La Columna de Hierro Ensayo

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La columna de Hierro Ensayo

ASPECTOS GENERALES DE DERECHO PROCESAL CIVIL (Universidad Autónoma


del Estado de México)

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“El poder y la ley no son sinónimos.


La verdad es que con frecuencia se encuentran
En irreductible oposición”

UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE


MORELOS

“LICENCIATURA EN DERECHO”

MATERIA:DERECHO PROCESAL CIVIL

LICENCIADO : GOMEZ PEREZ JUAN CARLOS

TRABAJO DE ENSAYO:

“NOVELA”

LA COLUMNA DE HIERRO

08 DE DICIEMBRE DEL 2014

INTRODUCCION

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“El poder y la ley no son sinónimos.


La verdad es que con frecuencia se encuentran
En irreductible oposición”

Para comenzar les traigo mi trabajo de ensayo de una Obra literaria de novela
denominada “La columna de hierro, escrita por Janet Miriam Taylor Holland
Caldwell , quien escribió mas de treinta novelas delos cuales su trabajo fue
ignorado y no fue publicado hasta que ella tuvo treinta y ocho años. Sus obras
las cuales cuentan la vida de grandes y asombrosas familias por varias
generaciones. El tema en el cual ella se declinaba era sobre la pugna entre el
deseo de poder y dinero y los valores familiares y espirituales. En sus últimas
obras cambió a la historia de personajes que surgen de la pobreza y alcanzan
grandes fortunas, el sueño americano. También escribió varias novelas de
género histórico religioso, que ha destacado durante muchas generaciones y
seguirán influyendo.

Una de sus mas grande Obras de la cual en este trabajo se hace hincapié es la
columna de hierro es una novela de la cual nos habla de un escritor político y
orador, patriota, esposo y padre; amigo, autor, abogado, hermano e hijo,
moralista y filósofo; llamado marco tulio cicerón, la cual pertenecía a una familia
romana, fue también una persona adelantada a su tiempo cuya clarividencia le
hizo ganarse amigos así como también enemigos; también nos habla de las
intrigas, las pasiones y los crímenes donde salen a relucir las cuestiones que
más preocupaban a cicerón: la religión, la política y la guerra.

Una apasionante recreación del imperio romano en toda su riqueza y esplendor


sobre el cual nuestro personaje principal sobre salio y a sido un gran influyente
para las nuevas generaciones , en las cuestiones de que el horror actualmente
inundan al mundo de la inmoralidad y egocentrismo de las personas con mas
poder sobre otras.

La Columna de Hierro

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“El poder y la ley no son sinónimos.


La verdad es que con frecuencia se encuentran
En irreductible oposición”

CAPÍTULO 1:
Conocemos a Marco Tulio “Cicerón”, un hombre que no es feliz ni con su
matrimonio, ni con su forma cobarde de ser, su enfermizo cuerpo ni con el
nacimiento de su primer hijo, muy parecido en el físico a Helvia, valiente como
su abuelo e inteligente como su padre. Su fecha de nacimiento es el 3 de enero
de 648.

CAPÍTULO 2:
Nos encontramos con 3 Marco Tulio Cicerón, al que se le llamará “abuelo”, el
padre al que se le llamará “Tulio” y el hijo al que llamaremos “Marco”. Helvia es
la administradora de la casa, cuenta con bastante control y es muy ahorrativa,
rara vez dice algún comentario o se muestra molesta por algo. Remodelando la
casa de Arpium los trabajadores, al ser malagradecidos con el vino, hablan mal
sobre los Cicerón (los llaman plebeyos siendo que son una familia ecuestre
[importantes comerciantes que podían ocupar cargo de jueces]). Marco, gracias
a su padre cuenta con un vocabulario muy amplio a los 2 años, caminaba a los
8 meses y era la perfecta combinación de la determinación de su abuelo y la
perseverancia y calma de su madre Helvia, su padre le quería mucho y por eso
le demostraba cariño siempre que se pudiera (y siempre a escondidas al ser
mal visto por la sociedad de entonces).

CAPÍTULO 3:
Llegó el momento en que Helvia diera a luz, parecía que nacería una niña
debido a las complicaciones del parto pero de él nació un niño alegre y ruidoso
llamado Quinto. Marco le quería tanto que hasta ofreció un sacrificio en honor a
su hermano. Arquías, el pensador contratado por el padre de Marco le da
clases particulares a éste que se hace acompañar por Eunice. Marco era
creyente, contrariando el pensamiento de Arquías aunque este último nunca lo
criticó por eso, pero si por ser tan unido a Quinto al que considera un tonto.

CAPÍTULO 4:

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La verdad es que con frecuencia se encuentran
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El abuelo quiere que Marco estudie en una escuela con otros niños, por lo cual
se muda a Roma a pesar de la negativa de Arquías porqué lo haga al pensar
que los Romanos son una copia de los griegos. Marco quiere ser Cónsul o
abogado y Quinto General. En Roma Marco conoce a Julio César, quien se
volverá su amigo y vecino.

CAPÍTULO 5
Ya todos están a gusto en su nueva casa y Marco llega a la escuela de “Pilón,
el liberto griego” y le encantaba la ciudad llena de gente. Su padre tenía un
gran odio por los Cesar pero ya no está tan renuente por tener que vivir en la
ciudad. Marco no era feliz en la escuela ya que Pilón era complaciente con
aquellos de gran apellido pero se comportaba de forma arrogante con los
demás. Arquías pensaba que se le pagaba demasiado y siempre decía que
Pilón en realidad era griego. Como Marco era muy listo deciden enviarlo con
los mayores donde conoce a Lucio Catilina quien es amigo de Julio Cesar
quien era favorito de Pilón y odiaba, sin razón aparente, a Marco. Un día hubo
un conflicto donde Marco defiende a Cesar de Lucio y así estos dos últimos
dejan de ser amigos durante un tiempo. Se castiga severamente a Marco de
forma física y su madre y la madre de Cesar se enteran, Aurelia (madre de
Cesar) le regala una medalla de oro de Palas Atenea quien es diosa de la ley y
la sabiduría en agradecimiento por lo que hizo.

CAPÍTULO 6:
Marco ya tiene 12 años y Pilón le cobra mas a los ricos porque tuvo un
enfrentamiento con Arquías mientras Lucio se va de la escuela. Marco conoce
a Noë Ben Joel quien es querido por todos en la escuela y se vuelve un buen
amigo de Marco. Se celebra el festival de Liber por la transformación de Marco
en hombre y Noë comienza a instruirló acerca de la religión de los judíos y a
hablar hebreo por la curiosidad de marco.

CAPÍTULO 7
Marco da un paseo por el bosque junto a su madre y Arquias y comienza a
escribir las primeras poesías reales pero se frustraba fácilmente por la dificultad
de describir la belleza de la naturaleza y Arquías se encarga de corregir su
poesía lo cual lo hacía enojar más. Arquias le instruye acerca del peligro de los
excesos diciendo que el equilibro es la ley de la naturaleza. El abuelo tiene una

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platica con marco acerca de la importancia de tener un carácter masculino, de


ser valiente, honrado, fuerte, que brinde un poco de confianza y sea recto en
sus decisiones.

Ya que Tulio está enfermo por su enfermedad de malaria y se muestra harto de


vivir aun cuando gozó de una vida tranquila y le aconseja a Marco que se debe
para el mundo y para Dios para poder gozar de un alma feliz ya que un hombre
sin Dios no es nada. Helvia por su parte con apenas 32 años le dice que los
hombres son caprichosos y delicados con los detalles pues a falta de algo en la
casa siempre lo notan pero no hacen nada al respecto, Marco comienza a notar
la gran labor de su madre.

CAPÍTULO 8
En el puente de entrada a Arpium Marco conoce a Livia Curio quien es pariente
de Quito. Curio, amigo de Lucio Servio) quien es la prometida de Lucio ya que
ella contaba con dinero y Lucio con un apellido. Ella se mete a la isla y juegan
durante algún rato. Marco se enamora perdidamente de Livia.

CAPÍTULO 9
Roma está en ruinas y la catástrofe esta en todas partes, Marco seguía
visitando el puente en espera de Livia y comienza a creer que solo fue una
alucinación, todo es hermoso ahora y comienza a respetar a Eros y Venus. Un
día vuelve a ver a Livia y ella dice que siempre estuvo ahí pero nunca la notó,
ella también se enamoró. Después habla con Quito cuando este esta pescando
y le dice que no esta bien lo que hace. Livia le teme al amor y al castigo de los
dioses porque así perdió a sus padres.

CAPITULO 10
Este Flacus, el dirigente, busca derechos para pueblos itálicos sometidos ante
Roma, no tiene éxito. Exceso de impuestos para mantener a los plebeyos
felices que se habían vuelto inútiles. Druso quien era de la clase aristócrata
apoyaba a los plebeyos quienes ven que es mejor ser esclavos que plebeyos
pero el Senado considera que Druso era un traidor y es asesinado. La guerra

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civil estalla entre la capital y las provincias. Los pueblos de Italia que son
vencidas crean una confederación con marcianos, pelasgos, entre otros.

Los itálicos logran tomar la ciudad de Corfinium y la nombran Itálica donde


construyen un edificio para el senado donde estos son respetados. Roma
declara rebeldes (dediticii) a los itálicos y no es tiene piedad. Los Cesar se
muda ya que el tío de Julio es un cónsul y su padre Pretor. Roma crea la ley
Plautia Papira que le otorga la ciudadanía a todos los aliados que se
presentaran ante los magistrados para tener personas a su favor.

CAPÍTULO 11
Junto con la tiranía continua y los militares solo son capaces de imponer orden
a los otros pueblos pero no a los plebeyos. La única resolución por parte del
poder es aumentar los impuestos y aconsejar a los pueblos el ser más
ahorrativos.

CAPÍTULO 12
Pero ,Marco sigue enamorado de Livia y visita constantemente el templo de
Venus para hacer sacrificios de palomas en el nombre de Livia.Marco el cuenta
a Noë que esta enamorado y este le recomienda solo amar a la poesía. Pilón
también lo nota distraído en sus clases y Helvia le da brebajes para que se
recupere. Quito se ha convertido en un líder alto y fuerte que destaca en los
deportes a diferencia de Marco y ambos tienen una discusión acerca de Livia
ya que Quito la considera insignificante. Tulio se encuentra enfermo de nuevo
pero Marco tarda mucho en darse cuenta por estar distraído con Livia, al
enterarse este se deprimió aun más. Marco trata de mostrarse mas amigable y
atento en la cena y comienza a notar la vejes de su madre y como todo ha
cambiado, el abuelo se da cuenta de ello y regaña a Marco por ignorarlo. La
económica de los Cicerón no es buena y Marco ya no podía ir a Grecia a
estudiar como se había planeado. La sociedad en general se destacaba por
tener plebeyos ricos y patricios pobres. El abuelo ya ha vendido la mitad de sus
esclavos. Arquias no esta preocupado por la guerra pues acepta todo lo que la
vida le depare y Marco piensa que otros pueblos estan en su derecho de amar
su patria. El abuelo se muere a mitad de la noche enfrente de Marco.

CAPÍTULO 13

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Asi que Marco ya tiene 16 años y se ha convertido en la cabeza de la familia


cosa que no esperaba dadas las nuevas responsabilidades. Marco nunca lloró
por su abuelo pero Tulio fue demasiado débil y lloró mucho. En el nuevo papel
de MarcoHelvia no ayudó ni le aconsejó lo que debía hacer, solo le dijo que era
pertinente vender Arpium ya que no contaban con casi nada de dinero. Ya no
es posible pagarle a Arquias pero este se ofrece a dar clases gratis con tal de
seguir viviendo ahí e incluso comenzar a ayudar económicamente, ya no fue
posible seguir en la escuela de Pilón, Marco podrá estudiar con Scaévola, un
gran jurista mientras Quito continua tomando clases de esgrima. Helvia de
dedica a cosechar para no tener que gastar más dinero. Marco tiene una
ceremonia varonil con toga viril pero esto no le importó más que su enojo hacia
Tulio por su actitud infantil y egoísta al encerrarse y olvidarse del mundo.

