AL Hayat (Completo)
AL Hayat (Completo)
AL Hayat (Completo)
La Vida
Al Haiat
La Vida
Muhammad Rida Hakimi, Muhammad Hakimi
y ‘Ali Hakimi
El conocimiento y su nobleza
Introducción
1 Estos versículos del Sagrado Corán constituyen la primera Revelación de Dios al Profeta
Muhammad (PBd). Vemos como se destaca la importancia del conocimiento en el Islam
desde el inicio de su Revelación.
que manifestáis y lo que ocultáis?’”.
(2:31-33)
3.- Sura Al-Yumu’a, El viernes.
“Él es Quien designó entre los iletrados a un Mensajero de entre
ellos para que les recite Sus versículos, les purifique y le enseñe la
Escritura y la sabiduría, pues, antes de ello, estaban en un extravío
evidente”.
(62:2)
4.- Sura Az-Zumar, Los grupos.
“¿Acaso quien adora en mitad de la noche prosternado y en pie,
temeroso del castigo en la otra vida y esperando la misericordia de
su Señor?. Di: ‘¿Acaso son iguales el que sabe y el que no sabe?’. En
verdad, sólo se deja amonestar la gente dotada de entendimiento”.
(39:9)
5.- Sura An-Na’am, Los rebaños.
“Di: ‘¿Son iguales el ciego y el que ve? ¿Es que no razonáis?’”.
(6:50)
6.- Sura Fatir, Creador.
“Y no son iguales el ciego y el que ve”.
(35:19)
7.- Sura Ar-Ra’ad, El trueno.
“Di: ‘¿Son semejantes el ciego y el que ve o se asemejan las tinie-
blas y la luz?’”.
(13:16)
8.- Sura Al-Baqara, La vaca.
“(Dios) Otorga la sabiduría a quien Él quiere. Y, a quien le es dada
la sabiduría, recibe un bien abundante. Pero no reflexionan más que
los dotados de intelecto”.
(2:269)
9.- Al-Ahzab, Los partidos.
“Recordad lo que es recitado del Corán en vuestras casas relativo
a las señales de Dios y la sabiduría. En verdad, Dios es sutil, está
bien informado”.
(33:34)
10.- Sura Ar-Ra’ad, El trueno.
“¿Acaso quien sabe que lo que ha descendido a ti procedente de tu
Señor es la Verdad es igual que el que está ciego?”.
(13:19)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“El Mensajero de Dios (PBd) llegó a la mezquita en tanto había
allí dos reuniones: una de estudio y otra de alabanzas y súplicas a
Dios. Entonces expresó (PBd):’Las dos reuniones son buenas. En
esta suplican a Dios y en la otra aprenden y enseñan a los que no
saben. Aquella es mejor. Para enseñar he sido enviado’. Luego se
sentó con ellos (con los que estudiaban)”.
(“Muniatul Murid”, pág. 13)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Kumail! No existe movimiento alguno que no te requiera de
un conocimiento”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 119)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“La pérdida de la vista es más llevadera que la pérdida de la inte-
ligencia”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 227)
4.- Del Profeta (PBd):
“Un hombre de los auxiliares1 fue hacia el Profeta (PBd) y le pre-
guntó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! Si se me presenta un entierro y una
1 Los auxiliares (ansares) eran los habitantes de Medina que se islamizaron y ayudaron al
Profeta (PBd). Los emigrados (muhayirin) eran los habitantes de La Meca que emigraron a
Medina junto con el Profeta (PBd).
reunión con un sabio, ¿a cuál prefieres tú que yo asista?’ .
El Enviado de Dios (PBd) le contestó: ‘Mientras haya para el cadáver
quien lo acompañe y lo sepulte, entonces por cierto que la presencia
en la reunión de un sabio es mejor que asistir a mil entierros, visitar
a mil enfermos, la vigilia de mil noches, el ayuno de mil días, mil
dirham dados en caridad a los pobres, mil peregrinaciones excepto
la obligatoria y mil combates en los cuales luchas en el camino
de Dios con tus bienes y con tu alma, excepto el obligatorio1. ¿Y
cómo se equiparan todas estas presencias con la asistencia ante un
sabio? ¿Acaso no sabes que Dios es obedecido y adorado con el
conocimiento y lo mejor de este mundo y del otro está con la ciencia,
mientras que el mal de este mundo y del otro se encuentra con la
ignorancia?’”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 12)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“No informen sobre aquello que no conocen perfectamente”.
(“Gurarul Hikam” pág. 332)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Ustedes tienen que entender (las palabras), no narrar (meramente
repitiéndolas)”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 160)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“El conocimiento es la raíz de todo bien”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 20)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“No consideren grande a nadie hasta que no se descubra su cono-
cimiento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 333)
9.- Del Imam Baqir (P):
“Aparta tu alma de la presencia del mal con la presencia del cono-
1 El combate obligatorio es aquel ordenado por el Profeta (PBd), los Imames (P) o sus repre-
sentantes justos.
cimiento. Emplea la presencia del conocimiento con la pureza de la
acción. Guarda la pureza de la acción de la gran negligencia con
la intensa vigilancia. Gánate la intensa vigilancia con la sinceridad
del temor (a Dios). Cuídate de la irreflexión del deseo vano con la
guía del intelecto. Y detente ante la victoria de las apetencias con
la orientación del conocimiento”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 207)
10.- Del Imam Sadiq (P), del Imam Baqir (P):
“¡Oh, hijo mío! Conoce los grados de nuestros seguidores en la
medida de sus narraciones y sus conocimientos. El conocimiento
en realidad consiste en la comprensión de la narración. Con la
comprensión de la narración, el creyente se eleva hasta el último
de los grados de la fe. He observado en un libro de ‘Ali (P) donde
figuraba que: ‘El valor y mérito de cada hombre es su conocimiento’.
En verdad que Dios, Bendito y Exaltado sea, juzgará a las personas
según la medida de intelecto que les ha otorgado en este mundo”.
(“Ma’anil Ajbar”, tomo I, pág. 2)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“La ciencia es la base de todo estado sublime y la cima de toda
dignidad elevada. Por eso el Profeta (PBd) declaró: ‘La búsqueda
de la ciencia es una obligación de todo musulmán y musulmana’.
Es decir, la ciencia de la piedad y la certeza”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 31 y 32)
12.- Del Imam Sadiq (P):
“Ustedes, ¡por Dios!, son aquellos de quienes Dios expresó: ‘Eli-
minaremos el rencor que quede en sus pechos. Hermanos sobre
lechos unos frente a otros’1. Ciertamente nuestros seguidores poseen
cuatro ojos: dos en la cabeza y dos en el corazón”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo II, pág. 244)
13.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando tenga lugar el Día de la Resurrección, Dios, Poderoso y
Majestuoso, reunirá a la humanidad en un sitio. Se colocarán las
1 Corán 15:47.
Balanzas y se pesará la sangre de los mártires con los lápices de los
sabios, prevaleciendo estos sobre aquella”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 14)
15.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros, de ‘Ali (P), del Profeta (PBd):
“La gente de mucho valor son quienes poseen muchos conocimiento,
y la gente de poco valor son quienes tienen poco conocimiento”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 112)
1 Corán 5:32.
del bien, ya sea poco o mucho, que ello se aceptará de ti’”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 87)
18.- Del Imam Sadiq (P):
“No es pertinente para quien no es sabio ser considerado dichoso,
y tampoco para quien no es paciente ser considerado perfecto. No
se puede esperar el bien de este mundo ni del otro para quien no se
cuida de criticar y censurar a los sabios. Es pertinente que el jui-
cioso sea veraz para que confíen en sus palabras y sea agradecido
para merecer más”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 268)
19.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! Luqman le dijo a su hijo: ‘¡Oh, hijo mío! El mun-
do es, en verdad, un mar profundo en el cual mucha gente se ha
ahogado. Allí tu barca debe ser el temor de Dios, su carga la fe, su
velamen encomendarse (a Dios), su capitán el intelecto, su guía el
conocimiento y su timón la paciencia”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 285)
20.- Del Imam Kazim (P) en un largo relato expresó:
“No hay salvación excepto con la obediencia. La obediencia está con
el conocimiento, el conocimiento con el aprendizaje y el aprendizaje
con el intelecto creyente. Y el conocimiento no proviene sino de un
sabio educador (con Sabiduría Divina)”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 8)
Capitulo II
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“La búsqueda de la Ciencia es una obligación para todo musulmán
y musulmana”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 177)
El intelecto y su activación
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Sólo se comprende todo el bien con el intelecto. No hay modo de
vida (o religión verdadera) para quien no tiene intelecto”.
(“Tuhaful ‘Uqul” pág. 44)
2.- Del Profeta (PBd):
“La gente elogiaba en su presencia a un hombre mencionando todas
sus buenas cualidades. Entonces el Mensajero de Dios (PBd) inqui-
rió: ‘Cómo es su intelecto?’. Le dijeron: ‘Oh, Mensajero de Dios! Te
hemos informado sobre él, de sus esfuerzos en la devoción y de todas
sus bondades, y tú nos preguntas por su intelecto?’ Él (PBd) explicó:
‘Por cierto que el tonto llegará con su tontería a algo más grave que
el corrupto con su corrupción. Mañana (en el Día del Juicio), los
siervos se elevarán en sus grados y alcanzarán la proximidad de su
Señor sólo en la medida de sus intelectos’”.
(“Tuhaful ‘Uqul” pág. 44)
3.- Del Profeta (PBd):
“Para cada cosa hay una herramienta y un instrumento; la herra-
mienta del creyente y su instrumento es el intelecto. Para cada cosa
hay un medio de transporte; la montura del hombre es su intelecto.
Para cada cosa existe un objetivo; el objetivo de la devoción es el
intelecto. Para cada pueblo hay un pastor (jefe o conductor); el
pastor de los devotos es el intelecto. Para cada comerciante existe
una mercadería; la mercadería de los sabios es el intelecto. Por cada
demolición hay una construcción; el constructor del otro mundo es
el intelecto. Y para cada viaje hay una tienda de campaña donde re-
fugiarse; y la tienda de campaña de los musulmanes es el intelecto”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 95)
4.- Del Profeta (PBd):
“Dios no reparte entre los siervos nada mejor que el intelecto. En-
tonces, el sueño del juicioso es superior a la vigilia del ignorante,
el desayuno del juicioso es mejor que el ayuno del ignorante, y la
detención del juicioso es preferible a la marcha del ignorante”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 91)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“El intelecto es el vehículo del conocimiento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 20)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“El hombre está en su intelecto”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 14)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si confirmo que alguien posee una de las buenas cualidades, yo
acepto esto de él y le perdono la ausencia de las demás. Pero no
dispenso la falta de intelecto y de religión. Porque separarse de la
religión es apartarse de la seguridad, y la vida no se disfruta con el
miedo. Y la falta de intelecto es como la ausencia de la vida, lo cual
sólo puede compararse con los muertos”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 27)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“El hombre es intelecto y cuerpo. Quien pasa por alto el intelecto y
se apega al cuerpo, nunca será perfecto. Es como una persona que
no tiene alma”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 7)
9.- Del Imam ‘Ali (P) que le dijo a su hijo Al-Hasan (P):
“Oh, hijo mío! En verdad, la más opulenta de las riquezas es el
intelecto y la pobreza más intensa es la estupidez”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.104)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“Oh, hijo mío! No existe pobreza mayor que la ignorancia ni priva-
ción más grande que la falta de intelecto”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 145)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“El intelecto es el mensajero de la verdad”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 15)
12.- Del Imam ‘Ali (P):
“El fundamento de todas las cosas (o de la religión) es el intelecto”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 315)
13.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los intelectos son guías de los pensamientos. Los pensamientos
son guías de las mentes. Las mentes son guías de los sentidos. Los
sentidos son guías de los miembros”.
(“Mustadraqun Nahy”, pág. 176)
14.- Del Imam ‘Ali (P):
“El intelecto es el reformador de todo asunto”.
(“Gutrarul Hikam”, pág. 30)
15.- Del Imam ‘Ali (P):
“Analicen profundamente la información cuando la escuchen y no en
forma superficial. Porque muchos son los narradores de la ciencia
y pocos sus investigadores”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.130)
16.- Del Imam ‘Ali (P):
“El intelecto es la base más fuerte”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 31)
17.- Del Imam ‘Ali (P):
“El intelecto es un sable cortante”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 20)
18.- Del Imam ‘Ali (P):
“El fruto del intelecto es el apego a la verdad”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 158)
Hacia la reflexión
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Una hora de reflexión es mejor que un año de devoción”.
(“Al Bahar”, tomo LXI, pág. 326)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Tu meditación acrecienta tu visión y te prepara para tomar el buen
consejo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 157)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien reflexiona, comprende”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 930)
4.- Del Imam Kazim (P):
“Para cada elemento existe un indicio. Él indicio del juicioso es la
reflexión, y el de la reflexión es el silencio”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 285)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Amir al-Mu’minin (P) declaró: ‘La meditación es la vida del co-
razón perspicaz’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 28)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“La reflexión es un espejo nítido”
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.090)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“La meditación del hombre es como un espejo: le muestra tanto sus
acciones bellas como las feas”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 227)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“Tu reflexión te dirige hacia el Camino Recto y te estimula a corregir
tu destino en el otro mundo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 227)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo Amir al-Mu’minin (P): ‘La meditación invita hacia el bien y
a practicar de acuerdo con él”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 55)
10.- Del Imam ´Ali (P):
“La prolongada reflexión (para tomar una iniciativa) hace elogiable
el resultado e impide la corrupción de los asuntos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 208)
11.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien medita antes de la acción, su trabajo será más firme”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 277)
12.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien mantiene despierto el ojo de su percepción, llega a la con-
clusión de sus anhelos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 288)
13.- Del Imam ´Ali (P):
“No existe adoración tal como la reflexión en la Obra de Dios,
Poderoso y Majestuoso”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 145)
14.- Del Imam Al-Askari (P):
“La abundancia de ayuno y de oración no constituyen devoción.
La adoración solamente es la abundante reflexión de los asuntos
de Dios”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 362)
15.- Del Profeta (PBd):
“Oh, Abu Dharr” Dos ciclos (de oración) moderados con reflexión
son mejores que permanecer de pie durante la noche mientras el
corazón está desatento”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 547)
16.- Del Profeta (PBd):
“Zaid ibn ‘Ali transmitió de sus padres que el Mensajero de Dios
(PBd) declaró: “Dos ciclos (de oración) ligeros con meditación son
mejores que estar de pie durante la noche”.
(“Zauabul Amal”, pág. 68)
17.- Del Imam Sadiq (P):
“La abundante adoración de Abu Dharr (Dios se apiade de él), era
la meditación y la ponderación. En un informe de Abu Dharr nos
llega que el Mensajero de Dios (PBd) dijo: “El juicio debe tener
tres momentos: un momento en el que invoca a su Señor, Poderoso
y Majestuoso; un momento en el cual se pide cuentas a sí mismo;
un momento en el que reflexiona en aquello que Dios, Poderoso y
Majestuoso, hizo para él1; y un momento en el que se retira y goza
de lo lícito”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 323)
18.- Del Imam ´Ali (P): en su legado a Al-Husein (P):
“¡Oh, hijo mío! La meditación hace surgir la luz, mientras que la
ignorancia, la oscuridad”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 65)
19.- Del Imam ´Ali (P):
“La ciencia no es igual a la meditación”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.139)
1 Aparentemente en esta tercera frase, la palabra “momento” está de más, de parte de los
copiadores del relato. En consecuencia la oración original sería: “un momento en el cual
se pide cuentas a sí mismo y reflexiona”. También cabe la posibilidad de que en el original
figuren “cuatro momentos”.
20.- Del Imam ´Ali (P):
“El resultado de meditar y comprender algo es superior al resultado
de estudiarlo y repetirlo (de memoria, sin razonarlo)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 227)
Capitulo V
La ignorancia y la necedad
(8:21-22)
2.- Sura Hud.
“Dijo (Dios): ‘¡Oh, Noé!En verdad, él no es de tu familia. Es un
acto incorrecto. Por tanto, no me pidas sobre lo que no tienes cono-
cimiento. Te prevengo para que no seas de los ignorantes’.
Dijo: ‘¡Señor mío!Me refugio en Ti de pedirte algo sobre lo que no
tengo conocimiento. Y si no me perdonas y tienes misericordia de
mí seré de los perdedores’”.
(11:46-47)
3.- Sura Al-Baqara, La vaca.
“Y (recuerda) cuando Moisés dijo a su pueblo: ‘Dios os ordena que
sacrifiquéis una vaca’. Dijeron: ‘¿Te burlas de nosotros?’. Dijo:
‘¡Dios me proteja de ser como los ignorantes!’”.
(2:67)
4.- Sura Al-Hayy, La peregrinación.
“Entre las gentes, hay quienes disputan sobre Dios sin conocimiento
y siguen a cualquier demonio rebelde”. “Entre la gente hay quien
disputa sobre Dios sin conocimiento y sin guía y sin una Escritura
luminosa”.
(22:3 y 8)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“La ciencia es la cabeza de todo bien, mientras que la ignorancia
es la cabeza de todo mal”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 175)
2.- Del Imam Rida (P):
“El amigo de todo hombre es su intelecto, mientras que su enemigo
es su ignorancia”.
(“Usul Al Kafi”, tomo I, pág. 11)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“La ignorancia equivale a la muerte”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 12)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“La ignorancia es la raíz de todo mal”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 20)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“La ignorancia es el más doloroso de los sufrimientos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 20)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“La ignorancia en el hombre resulta más perjudicial que la gangrena
en el cuerpo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 43)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“La ignorancia hace resbalar al pie”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 32)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“Si los siervos se detuvieran ante la ignorancia, nunca cometerían
impiedades y jamás se desviarían”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 261)
9.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no conoce las distintas opiniones será incapaz de encontrar
las soluciones”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 267)
10.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no conoce la entrada, al buscar la salida se queda perplejo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 364)
11.- Del Imam ´Ali (P):
“No verás al ignorante sino mezquinando o prodigando”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.116)
12.- Del Imam ´Ali (P):
“El hijo de Adán es similar a la piedra de toque: si es ignorante,
posee un valor insignificante; si es sabio, exhibe un elevado valor”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 150)
13.- Del Imam ´Ali (P):
“La ignorancia de las virtudes es el más abominable de los defectos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 53)
14.- Del Imam Sadiq (P):
“La ignorancia es una modalidad combinada en el hijo de Adán.
Su llegada es oscura y su retirada es luz. El siervo se junta con ella
como la sombra con el sol. ¿Acaso no has reparado en el hombre? A
veces se halla ignorante de las cualidades de su propia alma, más la
elogia, aunque al ver sus propios defectos en otro, se indigna. Otras
veces lo encuentras conocedor de su carácter e indignado por él,
pero es tolerante del mismo cuando está en otra persona.
Por lo tanto, él oscila entre el éxito y el fracaso. Si el éxito se le acerca
para ayudarlo, acierta; si se le aproxima el fracaso, se equivoca.
La llave de la ignorancia es la autocomplacencia y la creencia en sí
mismo, mientras que la llave del conocimiento consiste en modificar
estas cualidades cuando se tenga capacidad y éxito para ello.
El primer grado de la ignorancia es pretender conocer sin mereci-
miento. El siguiente es el desconocimiento de su propia ignorancia
(es decir, la ignorancia compuesta). El último es la negación de la
ciencia. No existe objeto alguno cuya afirmación sea en realidad,
su negación más que la ignorancia, este mundo y la codicia. Todos
ellos son como uno, y uno de ellos equivale a todos”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 93)
15.- Del Imam ´Ali (P):
“Le basta al hombre como ignorancia y desconocimiento de los
defectos de su propia alma”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 243)
16.- Del Imam ´Ali (P):
“Es suficiente para el hombre como muestra de su tontería el ob-
servar los defectos de la gente al punto que sus propios defectos se
le oculten”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 243)
17.- Del Imam ´Ali (P):
“Deja de hablar sobre lo que no sabes y sobre lo que no te incumbe”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 910)
18.- Del Imam Sadiq (P):
“El que obra sin percepción es como el caminante sin rumbo; su
velocidad en la marcha no lo incrementa sino en alejamiento”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 266)
Capitulo VII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Oh, gente! No existe bien alguno en una religión en la cual no hay
instrucción (profunda y abarcada)”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 307)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“‘Deben estar presentes cuatro elementos en todo aquel que posea
inteligencia e intelecto de mi comunidad’. Le preguntaron: ‘¡Oh,
Mensajero de Dios! ¿En qué consiste?’ Explicó (PBd): ‘Escuchar
la ciencia, memorizarla, difundirla y actuar de acuerdo a ella’”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 46)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien difunde una ciencia, recibe la misma recompensa que aquel
que obra conforme a ella”.
(“Al Mustadrat”, tomo III, pág. 185)
3.- Del Profeta (PBd):
“Haced caridad a vuestros hermanos con una ciencia que los guíe
y un pensamiento que los afirme correctamente”.
(“Udatul Da´i”, pág. 63)
4.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, ´Ali! Tres cosas pertenecen a las realidades de la fe: el gasto
del indigente (que da limosna a pesar de ser indigente); la justicia
con la gente de tu parte y dar ciencia a quien la busca”.
(“Al Hasal”, tomo I, pág. 125)
5.- Del Profeta (PBd):
“A quien oculte una ciencia beneficiosa, Dios lo embridará con
riendas de fuego el Día de la Resurrección”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 78)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“Oponeos a la ignorancia con el conocimiento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 205)
7.- Del Imam Yauad (P):
“Si los sabios ocultan el consejo, o ven a un extraviado y no lo
guían, o a un muerto y no lo vivifican, se traicionan a sí mismos.
¡Qué malo es lo que realizan! Pues Dios, Bendito y Exaltado, ha
pactado con ellos en el Libro que ordenarán aquello que se les ha
ordenado y vedarán todo cuanto se les ha prohibido; que cooperarán
mutuamente con el bien y la piedad, y no ayudarán recíprocamente
al pecado y la enemistad”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 54)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“Dios no comprometió a la gente ignorante que solicitaran la acla-
ración de la ciencia hasta haber pactado con la gente del conoci-
miento para que diluciden la ciencia para los ignorantes. Porque el
conocimiento está antes que la ignorancia”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 23)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Respecto de Su dicho Altísimo: ‘De aquello con que los hemos
enriquecido, gastan’ . (Explicó:) ‘De los que les hemos enseñado,
distribuyen’”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 267)
10.- Del Imam Baqir (P):
“Aquel de vosotros que aprende la ciencia recibe la misma recom-
pensa de quien la enseña, aunque este tiene superioridad sobre aquel.
Aprendan la ciencia del portador del conocimiento e instruyan a sus
hermanos como los sabios les han enseñado”.
(“Basairud Darayat”, pág. 4)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“Escribe y disemina tu ciencia entre tus hermanos, dejando tus libros
como herencia para tus hijos después de tu muerte. Sin duda que
llegará para los hombres un tiempo confuso, en el cual no intimarán
más que con sus libros”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 56)
12.- Del Imam Sadiq (P):
“Para cada elemento existe una caridad. La caridad de la ciencia
es que se le enseñe a su gente”.
(“Udatul Da´i”, pág. 63)
13.- Del Imam Sadiq (P):
“Por cada una de tus partes existe un impuesto para Dios Poderoso
y Majestuoso. El impuesto de la lengua consiste en aconsejar a los
musulmanes y despertar a los negligentes”.
(“Al Bahar”, tomo XCVI, pág. 7)
14.- Del Imam ´Ali (P):
“Visítense mutuamente y recuerden las tradiciones (hablando de
ellas). Si no hacen esto, ellas envejecerán”.
(“Al Mustadrat”, tomo IV, pág. 182)
15.- Del Imam Sadiq (P):
“Visítense mutuamente, ya que en sus visitas se vivifican tanto sus
corazones como el recuerdo de nuestras tradiciones. Nuestros relatos
harán que algunos de ustedes se inclinen sobre otros. Si los asimilan,
se encaminarán y podrán salvarse; pero si los abandonan, se des-
viarán y aniquilarán. Entonces, ¡tomen (conocimiento y consejo) de
ellos (de nuestros dichos)! que yo, de vuestra salvación, soy garante”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 61)
16.- Del Imam Rida (P):
“‘Dios tenga misericordia de un siervo que vivifica nuestras situa-
ciones’. Se le preguntó: ‘¿Y cómo se da vida a vuestros asuntos?’
Contestó (P): ‘Aprendiendo nuestra ciencia y enseñándosela a la
gente. Sin duda que si los hombres conocieran la belleza de nuestras
palabras, nos seguirían’”.
(“Ma’anil Ajbar”, tomo I, pág. 174)
17.- Del Imam Yauad (P):
“Según lo que narró Abdul Azim al-Hasani: ‘El encuentro con los
hermanos es la base de la tranquilidad del alma y de la fructuosidad
del intelecto, aunque sea breve’”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 94)
18.- Del Imam Baqir (P):
“Visítense en sus casas. Esto vivifica nuestro asunto”.
(“Al Jisal”, tomo I, pág. 22)
Capitulo IX
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P), describiendo a los piadosos del pasado:
“Han dedicado sus oídos a la ciencia que les resultaba de utilidad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 612)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Kazim (P):
El mensajero de Dios (PBd) ingresó a la mezquita mientras un
grupo rodeaba a un hombre. Él indagó (PBd):’ ¿De quién se
trata?’. Le respondieron: ‘Es un sabio eminente’. Él pregun-
tó (PBd): ‘¿Y qué es un sabio eminente?’ Entonces le contes-
taron: ‘Es el más conocedor de la gente sobre la genealogía
de los árabes, los acontecimientos, los días de la ignorancia1
y sobre las poesías árabes’. El Profeta (PBd) exclamó: ‘Esta es una
ciencia que no perjudica a quien la ignora ni beneficia a quien la
conoce’. Luego agregó: ‘Los conocimientos sólo son de tres tipos:
sobre un signo explícito, una obligación justa o una conducta esta-
blecida. Fuera de esto, lo demás es excedente”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 32)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“La reflexión en otra cosa que la sabiduría es voracidad (o vani-
dad)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 28)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Recuerda, ¡oh, Mufaddal!, aquello que es apropiado que el hom-
bre sepa y aquello que se le impidió conocer. Se le ha otorgado el
conocimiento de todo cuanto contiene la rectitud de su religión y de
su mundo. Con respecto a lo que involucra la rectitud de su religión,
encontramos el conocimiento del Creador, Bendito y Exaltado, con
argumentos y pruebas existentes en la creación. También el conoci-
miento de sus obligaciones en cuento a la realización de la justicia
sobre todos los hombres, la bondad con los padres, el cumplimiento
de los encargos, la asistencia a los íntimos y demás cuestiones se-
mejantes, cuyo conocimiento, reconocimiento e identificación existen
en la naturaleza y en la esencia misma de cada comunidad, ya sea
coincidente o discrepante con él.
En cuanto al conocimiento que se le otorgó para el bienestar del mun-
do, tenemos la agricultura, la forestación, la minería, la ganadería,
la hidráulica, la ciencia de las hierbas medicinales, la extracción de
sustancias minerales, la navegación y las actividades submarinas,
1 Yahilia: época preislámica.
los artificios de la caza y la pesca, el ejercicio de artes y oficios,
los distintos aspectos del comercio y las actividades lucrativas, y
otros temas además de todo esto, cuya enumeración y descripción
resultaría prolongada y excesiva, en lo cual se halla el bienestar de
su situación en este mundo. En definitiva, se le ha otorgado el co-
nocimiento de todo aquello que perfecciona su religión y su mundo.
Por otro lado se le ha negado todo lo que se encuentra fuera de esto,
lo cual no está en posición de saber ni tiene poder para alcanzar,
como el conocimiento de lo oculto, de todo lo existente y de parte
de lo que ha acontecido. Observa, pues, cómo se le ha otorgado
al hombre el conocimiento de todo cuanto necesita para su modo
de vida y su mundo, así como se le ha negado todo cuanto está al
margen de esto, para que conozca su valor y su defecto. En ambos
asuntos está su rectitud.
Ahora contempla, ¡oh, Mufaddal!, aquello cuyo conocimiento se le ha
prohibido al hombre, como el término de su vida. En verdad que si él
conociera la medida de su existencia y supiera que es breve, nunca
la aprovecharía debido a la espera de la muerte y la expectativa por
un momento que él ya conoce. Por el contrario, sería como quien ve
desvanecerse sus bienes o aproximarse a la desaparición. De esta
manera se sentiría pobre, temeroso de la extinción de sus riquezas
y con miedo a la miseria. Quien tiene certeza del final de su vida, se
arraiga en él la desesperanza, a pesar de tener una larga existencia”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 83 y 84)
Capitulo XI
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien pretenda haber alcanzado el límite del conocimiento, mani-
fiesta el límite de la ignorancia”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 300)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“El límite máximo del intelecto es el reconocimiento de la ignoran-
cia”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 222)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Comprende, ¡oh, hijo mío!, mi legado. Si algo de él te resulta di-
fícil, achácalo a tu ignorancia al respecto. Por cierto que cuando
tú recién fuiste creado, eras ignorante. Luego aprendiste, pero aún
existen muchos temas que desconoces, en los cuales tu opinión se
desconcierta y tu inteligencia se extravía. Luego lo entenderás”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 917)
Debemos tener en cuenta que el Islam, además de abrir el camino hacia
el conocimiento de la existencia y descubrir las realidades de la vida,
convoca y anima a adquirir dicha ciencia, como podemos apreciar en muchas
enseñanzas coránicas y tradicionales. Por este motivo Dios ha otorgado al hom-
bre los instrumentos de observación y análisis, como lo expresa el Altísimo:
“Dios os extrajo del vientre de nuestras madres sin que supierais
nada. Y estableció para vosotros el oído, la vista y el corazón. Quizá
así seáis agradecidos”.
(16:78)
Capitulo XII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“No se perciben (las realidades) con la vista. Los ojos engañan a sus
dueños, mientras que el intelecto no miente a quien es aconsejado
por él”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.223)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Daisani le planteó a Sadiq (P): ‘Tú sabes que nosotros no acepta-
mos más que aquello que captamos con nuestra vista, o escuchamos
con nuestros oídos, o saboreamos con nuestras bocas, u olemos
con nuestras narices, o tocamos con nuestra piel’. Entonces Abu
Abdullah (el Imam Sadiq - P-) le replicó: ‘Has mencionado a los
cinco sentidos, mientras que ellos no benefician a la interpretación
salvo mediante la razón, del mismo modo que la oscuridad no se
interrumpe con otra cosa que la luz’”.
(“Ieshad”, pág. 281)
3.- Del Imam Sadiq (P):
En la “tradición elíptica” (conversación que el Imam -P- mantuvo
con un médico hindú):”Por cuanto rechazas todo excepto la igno-
rancia, y pretendes que los elementos no se perciben más que con los
sentidos, te informo que ellos no contienen una comprensión directa
de las cosas ni su conocimiento si no es mediante el corazón. Él es
prueba y expositor de cuestiones que tú pretendes que el mismo no
conoce excepto con ellos (los sentidos).
Sin embargo tú sabes que ciertas veces los sentidos desaparecen, o
falta alguno de ellos, y mientras tanto el corazón evalúa los objetos
en los cuales hay perjuicio o beneficio, tanto de las cuestiones pú-
blicas como privadas, y de ese modo ordena y prohíbe, ejecutando
su orden y perfeccionando su determinación. ¿Acaso no sabes que
el corazón permanece luego de la desaparición de los sentidos?”.
(“Al Bahar”, tomo LXI, pág. 55)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Infórmame: ‘¿Nunca piensas sobre el comercio, la industria, la
construcción o la medida de algo, ejecutándolo cuando confirmas
tu suposición en la imaginación?’. Le contestó: ‘Sí’. Continuó (P):
‘¿Asocias tu corazón con los sentidos en esta consideración de un
objeto?’. Le respondió: ‘No’. El prosiguió (P): ‘¿Sabes que aquello
que tu corazón te informa es la verdad?’. Le contestó: ‘En efecto,
así es’”.
(“Al Bahar”, tomo LXI, pág. 62)
Capitulo XIII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Rida (P):
“Del Profeta (PBd): ‘El conocimiento es el guía de la acción”.
(“Udatul Da´i”, pág. 64)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“La ciencia se relaciona con la acción. Entonces, quien sabe, actúa.
El conocimiento convoca a la acción; si no le responde, él se aleja”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.256)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no practica de acuerdo a su conocimiento, no sabe nada”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 308)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“La ciencia implica crecimiento para quien actúa conforme a ella”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 28)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“El conocimiento te dirige; la acción te hace arribar a la meta”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 53)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“No busques encaminarte hacia la previsión (a la firmeza o reso-
lución) sin la guía del intelecto, pues errarás en los caminos de la
opinión. El más alto grado del intelecto es el conocimiento de la
verdad por sí misma, y el más alto grado del conocimiento implica
que el hombre conozca los límites de su ciencia”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 7)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Cuán a menudo a un sabio lo mata su ignorancia mientras que su
conocimiento no le resulta provechoso!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.135)
8.- Del Profeta (PBd):
“La ciencia es de dos clases: la ciencia de la palabra, la cual cons-
tituye un argumento en contra del hijo de Adán, y la otra que se
localiza en el corazón y es el conocimiento beneficioso”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 33)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Los hombres son de tres categorías: un ignorante que se niega a
aprender; un sabio cuya ciencia lo hace prevalecer, y un juicioso
que actúa para el mundo y el más allá”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 239)
10.- Del Imam Al-Askari (P):
“Dijo Muhammad ibn ´Ali al-Baqir (el quinto Imam - P-): ‘El sabio
es como quien lleva un candil con el cual ilumina a la gente: todo
aquel que ve la luz, suplica el bienestar para él. De este modo un
sabio con su candil hace desaparecer las tinieblas de la ignorancia
y la confusión’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 4)
11.- Del Imam ´Ali (P):
“La cabeza de la ciencia es la humildad; su visión es el alejamiento
de la envidia. Su intelecto consiste en conocer las causas de los asun-
tos. Entre sus frutos se encuentra la piedad, la evasión del deseo, el
apartamiento del pecado, el amor a los hermanos, escuchar a los
sabios, detestar la cercanía de la falsedad, apreciar el seguimiento
de la verdad, decir la verdad, alejarse de la alegría que implica
negligencia y de un acto que sea seguido por el arrepentimiento.
La ciencia incrementa el intelecto del juicioso y hace heredar a su
estudioso cualidades loables subyuga la ambición, desbarata la
intriga, aniquila la avaricia, coloca todo salvajismo en cautiverio y
acerca el camino recto que estaba alejado”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 6)
12.- Del Imam ´Ali (P), s obre las características del estado de un
creyente:
“Vivifica su intelecto y hace morir a su alma, hasta quebrantar su
vanidad y suavizar su rudeza, brillando para él el resplandor de
muchos relámpagos que le aclaran el camino y lo conducen por el
mismo. Los propósitos lo impulsan hacia la puerta de la integridad
y la morada permanente. Y sus pies se afirman con la tranquilidad
de su cuerpo en el reposo de la seguridad y el sosiego, por aquello
en lo que ocupó su corazón, complaciendo a su Señor”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 692)
13.- Del Imam ´Ali (P):
“Aleja de ti las penas que te lleguen con la constante paciencia y
la correcta certeza”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 935)
14.- Del Imam Baqir (P):
“No hay luz como la luz de la certeza”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 208)
15.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no posee certeza en su corazón, su acto no lo obedece”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 294)
16.- Del Imam ´Ali (P):
“La mejor experiencia es aquella que te aconseja”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 931)
17.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Sepan que la más penetrante de las miradas es aquella que alcanza
el bien y la audición más perceptiva es aquella que comprende el
consejo y lo acepta!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 311)
Capitulo XIV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal! Medita acerca de toda clase de objetos que percibes
en la creación, ya sea pequeño o grande, lo consideres valioso o no.
Debes saber que la jerarquía de un elemento no corresponde a su
valor. Por el contrario, para cada cosa existen dos precios diferentes
en dos mercados.
Es posible que resulte barato en el mercado comercial y valioso en el
mercado del conocimiento. No empequeñezcas la consideración de
algo por su escaso valor (comercial). Si los estudiantes de química
analizaran lo que contiene el excremento, lo compararían con un
precio elevado y lo encarecerían (aún más)”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 136)
2.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! Estudia aquello que no conozcas y enseña lo que
sabes. Respeta a los sabios por su ciencia y considera pequeño a un
hombre ignorante, mas no lo rechaces de ti, sino, por el contrario,
llámalo y enséñale”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 290)
Capitulo XV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ‘ A l i (P), sobre las admirables características de la crea-
ción de las especies animales:
“Si reflexionasen sobre el Inmenso Poder y la Enorme Merced (de
Dios), retornarían al camino y temerían el Castigo del Fuego. Pero
los corazones son débiles y las mentes defectuosas. ¿Acaso no ven
en las pequeñas cosas de lo creado como se consolida su creación y
se afirma su estructura siendo dotadas de oídos, vista, huesos y piel?
Observen la hormiga, con su cuerpo pequeño y su débil aspecto,
próximo a ocultarse de la mirada y de la comprensión mental. Vean
cómo avanza sobre su terreno, se lanza sobre su sustento, transporta
el grano hacia su hormiguero, depositándolo en su lugar. Ella junta
en la época de calor para la de frío, y en las estaciones de lluvia
para la sequía. Así es garantizado su sustento, siendo provista
para su supervivencia. No la descuida el Generoso y no la priva el
Remunerador, aunque esté en la roca árida y en la piedra seca. Si
reflexionas en su aparato digestivo, su parte alta y su parte baja,
en lo que contiene en el interior de su abdomen, en los ojos y oídos
que existen en su cabeza, sacas como conclusión lo asombroso de
su creación y te encuentras abrumado por sus cualidades.
¡Exaltado Sea Quien la estableció sobre sus patas y la creó sobre
sus pilares! Ningún formador se le ha asociado en su forma, ni lo
ha ayudado ningún poderoso en su creación. Aunque te concentres
en los caminos de la reflexión para llegar a la meta, nunca serás
encaminado por nada a menos que comprendas que el formador de
la hormiga es el formador de la palmera, por el minucioso detalle
de cada cosa, y la compleja diversidad de todo lo existente. Nada
en Su creación resulta grosero ni sutil, pesado ni liviano, fuerte ni
débil, sino que son equivalentes.
(“Nahyul Balagha”, pág. 736)
2.- Del Imam ´Ali (P), sobre la creación del cielo y el ser:
“Ahí están el cielo, el aire, el viento y el agua. Observa al sol, la luna,
las plantas, los árboles, el agua y la piedra. Contempla la sucesión
de la noche y el día, el movimiento de los mares, la magnitud de las
montañas y la altura de sus cimas. También mira la separación de los
idiomas y diferentes dialectos. ¡Guay de quien niega al Evaluador y
rechaza al Organizador! Pretenden que ellos son como plantas que
no tienen un sembrador y que la diversidad de sus formas no posee
un Creador. Mas no se apoyan en un argumento para su pretensión
ni investigan al respecto. ¿Acaso puede existir una construcción sin
constructor, o un crimen sin criminal?”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 737)
3.- Del Imam ´Ali (P), sobre las diferentes formas de las aves:
“Ha provisto claros argumentos respecto de la sutileza de Su
creación y la inmensidad de Su Poder. Los intelectos lo obedecen
reconociéndolo y sometiéndose a Él. En nuestros oídos resuena el
argumento de Su Unidad. Ha hecho proliferar diferentes formas de
aves, las cuales ha establecido en el verdor de la tierra, en las grietas
de sus desfiladeros, en las montañas linderas. Son poseedoras de
alas distintas y formas diversas, sometidas a Su Orden vuelan con
el aleteo de sus alas moviéndolas en la dilatada atmósfera y en el
amplio espacio. Las ha creado en maravillosas formas manifiestas,
cuando antes no existían”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 530 a 532)
4.- Del Imam ´Ali (P), sobre la maravillosa creación del pavo real:
“Entre Sus creaciones más maravillosas se encuentra la del pavo
real, el cual ha establecido sobre el más firme equilibro, distribu-
yendo sus colores en la mejor disposición. Tiene alas que tapan
plumas y una cola que se extiende al desplegarse. Se envanece con
sus colores y se pavonea arrastrando su cola. Esto te lo refiero para
tu observación”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 530 y 532)
5.- Del Imam ´Ali (P), sobre la maravillosa creación del murciélago:
“Entre las sutilezas de Su creación y maravillas de Su Sabiduría
tenemos aquello que no ha mostrado de la misteriosa sapiencia
en los murciélagos, a quienes la luz los retiene mientras que ella
anima a cada ser, y las tinieblas los animan en tanto sujetan a todo
lo viviente. Vean cómo sus ojos son débiles para aprovechar del sol
brillante, cuya luz los guiaría en sus caminos y su manifestación les
permitiría alcanzar su objetivo.
Sin embargo el brillo de su luz y la intensificación de sus rayos lo
rechaza, obligándolo a cubrirse en su escondite de la marcha de su
resplandor. Entonces él durante el día, deja caer sus párpados sobre
sus pupilas, mientras que la noche se torna para él una lámpara con
la cual se guía en la búsqueda de su sustento. Su vista no rechaza la
oscuridad de las tinieblas ni la intensidad de las sombras le impide
penetrar en ellas.
Y cuando el sol arroja su velo, aparece la alborada del día y la
irradiación de la luz cae sobre el lagarto en su madriguera, enton-
ces sus párpados se cierran sobre sus lagrimales y se contenta con
la provisión que obtuvo en las tinieblas de la noche. ¡Alabado sea
Quien hizo para él la noche como día y medio de supervivencia, y
del día sosiego y reposo! Ha hecho para él alas de su propia carne,
con las cuales remonta vuelo ante la necesidad.
El arco de las mismas carece de plumas y canutos, pudiéndose apre-
ciar el sitio de las venas claramente marcado. Posee dos alas que
no son tan delgadas como para que se rompan ni tan gruesas que
resulten pesadas. Vuela mientras su prole permanece aferrada a él,
refugiándose en él, siguiendo sus movimientos sin separarse de él
hasta que sus bases se fortalezcan. Él la transporta para poner en
movimiento sus alas, conociendo su modo de vida y su propio interés.
¡Alabado sea el Creador de todas las cosas sin modelos ni prece-
dente alguno!”
(“Nahyul Balagha”, pág. 483 y 484)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal! Observa el aspecto de una partícula insignificante,
pequeña. ¿Encuentras en ella alguna falta de aquello que le resulta
necesario? ¿De donde proviene esta virtud y exactitud en la creación
de una partícula, sino de la formación establecida en lo pequeño y
lo grande de la creación?.
Observa a la hormiga y su organización y disposición para la acu-
mulación de su alimento. Si la comparas transportando el grano a
su hormiguero con la gente llevando su sustento, verás que no hay
entre la gente algo similar al esfuerzo y la prisa de la hormiga. ¿No
las ves ayudándose mutuamente en el transporte? Luego sostienen
el grano y lo cortan para que no germine y se estropee. Si le llegara
humedad, lo sacan y extienden para que se seque. Además la hor-
miga elige para su hormiguero una zona alta de la tierra, para que
no lo inunde una corriente y lo destruya. Ellas realizan todo esto
sin intelecto ni reflexión, pero mediante la naturaleza con las que
se las creó para su beneficio, que es una Bondad de Dios, Poderoso
y Majestuoso”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 101 y 102)
Capitulo XVI
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Ibn Mas’ud! Quien aprende la ciencia deseando con ella este
mundo y prefiere el amor al mundo y sus adornos por sobre ella, me-
rece que la Ira de Dios caiga sobre él. Tal se encuentra en el escalón
más bajo del Infierno, junto a los judíos y cristianos que rechazaron
el Libro de Dios Altísimo. Dios, Exaltado Sea, expresa: ‘Cuando les
llegó lo que conocían, descreyeron de ello. ¡La maldición de Dios
sobre los que descreen!’1”.
(“Makaramul Ajlaq”, pág. 528)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Cuídense de buscarlo (al conocimiento) por cuatro motivos: para
ufanarse con él ante los sabios, o dominar a los tontos, o aparentar
en las reuniones, o atraer el rostro de la gente hacia ustedes y así
ejercer su liderazgo”.
(“Irshad”, pág. 111)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien aprende, obra y enseña para Dios, Poderoso y Majestuoso,
es mencionado en el Reino de los cielos exaltadamente. Y se dice:
‘¡Aprendió para Dios, obró para Dios y enseñó para Dios!’”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 46)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Aprende para la instrucción y la rectitud”.
(“Al Kafi”, tomo VII, pág. 172)
1 Corán, 2:89.
Capitulo XVII
1 Corán, 50:37.
zón esté dispuesto para Tu amor, ocúpalo con Tu recuerdo, revívelo
a través del temor y el miedo a Ti, fortalécelo con el anhelo hacia
Ti, inclínalo hacia Tu obediencia, encamínalo por el más apreciable
de los senderos hacia Ti y humíllalo con el deseo de lo que está ante
Ti a lo largo de toda mi existencia”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 145 y 146, súplica 21)
15.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y haz que anhele
obrar por Ti para el otro mundo, hasta sentir la sinceridad de esto en
mi corazón y que el desapego respecto de este mundo domine sobre
mí, para realizar las buenas obras con sumo placer, deseándolas,
y salvarme de las obras malas por el miedo y el temor. Y otórgame
‘una luz con la que caminar entre la gente’1 y sea encaminado con
ella entre las tinieblas, y pueda iluminarme para apartarme de las
dudas y las ambigüedades”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 151, súplica 22)
16.- Del Imam Baqir (P):
“Cuídate de la negligencia, porque acarrea como resultado la dureza
del corazón”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 207)
17.- Del Imam Sadiq (P):
“La abundancia de sueño es producida por el exceso de bebida, y
este es provocado por la abundancia de saciedad. Ambos hacen pe-
sada la obediencia al alma y endurecen el corazón para la reflexión
y la humildad”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVI, pág. 189)
18.- Del Imam ´Ali (P):
“No sospechen, pues caerán en la duda. No se rebajen a ustedes
mismos, porque entonces se engañarán. No conspiren respecto de la
verdad porque se perjudicarán. Pídanle a Dios la certeza y ruéguenle
en el bienestar. La certeza es lo mejor de lo que el corazón contiene”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 54)
1 Corán, 6:122.
19.- Del Profeta (PBd):
“La peor ceguera es la del corazón”.
(“Ijtisas”, pág. 339)
20.- Del Imam Baqir (P):
“Los corazones son de tres tipos: un corazón invertido en el cual no
se halla nada bueno, que es el del impío; un corazón que presenta
un punto negro, en el cual el bien y el mal compiten, resultando
vencedor el más fuerte de ambos; y un corazón abierto en el cual
hay una lámpara que ilumina, cuya luz no se apaga hasta el Día de
la Resurrección, y es el corazón del creyente”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 51)
Capitulo XVIII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Lo mejor de aquello que se le otorga al corazón es la certeza”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 173)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Dios -Glorificado Sea Su Favor- en todo momento y en la época
del intervalo (entre el surgimiento de un Profeta y otro), no aban-
dona a unos siervos, salvándolos mediante su comprensión interna
y hablándoles a la esencia de sus intelectos. Entonces iluminan la
vista, el oído y el corazón con la luz de la vigilia, recordando los
días de Dios”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 703)
3.- Del Imam Baqir (P):
“La certeza es la mayor riqueza”.
(“Uasail”, tomo I, pág. 62)
4.- Del Imam Baqir (P):
“No existe luz comparable a la luz de la certeza”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 208)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Busqué la luz del corazón, entonces la encontré en la reflexión y
el llanto”.
(“Mustadraq”, tomo II, pág. 357)
6.- Del Imam Baqir (P), sobre el Dicho de Dios Altísimo: “Verdadera-
mente, en ello hay signos para quienes prestan atención”1, explicó:
“Ellos son los Imames. El Mensajero de Dios ha dicho: ‘¡Cuidaos
de la sagacidad del creyente, porque ciertamente observa con la luz
de Dios!’ debido a Su dicho Altísimo: ‘Verdaderamente, en ello hay
signos para quienes prestan atención’”.
(“Basairul Darayat”, pág. 357)
7.- Del Imam Rida (P), de sus ancestros (P), del Mensajero de Dios:
“El creyente observa con la luz de Dios”.
(“Al Bahar”, tomo LXVII, pág. 75)
1 Corán, 15:75.
8.- Del Imam ´Ali (P), respecto de la descripción del creyente:
“Se pone a disposición de Dios, Glorificado Sea, en los asuntos más
elevados. Cumple correctamente todo cuanto le concierne. Liga cada
cuestión con su fundamento (religioso). Ilumina las tinieblas y devela
lo encubierto. Es la llave de lo ambiguo; resuelve las dificultades y
guía en los desiertos. Cuando habla hace comprender”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 210)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Debes saber que la obra constante, escasa pero con certeza, es
superior ante Dios que el acto abundante pero sin certeza”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 264)
Capitulo XIX
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Aquel cuyo corazón no ha alcanzado la certeza, no controla su
acción”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 294)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien tiene certeza actúa denodadamente”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 269)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Rechaza de ti la aparición de las preocupaciones con la constante
paciencia y la correcta certeza”
(“Nahyul Balagha”, pág. 935)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“‘No existe nada ilimitado’. Se le preguntó entonces: ‘¿Cuál es el
límite de la certeza?’ Contestó (P): ‘No temer a nada’”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 266)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Sé un convencido, y serás fuerte”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 245)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Mover las montañas es más fácil que mover un corazón de su
lugar”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 263)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Compórtate como quien está viendo con sus propios ojos”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 46)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“La resolución es acorde a la medida de la opinión (el conocimien-
to)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 215)
9.- Del Profeta (PBd):
“Quien conoce la prueba es paciente a su respecto; quien no la
conoce, la niega”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 83)
10.- Del Imam ´Ali (P):
“No persevera para la verdad excepto aquel que conoce su bene-
ficio”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 349)
11.- Del Imam ´Ali (P):
“No persevera sobre la amargura de la verdad sino quien tiene
certeza de la dulzura de su conclusión”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 353)
12.- Del Imam Sadiq (P):
“La paciencia proviene de la certeza”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 20)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“La ciencia es una fortaleza segura”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 14)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Mediten sobre las condiciones de los creyentes que les precedieron,
como se encontraban en una situación de tentación y prueba. Pres-
ten atención a cuando estaban reunidos, con deseos armonizados
y corazones equilibrados, ayudándose mutuamente con las manos
y las espadas, mientras las inteligencias eran penetrantes y las de-
terminaciones únicas. ¿No dominaban entonces, la faz de la Tierra
y gobernaban sobre todo el mundo?”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 802)
El desenlace en la acción
La conciencia social
1 Corán, 23:60.
La preparación para la purificación del alma
La buena expresión
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“La inteligencia (del creyente) es penetrante y las determinaciones
son únicas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 802)
2.- Del Imam Rida (P):
“La ciencia unifica más a sus poseedores que sus padres”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, Pág. 131)
Capitulo XXI
El conocimiento experimental
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“A quien actúa de acuerdo a lo que sabe, Dios le legará el conoci-
miento de lo que no sabe”.
(“Al Bahar”, tomo XL, pág. 128)
1 Corán, 35:28.
y en el otro”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 16)
16.- Del Imam Sadiq (P):
“El intelecto es guía del creyente”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 25)
Capitulo XXIII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Nos refugiamos en Dios de toda ciencia que no beneficia, la cual
consiste en el conocimiento que se contradice con la acción sincera.
Y sabe que un poco de conocimiento conlleva a mucha acción, por-
que una hora de conocimiento hace responsable a su dueño de su
aplicación a los largo de su vida”.
1 Corán, 16:92.
Capitulo XXIV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! La escasa acción del sabio es aceptada multiplica-
damente, mientras que el acto profuso de la gente concupiscente e
ignorante es rechazado”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 17)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Hagan residir en sus almas el conocimiento de lo que adoran,
para que el conocimiento de sus miembros en la adoración de quien
conocen les resulte beneficioso”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 160)
3.- Del Imam ´Ali (P), cuando oyó que un hombre de los haruriiat
(jariyitas) rezaba por las noches y leía mucho el Corán, dijo:
“Dormir con certezas es mejor que rezar con dudas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.130)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Sabe que el acto persistente, escaso pero con certeza, es superior
ante Dios que la acción abundante sin certeza”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 264)
5.- Del Imam Sadiq (P), según lo que narró Suleimán al-Dailami:
“Le hablé a Abu Abdullah (Imam Sadiq -P-) de la devoción, la
religión y la excelencia de fulano, y me preguntó: ‘¿Cómo es su
intelecto?’, Le contesté: ‘No se’. Entonces me dijo: ‘Ciertamente la
recompensa se corresponde con la medida del intelecto’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 12)
6.- Del Profeta (PBd), según lo que narró Zaid ibn ´Ali de sus an-
cestros (P):
“Una oración de dos ciclos, breve pero con atención, es superior
a una noche de vigilia”.
(“Sabadul Amal”, pág. 68)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“El devoto sin conocimiento es como el burro de la muela de molino:
gira sin abandonar su lugar”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 53)
8.- Del Profeta (PBd):
“En verdad que el siervo reza una oración y no se anota para él ni
una sexta, ni aún una décima parte de la misma; sólo se registra para
el siervo de su oración aquello que realizó con atención”.
(“Al Bahar”, tomo LXXXIV, pág. 289)
Capitulo XXV
De la difusión exitosa
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! El ejemplo de quien convoca sin obrar es como
el de quien tira (de un arco) sin cuerda”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 548)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Convoquen a la gente (a la verdad), pero no con sus lenguas (sino
con sus obras), para que vean la piedad, el esfuerzo, la oración y el
bien que hay en ustedes. Esta es la verdadera forma de propagar y
difundir (la verdad)”.
(“Uasail”, tomo XI, pág. 194)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando el sabio no actúa de acuerdo con su conocimiento, su ex-
hortación pasa por los corazones como la lluvia sobre las piedras”.
(“Muniatul Murid“, pág. 48)
Capitulo XXVI
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien se conoce a sí mismo, a su Señor conoce”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 32)
2.- Del Profeta (PBd):
“Un hombre fue hasta el Mensajero de Dios (PBd) y le preguntó:
‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Cuál es el camino hacia el conocimiento
de la verdad?’ Contestó (PBd): ‘El conocimiento del alma’”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 72)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“El conocimiento del alma es el más beneficioso de los conocimien-
tos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 319)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Entonces ha hecho surgir entre ellos a Sus Mensajeros para to-
marles el pacto de su naturaleza primigenia, recordarles aquellas
Mercedes Suyas que habían olvidado y mostrarles los signos de Su
Poderío: del techo elevado encima de ellos y del lecho (extendido)
bajo sus pies”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 33)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Si reflexionaran en la grandeza del Poder y la inmensidad de la
Merced, retornarían al camino y temerían el Castigo ardiente. No
obstante, los corazones son débiles y las mentes defectuosas. ¿No ven,
acaso, cómo ha consolidado la creación y afianzado la conformación
de las criaturas menores, proveyéndolas de oído, vista, hueso y piel?
Observen (por ejemplo) a la hormiga: por la pequeñez de su cuerpo
y sutilidad de su forma no se le puede alcanzar con la simple mirada
ni con la capacidad de comprensión de la mente”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 736)
Capitulo XXVIII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Lo primero de la religión es conocerlo (a Dios); la perfección de Su
conocimiento es dar testimonio de Él; la perfección de Su testimonio
es (conocer) Su Unidad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 23)
Capitulo XXIX
La Evidencia interna
1: El Intelecto
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Dios no es adorado con algo (mejor) que el intelecto”.
(“Safinatul Bihar”, tomo II, pág. 214)
2.- Del Profeta (PBd):
“Dios no reparte entre los siervos nada mejor que el intelecto. En-
tonces, el sueño del juicioso es superior a la vigilia del ignorante. Y
Dios no ha enviado a ningún Profeta sin el intelecto completo. Todos
los devotos, con todo el valor que tienen sus devociones, no llegan
a alcanzar la jerarquía de los juiciosos”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 13)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“El intelecto es el mensajero de Dios”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 15)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“La Evidencia de Dios sobre Sus siervos son los Profetas (P), y la
Evidencia entre los siervos y Dios es el intelecto”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 25)
5.- Del Imam Hadi (P), en respuesta a la pregunta que le formulara el
famoso literato Ibn Sikkit al-Ahwasi, “¿Cuál es la Evidencia sobre la crea-
ción?”, dijo:
“Es el intelecto. Pues a través del intelecto, el hombre reconoce a
los veraces (que obran exclusivamente para Dios, en Su Camino), y
les confirma (siguiéndolos), y reconoce a los mentirosos (que obran
contra Dios) y les desmiente (alejándose de ellos.)”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 25)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“El siervo no puede cumplir con las obligaciones divinas (con lo que
Dios le impuso), hasta que no las reciba de parte de Dios captándolas
(a través del intelecto)”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 13)
2.- Del Profeta (PBd):
“La ciencia está adelante del intelecto”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 27)
Es decir, que es necesario recibir la ciencia y las enseñanzas divinas
de su gente, fortaleciendo (al intelecto) con esta ciencia recibida de ellos (de
su gente), a fin de conocer las realidades teóricas y prácticas de la Religión,
y marchar recorriendo el camino de la perfección siguiendo estas ciencias.
3.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! Dios ha enviado a Sus Profetas y Sus Mensajeros (P)
hacia Sus siervos, para que ellos a través de (los Enviados) y con la
ayuda del intelecto comprendan su religión. Entonces, quien tenga
mayor conocimiento de la religión (habiendo aplicado su intelecto de
la mejor forma), ha respondido mejor a la invitación de los profetas.
Quien tenga mayor conocimiento de la religión de Dios, es el más
juicioso (de los siervos), y quien posea el intelecto más completo (o
perfeccionado) entre ellos es poseedor de la más alta jerarquía en
este mundo y en el otro. ¡Oh, Hisham! Dios tiene entre la gente dos
Evidencias: una externa (o manifiesta) y otra interna. La manifiesta
la constituyen los Profetas, Mensajeros e Imames (P). En cuanto a
la interna, es el intelecto”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 16)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P), en respuesta a alguien que le preguntó:
“¿Qué es el intelecto?”, dijo:
“Es aquello con lo que se adora al Misericordioso y con la guía del
que los bienhechores marchan hacia el Paraíso”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 11)
2.- Del Imam Rida (P):
“Cuando Dios creó al intelecto, le dijo: ‘¡Adelántate!’, y entonces
se adelantó (obedeciéndolo). Luego le dijo: ‘¡Retrocede!’, y se vol-
vió (obedeciéndolo). Entonces Dios expresó: ‘¡Por Mi Poder y Mi
Majestuosidad!, no He creado nada mejor que tú, ni más apreciable
para Mí que tú. A través tuyo castigaré y a través tuyo recompensaré
(Mi Castigo y Recompensa dependerán de la obediencia o desobe-
diencia respecto de tu orden)’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 28)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Yo soy el Recuerdo (o Amonestación, que figura en la aleya 16:43)
y los Imames (P) son la gente del Recuerdo (“Ahlul Dhikr”)”.
(“Tafsir al Burhan”, tomo II, pág. 369)
2.- Del Imam Baqir (P), en explicación de Su dicho, Exaltado Sea “Pre-
guntad a la gente del recuerdo si no sabéis”, dijo:
“La Amonestación (o Recuerdo) es el Corán, mientras que la familia
del Mensajero de Dios (PBd) son la gente del Recuerdo. Ellos son
quienes responden las preguntas sobre las realidades coránicas”.
(“Tafsir al Burhan”, tomo II, pág. 370)
3.- Del Imam Baqir (P):
“Nosotros (los Imames de la familia del Profeta -PBd-) somos la
gente del Recuerdo, y nosotros somos responsables de (responder)
las preguntas”.
(“Tafsir al Burhan”, tomo II, pág. 369)
4.- Del Imam Sadiq (P):
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“La ciencia es el amigo del creyente, y el intelecto es su guía”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 44)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El intelecto es el guía del creyente”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 25)
3.- Del Imam Sadiq (P), Narrado por Muhammad ibn Suleiman al-
Dailami, de su padre, quien dijo:
“Le comenté a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-): ‘Fulano, en su
devoción, su religión y sus virtudes, es así y así’. Entonces él me
cuestionó (P): ‘¿Cómo es su intelecto?’. Le dije: ‘No sé’. Entonces
expresó (P): ‘Por cierto que la recompensa de las acciones es según
la medida del intelecto’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 12)
4.- Del Imam Baqir (P):
“En el Día del Juicio, Dios exigirá a los siervos cuentas detalladas
(de sus acciones), en la medida de lo que les ha concedido de inte-
lecto en el mundo”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 11)
La evidencia externa
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Entre los hijos (de Adán) escogió - Glorificado Sea- Profetas,
tomando de ellos un pacto para difundir la Revelación y cumplir
la Misión Divina fielmente. Así hizo surgir entre ellos a sus Mensa-
jeros, a quienes les sucedieron Profetas, para exigirles el pacto de
su naturaleza primigenia, recordarles lo que habían olvidado de Su
Merced, argumentarles con la difusión, descubrir para ellos lo oculto
de los intelectos y mostrarles los signos armoniosos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 33)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Envió a Sus Mensajeros con una revelación especial, y los estableció
como un argumento Suyo sobre Su creación, para que no permanez-
can sin Pruebas y luego se excusen de sus acciones. De esa forma
los convocó con un lenguaje veraz hacia el Camino verdadero”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 437)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, hijos de Abdul Muttalib! ¡Por Dios!, no conozco un joven entre
los árabes que haya traído a su pueblo algo mejor de lo que les he
traído. Os he traído el bien de este mundo y del otro. Dios Altísimo
me ha ordenado que os convoque hacia Él”.
(“Al Gadir”, tomo II, pág. 279)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Y testimonio que Muhammad es Su siervo y Su Mensajero (PBd).
Lo envió con la religión insigne, los signos tradicionales, el Libro
escrito, la luz brillante, la claridad resplandeciente y la orden que
distingue (entre la verdad y la falsedad), para apartar las ambigüe-
dades, aportar los claros argumentos y advertir con las aleyas y el
temor a los castigos ejemplares. La gente se encontraba en discor-
dia. En ellos se cortaba el cordel del modo de vida y se sacudían
las bases de la certeza. Los asuntos se dispersaban, las salidas se
estrechaban y las fuentes se oscurecían. La buena guía desaparecía
y la oscuridad se ampliaba”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 42 y 43)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Dios envió a Muhammad (PBd) con la verdad, para sacar a Sus
siervos de la adoración de los ídolos hacia Su adoración y de la
obediencia a Satanás hacia Su obediencia. (Lo envió) con un Corán
que dilucidó y consolidó, a fin de que los siervos conozcan a su Señor,
mientras que antes lo ignoraban”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 446)
3: El Generoso Corán
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien recita el Corán y pretende que nadie recibió algo mejor que
él, entonces desprecia lo que Dios ha engrandecido y engrandece lo
que Dios ha despreciado”.
(“Uasail”, tomo IV, pág. 827)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios se manifestó para Su creación en Sus palabras, pero ellos no
lo perciben”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 107)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros (P), del Profeta (PBd),
quien dijo:
“Es verdad que vuestros líderes son vuestros conductores hacia
Dios. En consecuencia, prestad atención a quien seguís en vuestra
religión y vuestra oración”.
(“Al Bahar”, tomo LXXXVIII, pág. 99)
2.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros (P), del Mensajero de Dios
(PBd):
“Sus líderes los representan ante Dios. Entonces, observen a quien
envían (como representante) en su religión y su oración”.
(“Al Bahar”, tomo LXXXVIII, pág. 86)
3.- Del Imam Baqir (P):
“¡Oh, Abu Hamzah! Cuando uno de ustedes sale por varios kiló-
metros, entonces solicita una guía para sí mismo. Y tú, respecto de
los caminos del cielo, eres más ignorante que sobre las rutas de la
tierra. En consecuencia, debes pedir para ti mismo un guía”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 184 y 185)
4.- Del Imam Baqir (P), sobre Su dicho, Bendito y Exaltado “¿Acaso
quien estaba muerto y Nosotros le dimos la vida y pusimos para él una luz
con la que caminar entre la gente, es igual que quien está en las tinieblas,
sin poder salir de ellas?”1, explicó:
“El muerto es quien no conoce nada. ‘Una luz con la que caminar
entre la gente’, es un líder al cual siguen. ‘Es igual que quien está
en las tinieblas’, es quien no conoce al líder”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 185)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“(Dice el narrador:) Le solicité (al Imam -P-): ¡Por favor! Explícame
Su dicho: ‘Ciertamente, dimos a Luqman la sabiduría’2. Me dijo:
‘Se le dio el conocimiento sobre el líder de su época’”.
(Del “Tafsir ‘Ali ibn Ibrahim”, pág. 161)
6.- Del Imam Baqir (P):
“Quien muere sin tener un líder, entonces padece la muerte de la
ignorancia. Si la gente no conoce a su líder, ninguna excusa le será
aceptada. A quien muere habiendo conocido a su líder, no lo perju-
dica que este asunto (la llegada del Imam Mahdi -P-) se adelante
o se postergue, pues quien muere habiendo conocido a su líder es
como quien está junto al Qaim (Al Mahdi -P-) en su campamento”.
(“Al Bahar”, tomo XXIII, pág. 77)
7.- Del Imam Baqir (P) o el Imam Sadiq (P):
“’El siervo no es creyente hasta que conoce a Dios, a Su Mensajero,
y a todos los líderes y al líder de su época, lo consulte y se someta
a él’. Luego agregó: ‘¿Cómo puede conocer al último (al Imam
oculto -P-) si ignora al primero (al primer Imam -P- y al Imamato
en general)’?”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 180)
1 Corán, 6:122.
2 Corán, 31:12.
Capitulo XXX
Su situación general
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Oh, hijo mío! Por cierto que es necesario para el juicioso obser-
var su posición y entonces preservar su lengua y conocer la gente
de su época”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 146)
2.- Del Imam Rida (P), del Imam Baqir (P), quien dijo:
“En las órdenes basadas en la Sabiduría dadas a la familia de David
(P) figura: ‘Es conveniente para el musulmán que sea dueño de sí
mismo, que le de importancia a su estado y su trabajo, y que conozca
a la gente de su tiempo’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 224)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Ciertamente la religión de Dios no se conoce por los hombres, sino,
por el contrario, mediante los signos de la verdad. Por consiguiente,
conoce la verdad y conocerás a su gente. ¡Oh, Hariz! La verdad es
el mejor dicho, y aquel que la expresa claramente es un luchador”
(“Al Bahar”, tomo LXVIII, pág. 120)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Has mirado debajo de ti y no hacia arriba. Entonces quedaste per-
plejo. Pues no conociste la verdad para conocer a su gente, tampoco
conociste la falsedad para conocer a quien la trajo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.213)
El conocimiento de la gente a través de la experiencia
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“No se conoce a la gente sino mediante la experiencia”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 10)
2.- Del Imam Hasan (P), para alguno de sus hijos:
“¡Oh, hijo mío! No seas amigo de nadie hasta que conozcas sus
vaivenes (su forma de vida). Cuando lo pruebes y su compañía te
satisfaga, entonces fraterniza con él, pasando por alto sus errores
y ayudándolo en la dificultad”.
(“Al Bahar”, tomo LVXXIII, pág. 105 y 106)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien elige un hermano después de haberlo probado debidamente,
su compañía se hace perdurable y su amor se afirma”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 292)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no hace preceder la experiencia en la elección de los herma-
nos, resulta engañado y su descuido lo conduce hacia la compañía
de los inmorales”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 292)
5.- Del Imam ´Ali (P), de su legado a Malik al-Ashtar:
“Luego, que tu elección de ellos no se basa en tu sagacidad, tu con-
fianza ni tu buena opinión sobre ellos. Pues los hombres engañan a la
sagacidad de los gobernantes con sus fingimientos y buenos servicios.
Si no tienen consejo y fidelidad, carecen de todo. Examínelos por
aquello que realizaron para los justos antes de ti (es decir, por sus
antecedentes), eligiendo a quienes posean mejores influencias sobre
las masas y sean los más reconocidos por su reputación. Esto es una
señal de tu sinceridad hacia Dios y para quien esta bajo tu cargo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.015)
6.- Del Imam Yauad (P):
“Quien confía tranquilamente antes de tener información, se expone
a sí mismo a la destrucción y a la consecuencia penosa”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 364)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando el tiempo sea de opresión y su gente engañosa, la confianza
hacia todo es debilidad y está lejos de la precaución”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 262)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien desconoce a la gente, confía en ellos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 274)
9.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Examínalo! Te desentenderás de él”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.289)
10.- Del Imam Al-Askari (P):
“El eludir a la gente se relaciona con la medida en que se los co-
noce”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, Pág. 111)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“Los signos del creyente son tres: conocer a Dios, a quien ama y
de quien odia”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 126)
12.- Del Imam Kazim (P):
“Cuando la opresión subyuga a la verdad, no es apropiado para
nadie tener buena opinión sobre nadie hasta que lo ponga a prueba”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 302)
Capitulo XXXI
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Sepan que el más juicioso de la gente es un siervo que conoce a su
señor y lo acata, y conoce a su enemigo y lo desobedece”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 179)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“No consideren insignificante a ningún enemigo, aunque sea débil”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 333)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“No comercies con alguien a quien no puedas reclamarle tu dere-
cho”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 332)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“No estés seguro de un enemigo, aunque agradezca”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 333)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“No te distraigas con la lisonja de los enemigos, porque ella es
como el agua; aunque aprovecha el fuego para calentase, no deja
de apagarlo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 336)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“La desgracia del poderoso es considerar débil al adversario”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 136)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“Entre los enemigos uno es mucho”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 25)
8.- Del Imam Al-Askari (P):
“El más débil de los enemigos en el engaño es aquel que manifiesta
su enemistad”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 377)
9.- Del Imam Al-Askari (P):
“Quien ante su necesidad pide ayuda a su enemigo, se aleja de (la
solución de)la misma”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 294)
10.- Del Imam ´Ali (P):
“El mayor de los enemigos es quien más oculta su engaño”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 157)
11.- Del Imam ´Ali (P), de su legado a Malik al-Ashtar:
“No rechaces una paz a la cual tu enemigo te convoca, si en ella
existe la complacencia de Dios. Pues en la paz hay reposo para tu
ejército, descanso de tu preocupación y seguridad para tus ciudades.
No obstante, ¡ten mucho cuidado de tu enemigo después de la tregua!
Porque el enemigo a veces se acerca para tomarte desprevenido.
Entonces sé precavido y no tengas una buena opinión en estos casos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.027)
Capitulo XXXII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd): ‘Quien conoce la prueba, la
soporta; quien no la conoce, la rechaza”.
(“Amale Saduq”, pág. 439)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“No persevera en la verdad sino quien conoce su valor”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 349)
Capitulo XXXIII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien conoce los tiempos (y sus vicisitudes), nunca dejará de estar
preparado”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 23)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien comprende la advertencia (de los sucesos) de la época, nunca
se confiará en la buena opinión acerca de los tiempos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 292)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“No ha captado la advertencia (de los sucesos) de la época quien
confía en la buena opinión de los tiempos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 259)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien escarmienta con las vicisitudes de los tiempos, nunca se
confía en la tranquilidad de la época”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 285)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no conoce la inestabilidad del tiempo y su facilidad para
hacer caer a las personas en el fracaso, nunca se cuida de las vici-
situdes ni se preserva de los errores que lo hacen trastabillar, ni le
da importancia a un pecado, aunque fuese grande”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 342)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“Entre la gente, el más conocedor de la época es quien nunca se
sorprende de sus acontecimientos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 95)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“En las órdenes basadas en la Sabiduría, dadas a la familia de David
(P), figura: ‘Lo que le incumbe al juicioso es conocer su tiempo, darle
importancia a su estado (corrigiéndolo), y guardar su lengua’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 116)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“El juicioso debe tener tres cosas: observar su estado (su situación
y su trabajo), guardar su lengua y conocer su tiempo (y a su gente)”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 114)
Capitulo XXXIV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Mi padre me narró de su padre, de su abuelo, de ´Ali (P), que el
Mensajero de Dios (PBd) dijo: ‘El más negligente entre la gente es
quien nunca escarmienta con los cambios de estado del mundo. El
más sabio entre la gente es quien reúne la ciencia de la gente con
su ciencia”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 112)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Si escarmientas con lo que ha pasado, preservarás lo que resta”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 981)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“La fe esta sobre cuatro pilares: la paciencia, la certeza, la justicia
y la lucha. En cuanto a la certeza, se divide en cuatro partes: la
observación con inteligencia, la interpretación con sabiduría, la
advertencia con el ejemplo y la tradición de los primeros. Quien
observa con inteligencia, se le dilucida la sabiduría. Y a quien se le
aclara la sabiduría, conoce el ejemplo. Y quien conoce el ejemplo,
entonces es como si estuviera entre los primeros”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.099 y 1.100)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Eviten los castigos ejemplares que les sobrevivieron a las comuni-
dades que les han precedido debido a la maldad de sus acciones y
los actos censurables. Entonces escarmienten con lo bueno y lo malo
de sus estados y precaveos de ser como ellos. Y cuando reflexionen
acerca de sus distintos estados, elijan aquello que haya causado su
gloria, la elevación de sus jerarquías, el apartamiento de sus ene-
migos, la prolongación de su bienestar y el control de las mercedes.
Ellos alcanzaron la nobleza por su unidad, es decir evitando la
discrepancia e insistiendo en la concordia con su estimulación y
recomendación. Por otro lado, deben abstenerse de todo aquello que
haya causado su fracaso y debilitado su poder, como la enemistad y
el odio recíproco, la divergencia entre ellos y el no ayudarse mutua-
mente. Reflexionen acerca de la situación de los creyentes que les
han precedido y su estado de experimentación y prueba.
¿Acaso no eran las criaturas más agobiadas por las cargas, los sier-
vos más extenuados por las pruebas y los de más estrecha situación
entre la gente del mundo? Los faraones los habían tomado como
esclavos, los persiguieron infatigablemente con un maligno castigo
y les hicieron tragar la amargura. Su estado siempre era la humilla-
ción aniquiladora y el sometimiento al dominio. No encontraban un
ardid para rechazarlo ni un camino para defenderse, hasta que Dios,
Glorificado Sea, vio su sincera paciencia ante los perjuiciosos por
amor a Él, y su tolerancia de lo detestable por temor a Él. Entonces
los alivió reduciéndoles las pruebas y Les sustituyó la humillación
por el poder y el temor por la seguridad. Así se convirtieron en reyes,
gobernantes y líderes eminentes. Recibieron de parte de Dios una
nobleza que jamás hubieran imaginado.
Observen cuando eran un pueblo unido y sus deseos estaban en
armonía, los corazones en equilibrio, las manos y espadas auxilián-
dose mutuamente, sus mentes eran penetrantes y su resolución era
única. ¿Acaso no eran señores en toda la tierra y reyes sobre toda
la gente? Luego vean a lo que llegaron cuando ocurrió la división,
la discrepancia de palabra y de corazón, la separación en partidos y
bandos enfrentados. Dios le quitó, por eso Su noble investidura y les
despojó de la abundancia de Su Merced. Los recuerdos de sus histo-
rias persistieron entre ustedes como ejemplo para que escarmienten”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 801 a 803)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Vivifica tu corazón con el consejo. Y exponle las historias de los
antepasados, recordándole aquello que les aconteció. Discurre a
través de sus ciudades y sus huellas, observando lo que hicieron, lo
que dejaron y adonde se mudaron”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 909 a 910)
Capitulo XXXV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Baqir (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) dijo: ‘Cuando te propongas un asunto,
medita sobre su conclusión. Si fuese un bien y una sensatez, entonces
síguelo; si resultara un extravío, abandónalo’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 130)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Los creyentes son quienes conocen lo que está delante de ellos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 25)
3.- Del Imam ´Ali (P), de una carta a los recaudadores de impuestos:
“En cuanto a esto, quien no sabe hacia dónde se dirige, no es previ-
sor ni se resguarda. Y quien sigue su deseo y lo obedece en aquello
sobre lo cual no conoce su resultado, se volverá de los arrepentidos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 355)
4.- Del Imam ´Ali (P) para su hijo Imam Husein (P):
“Y quien emprende un asunto sin reflexionar en su conclusión, se
expone a la desgracia”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 66)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Reflexionar en un asunto antes de su conclusión, preserva del
desliz”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 47)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Detente ante todo asunto, antes de emprenderlo, hasta que distingas
su principio y su fin, pues sino te arrepentirás”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 224)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“El creyente reflexiona, actúa sosegadamente y se tranquiliza. En-
tonces se hace humilde, observa la conclusión, asegurándose contra
el arrepentimiento”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 53)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“No es previsor quien no observa las consecuencias (de las acciones),
pues observar las consecuencias ayuda al corazón (-o intelecto- a
tomar decisiones, colocando cada cosa en su lugar)”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 197)
Capitulo XXXVI
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien desconoce la huella de su pie, resbala”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 268)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Se le pidió: ‘Descríbenos al juicioso’. Contestó (P): ‘Es quien colo-
ca cada cosa en su lugar’. Prosiguieron: ‘Descríbenos al ignorante’.
Entonces dijo: ‘Ya lo hice’”.
(“Nahyul Balagha”, pág..1.191)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Sé como un médico cordial que prescribe el remedio de tal modo
que beneficie”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 53)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mesías (P) decía: ’Y no hablen de la sabiduría a quienes no
son su gente, pues caerán en la ignorancia, ni se la prohíban a su
gente, pues pecarían. Que cada uno de ustedes sea como un médico
curador, quien al ver una oportunidad para el remedio lo prescribe,
de lo contrario se abstiene’”.
(“Uasail”, tomo XI, pág. 401)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“No hay bien en un auxiliador insignificante ni en un amigo sospe-
choso. Aprovecha el momento cuando te sea propicio, y no arriesgues
lo que tienes por el deseo de tener más. Cuídate de que el capricho
te descontrole como un caballo desbocado. Impónle a tu alma res-
pecto a tu hermano la unión ante su separación, la benevolencia y
proximidad ante su ausencia, la generosidad ante su avaricia, la
cercanía ante su lejanía, la suavidad ante su rudeza, la excusa ante
su falta, como si tu fueras un siervo y él tu benefactor.
Pero ten cuidado de hacer esto fuera de su lugar o de realizarlo con
quien no lo merece. No tomes al enemigo de tu amigo como amigo,
pues te convertirás en enemigo de tu amigo. Y no te abstengas de
aconsejar a tu hermano, ya sea esto agradable o no”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 932 y 933)
6.- Del Imam Husein (P):
“No hables de lo que no te concierne, pues temo para ti la iniqui-
dad. Y no hables de lo que te concierne hasta que veas una ocasión
para hacerlo. Es posible que un orador, a pesara de ser sincero,
sea criticado”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 127)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Escuchen mi palabra, que resulta mejor para ustedes que una tro-
pilla de preciosos caballos. Que ninguno de ustedes hable sobre lo
que no le concierne y absténgase de hablar de lo que les concierne
hasta encontrar una ocasión propicia. Es posible que quien hable
fuera de su lugar se perjudique a sí mismo con su palabra. Que
ninguno de ustedes dispute con un tonto ni un benévolo, pues quien
disputa con un benévolo, se aleja de él, y quien lo hace con un tonto,
se pierde. Hablen de sus hermanos cuando se ausentan mejor de lo
que les gustaría que se hablara de ustedes cuando se ausentan. Y
obren como quien sabe que será retribuido por el bien y castigado
por el pecado”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 228 y 229)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal ibn Omar! Cuando quieras saber si alguien se dirige
hacia el bien o hacia el mal, observa a quién favorece. Si favoreciera
a quien lo merece, entonces va hacia el bien; de lo contrario, no
tendrá beneficio en el otro mundo”.
(“Al Uafi”, tomo III, pág. 64)
9.- Del Imam ´Ali (P):
“El juicioso es quien realiza su tarea correctamente y pone su es-
fuerzo donde corresponde”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 42)
10.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien ama lo que no corresponde, se expone a la ruptura de rela-
ciones (con los amigos y hermanos)”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIV, pág. 187)
11.- Del Imam ´Ali (P):
“Cuando la codicia lleva a la aniquilación, su abandono conlleva
al éxito”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 936)
Capitulo XXXVII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“A todos los Profetas se nos ha ordenado que hablemos a la gente
en la medida de sus intelectos. Mi Señor me ha encomendado la
cordialidad con la gente del mismo modo como nos ha ordenado el
cumplimiento de las obligaciones”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 69)
2.- Del Imam Rida (P):
“(Cuenta el narrador:) Fui con Iunus ibn Abdur Rahman a lo del
Imam Rida (P) y este se quejó ante él (P) de la murmuración entre
sus compañeros. Entonces Ar-Rida (P) le dijo: ‘Se cordial con ellos,
pues sus intelectos no comprenden’”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 488)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“¿Acaso les gustaría desmentir a Dios y a Su Mensajero? Entonces
hablen con la gente de lo que ellos entienden y absténganse de lo
que ellos niegan”.
(“Al Gaibat Nu’mani”, pág. 34)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo ‘Ali ibn Husein (P): ‘Hablen a la gente (sobre nuestras Tradi-
ciones) en la medida de su comprensión, y no les impongan aquello
que no puedan soportar, pues los engañarían a través de nosotros”.
(“Al Gaibat Nu’mani”, pág. 35)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Abdul Aziz! La fe tiene diez grados, como una escalera, y
por ellas se asciende escalón tras escalón. Entonces quien está en
el segundo grado no debe decirle a quien se halla en el primero que
no está en buena posición hasta que él mismo llegue al décimo. No
hagas caer a quien está debajo de tuyo, pues te hará caer quien se
encuentra encima de ti. Cuando veas que alguien está un grado de-
bajo tuyo, elévalo hacia ti con cordialidad. Y no le impongas aquello
que no pueda soportar, pues lo quebrantarías. Ciertamente quien
quebranta a un creyente, está obligado a indemnizarlo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 45)
6.- Del Imam Baqir (P):
“Los creyentes tienen grados. De ellos hay quien tiene uno, dos, tres
y así hasta siete grados. Si fueras a imponer a quien tiene un grado,
dos, o a quien tiene dos, tres, a así sucesivamente, no lo soportarían”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 45)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Oh, Hudaifat! No hables a la gente de aquello que no conocen,
porque se rebelarían y descreerían. En verdad, las montañas serían
incapaces de cargar ciertos conocimientos difíciles de soportar. Cier-
tamente nuestro conocimiento, el de la Gente de la Casa, es negado
e invalidado (por el común de la gente), mata a sus narradores y
perjudica a quien lo lee con la iniquidad y la envidia, porque Dios
favoreció con él a la descendencia del sucesor del Profeta (PBd)”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 78)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Abdul ´Ali! Soportar nuestro mandato no consiste es conocerlo
y aceptarlo, sino preservarlo y ocultarlo a quien no lo merece. En-
tonces, mándale saludos a los shiitas, que la Misericordia de Dios
sea con ellos y diles: ‘Dijo (el Imam-P-) para ustedes: La Miseri-
cordia de Dios sea sobre un siervo que atrae el amor de la gente
hacia sí mismo y hacia nosotros manifestándoles lo que conocen y
absteniéndose de lo que desconocen’”.
(“Al Gaibat Nu’mani”, pág. 34 y 35)
Capitulo XXXVIII
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien es receptivo para las distintas opiniones, conoce los puntos
erróneos de cada asunto”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.169)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“El triunfo está con la previsión y resolución, y estos con la experi-
mentación de la opinión, y la opinión (correcta) va acompañada de
la preservación de los secretos (especialmente en asuntos bélicos)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.110)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“La opinión se alcanza con la contemplación. La opinión inmadura
es un mal auxiliar”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 187)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Comparen una opinión con otra, que así surge lo correcto. Con-
trasten las opiniones como si sacudieran un odre1 (para que surja
la opinión correcta)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 71)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Reúnan las opiniones de los hombres y elijan la más cercana a la
verdad y la más apartada de la duda”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 152)
6.- Del Imam ´Ali (P), del Profeta (PBd) en la noche del mi’ray o viaje
celestial del Profeta (PBd):
“¡Oh, Ahmad! ¡Emplea tu intelecto antes de que se marcha! Quien
hace eso, no se equivoca ni se rebela”.
(“Irshad al Qulub”, pág. 285)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Sólo se aniquila la gente por no preguntar”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 40)
La Contraposición
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Sepan que nunca conocerán el buen camino hasta que vean a quien
lo dejó. Y nunca cumplirán el pacto del Libro (el Corán) hasta que
conozcan quien lo rompió, ni se aferrarán al mismo hasta que sepan
quien lo rechazó. Nunca comprenderán el extravío hasta discernir
la buena guía, ni reconocerán la piedad hasta identificar a quien
es transgresor”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 450)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“El valor de la Merced sólo se conoce por comparación con su
1 El bien y el mal.
opuesto”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 134)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“La gente es enemiga de lo que ignora”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.168)
2.- Del Imam Baqir (P), de sus ancestros (P) que Amir al-Mu’minin (P)
dijo:
“Quien ignora algo, lo detesta. Por eso Dios reveló: ‘Por el con-
trario, desmienten aquello que no abarcan con su conocimiento”.
(“Al Bahar”, tomo CIV, pág. 370)
Capitulo XL
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“La consulta solo se recomienda debido a que la opinión del consejo
es pura, mientras que la de quien pide consejo se halla mezclada
con deseos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 135)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien no purifica su alma, no se beneficia con el intelecto”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 293)
La pasión
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“El enemigo del intelecto es el deseo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 12)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Cuantos intelectos son cautivos de pasiones dominantes!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.182)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“El deseo es socio de la ceguera”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 936)
El amor ciego
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Tu amor por algo te enceguece y ensordece”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 165)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“El ojo del amante es ciego a los defectos de la amada, y su oído es
sordo respecto de la fealdad de sus maldades”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 220)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“A quien se enamora de algo, su vista se le vela y su corazón se
enferma. En consecuencia, observa con un ojo enfermo y escucha
con un oído sordo. Los deseos rasgan su intelecto y el mundo mata
su corazón, suspirando por él su alma. Entonces él es esclavo (de
lo que ama), y de quien lo tiene en su poder. Lo acompaña adonde
vaya, siguiendo su misma dirección, sin que nadie lo pueda apartar
del mal ni aconsejar”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 330)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“No se reúne el intelecto con el deseo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 345)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“A causa del amor al mundo los oídos se cierran a la audición de la
sabiduría y los corazones se ciegan para la luz de la inteligencia”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 252)
1 Es decir: “También destruimos a los pueblos de Ad y a Zamud. Por el estado en que quedaron
sus hogares podéis ver con claridad cómo fueron destruidos”.
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Amir al-Mu’minin (P) le escribió a algunos compañeros suyos
aconsejándoles: ‘¡Abandona este mundo! Por cierto que el amor de
este mundo enceguece, ensordece, enmudece y subyuga los cuellos”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 136)
La vanidad y la soberbia
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Rida (P), del Imam ´Ali (P):
“Te basta como ignorancia que tu conocimiento te torne engreído”.
(“Uasail”, tomo I, pág. 79)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien se ufana de sus propias opiniones, resulta vencido por sus
enemigos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 273)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“La vanidad impide la búsqueda del conocimiento e invita hacia la
bajeza y la ignorancia”.
La codicia
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“La más frecuente pérdida de los intelectos se origina bajo los re-
lámpago de la codicia”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.184)
La cólera
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Un intelecto encadenado por la cólera y el deseo, no aprovecha
la sabiduría”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 223)
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“El capricho corrompe a la opinión”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.170)
El anhelo
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“El anhelo ciega la visión de la inteligencia”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.221)
La aversión
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Los corazones poseen deseos y vaivenes. Por consiguiente, debes
proceder correctamente en cuanto a sus deseos e intereses, porque
cuando el corazón se disgusta, se ciega”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.175)
El anquilosamiento de la mente
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien es caprichoso en su pensamiento, carece de opinión”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 105)
La asamblea y la consulta
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“Soliciten la guía del juicioso y no lo desobedezcan, porque se
arrepentirán”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 152)
2.- Del Imam Sadiq (P), de su padre (P):
“Se le preguntó al Mensajero de Dios (PBd): ‘¿En qué consiste la
resolución?’ Contestó (PBd): ‘En consultar con los asesores califi-
cados y seguirlos’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 100)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Es conveniente para el juicioso que sume a su propia opinión, la
opinión de los juiciosos, y que reúna a su ciencia la ciencia de los
sabios”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 169)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien consulta con la gente de intelecto, se encamina hacia lo
correcto”.
(“Irshad”, pág. 142)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“No hay nada mejor para llegar a la verdad que la consulta”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 308)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“No hay respaldo como la consulta”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.112)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“La consulta misma es la buena guía. Pues quien se contenta con
su propia opinión, se arriesga”.
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, ´Ali! No pidas consejo a un cobarde, porque te hará estrecha
la salida. Ni lo pidas a un tacaño porque te hará abstenerte de tu
meta. Ni lo solicites a un ambicioso, pues te embellecerá la avidez.
Y sabe, ¡oh, ´Ali!, que el miedo, la avaricia y la codicia son instintos
derivados del mal pensamiento acerca de Dios”.
(“Al Jisal”, tomo I, pág. 102)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“No consultes a un tacaño, porque desviará el favor de ti y te pro-
meterá la pobreza. Ni a un cobarde, porque te debilitará para los
asuntos. Ni a un codicioso, porque sin motivo alguno adornará para
ti la avidez”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 998)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Consulta sobre los asuntos lícitos de la religión a quien posea
cinco cualidades: intelecto, prudencia, experiencia, buen consejo
y piedad”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 103)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“No seas el primero en aconsejar. Cuídate de la opinión inmadura y
abstente de hablar sin pensar. No le des consejo a quien es arbitrario
en su opinión, ni a un tonto, ni a un veleidoso, ni a un terco. Y teme
a Dios en coincidir con el deseo del aconsejado (apartándote de la
verdad por complacerlo), porque esto es reprochable, y de escucharlo
sin la debida atención, pues es una deslealtad”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 104)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Es peligroso consultar a un ignorante cobarde”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 319)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Consulta a tus asuntos a quien teme a Dios, Poderoso y Majes-
tuoso”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 98)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“Abstente de consultar con las mujeres, excepto a aquella de quien
haya experimentado la perfección de su intelecto”.
(“Al Bahar”, tomo CIII, pág. 253)
Capitulo XLIV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Sé un buen consejero para quien te solicita consejo”.
(“Mustadraq”, tomo II, pág. 66)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Luqman le dijo a su hijo: ‘Cuando viajes junto a un grupo, con-
súltalos frecuentemente en tus asuntos y en los suyos. Y cuando te
pidan testificar sobre la verdad, entonces hazlo. Cuando te consulten,
esmérate en tu opinión. Luego no resuelvas nada hasta que hayas
observado y confirmado, ni contestes a una consulta hasta que te
levantes, te sientes, duermas, comas y ores, obrando de acuerdo a tu
pensamiento y sabiduría a su respecto. Pues a quien no es puro en el
consejo hacia quien le consulta, Dios, Bendito y Exaltado, nulifica
su opinión y aparta de él la confianza’”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 348)
3.- Del Imam Sadiq (P), del Profeta (PBd):
“La consulta con el juicioso de buen consejo implica felicidad, cre-
cimiento y éxito de parte de Dios, Poderoso y Majestuoso. Cuando
alguien así te aconseje, entonces cuídate de oponértele, porque en
esto hallarás la aniquilación”.
(“Al Bahar”, tomo XCI, pág. 254)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Luego, la desobediencia a un buen consejero benévolo, sabio y expe-
rimentado, provoca desorientación y concluye en arrepentimiento”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 116)
5.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! La tertulia con la gente de religión implica la nobleza
para este mundo y para el otro. Y la consulta con el juicioso de buen
consejo es felicidad, bendición, crecimiento y éxito de parte de Dios.
