Elecciones Regionales de 1995

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Cuestiones Politicas No.

16, 1996,73-90
IEPDP • Facultad de Ciencias Jurídicas y
Politicas • LUZ • ISSN 0798-1406

Elecciones regionales de 1995: la


consolidación de la abstención, el
personalismo y la desalineación

1995 Estate and local elections.


consolidation of high level of non-voting,
personalism and dealignment

José E. Molina Vega*


Carmen Pérez Baralt*

Resumen
El análisis de los resu~ados de las elecciones regionales de 1995 en
Venezuela se realiza en torno a la consolidación de tres tendencias generales:
ruptura del sistema bipartidista, personalización del voto y abstención. En primer
lugar se establecen las condiciones política y económicas en las cuales se
produjo la elección de gobernadores, diputados a las asambleas legislativas de
los estados, alcaldes, concejales, y, miembros de las juntas parroquiales de cada
municipalidad. Se describe el sistema electoral utilizado en cada nivel de
elección y se examina la posición de los principales partidos participantes. Del
análisis de los resu~ados se establece la consolidación de la tendencia a la
abstención, que se sitúa por encima del 50% para procesos locales; también se
confirma la tendencia al voto en base a la evaluación de las gestiones locales

Recibido el 10-04-96 . Aceptado el 30-05-96


• Instituto de Estudios Polrticos y Derecho Público, Facultad de Ciencias Juridicas y
Polrticas, Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.
Este trabajo fonna parte del Proyecto de Investigación "Los Procesos Electorales en
Venezuela', financiado por el Consejo de Desarrollo Cientrfico y Humanrstico (CONDES)
de la Universidad del Zulia.
1 ·~n·,.,,H~· >t·•tt•<t~<l .~. .•·ii . . li!tl*ttl IM . , ltJt~t'*'',H'•*1Fflrtt+~~-.,,+te~~,~·.,.ttl·~ •tHt"'1••,,.·,r+*''~''t+' -.tt1t

74 Molína Vega y Pérez Bara/t

y a los liderazgos regionales. Por último, se ratifica el multipartidismo surgido


en 1993, en situación de volatilidad e inestabilidad electoral, dentro del marco
de la desalineación partidista.
Palabras claves: elecciones, sistema electoral, participación electoral.

Abstract
The regional election results are analyzed from the point of view of the
consolidation of three general tendencias: ruptura of the bi-party system, perso-
nalization of the voting, and abstention. In the first place, the political and
economic conditions which produced the direct election of governors, state
legislativa deputies, mayors, municipal councils and members of parrochial
boards in each municipality. The electoral system is described for each level of
voting, as well as the position of the principal party participants. The results
indicate the consolidation of the tendency towards more abstention, which is
above 50% in the local proccesses; also the tendency to vote basad on the
evaluation of the local political perfomance and the regional leadership are
confirmad. Finally, the multi-party system which emerged in 1993 is ratified in
volatile and unstable electoral situations, in the framework of party dealignment.
Key words: elections, electoral systems, electoral participation

Introducción
Las elecciones para gobernadores, miembros de las asambleas
legislativas de los estados, alcaldes, concejales y miembros de las
juntas parroquiales de 1995, son las primeras que se efectúan luego de
que el esquema bipartidista del sistema político llegara a su fin con las
elecciones de 1993. Son igualmente las terceras luego de iniciado el
proceso de descentralización polrtica, una de cuyas piezas claves ha
sido la elección directa de alcaldes y gobernadores. De anr que existiera
expectativa en primer lugar, respecto a si habría un retorno al predominio
de Acción Democrática y COPEI o se mantendría el multipartidismo; en
segundo lugar respecto a si la descentralización implicaría que los
votantes atenderían a los temas y gestiones locales o, por el contrario,
la política nacional marcaría la pauta convirtiendo los comicios en un
plebiscito a favor o en contra del gobierno nacional. Por otra parte, dado
el crecimiento de la abstención en los últimos procesos nacionales y
locales, también había expectativa respecto a si ésta se había estabili-
zado o continuaría avanzando mucho más allá del cincuenta por ciento,
como vaticinaban ciertos analistas.
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, el personalismo y la desalineación 75

Este trabajo estudia las elecciones de 1995 tratando de responder


a estas interrogantes, para ello consideraremos en el orden que se
señalan los siguientes aspectos: antecedentes políticos y económicos,
sistema electoral, la situación de los partidos políticos, la campaña
electoral, la participación electoral y, finalmente, los resultados y sus
consecuencias.

