Recurso de Queja
Recurso de Queja
Recurso de Queja
VISTO:
PRIMERO: Que don Juan Carlos Esguep, apoderado de la
parte requirente en causa de protección RIT P-652-2016,
caratulados “RODRÍGUEZ-ARAYA”, del Juzgado de Familia de
Punta Arenas, interpone recurso de queja en contra de la
magistrada suplente del Juzgado de Familia de esta ciudad
doña Connie Fuentealba Oyarzún, por las faltas y abusos
cometidos en resoluciones dictadas en audiencia celebrada con
fecha catorce de febrero del año en curso.
SEGUNDO: Que, en cuanto a los abusos cometidos por la
juez recurrida, el recurrente señala, que en la audiencia
preparatoria su parte ha presentado cinco testigos, los
cuales serían vitales para probar la vulneración de derechos
que denuncia, sin embargo, la juez limitó la declaración a
sólo 2 testigos, sin que exista ley alguna que permita
limitar el número de testigos y fundando la magistrada su
resolución en un acuerdo del Comité de Jueces del Juzgado de
Familia de Punta Arenas, acuerdo que no puede pasar por
encima de la ley. Sobre este punto agrega que la ley 19.968,
no regula cuantos testigos pueden declarar y, en su silencio,
se aplica el Código de Procedimiento Civil, de tal suerte,
que no se ajusta a derecho la imposición arbitraria y parcial
de que sólo dos testigos puedan declarar, lo que constituye
un abuso que entorpece y obstruye la correcta acción de la
justicia y el debido proceso.
Luego, sostiene que dentro de los testigos ofrecidos se
encontraba la sicóloga que trató al menor de autos,
ofreciéndola en calidad de testigo y de perito, sin embargo,
al existir oposición a que fuese a declarar como perito por
razones de forma, su parte se allanó a ello, pero insistió en
llevarla como testigo. Indica que a pesar de lo anterior, la
jueza resolvió no aceptar la declaración de la sicóloga
ofrecida, ni aún en calidad de testigo, sin tomar en
consideración lo señalado por su parte, y por ser a su juicio
improcedente y por no cumplir los requisitos dispuestos en el
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artículo 31 y 46 de la Ley 19968, cometiendo así una nueva
arbitrariedad en la causa.
Sostiene que en la misma audiencia, la juez se negó a
recibir una prueba audiovisual ofrecida por su parte, la que
constituye la más clara e irrefutable prueba de la
vulneración de derechos de los niños, toda vez que en dicha
fotografía se puede observar al padre viendo una película
pornográfica en presencia de su hijo de 10 años. Consigna
que, aun contando con la opinión favorable de la curadora ad
litem, en orden a que se exhibiese dicha prueba la jueza, en
una decisión abusiva, parcial y arbitraria le impide a su
parte probar los hechos que motivan la protección invocada.
Indica también que su parte, aceptando la solicitud de
los jueces de las audiencias anteriores, en orden a buscar
una solución colaborativa, propuso un avenimiento, el cual
fue rotundamente rechazado por no cumplir los requisitos
formales y por la etapa en que se encuentra la tramitación de
la causa.
Refiere el recurrente que las citadas resoluciones
constituyen un abuso en contra de su defendida a quien,
además, se le trató de forma amenazante y poco deferente
cuando quiso respetuosamente solicitar autorización para
hablar.
A continuación, expresa que también constituye abuso de
la jueza recurrida, lo que representa un grave y notorio
error de su parte, el no haber considerado que su parte
solicitó en el mes de diciembre de 2016, una medida de
protección por vulneración de derechos a los niños Dominga
de 5 años y Vicente de 10 años de edad haciendo caso omiso de
ello.
Indica que la apreciación errónea del proceso por parte
de la jueza recurrida, la hizo cometer un abuso grave contra
sus representados, al dejarlos por una parte desprotegidos
con la medida cautelar decretada a favor de don Cristian
Rodríguez y en la indefensión para probar las inconductas de
este último impidiendo la declaración de sus testigos y de la
prueba audiovisual apoyada por la curadora ad litem, siendo
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tan kafkiano el proceso, que se llega al absurdo de que se
protege al padre que vulneró los derechos de su hijo y, a
éstos, no les da protección alguna, impidiéndoseles, además,
probar por qué piden su protección.