Cuando alguien así te aconseje, abstente de contradecirlo, porque
en esto se halla la aniquilación”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 293)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Consulta con los hombres de buen juicio, pues sólo recomiendan
el bien. Y cuídate de contradecirlos, porque la oposición al juicioso
piadoso implica degradación en la religión y en el mundo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 101)
Capitulo XLV
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Que el mejor entre la gente para ti sea quien te expone tus defectos
(de un modo agradable) y te ayuda en tu propia perfección”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 254)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El más amado de mis hermanos es quien me regala mis defectos
(manifestándomelos)”.
(“Mustadraq”, tomo II, pág. 63)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien te muestra tus defectos, te aconseja bien”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 256)
4.- Del Imam Husein (P):
“Quien te ama, te veda (el mal). Quien te odia, en cambio, te estimula
engañosamente (a realizar el mal)”.
(“Al Bahar”, tomo, LXVIII, pág. 128)
5.- Del Imam Kazim (P), del Profeta (PBd):
“El creyente es un espejo de su hermano creyente”.
(“Navadir Ar Ravandi”, pág. 8)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“Solo se llama amigo alguien que te aconseja sinceramente respecto
a ti mismo y de tus defectos. Apégate a quien hace esto, pues él es
un amigo verdadero”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 134)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“Solo te ama quien no te adula y sólo te elogia quien no te hace oír
(su elogio)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 134)
8.- Del Imam Sadiq (P), del Imam ´Ali (P):
“El musulmán es un espejo de su hermano. Por consiguiente, cuando
vean un desliz en su hermano, no lo instiguen y sean para él como
su propia alma guiándolo, aconsejándolo bien y amablemente”.
(“Al Bahar”, tomo X, pág. 97)
Capitulo XLVI
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien cubre tus defectos, es tu enemigo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 274)
2.- Del Imam Yauad (P):
“Quien te oculta el buen consejo, buscando tu complacencia, en
verdad obra con enemistad hacia ti”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 364)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien te oculta tus defectos y los busca en tu ausencia, es un ene-
migo. En consecuencia, debes cuidarte de él”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 286)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien te elogia, sin duda te degüella”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 265 y 266)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“Solo se denomina enemigo a alguien porque te agrede. Y quien te
engaña respecto de tus defectos (ocultándotelos), es tu enemigo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 134)
Capitulo XLVII
La aceptación de la crítica
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“No piensen que una verdad que se me dice me resulta insoporta-
ble, ni que busco el engrandecimiento de mi alma. Pues quien no
soporta la verdad que se le dice o la justicia que se le expone, menos
soportará obrar con ellas. Entonces no rehúses decir una verdad o
dar una opinión equitativa”
(“Nahyul Balagha”, pág. 687)
2.- Del Imam Al Hadi (P):
Le dijo a algunos de sus amigos: “Censura a Fulano y exprésale:
‘Cuando Dios quiere el bien para un siervo, he aquí que resulta
censurado y lo acepta’”.
(“Mustadraq”, tomo II, pág. 63)
3.- Del Imam Yauad (P):
“El creyente necesita un éxito de parte de Dios, un consejo de parte
de su propia alma y la aceptación de quien lo aconseja bien”.
(“Tuhaful ´Uqul”, pág. 337)
Capitulo XLVIII
La perspicacia
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam ´Ali (P):
“La perspicacia es la luz”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 13)
La inteligencia y la comprensión
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Profeta (PBd):
“‘¿Quieren que les informe sobre el más inteligente entre los inteli-
gentes y el más tonto entre los tontos?’. Contestaron: ‘¡Por supuesto,
oh, Mensajero de Dios!’. Explicó (PBd): ‘El más inteligente de los
inteligentes es quien le pide cuentas a su propia alma y obra para
después de la muerte. El más tonto entre los tontos es aquel que
sigue a su alma en los deseos y espera de Dios (la satisfacción) de
los mismos’”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 69 y 70)
2.- Del Imam Sadiq (P), en la tradición sobre los partidarios del intelecto
y los de la ignorancia:
“El opuesto de la sagacidad es la estupidez; el opuesto de la com-
prensión es la incomprensión; el opuesto del conocimiento es la
negación (ignorancia)”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 22)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“El inteligente es quien vivifica sus virtudes y elimina sus vicios con
la derrota de su pasión y su deseo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 481)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“El inteligente es aquel que disminuye sus deseos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 19)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“El inteligente toma un consejo de cada cosa”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 252)
6.- Del Imam Hasan (P):
“Por cierto que el más inteligente de los inteligentes es el piadoso
y el más tonto de los tontos es el corrupto”.
(“Kashful Gumma”, tomo I, pág. 571)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“Le preguntó Zaid ibn Suhan Abdi: ‘¿Quién es el más inteligente
de la gente?’ Contestó (P): ‘Quien reconoce el Camino Recto del
extravío y se inclina hacia el primero’”.
(“Ma’anil Ajbar”, pág. 190)
8.- Del Imam ´Ali (P):
“Dios, Glorificado Sea, estableció la obediencia como un beneficio
para los inteligentes, mientras que los débiles de entendimiento la
desperdician”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.243)
9.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Oh, Hamam! El creyente es inteligente y perspicaz”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 226)
Capitulo L
La abstención de la negligencia
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Cuídense de la desatención! Porque quien se descuida, sólo lo
hace en detrimento propio. ¡Y cuídense de no dar importancia a la
Orden de Dios, Poderoso y Majestuoso! Pues a quien hace esto Dios
lo deshonrará el Día de la Resurrección”.
(“Zauabul Amal”, pág. 242)
2.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Absténganse de la negligencia! Pues produce la degradación de
los sentidos (o del entendimiento)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 72)
3.- Del Imam ´Ali (P):
“La negligencia es pérdida (de ocasiones y demás cosas)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 13 y 20)
4.- Del Imam ´Ali (P):
“La negligencia es el más perjudicial de los enemigos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 13 y 20)
5.- Del Imam ´Ali (P):
“El negligente es somnoliento, y la negligencia es engaño”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 13 y 20)
6.- Del Imam ´Ali (P):
“Quien duerme ante su enemigo, es despertado por las conjuras”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 284)
7.- Del Imam ´Ali (P):
“¡Ay, del dormido! ¡Cuánto desperdicia! Su acto es escaso y su
recompensa es poca”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 325)
8.- Del Imam Sayyad (P):
“Despiértame del sueño de los desatentos y de la somnolencia de los
derrochadores y el sopor de los viles. No me deshonres como aquel
que ha sido deshonrado ante su gente ni como quien fue sumido por
Ti en la humillación. Por el contrario, toma mi mano (y rescátame)
de la caída de los que tropiezan, del temor de los extraviados, del
desliz de los orgullosos y del abismo de los que se aniquilaron”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 346 a 348; súplica nº 47)
Observaciones de la Primera Sección
El intelecto y su activación
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Reflexiona, oh, Mufaddal! En las actividades que se han estable-
cido para el hombre en cuanto a comer, dormir, cohabitar y lo que
se ha dispuesto en ellas. Para cada una de ellas se han establecido
móviles en su naturaleza (la del hombre) que las exigen, impulsando
a realizarlas. Por ejemplo, el hambre exige comer, de lo cual depende
la vida del cuerpo y su sustento. El sueño exige dormir, que es reposo
del cuerpo y restitución de su fuerza. El apetito sexual exige la cópula,
de la cual depende la continuidad del linaje y su permanencia. Si el
hombre hubiera sido impulsado a comer solamente por el conoci-
miento de la necesidad de su cuerpo al respecto, sin encontrar en su
naturaleza nada que lo impulsara a realizarlo, quizás no fuese firme
en ello debido a la dejadez y la haraganería, al punto que su cuerpo
se disolvería y entonces resultaría aniquilado. Observa, pues, como
se han establecido para cada una de estas actividades, de las cuales
depende el sostenimiento del ser humano y su interés, móviles en la
naturaleza misma, que lo motivan a concretarlas y la atraen a ello”.
(“Al Bahar”, Tomo 111. pág. 78 y 79)
También existen instintos en los animales, a partir de los cuales se generan
acciones. Ellos son diferentes en las distintas especies animales, y por ellos
se distinguen unos de otros. Dios, Exaltado Sea, Ha establecido para cada
una de las especies animales, instintos y naturalezas particulares por medio
de los cuales se distinguen, además de los instintos comunes que comparten
con otras especies y existen en todo animal. Por su parte, para el hombre
existe otro tipo de acción que deriva del conocimiento y la ciencia, no de la
naturaleza o el instinto.
Lo que lo lleva a este tipo de acción es su entendimiento y el conocimiento
que ha obtenido. Se le han otorgado al hombre los instrumentos necesarios
para este tipo de acción, los cuales son el intelecto, el poder y la voluntad. En
consecuencia, el hombre puede conocer una cosa y comprenderla, para luego
realizarla por su voluntad. Entonces el hombre no está bloqueado en el marco
de sus instintos y naturaleza, como lo está el animal.
La importancia del ser humano, su especial nobleza y valor, se manifiestan
por este tipo, de acción, es decir la voluntaria. Porque ella abarca todos los
movimientos constructivos y transformaciones evolutivas que aparecen en
la vida del hombre en la sociedad y la Historia, distinguiendo la existencia
humana de la animal.
Por lo tanto, hay dos vidas para el ser humano; una animal instintiva, en
la que se asocia con otros animales y otra humana intelectiva, con la cual se
eleva hacia la jerarquía y el nivel de humanidad.
De aquí concluimos que el hombre obra en forma selectiva y sólo elige
la acción y realiza correctamente la selección de acuerdo a su intelecto y
conocimiento. Quien estrecha el círculo de su intelecto, o no realiza correc-
tamente su elección, limita su acción y su buena obra. Y quien extiende el
círculo de su intelecto, en cambio, amplía su acción y su buena obra. Como
dice el Imam ‘Ali (P):
“El hombre está en su intelecto”.
(“Gorarul Hikam”, pág. 14)
Y por eso se dice:
“La ausencia de intelecto es ausencia de vida”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 27)
El hombre es tal por sus conocimientos y captaciones, no por sus instin-
tos. Por estos últimos él es un animal. La distinción radical para el hombre
se encuentra en el intelecto, la comprensión y las acciones consecuentes.
Por estas acciones se le facilita el desarrollo de la Historia y la construcción
de la sociedad, completándose los nobles objetivos de la vida. Así domina
sobre los instintos individuales y sociales, cambiando las circunstancias en
el sentido del bien, la sabiduría y la rectitud. Cuando el hombre tenga éxito
sobre esto, tendrá la oportunidad de cambiar el rumbo de muchas cosas hacia
uno que comprenda, quiera y elija, incluso en lo que respecta a la sumisión
de los instintos, como es evidente. Porque no es posible suprimir totalmente
los instintos y anhelos, pero es posible orientarlos hacia la sabiduría y el bien.
De esta manera el hombre puede desarrollar correctamente muchas de las tra-
diciones sociales y tendencias. En consecuencia, se aclara con lo expuesto la
importancia del conocimiento y el entendimiento, los cuales sólo se obtienen
con el intelecto y sus actividades.
La reflexión y su importancia
La ignorancia
1 De los pueblos a quienes fueron enviados los profetas anteriores, y estos pueblos los re-
chazaron.
ser humano, en el campo de este conocimiento, puede caminar junto a las
realidades tangibles y las existencias infinitas creciendo en la matriz de la
vida y el vientre de la existencia.
Así renace un hombre con una conciencia divina completa. Esta jerarquía
requiere del pleno desarrollo de las capacidades humanas.
Frente a este método encontramos el de las escuelas filosóficas - las cuales
también penetraron en el Islam, participando de la alteración de sus enseñan-
zas y tradiciones. Pues ellas, para conocer las cosas, se basan en definiciones
de género, especie y otras cuestiones concernientes a esquemas mentales,
provocando la abstracción de un elemento de los demás y su separación del
resto de la existencia. Este tipo de conocimiento resulta muy incompleto, en
contraposición al método coránico, del cual dista mucho - como hemos visto.
Luego, al mezclarse dentro del Islam temas filosóficos, metodologías griegas
y principios gnósticos con las enseñanzas coránicas, ocurrió la confusión de
ambos métodos. Esto originó la transformación del conocimiento directo,
viviente, ideológico y constructivo -que propone y enfatiza el Corán- en un
conocimiento árido, mental y disperso que no alcanza el objetivo coránico,
es decir, la edificación del individuo y la sociedad. Reflexionen en lo que
hemos expuesto sobre el método coránico y también se le aclarará la ventaja
del mismo respecto de otros métodos actuales.
El conocimiento experimental
1 Consulte al respecto el Sagrado Corán, sura 21, aleyas 51 a 69, donde figura el mencionado
relato.
mos la atención de los pensamientos e intelectos, especialmente de los sabios
y difusores. Se trata de la importancia de propagar el conocimiento mediante
la acción concordante, porque el lenguaje de la práctica es más elocuente y
penetrante que las meras palabras. Además la concepción y difusión destacadas
en la acción tienen un resultado firme, singular y amplio.
La extensión del pensamiento y la difusión tienen lugar a través de la
acción y la iniciativa. En primer lugar se encuentra la práctica individual, que
implica que el hombre comience con su propia alma y la coloque como un
ejemplo práctico de aquello a lo cual convoca. En segundo lugar, la actividad
social, que se orienta a comprender el terreno propicio existente en el entor-
no para luego encaminarse hacia un rumbo que permita la realización de la
difusión y el pensamiento.
De todas formas, la acción acorde a la enseñanza de cada pensamiento
y difusión es el más fuerte de los recursos para propagar esta doctrina, como
podemos apreciarlo en el acontecimiento de Ashura (el martirio del Imam
Husein·-P-). Este evento es la gran obra de un creyente que propagó el pen-
samiento de la defensa de la justicia y la verdad incesantemente.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham ibn Al-Hakam! Dios, Poderoso y Majestuoso, Ha per-
feccionado para la gente las evidencias por medio de los intelectos, se
Ha comunicado con ellos a través de la Palabra, les Ha encaminado
al respecto de Su Señorío con argumentos y les Ha dicho: ‘Vuestro
Dios es un Dios Único. No hay más Dios que Él, el Clementísimo
con toda la Creación, el Misericordiosísimo con los creyentes. En
la Creación de los cielos y de la Tierra y en la diferencia entre la
noche y el día, en la nave que surca el mar con lo que beneficia a
la gente, en el agua que hizo descender Dios de los cielos con la
cual vivifica la tierra tras haber estado muerta, diseminando por
ella todo tipo de animales; en la variación de los vientos y en las
nubes situadas entre el cielo y la Tierra, hay, ciertamente, señales
para la gente que razona’1.
¡Oh, Hisham! Dios, Poderoso y Majestuoso, Ha establecido esto
como un argumento respecto del conocimiento de Él, a fin de que
sepan que ellos tienen Un Organizador. Y Ha dicho: ‘Y ha puesto a
vuestra disposición la noche y el día. El Sol, la Luna y las estrellas
están sometidas a Su mandato. En verdad, en ello hay señales para
gente que usa su intelecto’2. Y Ha dicho además: ‘Ha, Mim. Juro
por la Escritura clara que la hemos hecho una recitación árabe.
Quizás así, razonéis’3. Y también: ‘Y entre Sus señales está el que
os muestre el relámpago, motivo de temor y de esperanza, y el hacer
descender del cielo agua con la que da vida a la tierra después de
haber estado muerta. En verdad, en ello hay señales para gente
que razona’4”.
(“Tuhaful ‘Uqul”. pág. 283)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Así el ojo contempla la sucesión de la noche y el día de manera
constante y renovada, sin que envejezcan a lo largo de su carrera
ni se alteren por la frecuencia de su transcurso ni mermen en su
estado; el día con su luz deslumbrante y la noche con su oscuridad
y tiniebla, penetrando uno en el otro, hasta que cada uno de ellos
llega a una meta establecida, conocida, en lo prolongado y en lo
breve, respecto de una posición y curso únicos. Traen reposo a quien
descansa en la noche y dispersión a quien en ella se dispersa. Por
otro lado, dispersión a quien se dispersa en el día y reposo a quien
durante él descansa. Luego están el frío y el calor con su sucesión
alternada rotándose uno tras el otro en su tiempo y su llegada.
Todo esto son elementos con los que la mente razona respecto del
Señor, Glorificado y Exaltado Sea, pues la mente, con su intelecto,
conoce que Aquel que Ha dispuesto estas cosas es Único, Poderoso,
Sabio y Permanente. Y además, que si hubiera en los cielos y la tie-
rra otra divinidad junto a Él Glorificado Sea, cada una se hubiera
1 Corán, 2:163-164.
2 Corán, 16:12.
3 Corán, 43:1-3.
4 Corán, 30:24.
quedado con lo que creó, tratando cada uno de enaltecerse por sobre
su compañero y a su vez de debilitar al otro (lo cual originaría el
caos y la destrucción). Así también los oídos han escuchado lo que
el Organizador de las Escrituras Ha revelado, en confirmación de
aquello que los corazones habían comprendido a través de sus in-
telectos, por el Favor de Dios y por las palabras de quienes lo Han
conocido como es debido: sin hijos, compañero ni asociado. Así,
pues, los oídos han transportado las palabras que han escuchado
de los Profetas (P) al corazón”.
(“Al Bahar”. Torno III. pág. 165)
Evidentemente el conocimiento sensorial es una introducción hacia la
deducción intelectual, pues como lo perceptible es un efecto, indica la exis-
tencia de una causa. La capacidad de llegar del efecto a la causa es una de
las características del intelecto, siendo ese el más alto grado de los sentidos
y sus percepciones.
La mayoría de lo que el hombre sabe y conoce proviene de aquí, como
hemos señalado.
De la Tradición (hadiz)
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Los más asombrosos de todos estos son los ateos, quienes pretenden
que se capta con los sentidos lo que no se capta con el intelecto, y
cuando se vieron requeridos por esto, derivaron en la negación y
la impugnación, diciendo: ‘¿Por qué no se capta con el intelecto?’
Entonces se le responde: ‘Porque está por encima del grado del in-
telecto, como tampoco se capta con la vista lo que se encuentra por
sobre su grado. Por cierto que si ves una piedra elevándose en el aire,
sabes que alguien la ha arrojado. Este conocimiento no proviene de
la vista sino del intelecto, ya que es él quien lo distingue, pues sabe
que una piedra no puede dirigirse hacia arriba por su propia cuenta.
¿No ves cómo la vista se detiene en su límite y no lo traspone? Así
también el intelecto se detiene en su límite respecto del conocimiento
del Creador y no lo traspone. Pero mediante en ello a través de un
intelecto que acepta la existencia de un alma que nunca ha visto ni
captado con ninguno de los sentidos. De acuerdo a esto, decimos
también: ‘El intelecto conoce al creador en un punto que dicho
reconocimiento le resulta indispensable. No lo conoce abarcando
Sus Atributos’. Y si cuestionan: ‘¿Cómo es posible que a un siervo
débil se le imponga Su conocimiento con un intelecto sutil en tanto
que no puede abarcarlo con el mismo?’, se les responde: ‘Sólo se
le impone al siervo aquello que está en su poder alcanzar, y es la
certeza respecto de Él y la detención ante Su Orden y Su Prohibición.
Nunca se les impone abarcar Sus Atributos”.
(“Al Bahar”. tomo III. Pág. 146 y 147)
2.- Del lmam Sadiq (P):
“Infórmame sobre esta semilla, ¿reconoces que ha sido de una planta
o sostienes que se encuentra así?” Respondió: ‘No. Por el contrario,
ha sido de una planta’. Prosiguió (el Imam -P-): ‘¿Acaso tus cinco
sentidos captan lo que se oculta respecto de esta planta?’. Respondió:
‘No’. Replicó (P): ‘Entonces no has visto. Sin embargo reconoces
la existencia de una planta que tus sentidos nunca han captado’”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 156)
Estos son los caminos apropiados para advertir a las mentes sobre los
límites de los sentidos y la necesidad del conocimiento intelectual para la
búsqueda de la ciencia real.
Lo que extraemos de estos temas es que para cada elemento existe una
causa que le es propia, un camino que llega hacia él, así como recursos y
herramientas adecuadas para ello. Todo lo que queramos considerar de la
existencia y el ser no sale de este fundamento. Por consiguiente, para llegar
a conocer una cosa es necesario elegir un medio apropiado que nos lleve a
su conocimiento.
Cuando algo se encuentra fuera del alcance de los sentidos y sus órganos,
es necesario buscar otro camino para conocerlo, el cual se basa en el conoci-
miento del objeto a través de sus señales y huellas. Este es el conocimiento
intelectual. El mismo, en sus grados de perfección, se transforma en conoci-
miento del corazón y en la ciencia firme.
3.- Del Imam Rida (P):
“’En cuanto al conocimiento y su descripción, cuando sólo pretendes
recordar el abecedario, lo mencionas letra por letra diciendo: a, be,
ce, de, e, efe, etc., hasta llegar a la última. Luego, no encuentras un
significado de él excepto él mismo. Y cuando unes algunas de sus
letras, colocándolas como nombre y adjetivo para un sentido que
buscas y un significado que defines, entonces esto es una indicación
respecto del mismo, representando una cosa calificada por ella (por
la palabra). ¿Comprendes?’. Respondió (el narrador): ‘Sí’. Continuó
(P): ‘Debes saber que no hay calificativo sin calificado, ni nombre
sin significado, ni límite sin limitado.
Los atributos y nombres indican la perfección y la existencia, pero
no de modo abarcante (es decir, sobre la esencia, el calificado y el
nombrado), como lo hacen los límites de un cuadrado, un triángulo
y un hexágono. Porque a Dios, Poderoso y Majestuoso, se lo conoce
por Sus Atributos y Nombres, pero no por ponerle límites de longitud,
extensión, escasez, abundancia, color, peso, etc.
Nada de esto puede penetrar en la Esencia de Dios, Exaltado y San-
tificado, a tal punto que Su creación lo conoce a través de conocerse
a sí mismo, a causa de lo que hemos mencionado. Pero se lo indica
a Dios, Poderoso y Majestuoso, por Sus Atributos y se lo comprende
por Sus Nombres. Su creación lo señala de tal manera que no resulta
necesario para el buscador ver con los ojos, escuchar con los oídos,
tocar con las manos y abarcar con el corazón’”.
(“Ulun Ajbar Ar-Rida”. tomo I. pág. 174 y 175)
El hombre sólo prepara su alma para aceptar una cuestión y soportar una
desgracia en la medida de lo que conoce al respecto del beneficio y conse-
cuencias que contienen. En esta categoría entran las pruebas, perjuicios, penas
y dificultades. Cuando el hombre conoce estas cuestiones, sus orígenes y
consecuencias, así como la manera de enfrentarlos con un conocimiento com-
pleto, entonces prepara su alma para hacerlo de la mejor manera y lo soporta.
Este conocimiento es una forma de autodeterminación en las personas,
que manifiesta sus señales en diversas tendencias y asuntos cotidianos.
Al respecto, tenemos Su dicho, Exaltado Sea:
“¡Oh, Profeta! ¡Convoca a los creyentes al combate!.
Si hubiera entre vosotros veinte hombres pacientes y contenidos,
vencerán a doscientos y si hubiera entre vosotros cien, vencerán a
mil de los que no creen, pues son gente que no posee entendimiento”.
(8:65)
Así la Noble aleya distingue dos filas enfrentadas; una, la de los creyentes
que tienen un objeto, una clara orientación, son conscientes de lo que buscan
y luchan por ello; esta fila paciente está ante las pruebas en forma natural,
firmemente paradas frente al enemigo y ante la guerra. La otra fila es la im-
pía; no tiene objetivo y está perpleja, sin un conocimiento que les exija el
enfrentamiento firme; en consecuencia, no tienen paciencia ante los asuntos
difíciles y los acontecimientos pesados, por lo que fracasa.
Por lo tanto, es correcto afirmar que la segunda fila sólo fracasa debido a
la falta de conocimiento, a su ignorancia respecto de los objetivos, mientras
que la primera fila sólo triunfa por poseer inteligencia conocimiento y saber
las consecuencias de enfrentar las dificultades.
La creencia y la fe
Capítulo I
La importancia de la creencia
De la Tradición (hadiz):
1.- Del lmam Sadiq (P):
“Sí, los siervos hablan sobre la verdad y la cumplen. Pero sus cora-
zones no están seguros a su respecto, no obtienen ningún beneficio”.
(“Al Mahasin”, pág. 249)
Nota:
La Fe constituye una pirámide cuya base es la creencia y su cuerpo es
el acto levantado sobre dicha base (la creencia del corazón). En este caso, el
corazón implica la suma de sentimientos e intelecto. En conclusión, el hombre
es conducido hacia su acción y auxiliado por su sentimiento y su intelecto, es
decir, por todo su ser. Esta es la principal enseñanza de la educación islámica.
Capítulo II
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El (Valor del) hombre está en su fe”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 15)
2.- Del Imam Baqir (P) o el Imam Sadiq (P):
“Sobre el Dicho de Dios, Poderoso y Majestuoso: ‘Tinte de Dios.
¿Quién es mejor que Dios tintando? Nosotros somos Sus siervos’1,
el Imam (P) explicó: ‘El tinte (de Dios) es el Islam’. Y respecto de Su
Dicho, Poderoso y Majestuoso: ‘Quien descrea de los falsos dioses
y crea en Dios, se habrá aferrado al asidero más firme’2, explicó
(P): ‘Esta es la Fe’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 14)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien corrompió su religión, es un fracasado”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 28)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh Kumail! Ella (la Fe) puede estar firme o ser como un depósito
(es decir, temporal, transitoria). ¡Cuídate de ser como quienes la
tienen en depósito! Y sólo eres digno de la firmeza cuando marchas
por un sendero claro, que no sea tortuoso ni te aleje del camino”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 121)
1 Corán, 2:138.
2 Corán, 2:256.
Capítulo III
La Fe es creencia y práctica
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“La Fe está anudada al corazón, y consiste en expresar con la lengua
y practicar con los miembros”.
(“Amale At-Tusi”, tomo II, pág. 84)
2.- Del Imam Sadiq (P), del Profeta (PBd):
“La fe es palabra y acción; ambos son como hermanos asociados”.
(“Qurbul Asnad”, pág. 19)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“La fe y la práctica son como dos hermanos mellizos y dos compañe-
ros inseparables. Dios no aceptará a uno de ellos sin su compañero”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 66)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“(Se le preguntó:) ‘¿La fe es dicho y práctica o dicho sin práctica?’.
Contestó (P): ‘La fe es testificar con el corazón, reconocer con la
lengua y practicar con los miembros. Consiste en una acción total”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 271)
5.- Del Imam Sadiq (P): Sobre el Dicho de Dios: “Y quien abandone la
fe, habrá malogrado sus obras y en la otra Vida será de los perdedores”1,
explicó (P):
“Su rechazo consiste en abandonar la práctica que reconocen”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 274)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Le pregunté (cuenta el narrador): ‘Infórmame sobre la fe, ¿es prác-
tica o expresión sin práctica?’. Contestó (P): ‘La fe es una práctica
total mientras la palabra es parte de dicha práctica, corno Dios lo
explicó en Su libro’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 34)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“No hay fe sin práctica; la práctica es parte de ella. Y no existe
firmeza en la fe sino a través de la práctica”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 127)
8.- Del Imam Rida (P), de sus ancestros, de Amir al Mu’minin (P), del
Mensajero de Dios (PBd):
1 Corán, 5:5.
“La fe es un reconocimiento que se expresa, una obra que se realiza
y un conocimiento que se obtiene con el intelecto”.
(“Al Bahar”, tomo LXIX, pág. 68)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“La fe no es exhibición ni anhelo. Por el contrario, la fe es pureza
en el corazón y se verifica en los actos”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 272)
Nota:
Estos principios, es decir, que no hay fe sin práctica, que ella consiste en
una práctica total y es una obra que se realiza y se verifica en los hechos, son
cuestiones importantes y altos objetivos de la educación en el sistema coránico
.
Capítulo IV
Monoteísmo y politeísmo
De la Tradición (hadiz):
1.- Del lmam ‘Ali (P):
“Y los demonios les apartaron engañosamente de Su conocimiento
y les distrajeron de Su devoción”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 33)
2.- De Fátima (P):
1 Aditas
“Entonces Dios impuso la fe como un purificador de sociedad y la
oración como depuración de la arrogancia”.
(“Kashful Gumma”, tomo I, pág. 483)
3.- Del Imam Sadiq (P), sobre Su Dicho, Exaltado Sea: “Han tomado a
sus doctores de la ley y a sus sacerdotes por sus señores en lugar de Dios”1,
explicó (P):
“¡Por Dios! No les convocaron a la adoración de sí mismos, pues
si hubiesen hecho esto, no les habrían respondido. En cambio, les
permitieron lo ilícito y le prohibieron lo lícito, y entonces ellos los
adoraron sin darse cuenta”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 98)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“En verdad Dios, Bendito y Exaltado, otorgó a Muhammad (PBd)
las leyes de Noé, Abraham, Moisés y Jesús (la paz de Dios sea sobre
ellos), consistentes en el monoteísmo, la sinceridad y el abandono
de la idolatría. Esto es de una naturaleza pura y simple.
No hay monacato ni mendicidad (en el camino espiritual). Se han
permitido las cosas buenas y se han prohibido las inmundas. Se los
liberó de sus dificultades y de las cadenas que sobre ellos pesaban”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 17)
5.- Del Imam Rida (P), a través de Fadl ibn Shazan quien narró que dijo
(P):
“Entonces si preguntan respecto del llamado a la oración (adhan),
¿por qué causa fue ordenado?, deben responder: Por numerosas
causas. Y si alguien cuestiona: ¿Por qué se estableció la fórmula ‘La
ilaha illa Allah’ (No hay divinidad excepto Dios) en su parte final,
en lugar de ‘Subhanal-Lah’ (Glorificado sea Dios), o ‘Al hamdu
lil-Lah’ (La alabanza sea con Dios), o ‘Allahu Akbar’ (Dios es el
más Grande)?, deben responder: ‘Porque la fórmula ‘La ilaha illa
Allah’ implica reconocer que Dios Altísimo es Único, y abandonar
los asociados a Dios. Este es el primer grado de la fe, y es más im-
portante que las otras fórmulas”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 106)
1 Corán, 9:31.
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Luego Dios Altísimo envió a Muhammad (PBd) para sacar a Sus
siervos de la adoración de otras criaturas hacia Su adoración, de
los pactos entre ellos hacia Su pacto, de la obediencia de Sus sier-
vos hacia Su obediencia y de la soberanía de Sus siervos hacia Su
soberanía”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 388)
7.- Del Imam Baqir (P), quien en una carta dirigida a uno de los califas
Omeyas escribió lo siguiente:
“Una de las cosas que han perdido es la lucha sagrada (yihad)1, la
cual Dios Altísimo prefirió por encima de los demás actos. Pues lo
primero que ésta realiza es convocar hacia la adoración de Dios en
lugar de la adoración de los siervos, hacia la obediencia de Dios
Altísimo en vez de la obediencia de los siervos, y hacia Su gobierno
en lugar del gobierno de los siervos. Y esto no es como la convoca-
toria a la obediencia de un siervo a otro”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 8)
8.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Consolida a través de esto los asuntos de los musul-
manes. Haz prosperar sus casas y países y aumenta sus riquezas.
Líbralos del enfrentamiento contra Tus enemigos para Tu devoción
y dales reposo del combate donde hacer retiros espirituales para
que no sea adorado nadie en todas las zonas de la tierra más que
Tú, ni nadie se arroje sobre la tierra delante de otro en vez de Ti”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 183, súplica nº 27)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) dijo: ‘Quien se separa de la comunidad
de los musulmanes, está sacando el nudo del Islam de su cuello’.
Se le preguntó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Qué es la comunidad de
los musulmanes?’. Respondió (PBd): ‘La comunidad de la gente de
la verdad, aunque fuesen pocos’”.
(“Amale Saduq”, pág. 297)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Aquel que se aparta de la comunidad de los musulmanes en la
medida de un palma, quita el nudo de la Fe de su cuello”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 377)
3.- Del Profeta (PBd), quien le dijo a un grupo:
“¡Asistan a la mezquita o seguramente quemaré sus casas!”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 376)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Había un grupo que no asistía a la oración colectiva. En consecuen-
cia, el Mensajero de Dios (PBd) tomó la decisión de incendiarles sus
casas. Así ellos (cuando se enteraron de esto) salieron y comenzaron
a asistir a la oración junto a los musulmanes”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 489)
5.- Del Imam Kazim (P):
“Existen tres peligros: violar el pacto, abandonar la tradición y
separarse de la comunidad”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 268)
6.- Del Imam Sadiq (P), según lo que transmitió del Profeta (PBd):
“No hay oración (completa) para quien no reza en la mezquita junto
a los musulmanes, salvo por una causa justificada)”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 377)
7.- Del Profeta (PBd):
“Cuando te pregunten sobre quien no se presenta a la oración co-
lectiva, entonces di: ‘No lo conozco’”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 489)
8.- Del Profeta (PBd):
“Gabriel (P) vino hasta mí y me dijo: ‘¡Oh, Ahmad! El Islam consta
de diez partes. No existe ninguna esperanza para quien no cumple
ni siquiera con una. La primera es testimoniar que no hay divinidad
excepto Dios, y consiste en una expresión verbal. La novena es la
comunidad, que es la base de la unidad’”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 14)
9.- Del Profeta (PBd):
“La comunidad de mis seguidores son la gente de la Verdad, aunque
sean pocos”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 40)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Cuídense de la veleidad en la Religión de Dios! La unión con lo
verdadero, aunque les disguste, es mejor que la separación de un
asunto falso, aunque esto les resulte agradable. Y sin duda Dios,
Glorificado Sea, nunca le otorga a nadie el bien con la separación,
ni en el pasado ni en el futuro”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 575 y 576)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“La separación pertenece a la gente de la falsedad, aunque fuesen
muchos. Y la comunidad pertenece a la gente de la Verdad, aunque
fuesen pocos”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 150)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dije (en una súplica): ‘¡Oh, Dios! ¡No hagas que necesite a nadie
en Tu creación!’. Entonces el Mensajero de Dios (PBd) me dijo:
‘¡Oh, ‘Ali! No hables así, pues no existe nadie que no precise de la
gente’. Entonces le pregunté: ‘¿Cómo debo decir, oh, Mensajero de
Dios?’. Respondió (PBd): ‘Di: ¡Oh, Dios! ¡No hagas que dependa
de los malvados de Tu creación!’”.
(“Al Bahar”, tomo XCIII, pág. 325)
2.- Del Imam Sayyad (P), cuando un hombre exclamó en su presencia:
“¡Oh, Dios! ¡Hazme autosuficiente respecto de Tu creación!”. Entonces le
dijo (P):
“No es así. Por el contrario, la gente depende unos de otros. En
cambio di: ‘¡Oh, Dios! ¡Hazme autosuficiente de los malvados de
Tu creación!’”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 200-201)
3.- Del lmam Sadiq (P):
“Sin duda que ustedes necesitan de la gente. En verdad, nadie en
su vida es autosuficiente de los demás. Las personas dependen unos
de otros”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 399)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Abu Ubaida le solicitó (al Imam -P-): ‘Suplica a Dios por mí, para
que no coloque mi sustento en las manos de los siervos’. Él le con-
testó (P): ‘Dios te deniega esto. Por el contrario, Dios quiere que los
siervos, respecto de su sustento, se necesiten mutuamente. Pero pídele
a Dios que ponga tu sustento sobre el mejor de Su creación, porque
esto es parte de la felicidad, y que no lo establezca en las manos de
los malvados de Su creación, pues esto es parte de la desgracia’”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 268)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Aquel que es humilde secretamente, es de buen comportamiento en
público. Por ende, debes comportarte correctamente con la creación,
por Dios. No te relaciones con ellos por tu parte mundana, ni para
buscar puestos, ostentación o fama.
Pon a quien es mayor que tú como un padre, al menor como un hijo y
al igual como un hermano. No abandones aquello que practicas con
certeza por dudar de esto respecto de otra persona. Sé benévolo al
ordenar el bien y misericordioso al prohibir el mal. Y no dejes de dar
buenos consejos en cualquier estado. Dios. Poderoso y Majestuoso,
Dice: ‘Hablad bien a las personas’1. ¡Que sus presencias no te lleven
a ocultar la verdad! Pues, evidentemente, ésta es una gran pérdida”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIV, pág. 160)
2.- Del Imam Sayyad (P):
“En cuanto al derecho de la gente de tu comunidad, consiste en
brindar el saludo y la misericordia para con ellos, siendo benevolente
ante sus malvados. Debes intimar con ellos y buscar su corrección,
agradecer a sus bondadosos y abstenerte de molestarlos. Debes
querer para ellos lo que quieres para ti mismo y detestar para ellos
lo que detestas para ti mismo. Considera a sus ancianos como tu
padre, a sus jóvenes como tu hermano, a sus ancianas como tu madre
y a los pequeños como tus hijos”.
(“Al Jisal”, tomo II, pág. 570)
1 Corán, 2:83.
3.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Zuhri! Tienes que considerar a los musulmanes como tu
familia. Trata a sus mayores como a tu padre, a sus menores como
a tu hijo y a tu compañero como a tu hermano. ¿Te gustaría que
alguno de ellos fuera tratado injustamente? ¿O que alguno fuese
condenado? ¿O que fuera desprestigiado?”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 230)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Se le preguntó respecto del loteo del tesoro público y respondió (P):
‘Los musulmanes son hijos del Islam; yo reparto equitativamente
entre ellos, pero su merecimiento es un asunto entre ellos y Dios. Los
considero como hijos de un mismo padre. No distingo en el reparto
a ninguno de ellos por su virtud o corrección respecto de otro que
es débil y defectuoso’”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 29)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“El Creyente es hermano del creyente. Son como un cuerpo que
cuando una de partes sufre, las demás también padecen”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 166)
6.- Del Imam Baqir (P):
“Los creyentes, en su beneficencia, en su compasión y en su piedad,
son como un cuerpo: cuando una parte se enferma, las otras se aúnan
en la fiebre y el insomnio”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIV, pág. 234)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“¡No, por Dios! El creyente nunca es tal hasta que conforme con su
hermano un mismo cuerpo, de tal forma que cuando se lesione una
vena, las demás se vean afectadas”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIV pág. 233)
8.- Del Profeta (PBd):
“Ordenen el bien y veden el mal, o Dios dará poder a los malvados
entre vosotros sobre los buenos. Entonces los bondadosos implora-
rán, pero no se les responderá”.
(“Al Bahar”, tomo XCIII, pág. 378)
9.- Del Imam Baqir (P):
“Dios le reveló al Profeta Suayb (P): ‘He de castigar a cien mil de
tu pueblo: cuarenta mil malvados y sesenta mil buenos’. (Entonces
Suayb preguntó:) ‘¡Oh, Señor! A los malvados, está bien. Pero,
¿por qué a los buenos?’. Y Dios, Poderoso y Majestuoso, le reveló:
‘Debido a que obran con doblez con la gente desobediente y no se
encolerizan con Mi Cólera’”.
(“Al Uasail”, tomo IX, pág. 416)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, ‘Ali! El creyente es aquel a quien los musulmanes le confían
sus bienes y su sangre. Y el musulmán es quien resguarda a los mu-
sulmanes de su mano y de su lengua”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 510)
2.- Del lmam Rida (P) del Profeta (PBd):
“Se le preguntó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Existe algún derecho
en los bienes aparte de la caridad obligatoria (zakat)?’. Contestó
(PBd): ‘Si: hacer el bien a los parientes cuando éstos se apartan y
averiguar (la situación) del vecino musulmán. Porque no cree en mí
quien duerme saciado mientras su vecino musulmán padece hambre’.
Después agregó (PBd): ‘Gabriel me ha recomendado tanto al vecino
al punto de creer que sería mi heredero’”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 32)
3.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! ¡Cuídate de separarte de tu hermano! pues la
obra no es aceptada a causa de la separación”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 554)
4.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el lmam Sadiq (P):
“Quien amanece y no se preocupa por los asuntos de los musulmanes,
entonces no es de ellos. Y quien oye a un hombre proclamar ‘¡Oh,
musulmanes!’ y no le responde, entonces no es musulmán”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 164)
5.- Del Profeta (PBd):
“El hombre debe respetar al vecino como respeta a su propia madre”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 143)
6.- Del Profeta (PBd):
“Un siervo no es creyente hasta que su vecino esté a salvo de su
malicia”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 148)
7.- Del Profeta (PBd):
“No cree en mí quien duerme satisfecho mientras su vecino está
hambriento. Ni cree en mí quien duerme vestido mientras su vecino
está desnudo”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 80)
8.- Del Imam ‘Ali (P), del Profeta (PBd):
“Nadie traiciona a Dios respecto de la dación de sus bienes en
caridad, excepto el idólatra”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 509)
9.- Del Imam Rida (P):
“Sólo se estableció la comunidad para que la sinceridad, el mono-
teísmo, el Islam y la devoción a Dios se descubran, se manifiesten
y alcancen la celebridad. Porque en su vigencia hay una evidencia
para la gente de Oriente y Occidente sobre Dios Único.
Por otro lado, es necesario que (las leyes) del. Islam se manifiesten
y sean consideradas para que el hipócrita y el despreciativo cum-
plan con aquello que reconocieron al aparecer la religión, para que
el testimonio entre musulmanes sea admisible y además para que
haya asistencia sobre el bien, la piedad y la abstención de muchas
desobediencias a Dios”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 372)
10.- Del lmam Sadiq (P):
“‘¡Oh, lbn Yundab! Satanás posee trampas con las cuales caza.
¡Cuídense de sus redes y sus trampas!’ Pregunté (cuente el narrador):
‘¿Cuáles son ellas, oh hijo del Mensajero de Dios?’.
Respondió (P): ‘Sus trampas consisten en distraer de la realización
del bien a los hermanos. En cuanto a sus redes consisten en la des-
preocupación que hace pasar por alto las oraciones obligatorias.
Sabe que no se adora a Dios como al marchar en pos del beneficio
a los hermanos y su visita. ¡Oh, lbn Yundab! El que marcha para
beneficiar a su hermano es como el que corre entre Safa y Maruah1.
El que satisface la necesidad de su hermano es como el que brindó
su sangre en el camino de Dios en las jornadas de Badr y Uhud’”2.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 222 y 223)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según narró Uzmán ibn Mad’un:
“Comenté al Mensajero de Dios (PBd): ‘Mi alma me invita a excur-
sionar y recluirme en las montañas’. Entonces expresó (PBd): ‘No
hagas esto, oh Uzmán. Porque la excursión de mi comunidad es la
lucha y el combate’”3.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 10)
2.- Del Profeta (PBd), según transmitió Ibn Mas’ud:
1 Safa y Maruah son dos colinas que se encuentran en Meca, entre las cuales se corre de
durante el ritual de la peregrinación recordando a Agar, esposa de Abraham y madre de
lsmael (P) cuando hizo esto implorando ayuda a Dios en el desierto.
2 Badr y Uhud fueron dos batallas importantes del principio del Islam.
3 Se refiere a un viaje realzado como práctica espiritual el cual conlleva un retiro. Este tipo
de práctica al igual que otras, como el monacato y otras que implican una separación de la
comunidad, son abolidas por el Islam.
“Iba junto al Profeta (PBd), a la grupa de su asno. Entonces me
dijo: ‘¿Sabes en qué consiste el monacato en mi comunidad?’. Res-
pondí: ‘No. Dios y Su Mensajero lo saben’. Me explicó (PBd): ‘Es
la emigración, el combate, la oración, el ayuno, la peregrinación
mayor y la menor (Umra)’”.
(“Maymol Baian”, tomo IX, pág. 243)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“La fe en Dios y Su Mensajero, y el combate en Su camino son las
mejores herramientas para que los buscadores de Dios lleguen hasta
Él, glorificado Sea”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 388)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Luego, el combate es una de las puertas del paraíso. Dios la ha
abierto exclusivamente para Sus amigos. Es una vestidura de la
piedad, un escudo fuerte de Dios y una sólida protección. A aquel
que lo abandona voluntariamente, Dios lo cubre con la vestimenta
de la humillación. Sobre él se cierne la prueba y le caen encima el
desprecio y la deshonra. Su corazón se colapsa con la pérdida del
intelecto.
Abandonar el combate implica dar la espalda a la verdad, dirigirse
hacia la falsedad caer en la dificultad y rechazar la justicia”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 94)
5.- De Zaid ibn ‘Ali ibn Husein (un hijo del cuarto Imam -P-) quien ex-
presó respecto del Dicho de Dios, Poderoso y Majestuoso “La mejor vestidura
es el temor de Dios”1:
“La vestimenta de la piedad consiste en armarse en el camino de
Dios”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 244)
5.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros (P), que el Profeta (PBd) ha
dicho:
“Por encima de cada bien existe otro, hasta llegar al martirio en
el camino de Dios. Cuando se alcanza esto, entonces no hay bien
1 Corán, 7:26.
que lo supere”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 10)
6.- Del Profeta (PBd):
“Un hombre se retiró a una montaña para adorar a Dios en ella.
Entonces su familia lo llevó ante el Profeta (PBd) y él le vedó esto
diciendo: ‘Perseverar un día en el campo de batalla es mejor para
el musulmán que cuarenta años de devoción”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 245)
7.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P):
“‘En verdad, Dios, Poderoso y Majestuoso, detesta a un creyente
débil que no tiene modo de vida’. Se le preguntó: ‘¿Quién es el cre-
yente débil que no tiene modo de vida?’. Respondió (PBd): ‘Quien
no veda el mal’”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 29)
8.- Del Profeta (PBd):
“Encomienden el bien y prohíban el mal, o Dios dará poder a los
malvados de entre ustedes sobre los buenos. Entonces los bondadosos
invocarán y no se les responderá”.
(“Al Bahar”, tomo XCIII, pág. 378)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Le pregunté (dice el narrador) a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-
): ‘¿Se quedará la Tierra sin un sabio de ustedes vivo y presente,
un guía al cual la gente se dirija para preguntarle sobre lo lícito y
lo ilícito?’.
Respondió (P): ‘No, Oh, Abu Yusuf. Esto se dilucida en el Libro de
Dios Altísimo: ‘¡Oh, creyentes! Sed pacientes y aguantad con firme-
za’, es decir, contra los enemigos que se les oponen. Y Dice Dios:
‘manteneos preparados’, es decir, para (obedecer a) su Imam. Y
‘temed a Dios ¡Quizás, así, tengáis éxito!’ 1”.
(“Al Bahar”, tomo XXIII, pág. 51)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios, Bendito y Exaltado, declaró: ‘Sin duda que he de castigar
a cada pueblo que se aproxime a un líder que no sea de parte de
Dios (es decir, que no sea justo), aunque el pueblo en sus obras
sea bueno y piadoso. Y sin duda que he de perdonar a cada pueblo
que se acerque a todo guía que esté de parte de Dios (es decir, que
sea justo), aunque el pueblo en sus actos sea malvado’2.
Pregunté (dice el narrador): ‘¿Entonces dispensará a éstos y cas-
tigará a aquellos?’. Contestó (P): ‘Así es. Porque Dios dice (en el
Corán): ‘Dios es el Protector y Amigo de aquellos que creen. Él
les saca de las tinieblas hacia la Luz’3”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 139)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios no acepta de los siervos los actos buenos que realizan mien-
tras sigan a un Imam opresor que no viene de Dios Altísimo (que
no es justo)”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 20)
4.- Del Imam Baqir (P):
“Aquel que se acerque a Dios con devoción y esfuerzo propio, sin un
guía justo de parte de Dios, no obtendrá retribución por su esfuerzo
y quedará extraviado y desconcertado”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 21)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Sólo es creyente quien reconoce siete cosas: la separación del ídolo
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Un creyente es él mismo una evidencia, y un creyente es él mismo
una comunidad”.
(“Man la Iahdhuruhul Faqih”, pág. 103)
2.- Del Imam Sadiq (P), según transmitió Hamad Samandi:
“Le pregunté a Abu Abdullah Ya’far ibn Muhammad (P): ‘Me dirijo
a una ciudad de idólatras. Hay entre nosotros algunos que opinan
que si llegase a morir allá, resucitaré entre ellos’. Me dijo (P):
“¡Oh, Hamad! Cuando estés allá, ¿mencionarás nuestro asunto
y convocarás hacia él?’. Contesté: ‘Sí’. Prosiguió (P): ‘Y cuando
estés en las ciudades del Islam, ¿harás lo mismo?’. Respondí: ‘No’.
1 Según la Ley Islámica (Shari’at), el viajero debe acortar sus oraciones. Pero cuando el viaje
se realiza por motivos pecaminosos, este acortamiento no rige.
Entonces me dijo (P): ‘Si tú fallecieras allá, resucitarás como una
única comunidad, mientras tu luz correrá delante de ti’”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 77)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P) de sus
ancestros, del legado del Profeta (PBd) a ‘Ali ibn Abu Talib (P):
“Abandona las costumbres del desierto después de la emigración”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 75)
2.- Del Imam Rida (P), según transmitió Fadl ibn Shadan del Imam (P):
“Está prohibido seguir las costumbres del desierto después de la
emigración, porque implica retraerse de la religión, abandonar el
apoyo a los Profetas e Imames (P) y además porque en ellas hay
corrupción e invalidación del derecho individual, no por el hecho
de vivir en el desierto1. Por eso, si el hombre conoce la religión per-
fecta, no le es lícito convivir con la gente ignorante, relacionarse y
permanecer junto a ellos, para evitar así el abandono de la ciencia”.
(“Ilalul Sharaie”, tomo II, pág. 471)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los de mejor posición ante mí entre la gente son los del grupo in-
termedio. Entonces, ¡elijan esto! Y vivan en una comunidad grande,
porque la Mano de Dios está sobre la comunidad. ¡Absténganse de la
separación! Porque un grupo aislado de personas son para Satanás,
del mismo modo que un grupo aislado de ovejas son para el lobo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 392)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Vivan en las grandes ciudades, porque ellas son el centro de reunión
1 Con “las costumbres del desierto” se está refiriendo a las costumbres incivilizadas de los
beduinos de la época preislámica.
de los musulmanes”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.069)
5.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, ‘Ali! No vivas en el campo1, porque sus ancianos son igno-
rantes, sus jóvenes son insolentes, sus mujeres están descubiertas y
el sabio entre ellos es como una carroña entre los perros”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVI, pág. 156)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“‘¡Juro por Aquel que tiene mi alma en Sus Manos, que Dios no
se compadece sino con un misericordioso!’ . Le replicaron: ‘¡Oh,
Mensajero de Dios! Todos nosotros somos misericordiosos’. Dijo
(PBd): ‘No es misericordioso quien sólo lo es consigo mismo, sino,
por el contrario, quien se compadece de todo musulmán’”.
(“Tanbihul Jauatir”, tomo II, pág. 11)
2.- Del Profeta (PBd):
“La cordialidad con la gente es la mitad de la fe. Y ser benévolos
con ellos es la mitad de la vida”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 35)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Para cada cosa hay un lugar de reposo. El creyente reposa en su
hermano como el ave con su semejante”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIV, pág. 234)
4.- Del Imam Kazim (P), de sus ancestros (P):
“Ha dicho el Mensajero de Dios (PBd): ‘El creyente es espejo de
su hermano creyente’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 166)
5.- Del Imam Sayyad (P), según transmitió Yabir ibn Iazid Al-Yo’fi:
“Le pregunté a ‘Ali ibn Husein (P): ‘¡Oh, hijo del Mensajero de
Dios! ¿cuál es el derecho del creyente sobre su hermano creyente?’.
Contestó (P): ‘Alegrarse por la alegría de su hermano, apenarse por
su pena, realizar lo que él necesite, ayudarlo cuando pierde algo de
su fortuna mundanal y estar junto a él en lo bueno y lo malo, como
una yunta’”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 63)
6.- Del imam Kazim (P):
“Quien realiza a su hermano algo detestable, se hace un mal a sí
mismo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 333)
7.- Del lmam Sadiq (P), de su padre, de sus ancestros (P), que el Men-
sajero de Dios (PBd) dijo:
“Quien dirige la oración de un grupo y suplica exclusivamente para
sí mismo, entonces los traiciona”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 1 88)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien en la súplica antepone a cuarenta de sus hermanos a él
mismo, se le responderá tanto para ellos como para él”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 330)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del lmam ‘Ali (P):
“La abnegación es un alto grado en la fe”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 22)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“El fin de la generosidad es la abnegación”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 222)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Uzmán (el tercer califa) envió hacia Abu Dharr dos esclavos con
200 dinares, ordenándoles: ‘Vayan hacia Abu Dharr y díganle:
Uzmán te saluda y te manda estos 200 dinares para satisfacer tus
necesidades’.
(Ellos hicieron esto) Entonces Abu Dharr les preguntó: ‘¿Le ha
ofrecido esto a alguno de los musulmanes?’. Respondieron: ‘No’.
Dijo: ‘Yo soy uno de los musulmanes, me corresponde lo mismo que
a ellos’. Le insistieron: ‘Él te aclara: Esto es de mi propiedad, y juro
por Dios, el cual no hay divinidad excepto Él, que no está mezclado
con algo ilícito y que no te envío más que lo lícito’.
Les contestó: ‘No me hace falta. Hoy mismo he amanecido más rico
que el resto de la gente’. Le dijeron: ’¡Que Dios te ayude! ¿Qué estás
diciendo? No vemos en tu casa nada que puedas disfrutar’. Entonces
replicó: ’¿Cómo que no? Debajo de esta albarda hay, como ven, una
hogaza de pan de cebada que ya lleva allí varios días. ¿Para qué
preciso, entonces, estos dinares?’ ”.
(“Al Bahar”, tomo XXII, pág. 398)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Nuf! Mis seguidores, comparten sus bienes y gastan en el
camino de Dios. ¡Oh, Nuf! Un dirham (para ti) y otro (para tu
hermano); una prenda (para ti) y otra (para tu hermano). De lo
contrario (no está bien)”.
(“Al Bahar”, tomo LXVIII, pág. 191)
5.- Del Imam Baqir (P):
“‘¿Si uno de ustedes mete la mano en el bolsillo de su hermano
tomando lo que necesita, este no lo rechaza?’. Le respondí (dice
el narrador): ‘No se acostumbra esto entre nosotros’. Abu Ya’far
(P) dijo: ‘Pues no han progresado nada’. Le pregunté: ‘¿Entonces
estamos perdidos?’. Dijo (P): ‘En verdad que el pueblo todavía no
alcanzó su madurez’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 174)
6.- Del Imam Sadiq (P), según narró Sama’at:
“Le pregunté a Abu Abdullah (P) respecto de un hombre que no posee
más alimento que para un día, ¿tiene que darle a quien no posee
nada? ¿Y quién tiene alimento para un mes debe darle a quien tiene
menos? ¿Y el de un año, etc.? ¿O todo esto es la medida necesaria
(justa, que no sobra), cuya reserva se encuentra libre de reproche?
(Es decir: ¿O no hay reproche por no otorgar a otro aquello que se
tiene en una medida que alcanza pero no sobra?).
Me respondió (P): ‘El mejor de ustedes en este asunto es quien se
inclina por la abnegación y prefiere a los demás sobre sí mismo.
Por eso Dios Altísimo dice: ‘Los prefieren a sí mismos, aunque se
encuentre en una extrema necesidad’1. En cuanto a reservar (no
ofrecer) la medida necesaria (que no sobra), no hay reproche en ello.
Pero siempre la mano que da es mejor (o superior) que la mano que
recibe. (Con todo), debes comenzar (a otorgar) con quienes están
baja tu manutención (con tu familia)’”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 57)
7.- Del Imam Baqir (P):
“Ama a tu hermano musulmán. Quiere para él lo que deseas para
ti mismo y detesta para él aquello que odias para ti mismo. Cuando
necesites algo, pídeselo, y cuando te pida algo, dáselo. No le niegues
lo bueno para que él no te lo niegue a ti. Sé para él como un respaldo
y él será así para ti. Si se ausentara, presérvalo, y si está presente,
visítalo. Colócalo por encima de ti y trátalo correctamente. Él es
de ti y tú eres de él. Si te reprocha algo, no te separes de él hasta
arrancar lo que le molesta. Cuando él obtenga algo bueno, alaba a
Dios, y cuando sufra (un infortunio), ayúdale y fortalécelo”.
(“Amale Saduq”, pág. 288)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Siente en tu corazón misericordia hacia toda la gente y hazles el
bien”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 64)
2.- Del Imam ‘Ali (P) a su hijo Muhammad, que Dios se complazca de él:
“¡Oh, hijo mío! Haz el bien con toda la gente, del mismo modo que te
gusta que hagan el bien contigo. Complace a los demás con aquello
que te complace a ti mismo. Detesta de ti mismo lo que detestas de
otro y embellece tu carácter para la gente”.
(“Mustadraqun Nahy”, pág. 153)
1 Corán, 5:59.
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Ellos son de dos clases: tus hermanos en la religión o tus semejantes
en la creación”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 993)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Las personas son iguales corno los dientes de un peine. El hombre
vale por su hermano, no hay ningún bien en un amigo que no vela
por ti como por sí mismo”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 271)
5.- Del lmam Sadiq (P):
“Dios, Poderoso y Majestuoso, ha dicho: ‘La creación es Mi familia.
El más amado para Mí entre ellos es quien es más amable con ellos
y quien más trabaja por sus necesidades’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 1 99)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Y os obligó la Peregrinación a Su Casa Sagrada. La estableció,
Glorificado Sea, como un signo para el Islam y como un refugio
para quienes lo buscan”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 40)
2.- De Fátima (P):
“Entonces Dios ha establecido para ustedes la fe como un purificador
de la idolatría y la Peregrinación como construcción de la religión”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 110)
3.- Del lmam Sadiq (P), según transmitió Aban ibn Taglib:
“Le pregunté a Abu Abdullah (P) (sobre la aleya) ‘Dios ha dispuesto
la Kaaba, la Casa Sagrada, los meses sagrados, las ofrendas y las
guirnaldas, para el bienestar de las gentes’1. Me explicó (P): ‘La es-
tableció Dios para sus formas de vida religiosa y sus subsistencias’”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 41)
1 Corán, 5:97.
4.- Del lmam Sadiq (P):
“La religión se mantendrá en pie mientras se mantenga en pie la
Ka’ba”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 14)
5.- Del lmam Sadiq (P), según narró Hisham ibn Al-Hakam:
“Le pregunté a Abu Abdullah (P): ‘¿Cuál es el motivo por el cual
Dios impuso a los siervos la peregrinación y la circunvalación de
la Casa?’.
Respondió (P): ‘Debido a que Dios creó las criaturas, y les ordenó
lo que pertenece la religión y aquello que concierne a sus asuntos
mundanos. E hizo de ella el lugar de reunión del Oriente y el Occi-
dente, para que se conozcan entre sí. Si cada pueblo se preocupara
exclusivamente por sus ciudades y lo que ellas contienen, las ciudades
se exterminarían y derrumbarían, y las noticias no se difundirían,
por lo que nadie se enteraría de eso. Entonces, éste es el motivo de
la peregrinación’”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 9)
6.- Del lmam Rida (P):
“La peregrinación sólo ha sido ordenada a fin de llegar a Dios, Po-
deroso y Majestuoso, pedir el aumento (de Sus Mercedes) y salir de
todos los pecados con el arrepentimiento de lo pasado, comenzando
de nuevo. Además, como gasto de la hacienda y fatiga de los cuerpos,
despreocupándose de la familia y los hijos, y absteniéndose del gozo.
Impávido ante el calor y el frío, firme ante ellos, permanentemente
con humildad, tranquilidad y humillación.
Además de todo esto, existen beneficios para todos los que habitan
el Oriente y Occidente, para quien está en la tierra o el mar, para
quien peregrina o no lo hace, para quienes son comerciantes, mer-
caderes, vendedores, clientes, acaudalados, indigentes, arrendadores
y pobres, cubriendo las necesidades de toda persona que se halle
en un lugar habitable.
Por otro lado, de ella parten instrucciones e informaciones de los
Imames (P) hacia todo lugar y zona. Como Dios, Poderoso y Ma-
jestuoso, señala: ‘¿Por qué no viajan algunos de cada grupo para
ser instruidos en la religión y que amonesten a los suyos cuando
regresen a ellos y así, quizás, sean temerosos?’1. Y también: ‘Para
atestiguar los beneficios’2”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 7)
7.- Del lmam Sadiq (P):
“Si los shi’itas acordaran abandonar la oración, o la caridad obli-
gatoria, o la peregrinación, se aniquilarían”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 12)
8.- Del lmam Sadiq (P):
“¡Oh, Fulano! Reduce el gasto en la Peregrinación, para tener
más ánimo de hacerla, y no gastes en exceso en ella, para que no
te resulte pesada”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 105)
9.- Del lmam Sadiq (P), a través de Sama’at, quien transmitió sobre Abu
Abdullah (P):
“Le pregunté sobre un hombre que me debe, el cual se ausentó por
un tiempo y luego lo vi dando vueltas alrededor de la Ka’ba. ‘¿Pue-
do entonces exigirle mi dinero?’. Me contestó (P): ‘No. Ni siquiera
lo saludes, a fin de que no se asuste, hasta que salga del recinto
sagrado (Haram)’”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 17)
1 Corán, 9:122.
2 Corán, 22:28.
Observaciones de la Sección Segunda
La fe es creencia y práctica
La creencia unificada
De la Tradición (hadiz):
1.- Del lmam ‘Ali (P):
“No hay preferencias de unos sobre otros en cuanto al trofeo.
Porque él constituye la hacienda de Dios y ustedes son sus siervos
musulmanes”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 394)
2.- Del Imam Sadiq (P), en respuesta a quien le preguntó sobre la igual-
dad de la gente:
“En efecto. Han sido creados por un Dios Único y ellos son Sus
siervos”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 83)
3.- Del Imam Rida (P), según lo que transmitió Abdullah ibn Salt de un
hombre de la gente de Balj quien dijo:
“Estuve con Ar-Rida (P) en su viaje a Jorasán, y me invitó a comer.
Entonces se reunieron algunos hombres negros y otros (que estaban
con el Imam -P-), por lo cual le planteé: ‘Por favor ¿Podrías darles
de comer aparte?’. Entonces me dijo: ‘¡Detente! En verdad, el Señor,
Bendito y Exaltado, es Único la madre es una y el padre es uno y la
retribución e de acuerdo a las acciones’”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 230)
Existen muchas instrucciones elevadas y valiosas como ésta en el Islam,
algunas de las cuales se hallan contenidas en este libro. Ellas dan a conocer al
lector el significado de “fe monoteísta y social” con sus consecuencias. Además
presentan la forma como los maestros de la escuela monoteísta han invalidado
la discriminación social y racial a través de este principio monoteísta: “Han
sido creados por un Dios Único”. Así ellos argumentaron sobre la igualdad
de los individuos en los derechos mostrando su igualdad en la creación. De la
misma manera que ellos tienen un Dios Único, también el derecho es único,
sin preferencias de unos sobre otros ni privilegios de clases. Nosotros tenemos
certeza que este principio básico para la unidad de clases y filas, así como la
negación de todo engaño, es la creencia monoteísta y no otra cosa.
Desde aquí llegamos a dilucidar el rol del politeísmo en las tendencias
sociales. Pues para el politeísmo existen señales opuestas a las del monoteísmo.
El politeísmo corrompe la imaginación del ser humano respecto del mundo, la
gente y la sociedad, llegando a debilitar la personalidad del hombre, a debili-
tar la voluntad y vaciar el corazón de toda tendencia Divina y toda intención
pura. De esta manera se llega a debilitar la unión comunitaria, multiplicando
las estructuras y separando las tendencias.
“Tú calculas que están unidos, pero sus corazones están desunidos”.
(59:14)
“Y no seáis de los idólatras. De esos que escinden su religión ha-
ciendo partidos”.
(30:31-32)
De aquí surge la comunidad asociadora, prisionera del deseo, dividida
en jerarquías, castas y linajes. Ella es tal aunque en apariencia se cubra con
nombres bellos y seductores, como liberación, socialismo, etc. Pues es impo-
sible arrancar de la sociedad la raíz de la injusticia, la opresión y la explota-
ción, llevando al ser humano a sus derechos y felicidades, si no prevalece la
creencia monoteísta pura. Por eso vemos que la creencia politeísta a lo largo
de la historia ha sido un medio de oposición a la creencia monoteísta y una
herramienta para apartar las señales individuales y sociales que bloquean el
camino avasallador y explotador.
“Pusieron semejantes a Dios, para desviar a otros de Su camino”.
(14:30)
Pues el camino de Dios es el de la Justicia, la Misericordia y la verdad,
mientras que el camino de los ídolos es el de la injusticia, la opresión y la
permanencia del hombre bajo el fuego de la persecución.
En el Libro Generoso (el Sagrado Corán) figuran aleyas que hablan sobre
la fe. Algunas de ellas la interpretan, mientras que otras describen sus señales
y consecuencias. Dentro de estas aleyas, tenemos Su Dicho, Exaltado Sea:
“Quien descrea de los falsos dioses y crea en Dios, se habrá aferrado
al asidero más firme, en el que no hay fisuras”.
(2:256)
Esta aleya demarca los límites de la fe en la sociedad al establecer que
la fe en Dios sólo se consolida después de la aniquilación de los tiranos, su
negación y rechazo, lo cual sólo tiene lugar cuando se constituye una unión
profundamente enraizada con el gobierno y el mando.
Así pues, la aniquilación de los tiranos es el derrocamiento de todo go-
bernador que domina a la comunidad aparte de Dios.
Por lo tanto, la fe en Dios no se consolida sino con la fe en el mando de
un gobierno opuesto al de los tiranos, el cual es el gobierno y conducción de
Dios Altísimo.
Entonces, la fe en Dios Altísimo es una creencia individual, social y
política unificada. Por eso vemos que la fe correcta se aparta del monacato,
el sufismo y el abandono de las responsabilidades sociales. Porque la fe en
Dios, Su adoración y el combate en Su camino en la zawiya1 sufi, el monas-
terio, las ermitas y sinagogas no enfrenta realmente a los tiranos, por lo que
en los hechos no hay fe en Dios y rechazo de los tiranos (en estos sitios).
Además dicha fe en el gobierno de Dios, es opuesta a lo que se practica en
estos lugares (de aislamiento social), es la fe correcta y completa hacia la cual
llama el Generoso Corán. Así vemos que el Corán antepuso el rechazo a los
tiranos lo cual exige la confrontación y condena a los sultanes déspotas y a
sus disposiciones a la creencia en Dios Altísimo:
“Quien descrea de los falsos dioses y crea en Dios, se habrá aferrado
al asidero más firme, en el que no hay fisuras”.
(2:256)
Por esto sostenemos que la fe, en su forma correcta, insiste en la unión
del hombre con la sociedad, haciéndolo asumir responsabilidades y observar
los más importantes compromisos, asumiendo los más pesados cargos en el
camino del género humano, con objetivos buenos y virtuosos.
Es claro que cada hombre posee dones individuales y sociales, los cuales
se afectan mutuamente evolucionando. Muchos de los mismos sólo resaltan
y se desarrollan en estado de unión con la comunidad, participando de las
1 También conocidas como “janqah” y “dargah”, especie de monasterio alrededor del cual se
agrupan los miembros de determinadas órdenes sufís.
acciones y tratos sociales. Por eso se considera al ser humano como un ente
social por naturaleza.
Así el hombre trabaja en una comunidad, ofreciendo una cosa y tomando
otras. Con este intercambio se le facilita buscar y obtener la completa evo-
lución. Por lo tanto, no existe la posibilidad de aprovechar todos los dones,
capacidades y aptitudes humanas en un estado de soledad y aislamiento. Por
eso el Islam, que es la religión de la naturaleza innata y estimula al hombre
a adquirir la felicidad haciendo brotar toda su capacidad, convoca hacia la
fe social y la aceptación de las responsabilidades comunitarias, ratificando el
ingreso en la organización e impidiendo la soledad y el aislamiento. Pues en
este rumbo se congregan las diversas dimensiones del ser humano, armoni-
zando el deseo natural y las leyes religiosas. Así el hombre llega al más alto
de los límites cuando marcha en este camino y se esfuerza en este rumbo.
A la sombra de esta creencia, el ser humano se reúne con la comunidad
monoteísta como un miembro integrante de la misma, reflejándose sobre él
los sentidos sociales. Así pues, ella tiene influencia sobre él como si fuera un
sentido del tacto. Más aún, él es, en realidad, el sentido del tacto de la socie-
dad, viéndose afectado por las dificultades como ocurre con los miembros
corporales. Este es el significado de la noble Tradición:
“Los creyentes son como dos miembros de un cuerpo”.
De esta manera, como los individuos y la sociedad tienen una afección
recíproca, vemos que el retroceso de la sociedad impide la evolución del
individuo y viceversa. Además, como existe una estrecha relación entre el
individuo y la sociedad, se presenta un gran efecto para los intereses del género
humano y los asuntos educativos.
Por todo esto, el Islam ha insistido en su consideración, estableciéndolo
como un factor en la aceptación de las súplicas y devociones.
La Práctica
Capítulo I
La importancia de la práctica
Aclaración:
Pretendemos aludir al acto, su importancia y nobleza. Este aparece en
la legislación islámica con distintas expresiones, como promover la acción y
establecerla como base de los principales fundamentos para la vida del hombre,
aquellos a los cuales la Religión convoca a realizar. Este objetivo nuestro se
comprende en el círculo del sistema islámico.
Y en base a esto, se vislumbra la impronta de su importancia raigal y su
sapiencia constructiva y vivificante, que concierne al ser humano y su propia
alma en relación a Dios, la sociedad, la historia y la existencia toda.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Pues ustedes están hoy en la morada de la acción, donde no hay
cuentas, mientras que mañana entrarán en la morada de las cuentas,
donde no hay acción”.
(“Al Jisal”, tomo I, pág. 51)
2.- Del Imam 1Alí (P):
“Hoy es día de acción, no de cuentas; mañana será día de cuentas,
no de acciones”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 128)
3.- Del Profeta (PBd):
“La acción es un tesoro, y este mundo es un yacimiento”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 183)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Pertenezco a un grupo que no se aparta de los asuntos de Dios por
el reproche de un censor. Sus rostros son como los de los veraces,
y sus palabras son como las de los piadosos. Restauradores (de su
alma) durante la noche, faros durante el día. No son orgullosos ni
engreídos. No traicionan m corrompen. Sus corazones están en el
Paraíso y sus cuerpos están actuando”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 817)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que hoy es día de preparación y mañana es día de competen-
cia. Y sepan que ustedes pasan los días deseando, hasta que llegue el
destino (la muerte). Quien practique en los tiempos de deseo antes de
la llegada del momento de la muerte, será beneficiado por su acción
y su muerte no lo perjudicará”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 98)
6.- Del Imam ‘Ali(P):
“Digan la verdad, pues serán conocidos por ella. Practiquen con la
verdad y serán de su gente”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 9)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Para cada momento hay un acto”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 225)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo que pasó de tu tiempo, ya pasó, y el resto es dudoso. En conse-
cuencia, aprovecha el presente actuando”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 318)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Un hombre se presentó ante el Mensajero de Dios (PBd) y exclamó:
‘¡Oh, Mensajero de Dios! He venido para comprometerme con el
Islam’. Entonces, el Mensajero de Dios (PBd) le inquirió: ‘¿Vienes
aquí a pesar de todo, aún si tuvieras que matar a tu propio padre?’.
El hombre, entonces, apartó su mano del Profeta (PBd) y se retiró.
Después volvió y expresó: ‘¡Sí!’. En consecuencia, el Mensajero
de Dios (PBd) declaró: ‘La certeza de un creyente se evidencia en
su acción. La negación del incrédulo también. Y juro por Quien
tiene mi alma en Sus Manos, que este asunto no se distingue bien.
¡Analicen la negación de los incrédulos e hipócritas a través de sus
viles acciones!’”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 38)
10.- Del Imam Rida (P), del Imam Baqir (P):
“No se obtiene lo que está ante Dios sino mediante la práctica”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 69)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“El creyente lo es por su acción”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 14)
12.- Del Imam ‘Ali (P):
“El acto es el compañero de quien tiene certeza”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 23)
13.- Del Imam ‘Ali (P):
“No acompaña al hombre más que la obra”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 23)
14.- Del Imam Baqir (P):
“Nuestra amistad no se alcanza sino con la obra”.
(“Al Bahar”, tomo LIXVIII, pág. 188)
5.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! El Mesías (Jesús -P-) expresó a sus discípulos: ‘En
verdad os digo: La gente respecto de la sabiduría, es de dos tipos:
uno es el que la perfecciona con su dicho y la pierde con su mala
acción. Y hay, pues, mucha diferencia entre ambos. ¡Albricias para
los sabios practicantes y guay de los sabios que sólo hablan!’”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 289)
16.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! Toda la gente observa las estrellas, pero sólo se enca-
minan con ellas quienes conocen sus marchas y sus posiciones. Del
mismo modo, ustedes aprenden la sabiduría, pero sólo se encamina
con la misma quien de ustedes práctica de acuerdo a ella”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 289)
17.- Del Imam ‘Ali (P):
“La ciencia te dirige, y la acción te hace alcanzar la meta”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 53)
Capítulo II
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“La fe es toda acción”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 34)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“La fe sólo se encuentra en el acto, y la acción es parte de ella. Sólo
se afirma la fe con la práctica”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 127)
3.- Del Imam Sadiq (P), según transmitió de él (P) Abu ‘Amr Zubair lo
siguiente:
“Le pregunté (al lmam -P-): ‘¡Oh, sabio! Dime: ¿Cuál de las
acciones es mejor ante Dios?’. Me contestó (P): ‘Aquella que sí
falta, Dios no acepta ninguna otra’. Inquirí: ‘¿Cuál es ella?’. Me
respondió (P): ‘La fe en Dios, Quien no hay divino sino Él. Ella es
la más alta de las acciones en grado, la más noble en jerarquía y la
más brillante fortuna’.
Le dije: ‘Infórmame sobre la fe: ¿Ella es palabra y acción o sólo
palabra, sin acción?’. Entonces me explicó (P): ‘La fe es toda ac-
ción, mientras que la palabra es una parte de dicha acción, según
lo que Dios establece y dilucida en Su Libro de una manera clara y
con un argumento concreto, testificando y convocando hacia ella’.
Continué: ‘Por favor, explícamelo con más detalle para que lo com-
prenda’. Dijo (P): ‘La fe posee estados, grados, clases y jerarquías.
Una es completa, totalmente acabada; otra es incompleta claramente
imperfecta; otra es preponderante y se va desarrollando’.
Repliqué: ‘¿Entonces la fe es completa, incompleta o en desarrollo?’.
Contestó (P): ‘En efecto’. Indagué: ‘¿Cómo es esto?’. Me explicó
(P): ‘Porque Dios, Bendito y Exaltado sea, ha establecido la fe sobre
los distintos miembros de los hijos de Adán, dividiéndola y distri-
buyéndola en ellos. Así pues, no hay uno de sus miembros que no
posea una parte de ella que se le haya encargado a él, al margen de
los demás. Uno de esos miembros es el corazón, el cual reflexiona,
instruye y comprende. Este es el jefe del cuerpo, por cuya voluntad
y orden los restantes miembros actúan. Otros son: los ojos con los
cuales se ve; las orejas con las cuales se escuche; las manos con las
cuales se toca y se toma; las piernas con las cuales se camina; los
genitales de los cuales emana la potencia sexual; la lengua con la
cual se habla y la cabeza en la cual está la cara. No hay uno de estos
miembros que no posea una parte de fe que se le haya encargado a
él, aparte de los demás. Y esto lo ha establecido Dios, Bendito Sea
Su Nombre, Quien habla y atestigua sobre ellos en Su Libro.
Prescribió para el corazón otra cosa de lo que dispuso para el oído;
para éste, otra coas de lo que estableció para los ojos; para éstos,
otra cosa de lo que preceptuó para la lengua; para ella, otra cosa
de lo que dictaminó para las manos; para éstas, otra cosa de lo que
encomendó para las piernas; para éstas, otra cosa de lo que dispuso
para los genitales; para éstos, otra cosa de lo que prescribió para
la cara.
La Fe y la acción de la lengua
1 Corán, 16:106.
2 Corán, 13:28.
3 Corán, 5:41.
4 Corán, 2:284.
‘Hablad bien a las personas’1. Y también: ‘Creemos en lo que
fue hecho descender a nosotros y en lo que fue hecho descender
a vosotros y nuestro dios y el vuestro es uno y nosotros estamos
sometidos a Él’2. Esto es lo que Dios ha establecido para la lengua,
y en eso consiste su acción.
1 Corán, 2:83.
2 Corán, 29:46.
3 Corán, 4:140.
4 Corán, 6:68.
5 Corán, 39:17-18.
6 Corán, 23:1-4.
7 Corán, 25:72.
La Fe y la acción de la vista
La Fe y la acción de la mano
Dios prescribió para las manos que no se tome con ellas aquello que
Dios prohibió y que realicen lo que Dios, Poderoso y Majestuoso, ha
ordenado. Estableció para ellas la caridad, el frecuentar a la fami-
lia, el combate en la Causa de Dios y la ablución para la oración.
1 Corán, 24:30.
2 Corán, 24:31.
3 Corán, 41:22.
4 Corán, 17:36.
Como dice: ‘¡Oh, los que creéis! Cuando os pongáis en pie para
la oración, lavad vuestra cara y vuestras manos hasta los codos y
pasad la mano (húmeda) por vuestras cabezas y por vuestros pies
hasta los empeines’1. Y también expresa: ‘Cuando os encontréis (en
batalla) con los que no creen, golpeadles en los cuellos hasta que
les hayáis diezmado y apresadles atándoles fuertemente. Luego, o
bien otorgadles la libertad o bien pedid un rescate por ellos, para
que termine la carga de la guerra’2.
Esto es lo que Dios impuso para las manos, porque el golpe surge
de ellas.
La Fe y la acción de la cara
1 Corán, 5:6.
2 Corán, 47:4.
3 Corán, 17:37.
4 Corán, 31:19.
5 Corán, 36:65.
Ha establecido para la cara la prosternación ante Él en la noche y
el día, en los momentos de la oración, diciendo: ‘¡Oh, los que sois
creyentes! ¡Inclinaos y prosternaos y adorad a vuestro Señor y ha-
ced el bien! ¡Quizás así triunféis!’1. Esta es una obligación completa
para la cara, las manos y las piernas. En otra aleya expresa: ‘Y que
las mezquitas pertenecen a Dios. Así pues, no invoquéis a nadie
junto a Dios’2. Y en otro lugar habla sobre la oración y la ablución
que prescribió para los miembros3.
Y cuando orientó a Su Profeta hacia la Ka’ba en lugar de Jerusalén
(cambiando la Qibla, la orientación del rezo), reveló: ‘Dios no per-
mitirá que se pierda vuestra fe. En verdad, Dios es benévolo con la
gente, Misericordiosísimo’4. En este caso, la fe significa la oración.
Por consiguiente, aquel que atiende sus miembros en el cumplimiento
de lo que Dios, Poderoso y Majestuoso, ha prescripto para ellos, lo
encontrará a Dios en un estado de fe completa y él es de la gente
del Paraíso. Y quien los traiciona en algo (a sus miembros) o les
veda aquello que Dios, Poderoso y Majestuoso, ha establecido para
ellos, lo encontrará en un estado de fe defectuosa (incompleta)”.
La Fe superior
El narrador agrega:
“Entonces le dije (al Imam -P-): ‘En verdad he comprendido el defec-
to de la fe y su perfección, pero ¿a qué se debe, pues, su desarrollo?’.
Me explicó (P): ‘Es lo que Dios, Poderoso y Majestuoso, expresa en
Si Dicho: ‘Y, cuando se hace descender un capítulo, hay entre ellos
alguno que dice: ¿A quién de vosotros le ha incrementado la fe
con él? Pero a quienes son creyentes ello les incrementa la fe y les
hace felices. Y a quienes tienen sus corazones enfermos les añade
mal a su mal’5. Y también expresa: ‘Nosotros vamos a relatarte la
historia verdadera. En verdad, ellos eran unos jóvenes buenos que
1 Corán, 22:77.
2 Corán, 72:18.
3 Corán, 5:6.
4 Corán, 2:143.
5 Corán, 9:124-125.
creían en su Señor y Nosotros incrementamos su guía’1.
i hubiese sido todo igual, sin ningún crecimiento ni involución, en-
tonces no habría preferencia de unos sobre otros, y las gentes serían
iguales entre sí, lo mismo que sus mercedes, anulándose todo tipo de
preferencia. Pero con la perfección de la fe, los creyentes entrarán
al Paraíso y con su desarrollo serán privilegiados en jerarquías
ante Dios, mientras que por su defecto los negligentes entrarán en
el Fuego”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 33-37)
4.- Del Imam ‘Ali (P) al que le preguntaron si la fe es palabra y acción o
palabra sin acción. El Imam (P) respondió:
“La fe consiste en testificar con el corazón, reconocer con la lengua
y realizar con los miembros. Ella es toda acción”.
(“Al Bahar”, tomo LXIX, pág. 74)
5.- Del Imam Sadiq (P), según transmitió Muhammad ibn Muslim:
“Le pregunté (al Imam -P-) sobre la fe, y respondió: ‘Consiste en
testimoniar que no hay divino excepto Dios, y reconocer lo que vino
de parte de Dios, así como lo que estableció en los corazones en
confirmación de esto’. Le pregunté: ‘¿El testimonio es una práctica?’.
Contestó (P): ‘Efectivamente’. Proseguí: ‘¿Y la práctica es parte de
la fe?’. Dijo (P): ‘Sí. No hay fe sin práctica, la cual es una parte de
ella. Y no se afirma la fe sino a través de la práctica’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 38)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Maldito sea! ¡Maldito sea quien dice que la fe es palabra sin
acción!”.
(“Al Bahar”, tomo LXIX, pág. 19)
7.- Del Imam Al-Hadi (P), de sus ancestros (P), de ‘Ali (P) quien narró:
“El Mensajero de Dios (PBd) me encargó: ‘¡Oh, ‘Ali! ¡Escribe!’. Le
pregunte: ‘¿Qué escribo?’. Me dijo (PBd): ‘Escribe en el Nombre de
Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo. La fe es lo que se fija
en los corazones y se confirma con las acciones, mientras que el Islam
1 Corán, 18:13.
es lo que surge de la lengua, legalizando con él el matrimonio’”.
(“Al Bahar”, tomo L, pág. 208)
8.- del Profeta (PBd):
“La Resurrección es el campo de batalla de las acciones”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 183)
9.- Del Imam Rida (P):
“No existe parentesco entre Dios y alguien. Y no se obtiene la amistad
de Dios sino a través de la obediencia.
El Mensajero de Dios (PBd) les dijo a los descendientes de Abdul
Muttalib: ‘¡Muéstrenme vuestras acciones, no vuestra nobleza y
linaje!’. Como Dios, Exaltado Sea, expresa: ‘Y, cuando sea sopla-
da la trompeta, ese día no habrá entre ellos lazos de parentesco y
no se preguntarán unos por otros. Y aquellos cuyas obras tengan
peso en la balanza serán los triunfadores. Y aquellos cuyas obras
no tengan peso en la balanza habrán echado a perder sus almas.
Estarán en el Infierno eternamente’1”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 235)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“Voy a describir el Islam de una forma que nadie lo había hecho
antes de mí ni nadie lo hará después de mí: el Islam es sumisión, la
sumisión es confirmación, el confirmar es la certeza, la certeza es
el cumplimiento y el cumplimiento es la acción”.
(“Al Bahar”, tomo LXVIII, pág. 309)
1 Corán, 23:101-103.
Capítulo III
La buena obra
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El valor de cada hombre está en el bien que realiza”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.122)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“La gente es hija de aquello que hace bien”1.
(“Al lrshad”, pág. 142)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“Ayúdame respecto de la intención justa, la palabra admisible y la
obra buena”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 350, súplica nº 47)
4.- Del Imam Sadiq (P), sobre el Dicho de Dios, Poderoso y Majestuosos:
‘Para probar quien de vosotros se comporta mejor’. Explicó:
“‘No significa abundar en acciones, sino que se refiere en una obra
apropiada. La corrección de un trabajo sólo depende del temor a
Dios y la intención sincera’.
Luego agregó (P): ‘Perseverar en el acto hasta realizarlo con sin-
ceridad es más difícil que el acto mismo. El acto puro es aquel ·que
no realizas buscando el elogio de nadie, excepto de Dios, Poderoso
y Majestuoso. Y la intención es mejor que el acto. ¡Sepan que la
intención es el acto mismo!’. Luego recitó Su Dicho, Poderoso y
Majestuoso: ‘Di: Cada cual actúa conforme a su forma de ser’2,
(y explicó -P-) ‘Es decir, de acuerdo a su intención’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 16)
La piedad en la acción
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! ¡Que el acto con piedad sea más importante para
ti que la acción simple! Ya que la obra no se desmerece por la piedad,
pues ¿cómo habría de desmerecerse la obra que ha sido aceptada?”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 555)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“No se desvaloriza la obra con la piedad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.129)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Te recomiendo el temor a Dios, la piedad y el esfuerzo. Sabe que
no hay beneficio en un esfuerzo que no tiene piedad”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 192)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“A menudo prospera más lo escaso que lo abundante”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 931)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“A veces lo exiguo crece y abunda, mientras que lo profuso decae
y desaparece”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 12)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Homran! Sabe que una acción constante aunque escasa,
acompañada de la certeza, vale mucho más ante Dios, Poderoso y
Majestuoso, que un acto abundante sin certeza”.
(“Al Ijtisas”, pág. 222)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Hay mucha diferencia entre dos actos: aquel cuyo goce desaparece
permaneciendo su consecuencia por un lado, y aquel cuya dificultad
se desvanece, quedando su recompensa por el otro”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.143)
La rectitud en el acto
De la Tradición (hadiz):
Del Imam Sadiq (P), del Profeta (PBd):
“Pídanle a Dios la rectitud y junto a ella, la corrección de la acción”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 360)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd) durante el entierro de Sa’d ibn
Ma’ad, después de haber armado y arreglado él mismo su tumba,
construyéndola de manera adecuada: ‘Sé que pronto todo se des-
gastará y le llegará el deterioro. Pero Dios aprecia a un siervo que
al realizar una obra, la consolida’”.
(“Amale Saduq”, pág. 344)
El estímulo de la acción
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El mejor de los actos es aquel para el cual coaccionas a tu alma
a realizarlo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 120)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Por cierto que la noche y el día trabajan en ti (tomando cada una
un plazo de tu vida). Entonces, tú también debes trabajar en ellos
(aprovechando tu tiempo)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.196)
Capítulo IV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Lo mejor de los asuntos está en su punto medio”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 166)
2.- Del lmam ‘Ali (P):
“La derecha y la izquierda son extravíos. El mejor camino es la
moderación, hacia la cual el Libro de Dios que está entre nosotros y
las enseñanzas proféticas señalan. Este es el camino de la aplicación
de la tradición del Profeta (PBd), y la buena consecuencia es rehén
de la misma (y depende de ella)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 69)
Capítulo V
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Aunque temas un asunto, realízalo; pues el temor por un asunto es
más grande que él mismo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.169)
Capítulo VI
La purificación de la acción
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“La purificación del acto es más difícil que el acto mismo”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 24)
2.- Del lmam ‘Ali (P):
“La purificación del acto es mejor que el acto mismo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 90)
3.- Del lmam Sadiq (P):
“Perseverar en un acto hasta que se sincere, es más difícil que el
acto mismo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 16)
4.- Del lmam ‘Ali (P):
“No puede purificarse la acción hasta que no se corrija el conoci-
miento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 255)
5.- Del lmam ‘Ali (P):
“Purifícate y llegarás (a la meta)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 60)
6.- Del Imam Sadiq (P), en la tradición sobre partidarios del intelecto y
los de la ignorancia:
“Lo opuesto a la purificación sincera es la mezcla”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 22)
7.- Del lmam Sayyad (P):
“Y no hagas que mis acciones se pierdan por mezclarse con la
desobediencia”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 358, súplica nº 47)
8.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Haz que cada uno de los combatientes de la gente de
Tu religión que los enfrente y cada luchador por Tu causa que entra
en guerra contra ellos, para que sea Tu religión la más elevada,
Tu partido el más fuerte y Tu parte la más completa, encuentre la
facilidad y sean preparados sus asuntos…
…Afírmalo con el triunfo. Aparta de él la ostentación y aléjalo de
amar la fama. Establece su pensamiento, recuerdo, partida y estadía
en Tu camino exclusivamente para Ti”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 187, súplica nº 27)
9.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió Abu Dharr Al Gafari:
“Para cada derecho existe una realidad. Ningún siervo llega a la
realidad de la sinceridad hasta que le disguste que lo elogien a causa
del acto que realizó por Dios”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 10)
Capítulo VII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Los asuntos dependen de su perfeccionamiento y los actos de su
conclusión”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 165)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo escaso, pero con continuidad, te otorga mayor esperanza que
lo excesivo que te cansa y te aburre”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.222)
3.- Del Imam Baqir (P):
“La más apreciable de las acciones ante Dios, Poderoso y Majestuo-
so, es aquella que el siervo continúa realizando, aún si fuera exigua”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 70)
4.- Del Profeta (PBd), en una disertación que brindó en Zaniiatul uada’
(Colina de la despedida), antes de partir hacia la batalla de Tabuk:
“Los asuntos dependen de su final y el fundamento del acto es su
conclusión”.
(“Al Ijtisas”, pág. 339)
5.- De Jesús, hijo de María (P), según lo que transmitió Abu Farua al
Ansari:
“‘¡Oh, Apóstoles! En verdad os digo que la gente afirma que el edifi-
cio se asienta en sus bases, pero yo no sostengo esto’. Le preguntaron:
‘¿Qué opinas tú, oh Espíritu de Dios?’. Contestó (P): ‘Sin duda que
la última piedra que coloca el albañil es su base’”.
Aclaró Abu Farua al Ansari:
“Se refería a la conclusión del asunto”.
(“Ma’anil Ajbar”, tomo II, pág. 331)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“La conclusión del acto es su perfeccionamiento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 153)
7.- Del Imam Baqir (P):
“Perseverar en un acto es más difícil que el acto mismo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 296)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“No hay en el brillo de la luz ningún beneficio para quien está su-
mergido en las tinieblas”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 23)
Capítulo VIII
La acción, no el anhelo
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los amigos de Dios llegan a la recompensa con paciencia, y a lo
que anhelan por medio de la práctica”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 157)
2.- Del Imam Sayyad (P):
“Y los deseos no les hicieron desatender la acción”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 268, súplica nº 42)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Hamam! El creyente es inteligente y perceptivo. Siempre está
activo y anhela lo que está a su alcance”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 226 y 230)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“El mejor auxilio de la práctica es moderar los deseos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 320)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“A quien pone en práctica lo que conoce Dios le concede el cono-
cimiento de lo que no sabe”.