Antecedentes
1. El Clima Político:
Estos comicios se desarrollan en un ambiente de estabilidad
poHtica, que contrasta con la fuerte turbulencia que caracterizó el
período precedente a las elecciones locales de 1992 y las nacionales
de 1993. (Malina y Pérez: 1992 y 1994, Baloyra: 1993)
Como se recordará, en 1992 ocurren dos intentos de golpe de
estado. En 1993, el Presidente de la República es sometido a juicio por
malversación de fondos públicos y removido de su cargo, se producen
varios atentados terroristas y el camino a las elecciones nacionales se
ve plagado por rumores sobre nuevas insurrecciones militares. Por el
contrario, los dos años que preceden a las elecciones de 1995, aún
cuando no fueron un lecho de rosas, se caracterizan por una progresiva
recuperación de la normalidad política. Luego de conflictos iniciales que
enfrentaron seriamente al Ejecutivo Nacional con el Congreso controla-
do por la oposición (Acción Democrática, COPEI y CausaR), se llegó a
un acuerdo entre el gobierno y Acción Democrática que le ha permitido
al primero lograr el respaldo legislativo necesario para su funcionamien-
to. Choques como los relativos a la política económica y al voto de
censura parlamentario contra el Ministro de Sanidad y Asistencia Social,
se han canalizado dentro de lo que podría considerarse una relación
normal entre un gobierno minoritario y el Congreso.
La coalición de gobierno ha estado integrada por los partidos que
apoyaron al Presidente Caldera: Convergencia ( organización fundada
por el Presidente Caldera al retirarse de COPEI en 1993), el Movimiento
Al Socialismo (MAS) y otras agrupaciones menores.
Con respecto a los otros partidos, podría hablarse de una oposición
radical y una oposición moderada. La primera ha estado protagonizada
desde el Congreso por COPEI y Causa R. La estrategia de ambas
agrupaciones ha sido, en general, la de confrontar al gobierno buscando
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76 Molina Vega y Pérez Baralt

capitalizar el descontento hacia la gestión. A ellos se ha sumado desde


una posición anti-sistema el Movimiento Bolivariano 200, encabezado
por el jefe de la insurrección militar del cuatro de febrero de 1992.
La oposición moderada ha sido asumida por Acción Democrática.
Sin abandonar una actitud en general crítica, AD ha contribuido con sus
votos a la aprobación de las leyes presentadas por el gobierno como
base de su gestión. El objetivo buscado, aparentemente con éxito según
veremos, es el de recuperar la imagen de fuerza responsable, preocu-
pada por facilitar la superación de la crisis, y al mismo tiempo principal
alternativa de gobierno.
2. La crisis económica:
La superación de la crisis polrtica no se ha visto correspondida en
el campo económico. Por el contrario, hasta ahora, aún cuando hay
algunos elementos positivos, el panorama no se ha despejado. El
gobierno se inauguró en el medio de una grave crisis financiera que
significó la quiebra de más de una decena de bancos, entre ellos tres
de los más importantes del país. El Estado garantizó los depósitos, pero
al costo de lanzar a la calle dinero inorgánico que se tradujo en una
inflación del 70,8 % durante 1994 y de 56,6% para 199511-,asícomoen
un pánico financiero que produjo una estampida de divisas, la imposición
del control de cambios, y la devaluación de la moneda.
Todo ello ha significado un mayor deterioro del nivel de vida de la
población, sin que haya indicios de que los programas sociales del
gobierno, en general hasta ahora los mismos que encontró funcionando,
hayan logrado compensar de forma efectiva los efectos de la crisis para
los sectores populares, y mucho menos para la clase media.
Entre los elementos positivos está en primer lugar la introducción
de nuevos impuestos, iniciada durante el gobierno interino del Presiden-
te Velázquez a finales de 1993, así como la lucha contra la evasión. Se
ha logrado que cerca de la mitad del presupuesto se financie por esta
vía, reduciendo significativamente la dependencia de la renta petrolera.
En segundo lugar, ha habido un incremento significativo del aporte en
divisas de las exportaciones no petroleras, particularmente en el marco

Son cifras del Banco Central de Venezuela, publicadas por el Ministerio


de Hacienda (1995).
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, el personalismo y la desalineación 77

