Biografía Rene Descartes

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Biografía

René Descartes nació en La Haye (Touraine) en 1596. En 1606 ingresa en el


colegio de jesuitas de La Flèche –«una de las escuelas más célebres de
Europa», como reconocerá años más tarde–, donde comienza sus estudios. De
su estancia en La Flèche, donde permaneció hasta 1614, proviene la atracción
e interés por las matemáticas. En 1616 obtiene la Licenciatura en Derecho en
Poitiers. Después de estos años de formación, reconoce sentirse confundido y
descontento de la enseñanza recibida y se dedica a estudiar por su cuenta y a
viajar por diversos países. En 1618 se enrola en el ejército del Príncipe
Mauricio de Nassau y parte hacia los Países Bajos, donde entabla amistad con
el matemático Isaac Beeckman, a quien dedica su primera obra, un Compendio
de Música. Al año siguiente, Descartes se encuentra en Alemania, alistado en
el ejército de Maximiliano de Baviera. Allí, en la noche del 10 de noviembre de
1619 tuvo tres sueños que anota e interpreta en un diario personal que titula
Olympica; en ellos entrevé el camino que conduce al fundamento de la ciencia
mediante la aplicación de un método similar al de las matemáticas. Durante
nueve años se ocupa en experimentar y precisar el verdadero método, que
expone en las Regulae ad directionem ingenii, obra inacabada, compuesta
entre 1628 y 1629, y que contiene en germen lo fundamental de su
pensamiento. En los años que van hasta la composición de las Regulae,
Descartes viaja a Italia, aunque reside la mayor parte del tiempo en Francia,
donde frecuenta el trato de hombres como Mersenne, con quien mantendrá
después una fecunda correspondencia, y el cardenal de Bérulle, fundador del
Oratorio, entre otros. Se ocupa también en diversos experimentos científicos y
tratados, la mayoría de los cuales no terminó. En 1628, deseoso de vivir
solitario y retirado, se traslada a los Países Bajos, donde permanecerá hasta
un año antes de su muerte. Es un tiempo de intensa especulación filosófica, en
el que escribe la mayor parte de sus obras. De 1630 a 1633 trabaja en un
Tratado del mundo que consta de una parte dedicada a los cuerpos inanimados
y otra a la naturaleza del hombre, que fueron publicadas por separado después
de la muerte de Descartes. Al enterarse de la condena de Galileo decide no
publicar la obra, invocando una «completa obediencia a la Iglesia», así como
su propia tranquilidad de espíritu, que considera los bienes más preciosos.
Cuatro años más tarde, en 1637, da a la imprenta tres ensayos, escritos en
diferentes fechas, que versan sobre los meteoros, la dióptica y la geometría, a
los que hace preceder de un Discurso del método para conducir bien la razón y
buscar la verdad en las ciencias, so obra más célebre, que constituye la
primera exposición –aunque incompleta y muy sucinta– del conjunto de su
doctrina. No obstante, su publicación pasó casi inadvertida, pues la polémica
se centró en los tres ensayos. Se dedica después a redactar en forma de
Meditaciones un breve tratado de metafísica, que consta de seis meditaciones.
Antes de publicarlo, da a conocer el manuscrito a diversos teólogos y
matemáticos para que expongan sus objeciones, que publica, junto con el
tratado y las propias respuestas, bajo el título de Meditationes de prima
philosophia (1641). Una traducción francesa ve la luz en 1647. Las
Meditaciones constituyen la exposición más amplia y profunda de su
metafísica, aunque no son exhaustivas. Acomete entonces la empresa de dar a
conocer su filosofía en un orden tal que pueda fácilmente servir para la
enseñanza y publica los Principia Philosophiae en 1644, cuya traducción
francesa aprobada por Descartes es de 1647. Con esta obra pretende, por un
lado, exponer el conjunto de su pensamiento –tanto la física como la
metafísica– y, por otro, introducir su filosofía en la enseñanza escolar,
sustituyendo a los manuales escolásticos entonces vigentes. En 1649 aparece
en Holanda un tratado sobre Las pasiones del alma cuando Descartes se
encontraba ya en Suecia, a donde se había trasladado ese mismo año
cediendo a los requerimientos de la reina Cristina. En esta obra expone su
psicología, que sentaría las bases de una moral definitiva que no llegó a
escribir. Murió cuatro meses después de su llegada a Estocolmo, el 11 de
feRené Descartes (1596-1650)
Descartes
Célebre filósofo y sabio francés. Descartes resuelve como dualista la cuestión
fundamental de la filosofía, la de la relación entre el pensamiento y el ser.
Admite dos substancias: la del cuerpo cuyo atributo es la extensión, y la del
alma cuyo atributo es el pensamiento. De donde, dos principios
independientes: el uno material, y el otro espiritual. La existencia del cuerpo y
del alma está determinada por una tercera substancia: Dios. En su física,
Descartes sostiene las tesis materialistas. La naturaleza es, según él, un
conjunto continuo de partículas materiales, la esencia de la materia es la
extensión, y el movimiento del mundo material es eterno y se efectúa de
acuerdo con las leyes de la mecánica: se reduce a la simple traslación de las
partículas, de los átomos en el espacio. Marx hizo notar que “en su física,
Descartes atribuye a la materia una fuerza creadora propia, y considera el
movimiento mecánico como su manifestación vital... En los límites de su física,
la materia representa la substancia única, la única razón del ser y del
conocimiento”. (Marx/Engels, Obras, Ed. alem.). Descartes repudiaba la
filosofía de la Edad Media y negaba la autoridad de la Iglesia. Profundamente
convencido de la potencia de la razón humana, quería crear un método nuevo,
científico del conocimiento del mundo, y substituir la fe ciega por la razón y la
ciencia. Recurre a la “duda” como método de razonamiento, con la ayuda del
cual puede librarse de toda idea preconcebida o noción habitual, y establecer
verdades irrefutables. Declara que duda de la exactitud de nuestras
representaciones del mundo así como de la existencia del propio mundo. Pero
al dudar de todo, debe reconocer, sin embargo, que duda, es decir, que piensa.
Y Descartes llega a la famosa conclusión idealista: “Pienso, luego existo”.
Partiendo así del hecho de la existencia de su propio “yo”, llega a la conclusión
de que el mundo exterior existe igualmente. Esta tesis cartesiana será utilizada
más tarde por el idealismo subjetivo.