(“Al Bahar”, tomo XL, pág. 128)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“El conocimiento está en la práctica”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 15)
3.- Del lmam ‘Ali (P):
“Quien no pone en práctica su conocimiento, es un ignorante”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 308)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“El fundamento del conocimiento es obrar de acuerdo a él”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 315)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“La sabiduría del creyente se evidencia en su acción”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 220)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“El conocimiento está próximo a la práctica; por lo tanto, quien
sabe, practica. El conocimiento convoca a la práctica; si ésta le
contesta, está bien; de lo contrario, se aleja. (En otras palabras, la
ciencia se relaciona con la acción. Entonces, quien sabe, actúa. El
conocimiento convoca a la acción; sino le responde, él se aleja)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.256)
7.- Del Imam Baqir (P):
“No se acepta un acto sin conocimiento. Y no se alcanza el conoci-
miento sin la práctica”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 215)
Capítulo X
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, ‘Ali! No hay bien en la palabra si no va acompañada de la
práctica”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 538)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, lbn Mas’ud! No seas de aquellos que son exigente con la gente
mientras son flexible consigo mismos. Dios altísimo expresa: ‘¿Por
qué decís lo que no hacéis?’”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 538)
3.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, lbn Mas’ud! No seas de aquellos que encaminan a la gente
hacia el bien y les exhortan el mismo, en tanto que ellos son descui-
dados a su respecto. Dios Altísimo expresa: ‘¿Ordenáis a la gente
hacer el bien y os olvidáis de vosotros mismos, a pesar de que leéis
el Libro? ¿Acaso no razonáis?’”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 537)
4.- Del Imam Baqir (P), de su padre (P):
“¿Por qué hay tanta enunciación y tan poca práctica? ¡Sin duda que
los que practican son pocos! Sabe que nosotros reconocemos (como
nuestros seguidores) a los que practican y a la vez se expresan”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 227)
5.- Del Imam Sadiq (P):
(Dice el narrador): “Le pregunté (al Imam-P): ‘¿Qué significado
tiene la aleya ‘¿Acaso ordenáis a la gente que sea virtuosa y vosotros
mismos lo olvidáis?’1. Entonces puso su mano en su garganta y dijo:
‘Esto es como una persona que se degüella a sí mismo’”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 43)
6.- Del lmam ‘Ali (P):
“Hablan sobre este mundo como los desapegados, pero actúan como
quienes lo aman. Vedan, mas no se abstienen; y ordenan, pero no
practican. Su palabra es ejemplar, pero su práctica es exigua”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.160)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios, Poderoso y Majestuoso no ha creado la lengua para abrir y
la mano para cerrar. Por el contrario, las hizo para abrir y cerrar
en conjunto”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 109)
8.- Del lmam ‘Ali (P):
“La cólera del ignorante se muestra en su dicho, mientras que la
1 Corán 2:44.
del juicioso en su obra”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 160)
9.- Del Imam ‘Ali (P):
“La palabra nunca beneficia hasta que se vincula con el acto”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 255)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“El fruto del conocimiento se obtiene con la buena acción, no con
la buena expresión”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 147)
11.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! El creyente habla poco y actúa mucho. En cambio
el hipócrita habla mucho pero practica poco”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 293)
12.- Del Imam ‘Ali (P):
“(El creyente) expone la verdad y práctica de acuerdo a ella. No
abandona un buen objetivo, sino que corre hacia él. Y cada obra
que aparenta ser buena, la busca”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 211)
13.- Del Imam Sadiq (P), según narró Mufaddal ibn Ornar:
“Le pregunté a Abu Abdullah As-Sadiq (P): ‘¿Cómo se conoce al
próspero?’. Entonces me respondió (P): ‘Es aquel cuya práctica con-
cuerda con su dicho. Él es el próspero. En cambio aquel cuya práctica
no concuerda con su dicho, tiene (la Fe) como algo transitorio’”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 419)
14.- Del Imam Sadiq (P):
“‘Todo lamento, arrepentimiento y desgracia es para quien no apro-
vecha lo que conoce, así como también para quien realiza sin saber
si esto es beneficioso o perjudicial’. Le pregunté (dice Mufaddal el
narrador): ‘¿Cómo se reconoce al próspero?’.
Respondió (P): ‘Es aquel cuya práctica concuerda con su dicho.
Entonces se le confirma el testimonio de su prosperidad. En cambio
aquel cuya práctica no concuerda con su dicho, tiene (su fe) como
algo transitorio’”.
(“Al Bahar”, tomo LXIX, pág. 218)
15.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo más bajo en el conocimiento es lo que se detiene sobre la lengua,
y lo más elevado es lo que se manifiesta en los miembros”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.127)
16.- Del lmam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y provéeme la
salud en la adoración, tiempo para el desapego de las cosas mun-
danales, el conocimiento junto con la acción y la moderación en la
piedad”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 140, súplica nº 20)
Capítulo XI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! El ejemplo de una persona que realiza la difusión
sin práctica es como aquel que tira sin arco”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 548)
2.- Del lmam Sadiq (P):
“¡Oh, Ibn Yundab! La Misericordia de Dios sea con un grupo que
es como un faro y una luz que convoca a la gente con poder y fuerza
hacia nosotros”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 221)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Difundan a la gente por medio de sus acciones, no con sus lenguas”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 78)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“El consejo que no es rechazado por el oído y con el cual ningún
beneficio se compara, es que el lenguaje verbal se silencie y el len-
guaje de la práctica se exprese”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 107)
Capítulo XIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando el Profeta (PBd) conquistó la Meca, se paró sobre la
montaña de Safa y exclamó: ‘¡Oh, hijos de Abdul Muttalib! ¡En
verdad yo soy el Mensajero de Dios para (todos) vosotros! Yo soy
compasivo con vosotros. ¡No digáis que Muhammad es para nosotros
(exclusivamente)!.
Por Dios que no son mis amigos ni vosotros ni otros, excepto los
piadosos. Sabed que (en el asunto) entre vosotros y yo, y entre Dios,
Poderoso y Majestuoso, y vosotros, no os he dejado posibilidad
alguna de excusaros (por mi incumplimiento).
Y sabed que yo soy responsable de mis acciones y vosotros de las
vuestras’”.
(“Al Bahar”, tomo XCVI, pág. 233)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“¿Quién es más veraz que el hombre consigo mismo, y qué mejor
testigo hay para él que su propia acción? Sólo se conoce al hombre
por medio de su obra, del mismo modo que un árbol ignoto sólo se
conoce cuando da fruto, pues los frutos señalan su origen.
Cada poseedor de virtud se conoce por ella. Así, de acuerdo a esto,
el noble a través de su cultura y educación es honrado, mientras que
el vil por sus características es deshonrado”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 314)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“El capital del hombre es lo que ha adquirido, y él está junto a
aquello que más ama”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 179)
4.- Del lmam Sadiq (P):
“Separa tu alma de aquello que la perjudica antes de que tu alma
se separe de ti. Esfuérzate por dicha separación del mismo modo
en que trabajas para obtener tu sustento, porque tu alma es rehén
de tu acción”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 236)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios llamó a las personas en este mundo por (el nombre) de sus
padres, para que se conozcan mutuamente, y en el otro mundo por
medio de sus acciones, para retribuirles. Por eso ha expresado: ‘¡Oh,
creyentes! ¡Oh, incrédulos!’”.
(“Al Bahar”, tomo LVCVIII, pág. 208)
6.- Del Profeta (PBd):
“A causa de los pecados la muerte llega para el hombre antes de
su término. Su vida vale más por su piedad que debido a su edad”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 418)
Capítulo XIV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El hombre se evalúa por su dicho y se lo aprecia por su acción.
Por lo tanto, expresa aquello que más peso tenga y realiza aquello
que posea más valor”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 43)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“No digamos que todo tiene la misma jerarquía, porque Dios dice
‘Él es Quien ha hecho de vosotros Sus representantes en la Tierra
y ha elevado la dignidad de unos sobre otros’1. La preferencia en
jerarquía de un grupo (sobre otro) sólo se debe a las acciones”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 388)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien tiene dos días iguales, es un engañado. Aquel cuyo segun-
do día es mejor que el primero, es afortunado. En cambio, aquel
cuyo segundo día es peor, es maldito. Quien no percibe en sí mismo
crecimiento, se está degradando. Entonces para éste la muerte es
mejor que la vida”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 376)
4.- Del Imam Sayyad (P):
“No tengas esperanzas en la gente, pues esto constituye una riqueza.
No solicites tanto a la gente en tus necesidades, pues es una pobreza
manifiesta. Cuídate de aquello por lo que tengas que excusarte. Reza
la oración como quien se despide de ella. Si pudieras hacer que hoy
fuese mejor que ayer, y mañana que hoy, ¡hazlo!”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 185)
1 Corán, 6:165.
Capítulo XV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“No consideres insignificante lo malo, aunque lo percibas pequeño,
ni consideres abundante lo bueno, aunque lo veas profuso”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIII, pág. 355)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Te encomiendo que no consideres abundante el bien, aunque sea
mucho, m consideres insignificante el pecado, aunque sea exiguo”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 150)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Realicen el bien sin menoscabarlo en nada, pues en verdad su
pequeñez es grandeza y su escasez abundancia. Que ninguno de
ustedes declare (a fin de no realizar un bien): ‘Fulano es mejor que
yo para esto’, pues, por Dios que finalmente así resultará”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.284)
4.- Del Profeta (PBd):
“Teman a Dios y no consideren insignificante nada de lo bueno”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVI, pág. 355)
5.- Del Imam Rida(P):
“No consideren excesivo nada de lo bueno”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 72)
La indolencia
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Oh ‘Ali, cuídate de dos defectos: el desgano y la indolencia. Pues
si te desganas, entonces no soportarás ninguna verdad; y si eres
indolente, no cumplirás en nada con la verdad”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 502)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“La vagancia es enemigo del trabajo”.
(“Al Kafi”, tomo V, pág. 85)
3.- Del Imam Sadiq (P), en una narración donde habla sobre el ejército
del intelecto y el de la ignorancia):
“Lo opuesto al dinamismo es la indolencia”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 23)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Hamam! El creyente está lejos de la vagancia, se encuentra
siempre en actividad; desea sólo aquello que se encuentra a su al-
cance y su corazón está siempre vivo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 26)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuídate del aburrimiento y la indolencia, porque ellos son las
llaves de todo lo malo. Ciertamente quien es negligente no cumple
con ninguna verdad, y quien es aburrido no soporta la verdad”.
(“Al Uasail”, tomo XVI, pág. 39)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Teman a Dios, no se cansen del bien ni sean indolentes”.
(“Amale At-Tusi”, tomo II, pág. 305)
7.- Del Imam Baqir (P):
“‘¡Oh, Suleimán! ¿Quién es joven?’. Le respondí (dice el narrador):
‘¡Por favor! El joven ante nosotros es joven’. Me dijo (P): ‘¿Acaso
no sabes que los siete durmientes de la caverna eran ancianos, pero
debido a su fe Dios les llamó jóvenes? ¡Oh, Suleimán! Aquel que
cree en Dios y le teme es joven’”.
(“Tafsir al Burhan”, tomo II, pág. 56)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“No confíes tus asuntos a un vago”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 237)
9.- Del Imam Baqir (P):
“No hay desgracia tal como la indiferencia ante el pecado y la con-
formidad con el estado en el que uno se encuentra”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 208)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“Aquel que se complace de sí mismo es un tonto, y quien confía en
sí mismo es un engañado”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 48)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“Hay tres cosas que le impiden al ser humano la búsqueda de la
excelencia: la despreocupación, la inmadurez y la falta de firmeza
en la opinión”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 234)
12.- Del Profeta (PBd):
“El vago posee tres signos: flaquear hasta el límite, extremar esto
hasta el abandono y ser negligente hasta caer en el pecado”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 48)
13.- Del Imam Sadiq (P):
“La indolencia perjudica a la religión y al mundo”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 219)
La vanidad
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Tres cosas son aniquiladores: la sórdida avaricia, los deseos obe-
decidos y el orgullo del hombre por sí mismo. Esto frustra la obra
y provoca la Cólera de Dios, Glorificado Sea”.
(“Udatul Dai”, pág. 221)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“La vanidad impide el desarrollo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.167)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Tres cosas rompen la espalda: un hombre que engrandece su obra
se olvida de sus pecados y se complace de su propia opinión”.
(“Al Bahar”, tomo LXXV, pág. 98)
4.- Del Imam Al-Hadi (P):
“Quien es vanidoso, se aniquila”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 78)
5.- Del Imam Sayyad (P):
“Por Tu amparo evitamos tener intenciones de ser desleales con
alguien, enorgullecernos de nuestras acciones y prolongar nuestros
deseos”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 83, súplica nº 8)
La debilidad
El orden en el trabajo
De la Tradición (hadiz):
1.- Del lmam ‘Ali (P):
“A todos mis hijos, familiares y quienes reciban mi escrito, les lego
el temor a Dios y el orden en vuestros asuntos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 977)
2.- Del lmam ‘Ali (P):
“¡Realiza cada día tu trabajo! Pues para cada día hay algo parti-
cular (que hacer)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.022)
3.- Del lmam Kazim (P):
“Traten de dividir vuestro tiempo en cuatro momentos: uno para
adorar a Dios, otro para los asuntos de la vida, otro para convivir
con los hermanos y confidentes, aquellos que os muestran vuestros
defectos y son sinceros con vosotros íntimamente, y otro para dis-
frutar de aquellas cosas que no son ilícitas. A través de éste último,
se aprovechan los otros tres”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 302)
4.- Del lmam ‘Ali (P):
“La discrepancia corrompe el orden de los asuntos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 26)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd): ‘¡Oh, gente! ¡Conservad a vues-
tras filas! Arrimad vuestros hombros para que no exista separación
alguna entre vosotros. Y no discrepéis, porque entonces Dios hará
que vuestros corazones diverjan. Sabed que yo os veo atrás de mí’”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 472)
Capítulo XVIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, gente! No existe bien alguno en un mundo sin organización”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 307)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien realiza una mala administración, apresura su aniquila-
miento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 268)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“No hay bien alguno más beneficioso que el intelecto, y no hay
intelecto como administración”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.139)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo que mejor señala la abundancia de intelecto es la buena ad-
ministración”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 92)
5.- Del lmam ‘Ali:
“La planificación antes del trabajo te asegura contra el arrepenti-
miento”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 70 y 97)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Mide y luego corta, reflexiona y luego habla, analiza y luego actúa”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 235)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“En la preparación de algo no seas como quien junta leña en la
noche, o como el torrente en la inundación”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 342)
8.- Del lmam ‘Ali (P):
“Confiarse en algo sin investigarlo es lo contrario a la preocupa-
ción”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 9)
9.- Del Imam ‘Ali (P):
“Medita hasta estar prevenido. Y cuando observes que una acción
es clara, entonces ejecútala con firmeza”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 341)
10.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que legó al morir:
“Te prohíbo apresurarte en la palabra y en la acción”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 6)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“No emprendas ningún asunto hasta no haberlo analizado correc-
tamente”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 332)
12.- Del Imam ‘Ali (P):
“No abandones algo hasta no conocerlo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 332)
13.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien no conoce el perjuicio de algo, no puede rechazarlo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 295)
14.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien no conoce el beneficio de algo, no puede concretarlo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 295)
15.- Del Imam ‘Ali (P):
“El juicioso es quien no gasta ni un sólo aliento en aquello que no
lo beneficia, ni adquiere lo que no permanecerá junto a él”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 58)
16.- De uno de los dos Imames (Baqir o Sadiq -P-):
“Los contertulios son de tres tipos: uno de los cuales te beneficias,
entonces dedícate a acompañarlo. Otro para quien tú eres prove-
choso, entonces respétalo. Y otro que no beneficias ni te aprovecha,
entonces evítalo”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 203)
17.- Del lmam ‘Ali (P):
“El engañado no tiene elogio ni recompensa”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 153)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“No precisar excusas es más honroso que ser veraz en ellas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.242)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuídate de todo acto que al preguntarse por su realizador, éste se
niega o se excuse”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.087)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“‘No es conveniente para el creyente humillar a su alma’. El na-
rrador preguntó: ‘¿Con qué se humilla el alma?’. Contestó (P):
‘Realizando algo por lo que se deba excusar’”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 50)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuídate de aquello por lo que debas excusarte. Pues el creyente no
hace el mal y luego se excusa. En cambio el hipócrita continuamente
realiza el mal y se excusa”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 425)
Capítulo XIX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se preocupa por algo insignificante, pierde lo importante”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 283)
2.- Del lmam ‘Ali (P):
“Quien se dedica a lo vano, pierde lo que resulta importante y
deseado”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 283)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los causantes de la caída de un gobierno son cuatro: la pérdida
de los fundamentos, el aferrarse a las pequeñeces, la supremacía de
los inferiores y el relegamiento de los superiores”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 357)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien busca el intelecto usual, debe reconocer lo fundamental de
lo trivial. Pues hay mucha gente que busca lo trivial y abandona lo
fundamental. Aquel que logra obtener lo esencial, abandona lo fútil”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 7)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Tu mente no abarca todas las cuestiones. Por lo tanto, debes dejarla
libre para lo importante”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 113)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se ocupa de aquello que no es necesario, pierde su beneficio”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 287)
7.- Del lmam ‘Ali (P):
“No hay acercamiento (a Dios) con lo meritorio cuando esto per-
judica a lo obligatorio”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.105)
8.- Del Imam Hasan (P):
“Deja lo meritorio cuando es perjudicial para lo obligatorio”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 170)
9.- Del Imam ‘Ali (P):
“Debes ocuparte de aquello de lo que eres responsable”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 245)
10.- Del lmam ‘Ali (P):
“No juzgues a la gente por las cosas que no son importantes y enal-
teced vuestros valores pasando por alto las pequeñeces”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 161)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“Limita tu opinión a lo que te concierne”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.069)
12.- Del Imam ‘Ali (P):
“Albricia a quien limita su propósito a lo que le concierne y con-
centra su esfuerzo en aquello que lo salva”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 206)
Capítulo XX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Todo juego del creyente es vano, excepto tres: adiestrar al caballo,
tirar con el arco y jugar con su esposa. Ellos son correctos”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 361)
2.- Del Imam Baqir (P):
“(Dice el narrador:) Le pregunté a Abu Ya’far (P) sobre el juego del
ajedrez, y me respondió: ‘El creyente se aparta de estos juegos’”.
(“Al Jisal”, tomo II, pág. 26)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Amir al Mu’minin (P) vio a un cuentista en la mezquita. Entonces
le pegó y lo echó”.
(“Al Uasail”, tomo XII, pág. 111)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Amir al Mu’minin (P) pasó junto a un hombre charlatán. Se de-
tuvo a su lado y luego le dijo: ‘¡Oh, Fulano! Estás dictando a tus
guardianes un libro para tu Señor. Por consiguiente, habla lo que
te corresponda y deja aquello que no te concierne’”.
(“Amale Saduq”, pág. 29)
5.- Del Imam Kazim (P):
“Un buen musulmán abandona lo que no le concierne”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 291)
6.- Del lmam ‘Ali (P):
“Quien habla mucho, divaga”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 930)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“El juicioso es quien rechaza lo falso”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 159)
Capítulo XXI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), sobre el Dicho del Altísimo: “La virtud no con-
siste en que entréis en las casas por la parte trasera”1, explicó:
“Es decir, deben abordar cualquier asunto por su comienzo”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 86)
2.- Del lmam Rida (P):
“Quien afronta los asuntos por su inicio, no tropieza. Si no realiza
esto, tropieza, y entonces no hallará ningún medio de salvación”.
(“Al Bahar”, tomo LIII, pág. 340)
1 Corán, 2:189.
Capítulo XXII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros (P):
“Moisés, hijo de Imran (P), pasó junto a un hombre que, levantando
sus manos hacia el cielo, suplicaba. Moisés prosiguió su camino ha-
cia su trabajo. Luego de 7 días él (P) regresó, mientras esta persona
continuaba con sus manos levantadas, invocando, pidiendo y rogan-
do por sus necesidades. Entonces Dios le reveló a Moisés P): ‘¡Oh,
Moisés! Aún si me suplicara hasta que se le cayera la lengua, no le
respondería en tanto no ingrese por la puerta que le he ordenado’”.
(“Al Bahar”, tomo XIII, pág. 355)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se levante por sus propios medios, prospera”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 57)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“El análisis profundo para resolver algo es más útil que el instru-
mento para hacerlo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 52)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Uno de los Profetas (P) se enfermó y declaró: ‘No buscaré ningún
remedio hasta que me cure quien me enfermó’. Entonces Dios Al-
tísimo le reveló: ‘No he de curarte hasta que apliques el remedio,
aunque la curación sea de Mi parte’”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 419)
5.- Del Profeta (PBd):
“¡Medicaos! Ciertamente Dios, Poderoso y Majestuoso, no envía
una enfermedad sin mandar junto a ella la curación”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 418)
Capítulo XXIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Los asuntos son rehenes de sus momentos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 165)
2.- Del lmam ‘Ali (P):
“Cosechar la fruta inmadura es como sembrar en una tierra que
no es propia”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 57)
3.- Del lmam Sadiq (P):
“Quien inicia un acto fuera de su momento, no lo concluye en su
tiempo debido”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 338)
4.- Del Imam Hasan (P):
“Amir al Mu’minin (P) le preguntó a su hijo al Hasan (P): ‘¡Oh, hijo
mío! ¿En qué consiste el intelecto?’. Respondió: ‘En que tu corazón
guarde aquello que él ha aceptado en depósito’.
Prosiguió: ‘¿Qué es la previsión?’. Contestó: ‘Que esperes tu opor-
tunidad y apresures aquello que te sea posible’. Continuó: ‘¿Y qué
es la ignorancia?’. Respondió: ‘Precipitarse sobre la oportunidad
antes de llegar a ser su dueño’”.
(“Ma’anil Ajbar”, tomo II, pág. 380- 381)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“No apresures los asuntos antes de su tiempo, ni descuides el mo-
mento para obtenerlos. No te encapriches con los asuntos inciertos,
ni seas débil en aquellos que te resultan claros. Por lo tanto, debes
colocar cada asunto en su lugar y realizar cada obra en su momento”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.031)
6.- Del Imam Al-Askari (P):
“No te apresures en cosechar una fruta inmadura; recógela sola-
mente en su debido tiempo. Y no te apresures en tus necesidades
antes de su momento, porque tu corazón y su pecho se estrecharán
haciéndote caer en la desesperación”.
(“Al Bahar”, tomo, LXXVIII, pág. 379)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“No te apresures en un asunto antes de que llegue su momento pues
te arrepentirás. Y no esperes demasiado (sin hacer nada), porque se
endurecerá tu corazón”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 80)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“Toda desgracia tiene fin. Cuando uno de ustedes sea condenado
a alguna de ellas, que se someta y tenga paciencia hasta que pase.
Pues cuando ella surge y se insiste en resolverla, es cuando más
aumenta la angustia”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 95)
9.- Del Profeta (PBd):
“Escapar en el momento preciso es triunfar”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 165)
10.- Del Imam Husein (P):
“Apresurarse es tontería; y la estupidez es debilidad”.
(“Kashful Gumma”, tomo II pág. 30)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“Manifestar algo antes de que se confirme, es echarlo a perder”.
(“Al Uasail”, tomo XII, pág. 629)
Capítulo XXIV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Si una puerta hacia el bien se abre para alguien, debe aprovechar
esa ocasión, porque no sabe cuándo se cerrará”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 165)
Evitar la postergación
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! Cuídate de postergar tu obra, porque tu día es
hoy, y no sabes lo que vendrá. Si tuvieses un mañana, deberás estar
igual que hoy (es decir, con la misma disposición para obrar); pero
si no lo tuvieses, no te arrepentirás por tu negligencia actual. ¡Oh,
Abu Dharr! Cuando amanezcas, no esperes llegar a la noche, y al
anochecer no esperes alcanzar la mañana. Aprovecha tu salud an-
tes de tu enfermedad, pues tú no sabes cómo se llamará el mañana
(“vida” o “muerte”)”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 75)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“La Misericordia de Dios sea con aquel que combate contra sus
deseos y desmiente sus anhelos”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 148)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, lbn Yundab! ¡Bienaventurado sea quien no se distrae con los
vanos deseos!”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 221)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los deseos enceguecen la visión. Quien tiene grandes anhelos, no
obra correctamente”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 14)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los deseos te engañan, y cuando te encuentras con la realidad, te
abandonan”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 34)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuídate de confiar en los deseos, porque ellos son material para
los tontos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 931)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Haz de tu obra un amigo, y de tus deseos un enemigo”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 61)
7.- Del lmam ‘Ali (P), enumerando las cualidades del creyente:
“No desea aquello que no le es lícito”.
(“Al Bahar”, tomo LXVII, pág. 366)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“El deseo no posee límites”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 23)
9.- Del Imam ‘Ali (P):
“Ciertamente el destino (del hombre) está oculto para él, y su deseo
lo engaña”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 153)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“El deseo es como un espejismo: engaña a quien lo mira y desespera
a quien lo persigue”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 48)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se esfuerza en la búsqueda de un espejismo, prolonga su
pena y aumenta su sed. Quien desea saciarse en un espejismo, se
desespera y muere sediento”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 297)
12.- Del lmam ‘Ali (P):
“Quien resulta engañado por un espejismo, no puede alcanzar los
recursos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 301)
13.- Del lmam ‘Ali (P):
“Sepan que el deseo torna negligente al intelecto”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 208)
14.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, siervos de Dios! Sepan que el deseo hace desaparecer al in-
telecto, promete mentiras, impulsa a la negligencia y genera penas.
Entonces rechacen sus deseos, porque son engañosos y porque quien
los tiene es su cautivo”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 107)
15.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y presérvanos
de tener largos anhelos (y amplias expectativas, como si nunca
fuéramos a morir).
Reduce nuestro anhelo a través del estricto cumplimiento de la obra
auténtica, para que no deseemos tener una hora después de una hora,
ni un día después de otro, ni deseemos unir un respiro con otro, ni
poner un pie después de otro.
Sálvanos de su engaño y asegúranos contra su malicia”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 260, súplica nº 40)
Capítulo XXVII
La previsión
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“(El hombre juicioso) considera hoy su futuro y observa lo que está
adelante”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 192)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los creyentes son quienes conocen lo que se encuentra delante de
ellos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 25)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se anticipa a los asuntos estará prevenido, y quien les da la
espalda, quedará desorientado”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 266)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“No aprovechamos lo que sabemos si no preguntamos lo que no
sabemos y no nos esforzamos en resolver una dificultad hasta que
nos cae encima”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 107)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“A quien desatienda la resolución de sus asuntos, lo despiertan las
dificultades”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 284)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“A quien no se preserva del engaño antes de que le acontezca, de
nada le sirve que se lamente cuando éste lo ataca”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 295)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Hay asuntos que no sabes cuándo te sorprenderán. Por eso es con-
veniente que te prepares para enfrentarlos antes de que te alcancen”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 104)
8.- Del lmam ‘Ali (P):
“Abstente de un camino en el cual temes extraviarte, porque evitar
la caída en la perplejidad del extravío es mejor que cabalgar sobre
las dificultades”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 910)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“‘¡Oh. Mufaddal! Te recomiendo seis cualidades para que las hagas
llegar a nuestros seguidores’. Pregunté: ‘¿Cuáles son ellas, oh, mi
señor?’ Dijo (P): ‘Cumplir con el depósito sobre quien te lo entregó
en confianza; que te complazca para tu hermano lo que quieres para
ti mismo; que sepas que los asuntos tienen consecuencia, por lo tanto
¡cuídate de ellas!, pues algunos asuntos son repentinos; no subas a
una montaña, porque subir es fácil pero bajar es difícil; no prometas
una cita a tu hermano que no puedas cumplir’”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 270)
Observaciones de la Sección Tercera
La importancia de la acción
1 Corán, 67:2.
El camino moderado; la consideración intermedia de la
acción
1 Corán, 2:143.
¡Pon tus Pies en el camino y no preguntes! Pues el mismo camino
ha de indicarte el trayecto”.
La sinceridad en la acción
La continuidad de la acción
La acción es el criterio
El ser humano debe mantener sus asuntos y sus acciones unidos a las
consideraciones y el orden, como también debe tener en cuenta su entorno.
Por eso debe medir previamente los resultados de su acción, para luego
emprenderla. Así, la evaluación anterior a la ejecución de cada obra es algo
que valoriza la acción y enaltece su esencia, permitiendo desarrollarla hasta
alcanzar un buen resultado.
Cuando el obrante de cada acto se provee de lo mencionado, da importan-
cia a las acciones buenas y nobles, más aún a las importantes y fundamentales,
haciendo a un lado el resto. Es obligación para él considerar el valor de estas
acciones con este criterio.
En consecuencia, un poco de acción con sus condiciones apropiadas y en
su momento proceso, tiene más valor que las que no se realizan de esta manera.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Una persona que intima con Dios, no se asusta de nada”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 125)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien marcha hacia Dios es como un sediento que llega al agua”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 383)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“El conocimiento es perplejidad, y su carencia acarrea la sed”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 37)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Kumail! ¡No seas de quienes Dios, Poderoso y Majestuoso, ha
dicho: ‘Y no seáis como quienes olvidan a Dios y, por tanto, Él hace
que se olviden de sus propias almas. Esos son los transgresores’1”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 273)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Un rabino se presentó ante Amir al Mu’minin (P) y le planteó:
‘¡Oh, Amir al Mu’minin! ¿Acaso ves a tu Señor cuando Le ado-
ras?’. Le contestó (P): ‘¡Pobre de ti! ¡Yo no adoro a un Señor que
no veo!’. Le replicó: ‘¿Y cómo lo ves?’. Dijo (P): ‘¡Pobre de ti! No
lo captan los ojos de la visión corporal, pero lo ven los corazones
con la verdadera fe’”.
(“Al Bahar”, tomo XLI, pág. 16)
6.- Del Imam Sayyad (P):
“Haz que la tranquilidad de mi corazón, la compañía de mi alma,
la autosuficiencia e independencia sólo dependan de Ti y de los
1 Corán, 59;19.
selectos de Tu creación”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 147, súplica nº 21)
7.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! ¡Oh, Quien es suficiente para el individuo débil! ¡Oh,
Precavido de los acontecimientos que producen temor y miedo!”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 142, súplica nº 21)
8.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! He cortado mi relación con otros y vinculándome
Contigo. He sincerado mi corazón y me he dirigido completamente
hacia Ti”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 192, súplica nº 28)
Capítulo II
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“La noche y el día son dos vehículos”.
(“Al Jisal”, tomo I, pág. 88)
2.- Del lmam Sayyad (P):
“Este es un día nuevo, y es un testigo preparado sobre nosotros. Si
hacemos el bien, él nos despedirá con alabanzas, y si cometemos el
mal, se separará de nosotros, reprochándonoslo.
¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia. Provéenos con su
mejor compañía y evita que nos alejemos de él de mala manera,
ya sea por cometer una ofensa o por perpetrar un pecado mayor o
menor.
Otórganos abundantes obras buenas y vacíanos de las malas
acciones. Haz que estemos, entre sus dos extremos, colmados de
alabanzas, agradecimientos, recompensas, provisión (para el más
allá), generosidad y buenas obras.
¡Oh, Dios! Facilita nuestra carga (a través de la abstención de nues-
tros pecados) sobre los nobles ángeles escribas. Llena las páginas de
nuestro libro, con nuestros buenos actos, y no nos hagas partícipes
de la ignominia ante ellos, con nuestras malas acciones.
¡Oh, Dios! Establece para nosotros en cada una de las horas del día
un beneficio de las acciones de Tus siervos, una porción de agrade-
cimiento hacia Ti y un testigo fiel de entre Tus ángeles…
…¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y su familia, y haz de este día
el más bendito de los días que hayamos conocido, el más excelente
compañero que hayamos acompañado, el mejor de los momentos
que hayamos pasado”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 71 a 74, súplica nº 6)
3.- Del lmam Sayyad (P) en una de sus súplicas al ver la luna:
“¡Oh, creación obediente que circunvalas apresuradamente en fases
determinadas y que giras en torno al firmamento!.
Creo en Aquel que contigo ha iluminado las tinieblas y aclarado lo
oculto; en Aquel que te ha colocado como uno de los signos de Su
reino y como una de las señales de Su poder; en Aquel que te empleó
en tu crecimiento y tu plenitud, en la salida y la puesta, en la brillantez
y el eclipse. En todo esto tú eres obediente y rápida a Su voluntad,
¡Glorificado sea! ¡Qué maravilloso es lo que ha dispuesto en Ti, qué
sutil es lo que ha realizado sobre Ti! Te ha puesto como una llave
para cada nuevo mes y cada nuevo asunto.
Por lo tanto, le ruego a Dios, mi Señor y tu Señor, mi Creador y tu
Creador, mi Destinador y tu Destinador, mi Formador y tu Formador,
que bendiga a Muhammad y a su familia, y que te coloque como una
luna bendita que no desaparece con los tiempos, como una pureza
que no pueda ser manchada por los pecados.
Una luna asegurada de las desgracias y a salvo de las maldades.
Una luna feliz, exenta de desgracias, bendita, sin problemas. Una
facilidad que no se mezcle con la dificultad, y un bien que no se con-
funda con el mal. La luna de la seguridad, la fe, próspera (merced),
bondadosa, de salvación, de paz y del Islam.
¡Oh, Dios! ¡Bendice a Muhammad y a su familia! y haznos de los más
satisfechos entre los que iluminas con ella, de los más puros entre los
que la observan y de los más afortunados entre quienes Te adoran en
este mes. Y también danos éxito en el arrepentimiento, protégenos
de los pecados, guárdanos de persistir en la desobediencia a Ti.
Inspíranos el agradecimiento por Tu gracia. En este mes vístenos
con la vestimenta de la salud. Y a través del perfeccionamiento de
la obediencia a Ti en él, completa para nosotros Tu gracia. Porque
Tú eres generoso y digno de alabanza. ¡Que la bendición de Dios
sea con Muhammad y su familia buena y purificada!”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 278 a 281, súplica nº 43)
4.- Del lmam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Nos has establecido el mes de Ramadán entre los elegi-
dos de aquellos deberes y las más especiales de aquellas obligacio-
nes, el cual has destacado sobre otros meses, has elegido sobre todos
los demás períodos y eras, y lo has preferido sobre otras épocas del
año a través de haber revelado en él el Corán y la luz de la fe que
Tú has multiplicado en él, el uno que Tú has hecho obligatorio en
él, la permanencia en plegaria (o vigilia) que Tú has incentivado
en su tiempo, y la Noche del Decreto, la cual has magnificado en él,
una Noche que ‘es mejor que mil meses’1.
Luego a través de él Tú nos has preferido sobre las demás comuni-
dades, y a través de sus virtudes nos has escogido con exclusión de
la gente de otros credos. Nosotros ayunamos por Tu orden durante
la luz de su día, y permanecemos en vigilia con Tu ayuda durante su
noche, presentándonos con su ayuno y su vigilia a la misericordia que
Tú has expuesto ante nosotros. A través de él buscamos los motivos
1 Corán, 97:3.
para Tu recompensa. Tú estás colmado de aquello que se busca de
Ti, eres munificente con lo que es pedido de Tu generosidad y estás
cerca de aquel que trata de llegar hacia Tu cercanía.
Este mes permaneció entre nosotros en un lugar de continua ala-
banza. Nos acompañó con la compañía de quien es piadoso y nos
benefició con la más excelente de las ganancias de las criaturas del
mundo. Luego se separó de nosotros en el final de su tiempo, en la
finalización de su término, en la culminación de su medida.
Entonces nos despedimos de él como lo hacemos de aquel cuya
partida nos duele, cuya marcha nos llena de tristeza y soledad, y a
quien debemos un pacto protegido, una inviolabilidad considerada
y un derecho cumplido. Entonces nosotros decimos: La Paz sea
contigo, ¡oh, el gran mes de Dios (superior a los demás meses), oh,
fiesta para Sus amigos!.
La Paz sea contigo, ¡oh, el más noble de los meses que acompañan,
el mejor de los meses en días y horas!.
La Paz sea contigo, ¡oh, mes en el cual las esperanzas están cerca
y las obras se esparcen! (y son abundantes).
La Paz sea contigo, que eres un amigo de gran valor cuando apa-
reces y tu desaparición y ausencia son dolorosas y tristes cuando te
pierdes, ¡oh esperado cuya separación nos duele!.
La Paz sea contigo, oh compañero que trae placer en su llegada po-
niéndonos felices (con su vista) y que nos deja en la soledad cuando
se marcha, dejándonos angustia.
La Paz sea contigo, vecino en el cual los corazones se ablandaron
y los pecados se disminuyeron.
La Paz sea contigo, ayudante que socorrió contra Satanás, compa-
ñero que allanó los caminos de la buena acción.
La Paz sea contigo. ¡Cuántos ha liberado Dios en Ti! ¡Cuán felices
eran aquellos que observaron el respeto que se te debe!.
La Paz sea contigo. ¡Cuántos pecados tú borraste! ¡Cuántas clases
de faltas tú cubriste!.
La Paz sea contigo. ¡Que prolongado que fuiste para los pecadores!
¡Qué reverenciado fuiste tú en los corazones de los creyentes!.
La Paz sea contigo, ¡oh, mes con el cual no pueden competir ninguno
de los días!.
La Paz sea contigo, ¡oh, mes que en todos los asuntos sólo es Paz!.
La Paz sea contigo, ¡oh, tú, cuya compañía no desagrada ni su
amistosa intimidad es reprochada!.
La Paz sea contigo, al momento en que tú has llegado a nosotros
con bendiciones y nos has limpiado de la contaminación de las
malas acciones.
La Paz sea contigo, quien no eres despedido con aburrimiento ni tu
ayuno es dejado por fastidio”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 302 a 305, súplica nº 45)
5.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia. Borra nuestros
pecados con la mengua de su luna llena (en Ramadán), y haz que
desaparezcan los malos efectos de nuestros actos con el paso de sus
días, hasta que en el momento en que nos deje, Tú nos hayas puri-
ficado de nuestras ofensas y nos hayas librado de nuestras malas
acciones en su interior”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 290, súplica nº 44)
Capítulo IV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“En verdad Dios, Glorificado Sea, no los ha creado en vano, ni de-
jado libres, ni en la ignorancia o la oscuridad, sino que ha definido
vuestras responsabilidades”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 208)
1 Corán, 53:31.
2 Corán, 21:23. Es decir; deben responder por lo que hacen, es decir por los actos que dan
lugar a objeción.
3 Corán, 25:44.
mar, el desierto y la montaña.
Así pues, debido a la incapacidad de su conocimiento y la debilidad
de sus inteligencias, emprendieron la negación, desmintieron y se
encapricharon hasta llegar a negar la creación de las cosas y preten-
der que su existencia sería en vano, puesto que no hay producción,
ni determinación, ni la sabiduría de un administrador ni un creador.
¡Dios está por encima de lo que ellos suponen! ¡La maldición de
Dios sea sobre ellos! ¡Cómo calumnian! Pues ellos, en su extravío,
ceguera y desorientación, son como ciegos entrando en una casa
perfectamente edificada, adornada con bellas y lujosas alfombras,
donde fueron preparadas todo tipo de bebidas, alimentos, vestimentas
y otras necesidades, colocándose cada una de ellas en su lugar, de
acuerdo con la medida correcta y la sabia administración.
Entonces ellos deambulan en dicha casa de derecha a izquierda,
rondando por sus habitaciones de adelante hacia atrás, sin ver ab-
solutamente nada. Algunas veces uno de ellos se topa con algo que
había sido puesto en su lugar, a disposición de quien lo precisara.
Pero como ignora su finalidad, el motivo de su creación y de la
colocación en este sitio, se irrita y encoleriza, criticando la casa y
al constructor.
He aquí el típico estado de quienes niegan la creación y la aceptación
del Creador. Cuando sus mentes no alcanzan a conocer las causas y
los motivos de las cosas, ellos divagan perplejos en este mundo, sin
comprender su contenido, como la consolidación de la creación, la
belleza de la obra y su sabia preparación. A veces algunos de ellos
se detiene ante algo, sin conocer su causa y su utilidad. Entonces se
apresura en criticar y lo describe como incorrecto”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 59 y 60)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal! Las criaturas (ignorantes y negligente son des-
orientadas, ciegas y ebrias. En su rebeldía van y vienen, siguiendo
a sus demonios y sus seductores. Tienen ojos, pero no ven; tienen
lengua, pero son mudos y no razonan; tienen orejas pero son sordos
y no escucha. Se satisfacen con lo bajo y piensan que están enca-
minados, pero en verdad se apartan del camino de los perspicaces.
Pastan en el campo de la impureza como si estuviesen seguros de
que la muerte no los sorprenderá y de que serán eximidos del castigo.
¡Ay de ellos! ¡Qué desgracia! ¡Qué gran pena! ¡Qué gran prueba
padecerán un Día en el cual ningún amigo podrá hacer nada por
otro, ni será auxiliado excepto aquel de quien Dios se apiade!’.
Narró Mufaddal: ‘Cuando escuché esto, comencé a llorar. Entonces
me dijo (P): No llores. Estarás libre cuando aceptes y te salvarás
cuando conozcas’”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 90)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal! La primera base del conocimiento y la primera
indicación de la existencia de Dios, Exaltada Sea Su Santidad, es la
disposición de este mundo, la unión de sus partes y su debido orden.
Pues cuando contemplas al mundo reflexivamente y lo analizas con
tu intelecto, lo encuentras como una casa construida y preparada
con todo aquello que los siervos precisan, siendo el cielo elevado
como un techo, la tierra extendida como una alfombra, las estrellas
encendidas como lámparas y los tesoros guardados corno reserva.
Cada objeto ha sido preparado adecuadamente, y el ser humano es
el dueño de esta casa, estando todo su contenido a su disposición.
Así todo tipo de vegetales han sido preparados para satisfacer su
necesidad y todas las especies de animales son utilizadas en su
beneficio e interés.
En esto hay una clara indicación de que el mundo ha sido creado
con sabia medida y orden sistemático y conveniente. Y, por otro lado,
de que su Creador es Único, siendo Él Quien ha reunido y ordenado
sus partes unas con otras, Exaltada Sea Su Santidad y Grandeza,
Ennoblecido Sea Su Rostro. ¡No hay divino sino Él, Exaltado Sea
por encima de lo que consideran los herejes!”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 61)
9.- Del lmam Sadiq (P):
“Observa bien, ¡oh, Mufaddal! la administración en los distintos
estados de la creación. ¿Es posible considerar que en ella hay
descuido? (Por ejemplo), si un bebe al nacer fuese prudente y en-
tendido, seguramente rechazaría el mundo en el mismo momento
de su nacimiento.
Además quedaría desconcertado y falto de inteligencia al percibir
todo aquello que no conocía y observar aquello de lo que nunca
había visto nada semejante, como las distintas cosas del mundo, los
animales, aves y demás elementos que hora tras hora y día tras día
se ven. ¡Presta atención a esto! .
Si una persona juiciosa e capturada y trasladada a otra ciudad,
permanecería sorprendida sin poder adaptarse al idioma de ellos
ni a su educación o costumbres. Pero, en cambio, si capturasen a un
niño que aún no es consiente, se adaptaría rápidamente.
Así, si naciera juicioso, se irritaría cuando lo abrazan, lo amaman-
tan, le colocan pañales y lo ponen en la cuna, a pesar de necesitar
todo esto por la fragilidad de su cuerpo al nacer.
Por otro lado, la dulzura que se encuentra en los niños y la facili-
dad con la que abren sus corazones no se hallan en un adulto. Así
él nace ignorante y negligente de cuanto realizan las personas en
este mundo, enfrentando las cosas con una mente débil y un cono-
cimiento imperfecto.
Más tarde, poco a poco, paso a paso, objeto tras objeto y estado
tras estado, aumenta su conocimiento hasta que intima con las cosas
y realiza actividades continuas. Entonces sale de la situación del
desconcierto y se esfuerza por vivir con su intelecto y su capacidad,
marchando tras la experiencia y la obediencia así como tras el ol-
vido, la negligencia y la desobediencia. Acerca de todo esto existen
otras cuestiones.
Si naciera con un intelecto independiente por sí mismo, desapare-
cería la dulzura de educar a los hijos, así como la preocupación de
los padres sobre los intereses de sus hijos y aquello que, debido a la
crianza, se impone a los hijos para sus padres, corno el hacerles el
bien y atenderlos cuando lo precisan.
Por otro lado, los hijos no intimarían con sus padres ni los padres
con sus hijos. Entonces los hijos se sentirían eximidos de ayudar a
sus padres. Además se separarían de ellos al nacer, y el adulto no
reconocería a su padre ni a su madre. ¿No reparas cómo ha estable-
cido todas las cosas de la creación perfectamente, exenta de errores
pequeños y grandes?”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 63 y 66)
10.- Del Imam Sadiq (P):
“Observa, ¡oh, Mufaddal!, el beneficio del llanto de un niño. Sabe
que en el cerebro de los bebés hay humedad, y si permaneciera en
ellos ocurrirían grandes problemas y dificultades, como la pérdida
de la visión y otras cosas. Entonces, al llorar, esta humedad sale
de sus cabezas, dando como resultado la salud para su cuerpo y su
visión. Por lo tanto, el llanto es beneficioso para el niño.
Sin embargo, al desconocer esto, sus padres intentan calmarlo,
buscando satisfacerle para que no llore más. Pero ellos no saben
que el llanto es beneficioso y bueno para el niño.
Así también existen muchos beneficios desconocidos por quienes
creen que el mundo fue creado sin un fin. De saberlo, no habría
considerado que algo no tiene utilidad por no conocer las causas.
En verdad, todo cuanto ignoran los incrédulos, lo conocen los sa-
bios”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 63 y 66)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“Reflexiona, ¡oh, Mufaddal!, en todos los miembros del cuerpo y la
disposición de cada uno a fin de cubrir las necesidades. Así las manos
son para tomar, las piernas para marchar, los ojos para orientarse,
la boca para alimentarse, el estómago para digerir, el hígado para
purificar, los orificios para evacuar lo que está de más, las venas
para cargar (los alimentos) y los órganos sexuales para preservar
la generación, así son todos los miembros.
Cuando los contemplas y aplicas tu pensamiento, encuentras que
todo ellos fueron dispuestos de acuerdo a la verdad y la sabiduría.
Entonces, contempla la sabia disposición en la combinación del
cuerpo y la ubicación de cada miembro en su lugar respectivo,
así como la preparación de estas venas a fin de que los excesos no
se dispersen por todo el cuerpo, redundando en la enfermedad y
debilidad del mismo. Por eso, ¡Bendito Sea Quien estableció esta
buena disposición y consolidó su admiración! La alabanza sea con
Él, pues es su Merecedor.
Ahora observa, ¡oh, Mufaddal!, los sentidos. Ha colocado cinco
sentidos para captar cinco elementos, a fin de que las cosas tangi-
bles no se pierdan. Así creó la vista para captar los colores, pues si
existieran los colores pero no la vista, no habría en ellos beneficio
alguno. Y creó el oído para captar los sonidos, pero si existieran los
sonidos pero no los oídos para captarlos, tampoco tendrían ninguna
utilidad. Y así ocurre con los demás sentidos.
Luego, este beneficio es recíproco. Pues si existiese la vista pero no
los colores, no habría ninguna razón para ella, y si existiese el oído
pero no los sonidos, no habría para él ninguna utilidad.
Entonces, observa cómo ha dispuesto determinados miembros para
captar ciertas cosas, colocando para cada sentido algo perceptible
que actúe sobre él y para cada elemento tangible un sentido que lo
capte.
Además de esto, han sido colocados intermediarios ente los senti-
dos y los elementos perceptibles que los perfeccionan, como la luz
y el aire. Pues si no existiera la luz que manifiesta el color para la
vista, ella no podría captarlo, y si no existiera el aire por el cual se
traslada el sonido hacia el oído, éste no podría captarlo. ¿Acaso
esto se oculta a quien corrige su observación y aplica su reflexión?.
Sin lugar a duda que lo que ha descripto acerca de la disposición
de los sentidos y los elementos tangibles, su interdependencia y la
colocación de intermediarios que perfeccionan esto, no es posible
sino por medio de la Voluntad y Determinación del Sutil, el Bien
Informado”.
(“Al Bahar”, tonto III, pág. 67 a 70)
12.- Del Imam Sadiq (P):
“Medita, ¡oh, Mufaddal! ¿No ha sido puesto el delicado cerebro den-
tro de una cavidad ósea sino para resguardarlo y protegerlo? ¿No ha
sido colocada la sangre fluyente contenida dentro de las venas como
el agua en un recipiente sino para que no se derrame? ¿No fueron
puestas las uñas en las puntas de los dedos sino como protección y
auxilio para el trabajo? ¿No hay dentro de la oreja un conducto en
espiral sino para que el sonido sea conducido hasta el oído y para
que se reduzca la velocidad del aire y no le resulte perjudicial? ¿No
tiene el hombre más carne en sus muslos y glúteos para no sufrir al
sentarse sobre la tierra, como padece quien es flaco y posee poca
carne cuando no hay interpuesto algo entre él y el suelo?.
¿Quién creó al hombre y la mujer sino Quien les dio capacidad de
engendrad? ¿Quién los creó con capacidad de engendrar sino Quien
los hizo esperanzados? ¿Quién los creó esperanzados y les dio los
medios para trabajar sino Quien lo hizo trabajador? ¿Quién lo creó
trabajador sino Quien lo hizo necesitado? ¿Quién lo hizo necesitado
sino Quien lo hizo caer en la necesidad? ¿Quién lo hizo caer en la
necesidad sino Quien lo hizo capaz de encargarse de ella? ¿Quién
le dio entendimiento sino Quien lo obligó e hizo necesaria la retri-
bución para cada obra? ¿Quién le otorgó el método de trabajar sino
Quien le dio la fuerza? ¿Quién le dio la fuerza sino Quien completó
la prueba para él?.
Y cuando sea incapaz de nada, ¿Quién le bastará sino Aquel a Quien
no puede agradecerle completamente? Reflexiona y medita, ¡oh,
Mufaddal! sobre lo que te he planteado. ¿Acaso encuentras algún
error en esta orden y sistema? ¡Bendito Sea Dios por encima de lo
que ellos Le atribuyen!”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 74)
13.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal! Qué asombroso resulta que un grupo considere que
la medicina está exenta de errores, mientras ven que los médicos se
equivocan, y por otro lugar piensan que este mundo fue creado en
vano, aunque no vean en él desorden alguno”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 146)
14.- Del Imam Sadiq (P):
“Reflexiona, ¡oh, Mufaddal! sobre las cosas que fueron creadas para
cubrir las necesidades del hombre y la organización que hay en ellas.
Por ejemplo, el grano ha sido creado para él, a fin de que se alimente;
pero el responsable de molerlo, amasarlo y hornearlo es él mismo. Y
la lana fue creada para él, a fin de que se vista; pero el responsable
de esquilarla, hilarla y tejerla es él mismo.
También el árbol fue creado para él, pero él es responsable de regarlo
y cuidarlo. Y las hierbas fueron creadas para él como remedios, pero
él es responsable de cosecharlas, mezclarlas y prepararlas como tal.
Y así encontrarás muchas cosas más.
Observa como Dios es responsable de la creación de aquello de lo
cual el hombre es incapaz, y le ha encargado a éste la realización de
ciertas cosas, dejando en ellas ámbitos de trabajo y movimiento, por
su propio interés. Pues si Dios se hubiese encargado de todo esto,
no dejando para el hombre ningún quehacer, éste habría llegado a
un nivel de despreocupación o disipación tal que la tierra misma
no podría soportarlo, debido a que el hombre haría cosas que lo
expondrían a la aniquilación de sí mismo. Si se hubiese preparado
todo lo que necesita, no hubieran obtenido una vida agradable ni
hallado goce alguno.
Figúrate un hombre que visita un pueblo y permanece allí, siendo
bien atendido, recibiendo comida, bebida y un buen servicio, sin
molestia alguna. En poco tiempo se aburriría y su alma lo impulsaría
a trabajar en algo. ¿Y cómo sería la vida si todo estuviese preparado
para el hombre? ¿Qué sucedería?.
Por lo tanto, la correcta organización de las cosas que fueron crea-
das para el hombre exige que a éste se le deje un ámbito de trabajo,
para que no padezca la desocupación y no emprenda aquello que no
puede concretar o aquello que no posee ningún provecho”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 86 y 87)
15.- Del Imam Sadiq (P):
“Contempla, ¡oh, Mufaddal! las fuerzas que están en el alma y su
disposición en el ser humano. Me refiero a la reflexión, la imagina-
ción, el intelecto, la memoria y otras similares.
Si resultase despojado de una de estas capacidades, como por ejem-
plo, la memoria, ¿qué sería de él? ¿Cuántas dificultades surgirían en
la vida del hombre, en sus asuntos y experiencias, si éste no recordara
lo que lo beneficia y lo que lo daña, lo que da y lo que recibe, lo que
ve y escucha, lo que dice y aquello que se le dice, ni recordara a
quien le hizo un bien y a quien perjudicó, o lo que le resulta útil de
lo que es dañino, o si pasara por un camino y no lo memorizara, o si
estudiase una ciencia a lo largo de su vida y no la recordara? Así no
creería en una religión ni aprovecharía una experiencia, ni podría
escarmentar con lo que pasó. En consecuencia, verdaderamente este
hombre perdería su condición humana.
Luego observa una de estas mercedes para el ser humano, ¿cómo
se encontraría al margen de las demás? Así una merced mayor para
el hombre que la memoria es el olvido. Pues de no existir el olvido,
cuando a alguien le ocurriese una desgracia permanecería por siem-
pre intranquilo. Así no acabaría ningún lamento, ni moriría ningún
odio, ni disfrutaría de ninguno de los goces del mundo precisamente
debido al recuerdo de las dificultades. Observa cómo Dios ha co-
locado en el hombre la memoria y el olvido, y aunque ambos sean
opuestos, ha establecido en cada uno de ellos un interés especial”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 80 y 81)
16.- Del Imam Sadiq (P):
“Observa, ¡oh, Mufaddal!, algunas características de elevada
jerarquía e inmensa riqueza que pertenecen exclusivamente al ser
humano, al margen de los animales, como el pudor. Si no existiera
el pudor, ningún huésped sería bien recibido, ni se cumplirían las
promesas, ni tampoco se cubrirían las necesidades, ni se emprende-
rían las cosas bellas, ni nos apartaríamos de las feas.
Tal es así, que muchos de los asuntos obligatorios se realizan por
pudor. Pues existe gente que de no ser por el pudor, no consideraría
el derecho de los padres, ni se relacionaría con sus familiares, ni
cumplirían con lo que se les confió, ni evitarían al deshonesto. Ob-
serva como le fue otorgado al hombre todo lo que precisa. Lo que
hay en todo esto es para su bienestar y para completar sus asuntos”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 80 y 81)
17.- Del Imam Sadiq (P):
“Reflexiona ahora en la cantidad de huevos que pone un pez y lo
que resulta exclusivo de él. Ves que dentro de un pez existen un nú-
mero incontable de huevos. Esto ocurre precisamente porque él es
el sustento de muchas otras especies de animales.
Muchos de ellos se alimentan del pez, incluso las fieras salvajes, las
cuales se ocultan hasta arrebatarlo. Y así como las fieras salvajes,
también las a ves y las personas comen al pez. Debido a ello es nece-
sario que abunden y puedan cubrirse así las necesidades de todos”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 109)
18.- Del lmam Sadiq (P):
“¡Oh, Mufaddal! Piensa en las estrellas y en sus diferentes órbitas.
Algunas de ellas no se separan de su eje y sólo marchan en cons-
telaciones. Otras son libres, trasladándose por el zodíaco con una
marcha diferente. Así transitan por dos rumbos diferentes: uno que
es el general de las constelaciones, hacia occidente, y otro que es
especial de ellas, hacia el oriente.
Es como una hormiga marchando a la inversa del movimiento de
la piedra de un molino: mientras éste gira hacia la derecha, ella
camina hacia la izquierda, llevando así dos movimientos distintos,
uno el de ella misma, hacia adelante, y otro coaccionado por el mo-
vimiento de la piedra del molino que la lleva hacia atrás. Entonces,
a las personas que consideran que las estrellas fueron creadas sin
ningún objetivo ni Creador, pregúntales ¿por qué no tienen todas un
único movimiento y por qué marchan así? Si fueron creadas descui-
dadamente, ¿cómo pueden poseer dos movimientos diferentes, pero
dispuestos de manera ordenada?.
Por consiguiente, debido a estos dos tipos de marchas, se demuestra
que existe intención, organización, sabiduría y disposición (en la
creación) y que no es en vano, como opinan los materialistas (los
ateos)”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 114 y 116)
19.- Del Imam Sadiq (P):
“Reflexiona en los cuerpos celestes, como el sol, la luna y las estre-
llas, los cuales giran permanentemente alrededor del mundo, con
junta medida, debido a la sucesión de la noche al día. Y en cómo se
suceden las cuatro estaciones unas a otras. Y en las distintas especies
de animales y plantas que hay en la tierra, cuyos beneficiosos te he
aclarado y descripto recientemente. ¿Acaso se le oculta al juicioso
que esta disposición justa, correcta y sabia pertenece a un Medidor
Sabio?”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 114 y 116)
s
Capítulo V
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El Creador se engrandeció ante ellos (los piadosos), mientras el
resto se empequeñeció ante sus ojos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 812)
2.- Del lmam ‘Ali (P), de su legado a Malik al-Ashtar:
“Percibe en tu corazón la misericordia, el amor y el favor hacia la
gente. No seas para ellos como la fiera que aprovecha la oportunidad
para devorárselos, pues la gente es de dos clases: son tus hermanos
en la religión o tus semejantes en la creación. De ellos surgen tropie-
zos y a veces tienen motivos (para lo que hacen), obrando adrede o sin
intención. Por lo tanto, otórgales tu dispensa y tolerancia, del mismo
modo que quieres que Dios te conceda Su Dispensa y Tolerancia.
Tú posees un grado superior a ellos, y quien te designó como gober-
nante está por encima de ti. Mas Dios está por encima de aquel. Te
ha establecido como encargado de los asuntos de la gente, probán-
dote además con ello. Entonces, ¡cuídate de estar en guerra contra
Dios! Porque no puedes apartarte de Su Castigo ni serás eximido
de necesitar Su Perdón y Su Misericordia.
No te arrepientas al perdonar ni te alegres al castigar, como tampo-
co te enojes en el momento de dispensar. Y no digas: ‘Yo soy quien
gobierna, y si ordeno algo, deben obedecerme’, pues esto corrompe
el corazón y debilita la religión, acercando la decadencia. Cuando,
debido al poder, surjan para ti la arrogancia y el orgullo, observa la
Grandeza del Poder de Dios que está sobre ti, pues Su Poder es más
grande que el tuyo. De esta manera disminuirá tu arrogancia y se
apartará tu soberbia, haciendo que vuelva a ti tu intelecto perdido”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 993)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo apropiado para quien engrandece la Majestuosidad de Dios
en su alma y destaca Su Jerarquía en su corazón es que ante esta
grandeza empequeñezca todo lo demás”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 886)
4.- Del lmam ‘Ali (P):
“No me traten con adulación, ni piensen que el oír la verdad me
resulta pesado. Tampoco quiero que me engrandezcan. Pues a quien
le resulta pesada la verdad cuando se le dice, o la justicia cuando se
le expone, más pesadas le resultarán aplicar la verdad y la justicia.
Por ello, no se abstengan de decir la verdad y aconsejar con justicia,
porque yo no estoy por encima del error ni a salvo de cometerlo,
excepto que Dios, Cuyo Dominio sobre mí es mayor que el mío
propio, me preserve de eso. En verdad, ustedes y yo somos siervos,
propiedad de un Señor que no hay otro como Él.
Él es Dueño de nosotros, de tal forma que nosotros no somos nuestros
propios dueños. Nos ha trasladado del extravío a la buena dirección
y nos ha otorgado perspicacia luego de haber estado en la ceguera”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 887)
5.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Zaid! Cuando recuerdes tu poder sobre la gente, recuerda
también el Poder que Dios tendrá sobre ti mañana”.
(“Al Kafi”, tomo V, pág. 110)
6.- Del Imam Rida (P), según lo que transmitió Fadl ibn Shadan:
“Si alguien pregunta ‘¿Por qué a la creación se le ordenó reconocer
a Dios, a Sus Mensajeros, Sus Evidencias y todo cuanto vino de Su
parte, Poderoso y Majestuoso?’ Se le responde: ‘Por muchas causas.
En primer lugar, quien no reconoce a Dios, Poderoso y Majestuoso,
no se aparta de Su desobediencia ni deja de cabalgar los grandes
pecados, ni se cuida ante nadie de los deseos, disfrutando de la
corrupción de la opresión.
Cuando la gente comete todo esto, cada hombre aborda lo que quiere
y desea sin cuidarse de nadie, resultando d esto la total corrupción de
la creación, pasando unos por encima de otros. Entonces se usurpan
la intimidad y los bienes, se derrama la sangre, se deshonran a las
mujeres y se matan unos a otros sin motivos ni culpa, resultando la
ruina del mundo, la aniquilación de la creación, la pérdida de la
agricultura y la generación.
Todo esto por no tener lugar la prohibición de la corrupción, la ex-
hortación de lo correcto ni el impedimento de la deshonestidad, lo
cual sólo se da después de conocer a Dios, Poderoso y Majestuoso,
y reconocer a quien ordena y prohíbe. Si se eximiera a la gente del
reconocimiento de Dios, no se consolidaría la exhortación del bien
y la prohibición de la corrupción, porque no habría nadie que orde-
nase o prohibiese. En segundo lugar, advertirnos la posibilidad de
que la gente se corrompa a causa de los asuntos internos y ocultos
de la creación.
Si no hubiese reconocimiento de Dios y temor de Él en la intimidad,
no habría nadie que, teniendo al alance sus deseos y estando en pri-
vado, se cuidase de la desobediencia y se abstuviese de lo prohibido
evitando los grandes pecados. Y si esto ocurriese, resultaría la total
aniquilación de la creación.
Por consiguiente, la consolidación de la humanidad y sus intereses
sólo se concreta reconociendo a un Sabio Informado que conoce lo
oculto tanto como lo manifiesto, que ordena la corrección y veda el
mal, sin que nada se le pueda ocultar. Esta (creencia) es la causa
de que se evite todo tipo de corrupción”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 99 y 100)
7.- Del lmam Sayyad (P):
“Alabado sea Dios, Quien si restringiera de Su siervo el conoci-
miento de Su Alabanza frente a lo que le agració, otorgándole Sus
mercedes manifiestas, sin duda que ellos dispondrían de Sus Ben-
diciones y no Lo alabarían, y disfrutarían de Sus provisiones y no
Le agradecerían.
De ser así, saldrían de su mitad humana hacia su mitad animal, y
serían como se los ha descripto en el Libro Consolidado: ‘La verdad
es que son como el ganado. No, aún más extraviados del camino’1”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 31, súplica nº 1)
1 Corán, 25:44.
Capítulo VII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios Altísimo ha revelado un Libro como guía, y ha preferido el
respeto de un musulmán sobre todo los respetos. Además ha confir-
mado con la sinceridad y la fe los derechos de los musulmanes en
su lugar”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 544)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Él ha colocado sus derechos sobre los siervos a fin de que Le obe-
dezcan, y ha puesto sus retribuciones frente a ella (la obediencia),
multiplicando la recompensa, como un favor de Su parte y un don
abundante, pues Él es Digno de ello. Después ha establecido los
derechos de algunas personas sobre otras, haciéndolo recíprocos,
de tal manera que algunos de ellos generan otros, para que ninguno
sea considerado sino con otro”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 681)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“No hay nadie que, -a pesar de tratar constantemente de alcanzar
la Satisfacción de Dios esforzándose en la acción- pueda llegar a
la verdadera obediencia que Dios merece. Sin embargo, uno de los
derechos que Dios obliga a Su siervo es dar el consejo en la medida
de su capacidad y que se ayuden mutuamente para la consagración
de la verdad entre ellos.
No hay hombre alguno que, -a pesar de ser noble en la considera-
ción del derecho y adelantado en la religión- sea autosuficiente en
el cumplimiento de las responsabilidades y derechos que Dios le
impuso, así como tampoco hay hombre alguno que, -aunque la gente
lo considere pequeño y se lo vea insignificante- no pueda ayudar a
otro o será ayudado por otro”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 684)
4.- Del Imam Sayyad (P), de su conocida Epístola sobre los derechos:
“Sabe -la Misericordia de Dios sea contigo- que Dios, tiene sobre
ti derechos que te rodean en toda actividad que realices o quietud
en la que te sumerjas, o situación que te acontezca, o estado en
que te encuentres, o miembro que manipulas, o instrumento del que
dispones. Algunos son más importantes que otros.
El mayor de los derechos que Dios tiene sobre ti es aquello que Él se
impone a Sí Mismo, Bendito y Exaltado Sea, por derecho propio, el
cual es fundamento de los demás derechos, los cuales derivan de él.
En segundo lugar está aquello que Él te obliga para ti mismo, desde
tu coronilla hasta tus pies, sobre tus diferentes miembros. Después
ha establecido, Poderoso y Majestuoso, derechos para tus acciones
sobre ti mismo. Luego surgen los derechos de ti respecto de otras
personas, quienes a su vez poseen derechos que te obligan”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 18)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios, Glorificado Sea, ha puesto los derechos de Sus siervos como
instrucción para que sean considerados Sus Derechos. Pues quien
se consagra a los derechos de los siervos de Dios, provoca la con-
sagración de los Derecho de Dios”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 165)
Capítulo VIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del lmam ‘Ali (P), según lo que transmitió Asbag ibn Nobatah:
“Un hombre se presentó ante Amir al Mu’minin (P) y le dijo: ‘¡Oh,
Amir al Mu’minin! He cometido adulterio. Por lo tanto, ¡purifícame
(con el castigo correspondiente)!’.
Entonces ‘Ali (P) tornó su rostro y luego le dijo: ‘Siéntate’. Y agregó
(P): ‘¿Por qué ustedes, cuando cometen este pecado, no lo ocultan
para sí mismos, tal como Dios la ha ocultado?’. Entonces el hombre
se levantó y repitió: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! He cometido adulterio.
Por lo tanto, ¡purifícame!’.
Él (P) le preguntó: ‘¿Que te ha impulsado a su declaración?’ Le
contestó: ‘La búsqueda de la purificación’.
Él (P) inquirió: ‘¿Y qué purificación es mejor que el arrepentimien-
to?’ . Luego se dirigió hacia sus compañeros y se puso a conversar
con ellos. El hombre, entonces, volvió a pararse y repitió: ‘¡Oh,
Amir al Mu’minin! he cometido adultero. Por lo tanto, ¡purifícame!’.
Él le preguntó (P): ‘¿Lees algo del Corán?’. Contestó: ‘Sí’. Le pidió
(P): ‘Entonces, lee’. El hombre leyó y lo hizo correctamente. Le siguió
preguntando (P): ‘¿Conoces lo que Dios te obligó en cuanto a tu
oración y caridad obligatoria?’. Respondió: ‘En efecto’. Le pidió que
lo explicara, y lo hizo correctamente. Continuó: ‘¿Ha surgido para
ti alguna enfermedad, o acaso te duele la cabeza o el cuerpo?’. Con-
testó: ‘No’. Entonces le dijo (P): ‘Ahora vete hasta que indaguemos
sobre ti en secreto lo mismo que te hemos preguntado públicamente,
y no regreses a nosotros hasta que te mandemos llamar’”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 328)
2.- Del lmam ‘Ali (P), según lo que narró Asbag ibn Nobatah:
“Me presenté un día ante Amir al Mu’minin (P) en la mezquita de
Kufa, mientras había un grupo grande de gente que llevaba un es-
clavo negro. Ellos dijeron: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! ¡Este esclavo
es un ladrón!’.
El Imam (P) le preguntó: ‘¿Has robado algo?’ . Le contestó: ‘Sí’.
Volvió a preguntarle: ‘¿Eres un ladrón?’. Respondió: ‘En efecto, ¡oh,
mi protector!’. Entonces el Imam (P) le dijo: ‘Si repites por tercera
vez tu testimonio, te corto la mano’. Y le preguntó: ‘¡Oh, muchacho!
¿Acaso has robado algo?’. Contestó: ‘Sí, ¡oh mi protector!’.
Entonces Amir al Mu’minin (P) ordenó que le cortasen su mano de-
recha. Luego el esclavo negro se fue tomando su mano derecha con
su izquierda mientras sangraba, y se encontró con Ibn Kauá, quien
era difamador de Amir al Mu’minin (P). Este le preguntó: ‘¿Quién ha
cortado tu mano derecha?’. Respondió: ‘Cortó mi mano una persona
de vientre hundido, que es la puerta de la certeza, la firme cuerda de
Dios, intercesor del Día del Juicio. Alguien que reza cincuenta y un
ciclos en la oración. Cortó mi mano derecha un guía piadoso, el hijo
del tío de Mustafá (PBd), hermano del Profeta elegido (PBd), león
del matorral, lluvia de la misericordia para todos, muerte para los
enemigos, la llave de la bondades y la lámpara de la tinieblas. Cortó
mi mano derecha el guía de la versas, el Señor de la creación’”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, 724)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Una mujer embarazada se presentó ante Amir al Mu’minin (P) y
declaró: ‘¡Oh, ‘Ali! He cometido adulterio. Por consiguiente, ¡pu-
rifícame!, y que Dios te purifique a ti, en verdad que el castigo de
este mundo es más liviano que el castigo en el otro mundo, el cual
no cesa’.
Amir al Mu’minin (P) le preguntó: ‘¿De qué quieres que te purifique?
Ella respondió: ‘He cometido adulterio’.
Él (P) siguió preguntando: ‘Estabas casada’. Ella dijo: ‘Estaba
casada’. Continuó (P): ‘¿Tu marido estaba presente cuando lo hi-
ciste?’. Respondió: ‘Sí’. Entonces le dijo (P): ‘Vete y regresa cuando
hayas dado a luz para que te purifique’. Cuando ella se alejó a una
distancia tal que no pudiera oírlo, ‘Ali (P) dijo: ‘¡Oh, Dios mío! Ella
ha dado un testimonio’.
Luego de cierto tiempo, ella regresó ante Amir al Mu’minin (P) y le
dijo: ‘He dado a luz ahora, ¡purifícame!’. Él (P) simuló no entender
y preguntó: ‘¿De qué quieres que te purifique, oh, sierva de Dios?’.
Ella dijo: ‘He cometido adulterio. ¡Por favor, purifícame!’. Él (P)
continuó: ‘¿Tenías marido o no cuando lo hiciste?’. Contestó: ‘Sí,
tenía marido’. Siguió (P): ‘¿Tu marido estaba presente o ausente?’.
Respondió: ‘Estaba presente’. Entonces le dijo (P): ‘Vete y amamanta
a tu bebé dos años completos, como Dios te ha ordenado’. Cuando
ella se alejó lo suficiente para que no pudiera oírlo, él exclamó (P):
‘¡Oh, Dios mío! Ahora tengo dos testimonios’.
Cuando pasaron dos años, la mujer regresó y le dijo: ‘Ya lo he
amamantado dos años. ¡Purifícame ahora, oh ‘Ali!’. Él, simulando
no entender, preguntó (P): ‘¿De qué quieres que te purifique?’. Ella
respondió: ‘He cometido adulterio. ¡Purifícame, pues!’. Él preguntó
(P): ‘¿Cuando lo hiciste, tenías marido?’. Ella contestó: ‘Sí’. Con-
tinuó: ‘¿Tu marido estaba presente o ausente cuando lo hiciste?’ .
Le respondió: ‘Estaba presente’. Entonces le dijo (P): ‘Ahora vete y
cuida a tu hijo hasta que pueda comer y beber por sí sólo, al punto
que no caiga de la terraza ni dentro de un pozo (por inconscien-
cia)’. Cuando ella se alejó a una distancia tal que no pudiera oír
sus palabras, él exclamó (P): ‘¡Oh, Dios mío! Con estas palabras
ya tengo tres testimonios’.
La mujer se retiró llorando y en su camino se encontró con ‘Amr ibn
Harizu al-Majzumi, quien le preguntó: ‘¿Por qué lloras, oh sierva de
Dios? Te he visto presentarte reiteradamente ante Amir al Mu’minin
para pedirle que te purifique. ¿Qué sucedió?’. Ella contestó: ‘He
ido a pedirle a ‘Ali que me purifique, y me dijo que cuide a mi hijo
hasta que pueda comer y beber sólo, al punto que no caiga de una
terraza ni a un pozo. Tengo miedo que la muerte me sorprenda sin
haber sido purificada’.
Entonces ‘Amr ibn Hariza le dijo: ‘Regresa hacia él, que yo protegeré
a tu hijo’. Ella regresó y le informó lo que le había propuesto ‘Amr
ibn Hariza, y Amir al Mu’minin simuló no entender”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 378)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) recibió a Harizah ibn Malik ibn
(Nu’man) Al Ansari y le preguntó: ‘¿Cómo estás, oh, Harizah ibn
Malik?’. Él le contestó: ‘¡Oh, Enviado de Dios! Mi estado es el de
un creyente verdadero’.
Entonces el Mensajero de Dios (PBd) le dijo: ‘Para cada asunto hay
una realidad. ¿Cuál es la realidad de tu palabra? Él respondió: ‘¡Oh,
Enviado de Dios! Mi alma está desapegada de este mundo. Paso las
noches en vigilia y ayuno los días de calor. Es como si observara
el Trono de mi Señor, el cual ha sido puesto para la rendición de
cuentas. Es como si pudiera ver a la gente del Paraíso visitándose
mutuamente, y como si pudiera oír los aullidos de la gente del Fuego
en el Infierno’.
Entonces el Mensajero de Dios (PBd) dijo: ‘Este es un siervo al cual
Dios ha iluminado su corazón. Eres consiente. Por lo tanto, ¡resis-
te!’. Él le solicitó: ‘¡Oh. Enviado de Dios! ¡Invoca a Dios por mí,
para que me provea del martirio cabalgando a tu lado!’ y no pasó
mucho tiempo hasta que el Profeta (PBd) lo mandó a una incursión
militar, donde luchó matando a 8 o 9 antes de alcanzar el martirio”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 33)
Capítulo IX
Nota:
El poder humano rechazado en estas aleyas y tradiciones, como también
en otras similares, es el de quienes creyeron en los opresores, tiranos, sulta-
1 Corán, 19:81-82.
nes y otros gobernantes, así como todo tipo de gobierno y poder en los que
cayeron dichos gobernantes, sin diferenciar entre justos o injustos. Todo esto
es rechazado y censurado por la lógica y la jurisprudencia celestial.
Este tipo de gobierno fue rechazado desde un principio por un sistema
Divino, porque el Islam lo reprueba franca y severamente. En cuanto al
gobierno de ciertas personas designadas por Dios, como los Profetas y sus
sucesores (P), éste es, en realidad, un gobierno Divino, no humano. Los go-
bernantes divinos son quienes cumplen las órdenes de Dios y expanden Sus
Leyes sobre la tierra. Ellos son, en primer lugar, los Profetas (P); en segundo
lugar, sus sucesores (P) y luego los hombres con méritos, quienes serán los
representantes de los sucesores. Este gobierno y su soberanía son necesarios
para la sociedad humana construida sobre una base firme y consolidada por
el Sagrado Corán:
“En verdad, quienes te juran lealtad, a Dios le juran lealtad. La mano
de Dios está sobre sus manos. Así pues, quien rompe su juramento
lo rompe en su propio detrimento y a quien es fiel a la promesa que
ha hecho a Dios, Él pronto le otorgará una enorme recompensa”.
(48:10)
“En verdad, vuestros amigos y protectores son solamente Dios y
Su Mensajero y aquellos que tienen fe, que hacen la oración y dan
limosna mientras están inclinados rezando”.
(5:55)
“¡Oh, los que creéis! ¡Obedeced a Dios y obedeced al Mensajero y
a los que de vosotros tienen autoridad!”.
(4:59)
“Tráenos a alguien que, de Tu parte, nos proteja y auxilie”.
(4:75)
Por lo tanto, el principal propósito hacia el cual orientamos las opiniones
en este discurso es que la fundación del gobierno Divino y la consolidación
de la concreta subordinación religiosa hacia los representantes de Dios sobre
la tierra es una obligación social y una finalidad de la religión, a través de la
cual se establecerá la verdad, se afianzará la justicia y se extenderán las leyes,
preparándose los caminos (hacia la felicidad del género humano).
Capítulo X
Nota:
Las tradiciones relacionadas con este tema son numerosas, incluyendo
este relato denominado “Mufaddalí”, del cual hemos visto algunos párrafos
en el Capítulo IV de esta Sección. Todas estas enseñanzas señalan la situa-
ción y jerarquía del ser humano en el sistema Divino, lo cual constituye un
importante asunto para la educación, la ciencia, la civilización, la sociedad,
la felicidad y la conducta, asunto importante que nadie ha considerado igual
que el Islam lo ha hecho, tanto en el Libro Celestial como en las Tradiciones.
Consulte al respecto en los lugares apropiados, como el “Nahyul Balagha”
del Imam ‘Ali (P), el “Bihar al Anuar”, “Sahifatus Sayyadiat”, “Tuhaful
‘Uqul”, “Al Uasail”, “Makarimul Ajlaq” y otros textos de Tradiciones, así
como en las secciones correspondientes de este libro.
Capítulo XI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Amir al Mu’minin había nombrado a Abu Al-Asuad ad-Duali como
juez, y luego lo destituyó. Entonces él le cuestionó: ‘¿Por qué me
destituiste, si no te he traicionado ni he delinquido en nada?’. Le
respondió (P): ‘Porque he visto que alzabas tu voz por encima de
tu litigante’”.
(“Al Mustadraq”, tomo III, pág. 197)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Un musulmán compró un predio de las tierras fiscales (adquiri-
das en el combate). Entonces Amir al Mu’minin (P) declaró: ‘Su
ganancia y pérdida es como nuestra propia ganancia y pérdida, ya
sea musulmán o impío. Su ganancia o pérdida es igual que la gente
de Dios (los creyentes)”.
(“Al Uafi”, tomo III, pág. 133)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“El Profeta (PBd) repartía su mirada entre sus compañeros, obser-
vando a unos y otros de igual manera”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 671)
4.- Del lmam ‘Ali (P):
“Los hombres son iguales entre sí como los dientes de un peine”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 271)
Nota:
Este principio, el de igualdad, es el más importante de los principios
sociales hacia los cuales ha convocado el Islam. Con él han obrado los pro-
tectores del Islam, el Profeta (PBd) y sus sucesores (P), y nadie le ha dado
tanta importancia a este principio como lo hizo el Islam.
Capítulo XII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), según narró Muhammad ibn Muslim:
“Le pregunté al Imam Baqir (P) sobre lo que se dice que Dios creó
a Adán de acuerdo a Su forma. Me contestó: ‘Esta forma es una
cosa creada. Dios la eligió y la prefirió sobre otras formas diferen-
tes. Después la hizo Suya, como hizo Suya la Ka’ba y el Espíritu al
decir ‘Y (recuerda) cuando establecimos la Casa’1, ‘y sople en él
de mi Espíritu’2”.
(“Al Bahar”, tomo IV, pág. 13)
2.- Del Imam Baqir (P), según lo que transmitió Muhammad 1bn Muslim:
“Le pregunté a Abu Ya’far (P) al respecto del Dicho de Dios, Pode-
roso y Majestuoso ‘y sople en él de mi Espíritu’3, y contestó (P): ‘Es
un Espíritu que Dios eligió y escogió, creó e hizo Suyo, prefiriéndolo
por sobre todos los demás espíritus. Luego ordenó infundir de él en
Adán (P)’”.
(“Ma’anil Ajbar”, tomo I, pág. 15)
1 Corán, 2:125.
2 Corán, 15:29 y 38:72.
3 Corán, 15:29 y 38:72.
Capítulo XIII
5.- Del Imam Sadiq (P), quien escribió lo siguiente en una carta:
“Dios, Bendito y Exaltado Sea, aprecia ser reconocido por los
hombres y ser acatado a través de la obediencia a ellos (los líderes
justos, como los Imames -P-). Por ello los ha establecido como Su
camino y Su rumbo, por medio de los cuales la gente se dirige hacia
Él, y Dios no acepta de los siervos otra cosa que esto”.
Y agregó (P):
“Por eso Dios encomendó amarlos. ‘Quien obedece al Mensajero,
ciertamente, obedece a Dios. En cuanto a quienes (te) den la es-
palda, no te hemos enviado a ellos para que seas su protector’1”.
(“Basairud Darayat”, pág. 531)
6.- Del Profeta (PBd):
“Si Dios encaminara a través tuyo a una persona, esto resultaría mejor
para ti que este mundo y todo lo que contiene”.
(“Muniatul Murid”, pág. 10)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo Amir al Mu’minin (P): ‘Cuando el Mensajero de Dios (PBd)
me envió hacia el Yemen, me recomendó:¡Oh, ‘Ali! No mates a nadie
hasta no haberlo invitado al Islam. ¡Por Dios!, si Dios encaminara
a través tuyo a una persona, esto resultaría mejor para ti que todo
lo que está bajo el sol, y el derecho de su amor con Dios te corres-
pondería a ti’”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 16)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Mejor que la veracidad es el veraz, y mejor que el bien es el bien-
hechor”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 226)
9.- Del Imam Al-Askari (P), del lmam Sayyad (P), respecto del Dicho de
Dios, Exaltado Sea: ‘En la ley del talión hay vida para vosotros. ¡Oh gente
dotada de entendimiento! Quizás así seáis temerosos de Dios’2, dijo:
“‘¡Oh, siervos de Dios! Este Talión es respecto a un asesino, para
que lo maten, aniquilando su alma. ¿Quieren que les informe de algo
más grave que el asesinato, cuyo Talión es más grave que éste?’.
Contestaron: ‘¡Sí, oh, hijo del Mensajero de Dios!’. Dijo (P): ·’Más
grave que el asesinato es matar de una forma que no tenga indem-
nización y de la cual no se pueda revivir nunca más’. Preguntaron:
‘¿Cómo es esto?’. Respondió (P): ‘Es desviar de la creencia en el
Profeta Muhammad (PBd) y el Imamato de ‘Ali (P), y marchar en
otro camino que el de Dios’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 23)
1 Corán, 4:80.
2 Corán, 2:179.
10.- Del Imam Baqir (P), según narró Fudail:
“Le pregunté a Abu Ya’far (P) sobre el Dicho de Dios en Su Libro:
‘Y quien le salvase (a un solo humano), como quien salva a toda
la humanidad’1. Explicó (P): ‘Es cada persona que salve a otra de
ahogarse o quemarse’. Le pregunté: ‘¿Y quien lo saque del extravío
hacia el buen camino?’. Dijo (P): ‘Esta es su gran interpretación’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 210-211)
Nota:
Nuestro propósito en este capítulo es atender la atención hacia la im-
portancia de los asuntos de los seres humanos en la religión, además de la
importancia de la defensa de los oprimidos, el brindar servicio y esforzarse en
el camino de la sociedad, el igualar a la gente ante Dios, Bendito y Exaltado
Sea, rechazando las vanas distinciones y recordando que ellas no afectan la
esencia del hombre y sus asuntos.
Por otro lado, pretendemos llamar la atención al respecto de que las
acciones que surgen del hombre y su esfuerzo por cubrir las necesidades in-
dividuales y sociales son, en sí mismas, devociones y acercamiento (a Dios),
y que el camino de Dios es el camino de la gente y viceversa, a condición de
que las obras se realicen para Dios, con intención pura y divina. Este funda-
mento es muy importante entre los principios educativos del Islam. Por eso,
deben prestar suma atención al mismo.
1 Corán, 5:32.
Capítulo XIV
1 Corán, 63:8.
creyentes’1? Por lo tanto, el creyente es glorificado, no humillado’.
Luego agregó (P): ‘Él es más poderoso que la montaña, puesto que
está se reduce con el pico, mientras que el creyente no reduce por
nada su religión’”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 50)
1 Corán, 63:8.
Capítulo XV
Encomendarse y resistir
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Si quieres ser el más poderoso de la gente, encomiéndate a Dios.
Si quieres ser el más rico de la gente, confía más en lo que está en
Manos de Dios, Poderoso y Majestuoso, que de aquello que está en
tus manos”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 552)
2.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros (P), del Mensajero de Dios (PBd):
“Quien quiera ser el más noble de la gente, debe temer a Dios.
Quien quiera ser el más piadoso de la gente, debe encomendarse
a Dios. Quien quiera ser el más rico de la gente, debe confiar más
en lo que está en Manos de Dios, Poderoso y Majestuoso, que en lo
que está en sus manos”.
(“Ma’anil Ajbar”, tomo I, pág. 188)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“(Dijo el Imam -P-) ‘No hay nada que no tenga un límite’. Le pre-
gunté (dice el narrador): ‘Por favor, ¿cuál es el límite respecto de
encomendarse (a Dios)?’. Respondió (P): ‘La certeza’. Continué:
‘¿Y cuál es el límite de la certeza?’. Dijo (P): ‘Que junto a Dios no
temas a ningún otro’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 57)
4.- Del Imam Rida (P):
“(Dijo el Imam -P-) ‘Quien quiera ser el más poderoso de la gente,
debe encomendarse a Dios’. Entonces se le preguntó sobre el límite
de la encomendación a Dios y respondió (P): ‘Que no temas a otro
que Él’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 143)
5.- Del Imam Baqir (P):
“Quien se encomienda a Dios, no será vencido. Y quien se refugia
en Dios, no fracasará”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 151)
Capítulo XVI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Alabado Sea Dios, Quien no posee un Atributo que se anteponga a
otro, puesto que no hay un primer momento y luego un último para
Él, ni un tiempo externo y otro interno.
Todo aquello que se lo califica como “único” en vez de Él, en realidad
es escaso, y todo glorificado aparte de Él es humillado.
Todo fuerte en lugar Suyo es débil, y todo dueño fuera de Él es
propiedad.
Todo sabio aparte de Él es estudiante, y todo poderoso en Su lugar
es a veces poderoso y a veces débil.
Todo oyente fuera de Él a veces es incapaz de oír las voces sutiles y lo
ensordecen los potentes, pasando desapercibida para él la voz lejana.
Todo vidente fuera de Él, es ciego a los colores ocultos y los mate-
riales sutiles.
Toda manifestación aparte de Él está oculta, y todo lo oculto en vez
de Él no está manifiesto.
No ha creado lo que ha creado para fortalecer Su Poder, ni por
temor a las consecuencias del tierno, ni para superar a un atacante
semejante o a un socio orgulloso o a su opuesto en disputa. Por el
contrario, son criaturas, propiedades y siervos insignificantes.
Él no se mezcla con las cosas de manera tal que pueda decirse que
Está en ellas, ni Está tan lejos de forma que pueda sostenerse que
se encuentra aparte. Crear y Administrar la creación no le produjo
cansancio, ni surgió en Él la debilidad al hacerlo, como tampoco
la (equivocación en lo que ha determinado y predestinado. Por el
contrario, Su Determinación y Decreto se basa en una disposición
firme, una ciencia concreta y un asunto establecido.
Él es un Dios que aún en los momentos de ira y castigo es base de la
esperanza y la misericordia, y en el momento de otorgar y conceder
el objeto de temor”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 155 a 158)
Capítulo XVII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“El más grande entre la gente en jerarquía es quien abandona lo
que no le concierten”.
(“Ma’anil Ajbar”, pág. 188)
2.- Del lmam Sadiq (P):
“Decía mi padre: ‘¡Conságrate a la verdad; no des importancia a
lo que tienes y sepárate de aquello que no te concierne!’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXI, pág. 277)
3.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros, de Amir al Mu’minin (P):
“Todo el bien ha sido reunido en tres cualidades: la observación, el
silencio y la palabra. Entonces, cada observación que no contenga
un aleccionamiento es distracción; cada silencio que no contenga
reflexión es descuido; y cada palabra que no contenga recuerdo
(de Dios), es vanidad. ¡Albricias, pues, para quien su observación
es aleccionamiento, su silencio es meditación, y su palabra es re-
cuerdo!”.
(“Al Jisal”, tomo I, pág. 98)
4.- Del Imam Kazim (P):
“Harun ar-Rashid le escribió a Musa ibn Ya’far (P): ‘¡Dame un
consejo sintético!’. Entonces (el Imam -P-) le escribió (en respuesta):
‘No hay nada de lo que tus ojos captan que no contenga un consejo’”.
(“Amale Saduq”, pág. 457)
5.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Por cierto que nos has creado débiles, sobre la fra-
gilidad nos has erigido y a partir de un ‘líquido viscoso’1 nos has
originado. Entonces, no hay fuerza para nosotros excepto con Tu
poder ni tenemos energías sino a través de Tu ayuda.
Así pues, auxílianos con Tu éxito, dirígenos bien hacia el Camino
Recto con Tu guía, ciega las miradas de nuestros corazones hacia lo
que se opone a Tu amor y no dejes que nuestros miembros avancen
sobre el pecado desobedeciendo Tus mandatos y atravesando los
límites que Tú has puesto.
¡Oh, Dios! Bendice, pues, a Muhammad y a su familia, y haz que los
secretos de nuestros corazones, los movimientos de nuestros miem-
bros, la vista de nuestros ojos y las palabras de nuestras lenguas
sean causas para Tus recompensas, para que no perdamos aquello
a través de lo cual nos hacemos merecedores de Tu remuneración y
que no nos quede el pecado a través del cual nos hacemos merece-
dores de Tu castigo”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 87, súplica nº 9)
6.- Del Imam Sayyad (P):
1 Corán, 77:20.
“¡Oh, Aquel cuyo recuerdo es un honor para los que recuerdan! ¡Oh,
Aquel cuyo agradecimiento es un triunfo para los que agradecen!
¡Oh, Aquel cuya obediencia es una salvación para los obedientes!
Bendice a Muhammad y a su familia, y desocupa nuestros corazones
de todo otro recuerdo, a través de Tu recuerdo, a nuestras lenguas
de todo otro agradecimiento, a través del agradecimiento a Ti, y a
nuestros miembros de toda otra obediencia, a través de la obedien-
cia a Ti”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 90, súplica nº 11)
7.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Me arrepiento hacia Ti de todo lo que está en contra
de Tu voluntad o apartado de Tu amor, de aquello que pasa por mí
corazón, de lo que observan mis ojos y de lo que expresa mi lengua,
de forma tal que cada uno de mis miembros por separado esté libre
y a salvo de Tus castigos y estén seguros del dolor de Tu intensa
venganza al cual los transgresores temen”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 211, súplica nº 31)
Nota:
Este capítulo hace referencia al hecho que las acciones del ser humano
se encuentran ubicadas bajo la precisa cuenta de Dios. En consecuencia, cada
acción que se produzca, sea grande o pequeña, resulta contabilizada, aunque
se trate de algo insignificante, del tamaño de un grano de mostaza. De este
método de pensamiento se derivan dos principios:
Primero, que el ser humano no ve ninguna negligencia hacia él respecto
de la reconvención y la cuenta. Entonces se obliga para sí mismo la corrección
de sus acciones, la purificación de su alma y la atenta vigilancia de cuanto
pretenda realizar, ya sea grande o pequeño.
Segundo, que el hombre debe sacar provecho de cada instante de su exis-
tencia, así corno de todas sus energías y posibilidades para realizar el bien y
emprender las buenas acciones.
Capítulo XVIII
La salvación de la desesperación
1 De lo que dijo Jacob a sus hijos, después de escuchar lo que estos le contaron
“Hasta que, cuando los Mensajeros perdieron la esperanza y pen-
saron que habían sido engañados, llegó a ellos Nuestra ayuda y sal-
vamos a quien Nosotros quisimos. Y Nuestro castigo no abandonará
a la gente pecadora”.
(12:110)
5.- Sura Al-‘Araf, Los lugares elevados.
“Los principales de la gente del Faraón dijeron: ‘¿Dejarás que Moi-
sés y su gente corrompan el país y os abandonen a ti y a tus dioses?’.
Dijo: ‘Mataremos a sus hijos y dejaremos con vida a sus mujeres,
pues, ciertamente, les tenemos dominados’.
Moisés dijo a su pueblo: ‘¡Invocad la ayuda de Dios y sed pacientes!
¡Ciertamente, la Tierra pertenece a Dios y Él la da en herencia a
quien quiere de Sus siervos! ¡El triunfo final es de los temerosos de
Dios!’.
Dijeron: ‘Fuimos perseguidos antes de que vinieses a nosotros y
después de haber llegado’.
Dijo: ‘Puede que vuestro Señor destruya a vuestros enemigos y haga
que les sucedáis en la Tierra y vea cómo actuáis entonces’”.