2
de la reactivación del Pacto Andino . En tercer lugar, la política de
apertura del petróleo a la inversión extrajera en asociación con la
empresa nacional. Por esta vía se obtendrá en un plazo relativamente
corto una inversión importante que podría, de materializarse, contribuir
en forma significativa a la recuperación de la economía.
El gobierno se negó a devaluar oficialmente el bolívar antes de las
elecciones, para evitar que la inflación se acelerara y afectara la votación
de los candidatos que le estaban vinculados. Lo hizo inmediatamente
después. No obstante, ante el déficit fiscal se vio obligado a aumentar
moderadamente el precio de la gasolina3 . Asimismo inició conversacio-
nes con el Fondo Monetario Internacional con base en un programa
económico que denominó la Agenda Venezuela. El plan propone des-
montar gradualmente el control de cambios e incrementar la recauda-
ción fiscal no petrolera, con miras a reducir el déficit fiscal y la inflación.
Aunque la política económica del gobierno presenta tanto aspectos
positivos como negativos, tal como se indicó, lo cierto es que la opinión
pública frente a la situación del país y la gestión del gobierno antes de
las elecciones era predominantemente negativa. En una encuesta reali-
zada al principio de septiembre por la firma Datanalysis4 , el 90,4% de
los encuestados consideraron que la situación del país era muy mala,
mala o regular hacia mala. De ellos, el sesenta por ciento pensaba que
la mala situación era responsabilidad del gobierno. Al mismo tiempo el
87,6% afirmó que el gobierno debería cambiar su política económica.
Así pues, -si las elecciones de diciembre de 1995 hubieran sido
simplemente un "plebiscito" sobre la gestión de gobierno, y por consi-
guiente, la intención de voto hubiera estado influida principalmente por
la variable "evaluación del gobierno", sería de esperar que el resultado
hubiera favorecido a los partidos que adoptaron una actitud de oposición
radical. Como veremos este no fue el caso. Lo que indica que el
comportamiento electoral fue influenciado también por otras variables,
a las cuales nos r~feriremos más adelante.

2 El Ministerio de Hacienda (1995) citando cifras del Banco Central de


Venezuela, ha informado que las exportaciones no petroleras se incre-
mentaron de 4398 millones de dólares en 1994 a 5138 millones de dólares
en 1995. Un crecimiento del 17%.
3 Manteniéndola sin embargo muy por debajo de su precio internacional.
4 El Nacional, 27 y 28 de septiembre de 1995.
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78 Molina Vega y Pérez Bsralt

3. Las elecciones de 1993 y el fin del bipartidismo


Las elecciones de 1993 produjeron dos cambios importantes en el
sistema político venezolano. El primero de ellos afectó al sistema de
partidos. El bipartidismo que prevalecía desde 1973, con Acción Demo-
crática y COPEI como partidos principales, da paso a una situación de
multipartidismo (Molina y Pérez, 1994: 72), con cinco partidos relevan-
tes: Acción Democrática, COPEI, Causa R, Convergencia y el MAS.
El segundo cambio fue la aparición de una situación de abstención
elevada en las elecciones nacionales, que dada sus características
parecía duradera (Molina y Pérez, 1995: 38).
Las elecciones de 1995 generaron expectativas respecto a la
posible confirmación o reversión de ambos fenómenos. Como veremos,
tanto el multipartidismo como la abstención relativamente elevada,
resultaron confirmados.

El sistema electoral
En las elecciones de 1995 se eligieron los gobernadores de los
veintidós estados y los trescientos setenta miembros de sus asambleas
legislativas. Los alcaldes de los 330 municipios y 2404 concejales. Así
como los 3082 miembros de las juntas parroquiales que funcionan al
interior de cada municipalidad.
Gobernadores y alcaldes son electos por votación universal, direc-
ta y secreta, mediante mayoría relativa.
Los miembros de las veintidós asambleas legislativas fueron elec-
tos por el sistema de representación proporcional personalizada, inspi-
rado en el sistema electoral alemán (Nohlen, 1995: 101), que en Vene-
zuela se utiliza también para elegir los diputados al Congreso Nacional
(Molina, 1991: 176). En cada estado se eligen mediante circuitos unino-
minales y mayoría relativa el número de escaños que resulta de dividir
el total que le corresponde al estado entre dos 5 . Si el número es impar
el resultado se eleva al entero superior siguiente. Los partidos postulan
candidatos para cada uno de los circuitos, y una lista para todo el estado.
Primero se determinan los ganadores de los circuitos. Luego se distri-.

5 En 1995 se eligieron 196 diputados en circuitos uninominales y 174 por


lista.
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, el personalismo y la desalineación 79

