento sistémico. Este le llevó a
diagnosticar la situación de su país desde distin-
tas variantes (social, moral, económica, espiritual)
y plasmarlo en dos pequeñas obras que tituló “Un
discurso serio al pueblo de Inglaterra sobre el esta-
do de la nación” y “Reflexiones sobre la presente
escasez de alimentos” (Meléndez, 2006, pág. 11).
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 11
Como segundo elemento a destacar se encuentra
su entendimiento y manera de relacionarse con el
otro. Su sermón 39: “El espíritu católico”, es una
muestra de esto. En este sermón, Wesley explica
que la diferencia de opiniones es el resultado in-
evitable de la debilidad y limitada comprensión
del ser humano acerca del amor de Dios. Al mismo tiempo señaló el rol preponderante
que juegan las relaciones interpersonales cuando el propósito principal es traer gloria
al nombre de Dios.
A pesar de ello, sería equivocado considerar que la sencillez con la que transmitía su
conocimiento y sus pensamientos era fruto de su ligereza. “Aunque poseía el conoci-
miento como para escribir una teología sistemática para eruditos, escogió comunicar
una teología práctica para el pueblo” (McKenna, 2000, pág. 14). En esta área Wesley
nos deja un gran desafío. En un mundo moderno, donde el pragmatismo y el “ya” son
imperiosos, debemos pedirle a Dios que nos ayude a comprimir verdades profundas;
especialmente en un mundo que no desea sermones moralistas y superficiales. Nuestro
continente latinoamericano necesita respuestas a sus necesidades, respuestas contex-
tualizadas. Como hijos del Señor y herederos de los principios wesleyanos debemos
estar a la altura del momento en que vivimos. Quizás no haya una revolución puntual
como la del siglo XVIII, pero esto no implica que no vivamos en un mundo revolucio-
nado, eso debería ser muy claro para nosotros.
Según McKenna, la forma en que Wesley logró evadir la complejidad sin caer en la
simplicidad fue mediante la reflexión profunda. Esto le hizo buscar la forma de expli-
car las contradicciones que comúnmente nos confunden. Él entendió que las grandes
verdades se presentan como paradojas. Una paradoja es un conjunto de hechos o fra-
14 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
ses que parecen oponerse entre sí pero que son igualmente verdaderos. Aunque para
muchos las paradojas pueden parecer un concepto abstracto o de difícil comprensión,
la Palabra usa algunas de ellas para enseñarnos (2000, pág. 14-16). Por ejemplo, nos
invita a ser líderes – siervos al mismo tiempo.
El problema con las paradojas es que fácilmente enfatizamos demasiado un lado o el
otro. Sin embargo, no fue así con Wesley. Frente ante las paradojas de la fe Wesley
respondió en tres formas:
1. Aceptó con agrado las paradojas al formar su teología. Por ejemplo, para distinguir
su posición arminiana de la calvinista enfrentó la paradoja de la soberanía divina
y la libertad humana.
2. Buscó la dirección del Espíritu Santo al tratar de resolver la paradoja de la verdad.
Ante las paradojas Wesley siguió la opción de tratar de entender la verdad superior
que sostiene las dos verdades juntas en delicado equilibrio. Por ejemplo, ante la
paradoja de la soberanía divina y la libertad humana, adoptó la verdad suprema de
la gracia previniente.
3. Guió a las masas con la verdad sencilla que resalta tras comprender lo complejo
de las paradojas. Wesley guió a sus seguidores con palabras de esperanza que aun
un niño podía entender.
EL PODER DE LA MÚSICA
Ellsworth Kalas, en su libro “Nuestro único canto”, menciona que
“a los metodistas se nos conoce como personas que cantamos” (Mc-
Kenna, 2000, pág. 21). Juan Wesley conocía muy bien el poder de la
música sobre el ser humano al mencionar en su obra “Espiritualidad
e himnos” que:
Por el poder de la música, quiero decir su poder de afectar a los
oyentes y levantar varias pasiones en la mente humana. De esto te-
nemos varios ejemplos sorprendentes en la historia antigua. Se nos
dice que los músicos de la antigua Grecia eran capaces de producir
cualquier pasión que les pareciera: inspirar amor u odio, gozo o dolor,
esperanza o temor, valor, furia o desesperación (Wesley, 1998, pág. 223).
En un mundo revolucionado y conmocionado es normal que todos los elementos que
se desarrollan en él se vean afectados, incluyendo la música. Así como la naturaleza
de la música ha cambiado, también ha cambiado su forma. Esto ha traído como conse-
cuencia la creación de nuevos estilos musicales (lo cual creemos que es enriquecedor
para la iglesia). Esto ha hecho que himnos y canciones que de una u otra manera nos
conectaban con las verdades bíblicas fueran reemplazados. Los grandes himnos que
apuntaban a nuestro gozo, esperanza, o temor y que a su vez dejaban una base bíblica
sólida han dado lugar a nuevas canciones. Estas en muchas ocasiones carecen de una
teología equilibrada; olvidan totalmente la gracia o el poder de la Palabra y se centra
solo en satisfacer las emociones del creyente (su oído, imaginación o un sentimiento
interno).
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 15
Como mencionamos anteriormente, Wesley sostenía una premisa como parte de sus
enseñanzas, si no pueden cantarlo, ¡no lo prediquen! Al estudiar los himnos wesleya-
nos, los cuales fueron en la mayoría compuestos por su hermano Carlos Wesley, vemos
como por medio de ellos resolvían el “problema” entre la gracia y verdad “con su san-
gre eficaz / al pecador limpio”.
En nuestros días existe una separación entre lo que cantamos y predicamos. Wesley
diría que ya sea en el canto o en la predicación, la gracia sin esta verdad es gracia ba-
rata. Al respecto McKenna menciona: “En una época de caos y paradoja, la Palabra de
verdad, acentuada por la nota de gracia, todavía resuena fuerte y clara por encima de
las masas alborotadas” (2000, pág. 22).
A propósito del poder de la música presentamos algunas preguntas para reflexionar:
• ¿Están las personas a nuestro alrededor entendiendo el equilibrio entre la gracia y
la verdad en el espíritu de nuestros cantos y en la fuerza de
nuestra predicación?
• ¿Están nuestras canciones incluyendo la canción de la gra-
cia de Dios en medio de la confesión del pecado humano y
costo de la cruz de Cristo?
• ¿Lo que cantamos contiene la centralidad del evangelio o ha
perdido el propósito primario para la cual fue creada?
Recuerde, ¡las canciones débiles son la primera el señal de que se está perdiendo la
verdad!
ASUNTOS VARIOS
Aunque existen muchos otros aspectos para resaltar de la vida y enseñanzas de Juan
Wesley en esta sección abarcaremos solo dos de ellos.
1. Su pensamiento sistémico. Aunque este concepto tiene su origen a mediados del
siglo XX, Juan Wesley lo usó de manera desconocida. Un ejemplo de ello fue la
manera en que abordó la problemática de su país:
Ante la polémica desatada por algunos interrogantes en cuanto a la aparente ruina
de la nación según algunas opiniones, Wesley afirmó que lo que verdaderamente
se necesitaba no era referirse a una parte de la historia, como se estaba haciendo,
ni interpretar los hechos parcialmente; lo que se necesitaba era razonar la totali-
dad de los hechos, verlos como un todo, para poder emitir una opinión sobre el
verdadero estado de la nación (Meléndez, 2006, pág. 16).
En la época de Juan Wesley la forma de estudio consistía en analizar las varian-
tes de manera individual. Contrario a ello, Juan Wesley se inclinó por realizar un
diagnóstico de la situación de su país desde diferentes esferas (social, política,
económica, espiritual) pero de manera integral. Como consecuencia pudo ofrecer
pronósticos y respuestas a las inquietudes de la Inglaterra del siglo XVIII, a la vez
que le ayudó a desarrollar un evangelio integral.
16 Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley
Sin duda este es otro de los retos que como wesleyanos tenemos. Es necesario que
en este mundo, donde las épocas pasan tan rápido, podamos ajustarnos a nuestras
realidades y pedirle a Dios que amplíe nuestra visión. Como futuros ministros or-
denados de la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica es necesario que actuemos
desde lo micro pensando en lo macro. Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre
ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda
Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hch 8:1). Es necesario que no
solo planifiquemos para la iglesia local, sino para la iglesia regional, nacional y
continental. Como Wesley, debemos conocer las necesidades del país y región de
manera profunda para que el evangelio sea coherente con nuestras realidades.
2. Por otra parte, la forma en que Wesley se relacionaba con el otro es digna de ad-
mirar. En su sermón 39, “El espíritu católico”, Juan Wesley nos muestra principios
clave para la armonía de la comunidad cristiana.
Pero, aunque una diferencia en cuanto a opiniones o modos de adoración puede
impedir una unión externa completa, ¿es necesario que impida nuestra unión en los
afectos? Aunque no podamos pensar igual, ¿no podemos acaso amarnos igualmen-
te? ¿No podemos ser de un mismo corazón, aunque no podamos ser de una misma
opinión? Sin ninguna duda, podemos. En esto, todos los hijos de Dios pueden
unirse, a pesar de estas diferencias menores. Estas pueden quedar tal como están,
y pueden estimularse los unos a los otros en el amor y las buenas obras (Wesley,
1998, págs. 2-3).
En la actualidad, un espíritu de superioridad y orgullo se han
sembrado en nuestras regiones. Esto ha traído como resul-
tado pleitos y divisiones en nuestras iglesias. Estos son tan
vigentes como en los tiempos del apóstol Pablo en 1 Corintios
3:3. Ante esta situación y según el sermón antes citado, ¿qué
podemos hacer? Amarnos aunque no pensemos igual. Ser de un
mismo corazón. Respetar al otro. Tener la humildad para reconocer que “nadie
puede estar seguro que todas sus opiniones, tomadas en conjunto, son verdaderas”
(Wesley, 1998, pág. 4).
