INFORME Granja Insectos

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INFORME

MATERIA: TALLER DE DESARROLLO


SUSTENTABLE

Estado actual del uso de las granjas de insectos para consumo humano o animal:

Una granja de insectos es un recinto destinado a la cría, reproducción y engorde de

insectos con la finalidad de destinarlos a diversas finalidades, como harinas,

elaboración de pienso animal e, incluso alimentación humana en lo que se conoce

como “entomofagia”.
Estas granjas de insectos son lugares reducidos en contraposición con otras granjas de

animales donde se requiere de grandes extensiones de terreno y naves, mientras que

las granjas de insectos se pueden montar a partir de 100 metros cuadrados.

Alta demanda de granjas de insectos y perspectiva de crecimiento

Existe gran demanda de alimento vivo, como grillos o cucarachas, utilizados para

alimentación animal en sectores ganaderos como la acuicultura y la avicultura, además

de criadores de reptiles y animales exóticos.

El hecho de que su composición nutricional sea mayoritariamente rico en proteínas y

bajo en grasas le sitúa en el correcto balance dietético ideal.

Sin embargo, pese a que se está produciendo un incremento en la oferta de insecto

vivo con la creación de granjas de insectos, es interesante que nos enfoquemos a los

piensos para acuicultura, donde todavía queda mucho por explotar.

Aporte nutricional de los insectos.

Hemos de hacer principalmente mención a la especie de insecto.

Orthoptera, al que pertenecen los grillos, las langostas y los saltamontes: poseen un

69% de proteínas en peso seco. Coleópteros o escarabajos como el gusano de la

harina, Zophoba Morio y el gusano búfalo, ofrecen un 50% de proteínas en su fase

larvaria. Como podemos ver es un aporte nutricional muy rico en proteínas y bajo en

grasas, base de una dieta sana.

¿Por qué los insectos recomendables para alimentación humana?


La alimentación es un tema cultural. Alimentos que consumimos en nuestro país son

vistos por otros como extraños e incluso poco apetecibles.

La entomofagia o alimentación con insectos se practica en países de Asia, África,

Australia y Latinoamérica como parte de su dieta habitual.

Lo cierto es que, a pesar del rechazo inicial que puede causar para nuestra dieta

mediterránea, la entomofagia es beneficiosa para el organismo, debido al gran aporte

nutricional que suministran.

Además, en cuanto a la producción de proteínas, se ha comprobado que el insecto

produce un 20% más que, por ejemplo, la vaca.

Granjas sostenibles y económicas

Granjas de insectos respetuosas con el medio ambiente

Las granjas de insectos tienen una doble función “eco”:

Una función ecológica, pues en la crianza de insectos se reduce el efecto contaminante

que en contraposición ejerce la industria ganadera, ya que se evita la emisión de gases

con efecto invernadero. Una función económica, en dos ámbitos: económica, debido al

bajo coste de producción.

México: el país líder de la revolución insectívora

En México hay más de 300 especies comestibles. La harina de grillo se vende por kilos.

En la cultura occidental es poco habitual comer insectos, incluso algunos lo consideran

repugnante. Pero quizás no lo es en España y Francia, donde comer caracoles -que es

más bien un molusco- es reconocido culturalmente como un manjar.


En todo caso, la entomofagia - que es el consumo humano de insectos - no es una

práctica nueva: es un hábito que ha estado presente hace siglos en la dieta del ser

humano, en varias culturas, principalmente en Asia, África y en algunas partes de

América Latina. Se estima que al menos 2 millones de personas complementan su

alimentación con insectos.

Más de 1.900 especies están clasificadas para el consumo humano. Entre ellas se

encuentran gusanos, hormigas, avispas, escarabajos, saltamontes o "chapulines”,

como se les llama popularmente en México. Actualmente se realizan estudios para

conocer las propiedades nutritivas que poseen las arañas y los escorpiones,

catalogados como arácnidos.

Viscosos, pero sabrosos

La ingesta de insectos en México tampoco es una novedad, ya que se remonta a la

época precolonial. Los Gusanos de Maguey, los Escamoles (el caviar mexicano) o los

Jumiles son algunos de los insectos que enriquecen la gastronomía azteca. Además,

es el país líder en la revolución insectívora, con la mayor variedad de insectos

comestibles del mundo: más de 300 especies.


Para aquellos que rechazan el aspecto y textura de los insectos existen también

alternativas. La empresa mexicana Griyum, por ejemplo, gestiona la implementación de

criaderos de grillos, con los que produce harina. Es decir, se puede fabricar pan,

galletas, pasta, fajitas o barras energéticas.

El alimento del futuro:

Algunos ven en la entomofagia una de las soluciones para la supervivencia de la

humanidad. La Organización de las Naciones Unidas estima que para el 2030 habrá

más de 8 mil 600 millones de habitantes en el planeta. Con tantas personas que

alimentar resulta improbable que la actual industria ganadera sea capaz de cubrir tal

demanda alimenticia.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de

hecho, lo recomienda principalmente para luchar contra uno de los grandes problemas
actuales de la humanidad: la hambruna. Aunque también aconseja el consumo de

insectos debido a su contenido de proteínas, vitaminas y aminoácidos de alta calidad.

“La harina de grillo tiene múltiples beneficios a la salud, ya que su contenido de

proteína por cada 100 gramos es de 65 gramos como mínimo, tiene un 11% de fibra

dietética, y contiene los 9 aminoácidos esenciales que el ser humano necesita para

poder completar su nutrición. Además de que es mucho más digerible, hasta un 80 ó

85% más que la carne de res”.

Entre otros aspectos positivos, la producción de insectos es menos contaminante que

el ganado corriente, es decir, produce menos emisiones de metano, gases de efecto

invernadero y de estiércol. Además, pueden ser utilizados para descomponer

desechos, reducir los malos olores y facilitar el proceso de compostaje.

Mercado en crecimiento:

En enero de 2018 entró en vigor la actualización de la normativa Novel Food, que

regula la entrada de nuevos alimentos dentro de la Unión Europea. En la lista se

establecieron los insectos disponibles para su venta y consumo. Desde entonces, ya se

pueden encontrar barras energéticas a base de grillo en Francia, los Países Bajos,

Finlandia y Dinamarca. Se espera que la próxima actualización, en enero de 2019,

permita otros que países miembros entren al mercado.

“En Asia o en África hace cientos de años que se consumen insectos. En Europa está

muy asociado a la ganadería y la agricultura. Actualmente producimos insectos para

animales, sin embargo, cuando se regule en España y más países de la Unión


Europea, nosotros disponemos de los conocimientos y la tecnología para ingresar al

mercado de insectos para consumo humano”.

La tendencia trae consigo una nueva industria. El informe Edible Insects Market,

realizado por Meticulous Research, estima que “el mercado mundial de insectos

comestibles alcance los $7 mil 960 millones de dólares en 2030”. México, en tanto,

posee actualmente un mercado mundial estimado en $607,5 millones de dólares.

“Nosotros sabemos que la industria está creciendo y actualmente estamos en el

mercado de los insectos comestibles, ya que es donde compite directamente la harina

Griyum. Clocchiatti explica que el precio por un kilo de harina de grillo comestible es de

$850.00 pesos mexicanos y cuenta que ya tiene clientes en Europa y América.

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