buye el total de los cargos del estado entre· las listas, utilizando la fórmula
de DHondt (Navarro Pinar, 1989: 342). A cada partido se le resta un
número de escaños igual a los que obtuvo en los circuitos uninominales
y la diferencia se adjudica a su lista en el orden de postulación. Si un
partido obtuviera en los circuitos un número de diputados mayor de los
que le corresponden proporcionalmente, mantiene estos diputados ex-
cedentes, y se incrementa el número de miembros de la respectiva
asamblea legislativa6.
Para la elección de concejales se repitió el sistema electoral
mayoritario atenuado en circunscripciones uninominales, utilizado por
primera vez en las elecciones de 1992 (Molina y Pérez , 1992: 40; Molina
y Hernández, 1994). La reforma de la Ley Orgánica del Sufragio de 1993
estableció el sistema mayoritario puro en circuitos uninominales, pero
una nueva modificación en 1995 regresó al sistema de 1992.Se trata de
un hrbrido entre el sistema mayoritario y el proporcional, en el cual
predomina el primero. Dos tercios de los concejales se eligen por
mayorra relativa en circuitos uninominales y un tercio se distribuye
proporcionalmente entre los partidos, con base en la suma de los votos
obtenidos por sus candidatos en los circuitos. Se utiliza la fórmula
DHondt, con la modalidad de que a los partidos que hubieren ganado
algún circuito se le elimina un número igual de cocientes de mayor a
menor. Los cargos proporcionales correspondientes a cada partido se
adjudican, entre sus candidatos no ganadores, a los que obtengan los
porcentajes de votación más elevados. No hay lista7 .
Los miembros de las juntas parroquiales se eligen mediante repre-
sentación proporcional, utilizando la fórmula DHondt, en listas cerradas
y bloqueadas.

Los partidos políticos


Las elecciones nacionales de 1993 significaron un cambio impor-
tante para el sistema de partidos venezolano. Por primera vez desde el

6 En las elecciones de 1995 resultaron electos tres diputados excedentes,


de modo que el total de diputados a las asambleas legislativas aumentó
de 370 a 373.
7 Para un análisis de los efectos políticos de este sistema ver Molina y
Hernández (1994).
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80 Molins Vega y Pérez Bsrslt

inicio del período democrático, un partido diferente de Acción Democrá-


tica y COPEI gana las elecciones presidenciales, apareciendo una
nueva conformación partidista. El bipartidismo que había dominado por
más de dos décadas el escenario político es sustituido por un multipar-
tidismo inestable, donde los partidos tradicionales entran a competir con
nuevas fuerzas políticas, compartiendo las preferencias de un electora-
do cada vez más tendiente a la abstención, mucho más crítico hacia los
partidos políticos, y en general, con una desconfianza creciente hacia
las instituciones públicas.
El partido de gobierno, Convergencia Nacional, fue creado en 1993
con el objetivo de apoyar la candidatura presidencial del Dr. Rafael
Caldera, quien había sido el principal líder del partido COPEI. Conver-
gencia apareció como un movimiento político conformado por las más
diversas tendencias, sectores de independientes y anteriores simpati-
zantes de COPEI. Aun cuando este partido ha tratado de solidificarse
como tal, sigue manteniendo una imagen de poca fortaleza. Las elec-
ciones de 1995 constituyeron la primera prueba para el partido como tal.
El partido Movimiento Al Socialismo (MAS), actualmente en la
alianza gubernamental, ha logrado importantes posiciones a nivel regio-
nal. Con base en liderazgos personalizados, había obtenido en las
pasadas elecciones locales de 1992 cuatro gobernaciones, que fortale-
cieron notablemente al partido.
Dentro de la nueva conformación multipartidista, CausaR presenta
una singular importancia. Este partido surgió con una base local deflni~
da, el Estado Bolívar, extendiendo su influencia al resto del país.
(Barrios, 1995; López, 1994) Se ha caracterizado por un tono perma-
nente de crítica acérrima al gobierno y una oposición tenaz. En 1992
había obtenido un destacado triunfo en la Alcaldía de Caracas, y su
principal líder, Andrés Velázquez obtuvo una votación importante en las
elecciones nacionales de 1993. No presentó candidatos para la gober-
nación en algunos Estados, concentrando sus esfuerzos en los que
consideraba vitales.
Los partidos que habían sido los fuertes del sistema político
venezolano, AD y COPEI, se presentan a estas elecciones en condicio-
nes diferentes. COPEI, a pesar de sus triunfos en las elecciones
regionales de 1992 donde había obtenido diez de las veintidós gober-
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abstención, el personalismo y la desalineación 81

naciones, disminuyó significativamente su votación nacional en 1993,


producto parcialmente de la división que da origen a Convergencia.
Acción Democrática, por su parte, intenta recuperarse de las
graves consecuencias originadas por la destitución del presidente Car-
los Andrés Pérez, y de otros escándalos de corrupción, tratando de
restablecer su imagen de partido responsable. Las elecciones regiona-
les de 1992 habfan significado una derrota para AD, no solo por el hecho
de haber perdido varias gobernaciones importantes, sino que además
fueron consideradas como una expresión de rechazo a su gobierno, en
1993 ve descender nuevamente su votación .. Sus principales fortalezas
siguen siendo su poder de convocatoria como partido nacional y una
maquinaria partidista siempre efectiva.
Tal como en anteriores oportunidades, se presentaron a estas
elecciones un gran número de pequeños partidos y grupos de electores,
que obtienen votaciones mfnimas. Las candidaturas "independientes"
fuera de los partidos no parecen tener posibilidades de éxito, ni siquiera
a nivel local. Sin embargo, una excepción se presentó en 1995 en el
Estado Carabobo, la cual se mencionará más adelante.