CONCLUSIÓN
Como pudimos observar, Juan Wesley fue un hombre con una profunda compren-
sión del evangelio y de su sociedad. Su preocupación por poner en práctica la
Palabra queda demostrada al transmitir profundas verdades teológicas en frases
sencillas. Esto con el interés de que personas que no tuvieran estudios (la gran ma-
yoría de la sociedad) pudiese comprender lo que él explicaba. Además, su forma
de relacionar temas que parecían estar desligados y muchas veces controversiales
como la fe y la educación, o la evangelización y las obras sociales hacen de Juan
Wesley una persona interesante de estudiar.
Es de resaltar la forma en que abordó los asuntos musicales, insistiendo que toda
música cristiana debe contener en sus letras la gracia de Dios, la confesión o el
precio de nuestra salvación. Verdades que son dignas de ser recordadas. Por últi-
Introducción y Relevancia de las Enseñanzas de Juan Wesley 17
mo, Wesley demuestra su capacidad de pensamiento sistémico al dar respuesta a
las profundas transformaciones de su país por medio de un tratado que título “Un
discurso serio al pueblo de Inglaterra”. En este diagnosticó la delicada situación
que atravesaba Inglaterra como se mostrará en la siguiente sección.
Actividades de evaluación
Propósitos de la lección
Ayudar al estudiante a comprender cómo trabaja Dios por
medio de su gracia preveniente (anticipante) en la vida de
sus instrumentos.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá el contexto social de Juan Wesley.
• Entenderá el contexto familiar de Juan Wesley.
• Esbozará una biografía básica de la vida de Juan Wesley.
Contenido
• Introducción
• Inglaterra en el siglo XVIII: contexto histórico
• La familia Wesley: contexto familiar
• El rol fundamental de Susana Wesley
• Infancia y juventud de Juan Wesley
• La experiencia del corazón ardiente
• Conclusión
• Actividades de evaluación
20 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
INTRODUCCIÓN
A ntes de continuar profundizando en la vida de Juan Wesley es necesario conocer
su realidad en tiempo y espacio. Comprender los temas sociales, políticos, cultu-
rales y espirituales juegan un rol fundamental; esto debido a que muchos de esos temas
dieron forma y consistencia a su pensamiento y teología. Teología que repercute hasta
nuestros tiempos. Por esta razón, esta sección estará enfocada en conocer las realidades
de la Inglaterra del siglo XVIII. Realidades que tres siglos después
siguen iguales; demostrando con esto que el pecado no es un pro-
blema que se resuelve con el tiempo sino con el evangelio. Porque
es el evangelio de Jesús el que transforma individuos, comunida-
des y sociedades.
CONCLUSIÓN
La historia de Jaun Wesley nos permite ver cómo, en medio de un mundo cambiante y
convulsionado, Dios usó una familia para formar una persona que, lavado por la sangre
de Cristo y moldeado por el Espíritu Santo, sería su instrumento para traer sanidad a
toda una nación y desde allí al mundo entero.
Gráfico 2.1 Árbol genealógico dela familia Wesley
Nota: Samuel y Susana tuvieron diecinueve hijos de los cuales nueve murieron a muy
temprana edad.
30 Vida y Contexto Histórico de Juan Wesley
Actividades de Evaluación
3 Teología de Wesley 1
Propósito de la lección
Fundamentar al estudiante en su identidad wesleyana por
medio de la comprensión de la teología de Juan Wesley des-
de la perspectiva del proceso de salvación.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Entenderá la metodología teológica usada por Wesley.
• Comprenderá cómo Juan Wesley explicó el proceso de
salvación.
• Interiorizará y aplicará el concepto de salvación en su
vida personal.
Contenido
• Introducción
• Metodología teológica de Juan Wesley
• La imagen de Dios y la condición del ser humano
• Actividades de evaluación
32 Teología de Wesley 1
INTRODUCCIÓN
La compresión teológica de Juan Wesley es una hermosa herencia que tiene la Iglesia
Metodista Libre y que vale la pena ser redescubierta. Recuerde que nosotros podremos
ver más lejos si nos paramos sobre los hombros de nuestros antepasados.
En esta y la siguiente lección veremos cómo la teología wesleyana ofrece una estrecha
relación entre nuestro contexto económico y nuestra realidad social; entre la fe y la
práctica; entre la realidad de la salvación y la iglesia. Wesley utilizó, entre otros, estos
argumentos para fusionar la dicotomía (separación) que existía entre estos temas.
La teología que Wesley desarrolló le atribuye gran importancia a la obra del Espíritu
Santo en nuestra forma de pensar, así como nuestros sentimientos y acciones. Cataloga-
do como el “teólogo del pueblo”, Juan Wesley desarrolló una teología que incluía tanto
a ricos como a pobres. A estos les enseñaba a disfrutar del regalo de la salvación aquí y
ahora, y no como una realidad futura y muchas veces incierta.
Wesley fue ante todo un teólogo práctico. Su propósito teológico era el de dirigir a las
personas al camino de la salvación. Por tal motivo, desarrollaremos esta parte siguien-
do un orden que explica lo que sucede antes, durante y al final de la salvación. Sin em-
bargo, comenzaremos por describir el marco teológico, las fuentes que usaba Wesley
para su comprensión acerca de Dios y su plan.
Antes de avanzar, es necesario hacer un paréntesis para explicar la importancia de tener
una teología sólida. La figura 3.1 ilustra lo que mencionaremos al respecto.
Figura 3.1 Importancia de la teología
Teología de Wesley 1 33
La teología es el estudio de Dios mismo. Y Dios se ha revelado de una forma completa
en la persona de Cristo Jesús, quien es Dios con nosotros. Por tanto, podemos concluir
que una sana teología está basada en entender la persona de Cristo; esto lo conocemos
como Cristología.
El tener una teología sana nos lleva a te-
ner una sana eclesiología. A su vez que
una sana eclesiología conlleva a hacer y
multiplicar discípulos; es decir, conlleva a
un sana misiología. Misiología tiene que
ver con la proyección de la iglesia en el
mundo. Por tal razón, en la Plantación de
Iglesias Comunitarias hablamos de multi-
plicación de discípulos, líderes e iglesias.
Actividades de evaluación
Propósito de la lección
Fundamentar al estudiante en su identidad wesleyana por
medio de la comprensión de la teología de Juan Wesley des-
de la perspectiva del proceso de salvación.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Entenderá la metodología teológica usada por Wesley.
• Comprenderá como Juan Wesley explicó el proceso de
salvación.
• Interiorizará y aplicará el concepto de salvación en su
vida personal.
Contenido
• La gracia preveniente o anticipante
• La gracia convincente
• La gracia justificadora y la fe del pecador
• La regeneración
• La perfección cristiana: la santidad personal y social
• Una reflexión final, ¿qué es la salvación?
• Actividades de evaluación
44 Teología de Wesley 2
LA GRACIA PREVENIENTE O ANTICIPANTE
E l concepto de gracia preveniente o gracia anticipante es vital en la teología Wesle-
yana. Esto debido a que explica diferentes aspectos que ocurren antes de la salva-
ción. Ambas expresiones, gracia preveniente y gracia anticipante, son sinónimas y son
utilizados para describir uno de los aspectos de la gracia de Dios.
Lo que Wesley quiere dar entender por medio de la gracia anticipante es la obra que
Dios realiza en la vida de cada persona hasta antes del momento de la salvación. Con
esto, Dios persuade a las personas a que lo amen; al mismo tiempo muestra su amor
incondicional a la humanidad aun cuando no lo reconoce.
El objetivo fundamental de la gracia anticipante es que las personas respondan y acu-
dan de manera positiva al llamado de Dios; y de esta manera reciban los
derechos y deberes que tienen los hijos de Dios. Como se mencionó en
la sección anterior, el pecado original deja al ser humano en una con-
dición de total depravación. Es en ese momento que Dios muestra su
infinita misericordia y amor hacia la humanidad; Él extiende su gracia
aun a aquellas personas que no lo aceptan.
El entender esto nos muestra la importancia de la gracia anticipante, ya que es sola-
mente por la intervención de Dios que podemos responder a su llamado. Si no fuera
por la gracia anticipante, ni siquiera tendríamos la oportunidad de entender y recibir el
llamado de Dios. Es la gracia anticipante la que nos sostiene, la que nos ayuda a buscar
a Dios cuando no sabemos comunicarnos con Él y cuando no le hemos conocido aún.
La gracia anticipante es la que hasta cierto punto restaura en los seres humanos la ima-
gen de Dios perdida después del pecado de a Adán y Eva.
Por tal razón, la gracia anticipante es un mensaje que trae ánimo de forma individual y
colectiva; que busca traer como resultado un equilibrio entre la creación y la sociedad.
Debido a que todo ser humano ha recibido esta gracia, la comunidad de alguna manera
u otra refleja la imagen de Dios.
Con el desarrollo de este punto teológico, Wesley busca brindar esperanza, aunque al
mismo tiempo nos muestra el sentido de responsabilidad que tenemos ante tan gran
llamado. Ya que, con la presencia de la gracia anticipante tenemos la capacidad de
distinguir y decidir. Por lo tanto todas nuestras decisiones y acciones, en sí mismas,
suponen valor moral y responsabilidad delante de Dios.
Debido a que la persona puede decidir, Wesley también se refirió a la gracia anticipante
como “conciencia natural”. Aunque siempre sostuvo que la salvación es controlada por
Dios, que es el autor y consumador de la misma (salvación). A través de la obra salva-
dora de Cristo también reconocía que la única y decisiva participación del ser humano
en el proceso de salvación constaba en decir sí o no a la invitación de Dios. Pero esta
capacidad de decidir también proviene de Dios a través de la gracia anticipante. Como
parte práctica de esta teología, Wesley invita a extender el amor y la misericordia de
Dios de la misma manera que Él nos las otorgó a nosotros.