CAPÍTULO 13
Ni Marco ni Helvia consideran que los Cesar sean gran cosa, sin embargo
Aurelia es la mejor amiga de Helvia y su hijo el de Marco. Marco se entera de
que Livia y Lucio son primos terceros por boca de su amigo y nota la similitud
de los ojos azules, también que la boda se celebrará en un mes. La ciudad
cada vez está más llena y Marco se encuentra a Livia en el templo de Venus y
ella trata de ignorarlo ya que está tratando de amar a Lucio, entre lagrimas
Marco se da cuenta de que nunca será feliz con él y se lamenta de no tener un
gran apellido que ofrecerle o una fortuna.

CAPÍTULO 14
Arquías nota el enamoramiento de Marco y le ofrece a su esclava Eunice para
que tu tenga relaciones sexuales y durante la cena este la comienza a notar
bonita. Esa misma noche tienen relaciones sexuales y Arquías decide hacerla
libre y le da la mitad de su dinero.

Scaévola, el gran jurista que también inventó un juego de mesa, le dice a


marco que “la ley es una meretriz que solo sonríe a los que echan mano del
bolsillo con mayor rapidez” pero Marco no quiere creerle pues quiere ser justo,
aun cuando Scaévola le dice que morirá de hambre si hace algo así pues
según él jamás ha visto un abogado honrado de verdad. Scaévola le aconseja
a Marco tener opiniones propias pero que sean siempre a favor de todos,
marco no quiere hacerle caso de nada de esto. En la escuela de esgrima de
Gayo (el mejor) Marco se encuentra con Lucio quien ahora es militar y se
enfrentan en un desafío que en un inicio comenzó con espadas abotonadas y

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luego se convirtió en algo serio con armas reales, Marco gana y pudo matarlo
pero le perdona la vida.

CAPÍTULO 15
Cinna, un déspota cónsul autonombrado, baja los impuestos y deja a Roma en
la quiebra para que la gente crea que es mejor la opresión por la paz. Marco ya
tiene 21 años y tiene su primer caso ante el Senado sobre un granjero pobre
con su esposa y dos hijos con 3 esclavos donde se le ha quitado todos sus
bienes y los esclavos para que pagara los impuestos que no podía porque
estaba en quiebra; Marco lograrescatarlos argumentando que era imposible
pagar cuando no se tiene ni siquiera para comer. Su amigo Noë es obligado a
casarse por su padre con una joven Ezra ya que su dote era muy alto a los dos
meses después de la boda Noë ya estaba mas gordo y contento con su
matrimonio. Al terminar el verano el padre de Noë es demandado porque antes
de la guerra le aconsejó a los senadores que cerraran las inversiones y
después de ella ya no valían nada. Todos estos senadores además de eso le
debían al padre de Noë y dicen haber pagado por lo que Noë le pide ayuda a
Marco para que le ayude y Scaevola decide sacar un cofre que tenia debajo de
su cama donde guardaba los secretos de todos los senadores, manda algunas
cartas amenazándolos y el padre de Noë es liberado.

CAPÍTULO 16
Helvia le pide a Arquias que se marche de la casa ya que siente una gran
vergüenza por tenerlo ahí sin pagarle, Tulio comienza a revivir y es quien
comienza a darle clases a Quito. Ya hace dos años que Eunice fe casada con
otro liberto y se han convertido en lo capataces de una isla cerca Arpium ya
que con el fin de la guerra es posible ir a Arpium sin tanto riesgo. Quito ya tiene
17 años y se ha convertido en un leal militar y honesto.

Julio también irá al primer caso de Marco acerca del granjero y le presta una
varilla de plata para presentarse ante el Senado. Marco le muestra a Helvia y
Quito la toga que Noë le dio en agradecimiento por lo de su padre junto con
unas sandalias y brazaletes de oro. Noë lo espera ese día temprano para
llevarlo en una litera al senado con 4 esclavos, al llegar todos rodean a
Scaevola y en el foro conoce a Pompeyo cuyo padre es amigo de Sila. 30
senadores presentes que son considerados como íntegros pues la llegada de
Marco ya se esperaba y sabían que era alumno de Scaevola. El senador Curio
se muestra hostil pues es pariente de Lucio y Marco se pone muy nervioso, el

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senador Servio lo defiende pues se identifica con Marco. El cónsul recomienda


la libertad de Persus y su domus al igual que la devolución de sus
pertenencias. Marco gana el caso y todos le aclaman afuera al igual que al
cónsul y los senadores.

CAPÍTULO 17
Donde este Marco se encuentra en Arpium y Noë ya lleva cerca de un año en
Jerusalén, su padre sigue enviándole regalos de agradecimiento, Noë ya tiene
un hijo llamado Joshua. Siguen en espera de la llegada del mesías. En
Jerusalén viven personas de religiones diversas y las escuelas son gratuitas y
la primera obligatoria, lo cual da categoría aunque solo aprenden de memoria.
Todos, sin importar el dinero, deben trabajar. Noë ahora escribe tragicomedias
de forma anónima para no molestar a sus padres y parodia las obras griegas
mas famosas. Marco no acepta casos de criminales o personas culpables.
Cinna comienza a interpretar las leyesa su gusto para que nadie pueda decir
nada de sus acciones que explotaban la riqueza de Roma, es por ello que lo
matan a piedrazos. Marco vio a Livia hace 10 años ya pero aun la recuerda y
se mantiene soltero por su recuerdo. 4 hombres lo atacan, lo desvisten con
cuidado y tratan de ahogarlo en el mar, Marco logra sobrevivir haciéndose el
muerto y gracias a su medalla de Palas Atenea que lo sostuvo en un árbol el
tiempo suficiente. Agradece poder seguir vivo.

CAPÍTULO 18
Como el gran Athos encuentra la ropa y luego de algún tiempo también a
Marco junto con otros esclavos. Rápidamente prepara todo para que Marco
salga lo más pronto posible de la isla y llegar a roma. En el camino un grupo de
soldados son detenidos por Marco para que lo ayuden a llegar a Roma y
Centurión se da cuenta de que conoció al abuelo de Marco y a Scaevola así
que decide ayudarlo.

CAPÍTULO 19
Marco no le cuenta a sus padres acerca del intento de asesinato pero si a
Scaevola quien decide regalarle un esclavo como guardaespaldas para evitar
otro intento. Scaevola organiza una cena en nombre de Marco para conseguirle

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mas contactos poderosos que lo respalden. Caso Casino donde un herrero es


obligado a dejar sus artesanías para fabricar armas por los Tribunos y ahora
sus ventas habían bajado mucho. Julio Cesar se casa con la hija de Cinna y
Marco le cuenta lo sucedido en el mar y además lograayudarlo con Casino
prestándole también una litera con 6 esclavos para que regrese a su casa ese
dia por lo tarde que era. Marco logra anular la orden de Casino.

CAPÍTULO 20
Rumores del regreso de Sila y la próxima caída de Cinna, Julio peligra por ser
pariente de este ultimo y Quito por ser un soldado. Marco esta muy preocupado
por Quito y va a rezar por él al templo de mare donde se encuentra con Livia
quien esta muy preocupada por el regreso de Sila y su esposo Lucio ya que no
quiere que regrese pues teme por su hijo y por ella llamándolo un esposo sin
piedad.

CAPITULO 21
Marco come con Scaévola y otros prestigiados abogados, Scaevola cuenta que
un año antes defendió a un señor que estaba en contra de Cinna y que era un
gran romano cuyos hijos querían quitarle su fortuna y que ahora le había
dejado 100 mil sestercios de oro a Marco. Cinna fue asesinado y Pompeyo,
amigo de Julio, tiene un anillo que Marco logró ver a la hora de que lo
desvistieran en Arpium. Scaevola cree que Julio Cesar lo ha protegido, también
Marco le cuenta todo acerca de Livia y este le aconseja que haga enojar a
Lucio arruinando sus planes. Matan a Scaevola a la mitad de la noche con una
puñalada en el corazón en medio de la calle mientras estaba en su litera y este
le deja a Marco 50 mil sestercios de oro, el sillón y los libros y a Sirio (el
esclavo que tenía de guardaespaldas).Cinna murió en Tesalia y Carbo lo
remplaza. Asesinan a todos los sospechosos de ayudar a Sila y las leyes
dejaron de tener valor mientras las tropas de Sila avanzan cada vez más. Quito
no ha dado señales de vida, Tulio está enfermo y Helvia al ser de la familia de
los Helvios, quienes están en contra de Sila corren peligro.

CAPÍTULO 22
Roma está en el terror y Marco se da cuenta de que apoya la entrada de Sila
pues así los patricios tendrían que empezar a trabajar. Carbo huye de territorio
Itálico y Sila gana.

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Todo el mundo comenzó a apoyar a Sila y los Senadores escapan. Julio está
escondido y le dice que Quito sigue vivo pero no le da más razones. Sila entra
a Roma bajo una tormenta muy fuerte y un trueno destruye el templo de
Júpiter. Pompeyo era espía de Sila y sabia que Julio era de los primeros de la
lista.

CAPÍTULO 23
Roma gris y sin vida porque Sila se ha convertido en un dictador y la lista de los
cinco mil pegada en el Senado dicta aquellos enemigos que morirán. Aun no
hay noticias acerca de Quito, Marco sabe que Lucio puede matar fácilmente y
Helvia le dice a Marco que lo mejor es regresar a Arpium. Sila se nombra
dictador de Roma y Jefe de los pontífices. Sila aumenta el numero de
senadores a casi 600 y acomoda las leyes a su placer comprando al pueblo
con cosas sin mucho resultado. El invierno es muy frio y Marco ya tiene
discípulos a loscuales trata muy bien. Lépido Cotta, un centurión, le informa
que Sila lo ha invitado a almorzar y acepta pero primero debe ir a defender a un
acusado al senado al cual el centurión lo acompaña en una litera (gana) y
luego van con Sila. Sila resultó ser un gran amigo de Scaevola y fue subalterno
del abuelo de Marco.

CAPÍTULO 24
Llega Pompeyo a la casa de Sila. Marco le reclama por Linio, pariente de
Helvia, quien fue asesinado y se le quitaron las propiedades sin derecho, Sila
decide regresar las propiedades. Quito estuvo en el ejercito de Sila y fue
gravemente herido, Lucio lo salva de quedarse en el campo de batalla está en
la casa pero está muy herido, demacrado e irreconocible pero él logra
reconocer a Marco.

CAPÍTULO 25
Marco le cuenta a Helvia lo ocurrido en casa de Sila. Noë tiene una niña y
pronto irá a visitarlos a Arpium. Lucio Catilina está enamorado de Aurelia
Orestila y se gasta todo su dinero (y el de Livia) en ella. Lucio no se puede
divorciar porque tendría que devolver su dote y no tiene para ello. Marco se
compra una litera pero sigue obsesionado con Livia.

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CAPÍTULO 26
Julio Cesar y Lucio Servio Catilina lo visitan pues investigan acerca del
testamento de Livia ya que dicen que estaba loca, que envenenó a su hijo y
luego ella se apuñaló en el pecho. Marco acusa a Lucio de haberla matado y
para el público en lo general que murió por los alimentos en mal estado. Marco
solo puede pensar en la venganza.

CAPÍTULO 27
Noë llega a Arpium quien es recibido como hijo de Helvia. Marco sigue
deprimido por la muerte de Livia. Noë, al ver la actitud de Tulio decide que
jamás será un esposo así por como Helvia se la pasa trabajando. Lucio se casa
con Aurelia, las Obras se venden en Judea y Roscio, un gran actor, es
contratado por Noë para una obra donde Marco paga 20 mil sestercios para
ayudar a que la obra se lleve a cabo. Noë vuelve a creer en dios y Quito está
totalmente recuperado.

