Bacilo de Koch
Bacilo de Koch
Bacilo de Koch
El sistema inmune humano tiene multitud de dianas a las que atacar en la pared de la
bacteria. Recientemente se han encontrado especies resistentes a los antibióticos
normales, como la rifampicina y la ampicilina. Se consideran cepas multirresistentes o
ultrarresistentes dependiendo de la cantidad de antibióticos a la que es resistente cada
cepa. Se ha estudiado estas resistencias y parecen ser causadas por mutaciones en
regiones del genoma en zonas intergénicas.
Distribución y hábitat: los bacilos de Koch son muy resistentes a las bajas
temperaturas, pero sensibles al calor. No resiste a la pasteurización. Para crecer
necesita de la presencia de oxígeno. En condiciones adversas las bacterias pueden
encapsularse para tomar una forma de resistencia. Es frecuente el medio Lowenstein
Jensen o Ogawa para su crecimiento. Se caracterizan por ser bacterias alcohol y ácido
resistentes, por lo que al crecer en medio de cultivo las colonias son incoloras o
blancas. Las colonias tienen dimensiones variables y esféricas.
Puedes leer más sobre esta enfermedad, que en la actualidad se considera erradicada
del primer mundo en su artículo aquí (próximamente). A pesar que es capaz de
infectar todos los órganos, aunque siempre es más común que cause una infección
pulmonar. Desde los pulmones la infección se extiende por el torrente sanguíneo o
linfático, extendiéndose por el resto de órganos. Desgraciadamente los síntomas
aparecen cuando la infección está muy avanzada.
Es un bacilo aerobio fino estricto y crece mejor en contacto con el aire, es por
al alcohol.
actinomicetales.
Seguro que has oído hablar de “el bacilo de Koch”. Aunque te suene a otra cosa, se
refiere a Mycobacterium tuberculosis, la bacteria con forma de bacilo que
descubrió Robert Koch en 1882.
Las aportaciones de Koch a la medicina, la ciencia y la bacteriología en particular le
hicieron merecedor del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1905. Aunque
comenzó su carrera profesional como médico rural, un microscopio que le regaló su
mujer le hizo cambiar de rumbo y acabó dedicándose a la investigación. Ha pasado a
la historia como uno de los padres de la microbiología. Te resumo aquí algunas de sus
aportaciones más importantes.
Robert Koch (1843-1910)
Pero lo que realmente le hizo famoso y popular a nivel mundial fue el descubrimiento
de que una bacteria era el agente causante de la tuberculosis, y la demostración de
que era una enfermedad infecciosa (todavía hoy en día sigue habiendo varios millones
de casos nuevos cada año!). Robert Koch fue el primero en aislar y cultivar el bacilo de
la tuberculosis.
La metodología que empleó para demostrar que una bacteria concreta es el agente
que causa una enfermedad determinada, la concretó en sus famosos postulados de
Koch: 1) el microorganismo tiene que estar siempre presente en los animales que
sufran la enfermedad y no en individuos sanos; 2) el microorganismo debe ser aislado
y crecer en un cultivo puro; 3) cuando dicho cultivo se inocula a un animal sano, debe
reproducirse en él los síntomas de la enfermedad; y 4) el microorganismo debe
aislarse nuevamente de estos animales y mostrar las mismas propiedades que el
microorganismo original. La aplicación de estos postulados permitió la demostración
del origen infeccioso de muchas enfermedades, una etapa de la historia de la ciencia
que se conoce como laEdad de Oro de la Microbiología.
Las mycobacterias son más resistentes a la desinfección con productos químicos que
otros microorganismos no formadores de esporas, probablemente como consecuencia
de su contenido en lípidos. Son sensibles al calor húmedo y son destruidos por las
temperaturas de pasteurización
http://www.insht.es/RiesgosBiologicos/Contenidos/Fichas%20de%20agentes
%20biologicos/Fichas/Bacterias/Mycobacterium%20tuberculosis.pdf
enfermedad.
enfermedad.
¿Qué es la tuberculosis
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por Mycobacterium acto, los
principales son el complejo Mycobacterium tuberculosis y comlex Mycobacterium avium.
En una vida de Mycobacterium tuberculosis llamada bacilo de la tuberculosis.
Mycobacterium tuberculosis se transmite por gotitas en el aire, para que pueda obtener la
tuberculosis mediante la tos y los estornudos enfermos e incluso al hablar con él.
Muy a menudo, la tuberculosis ha sorprendentes efectos sobre los pulmones, pero también
puede afectar a otros órganos y sistemas. Hay dos formas de tuberculosis: abiertas y
cerradas. En la forma cerrada de aislamiento de micobacterias de tuberculosis en el medio
ambiente está casi ausente. Signo de la forma abierta de la enfermedad es la asignación
de los pacientes de esputo que contiene gérmenes de la TB.