(7:127-129)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de su conocido legado a su hijo Hasan (P):
“(¡Oh, hijo mío!). Le has pedido a Dios el tesoro de Su Misericordia
aquello que nadie más que Él puede otorgar, como la prolongación
de la vida, la salud del cuerpo y la abundancia del sustento. Luego,
puso en tus manos las llaves de Sus tesoros y te autorizó a pedir
lo que quieras. Entonces, cuando desees algo, puedes abrir con la
súplica las puertas de Su Merced y hacer descender la abundancia
de Su Misericordia. ¡Que no te desespere, pues, la demora de Su
respuesta! Pues en realidad el ofrecimiento está en relación con la
medida de la intención”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 924)
2.- Del Imam Kazim (P), de sus ancestros, del Profeta (PBd):
“Dios resucitará el Día del Juicio Final a los desesperanzadores
con rostros ennegrecidos. Entonces se les dirá: ‘¡Estos son quienes
habían hecho desesperar a la gente de la Misericordia de Dios
Altísimo!’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 55)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“‘El creyente siempre está en el bienestar, la tranquilidad y la
Misericordia de Dios, mientras no se apresure (impacientándose).
Si hace esto, desespera y abandona la súplica’. (El narrador pre-
guntó): Le dije (al lmam -P-): ‘¿Cómo se apresura?’. Contestó (P):
‘Diciendo: En verdad he suplicado constantemente aquí y allá, más
no vi ninguna respuesta’”.
(“Al Bahar”, tomo XLIII, pág. 374)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“La desesperación de la Misericordia de Dios, Poderoso y Majes-
tuosos, es más fría que el hielo”.
(“Amale Saduq”, pág. 217)
5.- Del Imam Sayyad (P):
“(¡Oh, Dios!) No me hagas perder la esperanza en Ti de tal modo
que la desesperanza de Tu misericordia domine sobre mí”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 348, súplica nº 47)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sé respecto de aquello de lo que no tienes esperanza, más esperan-
zado que para aquello en lo que tienes esperanza”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 148)
7.- Del Imam Rida (P), de sus ancestros, del Profeta (PBd):
“Dios. Bendito y Exaltado, ha dicho: ‘¡Oh, hijo de Adán! Que el
pecado de la gente no te distraiga de tu pecado, ni la merced de la
gente de la Merced de Dios para contigo. Y no hagas desesperar a
la gente de la Misericordia de Dios Altísimo, mientras tú la esperas
para ti mismo’”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 388)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“Amir al Mu’minin (P) vio en un hombre señales de temor, y le
preguntó: ‘¿Qué te sucede?’ Le contestó: ‘En verdad temo a Dios’.
Entonces le dijo (P): ‘¡Oh, siervo de Dios! Teme a tus pecados y
teme la justicia de Dios hacia ti, en cuanto a la opresión que ejer-
ces sobre Sus siervos. Obedécelo en aquello que te impuso y no lo
desobedezcas respecto de lo que sirve a tu corrección.
Luego, ¡no temas a Dios después de esto! Porque en verdad que
Dios no oprime a nadie ni castiga nunca a nadie más de lo que se
merece. Mas teme la mala consecuencia que consiste en transformar
(tu estado).
Entonces, si quieres que Dios te proteja de la mala consecuencia,
debes saber que lo que haces del bien es un favor de Dios y Su Éxito,
mientras que lo que cometes del mal, es un plazo concedido por Dios,
una tolerancia y una despensa hacia ti”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 392)
Capítulo XIX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“De ser posible, aumenten su temor de Dios. No obstante, tengan
una buena opinión sobre Él y tengan esperanza. Por lo tanto, de-
ben armonizar entre ambos (el temor y la esperanza), pues sólo es
buena la opinión de su Señor en el siervo en la medida de su temor
a Él. Realmente las personas que mejor opinión tienen de Dios son
quienes más Le temen”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 887)
2.- Del lmam ‘Ali (P):
“Con temor, se realiza la acción correctamente”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 90)
3.- Del Imam Sadiq (P), cuando le comentaron que un grupo de sus ami-
gos cometían desobediencias diciendo “Tenemos esperanza”. Entonces dijo:
“Ellos mienten. No son nuestros amigos. Son un grupo que prefirió
para sí mismo a los deseos. Quien espera algo, se levanta para obrar
por ello, y quien teme algo, escapa de él”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 68-69 y 343)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Cuídense de la mentira! Pues cada esperanzado es buscador, y
cada persona temerosa es fugitiva”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 68-69 y 343)
5.- Del lmam ‘Ali (P):
“La mejor acción es el equilibrio entre el temor y la esperanza”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 174)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Decía mi padre (P): ‘No hay ningún siervo y creyente en cuyo
corazón no existan dos luces: la del temor y la de la esperanza. Si
las pesara, no encontraría a una mayor que la otra’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 67)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“El temor es como una cárcel para el alma, que le impide pecar, y
un impedimento contra las desobediencias”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 51)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“No seas de las personas que espera el otro mundo sin practicar”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.160)
9.- Del Imam ‘Ali (P):
“La esperanza de todo esperanzado se reconoce en su acción, ex-
cepto la esperanza en Dios cuando ella no es pura. Y cada temor se
manifiesta, excepto el temor de Dios cuando es débil. (El hombre)
tiene esperanza en Dios respecto de lo importante, y tiene esperanza
en los siervos respecto de lo pequeño. Entonces brinda a los siervos
aquello que no le brinda al Señor. Igualmente, si él teme a uno de
Sus siervos le da por su temor lo que no le brinda a su Señor. En
consecuencia, él hace efectivo su temor a un siervo, mientras el temor
a su Creador es crédito y promesa”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 505)
10.- Del Imam Sadiq (P):
“Nadie es creyente hasta ser temerosos y esperanzado. Y no es
temeroso y esperanzado hasta que practique de acuerdo a lo que
teme y espera”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 170)
11.- Del Imam Sadiq (P):
“Ten esperanza en Dios de una manera que no te permita atreverte
a desobedecerlo. Y teme a Dios de forma tal que no te desespere de
Su Misericordia”.
(“Amale Saduq”, pág. 13)
12.- Del Imam Sadiq (P):
“El temor (al Castigo de Dios) es guardián del corazón (y vigilia
que no caiga en pecados ni sea negligente) y la esperanza (en la
Misericordia de Dios) es intercesor del alma. Quien conoce a Dios,
tiene miedo y esperanza de ÉL Estas son dos alas para la fe, con
las que el siervo auténtico vuela hacia la Complacencia de Dios, Y
dos ojos para su intelecto, con los que observa la Promesa de Dios
y Su Conminación.
El temor es la señal que muestra la Justicia de Dios e impide el
Castigo. Y la esperanza convoca hacia el Favor de Dios y vivifica el
corazón. El temor mata al ego. Dijo el Profeta (PBd): ‘El creyente
se encuentra entre dos temores: el temor por lo que pasó y el temor
de lo que sucederá’. En la muerte del ego esta la vida del corazón, y
con ésta se llega a la resistencia. Quien adora a Dios según la medi-
da del temor y la esperanza, no se extravía y alcanza sus anhelos”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 390-400)
13.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien conoce a Dios, le teme, y quien teme a Dios, es impulsado
por su temor a poner en práctica Su obediencia y es educado con
Su educación”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 390-400)
Capítulo XX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del profeta (PBd), de Abu Dharr al-Gafari quien narró:
“Ha dicho el Mensajero de Dios (PBd): ‘Por cierto que para cada
verdad hay una realidad. Y no llega un siervo a la realidad de la
sinceridad hasta que no deteste que lo elogien respecto de aquello
que realiza”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 10)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien prefiere las alabanzas de Dios a las alabanzas de la gente,
Dios lo hace autosuficiente de la gente”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 304)
3.- Del Profeta (PBd):
“No realicen ningún bien por ostentación, ni lo abandonen por
vergüenza”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 47)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Que no te impida hacer el bien quien no te lo agradece, pues te lo
agradecerá Aquel que no se beneficia en nada con él. Tú obtienes
con el Agradecimiento del Agradecido mucho más de lo que te hizo
perder el ingrato. Y Dios ama a los benefactores”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.179)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“No abandones el bien, aunque no encuentres quien lo aprecie”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 233)
6.- Del Imam Sadiq (P), de su padre (P), que el Profeta (PBd) ha dicho:
“Para el ostentador existen tres señales: es vago cuando está sólo;
activo cuando está con alguien y le gusta ser alabado en todos sus
asuntos”.
(“Qurbul Asnad”, pág. 22)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Verdaderamente el amor a los cargos y a la fama no existe en el
corazón del temeroso (de Dios)”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 69)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Toda ostentación es asociación. Así la recompensa de quien obra
para la gente está en manos de la gente y, en cambio, la recompensa
de quien obra para Dios le concierte a Dios”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 293)
9.- Del Imam Sadiq (P), sobre el Dicho de Dios, Poderoso y Majestuoso:
“Por tanto, quien tenga esperanza de encontrarse con su Señor que obre
rectamente y que no asocie a nadie en la adoración a su Señor”1, dijo (P):
“Un hombre que obra buscando la recompensa y no la Complacen-
cia de Dios, sólo busca el elogio de la gente, deseando que ellos
hablen sobre él. Este es quien comente asociación en la adoración
de su Señor”.
Luego agregó (P):
“No hay un siervo que oculte un bien y en el transcurso de los días
Dios lo manifieste, ni hay siervo alguno que oculte un mal sin que
en el transcurso de los días, Dios lo ponga en evidencia”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 293-294)
10.- Del Imam Baqir (P):
“(Dijo el Imam -P-) ‘No existe entre la verdad y la falsedad más que
un poco de intelecto’. Se le preguntó: ‘¿Cómo es esto, oh, hijo del
Mensajero de Dios?’. Respondió (P): ‘Porque el siervo realiza una
acción en la cual está la Complacencia de Dios, pero él la hace para
otro que Dios, aunque si lo hiciera sinceramente para Dios podría
alcanzar lo demás’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 299)
11.- Del Profeta (PBd):
“Una devoción recibe mayor recompensa cuanto más oculta esté”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 58)
12.- Del Imam Rida (P), de sus ancestros (P):
“‘Ali ibn Abu Talib (P) dijo: ‘Es de los tesoros del Paraíso el ocultar
la acción, perseverar frente a las dificultades y ocultar las desgra-
1 Corán, 18:110.
cias’”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 251)
13.- Del Imam ‘Ali (P):
“Mejor que el desapego es su ocultamiento”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.098)
14.- Del Imam Al-Askari (P):
“Dijo ‘Ali ibn Husein (P): ‘Detesto adorar a Dios por mis objetivos
y Sus recompensas, pues sería como un siervo ávido y obediente,
que si codicia algo, practica, de lo contrario no lo hace. Y detesto
adorarlo por temor a Sus siervos, como un siervo malo que si no es
por el temor, no practica’. Le preguntaron: ‘Entonces, ¿por qué le
adoras?’. Contestó (P): ‘Debido a que Él es Digno de ello, por Sus
Mercedes y todo lo que me concede’”.
(“Al Bahar”, tomo LXX, pág. 198)
15.- Del Imam ‘Ali (P). Cuando subyugó a ‘Amr ibn Abdu Uadd pero no
lo mató, alejándose de él, al volver para hacerlo, el Profeta (PBd) le preguntó
sobre esto y contestó (P):
“Había insultado a mi madre y escupido mi rostro. Entonces temí
que si lo matase en ese momento, fuera para mi propia alma (y no
por Dios). Por lo tanto, me alejé hasta que se clamó lo que estaba
en mí, y luego lo maté en el camino de Dios”.
(“Al Mustadraq”, tomo III, pág. 220)
Capítulo XXI
El camino de retorno
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), de lo que acostumbraba a decir el Mensajero de
Dios (PBd):
“La pesadumbre es arrepentimiento”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 349)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo Amir al Mu’minin (P): ‘La pesadumbre por una maldad con-
voca a su abandono’”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 349)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien se alegra de su buena acción y se apena por su acción mala,
es creyente”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 349)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“El fruto del arrepentimiento es la recuperación de aquello que,
debido a la negligencia, el alma había perdido”.·
(“Gurarul Hikam”, pág. 159)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“El arrepentimiento es el pesar en el corazón, el pedido de perdón
en la lengua, la abstención de los miembros y la determinación de
no reincidir”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 53-54)
6.- Del Imam Baqir (P):
“¡Por Dios! Sólo se libra del pecado aquel que lo reconoce”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 345)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“No desesperes a ningún pecador pertinaz, ya que muchos de los
pecadores tuvieron un buen final y muchos de aquellos que se dirigían
hacia el bien, fueron corruptores al final de sus vidas”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 72)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que hoy es día de preparar las monturas, mientras que ma-
ñana es día de competencia. El objetivo de esta competencia es el
Paraíso, el fracaso es el Infierno. Entonces, ¿no hay alguien que se
arrepienta de su pecado antes de que le llegue su muerte? ¿Acaso
no hay quien se dedique a trabajar para su propia alma antes de la
llegada del Día de la desgracia?.
Sepan que ustedes están en los días del deseo, luego de lo cual está
el destino. Entonces, quien practica en sus días de deseo antes de que
se le presente su destino, ciertamente es beneficiado por su acción y
su muerte no lo perjudica. En cambio, quien se descuida en sus días
de deseo antes de la llegada de su destino, su acción se pierde y su
muerte lo perjudica. Por consiguiente, ¡levántense para trabajar,
tanto cuando estén alegres como cuando se encuentren apenados!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 98)
9.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Me excuso ante Ti por un oprimido que fue tratado in-
justamente ante mi presencia sin que yo lo ayudara; de un beneficio
que me fue otorgado sin que yo la agradeciera, por un malvado que
se excusó conmigo y me pidió perdón sin que yo aceptara su excu-
sa; por un pobre que me pidió algo sin que yo le diera preferencia
sobre mí; por el derecho de un creyente que haya quedado sobre mí
sin que yo lo restituyera; por el defecto de un creyente que se haya
manifestado ante mí sin que yo lo ocultara y por todos los pecados
que hayan surgido ante mí sin que yo los evitara.
¡Oh, Dios mío! Me excuso ante Ti por todo lo que he mencionado
y por sus semejantes, con una excusa con remordimiento que sea
para mí como un consejero frente a lo que acontece y surge de sus
semejantes.
Entonces, bendice a Muhammad y a su familia, y haz que mi remor-
dimiento por los deslices en los que he caído y mi decisión de aban-
donar los pecados que surjan para mí sea como el arrepentimiento
que produce en mí Tu amor. ¡Oh, Quien ama a los arrepentidos!”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 250-253, súplica nº 38)
10.- Del imam Sayyad (P):
“Este es el estado de quien reconoce la abundancia de las Mercedes,
acepta el descuido y testifica en contra de sí mismo en la perdición.
Por otro lado, Tú eres Benevolente, Misericordioso, Benefactor,
Generoso”.
(“Mafatih ul Yinan”, pág. 122)
11.- Del Imam Sayyad (P):
“He venido a Ti reconociendo el delito y la maldad que he come-
tido en contra de mí mismo. He venido a Ti esperando Tu inmensa
dispensa con la cual perdonas a los pecadores”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 364, súplica nº 48)
12.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! En este estado me arrepiento ante Ti de mis grandes
y pequeños pecados, de mis desobediencias secretas y públicas y
de mis deslices pasados y presentes, un arrepentimiento que no me
deje pensar más en los pecados ni en cometer errores nuevamente.
Y Tú Mismo has dicho, ¡oh, Dios mío!, en Tu libro consolidado,
que Tú aceptas el arrepentimiento de Tus siervos, que perdonas los
pecados y que amas a los arrepentidos1. Por lo tanto, acepta mi
arrepentimiento tal como has prometido, dispensa mis pecados tal
como has garantizado y haz obligatorio Tu amor hacia mí tal como
has dispuesto y prometido.
Mi obligación para Contigo, ¡oh, Señor!, es que no regresaré a lo
que Te disgusta; mi garantía es que no retornaré a lo que produce Tu
reproche, y mi pacto consiste en que abandonaré toda desobediencia
a Ti, alejándome de ella”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 208- 209, súplica nº 31)
13.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios mío! Me han cubierto los pecados con las ropas de la
humillación, me han vestido alejándome de Ti con la vestimenta de
la pobreza y ha matado mi corazón mi gran crimen, entonces vivifí-
came a través del arrepentimiento, ¡Oh, mi esperanza, mi deseado!
¡Oh, mi objetivo y mi amado!”.
(“Mafatih ul Yinan”, pág. 118, de la súplica de los arrepentidos)
14.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios mío! Sí, es feo el pecado de Tu siervo, pero es bello el
perdón de Tu parte”.
(“Mafatih ul Yinan”, pág. 118, de la súplica de los arrepentidos)
1 En referencia a Corán, 42:25 y 2:222.
Capítulo XXII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! ¡Pídele cuentas a tu alma antes de que te las exijan
a ti! Pues ciertamente eso facilitará tu cuenta mañana. ¡Pesa a tu
alma antes de que te pesen a ti! Y prepárate para la Gran Exposición,
un Día en que serás expuesto (a Dios). Nada se le oculta a Dios.
¡Oh, Abu Dharr! El hombre no está entre los temerosos hasta que
pida cuentas a su propia alma más firmemente que el reclamo de
un socio a otro, y así pueda conocer si su aliento, su bebida y su
vestimenta provienen de lo lícito o de lo ilícito.
¡Oh, Abu Dharr! A quien importancia no da al importancia al origen
de sus bienes, Dios no dará sitio por donde lo introducirá al Fuego”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 379)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que no es insignificante aquello que perjudica en el Día del
Juicio Final, ni tampoco lo es aquello que beneficia en el Día del
Juicio Final. Por lo tanto, compórtense respecto de aquello de lo
que Dios ha informado como quien lo está observando”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 284)
3.- Del Imam Al-Askari (P), en su exégesis del Sagrado Corán, de sus
padres, de ‘Ali (P), del Profeta (PBd), quien dijo:
“‘El más perspicaz de los perspicaces es quien considera las cuentas
de su alma y obra para después de la muerte’. Entonces un hombre
preguntó: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! ¿Cómo se pide cuentas a sí
mismo?’.
Explicó (P): ‘Cuando amanece y luego anochece, se ensimisma
diciendo: ¡Oh, alma mía! Este día ha pasado para ti y nunca más
regresará a ti. Dios te interrogará respecto de lo que ha trascurrido,
¿Qué estuviese haciendo en él? ¿Recordaste a Dios y lo alabaste?
¿Has cuidado, en su ausencia, a su familia y sus hijos? ¿Has cuidado,
a su muerte, de sus parientes? ¿Te abstuviste de murmurar contra
un hermano creyente? ¿Has ayudado a algún musulmán? ¿Qué has
hecho en este día?.
Entonces recuerda todo lo que en él realizó. Si recuerda que de él
hubo surgido algo bueno, alaba a Dios y Lo engrandece sobre su
éxito. Y si recuerda una desobediencia y una negligencia, pide el
perdón de Dios y toma la determinación de no reincidir’”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 379-380)
4.- Del Imam ‘Ali (P), en su carta a Malik al-Ashtar, gobernador de Egipto,
conocida como “Consejos para un buen gobierno”:
“Cuídate de apropiarte de aquello a lo que la gente tiene derecho de
ser desatento respecto de las pesadas responsabilidades que están
a tu cargo, las cuales son evidentes. Pues has sido asignado en este
puesto para servir a los demás, y pronto se correrán los velos de tus
asuntos y serás juzgado por los oprimidos.
(¡Oh, Malik!) ¡Domina tu ira, la violencia de tu cólera, el embate de
tu mano y la impavidez de tu lengua! Cuídate de todo esto mediante
la represión de ti mismo y la contención de tu poder, hasta que se
calme tu enojo y domines tu fuerza. Y no podrás consolidar todo esto
en tu alma hasta que acrecientes tu tristeza por medio del recuerdo
del retomo a tu Señor”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.031)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si llegasen a conocer aquello que yo conozco, lo cual está oculto
para ustedes, saldrían hacia el camino y llorarían por sus accio-
nes; se golpearían a sí mismos y dejarían sus bienes sin vigilancia
ni administrador; cada hombre se preocuparía por sí mismo y no
consideraría a los demás. Pero ustedes olvidaron aquello que les he
recordado y se confiaron demasiado respecto de aquello que les he
advertido. En consecuencia, se quedaron perplejos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 364)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si hubieran percibido aquello que vio quien de ustedes ha muerto,
exteriorizarían la angustia, temerían, escucharían y obedecerían.
Pero lo que ellos han visto está oculto para ustedes. Mas pronto se
correrán los velos. En verdad, se les ha mostrado, si hubieran sido
perceptivos; se les ha comunicado, si hubieran escuchado; y se les
ha guiado, si se hubieran encaminado. Con la verdad les hablo:
los ejemplos les han informado claramente las consecuencias y les
alejaron de las maldades. Y no predican de parte de Dios, después
de los Mensajeros celestiales, sino los hombres”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 79)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“La Promesa del Día de Juicio Final se ha concretado ya para ellos
(los creyentes). Pues es como si ellos hubieran descorrido los velos
que esto tiene para la gente del mundo, al punto que pudiesen ver
lo que los hombres no perciben y oír aquello que ellos no escucha.
Si te imaginaras mentalmente sus jerarquías selectas y sus sitiales
definidos, y que al abrirse el registro de sus acciones, preparado
para rendir cuentas respecto de todo lo pequeño y lo grande que les
había sido ordenado pero sin embargo abandonaron, y sobre aquello
que les había sido vedado y sin embargo realizaron reiteradamente,
entonces cargan sus pesadas acciones sobre sus espaldas sin poder
arrastrarlas, llorando intensamente, gritando fuertemente, invocan-
do a su Señor apesadumbradamente y reconociendo sus pecados, en
consecuencia (al imaginarte todo esto), repararías en las señales de
la buena guía y en las lámparas luminosas que son rodeadas por los
ángeles, descendiendo el sosiego”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 704)
8.- Del lmam ‘Ali (P):
“Las acciones de los siervos en este mundo se corporizarán en el
otro mundo ante sus ojos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 47)
9.- Del Imam Yauad (P), de sus ancestros (P), de ‘Ali ibn Husein (P),
quien dijo:
“Cuando se complicó el asunto para Husein ibn ‘Ali (P) (en la jor-
nada de Ashura), las personas que estaban a su lado lo observaron,
viendo que su estado (P) era diferente al de ellos. Pues cada vez que
la situación se endurecía, ellos empalidecían, sus miembros tembla-
ban y el miedo se infundía en sus corazones. En cambio Husein (P)
y algunos de sus íntimos que lo acompañaban, tenían sus rostros
brillantes, sus miembros firmes y sus almas tranquilas. Entonces
ellos comentaban entre sí: ‘¡Observen cómo no le da importancia
a la muerte!’.
Y Al Husein (P) les dijo: ‘¡Tengan paciencia, oh, hijos de hombres
notables! La muerte no es más que un puente que les transporta
desde las desgracias y dificultades hacia los amplios jardines y las
mercedes incesantes. ¿Quién de ustedes detesta que lo trasladen
de una cárcel a un palacio? En cambio, ella es para sus enemigos
como alguien que los transporta desde un palacio hacia una cárcel”.
(“Al Bahar”, tomo XLIV, pág. 297)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“En cuanto a la opresión que no será desatendida (en el Día del
Juicio Final), es la que ejercen los siervos mutuamente. El Talión allí
es muy fuerte. No se trata meramente de una herida con un cuchillo
o un golpe con un látigo, los· cuales resultan insignificantes frente a
él. Ciertamente cuando Dios, Bendito y Exaltado Sea, se manifieste
para Su creación, jurará por Sí Mismo diciendo: ‘¡Por Mi Poder y Mi
Majestad! No he de desconsiderar la opresión de un opresor, aunque
se trate de una palmada sobre una palma, o el roce con la mano, o
la cornada de una oveja astada a otra sin cuernos’. Entonces Dios
aplicará el Talión para Sus siervos, unos contra otros, hasta que no
quede una injusticia para nadie ni ante ninguno”.
(“Al Bahar”, tomo VII, pág. 265)
11.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Provéenos con el temor del castigo conminante y el
anhelo de la recompensa prometida, para que nosotros podamos
encontrar el placer de aquello por lo cual Te suplicamos y la más
fuerte tristeza (castigo infernal) por lo cual nos refugiamos en Ti”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 311, súplica nº 45)
12.- Del Imam Sayyad (P):
“Por Tu amparo evitamos el Gran Lamento, la Gran Desgracia y la
peor Desdicha (es decir, del Día del Juicio), la mala consecuencia,
el privarnos de la recompensa e incurrir en el castigo.
¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y ampara a mí y a
todos los creyentes y todas las creyentes en Tu misericordia. ¡Oh, el
más Misericordioso entre quienes tienen misericordia!”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 85, súplica nº 8)
Observaciones de la Cuarta Sección
Nada en este vasto mundo carece de objetivo y razón de ser. Este propó-
sito se percibe en todos los aspectos y partes del mundo, desde el átomo hasta
las galaxias. Pues todos siguen sus leyes especiales y trabajan en un marco
ordenado para llegar a perfectos objetivos definidos.
De acuerdo a esto, el mundo se presenta como un conjunto armonioso
donde cada parte tiene una finalidad. No se trata de un asunto como describe
el poeta perplejo (y extraviado):
“Vine. No sé de dónde, pero vine.
Vi delante mío un camino y entonces caminé”.
No. Los asuntos de este mundo no son así de simples, de modo que baste
una pregunta y la simulación. El prudente no percibe una gota en un río o una
partícula en el aire sin captar a la vez la sabiduría y disposición que tienen, su
camino y objetivo. Y cuanto más grandes son las cosas, mayor es el objetivo
de su existencia. Así el ser humano posee en su vida grandes y sabios objeti-
vos dispuestos por la mano del Todopoderoso. Por eso debe marchar junto a
los demás elementos que apuntan al mismo fin excelente, por el cual ha sido
creado tanto el hombre como el mundo.
El camino de regreso
Aquel que cree que el hombre resulta una combinación entre cuerpo y
alma, sabe que no será aniquilado después de la muerte natural, sino que, por
el contrario, permanecerá y continuará su existencia de otra manera. Y sabe
que la muerte no es el fin, sino el principio de una vida mucho mejor, perfecta
y sutil. Este mundo perecedero -en el cual la existencia humana comienza
con el nacimiento y concluye con la muerte -no es más que un negocio para
que el hombre gane en él y adquiera una provisión que le permita transitar el
difícil camino posterior a la muerte, así, el hombre en la otra vida se encuentra
junto a sus obras y por ellas será retribuido: si fueran buenas se le otorgará lo
bueno, y si resultasen malas, recibirá lo malo.
Entonces, lo que se acerca al hombre acompañándolo en aquella vida,
no será sino lo que obtuvo en ésta. Si realizó el bien y fue piadoso, se acer-
cará a lo que hizo hasta unirse con ello, y estar tranquilo cuando observe sus
buenas acciones, sabiendo que llevo consigo lo que Dios le ha encomendado.
Entonces, estará feliz por esto, y además entrará al paraíso preparado para los
temerosos. En cambio, si fue corrupto y cometió inmoralidades, adquiriendo
las maldades y los defectos, se le retribuirá por lo que hizo. Entonces vivirá
con eso y será desgraciado al contemplar sus obras malas, entrando además al
Infierno, que es una pésima morada. De esta manera, en la otra vida hay una
continuidad tangible, corporización Y realización de la vida de este mundo.
Esta creencia trae como resultado la deducción de, al menos tres cuestiones
importantes y grandiosas, que son las siguientes:
Primero: Esta creencia obliga al hombre a observar de forma positiva la
presente vida, como algo dulce y fructuoso, tal si fuera una plantación para
el otro mundo. En consecuencia, él debe aprovechar muy bien esto, librando
a su alma de la vagancia, la desesperanza y el pesimismo, y prepararse para
sacar utilidad de todo su tiempo, dones, energías y capacidades.
Segundo: Asimismo, dicha creencia obliga al hombre a prepararse to-
talmente para aceptar las pesadas responsabilidades y ser activo, fructífero y
positivo. Pues él sabe que la cuestión no concluye con estos días pasajeros,
sino que continúa en otro mundo eterno, donde se lo juzgará con equidad, con
un argumento ineludible, y en donde el lamento será perpetuo y la retribución
cumplida.
Cuando todo esto proviene del pensamiento y la certeza, transforman al
hombre en una ideal, como un ser con un objetivo que no se satisface con
una escasa acción, sino que se esfuerza con denuedo en completar todas las
posibilidades de las virtudes y bienes.
Tercero: De aquí se resuelve para el ser humano el gran enigma de la
existencia, manifestándosele el gran secreto de la vida.
Sección Quinta
Esquema general
La justicia social
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Luego Dios Altísimo ha enviado a Muhammad (PBd) a fin de sacar a
Sus siervos de la adoración mutua hacia Su adoración, de los pactos
recíprocos hacia Sus pactos, de la obediencia, y de la soberanía de
los siervos hacia Su soberanía”.
(“Al Uafi”, tomo III, pág. 22)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios, Glorificado Sea, ha enviado a Muhammad (PBd) cuando
no había nadie entre los árabes que leyera un libro ni pretendiera
la Profecía. Entonces encaminó a la gente hasta que ocuparon su
lugar (en la jerarquía humana) y los llevó a un refugio seguro. Así
enderezó sus lanzas (es decir, corrigió sus defectos), confirmando y
asegurando sus estados y situaciones. Por Dios, que he protegido
este movimiento correcto hasta que las dificultades desaparecieron,
sin debilitarme ni asustarme. Y me encuentro ahora en el mismo
camino que entonces”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 111)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“He sido un buen vecino para ustedes. Cuidé sus espaldas y los
libré del lazo de la humillación y de las cadenas de la opresión, en
agradecimiento de parte mía por el exiguo bien que me hicieron, y
como una forma de pasar por alto aquello que estaba a la vista y
que los sentidos podían captar1”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 501-502)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Así se sucedieron los ciclos y transcurrieron los tiempos, pasaron
los padres y los reemplazaron los hijos, hasta que Dios, Glorifica-
do Sea, envió a Muhammad (PBd) como un Mensajero Suyo, para
que cumpla su Promesa, complete su Profecía y el pacto que había
tomado de los Profetas de la misma (es decir, sobre la Profecía de
Muhammad y su surgimiento). Sus cualidades (PBd) eran conocidas
por ellos (es decir que todos los Profetas anteriores conocían las
características de Muhammad). Su nacimiento fue noble.
En esa época, la gente de la tierra se hallaba separada en naciones.
Los deseos dispares y los rumbos diferentes. Algunos asemejaron a
Dios con Su creación. Otros en Su nombre se extraviaron. Algunos
señalaron a otros aparte de Él. Entonces (Dios) les encaminó con
el Profeta (PBd) (sacándoles) del extravío y rescatándolos de su
estado de ignorancia”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 35)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo ha enviado en un momento en que no había ningún Profeta.
Las naciones llevaban mucho tiempo adormecidas y abocadas a
los crímenes y a diferentes asuntos, continuamente enardecidas en
guerras. El mundo entero carecía de luz. En un momento en que sus
hojas amarilleaban, sus frutos se estropeaban, las fuentes se secaban
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Dios! Tú sabes bien que no hicimos lo que hicimos disputando
el poder, ni tampoco en procura del excedente de los bienes efímeros
del mundo. Por el contrario, fue para devolver los signos de Tu re-
ligión, descubrir la corrección en Tus ciudades, dar seguridad a los
oprimidos de Tus siervos y para que se lleven a cabo Tus leyes aban-
donadas. ¡Oh, Dios! Yo soy el primero que retornó, oyó y respondió.
Nadie me aventajó en la oración, excepto el Mensajero de Dios”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 406-407)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Ante mí, el humillado (u oprimido, que ha perdido algún derecho)
es puesto en alta estima (en una posición de privilegio) hasta que
recupere para él su derecho, y el poderoso (que ha usurpado algún
derecho ajeno) es puesto en una posición débil hasta que le hago
restituir los derechos (forzándolo a que los cumpla y respete)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 121)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Vuestro juramento a mí no es precipitado, ni son iguales mi asunto y
el vuestro. Yo os quiero por Dios y vosotros me queréis para vosotros
mismos. ¡Oh, gente! ¡Ayudadme por sobre vuestras propias almas!
¡Por Dios!, que he de juzgar equitativamente entre los oprimidos y
sus opresores, tomando al injusto por sus riendas hasta introducirlo
en la fuente de la verdad, a despecho suyo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 417)
4.- Del Imam Husein (P):
“¡Oh, Dios! Tú sabes bien que no hicimos lo que hicimos disputando
por el poder, ni tampoco en procura del excedente de los bienes efí-
meros del mundo. Por el contrario, fue para devolver los signos de
Tu religión, descubrir la corrección en Tus ciudades, dar seguridad
a los oprimidos de Tus siervos y para que se apliquen Tu obligación,
Tu tradición y Tu mandato. Por lo tanto, si no nos ayudan y no son
equitativos con nosotros, los opresores - les dominarán y actuarán
para pagar la luz de vuestro Profeta. Y Dios nos es suficiente. En Él
confiamos, a Él nos volvemos y hacia Él es el retomo”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios, Poderoso y Majestuoso, reveló a uno de Sus Profeta s en un
país de uno de los opresores: ‘Ve hasta el opresor y dile: No te he
dado poder para derramar sangre y usurpar los bienes. Sólo te he
dado poder para que alejes de Mí las voces de los oprimidos. Pues
Yo no los dejaré en la opresión, aunque sean incrédulos’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 333)
Capítulo VI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Que el más noble de Tus saludos y la más abundante de Tus bendi-
ciones sean para Muhammad, Tu siervo y Tu Mensajero, el Sello de lo
que pasó (la Profecía), llave de lo que estaba cerrado, manifestador
de la verdad con la verdad, repulsor de las fuerzas de la falsedad, y
aniquilador del ímpetu del extravío.
Cuando se le impuso (la Profecía), entonces la asumió, consagrán-
dose a Tu Orden, dispuesto para Tu Complacencia. Nunca se debi-
litó ni un sólo paso, ni flaqueó en su voluntad. Conservador de Tu
Revelación, guardián de Tu Pacto, insistente en cumplir Tu Orden al
punto que avivó las llamas del fuego e iluminó el sendero para los
extraviados. Con él (PBd) se encaminaron los corazones después de
haber estado sumergidos en tentaciones y pecados. Estableció las
banderas claras y las leyes definidas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 186)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo envió como convocador hacia la verdad y testigo sobre la crea-
ción. En consecuencia, propagó los Mensajes de su Señor sin fatiga
ni negligencia, combatiendo en el camino de Dios a Sus enemigos sin
debilidad y sin excusarse. Es una guía de los piadosos y una visión
de los encaminados”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 363)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“En la jornada de Badr, mientras nos refugiábamos en el Profeta
(PBd), estando él más próximo al enemigo que ninguno de nosotros
y siendo el más fuerte de la gente en aquel día de valentía”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 17)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Estábamos en el fragor de la dificultad, cuando los dos grupos
se enfrentaron. Nos escudamos en el Mensajero de Dios, mientras
ninguno estaba más cerca del enemigo que él”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 17)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios impuso a Su Mensajero lo que no encomendó a nadie de Su
creación. Le impuso que si no llegaba a encontrar a un grupo que
combatiera junto a él, saliese solo contra toda la gente. Y no impuso
esto a nadie más en Su creación antes ni después de él”. Luego (el
Imam Sadiq) recitó la siguiente aleya: ‘Así pues ¡Combate por la
causa de Dios! No eres responsable más que de ti mismo’1.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 274-275)
1 Corán, 8:84.
Capítulo VII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“He sido enviado para la enseñanza”.
(“Muniatul Murid”, pág. 16)
2.- De Jesús (P):
“En verdad os digo: ¿Para·qué os sirve un cuerpo cuando su apa-
riencia es saludable y su interior está podrido? ¿Y de qué os valen
vuestros cuerpos cuando (su apariencia) os asombra mientas su
corazón está corrompido? ¿Y de qué so aprovecha lavar vuestras
pieles mientras vuestros corazones están sucios?”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 380)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Entonces envió entre ellos a Sus Mensajeros. Mandó sucesivamente
a ellos a Sus Profetas para exigirles el Pacto de sus naturalezas
primigenias, y descubrir para ellos lo que sus intelectos habían
sepultado”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 38)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Y Muhammad es su siervo y Su Enviado. Lo ha enviado con la ver-
dad y la religión de la buena guía, para apartar por su intermedio los
defectos suyos, y para que a través de él despierten de sus descuidos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXIII, pág. 117)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“(Dios) Lo ha enviado cuando la gente se hallaba extraviada y
perpleja, sumida en la tentación, cautivada por los deseos y trasta-
billando a causa del orgullo.
Ellos eran menospreciados debido a la necia ignorancia y estaban
perplejos por la inestabilidad de los asuntos y las pruebas de la
necedad. Entonces él (PBd) se dedicó a recomendar y transitó sobre
el camino, convocando a la sabiduría y el buen consejo. Su morada
era la mejor residencia (La Meca) y su lugar de crecimiento era el
más noble (Medina).
(Surgió) desde las fuentes generosas y las cunas saludables. Se in-
teresaron por él los corazones de los justos y se desviaron hacia él
las miradas. Dios, por intermedio suyo, sepultó los rencores, pagó
los fuegos, estableció la hermandad (entre los creyentes), separó los
parentescos (con aquellos que no aceptaron la verdad), valorizó a los
humildes y menospreció a los poderosos. Sus palabra era evidente
y su silencio era expresivo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 282-283)
Capítulo VIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Juro por Quien partió la semilla y creó la creación que si hubieran
extraído la ciencia de su fuente, tomado el bien de donde correspon-
de, seguido el camino claro y marchado por el método auténtico,
entonces se habrían dilucidado para ustedes los senderos, se habrían
manifestado los signos e iluminado el Islam. Y no los abrumaría un
prevaricador ni sería humillado entre ustedes un musulmán o un
protegido”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 31)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Entonces ha enviado entre ellos a Sus Mensajeros y les ha mandado
sucesivamente a Sus Profetas, para tomarles el Pacto de su naturale-
za primigenia y recordarles lo que habían olvidado de Sus Mercedes,
argumentar en su contra mediante la difusión (del Islam), descubrir
para ellos lo que sus intelectos habían sepultado y mostrarles los
signos de Su Potencialidad = del techo elevado encima de ellos,
del lecho (extendido) bajo sus pies y del sustento que los vivifica”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 33)
3.- Del Imam ‘Ali (P), enumerando las cualidades del Profeta (PBd):
“Su comportamiento era equilibrado, y su conducta (sunnat), un
buen camino. Su palabra era clara y su decreto justo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 279)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¿Acaso no actué entre ustedes de acuerdo a la joya grande (el Sa-
grado Corán) y dejé la joya pequeña (la descendencia del Profeta
(PBd), e implanté las banderas de la fe, informe sobre los límites de
lo lícito y lo ilícito, los revestí con bondades a través de mi justicia,
extendí el bien entre ustedes con mi palabra y mi acción y les mani-
festé las características nobles de mi conducta?”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 215)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) ha dicho: ‘No hemos sido enviados
para acumular bienes sino, por el contrario, para gastarlos (en
favor de la gente)”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 183)
6.- Del Imam Sadiq (P) Respecto de Su Dicho, Exaltado Sea ‘¡Hazme
bendito donde me encuentre!’ dijo:
“Beneficioso (para la gente)”.
(“Al Bahar”, tomo XIV, pág. 210)
Capítulo IX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), de lbn Mas’ud quien narró:
“Un hombre se presentó ante el Profeta (PBd) para hablarle, y
comenzó a temblar. Entonces él (PBd) le dijo: ‘¡Cálmate! No soy
un rey. Sólo soy el hijo de una mujer que comía una comida simple
(carne seca al sol)’”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 14)
2.- Del Profeta (PBd), según narró Abu Dharr:
“He visto a Salmán y Bilal dirigiéndose hacia el Profeta (PBd).
Cuando Salmán se inclinó ante él, besándole su pie, el Profeta (PBd)
le vedó esto diciéndole: ‘¡Oh Salmán! No actúes conmigo como lo
hacen los extranjeros con sus reyes. Yo soy uno de los siervos de
Dios; me alimento de lo que come un siervo y me siento como se
sienta un siervo’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVI, pág. 63)
3.- Del Profeta (PBd):
“En cierta ocasión se apartó de sus mujeres por una causa y moraba
en el altillo. Omar fue a verlo y encontró que había en su casa una
piel maloliente y adobada para curtir, en tanto el Profeta estaba
durmiendo sobre una estera la cual había afectado su costado. En-
tonces Omar percibió el olor de la piel sin curtir y exclamó: ‘¡Oh,
Mensajero de Dios! ¿Qué es esta piel?’. Le contestó: ‘¡Oh, Omar!
Esto pertenece a la Gente de la Casa’. Y cuando el Profeta (PBd) se
1 Corán, 23:55-56.
asombran de estos dos? Me ponen una condición para mantener
mi poder y conservar mi reino, mientras ellos se encuentran en el
estado de pobreza y humillación que ustedes pueden ver. ¿Por qué
no llevan brazaletes de oro?’. De esta manera engrandeció el oro y
su acumulación y despreció la lana y su vestimenta”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 789-790)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Pero Dios, Glorificado Sea, hizo a Sus Mensajeros fuertes en sus
resoluciones y débiles ante la vista de la gente, con una satisfacción
que llena los corazones y los ojos de riqueza, y una indigencia que
colma las vistas y los oídos de perjuicio”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 792)
7.- Del Imam ‘Ali (P) describiendo al Profeta (PBd):
“Siempre comía sobre la tierra y se sentaba como un siervo. Remen-
daba a mano su sandalia y zurcía a mano su ropa. Montaba el asno
sin montura y llevaba a otros a la grupa.
Sobre la puerta de su casa había una cortina con un estampado, y
entonces dijo: ‘¡Oh, Fulana! (a una de sus esposas) ¡Apártala de
mi vista! Pues cuando miro hacia ella, recuerdo este mundo y sus
adornos’.
Salió de este mundo hambriento, y entró en el otro sano. No acu-
mulo absolutamente nada hasta recorrer su camino, y respondió al
llamado de su Señor.
Así la Merced de Dios para nosotros resultó muy abundante cuando
nos favoreció con él y nos adelantamos siguiéndolo, siendo un guía
en cuyas huellas colocamos nuestros pies.
¡Por Dios!, he remendado mi camisa hasta que sentí vergüenza de
seguir llevándola al sastre. Entonces una persona me dijo: ‘¿Por
qué no la tiras?’. Le contesté: ‘¡Apártate de mí! Pues en la mañana
se reconoce el valor de la marcha nocturna1’”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 509, 510 y 512)
1 Proverbio árabe que señala que después de soportar las dificultades, se obtienen las facili-
dades.
8.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) siempre comía como un siervo, se
sentaba como un siervo, y sabía que en verdad él era un siervo”.
(“Al Bahar”, tomo XVI, pág. 225)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“El Profeta (PBd) nunca comió reclinado desde el momento en que
Dios, Poderoso y Majestuoso, lo envió. Y detestaba asemejarse a los
reyes, por lo que nosotros no podemos hacer esto”.
(“Al Uasail”, tomo XVI, pág. 505)
10.- Del Imam Baqir (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) dijo: ‘Existen cinco cosas que no he
de abandonar hasta la muerte: comer sobre el suelo con los siervos,
montar el asno sin montura, ordeñar la cabra con mi mano, vestir la
lana y saludar a los chicos para que sea costumbre después de mí’”.
(“Al Bahar”, tomo XVI, pág. 99)
Capítulo XI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Dios! ¡Hazme vivir como un pobre, hazme morir como un
pobre y resucítame en el grupo de los pobres!”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 538)
2.- Del Profeta (PBd):
“La aproximación a Dios se logra a través del amor a los pobres y
el acercamiento a ellos”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 171)
3.- Del Profeta (PBd):
“La pobreza es mi gloria y con ella me enorgullezco”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 30)
4.- Del Profeta (PBd), según lo transmitió Abu Dharr:
“El Mensajero de Dios me recomendó siete cosas: que observe a
quien está debajo de mí y no a quien se encuentra encima mío; que
ame a los pobres y me acerque a ellos”.
(“Al Bahar”, tomo LXIX, pág. 388)
5.- Del Imam ‘Ali (P), del Profeta (PBd), de Dios Altísimo en la noche
del Mi’ray1:
“¡Oh, Ahmad! Mi amor es amor a los pobres. Entonces, ¡acércate
a ellos y aproxímate a sus reuniones! ¡Acércate! ¡Y aléjate de los
ricos, y apártate de sus reuniones! En verdad, los menesterosos son
Mis amados”.
(“Irshad al Qulub”, pág. 279-280)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Salomón (P) en cada amanecer escudriñaba los rostros de los
ricos y eminentes hasta que llegaba a los menesterosos, y entonces
se sentaba con ellos diciendo: ‘Yo soy un pobre con los pobres’”.
(“Al Bahar”, tomo XIV, pág. 83)
7.- Del Imam ‘Ali (P), según lo que transmitió el Imam Hasan ibn ‘Ali
(P) del legado de su padre en el momento de su muerte:
“Te lego, ¡oh, Hasan! la oración en su tiempo, la caridad a su gente
y en su lugar que ames a los pobres y te sientes con ellos”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 6)
8.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros, de Amir al Mu’minin, quien
1 El viaje celestial del Profeta (PBd).
dijo:
“El Mensajero de Dios (PBd) ha dicho: ‘¡Oh, ‘Ali! Dios ha otorgado
para ti el amor a los pobres y oprimidos en la tierra. Entonces, has
complacido con ellos como un hermano y ellos se complacieron
contigo como un líder. ¡Oh, ‘Ali! toda la gente que te ama es arre-
pentida, cuidadosa e indigente. ¡Oh, ‘Ali! tus hermanos son todos
hambrientos y puramente esforzados”.
(“Al Bahar”, tomo XXXIX, pág. 36)
Capítulo XII
Estar a su lado
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), respecto de Su Dicho, Exaltado Sea ‘Y se paciente
con quienes invocan a su Señor mañana y tarde’1:
“Algunos eminentes orgullosos se presentaron ante el Mensajero de
Dios (PBd) diciendo: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! Si te sentaras en un
sitio destacado y apartaras de nosotros estas personas que tienen
un olor desagradable y ropas de lana, entonces nos sentaríamos
contigo y aprovecharíamos de ti. Nada nos impide estar contigo,
excepto ellos’.
Cuando se reveló la mencionada aleya, el Profeta (PBd) se levantó
a buscar (a quienes habían sido despreciados por los ricos), encon-
trándolos en el fondo de la mezquita recordando a Dios. Les dijo:
‘¡Alabado sea Dios, Quien no me dio la muerte hasta ordenarme
que recogiera mi alma con hombres de mi comunidad! ¡Qué bueno
es vivir con ustedes y morir con ustedes!’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 2)
2.- Del Imam Profeta (PBd):
“Cuando el Mensajero de Dios (PBd) dividió el botín de Badr, Sa’d
ibn Abu Uaqqas le planteó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Acaso otorga-
rás a la caballería defensiva lo mismo que a los débiles?’. Entonces
el Profeta (PBd) le respondió: ‘¡Cállate! ¿Acaso han recibido ayuda
más que de los débiles?’”.
(“Al Bahar”, tomo XCVI, pág. 214)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando Jesús (P) se despidió de sus compañeros, los reunió y les
ordenó la atención a los oprimidos entre la gente, vedándoles acer-
carse a los opresores”.
(“Al Bahar”, tomo XIV, pág. 252)
1 Corán, 18:28.
1.- Sura Al-Qisas, El relato.
“Te recitamos la verdad sobre la historia de Moisés y el Faraón para
una gente que es creyente.
En verdad, el Faraón fue un tirano altivo en la Tierra. Dividió a la
gente de ella en grupos. Debilitaba a uno de ellos, degollando a sus
hijos y dejando con vida a sus mujeres.
Verdaderamente, él era de los corruptores. Nosotros quisimos favo-
recer a quienes habían sido desfavorecidos en la Tierra y les hicimos
dirigentes y les hicimos los herederos.
Y (quisimos) darles posición en la Tierra y hacer ver por medio de
ellos al Faraón, a Haman y al ejército de ambos aquello que temían”.
(28:3-6)
2.- Sura Ad-Dujan, El humo.
“En verdad, antes que a ellos pusimos a prueba al pueblo del Faraón
y vino a ellos un noble Mensajero: ‘Someteos a mí, siervos de Dios.
En verdad, yo soy para vosotros un Mensajero digno de confianza’”.
(44:17-18)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P):
“Guárdame de mirar a un pobre como si contemplara la ignominia
o de imaginar en un rico la superioridad. Porque el noble es aquel
a quien le has otorgado la nobleza en la obediencia a Ti, y el pode-
roso y glorioso es aquel a quien le has brindado poder y gloria en
Tu servidumbre”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, tomo I, pág. 239, súplica nº 35)
2.- Del Imam Sadiq (P), del Profeta (PBd):
“¡Oh, ‘Ali! Dios ha puesto la pobreza como depósito ante Su crea-
ción. A quien la oculta, Dios le otorga la recompensa de un ayunante
y de quien se levanta (por la noche a rezar). En cambio quien la
manifiesta ante aquel que pueda cubrir su necesidad pero no lo
hace, resulta aniquilado por éste, no con espada y lanza, sino por
el daño de su corazón”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 260-261)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“No se le ha otorgado de este mundo algo a un siervo sino para que
se aleccione, y no se le ha quitado nada de él sino como prueba”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 260-261)
Honrarlos
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Cuando el Profeta (PBd) llegó a Medina, tomaron de las riendas de
su camello. Entonces les dijo (PBd): ‘¡Déjenlo! Él está encargado (de
este asunto), y en la puerta ante la cual se eche, allí me hospedaré’.
Soltaron sus riendas, y el camello continuó su marcha hasta ingresar
en la ciudad y echarse frente a la puerta de Abu Aiiub al-Ansari,
la persona más pobre de Medina. El corazón de la gente estalló en
lamentos por la separación del Profeta (PBd)”.
(“Al Bahar”, tomo XIX, pág. 121)
2.- De Jesús (P):
“En verdad os digo: el ámbito del cielo está vacío de ricos, y es
más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que entre
un rico en el Paraíso”.
(“Udatul Dai”, pág. 113)
3.- Del Profeta (PBd):
“Quien menosprecia a un pobre musulmán, desestima el Derecho
de Dios. Entonces Dios lo despreciará el Día del Juicio, si no se
arrepiente”.
Y también:
“Quien honra a un pobre musulmán, encontrará a Dios el Día del
Juicio Final complacido con él”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 37)
4.- Del Imam Rida (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd): ‘Quien humilla a un creyente
o lo desprecia por su pobreza o por lo poco que tiene en su mano,
(Dios) lo expondrá a la vergüenza pública el Día del Juicio Final.
Luego lo deshonrará’”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 33)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Deben amar a los musulmanes indigentes! Pues quien los desprecia
y es orgulloso con ellos, se extravía en la religión de Dios. Y Dios
será Quien lo deshonre y deteste.
Nuestro padre, el Mensajero de Dios (PBd), ha dicho: ‘Mi Señor
me ordenó el amor a los menesterosos musulmanes’. Sepan que
aquel que desprecie a uno de los musulmanes, encontrará el odio y
desprecio de Dios, y hasta la gente lo despreciará. Pero Dios será
para él más Fuerte (que la gente).
Por consiguiente, ¡temed a Dios respecto de vuestros hermanos mu-
sulmanes pobres! Ellos poseen un derecho sobre ustedes, y consiste
en que deben apreciarlos, pues Dios ha ordenado al Profeta (PBd)
el amor a ellos. Aquel que no aprecia a quien Dios le ha ordenado
amar, entonces desobedece a Dios y a Su Enviado. Y quien desobe-
dece a Dios y a Su Enviado, y muere en esto, muere siendo de los
extraviados”.
(“Al Uafi”, tomo III, pág. 28)
Capítulo XIII
Los opulentos
Los opresores siempre -desde las épocas más remotas- han tiranizado a
la gente esclavizándolos y arrebatándoles sus derechos y libertades. Por otro
lado, los Profetas (P) siempre han actuado rechazando la acción enemistosa
de los déspotas, rescatando a la comunidad de sus garras.
Evidentemente que los poderosos, quienes han acumulado riquezas y
en cuyas manos se encuentran las riendas de los asuntos, no abandonan aquello
que poseen fácilmente. Por el contrario, ellos se esfuerzan por conservar
sus existencias y posesiones, aferrándose a distintos instrumentos y recur-
sos para desviar los pensamientos y adormecer las conciencias (de la gente).
Estas herramientas consisten en la revivificación de las tradiciones an-
cestrales y su preservación. Así es como estas costumbres caducas fueron
fraguadas por la mayoría de los tiranos, y por eso se dedican a conservarlas.
En efecto: la preservación de estas tradiciones y costumbres es el rasgo
más claro de la aristocracia y el arma más importante de los déspotas
y explotadores. Por eso las conservan y trabajan para eternizarlas en las
colonias y pueblos, manteniendo para su existencia la explotación y los
favores del nacionalismo, enfrentándose contra los movimientos libertadores
y revolucionarios. Así pues, los tiranos y opresores, cuando perciben el peli-
gro o ante el fracaso, se refugian en la revivificación de estas tradiciones,
renovando estas adornadas herramientas y restaurando estas erradas culturas
extraviadoras.
Por su lado los Profetas (P), como parte de sus obligaciones,obraron para
derrumbar estos débiles fundamentos y romper sus respectivos instrumen-
tos. De aquí que nos ha llegado el Libro Generoso (el Sagrado Corán)
y las Nobles Tradiciones (los hadices), advirtiendo sobre la necesidad
de despertar el entendimiento y estimulando a ello, a fin de combatir esta
maquinaria, y,por otro lado, procurando agudizar la conciencia del género
humano para rescatar las instituciones de los tentáculos de estos pulpos.
A nosotros nos basta mencionar algunas aleyas del Libro.
Los Profetas (P) han emprendido este objetivo con un esfuerzo abar-
cador y serio. Inclusive lo hicieron la cúspide de sus propósitos. Pues ellos
han sido enviados para rechazar las desgracias e infortunios de la vida del
hombre, para quitarles las cargas y las cadenas (que lo esclavizan), y para
llevar a la gente de la servidumbre de los hombres hacia la adoración de Dios
Altísimo. De esta manera podrá disfrutar de su libertad, sin someterse a
ninguno de los opresores y tiranos, sabiendo que él es un ser humano y
como tal posee su nobleza, su independencia y su jerarquía, y que el resto
de los hombres son iguales a él.
La Justicia Social
Entre las importantes enseñanzas de los Profetas (P) han traído y difun-
dido con vigor y firmeza, está el concepto de igualdad entre cada uno de los
hombres. Además han extendido el espíritu de hermandad en las sociedades
humanas. Ellos han enseñado a la gente que el hombre es hermano del hombre,
que todos son iguales con respecto a los derechos de la vida, y que cada ser
humano, sin distinción de raza o color, es como un miembro de una familia,
más aún: como un miembro de un mismo cuerpo.
La posición social de los Profetas (P)
Dios ha hecho surgir a los Profetas (P) entre los iletrados y la clase opri-
mida. Ellos han sido elegidos de la esencia pura de esta categoría. Se movieron
en un medio ambiente cuyo sustento era la pobreza y la estrechez. Allí fue
donde tuvieron lugar las señales positivas de los programas individuales y
sociales hacia los cuales estos convocadores reformistas invitaron. Y éste es un
rotundo éxito en la difusión y profundización de la corrección. Porque dichos
programas se particularizan por comprender las realidades de la vida y palpar
los sufrimientos y dificultades que cubren la sustancia de las clases bajas.
En efecto: los Profetas (P) fueron convocadores veraces que se levantaron
entre la gente, perteneciendo a su propia estirpe. Ellos mismos percibieron los
infortunios de la vida compartiéndolos con estas clases sociales. Degustaron
estos dolores y comprendieron el significado de la pobreza y sus efectos. Supie-
ron de qué se trataba la penuria y la persecución, y cómo sus huellas dominan
sobre, la personalidad del ser humano y lo quebrantan. Estos convocadores
vistieron las ropas rústicas y se alimentaron de comida simple.
Así conocieron las consecuencias de la explotación y la postergación.
Por eso se levantaron con toda la fuerza y el poder para devolver la nobleza
al ser humano y revivir su derecho. Así combatieron constantemente a los
poderosos y tiranos; enfrentaron con todos los recursos y poderes que tenían a
los satanaces y faraones de la historia, a fin de restituir los derechos sustraídos
y vivificar las dignidades de los valores acosados.
El Corán
Capítulo I
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Me han sido otorgados los capítulos largos (del Corán) en lugar
de la Torá, los intermedios (las suras que tienen alrededor de 100
aleyas) en lugar del Evangelio, y los menores (las suras que tienen
menos de 100 aleyas) en lugar de los salmos. Y fui favorecido con
las suras más cortas, las cuales son 68 suras. Y él (el Corán) es un
señor sobre los otros libros”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 601)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Entonces se ha manifestado, Glorificado Sea, en Su Libro sin que
lo vieran, a través de lo que les ha mostrado de Su Poder. Y ha
infundido temor con Su Autoridad. ¡De qué modo ha aniquilado a
quien aniquiló con el Castigo ejemplar, y ha segado a quien segó a
través de las desgracias!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 446)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Se le preguntó (al Imam) ‘¿Qué dices del Corán?’. Respondió: ‘Es
la Palabra de Dios, el Dicho de Dios, el Libro de Dios, la Inspiración
Divina y Su revelación”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 117)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios se ha manifestado para Su creación en Su Palabra, pero ellos
no perciben”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 107)
5.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Tú me ayudaste a concluir Tu libro, el cual has revelado
como una luz, al cual has establecido como un custodio sobre todos
los demás libros que has revelado, prefiriéndolo sobre todas las otras
palabras que has relatado.
Siendo criterio por el cual separas lo lícito de lo ilícito, un Corán por
el cual expresas Tus leyes, un libro que has dictado detalladamente
para Tus siervos, una revelación que has hecho descender paulati-
namente a Tu Profeta Muhammad, que Tu bendición sea sobre él y
su familia, como inspiración”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, tomo II, pág. 264, súplica nº 42)
Capítulo II
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Él es un guía que encamina sobre un buen sendero”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 2)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo ha enviado (al Profeta PBd) con un Libro dilucidado, confirmado
y dignificado (por Dios). Entonces Dios lo ha hecho como una luz
que encamina hacia lo que es más recto”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 7)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Busquen resolución a través del Libro de Dios. Él es un guía que-
rido, un encaminador que lleva hacia un buen camino, un consejero
que da un buen consejo, un conductor que lleva hacia el Jardín de
Dios, Poderoso Majestuoso”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 240-241)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, gente! Quien consulta a Dios tiene éxito. Y quien toma su
palabra como guía, se encamina hacia un camino recto”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 450)
Capítulo III
El Sendero Recto
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Luego se le reveló el Libro, una luz cuya luminosidad no se apaga,
una luz junto a la cual no hay tinieblas”.
(“Nahyul Balagha”, pág 641)
2.- De la Señora Fátima (P):
“Entre Dios y ustedes hay un pacto que les ha precedido. Y el Libro
de Dios representa el legado sobre ustedes. Su inteligencia es lúcida
y su propósito profundo es manifiesto. Es un argumento cuya apa-
riencia resalta. Siempre invita a la gente a que lo escuchen, llevando
a sus seguidores a la salvación”.
(“Ilalul Sharaie”, tomo II, pág 248)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Tú me ayudaste a concluir Tu libro, el cual has revelado
como una luz, al cual has establecido como un custodio sobre todos
los demás libros que has revelado, prefiriéndolo sobre todas las otras
palabras que has relatado.
Siendo criterio por el cual separas lo lícito de lo ilícito, un Corán por
el cual expresas Tus leyes, un libro que has dictado detalladamente
para Tus siervos, una revelación que has hecho descender paulati-
namente a Tu Profeta Muhammad, que Tu bendición sea sobre él y
su familia, como inspiración”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág 265, súplica nº 42)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd): ‘El Corán es una Buena Guía
contra el extravío, una claridad contra la ceguera, una seguridad
contra el tropiezo y una luz contra las tinieblas’”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág 5)
Capítulo VII
El Libro de la práctica
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien estudia el Corán pero no lo practica, prefiriendo sobre él el
amor de este mundo y sus adornos, será merecedor de la Cólera de
Dios, Poderoso y Majestuoso, y estará en la misma categoría de los
judíos y los cristianos que dejan atrás la Escritura de Dios”.
(“Sababul A’mal”, pág 332)
2.- Del Profeta (PBd):
“No cree en el Corán quien hace lícitas sus prohibiciones”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 185)
3.- Del Profeta (PBd):
“¡Cuántos lectores del Corán son maldecidos por el mismo Corán!”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 185)
4.- Del Profeta (PBd):
“El más digno de ser humilde ante Dios y el que más prevalece entre
la gente en la oración y el ayuno, tanto en privado como en público,
es el portador del Corán”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 185)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Dios, respeto del Corán! Que nadie se os adelante a practicar con
él de los que no son de vosotros”.
(“Nahyul Balagha”, pág 978)
6.- Del Imam Baqir (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd): ‘¡Oh, recitadores del Corán!
Temed a Dios, Poderoso y Majestuoso, en aquello que os impuso de
Su Libro. Yo soy tan responsable como ustedes. A mí me incumbe la
difusión del Mensaje, mientras que a ustedes lo que les fue impuesto
por el Libro de Dios y mi conducta’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág 606)
7.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y descarga a
través del Corán el peso de las cargas y bríndanos las cualidades
de los bienhechores. Haznos seguir las huellas de quienes por él se
levantaron en las horas de la noche y en el día, para que a través
de su pureza nos purifiques de todo lo impuro.
Haznos seguir los pasos de quienes han pedido el brillo de su luz y
los deseos no les hicieron desatender la acción (obrando de acuerdo
a ellos), de tal modo que sus engaños los hubieran hecho caer en
la aniquilación”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág 268, súplica nº 42)
Nota:
De Abu Abdur Rahman as- Solami, quien narró:
“Nos ha dicho quien nos relató sobre los compañeros (del Profeta
-PBd-) que ellos siempre aprendían del Mensajero de Dios (PBd)
10 aleyas, y no aprendían otras diez hasta no conocer lo que había
en aquellas de la Sabiduría y la práctica”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 106)
Capítulo X
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Es el Libro de la aclaración, la evidencia y la investigación”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág 2)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Es una aclaración cuyos pilares no se derriban”.
(“Nahyul Balagha”, pág 641)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“Un libro que has dictado detalladamente para Tus siervos”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág 265, súplica 42)
4.- Del Imam Baqir (P):
“Ciertamente Dios no ha dejado nada que la comunidad necesite
hasta el Día del Juicio Final sin haberlo revelado en Su Libro y
explicado para Su Mensajero (PBd). Ha establecido para cada cosa
un límite, colocando sobre él una señal para indicarlo”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 84)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios ha revelado en el Corán la aclaración de todas las cosas. ¡Por
Dios! No ha dejado sin explicar nada de lo que los siervos necesitan”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 81)
Capítulo XI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Aferraos al Libro de Dios! Por cierto que él es la cuerda firme.
No se tuerce de modo que tenga que ser enderezado, ni se desvía de
forma que deba ser retornado”.
(“Nahyul Balagha”, pág 490)
2.- Del Imam Sayyad (P):
“(El Corán es) una balanza de equidad cuyo fiel no se separa de la
verdad; luz guiadora cuyo argumento no se apaga ante los obser-
vadores”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág 265, súplica nº 42)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Él es la Palabra de Dios y Su Revelación. Es un Libro glorioso,
completamente inaccesible a la falsedad. Fue revelado por parte de
Uno que es Sabio, laudable”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 117)
Capítulo XII
El Amor Divino
El amor humano
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), En su recomendación a Yaber ibn Iazid al-
Yu’fi:
“Y sabe que tú no serás nuestro amigo hasta que (seas de tal forma
que) si la gente de tu ciudad se juntara en tu contra y dijera: ‘Tú
eres un hombre malo’, esto nunca te entristecería. Y si ellos dijeran:
‘Tú eres un hombre bueno’, esto jamás te alegraría.
Por el contrario, exponte por ti mismo al (juicio del) Libro de Dios.
Si estuvieras marchando en su camino, desprendido de aquello que
te manda desapegar, animado por lo que te estimula, temeroso de
lo que atemoriza, entonces resiste y alégrate, pues lo que se dice de
tú no te perjudica”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág 206)
Capítulo XVI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Este Corán es una luz clara, una cuerda firme, un asidero inque-
brantable, un grado elevado y la mejor curación”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 31)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Refugiaos en el Corán! Pues él es una curación provechosa y un
remedio bendito”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág 182)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Él es la primavera del corazón y la fuente de las ciencias. No hay
pulimento para el corazón fuera de él”.
(“Nahyul Balagha”, pág 573)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Una curación que impide el retorno de las enfermedades. Dios lo
ha puesto como un medio para saciar la sed de los sabios, una pri-
mavera para los corazones de los eruditos, un camino recto para los
benevolentes y un remedio que no deja dolencia alguna detrás de él”.
(“Nahyul Balagha”, pág 641)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Nadie se ha sentado con este Corán sin haberse levantado luego
enriquecido o mermado; enriquecido en la buena guía y mermado
en la ceguera.
Sepan que nadie tiene pobreza después del Corán, ni hay riqueza para
ninguno antes de él. Ustedes le piden curación para sus dolencias y
le imploran por sus dificultades, porque en él hay curación para los
grandes males, tales como la incredulidad, la hipocresía, el desvío
y el extravío. Entonces le piden a Dios por intermedio suyo y se
dirigen hacia Dios a través de su amor (al Corán)”.
(“Nahyul Balagha”, pág 567)
6.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, establece al Corán
como íntimo para nosotros en las tinieblas de la noche, un guardián
contra las corrupciones de Satanás y contra los perjuicios de los
susurros, como un obstáculo para nuestros pies impidiéndonos
marchar hacia la desobediencia, un medio que enmudezca nuestra
lengua para no sumergirse en la falsedad sin padecer de enfermedad,
una barrera que impida a nuestros miembros cometer los pecados.
Destapa ante nosotros lo cubierto por la mano de la negligencia,
extendiéndonoslo como recurso del cual tomemos consejo, pudiendo
investigar, contemplar y reflexionar todos sus lados.
Conviértelo en revelador de aquello que la negligencia nos ha im-
pedido tomar en cuenta, de modo que llegue a nuestros corazones el
entendimiento de sus maravillas y sus ejemplos, los cuales las firmes
montañas, por más fuertes que sean, son incapaces de cargar”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág 269, súplica 42)
Capítulo XIX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y continúa corri-
giendo a través del Corán nuestros asuntos, impide a través suyo los
perjuicios de los susurros satánicos. Para obtener la salud de nues-
tras conciencias purifica con él la suciedad de nuestros corazones y el
afecto a nuestras cargas (pecados). Reúne por su intermedio nuestros
asuntos dispersos; apaga con él, en el momento de Tu encuentro, la
sed de nuestra insolación y cúbrenos con el manto de la seguridad
el Día del Gran Pavor, en el momento de nuestra resurrección”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 270, súplica 42)
Capítulo XX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), de su legado a I m a m ‘Ali (P), según lo
que transmitió el Imam Sadiq (P):
“Debes leer el Corán en todo estado”.
(“Al Uasail”, pág. 839)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Que el Corán sea tu contertulio”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 254)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“El Corán es el Pacto de Dios con Su creación. Entonces es conve-
niente para el hombre musulmán observar su pacto y leer de él cada
día cincuenta aleyas”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 849)
Meditar en el Corán
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P), de sus súplicas antes de leer el Corán y al
tomarlo con su mano derecha:
“¡Dios mío! Abro Tu Pacto y Tu Libro.
¡Oh, Dios! ¡Haz de mi mirada a él una devoción, de mi lectura de
él una reflexión, y de mi meditación en él un aprendizaje!.
Hazme de aquellos que toman consejo de Tus exhortaciones conte-
nidas en él, y que evite desobedecerte.
No selles mi corazón ni mi oído cuando estoy leyendo Tu Libro, ni
pongas velos sobre mi visión.
No hagas que mi lectura sea carente de meditación, sino, por el
contrario, haz que medite en Tus aleyas y Tus mandatos, tomando
las normas de Tu religión. Y no hagas que mi observación de él sea
negligente ni mi lectura apresurada. Por cierto que Tú eres Benévolo,
Misericordioso”.
(“Al Bahar”, tomo XCVIII, pág. 5-6)
2.- Del Imam Rida (P), de su padre, de su abuelo (P), sobre la exégesis
de Su Dicho, Exaltado sea: “Levántate en la noche excepto una pequeña
parte, la mitad de ella o quita de ella un poco o añádele un poco y recita el
Corán de manera fluida y clara”1:
“Lo que os sea posible a vosotros, porque en él está la humildad del
corazón y la pureza del secreto”.
(“Maymol Baian”, tomo X, pág. 382)
En el cuerpo y el alma
a) La meditación en los principios de la existencia del ser humano:
1.- Sura Al-Insan, El ser humano.
“¿Acaso ha existido un momento en el que el ser humano no haya sido
una cosa recordada? En verdad, Nosotros creamos al ser humano
de una gota mezclada y le fuimos cambiando de estado y forma y le
dimos capacidad de oír y ver”.
(76:1-2)
1 Corán, 73:2-4.
2.- Sura Al-Mu’minun, Los creyentes.
“Y, ciertamente, hemos creado al ser humano de un trozo de barro.
Luego, le hemos creado de una gota en un lugar protegido. Después,
de la gota creamos algo suspendido y, de eso suspendido, una masa
parecida a carne picada y de eso, huesos y cubrimos los huesos con
carne y entonces creamos otra criatura.
Por tanto ¡Bendito sea Dios, el mejor de los creadores!”.
(23:12-14)
b) La meditación en las etapas de la existencia humana:
1.- Sura Al-Hayy, La peregrinación.
“¡Oh, gentes! Si tenéis dudas sobre la resurrección, (sabed que) en
verdad, Nosotros os creamos de barro, después de una gota, después
de algo suspendido, después de una masa de carne, en parte formada,
en parte sin formar, para dejároslo claro.
Y depositamos en los senos maternos a quien Nosotros queremos
hasta que se cumple un plazo establecido. Luego os sacamos pe-
queños, luego alcanzáis la madurez y la fuerza”.
(22:5)
2.- Sura Ash-Shams, El Sol.
“Y por un alma y Quien la creo de forma armoniosa y equilibrada,
inspirándole lo que la corrompe y el temor que la mantiene a salvo”.
(91:7-8)
3.- Sura Al-Hayy, La peregrinación.
“Y de vosotros hay quienes mueren (jóvenes) y a otros se les hace
alcanzar una edad tan avanzada que después de haber poseído algún
conocimiento no conocen nada”.
(22:5)
c) La meditación en el fin de este mundo:
1.- Sura Al-Mu’minun, Los creyentes.
“Después de eso habréis de morir”.
(23:15)
2.- Sura Az-Zumar, Los grupos.
“En verdad, tú morirás y ellos morirán”.
(39:30)
3.- Sura Ale ‘Imran, La familia de ‘Imran.
“Todo ser saboreará la muerte”.
(3:185)1
4.- Sura Al-Yumu‘a, El viernes.
“Di: ‘En verdad, la muerte de la cual huís os encontrará y luego
seréis devueltos al Conocedor de lo oculto a los sentidos y de lo
manifiesto y Él os informará de lo que Hacíais’”.
(62:8)
d) El develamiento de la realidad:
1.- Sura Al-Fatiha, La que abre.
“¡En verdad, pertenecemos a Dios y, en verdad, a Él retornamos!”.
(2:156)
Nota:
La observación de esta noble aleya debe ser positiva, puesto que ella
señala la ciencia del ser humano y la marcha de su existencia. Es decir, al
hombre como una realidad que ha comenzado su camino desde Dios y pronto
retornará a Él. Entonces él consiste en un Soplo Divino que fluye en todos los
mundos existentes; comenzó en Dios y volverá hacia su origen. Él pertenece
a Dios, viene de Dios y se dirige hacia Él. Esta es la ciencia del ser humano y
su realidad. Por consiguiente, es necesario que esta aleya iluminadora sea un
motivo de prolongada reflexión y de profunda observación. Ella constituye una
de las mayores verdades que ha traído la Revelación, de las más excelentes
buenas nuevas del Corán, de las más importantes advertencias y convocatorias
hacia el constante recuerdo de sí mismo.
Nota:
En el Libro Celestial existen muchas aleyas que hacen referencia a
los días de Dios y lo ocurrido a los antepasados. Ellas constituyen un
amplio ámbito para estar sobre la tierra, captar las tradiciones divinas en
la historia y su marcha, y construir el alma y la sociedad.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Ibn Mas’ud! Cuando estés leyendo el Libro de Dios Altísimo
y llegues a una aleya que contenga una orden o una prohibición,
entonces repítela, obsérvala atentamente, alecciónate con ella y no
la olvides. Por cierto que su prohibición indica el abandono de las
desobediencias y su orden señala la bondad y la corrección.
Dios Altísimo dice: ‘¿Qué harán cuando les reunamos para un
día sobre el que no hay duda (que ha de venir) y cada alma sea
recompensada por lo que hizo y no sean tratados injustamente?’1”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 530)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Aferraos al Corán! Cuando encontréis una aleya por la cual vues-
tros antecesores se hayan salvado, entonces ¡practicad de acuerdo
con ella! En cambio, cuando halléis lo que los haya aniquilado,
¡evitadla!”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 5)
1 Corán, 3:25.
Capítulo XXII
1 N.E.: Este versículo y los que le siguen hasta el versículo 70, tratan de uno de los temas de
mayor importancia en el Islam: El gobierno y la autoridad. Algunos han interpretado que la
expresión: ‘y los que de vosotros tienen autoridad’ se refiere a los que detentan el poder
temporal de la comunidad, sean justos o no, pero el significado de autoridad espiritual es
evidente si atendemos a la gradación descendiente de la orden: ‘Si sois creyentes, debéis
obedecer lo que Dios os dice; tras Él, a Su Mensajero y tras él, a quienes, por su obe-
diencia a Dios y a Su Mensajero y por su conocimiento de lo que Dios y Su Mensajero
establecieron, poseen autoridad entre vosotros’. Según los exégetas shi‘as, los Imames
Purificados.
la Verdad, para que juzgues entre los hombres mediante lo que Dios
te ha hecho ver”.
(4:105)
4.- Sura Al-Ma’ida, La mesa.
“Juzga entre ellos con lo que Dios hizo descender y no sigas sus
deseos”.
(5:49)
5.- Sura Al-Ma’ida, La mesa.
“En verdad, vuestros amigos y protectores son solamente Dios y
Su Mensajero y aquellos que tienen fe, que hacen la oración y dan
limosna mientras están inclinados rezando”1.
(5:55)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que ha transmitido de él Amir al-
Mu’minin ‘Ali (P):
“En él hay noticias de vuestros antecesores, y disposiciones para lo
que está entre vosotros”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 3)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“En él hay información sobre quienes os antecedieron y mandatos
respecto a lo que se encuentra entre vosotros”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 7)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“En el Corán existen normas para aquello que hay entre ustedes”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.235)
1 N.E.: Abu Dharr al-Gafari decribió las circunstancias en que este versículo fue revelado:
“Un día estaba rezando junto al Mensajero de Dios en la mezquita cuando entró un
mendigo pidiendo ayuda a la gente que allí había, sin que nadie le diese limosna.
‘Ali ibn Abu Talib que estaba inclinado (ruku‘) en mitad de una oración, extendió su
mano derecha, en uno de cuyos dedos llevaba un pequeño anillo, en dirección al
mendigo. El mendigo se acercó a él y sacó el anillo de su dedo”
(“Tafsir Nemune”, tomo. IV, pág. 422).
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que en él (el Corán) hay órdenes para lo que está entre
ustedes”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 499)
5.- Del Imam ‘Ali (P), en respuesta a Talha:
“Si practican de acuerdo a lo que él (el Corán) contiene se salva-
rán del Fuego y entrarán en el Paraíso. Pues en él se halla nuestro
argumento, la aclaración de nuestro asunto y la obligación de
obedecemos”.
(“Al Ihtiyay”, tomo I, pág. 225)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El Libro de Dios que está entre vosotros es un disertante de lengua
infatigable, una casa cuyos pilares no se derrumban y una gloria
cuyos auxiliares no serán frustrados”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 412)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Luego se le reveló el Libro como una luz, como una gloria cuyos
auxiliares no serán frustrados y como un derecho cuyos socorredores
no serán humillados”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 641)
Capítulo XXV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según narró Uzmán ibn Mad’un:
“Le dije al Mensajero de Dios (PBd): ‘Mi alma me invita a retirarme
y quiero ir a las montañas’. Entonces me dijo: ‘¡Oh, Uzmán! ¡No lo
hagas! Pues el retiro de mi comunidad es la lucha y el combate (en
el Camino de Dios)”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 10)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien acepta someterse a la humillación, entonces no es de los
nuestros, la Gente de la Casa”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 47)
3.- Del Imam Baqir (P), según narró Suleimán ibn Jaled:
“Dijo Abu Ya’far (P): ‘¿Quieres que te informe del Islam, su fun-
damento, su rama y su cúspide?’. Contesté: ‘¡Sí, por favor!’. Me
explicó: ‘En cuanto a su fundamento es la oración, su rama es la
caridad y su cúspide es el combate’”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 23-40)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Nuestros seguidores son la gente de la buena guía, la gente de la
piedad, la gente del bien, la gente de la fe y la gente de la conquista
y el triunfo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 233)
Capítulo XXVI
El Libro de la Paz
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“No rechaces una conciliación que te propone tu enemigo, pues en
ella está la Complacencia de Dios. En la paz hay tranquilidad para tu
ejército, alivio de tus preocupaciones y seguridad para tus ciudades”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.027)
Capítulo XXVII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam ‘Ali ibn Abu
Talib (P):
“En el Libro de Dios se dilucida lo que ha sucedido antes y aquello
que vendrá después de vosotros”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 3)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“En el Corán existen noticias de lo que pasó antes e informes de lo
que vendrá después de ustedes”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.235)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que en él está el conocimiento de lo que vendrá y el relato
de lo que ha pasado”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 499)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“En él existe información sobre el cielo, la tierra, lo que vendrá y
lo pasado. Dios declara: ‘Hicimos descender sobre ti la Escritura
que explica claramente todas las cosas’1”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 89)
1 Corán, 16:89.
5.- Del Imam Sadiq (P):
“El Glorioso, el Poderoso, les ha revelado su Libro, y Él es Veraz,
Benévolo. En él hay noticias de ustedes, de sus antepasados, de
quienes les seguirán, así como información sobre el cielo y la tierra.
Y si alguien les hubiese traído noticias sobre todo esto, se habrían
sorprendido”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 599)
Capítulo XXVIII
Nota:
Las aleyas referentes a los mandatos son aproximadamente unas 500.
Para consultar el tema más en detalle, remitirse a los libros recopilados
sobre “ Jurisprudencia coránica y las aleyas de las leyes”, algunas de las
cuales se hallan contenidas en esta obra.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Estudiad el Corán y aprended sus maravillas! Estas son sus
obligaciones y sus leyes. Pues el Corán ha sido revelado respecto
de cinco asuntos: lo lícito, lo ilícito, lo explícito, lo metafórico y los
ejemplos. Por consiguiente, obrad de acuerdo a lo lícito, absteneos
de lo ilícito, aplicad lo explícito, abandonad lo metafórico y estudiad
los ejemplos”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 368)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“El Corán ordena y veda. Entonces en él se definen los límites, se
transmiten las tradiciones, se proponen los ejemplos y se normativiza
la religión”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 7)
3.- Del Imam Baqir (P):
“Dios no ha dejado nada de lo que la comunidad necesita hasta el
Día del Juicio sin revelarlo en Su Libro y Explicarlo a Su Mensajero.
Ha puesto para cada cosa un límite, estableciendo sobre el mismo
una señal que lo indique”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 84)
Capítulo XXX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd). Se transmitió que un hombre se presentó ante el
Profeta para que le enseñe el Corán y cuando llegó hasta Su Dicho, Exaltado
Sea: “Así pues, quien haga el peso de un átomo de bien, lo verá y quien haga
el peso de un átomo de mal, lo verá”1, entonces el hombre dijo: “Esto me
basta”, y se marchó. El Mensajero de Dios declaró:
1 Corán, 99:7-8.
“El hombre se marchó y se hizo sabio”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 107)
Capítulo XXXIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Él tiene una forma externa y una interna. Su exterior son los
mandatos, y su interior la ciencia. Su exterior es agradable y su
interior profundo. Tiene estrellas sobre cada una de las cuales hay
más estrellas. Sus maravillas son innumerables y sus prodigios no
envejecen. En él hay candiles para guiarse y faros de sabiduría”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 599)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Lean el Corán correctamente e investiguen sus maravillas!”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 106)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“El exterior del Corán es agradable y su interior profundo. Sus
maravillas son inagotables y sus prodigios no se acaban nunca. No
se develan las oscuridades sino a través suyo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 75)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Él es la Palabra de Dios, y su interpretación no se asemeja a la
palabra humana, del mismo modo que nada de Su creación se Le
parece. Así como Su Obra, Exaltado Sea, no se asemeja a ninguna
de las obras del ser humano, Su Palabra no se parece a nada a la
palabra del hombre. Pues la Palabra de Dios, Bendito y Exaltado
Sea, es Su Atributo, mientras que la palabra del hombre es su obra.
¡No asimiles la Palabra de Dios a la palabra humana, pues resultarás
aniquilado y extraviado!”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 107)
5.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Dios mío! Bendice a Muhammad y a su familia, y establece al
Corán, al punto que llegue a nuestros corazones la comprensión de
sus maravillas”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 269, súplica 42)
6.- Del Imam Husein (P):
“El Libro de Dios, Poderoso y Majestuoso, se basa en cuatro cosas:
en las palabras, las indicaciones, las sutilezas y las realidades. Las
palabras son para el común de la gente; las indicaciones son para
los selectos; las sutilezas son para los amigos y las realidades son
para los Profetas”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 107)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“El exterior del Corán es contundente, y su interior conciliador”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 360)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Para el Corán existen interpretaciones. De ellas, algunas ya se
han cumplido y otras aún no. Cuando acontece una interpretación
en la época de uno de los líderes (Infalibles), el Imam de esa época
la conoce”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 97)
Nota:
Estas aleyas y tradiciones, así comootras semejantes, señalan otro de los
aspectos y dimensiones del Generoso Corán, referente a sus cualidades
internas y los secretos Divinos que contiene. Es necesario meditar en la
aleya: “Aunque con este Corán caminaran las montañas o se partiera en
pedazos la Tierra o hablasen los muertos”1 y en la aleya: “Así es como te
hemos revelado un Espíritu por orden Nuestra” 2 así como en otras seme-
jantes. Luego debe reflexionar en las palabras de Amir al Mu’minin (P):
“Pues la Palabra de Dios Altísimo es Su Atributo”. Después debe observar
lo que ha expresado el cuarto Imam, ‘Ali ibn al-Husein as-Sayyad (P): “Al
punto que llegue a nuestros corazones la comprensión de sus maravillas”.
Todo esto indica lo que (el Corán) contiene de prodigios, enseñanzas,
1 Corán, 13:31.
2 Corán, 42:52.
realidades, poderes y secretos, los cuales corresponden al interior del Corán,
con relación a las letras, nombres y palabras, así como lo referente a los
prodigios, posibilidades espirituales, poderes internos y disposiciones Divinas.
El sabio sheij educador, despegado, exaltado y gran maestro coránico
Muytaba Qazvini al-Jorasani -la Misericordia de Dios sea con él- a veces
señalaba algunas de estas cuestiones. Quienes conocen estas realidades, no
van más allá de indicarlas en sus aclaraciones, de manera tal de no salirse
del ámbito elegido para sus alusiones y apuntes.
Capítulo XXXV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Su apariencia (o exterior, del Corán) es bella, y su interior es
profundo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 599)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Por cierto que el Corán es en su aspecto (sus frases y letras) bello,
y en su interior, profundo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 75)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Fue enviado (el Profeta -PBd-) con un Libro en el cual (todas las
cosas) se han explicado detalladamente, el cual fue hecho firme,
sin parangón”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 7)
4.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! He aquí que nos has ayudado en lo que a su recitación
respecta y has desatado el nudo de nuestra lengua a través de la
belleza de su expresión”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 266, súplica nº 43)
Capítulo XXXVI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), interpretando el dicho del Profeta, “Se me
ha otorgado la síntesis de la palabra”, expresó:
“Es el Corán”.
(“Amale At-Tusi”, tomo II, pág. 98-99)
2.- Del Imam Rida (P): en relación al Corán, sus grandes argumentos
y aleyas, y su milagroso ordenamiento, y dijo:
“Él es la firme cuerda de Dios y el asidero más seguro. Su camino
es ejemplar”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 130)
Capítulo XXXVII
El Libro eterno
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“Si se hubiera revelado una aleya respecto de un pueblo, cuya vi-
gencia desapareciera a la muerte de este, no permanecería nada del
Corán. Pero el Corán tiene vigencia desde su inicio hasta su final,
en tanto perduren los cielos y la tierra. Y para cada pueblo hay una
aleya, ya sea buena o mala, que la recita y le corresponde”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 10)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Hasta que vino Muhammad (PBd) y trajo el Corán, su jurispru-
dencia y método. Luego, lo lícito de él es tal hasta el Día del Juicio,
y lo prohibido de él es tal hasta el Día del Juicio”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 17-18)
3.- Del Imam Rida (P), de su padre al que un hombre le preguntó:
“¿Por qué el Corán aumenta en frescura cuando se extiende su enseñanza?”
Respondió:
“Porque Dios, Bendito y Exaltado, no lo ha hecho para un tiempo
en particular o una gente en especial, sino que él es nuevo en cada
tiempo y fresco ante cada pueblo, hasta el Día del Juicio”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 280)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Para el Corán hay una interpretación que fluye como la noche y el
día, y gira al igual que el sol y la luna. Cuando (el tiempo de) cada
interpretación llegue, eso ocurrirá. Una parte de la misma ya ha
acontecido, y otra aún no”.
(“Gaibatul Nugmani”, pág. 134)
5.- Del Imam Rida (P):
“Él es el fuerte cordel de Dios y el asidero más seguro. Su método
es ejemplar: lleva hacia el Paraíso y salva del Fuego. No envejecerá
por el paso del tiempo ni resultará pesado para las lenguas, porque
no ha sido hecho para un tiempo en particular. Por el contrario, es
una indicación probatoria y un argumento contra cada hombre. No
penetra en él la falsedad por ninguna parte. Es una revelación del
Sabio, el Digno de alabanza”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 130)
Capítulo XXXVIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Profeta (PBd):
“Este Corán es la luz evidente, el cordel firme, el asidero más seguro,
el rango elevado, la mejor medicina, la gran virtud y la inmensa
felicidad.
A quien busque iluminarse por él, Dios lo ilumina. A quien se ajusta
a él en sus asuntos, Dios lo preserva. A quien se aferra a él, Dios lo
salva. A quien no se separa de sus mandatos, Dios lo eleva. A quien
busca su curación por su intermedio, Dios lo cura.
A quien lo prefiere sobre otro, Dios lo dirige, mientras que a quien
busca la guía en otro que él, Dios lo extravía. A quien lo establece
como una balanza de su interior y exterior, Dios lo hace feliz. A
quien lo pone como un guía a seguir y como un refugio al cual lle-
gar, Dios lo hará morar en el Paraíso de las delicias y le dará una
vida saludable.
Por eso dice: ‘Y un guía’, es decir ‘este Corán es un guía’, y ‘albricia
para los creyentes’, es decir, ‘es albricia para ellos en el más allá”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 32)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Luego le reveló el Libro (al Profeta -PBd-) como una luz cuyas
lámparas no se apagan, un astro cuyas llamas no se extinguen, un
mar cuya profundidad es inalcanzable, un camino en el cual nadie
se extravía, un rayo cuya intensidad no decrece, un discernimiento
cuyo argumento no se debilita, una aclaración cuyos pilares no se
derrumban, una medicina por la cual la enfermedad no penetra, un
poder cuyos auxiliares no fracasan y una realidad cuyos socorredores
no resultan humillados.
Él es el yacimiento, el centro de la fe, las fuentes, los mares de la
ciencia, los jardines, las albercas de la justicia, las columnas y bases
del Islam, las llanuras y praderas de la verdad. Un mar que no resulta
mermado por quienes extraen de él; una fuente que no disminuye
a causa de quienes sacan agua de ella; un abrevadero que no se
reduce por los bebedores; una morada que no desvía a los viajeros
de su rumbo; una señal que no enceguece a quienes marchan; una
cúspide que ni aún los resueltos sobrepasan. Un cordel cuyo asidero
es seguro; un refugio de altas murallas; una gloria para quien lo
ama y una paz para quien entra en él; un guía para quien lo sigue;
una disculpa para quien lo elige; un argumento para quien habla
por él; un testigo para quien juzga por él; un triunfo para quien
argumenta con él.
Él transporta a quien lo lleva y es una cabalgadura para quien obra
de acuerdo con él. Es un signo para quien lo toma como tal; un escudo
para quien se refugia; ciencia para quien comprende; un dicho para
quien narra y una disposición para quien juzga”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 641-642)
3.- De la señora Fatima (P), de su famosa disertación:
“¡Ustedes son los siervos de Dios! Han puesto en vigor Su orden y
Su prohibición; se han hecho cargo de Su religión y Su revelación;
son fieles para Dios ante ustedes mismos y difunden (el Islam) a
otras comunidades.
El garante de la verdad Divina (el Corán) está entre ustedes. Es un
pacto que se les ha encargado y una excelencia que ha sido estable-
cida para ustedes. Es el Libro de Dios, expresivo. Un Corán veraz;
una luz brillante; una claridad resplandeciente. Su visión es evidente;
sus secretos están develados; su aspecto exterior es nítido. Por él se
alegran sus partidarios, marchando hacia la Complacencia Divina.
Él lleva a quien lo escucha a la salvación. Por él se obtienen las prue-
bas claras de Dios. Sus disposiciones son explícitas; sus prohibicio-
nes conminantes; sus pruebas nítidas; sus argumentos completos; sus
métodos preferibles; sus dones prometidos; sus leyes prescriptas”.
(“Al Ihtiyay”, tomo I, pág. 133-134)
Capítulo XXXIX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“La preferencia del Corán sobre otras palabras es como la prefe-
rencia de Dios sobre Su creación”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 17)
2.- Del Profeta (PBd):
“El Corán es preferible a toda cosa, excepto Dios. Entonces, quien
honra el Corán, honra a Dios, y quien no respeta el Corán, desprecia
el honor de Dios”.
(“Amale Saduq”, pág. 207)
3.- Del Profeta (PBd):
“Quien ha recibido el Corán de parte de Dios y considere que otro
ha recibido algo mejor que esto, empequeñece lo grande y engran-
dece lo pequeño”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 604)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“El número de grados del Paraíso equivale a la cantidad de aleyas
del Corán. Cuando el compañero del Corán ingresa al Paraíso, se
le dice: ‘¡Elévate y lee!’. Por cada aleya hay un grado, por consi-
guiente, no existen grados por encima del memorizador del Corán”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 22)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El memorizador del Corán que ora de acuerdo con él, estará con
los ángeles escribas nobles, piadosos”.
(“Amale Saduq”, pág. 53)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Los portadores del Corán son cubiertos por la Misericordia de
Dios y se visten con la Luz de Dios, Poderoso y Majestuoso. ¡Oh,
portadores del Corán! ¡Ganad el amor de Dios mediante el respeto
a Su Libro! Si hacéis así, Él os amará más y hará que Su creación
os ame”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 17)
2.- Del Profeta (PBd):
“Los nobles de mi comunidad son los portadores del Corán y los
compañeros de la noche”.