Teología de Wesley 2 45
LA GRACIA CONVINCENTE
Antes de definir lo que es la gracia convincente es necesario resaltar que ni la gracia an-
ticipante ni la que estudiaremos ahora ocurren de maneras automáticas o instantáneas.
De hecho, no todas las personas llegan a esta etapa.
Luego de que el ser humano ha experimentado la gracia anticipante, el proceso de
salvación continúa con la gracia convincente. La gracia convincente, que Wesley de-
nomina arrepentimiento, es aquella que nos lleva a reconocer y aceptar la condición de
nuestro estado natural. Esto ocurre estando todavía bajo la gracia anticipante. Wesley
en su sermón (17) nos habla de esta gracia indicándonos:
Que no podemos ayudarnos a nosotros mismos; que, sin el Espíritu de Dios, no
podemos hacer nada, sino añadir pecado al pecado. Que solamente él produce el
querer como el hacer, por su propia voluntad, siendo imposible para nosotros pensar
siquiera un pensamiento bueno sin la ayuda sobrenatural de su Espíritu, o crear o
renovar nosotros mismos nuestras almas en justicia y en verdadera santidad (Obras
de Wesley, Tomo I, 1996, pág. 344).
Por tal motivo, el primer paso del arrepentimiento, y la primera obra de la gracia con-
vincente, es tomar conciencia de nuestra naturaleza pecaminosa y reconocer que, a me-
nos que Dios intervenga, es imposible cambiar nuestra condición de muerte espiritual.
Para Wesley, cada persona vive tres etapas que son: la natural, la legal y la de la gracia.
En la etapa natural el ser humano se encuentra bajo la potestad del pecado original y
es recipiente de la gracia anticipante. En la segunda etapa o condición el ser humano
debe hacerse responsable por sus actos en el sentido legal, lo que lo hace culpable. Por
último, en la tercera etapa (gracia), Dios nos brinda salvación por medio de su hijo. A
continuación, el gráfico 4.1 explica esto con más detalle.
Gráfico 4.1 La obra de la gracia en tres etapas
46 Teología de Wesley 2
Cuando la gracia convincente nos lleva al arrepentimiento existe la posibilidad de ser
llevado a un nuevo estilo de vida. En este nuevo estilo las personas, sus convicciones,
compromisos, valores, objetivos y forma de actuar son transformados completamente
al experimentar el perdón de Dios.
Para Wesley, la prueba de un arrepentimiento genuino no se basa en cómo las personas
puedan describir conceptos teológicos o que hayan experimentado una vivencia dra-
mática; más bien, el resultado del arrepentimiento apunta a una vida transformada que
tiene el deseo sincero de crecer en la vida cristiana.
Las obras de piedad y las obras de misericordia conforman lo que Wesley llama los
medios de gracia. Ambos tipos van de la mano y ayudan a crecer a la persona en la
estatura y en el carácter de Cristo; a la vez, nos permiten ser sus manos acá en la tierra.
• La restauración de la imagen de Dios. Antes de la caída, toda la creación vivía en
un estado de perfección, de armonía y paz. La realidad actual es otra. En particular
porque nuestros cuerpos, antes de la caída, no estaban corrompidos y ahora sí. Aun-
que es imposible para los creyentes alcanzar una restauración total de la imagen de
Dios, es posible buscarla de manera gradual mediante la relación con Dios y nuestro
prójimo. Siempre existirán áreas de crecimiento; por tal razón, mientras el creyente
tenga vida, podrá seguir creciendo y reflejando la imagen de Dios.
52 Teología de Wesley 2
Implicaciones sociales
La perfección cristiana a la cual Wesley hace referencia tiene más de una variante, y
es quizás este elemento el que distingue al pueblo wesleyano de los demás. A razón de
esto Wesley afirma:
La doctrina fundamental del pueblo llamado metodista
es, quienquiera que sea salvo, antes que cualquier cosa,
es necesario que la persona tenga fe. Fe verdadera. La fe
que obra por amor, la cual, por medio del amor de Dios y
el amor al prójimo produce un cambio en el interior, tanto
como en el exterior (Wesley, citado por Magallanes, pág. 196).
Para Wesley la doctrina de la perfección cristiana constituía la esencia del movimiento
metodista porque consideraba el aspecto interior tanto como el exterior; es decir, los
elementos sociales y personales del evangelio. Es así que Wesley une aspectos que
tradicionalmente se encontraban separados. Así que el aspecto personal de la perfec-
ción cristiana es solo una parte y no la totalidad de ella. La perfección cristiana no solo
consiste en expresiones de paz personal y transformación individual interior; también
consiste en la paz social y la transformación de la sociedad y sus estructuras.
Para Wesley los aspectos sociales de la perfección cristiana son inseparables e igual-
mente importantes que los personales, al respecto añade:
No hay en esto [religión en soledad]. “Santos solitarios” es una frase que tiene tanta
consistencia con el evangelio como decir “santos adúlteros”. El evangelio de Cristo
nos da a conocer una religión social, y ninguna otra; no otra santidad, sino la san-
tidad social. “La fe obrando por amor” que es la longitud, anchura, profundidad y
estatura de la perfección cristiana.
Se debe admitir, que así como el amor de Dios naturalmente dirige a las obras de
misericordia, de la misma manera nos lleva a alimentar al hambriento, vestir al
desnudo, visitar al enfermo y al encarcelado, ser ojos para los ciegos, pies para los
cojos, esposo para la viuda y padre para el huérfano (Obras de Wesley, Tomo IX,
1998, pág. 7).
De esta manera Juan Wesley demuestra que la fe no puede ser entendida desde el ais-
lamiento, sino en comunidad. Este pensamiento lo demostró en cada uno de sus viajes
por el Reino Unido en los cuales se daba a la tarea de identificar y dar respuesta a los
males que afrontaba su nación.
Juan Wesley fue un activista de las reformas sociales con la cual buscaba combatir la
esclavitud, los problemas de educación y la escasez de alimentos. Sin duda Alguna, las
obras de misericordia deben ser parte activa en la vida del creyente para que por medio
de ellas pueda llevar gloria a Dios.
Teología de Wesley 2 53
UNA REFLEXIÓN FINAL: ¿QUÉ ES LA
SALVACIÓN?
Por mucho tiempo el propósito de anunciar las buenas nuevas ha sido el de llevar es-
peranza, y muchas veces, como se mencionó anteriormente, una esperanza futura. Sin
embargo, Wesley vino a romper con esa teología que fue sembraba en la Inglaterra del
siglo XVIII y que aún es una realidad en nuestra región. Para esto, Wesley aclara que
aunque nuestro futuro es glorioso es posible poder empezar desde ahora a disfrutar de
los privilegios que tenemos como hijos de Dios. Él mismo hace referencia a esto en el
sermón 43 “El camino de la salvación según las Escrituras”:
La salvación de la cual aquí se habla no es lo que frecuentemente se entiende por
esta palabra: ir al cielo, la felicidad eterna. No es que el alma vaya al paraíso, de-
nominado seno de Abraham por nuestro Señor. No se trata de una bendición que se
halla del otro lado de la muerte o, como decimos comúnmente, en el otro mundo.
Las mismas palabras del texto lo expresan de manera incuestionable: sois salvos.
No se trata de algo a distancia: es algo presente, una bendición de la cual, mediante
la misericordia gratuita de Dios, estás en posesión ahora (Obras de Wesley, Tomo
III, 1996, pág. 70).
Basta con estudiar la vida de Wesley para conocer lo que creía acerca de la salvación.
Su conversión definitiva en Aldersgate le llevó a comprender muy de cerca las grandes
doctrinas de la justificación por la fe de la Reforma. Por tanto, para Wesley el objetivo
de la salvación es la santificación en la tierra; no es ir al cielo, ni es la entrada al paraíso
que se alcanza al otro lado de la tumba; es algo mucho más práctico para el aquí y el
ahora.
Wesley fue un defensor de la teología arminiana debido a que él mismo la experimentó.
El gráfico 4.3 muestra por qué se inclina hacia esa teología y no a la de Juan Calvino.
Gráfico 4.3 Diferencias entre la postura arminiana y calvinista
54 Teología de Wesley 2
La doctrina de la gracia anticipante fue una doctrina que Wesley sostuvo. Esta doctrina
de entrada va en contra de la elección parcial que los calvinistas sostienen que Dios
hace con los seres humanos.
Por último, es necesario resaltar que Wesley no realizó una teología especulativa. Real-
mente Wesley vivió su teología. Su teología no fue solo el resultado de lecturas de
libros y estudios de la Biblia; fue, sobretodo, la aplicación práctica y no abstracta de
estos estudios a su propia vida lo que marcó la diferencia.
CONCLUSIÓN
Wesley desarrolló su pensamiento teológico basado en la Palabra de Dios, su experien-
cia personal de fe, la tradición de la iglesia y su razonamiento sistémico. A través de un
proceso explica lo que ocurre en el ser humano. La figura 4.1 muestra la forma en que
Wesley describe la salvación como un proceso en la vida de la persona.
Figura 4.1 Proceso de salvación según Wesley
Los puntos que Wesley destaca en toda su teología están relacionados con la soberanía
de Dios, la gracia de Dios expresadas en diferentes formas y etapas (para todo el género
humano) y el rol participativo del ser humano. El aporte principal de Martin Lutero a
la tradición protestante nos llevó hasta la justificación por fe. Wesley va un paso más
allá y nos introduce a la segunda parte del evangelio que explica cuál es el propósito de
la salvación que es más allá de ir al cielo. Esto tiene implicaciones presentes y no so-
lamente individuales sino comunitarias, amar a Dios y el prójimo, por medios de obras
de piedad y obras de misericordia.