La campaña electoral
Las elecciones regionales de 1995 se realizaron a menos de dos
años del inicio de la gestión de gobierno del Dr. Rafael Caldera, sin
embargo, la campaña electoral de 1995 estuvo más centrada en temas
y candidatos locales que en asuntos nacionales. Si bien la crisis econó-
mica y las dificultades del gobierno nacional estuvieron presentes, las
circunstancias propias de cada entidad colmaron la atención de los
votantes, dado que en cada Estado se presentaban diferentes posicio-
nes de los partidos como gobierno y oposición, e inclusive variaban las
alianzas entre ellos.
Las figuras principales de este proceso fueron sin duda los gober-
nadores, y en menor medida, los alcaldes. La evaluación de la labor de
gobierno del jefe del ejecutivo regional parece haber tenido un peso
decisivo en este proceso electoral, con lo cual se ha acentuado la
personalización de este tipo de elección. Más aun en el caso de la
reelección, la cual es posible en el perfodo inmediatamente siguiente
para los gobernadores y alcaldes. En esta oportunidad, siete goberna-
dores optaron por la reelección. El resto de los cargos apenas si tuvo
figuración en los medios de información.
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82 Molina Vega y Pérez Baralt

Dada la menor importancia que se le atribuye a las elecciones


locales, la campaña electoral de 1995 fue mucho más limitada y mode-
rada, en comparación con los procesos nacionales. Si bien los candida-
tos y propuestas se lanzaron con bastante anterioridad, la campaña
misma estuvo restringida en el tiempo, probablemente más por efecto
de las restricciones económicas, que de las regulaciones del Consejo
Supremo Electoral, que la limita a dos meses de duración.

El acto electoral y la participación


de los votantes
La votaciones se realizaron el 3 de diciembre de 1995. De los
10.338.393 ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente,
acudieron a las urnas de votación 4. 767.183, lo cual corresponde a una
participación del ·46.11 %; la abstención electoral fue del 53.89%. Este
nivel de abstención es similar al de los dos anteriores procesos para la
elección de gobernadores y alcaldes. Dado el inusual mente alto porcen-
taje de abstención para una elección nacional registrado en 1993
(cercano al 40%), aunado al carácter local de las elecciones de 1995,
algunos analistas habían pronosticado un aumento considerable de la
abstención, que no se produjo, si se compara con las anteriores elec-
ciones locales. Lo que parece haber ocurrido es una estabilización de
la abstención para las elecciones locales, en un nivel aproximado al
50%. Lo que sugiere que en general los niveles de abstención en
Venezuela tienden a consolidarse tanto para las elecciones locales
como las nacionales en niveles elevados (Ver Gráfico 1).
Un hecho interesante es que la abstención para estas elecciones
no se distribuye homogéneamente a lo largo del territorio, sino que es
más pronunciada en los estados con mayor urbanización y volumen de
votantes. Así lo sugiere el Gráfico 2, donde se presenta la relación entre
el volumen de electores en el estado 8 y abstención. La razón de este
fenómeno parece encontrarse en que los vínculos partidistas se han
resquebrajado más en las zonas altamente urbanizadas. Uno de los
factores que ha demostrado tener mayor incidencia sobre la abstención

8 El indicador del volumen de electores utilizados en el gráfico es la


contribución porcentual al total nacional que representa el número de
electores inscritos en cada estado.
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, el personalismo y fa desalineación 83

Gráfico 1
Abstencion ElectoraL
1958-1995

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Gráfico 2
Abstención y Población Electoral por Estado
Elecciones Regionales 1995