CAPÍTULO 28
Obra de Noë “El portador de fuego” que es una comedia de Prometeo tiene un
gran éxito.

Roscio es guapo y femenino por lo que atrae a muchas mujeres a que vayan a
verlo a la obra por lo que a las 2 semanas Marco ya había recuperado la
inversión y más. Atico, editor de las poesías de Marco, está preocupado por la
publicación de un libro escrito por uno de los soldados de Sila que lo acusa de
corrupción y despotismo donde la pena es la muerte. Este soldado se llama
Catón Servio con 60 años que confía plenamente en que Sila lo sacará de ahí
por todo lo que hizo por él. Noë lee el libro y le propone a Roscio ponerlo en
escena.

CAPÍTULO 29
Marco y Quito van a la casa de Sila a una cena con Curio y Pmpeyo. Todos
ignoraban a Marco y de nuevo decide acusar a Lucio de la muerte de Livia
donde todos defienden a Lucio. También informa acerca de que defenderá a
Catón y Sila afirma que Roma ha muerto.

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CAPÍTULO 30
Marco tiene una cena con Roscio y Noë para preparar el caso de Catón
tomando muy en cuenta la actuación que tendrá que llevar a cabo junto con la
indignación y las lagrimas.

CAPÍTULO 31
A pesar del mal tiempo de invierno y que estaba nevando mucha gente asistió
al Foro para ver el caso de Catón. Roscio llega con una gran infantería y logra
pasar entre la gente con gran facilidad dejando atrás a Julio Cesar. Sila decide
ir a ver la actuación de Marco y este llega vestido de luto mostrándose ofendido
por tener que defender a Catón y pide que el Senado repita alguno de los
pasajes que ofenden a Sila. Todos los pasajes son copias de autores
anteriores y el delito fue solo de plagio de pensamientos famosos no
referenciados. Catón pide perdón por esto y no se le juzga ni siquiera por esto.

CAPITULO 32
Marco recibe una carta de su amigo Julio César, en la cual le escribe que se
alegra del éxito que ha tenido Marco en sus últimos caso, también le dice que
sigues esperando la noticia de que Ciceron se case.

En la misma carta, Julio César le cuenta que será enviado a luchar contra los
piratas de Cilicia, a las órdenes de Servilio Isáurico.

Finalmente, le escribe que espera verlo pronto, le desea el mayor de los éxitos
en sus futuros casos, y le recuerda lo mucho que lo estima. Posteriormente,
Marco se pone a analizar, el por qué de su amor a la fallecida Livia.

A los 29 años empezó a sentirse vencido por su trabajo interminable, su


cansancio y tristeza. Descubrió que su voz mostraba signos de
desfallecimiento. Un día en su despacho sufrió un colapso, y sus discípulos lo
llevaron al médico, el cual le dijo:

- Debes de ir a Grecia al santuario de Esculapio, padeces reumatismo.

Un día, mientras Marco se encontraba en cama, un esclavo entró a su cubículo


dando la noticia de que Julio César y Pompeyo habían llegado.

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Marco Se alegró de volver a ver a su joven amigo, con el cual platico por un
largo tiempo. Le dijo que ninguno de los tres moriría pacíficamente, diciéndole
a Julio que su hijo lo traicionará; igual que a Pompeyo su mejor amigo.

Posteriormente Marco se quedó profundamente dormido ante la mirada de


horror de Julio y Pompeyo. En su sueño, Ciceron, se encontraba con Livia, la
cuál le pedía que nunca la olvidara.

CAPITULO 33
Conforme el cálido verano iba dejando el otoño, Marco no había mejorado
mucho, y comenzaba a convencerse de que debía irse a Grecia si quería
seguir viviendo.

Un mes después Marco se había olvidado de sus dolores y su enfermedad.

Emilio Lépido, dictador de Roma, fue finalmente relegado a su provincia de la


Galia Transalpina por el irritado Senado y él pareció́ mostrarse de acuerdo con
aparente blandura. Pero se detuvo en Etruria y empezó́ a reclutar un ejército
entre los veteranos de tantas guerras, descontentos, y que se quejaban de
haber sido tratados mal por los amos de Roma. El Senado le declaró enemigo
público y pronto se propagó el rumor, como si fuera una antorcha que llevaran
corriendo por las calles, de que en breve emprendería la marcha contra Roma
para hacerse con todo el poder y vengarse así del Senado. Pompeyo fue el
encargado de salir a hacerle frente, y llevando consigo a Cátulo, Pompeyo
chocó con Lépido en el Campo Marcio, derrotándolo. Lépido logró escapar y
huyó para unirse con Sertorio en las Hispanias.

A esto Julio le dijo a los senadores que Lépido merecía morir, los senadores
decían que eso era cierto pero que Lépido tenía que morir como si fuera un
accidente o en un suceso misterioso, Julio aceptó y fue así como Lépido murió
misteriosamente en la misma casa de su amigo Sertorio.

Marco, que había despreciado y temido a Lépido, que era de carácter inestable
y violento, se sintió sin embargo conmovido ante su asesinato. Para él era otro
ejemplo de la ilegalidad reinante con el pretexto de la dificultad de los tiempos.
Cuando Julio fue a visitarle, Marco le expresó su alarma y Julio se mostró de
acuerdo con él.

Ático, desdeAtenas, expresó por carta su alegría ante la próxima visita de su


autor. Marco y Quinto serian honrados como huéspedes. Marco, en aquel
benigno clima de mar, sol, cielo azul y sabiduría, recobraría, rápidamente la
salud. También podría comenzar de nuevo a escribir, para edificación del
género humano. Al leer esto, Marco se echó a reír.

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La verdad es que con frecuencia se encuentran
En irreductible oposición”

Los amigos que venían a verle, le traían constantemente noticias de la


preocupación de los romanos por la salud del gran abogado y orador. Pero
Marco se los quedaba mirando incrédulo y se decía a sí mismo: — ¿Hablan de
mí? ¡Qué tontería!

En la noche anterior a su partida para Grecia, soñó con su abuelo. — ¿Eres un


romano o un perro? —le preguntó el anciano. Aquella noche sintió recobrar un
poco las fuerzas. Por la mañana subió al coche de la familia, mientras Quinto
guiaba los caballos. Al cabo de pocas horas ya estaban navegando hacia
Grecia. Marco se sentó en la cubierta del barco y sintió en su rostro las frescas
brisas del mar y la caricia del sol en sus mejillas. Era la primera vez que
navegaba. Al final, abrió los ojos y miró hacia las aguas y por primera vez en
muchos meses sintió que todo se le animaba en el cuerpo. Y dijo a su corazón:
tranquilízate. Y a su mente inquieta y enferma: sosiégate. Ya basta con que
tenga ojos.

Cuando Quinto le trajo vino, Marco le sonrió́ y en el rostro recio de su hermano


hubo un brillo de emoción. —Me encuentro mucho mejor —dijo Marco—. Me
alegro de que me hayas obligado a hacer este viaje. Marco dijo: —Me temo
que viviré́ —pero al decir esto sonrió́ .

CAPITULO 34
Quinto y Marco pudieron alojarse en una buena posada de Epidauro, entre
otros que podían permitirse ese lujo. Muchos de ellos eran funcionarios y
caballeros romanos, con sus esposas e hijos.

Discutían con el sobre las leyes internacionales y cada día que pasaba le
fueron teniendo más respeto. Confesaron que en Atenas ya habían oído hablar
de él, e incluso en Jerusalén. Pero se chanceaban de él por su espíritu de
dedicación. Decidan que las leyes fueron inventadas para controlar las
vehemencias de las masas y hacerlas maleables al orden.

Quinto y Sirio llevaron una tarde a Marco al Propileo del sagrado recinto,
porque él apenas si podía moverse a causa de los dolores de sus
articulaciones y de los espasmos de sus músculos. Aquí́ unos sirvientes del
dios lo bañaron en aguas curativas y lo vistieron de blanco. Luego hizo un
sacrificio ante el altar. Los ya bajos rayos del sol penetraban a través de la
bella puerta de bronce, que no era cerrada hasta el caer la noche, y
transformaban las nubes de incienso en ondulaciones de un purpura oscuro.
Allí́ había ya otros dolientes, recostados sobre camillas que les habían sido
preparadas. Uno de ellos era el saduceo Judá ben Zakkai, el que había

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interrogado a Marco a la manera mundana. Sufría del corazón, dolencia que


ningún medico había sido capaz de curar.

Se echó en la camilla. Un sacerdote se acercó a el, llevando una copa en su


mano, la cual ofreció́ a Marco: —Es una infusión de corteza de sauce —le dijo
—, muy eficaz en el tratamiento del reumatismo. Aliviará un poco tus dolores.
Marco bebió́ la poción, que era a la vez agria y de un gusto a vinagre y que
encogió́ su boca y garganta. Judá se quedó mirando a Marco, cuyo rostro
pareció́ relajarse mientras descansaba sobre el almohadón.

Los sacerdotes se movían entre ellos, hablándoles con voz suave y


administrando medicinas y agua. Otros sacerdotes rezaban en voz baja
arrodillados ante el altar. Entonces empezaron a salmodiar, elevándose sus
voces en cadencias heroicas y majestuosas.

—Ten piedad, Dios —musitó Marco orando. Luego se quedó dormido y el


ultimo pensamiento consciente que tuvo fue que ya no sentía dolores en sus
articulaciones y sus músculos, y que aquella continua salmodia de los
sacerdotes era como una ola fragante que lo llevaba hacia la paz. Por primera
vez en muchos meses durmió́ sin soñar con nada, tan pacíficamente como un
niño.

El sacerdote guardó silencio por un momento. Luego dijo: —Ni siquiera los
mejores médicos conocen la causa del reumatismo. Pero nosotros sabemos
que los reumáticos son personas que se sienten tristes y melancólicas y que
sufren un gran abatimiento en su corazón. Eso sólo pueden sentirlo los
inteligentes y ya hemos notado que son precisamente las personas inteligentes
las que más sufren de este mal. Los sufrimientos mentales a menudo se
reflejan en el cuerpo. Si el alma se siente frustrada, esa frustración se traslada
a las articulaciones. Los espasmos de los músculos indican las apasionadas
luchas de un espíritu atormentado. El reumático es un hombre en un estado de
constante tensión tanto en su mente como en su cuerpo. Debo recordarle,
noble Cicerón, que si su mente goza de paz, su cuerpo también la gozará.

Marco estuvo un buen rato sentado en la posada, meditando. Cuando se


levantó, la paz se reflejaba en su rostro. Al día siguiente partió́ con Quinto y
Sirio de nuevo para Atenas.

