BarreraBorja Roberto M2S2AI4

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ACTIVIDAD INTEGRADORA 4

El resumen

Roberto Barrera Borja


Grupo: M2C2G31-062
25 de julio de 2021
Escuchar con los ojos a las muertas
La misoginia y violenta ha sido el más perdurable de los regímenes feudales. La
violencia aísla, deshumaniza, frena el desarrollo civilizatorio.

El peso del patriarcado y las resignaciones aledañas igualan la violencia ejercida


sobre un género con la negación de la democracia, y desde los gobiernos y las
leyes y los criterios sociales.

El límite de las libertades femeninas y, masculinas es el monopolio ilegal de la


violencia.

agentes del Ministerio Público, policías y jueces que responsabilizan a las mujeres
de los delitos en su contra, tal y como lo hizo en el año 2000 el cardenal de
Guadalajara Juan Sandoval Íñiguez, al culpabilizar de las violaciones a las que, en
su opinión, salen a la calle con ropa provocadora y movimientos sensuales. Sólo le
faltó decir: "Si no quieren que les pase nada, salgan sin cuerpo." "En el fondo, lo
que estas tipas quieren es ser violadas"

Año con año, persisten las cifras mundiales de la violencia intrafamiliar, tampoco
los atentados contra las mujeres a las que se golpea, tortura, mutila en cuartos de
hotel, callejones y lotes baldíos.

Sin embargo, no preparó en México el terreno para la explosión homicida más


terrible que se ha conocido, la desatada en Ciudad Juárez desde 1993 contra
mujeres jóvenes.

Reparto de Huesos en el desierto

— En el período 1993-2002 se victima a cien mujeres en Ciudad Juárez con


garantía de total impunidad para los culpables. Otros doscientos asesinatos de
mujeres se aclaran.
— Los procesos judiciales tramposos se multiplican con responsables de uno o
dos asesinatos a los que se les quiere adjudicar.
— Los gobernadores de Chihuahua se muestran "ajenos al conflicto"
— Los procuradores de justicia de Chihuahua se indignan con los medios
informativos porque "deforman las noticias y no dan a conocer los avances en la
investigación"
— La fiscalía especial del fenómeno criminal se distingue por moralizar a las
muertas y desaparecidas.
— No escasean los personajes singulares como el egipcio acusado de varios
asesinatos.
— Las madres de las muertas insisten en su exigencia de justicia y los malos
tratos de las autoridades.
— Los jefes policiacos resultan socios frecuentes del narco.
— La ciudad interviene como campo de batalla donde se dirimen los pleitos entre
las organizaciones del narcotráfico.
— Las Organizaciones y los grupos feministas no cejan en sus propósitos.

Si no hay resistencia no hay castigo

El trabajo de Sergio González Rodríguez, Huesos en el desierto, es un


acercamiento al fenómeno.

Es un análisis a fondo de los vínculos entre el poder judicial y el delito, Y la


impunidad, esa garantía de no ser castigado, que es el mayor estímulo racional
del delito, en este caso, no han fracasado las administraciones panistas o priistas
nada han intentado con seriedad.
Investigaciones torpísimas, ocultamiento y destrucción de pruebas, regaños
moralistas, fabricación de culpables totales.
y quien no se conforme con la explicación oficial se atiene a las consecuencias o
se consume en la frustración.
González Rodríguez opta por la austeridad adjetival ogra que las sensaciones
indignadas y dolidas del lector eliminen el sensacionalismo. Sorprenden las
deficiencias de los policías y de las fiscalías.