(“Amale Saduq”, pág. 207)
3.- Del Profeta (PBd):
“Los más dignos entre la gente en humildad así como en la oración
y el ayuno, tanto en secreto como en público, son los portadores del
Corán”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 604)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“El recitador de una aleya del Libro de Dios es mejor que todos los
seres existentes entre la parte inferior del Trono (Divino) hasta la
morada más baja (de la tierra)”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 19)
2.- Del Profeta (PBd):
“Será apartado de los lectores del Corán el castigo del más allá”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 19)
3.- Del Profeta (PBd):
“Dios Altísimo ama tres voces: la voz del gallo, la del lector del
Corán y la de quienes suplican el perdón en la madrugada”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 351)
4.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Salmán! ¡Dale importancia a la lectura del Corán! Sin duda
que la lectura del Corán absuelve de las faltas, cubre del fuego y
asegura contra el castigo. Cuando el creyente lee el Corán, Dios lo
observa con Misericordia”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 17-18)
5.- Del Profeta (PBd):
“Dios le abre las puertas de la Misericordia. No existe nada más
apreciable para Dios, después de instruirse en la ciencia, que la
lectura del Corán.
Los más nobles entre los siervos ante Dios después de los Profetas,
son los sabios, y luego los portadores del Corán. Abandonan este
mundo como lo hacen los Profetas; resucitan de sus tumbas junto a
los Profetas; atraviesan sobre el puente del Sirat junto a los Profetas
y reciben la retribución de los Profetas.
Entonces albricia al buscador de la ciencia y al portador del Corán
por lo que tienen ante Dios de generosidad y Nobleza”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 18-19)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Todas vuestras palabras deberían ser recuerdo de Dios y lectura
del Corán. Pues al Mensajero de Dios (PBd) le preguntaron: ‘¿Cuál
es la acción más preferible ante Dios?’, y respondió: ‘La lectura
del Corán y que mueras mientras tu lengua se ocupa del recuerdo
de Dios’”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 20)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien escucha una aleya del Corán, esto le resulta mejor para él
que poseer el oro de la montaña de Zabir1”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 20)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“A quien escucha una letra del Libro de Dios sin leerla, Dios le
prescribe una recompensa, le borra una falta y lo eleva un grado”.
(“Udatul Dai”, pág. 270)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió Amir Al-Mu’minin (P):
“Recitar el Corán en la oración es mejor que leerlo fuera de la
oración; leer el Corán fuera de la oración es mejor que el recuerdo
de Dios Altísimo; el recuerdo de Dios Altísimo es mejor que dar li-
mosna; dar limosna es mejor que el ayuno, y el ayuno es un escudo
contra el fuego”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 20)
2.- Del Imam Baqir (P):
“Quien recita en la oración obligatoria la sura Al-Muddazzir2 Dios,
Poderoso y Majestuoso, debe establecerlo junto a Muhammad (PBd),
en su mismo grado, y no le alcanzará jamás la desdicha en este
mundo, si Dios quiere”.
(“Maymol Baian”, tomo X, pág. 383)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien recita la sura Al-Muzzammil3 en la oración del ‘isha, o en
el final de la noche, (en el Día del Juicio) la noche, el día y la sura
Al-Muzammil serán testigos a su favor. Dios le concederá una vida
placentera y pura, y una muerte agradable”.
(“Maymol Baian”, tomo X, pág. 375)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Si queréis la vida de los felices, la muerte de los mártires, la sal-
vación del Día del lamento, la sombra el Día del calor agobiante, y
la guía el Día del extravío, ¡estudiad el Corán! Pues es la Palabra
del Misericordioso, refugio contra el demonio y lo que tiene mayor
peso en la balanza (de las acciones)”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 19)
2.- Del Profeta (PBd):
“Los mejores de vosotros son quienes enseñan y estudian el Corán”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 825)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Es conveniente para el creyente que aprenda el Corán o que lo esté
estudiando antes de morir”.
(“Udatul Dai”, pág. 269)
Entre las más importantes responsabilidades islámicas, después de la en-
señanza y estudio del Corán, está la instrucción en el Corán y su comprensión,
respaldarse en él, captarlo, obrar de acuerdo a lo que permite y detenerse
ante lo que prohíbe, como hemos visto en las aleyas y tradiciones, así como
en lo que vendrá después.
4.- Del Profeta (PBd), de su legado para Ma’ad ibn Yabal cuando lo
envió a Yemen:
“¡Oh, Ma’ad! Enséñales el Libro de Dios y edúcalos respecto de la
conducta correcta. Te recomiendo el temor a Dios, y que te instruyas
en el Corán”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 25-26)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se apoya en el Corán, lo memoriza, acepta lo que permite
y se abstiene de lo que prohíbe, Dios lo introducirá a través de él
en el Paraíso”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 19-20)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Lean el Corán y respáldense en él! Porque Dios Altísimo no castiga
a un corazón que comprende el Corán”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 19-20)
Capítulo XLI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Lean el Corán con tono y voz árabe, y eviten el tono de la gente
corrupta y el de la gente de los grandes pecados. Sin duda que pronto
después de mí ha de venir un pueblo que hará resonar el Corán con
la entonación de los músicos, las plañideras y los monjes, sin ir más
allá de sus gargantas. Sus corazones y los de quienes se sorprenden
por su posición, estarán invertidos”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 858)
2.- Del Profeta (PBd):
“Para cada cosa hay un adorno, y el adorno del Corán es la voz
bella”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 859)
3.- Del Profeta (PBd):
“¡Embelleced el Corán con vuestras voces! Porque la voz bella
acrecienta la belleza del Corán”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 859)
4.- Del Imam Sadiq (P), quien explicó respecto de Su Dicho, Exaltado
Sea “Recita el Corán de manera fluida y clara”1:
“Significa que lo hagas pausadamente y embellezcas para él tu voz”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 859)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando se lea ame ti el Corán, debes callar y escuchar”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 861)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“El siervo debe recitar el Corán con la ablución”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 848)
7.- Del Imam Sadiq (P), a quien Ishaq ibn Ammar le planteó: “¡Por
favor! Yo conozco el Corán de memoria. Entonces, ¿qué es mejor, recitarlo
mentalmente o mirando en sus páginas?”. El Imam (P) contestó:
“Leer y mirar en sus páginas es mejor. ¿Acaso no sabes que mirar
sus páginas es una adoración?”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 854)
8.- Del Imam Profeta (PBd):
“Mirar tres cosas es adoración: la cara de los padres, las páginas
1 Corán, 73:4.
(del Corán) y el mar”.
(“Al Bahar”, tomo X, pág. 368)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo el Mensajero de Dios (PBd): ‘¡Limpien el camino del Corán!’.
Se le preguntó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Cuál es el camino del
Corán?’. Respondió: ‘Vuestras bocas’. Se le inquirió: ‘¿Con qué?’.
Contestó: ‘Con el cepillo’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVI, pág. 131)
10.- Del Imam Rida (P), de sus ancestros, que el Mensajero de Dios
declaró:
“Vuestras bocas son uno de los caminos de vuestro Señor, por lo
tanto, ¡limpiadlas!”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVI, pág. 130)
Nota:
Ha llegado en las narraciones que el Imam ‘Ali ibn al Husein Zain al
‘Abidin (P) era el de mejor voz entre la gente para el Corán. Elevaba su voz
hasta que lo escuchaban la gente de la casa y los aguadores que pasaban por
su puerta, quienes se detenían a oír su recitación. Asimismo, el Imam Baqir
(P) era el de mejor voz entre la gente para el Corán, y cuando se levantaba en
la noche y leía, su voz se elevaba. Y los aguadores así como otros transeúntes
que pasaban delante de su casa, se detenían y escuchaban su lectura.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P), quien cuando leía el Corán, antes de hacerlo,
mientras tomaba el Libro con su mano, decía:
“¡Oh, Dios! Testifico que este Libro ha sido revelado de parte Tuya
a Tu Mensajero Muhammad ibn Abdullah, y que Tu Palabra es
expresiva sobre la lengua de tu Profeta. Lo has puesto como una
guía de Tu parte para Tu creación y una cuerda vinculante entre Tú
y Tus siervos.
¡Oh, Dios! Abro Tu pacto y Tu Libro.
¡Oh, Dios! ¡Haz de mi mirada a él como una adoración, de mi lec-
tura de él una reflexión y de mi reflexión en él un aleccionamiento!
Hazme de quienes toman consejo de Tus exhortaciones contenidas
en él, y de quienes evitan desobedecerte. No selles mi oído en la
lectura ni pongas sobre mi visión un velo. Y no hagas que mi lectura
carezca de meditación, sino, por el contrario, haz que reflexione en
sus aleyas y sus mandatos, tomando las leyes de Tu religión. Y no
hagas que mi observación a él sea desatenta y mi lectura vana. Tu
eres Benévolo, Misericordioso”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 207)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien lee el Corán y no se humilla ante Dios ni sensibiliza su
corazón ni alcanza la tristeza y el temor en su intimidad, entonces
desprecia la grandeza de la posición de Dios Altísimo. Observa,
pues, cómo lees el Libro de tu Señor, la proclamación de tu Dueño,
y cómo responde s a sus órdenes, sus prohibiciones, cómo obedeces
sus leyes. Detente ante su promesa y comunicación y reflexiona en
sus ejemplos y exhortaciones. Evita cumplir con su pronunciación
y a la vez frustrar sus mandatos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXXV, pág. 43)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“Las aleyas del Corán son tesoros. Luego, cuando abres un tesoro
debes observar su contenido”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 849)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien lo pone como su guía, él lo dirige hacia el Paraíso. Y es una
guía hacia el bien para quien lo conoce”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 2-3)
2.- Del Imam ‘Ali (P), describiendo al buen creyente:
“El Libro lo ha tomado de las riendas, siendo entonces su guía y
conductor. Desciende donde descarga su peso y mora donde él lo
hace” 1.
(“Nahyul Balagha”, pág. 211
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los siervos no poseen una herramienta para dirigirse hacia Dios
como el Corán. Sepan que el Corán es un intercesor aceptado y un
orador confirmado. A quien el Corán intercede por él en el Día del
Juicio, le será aceptada su intercesión, y aquel sobre quien el Corán
se queje, su queja será admitida.
Porque en el Día del Juicio un convocador proclamará: ‘Sepan que
todo cultivador será castigado por lo que sembró y por el resultado
de sus actos, excepto las personas que cultivaron el Corán’. ¡Sean,
pues, sus cultivadores y seguidores! ¡Diríjanse hacia Dios por el
camino (del Corán)! Tomen de él un buen consejo. Si sus opiniones
se le oponen, ¡rechácenlas! y tengan por impuros vuestros deseos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 567)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), según lo que transmitió Abdullah ibn Sulei-
mán de parte del Imam Sadiq (P), respecto a la explicación de Su Dicho,
Exaltado Sea: “Recita el Corán de manera fluida y clara”1:
“Recítenlo claramente; no tan rápido como la poesía ni dispersado
como la arena. Sacudan con él vuestros duros corazones, y no estén
deseosos de que la sura concluya (pues este estado es inadecuado
para el autorecuerdo)”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 856-857)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El Corán se ha revelado con tristeza. Por consiguiente, cuando
vayan a leerlo, háganlo con tristeza”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 856-857)
Nota:
Figura entre las narraciones de Suleimán ibn Dauud al-Menqari, de
Hafs, quien dijo:
“No he visto a nadie más temeroso respecto de sí mismo que Musa
ibn Ya’far (el séptimo Imam -P-), ni más esperanzado que él. Su re-
citación era triste, y cuando leía lo hacía como si estuviera hablando
con un hombre”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 856-857)
1 Corán, 73:4.
Capítulo XLII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Iluminad vuestras casas a través de la lectura del Corán! Porque
cuando en ella se abunda en la lectura del Corán, la casa aumenta
su bien, su gente goza y ella brilla para la gente del cielo igual que
las estrellas del firmamento lo hacen para la gente de la tierra”.
(“Udatul Dai”, pág. 268-269)
2.- Del Profeta (PBd):
“Dios no castigará a un corazón que comprende el Corán”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 6)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“La casa en la que se recita el Corán y se menciona a Dios, Poderoso
y Majestuoso, acrecienta su bendición. Los ángeles se presentan en
ella y los demonios escapan de ella. Ella brilla para la gente del cielo
del mismo modo que las estrellas dan luz para la gente de la tierra”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 610)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Lean el Corán y memorícenlo! Pues Dios Altísimo no castiga a
un corazón que capta el Corán”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 19)
5.- Del Imam ‘Ali (P), respecto de las personas que, debido a su
prestigio, evitan que la gente sea aniquilada:
“(Entre ellos están) los hijos que aprenden el Corán”.
(“Ilalul Sharaie”, pág. 521)
6.- Del Imam Baqir (P):
“Y un hombre que lea el Corán y coloque el remedio del mismo sobre
la dolencia de su corazón, pase por él su noche en vigilia y su día
sediento (ayunando), se pare con él en su lugar de rezo y abandone
su lecho por leerlo. Entonces Dios, Poderoso, Imponente, rechaza
con estas cosas las desgracias, y con ellas Dios Poderoso reprime a
los enemigos. Por ellas Dios, Poderoso y Majestuoso, hace descender
la lluvia del cielo. Entonces, ¡por Dios!, ellos gracias a la lectura
del Corán son más valiosos que el azufre rojo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 627)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien lee el Corán mientras es joven creyente, este se mezcla con su
carne y su sangre. Dios lo pone en fila junto a los (ángeles) escribas
nobles y piadosos. El Corán será su protector en el Día del Juicio”.
(“Sababul A’mal”, pág. 126)
8.- Del Imam Sadiq (P), según lo que narró de su padre el Imam
Muhammad Baqir (P):
“Aprovechen la súplica ante cinco cosas: ante la lectura del Corán,
el llamado a la oración, el descenso de la lluvia, el encuentro de dos
filas para el martirio y la invocación del oprimido, la cual descorre
el velo del Trono (Divino)”.
(“Amale Saduq”, pág. 234)
Capítulo XLIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Pronto vendrá para vosotros después de mí, un tiempo en el cual
no habrá nada más oculto que la verdad, ni más manifiesto que la
falsedad, ni mayor que la invención de mentiras contra Dios y Su
Mensajero.
Ante la gente de esa época no habrá mercadería más comercializada
que el Corán, a pesar de que se lo lea y exponga completamente.
Ni existirá nada más prevaleciente que él cuando se lo altere (se lo
malinterprete). En las ciudades no habrá nada más desconocido que
el bien ni más conocido que el mal”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 447-448)
Predicación y perfeccionamiento
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), quien cuando se reveló esta aleya, “Hoy he
completado vuestra religión”1, dijo:
“Dios es más Grande respecto del perfeccionamiento de la religión,
la completitud de la Merced, la complacencia del Señor respecto de
mi Misión y el liderazgo de ‘Ali (P) después de mí”.
(“Al Gadir”, tomo I, pág. 233)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios, Poderoso y Majestuoso, le ordenó a Su Profeta (PBd) que
presente sus autoridades y que les exija del Imamato (a los musul-
manes) lo mismo que se les exige respecto de sus oraciones, sus
caridades y sus peregrinaciones.
Me ha designado ante la gente de Gadir Jum. Entonces dijo (el Pro-
feta -PBd-): ‘¡Oh, gente! Sepan que Dios es mi Protector, y yo soy
protector de los creyentes. Tengo mayor prioridad sobre ellos que
ellos mismos’. Exclamaron: ‘¡En efecto, oh Mensajero de Dios!’.
Entonces dijo: ‘¡Levántate, oh ‘Ali!’, y yo me levanté. Él declaró:
‘De quien yo sea su protector, ‘Ali es su protector. ¡Oh, Dios! ¡haz
amistad con su amigo y enemistad con su enemigo!’.
Entonces Salmán se levantó y preguntó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios!
¿Qué forma de amistad?’. Él respondió: ‘Como conmigo, que tengo
mayor derecho sobre vosotros que vosotros mismos’. Entonces Dios
Altísimo reveló su Palabra: ‘Hoy he completado vuestra religión’.
El Mensajero de Dios (PBd) lo exaltó (a Dios) y dijo: ‘¡Dios es más
Grande en el perfeccionamiento de mi profecía, de la religión de
Dios y del liderazgo de ‘Ali después de mí!’”.
(“Al Gadir”, tomo I, pág. 165)
3.- De los Imames Baqir y Sadiq (P):
“Esta aleya2 se reveló en la jornada de Gadir, en la cual también se
reveló ‘Hoy he completado vuestra religión’”.
(“Al Gadir”, tomo I, pág. 234)
4.- Del Imam Sadiq (P), sobre la explicación de la mencionada aleya,
“Hoy he completado vuestra religión” dijo:
1 Corán, 5:3.
2 “¡Oh, Mensajero! ¡Transmite lo que ha descendido a ti procedente de tu Señor!”. Corán,
5:67.
“Es decir, a través de la designación de su protector”.
(“Al Gadir”, tomo I, pág. 234)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien lo prefiere (al Corán) por encima de cualquier otro, Dios lo
encamina; y a quien busca la dirección en otro que el Corán, Dios
lo extravía”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 31)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien busca la ciencia en otro (que el Corán), es desviado por
Dios”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 6)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Escuché al Mensajero de Dios (PBd) diciendo: ‘Gabriel vino hasta
mí y dijo:¡Oh, Muhammad! Pronto llegarán tentaciones a tu comuni-
dad’. Le pregunté: ‘¿Cuál es la salida de estas pruebas?’. Contestó:
‘El Libro de Dios. Quien desee la guía de otro, será extraviado por
Dios. Él es el firme cordel de Dios, la amonestación prudente, el
camino recto que no puede ser desviado por los deseos ni confundido
por las lenguas, ni envejecido por la reiteración. Sus maravillas no
concluyen ni se satisfacen de él los sabios’”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 3)
4.- Del Imam Baqir (P):
“No vayáis mas allá de la Palabra de Dios ni busquéis la dirección
en otro, pues os extraviaríais”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 117)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Lo que más temo para mi comunidad después de mí es a un hombre
que interpreta el Corán y lo pone fuera de su debido lugar”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 112)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien opine sobre el Corán sin tener ciencia. vendrá el Día del
Juicio embritado con riendas de fuego”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 112)
3.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam ‘Ali ibn Musa
Ar-Rida (el octavo Imam -P-), de parte de Amir al Mu’minin (P):
“Dios, Poderoso y Majestuoso, ha dicho: ‘No cree en Mí quien
interpreta Mi Palabra por su cuenta”.
(“Amale Saduq”, pág. 6)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Ten cuidado de interpretar el Corán por tu propia cuenta, hasta
tanto no te instruyas de los sabios”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 107)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien hace exégesis del Corán por cuenta propia y acierta, no es
recompensado; y si se equivoca, su pecado será en perjuicio propio”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 17)
Capítulo XLVI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Por Dios! He aprendido la propagación de los Mensajes, el cum-
plimiento de las promesas y todas las palabras (verdaderas, de parte
del Profeta -PBd-). Ante nosotros (la Gente de la Casa -P-) está la
puerta de la sabiduría y la luz del asunto. Sepan que las leyes de la
religión son únicas y sus caminos son rectos. Quien emprenda este
rumbo, arribará (al objetivo) y obtendrá el beneficio.
Pero quien se abstenga de él, se extraviará y luego se lamentará”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 370)
2.- Del Imam Baqir (P), según narraron de él Yabir y Muhammad ibn
Muslim:
“Nosotros (los Imames de la familia del Profeta -PBd-) somos la
gente del recuerdo”.
(“Maymol Baian”, tomo VI, pág. 362)
3.- Del Imam Baqir (P), de Sadir Seirafi quien narró:
“Le he preguntado a Abu Ya’far (P): ‘¡Por favor! ¿Quiénes son
ustedes (los Imames)?’. Respondió: ‘Somos los tesoros de la ciencia
de Dios y los traductores de la Revelación Divina”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 192)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Nosotros somos administradores de los asuntos (de la religión) de
Dios, tesoreros de la ciencia de Dios y portadores de la Revelación
de Dios”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 192)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien obedece a Dios sin escuchar a un veraz, Dios lo hace caer
inexorablemente en dificultades. Y quien pretenda escuchar de otra
puerta que la que Dios ha abierto, es asociador. Esta puerta es fiel
respecto del secreto oculto de Dios”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 192)
6.- Del Imam Sadiq (P), según lo que de él narró Mansur ibn Hazim:
“Le dije a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-): ‘Dios es más Grande y
más Noble de ser conocido a través de Su creación. Por el contrario,
las criaturas se conocen a través de Dios’. ‘Es cierto (respondió el
Imam -P-)’.
Continué: ‘Quien reconoce que tiene un Señor, debe saber también
que ese Señor posee Complacencia e Ira, y que Su Complacencia y
Su Ira no se alcanzan a conocer sino por medio de la Revelación o
de un Mensajero. Por lo tanto, quien no recibe la Revelación (direc-
tamente), debe buscar a los Mensajeros. Cuando los encuentra, sabe
que ellos son evidencia y que debe obedecerlos’. Entonces pregunté
a la gente: ‘¿Saben que el Mensajero de Dios (PBd) es la evidencia
de parte de Dios para sus criaturas?’. Respondieron: ‘Sí’.
Continué: ‘Tras la muerte del Mensajero de Dios (PBd), ¿quién es
la evidencia sobre Sus criaturas?’. Contestaron: ‘El Corán’. En-
tonces observé el Corán mientras los diferidos (murya’ies), los que
profesan el libre albedrío y los herejes debatían con él y disputaban
(usándolo) hasta vencer a quienes les eran hostiles. Me día cuenta,
entonces que el Corán no constituye una evidencia si no es a través
de un responsable. Luego, lo que su responsable declarase, esa es
la verdad. Así, pues, que les pregunté (a la gente): ‘¿Quién es el
responsable del Corán?’. Respondieron: ‘lbn Mas’ud lo conocía;
Omar y Hudaifa también’. Inquirí: ‘¿Completamente?’. Dijeron:
‘No’. Y no encontré a nadie afirmando que conocía el Corán com-
pletamente, excepto ‘Ali (P).
Cuando surgía entre la gente un asunto, el primero decía: ‘No sé’,
el otro decía ‘No sé’, y el tercero también declaraba ‘No sé’. Mas
éste otro (el Imam ‘Ali -P-) sostenía: ‘Yo sí sé’. En consecuencia,
testifico que ‘Ali (P) era el responsable del Corán, y la obediencia
a él era obligatoria. Él era la evidencia ante la gente después del
Mensajero de Dios (PBd), y aquello que dijo sobre el Corán es la
verdad’. Entonces (el Imam Sadiq -P-) dijo: ‘La Misericordia de
Dios sea sobre ti’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 168-169)
7.- Del Imam Baqir (P):
“Entre las ciencias que hemos recibido (de parte de Dios), se en-
cuentra la exégesis del Corán y de sus aleyas”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 229)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Nosotros somos la Gente de la Casa, de la cual Dios hace surgir en
todo tiempo a quien conoce su Libro desde el principio hasta el final”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 178)
Nota:
En el libro “Miratul ‘Uqul”, al respecto del término usado en la quinta
narración, “si no es a través de un responsable “, se menciona que en el
“ Faiq” (un diccionario) dice:
“El responsable de un pueblo es quien se consagra para administrar
los asuntos de la gente. La intención aquí (en la frase de la narra-
ción), alude a quien se consagra por las cuestiones del Corán y cono-
ce tanto su exterior como su interior, su síntesis y su interpretación,
lo explícito y lo alegórico, lo abro.gan: y lo abrogado, a través de
la Revelación Divina y la Inspiración del Señor, o del aprendizaje
con un Profeta. Cuando él (Mansur ibn Hazim) les preguntó sobre el
responsable, ellos recordaron a un grupo que no conocía del Corán
más que una parte, en tanto que el responsable debe ser sabio en
todo el Corán y en otras leyes”.
(“Miratul ‘Uqul”, tomo II, pág. 264)
Es evidente que dicha persona no puede ser otro que quien fue designado
al respecto, como señala Allamah Maylesi, siendo infalible y resguardado del
error, al punto que es obligatorio obedecerlo y aceptar su palabra.
Es necesario agregar sobre las palabras de Allamah Maylesi, que el
responsable de los asuntos del Sagrado Corán, además de lo mencionado,
debe estar consagrado a la difusión de sus aleyas y la aprobación de sus pro-
gramas, como indica el sentido de la palabra “responsable” en idioma árabe.
Porque, como ya dijimos, el responsable de un pueblo es quien se consagra
a la administración de sus cuestiones. El Corán tiene un responsable, siendo
ésta una disposición intelectual inevitable. Pues no es lógico que un maestro
revolucionario traiga programas y enseñanzas, esforzándose denodadamente
por su dispersión y propagación, para después abandonarlos en las manos
del tiempo, que juega con ellos según su antojo. No es así la cuestión. Por el
contrario, en realidad este reformador consolida el camino para que después
de él se pongan en práctica las leyes y queden establecidas las bases que
aseguren la continuidad de la acción de aquello que ha traído.
En consecuencia, ha de designar sobre el asunto a un responsable que lo
conozca, para que extienda la verdad y trabaje a fin de que la religión abarque
al individuo y la sociedad. De aquí que el significado de la expresión: “‘Ali
es el responsable del Corán”, consiste en que él lo conoce (completamente),
se consagra a su asunto, pone en práctica sus programas y se esfuerza por
extenderlos, tanto en la acción como en la iniciativa. Al respecto señalaremos
en el siguiente capítulo, que el Corán es un Libro silencioso (él mismo en sí
no habla), pero junto a él se encuentra alguien expresivo y responsable. Por
eso, el Imam ‘Ali ibn Abu Talib (P) declara:
“¡Por Dios! No han de descuidar ni una sola ley en tanto yo esté
presente”
(“Taljisu Shafi”, tomo II, pág. 156)
También por eso, el Profeta (PBd) estableció a ‘Ali y los lmames de su
descendencia, siguiendo la Orden de Dios Altísimo, como una de las dos joyas
preciosas (que él -PBd- dejaba para su comunidad), como se halla en la famosa
tradición frecuentemente reiterada por todos los musulmanes.
Capítulo XLVII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Este Corán sólo es un renglón escrito entre dos tapas. No habla
con una lengua, por lo que requiere de un traductor. Y los hombres
hablan sobre él. Luego, si se determinara con sinceridad respecto
del Libro de Dios, se vería que nosotros (la Gente de la Casa) somos
más dignos que otra gente en cuanto a él. Y si se juzgara conforme
a la tradición del Mensajero de Dios (PBd), también se vería que
nosotros somos los más merecedores al respecto”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 388)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que ustedes no reconocerán la Buena Guía hasta tanto no
identifiquen a quien la ha abandonado. Ni podrán cumplir el Pacto
de Dios hasta que no reconozcan a quien lo viola. Y nunca se aferra-
rán a él (al Corán), hasta tanto no reconozcan a quien lo rechaza.
Entonces, ¡busquen esto de su gente! Porque ellos son la vida de la
ciencia y la muerte de la ignorancia. Ellos son quienes les mues-
tran sus ciencias (las del Corán) a través de sus dictámenes, sus
expresiones con sus silencios y sus interiores con sus exteriores. No
se oponen a la religión ni discrepan de ella. Entonces esta gente es
entre ustedes un testimonio veraz y un silencio expresivo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 450)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios se niega a dejar la marcha de los acontecimiento de la exis-
tencia sin medios. Entonces ha colocado sobre cada cosa un medio,
para cada medio una descripción, para cada descripción una ciencia
y para cada ciencia una puerta expresiva. La conoce quien la conoce,
y la ignora quien la ignora. Ella es el Mensajero de Dios (PBd) y
nosotros (los Imames)”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 183)
4.- Del Imam Baqir (P):
“Sabe que nadie posee una verdad ni una realidad sin que la haya
tomado de nosotros, la Gente de la Casa. No existe nadie entre la
gente que juzgue con verdad y equidad, sin que la llave de tal deci-
sión, su puerta y su inicio y sus tradiciones sean de Amir al Mu’minin
‘Ali ibn Abu Talib (P).
Entonces, cuando los asuntos se tornan confusos y la gente se equivo-
ca, el error es de su parte, mientras que la verdad y la realidad están
de parte de ‘Ali ibn Abu Talib (P) cuando ellos están en lo cierto”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 179)
5.- Del Imam Sadiq (P), según lo transmitió Yahia Abdullah ibn Hasan:
“Escuché de Ya’far ibn Muhammad (P) decir, mientras delante de
él se encontraba un grupo de gente de Kufa: ‘Me sorprende la gente
que pretende haber tomado todos sus conocimientos del Mensajero
de Dios (PBd), que obran y se dirigen de acuerdo a él, mientras que
reparan que nosotros, la Gente de la Casa, no tomamos su ciencia
ni nos dirigimos según ella, en tanto que somos su gente y su des-
cendencia. La Revelación descendió en nuestra morada y la ciencia
se transmitió hacia la gente a partir de nosotros. ¿Acaso puede ser
que ellos conozcan la ciencia y estén encaminados, y en cambio
nosotros seamos ignorantes y desorientados? ¡Esto es imposible!’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 179)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios colocó el liderazgo en nosotros, la Gente de la Casa, polo
del Corán y de todos los Libros, en tomo al cual giran las aleyas
explícitas del Corán, hacia el cual Las Escrituras han señalado y a
partir del cual se manifiesta la Fe”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 5)
Capítulo XLVIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, gente! En verdad, he de morir antes que ustedes, y ustedes
vendrán hacia mí al lado de la fuente. Cuando entren, les interrogaré
acerca de las dos joyas. ¡Tengan cuidado de cómo las tratan después
de mí! La joya grande es el Libro de Dios, Poderoso y Majestuoso.
Es un instrumento del cual un extremo está en manos de Dios y el
otro en vuestras manos. Entonces, ¡aférrense a él y no se extraviarán
ni cambiarán! La otra (joya) es mi familia, la Gente de mi Casa”.
(“Abaqatul Anuar”)
2.- Del Profeta (PBd), durante la enfermedad de la cual falleció, mientras
su habitación estaba repleta de discípulos:
“¡Oh, gente! Pronto he de morir y partiré de su lado. Les declaro
algo que será mi excusa ante ustedes. Sepan que les dejo el Libro de
mi Señor, Poderoso y Majestuoso, y mi Descendencia, la Gente de mi
Casa. Luego tomó la mano de ‘Ali (P), la levantó y dijo: “¡’Ali está
con el Corán y el Corán está con ‘Ali! Son dos sucesores videntes.
No se separarán hasta que entren hacia mí en la Fuente. Entonces
les preguntaré cómo se han comportado con ellos”.
(“Amale At-Tusi”, tomo II, pág. 93)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) ordenó seguir al Corán y la familia
de Muhammad. Esto lo realizó en la última disertación que brindó,
diciendo: ‘Dejo entre ustedes dos joyas: la joya grande y la peque-
ña. En cuanto a la grande, es el Libro de mi Señor, mientras que
la pequeña es mi Descendencia, la Gente de mi Casa. ¡Guarden
mi respeto en relación a ellos! En tanto se aferren a ellos, no se
extraviarán jamás’”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 5)
Capítulo XLIX
La sombra amplia
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P):
“Si fallecieran quienes están entre el oriente y el occidente, no me
asustaría mientras el Corán esté conmigo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 602)
2.- Del Imam Kazim (P):
“Quien solicita la satisfacción con una sola aleya del Corán, ella
le es suficiente desde el oriente hasta el occidente, mientras sea con
certeza”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 268)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y haznos de
aquellos que se aferran a su cuerda, que se refugian de los asuntos
confusos en su sólida fortaleza, que reposan bajo la sombra de su
ala, que son encaminados con la hermosura de su luz, que siguen el
resplandor de su claridad, que iluminan con su candil y no piden la
buena guía de otro más que él”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 267, súplica nº 42)
Capítulo L
La vida en la vida
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y compensa y
restaura con el Corán nuestro estado de carencia sin que tengamos
más pobreza. Orienta hacia nosotros a través suyo la amplitud de
la vida”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 270, súplica nº 42)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P):
“Aléjanos a través suyo (el Corán) de las morales sospechosas y del
carácter inadmisible. Presérvanos con él del abismo de la incredu-
lidad y de las causas de la hipocresía”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 270, súplica nº 42)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y facilita con el
Corán, en el momento de la muerte, la angustia de la extracción del
alma, el esfuerzo de los gritos y la afluencia de estertores, ‘cuando
el alma llega a la garganta y se pregunta: ¿Quién puede curar
esto?’1. Entonces el ángel de la muerte se manifiesta para tomarla
desde los velos ocultos, y la arroja desde los arcos de la muerte
con las flechas del susto de la separación, y prepara para ella, de
una muerte fulminante, una copa de gusto venenoso. Y nos acerca
la partida hacia el otro mundo. Las acciones son colocadas como
un collar sobre nuestros cuellos y los sepulcros se transforman en
nuestras moradas permanentes hasta el Día del Encuentro”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 271, súplica nº 42)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Así como has establecido a través de él a Muhammad
como una bandera para encaminarse hacia Ti, y has manifestado los
caminos de Tu complacencia a través de su familia, bendice pues, a
Muhammad y a su familia, y establece al Corán como nuestro ins-
trumento para alcanzar el más noble de los grados de la nobleza, y
escalera para ascender al sitio de la salvación, como motivo con el
1 Corán; 75:26-27.
cual se nos recompense el Día del Juicio Final, como intermediario
para ingresar a las mercedes de la morada de resistencia permanente
(el Paraíso)”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 268, súplica nº 42)
Observaciones de la Sección Sexta
La veracidad y la fidelidad
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), describiendo al Profeta (PBd):
“Ha dicho el Mensajero veras, él es Tu fiel apoyo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 481)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh Dios, Ampliador de las cosas extensas, Preservador del firma-
mento y Creador de los corazones sobre su naturaleza innata, con
sus desdichas y felicidades! Pon la más noble de Tus Bendiciones y
la máxima de las Gracias sobre Muhammad, Tu siervo y Mensajero,
el Sello de lo que pasó y quien abrió un camino nuevo.
Él ha mostrado la verdad con la verdad, rechazando las fuerzas de la
falsedad. Destruyó el poder del extravío, cumplió con lo encargado,
se consagró a Tus Mandatos, se sintió dispuesto con Tu Compla-
cencia, sin temor a la iniciativa y sin flaquear en la determinación.
Fue custodio de Tu Revelación y preservador de Tu Pacto. Tomó la
iniciativa para poner en práctica Tus Órdenes, hasta que encendió
lumbre para todo aquel que se lo pidió e iluminó el sendero del
caminante nocturno.
A través suyo se encaminaron los corazones luego de haberse su-
mergido en tentaciones y pecados. Estableció las señales claras y
las leyes lúcidas.
Por lo tanto, él es Tu fiel apoyo, tesorero de Tus enseñanzas vivifi-
cantes, Tu testigo en el Día del Juicio, Tu Enviado con la verdad y
Tu Mensajero para la creación”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 168)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Por Quien lo ha enviado con la verdad y lo ha escogido, sobre la
creación que no hablo sino verazmente”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 564)
Capacidad y méritos
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“(Tienen) al Señor Misericordioso, una religión consolidada y un
guía sabio”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 454)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Entonces pedid eso (la cualidad de seguir al Corán) de su gente,
porque ellos son la vida de la ciencia y la muerte de la ignorancia.
Ellos son quienes os informan sus resoluciones a partir de sus cien-
cias, sus silencios con sus exposiciones, sus manifestaciones externas
a partir de sus interiores. No se oponen a la religión ni discrepan
en ella. Entonces él (el Corán) es entre ellos un testigo veraz y un
silencio expresivo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 450)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Sepan! Quien de nosotros las encuentra (a las dificultades), marcha
a través de ellas con una lámpara luminosa y camina en ellas como
lo hacen los bienhechores, hasta romper la cadena de la esclavitud
y liberar a los esclavos, dispersar a los grupos (falsos) y unir a los
seguidores de la Verdad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 458)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Por cierto que Dios, Poderoso y Majestuoso, ha dilucidado Su
religión a través de los Guías de la Gente de la Casa de nuestro
Profeta. A través de ellos manifestó Su Camino Recto y abrió el
interior de la fuente de Su ciencia. Luego, aquel de la comunidad de
Muhammad (PBd) que conoce como es debido y respeta el derecho
de su Imam, encuentra la dulzura de la Fe y capta la preferencia de
la belleza del Islam.
Porque Dios, Bendito y Exaltado Sea, estableció al Guía como una
señal para su creación, colocándolo como un argumento contra los
sustentadores del mundo. Lo ha revestido con la corona de la amistad
y lo ha cubierto con la luz del Omnipotente. Él se relaciona con el
cielo sin que Sus Generosidades se agoten para él. No se alcanza lo
que está ante Dios sino por su intermedio. Dios no acepta las accio-
nes de los siervos si no lo conocen. Por eso él es sabio de los asuntos
ocultos, de las tradiciones enigmáticas y las tentaciones dudosas”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 203)
5.- Del Imam Rida (P), según narró Abdul Aziz lbn Muslim:
“Estábamos con el lmam lbn Musa Ar-Rida (P) en Maru. Al poco
tiempo de arribar allí, nos reunimos en la mezquita el día viernes.
Surgió la conversación sobre el tema del Imamato; se habló y hubo
discrepancias al respecto. Entonces me presenté en lo de mi maestro
(P) y le informé sobre esto. Sonrió y luego me dijo:
‘¡Oh, Abdul Aziz! Ellos ignoran y están engañados por sus propias
opiniones. Dios, Poderoso y Majestuoso, no tomó el alma de Su
Profeta (PBd) hasta haber completado Su religión y haberle revelado
el Corán. En él se encuentra la aclaración de todas las casas. En
él se ha dilucidado completamente lo lícito y lo vedado, las leyes,
los mandatos y todo aquello que la gente necesita, ya que ha dicho,
Poderoso y Majestuoso: ‘No hemos omitido nada en la Escritura’1.
Y fue revelado en la última peregrinación, de la despedida del Profeta
(PBd), en los últimos días de su vida: ‘Hoy he completado vuestra
religión y he consumado Mi bendición sobre vosotros y estoy sa-
tisfecho de haberos dado como creencia el Islam’2.
No falleció (el Profeta -PBd-hasta que dilucidó para su comunidad
las señales de su religión, les aclaró sus caminos y los colocó frente
al Sendero Recto, estableciendo a ‘Ali (P) como bandera y guía. Y no
dejó nada de toque la comunidad necesita sin explicarlo. Entonces,
quien pretenda que Dios, Poderoso y Majestuoso, no ha perfeccio-
nado Su religión, rechaza el Libro de Dios. Y quien lo rechaza, es
un incrédulo.
¿Acaso conocen la jerarquía del Imamato y su lugar en la comunidad
para considerar admisible poder elegirlo? El asunto del Imamato
es el más excelente de los valores, la mayor profundidad y firmeza,
de tal manera que la gente no puede alcanzarlo con sus intelectos y
opiniones, y así poder elegir al Imam por su propia cuenta.
El asunto del Imamato es como lo que Dios particularizó para
Abraham (P), el Intimo, después de la Profecía y la amistad, en
tercer grado, como una virtud que lo ennobleció y por la cual elevó
su nombre diciendo: “...Haré de ti un Guía para los hombres...”
Entonces el Intimo exclamó con alegría: ‘¿Y a mi descendencia?’3
Y Dios, Bendito y Exaltado, contestó: ‘Mi alianza no incluirá a
(quienes sean) opresores’4. Por consiguiente, con esta aleya inva-
lidó el Imamato para todos los impíos hasta el Día del Juicio. Este
cargo es exclusivo de los elegidos. Luego lo ennobleció (a Abraham
-P-) estableciendo el Imamato en los escogidos y purificados de su
descendencia diciendo: ‘Y le otorgamos a Isaac y a Jacob como una
1 Corán, 6:38.
2 Corán, 5:3. El asunto del Imamato es la perfección de la religión.
3 Corán, 2:124
4 Ídem.
bendición e hicimos que ambos fueran de los justos. Y les pusimos
como dirigentes para que guiasen conforme a Nuestro mandato
y les revelamos que hicieran el bien, que realizaran la oración y
entregaran el impuesto religioso purificador de la riqueza. Y fueron
siervos obedientes a Nosotros’1.
Entonces, (el Imamato) tuvo vigencia en su descendencia, here-
dándolo uno de otro, hasta que se estableció como herencia para
el Profeta (PBd). Y Dice, Poderoso y Majestuoso: ‘En verdad, la
gente más cercana a Abraham son aquellos que le seguían y éste
profeta y aquellos que creen (en él). Y Dios es el amigo y guardián
de los creyentes’2.
En consecuencia, (el Imamato) fue exclusivo para él (PBd), y él, por
orden de Dios, le envistió a ‘Ali (P) con el mismo, en concordancia
con lo que Dios le Había obligado. De esta manera fue establecido
en su descendencia elegida, a quienes Dios les otorgó la Ciencia y
la Fe, como el Altísimo declara: ‘Y aquellos a quienes les fue dado
el conocimiento y la fe dirán: «Permanecisteis hasta el Día de la
Resurrección’3. Por consiguiente, él es exclusivo de los hijos de
‘Ali (P) hasta el Día del Juicio, ya que no hay Profetas después de
Muhammad (PBd).
Luego, ¿cómo pueden ellos elegir a un Imam? Por cierto que el
Imamato es el grado de los Profetas y la herencia de los sucesores. El
Liderazgo de la representación de Dios y del Mensajero (PBd). Es el
cargo de Amir al Mu’minin (P) y la herencia de Hasan y Husein (P).
En verdad que el Imamato es la amarra de la religión, el sistema de
los musulmanes, la reforma del mundo y la gloria de los creyentes.
El Liderazgo es el fundamento creciente del Islam y su rama más
excelente. Por medio de un Imam se perfecciona la oración, la
caridad obligatoria, el ayuno, la peregrinación, el combate (por
la causa de Dios), la abundancia de las ganancias y las limosnas
meritorias. Ellos ponen en práctica las leyes de los mandatos, siendo
los guardianes de las fronteras y los límites. El Guía hace lícito lo
permitido por Dios y prohíbe aquello que Dios ha declarado ilícito.
El ejecuta las leyes de Dios, defiende la religión de Dios y convoca
1 Corán, 21:72-73.
2 Corán, 3:68.
3 Corán, 30:56.
hacia el camino de su Señor con la sabiduría, el buen consejo y el
argumento evidente. El Imam es el confidente de Dios en Su creación
y Su prueba sobre Sus siervos.
Él es Su representante en Sus ciudades, invocador hacia Dios y de-
fensor de lo sagrado. El Imam es puro, libre de pecados, separado
de todo defecto. La ciencia es exclusiva de él, y la benevolencia es
su particularidad. Él es el sistema de la religión, la gloria de los
musulmanes, la ira de los hipócritas y la aniquilación de los idólatras.
Él carga con el Liderazgo y conoce la política, es obligación obede-
cerlo. Esta consagrado a la Orden de Dios. Es un buen consejero de
los siervos de Dios y preservador de la religión divina”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 198-202)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Supieron que no es conveniente que sobre las cuestiones referentes
al sexo, la sangre, el botín, los mandatos y la guía de los musulmanes
gobierne un miserable, pues su avidez estaría en sus bienes. Ni un
ignorante, pues los extraviaría con su ignorancia. Ni un iracundo,
porque cortaría las relaciones con la gente debido a su antipatía.
Ni alguien injusto (en el reparto de bienes) de la hacienda pública,
pues otorgaría a unos más que a otros. Ni alguien sobornable en
las sentencias, porque se perderían los derechos. Tampoco debe
ser incapaz de poner en práctica las Leyes de Dios y la Tradición
profética, pues su descuido aniquilaría a la comunidad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 407)
La sinceridad
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Testifico que no hay divino excepto Dios, Único, sin asociados.
Este es un testimonio sincero que ha sido probado, cuya esencia
se ha moldeado en la fe. Nos aferramos al mismo en tanto perma-
nezcamos, y lo reservamos para enfrentar las dificultades. Él es la
base de la fe, la introducción a la beneficencia, la complacencia del
Misericordioso y el rechazo del demonio”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 41-42)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Hasta ahora no ha sido intimidado ni me han atemorizado con una
espada. Creo en el éxito que mi Señor me ha prometido”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 562)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Creemos en Él como alguien que lo espera con certeza y retoma a
Él como creyente, se somete humildemente y es para Él un sincero
monoteísta”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 588)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡No será descuidada una Ley Divina mientras yo esté presente!”.
(“Taljisu Shafi”, tomo II, pág. 156)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando (surgen tentaciones y dificultades), quien pueda consa-
grarse exclusivamente a Dios (sin dejar arrastrar por estas), que
lo haga. Si me obedecen, entonces lo llevaré, si Dios quiere, por el
sendero del Paraíso, a pesar de que tendrá muchas dificultades y
amarguras”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 487)
3.- Del Imam ‘Ali (P), respecto a las tierras que confiscó de aquellos
musulmanes a quienes Uzmán se las había otorgado:
“¡Por Dios!, que si encontrase que han tomado las propiedades y con
ellas se casaron y tomaron esclavas, igualmente las confiscaría. Pues
en la Justicia hay amplitud, y quien estrecha la Justicia, entonces la
injusticia le será aún más estrecha”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 66)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Pero yo golpeo por medio de un encaminado hacia la verdad al
que toma la espalda contra la verdad, y con un oyente obediente a
un desobediente sospechoso. Y lo haré constantemente hasta que
llegue mi hora”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 59)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Operaré a la falsedad hasta que la verdad salga de su costado. No
me importa que sean Quraishitas. Por Dios, ya les combatí cuando
eran incrédulos, y los combatiré ahora que obran sediciosamente.
Y fui un compañero para ellos tanto ayer como lo soy hoy”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 111)
Capítulo II
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Lo ha enviado (Dios al Profeta -PBd-) en un momento en el cual
no había ningún Profeta. Las naciones llevaban largo tiempo ador-
mecidas y abocadas a los crímenes, separadas de los asuntos y
continuamente enardecidas en guerras.
El mundo estaba eclipsado de luz, y el engaño se manifestaba. En
un momento en que las hojas amarilleaban, se desesperaba de sus
frutos, bajaban (el nivel) de sus aguas, se borraban las señales de la
Buena Guía y se manifestaban las banderas de la maldad. Entonces
les llegó confirmando los Libros anteriores y con una luz (el Corán)
que es guía”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 221 y 499)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios hizo surgir a Muhammad (PBd) con la verdad, a fin de extraer
a Sus siervos de la adoración de los ídolos hacia Su adoración y
de la obediencia al demonio hacia Su obediencia, por medio de un
Corán dilucidado y consolidado, para que los siervos conozcan a
su Señor en tanto que antes lo ignoraban, y para que Lo reconozcan
después de haberlo negado”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 446)
Capítulo III
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Dios! Tú sabes que no hicimos lo que hicimos disputando por
el poder ni en procura de los excedentes de los bienes efímeros del
mundo. Por el contrario, (lo hicimos) para restaurar los signos de
Tu Religión, descubrir la corrección en Tus ciudades, dar seguridad
a los oprimidos de Tus siervos y a fin de que se pongan en práctica
Tus Leyes que han sido descuidadas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 406-407)
2.- Del Imam Hasan (P), dirigiéndose a Moauia:
“He desistido combatirte, siendo que se trataba de algo permitido
para mí, debido a la rectitud de la comunidad y sus relaciones
amistosas”.
(“Al Gadir”, tomo X, pág. 160)
3.- Del Imam Hasan (P):
“Si hubiera obrado y trabajado con previsión en el asunto mundanal
para el mundo en sí, no habría sido Moauia más poderoso ni más
fuerte que yo, y mi decisión hubiera sido diferente de la que vieron.
Pero yo tomo a Dios y a ustedes como testigos de que, como han
podido apreciar, no deseaba más que impedir el derramamiento de
su sangre”.
(“AI Imamah Uasiasah”, tomo I, pág. 141)
4.- Del Imam Hasan (P):
“Cuando vi que no existía fuerza en ustedes (para combatir a
Moauia), entregué el asunto a fin de que tanto ustedes como yo
permanezcamos entre ellos”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 227)
La intención del Imam Hasan (P) al decir: “a fin de que tanto
ustedes como yo permanezcamos entre ellos”, alude a una perma-
nencia en la comunidad a través de la cual existe la posibilidad de cortar
las manos de los opresores, limitar la corrupción, la ampliación del
círculo despótico y de la injusticia, como resulta obvio del contexto.
Porque la presencia de personalidades ejemplares restringe los poderes
de los transgresores y vivifica las señales de la religión. Así, cuando por
falta de poder, la guerra no resulta fácil para el guía y sus compañeros,
se toma otra decisión para rechazar la corrupción.
Esto no implica escapar de la imposición social contra los tiranos ni
descuidarse de ello. Por el contrario_, se trata de una variante de la
resistencia y la firmeza, hasta tanto se destaque la verdad vencida
y entonces pueda convocarse al despertar de las visiones y las
conciencias de las masas, y así rectificar sus comprensiones políticas.
Luego, esta preparación política es un punto de partida de los movi-
mientos consientes revolucionarios frente a los tiranos. La excelencia
de este movimiento la podemos apreciar en el acontecimiento de
Asura; luego, en la revolución de Zaid; en el suceso de Fajr, y así
continuamente hasta nuestros días.
En consecuencia, la posición que asumió el Imam Hasan (P) frente
a Moauia ibn Abu Sufián sólo era una modificación táctica con
permanencia de los objetivos, y no una alteración estratégica en contra
los objetivos”.
5.- Del Imam Husein (P):
“No he salido en forma despreocupada ni disipadamente. Ni lo hice
para dividir ni oprimir. Por el contrario, sólo salí con el objeto de
buscar la corrección en la comunidad de mi abuelo Muhammad
(PBd). Quiero ordenar el bien, vedar el mal y marchar por el camino
de mi abuelo y de mi padre ‘Ali ibn Abu Talib (P)”.
(“Al Bahar”, tomo XLIV, pág. 329)
Capítulo IV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“‘Ali (P) vio a una mujer cargando sobre su hombro un odre de agua.
Entonces se lo tomó y lo llevó hasta su morada. Le preguntó sobre
su estado, y ella contestó: ‘‘Ali ibn Abu Talib envió a mi compañero
hacia ciertas fronteras y él murió, dejándome los niños huérfanos.
No poseo nada. La necesidad me impulsó a realizar servicios para
la gente’.
Luego él se marchó y estuvo inquieto toda la noche. Al amanecer llenó
una bolsa con comida y la cargó. Algunas personas le solicitaron
que les permitiera transportarla de parte suya, pero él les respondió:
‘¿Quién ha de cargar mi peso en el Día del Juicio?’.
Caminó (hasta la casa de la mujer) y golpeó la puerta. Ella preguntó:
‘¿Quién es?’. Le contestó: ‘Soy el siervo que ayer cargó por ti el
odre. Ábreme, que tengo algo para los chicos’. Ella dijo: ‘Dios se
complazca de ti, y juzgue entre mí y ‘Ali ibn Abu Talib’. Él entró y
dijo: ‘Quiero adquirir la recompensa. Permíteme amasar y hornear
o bien atender a los chicos’. Ella respondió: ‘Yo soy más hábil para
amasar, mientras que usted está más capacitado para atender a los
chicos. Entonces, distráigalos hasta que yo termine’.
Narró (la mujer): ‘Yo me dirigí al trigo e hice la masa. ‘Ali se dirigió
hacia la carne, la cocinó y preparó bocaditos de carne, dátiles y otras
cosas. Y mientras les daba de esto a los chicos, les iba diciendo:
¡Oh, tú, hijo mío! Dispensa a ‘Ali ibn Abu Talib por lo que pasó’.
Cuando (la mujer) concluyó la masa, exclamó: ‘¡Oh, siervo de Dios!
Enciende el horno’. Entonces ‘Ali tomó la iniciativa e hizo esto.
Cuando las llamas subieron al punto de quemar su rostro, él excla-
mó: ‘¡Degusta, oh, ‘Ali! ¡Esta es la recompensa de quien descuida
a las viudas y a los huérfanos!’.
En tanto, pasó una mujer que lo conocía y dijo: ‘¡Guay de ti! ¡Este
es Amir al Mu’minin! Entonces la mujer se adelantó y le dijo: ‘Tengo
vergüenza de ti, oh, Amir al Mu’minin’. ‘Ali replicó: ‘¡Al contrario!
Yo tengo vergüenza de ti, oh, sierva de Dios, por lo que desatendí
de tu asunto”.
(“Al Bahar”, tomo XLI, pág. 52)
2.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Muhammad ibn ‘Utama, de su padre,
de su tío:
“He visto en Medina a un hombre que lleva sobre su espada un odre
y en su mano una vasija, diciendo: ‘¡Oh, Dios, Protector y Refugio
de los creyentes! Acepta mi sacrificio de esta noche, pues en esta
noche no poseo más que esta vasija y mi ropa. Tú sabes bien que a
pesar de estar hambriento, he impedido a mi alma (tomar algo de
la vasija), y te ruego que este odre ante Ti me sea provechoso. ¡Oh,
Dios! No arrojes mi rostro sobre la tierra ni rechaces mi súplica’.
Entonces me acerqué hasta que pude reconocerlo. Era ‘Ali ibn Abu
Talib (P) que iba ante un hombre para alimentarlo”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 540)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Said ibn Qeis al-Hamadani vio a ‘Ali Amir al Mu’minin (P) un día
caluroso aliado de un muro. Exclamó: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! ¿A
esta hora (estás aquí)?’. Respondió: ‘No salí sino para auxiliar a
un oprimido y socorrer a un apesadumbrado”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 409)
Capítulo VI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“Ali ibn Husein (P) solía salir durante la noche oscura cargando
sobre su espalda una alforja en la que llevaba bolsas de dinares
y dírhams. A veces transportaba sobre su espalda comida y leña.
Entonces llegaba a una puerta, la golpeaba y le daba (de lo que
llevaba) a quien salía.
Cuando daba algo a un pobre, se cubría el rostro a fin de que no lo
reconocieran. Cuando falleció, ellos quedaron desprovistos de esto,
y entonces se dieron cuenta de que (su sostenerdor) se trataba de
‘Ali ibn Husein (P).
Cuando lo colocaron en el baño mortuorio, observaron en su espalda
un callo como la rodilla de un camello a causa de cargar cosas sobre
ella para llevarlas hacia las moradas de los pobres y menesterosos”.
(“Al Bahar”, tomo XLVI, pág. 62)
2.- Del Imam Sayyad (P) según transmitió Sufián ibn ‘Uiainah quien
transmitió:
“Una noche fría y lluviosa Az-Zuhri vio a ‘Ali ibn Husein (P) car-
gando sobre su espalda harina y leña. Le preguntó: ‘¡Oh hijo del
Mensajero de Dios! ¿Qué es esto?’. Respondió: ‘Deseo viajar, en-
tonces preparo provisiones y las cargo en un lugar seguro’.
Az-Zuhri entonces replicó: ‘Este es mi esclavo. Él lo cargará por
ti’. El Imam lo rechazó.
Entonces inquirió (Az-Zuhri): ‘Yo mismo lo cargaré por ti y te libraré
de hacerlo’. ‘Ali ibn Husein dijo: ‘Pero yo no quiero librar a mi alma
de lo que me salva en mi viaje y hacer bendita mi entrada donde tengo
que ingresar. Te ruego por Dios que vuelvas a tu tarea y me dejes’.
Entonces se marchó. Luego de varios días, le dijo (Az-Zuhri al Imam
-P-): ‘¡Oh, hijo del Mensajero de Dios! No he visto huella alguna
del viaje que mencionaste’. Contestó: ‘¡Sí, oh Zuhri! ¡Cómo no! No
es como pretendes, sino que se trata de la muerte, y para ella me
estaba proveyendo. La preparación para la muerte sólo consiste en
abstenerse de lo ilícito, otorgar la riqueza y el bien’”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 279-280)
3.- Del Imam Sadiq (P), según narro Mo’allab ibn Jonais:
“Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) salió en una noche lluviosa con
el propósito de ir al refugio de Bani Sa’ida. Yo le seguí y entonces
algo se le cayó. Exclamó: ‘¡En el Nombre de Dios! Hazlo regresar
a nosotros Me le acerqué y lo saludé. Preguntó: ‘¿Eres Mo’alla?’
Respondí: ‘Sí, por favor’. Dijo: ‘Ve a buscar con tus manos, y tráeme
lo que encuentres’.
Mientras buscaba hallé muchos pedazos de pan esparcidos y se los
fui alcanzando. En eso encontré una bolsa de pan, pero no pude
cargarla. Por eso le dije: ‘¡Súbela sobre mi cabeza!’ Él inquirió:
‘De ninguna manera. Yo soy más adecuado para transportarla.
Pero puedes venir conmigo’. Marchamos hasta llegar al refugio de
Bani Sa’ida y encontramos a los pobladores dormidos. Entonces él
colocó uno o dos pedazos de pan junto a cada persona hasta llegar
al último. Después retomamos”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 278-279)
Capítulo VII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“‘Ali ibn Husein (P) pasó junto a los leprosos montado sobre su
asno, mientras ellos estaban comiendo. Entonces lo invitaron a co-
mer y respondió: ‘Sepan que si yo no estuviera ayunando aceptaría’.
Cuando llegó a su casa, ordenó preparar una comida muy sabrosa
y abundante. Luego los invitó y entonces ellos comieron ante él y él
comió con ellos”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 123)
2.- Del Imam Sadiq (P), según narró Hisham ibn Salim:
“Cuando anochecía y transcurría una parte de la noche, (Abu Abdu-
llah el Imam Sadiq -P-) tomaba una bolsa que contenía pan, carne
y dírhams y la cargaba sobre su cuello, Después se dirigía hacia
los necesitados de Medina y lo repartía entre ellos sin que pudieran
reconocerlo. Cuando Abu Abdullah falleció, ellos quedaron despo-
jados de esto, y entonces advirtieron que se trataba de él”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 278)
Capítulo VIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Rida (P), según narró Abdullah ibn Salt de un hombre
de la gente de Bajl, quien dijo:
“Estuve con el Imam Rida (P) en su viaje hacia Jorasán. Un Día
ordenó colocar el mantel que tenía y se reunieron sus sirvientes,
tanto negros como no negros. Entonces le dije: ‘¡Por favor! ¿Por
qué no puso para ellos un mantel aparte?’. Contestó: ‘¡Cállate! El
Señor, Poderosos, Bendito y Exaltado, es Único; la madre es una y
el padre es uno. La retribución se realiza según la acción”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 230)
2.- Del Imam Rida (P), según transmitió Yasir, el sirviente:
“Cuando faltaban siete paradas para arribar a la ciudad de Tus, el
Imam Rida (P) enfermó. Entramos a Tus mientras su enfermedad se
agravaba, y permanecimos allí varios días. Al-Ma’mun lo visitaba
dos veces diarias. Cuando llegó el último día, en el cual falleció, se
encontraba muy delgado. Después de la oración del mediodía me
dijo: ‘¡Oh, Yasir! ¿La gente aún no comió nada?’. Contesté: ‘¡Oh,
mi señor! ¿Quién puede comer con este estado que usted tiene?’.
Entonces se levantó y ordenó: ‘Traigan el mantel’. Y no dejó a nin-
guno de la gente de su casa aparte, sino que los hizo sentar a todos
junto a él sobre el mantel, mientras los saludaba uno a uno. Cuando
hubieron comido, exclamó: ‘Manden comida para las mujeres’. Y así
lo hicieron. Cuando concluyeron el almuerzo, él quedo inconsciente
y falleció, mientras la gente gritaba”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 241)
Capítulo IX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien ejerce opresión contra un pobre o lo ataca y desprecia, Dios
lo congregará el Día del Juicio como una hormiga con forma humana
hasta que penetre en el Fuego”.
(“Zauabul Amal”, pág. 3125)
2.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Harez al-Hamdani:
“Una noche hablé con Amir al Mu’minin (P) y le dije: ‘¡Oh Amir
al Mu‘minin! Me ha surgido una necesidad’. ‘Ali (P) me preguntó:
‘¿Piensas que puedo cubrirla?’. Contesté: ‘Sí’. Exclamó: ‘Que Dios
te recompense con el bien de parte mía’.
Luego se dirigió hacia una lámpara, la cubrió y se sentó. Después
dijo: ‘Sólo he cubierto la lámpara a fin de no ver la humillación
de la necesidad en tu rostro. Entonces cuéntame. Yo escuché del
Mensajero de Dios (PBd) decir: Las necesidades son depósitos de
Dios en los pechos de los siervos. Entonces a quien las oculta, se les
inscribe como adoración, y a quien las manifiesta, quien lo escucha
lo debe ayudar’”.
(“Al Uasail”, tomo VI, pág. 319-320)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Un hombre fue hacia ‘Ali ibn Abu Talib (P) y le dijo: ‘¡Oh, Amir
al Mu’minin! Te ruego (que resuelvas) una necesidad ‘. Me dijo:
‘¡Escríbela en la tierra!’ Yo percibo en ti claramente tu problema’
. Entonces escribió sobre la tierra: ‘Yo soy un pobre necesitado’.
‘Ali exclamó: ‘¡Oh, Qanbar! ¡Vístelo con dos mantos!’ Entonces el
hombre redactó una poesía diciendo:
‘Me visitó con dos mantos,
mantos cuya belleza envejece (es temporal).
Pronto lo vestiré con mantos de buen elogio (cuya belleza perdura
y no envejece).
Obtendrá mi buen elogio,
mas obtuvo una nobleza que nada puede sustituir.
La alabanza vivifica el nombre de su compañero
del mismo modo que la lluvia con su humedad vivifica al desierto
y la montaña.
Y no perderá lo que obtuvo,
porque cada siervo será retribuido según lo que haya realizado’.
Entonces ‘Ali (P) ordenó: ‘¡Denle cien dinares más!’. Le dijeron:
‘¡Oh, Amir al Mu’minin! Lo has enriquecido’. Entonces él expresó:
‘Yo escuché del Mensajero de Dios (PBd):Pongan a las gentes en
sus lugares’ . Después agregó: ‘Me asombro de quienes compran
a los esclavos con sus bienes, mas no compran a los libres con sus
buenas acciones’”.
(“Amale Saduq”, pág. 242-243)
4.- Del Imam Sadiq (P), según narró Ishaq ibn Abu lbrahim:
“Estuve con Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) mientras estaba
con él Mo’allab ibn Jonais, cuando entró un hombre de la gente de
Jorasán, quien se dirigió hacia él y le dijo: ‘¡Oh, hijo del Mensaje-
ro de Dios! Me empobrecí y no puedo retornar a mi familia, salvo
que me ayudes’. Entonces Abu Abdullah miró hacia la derecha y la
izquierda, y exclamó: ‘¿No escuchan lo que dice su hermano? El
bien sólo se encuentra en tomar la iniciativa (antes del pedido). En
cuanto a lo que otorgáis después del pedido, sólo es retribuido con
la reputación que se les brinda. Dijo el Mensajero de Dios (PBd):
¡Por Quien abrió el grano, creó la creación y me envió con la verdad
como un Profeta! La desgracia que soporta alguien por solicitarte
es mayor que lo que obtiene de tu bondad’”.
(“Al Bahar”, tomo XCVI, pág. 146-147)
5.- Del Imam ‘Ali (P), cuando encontró que la coraza que le pertenecía la
llevaba puesta un cristiano, y entonces lo llevó ante Shoraih para denunciarlo:
“(Dijo ‘Ali -P-) ‘Esta es mi coraza, la cual no he vendido ni regalado
a nadie’. Shoraih le preguntó al cristiano: ‘¿Qué es lo que dice Amir
al Mu’minin?’. El cristiano respondió: ‘Esta coraza es mía, y Amir
al Mu’minin, según mi opinión, es mentiroso’. Shoraih se volvió
entonces hacia ‘Ali y le preguntó: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! ¿Tienes
pruebas (de lo que dices)?’. Respondió: ‘No’. Entonces (Shoraih)
sentenció a favor del cristiano.
Este se retiró unos pasos y luego retomó diciendo: ‘En cuanto a mí,
testimonio que esta es de las disposiciones de los Profetas. Amir al
Mu’minin va hacia su juez, pero su propio juez sentencia en contra
suya”.
(“Al Garat”, tomo I, pág. 124-125)
Capítulo X
La simplicidad en la vida
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Cuando descendió sobre el Profeta la siguiente aleya ‘Y, en ver-
dad, todos ellos están citados en el Infierno. Tiene siete puertas y a
cada puerta le corresponde un grupo concreto de ellos’1, entonces
el Profeta (PBd) comenzó a llorar intensamente. Sus compañeros
lloraron a causa de su llanto, mas no sabían qué le había revelado
el Ángel Gabriel, y ninguno de ellos podía hablarle.
Por otro lado, cuando el Profeta (PBd) veía a Fátima (P) se alegra-
ba por ella. Entonces uno de sus compañeros fue a la casa de ella
(a buscarla). La encontró moliendo cebada mientras decía: ‘Pero
lo que hay junto a Dios es mejor y más duradero’2. La saludó y le
informó respecto del Profeta (PBd) y su llanto. Entonces Fátima se
levantó y se cubrió con un manto viejo, el cual se hallaba cosido en
doce lugares con fibra datilera. Cuando ella salió, Salmán al-Farsi
vio el manto y llorando exclamó: ‘¡Qué tristeza!, las hijas de Qai-
sar y Cosroes visten brocado y seda, y la hija de Muhammad (PBd)
posee un manto de lana vieja que fue remendado en doce lugares’.
Cuando Fátima entró donde estaba el Profeta (PBd) le dijo: ‘¡Oh,
Enviado de Dios! Salmán se quedó sorprendido por mi ropa. ¡Por
1 Corán, 15:43-44.
2 Corán, 28:60.
Quien te ha enviado con la verdad!, hace cinco años que con ‘Ali
no tenemos más que una piel de cordero sobre la cual alimentamos
durante el día a nuestro camello y cuando llega la noche la ponemos
como alfombra. Y nuestra almohada es de una piel cuyo interior fue
rellenado con fibra datilera’. Entonces el Profeta (PBd) dijo: ‘¡Oh
Salmán! Mi hija se encuentra a la vanguardia de los adelantados
(del grupo que abandonó el mundo y se dirigió hacia Dios)”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 303)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) te es suficiente como modelo, y es un
guía para ti sobre el reproche del mundo, su defecto, su abundancia
de malvados e ignominia. Porque el mundo no cumplió con él, sino
que preparó todo para otro que él. Él no mamó de su leche. Ante
sus adornos bajó la vista.
Mas si lo deseas, puedes tomar como segundo modelo a Moisés,
el Interlocutor de Dios, la Bendición de Dios sea sobre él, cuando
dice: ‘¡Señor mío! ¡En verdad, estoy necesitado de cualquier bien
que envíes para mí!’1. Y por Dios que no le pidió más que un pan
para comer, pues se alimentaba con hierbas del suelo, al punto que
el verdor de las plantas se percibía debajo de la piel de su vientre,
debido a su delgadez y al derretimiento de su carne.
Y si quieres puedes tomar como tercer ejemplo a David, la Bendi-
ción de Dios sea sobre él, el dueño de los Salmos y recitador de la
gente del Paraíso. Tomaba ramas de hojas de dátiles y con ellas
tejía y preparaba un cesto de hojas de dátiles. Entonces les decía a
sus compañeros: ‘¿Quién de ustedes lo va a vender por mí?’. Y así
comía un pedazo de pan de cebada.
Mas si deseas hablar, puedes hacerlo sobre Jesús, el hijo de María,
la Paz sea sobre él, que ponía una piedra como almohada, vestía
ropa tosca y se alimentaba con comida muy rústica. Su condimento
era el hambre, su lámpara en la noche era la luna y su refugio en
el invierno era el saliente y el poniente. Su fruta y su verdura eran
lo que crecía en la tierra para los animales. No tenía esposa que lo
engañara, ni hijo que lo entristeciera, ni bienes que lo desviaran, ni
avidez que lo humillara. Su montura eran sus piernas y sus sirvientes
1 Corán, 28:24.
sus manos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 507)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Jesús (P) hijo de María expresó en su disertación ante los hijos
de Israel: ‘Amanecí entre vosotros mientras mi condimento era el
hambre, mi comida era lo que crecía en la tierra para los animales
salvajes, mi lámpara era la luna, mi lecho era la tierra y mi almo-
hada era la piedra. No tengo casa que se derrumbe, ni riqueza que
se desperdicie, ni hijo que muera, ni esposa que se apene. Amanecía
sin tener nada, y anochecía sin tener nada, siendo yo el más rico de
los hijos de Adán’”.
(“Al Bahar”, tomo VXIV, pág. 321)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que su guía se satisfizo de su mundo con dos ropas viejas,
y de su alimento con dos pedazos de pan. Y sepan que ustedes no
pueden soportar esto. Pero me ayudan con la piedad, el esfuerzo, la
honestidad y la firmeza. ¡Por Dios! No guardé para mí de su mundo
nada de oro, ni ahorré nada de su beneficio, ni preparé para mi ropa
vieja otra ropa vieja”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 966)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Un día viernes se bañó en el Éufrates. Después compró una camisa
rústica (de Qarabis) por tres dírhams, y rezó con ella la oración del
viernes junto a la gente, mientras su cuello aún no estaba cosido”.
(“Al Garat”, tomo I, pág. 97)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Por Dios! Remendé tanto mi camisa que tengo vergüenza de
sus parches. Una persona me dijo: ‘¿Por qué no la tiras?’. Y le
contesté: ‘¡Aléjate de mí! Pues al amanecer se aprecia la caminata
nocturna’1”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 512)
Abstinencia y contento
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Un día jueves él entró a la mezquita de Quba mientras se halla-
ba ayunando. Cuando llegó la noche, preguntó: ‘¿Tienen algo de
beber?’. Un hombre de los ansares se levantó y le trajo una vasija
de leche mezclada con miel. Cuando el Mensajero de Dios (PBd) la
degustó, la retiró de su boca y dijo: ‘Dos comidas en una. Con una
sola de ellas es suficiente. No las tomo, mas no lo hago ilícito. Pero
yo soy humilde ante mi Señor, y quien sea humilde para su Señor, Él
lo elevará. En cambio, quien sea orgulloso Dios lo rebajará. Quien
es mesurado en su vida, es provisto por Dios, mas quien derrocha,
Dios lo desprovee. Y quien menciona a Dios frecuentemente, Dios
lo alimenta’”.
(“Al Mustadraq”, pág. 397)
2.- Del Imam ‘Ali (P), respecto de la descripción del desapego del Profeta
(PBd):
“Despreciaba el mundo y lo consideraba insignificante. No era
exigente en él, y sabía que Dios le restringía por Su Voluntad y le
otorgaba a otras personas abundantemente para despreciarlos. En-
tonces se apartó de este mundo con su corazón, y eliminó su recuerdo
de sí mismo. Le gustaba hacer desaparecer su belleza delante de
sus ojos, para no preparar ropas caras ni esperar en él un cargo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 336)
3.- Del Imam Rida (P), de sus padres, de ‘Ali (P):
“Estuvimos junto al Profeta (PBd) durante la excavación del foso
(que se realizó alrededor de Medina para la batalla de Jandaq).
Se acercó Fátima con un pedazo de pan y se lo ofreció al Profeta.
Entonces él le preguntó: ‘¿Qué es esto?’. Ella le contestó: ‘Es un
pedazo de pan que he horneado para Hasan y Husein, del cual te
he traído una porción’. Luego el Profeta (PBd) exclamó: ‘Entérate
que ésta es la primera comida que ingresa en la boca de tu padre
después de tres días’”.
(“Al Bahar”, tomo XX, pág. 245)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“No teníamos más que una piel de cordero. En ella pernoctábamos
con Fátima y sobre ella alimentábamos al camello durante el día”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 95 y 97)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Compró una ropa y le resultó agradable. Entonces la otorgó como
limosna”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 95 y 97)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“¿Quién quiere comprar mi espada? ¡Por Dios! Si hubiera tenido
dinero para un pantalón, no la vendería”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 95 y 97)
7.- Del Imam Baqir (P):
“‘Ali (P) gobernó durante cinco años, y no puso ladrillo sobre la-
drillo, ni adobe sobre adobe, ni se adjudicó ningún feudo, ni dejó
en herencia nada rojo ni blanco”.
(“Amale Saduq”, pág. 250)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“Un judío le dijo: ‘La gente pretende que Jesús era desapegado’.
‘Ali (P) le contestó: ‘En efecto, sí lo era. Y Muhammad (PBd) es el
más desapegado de entre los Profetas.
Nunca se levantó delante de él un mantel que tuviera comida (so-
brante). Jamás comió pan de trigo, y nunca se satisfizo con pan de
cebada durante tres noches seguirás. Cuando murió su coraza era
rehén de un judío (estaba empeñada) por cuatro dírhams. Y no dejó
(en herencia) nada ni rojo ni blanco, a pesar de todas las tierras que
dominaba y los botines que poseía. Repartía 300.000 ó 400.000 por
día. Cuando anochecía y un mendigo pedía, exclamaba: ‘¡Por Quien
envió a Muhammad con la verdad! No hay entre toda la familia de
Muhammad un medida de cebada, ni una medida de trigo, ni un
dírham, ni un dinar’”.
(“Al Ihtiyay”, tomo I, pág. 350)
9.- Del Imam Rida (P), según narró Abu ‘Ibad:
“El Imam Rida (P) se sentaba durante el verano sobre una estera, y
durante el invierno sobre un fieltro. Su vestimenta era de tela rústica.
Cuando salía ante la gente, se adornaba para ellos”.
(“Al Bahar”, tomo XLIX, pág. 89)
10.- Del Imam Al-Askari (P), según transmitió Kumail:
“Cuando ingresé a lo de mi señor, Abu Muhammad (el Imam Al-
Askari -P-), mi vista cayó sobre las ropas blancas y blandas que
llevaba puestas. Me dije a mí mismo: ‘Un Protector de Dios y una
Prueba, ¿cómo viste esta ropa suave mientras nos ordena compartir
con nuestros hermanos y nos veda vestimos de esa manera?’. En-
tonces me dijo sonriente: ‘¡Oh, Kumail!’, y en el ínterin se levantó
la manga (enseñándome) un fieltro de lana muy grueso y negro que
llevaba sobre su piel, diciéndome: ‘Este es para Dios, el otro es
para ustedes’”.
(“Al Bahar”, tomo L, pág. 253)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Déjenme! Me basta de su mundo con un poco de sal y un pedazo
de pan. Mi esperanza de prosperidad es el temor de Dios. ¿Qué es
de ‘Ali y de las Mercedes que desaparecen, y de un gozo provisto de
los pecados? Yo y mis seguidores pronto encontraremos a nuestro
Señor con ojos vigilantes y vientres hambrientos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 395)
12.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cada día viernes él barría el piso del tesoro público, lo regaba y
luego rezaba allí dos ciclos. Después exclamaba: ‘Testificarán a mi
favor en el Día del Juicio’”.
(“Al Garat”, tomo I, pág. 46-47)
13.- Del Imam ‘Ali (P):
“Habían colocado ante él un pedazo de carne seca Y magra. Le
preguntaron: ‘¿Ponemos para ti un poco de aceite?’. Contestó:
‘Nosotros no comemos dos comidas juntas’”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 99)
14.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Umm Kulzum, hija de Amir al
Mu’minin:
“Cuando llegó la noche del 19 de Ramadán, le ofrecí para que de-
sayunara una bandeja que tenía dos rebanadas de pan de cebada y
una vasija que contenía leche con un poco de sal molida. Cuando
concluyó su oración, se dirigió a desayunar. Al mirar hacia ella y
contemplarla, sacudió su cabeza llorando fuerte e intensamente, y
exclamó: ‘¡Oh, hija mía! ¿Ofreces a tu padre dos comidas en una
bandeja? ¿Quieres que mañana mi parada ante Dios, Poderoso y
Majestuoso, en el Día del Juicio sea más duradera? Yo anhelo se-
guir a mi hermano, el hijo de mi tío, el Mensajero de Dios (PBd), a
quien nunca se le brindó dos comidas en una misma bandeja hasta
que Dios lo tomó. ¡Oh, hija mía! No existe un hombre cuya comida,
bebida y vestimenta sean agradables sin que su parada ante Dios,
Poderoso y Majestuoso, el Día del Juicio, se prolongue. ¡Oh, hija
mía!, el mundo en sus cosas lícitas contiene cuenta, y en sus cosas
ilícitas hay castigo”.
(“Al Bahar”, tomo XLII, pág. 395)
15.- Del Imam ‘Ali (P):
“Adi ibn Hatam lo vio cuando habían colocado ante él (P) un vaso de
agua, un pedazo de pan de cebada y sal. Entonces exclamó: ‘Pienso
que no es admisible para ti, oh Amir al Mu’minin, que pases el día
hambriento, trabajando denodadamente, y transcurras la noche en
vigilia y con dificultades, y que luego tu desayuno sea esto’. Contestó
(P): ‘¡Acostumbra a tu alma a satisfacerse! De lo contrario te exigirá
más de aquello que es suficiente’”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 98)
16.- Del Imam Sadiq (P), de su padre:
“Ofrecieron a ‘Ali ibn Abu Talib una mezcla de dátil, crema y al-
midón, y se abstuvo de comerla. Le preguntaron: ‘¿Lo consideras
ilícito? Respondió: ‘No, pero temo que a mi alma le agrade esto y
luego salga a buscarlo’.
Después recitó la siguiente aleya: ‘Consumisteis las buenas cosas
en vuestra vida mundanal y disfrutasteis de ellas’1”.
(“Amale Mufid”, pág. 78-79)
17.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Suaid ibn Gaflat:
“Entré a lo de ‘Ali ibn Abu Talib una tarde y lo encontré sentado.
Ante él había una tela que tenía leche cortada, de la cual sentí su
olor por su acidez. En su mano había un pedazo de pan. Vi que en
la superficie del pan había cáscara de cebada. A veces él lo cortaba
con su mano, y cuando no podía (por su dureza), lo rompía con su
rodilla, y lo sumergía en la leche.
Me dijo: ‘Acércate y sírvete de nuestra comida’. Contesté: ‘Estoy
ayunando’. Entonces exclamó: ‘A quien el ayuno le impide una co-
mida que desea, es obligación para Dios alimentarlo de la comida
del Paraíso y darle de beber de su bebida’.
Le dije a su sirviente, quien se hallaba de pie cerca de él: ‘¡Guay
de ti, oh Fezza! ¿No temes de Dios por este sheij? ¿Por qué no ta-
mizaste la harina de la cáscara?’ Ella respondió: ‘Nos ordenó que
no tamizáramos la comida para él’. Luego ‘Ali (P) indagó: ‘¿Qué
le has dicho a ella?’. Entonces le informé. Exclamó: ‘¡Que mi padre
y mi madre sean sacrificados por quien no haga que le tamicen la
comida y no se satisfaga de pan de trigo durante tres días (seguidos)
hasta que Dios, Poderoso y Majestuoso, se lo lleve!’.
1 Corán, 48:20.
Y en otra narración expresa: ‘vi al Mensajero de Dios (PBd) que
comía más seco que esto y vestía más grueso que esto. Si yo no hu-
biese hecho eso, temería no llegar hasta él (en el Día del Juicio)’”.
(“Kashful Gumma”, tomo I, pág. 163)
18.- Del Imam Sadiq (P):
“No surgían para ‘Ali ibn Abu Talib (P) dos asuntos Divinos sin que
él tomase el más dificultoso de ambos. Y mientras estuvo al frente
de ustedes, sólo comió el producto de lo que había trabajado con
su mano, el cual había traído para él desde Medina. Y si deseaba
tomar harina para sí mismo, la ponía en una bolsa y después la
sellaba, por temor a que le fuese agregado algo más. ¿Quién era
más desapegado de este mundo que ‘Ali (P)?”.
(“Al Garat”, tomo I, pág. 81-82)
19.- Del Imam ‘Ali (P):
“Amr ibn Hariz vigilaba su comida. Fezza (su sirvienta) trajo una
bolsa sellada y extrajo de ella un pan cambiado de color y grueso.
Entonces ‘Amr le cuestionó: ‘¡Oh, Fezza! ¿No sería mejor si se
hubiese tamizado y limpiado esta harina?’ Ella contestó: ‘Lo estaba
haciendo, pero él no me dejó. Además estaba colocando en su bolsa
una comida agradable y entonces la selló’.
Después Amir al Mu’minin troceó el pan en una vasija y arrojó sobre
él agua. Luego le puso sal encima y se arremangó. Cuando concluyó
exclamó: ‘¡Oh, ‘Amr!, ha llegado el tiempo de esto (se acerca el
momento de mi muerte y martirio)’. Estiró su mano hacia su barba y
agregó: ‘Es perjuicio entrar al Fuego debido a la comida. Entonces
me basta con esto’”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 98-99)
20.- Del Imam ‘Ali (P):
“Se colocó ante él una vasija de faluday (un pastel de mantequilla
con miel). Entonces introdujo su dedo hasta el fondo y luego lo
extrajo. Y no tomó nada de él, mas degustó de su dedo. Y expresó:
‘Está bien. No es ilícito. Pero yo detesto acostumbrarme a lo que
no estoy acostumbrado’.
En otra narración, el Imam Sadiq (P) cuenta: ‘Él (P) estiró su dedo
hacia ella y luego lo retiró. Le preguntaron al respecto de eso, y
respondió: ‘Recordé al Mensajero de Dios (PBd). Él nunca lo comía.
Por eso a mí me disgusta comerlo’”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 98-99)
Capítulo XII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Aún si pusieran el sol en mi derecha y la luna en mi izquierda, no
abandonaré este Mensaje hasta predicarlo o morir en su camino”.
(“Al Manaqib”, tomo I, pág. 58)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Sepan! ¡Juro por Quien abrió el grano y creó la creación!, que si
no se hubiesen presentado los presentes (para jurarme fidelidad), y
no se hubiese completado la prueba para los auxiliadores, ni Dios
hubiera establecido sobre los sabios la obligación de no permane-
cer callados frente a un opresor devorador ni ante el hambre de un
oprimido, arrojaría la cuerda (de este gobierno) sobre sus hombros
y bebería con un vaso su conclusión desde su inicio. Entonces se
darían cuenta que estos mundos suyos son ante mí más despreciables
que la mucosidad de una cabra cuando estornuda”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 52)
3.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Abdullah ibn Abbas:
“Cuan o Amir al Mu’minin (P) se disponía a partir para combatir
contra la gente de Basora, me dirigí hacia él en Diqar. Lo hallé re-
mendando su sandalia. Entonces me preguntó: ‘¿Cuánto vale esta
sandalia?’. Contesté: ‘No vale nada en absoluto’. Entonces exclamó
(P): ‘¡Por Dios! Ella es más apreciable para mí que el gobernarles,
salvo por establecer la verdad y rechazar la falsedad’. Después salió
y disertó ante la gente”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 111)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Por Dios! Si me otorgaran los siete climas y aquello que está bajo
el cielo, a fin de que desobedeciera a Dios respeto de sacarle a una
hormiga una cáscara de cebada de su boca, no lo haría.
Sus mundos ante mí son más insignificantes que una hoja en la boca
de una langosta que la mastica. ¿Qué es de ‘Ali y de las Mercedes
que desaparecen, y de un gozo que no perdura? ¡Nos refugiamos
en Dios del sueño del intelecto y de la fealdad del tropiezo, y a Él
imploramos ayuda!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 714)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Vuestro juramento hacia mí no ha sido realizado súbitamente, y
no son equivalentes mi asunto y el vuestro. Yo os quiero por Dios,
mientras que vosotros me queréis por vosotros mismos. ¡Oh, gente!
¡Ayudadme contra vuestros deseos! Por Dios que tomaré del opre-
sor el derecho del oprimido, y asiré de las riendas al tirano hasta
introducirlo en la fuente de la verdad, aunque no lo desee”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 417)
6.- Del Imam ‘Ali (P), quien cuando le solicitaron que no persiguiera a
Talha ni a Zubair, ni decidiera combatirlos, exclamó:
“¡Por Dios! Yo no soy como la hiena que duerme profundamente
hasta que llega a ella quien la busca y la captura. Por el contrario,
yo golpeo con quien se dirige hacia la verdad al que vuelve la es-
palda a la verdad, y con quien es oyente obediente al desobediente
malpensado, hasta que llegue mi día. Por Dios que mi derecho ha
sido rechazado y fueron preferidos otros por encima mío desde el
momento en que Dios tomó a Su Profeta (PBd) hasta hoy”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 58-59)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Qanbar ofreció a Amir al Mu’minin (P) una copa de oro y plata en
Rahbat, diciéndole: ‘Como tú no dejas nada sin repartirlo, oculté esta
copa para ti’. Entonces desenvainó su espada y exclamó: ‘¡Guay de
ti! ¿Acaso deseas introducir en mi casa el fuego?’. Después golpeó
con su espada (la copa) hasta que se fragmentó en treinta y pico
pedazos. Luego llamó a sus subalternos y cuando se presentaron,
les ordenó repartirlos”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 108)
8.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Salim Yuhdari:
“Estuve presente una noche cuando le trajeron unos bienes a ‘Ali
(P). Él ordenó: ‘Repartan estos bienes’. Le respondieron: ‘Ya ha
anochecido oh Amir al Mu’minin. Postérguelo hasta mañana’. Él
les preguntó: ‘¿Me garantizan que he de vivir hasta mañana?’.
Contestaron: ‘Eso no está en nuestras manos’. Entonces exclamó:
‘No suspendan pues, (la tarea), hasta que lo hayan repartido todo’”.
(“Al Bahar”, tomo XL, pág. 321)
Capítulo XIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Para el Paraíso existe una entrada llamada ‘La puerta de los
combatientes’. Cuando se dirigen hacia ella, se halla abierta. Ellos
llevan colgadas sus espadas, y todos están en la parada. Los ángeles
les dicen: ‘¡Bienvenidos!’.
Entonces a quien abandone el combate, Dios lo viste con la humilla-
ción ante sí mismo y la miseria en su vida. Su religión desaparece.
Dios, Bendito y Exaltado, otorga la gloria a mi comunidad por la
punta de los cascos de los caballos y por el sitio de sus lanzas”.
(“Amale Saduq”, pág. 517)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien hace llegar una carta de un combatiente es como quien libera
a un esclavo, y es su socio en su combate”.
(“Amale Saduq”, pág. 517)
3.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P):
“Los caballos de los combatientes, son los suyos en el Paraíso”.
(“Amale Saduq”, pág. 517)
4.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P):
“Todo el bien se halla en la espada y bajo la sombra de las espadas.
La gente no alcanza la rectitud salvo a través de la espada. Ellas
son las llaves del Paraíso y del Infierno”.
(“Amale Saduq”, pág. 517)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“El insignificante y humillado no puede impedir la opresión. Y no
se llega a la verdad excepto con el esfuerzo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 103)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, grupo de musulmanes! Invístanse con el temor (a Dios) y
atraerán el sosiego. Aprieten los dientes hasta estar al resguardo de
las espadas de sus enemigos. Preparen las armas y antes de desen-
vainar las espadas, sacúdanlas. Miren hacia el enemigo con fiereza.
Asédienlos por derecha e izquierda con las lanzas. Golpéenlos con
las puntas de las espadas y atáquenlos con ellas heroicamente.
Sepan que se encuentran ante la Presencia de Dios y ante el primo
del Mensajero de Dios (PBd). Entonces embístanlos reiteradamente
y tengan vergüenza de escapar, pues sería ignominia para las gene-
raciones siguientes y fuego en el Día de la cuenta. No tengan miedo
de brindar sus almas (pues las recuperarán en el otro mundo), y
encaren la muerte mansamente.
Tengan cuidado de este ejército numeroso, con carpas elevadas.
Ataquen su centro con vuestras espadas, pues desde este ángulo el
demonio acecha. Él adelantó su mano para agredir, y atrasó su pie
para huir. Entonces, ¡resistan!.
¡Resistan! Hasta que el pilar de la verdad se ponga de manifiesto
para ustedes. (Dios expresa) ‘Pues vosotros sois los vencedores y
Dios está con vosotros y Él no reducirá la recompensa por vuestras
obras’1”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 158)
7.- Del Imam ‘Ali (P), respecto de lo que escribió para los jariyitas en
Yemen:
“De parte del siervo de Dios ‘Ali Amir al Mu’minin a quien se rebeló
y engañó a la gente de Yund y Sanaa.
En cuanto a mí, alabo a Dios, que no existe divinidad excepto Él,
después de cuya disposición no hay otra disposición y nada puede
alterar Su determinación ni rechazar Su perjuicio hacia el pueblo
criminal.
Me he enterado respecto de vuestras discrepancias y vuestro abando-
no de la religión luego de la obediencia y la juramentación. Indagué
a los religiosos sinceros, los piadosos veraces y los poseedores de
intelecto. Ellos me expusieron esto sobre lo cual no percibo para
vosotros ninguna excusa clara, ni un discurso convincente, ni un
argumento firme.
Cuando reciban mi mensaje, dispérsense y vayan a sus moradas.
Entonces les perdonaré y pasaré por alto vuestra ignorancia. Yo
juzgo entre vosotros de acuerdo a la disposición del Libro.
Si no hacéis esto, preparaos para la llegada de un ejército equipa-
do y poderoso, que ataca a quien desobedece y se rebela, el cual
os aplastará como si fuese una muela de molino. Quien realiza el
bien lo hace en beneficio propio, y quien comete el mal lo hace en
detrimento propio. Vuestro Señor no oprime a los siervos”.
(“Mustadracum Nahy”, tomo II, pág. 135-136)
8.- Del Imam ‘Ali (P), estimulando a sus compañeros para el combate:
“Adelántense quienes portan coraza y quédense atrás los despro-
tegidos. Aprieten los dientes, porque este estado es mejor para la
defensa y el triunfo.
1 Corán, 47:35.
Zigzagueen alrededor de las lanzas, pues así tienen mayor rendi-
miento. Bajen la vista, porque es más tranquilizador y sosegador del
corazón. Silencien las voces, pues esto rechaza la debilidad.
Por Dios que si huyen de esta espada, no podrán escapar de la
espada del otro mundo. Y el Paraíso se encuentra bajo las puntas
de las lanzas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 382-383)
9.- Del Imam ‘Ali (P), de sus palabras a sus compañeros en el momento
de la guerra:
“La muerte es una buscadora apresurada que no la hacen desapa-
recer los resistentes ni la debilitan los fugitivos.
Lo más noble de la muerte es el martirio. ¡Por Aquel que posee en
sus manos el alma de ‘Ali ibn Abu Talib! Mil golpes de espadas son
más llevaderos para mí que la muerte sobre el lecho en la desobe-
diencia de Dios.
Os veo deslizaros como si fuerais reptiles, sin conquistar un derecho
ni impedir la opresión. Os habéis quedado en el camino. Quien no
tenga miedo de la guerra y su peligro, prosperará, mientras que aquel
que se refrene y marche lentamente será aniquilado”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 380-381)
10.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que le dijo a su hijo Muhammad ibn al-
Hanifiiah cuando le otorgó la bandera en la jornada de Yamal:
“Aunque se sacudan las montañas, tú no te inmutes. Aprieta tus
dientes, empeña tu cabeza a Dios y clava tus pies en la tierra”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 62)
11.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando enfrentéis a un enemigo, o ellos os enfrenten, montad
vuestros cuarteles en las cimas de las montañas o en sus laderas, o
bien en las orillas de los ríos, para que esto os sirva de protección
y os mantenga alejados de vuestros enemigos.
Poned centinelas para vosotros sobre las montañas y las colinas, a
fin de que el enemigo no os ataque desde un sitio inseguro ni desde
uno seguro. Y sabed que quienes están a la vanguardia son vuestros
ojos, Y que sus ojos son la avanzada.
¡Cuidaos de la dispersión! Cuando deseéis descender, bajad todos en
un mismo lugar, y cuando queráis retirarse, trasladaos todos juntos.
Cuando os cubra la noche colocad las lanzas circundándoos, y no
degustéis del sueño más que una pequeña porción”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 854)
12.- Del Imam Baqir (P):
“(Dijo el Imam -P-) ‘¡Oh, Hakam! Todos nosotros (los Imames)
nos consagramos a la orden de Dios’. Pregunté: ‘¿Entonces tú eres
el Mahdi?’. Contestó: ‘Todos nosotros encaminamos hacia Dios’.