En concreto, solicita se deje sin efecto la resolución
recurrida y se dicte una que acepte la declaración de los
testigos y la prueba audiovisual ofrecida, a fin de que se
proceda de acuerdo al debido proceso y se impongan las
sanciones que se consideren adecuadas a la magistrada
recurrida.
TERCERO: Que, evacuando el informe solicitado la
magistrada Connie Fuentealba, señala ser efectivo que en su
calidad de Jueza Suplente dirigió la audiencia de preparación
de juicio en la causa sobre vulneración de derechos, la cual
fue dirigida de conformidad a las normas dispuestas al efecto
por la Ley 19.968.
Señala que el abogado de la madre de los menores desde
un comienzo demostró poco conocimiento de la Ley 19.968 y de
los principios que la inspiran, a modo de ejemplo señala que
el recurrente indicó en la audiencia que quería llegar a "un
avenimiento", en circunstancias que la institución a la que
debiera referirse es el de "SOLUCION COLABORATIVA".
Luego, dice, que se realizó el debate de la
admisibilidad de las pruebas que ofrece el abogado Esguep, la
que fue objetada por la contraria de acuerdo a la normativa
vigente y que analizada por su parte la rechazó por
impertinente. En lo que dice relación a una foto o video que
se habría obtenido por el hijo mayor, y que habría dado
origen a la presente causa, ella se desestimó por haber sido
obtenida con vulneración de derechos constitucionales.
Sustenta luego, que el artículo 67 de la Ley de Familia,
indica cómo y cuándo se interponen los recursos de apelación
en relación a los incidentes, no siendo función de un Juez de
la República señalar a los abogados cuándo o cómo deben
interponer sus apelaciones para un tribunal de alzada. Agrega
que los fundamentos del recurso evidencian que el recurrente
interpone el recurso de queja, disfrazando un recurso de
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apelación, ya que no hizo uso del mismo dentro de plazo
legal, utilizando este medio procesal para obtener que se
rinda las pruebas que fueron declaradas inadmisibles.
Refiere que, dadas las gesticulaciones realizadas por la
madre de los niños, se hizo necesario leer a las partes lo
establecido en el artículo 26 bis de la Ley 19.968,
justamente para evitar erradas apreciaciones de los
intervinientes, como lamentablemente el recurrente hace uso a
través del presente recurso.
Puntualiza la magistrada que no ha realizado abuso de
ninguna índole, y mucho menos se ha violentado el Principio
del Debido Proceso.
En cuanto a la alegación del recurrente sobre la
cantidad de testigos, indica que si bien, la Ley de Familia
no establece el número de testigos que deben declarar, es
facultad suya como jueza y también del Comité de Jueces,
establecer la cantidad de testigos, en relación a las
materias, a las situaciones y conflictos familiares que se
ventilan en un Tribunal de Familia, pudiendo los
intervinientes analizar qué testigo es más apto en el litigio
en cuestión, lo que su parte trata con criterio caso a caso.
En relación a la alegación del recurrente, que no
corresponde aplicar una Medida Cautelar, respecto de la
relación directa y regular entre la hija y el padre, señala
que nuevamente se evidencia el desconocimiento del recurrente
en esta materia, ya que en este caso se trató de la Revisión
de la Medida Cautelar que ya se había dado lugar para ser
llevado a cabo en las dependencias del tribunal, con la
salvedad que ahora se decretaba en la forma como el
recurrente ofrecía en su "avenimiento". En todo caso, lo
resuelto se dicta después del debate correspondiente con
todos los intervinientes en dicha audiencia.
Refiere la recurrida que resulta contradictorio lo
alegado por el recurrente, ya que lo que se decretó (la
relación directa y regular provisoria de la niña de autos con
el padre) es lo mismo que ofrecía el abogado Esguep en su
"avenimiento", que incluso la realizaría la abuela paterna y
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en el domicilio de ésta.
Por último, indica que los niños de autos no se
encuentran en la indefensión como el recurrente quiere hacer
ver, ya que además de él actuando por la madre, está el
Curador Ad-litem, que representa a los menores de autos, el
que recayó en la Fundación PRJ tus Derechos.
CUARTO: Que el recurso de queja está regulado en el
Título XVI del Código Orgánico de Tribunales, que trata "De
la jurisdicción disciplinaria y de la inspección y vigilancia
de los servicios judiciales", texto que en su párrafo primero
lleva el epígrafe de "Las facultades disciplinarias". De
conformidad con lo dispuesto en el artículo 545 del cuerpo
legal citado, este medio de impugnación tiene por exclusiva
finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en
sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga
imposible su continuación o en sentencia definitiva, que no
sea susceptible de recurso alguno, ordinario o
extraordinario. Se exceptúan las sentencias definitivas de
primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores.