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84 Molina Vega y Pérez Baralt

en Venezuela es la afiliación partidista: los ciudadanos que poseen


vínculos partidistas tienden a votar con mayor frecuencia que quienes
se consideran a sí mismos como independientes o apolíticos. Los
estudios de opinión pública revelan que en los últimos años se ha
producido una erosión profunda de los vínculos partidistas en el electo-
rado venezolano (Malina y Pérez, 1994). Este proceso parece ser más
acentuado en las zonas urbanas, donde el acceso a medios de informa-
ción y la discusión es mayor. En 1995 los más altos porcentajes de
abstención se registraron en las entidades con mayor concentración de
votantes, es decir, los estados con mayor población urbana. Esto
conduce a la hipótesis de que las zonas urbanas presentan caracterís-
ticas particulares en su comportamiento electoral, como lo es una mayor
abstención y volatilidad electoral.
En relación a los votos nulos, alcanzaron el5.66%, lo cual significa
un ligero aumento con respecto al1992 (4.77%).
Por último, es necesario hacer referencia a las insistentes sospe-
chas de fraude que se hicieron presentes durante este proceso electoral,
particularmente las referidas al escrutinio. La información oficial del
Consejo Supremo Electoral sobre los resultados fue, en muchos casos,
inexplicablemente demorada, creando dudas sobre la pulcritud del
proceso. En consecuencia, en algunos estados se produjeron manifes-
taciones violentas, en rechazo a posibles fraudes, que motivaron la
intervención de las Fuerzas Armadas. Con posterioridad a los escruti-
nios, en algunas entidades, tanto estados como municipios, se ha
solicitado la impugnación de los resultados ante el Consejo Supremo
Electoral. Estos sucesos han acentuado el deterioro de la confianza en
la organización electoral, volviendo a hacer patente la necesidad de su
reforma para preservar la credibilidad de la democracia.

Los resultados, causas y consecuencias


El cuadro 1 presenta los resultados de las elecciones en cuanto a
porcentaje nacional de votos por partido, comparados con las elecciones
regionales de 1989 y 1992, y con las elecciones nacionales de 1993. El
cuadro 2 muestra el número de gobernadores obtenidos por cada
partido, comparando igualmente con la situación antes de diciembre de
1995, y con las elecciones anteriores.
La información contenida en estos cuadros sugiere, además del
punto relativo a la estabilización de la abstención considerado anterior-
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, e/ personalismo y la desalineación 85

mente, tres aspectos que analizaremos en esta sección: la recuperación


electoral de Acción Democrática, la permanencia del multipartidismo y
la marcada influencia de los asuntos regionales sobre el comportamien-
to electoral.
Cuadro 1
Resuitados Electorales en Venezuela
Elecciones Regionales de 1989, 1992 Y 1995
Elecciones Nacionales de 1993

Partido %de Votos


1989* 1992* 1993** 1995*
AD 39.5 31.3 23.3 34.5
COPEI 31.9 36.5 22.6 21.3
Mas 17.8 13.3 10.8 10.5
CausaR 2.5 8.1 20.7 12.7
Convergencia 13.6 8.6
Otros 8.3 10.8 8.9 12.4
Abstención 53.89%
Total Electores Inscritos REP 10338393
Total de Votos Válidos 4497567 94.34%
Total de Votos Nulos 269616 5.66%
Total de Votantes 4767183 100%

* Los porcentajes corresponden a la votación obtenida por los candidatos a gobernador


en los 22 estados, más la recibida por los candidatos a alcalde de los dos municipios del
Distrito Federal. De esta manera se obtiene una votación nacional, ya que el Distrito
Federal no elige gobernador. Excluyendo la votación del Distrito Federal, los resultados,
sólo para gobernadores en 1995, no varían significativamente de los descritos en el
cuadro: AD 33.99%, COPEI 22.53%, MAS 10.70%, CAUSA R 11.12%,
CONVERGENCIA 8.95% y OTROS 12.71%.
•• Los porcentajes corresponden a la votación por lista para los diputados al Congreso
Nacional.
Fuentes:
C.S.E Elecciones 1989~ Tomo l.
C.S.E Dirección General de Información Electoral. Resultados de Votación. Elección de
Gobernadores Y Estudio Estadístico de la reelección de Gobernadores y Alcaldes.
Elecciones 1992. Enero 1993.
C.S.!:. Dirección General de Estadísticas Electorales. Resultados de Gobernadores.
Elecciones 1995. Gobernadores Electos. Enero 1996.
C.S.E Publicaciones de la División de Estadística del Consejo Supremo Electoral. 1994.
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86 Malina Vega y Pérez Baralt

Cuadro 2
Gobernadores Electos por Partido
1989-1992-1995

Partido Número Total de Gobernadores


1989 1992* A** 1995
AD 11 7 8(a) 11
COPEI 6 9 8(b) 4
MAS 1 4 4(c) 4
CAUSAR 1 1 1 1
CONVERGENCIA - -
1(d) 1
OTROS 1 1 -@1 1

• Incluye el resultado de las elecciones repetidas por mandato de la Corte Suprema de


