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Silbido de ultratumba (la leyenda del silbón)

Autor: Albert Montiel

Editor: albanis Montiel

Editorial: autores y editores

Año de edición:2019

Año de publicación:2019

Saga: terror en Venezuela

Titulo original: silbido de ultratumba


Una leyenda es un relato de una historia que se
cuenta en una región, pero en Venezuela hay mas
de una y entre ellas la muy conocida como la
sayona la cual se confunde con la llorona pero lo
que es la más famosa de Venezuela es la leyenda
del silbón un hombre alto que mato a su padre
porque abuso de su mujer y lo hemos visto en
una película que estreno en 2019 llamado el
silbón orígenes y en este libro de la saga terror
en Venezuela vamos a contarles un poco más
sobre esta leyenda.

El silbón era un hombre que tenía una mujer


pero nunca soporto que su padre abusara de ella
por lo que lo mato le comió las viseras.
El Silbón es un personaje legendario de
Venezuela, especialmente de los llanos
descritos como un alma en pena. La leyenda del
Silbón surgió a mediados del siglo XIX.

Según la leyenda, consiste en el fantasma de un


joven que asesinó a su padre y lo destripó por
haber asesinado a su esposa diciendo que era
una "mujerzuela" y que se lo había buscado.
Tras este hecho, su abuelo mandó atar al joven
a un poste en el medio del campo, a destruirle la
espalda a latigazos, que sus heridas fueran
lavadas con aguardiente, y a liberarlo junto a
dos perros hambrientos y rabiosos. Antes de
liberarlo su abuelo lo maldijo y condenó a portar
los huesos de su padre por toda la eternidad.
Tiene un silbido característico que se asemeja a
las notas musicales do, re, mi, fa, sol, la, si, en
ese mismo orden, subiendo el tono hasta fa y
luego bajando hasta la nota sí. Se dice que
cuando su silbido se escucha muy cerca no hay
peligro, ya que el Silbón está lejos, pero si se
escucha de lejos significa que está muy cerca.
También se dice que escuchar su silbido es
presagio de la propia muerte. Puede estar en
cualquier sitio en cualquier hora.

Tal parece que si se siente el silbido de lejos lo


único que puede salvar a la persona es el
ladrido de un perro, ya que es lo único que le
aterra, un ají un látigo. El alma suele vengarse
de los hombres mujeriegos.

Muchos habitantes de Los Llanos cuentan


haberlo visto sobre todo en verano, época en
que la sabana venezolana arde bajo el rigor de
la sequía y el Silbón se sienta en los troncos de
los árboles y recoge polvo en sus manos. Pero
es principalmente en los tiempos de humedad y
lluvia cuando el espectro vaga hambriento de
muerte y ávido por castigar a borrachos,
mujeriegos y de vez en cuando a una víctima
inocente. Cuentan que les succiona el ombligo a
los borrachos cuando los encuentra solos en el
llano para beber el aguardiente que ellos
ingirieron, y que a los mujeriegos los
despedaza, les quita los huesos y los mete al
saco donde guarda los restos de su padre.

Dicen que luce como un gigante alargado de


seis metros que camina moviéndose entre las
copas de los árboles mientras emite su
escalofriante silbido y hace crujir, dentro de su
viejo y harapiento saco, los pálidos huesos de
su desafortunado padre o, algunos afirman de
sus múltiples víctimas. Otras dicen que se
presenta como la sombra de un hombre alto,
flaco y con sombrero, sobre todo a los
borrachos.
Cuentan que el Silbón puede aparecerse cerca
de una casa ciertas noches, dejando en el suelo
el saco y poniéndose a contar los huesos uno a
uno. Si dos o más personas lo escuchan, no
pasará nada, pero si solo una persona lo
escucha, al amanecer ese miembro de la familia
morirá.