Indagué: ‘¿Entonces tú eres el dueño de la espada?’. Respondió:
‘Todos nosotros somos dueños y herederos de la espada’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 536)
13.- Del Imam Kazim (P), según transmitió lbrahim ibn Hamid:
“Ingresé a lo de Abu Hasan al-Auual (el Imam Kazim -P-) en la ha-
bitación donde rezaba, y no había en ella más que una ropa gruesa
(rústica), una espada colgada y un Corán”.
(“Qurbul Asnad”, pág. 174)
14.- Del Imam Hadi (P), según narró lbrahim ibn Muhammad, cuando
Al-Bathani difamó a Abu al-Hasan (P) frente a Muttauakil diciendo: “Él po-
see consigo bienes y armas”, y Muttauakil ordenó a Said al-Hayeb que por
la noche atacase al Imam y secuestrara lo que encontrase en su posesión de
riquezas y espadas, y los transporte hacia él:
“Me contó Said al-Hayeb: ‘Me dirigí a la casa de Abu al-Hasan (P)
durante la noche. Tenía una escalera, entonces ascendí con ella a
la terraza y luego bajé por otra escalera en medio de la oscuridad.
No sabía adónde iba ni cómo penetrar en el recinto.
Entonces desde la casa Abu al-Hasan (P) me llamó: ‘¡Oh, Said!
Espera hasta que te alcance una vela’. No pasó mucho tiempo has-
ta que me trajo un candil. Entonces descendí y encontré ante él un
chaleco de Jana y un gorro de lana. Delante de él había una esterilla
orientada hacia la Qibla que era su lugar de rezo.
Me dijo: ‘Revisa por toda la casa’. Entré en las habitaciones y bus-
qué sin hallar nada en ellas. Abu al Hasan (P) me dijo ‘Revisa en el
lugar de oración’. Lo levanté y encontré una espada en su vaina”.
(“Kashful Gumma”, tomo II, pág. 379)
Nota:
Encontramos numerosos ejemplos de esta clase en los estados de los
Imames y sus vidas, pues ellos siempre estaban preparados para implan-
tar la verdad y salvaguardarla por la fuerza y la espada. Ellos se hallaban
entrenados y a la espera de esta cuestión en el grado conveniente. Muchas
veces impulsaron a sus seguidores y a los jóvenes a aprender arquería y
equitación.
La posición que ellos tomaban es un ejemplo para sus seguidores. Esta
preparación es fundamental, especialmente en la época actual, para facilitar
la extensión de la justicia y la verdad, impartir el mensaje de la religión
sobre la tierra, cortar las manos de los opresores y traidores, y triunfar
en todos los campos de la vida libre y noble, como dijo el Imam Ya’far:
“Nuestros seguidores son la gente de la buena guía, de la piedad,
de la bondad, de la fe, de la conquista y el triunfo”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 233)
Capítulo XIV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Los que estarán más cerca mío de ustedes mañana, y por quienes
me será más obligatoria la intercesión, son los más veraces con sus
lenguas, más cumplidores con sus depósitos, los de mejor carácter
y los que están más próximos a la gente”.
(“Amale Saduq”, pág. 456)
2.- Del Imam ‘Ali (P), en una carta suya para alguno de sus funcionarios:
“¡Teme a Dios y restituye a ese pueblo sus bienes! Si no lo hicieras
y luego Dios me permitiera alcanzarte con mi poder, me excusaría
respecto de ti ante Dios y te pegaría con el golpe de mi espada, con
la cual nunca he golpeado a nadie sin hacerlo penetrar al Fuego.
¡Por Dios! si Hasan y Husain hubiesen obrado como tú lo has hecho,
no cabría debilidad para mí ante ellos, ni lo apoyaría voluntaria-
mente hasta tanto recuperar de ellos el derecho y rechazar la falsead
que originó sus opresiones.
Y juro por Dios, Señor del universo, que no me alegra el hecho de
que aquello que has tomado de sus bienes pueda ser lícito para mí
y pueda dejarlo como herencia para quienes vienen detrás mío.
Entonces, haz como si estuvieras a punto de concluir tu trabajo, de
ser sepultado bajo la tierra y de presentarse para ti tus acciones. Y
ten cuidado de ser un opresor que se lamente y un desventurado con
esperanza de regresar (al mundo), pero sin tiempo ya para escapar”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 957)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“‘Aqil (su hermano) se presentó ante él (‘Ali -P-), y le dijo a Al-Hasan
(P): ‘Cubre a tu tío’. Entonces lo vistió con una camisa de las suyas
y una capa de las suyas.
Cuando llegó la hora de cenar, no había sobre el mantel más que
pan y sal. Entonces ‘Aquil exclamó: ‘No veo nada (de comer)’. El
Imam (P) expresó: ‘¿Acaso esto no es de las Mercedes de Dios?
Entonces, ¡alabado sea Dios abundantemente!’.
‘Aquil le solicitó: ‘Dame algo para saldar mi deuda y despáchame
rápido, para q e pueda irme’. Le preguntó (el Imam -P-): ‘¿De cuánto
es tu deuda, oh Abu Iasid?’. Contestó: ‘Cien mil dírhams’. Él (‘Ali)
exclamó: ‘¡Por Dios que no tengo esa cantidad!, pero espera hasta
que cobre mi parte y lo comparta contigo. Si no fuese necesario algo
para mi familia, te entregaría todo (mi sueldo)’. ‘Aqil le cuestionó:
‘El tesoro público está ante ti, y tú me prometes de tu sueldo. ¿Cuánto
es tu sueldo? Y si me lo dieras todo, ¿de qué me serviría?’. Entonces
dijo (el Imam -P-): ‘Yo y tú somos respecto de los bienes del tesoro
público como cualquier otro de los musulmanes’.
Como hablaban desde arriba del palacio de gobierno, podían ver los
cajones de la gente del mercado. ‘Ali (P) le dijo: ‘¡Oh, Abu Iasid! Si
no aceptas mi propuesta, desciende hacia alguno de esos cajones,
rompe su cerradura y toma lo que contenga’. Le preguntó: ‘¿Qué
hay en esos cajones? Respondió (el Imam -P-): ‘Los bienes de los
comerciantes’. Exclamó (‘Aqil): ‘¿Me ordenas violar los cajones de
unos pobladores que se encomendaron a Dios y depositaron en ellos
sus riquezas?’. Amir al Mu’minin le respondió: ‘¿Y tú me ordenas
que abra la casa de los bienes de los musulmanes y te otorgue de
sus riquezas, mientras que los encomendaron a Dios y le pusieron
cerradura? Mas si lo deseas, agarra tu espada que yo tomaré la mía
y saldremos juntos a Hirat, ya que en ese lugar moran los comer-
ciantes acaudalados. Atacaremos a algunos de ellos y tomaremos
de sus bienes’. (‘Aqil preguntó:) ‘¡¿Acaso yo vine para robar?!’.
Le contestó (el Imam -P-): ‘Robar a uno es mejor que robar a todos
los musulmanes’”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 108-109)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando ‘Ali atravesaba la ciudad de Anbar, lo recibieron los gran-
des de Banu Jashnushak (que era un pueblo de no musulmanes bajo
protección del estado musulmán). Cuando lo encontraron, desmon-
taron (de sus animales) y se desplazaron delante de él. Él exclamó:
‘¿Qué significan estas bestias que han traído? ¿Y qué quieren decir
con lo que están haciendo?’. Contestaron: ‘En cuanto a lo que
hacemos, es una costumbre nuestra con la que brindamos respeto
a los Emires. Y estas bestias son un regalo para ti. Además hemos
preparado para ti y para los musulmanes una comida, y para sus ani-
males abundantes pastos’. Él dijo: ‘En cuanto a esto que pretenden
que sea una costumbre de gran respeto para los Emires, por Dios
que los gobernantes no se benefician con ella y ustedes mortifican
con ella sus propias almas y cuerpos. ¡No la repitan! Con respecto
a sus bestias, si desean que las tomemos de ustedes, las considera-
remos a cuenta de sus impuestos. En ese caso sí las aceptaremos.
En cuanto a las comidas que nos han preparado, a nosotros nos
disgusta comer algo de sus bienes si no es con un pago’. Dijeron:
‘¡Oh, Amir al Mu’minin! Las evaluaremos y después aceptaremos
su pago’. Él acotó: ‘En tal caso, no calculen su costo. Nosotros nos
conformaremos con otra comida’.
Ellos le preguntaron: ‘¡Oh Amir al Mu’minin! Tenemos entre los
árabes algunos amigos y conocidos. ¿Nos impides regalarles cosas
y les prohíbes que acepten algo de nosotros?’. Él respondió: ‘Todos
los árabes son sus amigos. Pero no es conveniente para uno de los
musulmanes aceptar sus obsequios. Y si alguien llegase a apoderarse
de algo de ustedes, avísennos”.
(“Uaqa’atu Siffin”, tomo II, pág. 143-144)
5.- Del Imam ‘Ali (P), según narró ‘Asim ibn Kolaib Al Yarmi de su
padre, quien dijo:
“Estuve con ‘Ali (P) cuando recibió una hacienda de Yabal. Entonces
se levantó y fuimos con él hasta llegar a los que alquilan burros y a
los camelleros. La gente se congregó alrededor suyo. Entonces tomó
unos cordeles y los unió anudándolos. Después rodeó con ellos la
mercancía y exclamó: ‘¡Que nadie atraviese este cordel!’.
Nosotros nos sentamos atrás del cordel mientras que ‘Ali (P) entró.
Él preguntó: ‘¿Dónde están los jefes de los siete distritos (de Kufa)?’.
Ellos se dirigieron hacia él. Fueron cargando los costales unos en
otros hasta dividirlos en siete partes. Entonces él halló con la mer-
cancía un pedazo de pan y lo cortó en siete porciones, colocando una
rebanada en cada parte. Después exclamó: ‘Esta es mi cosecha. Lo
mejor está dentro suyo, porque la mano de cada labrador se dirige
hacia su boca’. Luego sorteó (las partes) y después cada hombre
llamó a su gente y cargaron los costales”.
(“Al Garat”, tomo I, pág. 52-53)
6.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que le escribió a Ziiad ibn Abih, quien era
representante de su funcionario Abdullah ibn Abbas:
“Juro por Dios sinceramente que si me enterara que has traicionado
respecto de la hacienda pública, ya sea poco o mucho, te apretaría
tan fuertemente que te dejaría empobrecido, sobrecargado y humi-
llado. Saludos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 870)
7.- Del Imam ‘Ali (P), dirigiéndose a los funcionarios:
“Saquen puntas finas a sus lápices y encimen los renglones al es-
cribir. Dejen a un lado lo que está de más. Sinteticen el significado
y absténganse del exceso. Porque no es admisible perjudicar los
bienes de los musulmanes”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 111)
Capítulo XV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Se narró que el Mensajero de Dios (PBd) no dejaba a nadie ca-
minando junto a él mientras montaba, sino que lo cargaba con él.
Y si la persona lo rechazaba, le decía: ‘¡Adelántate y espérame en
el lugar que desees!’.
Unos pobladores de Medina lo invitaron a una comida que habían
preparado para él y cinco de sus compañeros, y aceptó su invitación.
Cuando se hallaba en camino, los encontró un sexto y los acompañó.
Cuando se acercaron a la casa de esa gente, le dijo al sexto hombre:
‘Ellos no te han invitado. Entonces siéntate hasta que les mencione-
mos tu situación y les pidamos permiso para ti”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 22)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) nunca saludaba a nadie ni retiraba
su mano de la de él hasta que el otro la retirase.
Cuando hablaba con alguien frente a una necesidad o un diálogo
nunca se apartaba de él hasta que fuese el otro el que se apartara.
Y nunca se le ha solicitado algo que respondiera ‘No’”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 22)
3.- Del Imam Hasan (P):
“Pregunté a mi pariente materno Henda ibn Abu Halat at-Tamimi,
quien era hábil en describir las bellezas del Profeta (PBd). Entonces
me dijo ‘El Mensajero de Dios (PBd) era majestuoso y respetable.
Su rostro brillaba como resplandece la luna llena en la noche. Cuan-
do decidía partir, se ponía en marcha inmediatamente. Caminaba
moderadamente y andaba con dignidad. Se movía rápidamente, y
cuando caminaba parecía estar cayendo de una pendiente. Cuando
se volvía, giraba todo a la vez. Era recatado en su mirar. Su mirada
hacia la tierra era más prolongada que su mirada hacia el cielo.
Todas sus miradas eran contemplativas. Anteponía a sus compañeros
a sí mismo y se anticipaba en el saludo a quien encontrara’.
Le inquirí: ‘Descríbeme su hablar’. Dijo: ‘El Mensajero de Dios
(PBd) siempre estaba triste y continuamente pensativo. No tenía
reposo. No hablaba sin necesidad. Tenía silencios prolongados.
Iniciaba y concluía sus palabras desde la comisura de sus labios. Su
palabra era resumida, completa, inteligible, sin exceso ni escasez.
Era delicado, no era seco ni despreciable. Consideraba grande la
merced, aunque fuese insignificante, y no reprochaba nada de ella.
No criticaba un sabor ni lo elogiaba. No lo enojaban el mundo y su
contenido. Cuando le quitaban un derecho nadie se enteraba, y no
reaccionaba por su cólera hasta dominarla. Cuando señalaba, lo
hacía con toda la mano. Su risa era la sonrisa’.
Contó (el Imam Hasan): ‘Le pregunté sobre sus exteriorizaciones,
¿qué hacía en su transcurso?’. Me contestó: ‘El Mensajero de Dios
(PBd) guardaba su lengua sólo para lo que le concernía. Atraía a la
gente, no la rechazaba. Visitaba a sus compañeros y preguntaba a
las personas por lo que acontecía entre ellos. Embellecía lo bueno y
lo estimulaba. Consideraba feo lo malo y lo desalentaba. No faltaba
a la verdad ni la sobrepasaba. Los más nobles ante él eran los be-
nevolentes de la gente, y los más dignos delante de él eran quienes
aconsejaban el bien. Los de más elevado rango ante él eran los que
auxiliaban y compadecían (a la gente)’.
Dijo (el Imam Hasan -P-): Lo interrogué respecto de su reunión.
Contestó: ‘El Mensajero de Dios (PBd) no se sentaba ni levantaba
sino con el recuerdo de Dios, Majestuoso Sea Su Nombre. No se
ubicaba en un lugar (especial), y prohibía hacer eso. Cuando lle-
gaba a una reunión, se sentaba en el último lugar vacío, y ordenaba
hacer esto. Otorgaba a sus contertulios su participación, al punto
que sus compañeros no pensasen que otro era más noble que él ante
el Profeta. Si alguien se sentaba con él o lo buscaba por alguna ne-
cesidad, esperaba hasta que él se marchara. Y a quien le solicitaba
un favor, no lo despedía salvo con este (favor) o con una buena
palabra (excusándose). La gente se beneficiaba de su simpatía y su
carácter. Él era para ellos como un padre, y ellos eran iguales en
derecho ante él. Su asamblea era la reunión de la benevolencia, el
pudor, la paciencia, la lealtad. En ella no se elevaban las voces ni
se deshonraba el respeto. Honraban a los mayores, se compadecían
de los menores, se privilegiaba al necesitado y se protegían a los
extranjeros’.
Narró (el Imam Hasan): Pregunté: ‘¿Cómo era su proceder con sus
contertulios?’. Me respondió: ‘El Enviado de Dios (PBd) siempre
estaba alegre con ellos. Era condescendiente y delicado. No era seco,
grosero, escandaloso, obsceno, difamador ni adulador. Abstenía su
alma de tres cosas: la disputa, la charlatanería y aquello que no
le concernía. Y había abandonado respecto a la gente tres cosas:
no reprochaba a nadie ni lo injuriaba; no buscaba sus secretos y
sus deslices; y no hablaba más que de lo que esperaba obtener un
resultado. Cuando él hablaba, sus contertulios enmudecían como si
hubiera aves sobre sus cabezas, y cuando él se callaba, ellos habla-
ban. No polemizaban delante de él. Si alguno hablaba, los demás
cerraban sus bocas hasta que terminara. Sus alocuciones ante él
eran las de los principales.
Se reía de lo que les hacía reír, se asombraba por lo que les causaba
asombro y toleraba la rudeza de la expresión del extranjero hasta que
sus compañeros lo atraían. Solía decir: ‘Cuando vengan a vosotros
los necesitados solicitando algo, cubrid su necesidad’. No aceptaba
el elogio excepto como retribución (de una obra). No interrumpía
la palabra de nadie hasta que éste concluyera su conversación y la
cortara terminándola y levantándose’.
Lo interrogó (el Imam Hasan): ‘¿Cómo era su silencio?’. Respondió:
‘El silencio del Enviado de Dios (PBd) se establecía sobre cuatro
cosas: sobre la benevolencia, la prevención, la evaluación y la re-
flexión. En cuanto a su valoración, consistía en equiparar la mirada
y la audición entre las personas. En cuanto a su reflexión, era sobre
aquello que permanece y lo que desaparece. Se reunieron para él
la benevolencia y la paciencia, y nada lo hacía montar en cólera
ni lo impulsaba a ello. Se agrupó en él la prevención respecto de
cuatro cosas: tomar el bien para tomarlo como modelo; abandonar
el mal para abstenerse de él; el esfuerzo en lo que restauraba a su
comunidad y la consagración para aquello que resultaba para ellos
el bien de este mundo y del otro’”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 9-14)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) distribuía sus momentos entre sus
compañeros. Miraba a uno y a otro equitativamente. El Mensajero
de Dios (PBd) nunca estiraba sus piernas ante sus compañeros”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 499)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“El Profeta (PBd) se encontró con Hudhaifa, y estiró su mano (para
saludarlo), mas Hudhaifa retrajo la suya. Entonces el Profeta (PBd)
exclamó: ‘¡Oh, Hudhaifa! Yo he estirado mi mano hacia ti, ¿y tú has
abstenido de mí?’ Hudhaifa le explicó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! Me
agrada esto, pero estuve en estado de ‘yanaba’ (impurificación por
eyaculación), y no quise tocar tu mano con la mía en este estado’.
Entonces el Profeta (PBd) le dijo: ‘¿Acaso no sabes que cuando dos
musulmanes se encuentran y se saludan sus pecados caen como las
hojas de un árbol?”.
(“Al Uafi”, tomo I, pág. 111)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), Cuando fue criticado por la equiparación de las
personas en la distribución de bienes, sin dar preferencia a los primeros y los
nobles:
“¿Acaso me ordenáis buscar el triunfo por medio de la injusticia
sobre quienes gobiernan? Por Dios que nunca haré eso en tanto
pase una noche y una estrella en el firmamento se dirija hacia otra
estrella. Y si todo hubiese sido mi propiedad personal, lo hubiera
distribuido de la misma manera entre ellas. Pero es la propiedad de
Dios (la riqueza nacional confiada al cuidado humano)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 389-390)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Se le cuestionó: ‘Otorgas estos bienes a aquéllos de quienes temes
que escapen hacia Moauia’. Respondió (P): ‘¿Me ordenáis buscar
el triunfo con la opresión? ¡No, por Dios! No lo haré en tanto salga
el sol y una estrella brille en el cielo. Por Dios que si sus bienes
fueron míos, los distribuiría entre ellos del mismo modo. Pero son
bienes de ellos”.
(“Al Bahar”, tomo XI, pág. 321)
La humildad auténtica
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según narró ‘Ali ibn Mugairat:
“Escuché a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) decir: ‘Gabriel descen-
dió hasta el Profeta (PBd) y le dio libertad de elección; le recomendó
la humildad y le otorgó un buen consejo. Por eso el Mensajero de
Dios (PBd) comía la comida de los siervos y se sentaba como ellos,
todo para ser humilde ante Dios, Bendito y Exaltado”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 131)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! Yo me visto con lo rústico, me siento sobre la
tierra, lamo mis dedos, monto el burro sin montura, llevo a alguien
a la grupa, y quien se aparta de mi conducta no es de los míos”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 545)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando marchaba hacia Sham, lo encontraron los grandes de la
ciudad de Anbar. Entonces desmontaron y corrieron delante de él.
Él preguntó: ‘¿Qué es esto que hacen?’. Contestaron: ‘Es una cos-
tumbre nuestra con la cual brindamos respeto a nuestros Emires’.
Entonces exclamó: ‘Por Dios que los gobernantes no se benefician
con ella, y ustedes se mortifican a sí mis os en este mundo y en el
otro serán desdichados. ¡Qué gran pérdida es una mortificación de
la cual resulta el castigo! ¡Qué lucrativa resulta una quietud con la
que os salváis del fuego!’”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.104)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Amir al Mu’minin salió hacia sus compañeros mientras montaba.
Algunos se pusieron a caminar detrás de él. Él se dio vuelta y les pre-
guntó: ‘¿Necesitan algo?’. Contestaron: ‘No, oh Amir al Mu’minin.
Pero nos gusta caminar contigo’. Él les dijo: ‘¡Márchense! que los
caminantes marchen junto a alguien montado es causa de corrupción
para el jinete y de humillación para los caminantes.
Y en otra oportunidad montaba mientras caminaban detrás de él.
Entonces exclamó: ‘¡Márchense! El ruido de las pisadas detrás de los
hombres es causa de corrupción para los corazones de los tontos”.
(“Al Bahar”, tomo XLI, pág. 55)
Creer en el hombre
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Pasó un mendigo anciano y ciego. Entonces Amir al Mu’minin (‘Ali
-P-) indagó sobre él. Le contestaron: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! es un
cristiano’. Entonces Amir al Mu’minin acotó: ¡¿Acaso fue empleado
hasta que envejeció y se debilitó, y entonces lo abandonaron?! ¡Dente
bienes del tesoro público!’”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 49)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si hubiera querido, habría obtenido esta miel pura, la semilla de
este trigo y el tejido de esta seda. Pero es imposible que mis deseos
me dominen y mi ansiedad me impulse a escoger las comidas mien-
tras quizás en el Hiyaz o en Yemen existan quienes sólo esperan un
pedazo de pan y nunca serán satisfechos. O que yo duerma saciado
en tanto otros tengan el estómago vacío y el hígado sediento, como
expresa el poeta: ‘Para ti este sufrimiento te basta, que duermas
con el estómago repleto mientras tus vecinos están con el hígado
sediento, esperando ver un vaso de agua’.
¿Acaso debo complacerme que me llamen Amir al Mu’minin y no
comparta sus problemas mundanos, ni ser ejemplo para ellos, so-
portando la vida áspera?”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 970-971)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Me he enterado que un hombre de ellos (del ejército de Moauia)
arremetió contra una mujer musulmana y una mujer de la Gente del
Libro, quitándoles las ajorcas (adornos que las mujeres llevan en
sus tobillos), las pulseras, los collares y los aros, sin tener ningún
impedimento para hacerlo más que sus gritos e imploraciones de
indulgencia. Luego regresaron portando invaluables riquezas, en
tanto que ni siquiera uno de sus hombres resultó herido ni se derramó
sangre de ellos. Entonces, si después de esto un hombre musulmán
falleciera debido a la aflicción, no se lo debe reprochar. Al contarlo,
esto ante mí es meritorio”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 95)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Un día en Medina sentí un hambre intensa. Entonces me dirigí
a las zonas altas de la ciudad a fin de conseguir un trabajo. De
repente me encontré con una mujer que recogía un poco de arcilla
seca, me pareció que ella deseaba mojarla, por lo que fui a su lado
y le propuse que me abonara un dátil por cada balde de agua (que
le trajera). Saqué 16 baldes, hasta que mis manos se ampollaron.
Luego tomé un poco de agua y me presenté ante ella diciéndole: ‘Me
ha sucedido esto (y no puedo trabajar más)’.Contó 16 dátiles y me
los entregó. Fui junto al Profeta (PBd) y le notifiqué (lo ocurrido).
Entonces comió conmigo de ellos”.
(“Kashful Gumma”, pág. 175-176)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que de él transmitió Amir al Mu’minin
‘Ali (P):
“Cuando el Mensajero de Dios (PBd) me envió hacia el Yemen, le
pregunté: ‘¿Cómo debo rezar con ellos?’. Entonces contestó: ‘Reza
con ellos la oración del más débil entre ellos, y sé con los creyentes
misericordioso”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.023)
2.- Del Imam Baqir (P):
“‘Ali ibn Abu Talib (P) se dirigió al mercado de tejidos y le solicitó a
un hombre: ‘Véndeme dos ropas’. El hombre le contestó: ‘¡Oh, Amir
al Mu’minin! tengo lo que precisa’. Entonces, como él lo conocía, se
apartó. Fue hasta un joven y compró dos camisas, una por 3 dírhams
y otra por 2 dírhams. Entonces (el Imam -P-) exclamó: ‘¡Oh, Qanbar!
Toma la de 3 dírhams’. (Qanbar) Contestó: ‘Es más adecuada para
ti, pues tú subes al púlpito para disertar ante la gente’. Le replicó:
‘Y tú eres más joven y posees anhelos de juventud, mientras que yo
siento vergüenza ante mi Señor de prevalecer sobre ti. Escuché al
Profeta (PBd) diciendo: ¡Dadles (a vuestros sirvientes) de vestir
lo que vosotros vestís, y alimentadlos de lo que vosotros coméis!’.
Cuando se puso la camisa observó que sus mangas eran más largas.
Entonces ordenó acortarlas y confeccionar (con las tela sobrante)
gorros para los pobres”.
(“Al Manaqib”, pág. 297)
Paternidad social
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió de él el Imam Abu Ya’far
al-Baqir (P):
“El Liderazgo no es conveniente excepto para un hombre que posea
tres cualidades: la piedad tal que le impida desobedecer a Dios; la
templanza con la que domina a su cólera; y la correcta adminis-
tración sobre sus subordinados, al punto de llegar a ser para ellos
como un padre compasivo”.
Y en otra narración dice: “Hasta ser para el rebaño como un padre
misericordioso”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 407)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Le fueron traídos miel e higos de las ciudades de Hamada y Ho-
luan. Mandó a sus funcionarios que trajeran a los huérfanos y les
autorizó lamer los jarros de miel, mientras distribuía copas y copas
entre la gente. Le preguntaron: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! ¿Por qué
ellos lamen (de los jarros)?’. Contestó: ‘El líder es un padre de los
huérfanos, y sólo se lo permito como padre”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 406)
3.- Del Profeta (PBd):
“Quien deja una hacienda, le pertenece a sus herederos. Pero quien
deja una deuda y una finca, ellas me corresponden (cuando no hay
herederos)”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 490)
Nota:
En la Exégesis de ‘Ali ibn lbrahim al-Qummi sobre Su Dicho, Exal-
tado Sea: “El Profeta posee mayores derechos sobre los creyentes que ellos
mismos”1, expresa:
“Cuando Dios designó al Profeta (PBd), como padre de los creyentes.
Le impuso preparar sus medios de vida y educar a sus huérfanos.
Por eso el Mensajero de Dios (PBd) subió al estrado y dijo: ‘Quien
deja una hacienda…’. Entonces Dios le impuso a Su Profeta la res-
ponsabilidad del padre para su hijo, y estableció para sus creyentes
respecto a la obediencia a él (PBd) lo que es obligatorio para el
hijo en cuanto al padre. Así Amir al Mu’minin (P) asumió la misma
responsabilidad que el Profeta (PBd), y más tarde los Imames (P)
la asumieron uno detrás del otro”.
(“Tafsir Al Qummi”, tomo II, pág. 176)
4.- Del Imam ‘Ali (P), en sus recomendaciones a Malik al-Ashtar:
1 Corán, 33:8.
“Respecto de las clases bajas, quienes no tienen recursos, los me-
nesterosos y necesitados, la gente con dificultades, los enfermos
crónicos. En esa clase existen algunos satisfechos y otros solicitantes.
Entonces preserva para Dios lo que te ha encargado sobre Su Dere-
cho entre ellos y ponles a disposición una parte de tu tesoro público
y una parte de las cosechas de las propiedades fiscales, tanto para
los eminentes como para los plebeyos
Existe para cada uno de ellos un derecho del cual tú eres responsable.
Por consiguiente, que la rebeldía de tu alma no te haga descuidarlos.
No puedes excusarte de las cosas insignificantes por la consolidación
de los objetivos principales. Entonces no alejes tu preocupación de
ellos ni pases a su lado con gesto de desprecio.
Presta atención a los asuntos de quien es mal visto y desvalorizado
por la gente. Confíales a personas temerosos y humildes que te
mantengan informado sobre sus estados. Luego obra entre ellos de
manera que puedas excusarte con Dios el Día que Lo encuentres.
Entre el rebaño, ellos son quienes requieren más que otros que tú
seas equitativo. Otorgando el derecho a toda la gente, preparas el
instrumento de argumentación hacia Dios respecto del cumplimiento
de Su Derecho.
¡Ten en cuenta a los huérfanos, a las personas que no pueden dis-
poner de sus asuntos y no pueden consultarte directamente! Esto es
algo extremadamente pesado para los gobernantes. Y la verdad toda
es pesada. Dios aliviana el peso sobre un pueblo que se empeña tras
el objetivo, animan a sus almas a tener paciencia y confían en la
veracidad de la Promesa de Dios hacia ellos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.019-1.020)
La igualdad general
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“‘¡Sepan! Que no digan mañana algunos de ustedes que el mundo
se dirigió hacia ellos y por eso prepararon las propiedades, hicieron
fluir los ríos, montaron sobre ágiles caballos y emplearon bellas
esclavas. Esto resultó ser para ellos vergüenza y afrenta, cuando les
impedí que se sumergieran en ello y les señalé sus derechos respecto
de su acción (para que no los sobrepasen).
Entonces reprobaron y rechazaron lo que hice diciendo: ‘‘Ali ibn
Abu Talib nos ha despojado de nuestro derecho’. Sepan que algunos
hombres de los muhayirines y los ansares, compañeros del Mensajero
de Dios, pretenden que se los privilegie debido a su compañerismo.
Pero deben saber que la clara prevalencia tendrá lugar mañana, ante
Dios, y que sus recompensas y retribuciones se hallan ante Dios.
En tanto, cualquier hombre que escucha a Dios y a Su Mensajero,
acepte nuestra sociedad, entre en nuestra Religión y se dirija hacia
nuestra Dirección, merece los derechos del Islam y sus leyes.
Ustedes son siervos de Dios y la hacienda es riqueza de Dios. Será
repartida entre ustedes equitativamente. No existe al respecto prefe-
rencia de unos sobre otros. Para los temerosos habrá mañana, junto
a Dios, una magnífica recompensa y una retribución más preferible.
Dios no puso al mundo como retribución ni recompensa para los pia-
dosos. Cuando llegue la mañana, si Dios quiere, vengan a nosotros,
pues ante nosotros existen bienes que repartiremos entre ustedes. Que
ninguno de ustedes se retrase, ya sea árabe o no árabe, beneficiados
del tesoro público o no. Todos deben presentarse’.
Cuando llegó la mañana del día siguiente, la gente se presentó.
Entonces tomó la hacienda y le ordenó a Ubaidallah ibn Abu Rafi’,
su secretario: ‘Comienza por los muhayirines y convócales. Otorga
a cada hombre que se presente 3 dinares. Luego continúa por los
ansares y haz lo mismo con ellos. Después haz esto con quienes estén
presentes de la gente, ya sea roja o negra’.
Entonces Ahlun ibn Hunaif exclamó: ‘¡Oh Amir al Mu’minin! Este
ayer era mi esclavo y hoy lo líber. Entonces le dijo: ‘Le daremos
lo mismo que a ti’. Y entregó tres dinares a cada uno de ellos, sin
preferir a ninguno sobre otro. No participaron de esa división (de
bienes) en aquel día Talha, Zubair, Abdullah ibn Omar, Sa’id ibn Al
‘As, Marwan ibn Hakam y algunos hombres de Quraish.
En ese momento se levantaron Abu al-Haizam, ‘Ammar, Abu Aiiub,
Sahle ibn Hunaif y otros grupos, fueron junto a ‘Ali y le expresaron:
‘¡Oh, Amir al Mu’minin! Presta atención a tu asunto y vigila a este
grupo de Quraish sobre ti. Ellos rompieron el pacto hecho contigo
y dejaron atrás el compromiso hacia ti. Nos han invitado en secreto
para que te abandonemos. ¡Dios te guíe por tu buen sendero! Esto
es debido a que a ellos les disgusta la igualdad y buscan el privile-
gio. Cuando equiparaste a ellos con los no árabes, se exasperaron,
consultaron a tu enemigo y lo consideraron grande. Manifestaron
buscar (la venganza por) la sangre de Uzmán, resultando para ellos
la separación de la comunidad y la reunión de la gente del extravío.
Debes expresar tu opinión’.
Entonces ‘Ali (P) salió, se dirigió a la mezquita, subió al púlpito
y dijo: ‘Nosotros alabamos Dios como nuestro Señor. El mejor
en jerarquía ante Dios y el más próximo a Dios de ellos es el más
obediente a Su orden, el más activo en cuanto a Su obediencia y la
obediencia al Mensajero de Dios. Este Libro de Dios (el Corán),
el pacto del Mensajero de Dios y su conducta se encuentran entre
nosotros. Esto no lo ignora más que un ignorante que se opone a
la verdad y la niega. Dios Altísimo ha expresado: ‘¡Oh, gentes! En
verdad, os hemos creado de un macho y una hembra y hemos hecho
de vosotros pueblos y tribus para que os conozcáis. En verdad, el
más noble de vosotros ante Dios es quien posee mayor temor de
Dios’1. Después gritó fuertemente: ‘¡Obedeced a Dios y obedeced al
Mensajero! Si volvierais la espalda, ciertamente Dios no ama a los
impíos’. Después agregó: ‘¡Oh, grupo de muhayirines y ansares!
¿Acaso echaréis en cara contra Dios y Su Mensajero vuestro Islam?
Por el contrario, ‘Es Dios Quien os ha hecho un favor a vosotros
guiándoos a la fe, si es que sois sinceros’2.
Entonces continuó: ‘¡Yo soy Abu al-Hasan!’ (decía esto cuando es-
taba enojado), y agregó: ‘Sepan que este mundo, del cual amanecéis
ansiosos, deseándolo, que es causa de vuestra insatisfacción y vuestra
complacencia, no es vuestra casa ni la morada para la cual habéis
sido creados. Que no os engañe, pues. Ya han sido advertidos de esto.
Completaréis las Mercedes de Dios sobre vosotros por medio de la
paciencia sobre vuestras propias almas respecto de la obediencia a
Dios y el sometimiento a Sus Mandatos, Majestuosa sea Su Alabanza.
1 Corán, 49:13.
2 Corán, 49:17.
En cuanto a este botín, no hay en él preferencia para ninguno de
ustedes sobre otros. Dios ha decretado su reparto (equitativo). Él
es la hacienda de Dios, y vosotros sois los siervos musulmanes de
Dios. Este es el Libro de Dios, el cual hemos testificado y al cual nos
hemos sometido, y el pacto de nuestro Profeta que se encuentra entre
nosotros. Quien no esté conforme con él, puede tomar su espalda
como desee. Pues el practicante de la obediencia de Dios, quien
juzga de acuerdo al Mandato de Dios, no se asuste.
Y en cuanto a lo que han mencionado que consultaron con vosotros
(Talha y Zubair), pues por Dios que yo nunca me incliné hacia el
gobierno sino que habéis sido vosotros quienes me convocaron a él.
¡Que Dios encamine nuestro corazón y el vuestro hacia la verdad y
nos inspire la paciencia!’.
Luego agregó: ‘¡La Misericordia de Dios sea sobre un hombre que
capta la realidad y la apoya, observa la injusticia y la rechaza, y
auxilia a la verdad contra quien la enfrenta!’”.
(“Al Bahar” -edición de Kumpani-, tomo VIII, pág. 393-394)
2.- Del Imam ‘Ali (P), según narró ‘Ali ibn Abu Rafi’:
“Serví para el tesoro público de Amir al Mu’minin (P). Cierta vez
en los días de ‘Aba’ (fiesta del sacrificio), su hija me pidió un collar
de perlas en préstamo garantizado, a devolver después de tres días.
Cuando él lo vio sobre ella, lo alzó y me inquirió: ‘¿Acaso traicio-
nas a los musulmanes?’. Le respondí: ‘Lo garanticé de mis bienes’.
Entonces exclamó: ‘¡Devuélvelo hoy mismo! ¡Y que no se reitere
algo semejante, pues te alcanzará mi castigo!’. Luego acotó: ‘Si
mi hija hubiera tomado este collar sin un préstamo garantizado,
hubiera sido la primera hashemita a la cual se le hubiera cortado
la mano por robar’.
Entonces su hija le dijo algo al respecto y él contestó: ‘¡Oh, hija de
‘Ali ibn Abu Talib! ¡No olvides la realidad! ¿Acaso todas las mujeres
de los muhayirines se adornan para esta fiesta de esta manera?”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 108)
3.- Del Imam ‘Ali (P), cuando Talha y Zubair fueron ante él para recla-
marle sobre el reparto del tesoro público:
“‘¡Omar no nos entregaba (del tesoro) del modo que tú lo haces!’. Él
les preguntó: ‘¿Y cómo les otorgaba el Enviado de Dios (PBd)?’. En-
tonces enmudecieron. Él inquirió: ‘¿Acaso el Enviado de Dios (PBd)
no repartía equitativamente entre los musulmanes?’. Respondieron:
‘Sí’. Él prosiguió: ‘¿Qué es más meritorio seguir para ustedes: la
conducta del Enviado de Dios o la conducta de Omar?’. Contes-
taron: ‘La conducta del Enviado de Dios, oh, Amir al Mu’minin.
Pero nosotros poseemos antecedentes, hemos sufrido dificultades y
somos familiares’. Él (P) preguntó: ‘¿Cuáles son mayores, vuestros
antecedentes o los míos?’. Respondieron: ‘Los tuyos’. Continuó (P):
‘¿Vuestro parentesco es mayor o el mío?’. Dijeron: ‘Tu parentesco’.
Él prosiguió: ‘¿Fueron más grandes vuestras dificultades que las
mías?’. Respondieron: ‘Las tuyas fueron mayores’. Entonces excla-
mó: ‘¡Por Dios que no existe entre mi empleado y yo diferencia de
jerarquías!’, y señaló con su mano a su empleado”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 110-111)
4.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que le dijo a Shuraih Al Qadhi respecto de
un asunto:
“Después te he mandado a Qanbar y testificó que este escudo
pertenecía a Talha y que fue robado en la jornada de Basora. Tu
alegaste: ‘Este es un esclavo y yo no puedo juzgar por el testimonio
de un esclavo’, mientras que el testimonio de un hombre, en tanto
sea justo, es válido aunque sea esclavo”.
(“At Tadhib”, tomo IV, pág. 274-275)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), sobre lo que refirió del Profeta (PBd):
“¡Oh, Muhammad! (refiriéndose a Muhammad ibn Muslim, el
narrador) ¿Acaso supones que él (PBd) se sació de trigo tres días
seguidos desde su surgimiento (como Profeta) hasta su muerte? No,
por Dios. No se satisfizo de pan de trigo tres días seguidos desde su
surgimiento hasta su fallecimiento. Debes saber que no me refiero
a que él no tuviera (comida), puesto que entregó como regalo a un
hombre 100 camellos. Si hubiese querido comer, lo habría hecho”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 130)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) relató: ‘Me ha sido ofrecida la medida
de Batha (valle de la Meca) en oro, y contesté: ¡No, oh Señor mío!
Sino que quiero satisfacerme un día y tener hambre al siguiente.
Cuando me satisfago, te alabo y te agradezco; cuando tengo hambre
te invoco y te menciono”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 131)
3.- Del Imam Baqir (P):
“Por Dios que en verdad ‘Ali comía como lo hacen los esclavos y se
sentaba como lo hacen los siervos. Si hubiese comprado dos cami-
sas, habría designado la mejor de ellas para su sirviente y después
hubiese vestido la otra. Y cuando (su ropa) sobrepasaba sus dedos
o tobillos, la hacía cortar. Alimentaba a la gente con pan de trigo
y carne, mas cuando se retiraba a su hogar, comía pan de cebada,
aceite y vinagre”.
(“Amale Saduq”, pág. 250)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“‘¿Qué impide al más desventurado de ustedes asesinarme?’. Le
dijeron: ‘¡Oh, Amir al Mu’minin! infórmanos quién va a teñir tu
barba con tu sangre, así exterminaremos de raíz a su familia’. En ese
momento exclamo: ‘¡Por Dios! ¿Acaso van a matar a quien todavía
no me ha asesinado?’”.
(“Al Bahar”, tomo XLII, pág. 196)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Bani Abdul Muttalib! No vayan a derramar la sangre de los
musulmanes arguyendo: ‘¡Fue asesinado Amir al Mu’minin! ¡Fue
asesinado Amir al Mu’minin!’ Sepan que no deben matar salvo a
mi asesino. Vean cuando yo muera debido a su golpe y entonces
propínenle golpe por golpe. No es correcto mutilar a un hombre
(“muzlah”, es decir cortarle las orejas, nariz, manos y pies). Yo
escuché decir al Enviado de Dios (PBd): ‘¡Resguárdense de la mu-
tilación, aunque se trate de un perro rabioso!’”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 978)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“Cuando Ibn Mulyam (la maldición de Dios recaiga sobre él) agre-
dió a Amir al Mu’minin ‘Ali ibn Abu Talib (P), su golpe cayó sobre
su cabeza mientras se hallaba prosternado, sobre una cicatriz que
tenía. Entonces Al-Hasan y Al-Husein salieron, capturaron a Ibn
Mulyam y lo encadenaron. Introdujeron a Amir al Mu’minin en su
casa. Lobabat se encontraba sentada en su cabecera y Umm Kulzum
ante sus pies. Él abrió sus ojos, las miró y dijo: ‘El Paraíso es la
mejor morada y el mejor sitio de descanso. Después de mi muerte,
golpe por golpe, o la remisión!’”.
(“Amale At-Tusi”, tomo I, pág. 375)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando salió de su desmayo, el Imam Hasan (P) le entregó un vaso
de leche. Bebió un poco de ella, luego la apartó de su boca y dijo:
‘¡Llévensela a vuestros cautivos!’. Después le dijo a Al-Hasan: ‘Por
el derecho que tengo sobre ti, oh hijo mío, aliméntalo con la mejor
comida y la mejor bebida. Trátenlo compasivamente hasta el instante
de mi muerte. Dale de comer aquello que tú comes y de beber lo que
tú bebes, al punto de ser más noble (y generoso) que él’”.
(“Al Bahar”, tomo XLII, pág. 289)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“Ingresé a sus ciudades con mis ropas viejas, y mi equipaje está a
la vista. Si partiera de sus ciudades con algo más de lo que traje,
sería de los traidores”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 298)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Solía verse en ‘Ali un pantalón muy grueso comprado por 5 dírhams,
y también llevaba a veces un pantalón remendado. Le hablaron sobre
esto, y entonces dijo: ‘Los creyentes siguen esto; sus corazones son
humildes respecto a ella (a la ropa), y así humillan el alma, y los
derrochadores se tornan ahorrativos’.
Y en otra narración se relata: ‘Esta ropa es más parecida al lema
de los piadosos’”.
(“Al Manaqib”, tomo II, pág. 296)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios Exaltado sea impuso a los líderes de la verdad nivelarse a
sí mismo con el más bajo de la gente, para así no desviar al pobre
por su miseria”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 663)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando ‘Ali (P) asumió (el califato), subió al estrado, glorificó
a Dios y lo alabó. Luego dijo: ‘No aprovecharé de sus tesoros ni
siquiera un dirham mientras posea un árbol (de dátiles) en Medina.
Tienen que estar seguros de esto’. Se levantó ‘Aqil (su hermano) y
exclamó: ‘¡Por Dios! ¡Tú me igualarás con un negro de Medina!’.
Le reprochó (el Imam -P-): ‘¡Siéntate! ¡No hay nadie que hable
excepto tú! No existe preferencia para ti sobre los demás, sino por
la precedencia de la piedad’”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 182)
9.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Kumail! Manda a tu familia a pasar el día en la adquisición de
las noblezas y la noche en cubrir las necesidades de los durmientes”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.200)
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Nuf! Si deseas estar junto a mí en el Día del Juicio, no auxilies
a los opresores”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 53)
Apéndice
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), según narró Sa’id el sirviente de Kumait:
“Fuimos junto a Abu Ya’far Muhammad ibn ‘Ali (P), y Kumait leyó
su casida. Entonces él exclamó: ‘¡Oh, Dios! Perdona a Kumait. ¡Oh,
Dios! Perdona a Kumait’”.
(“Al Gadir”, tomo II, pág. 186)
2.- Del Imam Baqir (P), según narró ibn Shahra Ashub en “Al Manaqib”:
“Nos enteramos que Kumait recitó su poesía: ‘Quien alcanza el
dolor de su corazón enamorado y alocadamente pasmado’, ante
Al-Baqir (P). Entonces Al-Baqir se orientó hacia la Ka’ba y suplicó
tres veces: ‘¡Oh, Dios! Apiádate de Kumait y perdónalo’. Después
le dijo: ‘¡Oh, Kumait! Estos son 100.000 dírhams que junté de mi
familia para ti”.
(“Al Gadir”, tomo II, pág. 188)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Le hablaron a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) respecto a Saiied
(el famoso poeta Himiarí), mencionándole que él era bebedor de
vino. Entonces él (P) acotó: ‘Si Saiied tropieza con un pie, se afirma
el otro”.
(“Al Gadir”, tomo II, pág. 248)
Observaciones de la Sección Séptima
La vida simple
Los sabios
Capítulo I
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Sepan que Dios ama a los buscadores de conocimiento”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 30)
2.- Del Profeta (PBd):
“La preferencia del sabio sobre el devoto es como la preferencia
de la luna sobre el resto de las estrellas en la noche de plenilunio”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 34)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dos ciclos de oración de un sabio son mejores que setenta ciclos
de oración de un ignorante. Porque sin duda que si al sabio le llega
una tentación, sale de ella con su conocimiento; pero si le llega al
ignorante, lo deprime totalmente”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 208)
4.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, ‘Ali! Una hora del sabio que está recostado sobre su lecho
reflexionando en el conocimiento es mejor a setenta años de ado-
ración”.
(“Udatul Dai”, pág. 66)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, Kumail ibn Ziad! Ciertamente los corazones son recipientes:
el mejor de ellos es el que tiene más capacidad. Por consiguiente,
guarda lo que voy a decirte: los hombres son de tres clases: el sabio
educador, el estudiante en el camino de la salvación y el necio de Ja
chusma, seguidor de todos aquéllos que alzan la voz o que gritan
azuzando. Estos se inclinan con todo viento, no se ilustran a la luz
de la ciencia ni se refugian en un fundamento sólido.
¡Oh, Kumail! La ciencia es mejor que los bienes. La ciencia te protege
mientras que tú debes proteger a los bienes. La riqueza se reduce por
el gasto mientras que la ciencia no merma por la enseñanza. La obra
de la riqueza desaparece con su desaparición (y la de la ciencia no).
¡Oh, Kumail ibn Ziad! El conocimiento de la ciencia es un modo de
vida por el cual se te recompensará. A través suyo el hombre alcanza
la obediencia a Dios en su vida y una buena reputación después de su
muerte. La ciencia gobierna, mientras que los bienes son gobernados.
¡Oh, Kumail! Los acumuladores de bienes son exterminados estando
aún vivos, mientras que los sabios perduran a través del tiempo;
aunque sus cuerpos hayan desaparecido, sus enseñanzas permanecen
en los corazones”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.155 y 1.156)
6.- Del Imam Sadiq (P), de lo que transmitió de parte de sus ancestros
del Mensajero de Dios (PBd):
“La gente de mayor valor es la que tiene más conocimiento, y la de
menor valor es la que posee menos conocimiento”.
(“Amale Saduq”, pág. 19)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Mirar el rostro de un sabio es devoción”.
(“Navadir Ar Ravandi”, pág. 11)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“La visita a los sabios es más apreciable para Dios Altísimo que
setenta circunvalaciones alrededor de la Casa (la Ka’aba) y más
preferible que setenta peregrinaciones mayores y menores (Hayy y
‘Umra) piadosas y aceptadas (por Dios). Dios Altísimo lo asciende
(a quien visita a los sabios) setenta grados, y hace descender sobre
él la Misericordia. Los ángeles dan testimonio de que el Paraíso es
obligatorio para él”.
(“Udatul Dai”, pág. 66)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“No hay creyentes que se siente una hora ante un sabio sin que
su Señor, Poderoso y Majestuoso, proclame: ‘¡Te sentaste ante Mi
amado! ¡Juro por Mi Poder y Mi Majestad que he de darte estancia
junto a él en el Paraíso! Y esto no es problema para Mí’”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 198)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“Cuando te sientes ante un sabio procura poner el mayor esmero
en escuchar lo que dice. Aprende a escucharlo bien, así como su
buena manera de hablar. No interrumpas para nada su alocución”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 222)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sabed que el discurso del sabio y su seguimiento es un modo de
vida el cual Dios recompensará por su obediencia. Es adquirir las
cosas buenas, borrar las malas, un ahorro para los creyentes y la
elevación en sus vidas”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 141)
2.- Del Imam ‘Ali (P), de su legado para Malik al-Ashtar:
“Consulta mucho a los sabios y discurre con los filósofos en aquello
que consolida las necesidades de tus ciudades y pone en práctica
las cosas rectas de la gente ante ti”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.001)
Capítulo III
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Nos refugiamos en Dios de la ciencia que no beneficia. Ella es la
ciencia que se opone a la acción con sinceridad. Y sepan que cier-
tamente un poco de ciencia requiere mucha obra, pues una hora de
ciencia obliga a su dueño a ponerla en práctica a lo largo de su vida”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 32)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien se desarrolla en la ciencia y no aumenta su desapego en este
mundo, no incrementa sino el alejamiento de Dios”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 37)
2.- Del Profeta (PBd), según lo que narró Amir al-Mu’minin (P):
“Quien aumenta su conocimiento y no desarrolla su conducta y
accionar de acuerdo al Sendero Recto, no acrecienta respecto de
Dios sino el alejamiento”.
(“Udatul Dai”, pág. 65)
3.- Del Imam Sayyad (P):
“Está escrito en el Evangelio: ‘No busquéis el conocimiento de
aquello que desconocéis mientras no actuéis conforme a lo que ya
conocéis. Pues ciertamente la ciencia, cuando no se obra de acuerdo
a ella, no aumenta a su dueño sino en impiedad y no acrecienta de
Dios sino el alejamiento”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 44-45)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sin duda que si los portadores del conocimiento lo portaran con su
verdad, serían amados por Dios, Sus ángeles y los obedientes de su
creación. Pero ellos lo portan con fines mundanales. Entonces Dios
los detesta. Ellos son miserables ante la gente”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 37)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Ciertamente la gente del Fuego padecerá por el olor del sabio que
haya traicionado su conocimiento. El arrepentimiento y el lamento
más intenso entre la gente del Fuego es el de aquél hombre que
convocó a un siervo hacia Dios y éste le atendió y aceptó (la invi-
tación), obedeciendo a Dios; entonces Él lo hace entrar al Paraíso,
haciendo ingresar al convocador al Fuego debido a su abandono
de la ciencia y su seguimiento de los deseos”.
(“Udatul Dai”, pág. 67)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El más castigado de entre la gente es el sabio que no aprovecha
nada de su conocimiento”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 37)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“El objetivo de los sabios es la consideración, mientras que el de
los tontos es la narración”.
(“Udatul Dai”‘, pág. 67)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“La ciencia convoca a la acción. Entonces, si (el sabio) responde
a ella, bien; de lo contrario, (la ciencia) se aparta de él (y el sabio
queda ignorante)”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 33)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“No hagáis de vuestro conocimiento ignorancia y de vuestra certeza
duda. Cuando sepáis, ¡obrad! Y cuando tengáis certeza, ¡cumplid!”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.220)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Es suficiente para un sabio como ignorancia el hecho que su co-
nocimiento y su obra se nieguen mutuamente”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 243)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Aquel cuya obra no ratifica su dicho, no es sabio”.
(“Al Kafi”, tomo I,·pág. 36)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si el sabio obra sin su conocimiento es como el ignorante desorien-
tado que no supera su ignorancia. Así el argumento contra él es más
grande, el lamento es necesario y ante Dios él es más reprochado
(censurado)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 339)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sólo se desanima la gente en la búsqueda de la ciencia cuando
mira a quien poco práctica de lo que conoce”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 134)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“En la noche en que fui transportado al cielo, vi a un pueblo al que
le cortaban sus labios con tijeras de fuego y después los arrojaba.
Entonces dije: ‘¡Oh, Gabriel! ¿Quiénes son ellos?’. Él me dijo: ‘Son
los predicadores de tu comunidad que escoltan a la gente hacia la
piedad y se olvidan de sí mismos. Ellos leen en el Libro: ‘¿Acaso
no razonan?’”.
(“Al Uasail”, tomo II, pág. 420)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sayyad (P), según narró Zurarah ibn Aufa:
“Entré a lo de ‘Ali ibn Husein y me dijo: ‘¡Oh, Zurarah! Los hombres
en nuestra época son de seis categorías: león, lobo, zorro, perro,
cerdo y oveja. En cuanto al zorro, es aquél que come de su religión,
pues no existe en su corazón lo que prescribe con su lengua”.
(“Al Bahar”, tomo LXVII, pág. 225)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“El ejemplo de aquél que conoce el bien y no obra conforme a él,
es como el de la antorcha que ilumina a la gente mientras se quema
a sí mismo”.
(“Udatul Dai”, pág. 70-7l)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“La ciencia sin práctica es como el árbol sin frutos”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 220)
Nota:
Con este sentido ha venido Su Dicho, Exaltado Sea: “El ejemplo de
quienes están encargados de la Torá y no la observan es como el del asno
que carga libros”1.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“No hay dicho sino con obra”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 207)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
1 Corán, 62:5.
“Dios maldice a los tontos por cabalgar en las desobediencias, y a
los comprensivos por no vedar el mal”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 809)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Vedadle el mal a otros después de haberos abstenido vosotros
mismos de él. Pues sólo se os ha ordenado vedar (el mal) después
de absteneros del mismo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 312)
Capítulo IV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Los sabios de mi comunidad son como los Profetas de Israel”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 22)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Los sabios son los herederos de los Profetas. Ellos no dejan en
herencia dírhams ni dinares, sino que sólo dejan dichos y palabras.
Quien toma algo de ellas, adquiere una gran fortuna.
¡Entonces observen de quien la toman! Ciertamente en todo gene-
ración de entre nosotros, la Gente de la Casa, existen pueblos justos
que alejan de ella (la religión) la alteración de los fanáticos, el plagio
de los falsificadores y las interpretaciones de los ignorantes”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 32)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“(Dijo el Profeta (PBd) ‘¡Que Dios se apiade de mis sucesores!’.
Entonces le dijeron: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Quiénes son tus
sucesores?’. Contestó: ‘Aquellos que vivifican mi conducta y la
enseñan a los siervos de Dios’”.
(“Muniatul Murid”, pág. 10)
2.- Del Profeta (PBd):
“Los sabios (juristas o eruditos) son los confidentes del Mensajero”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 216)
3.- Del Imam Rida (P), de sus padres, que dijo el Mensajero de Dios (PBd):
“‘¡Oh, Dios! ¡Ten misericordia de mis sucesores!’, y lo repitió tres
veces. Le preguntaron: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Quiénes son
tus sucesores?’. Respondió: ‘Aquéllos que vendrán después de mí,
que narrarán mis palabras y mi tradición, y la preservarán para la
gente’”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 101)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los sabios son gobernantes para la gente”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 32)
2.- Del Imam Husein (P):
“Los cursos de los asuntos y de las leyes están en las manos de los
sabios de Dios. Ellos son los confidentes de lo licito y lo ilícito”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Los reyes son los gobernantes de la gente, y los sabios son los
gobernantes de los reyes”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 183)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P), según narró Abu Jadiyah:
“Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) me envió hacia nuestros compa-
ñeros diciéndome: ‘Diles: Cuando entre ustedes ocurra una hosti-
lidad o un engaño en algún intercambio, absténganse de recurrir a
uno de estos corruptos. Elijan entre ustedes a un hombre que conozca
aquello que es lícito o ilícito, según nosotros. Por cierto que yo lo
designo a él como juez para ustedes. ¡Absténganse de litigar entre
ustedes recurriendo a un sultán opresor!’”.
(“Al Uasail”, tomo VIII, pág. 100)
2.- Del Imam Sadiq (P), según narró Omar ibn Handala:
“Le pregunté a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) sobre dos hombres
de nuestros compañeros entre los cuales había discrepancias respecto
a deudas y herencias, y entonces recurrieron al sultán o a los jueces
malvados. ¿Eso es lícito?.
Me contestó: ‘Quien recurre a ellos sobre algo verdadero o falso,
sólo está recurriendo a los ídolos y seductores, lo cual está vedado’.
Acoté: ‘¿Entonces qué deben hacer cuando tienen discrepancias?’.
Respondió: ‘Observar a quien de entre ustedes narra nuestra
tradición, acata nuestro lícito y nuestro ilícito, y conoce nuestros
mandatos. Entonces podrán quedar satisfechos con él como juez,
pues en verdad yo lo coloco como juez para ustedes. Cuando emite
una sentencia y no le es aceptada, sólo se menosprecia la Orden de
Dios y se nos rechaza. Y quien nos rechaza, rechaza a Dios. Y quien
menosprecia, será sancionado como asociador de Dios.”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 106)
La autoridad mayor
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Al-Askari (P):
“En cuanto a aquel de los juristas que se controla a sí mismo, es
custodio de su religión, se opone a sus deseos y es obediente de su
Señor, entonces es deber para el común de la gente imitarlo. Esto no
se da sino en algunos de los sabios shi’as, no en todos”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 263-264)
Nota:
Al final de esta sección debatiremos sobre este tema y veremos quién
posee mérito para ello.
Capítulo V
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“(Dios) tomó (pacto) de los sabios de que no permanecerían callados
frente a la saciedad de los opresores y el hambre de los pobres”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 52)
1 Corán, 5:63.
2 Corán, 5:78-79.
no la ocultéis’1.
Debes saber que lo más vil es aquello que has ocultado, y lo más
despreciable es lo que has acarreado, al tratar afablemente al tirano
por temor y hacerle fácil el camino del extravío por acercártele y
responder a su invitación. Temo que mañana retomes (a Dios) con tu
pecado junto a los traidores, y que seas interrogado por aquello que
recibiste de la opresión del tirano a cambio de tu ayuda. Por cierto
que has recibido lo que no te corresponde de manos de quien te lo
ofreció, te has acercado a aquél que no respeta los derechos de nadie,
no has rechazado lo falso cuando lo tuviste frente a ti, prefiriendo a
quien se enemistó con Dios. ¿Acaso con su invitación para colaborar
con ellos no te han hecho eje de la rueda de sus injusticias, puente
hacia sus desgracias, escalera hacia sus desviaciones, propaganda
para sus extravíos y seguidor de su camino?.
A través tuyo hacen entrar (en la gente) la duda sobre los sabios y
atraen hacia ellos los corazones de los ignorantes. El más íntimo de
sus ministros y el más poderoso de sus auxiliares no han hecho lo
que tú hiciste por justificar la corrupción y atraer tanto a la gente
común como a la elite hacia ellos. ¡Poco es lo que te ofrecieron con
relación a lo que aprovecharon de ti! ¡Y también muy poco es lo
que construyeron para ti comparado con lo que destruyeron de ti!.
Entonces, ¡obsérvate a ti mismo! Pues nadie verá a tu propia alma
como tú mismo. Y ajusta las cuentas de tu alma, tal como rinde cuen-
tas un hombre responsable. Temo que te encuentres ante aquéllos de
quienes Dios dijo en Su Libro: ‘Y, tras ellos vino una generación que
heredó la Escritura (Sagrada) y que se aferraba a los bienes super-
fluos de este bajo mundo diciendo: Pronto seremos perdonados’2.
Descuidaste el recuerdo de quienes habían sido tus contemporáneos
y ya fallecieron. Te quedaste como un extranjero solitario. ¡Mira!
¿Acaso ellos padecieron en comparación con lo que tú has sufrido?
¿O han estado en situaciones semejantes a las que tú has tenido?
¿Pensabas encontrar algo que ellos desconocían? ¿O conocías algo
que ellos ignoraban? Por el contrario, te has aprovechado de tu
situación ante la gente y de la confianza que ellos depositaron en ti,
porque ellos eran seguidores de tu opinión y actuaban conforme a tu
1 Corán, 3:187. Refiriéndose a la Escritura Sagrada.
2 Corán, 7:169.
orden. Lo que tuviste por lícito, ellos lo tuvieron y cuanto consideraste
ilícito ellos respetaron. Pero esto no es por ti, sino por su anhelo de
tu jerarquía mundanal y la falta de sabios entre ellos. Así, sobre ti
y sobre ellos se encuentra el dominio de la ignorancia, el amor por
la jefatura y el deseo del mundo.
Entonces ahora, ¡apártate de todas estas cosas hasta reunirte con los
virtuosos! Aquéllos fueron sepultados en sus andrajos, estando sus
vientres pegados a sus espaldas. No existe velo alguno entre ellos y
Dios. No les sedujo el mundo, ni ellos se dejaron seducir... Luego,
si con la madurez de tus años, la firmeza de tu conocimiento y la
próxima comparecencia de tu destino, el mundo juega contigo así,
¿cómo podría evitar esto un joven ignorante, que no tiene resolución
firme y es falto de intelecto? Todos somos de Dios y ciertamente a Él
regresamos. Entonces, ¿en qué debemos refugiarnos? ¿Ante quién
debemos buscar la satisfacción del corazón? Hablamos con Dios
por nuestra tristeza a causa de lo que vemos en ti, y Le exponemos
las· desgracias que nos han llegado de tu parte”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, tomo VIII, pág. 54)
4.- Del Imam Yauad (P):
“Los sabios en sí mismos son traidores si ocultan el buen consejo, si
cuando ven el extravío de un desviado no lo encaminan, y al muerto
no lo vivifican. ¡Qué vil es lo que hacen! Porque Dios, Bendito y
Exaltado, tomó de ellos el pacto en el Libro, acerca de exhortar al
bien, vedar el mal, y que colaboren con la piedad y el temor, no con
el pecado y la enemistad”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 54)
Capítulo VI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P), según lo que transmitió Hariz ibn Mugairah:
“Me encontró Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) en uno de los cami-
nos de Medina una noche, y me dijo: ‘¡Oh, Hariz!’. Respondí: ‘Sí’.
Entonces dijo: ‘Sabe que los pecados de vuestros ignorantes serán
cargados sobre vuestros sabios’. Luego siguió su camino.
Cuenta (Al Hariz): “Después fui hacia él, le pedí permiso y dije:
‘¡Por favor! ¿Cómo es esto que dijiste, de que los pecados de vuestros
ignorantes serán cargados sobre vuestros sabios? (Explícamelo),
pues me sorprendió mucho’. Me contestó: ‘En efecto (es así). Pues,
¿por qué cuando observan lo despreciable en alguno de ellos (los
pecados), no se dirigen a él, le advierten, lo exhortan y le hablan
sobre lo justo?’. Entonces le dije: ‘¿Y en el caso de que no aceptara
(nuestro consejo) ni nos obedeciera?’. Contestó: ‘Pues entonces
déjenlo con aquello y eviten reunirse con él’”.
(“Al Bahar”, tomo C, pág. 85-86)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“Ser explícito en el hablar es el pilar de la ciencia”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 181)
2.- Del Imam Baqir (P):
“(Dijo el Imam -P-) ‘Nosotros no consideramos al hombre como un
jurisprudente sabio hasta no conocer su modo de hablar’. Y luego
leyó el Dicho de Dios, Poderoso y Majestuoso: ‘Pero les reconocerás
por su manera de hablar’1“.
Y en otra narración: ‘No reconocemos al hombre de entre nosotros
como juicioso hasta no conocer su modo de hablar’. Y entonces re-
citó: ‘Pero les reconocerás por su manera de hablar. Dios conoce
1 Corán, 47:30.
vuestros actos’1“.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 137-139)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Son señales de la Fe el preferir la veracidad aunque te dañe a la
mentira aunque te beneficie, el que tu palabra no contenga alarde
a tu sabiduría y el temer a Dios en el dicho de otros (el modo de
narrar las palabras de otros)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.296)
4.- Del Imam Sadiq (P), de lo que narró del Imam ‘Ali ibn Husein as-
Sayyad (P):
“No es conveniente para ti hablar como quieras, porque Dios,
Poderoso y Majestuoso, dice: ‘Y no vayas tras aquello de lo que
no tienes conocimiento’2. Y, además, porque el Mensajero de Dios
(PBd) expresó: ‘¡Dios tenga misericordia del siervo que cuando dice
algo bueno gana o guarda silencio, permanece a salvo!’. Tampoco es
conveniente para ti que escuches lo que quieras, pues Dios, Poderoso
y Majestuoso, dice: ‘En verdad, del oído, de la vista, del intelecto,
de todo ello se os pedirán cuentas’3”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 116)
5.- Del Imam Yauad (P):
“Quien escucha a un disertante, ciertamente lo adora. Entonces,
si el disertante habla de parte de Dios, adora a Dios; y si habla de
parte del demonio, adora al demonio”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 336
6.- Del Imam Sadiq (P), según narró Taiiar:
“Le dije a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-): ‘Me he enterado que
te desagrada que disputemos con la gente y que detestas la hosti-
lidad’. Entonces me dijo: ‘En cuanto al hablar como tú lo haces,
no lo detestamos. De quien al remontar sabe bien como bajar, y al
posarse sabe cómo remontar (es decir sabe bien el modo de hablar),
1 Ídem.
2 Corán, 17:36.
3 Corán, 17:36.
no detestamos su palabra’”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 348)
7.- Del Imam Sadiq (P), de Abu Ya’far al-Ahwal de Abu Abdullah (P):
“Me preguntó (el Imam -P-): ‘¿Qué le pasó al hijo de Taiiar?’.
Contesté: ‘Ha muerto’. Entonces expresó: ‘¡Que Dios se apiade de
él, haga descender sobre él la Misericordia y lo haga bienaventu-
rado! Pues él había discutido sobre nosotros, la Gente de la Casa,
defendiéndonos’”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 349)
8.- Del Imam Sadiq (P), según narró Abdul A’la:
“Le dije a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-): ‘La gente me critica por
la palabra, y yo hablo con la gente pues esa es mi función’. Entonces
me dijo: ‘En cuanto a alguien como tú, que se posa y luego remonta,
está bien. Respecto a quien se posa y luego no se eleva, no lo está’”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 319)
Todo orador debe ser poseedor de mérito, capacidad, conocimientos y
discernimiento. Cuando en sus discursos vuela, sabe cuándo y dónde posarse.
Cuando se posa, sabe dónde y cómo remontar el vuelo. Por eso toda persona
sin capacidad ni mérito en esta tarea no tiene derecho a ella, especialmente
en las cuestiones de la fe y la religión.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Por cierto que a nosotros, los Profetas, se nos ha ordenado que
hablemos a la gente de acuerdo a su entendimiento. Mi Señor me
ordenó la cordialidad con la gente, del mismo modo que nos ordenó
observar las obligaciones”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 69)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Hablen con la gente en la medida de lo que conocen, y déjenlos
en lo que niegan”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 71)
3.- Del Imam Rida (P):
“¡Oh, Yunus! Habla con la gente en la medida de lo que ellos cono-
cen, y déjalos en lo que desconocen”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 487)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Que Dios tenga misericordia del siervo que motiva el amor a la
gente hacia nosotros (los Imames -P-) hablándoles de acuerdo a lo
que conocen y abandonando aquello que rechazan”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 65 y 68)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Cuando la innovación se manifieste en mi comunidad, entonces el
sabio debe mostrar su sabiduría. Quien no haga esto, entonces sobre
él caerá la maldición de Dios”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 54)
2.- Del Profeta (PBd):
“La preferencia del sabio sobre el devoto es de setenta grados,
entre cada uno de los cuales hay setenta años de galope a caballo.
Esto se debe a que cuando el demonio convoca a la gente hacia la
innovación, el sabio la percibe y la prohíbe, mientras que el devoto
se dirige a su devoción sin prestarle atención (a la innovación) ni
conocerla”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 12)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo el Enviado de Dios (PBd): ‘Los justos cargan esta religión en
todo siglo, y la niegan las interpretaciones de los charlatanes, las
alteraciones de los extralimitados (los fanáticos) y lo que forjan los
ignorantes, del mismo modo que el honor (de fundición) rechaza la
impureza del hierro’”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 4)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Propaga tu ciencia entre tus hermanos (enseñándoles)”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 52)
Nota:
Los musulmanes no deben descuidar este asunto, especialmente en cir-
cunstancias como las actuales, en las que la innovación no es exclusiva de las
creencias y cuestiones mentales, sino que traspasa los límites hacia temas de
la vida en general, como ser las costumbres, las vestimentas, las tradiciones.
Muchas veces pasa, como una enfermedad contagiosa, hacia las políticas
sociales, las relaciones culturales y económicas, las formas de administración
dentro del área islámica, las políticas exteriores y las vinculaciones con otras
comunidades.
La innovación tiene distintas categorías, como lo indica la misma palabra
en su forma plural. Así que es necesario que el sabio musulmán esté adver-
tido convenientemente sobre los distintos tipos de innovación y los sucesos
nuevos. Conociendo su cantidad, forma, vías de penetración y propagación,
le será posible establecer la resistencia en su contra y salvar a la sociedad de
ella y de su perjuicio.
En el día de hoy, todo musulmán es consciente de cómo se manifiestan
los nuevos sucesos en el campo de las políticas, los gobiernos y las relaciones
entre las comunidades islámicas y otras naciones y sociedades, que en general
son enemigos del Corán, del Islam y de los musulmanes. Estas cuestiones
dañan al Islam, merman la grandeza del Corán y la gloria de la Qiblah (la
Ka’aba), provocando la aniquilación de los asuntos de los musulmanes res-
pecto al poder económico, cultural y político. ¿Acaso es posible que exista un
sabio -especialmente una autoridad- ignorante de estas cuestiones, desatento
a ellas, indiferente a las mismas? ¿Acaso puede arrimar a ellas de acuerdo
a los deseos de los políticos, rindiéndose a sus intenciones y engaños, sin
manifestar su ciencia correcta ni sus opiniones islámicas? ¿Puede esforzarse
en la preservación de la comunidad y la protección de la existencia del Islam
sin rechazar estas innovaciones sociales y políticas, así como las traiciones
reinantes, ni manifestar su conciencia y poder para liberar a los países islámicos
de la mano de los explotadores y sus títeres?.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), según lo que se narró de él por el Imam Abu
Ya’far al-Baqir:
“¿Queréis que os informe de un erudito verdadero? Es aquél que no
provoca la desesperanza en la gente respecto de la Misericordia de
Dios, no les asegura sobre el Castigo de Dios, no los hace desesperar
del perdón de Dios ni les da permiso para la desobediencia a Dios”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 830)
1 Corán, 31:18.
está en el tercer grado del Infierno”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 41)
1.- Del Imam Husein (P), en aquello que dejó para los sabios de la co-
munidad y su crítica a los mismos:
“Ustedes por Dios son poseedores de gloria y respeto entre la gen-
te. Sin embargo ven los pactos de Dios violados y son indiferentes.
Algunos de ustedes se escandalizan a causa de los pactos de sus
padres, pero no ante la denigración del pacto del Mensajero de Dios
(PBd). No compadecen a los ciegos, mudos y enfermos crónicos
abandonados en las ciudades. No obran de acuerdo a su jerarquía
ni animan a los demás a hacerlo. Están en conformidad con los
tiranos y se encuentran tranquilos con ellos, mientras que todo esto
son responsabilidades que Dios les encomendó, es decir el vedar el
mal y abstenerse del mismo. ¡Ojalá supieran que a Jerarquía de los
sabios que han obtenido engrandeció vuestra desgracia!”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
1 Disponible en español en la Biblioteca Islámica Ahlul Bait -P- (www.biab.org) bajo el título
“El Gobierno Islámico”.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“El sabio que conoce su época no es atacado por las dudas, las
ambigüedades o la confusión”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 281)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Cuidaos de los cortesanos del sultán y de quienes están en su
séquito! Pues el más cercano de vosotros a los cortesanos del sultán
y su séquito es el más alejado de Dios Altísimo. A quien prefiere el
sultán en lugar de Dios, Poderoso y Majestuoso, Él le quitará la
piedad y lo dejará desorientado”.
(“Zauabul Amal”, pág. 310)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P):
“Luego ustedes, ¡oh, grupo! Grupo famoso por la ciencia, recordado
por el bien, conocido por el buen consejo, respetado ante la gente
por Dios. Los grandes les temen, los débiles les veneran y los pre-
fiere aquél de quien ustedes no tienen preferencia ni derecho sobre
él. Actúan como mediadores ante las necesidades, cuando estas son
negadas para sus demandantes. Andan en el camino con el prestigio
de los reyes y la consideración de los grandes. ¿Acaso no es cierto
que todo esto tiene valor solamente si lo obtienen con la esperanza
de establecer el derecho de Dios? A pesar de esto, son negligentes
en la mayor parte de Sus Derechos, considerando insignificante el
derecho de los Imames y haciendo perder el de los débiles”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 171-172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P):
“¡Oh, gente! Escarmienten con aquello que Dios advirtió a sus ami-
gos respecto de la censura a los sabios de los judíos, cuando dice:
‘¿Por qué los rabinos y los doctores de la ley no les prohíben sus
palabras pecadoras y alimentarse de bienes ilícitos?’1, y también
con: ‘Aquellos de los Hijos de Israel que se alejaron de la fe’, hasta
Su Dicho: ‘¡Qué mal estaba lo que hacían!’2. Por cierto que Dios
les reprochó su defecto, porque habían visto a los opresores el mal y
la corrupción, y no se lo vedaron por deseo de recibir algo de ellos
y por temor a su poder, a pesar de que Dios declara: ‘Así pues, no
1 Corán, 5:63.
2 Corán, 5:78-79.
tengáis miedo de la gente, temedme a Mí’1”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P):
“Temo para ustedes, ¡oh, quienes se jactan ante Dios!, que les
caiga encima uno de Sus castigos. Pues han recibido de parte de la
Generosidad de Dios una jerarquía con la cual han sido privilegia-
dos, pero no respetan a los amigos de Dios, a pesar de ser ustedes
respetados por Dios entre Sus siervos. Perciben la violación de los
pactos de Dios y permanecen indiferentes. Por algunos de los pactos
de sus padres hacen escándalo, pero no por el desprecio del pacto
del Mensajero de Dios”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P):
“Si hubieran persistido ante las penurias y hubiesen soportado
las dificultades en el camino de Dios, los asuntos de Dios habrían
estado en vuestras manos y habrían sido consultados (al respecto).
Pero ustedes han preparado sus jerarquías para los opresores y han
sometido los asuntos Divinos en sus manos, obrando con las ambi-
güedades y marchando en pos de sus deseos. Les han otorgado este
dominio a fin de escapar de la muerte y debido a vuestra enamorada
1 Corán, 5:44.
por la vida efímera”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Yauad (P):
“¡Oh, hermano mío! Dios, Poderoso y Majestuoso, estableció en
cada (comunidad) de los Mensajeros, algunos sabios que convocan a
quien se halla desviado hacia la dirección correcta, tienen paciencia
con ellos sobre las desgracias, y ellos responden al llamado de Dios
e invitan hacia Él. ¡Conócelos, la Misericordia de Dios sea sobre ti!
Pues ellos son de una categoría elevada, aunque su situación en el
mundo sea insignificante. Ellos vivifican por intermedio del Libro de
Dios a los muertos, y otorgan visión a los ciegos a través de la Luz
Divina. ¡A cuántos exterminados por el demonio ellos han resuci-
tado! ¡A cuántos perdidos extraviados han encaminado! Sacrifican
su sangre para impedir la aniquilación de los siervos. Sus huellas
resultan beneficiosas para la gente, mientras que las huellas de la
gente les resultan perjudiciales a ellos”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 56 -57)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P), disertando para los sabios:
“Los ciegos, los mudos, los enfermos crónicos en las ciudades son
desatendidos, y no se compadecen de ellos. No obran acorde a sus
jerarquías ni dan importancia a quien practica. Están en conformidad
con los tiranos y se encuentran tranquilos con ellos. Todo esto es
lo que Dios les ordenó abandonar y vedárselo a la gente, en tanto
son negligentes al respecto. ¡Ustedes son la mayor calamidad de la
gente! ¡Ojalá supieran que la categoría de eruditos que han recibido
ha exacerbado vuestras desgracias!”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P):
“Han entregado a los oprimidos en sus manos, al punto que algunos
fueron esclavizados y vejados, en tanto que otros resultaron debili-
tados y desprovistos de sustento. Las personas eran consideradas
por ellos (los tiranos) como sirvientes y esclavos, sin poder defen-
derse. Ellos son opresores rebeldes que reinan rigurosamente sobre
los oprimidos. No conocen al Creador, a Quien retornarán. ¡Qué
extraño! ¿Por qué no me sorprendo de estos opresores fraudulentos,
de los tiranos injustos, de los funcionarios de corazón duro que no
se apiadan de los creyentes?”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Husein (P):
“(Estos opresores frente a quienes permanecen callados) manejan
el país por cuenta propia. A fin de seguir a los mal vados, adoptan
como consigna el deshonor de los vicios y la osadía (respecto de
Dios). En todas sus ciudades existe un orador (dependiente de ellos)
sobre un púlpito disertando. En consecuencia, la tierra resulta frente
a ellos indefensa, y poseen sus manos extendidas sobre ella (es decir,
hacen lo que quieren)”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Existe entre los sabios quien anhela ocultar su ciencia y no ense-
ñarla. Éste se halla en el primer escalón del Fuego.
Existen otros entre los sabios que cuando se les aconseja se enojan
y cuando otorgan consejo son extremadamente rudos. Ellos están
en el segundo nivel del Fuego.
Hay otros que enseñan su ciencia a los ricos y nobles, pero no ven
para los pobres un lugar en el conocimiento. Su morada es el tercer
plano del fuego.
Algunos de los sabios actúan con su ciencia con los modales de los
tiranos y emperadores: si se rechaza algo de su dicho o se desatiende
algo de su mandato, se enfadan. Ellos se encuentran en el cuarto
escalón del Fuego.
Algunos de los sabios buscan narraciones de los judíos y cristianos
para acrecentar su conocimiento, a fin de aumentar su discurso (por
vanidad). Se localizan en el quinto nivel del fuego.
Otros de los eruditos se presentan a sí mismos en un rango deter-
minado y exclaman: ‘¡Pregúntenme!’, y es posible que no sepan
más que una letra. Dios no quiere a los charlatanes fingidos. Ellos
habitan el sexto plano del Fuego.
Y hay entre los sabios quien toma su conocimiento como señal de
hombría e inteligencia (y hacen ostentación de ello). Éste se halla
en el séptimo plano del Infierno”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 7)
La valentía, la toma de iniciativa y el pleno atrevimiento
en pos de la vigencia de los mandatos
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Por la verdad, y arroja a ti mismo en el maremoto, cuando y donde
sea (soportando pacientemente los sufrimientos)”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 910)
1 Corán, 4:77.
reunirse en un mismo corazón. ¿Cómo es posible esto, en tanto que
cada parte de esta religión manifiesta la valentía y encarna la toma
de iniciativa? Por otro lado, su columna es la sinceridad hacia Dios
y el vaciarse de todo excepto Él, a fin de adquirir Su Complacencia.
El creyente es aquél que tiene la certeza de que los destinos se hallan
en manos de Dios, y que Él los maneja como quiere. La demora en
el cumplimiento de las obligaciones no lo va a beneficiar en cuanto
al incremento de su plazo decretado, así como la toma de iniciativa
no va a mermarlo ni siguiera un minuto. El creyente es aquél que
personalmente aguarda uno de los dos réditos: vivir gloriosamente
como un caballero, o morir feliz en el acercamiento (a Dios), ele-
vando su alma hacia los grados más altos e introduciéndose junto
a los querubines y los ángeles próximos.
Quien fantasea que pueden reunirse el miedo y la fe en lo que ha
traído Muhammad (PBd), se engaña a sí mismo, pisotea su intelecto
y juega con sus deseos. Éste no posee fe en absoluto. Cada aleya del
Corán testifica que el miedoso miente respecto de su pretensión de fe.
Por eso esperamos de los herederos de los Profetas que diluciden la
verdad, recuerden las aleyas y aquello que Dios les confió respecto
de la cuestión de la toma de iniciativa a fin de exaltar Su Palabra y
la prohibición de la demora y del apartamiento de la ejecución de
aquello que Dios decretó como obligatorio.
Consideramos que si los sabios se consagraran a esta obligación (es
decir, la exhortación del bien y la prohibición del mal) durante un
tiempo breve, ofreciendo consejos a todos, aclarando los sentidos del
Sagrado Corán, y vivificando las almas de los creyentes, se apreciaría
en la sociedad una huella cuyo recuerdo perduraría eternamente. Un
día presenciaremos el retomo de su gloria (del Islam) en este mundo,
ya que es la Gloria de Dios el Supremo. Por otro lado, los creyentes,
con aquello que heredaron de sus antepasados y lo que se encuentra
arraigado en sus corazones respecto de las marcas de la creencia,
sólo requieren un poco de advertencia. Luego, se alzan como leones
en pos de la recuperación de lo que habían perdido y el resguardo
de lo que poseen, recibiendo junto a Dios un grado elevadísimo”.
(“Uruatul Uzqa”, pág. 145-146)
Capítulo VII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus palabras respecto al futuro de los musul-
manes y su comportamiento con el Corán:
“En esa época los portadores del Libro lo abandonarán. Los memo-
rizadores lo olvidarán. Serán extraviados por sus deseos y heredarán
esto de sus padres. Mentirán e inventarán engaños adulterando el
Libro. Luego lo venderán por un precio insignificante y se desape-
garán de él. Entonces el Libro y sus adeptos en aquella época serán
desterrados y expulsados”.
(“Al Uafi”, tomo III, pág. 22)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Pronto llegará después de mí un tiempo en el cual no habrá nada
más oculto que la verdad ni más manifiesto que la falsedad, ni mayor
que la mentira sobre Dios y su Mensajero. No existirá para la gente
de aquella época nada menos demandado que el Libro cuando se
lo lea correctamente, ni algo más costoso que el Corán fuera de su
lugar. No habrá en las ciudades algo más desconocido que el bien
ni más conocido que el mal”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 447-446}
3.- Del Imam Yauad (P):
“Dios retiró de cada comunidad la Sabiduría de la Escritura cuando
ellos la desdeñaron. Dios hace que sus enemigos los dominen cuando
ellos los anhelan (a sus enemigos).
El abandono del Libro consiste en el cumplimiento de sus letras y
la alteración de sus leyes. Ellos lo leen, pero no lo consideran. Los
ignorantes se admiran por la memorización de sus palabras (del
Corán), mientras los sabios se entristecen por el abandono de su
consideración.
La desconsideración del Libro consiste en encargarlo a quienes no
lo conocen. Eso provoca que sean introducidos en el seguimiento de
sus pasiones y los impulsen hacia algo inferior. De esta manera los
asideros de la religión resultan trastocados. Luego se lo encomiendan
a los tontos y los inmaduros.
Por consiguiente, en tanto la comunidad se aboque a esto, va a
trabajar según el mandato de los hombres en vez de la Orden de
Dios. ¡Qué mal fin resulta para los tiranos!; la amistad de la gente
en lugar de la Amistad de Dios; la recompensa de la gente en vez de
la Recompensa de Dios; la complacencia de la gente en lugar de la
Complacencia de Dios. Por eso la comunidad se tomó así. Mientras
entre ellos hay esforzados por la devoción, aunque estén extraviados,
existen también egoístas y engañados”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 53)
Capítulo VIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando una cuestión referente a una disposición de Sus Mandatos
llega a uno de ellos, juzga sobre él por cuenta propia. Luego, el mis-
mo asunto recae sobre otro, y juzga diferente al primero. Más tarde
quienes juzgaron sobre este tema se congregan alrededor de un líder
que los estableció como jueces, y él aprueba todas sus opiniones (a
pesar de las discrepancias), mientras que su Dios es uno, su Profeta
es uno y su Libro es uno.
¿Acaso Dios les ha ordenado la discrepancia y ellos obedecen? ¿O se
las vedó, y ellos están desobedeciéndolo? ¿O acaso Dios ha revelado
una religión defectuosa, Glorificado Sea, y ha implorado ayuda de
ellos para perfeccionarla? ¿O ellos son socios Suyos y por lo tanto
ellos deben mandar y Dios complacerse? ¿O Dios, Glorificado Sea,
reveló una religión perfecta y el Mensajero (PBd) fue negligente en
lo referente a su propagación y su cumplimiento? En tanto que Dios,
Glorificado Sea, expresa: ‘No hemos omitido nada en la Escritura
(Sagrada)’1. Y también declara: ‘Hicimos descender sobre ti la Es-
critura que explica claramente todas las cosas’2. Además menciona
que unas partes de la Escritura confirman a otras y que en él no
hay discrepancias. Y afirma, Glorificado Sea: ‘Si procediera de otro
distinto que Dios, sin duda, habrían encontrado en él abundantes
contradicciones’3”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 74)
2.- Del Imam Husein (P):
“Esto se debe a que el curso de los asuntos y disposiciones se en-
cuentra en manos de los sabios en Dios, quienes son fieles a lo lícito
e ilícito (que Él estableció). En cambio ustedes han sido despojados
de esta jerarquía, debido a su separación de la verdad y su discre-
pancia en cuanto a la Tradición (profética) después de las pruebas
1 Corán, 6:38.
2 Corán, 16:89.
3 Corán, 4:82.
evidentes. Si hubieran tenido paciencia sobre las dificultades y hu-
biesen soportado las penalidades en el camino de Dios, los asuntos
de Dios estarían en sus manos y ustedes habrían sido consultados”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
Capítulo IX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien parte a buscar una puerta del conocimiento a fin de retomar
por su intermedio, desde una falsedad hacia una verdad, o desde un
extravío hacia una buena dirección, su acción equivale a 40 años
de adoración de un devoto”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 182)
2.- Del Imam Sadiq (P), según relató Moauia ibn ‘Ammar:
“Le pregunté a Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-): ‘Entre un narrador
de vuestras palabras que los esparce entre la gente confirmándolos
en los corazones de vuestros seguidores, y un devoto de vuestros
1 Algunos exégetas y narradores interpretan que las dos ciudades de la aleya, las bendecidas
y las cercanas, serían los Imames Infalibles (P) las primeras, y los sabios educadores las
segundas.
seguidores que no sea así, ¿cuál es más preferible?’. Respondió:
‘Un narrador de nuestros dichos que los esparce entre la gente
confirmándolos en los corazones de nuestros seguidores es superior
a mil devotos’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 145)
3.- Del Imam Sadiq (P), según lo que transmitió el Imam Al-Askari (P):
“Los sabios de nuestros seguidores son los guardianes de la frontera,
la cual es atacada por el diablo y sus grandes comandantes.
Ellos le impiden al demonio y sus secuaces obstinados acometer
contra los oprimidos de nuestros seguidores y dominarlos. Debes
saber que aquél de nuestros seguidores que alcanza este rango es
miles y miles de veces superior a quienes lucharon en Bizancio y otros
sitios, ya que él defiende la religión de nuestros amigos, mientras
que los demás defienden sus cuerpos”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 155)
4.- Del Imam Kazim (P):
“Un sabio que rescata a los huérfanos de los nuestros que se halla
despojado de nuestra presencia, enseñándole lo que precisa, es más
terrible para el demonio que mil devotos. Porque la preocupación
del devoto se circunscribe a sí mismo, en tanto que el otro además
de su propia alma, se preocupa por otros siervos y siervas de Dios,
para salvarlos de las manos del diablo y sus partidarios. Esto es,
pues, ante Dios superior a miles y miles de devotos, y miles y miles
de devotas”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 170)
5.- Del Imam Yauad (P):
“¡Oh, hermano mío! Dios. Poderoso y Majestuoso, estableció en
(la comunidad) de cada Mensajero algunas personas de Sabiduría
que convocan a los extraviados hacia la buena dirección y soportan
las dificultades”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 56)
6.- Del Imam al Askari (P):
“Dijo Al-Hasan ibn ‘Ali (P): ‘La preferencia de un tutor de los
huérfanos de la familia de Muhammad aislados de sus protectores,
crecidos en la categoría de la ignorancia, confundido en relación a
la prevalencia de un tutor de los huérfanos que los alimenta y da de
beber, es similar a la superioridad del sol sobre la estrella de Soha
(estrella de segundo orden de la Osa Menor)”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 3)
Capítulo X
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien acepta ser juez para un opresor o lo auxilia, cuando descien-
de sobre él el Ángel de la muerte, le dice: ‘¡Te albrició la maldición
de Dios y el Fuego del Infierno! ¡Qué pésima morada!’. Y agregó:
‘Aquél que encamina a un tirano respecto de un delito, acompañará
a Haman en el Fuego’”.
(“Al Bahar”, tomo CIV, pág. 293)
2.- Del Profeta (PBd):
“Un siervo no se aproxima a un rey sin alejarse de Dios Altísimo”.
(“Nauadir Ar Rauandi”, pág. 4)
3.- Del Profeta (PBd):
“Quien infringe un juramento, enarbola la bandera del desvío,
oculta una ciencia, expropia una riqueza injustamente y auxilia a un
déspota respecto de una opresión a sabiendas, se aparta del Islam”.
(“Nauadir Ar Rauandi”, pág. 17)
4.- Del Profeta (PBd):
“Aquél que complace a un sultán con lo que encoleriza a Dios Al-
tísimo, se sale de la religión del Islam”.
(“Nauadir Ar Rauandi”, pág. 27)
5.- Del Profeta (PBd):
“Los más superiores de entre los seguidores de mi comunidad son
quienes no se acercan a las puertas del sultán”.
(“Nauadir Ar Rauandi”, pág. 27)
6.- Del Profeta (PBd):
“En el Día del Juicio un heraldo proclamará: ‘¿Dónde se encuentran
los tiranos y sus ayudantes? Aquéllos que pusieron los filtros en los
tinteros y anudaron para ellos una bolsa, o han introducido por ellos
una vez la pluma en el tintero. ¡Congregaos con ellos!”.
(“Nauadir Ar Rauandi”, pág. 27)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Solamente relatan las tradiciones cuatro hombres para quienes no
existe un quinto: un hombre hipócrita que manifiesta la fe falsificando
el Islam, que no se disculpa ni evita pecar. Si la gente supiera que se
trata de un hipócrita mentiroso, no aceptaría (la narración) de él.
Pero ellos declaran: ‘¡Se trata del compañero del Mensajero de Dios,
quien vio y escuchó de él!’. Sin embargo han perdurado después del
Profeta (PBd) con mentiras y calumnias, acercándose a los líderes
extraviados y a los convocadores hacia el Fuego. Fueron puestos
(en sus lugares) para manejar los actos y como dominadores sobre
el cuello de la gente. Entonces comenzaron a devorarse el mundo.
Las personas están junto a los reyes y el mundo, excepto aquél que
está protegido por Dios”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 665)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Solía decir Amir al-Mu’minin (P): ‘¡Oh, buscadores de la ciencia!
Existen tres signos para los sabios: el conocimiento, la prudencia y
el silencio. Y hay tres señales para los charlatanes fingidos: disputan
con quién está encima suyo sin motivo, oprimen a quien está debajo
suyo con despotismo y apoyan a los tiranos’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 37)
9.- Del Imam Sadiq (P), de su padre:
“Quien se aproxima a un líder tirano y le recita el Corán, buscando
con ello algo mundano, es maldecido por cada letra con diez mal-
diciones, y se maldice a quien lo escucha por cada letra con una
maldición’”.