El sustento de los crímenes

a) Las condiciones urbanas, la industria maquiladora se agrava por la


propiedad privada del espacio público, y por la ausencia de vigilancia.
Allí se distribuyen de antemano las escenografías del crimen.
b) La Frontera Norte los delitos ocurren en mucho menor escala que en la
ciudad de México, —la Frontera es tierra sin ley— y la mentalidad fílmica y
televisiva convierte las zonas fronterizas en emporios, Esta fantasía primaria, en sí
misma deleznable, complementa las opresiones misóginas.

c) No es posible precisar con exactitud el papel del narcotráfico y de los narcos


en el proceso influye el escasísimo valor concedido a la vida humana. Es fácil
morir de muerte violenta, y es aún más fácil matar, son muchísimos los
impregnados por las tácticas del narcotráfico.

d) Las abstracciones tienden a banalizar los delitos. Ya se sabe: las estadísticas


de la sociedad de masas tienden a disolver la magnitud de cualquier suceso. Seis
mil millones de habitantes del planeta lo minimizan todo.
Ya presente en la tradición mexicana tan idealizada y tan desdeñosa de la vida
humana, se nutre de las leyes del feudalismo aún operante, del capitalismo salvaje
y la demografía.
Siempre se requiere el acercamiento a las víctimas.
e) Los Medios sitúan los crímenes en la nota roja y no, como corresponde.
A esto se opone la denuncia constante de las ONG y de videoastas, escritores y
reporteros aislados.
f) Para González Rodríguez, la clave de la "incompetencia" es la alianza entre los
gobernantes, los inquilinos del poder judicial, las policías y los empresarios y los
terratenientes de Ciudad Juárez y El Paso, Texas.

El destino ineluctable de los narcos incluye la cárcel o la muerte luego de torturas


atroces, pero esto no los disuade porque cada uno se considera la excepción y a
cada uno lo ampara el poder de compra del conjunto.

En el caso de las muertas de Juárez, se percibe un fenómeno orgánico


y un Poder Judicial ansioso de no investigar precipita la avalancha de los serial
killers.

Al sexismo se añade el clasismo, apenas figuran en los planes electorales, se les


califica de "altamente manipulables", y si son madres solteras el clero y la derecha
las juzgan "pecaminosas".
Por eso, lo de Ciudad Juárez obliga a imprimirle visibilidad y concederle respeto a
las mujeres de los ámbitos de la pobreza.

Los crímenes de odio: "La maté porque se lo


merecía, y tan se lo merecía que está muerta"

Los crímenes de odio se dirigen contra una persona y lo que simboliza, representa
y encarna. Los victimarios no conocen previamente a la víctima y al liquidarla se
sienten en posesión de ese poder sin límite.
Los crímenes de odio más conocidos son los enderezados contra los gays, pero
nada supera en número y en continuidad a los asesinatos de mujeres solas, se les
mata porque no consiguen protegerse, y porque su muerte, que concede el placer
del orgasmo y el goce auditivo del estertor.
Los asesinos no sólo se sienten muy superiores a los seres quebradizos
incapaces de resistir; también se burlan de las leyes y de la sociedad que tibia o
vanamente las enarbola.
Lo más degradado y sórdido del machismo se vierte contra las mujeres cuya culpa
principalísima es su condición de víctimas históricas.
El odio es la construcción social que se abate una y otra vez contra quienes no
pueden evitar sus efectos.
"Contra la nada, perdurará el destino"

En cada uno de los asesinatos de mujeres horas antes, intervienen la oportunidad


y el deseo la indefensión de las asesinadas, sus deudos y las organizaciones que
demandan justicia.
La conclusión parece inevitable: la serie sangrienta de Ciudad Juárez es asunto de
Estado
Huesos en el desierto no sólo es un gran reportaje y un acto de valor crítico. Es
también uno de los mejores paisajes que conozco del poder sin trabas.
Una sociedad inmovilizada ante la matanza, que no reconoce como suyas a las
mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, es también en definitiva la gran víctima
propiciatoria.
Uno de los grandes apoyos de la violencia es la protesta ocasional, rutinaria, que
no espera consecuencias. Esto, como lo demuestra Huesos en el desierto, ya no
puede ni debe suceder.

Liga a grabación:
https://drive.google.com/file/d/1v4FZDFDICybQEIv4RwGo
gCd-vnO7q_01/view?usp=sharing

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