Otras historias cuentan que El Silbón es la


historia de un jovencito mimado, el cual era
consentido por sus padres sin mayor
conocimiento de la palabra respeto, tanto así
que un día se le antojo comer “asadura”, lo que
es igual a hígado, corazón y bofe, razón por la
que el padre decide tomar su escopeta saliendo
de casa en plan de cacería. El hijo cansado de
tanto esperar a quien para altas horas de la
noche aun no llegaba, va en busca de su padre
escopeta en mano, tras caminar por el llano lo
logra al fin divisar pero ¿Cuál sería su sorpresa?
Que su padre no había logra complacer su
antojo, razón por la que decide sin más remedio
matar a su progenitor para de esta forma
sacarle las viseras y llevárselas a su madre para
ser cocinadas, no sin antes meter los huesos
del cadáver un pequeño saco.

La señora intento preparar las viseras a su hijo,


pero al cuestionar la tardanza de su esposo y lo
extraño de las “asaduras”, empieza a interrogar
al muchacho, quien confiesa su pecado, siendo
maldecido “para´ toda´ la vida”, intentando huir
del lugar es perseguido por su hermano Juan
quien le sonó una tapara de ají y le “echo” a un
perro de nombre “Tureco”, animal que lo
acompaña hasta el fin de los tiempos
mordiéndole los talones.
También existe otra versión, siendo la anterior la
más popular, sin embargo en esta un tanto
diferente pero con final similar se narra la
historia de un muchacho enfurecido por la
traición de su padre, personaje que mato a su
yerna, por lo cual el hijo en un ataque de furia
termina matando a su padre en venganza por tal
ingratitud. Al conocer el hecho, el abuelo mandó
a enlazar al joven a un poste de madera en
medio del llano para posteriormente destruirle la
espalda a latigazos lavando sus heridas con
agua hirviendo y liberarlos junto a dos perros
rabiosos y hambrientos pero antes de todo ello
lo maldijo y lo condeno a cargar los huesos de
su padre por el resto de la eternidad.
El silbón habita en Los Llanos venezolanos,
vagando en verano por sus tierras, recogiendo
polvo en sus manos y metiéndola en su saco,
en invierno cual alma errante vaga con sed de
muerte, agregado al inmenso placer que le
causa castigar a borrachos, vagabundos y
mujeriegos, incluyendo a una que otra víctima
inocente en su larga lista. Cuentas los llaneros
que a los borrachos les succiona el ombligo
tomando todo el licor que alberga su cuerpo,
mientras que a los mujeriegos los descuartiza,
tomando sus huesos para ser metidos al
respectivo saco que lleva a la espalda. También
se dice que El Silbón suele aparecer en las
casas sentándose a contar los huesos, si más
de una persona lo escucha silbar no pasará
nada pero si no es escuchado de seguro uno de
los habitantes de la casa no volverá a despertar.
Su silbido es característico, quienes han tenido
la oportunidad de verlo o escucharlo dicen que
cuando se percibe cerca es porque no hay
peligro pero han de tener precaución aquel que
lo escuche lejos porque de seguro el silbar está
más cerca de lo cree y con ello es innegable la
muerte, para la protección del perseguido
recomiendan el uso de ají o el ladrido de un
perro, pues nada lo espanta más que recordar
su pasado.

Canción al silbón de los llanos

Su nombre
Hace temblar

Al mas pintado

De la llanura

[II:]

Y así...

Atormenta la calma

En las oscuras

Noches de lluvia
[C:]

En los días de mayo

En el llano aparece una horrible

visión En los días de mayo

En el llano aparece el terrible silbón

[III:]

Persigue
Y aterroriza

Por los caminos

De la sabana

[IV:]

Quiere

Gente inocente

Para de tajo

Arrancarles el alma
[Repita C]

[V:]

Y nos cuenta la leyenda Que

el silbón mato a su padre

Para devorárselo

Y que maldito por la madre

Fue condenado
eternamente Ha sufrir, a

vagar, apenar...

[VI:]

Lleva

Sobre su espalda

Como penitencia

Los huesos del viejo

[VII:]

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