Los pacientes con una forma cerrada de la tuberculosis pueden ser tratados en forma
ambulatoria y con una abierta – sólo en los hospitales.
El período de incubación de la
tuberculosis
Período desde que Mycobacterium tuberculosis (bacilo de Koch) entra en el cuerpo, y
antes de los primeros síntomas de la enfermedad, denomina período de incubación. Esta
fase dura de 3 a 12 meses o más. El final del período de incubación es bastante difícil de
identificar debido a la aparición de la enfermedad se confunde fácilmente con una infección
viral respiratoria.
Los dos últimos síntomas son signos de tuberculosis complejo y requieren hospitalización
inmediata.
Muy a menudo la primera tuberculosis afecta a los pulmones, y de ellos la infección del
torrente sanguíneo se mete en los intestinos, huesos y otros órganos. Bastante casos
raros de lesiones tuberculosas intestinos y riñones en personas con pulmones sanos.
Diagnóstico y tratamiento de la
tuberculosis
Como el diagnóstico de esta enfermedad mediante fluoroscopia y radiografía de los
órganos y sistemas afectados, el estudio microbiológico de diverso material biológico del
paciente, la prueba de la tuberculina (Mantoux), así como el método de análisis genético
molecular y otros.
Los factores que complica el tratamiento, se pueden atribuir a algunos de los fármacos
antituberculosos de resistencia patógeno. Esta estabilidad está utilizando la investigación
microbiológica y preparación para el tratamiento se selecciona en base a sus resultados.
Si usted tiene infección de tuberculosis latente y pertenece a uno de estos grupos de alto
riesgo, debe tomar su medicamento para evitar la enfermedad de tuberculosis. Hay varias
opciones de tratamiento para la infección de tuberculosis latente.Usted y su proveedor de
atención médica deben decidir cuál es el mejor tratamiento para usted. Si toma su
medicamento como se le indique, puede evitar la enfermedad de tuberculosis. Debido a
que hay menos bacterias, el tratamiento para la infección de tuberculosis latente es mucho
más fácil que el tratamiento para la enfermedad de tuberculosis. Una persona con
enfermedad de tuberculosis tiene una gran cantidad de bacterias de la tuberculosis en el
cuerpo. Se necesitan varios medicamentos para tratar la enfermedad de tuberculosis.
En muchos países, la tuberculosis es mucho más común que en los Estados Unidos. Los
viajeros deben evitar el contacto cercano o prolongado con personas que se sabe que
tienen tuberculosis, en espacios cerrados con una gran cantidad de gente (por ejemplo,
centros médicos, hospitales, prisiones o albergues para desamparados).
Aunque en todo el mundo hay casos de tuberculosis multirresistente o MDR, por sus siglas
en inglés, y de tuberculosis extremadamente resistente o XDR, por sus siglas en inglés,
estos son aún muy poco frecuentes. Los viajeros que tienen el VIH son los que tienen el
mayor riesgo si entran en contacto con una persona con tuberculosis MDR o XDR.
Los viajes aéreos por sí solos representan un riesgo relativamente bajo de infección con
cualquier tipo de tuberculosis. Los viajeros que vayan a trabajar en centros médicos,
hospitales y otros entornos médicos donde haya probabilidad de encontrar pacientes con
tuberculosis deben consultar a expertos en el control de infecciones o de salud
ocupacional. Estos viajeros deben preguntar sobre los procedimientos administrativos y
ambientales existentes para prevenir la exposición a la tuberculosis. Una vez que se hayan
implementado esos procedimientos, se pueden tomar otras medidas como el uso de
equipos individuales de protección respiratoria.
Los viajeros que anticipen tener una posible exposición prolongada a personas con
tuberculosis (por ejemplo, aquellos que saben que van a estar en contacto rutinario con
personas en centros médicos, hospitales, prisiones o albergues para desamparados)
deben hacerse una prueba cutánea de la tuberculina o un examen de sangre para detectar
la tuberculosis antes de salir de los Estados Unidos. Si la reacción a la prueba es negativa,
deben repetirse la prueba entre 8 a 10 semanas después de regresar a los Estados
Unidos. Además, sería recomendable que las personas que anticipan una exposición
prolongada o repetida, o que vayan a permanecer largo tiempo en otros lugares a lo largo
de varios años, se realicen la prueba de forma anual. Debido a que las personas con
infección por el VIH tienen más probabilidades de tener una respuesta deficiente en las
pruebas para detectar la tuberculosis, los viajeros que sean VIH positivos deben decirle al
médico que tienen ese virus
Sin embargo, la micobacteria tiene múltiples peculiaridades, y una de ellas es que para
curarla no sirven los antibióticos más habituales. El tratamiento estándar de la tuberculosis
se inicia con al menos tres antibióticos llamados “de primera línea” durante dos meses,
seguidos por cuatro a siete meses más con dos de ellos. Esto complica bastante la
administración de tratamientos correctos y completos, y favorece el abandono de los
mismos, especialmente en poblaciones pobres ó marginales y entre quienes no entienden
que una mejoría de los síntomas no significa que la enfermedad se haya curado. Un
tratamiento incompleto o interrumpido favorece la selección de micobacterias resistentes.
