La Justicia de Dios
La Justicia de Dios
La Justicia de Dios
La respuesta más típica que podemos obtener a esta pregunta es “guardando los
mandamientos”. Sin embargo la historia de la humanidad demuestra que desde Adán hasta la
última persona que ha habitado el planeta hemos pecado y por consecuencia no hemos llegado
a la altura de sus demandas justas.
Hay quienes piensan que debido a sus acciones han llegado a un cumplimiento cabal de la
voluntad de Dios y se justifican así mismos creyéndose buenos en su propia opinión por lo que
hacen, como aquel fariseo que “…puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te
doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como
este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.” Lc. 18:11,12.
La Biblia, sin embargo, declara enfáticamente “… que todos están bajo pecado” y que “… No
hay justo, ni aun uno” Ro 3:9, 10; por lo que todo mundo ha quedado bajo el juicio divino (Ro
3:19). El Señor dijo que la inocencia no se logra por esfuerzo o justificación personal, Jer 2:22
Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá
aún delante de mí, dijo Jehová el Señor.
Ciertamente si el ser humano pudiera guardar todos los mandamientos de la ley sería
justificado por Dios, se ganaría la vida. Rom 10:5 dice “Porque de la justicia que es por la ley
Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas”. No obstante esto es
imposible debido a que:
La ley requiere un cumplimiento total, no parcial (Stg 2:10)y nosotros guardamos algunos
mandamientos pero quebrantamos otros.
El ser humano es carnal, tiene una naturaleza caída desde Adán, una tendencia hacia el mal,
que lo imposibilita para ser obediente a la ley (Ro 7:14)
La ley no puede dar vida (Gál 3:21). Por lo tanto la ley no puede justificar al hombre por sí sola.
¿Para qué fue dada? Fue dada provisionalmente por causa de los pecados hasta que llegara el
tiempo del cumplimiento de las promesas a Abraham (Gá. 3:19) y porque guía al ser humano
hacia Cristo (Gá 3:24), mostrándole sus fallas y su culpabilidad (Ro 3:20, 5:20) así como su
incapacidad para vivir a la altura de las normas de Dios.
A parte de la ley el evangelio nos revela que Dios puede justificar al hombre por medio de la fe
“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por
los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.
Porque no hay diferencia,” Rom 3:21. Cuando dice que esta forma de justificación está
testificada en la ley y los profetas se refiere al antiguo testamento, es decir que aunque la ley
estaba vigente Dios siempre ha justificado al hombre por la fe en lo que Jesucristo haría un día
(Gá 3:16-18). Ejemplo de ello es Abraham: quien “… Creyó Abraham a Dios, y le fue contado
por justicia” Gén. 15:6, Ro. 4:3
Otros: Abel (Heb. 11:4), Enoc (Heb.11:5), Noe (Heb. 11:7), etc.
David: “Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye
justicia sin obras” Ro 4:6 y cita el salmo 32:1-2