(“Al Bahar”, tomo XCII, pág. 184)
10.- Del Imam al Askari (P):
“Pronto llegará para la gente un tiempo en el cual sus rostros lucirán
sonrientes y claros, mas sus corazones serán negros y oscuros. La
Tradición será entre ellos innovación, y la innovación estará entre
ellos como Tradición. El creyente se hallará entre ellos deshonrado,
y el hipócrita será respetado. Sus gobernantes serán dictadores ig-
norantes y sus sabios se encontrarán a la puerta de los opresores”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 322)
Capítulo XI
Nota:
Lo que se pretende con “conocer a Dios” es el conocimiento firme del
Ser de Dios Altísimo y la información referente a Su Religión, Sus Mensajes,
los objetos de Su Complacencia y aquello que Le disgusta. Este rubro de
conocimiento concreto hace que el corazón se oriente principalmente hacia
Dios, Bendito y Exaltado, de modo tal que quien piensa así se traslada a una
categoría de conocimiento que lo obliga a considerar la legislación (en los
aspectos interiores y exteriores, individuales y sociales, personales y no per-
sonales), y lo impulsa a perseverar en pos de la complacencia de Dios con sus
movimientos y quietudes, así como con todos sus estados. Por este motivo
las Tradiciones contienen la expresión “conocer a Dios”, o “los conocedores
de Dios”, como deseando exponer un significado sutil y profundo del conoci-
miento. Entonces, “conocer a Dios”, equivale a conocerlo de tal manera que
Él esté presente para uno, pues aunque no podemos verlo Él nos ve. El gran
sabio Sheij Zain ad-Din al-Amali, el segundo mártir, en cuanto a la separación
de las distintas categorías de creencias y al emprender la búsqueda de lo más
importante, declara:
“Deben saber que el estar meramente informado sobre los temas
registrados no es el conocimiento ante Dios altísimo. Solamente
es Conocimiento ante Dios el comprender Su Majestuosidad y Su
Grandeza. Ese es el conocimiento que hace efectivo el temor, la
reverencia, la humildad, e impulsa hacia la piedad”.
(“Muniatul Murid”, pág. 58)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo transmitido por Amir al-Mu’minin:
“Aquél que busca la ciencia por Dios, no obtendrá con ello una
puerta sino que aumentará a través suyo la humillación en su alma.
Así se ingresa en la humildad ante la gente, el temor ante Dios y el
esfuerzo en la religión. Éste es quien aprovecha del conocimiento y
tiene que aprenderlo”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 11)
Nota:
Aquello que el Profeta (PBd) ha definido como los “signos del humilde”,
deben poseerlos, con más razón, los sabios. El segundo mártir (Zain ad-Din
al-Amali) expresó:
“Para un sabio, luego de considerar lo externo de la Ley Islámica
y aplicar todo cuanto los eruditos han descripto sobre la oración,
el ayuno, la súplica, la recitación del Corán y otras devociones,
le caben otras responsabilidades que de no cumplirlas, lo hacen
negligente. Pues en lo concerniente a él, las prácticas obligatorias
y no obligatorias no son exclusivamente las mencionadas. Por el
contrario, aquello que se encuentra fuera de las secciones ordenadas
por los eruditos es lo más importante.
Conocer esto es más obligatorio (para ellos), así como buscarlo
y ser competente a su respecto es lo más grande. Se trata de la
purificación del alma de los defectos morales, de la arrogancia, la
ostentación, la envidia, el rencor y otros vicios aniquiladores, los
1 Corán, 17:107-109.
cuales se hallan registrados en las ciencias específicas (referentes
a la Ética). Nos referimos a preservar la lengua de murmurar y ca-
lumniar, de hablar con dos lenguas, de mencionar los defectos de los
musulmanes y otras cosas similares; y así con los demás miembros.
Cada uno posee mandatos exclusivos y pecados registrados para
cada circunstancia, que toda persona debe conocer y respetar su
disposición. Estas son responsabilidades que no se hallan anotadas
en los libros de comercio, alquiler y otros textos de Jurisprudencia.
Sobre ellas se deben consultar a los verdaderos sabios practicantes,
así como sus textos recopilados al respecto. Para un sabio resulta un
gran engaño el acatamiento de las ciencias oficiales y la desatención
de lo referente a la perfección de su alma y la Complacencia de su
Señor. Bendito y Exaltado sea”.
(“Muniatul Murid”, pág. 55-56)
5.- Del Imam Sadiq (P), de lo que relató de Amir al-Mu’minin (P):
“Precávete con la reflexión de tu corazón; aparta tu cuerpo de dormir
y teme a Dios, tu Señor”.
(“Amale Mufid”, tomo II, pág. 121)
Nota:
A esto se refiere la Palabra Celestial (del Corán): ‘Y para que sepan
quienes obtuvieron conocimiento, que ello es la Verdad que proviene de tu
Señor y crean en ella y humillen ante Él sus corazones’1. En consecuencia, la
ciencia beneficiosa es aquella que se impone sobre el alma, se establece sobre
el corazón y lo habita, siendo el eje de las acciones y el emprendimiento. Con
ella resulta la vida del corazón y la evidencia del interior. Cada ciencia que
no sea así, sólo constituye un conjunto de palabras reiteradas y expresiones
vulgares.
6.- De Jesús (P):
“En verdad os digo, la semilla germina en terreno fértil, y no crece
en la piedra. Del mismo modo la Sabiduría mora en el corazón del
humilde y no en el del arrogante tirano. ¿No sabéis, acaso, que quien
1 Corán, 22:54.
levanta su cabeza ante un techo se golpea, mientras que quien baja
su cabeza ante un techo, aprovecha su sombra y su refugio? De esta
manera, quien no sea humilde con Dios, será degradado, y quien sea
humilde con Dios será exaltado. Así como la miel no puede colocar-
se en cualquier odre, la sabiduría no habita en cualquier corazón.
Cuando el odre no se desgarra, ni está seco, ni se descompone, puede
constituirse en un recipiente para la miel. De igual modo, cuando
los corazones no se quebrantan por los deseos, ni se mancillan por
la avidez, ni se endurecen con la vida mundanal, es posible que se
transformen en recipientes para la sabiduría”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 375)
7.- De Jesús (P):
“En verdad os digo: cuando un animal no puede ser montado, deja
de ser útil, se toma rebelde y de estado cambiante. Del mismo modo,
cuando los corazones no se ablandan con el recuerdo de la muerte
ni son constantes en la consagración a la devoción, enseguida se
transforman en corazones duros, insensibles y ásperos.
¿Qué beneficio tiene una lámpara en la terraza de una casa cuando
su interior permanece oscura? De la misma forma no resulta be-
neficiosa la luz de la ciencia ubicada en vuestras bocas, mientras
vuestro interior se encuentra vacío y oscuro. ¡Corred, pues, a vues-
tras oscuras casas e iluminadlas! Asimismo, ¡apresuraos para que
vuestros corazones sean iluminados con la sabiduría antes de que se
oxiden con los pecados y se conviertan en más duros que la piedra!”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 337)
Nota:
Cuando el sabio y el estudiante preservan en la contemplación y le piden
cuentas a su propia alma, entonces la ciencia se establece en sus corazones
otorgándole una nueva vida, y transformándose en lo que describe Amir al-
Mu’minin (en el siguiente relato).
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“La cabeza de la ciencia es la humildad; su ojo es apartarse de la
envidia; su oído es la comprensión; su lengua es la veracidad; su
corazón es la intención buena; su intelecto es conocer los resultados
de la existencia. Entre sus frutos se encuentran el temor a Dios, evitar
la concupiscencia, seguir la dirección, rehusar los pecados, querer
a los hermanos, escuchar a los sabios y aceptarlos.
Y también, abandonar la venganza aunque se tenga poder para
ella, considerar malo cabalgar sobre la falsedad y bueno el seguir
la verdad así como el dicho veraz; abstenerse de la alegría con el
descuido y de hacer una obra que provoque el arrepentimiento. La
ciencia aumenta el intelecto de una persona y crea en sus estudiantes
buenos atributos, subyuga la codicia, aparta el engaño, extermina
la avidez y aprisiona a todos los salvajes. Convierte los medios de
vida lejanos en cercanos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 6)
La humildad y la sinceridad
El desapego
La piedad y el autocontrol
Su existencia beneficiosa
Difundir la ciencia
1.- Del Profeta (PBd), según lo que narró Amir al-Mu’minin (P):
“Aquél cuyos conocimientos prevalecen sobre sus deseos, posee una
ciencia provechosa”.
(“Mishcatul Anuar”, pág. 246)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Apartaos de la disputa! Ciertamente lo primero que Dios me ha
prohibido, después de la adoración de los ídolos, es la disputa”.
(“Muniatul Murid”, pág. 193)
3.- Del Profeta (PBd):
“A quien renuncia a la discusión a pesar de tener la razón, se le
edifica una mansión en lo más alto del Paraíso”.
(“Safinatul Bihar”, tomo II, pág. 532)
4.- Del Profeta (PBd):
“Un siervo no perfecciona la realidad de la fe hasta no abandonar
la disputa, aunque tenga la razón”.
(“Safinatul Bihar”, tomo II, pág. 532)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh. Kumail! Sé precavido respecto de la discusión, pues cuando
personalmente te abocas a la misma, suscitas a los tontos en tu contra
y destruyes la fraternidad”.
(“Safinatul Bihar”, tomo II, pág. 532)
6.- Del Imam ‘Ali (P), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P):
“¡Abandonen la disputa y la hostilidad! Porque ambas enferman los
corazones de los hermanos y hacen crecer la hipocresía”.
(“Muniatul Murid”, pág. 193)
Nota:
En el capítulo Decimocuarto de esta sección se indicará la necesidad
de que una autoridad musulmana de alto rango sea completa, tanto en teoría
como en la práctica.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Kazim (P):
“¡Oh, Hisham! Dios Altísimo le reveló a David (P): ‘¡Dile a Mis
siervos!: No establezcan entre Yo y vosotros a un sabio enamorado
del mundo, pues los descarriará de Mi Recuerdo, del Camino de Mi
amor y Mi invocación. Ellos son salteadores de camino para Mis
siervos. Lo mínimo que hago con ellos es arrancarles la dulzura de
Mi amor y Mi súplica de sus corazones”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 293)
La búsqueda de la ciencia para el mundo
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien busca la ciencia para el mundo, por la jerarquía entre la
gente y debido a la consideración de un sultán, no alcanza ninguna
puerta de esta, sino que acrecienta en autoestima respecto de sí
mismo, en arrogancia en cuanto a la gente, en desatención respecto
de Dios y en apartamiento en cuanto a la religión. Éste es quien no
se beneficia de su ciencia. Entonces, debe abstenerse de tener que
argüir contra sí mismos, arrepentirse y padecer la ignominia en el
Día del Juicio”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 11)
Pretensión y engreimiento
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien declara: ‘Yo soy sabio’, es ignorante”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 110)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“(El ignorante) no considera de la ciencia aquello que no acepta,
ni toma en cuenta otro método que el propio”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 72)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los buscadores de la ciencia son de tres clases: un grupo de ellos
aprende para engañar y sobresalir. Ellos se exceden sobre sus se-
mejantes y se humillan ante los ricos, aunque éstos sean inferiores
a ellos, por anhelar sus banquetes; así aventan su religión”.
(“Raudhatul ua’zin”, pág. 9)
Ocultar la ciencia
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“A quien oculta una ciencia útil, Dios lo embritará (en el Día del
Juicio) con riendas de fuego”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 78)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien oculta una ciencia es como si fuera ignorante”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 276)
3.- Del Imam Yauad (P):
“Los sabios serían desleales contra sí mismos si ocultaran la reco-
mendación, si vieran a un extraviado y no lo encaminaran o a un
muerto y no lo vivificaran. ¡Qué malo es lo que hacen!”.
(“Al Kafi”, tomo VIII, pág. 54)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Dijo Jesús hijo de María (P) a sus compañeros: ‘¡Ay de vosotros,
los sabios malvados! Cobran sueldo pero no hacen nada. Pronto el
Señor del trabajo vendrá a buscar su obra, y saldrán de este mundo
hacia las tinieblas de la tumba’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 109)
Alimentarse de la religión
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quien se alimenta con la religión, su parte en cuanto a su religión
es lo que come”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 160)
2.- Del Imam Sayyad (P):
“Cuídate de ser jefe en nuestro nombre, pues Dios te degradará. Y
apártate de comer en nuestro nombre, pues Dios incrementará tu
pobreza”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 124)
El falso desapego
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Ay de quienes adoptan la religión como un instrumento para obte-
ner el mundo! Visten para la gente con pieles de corderos, luciendo
una lengua muy agradable. Sus palabras son más dulces que la miel,
y sus corazones son corazones de lobos. Dios altísimo exclama: ‘¿Me
relegan o son rebeldes contra Mí? Entonces, ¡por Mi Poder y Mi
Majestad! que seguramente he de enviarles desgracias que dejarán
perplejo al “más paciente de ellos’”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 173)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“De ellos hay quien abandona la búsqueda del reino por incapacidad
o por falta de recursos, pues su situación los llevó a eso. Entonces se
presentan a sí mismos con el nombre del complacencia y se adornan
con la apariencia de la gente desapegada, mientas que no poseen
ningún vínculo con el complacencia y el desapego”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 5)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Abu Dharr! Quien busca la ciencia para atraer a la gente
hacia él mismo, no percibirá el aroma del Paraíso”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 541)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Absténganse de buscarla por cuatro motivos: para ostentar ante los
sabios, o disputar con los tontos, o para presumir en las reuniones,
o por atraer a la gente hacia ustedes para ser su jefe”.
(“Al lrshad”, pág. 111)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Las personas son de cuatro categorías: un ignorante que está cu-
bierto por sus pasiones a las cuales se aferra; un devoto fuerte que
al aumentar su adoración incrementa su arrogancia; un sabio que
ansía que los hombres marchen detrás suyo y pretende el elogio de
la gente; y el conocedor del camino de la verdad, que se consagra
a ella, pero es débil y resulta vencido. Y éste es el más completo y
juicioso de la gente de tu época”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 60)
4.- Del Imam Rida (P):
“Dijo ‘Ali ibn Husein (P): ‘Si encontraran firme su intelecto, ¡es-
tén atentos de que no los defraude!, hasta tanto percibir si con su
intelecto persigue sus apetencias, o si sus deseos obedecen a su
intelecto, y cómo es su amor por la falsa jefatura y su desapego
de ella. Existe entre la gente quien pierde este mundo y el otro: él
abandona el mundo a causa del mundo mismo, concibiendo el goce
de la falsa jefatura como superior al gozo de los bienes y mercedes
permitidos. En consecuencia, desecha todo eso buscando el cargo.
Luego, ‘Y si se le dice: ‘¡Teme desagradar a Dios!’ se apodera de
él un orgullo pecador. El Fuego del Infierno será su retribución.
¡Qué mal lugar para descansar!’1.
Entonces él obra sin prestar atención, y la primera falsedad lo
conduce hacia la más profunda perdición. Después de dirigirse
tras lo que no puede dominar, su Señor lo deja desamparado en su
rebeldía. En tal circunstancia, él permite lo que Dios ha vedado, y
prohíbe aquello que Dios autorizó. Y no le da importancia a lo que
1 Corán, 2:206.
ha perdido de su religión, en tanto permanezca intacto para él el
puesto por el cual se mortificó’.
Y ellos son de quienes Dios se encolerizó y les maldijo, preparándoles
un Castigo ignominioso”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 53)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Las desgracias de los sabios son ocho: la avidez y la avaricia;
la ostentación y jactancia el fanatismo; el amor al elogio; meditar
sobre aquello cuya realidad no alcanzan; esforzarse excesivamente
en adornar sus discursos con palabras de más; el escaso pudor ante
Dios y el no actuar acorde a su conocimiento”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 52)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Quebraron mi columna un sabio desvergonzado y un ignorante que
se muestra como asceta. El ignorante estafa a la gente con su apa-
riencia desapegada, y el sabio los embauca con su desvergüenza”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 111)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de su legado a su hijo Al-Hasan (P):
“¿Cómo será tu estado cuando te encuentres en un pueblo cuyos
sabios son estafadores que presentan un aspecto bello? Ellos son
dominados por sus pasiones y se aferran fuertemente al mundo.
Cuando el más fuerte de ellos se dirija hacia ti, será para acechar-
te con las contrariedades. Ellos buscan engañar con los deseos y
persiguen el mundo denodadamente”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág. 234)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Cuando se manifiesta la ciencia y se abandona la práctica, o se
reúnen las lenguas y se dispersan los corazones, o se cortan los lazos
familiares, entonces Dios los maldice, les deja sordos y enceguece
sus vistas”.
(“Zauabul Amal”, tomo II, pág. 109)
2.- De Jesús (P):
“El más desdichado de la gente es aquél que es conocido ante los
hombres por su ciencia, pero desconocido por su acción”.
(“Udatul Dai”, pág. 69)
Renunciar a la ciencia
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), según relató Suleimán ibn Labban:
“Me preguntó Abu Ya’far (el Imam Baqir -P-): ‘¿Conoces cuál es el
ejemplo de Mughairat ibn Sho’bat?’. Contesté: ‘No’. Él me explicó:
‘Su ejemplo equivale al de Ba’lam, a quien le había sido concedido
el Gran Nombre (de Dios). Dios declaró acerca suyo: ‘Nosotros
dimos nuestros signos y se despojó de ellos, entonces Satanás le
siguió y fue de los que se extravían’1”.
(“Tafsirul Aiiashi”, pág. 42)
2.- Del Imam Baqir (P), en referencia a la aleya anterior:
1 Corán, 7:175.
“El motivo de esta aleya es Ba’lam. Luego Dios la estableció como
una alegoría de toda persona que prefiere sus pasiones por encima
de la Dirección de Dios entre la gente de la Orientación1”.
(“Al Bahar”, tomo XIII, pág. 380)
3.- Del Imam Rida (P):
“A Ba’lam Ba’ura le había sido concedido el Gran Nombre (de Dios),
con el cual invocaba y le era respondido. Sin embargo, él se inclinó
hacia Faraón. Cuando éste pasó persiguiendo a Moisés (P) y sus
compañeros, le pidió a Ba’lam; ‘Invoca a Dios contra Moisés y sus
compañeros, a fin de que Él los detenga para nosotros’.
Entonces él montó su asno para ir en búsqueda de Moisés (P). En
aquel momento apartó el Nombre de su lengua, por lo que dice (en
el Corán): ‘Nosotros dimos nuestros signos y se despojó de ellos,
entonces Satanás le siguió y fue de los que se extravían. Y, si No-
sotros hubiésemos querido, le habríamos elevado mediante ellos,
pero él se inclinó a lo terrenal y siguió a sus pasiones. Su ejemplo es
como el del perro, que si le atacas jadea y si no le haces caso jadea’2.
Esta es una parábola que Él ha propuesto”.
(“Al Bahar”, tomo XII, pág. 377-378)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), quien cuando le preguntaron quiénes eran los
peores entre la gente, respondió:
“Los sabios cuando se corrompen”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 31)
2.- Del Imam Al-Askari (P):
“Se le preguntó a Amir al-Mu’minin (P): ‘¿Quiénes son lo peor de la
creación de Dios luego de Iblis y Faraón?’. Respondió: ‘Los sabios
Acercamiento y alejamiento
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien toma la ciencia de su gente y actúa en concordancia con su
conocimiento, se salva”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 46)
2.- Del Profeta (PBd):
“Los apóstoles le preguntaron a Jesús (P): ‘¡Oh, espíritu de Dios!
¿Con quién debemos reunirnos?’. Contestó: ‘Con aquél que al mi-
rarlo les recuerda a Dios, cuya palabra acrecienta vuestra ciencia
y cuya acción les incline hacia el más allá’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 49)
3.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P):
“Reunirse con la gente de la religión implica nobleza en este mundo
y en el otro”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 39)
4.- Del Imam ‘Ali (P), sobre la descripción de un creyente consiente y
un sabio practicante:
“Se quitó el manto de sus apetencias y se vació de las preocupaciones,
excepto de una sola en la cual siempre reflexiona. Salió, entonces, de
la ceguera y la asociación con la gente de los deseos. Se convirtió
en una de las llaves de las puertas de la buena dirección y una de
las cerraduras de las puertas de la perdición.
Encontró su camino y marchó en su sendero. Conoció su faro y
atravesó sus tinieblas, aferrándose del asidero más seguro y de las
más fuertes montañas. Es como una luz del sol de la certeza, que
estableció su alma para Dios, Glorificado Sea, en lo más álgido de
los asuntos, haciendo correctamente cada cosa que surge para él y
retomando cada rama a su origen. Es un candil para las tinieblas,
apartando las confusiones”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 210)
5.- Del Imam Baqir (P):
“Una tertulia en la que me reúno con aquél de quien tengo confianza,
es más seguro ante mí que un año de práctica”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 39)
6.- Del Imam Rida (P), de lo que transmitió del Imam ‘Ali ibn Husein (P):
“Pero el hombre perfecto y excelente es aquél que coloca su pa-
sión como seguidora de la Orden de Dios y aplica su esfuerzo en
la Complacencia de Dios. Comprende que la humillación con la
verdad está más próxima a la Gloria permanente que el honor con
la falsedad. Sabe que el escaso perjuicio soportado en este mundo
lo traslada hacia las Mercedes perpetuas, en la Mansión que nunca
se acaba ni concluye, y que mucho de lo que goza en seguimiento de
sus apetencias lo transporta a un Castigo incesante, eterno. ¡Éste
es un hombre excepcional! ¡Aférrense a él y sigan su conducta! In-
tercedan a través suyo ante vuestro Señor, pues a él no se le rechaza
una súplica y puede alcanzar lo que desea”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 53)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Pronto llegará para mi comunidad una época en la que no per-
manecerá del Corán más que su vestigio, ni del Islam más que su
nombre. Se llamarán ‘musulmanes’ pero estarán más lejos del Islam
que cualquier otra gente. Las mezquitas serán bellas y bien edifi-
cadas, pero se hallarán vacías de la buena dirección. Los eruditos
de esa época serán los más malvados de entre los sabios que se
hallan bajo la sombra del cielo. Las tentaciones surgirán de ellos y
retomarán a ellos”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 109)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“¡Precaveos de los ignorantes adoradores y de los inmorales de
entre los sabios! Ellos son los estafadores de cada defraudado”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 106)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando vean a un sabio amante del mundo, ¡acúsenlo de su re-
ligión! Cada amante se encuentra cercado por aquello que ama”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 107)
4.- Del Imam Kazim (P), de sus ancestros (P), del Profeta (PBd), quien
dijo:
“‘Los eruditos son los confidentes de los Mensajeros, mientras no
ingresen al mundo’. Se le preguntó: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Cómo
ingresan al mundo?’. Respondió: ‘Al seguir a un sultán. Cuando
hacen eso, ¡tengan cuidado de vuestra religión!’”.
(“Al Kafi”, torno I, pág. 46)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“No se congreguen con cada invocador pretencioso que los invite
desde la certeza hacia la duda, de la sinceridad a la ostentación, de
la humildad hacia la arrogancia, de la recomendación hacia la ene-
mistad, del desapego a la inclinación, acérquense a un sabio que los
convoque del orgullo a la humildad, de la jactancia a la sinceridad,
de la duda a la certidumbre, del apego al desapego, de la enemistad
a la conciliación. No es digno de aconsejar a la creación más que
aquél que francamente teme estas dificultades, que prevalece sobre
los defectos de la palabra y reconoce la rectitud del error, las causas
de las incitaciones, las contrariedades del alma y las apetencias”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 52)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“No temo sobre mi comunidad por un creyente ni por un asociador.
En cuanto al creyente, su propia fe lo refrena; con respecto al aso-
ciador, su misma impiedad lo subyuga. Temo para ustedes por un
hipócrita charlatán, que declara aquello que aceptan y obra lo que
reprueban (es decir, que dice lo bueno y hace lo malo)”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 110)
La jerarquía y la autoridad
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Los eruditos son los confidentes de los Enviados”.
(“Al Bahar”, tomo I, pág. 216)
2.- Del Profeta (PBd):
“‘¡Que Dios se apiade de mis representantes!’. Le preguntaron: ‘¡Oh,
Mensajero de Dios! ¿Quiénes son tus representantes?’. Contestó:
‘Quienes vivifican mi Tradición y la enseñan a los siervos de Dios’”.
(“Muniatul Murid”, pág. 10)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios ha querido que los sabios no permanezcan pasivos frente a un
extralimitado devorador ante el hambre de los oprimidos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 52)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los sabios son gobernantes sobre la gente”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 32)
5.- Del Imam Husein (P):
“El giro de los asuntos y mandatos se encuentra en las manos de
los sabios de Dios”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 172)
6.- Del Imam Sadiq (P), según lo que transmitió Abu Jadida:
“Abu Abdullah (el Imam Sadiq -P-) me envió hacia nuestros compa-
ñeros diciéndome: ‘Adviérteles respecto de concurrir a un corrupto
cuando ocurra entre ustedes algún problema o discrepancia en algo
de sus intercambios. Coloquen entre ustedes a alguien que conozca
nuestra autorización y nuestra prohibición. Y absténganse de que-
jarse unos contra otros ante un sultán traidor’”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 100)
7.- Del Imam Kazim (P):
“Quien busca el sustento para mantener a su familia y a sí mismo
de lo lícito, es equivalente al combatiente en el Camino de Dios,
si no puede hacer esto, entonces que solicite en préstamo a Dios,
Poderoso y Majestuoso, y a Su Mensajero (PBd) (de tesoro público)
lo necesario para mantener a su familia. Y si muriese sin saldar su
deuda, el líder debe abonarla. Si no la cancela (el líder), el peso de
la misma recaerá sobre él. Dios, Poderoso y Majestuoso, declara:
‘En verdad, las limosnas son para los pobres y los necesitados, para
los encargados de recaudarlas y para aquellos cuyos corazones
se quiere atraer, para liberar esclavos, para los endeudados, para
la causa de Dios y para el viajero’1. Esta persona (que no puede
1 Corán. 9:60. Por “limosna” en este caso se refiere a la limosna obligatoria (zakat), pues la
frase final del versículo “Es una disposición obligatoria (farida) procedente de Dios”
mantener a su familia) es pobre, necesitada e insolvente”.
(“At Tadhib”, tomo VI, pág. 184)
8.- Del Imam Rida (P), extraído de la obra “Fiqh Ar-Rida”, texto que se
sostiene que es de su autoría:
“La jerarquía de los eruditos en esa época será como la jerarquía
de los Profetas entre los hijos de Israel”.
(“Auaidu Naraqi”, pág. 186)
9.- Del Imam Al-Askari (P):
“En cuanto a aquél de los eruditos que se autocontrola, que preserva
su religión, se opone a su concupiscencia, acata la orden de su pro-
tector, es deber para la gente de la calle y los analfabetos imitarlo.
Esto no se da en todos los sabios shi’as, sino en algunos”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág.263-264)
10.- Del Imam Mahdi (P):
“En cuanto a los acontecimientos que ocurrirán, consulten sobre los
mismo a los narradores de nuestras tradiciones. Pues ellos constitu-
yen mi argumento contra ustedes, es tanto que yo soy el argumento
de Dios contra ellos”.
(“Kamalud Din”, pág. 484)
así lo indica.
Observaciones de la Sección Octava
1 N.E.: Este día “Hoy”, que por segunda vez se menciona en el mismo versículo, es conocido
como el Día de Gadir Jum, en el cual Dios completó Su revelación al Mensajero con este
versículo, tras ordenarle que anunciara el Imamato (wilaya) de ‘Ali ibn Abu Talib ante la
multitud de sus seguidores, al regreso de la última peregrinación. Después del descenso
de este versículo, el Mensajero no vivió más de setenta y un días.
(5:3)
La sucesión es una tradición inalterable entre los Profetas, la cual ha sido
puesta en práctica en el pasado. Es entonces, una obligación realizarla para los
últimos (Profetas, al igual que los anteriores), pues se trata de una Tradición
Divina, y la Tradición de Dios nunca se transforma, especialmente en el Islam.
El Profeta (PBd), que es el Sello (de la Profecía), con cuyo fallecimiento cesó
la Revelación, de tal modo que no existe Profeta alguno después de él (PBd),
es el más indicado para designar para la comunidad -a través de la Revelación
de Dios y Su Orden- a quien es digno de ser seguido y de continuar su mi-
sión, a fin de que la sociedad no quede sin un vocero de parte de Dios y de Su
Religión. Este es un concepto hacia el cual el intelecto apunta, y es dispuesto
por la religión y la naturaleza innata (del ser humano). Por eso nuestro Profeta
(PBd) eligió a ‘Ali (P) como una bandera para la comunidad, como vocero
del Libro y la Tradición, y como difusor del correcto Islam.
En esta etapa de la historia -la historia de la Religión de Dios sobre la
tierra-, cesa el período de jurisprudencia y legislación, comenzando la fase de
exégesis y dilucidación. La Profecía se marcha, y le sucede el Imamato. Por lo
tanto, era deber de la comunidad de ese tiempo actuar en concordancia con el
delegado del gran legislador y decretador (PBd), y complacerse con ‘Ali (P)
como estandarte para ellos y como líder conductor después del fallecimiento
del Profeta (PBd), tal como él personalmente la había instituido. Pero los
acontecimientos se desenvolvieron en sentido contrario a esta obligación. Los
musulmanes, entonces, se dividieron en dos partidos: imamitas y no imami-
tas. De esta manera se inició la etapa del Imamato por un lado, y del califato
por el otro. Cuando más tiempo transcurría de la época de la Revelación y
de la vida del Profeta (PBd), tanto más se acrecentaba la discrepancia y el
alejamiento (de los dos grupos), hasta que surgieron en el ámbito del califato
del Islam, asuntos que no tenían ninguna relación con el Islam. Cuando esos
sucesos mencionados tuvieron lugar, se dificultó la cuestión referente a los
sucesores de las Realidades del Mensajero (PBd) y los veraces guardianes
del Islam, ya que surgieron y se manifestaron delante de ellos los siguientes
dos importantes asuntos:
1: Difundir la religión entre quienes no lo conocían.
2: Preservar la religión entre quienes no la practicaban.
De aquí que se abocaron a estas dos obligaciones con una dedicación
ardua, dificultosa y complicada. Se tragaron las desgracias y los dolores, li-
diaron con las contrariedades y las adversidades, y sus vidas transitaron entre
cárceles, cautiverios, destierros y asesinatos. La trampa se tomó como expresa
Ibn Jaldún (famoso historiador musulmán de origen andalusí):
“La sangre de la gente de la Casa fue derramada en todos sitios”.
(“Tarij Ibn Jaldun”, tomo IV, pág. 3)
Y como describe el doctor ‘Ali Sami an-Nasharil Masri:
“Los hijos de Fátima comenzaron a escribir con sus sangres las
mayores epopeyas. Al-Hasan (P) murió envenenado. Al-Husein (P),
hijo de ‘Ali y de Fátima (P) fue martirizado en una masacre sin pa-
rangón en la historia. La familia de Marwan dominó con la espada
los cuellos de los musulmanes. Zaid hijo de ‘Ali fue martirizado en
otra matanza ruda y violenta”.
(“Nashtul Fiqh Falsafi fil Islam”, tomo II U-T)
Todo esto acaeció a fin de preservar al Islam de la alteración y para res-
guardar la justicia y la bondad de la humillación. Los Imames (P) también
se consagraron a educar a la gente de la comunidad, así como a un grupo de
perspicaces y nobles, y otro de grandes revolucionarios y entusiastas. Estos
y aquéllos, a pesar de todo el terror y la angustia existente, conservaron así la
herencia de la religión y los auténticos mandatos de los Profetas (P), salva-
guardando las enseñanzas del Corán en todas sus dimensiones ideológicas, po-
líticas, sociales, morales y prácticas de cualquier desaparición y modificación.
Cuando el período del Imamato concluyó, luego de haber transcurrido
260 años de la Santa Hégira, arribó el ciclo de los sabios, al iniciarse la fase
del ocultamiento del decimosegundo sucesor (P) -debido a la mala elección de
los hombres en su abandono de la protección de la verdad y de su gente-. Esto
tiene lugar porque los Imames les han dejado (a los sabios) las ciencias del
Islam y sus enseñanzas, impulsando a la gente a que concurra a ellos para tomar
estos conocimientos e instrucciones, practicar conforme a ellos y aplicarlos.
Por consiguiente, de esta manera, lo que ha surgido sobre la tierra del
favor Divino para los seres humanos con la llegada sucesiva de Sus Mensajes
con el fin de encaminarlos y guiarlos, se encarna en tres fases, a saber:
1: La época de los Profetas (P).
2: El período de los sucesores (los Imames -P-).
3: La etapa de los sabios.
Entonces queda aclarado para el noble lector, que un sabio shi’a con
conciencia social, que ocupa un cargo religioso, especialmente una alta auto-
ridad, es el representante de los Profetas y el sucesor de los veraces. Por eso,
es necesario conocer el modo que es preferible que ese sabio sea, más aún el
modo que él debe ser. ¿Acaso es correcto que cada erudito se presente a sí mis-
mo con este cargo por ser conocedor de la metodología del derecho islámico,
doctor en las expresiones escritas, catedrático en las comisiones científicas,
recopilador de las leyes prácticas? ¡No, esto no es correcto! Y cuando esto
ocurre. ¿Es correcto que los musulmanes lo tomen como autoridad sin probar
su firmeza religiosa, su conciencia política, su consistencia y otros méritos
necesarios? ¡No, tono es correcto!
El sabio islámico es el representante de la tercera de las etapas menciona-
das respecto de los Mensajes de Dios sobre la tierra. Él es, en consecuencia, la
evidencia de Dios en general, ya que se trata de la evidencia del Imam según
lo que nos informa la Tradición, siendo el mismo Imam la evidencia de Dios
Altísimo. Por lo tanto, el sabio constituye la prueba irrefutable de Dios sobre
la gente por intermedio del Imam. No le corresponde, entonces, ocupar este
puesto más que a quien posea plena relación en cuanto a los atributos, con
los compañeros de los períodos anteriores (es decir, los Profetas e Imames
-P-) Cuando son así, completan el Favor de Dios sobre la gente y prosiguen
la Misión de Dios sobre la tierra.
Existe aquí otro elemento de importancia en cuanto a este cargo en el
ámbito shi’a, y es lo concerniente a la subsistencia del Islam y su elevación,
debido a que la autoridad ante los shi’as es el custodio del Islam y de su
continuidad. Él es el protector de todo aquello que pertenece al conjunto del
Islam. Él resulta el único refugio contra todas las dificultades y peligros que
emergen de parte de la política, la economía y la cultura. Él es el combatiente
de las corrientes opositoras, tanto internas como externas, emanadas de los
enemigos del Islam, de los partidarios de otras ideologías, de los poderosos y
opresores y traicioneros, así como de quienes ocupan puestos de gobernantes,
emires, jefes y reyes entre los musulmanes, pero son títeres de los extranjeros
y sirvientes de los antagonistas del Islam. También combate a las corrientes
opositoras provenientes de las doctrinas, pensamientos y creencias falsas, así
como a las leyes impuestas por las manos de los gobiernos ateos. En conse-
cuencia, es necesario que este sabio perciba enteramente los dolores de la gente
y sus dificultades, demuestre amabilidad para ellos, permanezca aliado de los
oprimidos, apoye sus derechos, defienda a los subyugados y no permanezca
pasivo frente a un devorador insaciable que está ante un oprimido hambriento,
como expresa nuestro protector Amir al-Mu’minin (P). Asimismo debe estar
notificado sobre las culturas actuales y los asuntos vigentes del género humano.
Todo lo expuesto debe impulsar a los musulmanes a observar este tema
detenidamente, sin desatender la gran importancia que presenta. Deben esta-
blecer sus consultas sobre un sabio evaluado religiosa y puntualmente, con
conciencia política y social. Porque él posee un efecto concreto en la perma-
nencia de la gloria de la religión y la exaltación del Islam. Para arrojar sobre
este concepto una luz mayor que la anterior, ofrecemos al amable lector los
siguientes análisis.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió Amir al-Mu’minin (P) de
lo que Dios Altísimo le dijo al Profeta en la noche de la ascensión (mi’ray):
“¡Oh, Ahmad! ¡Aléjate de los ricos! ¡Apártate de sus reuniones!”.
(“Irshad al Qulub”, pág. 279-280)
2.- Del Profeta (PBd):
“Hay tres reuniones que matan al corazón: …(una de ellas) la re-
unión con los ricos”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 42)
3.- Del Profeta (PBd):
“Quien dictamina entre la gente sin saber, es más lo que corrompe
de la religión que lo que corrige”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 121)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“La cabeza de la ciencia es la humildad; su vista es la separación
de la envidia; su oído es el entendimiento; su lengua es la veraci-
dad; su corazón es la buena intención; su intelecto es conocer los
instrumentos de los asuntos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 6)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“La desgracia de los sabios es el aprecio por la jefatura”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 136)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“No es lícito dictaminar para quien no aprende a dar veredicto de
parte de Dios, Poderoso y Majestuoso, con la claridad de su interior
y su apariencia, la sinceridad de su accionar y un argumento de
parte de su Señor en cada estado. Porque quien opina, dispone, su
decreto no es válido sino con el Permiso de Dios y Su Razón. Y quien
ordena escuchando sin ver, es un ignorante que será castigado por su
ignorancia, y es un pecador por su sentencia. Dijo el Profeta (PBd):
‘El más osado de vosotros en dictaminar es más atrevido respecto
de Dios, Poderoso y Majestuoso. ¿Acaso el sentenciador no sabe
que él se encuentra entre Dios y sus siervos, y que él constituye la
distancia entre el Paraíso y el Infierno?’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 120)
7.- Del Imam Baqir (P):
“Quien busca la ciencia para ostentar con ella ante los sabios y
disputar con los tontos, o atraer con ella los rostros de la gente
hacia él, tendrá el Fuego como morada. La jefatura no es adecuada
excepto para su gente”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 47)
8.- Del Imam Sadiq (P), de lo que transmitió del Imam Amir al-Mu’minin
(P):
“Diez son quienes llevarán la desgracia para ellos mismos y para
los demás: …(entre ellos) el poseedor de escasa ciencia que con mu-
cho fastidio pretende enseñar profusamente a la gente, un prudente
poseedor de abundante ciencia que no es perspicaz”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVIII, pág. 400)
9.- Del Imam Rida (P), de lo que transmitió del Imam Sayyad (P):
“Y cuando lo encuentren evitando las riquezas, cuídense de que no
les engañe. Pues los deseos de la creación son disímiles. Así, existen
muchas personas que abandonan las fortunas ilegales, aunque sean
inmensas, mientras imponen a su alma una mujer fea con la que co-
meten adulterio. Y cuando lo hallen eludiendo esto, .tengan cuidado
de que no les engañe hasta observar la firmeza de su intelecto. Hay
muchos hombres que se apartan de esto, pero no poseen un intelecto
firme. Así, lo que corrompen por su ignorancia es mucho mayor que
lo que restauran por su intelecto”.
(“Al Ihtiyay”, tomo II, pág. 53)
10.- Del Imam Hasan al-Askari (P), quien explicó respecto de Su Dicho,
Exaltado Sea: “¡Ay! de aquellos que escriben con sus manos la Escritura
(Sagrada) y luego dicen: ‘¡Esto procede de Dios!’”1:
“Esto es para un grupo de los judíos. (Luego agregó -P-): Un hom-
bre le planteó al Imam Sadiq (P) ‘En tanto éstos analfabetos de los
judíos no conocen la Escritura de Dios, excepto lo que oyen de los
sabios, ¿cómo (Dios) les reprocha por su imitación y aceptación
de los sabios? ¿Acaso la masa de los judíos no se encuentra en la
misma posición que nuestra muchedumbre que imita a sus sabios?’.
Entonces (el Imam Sadiq -P-) le explicó: ‘Entre nuestra muchedum-
bre y la de los judíos existe disparidad respecto de ciertos aspectos
y similitud de cuanto a otros. En cuanto a la concordancia, vemos
que Dios reprocha a nuestra masa con sus imitaciones del mismo
modo que critica al vulgo de ellos.
En cuanto a la disparidad surge porque la mayoría de los judíos
reconocían a sus sabios como mentirosos manifiestos, devoradores
de lo ilícito y del soborno, permutadores de las leyes. Ellos estaban
persuadidos que quien cometía todo esto era un perverso y que no
era lícito legitimarlo ante Dios y constituirlo en un intermediario
entre Dios y la creación. Debido a eso (Dios) los recrimina. Del
mismo modo, cuando nuestros iletrados identifican a sus sabios como
depravados evidentes e intensos fanáticos, lanzados tras el mundo
y su ilegalidad, y aun así continúan imitándolos al igual que los
otros (es decir, que los judíos), son como ellos, los judíos que Dios
recriminó por su imitación de los sabios corruptos.
En cuanto a quien es de los eruditos autocontrolado, guardián de
su religión, opositor de su concupiscencia, obediente a la orden de
su protector, entonces las masas deben imitarlo. Esto sólo se da en
algunos de los sabios shi’as, no en todos.
En consecuencia, quien monta las aberraciones y las fornicacio-
nes, abocándose hacia un camino al cual se dirigieron los sabios
1 Corán, 2:79.
perversos, no se le debe aceptar de nuestra parte ninguna cosa ni
respetarlo’”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 88)
Nota:
Dentro de los lúcidos ejemplos del “camino al cual se dirigieron los sabios
perversos”, mencionado en la palabra del Infalible (P), tenemos el confiar en
los inicuos, el colaborar con los gobernantes déspotas y dominadores sobre
las riquezas de la comunidad, sus fuentes, sus culturas, sus confidentes, así
como el callarse frente a todo esto.
En efecto. Estas narraciones enfatizaron las numerosas condiciones que
deben estar presentes en un sabio para que le sea lícita a la gente su imitación,
y para que se le permita establecerse como jefe, conducir el liderazgo y ser
garante. Cuando un musulmán imita a un sabio que no posee estas condiciones,
se equipara con los judíos, y es considerado como ellos.
Es fundamental para la sociedad meditar sobre este tema, pues el mismo
convoca hacia dos importantes bases de nuestros principios educativos. Ellas
son la amistad con los amigos de Dios y la separación de los enemigos de Dios.
Estos dos fundamentos constituyen lo más importante dentro del glosario del
género humano, ya que ellos derrumban y edifican: derrumban la escaramuza
de la falsedad abandonándola, y edifican el frente de la verdad al dirigirse
hacia ella y congregarse en su entorno. No es apropiado para un musulmán
ser indiferente sobre estos dos principios. Por lo tanto, seguir a un hombre
verdadero, poseedor de una situación firme y confirmarlo, es obligatorio. Y
seguir a otro en su lugar está vedado.
Es conveniente que llamemos la atención respecto de la palabra “ciencia”
ubicada en la sentencia del Profeta (PBd) “Quien dictamina entre la gente
sin saber (sin tener ciencia)”, ella no se refiere a la jurisprudencia expresa,
especialmente la jurisprudencia de la mayoría de la gente actual (encasillada
y limitada), ya que esa expresión nueva, posterior a la época del Profeta y los
Imames (P), surge con el paso de los signos, y se trata de una jurisprudencia
que no abarca abundantes elementos de los asuntos islámicos. Lo que sigue
desarrolla esta cuestión de una forma más amplia.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“La desgracia de un responsable es la debilidad política”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 136)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“La desgracia de la gente es un sabio inmoral”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 37)
3.- Del Imam Sadiq (P), de sus ancestros (P):
“Relató ‘Ali (P): ‘En el Infierno existe una muela de molino que
tritura a cinco. ¿Acaso no me preguntarán qué muele?’. Entonces le
preguntaron: ‘¿Qué es lo que muele, oh Amir al-Mu’minin?’. Con-
testó: ‘A los sabios inmorales, los recitadores perversos, los déspotas
infames, los ministros conspiradores y los conocedores mentirosos’”.
(“Al Jisal”, tomo II, pág. 122)
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sepan que aquí existe bastante ciencia (y señaló con su mano a
su pecho). ¡Ojalá encontrara a quien pudiese cargarla! En efecto
encontraré a quien pueda aprender, pero era desleal, empleando la
religión como herramienta para (obtener) el mundo, y pavoneando
las mercedes de Dios ante Sus siervos. Con sus argumentos irá
en contra de sus protectores. O bien, (encontraré) a un sumiso en
cargar la verdad, pero carente de perspicacia, de tal manera que
se encienda la duda en su corazón ante la primera ambigüedad que
ocurra. ¡Ni este ni el otro! También hallaré a un ansioso de gozar,
manso esclavo de las pasiones, enamorado de la acumulación de
bienes. Evidentemente ellos tampoco son considerados de la religión
en absoluto. Lo más próximo a parecerse a ellos son los animales
de engorde. De este modo la ciencia perece con el fallecimiento de
sus portadores”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.156-1.157)
5.- Del Imam ‘Ali (P):
“La tontería y la negligencia no existen en el corazón de un sabio”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 36)
6.- Del Imam ‘Ali (P):
“Los semihumanos lo titularon ‘sabio’, mientras que no es así.
Amaneció juntando demasiado de aquello cuya escasez es mejor
que su abundancia, hasta que apagó su sed con un agua putrefacta
y atesoró en vano”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 71)
7.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si el que no sabe se callara, desaparecería la discrepancia”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 122)
8.- Del Imam ‘Ali (P):
“No aprendió la ciencia como es debido. Desparrama las narracio-
nes así como el viento desperdiga la paja seca. Éste sabio no es el
apropiado para Dios de hacer algo de lo que le consultaron, ni es
encomiable para lo que le han confiado”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 71)
9.- Del Imam Sadiq (P), respecto de la exégesis de la siguiente aleya “En
cuanto a los poetas, sólo los extraviados les siguen”1:
“Ellos son un pueblo que aprenden y se instruyen sin saber. Son,
pues, extraviados y desviadores”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 298)
Cuando el asunto es así, y los acontecimientos fluyen por esta corriente,
surgen graves y terribles sucesos, como el dominio de los sabios malvados
sobre la comunidad religiosa. Entonces ellos extravían, encisman, desenvol-
viéndose los eventos como describe nuestro protector Amir al-Mu’minin (P).
10.- Del Imam ‘Ali (P):
“El tropiezo de un sabio es semejante al rompimiento de un barco
que naufraga y anega (a sus tripulantes)”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 188)
¿Quién es un erudito?
1 Corán, 26:224.
gracias a la obra de algunos eruditos y sus conductas. La importancia de este
tema nos conduce al reconocimiento de esta realidad, cuya instrucción se limitó
exclusivamente a un ámbito determinado, mostrando una parte del Islam y
no su totalidad, ya que la suma total de aleyas que enseña sobre este aspecto
discutido, es decir, sobre la jurisprudencia islámica actual, no sobrepasa de
500 entre 6.000, es decir, una doceava parte. En consecuencia, el erudito en
este sentido (erudito en jurisprudencia), no es un sabio islámico completo, ya
que “sabio” es aquél que conoce todos los asuntos del Islam contenidos en
el Corán y la tradición, y no exclusivamente los conceptos de los mandatos
legales. La mayoría de los eruditos, aparte de las cuestiones legislativas, no
conocen de los asuntos islámicos más que una ciencia muy resumida.
Mientras no sea un erudito abarcante de todos los aspectos del Islam y sus
propósitos, ¿cómo puede guiar a la sociedad y llenar el vacío de los Imames
(P) en cuanto a difundir las ideas islámicas e implantarlas? ¿Y cómo puede
analizar los acontecimientos políticos y sociales, extraer los mandatos de la
religión y aplicarlos en la comunidad? Esta es una cuestión clara. Si desea
evidenciar aún más esta realidad ante usted, consulte los textos de jurispru-
dencia y leyes prácticas, los cuales se presentan como programas funcionales
para la sociedad actual.
Cuando un investigador observa estas obras concibiéndolas como un
esquema cabal y consciente para las enseñanzas islámicas conjetura que el
Islam es una religión que no guarda ninguna relación con la vida moderna del
género humano, ni con la administración política, los movimientos científicos
constructivos, la economía, los esfuerzos en la defensa y equipamiento (mili-
tar), así como tampoco con los intensos sufrimientos de la humanidad, ni con
los despojados, los oprimidos y sus dificultades, o con el combate contra los
déspotas y dominadores, ni con ninguno de los asuntos tangibles corrientes
en la sociedad y la vida. ¡Y esto constituye una calamidad mayúscula y una
notable desgracia!.
El gran líder de los musulmanes, el Imam Jomeini (ra), ha dejado im-
portantes discursos y elevadísimas lecciones respecto de este tema. Vamos a
exponer a continuación una parte de ellas:
“Para observar la diferencia entre el Islam y aquello que se presenta
con el título de Islam (pero que no lo es), es suficiente que compa-
remos entre el Corán y los textos de Tradiciones por un lado, y los
tratados de práctica que los sabios intelectuales han escrito por el
otro lado. Resulta que entre ambos, existe una profunda diferencia
en cuanto a la amplitud de los mismos y su efecto en la vida social.
Pues la proporción de aleyas pertenecientes a las cuestiones de la
sociedad respecto de las vinculadas con los mandatos y devociones,
supera la relación de 100 a 1. Y si inspeccionamos el conjunto de
textos de Tradiciones que contienen jurisprudencia islámica, los
cuales suman aproximadamente 50, encontraremos que la cantidad
de los mismos que contienen los mandatos y deberes del hombre
frente a su Creador no sobrepasa de 4 libros, algunos del resto
corresponden a los temas morales, y los demás (la amplia mayoría)
versan sobre las relaciones sociales, económicas, políticas, legales
y la administración de los asuntos institucionales”.
(“Uilayatul Faqih”, pág. 91)
En efecto, el Islam constituye una religión completa, perfecta y abarcante,
la cual coexiste con la vida y armoniza con los creyentes existentes en la so-
ciedad y la historia. El Noble Corán contiene más de 6.000 aleyas, las cuales
comprenden los diversos problemas de la vida.
Atendiéndonos a estas correctas palabras, no es posible delimitar la ciencia
requerida para un sabio conductor exclusivamente en la jurisprudencia expre-
sa, es decir, en conocer la forma de la ablución, el aseo con tierra y el baño
completo, distinguir entre los tipos de sangre de las mujeres, la forma de la
caridad obligatoria y el quinto, la cantidad de glorificaciones (en la oración),
las condiciones de la comercialización y otras secciones de la jurisprudencia
conocida hoy en día. ¡No, no es así la cuestión! El Islam ha establecido para
cada punto, una disposición, incluso la indemnización de un arañazo -como
se encuentra en la Tradición-. Cada movimiento y cada reposo conlleva un
cometido y una directiva. No existe ninguna actividad ni quietud en los que
no se requiera de un conocimiento -como figura en la Tradición-.
Un musulmán vive en la sociedad, no en el campo o el desierto. Delante
suyo cada día se corporizan decenas de temas, problemas y asuntos políticos
y sociales, correspondientes al accionar y la abstención, debiendo tomar una
decisión al respecto. No es correcto que ningún musulmán consciente deje de
intervenir en estos asuntos, pues este abandono es contrario a la obligación
islámica de dar importancia a la problemática de los musulmanes y de poseer
sabiduría para cada cuestión que acontezca en la sociedad islámica. “Todos
vosotros sois pastores, y todos vosotros sois responsables por el rebaño”.
Por otro lado, la desatención del análisis de los temas sociales y de la
intervención en los mismos, trae aparejada una cuestión más penosa y una
calamidad aún más grave: la caída de los asuntos en manos de no musulmanes
o de personas que aparentan el Islam, quienes carecen de nobleza, religión y
compromiso entre los perversos y traidores, cuya única meta es el mundo y
sus cargos. Ellos solamente trabajan para acumular los bienes)’ saquear las
riquezas. Por tal motivo, estrechan las manos de los extranjeros poderosos
a fin de destruir los pilares del Islam y usurpar el patrimonio de los musul-
manes. Por consiguiente, es obligatorio para cada miembro de la comunidad
musulmana participar en los asuntos sociales, políticos, económicos culturales,
constructivos y de defensa, adoptando una postura firme en pos de la justicia
y la verdad, en beneficio del Islam y los musulmanes.
Esta participación seria y consciente depende de informarse sobre las
cuestiones sociales y políticas internas y externas, comprendiendo las respues-
tas religiosas para cada una de ellas. Es evidente que no todos los individuos
poseen la capacidad suficiente como para sumergirse en estos temas. Ante tal
circunstancia, la disposición tanto natural como legal, es que el ignorante re-
curra a los sabios. Y cuando la gente recurre a un sabio para consultarlo sobre
lo que les acontece en un momento determinado, es entonces, obligatorio que
se trate de un sabio conocedor de todo esto que hemos señalado, de manera
consciente y completa. Esos conocimientos plenos y abarcadores deben ha-
llarse en quien dictamina ante la gente. Si llegase a sentenciar sin esto, lo que
encisma de la religión es mucho mayor que lo que corrige.
En consecuencia, el erudito apropiado para que la sociedad imite, co-
locando en sus manos las riendas de los asuntos en todos los eventos y pro-
blemas, también debe ser sabio. Es decir, debe ser el representante de todas
las enseñanzas islámicas referentes a la devoción, el comercio, la política, la
cultura, la sociedad, la moral, la defensa, el gobierno, la administración y todo
cuanto se vincula a estos temas.
Una de las mayores desgracias religiosas sociales es que cada miembro
de la sociedad imite principalmente al erudito y no al sabio. Es decir, que
consulten a fin de desenvolver sus vidas con un desarrollo coránico, a quien no
comprende del Corán más que una doceava parte (limitada a la jurisprudencia).
Como ellos no conocen el Islam ni el Corán con fuerza intelectual más allá de
esta medida, no poseen sabiduría respecto de las políticas internas y externas,
las decisiones explotadores, los temas gobernantes, los problemas mundiales
y las experiencias históricas. A todo esto debe sumársele las cuestiones éticas
y la vida del corazón (es decir, la espiritualidad profunda).
Hacia esto señala Allamah Maylisi cuando sostiene:
“Cuando el erudito se extiende, mayormente lo hace en las Tradicio-
nes. En cambio, un sabio actuante está bien informado de los defectos
del alma y sus desgracias, el abandono del mundo y el desapego del
mismo, anhelando aquello que se encuentra junto al Altísimo de Sus
Mercedes, el acercamiento a Él y la llegada a Él”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 158)
He aquí algunas Tradiciones referentes a este tema.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P), de ‘Ali (P):
“¿Quieren que les informe sobre el auténtico erudito? Es quien no
desalienta a la gente sobre la Misericordia de Dios, ni abandona
el Corán yendo a otro que él. Sepan que ningún bien existe en una
ciencia que no contiene entendimiento, ni en una lectura carente de
meditación, ni en una devoción vacía de instrucción”.
(“Al Uasail”, tomo IV, pág. 830)
2.- Del Imam Baqir (P):
“El erudito es quien se desapega de este mundo anhelando el más
allá, aferrándose a la Tradición del Profeta (PBd)”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 51)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“’Conozcan las jerarquías de nuestros seguidores a través de la
medida de sus escrupulosidades en cuanto a las narraciones de
nuestra parte. Pues nosotros no consideramos al erudito de ellos
como tal hasta que no sea ‘muhaddiz’ (capaz de comprender la rea-
lidad gracias al Favor de Dios)’. Entonces se le preguntó: ‘¿Acaso
el creyente (común, no infalible) puede ser ‘muhaddiz’?’. Contestó
(P): ‘Es inspirado; inspirado ‘muhaddiz’”1.
1 En otra narración de “Al Kafi”, le preguntaron al Imam Sadiq (P) sobre cómo era posible que
un erudito no infalible fuese muhaddiz, respondió que en el caso del erudito, la intención de
la palabra ‘muhaddiz’ es un grado inferior, el cual implica que sea inspirado, comprendedor
de los asuntos de una forma determinada. A pesar de no ser igual a la captación de un
Imam Infalible, es sin embargo, una categoría elevada. Un erudito educador debe poseer
este grado.
(“Riyalul Kashi”, pág. 3)
De la Tradición (hadiz):
Algunas tradiciones sociales.
1.- Del Profeta (PBd):
“Aquél que se coloca al frente de los musulmanes en tanto percibe
que entre ellos existe quien es superior a él, traiciona a Dios, a Su
Mensajero y a los musulmanes”.
(“Al Gadir”, tomo VIII, pág. 291)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Ibn Mas’ud! Sus sabios y eruditos son traidores inmorales.
Debes saber que ellos son lo más vil de la creación de Dios. Asimis-
mo sus seguidores, quienes van hacia ellos, toman algo de ellos, les
aman, se sientan con ellos y les consultan, son lo más detestable de
la creación de Dios”.
(“Makarimul Ajlaq”, pág. 527)
Sobre deshonrar a la comunidad y despreciar sus asuntos.
3.- Del Profeta (PBd):
“Quien encamina a un pueblo mientras hay entre ellos el más sabio
y más instruido que él, entonces sus asuntos se degradarán: hasta
el Día del Juicio”.
(“Zauabul Amal”, pág. 246)
Sobre la desprotección del éxito de Dios y sus favores.
4.- Del Profeta (PBd):
“La jefatura no es conveniente salvo para Dios y Su gente. Quien
se establece a sí mismo en otro sitio que aquel que Dios le había
asignado, es odiado por Dios. Y a quien convoque hacia sí mismo
sosteniendo: ‘Yo soy vuestro jefe’, mientras que no lo es, Dios no le
dirigirá nunca la mirada en tanto no se retracte de lo que dijo y se
arrepienta hacia Dios de lo que pretendió”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 36)
De la Tradición (hadiz):
Sobre la responsabilidad exclusiva del individuo.
1.- Del Profeta (PBd):
“Dios reveló a David (P): ‘No establezcas entre tú y Yo a un sabio
enamorado del mundo, pues te bloqueará el camino a Mi amor’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 46)
2.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P):
“Los eruditos son los confidentes del Mensajero, cuando no entran
al mundo. Cuando hacen esto, ¡evítenlos, por vuestra religión!”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 46)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando vean a un sabio amante del mundo, ¡acúsenlo sobre su
religión!”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 46)
Sobre la responsabilidad general de la sociedad.
4.- Del Imam ‘Ali (P):
“Es deber de un líder apresar a los perversos de los sabios, a los igno-
rantes de los médicos y a los depositarios de capitales sin garantía”.
(“At Tahzib”, tomo VI, pág. 319)
Según estos concretos principios Divinos, es necesario que la sociedad
islámica conozca su obligación ante los depravados entre los sabios, los
desatentos de Dios, los adentrados en el mundo, los partidarios de la escoria
de los poderosos, cuando éstos ocupan las garantías religiosas y el liderazgo
islámico sin poseer todos los méritos (siendo esta usurpación la mayor de las
perversidades, y esta persona un impío político y social ante el tribunal de la
Verdad y el Islam).
Por consiguiente, así como es obligación de un líder apresar a un sabio
malvado a fin de preservar los intereses sociales islámicos y resguardar la
existencia de la religión y el puntal coránico, es deber también de las demás
clases abandonar a aquéllos que exhiben títulos de sabios, evitarlos por sus
religiones y cortar relaciones con ellos, sea quien sea. De esta manera podrá
quedar libre el paso para el educador elegido, despierto, creyente, valiente,
combatiente, luchador, desapegado, conocedor de los políticos, informado
sobre el objetivo de sus enemigos y sus conspiradores.
Así tendrá fuerza y poder para alzarse contra ellos, y contra sus demo-
níacos planes, hasta poder integrar al Islam su gloria y a los musulmanes
sus existencias, sus bienes, su religión y su emancipación. De este modo no
desaparecerán los valores del Islam ni de los musulmanes, así como tampoco
se fugará la fe de nuestro jóvenes -la fe política, social, monoteísta e ideoló-
gica-, siendo arrastrados por factores materialistas y herejes, Así podrá haber
en la comunidad musulmana un refugio que la resguarde contra las corrientes
inhumanas de parte del imperialismo occidental y de los crímenes y traiciones
sionistas.
Todo lo que hemos mencionado es confirmado y remarcado tanto por el
intelecto y la reflexión innatos y sanos, como por las Tradiciones confiables
que nos han llegado.
La unidad del líder
El gobierno de un erudito
Ahora queda claro para el lector que un sabio consagrado al asunto del
liderazgo y la garantía, se encuentra completamente cargado de responsabi-
lidades y obligaciones; pues él es el representante del sistema profético en
esta época. Este sistema constituye la Misión Divina que llegó hasta nuestro
eminente Profeta (PBd), luego a los Imames Purificados (P) y por último a
los sabios educadores.
En consecuencia, es deber para el líder que desee consagrarse a los
compromisos de esta Misión, tanto teórica como prácticamente, antes que
nada que se aboque a la creación y edificación de un gobierno que goce del
poder, para que así se le facilite enseñar la Religión de Dios tal como es, y
aplicada conforme a su estilo. Es una realidad manifiesta que en cada época
se encuentran déspotas que se alzan como enemigos de la Religión de Dios
y obstaculizan el Camino de Dios.
La verdadera religión llama particularmente a la liberación y la gloria,
mientras que ellos (los tiranos) no anhelan para la humanidad más que la es-
clavitud. Por eso impiden a la sociedad estructurar a la religión, utilizando las
diferentes armas que se encuentran al alcance de sus manos, como el poder,
la propaganda y los equívocos.
Entonces, quien convoca a la gente a abandonar la esclavitud y la explo-
tación y a erigir la religión y marchar de acuerdo a sus guías, debe dedicarse a
eliminar los obstáculos de este camino. Esta cuestión sólo se logra con poder
y fuerza. Y no existe refugio ·para la comunidad equiparable a un sabio justo,
consciente, prudente, político, desapegado, administrador; valiente, garante
y guiador.
Es obligación para este líder, llegado su turno, aplicarse a la creación del
poder religioso y el gobierno islámico. Para ello debe preparar la conciencia
de la sociedad, despertar las mentes, fortalecer los corazones, enviando con-
vocadores, disertantes, etc.
Luego debe consagrarse a su cometido, herencia de los Profetas, ende-
rezando lo torcido y vivificando las señales de la religión. Debe esparcir las
verdades coránicas, aplicar los mandatos islámicos, difundir la justicia social,
basarse en los principios de igualdad y cortar las manos de los traidores y
títeres. Debe ubicarse junto a los oprimidos y despojados de sus derechos,
restituyéndoselos, defendiendo a los subyugados y desgraciados.
Es necesario que combata para extender los excelentes ideales y se dedique
a corregir las visiones de la gente y a purificar los pensamientos y la época.
Debe colocarse aliado de la verdad en cada asunto, individual o colectivo.
Debe instruir a los adolecentes y jóvenes con una educación islámica respecto
de lo que no corresponde. Debe consagrarse a ampliar la verdad, extender la
religión, difundir la felicidad y el bienestar resultante de la vida, garantizar
la misericordia, la justicia y la paz.
Como conclusión de este discurso, señalaremos hacia un importante libro,
que pocos se le parecen debido a sus aspectos vivificantes, sus consientes
indicaciones, sus enseñanzas despertadoras, sus captaciones políticas, sus
firmes tendencias. Se trata de “Uilaiatul Faqih”, también conocido como
“El gobierno islámico”1, del combatiente Imam Jomeini (ra), el líder
revolucionario islámico mayor y más popular que ha aparecido en
estos siglos. Es obligatorio enseñar este texto en las reuniones científicas de
1 Este libro está disponible en español en la Biblioteca Islámica Ahlul Bait -P- (www.biab.org).
los musulmanes, así como en las congregaciones generales, en las mezquitas
y las cofradías. Y es un deber para cada miembro de la comunidad clarificar
su sentido.
Por otro lado, resulta útil para este programa consultar los siguientes
textos:
1: “En espera del Imam”, de Abdul Hadi al-Fadhli.
2: “De la jurisprudencia política en el Islam”, de Muhammad Ya’far
az-Zalimi.
3: “El liderazgo islámico en la filosofía y la legislación”, de Yauad
Kazim.
Sección Novena
El liderazgo y el gobierno
(la filosofía política)
Capítulo I
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios ha enviado a un Mensajero guiador, con un Libro expresivo
y un asunto concreto, ya que con su existencia no se aniquila salvo
quien se lo merece. Por cierto que las innovaciones similares a las
Tradiciones son aniquiladoras, salvo para quien Dios lo preserva.
Bajo el gobierno de Dios se establecen vuestras cuestiones.
Entonces otórguenle vuestra obediencia sin reparar en el reproche
y sin coacción”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 548)
El gobernante religioso
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que narró ‘Ali (P):
“Cuando fue revelado: ‘Y amonesta a tus familiares más cercanos’1,
es decir, tus allegados sinceros, el Mensajero de Dios (PBd) convocó
a los descendiente de Abdul Muttalib, que en aquel momento eran
aproximadamente 40 hombres, y les preguntó: ‘¿A quién de vosotros
le gustaría ser mi hermano, mi heredero, mi ministro y representante
entre vosotros después de mí?’. Le formuló la misma propuesta a cada
uno de ellos, y todos la rechazaron, hasta que llegó a mí. Contesté:
‘¡Yo, oh Mensajero de Dios!’. El Enviado exclamó: ‘¡Oh, hijos de
Abdul Muttalib! Éste es mi hermano, mi heredero, mi sucesor, mi
ministro y representante entre vosotros después de mi’. El grupo se
levantó riéndose entre sí y le dijeron a Abu Talib: ‘Te ha ordenado
escuchar y obedecer a éste joven’”.
(“Ilalul Sharaie”, pág. 170)
2.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, Dios! Te suplico del mismo modo que mi hermano Moisés (P)2.
Desígname un visir de entre mi familia. Que sea (mi hermano) ‘Ali,
quien será mi sostén. Asóciale a mí misión, para que Te glorifiquemos
incesantemente y Te mencionemos constantemente, ya que sólo Tú
nos conoces completamente”.
(“Al Bahar”, tomo XXXVIII, pág. 148)
3.- Del Profeta (PBd):
“‘¡Oh, Anas! La primera persona que ingrese a través de esta puerta
hacia ti será el Comandante de los creyentes (Amir al-Mu’minin),
señor de los musulmanes y líder de los prestigiosos’”. Anas narró:
1 Corán, 26:214.
2 En la aleya 20:29: “Y ponme un ayudante de mi familia”.
‘Entonces murmuré en silencio: ¡Oh, Dios! Desígnalo de entre los
auxiliares (ansar). De repente entró ‘Ali (P)’”.
(“Al Bahar”, tomo XXXVII, pág. 300)
4.- Del Profeta (PBd):
“¡Oh, gentes! ¿Acaso no aceptáis que yo soy más apropiado para
los creyentes que ellos mismos?’. Respondieron: ‘¡Sí, oh Mensajero
de Dios!’. Agregó: ‘Entonces para quien yo sea su protector, ‘Ali
es su protector. ¡Oh, Dios! Haz amistad con quienes hacen amistad
con ‘Ali y haz enemistad con aquéllos que sean sus enemigos. Ama
a quien lo ame, odia a quien lo odie, ayuda a quien lo ayude’”.
(“Al Bahar”, tomo XXXVII, pág. 180)
5.- Del Profeta (PBd):
“El Profeta salió de la Meca en su última peregrinación (Huyyatul
Uida’) y llegó a Gadir, en Yohfa, ubicado entre Meca y Medina.
Entonces ordenó que acamparan y sacaran todas las espinas de
debajo de los árboles. Luego se llamó a la oración colectiva y nos
congregamos en tomo del Mensajero de Dios (PBd). Era un día tan
caluroso que algunos de nosotros colocamos la mitad de nuestras
capas sobre nuestras cabezas y la otra parte debajo de nosotros
para poder sentarnos, debido al intenso calor. Entonces rezamos
la oración del mediodía. Luego el Profeta (PBd) dirigió su rostro
hacia nosotros y exclamó:
‘Alabado sea Dios a Quien loa os, imploramos ayuda, en Quien
creemos, nos encomendamos a Él y nos refugiamos en Él de nues-
tras maldades y de las faltas de nuestras acciones. No hay buena
dirección para quien Dios extravía, ni desvío para quien Dios guía.
Testifico que no existe más divinidad que Dios y que Muhammad
es su siervo y Su Mensajero. Luego, ¡oh, gente! No ha habido un
Profeta que supere el promedio de edad del Profeta anterior. Sepan
que yo: estoy cerca de mi partida. Sepan que yo soy responsable y
ustedes también lo son. ¿Acaso no les he predicado? ¿Qué opinan
al respecto?’.
Se levantaron distintas personas (de cada rincón) diciendo: ‘Testi-
ficamos que tu eres el siervo de Dios y Su ·Mensajero, y que predi-
caste Su Mensaje, luchaste en Su camino, manifestaste Su orden y
lo adoraste hasta llegar a la certeza. ¡Que Dios te recompense de
nuestra parte con lo mejor que haya dado a un Profeta de parte de
su comunidad!’.
Entonces el Profeta preguntó ‘¿Acaso no testificaréis que no hay Dios
sino Dios, Único y sin asociados, y que Muhammad es Su siervo y Su
Mensajero; que, el Paraíso es la verdad y el Infierno es la verdad, y
que, creéis en la totalidad del Libro?’.
Contestaron: ‘¡Sí!’. El Profeta agregó: ‘Testificad que cuanto les he
dicho fue ·la verdad y que aquello que vosotros afirmasteis fue veraz.
Sepan que yo me iré antes que vosotros y luego me seguirán. Y falta
poco para ·que os acerquéis a mí en la Fuente (Al Kauzar). Cuando
me encuentren les interrogaré sobre las· dos joyas y respecto de lo
que hicieron con ellas después de mí’.
El narrador dijo: ‘Entonces nos sorprendimos, pues no sabíamos
cuales eran las dos joyas, hasta que un hombre de los emigrados
(muhayirin) se levantó y preguntó: ¡Oh Mensajero de Dios! ¿Cuáles
son las dos joyas?’. El Profeta respondió; ‘La mayor de ellas es el
Libro de Dios, Poderoso y Majestuoso, un instrumento, uno de cuyos
lados está en vuestras manos, mientras que el otro se encuentra en
manos de Dios. Entonces aferraos a él y no tropezaréis. La menor de
ellas es mi familia, la cual se orientó en mi misma dirección y aceptó
mi difusión. Entonces no los matéis ni los oprimáis. No desatendáis
sus derechos: Yo supliqué por ellos ante Dios, el Sutil, el Sabio, y me
ha sido otorgado. Quien los ayude; me ayuda a mí, quien los oprima
me oprime a mí; sus amigos son mis amigos y sus enemigos son mis
enemigos. Sepan que nunca se exterminó una comunidad antes que
ustedes hasta que tomaron sus apetencias como religión, aliarse en
contra de su profeta y asesinar a quienes establecieron la justicia’.
Después tomó la mano ·de ‘Ali ibn Abu Talib, la levantó y exclamó:
‘Para quien yo soy su gobernante, ‘Ali (es su-gobernante. ¡Oh, Dios!
Ama a quien ama a ‘Ali y se enemigo de quien es enemigo de ‘Ali’,
y lo-repitió tres veces”.
(“Al Bahar”, tomo XXVII, pág. 184-185)
6.- De Imam Sayyad (P):
“¡Oh, Dios! Tú has confirmado Tu religión en todos los tiempos a
través de un Imam (Líder) el cual has establecido como bandera para
Tus siervos, y faro en Tus países, después de haber vinculado su cuer-
da a la Tuya y colocándolo como instrumento para Tu complacencia.
Tú has hecho obligatoria la obediencia a él y has advertido contra
la desobediencia a él; has ordenado el acatamiento de su orden y
la abstención frente a su prohibición, y que nadie se adelante a él
ni se atrase respecto de él”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 336-337, súplica nº 47)
7.- Del Imam Sadiq (P), según trasmitió ‘lsa ibn Sari:
“Solicité a Abu Abdullah (el Imam Sadiq): ‘Explíqueme sobre los
pilares del Islam para aprenderlos con el objeto de perfeccionar
mis acciones, y para que luego la ignorancia de los demás no me
perjudique’.
Entonces el Imam me dijo: ‘Testificar que no hay divinidad excepto
Dios y que Muhammad es el Mensajero de Dios. Aceptar lo que
trajo de parte de Dios. Reconocer la caridad como un derecho sobre
nuestros bienes. Aceptar la soberanía de la Descendencia del Profeta
(PBd) como una orden de Dios, ya que el Mensajero de Dios (PBd)
expresó: ‘Quien muere sin conocer a su Imam, muere en la ignoran-
cia’. Y Dios, Poderoso y Majestuoso, decretó: ‘¡Obedeced a Dios y
obedeced al Mensajero y a los que de vosotros tienen autoridad!’1,
ellos fueron ‘Ali, después de él Al-Hasan, luego Husein, ‘Ali ibn
Husein, Muhammad ibn ‘Ali, etc. Ciertamente la tierra no se reforma
sin un líder, y quien no identifica a su líder, muere en la ignorancia.
Cuando el hombre reconoce la necesidad de un Imam, es cuando
su alma llega hasta aquí’ -el narrador dice que el Imam se señaló a
su pecho- ‘y que en ese momento dirá: tuve una buena creencia’”.
(“Al Kafi”, tomo II, .pág. 21)
Nota:
La religión enseña el gobierno de Dios sobre la tierra, aplica sus costum-
bres y difunde sus leyes para alcanzar la felicidad del hombre y Además esto
es importante para extender el Mensaje de Dios, Poderoso y Majestuoso, sobre
la superficie de la tierra. Esto no se puede lograr sin designar un representante
religioso (proveniente) de Dios
1 Corán, 4:59.
Por eso el Profeta se ha consagrado para establecer una bandera con la
cual la comunidad se encamine y marche de acuerdo a su método. Este no
puede ser excepto quien merezca ocupar el puesto, que sea sabio, practicante,
se sacrifique, se imponga y tome la iniciativa para darle continuidad natural a
la profecía dentro de la comunidad musulmana así como en otras comunidades.
Por esta clara verdad es que vemos a nuestro gran Profeta (PBd) expresar
en el primer día de proclama de su misión, quien será su sucesor y repre-
sentante, como vimos en la primera tradición, este famoso dicho, conocido
como “la tradición de la primera difusión”, transmitido de parte de sunnis
y shi’as, (consulte “Al Gadir” tomo II). Existen otras tradiciones respecto
al gobierno religioso y la filosofía política, las cuales son numerosas. Ellas
pertenecen a los Imames (P) y han sido trasmitidas de parte de todas las
escuelas y doctrinas. Consulte al respecto los siguientes libros: “Abaqatul
Anuar”, “Al Gadir”, “Al Murayiat”, “Gaiatul Mar’an”, “Al Imamatul
Kubra”, “Ihqaqul Haqq”, “Dalailud Sidq”, etc.
Capítulo III
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“En canto a lo que dios, Poderoso y Majestuoso, obligó respecto de
los mandatos que se encuentran en Su Libro, constituyen los pilares
del Islam y ellos son cinco. Sobre esto deberes se ha edificado el
Islam, Después estableció el liderazgo y con él lo selló, preservando
todas las obligaciones y tradiciones”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 18)
2: De la señora Fátima (P):
“Pues Dios encomendó la fe como purificación de la asociación la
obediencia como orden a la sociedad, y el Imamato para impedir
la dispersión”.
(“Al Bahar”, tomo VI, pág. 107)
3.- Del Imam Sayyad (P), quien dijo:
¡Señor! Bendice a los más puros de la gente de su casa, a quienes has
elegido para considerar Tu orden, has establecido como tesoreros
de Tu ciencia, custodios de Tu religión, representantes Tuyos en Tu
tierra y evidencias Tuyas sobre Tus siervos; a quienes has librado
de toda impureza por Tu voluntad y has establecido como recursos
hacia Ti y como camino hacia Tu paraíso”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 334, súplica nº 47)
4.- Del Imam Sayyad (P):
“Entonces él es protector de los que piden refugio y cueva de los
creyentes, el asidero de los que se aferran y la belleza del universo.
¡Oh, Dios! Inspira a Tu amigo (el Imam -P-) el agradecimiento de
todo lo que le has concedido…
Haz observar a través de él Tu libro (poniéndolo en práctica), Tus
leyes, Tus mandatos y la conducta (sunna) de Tu Mensajero, que Tu
bendición, ¡oh, Dios!, sea sobre él y su familia. Vivifica a través suyo
aquello que los opresores han matado de los signos de Tu religión.
Borra de Tu camino a través suyo el óxido de la injusticia de los
inicuos. Aparta con él las dificultades y obstáculos de Tu ruta. Ex-
termina a través de él a los desviados de Tu sendero y aniquila con
él a los que tienen intenciones de apartarse de Tu vía recta.
Haz que su corazón sea blando para con Tus amigos y bríndale poder
sobre Tus enemigos. Concédenos su amabilidad, su misericordia, su
cariño y su ternura”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 337-338, súplica nº 47)
5.- Del Imam Baqir (P):
“Sepan que si un hombre se levantase por la noche (a rezar), ayunara
durante el día, ofreciera toda su riqueza en limosna y peregrinara en
cada ocasión, pero no conociese el liderazgo de un amigo de Dios
al punto de seguirlo y hacer todas sus acciones concordantes con
su guía, no tendría sobre Dios el derecho de recompensa ni sería
de la gente de la fe”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 91)
6.- Del imam Sadiq (P):
“’La tierra no es abandonada sin un líder que legalice lo lícito de
Dios y prohíba Su ilícito. De ahí el dicho de Dios: ‘El día en que
convoquemos a cada grupo de gentes con su dirigente’1’. Luego
(el Imam -P-) agregó: ‘El Mensajero de Dios (PBd) declaró: ‘Quien
fallezca sin Imam, padecerá la muerte de la ignorancia’”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 12)
7.- Del Imam Sadiq (P), respecto de la palabra de Dios, Altísimo: “Esta-
bleced la creencia y no os dividáis por causa de ella”2:
“Se refiere al líder. Respecto a ‘y no os dividáis por causa de ella’,
alude a Amir al-Mu’minin (P)”.
(“Al Bahar”, tomo LXVIII, pág. 328)
8.- Del Imam Sadiq (P), sobre la descripción de un líder:
“Dios, Poderoso y Majestuoso, impide a través suyo el derrama-
miento de sangre, corrige con él las divisiones. A través suyo viste
al desnudo, sacia al hambriento y asegura al miedoso”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 314)
Nota:
Contemple en el quinto dicho del sucesor, el Imam Muhammad ibn ‘Ali
al-Baqir (P), cuando dice: “pero no conociese el liderazgo de un amigo de
Dios al punto de seguirlo y hacer todas sus acciones concordantes con su
guía” . Observe estas palabras con sagacidad, hasta poder advertir un tema
evidente, que es el origen de la shi’a (el Islam puro). Según la Misión Divina,
la vida, tanto individual como social, no se realiza sino siguiendo las órdenes
de Dios, no se concreta el seguimiento de las órdenes de Dios salvo cono-
ciendo la religión de Dios y sus leyes. Y no se adquiere el conocimiento de la
religión de Dios y sus leyes excepto de un Profeta o de alguien de parte suya.
Por este fundamento, la religión será para Dios cuando las acciones prove-
nientes del hombre sean de parte de la convocatoria divina de un profeta o un
sucesor de un profeta. De otra manera no se puede garantizar la concordancia
de las disposiciones individuales y sociales con la complacencia de Dios y
1 Corán, 17:71.
2 Corán, 42:13.
Sus leyes de forma definitiva, lo cual es necesario para librar (al hombre) de
su responsabilidad y así cumplir el encargo.
Capítulo IV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, gentes! El más adecuado de los hombres de este asunto (el
liderazgo y el gobierno) es el más capacitado de ellos al respecto y el
más sabio de ellos en cuanto al mandato de Dios sobre él. Entonces
si un extraviador se desviara, pídanle que retome; y si se negase,
mátenlo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 558)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“No es correcto el dictamen, ni el mandato, ni la oración del viernes,
sino con un líder justo”.
(“Da’aimul Islam”, tomo I, pág. 184)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de su discurso al partir hacia Damasco para luchar
contra Moauia ibn Abu Sufian. Después de alabar a Dios, elogiarlo y bendecir
al Mensajero de Dios (PBd), dijo:
“¡Temed a Dios y obedeced a vuestro líder! Porque el rebaño justo se
salva por un líder justo, mientras que el rebaño inmoral se aniquila
debido a un líder inmoral”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 472)
4.- Del Imam Sayyad (P), de su súplica en la jornada de ‘Arafat:
“Has ordenado el acatamiento de su orden y la abstención frente a
su prohibición, y que nadie se adelante a él ni se atrase respecto de
él. Entonces él es protector de los que piden refugio y cueva de los
creyentes, el asidero de los que se aferran y la belleza del universo”.
(“Sahifatus Sayyadiat”, pág. 337, súplica nº 47)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“No se corrige la gente sino con un líder, ni se reforma la tierra
salvo con él”.
(“Al Bahar”, tomo XXIII, pág. 22)
6.- Del Imam Kazim (P), sobre lo que narró del Imam ‘Ali ibn Husein (P):
“La obediencia al gobernante justo es la gloria total”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 287)
7.- Del Imam Rida (P):
“El liderazgo es la rienda de la religión, el sistema de los musulma-
nes, la rectitud del mundo, y la gloria de los creyentes. El liderazgo
es la base creciente del Islam y su rama ascendiente. Con el Líder
se perfeccionan la oración, la caridad, el ayuno, la peregrinación,
la abundancia del botín y las limosnas, la puesta en práctica de las
leyes y mandatos, la preservación de las fronteras y los límites”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 200)
8.- Del Imam Rida (P), de su palabra a Ma’mun al-Abbasi:
“¿Acaso no sabes que el gobernante de los musulmanes es como
la columna en el centro de la carpa? Quien lo desea, lo alcanza”.
(“Al Bahar”, tomo XLIX, pág. 165)
9.- Del Imam Rida (P), según lo que transmitió de él Fadl ibn Shadan
al-Azdi an-Naisaburi:
“Si preguntaran: ‘¿Por qué se establecieron las autoridades y se
ordenó su acatamiento?, deben responder:
Por varios motivos. En primer lugar, la creación fue establecida so-
bre un límite estrecho y le fue ordenado no violar esta frontera, pues
allí se encuentra la corrupción. Y eso no será confirmado, ni puede
llevarse a cabo sino con el establecimiento sobre ellos de un fiel que
les impida la transgresión y el ingreso en aquello que es peligroso
para ellos. Si no fuera así, nadie estaría dispuesto a abandonar su
confort y su beneficio en pos de la corrupción de otro. Así pues, se
ha designado un tutor de ellos que les haga imposible la corrupción
y ponga en práctica entre ellos las leyes y los mandatos.
En segundo lugar, no vamos a encontrar a uno de los pueblos ni a
una de las naciones que permanezca y subsista sin un garante y jefe,
debido a que él es necesario para ellos en las cuestiones religiosas y
mundanales. Y no es admisible para la sapiencia de un prudente que
desampare a la creación de aquello que sabe que le es necesario y
que no se puede establecer salvo con él. Entonces junto a él lucha-
ron contra sus enemigos y a través suyo se dividen sus ganancias,
observan sus oraciones del viernes y sus reuniones. Él aparta a los
opresores de los oprimidos”.
(“Al Bahar”, tomo VI, pág. 60)
Capítulo V
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Escribió Abu Abdullah (el Imam Sadiq): ‘Nosotros somos la raíz
de la verdad, mientras que sus ramas las constituye la obediencia a
Dios. Nuestro enemigo es la raíz de la maldad, y sus ramas son las
deshonestidades’”.
(“Riyalul Kashi”, pág. 291)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Abu Hanifa le preguntó a Abu Abdullah (el Imam Sadiq) sobre la
siguiente aleya: ‘Luego, os juro que, ese día, seréis preguntados
por las bendiciones’1. (Le dijo:) ‘¿Qué representan ante ti las ben-
diciones, oh, Nu’man?’. Contestó (Abu Hanifa): ‘El sustento de la
comida y el agua fresca’. Entonces le acotó (el Imam -P-): ‘Si en el
Día del Juicio, Dios te detuviera ante Sus manos para preguntarte
sobre cada comida que has ingerido y cada bebida que has tomado,
se prolongaría tu estación ante Él’.
Entonces le preguntó (Abu Hanifa): ‘¡Por favor! ¿Qué son las
bendiciones?’. Respondió (el Imam -P-): ‘Nosotros, la Gente de la
Casa, somos la bendición con la que Dios agració a Sus siervos. Con
nosotros se reunieron después de estar divididos y a través nuestro
vuestros corazones se conciliaron y se hermanaron”.
(“Al Bahar”, tomo XXIV, pág. 49)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Para cada tiempo y cada comunidad hay un líder con el cual dicha
comunidad resucitará”.
(“Al Bahar”, tomo III, pág. 308)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) declaró: ‘Dios. Bendito y Exaltado, ha
dicho (en una tradición santa): ‘Se ha alzado para competir contra
Mí aquel que molesta a mi siervo creyente, mientras que se salva
de mi cólera quién ennoblece a mi siervo creyente. Si no hubiese
en la tierra entre el oriente y el occidente más que un siervo con un
guía justo, me enriquecería con ellos de todo lo que he creado en la
tierra. Por ellos dos quedan establecidas los siete cielos y las siete
tierras. Puse para ambos en su fe una intimidad tal que no requieren
de otra que ella”.
(“Al Bahar”, tomo LXVII, pág. 71)
1 Corán, 102:8.
Capítulo VI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“Los Imames en el Libro de Dios son de dos tipos. Dios dijo, Bendito
y Exaltado: ‘Y les pusimos como dirigentes para que guiasen con-
forme a Nuestro mandato’1. No con las órdenes de la gente. Ellos
anteponen el mandato de Dios a su propia orden y el dictamen de
Dios a su propia disposición.
Y dijo (Dios): ‘Les hicimos dirigentes llamando al Fuego’2. Ellos
anteponen su propia orden al mandato de Dios, y sus decisiones al
veredicto de Dios. Marchan siguiendo sus pasiones a diferencia de
lo que está en el Libro de Dios, Poderoso, Majestuoso”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 216)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Dios me ha colocado como un líder para su creación y me obligó
equiparar mi comida, mi bebida, mi vestimenta, con los pobres de
la gente, para que el indigente me siga por mi pobreza y no lo haga
rebelde al rico su riqueza”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 410)
3.- Del Imam Sadiq (P), según narro Mualla ibn Jonais:
1 Corán, 21:73.
2 Corán, 28:41.
“Le dije a Abu Abdullah (P) un día: ‘¡Que yo te sirva de rescate!,
recordé a la familia de fulano y las mercedes que poseen y me dije
que si vosotros hubierais tenido esto, lo habríamos aprovechado
con vosotros’.
Entonces me contestó: ‘¡Jamás; oh, Mualla! Sabe, por Dios que, si
hubiese sido así; no habríamos tenido más que la vigilia en la noche,
el trabajo en día, el vestir, áspero y comer lo grosero’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 410)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Cuando el Profeta (PBd) recibió la noticia de la muerte de su alma,
convocó a la oración colectiva y ordenó a los emigrados y auxiliares
armarse. La gente se concentró. El Profeta (PBd) subió al púlpito y
les dio la noticia de su fallecimiento.
Luego dijo: ‘Le recuerdo a Dios a un gobernante que viene después
de mí sobre mi comunidad, para que se apiade de la comunidad de
los musulmanes. Debe honrar a sus mayores, ser misericordioso
con sus débiles, ·respetar a sus sabios. No debe perjudicarlos de
modo tal que resulte la humillación, ni empobrecerlos de modo
tal que resulte la incredulidad. No debe cerrar su puerta, dejando
que sus poderes devoren a los débiles. Que no sea exigente con sus
ejércitos (dejándolos en las fronteras) de modo que llegue a cortar
la generación de mi comunidad’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 406)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que escribió para algunos de sus recaudadores
de impuestos:
“Les encomiendo el temor de Dios en las intimidades de sus asuntos
y sus prácticas ocultas, cuando no presentan testigos excepto Él,
ni amparador más que Él. Y les ordeno no obrar algo de la obe-
diencia de Dios aparentando, mientras se opongan a otra cosa en
lo oculto. Aquel que no muestre diferencias entre su intimidad y su
manifestación, su dicho y su hecho, entonces cumplió el encargo y
sinceró la devoción. Les mando no tomar de improviso a la gente, ni
insultarlos, ni abandonarlos por causa de preferir la jefatura sobre
ellos, pues ellos son sus hermanos en la religión y los auxiliadores
en la recuperación de los derechos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 884)
Sobre este tema consulte el legado de Imam ‘Ali (P) que se encuentra en
el “Nahyul Balagha”1. Este constituye un programa amplio y puntual para el
político práctico y las importantes responsabilidades en el gobierno humano
y coránico.
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“Tres están desprovistos de respeto: el apasionado innovador, el
líder opresor y el perverso que manifiesta la perversión”.
(“Qurbul Asnad”, pág. 107)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Profeta (PBd), como conclusión de su disertación en la
jornada de Gadir Jum:
“¡Oh, gente! decid: ‘Te hemos brindado respecto de este asunto
un pacto con nuestras propias almas; juramentamos con nuestras
lenguas y estrechamos nuestras manos (confirmándolo). Lo haremos
llegar a nuestros hijos y nuestra familia. No lo alteraremos en absolu-
to. Tú mismo eres nuestro testigo. Y Dios es suficiente como testigo’.
Decid lo que les mencione y saludad a ‘Ali con el título de Amir al-
Mu’minin. Exclamad: ‘¡Alabado sea Dios, quién nos ha encaminado
a esto! Si Dios no nos hubiera conducido, nosotros nos habríamos
dirigido. ‘No cabe duda que Dios conoce cada voz y la deslealtad
de cada alma.
Entonces quién quebrante (este pacto), solo esta infringiéndolo
contra sí mismo, y quién cumpla el compromiso que Dios le encar-
gó, pronto recibirá una magnífica recompensa. Decid lo que haga
complacer a Dios de vosotros. Si lo rechazarais, entonces Dios es
autosuficiente respecto de vosotros”.
(“Al Gadir”, tomo I, pág. 270)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Sin duda que para ‘No hay divino excepto Dios’, existen condicio-
nes. Yo y mi descendencia formamos parte de esas condiciones”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 104)
3.- Del Imam Sadiq (P), quien en aclaración del dicho de Dios Altísimo
“Otorga la sabiduría a quien Él quiere. Y, a quien le es dada la sabiduría,
recibe un bien abundante”1 dijo:
“Ella consiste en la obediencia a Dios y el conocimiento del Imam”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 185)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios es más sublime y más grandioso como para abandonar la
tierra sin un líder justo”.
(“Kamalud Din”, pág. 229)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Nuestro liderazgo es el liderazgo de Dios, sin el cual nunca ha
1 Corán, 2:269.
surgido ningún Profeta”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 349)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Husein ibn ‘Ali (P) se dirigió hacia sus compañeros y les dijo: ‘¡Oh,
gente! Dios, Majestuoso sea su Nombre no ha creado a los siervos
sino para que lo conozcan. Cuando Lo conocen, Lo adoran. Cuando
lo adoran se enriquecen de Su adoración al margen de la adoración
de otro que Él’. Un hombre le preguntó: ‘¡Oh, hijo del Mensajero de
Dios (PBd)! ¡Por favor!·¿Qué significa conocer a Dios?’. Contestó:
‘Que la gente de cada tiempo conozca a sus líderes, a los cuales
ellos deben obedecer’”.
(“Al Bahar”, tomo V, pág. 312)
7.- Del Imam Sadiq (P), según narró Amar al-Sabati:
“Le mencioné a Abu Abdullah (el Imam): ‘Abu Umaiah Yusuf ibn
Zabit relató de parte tuya que has dicho: ‘Con la fe ninguna acción
es perjudicial, ni ninguna práctica beneficia con la incredulidad’.
Entonces me explicó: ‘‘Abu Umaiah no me solicitó su exégesis. Mi
intención con esto sólo consistía en que quien conoce a un líder de la
Familia de Muhammad (PBd) y lo sigue, luego obra para sí mismo
lo que quiera de las acciones buenas, esto se aceptará de él y se le
multiplicará el producto abundantemente. Entonces se beneficia con
las acciones buenas junto al conocimiento. Este era mi propósito.