CAPÍTULO 35
Marco iba sentado en el coche que conducía su hermano Quinto, en donde a
su derecha podía ver el mar Egeo; durante su viaje pasaron por pueblos con

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pequeñas acrópolis, templos y aldeas. Llegaron a Nauplia a medio día y ahí


descansaron en una posada con vista al mar. Marco se sentó en la terraza y
tomó un sencillo almuerzo, mientras comía admiraba el increíble cielo color
zafiro de Grecia. En ese momento sólo pensaba en roma de manera objetiva,
debía regresar porque era suya. En cambio su hermano Quinto, necesitaba la
presencia de otros pues le gustaban las risas, conversaciones alegres y chistes
fuertes. Quinto se sintió ofendido porque a Marco no le hubiera gustado su
corta experiencia militar, éste movía su cabeza, desconcertado, pero Marco
merecía su respeto, lealtad y devoción. En la posada todos querían a Quinto
hasta los griegos le perdonaban que fuera romano. Prosiguieron con su camino
y Quinto cantaba mientras Marco dormitaba recuperando la salud; durante el
camino, pensaban dirigirse a una posada en las cercanías de Corinto, donde
ahí pasarían la noche. A la puesta del sol Marco se incorporó en los cojines y
oyó ruido de cascos detrás de él y vio a dos hombres encapuchados que se
acercaban rápidamente. Cicerón se sintió un poco ansioso pues la carretera
era muy estrecha y empinada, llena de grandes rocas agudas y si los jinetes
querían pasarlos tendrían que hacerlo de uno por uno. Los jinetes se acercaron
más veloces y Sirio gritó y Quinto tiró de las riendas, el segundo jinete se alineó
detrás del primero y los pasaron. Una vez que los pasaron, los jinetes bajaron
la velocidad, uno de los jinetes lanzó una lanza y se clavó en el pecho de uno
de los caballos del coche, el otro caballo se alteró y escapó; Quinto salió
despedido cayendo en la carretera inmóvil y

Marco fue lanzado al suelo pegándose en la frente con las piedras. Sirio tuvo
más suerte, pues al ver el arma, controló a su caballo y lo frenó, pero su suerte
duró poco ya que sintió un dolor en el pecho y miró la lanza que lo atravesaba y
cayó muerto de su caballo al lado de Marco. Los jinetes, atemorizados por el
arribo de otras personas huyeron pero Quinto gracias a su experiencia militar
salió en persecución de los atacantes, siendo su objetivo alcanzarlos y
matarlos. Los mercaderes llegaron en su ayuda y vieron que Sirio estaba
muerto pero reconocieron a Marco y vieron que aún respiraba, ellos pensaban
que habían sido ladrones quienes los atacaron y miraron a lo lejos a Quinto que
ya los había alcanzado. Un jinete salió huyendo dejando a Quinto peleando con
su compañero, de repente Quinto clavó su espada y lo mató; ¡qué valiente!
Gritó uno de los comerciantes, ha luchado contra dos, hizo huir a uno y ha
matado al otro. Marco despertó dolorido a la luz de una lámpara y vio a su
hermano Quinto herido, pronto pensó en ladrones y miró su bolsa de dinero,
pero ésta estaba llena y también vio su daga alejandrina incrustada de piedras
preciosas; habló a su hermano Quinto y éste le sonrió con su boca sangrante y
sin un diente. Le preguntó si habían sido ladrones y Quinto respondió que no,
Marco dijo que debía hacer un sacrificio especial a Marte por haberlos salvado.
Quinto sin embargo, le dijo que su muerte fue planeada, inclusive los
mercaderes reconocieron que no fueron ladrones, sino asesinos. Quinto le

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preguntó a su hermano si reconocía un anillo en forma de serpientes y le


contestó que ya le había hablado antes de él. Quinto dijo que lo había quitado
de la mano de uno de sus asesinos y así comprendió que Marco era el objeto
de su ataque y le dijo que su muerte ya era deseada. Al final, en casa de Ático,
Marco le escribió a Julio César diciendo que no concebía que él fuera el
responsable de ese segundo ataque, pero que sí sabía quiénes habían sido.
Cuando Julio recibe la carta, le dice a los hombres que lo rodeaban que les
había advertido que Cicerón estaba bajo su protección y que uno de ellos ha
desdeñado su petición y ha mofado de su amistad. Sin embargo todos lo fueron
negando con la cabeza, ofendidos o con desdén. Al final, nadie fue
responsable del ataque, pero advirtió que no olvidaran que Marco estaba bajo
su protección. Julio le escribió en respuesta otra carta a Marco, diciéndole que
había tenido un gran disgusto al saber que había sido atacado de nuevo, que
las duras expresiones que Marco usó en su carta habían herido su corazón. Le
cuestionó sobre quién querría matarlo siendo un abogado íntegro y sin
enemigos, admirado por las multitudes; le pidió que regresara pronto y le dijo
que su madre estaba bien de salud.

Al recibir la carta de Julio, Marco la leyó y su hermano Quinto le dijo que al


parecer había ofendido a Julio, para lo que Marco contestó con una carcajada
que desconcertó a su hermano.

CAPÍTULO 36
El procónsul romano fue de visita a la casa de Ático en donde se encontraban
Marco y su hermano Quinto. Una vez que llegó conversó con los dos hermanos
sobre quiénes habían sido los que los atacaron, para lo cuál Quinto insistió que
eran romano y por otro lado, el procónsul decía que no podían ser romanos. El
procónsul dudaba de la versión que Quinto narraba de los hechos, diciéndole
que al no encontrar el cuerpo del hombre que mató, sólo estaba su palabra en
pie. Marco le dijo al procónsul que desearía que las autoridades dejaran de
hacerse cargo, éste por otra parte, decía que su pueblo, el romano, era un
pueblo de leyes y que no podía dar lugar a eso. Después el procónsul pide ver
el anillo que Quintó le quitó a uno de los atacantes y para esto, Marco se hizo
el desentendido diciendo que no sabía nada de ningún anillo; el procónsul le
imputaba a Marco que trataba de proteger a los atacantes, a lo que él
respondió: que no quiere acusar sin prueba alguna y que espera ocuparse de
ellos personalmente. Cuando el procónsul se fue de la casa, comenzaron a
discutir los hermanos porque Quinto habló de más sobre el anillo cuando
andaba bebiendo, pero a final de cuentas, todo se arregló entre ellos. Después,
Marco salió al bello jardín de la casa de Ático, en donde admiró la Acrópolis en
donde reflexionó acerca de los dioses y la disputa que había con los hombres

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así como una amplia descripción de la Acrópolis; admiró el anfiteatro de


Dionisos, en donde se realizaban las obras de teatro griegas para delicia de los
atenienses. Marco describió un poco de la obra de Antígona. De repente lo
interrumpe Quinto dándole la noticia de que iba a ser padre, a lo cuál Marco se
alegró y lo besó en la mejilla diciéndole que rezaran para que su hijo fuera muy
guapo. Pero marco sintió un poco de envidia de su hermano y comenzó a
pensar seriamente en el matrimonio. Quinto le recordó a su hermano que
abriera sus cartas, una de su madre y había otras más. La de su madre era
sentido común como siempre, haciéndole saber que todo iba bien; pero
también le aconseja que vea a Terencia como una buena candidata para que
sea su esposa, pues su madre le da la aprobación. Marco preguntó a Quinto
por Terencia y éste le dijo que si la conocía pero no la recordaba muy bien,
sólo porque era la hermana de Fabia, una virgen vestal. Marco le dijo que ya
quería amar a una mujer, para lo que Quinto le sugirió que tiene ventajas y
desventajas casarse, marco pensó que le hablaba en particular por Terencia,
pero no era así. Marco dijo que su corazón aún le pertenecía a Livia y Quinto
sintió un poco de tristeza por su hermano.

CAPÍTULO 37
Marco y Quinto permanecieron en la casa de Ático 6 meses, durante ese
tiempo Marco estudió en la escuela de Ptolomeo, recordando lo que fue su vida
de estudiante, la cuál describe de una manera muy grata y entusiasta. Marco
dijo que iría a Asia Menor y a Rodas a concluir sus estudios y que cuando
regresara iba a casarse con Terencia. Quinto apremiaba a su hermano para
que recitara unas palabras, puesto que su voz ahora era más fuerte. Quinto
recibió una carta de Helvia, diciéndole que su esposa había abortado, lo cuál
hizo que se sintiera un poco apenado, pero declaró que esa había sido la
voluntad de los dioses; inculcó a Marco a hacer ejercicio y éste ahora se sentía
feliz y dijo a Ático que esperaba aprender a ser intrépido cuando regresara a
Roma. Antes de marcharse de Atenas, recibieron 2 visitas, una de Roscio, un
actor amigo de Marco, el cuál le cuenta sus hazañas y aventuras, así como la
última obra que hizo en donde interpreta el papel de un personaje llamado Job.

Después de haber discutido de manera muy completa la obra que interpretó, se


despidió de Marco y Quinto, por otro lado, se sintió celoso de su visita; Roscio
se llevó cartas para los parientes y amigos de Marco.

El segundo visitante era un Egipcio llamado Anotis y afirmaba ser uno de sus
salvadores.

Marco lo recibió muy bien y se sentó a comer con él en la terza; quedó


admirado por la imagen del egipcio y conforme fueron hablando, se asombró

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también por la fineza de Anotis. Hablaron de los dioses egipcios y lo


relacionaron con un colgante que portaba Marco, a lo cuál Anotis le explicó el
significado del mismo, pues era de origen egipcio.

Cicerón emocionado por las historias que el egipcio le contaba, le pidió que le
relatara otras más, las cuáles eran sabidas por éste otro ya que los sacerdotes
se las contaban.

Anotis le contó las historias sagradas y Marco quedó asombrado con cada una
de ellas y terminaron esa conversación diciendo que rezaran para que pudieran
apreciar al que nazca. Al final, Anotis se quita del cuello una cadena con un
medallón y se lo da a Cicerón, diciéndole que lo guarde y lo emplee con fe.
Que ése era el propósito de su visita.

CAPÍTULO 38
Quito y Marco vuelve a Roma después de un largo viaje por Grecia Asia menor
y rodas, quito estaba impaciente por abrazar a su esposa Pomponia que no
había visto en más de dos años, cuando ambos volvieron a Grecia encontraron
a sus padres gozando de buena salud. Su padre tulio los abrazó sin embargo
miraba con cierta ansiedad a Marco.

El padre le pidió a marco que le hablara de Grecia pero éste sólo quería
escuchar de “la Grecia de sus sueños” .Marco quería a su padre pero le
fastidiaba que fuera tan inocente.

Cuando marco arribó a su casa fue visitado por su viejo amigo cesar quien
contrariamente a los argumentos dados para que marco no se casara con
Terencia, esa conversación fue determinante para la decisión de casarse con la
mujer elegida por su madre; Terencia.

El siguiente acontecimiento es la muerte de su antiguo amigo y tutor Arquías,


con quien mantuvo correspondencia durante su viaje pero que incluso antes del
viaje rara vez se habían visto.

Julio fue a hablar con Catilina, caballero de gran belleza con el cual tramaba
interrumpir los deseos de matrimonio entre marco y Terencia intentando
entorpecer la situación con rumores falsos de las dos partes. Lo que ocultan los
dos es la pasión que siente Catilina por Fabia, vestal y hermana de Terensa
con quien a menudo comparan con su hermana por las diferencias de carácter.
Julio le suplica a Catilina que deje de cortejar a la vestal puesto que las
consecuencias podrían ser desgarradoras y su futuro es muy importante para
arriesgarlo y que obviamente los romanos no van a permitir un abuso contra las
vírgenes vestales.

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Lucio Catilina al agotar las vías para evitar aquél matrimonio declara a julio que
marco debe morir como última opción para evitar dicho matrimonio,
argumentos que julio rechaza rotundamente apelando a la cordura y la
calma.Después cambian de tema y hablan acerca de la indiscreción de Curio,
quien amenazó a su esposa Fulvia, temen que Curio revele algo de los planes
a su esposa por lo que Julio afirma que Catilina debe reprimirlo con severidad
yaque es su pariente, primo lejano de su difunta esposa Livia.

Helvia y Marco fueron a visitar a Terencia que vivía en una casa amplia pero
modesta.

Al entrar al jardín las nubes cubrían ya el sol, y al caer un relámpago que


iluminó con gracia a Terencia y a su hermana vestal Fabia marco no pudo
apartar los ojos de la vestal. Posteriormente Terencia, Helvia y Marco
conversaron un poco, durante la charla se le notó a Marco un tanto nervioso
por la impresión que dejó la hermana de Terencia en Marco.

CAPÍTULO 39
Los esponsales se celebraron del modo más razonable y sin ninguna ilusión.
Conforme a la costumbre Marco hizo muchos regalos a Terencia, aunque le
hubiese gustado regalarle joyas y piezas de seda en un último esfuerzo por
infundir cierto romanticismo a la situación Terencia insistió con un tono humilde
que ella prefería regalos que fueran útiles ara su nueva casa en el Palatino. No
importaba si era un verso hecho con dicha complejidad o un simple chiste la
mujer sólo sonreía para agradar a su esposo, y cuando éste tuvo el
atrevimiento de tomarle la mano y darle un beso en el brazo Terencia se le
quedó mirando como ultrajada, tapándose con la manga el miembro ofendido.