Por razones de tiempo le hemos ofrecido los puntos más resaltantes del pensamiento
teológico de Juan Wesley. Les animamos a profundizar más en la vida y teología de
Wesley leyendo el libro “Introducción a la Vida y Teología de Juan Wesley” del doctor
Hugo Magallanes y los tomos de las obras de Wesley que se encuentran en el siguiente
enlace: https://www.whdl.org/las-obras-de-wesley?language=es
Teología de Wesley 2 55
Actividades de evaluación
• Teniendo en cuenta el ejemplo de Wesley, ¿considera
usted que su vida refleja lo que cree? Analice su vida e
identifique aquellas áreas donde su conocimiento es mu-
cho, pero su práctica es escasa. Ore y pídale sabiduría y
dominio propio a Dios para actuar de manera coherente
reflejando con sus actos sus creencias.
• Regrese a la página 54 y recuerde el proceso de salva-
ción propuesto por Wesley. Teniendo en cuenta cada uno
de los puntos, identifique su vida allí. ¿Cuál era su condi-
ción antes de Cristo? Aquí puede identificar aquellos pe-
cados que gobernaban su vida mayormente. ¿Cómo vio
actuar la gracia anticipante del Señor? Piense en aquellas
cosas en las que pudo sentir que Dios le llamaba. ¿Cuál
fue el momento específico donde pude entender que Dios
tocaba su corazón? Recuerde desde cuándo su corazón
su convencido del pecado que moraba en usted y la ne-
cesidad de un salvador. ¿Qué produce en usted el saber
que ha sido justificado? Piense en lo que representa esta
verdad en su vida. Finalmente, ¿Cómo ha sido el proceso
de santificación a través de los años que lleva en el evan-
gelio? Analice su vida y realice un contraste entre cómo
era antes de Cristo y cómo su vida ha sido transformada
por el Espíritu Santo. Identifique aquellas cosas (medios
de gracia) que le ayudan en su crecimiento en el proceso
de la santificación.
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a pensar e implementar una estructu-
ra organizacional sana que ayude al cuidado, desarrollo y
crecimiento integral de la iglesia.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Conocerá y entenderá la estructura organizacional
diseñada por Juan Wesley.
• Apreciará la organización del metodismo primitivo como
un medio de gracia para el cuidado integral de la persona
y la rendición de cuentas.
• Entenderá que las estructuras sanas conllevan a modelos
que multiplican discípulos, líderes, grupos e iglesias.
Contenido
• Introducción
• La reunión de clase
• El sistema de bandas
• Pastores y líderes
• Conclusión
• Actividades de evaluación
58 Estructura Organizacional del Metodismo
INTRODUCCIÓN
L os elementos presentados en esta lección son casi una transcripción literal del capí-
tulo cinco del libro “El Wesley Radical” escrito por Howard Snyder; hemos obvia-
do aquellas partes del capítulo en las que presenta ejemplos o comentarios aplicables
al mundo anglosajón pero no a nuestro contexto latinoamericano. Debido a lo anterior,
y para no hacer tediosa la lectura, solo citamos lo que hemos añadido de otras fuentes.
Juan Wesley se dio cuenta de que el vino nuevo se tiene que poner en odres nuevos.
Así que la historia de la vida y ministerio de Wesley es la historia de crear y adaptar
estructuras para servir al pujante movimiento de renovación.
El sistema que emergió desmintió el argumento de que no se puede edificar una iglesia
con base en personas pobres y sin educación. Wesley no solo alcanzó las masas; sino
que hizo líderes a miles de ellos. Justamente, esta multiplicación de líderes, es uno de
los pilares de Plantación de Iglesias Comunitarias (multiplicación de discípulos, líderes
e iglesias).
Al término de unos pocos años, después de 1738, el sistema metodista de Sociedades,
Clases y Bandas, predicadores itinerantes, casas de predicación sencillas y fiestas de
amor trimestrales, había sido instaurado y estaba funcionando bien bajo el ojo atento
de Wesley. La estructura Metodista tiene necesidad de un escrutinio detallado, porque,
aun determinado nivel constituye el genio de todo el movimiento.
Los patrones emergentes formaban parte de un sistema de disciplina en comunidad. E.
Douglas Bebb en su estudio sobre las preocupaciones sociales de Wesley, menciona:
“La disciplina de la iglesia Metodista en el siglo XVIII no tiene paralelo en la historia
eclesiástica moderna de Inglaterra”. Sería “considerada como intolerable por la mayo-
ría de los miembros de cualquier comunión cristiana este país hoy”. La severidad de
esta disciplina y su inmersión en una estrecha comunión serán evidentes al darse una
mirada más cuidadosa a todo el sistema.
Esta disciplina produjo un cuerpo fervoroso de adherente rápidamente creciente. Des-
pués de treinta años, en 1768, el metodismo tenía 40 sectores con un total de 27.341
personas. Diez años más tarde, los números habían aumentado a 60 sectores y 40.089
miembros; en otra década más, tenían 99 sectores y 66.375 miembros. Para 1798, siete
años después de la muerte de Wesley, los totales habían dado el salto a 149 sectores
con 101.712 miembros. Hacia finales del siglo, uno de cada treinta ingleses adultos era
metodista.
LA REUNION DE CLASE
Las Sociedades Metodistas fueron pronto divididas en Clases y Bandas. Quizás sería
más exacto decir que las sociedades eran la suma total de los miembros de las Clases
y las Bandas, ya que el punto principal de pertenencia era este nivel de comunidad y
membresía más íntimo en una Clase, como requisito antes de que una persona se pudie-
ra unir a la Sociedad. Estas fueron creadas con el propósito de facilitar la comunidad e
intimidad entre sus miembros.
Estructura Organizacional del Metodismo 59
La reunión de Clase era la piedra angular de todo el edificio. Las Clases eran, en efecto,
iglesias en casa (no clases de instrucción como el término podría sugerir), que se reu-
nían en varias comunidades donde vivían las personas. Los líderes de Clase (hombres
y mujeres) eran pastores y discipuladores.
Las tareas del líder de Clase, como fueron dadas por Wesley, eran dos:
1. Ver a cada persona de su Clase por lo menos una vez por semana, con el fin de ave-
riguar cómo prosperaba su alma, aconsejar, reprobar, consolar y exhortar, según lo
requiera la ocasión; recibir lo que están dispues-
tos a contribuir para la ayuda a los pobres.
2. Reunirse con el ministro y los mayordomos de
la Sociedad con el fin de informar al ministro
sobre los que estén enfermos, y de alguno que
no se comporta como es debido y no acepta ad-
vertencia; entregar a los mayordomos lo que han
recibido de las distintas Clases en la semana pre-
cedente.
En su sermón “La Viña del Señor”, Wesley más tarde dio la siguiente descripción de
cómo la reunión de Clase llegó a funcionar como la parte clave del sistema Metodista:
Cualquier persona decidida a salvar su alma puede unirse (esta la única condición
requerida) a ellos [los Metodistas]. Pero su deseo debe quedar demostrado por medio
de tres señales: evitar todo pecado conocido; hacer todo el bien que esté a su alcance;
y cumplir con todos los mandamientos de Dios. Entonces esta persona es integrada a
una Clase adecuada para ella, donde se reunirá aproximadamente una hora por sema-
na. Después de tres meses, si no hay nada objetable en su conducta se le admite como
miembro de la Sociedad. A partir de allí podrá continuar con la condición de que se
reúna con sus hermanos y viva de acuerdo con la fe que profesa.
Las Clases se reunían normalmente una noche por semana durante aproximadamente
una hora. Cada persona informaba sobre su progreso espiritual o sobre necesidades o
problemas particulares y recibían el apoyo y las oraciones de los demás. “Se brindada
consejo o reprensión según fuera necesario; se arreglaban las contiendas y se aclaraban
los malos entendidos. Y luego de una o dos horas de esta labor de amor se concluía con
oración y acción de gracias”.
La reunión de Clase también se convirtió en el eje central del sistema financiero Meto-
dista. “Un penique por semana y un chelín por trimestre” se convirtió en la regla. Las
considerables sumas recaudadas de esta manera que eran administradas por los Ma-
yordomos, eran usadas para los pobres y, más tarde, proveyeron para el sostenimiento
principal de los predicadores itinerantes Metodistas.
Wesley abogó por la reunión de Clase en términos pragmáticos y bíblicos. Dijo: “hay
algo que no se explica fácilmente en la comunión del Espíritu, que nosotros disfruta-
mos en una sociedad de cristianos vivificados.”. No afirmó que la reunión de Clase
estaba prescrita en la Escritura, pero vio que era un medio prudente de gracia consis-
tente con la Escritura. Wesley hubiese estado de acuerdo con Henry Fish, que más tarde
escribiría uno de los primeros manuales para los líderes de Clase. Fish señaló que las
60 Estructura Organizacional del Metodismo
Escrituras, aun hoy, en el siglo XXI, con frecuencia tocan áreas enfermas en el cuerpo
de Cristo:
Es tan claro como el día que esa clase de comunión [la que se ex-
perimenta en las reuniones de Clase] tiene la garantía expresa de
la Santa Escritura; y que algo más que la comunión de la iglesia
en el sacramento de la Cena del Señor, era disfrutado por los cris-
tianos primitivos. Tenían “comunión fraternal”, así como también
“el partimiento del pan”. ¿Cómo, por ejemplo, podían exhortarse
los unos a los otros diariamente? ¿Cómo se consolaban y edifica-
ban los unos a los otros? ¿Cómo podrían provocarse unos a otros
al amor a las buenas obras? ¿Cómo podían confesarse sus faltas unos a otros y orar
los unos por los otros? ¿Cómo se enseñaban y amonestaban los unos a los otros, con
salmos, himnos y cánticos espirituales? ¿Cómo se llevaban las cargas los unos de
los otros? ¿Cómo lloraban con los que lloran y se gozaban con los que se gozan, si
nunca se reunían con el propósito de conversar sobre la religión experimental y la
condición del alma de cada uno? A pesar de cualquier cosa contraria que la gente
quiera decir, esas iglesias, en las que sus miembros no cumplen, o en las que no
tengan la oportunidad de cumplir con los anteriores preceptos que están ordenados
en el Nuevo Testamento, no se fundamentan en el modelo de las iglesias apostólicas
(Howard, 2016, págs, 66-67).