En la teoría del conocimiento, Descartes es el padre del racionalismo (ver).


Estimaba que los sentidos no nos dan más que una representación confusa de
los objetos y pueden así inducirnos a error. Es la misma razón la que concibe la
verdad, por una intuición que le es propia, y la exactitud de una verdad se ve
confirmada no por la práctica y la experiencia, sino por la claridad y la nitidez
de nuestras ideas. El criterio de la verdad se halla, pues, en la razón misma.
Descartes fue el autor de la teoría idealista de las “ideas innatas”, tales como
las ideas de Dios, de la substancia corporal y de la substancia espiritual. Su
filosofía se esforzaba en conciliar la religión y la ciencia. No obstante,
Descartes fue en su época un físico y matemático eminente. Engels señala que
la “magnitud variable de Descartes señaló un punto crucial en matemáticas.
Con ella el movimiento y la dialéctica entraron en las matemáticas” (Dialéctica
de la naturaleza, Ed. rusa). Descartes es el fundador de la geometría analítica.
Sus concepciones materialistas de la naturaleza constituían un aporte al
progreso de la ciencia y de la filosofía, pero el lado idealista de su doctrina
contribuyó a la defensa de la religión. Su doctrina sufrió la influencia de la
ideología burguesa del siglo XVII que reflejaba, al lado de las tendencias
progresivas de la burguesía francesa de la época, el temor a las masas
populares, la adaptación a la monarquía feudal. Principales obras: Discurso del
método (1637), Meditaciones metafísicas (1641), Principios de la filosofía
(1644), Tratado de la luz (1664), Regulae ad directionem ingenii (1701).brero
de 1650.

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