Asimismo Dios no acepta de los siervos las acciones buenas que
realizan cuando siguen a un líder opresor que no viene de parte de
Dios Altísimo’”.
(“Amale At-Tusi”, tomo II, pág. 31-32)
8.- Del Imam Rida (P):
“Cuando Abdul Hasan ar-Rida (P) había arribado a Naisabur y
se disponía a partir hacia Ma’mun se concentraron alrededor suyo
los tradicionistas y le dijeron, ‘¡Oh hijo del Mensajero de Dios! ¿Se
marchará de nuestro lado sin habernos narrado una tradición para
que la aprovechemos de usted?’. Él estaba ya sentado en su litera,
asomó su cabeza y dijo: ‘Escuché a mi padre Musa ibn Ya’far dicien-
do: Escuché a mi padre Ya’far ibn Muhammad diciendo: Escuché
a mi padre Muhammad ibn ‘Ali diciendo: Escuché a mi padre ‘Ali
ibn Husein diciendo: Escuché a mi padre Husein ibn ‘Ali diciendo:
Escuché a mi padre Amir al-Mu’minin ‘Ali ibn Abu Talib diciendo:
Escuché al Profeta diciendo: Escuché a Dios Poderoso y Majestuoso
diciendo: ‘No hay divino sino Dios es mi fortaleza. Y quién penetra
en mi fortaleza se asegura de mi castigo’. Relató Ishaq ibn Rahuia
(el narrador) ‘Cuando la caravana ya había partido nos gritó: ‘Con
sus condiciones, y yo soy de esas condiciones’”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 135)
Capítulo VIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Es obligatorio en la disposición de Dios y la disposición del Islam
sobre los musulmanes, que no realicen una acción, ni adelanten
una mano, ni un pie antes de elegir para sí mismos un líder casto,
piadoso, conocedor de los asuntos y las tradiciones, que guarda
sus ganancias, observa sus peregrinaciones y· sus oraciones de los
viernes, recauda sus impuestos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXXIX, pág. 196)
2.- Del Imam Baqir (P):
“Dios, Bendito y Exaltado, declaró: ‘Castigaré inevitablemente
a cada rebaño del Islam que se acerque al liderazgo de todo líder
opresor que no viene de parte de Dios, aunque en sus acciones sea
el grupo piadoso y temeroso. Y dispensaré seguramente a cada
rebaño del Islam que se aproxime al liderazgo de cada líder justo
que viene de parte de Dios, aunque en sí mismo el grupo sea inicuo
y malvado’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 376)
3.- Del Imam Baqir (P):
“No existe religión para quien acate al que desobedece a Dios, ni
para quien inventa la mentira contra Dios, ni la hay para quien niega
algo de los signos de Dios”.
(“Al Bahar”, tomo LXXII, pág. 123)
4.- Del Imam Baqir (P):
“Quien se acerca a Dios con una devoción en la cual ha esforzado
a su alma sin una justa guía de su parte, su esfuerzo no produce
resultado alguno y él estará extraviado y desorientado”.
(“Al Mustadraq”, tomo I, pág. 21)
5.- Del Imam Sadiq (P), según narró Rozaiq:
“Le pregunté (al Imam): ‘¿Cuál de las acciones es la mejor, después
del conocimiento?’. Respondió: ‘No hay nada después del conoci-
miento que se equipare a la oración, ni después del conocimiento y
la oración como la caridad obligatoria, ni hay cosa alguna después
de estos que se equipare el ayuno, ni luego de esto algo compara-
ble a la peregrinación. La apertura de todo esto es conocernos a
nosotros (los Imames) y su culminación es conocernos a nosotros.
No hay nada después de eso como hacer el bien a los hermanos y
favorecerlos repartiendo dírhams y dinares”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 18)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“El ritual sencillo de Muhammad consiste en observar la oración,
pagar la caridad obligatoria, ayunar en el mes de Ramadán, la Pe-
regrinación a la Sagrada Casa de Dios, acatar a un líder y cumplir
los derechos del creyente”.
(“Al Uasail”, tomo I, pág. 15)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Asimismo Dios no acepta de los siervos las buenas acciones cuando
siguen a un guía opresor que no viene de parte de Dios Altísimo”.
(“Amale At-Tusi”, tomo II, pág. 32)
Nota:
Las enseñanzas del Islam combaten contra los enceguecidos, los extra-
viados y los defraudadores. Ellas emprendieron la eliminación de la ceguera
política y su exterminio, pues en ella se encuentra el origen de cada extravío
y malicia, la fuente de cada bajeza y perdición. Por eso se observan en la
segunda y tercera aleyas que hemos transcrito al comienzo del capítulo que
la ceguera política y el fraude en el ámbito del liderazgo se consideran como
causa de la ceguera en el más allá y la desdicha permanente. Debe entonces
contemplar este firme principio constructivo y vitalizador de las sociedades.
Capítulo IX
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), de las recomendaciones que le dio a Muad ibn
Yabal cuando lo envió hacia el Yemen:
“Pon en práctica la orden de Dios entre ellos, manifiesta comple-
tamente el mandato del Islam y práctica tanto lo pequeño como lo
grande”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 25)
2.- De Fátima az-Zahra (P):
“Vosotros, oh, siervos de Dios, sois portadores de la religión y del
Corán, y debéis transmitirlos a otras comunidades”.
(“Al Ihtiyay”, tomo I, pág. 133)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“Dios, Bendito y Exaltado, otorgó a Muhammad (PBd) las leyes de
Noé, Abraham, Moisés y Jesús -con ellos sea la Paz-: el monoteísmo,
la simplicidad, la eliminación de los similares, leyes naturales y sen-
cillas. No existe monacato ni los viajes de retiro espiritual. En ella
se permitieron las cosas agradables y se vedaron las inmundicias.
Fueron quitadas las cargas y las cadenas que estaban sobre ellos.
Luego (Dios) impuso para él (PBd) en ella la oración, la caridad
obligatoria, el ayuno, la peregrinación, el exhortar el bien y vedar
el mal, lo lícito y lo ilícito, las herencias, las leyes, los deberes, el
combate en el camino de Dios, y le agregó la ablución. Le dio supre-
macía a la Apertura del Libro (Sura Al-Fatiha), a las aleyas finales
de la sura La Vaca y las suras largas.
Hizo lícito para él la recaudación y la ganancia. Lo socorrió con
el pánico (sobre sus enemigos). Estableció para él la tierra como
mezquita y como pureza. Lo envió para todos, sea blanco, negro,
genio, humano”.
(“Al Kafi”, tomo II, pág. 17)
4.- Del Imam Rida (P), de lo que narró Al-Fadl Shadan al-Niashaburi:
“Si se pregunta cuáles son las primeras obligaciones (religiosas),
se debe responder: Reconocer a Dios, a Su Mensajero, a Su Evi-
dencia (o Prueba) y a lo que ha venido de parte de Dios, Poderoso
y Majestuoso.
Si se cuestiona por qué es obligatorio para la creación reconocer
a Dios, a Su Mensajero, a Su Evidencia y a lo que ha venido de
parte de Dios, Poderoso y Majestuoso, se debe responder: Por
varias causas. En primer lugar, porque quien no reconoce a Dios,
Poderoso y Majestuoso, no evita las desobediencias, no se abstiene
de cabalgar sobre los grandes pecados ni toma en consideración a
nadie respecto de aquello que desea, gozando con la corrupción y
la opresión. Cuando la gente obra de esta manera, y cada hombre
hace lo que quiere sin considerar a nadie, el resultado es la completa
corrupción de la creación. Entonces saltan unos sobre los hombros
de otros, violan los bienes y los derechos sexuales, consideran lícito
derramar la sangre y tomar a las mujeres, se matan unos a otros sin
razón y sin cometer delito alguno. En esto está, pues, la ruina del
mundo, la aniquilación de la creación, la corrupción de la produc-
ción y de la generación”.
(“Uiun Ahbar Ar-Rida”, tomo II, pág. 99-100)
Capítulo X
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Kazim (P), según narró Muhammad ibn Manzur:
“Le pregunté al siervo justo (el Imam) respecto del dicho de Dios Al-
tísimo: ‘En verdad, mi Señor solamente ha prohibido la indecencia
y los malos comportamientos públicos o privados’1. Entonces me
contestó: ‘El Corán posee exteriorizaciones y secretos. Todo aquello
que se prohibió en el Libro (en forma explícita) constituye la faz
manifiesta, mientras que lo oculto de esto son los guías opresores. Y
todo aquello que Dios autorizó en el Libro es lo expuesto, mientras
1 Corán, 7:33.
que lo interior de esto son los líderes verdaderos’”.
(“Al Uasail”, tomo XVII, pág. 3)
Nota:
Recientemente expusimos en al capítulo octavo que la ceguera política es
la más importante especie de invidencia y fraude. Esto se debe a que el lide-
razgo y la administración poseen un rol vivo en el desarrollo de la sociedad,
la educación de los individuos, la expansión de la corrección o la corrupción
(según el caso) y su apuntalamiento.
Por eso nos ha llegado de parte de los Imames de la Gente de la Casa (P)
que la raíz de las deshonestidades y corrupciones, así como de sus secretos,
es el líder falso; mientras que la raíz de las cosas buenas, las virtudes y las
bendiciones, es el líder auténtico. Así hemos visto del Imam Amir al-Mu’minin
(P) su dicho:
“El rebaño justo se salva por medio del guía justo, mientras que el
rebaño inmoral se aniquila a través de un líder inmoral”.
Y continuará del Imam Ya’far as-Sadiq (P) su dicho:
“En el liderazgo de un jefe opresor se desvanece la verdad completa-
mente y se vivifica la falsedad totalmente, se manifiesta la iniquidad,
la opresión y la corrupción”.
Además ha sido considerado en algunas tradiciones que el seguimiento
de un gobernante opresor es impiedad, como ya veremos.
Entonces el líder gobernante falso y opresor y sus funcionarios, son las
raíces de todo mal. Sobre este principio básico y concreto nos han llegado
abundantes narraciones del Profeta y los Imames (P) que exponen lo siguiente:
“Quién perece sin Imam, padece la muerte de la ignorancia”.
Capítulo XI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Cuatro cosas son desastrosas: un líder que desobedece a Dios y
cuya orden se acata”.
(“Al Bahar”, tomo CIII, pág. 230)
2.- Del Profeta (PBd):
“Quien ejecuta lo mínimo para un sultán opresor en cuanto a una
necesidad, será su compañero en el Fuego. Y quien orienta a un sul-
tán respecto a una injusticia, estará junto a Hamán (lugarteniente de
Faraón). Su castigo y el castigo del sultán serán de lo más terribles
tormentos de la gente del Fuego”.
(“Zauabul Amal”, tomo II, pág. 331)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Deben tener cuidado, mucho cuidado, de acatar a sus jefes y sus
eminencias, quienes se enorgullecen por sus prestigios, se conside-
ran elevados por sus linajes e inventan cosas viles contra su Señor,
negando a Dios con aquello mismo que Él hizo para ellos, para
combatir con Sus determinaciones y obtener Sus Mercedes.
Ellos son las raíces y cimientos del fanatismo, los ejes y pilares de
los cismas y las espadas de la ostentación de la genealogía de la
ignorancia.
¡Temed a Dios! No seáis contrarios a Él por causas de Sus Merce-
des, con las cuales os ha agraciado, ni seáis envidiosos debido a sus
favores que se encuentran ante vosotros. No obedezcáis a los viles,
quienes contaminaron vuestras puras sinceridades con sus turbie-
dades, mezclaron vuestra salud con sus enfermedades e introdujeron
en vuestras realidades sus falsedades siendo ellos las raíces de la
corrupción y demás.
Analizad aquello que les llegó a las orgullosas comunidades ante-
riores a vosotros del tormento de Dios, su violencia, su acontecer y
sus castigos ejemplares”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 786)
4.- Del Imam Baqir (P), quien respecto del dicho de Dios: “Han toma-
do a sus doctores de la ley y a sus sacerdotes por sus señores en lugar de
Dios”1 aclaró:
“Por Dios que no les rezaron ni ayunaron para ellos, pero les obe-
decieron en la desobediencia a Dios”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 98)
1 Corán, 9:31.
Capítulo XII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Cuando cambia el sultán se modifica el tiempo”.
(“Al Bahar”, tomo LXXVII, pág.165)
2.- Del Imam Baqir (P):
“Debes saber, ¡oh, Muhammad!, (Muhammad ibn Muslim el conoci-
do narrador) que los líderes opresores y sus partidarios están fuera
de la religión de Dios. Son descarriados y extravían. Las acciones
que llevan a cabo son ‘como cenizas esparcidas por el viento en un
día de tormenta’1. No pueden obtener nada de lo que han adquirido.
Este es un extravío profundo”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 184)
3.- Del Imam Sadiq (P), sobre Su Palabra Altísima2 explicó:
“‘Di: Él es Quien tiene poder para enviaros un castigo de arriba’,
éste es un sultán tirano; ‘o de abajo’ , son los viles y quienes no
poseen bien algo; ‘o para confundiros en facciones diferentes’,
estos son los fanáticos; ‘y hacer que probéis la violencia unos de
otros’, son los malos vecinos”.
(“Tafsir Al Qummi”, tomo I, pág. 203)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Y esto debido a que aceptar el gobierno de un opresor es borrar
totalmente la verdad y vivificar absolutamente la falsedad. Es ma-
nifestar la iniquidad, la injusticia y la corrupción. Es desmerecer
las escrituras, matar a los Profetas y los creyentes, arruinar las
mezquitas y alterar la tradición de Dios y Sus leyes. Por eso ha
prohibido trabajar con ellos, auxiliarlos y hasta negociar con ellos
excepto en la medida de lo necesario, como la urgencia respecto de
la sangre y la carroña”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 245)
1 Corán, 14:18.
2 Corán, 6:65. “Di: Él es Quien tiene poder para enviaros un castigo de arriba o de abajo
o para confundiros en facciones diferentes y hacer que probéis la violencia unos de
otros”.
Capítulo XIII
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“‘No hay religión para quienes aceptan el gobierno de un líder
opresor que no viene de parte de Dios, ni hay reproche contra quién
se complace con el gobierno de un líder justo de parte de Dios’.
Dijo (Ibn Abu Iafur): ‘Le pregunté: ¿No hay religión para aquéllos
ni reproche para estos?’. Respondió (P): ‘Así es, No hay religión
para aquéllos ni reproche para estos. ¿Acaso no has escuchado la
Palabra de Dios: ‘Dios es el Protector y Amigo de aquellos que
creen. Él les saca de las tinieblas hacia la Luz’1? Los saca de las
tinieblas de los pecados hacia la luz del arrepentimiento y el perdón,
por haber aceptado el gobierno de todo líder justo de parte de Dios.
Y Dios agregó: ‘Pero, aquellos que no creen, tienen por maestros
a los falsos ídolos que los llevan de la Luz a las tinieblas’2.
Cuenta el narrador: ‘Pregunté (al Imam): ¿Acaso Dios no está
aludiendo aquí a los infieles, cuando dice ‘pero aquellos que no
creen’?. Me contestó:’. ‘El incrédulo no tiene luz, en tanto es incré-
dulo, apartándose de ella hacia las tinieblas. La intención de Dios
con esto sólo consiste en que ellos estaban sobre la luz del Islam y
cuando aceptaron el gobierno de todo líder opresor que no viene
de parte de Dios, salieron de la luz del Islam hacia las tinieblas de
la impiedad debido a la aceptación de dichos gobiernos. Entonces
ellos se hicieron merecedores del Fuego, junto a los infieles, pues
Dios declaró: ‘Esos son la gente del Fuego en el cual estarán
eternamente’3”.
(“Al Mustadraq”, tomo III, pág. 245)
2.- Del Imam Sadiq (P), de Abu Basir, quien relató:
“Le pregunté a Abu Abdullah (P) sobre el dicho de Dios, Poderoso,
Majestuoso, en Su Libro: ‘Y no os comáis vuestras riquezas unos a
otros de forma ilícita ni ofrezcáis de ellas a los jueces para comeros
parte de las riquezas de la gente injustamente’4. Me explicó (P):’.
‘¡Oh, Abu Basir! Dios, Poderoso y Majestuoso, sabía que en la
comunidad existen jueces corruptos. Debes saber que la intención
de Dios no apunta a las autoridades de la gente de la justicia. Su
propósito alude a los jueces de la gente de la opresión. ¡Oh, Abu
Muhammad!, si existiera para ti un derecho sobre un hombre y lo
convocaras a un juez de la gente de la justicia, y él no quisiera sino
apelar a uno de los jueces de la gente de la opresión para que dic-
taminen a su favor, es de quienes aceptó recurrir a los tribunales de
los tiranos. A él se refiere el dicho de Dios Poderoso y Majestuoso,
1 Corán, 2:257.
2 Ídem.
3 Ídem.
4 Corán, 2:188.
cuando expresa: ‘¿No has visto a esos que proclaman que creen en
lo que fue hecho descender para ti y en lo que fue hecho descender
ante de ti? Quieren recurrir al juicio de los tiranos’1’”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 3)
1 Corán, 4:60.
Capítulo XIV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P), en una misiva dirigida a Mufaddal Yu’fi:
“Ciertamente Dios, Bendito y Exaltado sea, escogió al Islam como
una religión para Sí mismo y como un ritual para Su creación. No
aceptará nada de nadie salvo con ella. Por ella hizo surgir a Sus
Profetas y Mensajeros. Después declaró: ‘Con la Verdad lo hicimos
descender y con la Verdad descendió’1. Entonces sobre ella y con
ella hizo surgir a Sus Profetas y Mensajeros, así como a Su Enviado
Muhammad, (PBd). Lo mejor, pues de la religión consiste en conocer
a los Mensajeros y sus liderazgos.
Te notifico que Dios autorizó lo lícito y prohibió lo ilícito hasta el Día
del Juicio Final. Entonces conocer a los Enviados y sus liderazgos,
así como la obediencia a ellos es lo lícito. Es admisible aquello que
permitieron, y es prohibido lo que vedaron. Ellos son su raíz y de ellos
surgen las ramas de lo lícito. En esto constituye su misión. Forman
parte de sus ramas la orden para sus seguidores y sus amigos hacia
lo admisible en cuanto a observar la oración, pagar la caridad
obligatoria, etc. etc., así como todas las cosas buenas.
Después de eso, acotó en Su Libro: ‘En verdad, Dios ordena la
justicia, el bien y la generosidad con los familiares y prohíbe la
indecencia, los malos actos y la opresión. Él os amonesta para que,
quizás así, reflexionéis’2.
En cuanto a sus enemigos y los amigos de ellos, quienes hasta el Día
del Juicio Final son sus seguidores, ellos son ilícitos en sí mismos
y seguirlos es ilícito, pues son deshonestos tanto en privado como
en público.
En cuanto al embriagante, el azar, el adulterio, la usura, la sangre,
la carroña, la carne de cerdo, conforman lo vedado e inviolable.
Todos ellos son la maldad y la raíz de cada malicia.
1 Corán, 17:105
2 Corán, 16:90.
Y de ellos brotan las ramas de todo lo malo. Esto es parte de lo ilícito
y de lo que ellos consideraron permisible. De ellos se desprende el
desmentir a los Profetas, la negación de los sucesores, el cabalgar
las obscenidades como el adulterio, el robo, consumir vino y em-
briagante, devorar la hacienda del huérfano, comer de la usura, el
engaño, la deslealtad, montar toda especie de ilícito y emprender
todo pecado.
Dios sólo ordena la justicia, la beneficencia y el dar a los parientes,
es decir la amistad con los familiares (la Gente de la Casa) y anhelar
su seguimiento. Y veda la obscenidad, lo reprobable y la iniquidad,
que son los enemigos de los Profetas y de los sucesores de los Profetas
(P). Ellos constituyen lo que fue prohibido, así como la amistad con
ellos y el obedecerlos. Y les exhorta quizás así se dejen amonestar.
Si te informo que la obscenidad, el azar, el adulterio, la carroña y la
carne de cerdo son un hombre; es cierto y yo se que Dios prohibió
esta raíz, vedó sus ramas, lo rechazó y equiparó su amistad con la
adoración a los ídolos y los asociados en lugar de Dios; y quién
llama a la adoración a sí mismo es como Faraón cuando dijo: ‘Yo
soy vuestro Señor Supremo’1; y además estas cuestiones toman una
forma tal que yo podría sostener: ‘Éste es un hombre (de los gober-
nantes falsos), y él, así como quien lo sigue van hacia el infierno’; y
que ellos son como el dicho de Dios: ‘Él os ha prohibido la carroña,
la sangre, la carne del cerdo’2; entonces declararían -es veraz-. Si
luego les hubiese dicho que todo esto es fulano, habían afirmado
-es cierto -. Porque fulano fue adorador y violó los límites de Dios
prohibió transgredir.
Después te informó que la religión así como su raíz es un hombre.
Este hombre es la certeza y la fe. Es un líder para su comunidad y
la gente de su tiempo quien lo conoce, conoce a Dios y Su religión.
Quien lo niega reniega de Dios y Su religión. No se puede conocer
a Dios, Su religión, Sus límites y Sus leyes sin este líder. De ahí se
estableció que conocer a los hombres (los líderes sinceros) es la
religión de Dios”.
(“Al Bahar”, tomo XXIV, pág. 288)
1 Corán, 79:24.
2 Corán, 2:173.
Agruparse en torno del gobernante islámico
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“La cima de cada asunto, su saliente, su llave así como la puerta de
las cosas y la complacencia del Misericordioso, es el acatamiento
de un Imam luego de conocerlo”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 185)
2.- Del Imam Baqir (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) sostuvo: ‘Dios, Poderoso y Majestuoso,
no inspecciona a un amigo suyo que se ha esforzado por acatar a
su líder y su consejo, sino que él estará con nosotros en el Paraíso
elevadísimo’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 404)
3.- Del Imam Baqir (P):
“Cuando descendió la aleya que dice: ‘El día en que convoquemos
a cada grupo de gentes con su dirigente’1, los musulmanes cuestio-
naron: ‘¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Acaso tú no eres el líder de toda
la gente?’. El Mensajero de Dios (PBd) contestó: ‘Yo soy el Enviado
de parte de Dios para toda la humanidad. Pero pronto vendrán des-
pués de mí los Imames de la Gente de mi Casa. Ellos estarán entre
la gente y serán desmentidos. Serán oprimidos por los líderes de la
impiedad y el extravío, así como sus seguidores. Entonces quien les
ama, les sigue y los confirma, es de los míos, está conmigo y pronto
me encontrará. Sepan que aquel que los oprime y los desmiente, no
es de los míos ni estará conmigo, y yo no soy responsable de él’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 313)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien se aparta de la comunidad de los musulmanes en la medida
de un palmo, abrió el nudo del Islam de su cuello. Y quien rompe su
pacto con el Islam, se dirigirá hacia Dios leproso”.
(“Al Bahar”, tomo II, pág. 267)
1 Corán, 17:71.
5.- Del Imam Rida (P), quien respecto al significado profundo del dicho de
Dios Altísimo “Él ha elevado el cielo y ha establecido la balanza”1, explicó:
“‘El firmamento consiste en el Mensajero de Dios (PBd) al cual Dios
elevó hacia sí mismo. La balanza es Amir al-Mu’minin (P), a quien
designó para Su creación’. (Cuenta el narrador) Pregunté respecto
a ‘Para que no engañéis al pesar’2, y me contestó: ‘(Significa) que
no deben revelarse contra el Imam’. Pregunté: ¿Qué implica ‘Dad
el peso justo’3? Me respondió: ‘Observar al Imam con justicia’. Le
indagué: ¿Y qué significa ‘No deis de menos al pesar’4?. Me explicó:
‘Que no perjudique el derecho de un Imam ni lo oprima’”.
(“Al Bahar”, tomo XXXVI, pág. 172)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Quien aprecie vivir una vida semejante a la existencia de los Pro-
fetas, perecer de un modo semejante a la muerte de los mártires y
habitar en los jardines que sembró el Misericordioso, debe hacer
amistad con ‘Ali (P) así como con su amigo, y debe seguir a los
Imames después de él, pues ellos son mi progenie, quienes han sido
creados de mi naturaleza”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 208)
1 Corán, 55:7.
2 Corán, 55:8.
3 Corán, 55:9.
4 Ídem.
los sacarán de la puerta de la buena dirección’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 208-209)
3.- Del Imam Baqir (P):
“El alivio, la tranquilidad el éxito, el triunfo, la prosperidad, la ben-
dición, la nobleza, el perdón, la dispensa, las facilidades, la albricia,
la complacencia (de Dios), el acercamiento (a Dios), la victoria, el
poder, la esperanza, el amor a Dios, Poderoso y Majestuoso, todo
está para quien hace amistad con ‘Ali (P), lo sigue, se aparta de
su enemigo, se somete a su virtud y a sus sucesores después de él”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 210)
4.- Del Profeta (PBd):
“Un día de un sultán justo es mejor que la lluvia de 40 días. Y una
ley que se pone en vigor en la tierra es más pura que un año de
devoción”.
(“Al Mustadraq”, tomo III, pág. 216)
Hay aquí dos palabras del gran diccionario islámico: el liderazgo (uilaia)
y el líder (imam). La primera palabra alude a un significado general y justo,
el cual comprende al Imamato y la amistad interior. La amistad interior es la
global amistad divina que fue encargada hacia el protector de parte de Dios
Altísimo. Consiste en la administración de la existencia y su supervisión, con
la autorización de Dios, como una especie de causa y recurso en la más alta
escala. Dios Altísimo rechazó establecer para Él a un protector débil, por el
contrario este debe ser un protector de la Gloria y el Orgullo. Dios impide que
los asuntos acontezcan sin causa, y la existencia de un protector y su disposi-
ción en el mundo es la primera causa que surgió del Causante de los causados.
En cuanto al Imamato, consiste en la garantía, el gobierno y la jefatura
general en el mundo y la religión, confirmado para el Profeta (PBd) y los
Imames (P) después de él.
Los Profetas (P) han surgido para salvar a las instituciones del género hu-
mano, para enseñarles e impulsarles hacia la justicia tanto en la práctica como
en la orientación. Este constituye un objetivo amplio y enorme, el cual no se
alcanza sino con el poder y el gobierno. Cuando en una comunidad aparece
un Profeta convocando hacia Dios y las buenas acciones, mientras que por
otro lado hay un tirano que llama a la gente hacia el desmembramiento de la
creencia y la corrupción de la práctica, en tanto que el poder esté en su mano
y pueda manejar a la sociedad a su antojo, sofocar las voces de la difusión
y mezclarlas, animando a los distintos sectores hacia los fines malvados y
perversos, ¿el éxito será acaso para el Profeta o para el tirano?.
Entonces cada reformador que convoca a los hombres hacia la corrección
y cree en su difusión, no puede conformarse sólo con amonestar y recomendar,
descuidando por otro lado la puesta en vigor y aplicación (de lo que trae), de-
jando así los sistemas gobernantes en manos de otro. Pues esto trae aparejado
el exterminio de dicha difusión y la desaparición de sus efectos. Este es un
principio claro sobre el cual el hombre se ha movido en todo tiempo y para
todo propósito. Y los Profetas (P) no estaban desatentos al respecto.
Por lo que hemos señalado, los Profetas (P) se levantaron para combatir
ampliamente contra los poderes. Llamaron a la gente a aniquilar a los déspotas
y gobernantes no religiosos. A la vez, lucharon en el más profundo sentido
de la palabra para fundar el gobierno de Dios sobre la tierra y cimentar sus
pilares, a fin de facilitar la realización y perpetuidad del Mensaje Divido y el
movimiento de la gente hacia la obtención de la felicidad y de los nobles y
benéficos objetivos bajo la sombra de este gobierno.
Nuestro gran Profeta (PBd) se hallaba al frente de esta línea, especial-
mente por tratarse del Sello de los Profetas y el último de los que han traído el
Mensaje de Dios Altísimo. Por eso fundó el gobierno islámico y el liderazgo
religioso con su propia mano, manejándolos él personalmente. Él mismo
designó a sus funcionarios para cada ámbito, comandó al ejército o nombró a
quien lo comande, recogió las riquezas y las repartió entre la gente. Escribió
a los sultanes y emires llamándolos hacia el Islam, a fin de que se sometan (a
Dios) aparten sus manos de la gente y evacuen sus rutas para que confluyan en
una sociedad única, cuyo jefe no sea otro que el Islam. En ella no debe circular
más que el mensaje de Dios, para que la gente se aparte de la adoración de
los siervos hacia la adoración de Dios Altísimo.
Este principio básico constituye la causa y la sapiencia en la designación
del sucesor y la enfatización a su respecto, a fin de que la religión continúe y el
Islam permanezca como debe ser, en su posición, sin que puedan penetrar en
él la alteración, la mezcla y el descuido. Encontramos entonces, que el Profeta
(PBd) señaló a su sucesor remarcando esto frecuentemente y explicando el
tema. Una de esas (aclaraciones) consiste en este dicho reiterado dentro de
las dos escuelas (sunni y shi’a): “Dejo entre vosotros dos joyas: El libro de
Dios y mi Familia”. El Libro constituye la enseñanza y la difusión, mientras
que la Familia es la garantía para la puesta en práctica.
Por lo tanto, la intención de la palabra ‘uilaia’ aquí es la garantía y el
gobierno religioso, el cual el Profeta (PBd) ocupó en su tiempo, que luego de
él manejaron sus sucesores (P) y más tarde los sabios educadores. Esta es la
filosofía política en el Islam. Vemos entonces que el Islam no es mera difusión
y recomendación sino la búsqueda de los medios para fundar la autoridad y la
garantía para la puesta en práctica. Por el contrario, él es una actividad completa
y practica, que se levanta para enseñar sus leyes, se esfuerza por continuarlas,
extenderlas y generalizarlas. El Profeta (PBd) en la Medina islámica, fue el
primer maestro, jefe y gobernante obedecido de parte de Dios Altísimo. Este
es un cargo pleno para dos funciones: la enseñanza y la aplicación. Después de
él (PBd) el asunto se traslada a sus sucesores, uno detrás del otro, a fin de que
la comunidad no quede sin un gobernante auténtico que conozca al Islam de
manera total y abarcadora. Por consiguiente, los sucesores son manifestaciones
del gobierno de Dios sobre la tierra y la continuidad de la soberanía divina, la
cual ha corrido en la historia por las manos de los Profetas (P).
Este puesto se traslada, luego de los sucesores, hacia los sabios activos.
No a todos los eruditos y autores de leyes prácticas, sino a un único educador
en cada época. Este concepto se expresa en la obra de Imam Jomeini (ra)
“Uilailatul Faqih”.
Entonces, el gobierno confirmado para el Profeta y los Imames (PBd)
luego de la uilaiat de Dios (“Vuestros amigos y protectores son solamente
Dios y Su Mensajero”1), abarca y generaliza también al gobierno exterior.
Además es imposible que no lo abarque, pues él no se separa de la uilaiat
general y absoluta. En los sistemas islámicos no es correcto, entonces, que
haya un jefe excepto el Profeta (PBd), o su representante o el representante
del sucesor, el cual debe ser un único educador en cada época.
Este es un principio que proclama en voz alta la importancia de la garantía
aplicada a las leyes. El poder y el gobierno así como la fundación del sistema
islámico, son el espíritu de la religión y la esencia del mensaje de Dios Altí-
simo, mientras que en el garante se encuentra la permanencia del Islam y la
extensión de sus mandatos y leyes.
Este sentido nos orienta hacia un importante concepto: que descuidar y
desviar la jefatura y el liderazgo en las sociedades islámicas provoca la destruc-
ción del Islam, así como la desaparición de la verdad y la justicia. Del mismo
modo, la ocupación de aquel que no es digno de los sabios, su adelantamiento
y manifestación, provocan el ocultamiento de la verdad y su desaparición.
Por consiguiente los musulmanes de esta época deben ser consientes de este
tema contra el engaño de los políticos y explotadores. Y las clases virtuosas
deben estar alertas sobre las cuestiones que hemos señalado para ellos en el
final de la sección anterior.
Y no hay fuerza y Poder excepto en Dios, Altísimo y Grandioso.
1 Corán, 5:55.
Sección Décima
El gobernante islámico
Capítulo I
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), quien le redactó a Attab ibn Osaid un tratado sobre
la Meca en cuyo inicio dice:
“De Parte de Muhammad el Mensajero de Dios, a los vecinos de
la Sagrada Casa de Dios y habitantes del santuario de Dios. Mu-
hammad el Mensajero de Dios le ha conferido a Attab ibn Osaid
autoridad sobre vosotros y vuestros intereses. Dios le encomendó la
advertencia a vuestros desatentos, la enseñanza a vuestros ignoran-
tes, que enderece al torcido de vuestros rebeldes y eduque a quien de
vosotros ha abandonado la educación de Dios. Porque Él conocía
su superioridad sobre vosotros, entonces él es nuestro servidor y
nuestro hermano religioso. Hace amistad con nuestros amigos y
es enemigo de nuestros enemigos. Él es para vosotros una sombra,
una tierra fértil, un sol brillante. Nadie puede argüir en contra suya
debido a la pequeñez de su edad, porque el mayor no es superior;
por el contrario, el superior es el grande”.
(“Al Bahar”, tomo XXI, pág. 122-123)
2.- Del Imam Sadiq (P), quien transmitió del Profeta (PBd):
“Cada creyente o musulmán que muera y deje una deuda, la cual
no haya sido gastada en corrupción o derrochada, el Imam deberá
cubrirla. Si no lo hace, pecará. Dios Bendito y Exaltado expresa:
‘En verdad, las limosnas son para los pobres y los necesitados’1. El
creyente, es pues de los insolventes, por ello tiene una porción (de
las limosnas) con el Imam y éste debe cubrir la deuda. En caso de
que no lo hiciese, el pecado caería sobre el (Imam)”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 407)
En la exégesis de ‘Ali ibn Ibrahim al-Qummi figura:
“Al líder le pertenece del quinto solamente tres porciones. Porque
Dios le mandó aquello que obligó al Profeta (PBd) respecto de la
educación de los huérfanos, cubrir el gasto de los musulmanes, re-
cuperar sus deudas y proveer los instrumentos para la peregrinación
y el combate. De aquí que, cuando Dios le reveló a Su Mensajero;
‘El Profeta posee mayores derechos sobre los creyentes que ellos
mismos’2, es decir que él es un padre para ellos y al establecerlo
como padre, Dios le ordenó los deberes del padre para su hijo;
entonces (el Profeta) declaró: ‘Quién deja una riqueza, es para sus
herederos, y quién deja una deuda o una finca (y no tiene herederos)
ambas me corresponden’.
Entonces lo que es necesario para el Profeta, lo es también para el
1 Corán, 9:60.
2 Corán, 33:6.
líder. Por eso le pertenece del quinto tres partes”1.
En la misma exégesis también figura:
“Cuando Dios estableció al Profeta como un padre para los creyen-
tes, le encargó cubrir sus gastos y educar a sus huérfanos. Ante eso,
el Profeta (PBd) subió al púlpito y declaró: ‘Quien deja hacienda,
ella es para sus herederos. Pero quien deja una deuda o una finca
(y no tenga herederos), ambas me corresponden’. Entonces Dios le
impuso a Su Profeta (PBd) lo mismo que mandó al padre para su
hijo, y ordenó a los creyentes su obediencia del mismo modo que el
hijo al padre. Así fue establecido Amir al-Mu’minin (P) igual que el
Mensajero de Dios (PBd), y luego de él, los Imames uno tras otro”2.
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“La obligación de los musulmanes, según la Orden de Dios y la
disposición islámica, es que no realicen ninguna acción ni adelan-
ten una mano o un pie, antes de elegir para ellos mismo un líder
honesto, sabio, piadoso, conocedor del veredicto y la tradición, que
recaude sus ganancias, observe sus peregrinaciones y sus oraciones
del viernes, recaude sus impuestos”.
(“Al Bahar”, tomo LXXXIX, pág. 196)
4.- Del Imam Sadiq (P), según narró Aban ibn Taquleb:
“Le pregunté a Ya’far ibn Muhammad (P) en cuanto al dicho de
Dios Altísimo: ‘Te preguntan sobre los bienes excedentes. Di: Los
bienes excedentes pertenecen a Dios y a Su Mensajero’3, ¿respecto
de quién fue revelado?. Contestó (P): ‘¡Por Dios! exclusivamente
sobre nosotros. No se asocia con nosotros nadie en esto’. Le dije:
‘Abal Yarud relató de Zaid ibn ‘Ali ibn Husein (P) que le declaró:
‘El quinto nos pertenece. Es para lo que necesitamos. Cuando nos
enriquecemos de él, no es conveniente para nosotros edificar casas
ni palacios’. Me respondió (P): ‘Es cierto lo que dijo Zaid’”.
(“Al Bahar”, tomo XCVI, pág. 202)
5.- Del Imam Kazim (P):
1 Corán, 9:60.
ni el pacto de los creyentes. El tiempo transcurre para ellos con
muchas dificultades. No pueden obtener su sustento y no encuentran
a nadie a quien demandarle por sus condiciones. ¿No sabes acaso
que el gobernante de los musulmanes es como la columna central
de una carpa?; quien lo desea, lo alcanza’”.
(“Al Bahar”, tomo XLIX, pág. 165)
13.- Del Imam Rida (P):
“El liderazgo es la rienda de la religión, el sistema de los musulma-
nes, la rectitud del mundo y la gloria de los creyentes. El liderazgo
constituye la raíz creciente del Islam y su rama elevada. A través
del liderazgo se perfecciona la oración, la caridad obligatoria, el
ayuno, la peregrinación, el combate, la recaudación de ganancias y
de impuestos. Se pone en vigor las leyes y los mandatos. Se preservan
las fronteras y los límites”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 323)
Capítulo II
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“De parte del siervo de Dios Amir al-Mu’minin a Qozam ibn Abbas.
La paz sea contigo. Luego, en la administración de lo que tienes y
se te ha encargado actúa como un exigente y prudente defensor de
tu gobierno y se consejero para tu comunidad. Teme que llegue a
enterarme de que has sido débil flojo o te has excusado al respecto.
Prepara tu alma para la paciencia en las dificultades, y no seas
indolente, atolondrado ni miedoso. Saludos”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 682)
2.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar cuando lo nom-
bró para gobernar Egipto:
“Existen algunas cuestiones de tus asuntos que tú debes tratarlas
personalmente. Una de ellas consiste en responder a los planteos de
tus gobernadores que van más allá de la capacidad de tus secretarios.
Otra es atender las necesidades de la gente que te ha demandado lo
que tus auxiliares no pueden cubrir. Debes concluir la tarea de cada
día, pues cada jornada posee su propio trabajo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.022)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de sus mismos consejos a Malik al-Ashtar:
“Si el rebaño llegase a conjeturar en tu contra una injusticia, expon-
les tu excusa y aparta de ti sus conjeturas con tu declaración. Pues
en esto hay una ejercitación para tu alma, una benevolencia hacia
tu rebaño y una disculpa a través de la cual puedas rectificarlos
constantemente sobre la verdad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.026)
Capítulo III
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“Supervisa los asuntos de tus funcionarios y empléalos luego de
examinarlos, no por parcialidad ni por totalitarismo, pues estas
dos cosas reúnen las ramas de la opresión y la deslealtad. Adopta
gente de experiencia y honor, miembros de familias respetables y
poseedoras de precedencia en el Islam, pues ellos son de moral más
noble y conciencia sana.
Difícilmente se muevan por codicia. Son más observadores de las
consecuencias de cada tema. Aprovisiónales plenamente, pues en esto
hay fuerza para su autocorrección. Enriquécelos para que no tengan
necesidad de aquello que se encuentra bajo sus manos. Arguye en
su contra si se oponen a tu orden o mellan tu depósito. Inspecciona
sus actividades y envíales espías de la gente veraz o leal, porque
vigilar secretamente sus asuntos es una motivación para que cuiden
el depósito y sean benevolentes con el rebaño”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.011)
2.- Del Imam ‘Ali (P), en esos mismos consejos:
“Cuando haya en tu secretario un defecto que hayas descuidado de
él, lo achacarán a ti”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.016)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que escribió a Abdullah ibn ‘Abbas gober-
nador de Basora:
“Que Dios se apiade de ti. Sé cuidadoso respecto de lo que corre por
tu mano y por tu lengua, tanto de bien como de mal No cabe duda
que nosotros estamos asociados en ello, porque estás gobernador ahí
en mi nombre. Trata de que mi buena opinión sobre ti permanezca
y no cambie. Saludos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 868)
La vigilancia general
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Al-Ashtar:
“El gobernador tiene íntimos y amigos que esperan la ocasión
para obtener provecho de los asuntos, agraviando sin equidad los
derechos comerciales. Entonces arráncales sus raíces cortándoles
el paso por estos estados.
Nunca debes otorgar a tus parientes o amigos un arrendamiento
permanente con todos los derechos de propiedad y privilegio. Así no
ambicionarán de tu parte un tratado perjudicial para sus vecinos en
cuanto al riego o un trabajo general cuyo costo se imponga sobre
otros. Si fuera así, acopiarían todos los frutos para sí mismos, deján-
dote una mala reputación en este mundo y un castigo en el siguiente.
Pon en práctica la verdad respecto de cada persona, ya sea un
extraño o un allegado. Sé paciente y meticuloso, sin importar cual
sea el resultado para tus parientes e íntimos. Observa atentamente
la consecuencia de un trabajo que sientes pesado, porque ella es
deseable”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.025)
2.- Del Imam Rida (P):
“Cuando el Mensajero de Dios (PBd) enviaba a un ejército, esta-
blecía para ellos un comandante y mandaba de sus confidentes a
quien investigara para él (PBd) la información referente a él (el
comandante)”.
(“Al Bahar”, tomo C, pág. 61)
3.- Del Imam ‘Ali (P), quien escribió a Masqalat ibn Hubairat Ashaibani,
su gobernador sobre Ardeshir Jorrah:
“La mayor de las felonías es la traición a la comunidad y el mayor
engaño sobre la gente de una ciudad es la estafa de un líder. Usted
posee 500.000 dírhams del derecho de los musulmanes. Mándemelos
cuando le llegue mi enviado. De lo contrario diríjase hacia mí ni bien
lea mi carta. Porque yo ordené a mi mensajero que no le permita
permanecer ni una hora después de llegar a usted, sin que me envíe
los bienes. Saludos”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 618)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos de gobierno para Malik al-Ashtar:
“Luego, en cuanto a la administración de justicia entre la gente,
debes designar al mejor de tus partidarios ante ti, aquel al cual los
asuntos no lo coarten ni los litigantes lo enfaden.
No debe insistir en un error ni considerar indigno el aceptar la ver-
dad al conocerla. No debe encaminar su alma hacia una codicia ni
conformarse con un poco de entendimiento sobre la investigación
profunda de un caso.
Debe ser aquel que más se detenga ante las ambigüedades, que
más se aferre a los argumentos, que no se canse de consultar a los
querellantes y que sea el más paciente de ellos para descubrir las
cuestiones y el más firme juzgador al aclararse la disposición. No
lo debe desviar un elogio ni pervertir un engaño.
Ellos son escasos. Después inspecciona sus juicios y cubre sus nece-
sidades, de tal modo que no requiera de las personas. Otórgate
ante ti una jerarquía superior, de manera tal que sepa que los demás
no pueden quebrantarlo, para que se sienta seguro (para juzgar).
Observa esto en forma minuciosa, pues esta religión se hallaba en
las manos de los malvados, quienes han obrado en ella de acuerdo
a sus concupiscencias, buscando por intermedio suyo el mundo”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.009-1.010)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“En cuanto al ejército, son, con la autorización de Dios, una forta-
leza para los súbitos, belleza para los gobernadores, gloria para la
religión y camino para la seguridad. El pueblo no se establece sino
con él. La solidez del ejército depende de lo que Dios le designó de
los tributos, con lo que pueda combatir a sus enemigos y defender
sus intereses y necesidades”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.003)
2.- Del Imam ‘Ali (P), de los mismos consejos:
“Selecciona para comandar tu ejército a quienes ante ti son los más
sinceros con Dios, Su Mensajero y tu Imam. Deben ser de alma más
pura, de prudencia superior y lentos en enojarse; escoger a los que
aceptan las excusas de los negligentes pasivamente, son benévolos
con los débiles y severos con los poderosos. A quienes no se violen-
ten ante la aplicación de un castigo rudo ni les impida trabajar una
debilidad”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.005)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de los mismos consejos:
“De ellos debes preferir como comandante a quién se levanta para
ayudarlos y dispone de sus propios bienes tanto como sea necesario
para ellos y sus familias, de tal modo que su única preocupación
sea el combate con el enemigo. Tu atención hacia ellos provocará
la inclinación de sus corazones hacia ti”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.006)
Capítulo IV
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“Que no se prolongue tu alejamiento al público, porque el hecho de
que los gobernantes se escondan del pueblo es una derivación de
la estrechez y un escaso entendimiento de los asuntos. El resultado
de tal actitud es que permaneces ignorante de las causas de los
acontecimientos. Entonces, ante esto, se engrandece lo pequeño y
se minimiza lo importante, se afea lo bueno y se ennoblece lo in-
digno, mezclándose la verdad con la falsedad. Después de todo el
gobernante es un ser humano y puede ser negligente de conocer sus
asuntos, ya que no hay señales con las cuales distinguir fácilmente
las distintas clases y verdades y mentiras”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.024)
2.- Del Imam ‘Ali (P), en esos mismos consejos:
“Establece un tiempo para quienes te requieren, en el cual tu persona
se encuentre libre, y siéntate con ellos en una reunión general. Ante
ellos humíllate hacia Dios quien te creó, aparta de ellos tu ejército
y el auxilio de tus guardias, para que te hablen sin tartamudear.
Porque yo escuché reiteradamente al Profeta (PBd) decir: ‘No se
puede respetar nunca una comunidad en la cual el débil toma su
derecho titubeando’.
Luego tolera al torpe y al incapaz. Que no te encuentren rígido ni
desdeñoso. Así Dios ampliará sobre ti las alas de su Misericordia,
te otorgará la recompensa por su obediencia y te brindará lo que te
corresponde fácilmente. Si tienes que rechazarlos, que sea con un
bello rostro y con un pretexto”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.021)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“A cada gobernador que no cubra las necesidades de la gente, Dios
se ocultará ante su s necesidades en el Día del Juicio. Si acepta un
regalo, es un ladrón; si recibe una coima es un asociador”.
(“Zauabul Amal”, pág. 310)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos para un buen gobierno a Malik
al-Ashtar:
“Ten cuidado de echar en cara tu bondad a tus súbditos, de exagerar
tu obra y del incumplimiento de tus promesas. Porque el echar en
cara desmerece la bondad, la exageración hace perder la luz de la
verdad y el incumplimiento provoca la cólera de Dios y de la gente.
Dios, Exaltado sea, dice (en el Corán): ‘¡Dios aborrece mucho que
digáis lo que no hacéis!’1”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.021)
1 Corán, 61:3.
y que no asociaremos nada a Él y que no nos tomaremos unos a otros
como señores junto a Dios’. Y si dan la espalda, decidles entonces:
‘Sed testigos de que nosotros somos musulmanes’”.
(3:64)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando aplicó la pena coránica a Nayashi, los Yemenitas se enco-
lerizaron. Entonces Tariq ibn Abdullah, se presentó ante él diciendo:
‘¡Oh, Amir al-Mu’minin! Jamás nos imaginamos que la gente de la
desobediencia y la de la obediencia, o la gente de la dispersión y la de
la unidad, sean iguales frente a la compensación ante los gobernantes
justos y las fuentes de la virtud, hasta que vimos tu accionar con el
hermano Harz. Entonces el odio se encendió en nuestros pechos y
nuestro asunto se dispersó. Tú nos has puesto en una ruta a la cual
antes concebíamos como el camino de quien se dirige al fuego’.
Entonces (el Imam -P-) le contestó: ‘‘Es una carga pesada, excepto
para los que son humildes’1. ¡Oh, hermano Nahd! ¿Acaso no se trata
de un hombre de los musulmanes que ha deshonrado el respeto hacia
lo que Dios ha prohibido?.
Hemos ejecutado una pena que consiste en su expiación. Por cierto
que Dios Altísimo declara: ‘No dejéis que los malos sentimientos
contra un pueblo os lleven a no ser justos. ¡Sed justos! Eso está
más cerca del temor de Dios’2’.
Pero cuando los cubrió la noche, ellos (Nayashi y Nahd) marcharon
hacia Moauia (escapando de la justicia y la verdad)”.
(“Al Bahar”, tomo VIII, pág. 729)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“Amir al-Mu’minin (P) le dijo a Omar ibn al-Jatab: ‘Existen tres
cosas que si las guardas y actúas de acuerdo a ellas no necesitarás
emprender otras; y si las abandonas, nunca te beneficiará nada
aparte de ellas’. Le preguntó: ‘¿Cuáles son ellas, oh, Abul Hasan?’.
Respondió (P): ‘Aplicar las leyes tanto sobre los allegados como
1 Corán, 2:46.
2 Corán, 5:8.
sobre los extraños; dictaminar conforme al Libro de Dios, tanto en
la complacencia como en la cólera; distribuir equitativamente (los
bienes) tanto entre el rojo como el negro’. Omar exclamó: ‘¡Juro
por mi alma, que has sintetizado y completado todo!’”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 156)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Al-Ashtar:
“No debes igualar ante ti a quien obra bien con el malhechor, porque
eso trae como resultado que la gente de la bondad abandone el bien
y que la gente de la maldad ejecute la malicia. Trata a cada uno de
ellos acorde a lo que impusieron a sus propias almas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.000)
4.- Del Imam ‘Ali (P), en sus mismos consejos a Malik al-Ashtar:
“Reconoce el esfuerzo realizado por cada individuo. No le atribuyas
el trabajo de un hombre a otro, ni subestimes el valor de su accionar.
Que la nobleza de un hombre no te lleve a engrandecer su tarea
cuando ésta sea leve, y que la inferioridad de otro no te impulse a
desvalorizar su esfuerzo cuando este sea considerable”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.008)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“Prohibió (PBd) tomar juramento de las personas respecto de sus
impuestos, declarando: ‘En esto son confiables’. Y vedó (PBd) que
en un año se les requiera dos veces. También prohibió ser exigentes
en cuanto al pago, y que se los constriña y golpee para ello, impo-
niendo así el poder sobre ellos. Ordenó que el recaudador no tome
de ellos más que lo que está en sus manos, y que sea equitativo entre
los mismos”.
(“Da’aimul Islam”, tomo I, pág. 257)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando envió a Mijnaf ibn Salim al-Azdl a recaudar tributos, le
legó un extenso tratado en el cual le ordenó el temor a Dios, su Señor,
en la privacidad de sus asuntos y en lo oculto de sus acciones. Le
mandó que los reciba con un rostro abierto y un carácter blando;
que considere la humildad y evite la arrogancia, pues Dios eleva a
los humildes y denigra a los orgullosos.
Después le expresó (P): ‘¡Oh, Mijnaf ibn Salim! de estos impuestos
te corresponde una parte y un derecho definido. Y en ello tienes
asociados, que son los pobres, los menesterosos, los insolventes los
combatientes, los viajeros, los esclavos y los pusilánimes. Nosotros
cumplimos tu derecho, por lo que debes cumplir sus derechos. De
lo contrario tú serías el mayor querellado entre la gente en el Día
del Juicio. ¡Y qué desgracia para un hombre tener litigantes como
ellos!’”.
(“Da’aimul Islam”, tomo I, pág. 258)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos de gobierno a Malik al-Ashtar:
“Aquel de tu rebaño que más busque los defectos de la gente, debes
alejarlos de ti y considerarlo odioso ante ti. Porque hay defectos
entre los hombres que el gobernador debe ocultar, entonces no
descubras lo que se encuentra oculto para ti de ellos, pues sólo te
incumbe purificar aquello que se manifiesta ante ti, mientras que
Dios dispone sobre lo que te está oculto, cubre como puedas aquello
que es vergonzoso, que Dios ocultará de ti lo que estima esconder
de tu pueblo.
Libera a la gente de las ataduras del rencor y corta de ti el origen
de cada enemistad. Simula todo aquello que no te resulta claro (apa-
rentando no conocerlo). No te apresures a confirmar a un chismoso
porque engaña, a pesar de que se asemeje a los buenos consejeros.
No quebrantes la tradición justa, que los jefes de esta comunidad
practicaban a la cual están acostumbrados y con la cual sanearon
al pueblo. No inventes una costumbre que perjudique las antiguas
tradiciones, pues en este caso la recompensa será para quien la con-
serve mientras que sobre ti caerá el peso por haberla quebrantado.
Debes saber que nada genera en los súbditos una buena opinión
hacia un gobernador como la buena conducta hacia ellos, el mermar
sus gastos y dejar de pedir cosas Más allá de sus capacidades. Com-
pórtate de este modo para reunir a tu favor los conceptos buenos de
tu rebaño, ya que el buen pensamiento de ellos aparta de ti la larga
condena. Lo más adecuado es tener una buena opinión de quien has
realizado un bien para él, y en cambio tener una mala opinión de
quien has hecho un mal contra él”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 997-1.001)
4.- Del Imam ‘Ali (P), en esos mismos consejos:
“Sé precavido de la sangre y su derramamiento sin razón. Pues no
hay nada más efectivo para crear enemistad, hacerte padecer las
malas consecuencias, borrar una merced y declinar un gobierno que
el derramamiento de sangre inocente. Porque Dios iniciará el Juicio
entre los siervos en el Día del Juicio por quienes derramaron sangre.
Por lo tanto nunca fortalezcas tu poder derramando sangre ilícita
pues eso es causa de debilitamiento y flojedad, aún más; lo hace
desaparecer y transferir a otro. No existe excusa válida para ti ante
Dios ni ante mí por el asesinato intencional. En este caso tu propio
cuerpo será talión. Si te equivocaste y exageraste tu azote, tu espada o
tu mano al castigar, ya que a veces un golpe de puño causa la muerte
de alguien, no te debe impedir el orgullo de tu poder indemnizar a
los deudos según sus derechos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.029-1.030)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“El líder debe sacar a los prisioneros musulmanes el día viernes
para la oración y el día de la festividad para la misma, mantenién-
dolos custodiados. Cuando ellas concluyan, los debe retornar a las
cárceles”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 221)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos para un buen gobierno a Malik
al-Ashtar:
“Debes ser justo con Dios, con la gente de tu familia y con quienes
estimas de tu pueblo. Si no procedes así, estarás oprimiendo de todas
las opciones que se te presenten, debes apreciar mas la intermedia
en la verdad, su generalización en la justicia y lo que congrega la
complacencia de la multitud. Pues la cólera de la masa estropea la
complacencia de las élites, mientras que la ira de las élites se pasa
por alto con la complacencia de las masas.
No hay nada más valioso para el gobernador en el momento de
aflicción que sus súbditos, ni existe nadie que colabore menos con él
en las pruebas, ni más odioso de juzgar, ni más terco en solicitar, ni
menos agradecido al momento de recibir, ni más lento en aceptar la
excusa cuando se la otorgan, ni paciencia más floja en las dificultades
de la vida que la gente selecta.
El pilar de la religión, la unidad de los musulmanes y los prepara-
tivos contra los enemigos solo estarán en el vulgo de la comunidad.
Entonces debes inclinarte hacia ellos y afanarte por ellos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 995-996)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“La conversación con la gente sobre algo es motivo para introducirse
en sus existencias”.
(“Al lrshad”, pág. 143)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“‘Es obligatorio para el líder cuando ve a un hombre cometer
adulterio o beber vino, que le aplique el castigo. Y no necesita más
pruebas que su mirada, pues él es el fiel de Dios entre Su creación.
Y cuando ve a un hombre robando, debe exhortarlo y vedárselo,
luego dejarlo’.
Le exclamé (relata el narrador): ‘¿Cómo es esto?’, y explicó:
‘Porque cuando el derecho es para Dios, es obligación del líder
observarlo; mientras que cuando el derecho es para la gente, ellos
son los responsables”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 344)
Aceptar la crítica y evitar la terquedad
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“Los más malvados de tus ministros son quienes han sido ministros
para los perversos que te han precedido. Deberá ser tu predilecto
quién más te declara la amarga verdad y menos te apoya en aquello
que a Dios lo disgusta ver en Sus amigos, sin importarles los efectos
que esta metodología tenga sobre ti”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 999)
2.- Del Imam ‘Ali (P), según lo que transmitió Al-Saied Abdul ‘Adim
Hasaní, del Imam Abu Ya’far al-Yauad (P), de sus padres (P):
“Aquel que considera suficiente su propia opinión, se expone a sí
mismo al peligro”.
(“Safinatul Bihar”, tomo I, pág. 493)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“El testarudo (o porfiado) se encuentra de pie (al borde de un abis-
mo), a punto de caerse al precipicio”.
(“Safinatul Bihar”, tomo I, pág. 493)
Capítulo V
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Un anciano mendigo y ciego iba pasando. Entonces Amir al-
Mu’minin (P) preguntó: ‘¿Quién es él?’. Le respondieron: ‘¡Oh.
Amir al-Mu’minin! es un cristiano’. Entonces Amir al-Mu’minin (P)
declaró: ‘Lo han empleado hasta que se volvió viejo y débil. Luego
lo abandonaron. Deben darle del tesoro público”.
(“Al Uasail”, tomo XI, pág. 49)
Las deudas
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“No hay deudor que se presente con su acreedor ante uno de los go-
bernantes musulmanes y quede evidencia para el gobierno su miseria
sin que este pobre quede libre de la responsabilidad de su deuda y
ella se establezca sobre el gobernador de los musulmanes, (saldán-
dola con) aquello que está ante él de los bienes de los musulmanes”.
(“Al Mustadraq”, tomo III, pág. 491)
2.- Del Profeta (PBd), según lo que narró Imam Sadiq (P):
“Quien transcurre 40 días sin comer carne, debe pedir prestado
sobre Dios (de tesoro público) y comerla”.
(“Al Bahar”, tomo LXVI, pág. 65)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“El líder debe cubrir las dudas de los creyentes, excepto las dotes
de las mujeres”.
(“Al Uasail”, tomo XV, pág. 22)
4.- Del Imam Sadiq (P), según narró Ibn Sinan:
“Le hablé (al Imam) sobre un hombre cuya mujer se unió a los
incrédulos, mientras Dios Altísimo en Su Libro declara: ‘Y si per-
disteis algo de vuestras esposas que se fueron con los incrédulos
y conseguís algún botín, dad a aquellos cuyas esposas se fueron
algo semejante a lo que gastaron’1, y le pregunté qué significado
posee, ‘conseguís algún botín’. Me contestó: ‘Si una persona cuya
esposa se unió a ellos, se va a casar con otra mujer, es deber del
líder, cuando esto ocurra, otorgar su dote equivalente a la dote de
1 Corán, 60:11.
la esposa que se marchó’.
Le pregunté: ‘¿Cómo puede ser que los creyentes deban devolver la
dote de esta mujer a su marido de aquello que ellos reciben como
reparto, sin que ellos hayan tenido ningún rol en su partida?’. Me
explicó: ‘Es el líder quien debe devolvérselos, reciban de los in-
crédulos o no, ya que es deber del Imam indemnizar los daños de
quienes están bajo su control. Cuando se presenta la distribución,
primero debe abonar el perjuicio, y si después de esto queda algo,
lo repartirán entre ellos; y si nada quedara para ellos, no hay carga
sobre él”.
(“Al Uasail”, tomo XV, pág. 38)
En la exégesis de ‘Ali ibn Ibrahim al-Qummi respecto de la exégesis de Su
dicho Altísimo ‘En verdad, las limosnas son para los pobres y los necesitados,
para los encargados de recaudarlas y para aquellos cuyos corazones se quiere
atraer, para liberar esclavos, para los endeudados, para la causa de Dios y
para el viajero. Es una disposición obligatoria procedente de Dios’1 figura:
“Los insolventes son grupos que tienen deudas que gastaron en
la obediencia a Dios sin hacer derroche. Es, pues, obligación del
líder saldarlas de parte de ellos y librarlos de su compromiso de la
caridad. Y ‘la causa de Dios’ se refiere a grupos que salen a com-
batir y no poseen nada que gastar. Es obligación del líder darle a
un pueblo de los musulmanes que no tenga nada para peregrinar en
los caminos del bien, de las limosnas para que gasten con ella en la
peregrinación y el combate.
En cuanto a ‘Los viajeros’ son los hijos del camino, quienes viajan
en la obediencia de Dios y agotan sus bienes. Es deber del Imam
retornarlos a sus patrias mediante las limosnas”2.
5.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) dijo: ‘Yo estoy más cerca de cada
creyente que él mismo, y ‘Ali es el más cercano suyo después de mí’.
Entonces se le preguntó al Imam (P): ‘¿Qué significado tiene esto?’.
Respondió: ‘La palabra del Profeta (PBd) “Quien deja una deuda o
una finca, ambas me corresponden, y quien deja un bien es para sus
1 Corán. 9:60.
2 “Tafsir Al Qummi”, tomo I, pág. 299.
herederos”, implica que en caso de que el hombre no tenga riquezas
y no se gobierne a sí mismo, entonces al no gastar para su familia
no puede ordenarles y vedarles algo a ellos. Entonces, es, pues,
obligación del Profeta (PBd), de ‘Ali y los Imames (P) hacer esto.
Debido a eso son más merecedores que ellos mismos respecto a sus
asuntos. El propósito de este dicho del Mensajero de Dios (PBd) era
islamizar a las masas de los judíos. Después de esto, ellos quedaron
seguros en cuanto a sí mismos y sus familias”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 406)
6.- Del Imam Sadiq (P):
“Quien muere dejando una deuda, nosotros debemos saldarla y man-
tener a su familia. Quien muere dejando riquezas, ellas pertenecen
a sus herederos. Y quien perece sin tener herederos, su riqueza es
parte del tesoro público”.
(“Al Kafi”, tomo VII, pág. 168)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Un hombre fue hasta Abu Abdullah (el Imam) y le solicitó: ‘¡Oh,
Abu Abdullah! Otórgame un préstamo hasta que prospere’. Entonces
(el Imam -P-) preguntó: ‘¿Hasta que llegue la cosecha?’. Contestó
el hombre: ‘No, por Dios’. Volvió a preguntar el Imam: ‘¿Hasta que
te resulte un negocio?’ y el hombre respondió: ‘No, por Dios’. Con-
tinuó (el Imam): ‘¿Hasta que vendas una propiedad?’, Contestó el
hombre: ‘No, por Dios’. Entonces (el Imam -P-) declaró: ‘Tú eres de
quienes Dios implantó para ellos un derecho en nuestras riquezas’.
Entonces Abu Abdullah (P) pidió que le trajeran una bolsa que con-
tenía algunos dírhams. Metió en ella su mano y extrajo un puñado.
Después acotó: ‘Teme a Dios. No derroches ni seas avaro. Establé-
cete entre estos dos estados. Prodigar es derrochar, y Dios dijo: ‘y no
seas derrochador’1. Y agregó (P): ‘Dios no castiga al moderado’”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo II, pág. 228)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) subió al púlpito y cambió su faz y el
color de su rostro. Después tornó su cara y dijo: ‘¡Oh, musulmanes!,
1 Corán, 17:26.
el mejor camino es el camino de Muhammad y la mejor palabra es
el Libro de Dios. ¡Oh, gente!, quien deja riquezas pertenecen a su
familia y herederos; y quién deja un campo o una finca (y no tiene
herederos), ellas me corresponden”.
(“Amale Mufid”, pág. 110-111)
9.- Del Imam Kazim (P):
“Quien busca el sustento para mantener a su familia y a sí mismo de
lo lícito es como el combatiente en el Camino de Dios. Si no tiene éxi-
to y pide en préstamo, sobre Dios y Su Mensajero (de tesoro público),
la medida necesaria para sustentar a su familia, falleciendo luego
sin pagar, es obligación para el Imam saldarlo. Si no la recupera (el
Imam a la deuda), su carga es sobre él. Dios, Bendito y Exaltado,
dice: ‘las limosnas son para los pobres y los necesitados, para los
encargados de recaudarlas’, hasta Su dicho: ‘para los endeudados’1.
Él es, pues, un pobre, necesitado y endeudado”.
(“Qurbul Asnad”, tomo II, pág. 197)
10.- Del Imam Rida (P):
“Si un deudor pide un préstamo necesario concédele un plazo de un
año, en caso de que solucionara su problema tendrá que devolverlo,
de lo contrario, lo pagaría el Imam del tesoro público”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 407)
11.- Del Imam Rida (P), de Amr ibn Suleiman, de un hombre de la gente
de Yazirat:
“Le preguntó un hombre al Imam Rida (P): ‘¡Que yo te sirva de
rescate! Dios, Bendito y Exaltado, dice: ‘Dadle un plazo hasta que
pueda’2. Infórmame sobre este plazo mencionado por Dios, ¿tiene un
límite conocido hasta donde podamos conceder al deudor que tomó
un préstamo y lo gastó para su familia, mientras no posee una cose-
cha de la cual aguarde su llegada, ni una deuda que reclamar, ni una
hacienda oculta que espere recuperar?’.‘Contestó (P): ‘Sí. Aguarda
hasta el momento en que al Imam le lleguen noticias suyas. Entonces
el cubrirá de su parte lo correspondiente a los insolventes, siempre
que haya gastado en la obediencia de Dios. Si hubiese gastado en
1 Corán, 9:60.
2 Corán, 2:280.
la desobediencia de Dios, no le corresponde nada del Imam a él”.
(“Tafsirul Aiiashi”, tomo I, pág. 155)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió el Imam Sadiq (P), narrado
por Hanan ibn Sadiri as-Sairafi:
“Escuche a Abu Abdullah Imam) decir: ‘Cuando el Profeta (PBd)
recibió la noticia de la muerte de su alma mientras se hallaba sano
y sin dolencia, al descender sobre él el Espíritu fiel (el ángel Ga-
briel), convocó a la oración colectiva y ordenó a los emigrantes y
auxiliares armarse.
La gente se concentró. El Profeta (PBd) subió al púlpito y les notificó
sobre su muerte. Luego dijo: ‘Le recuerdo a Dios a un gobernante
que viene después de mi sobre mi comunidad. Debe apiadarse de
la comunidad de los musulmanes honrando a sus mayores, siendo
misericordioso con sus débiles y respetando a sus sabios. No debe
perjudicarlos de modo tal que resulten humillados ni empobrecerlos
de tal forma que resulte para ellos la incredulidad. Que no les cierre
sus puertas dejando que sus poderes devoren a los débiles. Que no
sea exigente con su ejército (dejándolos en las fronteras) de tal modo
que resulte cortada la generación de la comunidad’. Luego agregó:
‘Yo les prediqué y aconsejé. ¡Testimoniadlo, pues!’.
Abu Abdullah (P) acotó: ‘Esta fue la última palabra que el Mensajero
de Dios (PBd) pronunció sobre su púlpito’”.
(“Al Kafi”, tomo I, pág. 406)
2.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar para un buen
gobierno:
“Inspecciona la cuestión del tributo de tal forma que corrija a su
gente (los contribuyentes), porque en sus corrección y rectitud se
halla la corrección de los demás. No hay rectitud para los demás
sino con ellos, porque toda la gente son familiares respecto al im-
puesto y su gente”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.013)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Cuando ‘Ali (P) derrotó a Talha y Zubair, la gente corrió esca-
pando y en el camino se cruzaron con una mujer embarazada, ella
se asustó de ellos, pariendo el contenido de su vientre vivo, el cual
se movió hasta morir. Luego su madre también murió. ‘Ali (P) y sus
compañeros pasaron junto a ella y su hijo, quienes estaban tirados
sobre el camino. ‘Ali indagó al respecto y le contaron que ella estaba
embarazada, y al ver el combate y la huida se asustó.
Entonces les preguntó: ‘¿Quién murió primero?’. Le contestaron
‘Su hijo murió antes’. Entonces convocó al marido, padre del bebe
muerto, brindándole como herencia dos tercios de la indemnización,
mientras que un tercio lo destinó a la madre. Luego otorgó al marido
de la mujer muerta la mitad de ese tercio en herencia, y el resto lo
dio como herencia a los allegados de la muerta, después le dio al
marido la mitad de la indemnización por la mujer muerta, que eran
2.500 dírhams; y dio la otra mitad de la indemnización, 2.500 dír-
hams, a sus allegados. Y esto porque no tenía más hijos que el que
había abortado. Todo esto lo cumplió del tesoro público de Basora”.
(“At Tahzib”, tomo X, pág. 202-203)
4.- Del Imam ‘Ali (P), según lo que narró Imam Sadiq (P):
“Quien muere en el tumulto del día de Arafat, o bien sobre un puente,
sin que nadie sepa quién lo mató, entonces su indemnización corres-
ponde al tesoro público”.
(“At Tahzib”, tomo X, pág. 201)
5.- Del Imam Baqir (P):
“Amir al-Mu’minin (P) dispuso que aquello que los jueces erran
respecto de una indemnización o amputación, corresponde al tesoro
público de los musulmanes”.
(“At Tahzib”, tomo X, pág. 203)
6.- Del Imam Sadiq (P), según narró:
“Le pregunté a Abu Ya’far (P) sobre un ciego que a propósito arranca
un ojo de un hombre sano, y me respondió: ‘¡Oh, Abu Ubaidah! la
intención de un ciego es equivalente al error. Él tiene que abonar
indemnización. Si no posee riquezas, la indemnización corresponde
al líder. No se desmerece el derecho de un musulmán’”.
(“Al Ijtisas”, pág. 249)
7.- Del Imam Sadiq (P):
“Si azotamos a alguien con una pena de los castigos de Dios y muere,
no corresponde para él indemnización de nuestra parte. En cambio,
si azotamos a alguien con un castigo de las penalidades de la gente
y muere, nos corresponde indemnizarlo”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 312)
8.- Del Imam Sadiq (P):
“Si se encuentra un muerto en una tierra desierta, debe abonarse su
indemnización del tesoro público. Amir al-Mu’minin (P) solía decir:
‘No se desmerece la sangre de un hombre musulmán”.
(“At Tahzib”, tomo X, pág. 204)
9.- Del Imam Sadiq (P):
“Amir al-Mu’minin (P) dictaminó respecto de un hombre al que
hallaron muerto sin saber quién era su asesino: ‘Si puede recono-
cerse, tiene herederos y ellos reclamaron su indemnización, deberán
pagársela del tesoro público de los musulmanes. No se desmerece
la sangre de un hombre musulmán, ya que su herencia tanto como
su indemnización le corresponde al Imam. Deben rezar por él y
sepultarlo’”.
(“At Tahzib”, tomo X, pág. 202)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“Luego, ¡Dios! ¡Dios!; respecto de las clases bajas, aquellos que
no tienen recursos, los menesterosos y necesitados, los inválidos
y incapacitados. En esta clase existen algunos satisfechos y otros
mendicantes. Preserva para Dios lo que te ha encargado sobre su
derecho hacia ellos. Ponles a disposición una parte de tu tesoro
público y una parte de la cosecha de las propiedades fiscales; lo
mismo para los eminentes que para los plebeyos.
Existe para cada uno de ellos un derecho, del cual tu eres responsa-
ble. Entonces, que la rebeldía de tu alma no te lleve a descuidarlos.
No puedes excusarte de las cosas insignificantes por la consolidación
de los objetivos principales. No alejes, pues, la preocupación de ellos
ni pases a su lado con gesto de desprecio.
Presta atención a quien es mal visto y desvalorizado por los hombres.
Confíales a personas temerosas y humildes que te mantengan infor-
mado sobre sus estados. Luego obra con ellos de tal modo que puedas
excusarte con Dios cuando lo encuentres. Entre tu pueblo ellos son
quienes requieren más que cualquier otro que tú seas equitativo.
Otorgando el derecho a todas las personas, preparas el medio de
argumentación hacia Dios respecto del cumplimiento de su derecho.
¡Ten en cuenta a los huérfanos, a quienes no pueden disponer de los
asuntos ni pueden consultarte directamente! Esto resulta extrema-
damente pesado para los gobernantes, y la verdad toda es pesada.
Pero Dios alivia la carga de un pueblo que se empeña tras el objetivo
final, animan a sus almas a tener paciencia y confían en la veracidad
de la promesa de Dios hacia ellos”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.019-1.020)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“Si hubierais extraído la ciencia de su fuente, reservado el bien en su
lugar, tomado el sendero de la claridad y hecho marchar la verdad
desde su cumbre, se habrían manifestado para vosotros las señales
y aclarado el Islam; no habría quedado entre vosotros ningún pobre
sin manutención, ni os oprimiría ningún hombre, musulmán o no
musulmán”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 31)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), de acuerdo a lo que relató de él el Imam Sadiq (P):
“El trigo se estaba agotando en la época del Mensajero de Dios
(PBd). Entonces vinieron los musulmanes junto a él y le plantearon:
‘¡Oh, Enviado de Dios!. El trigo se terminó, y no quedó nada salvo
el de fulano. Ordénale, pues, venderlo a la gente’. Entonces alabó
a Dios, lo elogió y luego exclamó: ‘¡Oh, fulano! Los musulmanes
mencionan que el trigo se ha agotado excepto lo que se encuentra
ante ti. Debes sacarlo y venderlo del modo que desees sin retenerlo’”.
(“Al Kafi”, tomo V, pág. 164)
2.- Del Profeta (PBd), según lo que transmitió Amir al-Mu’minin (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) fue hacia los acopiadores y les ordenó
extraer la mercadería acopiada y llevarla al centro del mercado,
exponiéndola ante la vista de la gente”.
(“At Tahzib”, tomo VII, pág. 181)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos de gobierno a Malik al-Ashtar:
“En cuanto a los comerciantes e industriales, aconséjalos bien.
Debes saber que en la mayoría de ellos existe una mezquindad abo-
minable, una horrenda avaricia, la búsqueda del monopolio para la
utilidad y la arbitrariedad en las ventas. Esto produce el daño para
las multitudes y denota defecto en los gobernadores. Debes impedir
el acopio, pues el Mensajero de Dios (PBd) lo ha vedado expresa-
mente. La comercialización debe ser benévola, con balanzas exactas
y con precios que no perjudiquen a ninguno, vendedor o cliente. A
quien cometa acaparamiento luego de que tu lo hayas prohibido,
escarmiéntalo castigándolo sin exceso”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.017)
4.- Del Imam Baqir (P):
“‘Ali (P) prohibía el acaparamiento en cualquier lugar”.
(“Qurbul Asnad”, pág. 84)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd):
“El Profeta (PBd) encomendó a Amir al-Mu’minin (P): ‘Sube al
púlpito y llama a la gente. Luego diles: ¡Oh gente! Quien merma en
un obrero su sueldo tendrá su asiento en el Fuego Infernal’”.
(“Al Bahar”, tomo XI, pág. 59)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd), cuando su fallecimiento estaba próxi-
mo, dijo a ‘Ali (P): ‘¡Oh, ‘Ali! En tu presencia no deben ser oprimidos
los agricultores, ni aumentar el valor de una tierra más allá de lo
que tú hayas dispuesto, ni forzarse a trabajar a un musulmán, es
decir un empleado, sin retribución’”.
(“Al Uasail”, tomo XIII, pág. 216)
La construcción
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“Debes atender mucho más a la construcción que a la recaudación de
impuestos. No se llega a esto sino con la instrucción precisa. Quien
procura el tributo sin la construcción, arruina las ciudades, exter-
mina a los siervos y sus asuntos no se corrigen excepto escasamente.
Si se quejaran del peso de los impuestos o por cualquier desastre,
de los problemas del riego, de la destrucción de las cosechas por
la anegación de una inundación o el daño de la sequía, entonces
redúceles las tasas lo necesario para que solucionen sus problemas.
Que esta merma en los cobros no te sea pesada, ya que la misma es
una reserva que volverá a ti gracias a la prosperidad de las ciudades
y la mejoría general de tu gobierno. Además atraerás hacia ti el elo-
gio de ellos y te regocijarás por difundir la justicia entre ellos. Por
haberles ofrecido abundante tranquilidad y haberlos acostumbrado a
tu justicia y benevolencia hacia ellos, podrás esperar la virtud de sus
fuerzas y confiar en su apoyo. Es posible que luego, ante dificultades
diversas, les pidas auxilio y ellos lo soporten con mucho agrado.
Todo esto es necesario para la prosperidad. La devastación de un
país sólo se produce por la miseria de su gente. Y la gente sólo se
empobrece cuando los gobernantes la dominan para enriquecerse.
Sus conjeturas respecto a su permanencia en el cargo son erróneas
y su aprovechamiento de los ejemplos (del pasado) escaso”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.013-1.014)
2.- Del Imam ‘Ali (P), de esos mismos consejos:
“En cuanto a los comerciantes e industriales, debes aconsejarlos
correctamente, tanto al residente local de ellos, al que viaja trans-
portando la mercancía, como al que la fabrica artesanalmente. Ellos
son la fuente de riqueza y los medios de confort, debido a que traen
las mercaderías de lugares lejanos, viajando por tierra, por mar,
por desierto o montaña. Traen todo esto de sitios a los que las per-
sonas no osan recurrir. Ellos son pacíficos al punto que no hay que
tener miedo de que produzcan disturbios o calamidades. Cuida sus
intereses tanto en su cercanía como en los límites de tus ciudades”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.017)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“El líder debe obligar a la gente a pagar sus tributos, pues Dios
declara: ‘Recibe de sus haciendas un impuesto que les purifique”.
(“Al Bahar”, tomo XCVI, pág. 86)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Profeta (PBd), de su legado a Ma’ad ibn Yabal cuando lo envió
hacia el Yemen:
“¡Oh, Ma’adh! Enséñales el Libro de Dios y edúcalos correctamente
sobre la justicia moral. Pon en vigor entre ellos el mandato de Dios.
No te asustes de nadie en cuanto a Su orden y Su riqueza, pues ellas
no son tu orden ni tu riqueza.
Háblale a la gente sobre Dios y el Último Día. Insiste en la reco-
mendación, pues este es el factor de mayor peso para ellos en cuanto
a la práctica acorde con lo que Dios aprecia. Luego esparce entre
ellos a los maestros y adora a Dios, que a Él retornarás.
No te asustes en el Camino de Dios del reproche de alguien que
critica”.
(“Tuhaful ‘Uqul”, pág. 25)
2.- Del Imam ‘Ali (P):
“¡Oh, gente! Existe para mí un derecho sobre vosotros y para voso-
tros hay un derecho sobre mí. En cuanto a vuestro derecho sobre mí
es que los aconseje, reparta completamente las ganancias, les enseñe
para que no ignoren y les eduque para que conozcan”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 114)
3.- Del Imam ‘Ali (P):
“Es obligación para el guía enseñar a sus seguidores las leyes del
Islam y la Fe”.
(“Gurarul Hikam”, pág. 216)
4.- Del Imam ‘Ali (P), de su carta a Qozam ibn Abbas cuando era gober-
nador suyo en Meca:
“Siéntate, pues, para ellos por la mañana y la tarde. Responde a sus
preguntas, enseña al ignorante y debate con los sabios”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.063)
5.- Del Imam Sadiq (P), según transmitió Hasan al-Mu’alem:
“Le pregunté a Abu Abdullah (el Imam) respecto a la enseñanza.
Me respondió: ‘No cobres un sueldo por enseñar’. Pregunté: ‘¿Por
enseñar la poesía y las epístolas puedo pedir?’. Contestó (P): ‘Sí, a
condición que todos los jóvenes sean iguales para ti en la enseñanza,
y no prefieras a unos sobre otros”.
(“Al Uasail”, tomo XII, pág. 112)
Capítulo VI
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) declaró: ‘La oración de quien no reza
en la mezquita con los musulmanes no es completa, excepto por al-
guna excusa. Y la murmuración sobre quien reza en su casa y evita a
la comunidad no es ilícita. Quien evita a la comunidad musulmana,
decae en su justicia, y es obligación evitarlo. Si recurre junto al
líder de los musulmanes, debe advertirlo y asustarlo, está prohibido
murmurar sobre quien se apega a la comunidad musulmana, pues
su justicia es firme”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 394)
2.- Del Imam Sadiq (P):
“En la época del Mensajero de Dios (PBd) había personas que se
demoraban para la oración en la mezquita. Entonces el Mensajero
de Dios advirtió: ‘Pronto ordenaré colocar leña en las puertas de las
casas del grupo que abandona la oración en la mezquita, encender
fuego y quemarle sus viviendas”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 377)
3.- Del Imam Sadiq (P):
“El Mensajero de Dios (PBd) quería quemar las casas de un grupo
que rezaba en sus moradas y no en forma colectiva. Entonces un
hombre ciego le fue a hablar con él y le dijo: ‘¡Oh, Mensajero de
Dios!, yo soy ciego y a veces escucho la llamada (a la oración) pero
no encuentro quien me encamine hacia la oración colectiva para
rezar contigo’. El Profeta (PBd) entonces le ordenó: ‘Tira un cordel
de tu casa a la mezquita y preséntate a la oración colectiva’”.
(“Al Uasail”, tomo V, pág. 377)
4.- Del Imam Sadiq (P):
“Si la gente abandona la peregrinación es deber del líder obligarlos
a la misma, quieran o no, porque esta Casa se ha establecido para
la peregrinación”.
(“Al Bahar”, tomo XCIX, pág. 18)
5.- Del Imam Sadiq (P):
“Si la gente abandona la peregrinación, es obligación del guía
ordenársela para que se presenten en ella; y si abandonan la visita
al Profeta (PBd) es deber del guía obligarlos a esto. Si carecen de
bienes, debe gastarse para ellos del tesoro público”.
(“Al Uafi”, tomo II, pág. 49)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P):
“Es obligación del líder aprisionar a los corruptores de los sabios,
los ignorantes de los médicos y los insolventes de los arrendadores”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 221)
2.- Del Imam Baqir (P):
“Amir al-Mu’minin (P) determinó respecto de una mujer que adulteró
y escapó de la casa que el guía de los musulmanes debe atarla a su
marido como se ata el camello fugitivo con una traba”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág.412)
3.- Del Imam Kazim (P):
“Si hubiera gobernado los asuntos de la gene, les habría enseñado
sobre el divorcio. Luego no habría venido algún oponente a él sin
que le pegase dolorosamente”.
(“Al Kafi”, tomo VI, pág. 57)
Consolidar las relaciones familiares y lo correspondiente
a ellas
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam Baqir (P):
“Quien tenga esposa y no la vista con lo que cubre su vergüenza ni
la alimente con lo que preserva su salud, el guía debe separarlos”.
(“Al Uasail”, tomo XV, pág. 223)
2.- Del Imam Baqir (P):
“‘Ali (P) regresaba a su casa en un momento muy caluroso. Súbita-
mente encontró a una mujer que decía: ‘Mi marido es injusto con-
migo. Me asustó, me violó y juró pegarme’. Él le dijo: ‘¡Oh, esclava
de Dios! Espera hasta que refresque el día y luego, si Dios quiere,
iré junto a ti’. Ella dijo: ‘Se agravará su ira y enojo’. Entonces él
(P) inclinó su cabeza; después la levantó y exclamó: ‘¡No, por Dios!
Se debe recuperar el derecho de un oprimido sea como sea. ¿Dónde
queda tu casa?’.
Marcharon hasta su casa y al llegar llamó diciendo: ‘La Paz sea con
vosotros’. Entonces salió un joven y ‘Ali (P) le dijo: ‘¡Oh, siervo de
Dios! ¡Teme a Dios! Tú la asustaste a ella y la echaste’. El joven le
contestó: ‘¡Que te importa! Por Dios que debido a tu palabra ahora
la quemaré’. Entonces Amir al-Mu’minin (P) le dijo (extrayendo
su espada): ‘Yo te ordeno el bien y te vedo el mal. ¿Acaso tu me
enfrentas con el mal negando el bien?’. Entonces llegaron personas
de todos los lados y lo saludaban (a ‘Ali, de este modo el joven se
percató de quien era) y cayendo sobre sus manos suplicó: ‘¡Oh, Amir
al-Mu’minin! ¡Dispensa mi torpeza! ¡Por Dios que seré para ella
como la tierra que pisa’. Entonces ‘Ali (P) envainó su espada y dijo:
‘¡Oh, siervo de Dios! Entra en tu casa y no obligues a tu esposa a
esto ni a nada semejante’”.
(“Al Mustadraq”, tomo II, pág. 393)
De la Tradición (hadiz):
1.- Del Imam ‘Ali (P), según narró Salamah ibn Kohail:
“Escuché a ‘Ali (P) decir a Shorah: ‘Observa a los hombres ricos y
poderosos que son morosos y demoran la devolución el derecho de
las personas y sobornan con sus riquezas a los jueces. Debes, pues,
recuperar el derecho de la gente, de ellos. Para esto pon en venta
sus casas e inmuebles (si es necesario).
Yo escuché al Mensajero de Dios (PBd) diciendo: ‘Que un musulmán
rico postergue (la devolución de un préstamo) a otro musulmán es
una injusticia’. Y no hay recurso contra quien no posea inmuebles ni
casa. Debes saber que solamente quien estimula a la gente a conside-
rar el derecho de la verdad es quien los hace alejarse de la falsedad.
Luego considera por igual a los musulmanes con tu cara, tu palabra
y tu reunión con ellos, para que tu allegado no avaricie tu injusticia
ni tu enemigo desespere de tu justicia. Rechaza el juramento de
demandante con una razón, pues esto evidencia más la ceguera y el
más firme en la determinación.
Debes saber que los musulmanes son equitativos entre sí, salvo
aquel a quien le aplicaron la sanción coránica y no se arrepintió
o el conocido como testigo de la mentira o el avaro. Ten cuidado
de aburrirte o enfermarte en la reunión de juicio para la cual Dios
obligó una retribución y estableció una buena remuneración para
quien juzga conforme a la verdad.
Debes saber que los tratados son lícitos para los musulmanes salvo
una conciliación de la cual resulta la prohibición de algo lícito o el
permiso de algo ilícito. A quien tenga testigos ausentes concédele un
plazo hasta que comparezcan; si los hiciese comparecer, restitúyete
sus derechos; de lo contrario, juzga en su contra pero no le apliques
nada en concepto de talión o de pena coránica, o de un derecho
entre los derechos de los musulmanes, hasta que el caso se presente
ante mí. Y no debes sentarte en la asamblea judicial hambriento”.
(“Al Uasail”, tomo XVIII, pág. 155)
2.- Del Imam ‘Ali (P), de lo que escribió a ‘Abdullah ibn ‘Abbas, go-
bernador de Basora:
“A continuación te informaré sobre el pueblo. Algunos de ellos se
afincaron por la esperanza de algo anhelado, otros por el miedo de
un castigo atemorizador. Entonces debes atraer a quienes tienen
esperanza con tu justicia y practicando la bondad hacia ellos, y
desata el nudo del miedo del corazón del atemorizado”.
(“Mustadracum Nahy”, pág. 133)
3.- Del Imam ‘Ali (P), de sus consejos a Malik al-Ashtar:
“No debes excusarte de atender las cuestiones menores debido al em-
prendimiento de las más importantes, pues hay quienes se benefician
de pequeños favores aunque la cuidadosa atención a las cuestiones
mayores es también importante, y la gente aprovecha de ellas”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.006)
4.- Del Imam ‘Ali (P), de esos mismos consejos:
“Debes saber que quienes diriges se dividen en distintas clases, las
cuales no se corrigen sino unas con las otras y ninguna de ellas es
autosuficiente. Primero están los soldados de Dios, segundo los es-
cribanos particulares o generales, en tercer lugar los jueces justos,
en cuarto lugar los funcionarios justos y benévolos, en quinto lugar
los contribuyentes de los cuales se reciben tributos ya sean musulma-
nes o no musulmanes, en sexto lugar los comerciantes industriales,
finalmente se encuentra la clase baja, los necesitados y menesterosos.
Para cada uno de ellos Dios definió la proporción de sus derechos
y los límites de sus deberes, ya sea en Su Libro o en la Tradición de
Su Profeta (PBd), y es un pacto que debemos guardar. En la religión
de Dios hay lugar para todo. Cada una de ellas tiene un derecho
sobre el gobernador, en la medida de su mérito. El gobernador no
puede salirse de la realidad de aquello que Dios le encomendó, sal-
vo buscando e implorando la ayuda de Dios, preparando su alma
para aferrarse a la verdad y estando dispuesto a ella, sea pesada
o liviana”.
(“Nahyul Balagha”, pág. 1.002-1.004)
5.- Del Imam Baqir (P):
“Cuando le hizo el baño mortuorio a su padre ‘Ali ibn al-Husein (P),
observaron (quienes lo acompañaban) sus lugares de prosternación
en sus rodillas y el empeine de sus pies una marca como si fuera
la rodilla de un camello. Vieron además que su hombro tenía algo
semejante a esto, y le dijeron a Muhammad (el Imam Baqir): ‘¡Oh,
hijo del Mensajero de Dios! sabemos que esto es por la abundancia
de oraciones y el prolongamiento de su prosternación, pero ¿qué es
esto que vemos en su hombro?’. Contestó: ‘Sepan que si él estuviera
vivo, no les habría contestado nada; él (P) no pasaba un solo día
sin alimentar a uno o más de los necesitados, en la medida de sus
posibilidades. Por las noches miraba lo que quedaba del sustento
de su familia de ese mismo día y lo colocaba en un saco de cuero.
Cuando la gente reposaba, lo ponía sobre su hombro y marchaba
por la ciudad con el propósito de encontrar a quienes necesitaban
pero tenían vergüenza de pedir. Lo repartía entre ellos de tal forma
que no sabían de quién provenía esto. Y nadie de su familia estaba
enterado de esto excepto yo. Era el único que sabía al respecto.
Su intención con esto era otorgar la limosna con su propia mano y
hacerlo secretamente. Y decía: La caridad secreta apaga la Ira de
Dios’”.
(“Da’aimul Islam”, tomo I, pág. 245)
6.- Del Imam Kazim (P):
“Abul Hasan Musa (el Imam Kazim -P-) era el más devoto de la
gente de su época, el más instruido de ellos, más generoso y más
noble que cualquiera de ellos. Se cuenta que él (P) oraba las supe-
rerogatorias de la noche y las conectaba con la oración del alba.
Luego continuaba hasta la salida del sol. Caía prosternado y no se
levantaba de la súplica y la alabanza hasta aproximadamente el
mediodía. Rogaba mucho diciendo: ‘¡Oh, Dios! Te pido el reposo
ante la muerte y la dispensa ante la cuenta’. Repetía mucho esto y
también era parte de su súplica: ‘Es enorme el pecado de tu siervo,
pero es bella la dispensa de Tu parte’. Y lloraba por temor a Dios al
punto que su barba se mojaba con sus lágrimas. Se conducía como un
buen pariente, el de mejor conducta con su familia y sus allegados.
Por las noches visitaba a los pobres de Medina y cargaba para ellos
una bolsa conteniendo dinero en efectivo, harina y dátiles. Ellos lo
recibían pero sin saber de quién provenía eso”.
(“Al lrshad”, pág. 277)
Una mirada hacia la sección
Sección Primera.................................................................8
El conocimiento y su nobleza..............................................8
Introducción................................................................................. 9
Capitulo I.................................................................................... 22
La importancia del conocimiento............................................. 22
Capitulo II................................................................................... 29
La Búsqueda del Conocimiento............................................... 29
Capitulo III.................................................................................. 32
El intelecto y su activación....................................................... 32
Capitulo IV.................................................................................. 38
Hacia la reflexión....................................................................... 38
Capitulo V................................................................................... 43
La orientación hacia la amonestación de uno mismo............ 43
Capitulo VI.................................................................................. 45
La ignorancia y la necedad....................................................... 45
Capitulo VII................................................................................. 49
El entendimiento y la capacitación de la religión................... 49
Capitulo VIII................................................................................ 51
La necesidad de la divulgación de la ciencia.......................... 51
Capitulo IX.................................................................................. 56
Las concepciones y creencias beneficiosas.......................... 56
Capitulo X................................................................................... 60
La negación de los aspectos negativos de la ciencia............ 60
Capitulo XI.................................................................................. 63
El hombre y los límites de sus conocimientos....................... 63