La boda se celebró al estilo romano antiguo, todo era sumamente discreto


incluyendo el arreglo de la propia novia, cuando los novios fueron conducidos
por antorchas a su nueva casa, la gente creía que era una boda de plebeyos
puesto que no arrojaban dulces ni monedas a aquellos que pasaban, ni había
faunos escandalosos ni bellas bailarinas que los acompañaban.

El novio al parecer no quería casarse y menciona con mucha claridad como un


chiquillo:

“Si cierro los ojos, y luego los abro, descubriré que todo ha sido una pesadilla”.

Pero después de tanto Marco estaba seguro de una cosa: Terencia por lo
menos era su amiga, de lo demás no estaba seguro.

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CAPÍTULO 40
Catilina y Julio hablan acerca del nuevo puesto gubernamental al que ha
llegado Marco, que se ha vuelto un cuestor. También hablan acerca de los
rumores de la vestal Fabia, de unos mareos y desmayos, de los sueños que la
joven vestal tiene, de sus pesadillas donde confiesa haber cometido delitos que
ni siquiera puede mencionar, por lo que Julio relaciona estos acontecimientos
con las acciones que Catilina lleva a cabo para seducir a la joven vestal.
También hablan de los esclavos que se planean levantar y también Julio acusa
a Catilina de estar vinculado con estos esclavos, pero Catilina furioso busca su
daga y Julio con una risa sarcástica advierte a Catilina que si Craso escuchara
una sola palabra del propio Julio entonces Catilina no viviría un día más y le
pide que afronte sus consecuencias con valor.

En la casa de Marco la mujer parece ser más exigente de lo que ya se veía,


revisa sus libros de contabilidad del despacho, sus deudas y los casos que
lleva, también lo aconseja para llegar a tener un mejor puesto político
sugiriendo que lo compre como todos los demás pero este acto a Marco se le
hace muy despreciable. La esposa también se ha dado el lujo de leer un par de
artículos viejos escritos por su marido.

Marco recibe la visita de Julio César y Pompeyo el Magno quienes le traen la


noticia dichosa de una invitación hacia Marco por parte de Licinio el Craso,
invitación que Marco rechaza rotundamente.

CAPÍTULO 41
El poder del dinero en una República es algo que está restringido por las leyes
y aunque le daba influencia, eso no bastaba a la ambición de Craso. Para
obtener el poder que deseaba (el poder absoluto), hacía falta primero engañar
al pueblo. Pero una nación republicana, por muy corrompida que esté,
sospecha del ceremonial y de las ostentaciones y alardes de riqueza. Roma
todavía no estaba madura para la monarquía.

Y se opondría con todas sus fuerzas al paso siguiente: el fasto de la realeza.


Craso no quería cometer los errores de Sila. El general se equivocó al ser, ante
todo un soldado, en mantener una disciplina de tipo militar y en amar a su país.
Craso carecía de esas virtudes y prefería aproximarse al pueblo con suavidad y
habilidad traicionera. Como era rico, se convirtió en un filántropo. Pronunciaba
discursos anteel Senado, declarando que sólo deseaba el bien de la República
y el poder constitucional del pueblo.

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CAPÍTULO 42
Catilina y Julio planean el posible envenenamiento de Cicerón a través de su
esposa.

La fama de Marco como abogado y orador crecía cada día más en Roma y
bajo la hábil administración de Terencia su fortuna aumentaba. Cuando
denunció públicamente a Verres por sus expoliaciones y robos en Sicilia, así
como por sus actos de crueldad contra los propios romanos, el cariño del
pueblo hacia él fue aún más fuerte. A petición de Julio César fue nombrado edil
curul.

CAPÍTULO 43
Marco ignoraba que fuera la virtuosa fachada de mármol blanco tras la que se
ocultaban las actividades de Craso, Julio César, Pompeyo el Magno, Catilina y
tantos otros. El pueblo se daba cuenta de su integridad y comprendía que no
habría sido nombrado edil curul a no ser por Craso y sus amigos.

Fundó la primera Biblioteca del Estado en Roma, basándose en la


importantísima que había en Alejandría. La cultura no garantiza la
discriminación, el escepticismo ni la sabiduría. Cuando siguiendo su ejemplo,
en las provincias se fundaron bibliotecas de las palabras.

CAPÍTULO 44
La depresión que vivía Marco en ese entonces, causada por la constante duda
de no sentirse joven ni tampoco viejo, lo llevó a la desesperación. Esta misma
causante de una ligera frustración de preguntarse mil cosas acerca de la vida lo
hizo concluir que el solo vivía para la justicia abstracta y eterna.

Marco habla de que la expectación es lo que mantiene vivos a los jóvenes y


que no los lleva a morir atrapados en la desesperación, sin embargo Marco
estaba consciente de que el ya no tenía expectativas y por eso los años le
afectaban en mayor proporción. Que las vanidades infantiles eran parte del
conformismo que, como droga o estupefaciente consumía las almas jóvenes y
simples, que al final podríamos concluir que no importa la edad, hay personas
que simplemente no han madurado lo suficiente.

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Estando Marco en su isla ancestral, volvió la mirada y escucho la voz


proveniente de una sombra que se acercaba y que le dijo: “¿Por qué tan serio
Marco?”, era su amigo Julio Cesar, a quien Marco recibió alegre y contento de
verle.

Su estancia en donde Marco fue basta para tocar algunos temas de


importancia como su matrimonio y el crecimiento de su hija Tulia, por el otro
lado la hija de Julio Cesar, Julia ya estaba en edad para contraer matrimonio y
así mismo, después del fallecimiento de la esposa de Julio, el buscaba superar
el luto para volver a casarse con Pompeya.

Para intentar salir de la seriedad, Julio le dice a Marco que todo hombre en
Roma tiene en su jardín trasero un tigre esperando devorarlo, cosa que el
mismo Julio concluye que el tigre de Marco es su tendencia a transigir; marco
le contesta que él no transige con sus principios, si sus argumentos no son
bastantes validos solo espera que alguien presente argumentos mejores para
contrarrestar los propios.

Después de algunas pláticas donde marco llamo hipócrita a julio cesar, julio le
contestó a marco diciéndole que: ningún político puede mantenerse al margen
de la corrupción porque ser político es tratar los asuntos del pueblo, y el pueblo
corrompe, el hombre solo es bueno en el reino de lo abstracto.

Momentos después entra Terencia con Tulia y al no saber que Marco tenía
visitas se disculpa pero se queda a invitar a Julio a cenar, sin embargo este al
ver de reojo la reacción de Marco, decide marcharse.

Terencia como principal reclamo, le dice a Marco que su grosería era


imperdonable y de ahí desata otros temas que a Marco le fueron significativos,
como lo es el hecho de que antes la voz de Marco tenía mucha influencia
porque afirmaba discreción y prudencia y que con el paso del tiempo solo emite
brusquedad y no demuestra control alguno.

Marco logro quedar solo en su isla ancestral haciendo todas las tareas que

correspondían, un poco rato después comenzó a pensar y meditar, y en ese


proceso comenzaba a creer que veía a Livia y que convivía con ella de nuevo,
abrazando a un árbol y recargando su cabeza sobre la corteza, creía era Livia.
En una plática que Marco tuvo con su médico, lo obligo a leer las muchas
cartas que había hace tiempo, recibido de roma; principalmente una carta de
Terencia donde ella le escribe que Lucio Sergio Catilina había sido nombrado
por Craso el pretor de Roma y que ese cargo debía pertenecerle a él.

Tomando de nuevo color en la piel y con coraje por haber dejado pasar tiempo,
Marco tomó su caballo y cabalgando hacia roma creía de nuevo estar al lado
de Livia.

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CAPÍTULO 45
Marco llega a roma y se encuentra con Julio y Craso; asombrado, Craso
exclama y cuestiona todas las incoherencias que Marco siendo abogado, había
soltado.

Tanto Julio como Marco cuestionaban el nombramiento de Catilino, un hombre


maleado, lleno de desastre, protector de notorios criminales y corrompido
vicioso holgazán, ¿A caso eso lo califica para tan alto puesto? Si contesta que
sí, entonces Roma está perdida.

Siguiendo la misma temática, Craso y Julio intentaron convencer a Marco que


Catilina estaría en el poder por solo dos años y que posiblemente fuese Marco
quien lo sucediera, que Catilina ya estaba advertido de que en caso de
encontrarse en los tribunales, debía ser parcial y justo sin infringir a ninguna
ley.

A Julio le parecía asombroso que un hombre como Marco, después de estar


cerrado a todo y con la insistencia de preguntar cosas estúpidas acerca de la
vida, haya ido con tanta perspicacia a defender lojusto para la roma de sus
sueños.

Marco acusó a Craso de ser el responsable del nombramiento de Catilina,


Craso alzó el puño en señal de que iba a golpear a Marco pero César lo detuvo
y le dijo a su amigo que como era tan estúpido para acusar al más alto
funcionario de roma.

Intentando ceñirle la verdad a Marco, le quisieron hacer ver que la democracia


tan amada de roma había desaparecido y que se habían alterado las
costumbres del pueblo romano, así también Pompeyo en su intento de
convencer a Marco termina diciéndole que el pueblo romano es pusilánime y
que con tal de que no le molesten aceptara cualquier explicación y la tomara
como propia.

Tras unos momentos, Craso se calmó y junto con César decidieron decirle toda
la verdad, Catilina era un hombre influyente en al menos la mitad de Roma,
entre criminales, familias ricas inclusive no romanas, atletas, homosexuales,
viciosos y pervertidos, podrían llegar a destruir a toda roma con tan solo unas
palabras de su figura que los representa.

Ante esto Marco se sentó y concluyó que no era lo correcto pero por el
momento si era lo mejor y que debía haber otra solución, que aún existían las
leyes…

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El sueño de Marco era el mismo que de sus ancestros, restaurar a roma como
la república que es, sin embargo no es tan sencillo pues ya en el intento se
había fracasado.

Cuando Marco abandona el cuarto, los demás tres, atónitos erigieron su mirada
el uno con el otro y Pompeyo dijo: si hemos de pensar en un asesinato, que la
víctima sea Catilina, nos enfrentamos a un hombre virtuoso y uno perverso, no
sabemos cuál es más peligroso.

En su casa, Terencia estaba esperando a Marco para preguntarle como habían


estado las cosas y cual sería en un plazo la situación de Roma, Terencia fue
fuerte y dura con Marco y le dijo que al no conseguir nada, había fracasado
entones.

CAPÍTULO 46
Marco creía fuerte y firmemente en que Craso, César y Pompeyo se habían
librado de un hombre peligroso dándole poder del que era incapaz de hacer un
buen uso.

En Marco se había producido un cambio, vivía una época de paz y tranquilidad


al igual que roma, como si algo en él se hubiera agotado o bien estuviera la
expectativa.

El mal no se notaba mucho, ni había nada que inspirara indignación ni


resistencia.—Vivimos buenos tiempos —decían los veteranos de tantas
catástrofes, hablando con un tono de voz que indicaba agradecimiento—. Por
fin hay estabilidad. Sigamos disfrutando de la vida en esta atmósfera de calma.

Catilina, con su propia desidia y vida depravada había acabado con sí mismo y
esto lo llevo a dejar el puesto de pretor; Marco, aunque no tan emocionado,
sabía que le tocaba asumir ese puesto, por lo que empieza a trabajar
desesperadamente para argumentar que él es el indicado para el puesto y en
una charla con su padre, le dice, que el mundo ha cambiado y que él es una
persona importante con familia y cuestiones públicas que atender a lo que el
padre contestó: “Ya verás antes de morir que el mundo siempre es igual”;
palabras que a Marco lo dejaron pensando.