Justicia que resultaron en cambios: Delta Amacuro y Sucre donde el MAS ganó en la
repetición, y Barinas donde ganó COPEI en la nueva elección. En los tres casos
resultaron derrotados candidatos de AD proclamados por las juntas electorales de los
estados en 1992.
•• Presenta la distribución política de los gobernadores para el momento de las elecciones
en 1995. Los literales indican los cambios ocurridos desde 1992.
a) AD ganó Anzoátegui en elecciones que se realizaron debido a la destitución del
Gobernador electo en 1992 (OTROS) por voto de censura aprobado por la Asamblea
Legislativa. Pasa AD de seis a siete Gobernadores.
b) COPEI pierde el Zulia en elecciones que se realizaron debido a la renuncia del
Gobernador electo en 1992, a fin de dedicarse a la campana electoral de 1993. Pasa de
10a 9.
e) El MAS gana el Zulia en la elección Indicada en (b), y pierde el Amazonas por
destitución del Gobernador electo en 1992, mediante voto de censura de la Asamblea
Legislativa.
d) CONVERGENCIA gana Amazonas en la elección para reemplazar al Gobernador
destituido, ver (e).
e) EL Gobernador de Anzoátegui (MEP con apoyo de COPE! y el MAS) fue destituido
por la Asamblea Legislativa, ver (a).
Fuentea:
C.S.E Elecciones 1989. Tomo l.
C.S.E Dirección General de Información Electoral. Resultados de Votación. Elección de
Gobernadores y Estudio Estadístico de la reelección de Gobernadores y Alcaldes.
Elecciones 1992. Enero 1993.
C.S.E Dirección General de Estadísticas Electorales. Enero 1996.
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, el personalismo y la desalineación 87

Acción Democrática es el único partido que, en comparación con


1993, aumenta tanto su votación porcentual como absoluta. Al mismo
tiempo incrementa de ocho a once el número de gobernadores y recobra
la alcaldra de la ciudad capital. Sin embargo, no alcanzó la votación de
las regionales de 1989 y mucho menos la de 1988, cuando ganó las
elecciones presidenciales y obtuvo como partido a nivel parlamentario
el 43,2%. Se trata de una recuperación parcial, dentro de una situación
que sigue siendo multipartidista e inestable.
El éxito de Acción Democrática en estas elecciones responde a
varios factores: la selección de candidaturas con popularidad propia, el
rescate de la imagen de partido responsable mediante una polrtica de
oposición moderada, y la campaña para procurar disociarse de los
errores del pasado, uno de cuyos elementos más notorios fue la expul-
sión del ex-presidente Carlos Andrés Pérez, sometido a enjuiciamiento
por malversación de fondos públicos. A ello se agregan la capacidad
organizativa y el haber conservado, sobretodo en las áreas menos
urbanas, niveles importantes, aún cuando disminuidos, de personas
identificadas con la organización como simpatizantes o militantes. Esta
capacidad de movilización de un electorado identificado partidistamente
tiende a ser de gran relevancia en circunstancias de alta abstención,
como estas elecciones regionales.
COPEI es uno de los perdedores claros, al igual que Causa R. La
votación del primero se mantuvo estancada en el nivel relativamente
bajo de 1993 y pierde cuatro gobernaciones. Su posición de segunda
fuerza electoral se ve ahora en entredicho frente a la alianza de gobierno
MAS-Convergencia, que lo supera ligeramente en votos y gobernacio-
nes, aunque no en alcaldras, legisladores ni concejales. Es interesante
explorar las razones de esta situación, que contrasta con el éxito de AD,
el otro partido tradicional de gobierno. ¿Por qué uno se recupera y el
otro no? En primer lugar deben tomarse en cuenta factores locales.
Donde COPEI tuvo gestiones exitosas y presentó candidatos populares,
tuvo éxito. Tal es el caso de Miranda. En cambio en Carabobo, donde
la gestión del gobernador de COPEI fue muy exitosa, pero el partido se
negó a apoyar a su candidato más popular, éste se presentó como
independiente y ganó con facilidad, siendo el único candidato inde-
pendiente que ha logrado ganar una gobernación sin el apoyo de
ninguno de los principales partidos. En segundo lugar, el partido no se
ha recuperado organizativa ni polrticamente de la división protagonizada
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88 Molina Vega y Pérez Baralt