La mayoría de las resistencias a los antituberculosos (que es como se llaman los
antibióticos utilizados contra la micobacteria) surgen por mutaciones puntuales
espontáneas. Esto quiere decir que en cualquier población suficientemente grande existen
algunas micobacterias resistentes a un antibiótico. Es muy poco probable, sin embargo,
que exista en un enfermo un mutante doble, el que es resistente a dos fármacos a la vez
(para ello sería necesario que albergase en su cuerpo una población enorme de
micobacterias). Durante el tratamiento se eliminan selectivamente las micobacterias
sensibles, que en principio son la gran mayoría, lo que generalmente conduce a la
curación. Pero si el tratamiento se interrumpe antes de tiempo puede suceder que no solo
rebrote la enfermedad, sino que ahora las bacterias que la producen puedan ser en su
mayoría resistentes a alguno de los antibióticos de primera línea. El peligro es que en este
caso, la probabilidad de que existan células portadoras de una segunda mutación que
confiera resistencia a otro fármaco deja de ser ínfima para convertirse en algo posible. Los
tratamientos inadecuados, ya lo sean por no haberse completado, por haberse aplicado de
forma intermitente, ó parcial (tomando alguno de los fármacos, pero no todos), han
contribuido a que durante las últimas décadas hayan aparecido micobacterias
llamadas MDR (multiresistentes) que son refractarias al tratamiento con dos o más
antibióticos de primera línea. En éste caso se deben aplicar otros tratamientos que son
menos efectivos, tienen efectos secundarios más molestos e incluyen ya un inyectable.
Por otra parte, la tuberculosis MDR, aunque se trate, tiene un pronóstico mucho menos
favorable. Más recientemente han aparecido cepas llamadas XDR, con resistencias
expandidas, que además de tener las mismas resistencias que las MDR también son
resistentes al menos a dos antibióticos de segunda línea incluyendo a uno de los
inyectables.
¿Por qué es tan difícil acabar con la micobacteria? Su estrategia defensiva es compleja, y
probablemente es el resultado de una larguísima evolución cuyas últimas etapas han sido
bastantes milenios de interacción con nuestro sistema inmunológico. Parece obvio que el
objetivo de la micobacteria no ha sido el evolucionar para ser resistente a los tratamientos
clínicos, que al menos hasta mediados del siglo XX no existían, sin embargo las tácticas
que utiliza para defenderse del sistema inmune también pueden ser útiles frente a los
tratamientos farmacológicos. A continuación detallamos algunas de las tácticas de
supervivencia de la micobacteria.
Táctica 1: Blindaje. Ya se comentó en otro artículo que las micobacterias poseen una
doble capa protectora, mucho más parecida a la cubierta de las bacterias Gram-negativas,
que son bastante resistentes a los antibióticos como la penicilina. El blanco de la
penicilina es el peptidoglicano, y en estos casos está enfundado entre una capa de lípidos
externa y la membrana celular, mientras que en las bacterias Gram-positivas, las más
sensibles a la penicilina, el peptidoglicano está en contacto directo con el exterior.
Táctica 2: Camuflaje. Una de las características típicas de la tuberculosis es la formación
del granuloma, una lesión inflamatoria crónica formada por macrófagos que rodean una
masa de células y bacterias que se creía estaban muertas. Se consideraba antes al
granuloma como una estructura para contener y eliminar al agente infeccioso pero ahora
se sospecha que el granuloma es también una de las estrategias que utiliza la
micobacteria para propagarse al inicio de la infección y para diseminarse. Además el
granuloma es un auténtico escondrijo en el que las micobacterias vivas pueden zafarse de
los ataques del sistema inmune y resistir mejor a los antibióticos, que no penetran
fácilmente en su interior.
Táctica 3: Paciencia. Los antituberculosos, como la mayoría de los antibióticos, son
inhibidores de actividades metabólicas esenciales. Entre los antibióticos de primera línea
para combatir a la tuberculosis se incluye un inhibidor de la síntesis de ARN mensajero y
tres inhibidores que bloquean la síntesis ó la incorporación de ácidos micólicos o de ácidos
grasos a la pared celular. Pero la micobacteria tiene un metabolismo muy lento comparado
con otras bacterias, su ciclo celular puede estar en torno a las 16 a 24 horas, y esto hace
que la concentración de cada fármaco deba mantenerse dentro de los niveles terapéuticos
adecuados durante el suficiente tiempo, de varios meses como ya dijimos, para que la
inhibición resulte eficaz para matarla. Mientras el enfermo acaba cansándose y a veces
abandona, la bacteria prosigue lenta pero implacable.