Marco salió pues había acordado de ver a Clodia y como pasaron toda la
noche a solas, cuando Marco volvió a su casa estaban las luces prendidas y
automáticamente pensó en su hija. Al entrar al vestíbulo, Terencia se le volvo
encima diciendo que su madre Helvia había muerto mientras el estaba en
brazos de otra fulana.

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A las celebraciones asistieron muchas personas y familiares, todos lloraban


como Terencia y Tulia la pérdida de Helvia sin embargo los más apenados,
Marco y su padre Tulio no pudieron verter lagrima alguna y Marco al ver la
condición de apego de su padre con su madre difunta, decidió que Tulio debía
ir a vivir con su otro hijo Quinto, el cual era el más parecido a su madre y esto
le ayudaría a Tulio a sentirse mejor con la vida de soledad que estaba por
comenzar.

CAPITULO 47
Después de este hecho, Terencia y Marco tuvieron una pelea que los llevo a
pensar en el divorcio, aunque ya calmados hablaron las cosas y tratando de
recordar platicas con Noë y con su madre, Marco se alejo del lugar y se puso a
recordar en la isla ancestral, misma en la que ahora existían dos fantasmas; el
de Livia y el de Helvia.en el mismo.

Marco había sido nombrado Pretor de Roma y se encontraba charlando con


Publio Clodio quien era partidario de la idea de la república . Por otro lado
Quinto quien estaba teniendo un muy mal humor últimamente, Marco creía que
era debido a su esposa , se mostraba preocupado por su padre que cada día
lucía más descolorido y arredrado y de su hijo que tenía un carácter tortuoso y
era escurridizo.

CAPÍTULO 48
Se habían reunido a cenar Julio César, Pompeyo, Craso y Lucio quién
expresaba ahora más que nunca su deseo de ser Cónsul de Roma y en sus
expresiones parecía “amenazaba” con dar a muerte a Cicerón de una vez por
todas, los demás le decían que eso no podía ser posible ya que aquél era muy
amado por el pueblo y tenía amigos patriarcas muy poderosos. Aparte de eso
Craso le dijo a Lucio que ellos querían remplazar a los cónsules elegidos y que
fueran sustituidos por amigos suyos. Por otro lado la hermana de Publio Clodio
(Clodia) tenía como uno de sus amantes favoritos a Marco Tulio Cicerón con
quien luego discutía de política, filosofía y del destino de los seres humanos,
aquél la consideraba más bien como una buena amiga. Había chismes
alrededor de Marco, uno que según Clodia decía que Craso y sus seguidores lo
asesinarían cuando los cónsules elegidos tomen posesión de sus cargos.

CAPÍTULO 49

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Tulia quien adoraba a su padre yrespetaba a su madre Terencia , era una chica
muy dulce ,modesta e inteligente , que aprendía de las virtudes y
conocimientos de Marco, detestaba al pequeño hijo de Quinto y temía a
Pomponia. Un día que estaba en la biblioteca con su padre, les llegó un
anónimo (el cuál había enviado Clodio) sobre la advertencia al asesinato que
estaban planeando en contra de Marco para la primera semana de Jano. Esa
noche Pompeyo encapuchado fue a ver a Marco no quería que nadie se
enterara que había ido también a advertir a Cicerón del atentado que planeaba
Catilina en contra de él y también que desconfiaba y temía de Julio César , se
había portado muy frenético y dado su consentimiento para el asesinato a
Marco. Cuando llegó Quinto, Marco le contó todo el asunto y le pregunto por
una escolta de soldados de confianza que estuviera a su disposición, ambos
fueron a ver a Julio César a su recinto .Ahí Marco le dejo bien en claro que no
había querido detenerlo o entregarlo con sus compañeros a la justicia porque
temía aún más por el dominio de los militares haciendo referencia a Sila y su
dictadura de hierro.

CAPÍTULO 50
Cuando nació su hija Tulia, la luminosidad de Grecia iluminaba todavía los
pensamientos de Marco, así que a pesar de sus profundas convicciones, le
parecía que había esperanzas en el futuro y que él y su país podrían lograr
muchas cosas de provecho. Entonces era joven y el nacimiento de su hija le
pareció la mera continuidad y brillantez de su vida, el dedo de la esperanza
indicando vivamente hacia los años aún por venir, la promesa siempre
renovada de mañanas tan frescas como las rosas.

Tulio yacía en su lecho del pequeño cubículo que el mismo Marco había
ocupado cuando habitó allí de niño, de muchacho y de joven soltero. Las
cortinas de la pequeña ventana aún no habían sido corridas y los primeros
débiles rayos del sol caían sobre el rostro de Tulio revelando sus rasgos. No
era el rostro que Marco recordaba. Era un rostro calmoso y remoto, purificado
de las polvorientas telarañas de los dolores de la vida. Todo lo que había traído
la edad, la inquietud o los tormentos había huido, dejando tras sí la carne
exorcizada para que se uniera pacíficamente a la tierra.

CAPÍTULO 51
Noë ben Joel escribió a su amigo desde Jerusalén: Saludos, querido amigo
¡Te han nombrado cónsul de Roma, el cargo más importante de la nación más
importante del mundo! Y me lo comunicas con tu sencillez habitual, sin la
menor insinuación de condescendencia u orgullo. Le hizo saber cuanto le había

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alegrado Recuerdo divertido tus primeras cartas en las que expresabas tu


pensamiento y tu creencia de que jamás ocuparías tal cargo. No creíste ni por
un instante que el partido senatorial o de los optimates te apoyara, pues
siempre se mostró resentido y receloso hacia los «hombres nuevos» de la
clase media.

Tampoco creíste que los de tu propia clase te apoyaran, por envidia y con tal
de evitar que te elevaras por encima de ellos, ni que el partido del Pueblo o de
los populares te diera sus votos favorables, porque en estos últimos años
declaraste frecuentemente, con amargura, que el pueblo prefiere bribones que
lo adulen y compren sus votos, a un hombre que sólo les promete intentar
restaurar la grandeza republicana y el honor de su nación, y habla, no de
conceder más y más dones gratuitos a unos ciudadanos ociosos, sino con la
austera voz del patriotismo.

También César parece ir prosperando rápidamente, porque antes de que tú me


escribieras, ya me había enterado de que fue nombrado Pontífice Máximo y
Pretor de Roma. Tú miras eso con tus habituales recelos; pero debes recordar
que es inevitable que hombres poderosos, ambiciosos e inteligentes, como
César, alcancen el poder, y puede que esto sea también la voluntad de Dios,
cuyos caminos siempre han sido de lo más misteriosos.

CAPÍTULO 52
Antonio se había ya sentido encantado de poder abrazar a Catilina, al que
admiraba por su apostura, que los años no habían logrado disminuir ni
estropear, y porque Catilina era un intelectual muy divertido, que hacía que
hasta una frase malsonante resultara festiva y sofisticada. Catilina no le aburría
con números y libros de contabilidad. Sus modales eran de gran señor y
hablaba en el tono que a Antonio resultaba más familiar. Además, estando uno
al lado de Catilina, podía estar seguro de que no le iban a hablar de la falta de
dinero , a diferencia de Cicerón, que siempre estaba refiriéndose a tan sórdido
tema. Antonio se dispuso a pasar una velada agradable.

Antonio se irguió en su silla de ébano esculpido, como si hubiera recibido un


golpe en la cara. Sus ojos marrón claro se quedaron fijos en los de Catilina,
que le parecieron como relámpagos azules. —He dicho que Roma está a punto
de ser destruida —repitió Catilina. Antonio se mostró incrédulo. Las luces de
las lámparas que había sobre las mesitas de teca y de limonero se agitaron
ante un leve soplo de brisa. Los colores de las alfombras persas parecieron
entremezclarse. El brasero quemaba por los carbones encendidos. Los libros
relucían en los estantes y las figuritas aparecían iluminadas. Había un aroma

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de rosas en el ambiente. Antonio miró aturdido en torno suyo, no creyendo aún


en lo que acababa de oír, volviéndose de nuevo a mirar a Catilina, que seguía
de pie, con una sonrisa implorante, como suplicando al otro que retirara tan
amenazadoras palabras.

CAPÍTULO 53
En la fría biblioteca de Cicerón se reunieron mucho después de medianoche, el
propio Cicerón con Antonio, César, Craso, Pompeyo y Clodio. Al lado de su
hermano estaba Quinto, el soldado, al que Cicerón había convocado
urgentemente. Cicerón se había echado encima una bata roja de lana, sobre su
bata de noche, ceñida con una correa de cuero. Los pies los llevaba metidos en
botas forradas de piel. Se quedó mirando a sus visitantes durante un buen rato,
en completo silencio, después de que Antonio ter-minara de hablar y tras que
César y Craso hubieron hecho sus ominosos comentarios.

El helado sol amarillento apenas si acababa de rozar los tejados más altos de
la turbulenta ciudad, cuando Catilina se puso en marcha; más abajo aún
reinaba una penumbra púrpura bajo los arcos y pilares y las calles
pavimentadas con losas de piedras estaban a oscuras, con parches de nieve y
charcos de agua.

CAPÍTULO 54
Poco después de este su primer discurso contra Catilina, Marco Tulio Cicerón
estaba acostado en su cama a medianoche, sin poder conciliar el sueño. Pero
la ciudad, aunque más tranquila que durante el día, seguía produciendo
murmullos lejanos como un titán inquieto que sufriera pesadillas. Marco tenía
los ojos secos por la tensión y la fatiga.

Marco tenía los ojos secos por la tensión y la fatiga.

Durante mucho tiempo nos hemos estado diciendo a nosotros mismos: «la
intolerancia para con las convicciones políticas de otros es un procedimiento
bárbaro que no debe ser tolerado en un país civilizado.

Como siempre, César, Pompeyo, Craso, Clodio y muchos de sus amigos


estaban presentes para oír la apasionada oratoria de Cicerón y todos se los
quedaban mirando para ver como asentían gravemente y pensaban.

Una noche en que César se hallaba en su biblioteca tratando de leer, aunque


sin conseguirlo, pues le tenían inquieto los malos presentimientos, se le acercó

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su superintendente para decirle que el noble patricio Lucio Sergio Catilina


había venido a visitarle y deseaba urgentemente hablar con él. César palideció
intensamente ante esta peligrosa insolencia y amenaza para sí mismo; pero se
dominó y ordenó que Catilina fuera introducido en su biblioteca, apresurándose
a correr las cortinas de sus ventanas, por las que se veía la nieve iluminada por
la luna.

CAPÍTULO 55
Pero no era el fin, sino tan sólo el sangriento principio. Catilina atacó
inmediatamente, apoyado por Manlio y las fuerzas de descontentos de éste y
por aquella gentualla de libertos envidiosos, gladiadores, esclavos fugitivos,
bribones, malhechores de todas clases, vagos, tramposos y traidores. Sin
embargo, entre ellos había patriotas toscanos engañados por Catilina, que
constituían sus fuerzas más escogidas, hábiles soldados, como los etruscos de
Manlio. En Roma corrieron alarmantes rumores de que Manlio se había puesto
en marcha.

El demonio que llevaba dentro Catilina, jamás había sido exorcizado y ahora lo
tenía completamente en su poder.

Catilina era el enemigo jurado de Roma y había sido condenado por ésta, por
desear su destrucción. Sin embargo, había sido un valiente y heroico soldado y
un fiel camarada de armas.

Quinto no hacía más que clavar su espada en carne, desclavar y volver a


clavar, hasta que la sangre le empezó a correr por el brazo y le salpicó la
armadura, túnica, polainas y botas.