QUINTO: Que, el recurrente en la parte petitoria de su
escrito solicita que este tribunal acceda a que puedan
declarar los testigos ofrecidos por su parte, y se acepte la
exhibición de la prueba audiovisual ofrecida en la que consta
claramente la vulneración de derechos de Vicente Rodríguez
Araya y que se impongan las sanciones que se consideren
adecuadas a los abusos cometidos.
SEXTO; Que las peticiones formuladas por la recurrente
en audiencia preparatoria, se zanjó por medio de una
sentencia interlocutoria de primer grado, por constituir la
cuestión planteada un incidente de aquellos que deben
resolverse en la misma audiencia.
SÉPTIMO: Que así las cosas, lo resuelto por la jueza
recurrida es una sentencia interlocutoria de primer grado,
que no puede ser atacada por medio del presente recurso de
queja, ya que la citada resolución no es de aquellas que
enumera el artículo 545 del Código Orgánico de Tribunales; si
se emitiera pronunciamiento al respecto se vulnerarían
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normas de procedimiento de derecho estricto, claramente
atentatorias al orden público.
OCTAVO: Que no obstante lo anterior, estos
sentenciadores entrarán a conocer el fondo de la cuestión
debatida, con el objeto de velar por la correcta
substanciación de la causa que nos ocupa, la que debe
ajustarse al principio jurídico procesal del debido proceso,
según el cual toda persona tiene derecho a ciertas garantías
mínimas, tendientes a asegurar un resultado justo y
equitativo dentro del proceso, a permitirle tener oportunidad
de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legítimas frente
al juez.
NOVENO: Que la discusión se centra en establecer si lo
resuelto por la jueza, de excluir determinados testigos y una
prueba audiovisual se ajusta a las normas procesales que
regulan esta materia.
DÉCIMO: Que al efecto se debe tener presente, que las
pruebas que se rinden en los procedimiento substanciados ante
los Juzgados de Familia, atendida la naturaleza de las
materias sometidas a conocimiento y fallo, nuestra
legislación establece modificaciones a las normas contenidas
en los Títulos IX, X y XI del Libro segundo al juicio
ordinario del Código de Procedimiento Civil, distinguiéndose
las siguientes: a) se establece libertad probatoria; b) se
faculta al juez para restringir pruebas, excluyendo las que a
su juicio parezcan innecesarias; c) se faculta a las partes
para que, por medio de convenciones probatorias se eximan de
probar ciertos hechos; d) la prueba ahora debe ser rendida en
presencia del tribunal; y e) se suprimen las tachas, por lo
que todos los testigos son hábiles.
Que también se debe consignar que los procedimientos a
los que se someten los Juzgados de familia se deben orientar
a ciertos principios tales como darle mayor celeridad y
eficacia a la justicia de familia y el interés superior del
niño.
UNDÉCIMO: Que acorde con lo que se ha dicho, el artículo
31 de la Ley 19.968 expresamente señala: “Exclusión de
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prueba. El juez de familia, luego de estudiar la
admisibilidad de las pruebas ofrecidas, de resolver las
convenciones probatorias y de escuchar a las partes que
hubieren comparecido a la audiencia preparatoria, ordenará
fundadamente que se excluyan de ser rendidas en el juicio
aquellas que fueren manifiestamente impertinentes, tuvieren
por objeto acreditar hechos públicos y notorios, resulten
sobreabundantes o hayan sido obtenidas con infracción de
garantías fundamentales. Las demás serán admitidas y se
ordenará su rendición en la audiencia de juicio respectiva”.
DUODÉCIMO: Que es útil recordar que la juez recurrida,
aceptó como prueba testimonial de la reclamante solo dos
testigos en lugar de los cinco que ofrecía al efecto, en
razón de lo ordenado por el Comité Jueces del Tribunal. El
video ofrecido como medio probatorio la magistrado no lo
acepta en virtud del artículo 19 N° 5 de nuestra Carta
Fundamental por haberse obtenido vulnerando la garantía
constitucional de la inviolabilidad del hogar.