Las reuniones de Clase hicieron que las incisivas exhortaciones bíblicas fueran reales
en las vidas del pueblo Metodista. La Reunión de Clase se convirtió en el principal
medio de gracia para miles de Metodistas. Cumplió con una función evangelística y
discipuladora. Wesley “sabiamente discernió que los inicios de la fe en el corazón de
un hombre podían ser incubados, para convertirse en fe salvadora, más efectivamente,
en la cálida atmósfera cristiana de la Sociedad que en el frío del mundo”. Según un
autor era, de hecho, en la reunión de Clase “donde ocurrían la gran mayoría de conver-
siones”. El sistema de reuniones de Clase unió fuertemente al pueblo Metodista que se
encontraba muy disperso y se convirtió en el sostén de la renovación Metodista por mu-
chas décadas. El movimiento era, de hecho, toda una serie de avivamientos esporádicos
y a menudo localizados geográficamente, que estaban interconectados y esparcidos por
la red de Sociedades y Clases, más que una ola continua de avivamiento que pasaba por
todo el país. Sin la reunión de Clase, los dispersos fuegos de avivamiento se hubieran
extinguido mucho antes de que el movimiento pudiera ser un impacto profundo en la
nación.
Es fácil ver cómo la disciplina efectiva se pudo ejercer en tales grupos pequeños donde
cada persona era conocida íntimamente por el líder de la clase. Como parte del sistema,
Wesley emitió tarjetas o boletos para cada miembro de la Clase. La tarjeta llevaba el
nombre de la persona, la fecha y la firma de Wesley o de uno de sus predicadores. Era la
prueba de membresía y le daba admisión a la persona a la fiesta de amor trimestral. De
esta manera, era principalmente la membresía a la Clase lo que constituía la membresía
a la Sociedad, no viceversa. A los miembros que no eran fieles no se les renovaban los
boletos para el siguiente trimestre y eran, de esta forma,
excluidos de la fiesta del amor. Wesley entendió estos
boletos como equivalentes a cartas de recomendación en
el sentido cristiano primitivo.
Estructura Organizacional del Metodismo 61
Wesley no permitió que la disciplina se tornara permisiva. En sus visitas periódicas a
diferentes lugares, “examinaba”, “regulaba” o “purgaba” las Clases y las Sociedades
según fuera necesario. Wesley (o más tarde sus asistentes) explicaban cuidadosamente
las reglas y excluían a quienes no buscaban cumplirlas. Los miembros excluidos no
recibían entonces boletos de membresía trimestrales. Muchos de estos miembros ex-
cluidos eran posteriormente readmitidos si enmendaban sus caminos.
Algunos ejemplos muestran el alcance de la disciplina y la naturaleza de las ofensas.
En 1748 Wesley redujo la Sociedad de Bristol de 900 a 730 personas, mientras que
en otras ocasiones determinó que no se necesitaba hacer expulsiones. En las ciudades
portuarias, con frecuencia tuvo que expulsar algunos por contrabando y, con el tiempo,
se dio cuenta de que esta disciplina rendía fruto en la reducción del
contrabando en el área. De una Sociedad, Wesley expulsó a sesen-
ta y cuatro personas, dos por maldecir, dos por quebrantar el día
del Señor, diecisiete por borrachera, dos por vender licor, tres por
peleas, uno por pegarle a la esposa, tres por mentir habitualmente,
cuatro por hablar mal del prójimo, uno por pereza y haraganería, y
veintinueve por “frivolidad y negligencia”. Bebb menciona: “Po-
cos eran expulsados por faltas estrictamente religiosas y ninguno
por diferencias doctrinales; mientras que, muy significativamente, la gran mayoría eran
expulsados por no tomar su fe lo suficientemente en serio, que para la perspectiva
wesleyana, incluía tener una conducta correcta con el prójimo”. En el ejercicio de la
disciplina, dijo Wesley, “la pregunta no se refiere al corazón, sino a la vida. El tenor
general de esta… no se puede esconder, sin algún milagro”. Por lo tanto, la disciplina
era tanto posible como necesaria.
El papel pastoral de los líderes de Clase con sus pequeños rebaños de más o menos una
docena, era sumamente importante. Wesley nombró predicadores laicos que constan-
temente se movían de un lugar a otro y, en la mayoría de los casos, el clero anglicano
no se hizo responsable del cuidado pastoral de los Metodistas. El rápido crecimiento
del Metodismo nunca pudo haber ocurrido sin los predicadores itinerantes. Pero, el
historiador Metodista, Abel Stevens, menciona que estos predicadores “nunca hubieran
podido asegurar la disciplina moral, o incluso la permanencia de sus sociedades, sin el
cuidado pastoral del líder de Clase, en la ausencia del pasto quien difícilmente estaba
un día a la vez en un lugar”.
Sin embargo, los líderes de Clase no eran simplemente una disposición improvisada
para que las Sociedades Metodistas pudieran subsistir sin pastores de tiempo completo.
Más bien, los líderes de Clase eran, en un sentido fundamental, pastores ellos mismos.
Este era el sistema normal basado en parte en la convicción de Wesley de que la super-
visión espiritual tenía que ser íntima y personal, y que el liderazgo plural era la norma
en una congregación. Nunca se pudo convencer de que “la voluntad del Señor fuera
que cualquier congregación debería de tener solamente un maestro”. “Este predicador
tiene un talento, aquel tiene otro”, dijo Wesley. “Nadie que haya conocido alguna vez
tiene todos los talentos que son necesarios para comenzar, continuar y perfeccionar la
obra de gracia en toda una congregación”. Esta es parte de la razón por la que los pre-
dicadores Metodistas viajaban de sector en sector. De lo que carecía un predicador, el
siguiente lo podía suplir.
62 Estructura Organizacional del Metodismo
EL SISTEMA DE BANDAS
Las clases eran reforzadas por las Bandas, las cuales, al igual que aquellas de Herr-
nhunt, eran más pequeñas y generalmente se dividían por edad, sexo y estado civil.
Entre los moravos las Bandas eran una tradición antigua, remontándose hasta tiempos
muy anteriores a la época de Zinzedorf (1700). Wesley siguió el sistema moravo pero
con algunas modificaciones. En particular, descartó el patrón moravo del “supervisor”
de Banda cuyo trabajo era reportar y exhortar a aquellas personas en necesidad de ayu-
da espiritual o que parecía estar en el error. Wesley sintió que esto minaba la responsa-
bilidad mutua de cada miembro para con los demás en la Banda.
Se esperaba que los miembros en las Bandas se abstuvieran de hacer el mal, que fueran
celosos en las buenas obras, incluyendo el dar a los pobres, y que usaran todos los me-
dios de gracia. Wesley redactó la siguiente declaración de reglas:
El propósito de reunirnos es obedecer el mandato de Dios: “Confiésense unos a otros
sus pecados, y oren unos por otros para que sean sanados”.
Con esta finalidad nos proponemos:
1. Reunirnos por lo menos una vez por semana.
2. Asistir puntualmente a la hora designada, salvo una razón extraordinaria.
3. Comenzar (los que estamos presentes) exactamente a la hora, cantando u orando.
4. Hablar cada uno en orden, libre y claramente, acerca del verdadero estado de nues-
tras almas, de las faltas que hemos cometido de pensamiento, palabra u obra, y de
las tentaciones que hemos experimentado desde nuestra última reunión.
5. Terminar cada reunión con una oración de acuerdo a las ne-
cesidades de cada persona presente.
6. Solicitar a alguno de entre nosotros que hable de su pro-
pia situación espiritual y luego pedir a los demás que, de
manera ordenada, planteen en profundidad cuantas pre-
guntas tengan concernientes a su estado, a sus pecados
y a sus tentaciones.
Las preguntas que se tenían que hacer cada semana eran:
1. ¿Qué pecados conocidos haz cometido desde
nuestra última reunión?
2. ¿Con qué tentaciones te haz enfrentado?
3. ¿Cómo fuiste liberado?
4. ¿Haz pensado, dicho o hecho cosa alguna que haya provocado en ti la duda de
haber pecado?
Las Bandas provocaron cierta sospecha y la acusación de ser “papistas”, debido a la
práctica de la confesión. Pero demostraron ser medios útiles de crecimiento espiritual.
A diferencia de las Clases, las Bandas no eran principalmente disciplinarias, sino que
eran una ayuda para el progreso espiritual de aquellos que claramente se habían con-
vertido. Normalmente, el tamaño promedio era de entre cinco y diez personas.
Estructura Organizacional del Metodismo 63
Las Bandas, a diferencia de las Clases, estaban res-
tringidas a las personas que tenían la seguridad de
la remisión de sus pecados. Los predicadores itine-
rantes o asistentes de Wesley tenían que “examinar
de cerca” a cada miembro de la Banda y “expulsar
dos de cada tres no creyentes, si en el mejor de su
juicio encontraran tantos”. Los boletos de la Banda
se emitían trimestralmente para todos los miembros de las Bandas. Estos diferían de los
boletos de las Clases o las Sociedades en varias formas, a veces por la palabra impresa
BANDA, o por la letra b en la cara del boleto. Estos boletos funcionaban muy pareci-
dos a los boletos de las Clases y permitían a sus portadores ser admitidos a las fiestas
de amor, los servicios de pacto y las reuniones de Sociedad.
Comprensiblemente, con esta clase de rigor organizaban menos Bandas que Clases.