CAPÍTULO 56
Marco Tulio llega a la isla de Arpinum escoltado por un gran número de
soldados para su seguridad. En este lugar siente tranquilidad suficiente como
para seguir trabajando a pesar de su paranoia pero al mismo tiempo tiene
recuerdos de Livia durante su estancia.De vez en cuando se escapaba al
bosque donde eran más recurrentes los recuerdos de Livia, posteriormente a
Marco le llega una carta de Noë Ben de Jerusalén que de cierta forma le habla
sobre la supuesta llegada del mesías y como su amigo Roscio busca entre los
bebes recientemente nacidos al mesías, con esta carta Cicerón recuerda lo
dicho por Sócrates acerca de los grandes hombres y que tienden a nacer en
aldeas y no en grandes ciudades infiriendo así que el mesías tuvo que nacer en
una así. Posteriormente a pesar de que no quiera tiene que regresar a Roma.

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Ahí siendo cónsul de Roma tiene que arreglar un caso de adulterio que se dio
entre Publio Clodio y Pompeya (la esposa de Cesar), y procesa a Clodio. Cesar
le ofrece que se una a Craso y a el pero Marco lo rechaza, mucha gente
comienza a decirle a Cicerón que se ande con cuidado porque había gente
muy poderosa que no lo querían ya, le sugerían que se fuera de Roma en
cuanto acabara su consulado y que no fungiera como testigo de cargo contra
Clodio, otros lo alentaban para que continuara.

Entonces Cicerón alego en la corte contra Clodio, ya que los aristócratas le


habían pedido que se tomara con seriedad el caso, Clodio presento testigos
que alegaron que en la noche de la festividad de las mujeres había estado con
ellos en el campo, el mismo Cicerón argumento en contra que había visto a
Clodio 3 horas antes de la ceremonias de la Buena Diosa en Roma. Al final el
jurado declaro a Clodio inocente y Marco supuso que estos habían sido
sobornados por Clodio, entonces Cicerón se ganó a otro enemigo.

Cicerón al retirarse como cónsul tenía derecho de escoger la mejor provincia


para fungir en ella como gobernador y la mejor era Macedonia pero decidió
mandar a un gran amigo suyo, Antonio Hybrida, mientras Cicerón se daba cada
vez más cuenta de la cantidad de personas que estaban en contra suya.
Después de un tiempo le llegaron informes de que Antonio había sido acusado
de extorsión y opresión en Macedonia, entonces Antonio le mando una carta
pidiéndole a Cicerón que lo defendiera en juicio, Cicerón por ser un gran amigo
suyo acepto pero tiempo después conoció de unas cartas de Antonio hacia sus
amigos del senado en las que Antonio decía que Cicerón le había ordenado
que saqueara la provincia y se dividiera el motín con él. Todo esto a la par que
Antonio le escribía cartas a Cicerón agradeciéndole por su defensa, entonces
Marco se negó a defenderlo. Cicerón se fue percatando cada vez mas de en
qué situación se encontraba y como había tanta gente en su contra y tenía
tantos enemigos, desesperado le envió una carta a su amigo Noë Ben Joel
donde desesperado le contaba acerca de su situación y como inclusive el
suicidio pasaba por la cabeza de Cicerón, pero al final la emite recordando lo
que su gran amigo Noë le recordaba “El suicidio es la última muestra de odio
del hombre hacia dios”

CAPÍTULO 57
Marco seguía percatándose de la infamia que acaecía contra él y que cada vez
se expandía mas por Roma, estando Cicerón en su biblioteca llega a visitarlo
Cesar y a platicar con él, Cicerón extrañado por su visita lo acepta y comienzan
a charlar, Cesar le pide que a pesar de le queden pocos seguidores lo apoye
para su candidatura como Cónsul, Cicerón le replica que no es digno de ser

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Cónsul y entonces Julio le replico que se si solo las personas dignas pudieran
ser Cónsules nadie lo seria y también le comento que Craso, Pompeyo y el
querían formar un Triunvirato para darle una mejor gobernación a Roma,
Cicerón respondió indignado contra lo que le dijo Cesar y que jamás los
apoyaría en su Triunvirato o su “Comité de los tres” como así le llamaron,
Cicerón inclusive dijo que haría todo lo posible para mostrarse en contra de
ellos y que eso no pasara y que usaría a los pocos amigos que le quedaban
para lograrlo, Cesar continuaba replicando que por su bien le convenía que se
uniera a ellos porque si no iba a tener un mal final ya que había mucha gente
poderosa de lado de los tres, pero Marco insistía en que no lo haría Marco le
dio el anillo de serpientes diciéndole que profanaba su casa después Marco
tuvo una visión en la que observa a Cesar ser acuchillado y le ruega porfavor
que deje esa idea del triunvirato, pero Cesar a pesar del espanto que le causo
el augurio de Cicerón solo se marchó.

Posteriormente Clodio mostro al senado un proyecto de Ley que decía que a


cualquiera que hubiera ejecutado a ciudadanos de Roma sin el debido proceso
legal debería de ser desterrado, y el senado aprobó la ley, entonces Marco fue
llevado a juicio donde se le acusaba de la ejecución de Catilina y de sus cinco
lugartenientes. Cicerón se defendió diciendo que primero Catilinia no fue
ejecutado sino que fue asesinado en combate y solo sus lugartenientes fueron
ejecutados, además de que si no lo hubiera hecho y hubiera actuado conforme
al procedimiento necesario Catilina hubiera arrasado con Roma y eso no lo
podía permitir, también explico que al haberse convertido en traidor de Roma
perdía su ciudadanía y que por lo tanto podía ser ejecutado sumariamente y
por ultimo suscito el principio de retroactividad y que no podía ser juzgado por
un delito posterior a la ley que lo penaba, como era su caso. Al darse cuenta de
que había sido sentenciado al exilio rezo un discurso en el que acusaba a los
traidores de Roma y que eran peores que sus mismos enemigos externos ya
que estos se disfrazaban y destruían a Roma desde adentro, haciendo
referencia a los actos del senado y de Cesar, Craso y Pompeyo.

Cicerón arriba a su casa y se da cuenta de que ha perdido todo yque no hay


nada que pueda hacer para evitar su exilio, piensa de nuevo en el suicidio pero
lo ignora debido a que es un hombre de familia, y llegan a buscarlo en una
escena dolorosa entre reprimendas hacia el por parte de Terencia, suplicas de
su hija y lamentaciones de su hermano tiene que marcharse.

CAPÍTULO 58
Este capítulo después de haber sido destruida la mansión de Cicerón, hermano
Quinto acude primero a Cesar para pedir que perdonen a Cicerón y le permitan

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regresar a Roma pero Cesar dice que no puede hacer nada y que ha sido
juzgado por sus actos contra Catilinia y que Cicerón no acepto la oferta que le
hizo para unirse al Triunvirato y que Marco no comprendía la era moderna,
Quinto le refuto diciendo que Marco alguna vez salvo su vida y que debía
perdonarlo y hacer que regresara pero Cesar dijo que no podía hacer nada.
Posteriormente Quinto a Pompeyo para hacerle la misma petición y le dice que
ignorara la decisión del senado porque al fin de cuentas ellos como soldados
solo son carne de cañón para el gobierno y también que por lo mismo no se
podía fiar de Julio y Craso, también le comenta que las infamias de su hermano
se deben a causa de Antonio Hybrida , Pompeyo reconoce que Quinto tiene
razón y entonces reconoce que lo pensara. Después Quinto reúne a un grupo
de Legionarios y va a visitar a Antonio Hybrida exigiéndole vivazmente que deje
su orgullo y lo que dirán de él y rinda honor a la amistad que tenía con su
hermano reconociendo ante el senado que las cartas por las que se acusa a
Cicerón eran mentira, después de la reprimenda que le da Quinto Antonio se
arrepiente y dice que admitirá ante el senado eso. Mientras tanto Terencia
busca con los conocidos y familiares de Cicerón ayuda para que hicieran algo
que lograra el regreso de Cicerón.

Mientras tanto Cicerón se queda en casa de un amigo en Salónica, Grecia


donde pasa los días triste alejado de su amada Roma y escribiendo cartas a
sus amigos llega a quejarse contra ellos por no dejarlo que se suicidara y
también cartas conmovedoras a su esposa, Cicerón estaba perdiendo la
cordura allá en Salónica y los sirvientes de la casa donde se quedaba
empezaron a darle muy buen trato en parte por que sintieron lastima por él y
también por la repulsión que le tenían a Roma, principalmente Adoni que era
de los mejores sirvientes hablaba frecuentemente con él y le comentaba acerca
de la belleza de Grecia para tratar de reconfortarlo pero a pesar de esto
Cicerón continuaba extrañando más y más a Roma sintiéndose cada vez más
decaído. Un día Adoni le comenta a Cicerón que un buque mercantil ha llegado
de Israel y que iba a ir a comprarle cosas y que se llevaría algunas sirvientas,
Cicerón les da unas cuantas monedas para que compren lo que quieran y le
dicea Adoni que le traiga lo que guste. Mientras tanto en Roma las cosas en el
triunvirato comenzaban a tornarse difíciles por las diferencias que existían entre
Cracio, Pompeyo y Julio.

Adoni regresa con una gran sorpresa, sus amigos de la infancia Noë Ben Joel
de Jerusalén y Anotis de Egipto, con esto Marco se pone intensamente feliz y
corre a abrazarlos, así pasa unos días platicando y conviviendo con sus
grandes amigos y les comenta sobre su exilio y comparten vivencias y penas,
Noë le habla sobre la llegada del mesías y Cicerón se refugia en la creencia del
señor, después de su partida Cicerón recobra los ánimos y su humor
esperando que volverá a Roma mientras comienza a rezarle al señor.

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CAPÍTULO 59
Julio César indica a Craso el problema en el que se encuentran metidos por
haber desterrado a Cicerón, la gente pedía su regreso y piensa César que al
hacerlo volver la gente olvidara sus malos decretos y los considerará amigos y
benefactores del pueblo; Pompeyo apoyo la moción alzando el pulgar.

Porcio Catón dijo agresivamente los senadores amigos que debían hacer
volver al hombre que salvó Roma; bajo todas las protestas Craso tuvo que
consultar al Senado el cual plantea las consecuencias que podrían resultar de
admitir públicamente su error (el pueblo los despreciara y Antonio Hybrida
podría contarlo al viejo amigo de Cicerón, el cónsul Cornelio LéntuloSpinther);
por eso decidieron resolverlo de una forma en la que ninguna persona pudiera
ser culpada del destierro. Pompeyo escribió una carta diplomática donde
indicaba el aprecio que sentía por este, que todo lo relativo al retiro de su
destierro estaba en manos de su amigo César el cual tenía muchos autores
satíricos (comediantes) a su mando.

Ninnio, el cual demostraba un gran cariño por Cicerón fue a visitar a Julio
César al cual le planteo cuando él presentó un proyecto para levantar el
destierro a Cicerón, el cual fue rechazado por Clodio, pero en su opinión los
nuevos tribunos la aceptarían, incluyendo al amigo de César, Tito Annio y le
preguntó si se oponía, lo que él negó y alegó que rezaba por que volviera,
prometiendole después de su calmada “amenaza” (razón por la que el pueblo
lo amaba, por ser honrado pero justo) que hablaría con los senadores; antes de
irse Ninnio afirmó que sólo los tiranos estúpidos se creen invencibles e
invulnerables (utiliza como metáfora a Jerjes de Persia el cual escuchaba
primero al más humilde de sus esclavos y después a su consejo ya que el
primero no tenía nada que perder).