DÉCIMO TERCERO: Que para un mejor acierto del fallo se
decretó como medida para mejor resolver que se oficiara al
Juzgado de Familia de Punta Arenas, con el objeto que informe
si existe un acuerdo del Comité de Jueces o del Tribunal,
acerca del número de testigo que se aceptan como medio de
prueba en los procedimientos que se Sustancian en ese Juzgado
o si se han dado algunas instrucciones al respecto. Además
que se informe si existen protocolos sobre las facultades del
Juzgado de Familia que le otorga el Artículo 31 de la Ley
N°19.968.
DÉCIMO CUARTO: Que dando cumplimiento a lo solicitado
por este tribunal, doña Marcela Vergara Rubilar, doña
Katherinne González Butcher y don Oscar Pérez Oyarce, jueces
en funciones del Tribunal de Familia, informan lo siguiente:
“No existe un Acuerdo de Comité de Jueces o del
tribunal, acerca del número de testigos que se aceptan como
medio de prueba. Respecto a la existencia de protocolos sobre
las facultades del Juzgado de Familia que otorga el artículo
31 de la ley 19.968, que se refiere a la exclusión de prueba,
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que ordena al juez de familia, luego de estudiar la
admisibilidad de las pruebas ofrecidas, de resolver las
convenciones probatorias y de escuchar a las partes que
hubieren comparecido a la audiencia preparatoria, excluir
aquella prueba que fuere manifiestamente impertinente,
tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios,
resulten sobreabundante o hayan sido obtenidas con infracción
de garantías fundamentales, no existe un protocolo
establecido, siendo facultad de cada juez, su estudio y
exclusión; ahora bien, teniendo presente las constantes
exigencias de sus superiores de dar celeridad y terminar los
juicios en tiempos acotados, esos jueces, en caso de prueba
testimonial, generalmente aceptan la lista de testigos, que
en algunos casos han sido superior a diez, pero aceptan la
declaración de solo dos o tres testigos de dicha lista, a
elección de éstos, sostienen los informantes que, en atención
a que el procedimiento de familia no es de prueba tasada y
que claramente la experiencia demuestra que en causas como
son los juicios de alimentos, poco o nada aportan los
testigos, o en causas proteccionales, en que la prueba más
relevante es la prueba pericial y la audiencia reservada de
los niños, niñas y adolescentes, que los tiempos programados
para cada audiencia son de media hora y una hora para
juicios, en atención al estricto cumplimiento de los plazos
que se deben cumplir para agendar la primera audiencia
preparatoria, para causas proteccionales cinco días y
violencia intrafamiliar diez días, por lo que, de aceptarse
las interminables listas de testigos, se dilatarían en
demasía los juicios, siendo claramente sobreabundante dicha
prueba, siendo facultad del juez de familia su exclusión.
Consideran los jueces que de esa forma han cumplido
estrictamente con la norma legal, que los obliga a depurar la
prueba para así dar pronto término a los juicios, en especial
los de Protección, conforme lo establece el artículo 13 de la
ley 19.968.
DÉCIMO QUINTO: Así las cosas, es menester indicar que,
no obstante, la resolución referida al mérito y procedencia
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del recurso deducido, es necesario dejar claramente
establecido que la exclusión de prueba en materia de familia
debe cumplir con determinadas exigencias que se deben
precisar en cada caso no siendo adecuado fijar a priori y en
abstracto situaciones de exclusión. La celeridad o los fines
del proceso deben ser conciliados con el principio de
libertad de prueba consagrado en el artículo 28 de la ley
19.968 y efectuando un adecuado proceso de hermenéutica y por
aplicación del artículo 27, de la ley citada, que establece
una norma de reenvío que consagra la supletoriedad respecto
del código de procedimiento civil, la única limitación sería
la establecida en el artículo 372 del citado código que
establece en su inciso primero “serán admitidos a declarar
solamente hasta seis testigos, por cada parte, sobre cada
uno de los hechos que deba acreditarse.”; por otra parte en
cuanto a la exclusión de prueba consistente en una grabación
de video, no se aprecia de que manera se ha producido una
conculcación a la garantía de inviolabilidad del hogar la que
se refiere fundamentalmente al ingreso, registro o
allanamiento del hogar o los espacios reservados para el
trabajo o uso privado de los individuos por parte de
terceros, circunstancia que no acontece en el caso de autos,
toda vez que el espacio físico donde se efectuó la grabación,
de acuerdo a los antecedentes, correspondía al hogar,
vivienda o espacio físico que ocupa la familia que hoy se
enfrenta judicialmente, razón por la cual el fundamento de la
exclusión no encuentra su justificación en la garantía
conculcada, afectando de esta forma el principio de libertad
de prueba, al respecto es necesario recordar que el concepto
de prueba ilícita es una institución que se desarrolla
jurisprudencialmente por la Supreme Court de los Estados
Unidos a fin de evitar extralimitaciones por agentes
estatales en el desempeño de la persecución criminal,
extendiéndose a otros procesos, pero conservando el sentido
de gravedad y relevancia que se debe atribuir a una situación
en los hechos para fundar la exclusión de una prueba,
especialmente determinándose de manera clara, evidente,
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palmaria la transgresión o conculcación de la garantía
constitucional o fundamental de que se trata.
