Mentoreo Magistral
Mentoreo Magistral
Mentoreo Magistral
I. ¿QUÉ ES MENTOREAR?
El apóstol Pablo nos dice que todas las cosas tienen su raíz en Dios: “Porque en Él
vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17:28). Pablo recordó esto a los filósofos
de Atenas citándoles al poeta griego Epiménides. Dios es quien sustenta lo que
somos y hacemos aun como mentores. Él es el cimiento para mentorear.
La trinidad nos ofrece un concepto interesante como el de tres personas en una
relación de amor; Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo viven
eternamente en unarelación de amor el uno con el otro.
Relación
La trinidad nos provee el cuadro para hablar de la naturaleza de la relación del
mentoreo. De la manera como Dios es persona en relación, el mentor y
mentoreado también son personas en relación. El mentoreo ocurre en una
relación. Más aún, el mentor cristiano no provee meramente conocimiento, o
habilidades, o guía, de una manera profesional o despersonalizada. Él provee esas
cosas urgido por un corazón de amor hacia el mentoreado, y por la manera en que
ama.
Comunicación
Rendición de cuentas
Como Dios creó todas las cosas, todas rinden cuentas a Él. Todo el mundo es
sujeto de rendición de cuentas a Él como su hacedor (Romanos 9:20-21). Toda
persona comparecerá delante de Él y dará cuenta durante el Día del juicio (Génesis
18:25, Salmo 9:7-8, Hechos 17:31, Romanos 2:12-16…). Rendir cuentas es algo
necesario para las buenas relaciones.
Fue A.B. Bruce en su libro clásico El Entrenamiento De Los Doce quien trajo
conciencia a la iglesia sobre el hecho de que Jesús vino a la tierra con dos tareas:
Ciertamente Él vino para “salvar a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21); pero
también vino a levantar y entrenar líderes (Juan 17:6) quienes continuarían la obra
de Jesús después que él dejara la tierra y ascendiera al cielo. (Hechos 1:8,9),
Bruce resalta:
“Los doce entraron en la etapa última y más alta de discipulado cuando fueron
escogidos (de entre la masa de los seguidores) por su maestro; y los formó en un
grupo selecto, para ser entrenados para la gran tarea del apostolado…El gran
fundador de la fe no sólo deseaba tener discípulos, sino estar rodeado por
hombres a quienes Él pudiera entrenar para que hagan discípulos a otros…En la
oración intercesora, por ejemplo, Jesús habla del entrenamiento que había dado a
estos hombres como si aquello hubiera sido la parte principal de su ministerio
terrenal. Y, en algún sentido, así era.”
Jesús tuvo varios círculos de gente que se había afiliado a Él, en mayor o menor
medida. Hubo “grandes multitudes” que lo siguieron (Marcos 3:7); Él llamó a
discípulos diciéndoles “venid en pos de mí”(Mateo 4:19). Lo más importante, llegó
el momento en que Jesús escogió doce para ser apóstoles (enviados). Marcos
3:13-15.
Fue una parte importante de Su misión, identificar y equipar a los seguidores que
llegarían a ser líderes. Jesús, intencionalmente y a propósito, llamó y entrenó
líderes para el movimiento misionero de Dios. Para que ese movimiento continúe
2. Él oró
Jesús oró deliberadamente (Lucas 6:12-13), Jesús llamó a propósito, de la manera
en que estaba diseñado, designó doce para que fueran apóstoles, eso es: “los
enviados”. Estos fueron líderes que Él enviaría al mundo con el mensaje de las
buenas noticias.
¿Oramos de manera efectiva por líderes? (Rogad, pues, al Señor de la mies que
envíe obreros a su mies” (Mateo 9:38) ¿Estamos desarrollando en la iglesia
discípulos de los cuales surjan los futuros líderes?