Juzgando por el número de boletos de Bandas y Clases que se imprimían, parece que
el veinte por ciento del pueblo Metodista se reunía en Bandas, en tanto que la totalidad
eran miembros de Clases. Ya que las bandas tenían un promedio de alrededor de seis
miembros y las Clases de cerca de doce, esto significa que habían probablemente cerca
de dos o tres Clases por cada Banda.
Wesley proveyó un grupo celular aún más íntimo, la Sociedad Selecta, para aquellos
que parecían estar haciendo un marcado progreso hacia la santidad interna y externa
(obras de piedad y de misericordia), y también instituyó grupos separados para los
penitentes. Todas estas estructuras grupales estaban funcionando para 1744. Por con-
siguiente, Wesley explicó en las Actas de la Conferencia de 1744, que las “Sociedades
Unidas”, divididas en Clases, “consisten de personas que han sido despertadas. Una
parte de ellas, que se supone tiene la remisión de pecados, están unidas más estrecha-
mente en las Bandas. Aquellos que están en las Bandas, que parecen caminar en la luz
de Dios, forman parte de las Sociedades Selectas. Las personas que entre ellos han
arruinado la fe, se reúnen aparte como penitentes”.
Wesley puso tres reglas claras adicionalmente a las reglas de la Banda, para las Socie-
dades Selectas:
1. Que nada de lo que se hable en esta Sociedad pueda ser mencionado nuevamente;
no, ni siquiera a los miembros de ella.
2. Cada miembro está de acuerdo en someterse a su pastor en todas las cosas.
3. Cada miembro, hasta que tengamos todas las cosas en común, aportará una vez a la
semana todo lo que pueda para formar un fondo común.
La referencia a “todas las cosas en común” sugiere que en esta etapa Wesley tenía el
ideal de una verdadera comunidad de bienes entre aquellos que estaban más cerca de
alcanzar la vida del Reino de Dios.
El sistema de Bandas y Clases instituido por Wesley continúo por más de un siglo. En
Inglaterra las Bandas desaparecieron alrededor de 1880 (los últimos boletos de Banda
fueron emitidos ese año), mientras que las reuniones de Clase sobrevivieron en Ingla-
terra y América hasta finales del siglo XX, al menos en algunas iglesias Metodistas.
64 Estructura Organizacional del Metodismo
Sin embargo, mucho antes de 1900 el sistema de Clases había perdido su vitalidad en
la mayor parte del Metodismo. En aquellos lugares donde sobrevivieron, las Clases
pronto se volvieron legalistas y moralistas; la vida que las sostenía se había marchado
desde mucho tiempo atrás. Entre los Metodistas Británicos la asistencia a la Clase era
una condición para la membresía en la iglesia hasta 1912. Una avalancha de libros y
algunas convenciones intentaron reavivar la reunión de Clase en América después de
1850, pero sin éxito.
PASTORES Y LÍDERES
El sistema de Bandas y Clases no se hubiera mantenido unido de no haber sido por
“la itinerancia”-el sistema de predicadores itinerantes de Wesley. Estos predicadores
estaban bajo la directa supervisión de Wesley. Si el Metodismo en general parecía casi
como una orden monástica, la itinerancia fue de hecho -una orden de predicación que,
si no era célibe, ciertamente sabía sobre la pobreza y la obediencia. “A los itineran-
tes se les enseñaban a manejar las dificultades en las sociedades, enfrentar las turbas,
aguantar los embates del clima, subsistir sin ningún medio, excepto aquellos que se les
pueda presentar en sus rutas, levantarse a las cuatro y predicar a las cinco, diseminar
libros y tratados, vivir disciplinadamente y morir sin temor”. ¡Lo sorprendente es que
así lo hicieron! Wesley les dio reglas estrictas y esperaba que ellos predicaran, estudia-
ran, viajaran, se reunieran con las Bandas y Clases, hicieran ejercicios diariamente y
comieran con moderación.
El extenso sistema de Bandas, Clases, Sociedades y predicadores, junto con los otros
oficios y funciones, abrieron las puertas al liderazgo y al discipulado en el Metodismo
primitivo. Para el momento en que el Metodismo había alcanzado 100.000 miembros a
finales del siglo, el movimiento tuvo que haber tenido más de 10.000 líderes de Clases
y Bandas, con quizás el mismo o mayor número de otros líderes. Muchos de estos, al
igual que muchos de los líderes de Wesley, eran mujeres, haciendo que Bebb llame a
Wesley “el feminista más destacado del siglo XVIII”, porque les brindó oportunidades
a las mujeres en el liderazgo que no se podían encontrar en ninguna otra parte.
Ahora, aquí hay algo extraordinario. Uno escucha hoy que es
difícil encontrar suficientes líderes para grupos pequeños o para
las otras responsabilidades en la iglesia. Wesley puso una de cada
diez personas, quizás una de cada cinco, a trabajar en ministerios
y liderazgos significativos. Y, ¿quiénes eran estas personas? No
los educados, ni los ricos con tiempo libre, sino hombres y muje-
res trabajadores, esposos, esposas y jóvenes con poca o ninguna
preparación, pero con dones espirituales e ímpetu para servir.
La comunidad se convirtió en la incubadora y en el campo de
entrenamiento para el ministerio cristiano.
Todo esto provocó cierto desdén y burla por parte de quienes criticaban a Wesley.
Augustus Toplady, por ejemplo, autor de “Roca de la Eternidad”, acusó al sistema de
predicadores laicos de Wesley de “prostituir la función ministerial al usar hasta los más
bajos y más iletrados mecánicos, personas de casi cualquier clase, pero especialmente
soldados comunes que fingen estar llenos de ‘un mensaje del Señor.’” Su consejo para
Estructura Organizacional del Metodismo 65
Wesley fue: “que sus zapateros se mantengan en sus puestos. Que sus calderos reparen
sus navíos. Que sus barberos se limiten a sus porta pelucas y bacías. Que sus panaderos
se queden en sus artesas. Que sus herreros echen leña más apta al fuego que la leña de
la controversia”. Wesley vio, sin embargo, que esa gente era de lo que los verdaderos
santos y ministros estaban hechos.
Este fue el sistema Metodista, edificado, ajustado y monitoreado de cerca por Juan
Wesley. Wesley vio al mundo como su iglesia, pero “se rehusó a predicar en cualquier
lugar donde no pudiera darle seguimiento a través de Sociedades organizadas con lide-
razgo adecuado”. Estaba allí para hacer discípulos-discípulos que renovaran la iglesia
entera.
CONCLUSIóN
La figura 5.1 muestra la estructura organizacional del metodismo. A diferencia de otros
predicadores de la época, el ingenio de Juan Wesley queda demostrado por medio de la
creación de estructuras sanas y funcionales que tenían el firme propósito de cuidar a las
personas de forma integral (toda la persona). A la vez, estas estructuras, observaban el
crecimiento y liderazgo de cada una de ellas.
Figura 5.1 Estructura organizacional del Metodismo
66 Estructura Organizacional del Metodismo
La supervisión personal, la disciplina, la rendición de cuentas y un liderazgo heterogé-
neo e itinerante fueron algunos de los factores clave para el éxito del sistema metodista.
Por medio de estas estructuras, Wesley mostró su interés hacia la comunidad y hacia
las personas que las conformaban haciéndoles participes de la transformación social
que Dios quería.
Nuestra región latinoamericana, como lo veremos en la siguiente sección, está siendo
golpeada por muchos fenómenos. Estamos llamados a recrear estas estructuras, estruc-
turas que puedan dar respuesta a sus realidades a través de un evangelio integral, que
coloque en práctica las obras de amor y misericordia que traigan como resultado una
transformación profunda y genuina de nuestras comunidades.
Actividades de evaluación
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a identificar posibles respuestas a las pro-
blemáticas que se viven en su contexto de ministerio.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Reflexionará críticamente frente a las realidades
socio-económicas de Latinoamérica.
• Comparará la realidad latinoamericana actual con la
realidad de la Inglaterra del siglo XVIII.
• Identificará respuestas cristianas a los desafíos socio-eco-
nómicos de Latinoamérica.
Contenido
• Introducción
• Modelo wesleyano para Latinoamérica en el siglo XXI
• Aplicación de los principios wesleyanos en Latinoamérica
• A más de 300 años de las denuncias wesleyanas
• Realidad actual de la iglesia latinoamericana
• Conclusiones generales
• Actividades de evaluación
68 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
INTRODUCCIÓN
L os elementos presentados en esta lección son el producto del diálogo con el libro
“Ética y economía: El legado de Juan Wesley a la iglesia en América Latina” es-
crito por Federico A. Meléndez.
El legado de Juan Wesley, su teología y principios prácticos, sigue vigente y dando
respuestas a fenómenos contemporáneos que vivimos en Latinoamérica. Esto se debe
en gran parte a los puntos de conexión que existen entre nuestro contexto y el mundo y
los eventos que Wesley vivió.
En esta sección se comparará y contrastará la relación que existe entre algunas proble-
máticas actuales y algunas vividas en el tiempo de Wesley. Por otra parte, observare-
mos la respuesta de Wesley a esas problemáticas. A la vez miraremos cómo nosotros
como iglesia podemos responder a estas situaciones.
La esclavitud moderna
La expansión comercial a escala mundial en el siglo XVIII de Inglaterra requirió la
creación de nuevos y grandes puertos. La riqueza y el comercio inglés fueron construi-
dos, en parte, a expensas del sufrimiento de los esclavos negros comprados por blancos
en el continente africano. Estos, al igual que otra “mercancía”, eran transportados y
marcados como ganado vacuno para su venta a los colonos ingleses en los Estados
Unidos y obligados a trabajar en el cultivo y la explotación de la caña de azúcar en el
caribe.