Con lo expuesto, disposiciones legales citadas y lo
dispuesto en los N°s 3 y 5 del artículo 19 de la Constitución
Política de la República, inciso final del artículo 84 del
Código de Procedimiento Civil, artículo 549 del Código
Orgánico de Tribunales, Auto Acordado de la Excelentísima
Corte Suprema sobre Tramitación y fallo del Recurso de Queja,
se RECHAZA el recurso de queja deducido en contra de doña
Connie Fuentealba, en calidad de Jueza suplente del Juzgado
de familia de Punta Arenas.
Sin perjuicio de los resuelto, se ordena que la
recepción de la prueba testimonial se extienda al máximo que
permite la ley de conformidad a lo razonado en el
considerando décimo quinto, en la causa seguida ante el
tribunal a quo y se deja sin efecto la resolución que excluyó
la prueba consistente en la exhibición de un video efectuada
en el hogar de las partes, sin perjuicio que se abra debate o
se genere un nuevo incidente respecto de la exclusión el cual
debe ser resuelto fundadamente.
Se previene que el Ministro Señor Stenger no comparte la
decisión relacionada con la exclusión de la prueba a que hace
referencia el décimo quinto considerando en atención a que,
de acuerdo a los principios en que se sostienen los
procedimientos de juicios de familia, las normas legales que
regulan estos procedimientos, las instrucciones que se han
impartido a los jueces de familia en orden a dar celeridad y
terminar los juicios en tiempos acotados y las facultades que
se han conferido a los jueces de familia en el artículo 31 de
la Ley 19.968, no se vislumbra una falta o abuso grave de
parte de la juez recurrida al limitar a dos el número de
testigos de una lista de cinco presentada por la reclamante,
en consideración a que el Juzgado de Familia de esta ciudad,
por las razones que señalan en su informe, aceptan dos o tres
testigos de una lista de diez.
Que para este sentenciador no merece reparo la exclusión
de la prueba audiovisual por la jueza recurrida, considerando
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acertado los motivos por los que la rechaza, en resguardo de
las garantías constitucionales del artículo 19 N° 5 de
nuestra Ley Fundamental.
Que lo resuelto por la Jueza Connie Fuentealba, no
afecta el derecho de defensa del requirente, consagrado en
los principios del debido proceso, ya que al regularse en dos
el máximo de testigos que declararán en la audiencia de
juicio, no solamente atañe al requirente sino que también a
la otra parte. Además se debe considerar que la requirente
para acreditar sus pretensiones puede valerse de otros medios
probatorios, sin perjuicio de las facultades oficiosas que
tiene el tribunal para solicitar la agregación de otras
pruebas.
Déjese sin efecto la orden de no innovar.
Sin perjuicio de lo resuelto, el tribunal deberá instar
a que las partes resuelvan el conflicto principal por la vía
de la conciliación o solución colaborativa.
En lo sucesivo la jueza Connie Fuentealba Oyarzún,
deberá abstenerse de emitir juicios acerca de los
conocimientos jurídicos de los abogados litigantes.
Redacción a cargo del Ministro señor Stenger y la
prevención por su autor.
Regístrese, agréguese copia autorizada de esta
resolución en los autos caratulados “Rodríguez – Araya, RIT
P-652-2016, RUC 16-2-0513923-4.
Rol 33-2017 Familia.
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Carlos Alberto Contreras Quintana
Abogado
Fecha: 11/05/2017 14:03:39
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Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Punta Arenas integrada por Ministro Victor Stenger L., Fiscal
Judicial Fabio Gonzalo Jordan D. y Abogado Integrante Carlos Alberto Contreras Q. Punta arenas, once de
mayo de dos mil diecisiete.
En Punta arenas, a once de mayo de dos mil diecisiete, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.