Analisis Critico Modelo Andragogico

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MODELO ANDRAGOGICO

ANÁLISIS CRÍTICO

Cuando se habla de la práctica educativa del adulto, y en particular de su


aprendizaje, se debe tener claro que se trata de un proceso de orientación versus
aprendizaje en lugar de enseñanza versus aprendizaje; en él, los participantes
interactúan en relación con aquello que se aspira aprender, en consecuencia,
facilitadores y participantes requieren poseer características comunes de
autenticidad, motivación, autocrítica, empatía, igualdad, interacción, ética y respeto
mutuo.

El adulto no llega “en cero” a un escenario de aprendizaje. En especial, si hacemos


referencia a contextos de formación afines con su trabajo, trae consigo la
experiencia laboral, también la de su vida personal y un trayecto por la educación
formal. Los aprendizajes son distintos a lo largo de las etapas de sus vidas, ya que
ellos también sufren cambios.

En la etapa adulta, la participación en experiencias de formación acompaña a un


conjunto de proyectos personales y familiares, su ubicación en el mundo laboral y
un recorrido en la formación (en el sistema educativo formal o no formal). Como
todo sujeto de aprendizaje, la edad y las características de la etapa en la cual se
encuentra inciden en el interés que desarrolle por determinado aprendizaje, las
posibilidades y limitaciones, los recursos de los cuales dispone, los ritmos y estilos.

Es por ello, que podemos decir que el adulto en rol de alumno es alguien que trae
consigo sus conocimientos y de sus experiencias anteriores.

En general, en los adultos los intereses dependen de las características de esta


etapa vital, de las situaciones personales y sociales, de los requerimientos del
ámbito laboral, de las características individuales y del contexto sociocultural en el
cual se encuentra. Algunas motivaciones personales por las cuales los adultos se
acercan a las propuestas de formación se pueden centrar en: Mejorar su condición,
satisfacer su curiosidad, desempeñar mejor su trabajo, enriquecimiento personal
(resolución de problemas personales, sociales o familiares), clarificar sus relaciones
interpersonales, entre otras.
Los psicólogos precisan conceptualmente que la motivación es la necesidad o el
deseo que activa y además dirige nuestro comportamiento. Es indudable que para
alcanzar una meta, las personas deben tener suficiente activación y energía, un
objetivo claro y la capacidad y disposición de emplear su energía durante un período
de tiempo lo suficientemente largo para poder alcanzar su meta.

Existen diversas conceptualizaciones, teorías y clasificaciones para la motivación,


por ahora se tendrán en cuenta los dos tipos de motivación existentes que pueden
influir en la motivación para el logro: La motivación intrínseca y la extrínseca.

Motivación intrínseca: Se refiere al deseo de ejecutar una conducta y de ser efectivo


por propio interés.

Motivación extrínseca: Es el deseo de ejecutar una conducta a causa de las


recompensas prometidas o el temor al castigo.

El adulto que aprende, es capaz de crear ambientes educativos propicios para el


aprendizaje, y en la actualidad, gracias al empleo de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación es posible generar procesos de enseñanza versus
aprendizaje que favorezcan el desarrollo integral del ser humano. Esta es la razón
por la que Lindeman (1989) habla de las claves del aprendizaje en los adultos como:
El adulto se motiva a aprender cuando tiene necesidades, La orientación para
aprender se centra en la vida, Tiene necesidad de autodirigirse profundamente y,
Las diferencias individuales se incrementan con la edad.

El aprendizaje en el estudiante adulto consiste en procesar información variada;


para esto, la organiza, la clasifica y luego realiza generalizaciones de manera
efectiva; es decir, aprende por comprensión, lo cual significa que primero entiende
y después memoriza; en consecuencia, el adulto aprende en forma opuesta al
proceso correspondiente en los niños y adolescentes.

La Andragogía está basada en tres principios: la participación donde el estudiante


participante puede tomar decisiones en conjunto con otros estudiantes participantes
y actuar con estos en la ejecución de un trabajo o de una tarea asignada;
horizontalidad se revela cuando el facilitador y el estudiante tienen características
cualitativas similares (adultez y experiencia), y la flexibilidad donde los adultos, al
poseer una carga educativa y formativa, llena de experiencias previas y cargas
familiares o económicas, necesiten lapsos de aprendizaje acordes con sus aptitudes
y destrezas.

APRENDER A APRENDER

Aprender a aprender supone disponer de habilidades para iniciarse en el


aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz
y autónoma de acuerdo a los propios objetivos y necesidades.

Para aprender a aprender se deben poner todos los sentidos en la actividad a


realizar, es decir, se trata de un proceso que involucra mente y cuerpo, integrando
así todos los sentidos. De esta manera se asegura que el aprendizaje será adquirido
y traducido en un cambio real en la persona que lo realiza. Una buena forma de
integrar todos nuestros sentidos en el proceso de aprendizaje es “aprender
haciendo”.

Finalmente, es importante resaltar que al parecer los factores motivacionales como


expectativas, valor que se le da a la tarea, afecto, entre otros, ejercen una mayor
influencia en la implicación cognitiva del estudiante en el aprendizaje y por lo tanto,
en el rendimiento académico frente a los factores cognitivos como conocimientos
previos, estrategias de aprendizaje y estilos de aprendizaje.

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