por el Presidente Caldera. En tercer lugar, la política de oposición radical


al gobierno, y la idea subsiguiente de transformar las elecciones locales
en un juicio al ejecutivo nacional, no tuvo los resultados esperados.
Causa R ve reducida su votación sensiblemente en relación con
1993, pierde tanto la Alcaldía de Caracas, como su bastión originario en
la gobernación del Estado Bolívar. Gana la gobernación del Estado
Zulia, el principal estado del país, apoyando la candidatura inde-
pendiente de Francisco Arias Cárdenas, militar retirado y segundo en
comando del intento de golpe de estado del 4 de febrero de 1994. Al
igual que en los casos anteriores, un primer factor tiene que ver con
aspectos estrictamente locales: una candidatura no suficientemente
atractiva en Bolívar, una gestión no exitosa en la Alcaldía de Caracas,
la ausencia de liderazgos individuales fuertes en otras regiones. A ello
se suma que pasadas la crisis política de 1992 y 1993, el partido ya no
podía seguirse beneficiando de la condición de canal del descontento
generado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez. El intento de mante-
ner este apoyo con base en una oposición radical al Presidente Caldera
no dio resultado, básicamente porque la actitud de la población frente
al gobierno no es la misma que en el período anterior. Finalmente, las
luchas internas por el control del partido han comenzado a aflorar,
golpeando la imagen que querían construir de organización distinta.
El Movimiento Al Socialismo mantiene su votación de 1993 y
conserva cuatro gobernaciones. Un resultado favorable que se logra
fundamentalmente por razones de tipo local. El MAS desde 1988 ha
afianzado su presencia política con base en liderazgos sociales perso-
nalizados. Donde ha desarrollado estos liderazgos o realizado gobiernos
exitosos se mantuvo o creció. Por el contrario cuando el liderazgo
individual se separa (Táchira) o la actuación de su gobernantes no
resultó suficientemente satisfactoria (Zulia y Delta Amacuro) sufre serias
derrotas. En todo caso, logró consolidar su espacio político y presentar
una imagen de victoria, que lo afianza como miembro de la coalición de
gobierno.
Convergencia, el partido del Presidente Caldera, se presenta en
general en alianza con el MAS, y en algunos casos con Acción Demo-
crática. Logra un gobernador propio y, en comparación con 1993 ve
reducida su votación. Sus resultados son diffciles de evaluar porque es
su primera elección sin la candidatura del Presidente Caldera. En todo
caso no fue víctima del descalabro que la oposición radical al gobierno
Elecciones regionales de 1995: la consolidación de la
abstención, e/ personalismo y la desalineación 89

pronosticaba. Con base a las gobernaciones obtenidas tanto por el MAS


como Convergencia, el gobierno ha podido reivindicar al menos que
estas elecciones, si bien no pueden ser vistas como un respaldo de la
poHtica oficial, tampoco pueden presentarse como un indicador de
rechazo globalizado.
No hubo una relación de correspondencia directa entre la actitud
negativa frente al gobierno nacional que registraban las encuestas y el
voto en las elecciones de 1995. Fue un factor, pero no el principal. Las
elecciones para gobernador en Venezuela han adquirido un matiz
fuertemente local aunque, por supuesto, no aislado del contexto nacio-
nal. Por ello, a pesar del descontento con la gestión oficial, no son
precisamente las fuerzas de oposición radical las que obtienen el triunfo,
ni los partidos de gobierno sufren una derrota contundente. El éxito o
fracaso de las candidaturas locales, si bien es influido en alguna medida
por el contexto nacional, se juega cada vez más en los méritos propios
dentro del panorama del estado o municipio.
El multipartidismo surgido de las elecciones de 1993 se vio confir-
mado, dentro de una situación de volatilidad electoral. Cinco fuerzas
continúan teniendo un papel relevante. Todas ellas con carácter de
gobierno en varios e importantes estados del país. Esta apreciación se
ve confirmada por los indicadores cualitativos del número de partidos.
En efecto, el número efectivo de partidos electorales, medido con el
indicador "N" , desarrollado por Laakso y Taagepera (1979) es de 5,12.
Semejante al que resultó en las elecciones presidenciales de 1993
(5,22). No obstante, como en otra oportunidad se ha señalado, no puede
hablarse aún de un multipartidismo estable (Molina y Pérez, 1994a). Un
indicador de la situación de volatilidad del electorado viene dada por el
hecho de que en trece estados hubo alternancia debido a la derrota del
partido de gobierno, a lo cual se suma que de siete gobernadores que
se presentaron a la reelección, solo dos resultaron victoriosos.
En términos _generales puede afirmarse que estas elecciones
tienden a confirmar la apreciación de que debido al proceso de relaja-
miento de los vínculos del electorado con los partidos (desalineación)
(Dalton y Wattenberg, 1993), el comportamiento electoral tiende a estar
Influido de manera cada vez más importante por factores de corto plazo
tales como la evaluación de los mandatarios en ejercicio y la personali-
dad de los candidatos. La afiliación partidista sigue siendo significativa,
sobretodo para explicar la votación de AD y en menor medida la de
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90 Malina Vega y Pérez Baralt

COPEI, pero en niveles muy inferiores a los que caracterizaron el


sistema poHtico venezolano hasta la década de los ochenta.

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