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 73
Juan Wesley escribió denunciando este abuso humano en 1774 en su obra titulada “Re-
flexiones sobre la esclavitud”. En esta obra Wesley combatió toda idea de superioridad
racial o cultural y atacó fuertemente a los ingleses que transportaban, reclutaban y
patrocinaban el comercio de los esclavos. Wesley creía que los valores de la justicia,
la misericordia y la verdad eran pisoteados cuando se argumentaba a favor de la escla-
vitud.
Además de esto, Wesley denuncia la pésima condición de vida en que vivían miles de
ingleses en vista de los cambios socios-económicos que su nación estaba viviendo. A
propósito de esto Meléndez comenta lo siguiente:
Al carecer de los medios de subsistencia, las masas de población desempleada tenían Este párrafo necesita
que sobrevivir en las peores condiciones de vida… las mujeres y niños trabajaban sangría
largas horas en las peores condiciones de trabajo. Muchas personas provocaron de-
mostraciones violentas en contra del alto costo de vida (Meléndez, 2006, pág. 29).
Con respecto a este tema, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó-
mico (OCDE), un organismo de cooperación internacional cuyo objetivo es coordinar
sus políticas económicas y sociales de 38 países latinos y europeos, muestra para el año
2017 la información contenida en la figura 6.3.
Figura 6.3 Países de la OCDE con jornadas laborales más extensa
La figura 6.3 muestra que hasta el año 2017, dos países de nuestra región latinoameri-
cana lideran las jornadas de trabajo más extensas entre los países de la OCDE. Sin duda
alguna, como wesleyanos estamos llamados a enfrentar estos retos que la sociedad
moderna nos presenta. Necesitamos presentar una buena alternativa a nuestra región
que muestre un balance de vida, que toma en cuenta el descanso (sabbath), que honre a
Dios y que denuncie los peligros que se derivan de este tipo de políticas.
74 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Migración y Hospitalidad
El capítulo 2 “Vida y contexto histórico de Juan Wesley”, tuvo como uno de sus pro-
pósitos mostrar la realidad de Inglaterra en el siglo XVIII. Como recordaremos, uno de
los problemas que afrontaba era la sobrepoblación:
El crecimiento de la población era el resultado natural del crecimiento de las gran-
des ciudades, que indudablemente fomentaba la inmigración y atraían muchas perso-
nas… (Meléndez, 2006, pág. 21).
En 2018 Latinoamérica sufre de este fenómeno al cual se le ha sumado la migración.
Casos como el de Venezuela, y más recientemente Nicaragua, han traído como conse-
cuencias la movilización de sus poblaciones debido a las crisis humanitarias en las que
se encuentran. Esto ha traído desasosiego a la región, en especial a los países fronteri-
zos implicados en esta problemática.
Según Consultores 21 (empresa consolidada en Venezuela en estudios de mercado y de
opinión pública) en marzo 2018 más de cuatro millones (4.000.000) de personas, lo que
representa más del 10% de su población, han tenido que salir de su país. La figura 6.4
muestra el incremento del éxodo venezolano hacia otros lugares de la región.
Figura 6.4 Éxodo de venezolanos al resto de la región
Ante esta realidad, la teología wesleyana proporciona principios aplicables a estos fe-
nómenos. Por ejemplo, Wesley entendió y reconoció que su experiencia personal y su
tiempo privado de búsqueda de Dios no podían permanecer solo en su corazón, por el
contrario, debían extenderse a las personas que lo rodeaban, incluyendo aquellos que le
habían causado algún malestar. Uno de los valores esenciales de la teología wesleyana
es la hospitalidad, esta nos enseña a ser hospitalarios con otros, especialmente con los
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 75
más necesitados y vulnerables; como nos lo recuerda David McKenna: “Los wesle-
yanos somos una familia en la fe, unida en un espíritu y con los brazos abiertos para
recibir al extraño” (2000, pág. 79).
Como iglesia contemporánea debemos estudiar nuestra realidad latinoamericana; te-
nemos el deber de ayudar y promover con nuestras palabras y acciones el crecimiento
y bienestar de aquellos que salen de sus países. Sin duda alguna, esto es una oportuni-
dad que Dios ofrece al país anfitrión de darles la bienvenida en el nombre del Señor y
ayudarles en el proceso de adaptación; de esta forma, el nombre de Dios es conocido y
honrado aun en medio del nuevo comienzo que implica emigrar.
Drogas
Debido, entre otras cosas, a la transición y desesperanza que atravesaba la nación in-
glesa del siglo XVIII, el consumo de alcohol tomó el rol de una “vía de escape” para
la población más vulnerable. Su bajo costo y las políticas gubernamentales que promo-
vían su producción fueron clave para su fácil distribución.
De cada 5 casas una es una cantinela donde se vende aguardiente, además de ser
centros de prostitución, peleas callejeras, y degradación de todo tipo. ¿Por qué es
que Inglaterra ha llegado a un estado nacional de borrachera? Durante las últimas
décadas del siglo XVII, el gobierno había animado la industria licorera nacional
para impedir la compra de productos franceses. Esto resultó ser un negocio jugoso
para algunos y trajo miseria y devastación social y moral a una buena parte de la
población. Fortunas inmensas fueron creadas en las fábricas de licor para algunos,
mientras que los pobres adictos en miles de sucias cantinas compraban su “copa de
maldición” por un penique. Tal es el caso de Judith Dufour, que estranguló a su niño,
lo desnudó, y botó el cadáver en un riachuelo, vendió la ropa por un chelín y cuatro
peniques, y se fue y gastó el dinero en aguardiente (Bready, 1935, págs. 145-150).
Aunque el alcohol es un vicio que convive plácidamente en nuestras sociedades, La-
tinoamérica ha sido testigo de cómo el consumo de drogas ha aumentado de manera
exponencial en los países que la conforman. Informes como el Uso de Drogas en las
Américas 2015, así lo demuestran; este estudio evidencia su fácil acceso a los públicos
más vulnerables como los adolescentes. La figura 6.5 muestra el consumo de cocaína
en algunos de los países de la región.
Figura 6.5 Consumo de cocaína en algunos países de la región latinoamericana
76 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Solo el consumo de cocaína en las Américas, según la informa-
ción disponible, indica que nueve países tienen tasas de consumo
reciente que oscilan entre el 0,1% al 0,5%, otros siete tienen pre-
valencia que sobrepasa el 0,5% al 1% y tres países, los de mayor
consumo, lo hacen por encima del 1%.
Ante esta realidad muchos países de nuestra región se debaten en
si debe legalizarse o no el comercio, y por ende, el consumo de
drogas. La Iglesia Metodista Libre tiene una marcada postura en
contra de la manufactura, consumo y distribución de drogas, alcohol,
y cigarrillo por parte de sus miembros. En este sentido el Libro de Disciplina de la
Iglesia Metodista Libre dice:
Como cristianos creemos que la vida es plena, abundante y libre en Jesucristo (Juan
8:35; 10:10). Por lo tanto, nos abstenemos de cualquier cosa que dañe, destruya o
distorsione Su vida en nosotros.
Las drogas ilícitas son las principales ofensoras. Debido a que las varias formas de
narcóticos causan daños impredecibles a las personas y a las relaciones y tales dro-
gas restringen el desarrollo personal, dañan al cuerpo y refuerzan un concepto no
realista de la vida, nosotros evitamos su uso...
También, nosotros procuramos con la ayuda de Dios de ser comprensivos y ayudar
a aquellos que vienen a Cristo con problemas de adicción. Creemos en el poder de
Cristo para liberar (Ro. 6:13; Ga. 6:2). Pero reconocemos las dificultades de vencer
el lazo de las adicciones, y deseamos de dar cualquier clase de ayuda y apoyo que
se necesite mientras nuestros hermanos cristianos procuran una completa libera-
ción. Como una evidencia más de una conciencia despertada, estamos a favor de
abstenernos del cultivo, manufactura o promoción de aquellas substancias que son
dañinas para la salud (Libro de Disciplina, 2015, ¶3213).
Conclusión
Peter Block escribe en su libro “Mayordomía”: “aquel que quiere ser un cauteloso qui-
zá llegue a ser un cínico que critica a la sociedad, una víctima que culpa a otros por los
problemas, o un espectador que rehúsa involucrarse” (McKenna, 2000, pág. 13). Ante
las problemáticas mencionadas, la iglesia no debe estar de espalda a esta situación;
parte de su propósito es entender el momento que le ha tocado vivir. Por tal motivo, es
imperativo que la iglesia desarrolle un plan de acción integral en el que nuestro mayor
esfuerzo se concentre en responder a las grandes necesidades de nuestra población y no
ensimismarse en sus necesidades.
El resultado tiene que ser una iglesia santificada, llena del Espíritu Santo, que coloca
todos sus talentos, recursos y servicios a favor de quienes más lo necesitan. Por tal
razón se espera de los wesleyanos que:
• Tengan un reto significativo de su tarea evangelizadora y misionera.
• Estudien las realidades de sus sociedades.
• Profundicen en el conocimiento de su contexto local y nacional.
• Aborden los puntos antes mencionados con integridad intelectual.
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 77
REALIDAD ACTUAL DE LA IGLESIA
LATINOAMERICANA
Vivimos en un mundo globalizado y posmoderno en los cuales sus principios e ideolo-
gías han entrado y se han instalado en la iglesia dando como resultado una mescolanza
de creencias. Y aunque son muchos los aportes y ventajas que tiene la iglesia moderna
con respecto a la del siglo XVIII, la realidad es que la iglesia actual, como comenta
el brazilero Caio Fabio D’Araujo Filho: “lamentablemente está perdiendo su luz y su
sazón”. D’ Araujo explica que la iglesia de hoy:
• Tiene mucho legalismo pero no conoce la santidad.
• Vibra con milagros extraordinarios, pero que no vibra con la misma alegría en rela-
ción con la práctica de la justicia y de la verdad.
• Celebra los números extraordinarios de los que entran por la puerta del frente de
la iglesia, pero que no mira la tragedia de los que están saliendo por la puerta del
fondo.
• Pone una Biblia en las manos de cada uno de los que entran a la iglesia, pero no
inspiran al conocimiento de la Palabra de Dios en el corazón de los que llegan.
• Enseña a sus asistentes que celebren su bendita prosperidad material con morda-
cidad, ironía e impiedad en relación a la miseria de la sociedad, sin ningún tipo de
compasión para con ella.
• Habla de derrumbar a los ídolos paganos de la sociedad, pero es inoperante en cuan-
to a doblegar el ego autoglorificado de los líderes de la iglesia.
• Filtra los mosquitos de las más legítimas alegrías humanas, mientras se traga los
camellos de las más asquerosas contiendas del poder, manipulación de conciencias
y patrones mínimos de ética en la vivencia.
• Enseña que cualquier negocio es válido, mientras el resultado sea la
predicación del evangelio.
• Se grita mucho, pero se llora poco; se canta mucho, pero se
alaba poco. Se arrodilla mucho, con mucha facilidad, pero
se somete a Dios con mucha dificultad. Se predica mucho
y con mucha frecuencia en contra del pecado, pero se vive con mu-
cha tranquilidad y descaro la práctica de pecado.
• Este avivamiento está haciendo crecer mucho a la iglesia en Latinoa-
mérica, pero sin impactar mayormente el continente.
78 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
CONCLUSIONES GENERALES
A lo largo de este curso hemos estudiado los aspectos más relevantes de la vida y teo-
logía Juan Wesley. En ella se demuestra su capacidad y manera en de comprender el
evangelio. Lo hizo de una manera pragmática, pero no superficial ni ligera en medio de
una época que necesitaba una profunda trasformación social.
Sin duda alguna Juan Wesley fue hombre con una visión amplia, su creatividad para
ofrecer soluciones, su pensamiento crítico y sistémico para diagnosticar la realidad de
su nación y su ingenio para crear estructuras funcionales de cuidado integral a través de
la movilización e involucramiento de toda la iglesia, son parte de su legado.
Además de lo mencionado, se debe recordar su habilidad para demostrar verdades
teológicas de manera sencilla. Wesley pudo unir las dicotomías que existían hasta ese
momento en temas esenciales de la vida que parecían no tener relación alguna. Por
medio de su pensamiento y obrar, pudo aclarar la separación que existía entre la obra
social y la evangelización, además de demostrar que la separación entre fe y educación
era un error que debía ser corregido.
Ejemplo de estos son las frases “La fe que obra mediante el amor”, con ella resumía su
teología. “El mundo es mi iglesia” esta frase expresaba su visión y “Gana todo lo que
puedas, ahorra todo lo que puedas, da todo lo que puedas” era la forma en que entendía
la economía.
El segundo capítulo estuvo marcado por tres puntos principales: la realidad iglesia del
siglo XVIII, la importancia del rol familiar y la experiencia del corazón ardiente de
Juan Wesley.
Lo que en principio parecía ser para el beneficio general de la nación se convirtió en
un descontento socioeconómico. La mano obrera y campesina observaron cómo eran
removidas de sus lugares de trabajo por la automatización de procesos. El resultado de
este avance tecnológico fue un despido en masa y la sobrepoblación de las ciudades.
Wesley fue un crítico profundo de estas realidades y lo demuestra en su tratado “Un
discurso serio al pueblo de Inglaterra”.
La sociedad en la que Wesley nació fue una sociedad viciada, marcada por el olvido
religioso, la desigualdad social, la prostitución, el alcoholismo y la desesperanza. Por
estas razones, entre otras, el rol familiar (en el especial el de su madre Susana) tuvo una
gran relevancia en su vida. La entrega y compromiso de Susana Wesley para con Dios
fueron claramente visibles en su comunidad. Los principios y
valores que plasmó en sus hijos conllevaron a que las perso-
nas de su comunidad desearán que ella también les enseña-
ra; de esta manera “la cocina de Susana” se convirtió en el
lugar donde muchas personas crecían en la fe.
Pero aun cuando Juan Wesley, ese tizón arrebatado del in-
cendio, tuvo una enseñanza y caminar ejemplar, no fue
sino hasta el año 1738, a sus 35 años de edad, que tuvo
la experiencia del corazón ardiente. Este evento marcó un
antes y después en su vida. Es en ese momento que Wesley
descansó en los méritos de Cristo y no en sus obras; fue esa no-
Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica 79
che en la que sintió realmente la seguridad de su salvación. Esta experiencia renovó la
visión que Juan Wesley tenía acerca del evangelio y fue el precedente para la estructura
del metodismo. También se convirtió en un marco para su teología.
Su teología dio gran importancia a la creación, estado inicial y caída del ser humano,
para explicar estos sucesos sostuvo como premisas la soberanía de Dios y la libertad
del ser humano. Por medio de la enseñanza de la gracia anticipante, Wesley señala
que el hombre puede responder de manera positiva al llamado de Dios. De la misma
manera, afirma que esta gracia está disponible para todo el género humano, en contra
parte del pensamiento calvinista. Pero el proceso del salvación no quedaba allí, Wesley
continúa comunicando que si la persona responde positivamente al llamado de Dios, es
porque le gracia convincente había realizado su función.
Según Wesley, la gracia convincente era la que le mostraba a la persona su condición
de pecado y su inhabilidad de poder salir de ese estado a menos de Dios hiciera algo.
Además de esto, sostuvo que luego de la gracia anticipante y convincente viene la gra-
cia justificadora. Esta gracia justificadora tiene como única condición la fe al mismo
tiempo que resalta que no hay buenas obras que valgan antes de la justificación.
Luego, Wesley tuvo el firme propósito de compartir su expe-
riencia del corazón ardiente y lo aprendido con otros creyen-
tes; para su sorpresa, sus enseñanzas no fueron bien recibi-
das y fue etiquetado de “controversial”. Su amor por las
personas pudo más que su lealtad y sujeción a la Iglesia
Anglicana. Entonces, inspirado por otro predicador ami-
go, Jorge Whitefield, empezó la predicación al aire libre y
con ello la planificación de una estructura que se ajustara
a la realidad su sociedad.
Esta realidad incluía las visitas a enfermos y prisioneros, los
cuales se veían impresionados por ser tomados en cuenta. Las
predicaciones al aire libre de Wesley, que muchas veces traían como
resultado la conversión de centenares, hicieron que el movimiento Metodista tuviera
un crecimiento exponencial.
Ante tal cantidad de personas y preocupado por el bienestar integral de ellas, Wesley
una vez más utilizó su ingenio para seguir dándole forma a la naciente estructura del
metodismo. Para tal fin dividió las Sociedades Metodistas en Clases, Bandas y Socie-
dades Selectas; aunque cada una de ellas tenía objetivos específicos, buscar el creci-
miento y cuidado integral de la persona por medio de, entre otras cosas, la rendición
de cuentas.
Además de lo antes mencionado, la estructura del metodismo estuvo pensada para el
desarrollo de líderes, los cuales eran provistos de las mismas Clases, Bandas o Socie-
dades Selectas. La gran mayoría de ellos eran persona bi-ocupacionales; característica
que también es deseada en los plantadores de Iglesias Comunitarias.
Indiscutiblemente, la estructura del Metodismo es uno de los legados más grande que
Juan Wesley dejó y que somos llamados a seguir redescubriendo y aplicando en nuestra
región latinoamericana que está siendo golpeada por fenómenos similares a los de la
sociedad de Wesley.
80 Relevancia y Conclusiones para Latinoamérica
Contextualizar y estudiar la realidad de nuestra región es sumamente importante. Si en
el tiempo de Wesley fueron las destilerías y el negocio del alcohol, hoy son las mul-
tinacionales las que se apoderan del mundo, y así los países más ricos son los dueños
del planeta. En nuestras ciudades, los grandes hipermercados y los centro comerciales
nos recuerdan que quienes podemos todavía subsistir con sueldos decorosos, podremos
adquirir algunas de las baratijas de la globalización. Sin embargo, para la gran mayoría
no hay siquiera acceso a agua potable, educación o servicios mínimos. Algo anda muy
mal en la distribución de la riqueza en nuestros países. Este es nuestro contexto, y este
también fue el contexto de Juan Wesley hace más de trescientos años.
Entonces, ¿qué debemos hacer ante la realidad que nos rodea? La respuesta es que de-
bemos detenernos para estudiarlas, profundizar en el conocimiento de nuestro contexto
y nuestra realidad, y abordar estos temas con integridad intelectual. La iglesia necesita
desarrollar un plan de acción integral en el que nuestro mayor esfuerzo se concentre
en responder a las grandes necesidades de nuestra población. El resultado tiene que ser
una iglesia santificada, llena del Espíritu de Dios, que pone todos sus talentos, recursos
y servicios a favor de quienes más lo necesitan.
Las enseñanzas de Wesley y su activa participación en la sociedad de su tiempo son una
muestra elocuente que debe recordarnos en este siglo XXI que cuando los principios
de la justicia, la misericordia y la verdad son ignorados por la sociedad y el estado, los
cristianos estamos llamados a encarnar su cumplimiento. Esto por medio de estructuras
que puedan dar respuesta a sus realidades a través de un evangelio integral, que ponga
en práctica las obras de amor y misericordia que traerán como resultado una transfor-
mación profundad y genuina de nuestras comunidades.
El mensaje de Wesley para hoy en Latinoamérica es un reto para todos los wesleyanos.
Estamos llamados a luchar contra nuestra propia afluencia y poder para no dejarnos
arrastrar ni seducir por las corrientes materialistas que expanden sus ondas a través de
la globalización e incluso a través de nuestras organizaciones religiosas.
ACTIVIDADes DE EVALUACIÓN