La moción de Ninnio se presentó ante el Senado en otoño donde se pedía el


indulto a Cicerón, 8 senadores votaron a favor y los demás se abstuvieron de
hacerlo, y sintiéndose fuertes con su propuesta propusieron la derogación de la
ley, pero se rechazó; sin embargo se le restituyeron sus derechos civiles y su
rango, esto se le notificó, pero Cicerón se negó a menos que se le devolvieran
sus propiedades y se le construyera una nueva casa en el Palatino. Mientras
tanto vivía en Dyrrachium en donde tenía una gran biblioteca y a donde lo fue a
visitar Ático para contarle los últimos acontecimientos de Roma (excelentes
ventas de su libro [le dio una fuerte suma de dinero, de la cual la mitad era de
su bolsillo], buena salud de su familia y el trabajo de su hermano Quinto para

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lograr su regreso a Roma), le dijo también que acudían grupos de toda Italia a
Roma para pedir su regreso y que Léntulo presentaría una nueva moción a su
favor tan pronto terminaran los Sagrados Ritos en Jano. Ático se alegró de ver
tan fuerte y lúcido a su escritor y amigo, este le contó que lo que le habían
regresado pero se quejó de que no le habían regresado lo demás, que no
tendría de que vivir y que el Senado defiende a capa y espada el dinero que
roban del pueblo, prometiendo no volver hasta que le regresaran lo suyo.

A su regreso a Roma Ático envía las noticias de lo que acontece a su amigo;


Léntulo ruega y el Senado, después de escuchar niega, Pompeyo puntualiza
que solo un edicto del pueblo lograría su regreso, César se pone como servidor
del Senado, provocando risas juguetonas al hablar de Cicerón, Craso se pone
como el más humilde servidor del pueblo Romano y el Senado lo escucha
solemnemente, todos parecen querer el regreso de Cicerón, menos Publio
Clodio el cual lo odiaba y tenía el poder para mantenerlo fuera; Ático no
mencionó que su hermano Quinto había sido gravemente herido tras una
discusión con Clodio y que apenas había logrado sobrevivir al pensar que esto
haría regresar a Cicerón e interpretar que aceptaba las condiciones impuestas
por el Senado, no volviendo así con honor (anulación del destierro y devolución
de sus bienes), lo que más preocupaba a Ático es que todos en Roma podían
votar sin importar su clase o condición, lo cual beneficiaba a Clodio ya que con
unos cuantos sobornos a la plebe lograría que se rechazara la moción.

Escribiéndole a sus amigos después habla sobre la “democracia” en la cual la


gente cree mentiras de sus políticos favoritos si parecen ciertas, odian, se
amotinan y cometen crímenes si se les ordena.

Léntulio en un intento de conseguir la restitución absoluta a Cicerón ofrecio


espectaculos inigualables en el circo para distraer al pueblo, pero Clodio
astutamente consiguió que la moción fuera rechazada; después el temido
militar Pompeyo, acompañado de Léntulio y Servilio apeló a sus inexistentes
honor, decencia y virtud para hablar ante el pueblo solamente de Cicerón, lo
que fue tomado como un halago por la plebe que prometió votar a favor de
retirar el destierro, hasta soltó algunas lágrimas mientras sinceramente hablaba
de la inteligencia y noble alma de Cicerón, lo cual conmovió a la población
presente que, al final del verano, voto a favor de la revocación del destierro de
Cicerón sin importar los intentos de soborno Clodio. Cicerón fue recibido en el
puerto por su hija Tulia de manera amorosa, éste la apartó suavemente, besó
el suelo cubriéndolo con sus lágrimas, se sintió tan feliz que todos lo castigos
sufridos le parecían nada.

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Habiendo regresado a Italia se alojó en lujosas villas que sus compañeros le


otorgaban al haber sido las suyas destruidas por el gobierno, el pueblo en
general se reunía para aclamarlo, lo llamaban héroe, pilar de la ley,
fundamento de la constitución, los campesinos dejaban su trabajo, las familias
hacían fila enfrente de ellos y los abogados que su profesión sería santificada
por siempre por su nombre. Una noche, antes de llegar a Roma, dijo a su hija
que los hombres son cambiantes ya que esos hombres que hoy lo aclamaban,
lo esquivaron cuando fue exiliado y podrían matarlo si el gobierno se los
ordenara el día de mañana, por eso mismo solamente se sentía conmovido, a
lo que Tulia objetó que el pueblo si lo quería. Marco dijo no fiarse ahora de sus
paisanos, habiéndolo hecho antes del destierro. La 23 noche de Cicerón en
Italia no hubo más desfiles, banquetes o discursos a petición de éste, sentado
en su aposento de la villa, mientras la gente que venía a entrevistarse con él
era atendida por el anfitrión que prometía entregar a Cicerón las peticiones al
día siguiente, se dio cuenta que su hija lucía más triste, débil y sumisa, la llamo
diciendo que todo ese ajetreo le había afectado más que a él, ella se partió a
llorar y le explico sobre las heridas que había recibido su hermano y la muerte
de su yerno, Cicerón se sintió mal al pensar que su hija había olvidado sus
penas para ir en su búsqueda. Marco Tulio se lleno de dolor al saber que
habida hecho daño a la gente que quería, pero Tulia lo consoló disculpándose
de haber arruinado su celebración, Cicerón le respondió que haría lo que
llenaría de orgullo a los que lo apoyaron, ser coronado como héroe con el laurel
y recibiendo homenaje de Roma.

Al irse su hija a sus aposentos, la melancolía invadió a Cicerón, el pensar en su


hermano lastimado y su yerno muerto, no pudo dormir. Levantado por el
estruendo de tambores y rugido de las gargantas humanas, pensó que habían
decidido finalmente asesinarlo, pero no, era la legión de su hermano y una
multitud de ciudadanos Romanos que venían a recibirle, Tulia entró a sus
aposentos y Tulio, tomando sus manos, le exclamó su pensamiento sobre la
ejecución sobre su persona; después de tomar un rápido desayuno Tulia y
Tulio subieron al carro dorado que habían mandado por ellos y comenzaron el
recorrido entre tambores, cantos, gritos y muchos colores los cuales cambiaron
conforme pasaba el tiempo, después de un tiempo, cuando los colores
adquirieron otra tonalidad, Cicerón pudo contemplar a lo lejos Roma y solo
Roma, olvidando todos los demás ruidos que le rodeaban. De Repente le llenó
una melancolía al ver que esa Roma era solamente un caparazón de lo que
era, pero lo olvidó al estar dentro de Roma y verse rodeado, saludado y
aclamado por todos; los senadores lo recibieron con sus túnicas rojas y
blancas, Pompeyo, Craso y Julio César lo esperaban con caballos blancos
como estatuas, éste último, se acercó y abrazó y besó en la mejilla a su amigo
lo que conmovió a la plebe; Pompeyo cabalgó a un lado del carro y Craso
cabalgó rápidamente al frente del carro como si fuese él el héroe.

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“El poder y la ley no son sinónimos.


La verdad es que con frecuencia se encuentran
En irreductible oposición”

Deseando descansar en casa de Ático fue llevado primero al Senado, el cual


esperaba ser reconocido por el ahora melancólico orador que pensaba que
ellos no eran más que hipócritas, embusteros y arrogantes bribones de los
cuales habia sido victima, respondió comparando el momento con la
inmortalidad, y sumido en el momento y alegría de regresar a su patria los
halago al borde de creérselo, tachándolos de honorables, monumento de Roma
en donde se depositaban las virtudes de la ciudad Roma, también elogió al
pueblo, estaba feliz y el Senado y pueblo, conmovidos, lo notaban. Al salir,
volvió a su estado de tristeza al observar el Foro lleno de gente que no sentía
lo que decía, esto lo llevó a sentir náuseas.

Yéndose después a casa de Ático, encontró a su familia y una carta donde su


amigo indicaba que había ido a Grecia a perseguir a algunos de sus autores,
finaliza la carta diciéndole a Cicerón que éste le debe un volumen.

Cicerón abrazó a su esposa, que se veía bastante desmejorada, complacido,


vio a su hijo que en el cual veía inteligencia y virtudes. Terencia le informó que
un Triunvirato vendría a visitarle en la noche y que ella realizaba un suntuoso
banquete para ello, fue a sus aposentos (recordó que no tenía casa y que
Clodio construyó un templo a la libertad sobre las ruinas de su solar). Antes de
dormir fue a casa de su hermano que aún se recuperaba de sus heridas el cual
le informó la penosa situación que vivía Roma para la alimentación (Sicilia y
Egipto, tierras de cultivo, habían tenido una pésima cosecha).

Los grupos creados por Clodio amenazaban con quemar el templo de Júpiter, y
se demostraba que el pueblo tenía como prioridad comer antes que la libertad.
Bajo todos estas acontecimientos Cicerón escribió una carta donde decía que
la prosperidad era resbaladiza y la adversidad buena, teniendo la nación un
clima de democracia.

CAPÍTULO 60
Cicerón escribe una carta a César en la que le dice que la guerra es un arte y
que elhombre es el único ser que mata a los de su propia especie; el tirano,
representado por la figura de César, disfruta de la guerra porque distrae al
pueblo de todos los problemas; “un defecto fatal de la naturaleza y la base de
todo mal” dice Cicerón al final de su carta.

Julio César, quien además de formar parte del triunvirato ahora también era
gobernador de la Galia Cisalpina (tierra que podía robar con las guerras
gálicas, donde tenía a Marco Antonio como primer oficial), buscaba ganarse
una reputación como soldado además de la que ya tenía como administrador
civil. Volvía periódicamente para revisar que ninguno de los otros 2 triunviratos

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usurparan lo que habia logrado, gozando de una gran salud siempre (sufría de
epilepsias que utilizaba a su favor); encontrando graciosa la carta de Cicerón
respondió que Marco Tulio estaba condenado a una vida de sufrimiento al
buscar combinar su concepto de virtud con lo que la inteligencia le decía de la
humanidad; esto aunque en gran parte cierto para Cicerón, le causó un
conflicto al pensar que un hombre puede aceptar el mal en sus semejantes y
no hacer nada para evitarlo.

Cicerón comenzó una campaña ante el Colegio de Pontífices para recuperar


sus propiedades (una de las cuales se encontraba en el templo de la Libertad,
construido por Clodio), el Colegio respondió que aceptaban que se regresara la
propiedad a Cicerón siempre y cuando nohubiera violación a las normas
religiosas, ante esto Clodio consiguió que el pretor, su hermano Apio, dijera
que los pontífices habían estado a favor de Clodio y que Cicerón tomaría el
terreno por la fuerza. En el tiempo en el que el Senado resolvió que pasaría,
Clodio le achaco a Cicerón la escasez de grano, esto hizo que mucha gente
apoyara a Clodio y desdeñaran a Cicerón, haciéndose notar la malicia y envidia
humanas de las que hablaba Cicerón.

El Senado resolvió que se le devolvieran sus bienes a Cicerón y que a quien se


opusiera se le exigirían responsabilidades, también se le restituyó una cantidad
de dinero menor, pero considerada justa, de sus demás propiedades. Clodio no
tardó en responder y mandó a una banda de sus truhanes a destruir y quemar
lo que había construido del nuevo hogar de Cicerón, después se atacó a
Cicerón en la Vía Sacra pero fue repelido el ataque por los guardias que lo
custodiaban; ante esto Tito Milón acusó a Plubio de ultrajar la ley y la justicia, la
consecuencia fue que su casa fuera reducida a cenizas. A consecuencia de
esto, fue a casa de Julio César el cual lo recibió burlonamente y llamó a su
esposa cuando Cicerón le expuso que su problema era el, que no hacía nada
ni él, ni el triunvirato al respecto de los actos cometidos por Publio, condena a
la población por someterse a ellos; burlonamente César contesta su acusación
como un delirio de persecución; dándole la palabra Cicerón, Calpurnia, la
esposa de César apoya lo que esté último dice, que sus actos lo llevaran a la
muerte y Cicerón remata diciendo que su casa fue destruida, de nuevo, Julio
encuentra un excusa la cual es el jaleo característico de los Itálicos y que el
prohibírselos sería un error. Siguió César excusando los actos realizados por
las pandillas creadas por Clodio, su esposa pidió a Cicerón que lo llevara por el
buen camino ya que, al ser vidente predijo que moriría de muchas heridas
(Julio César), Cicerón dijo que lo había intentado siempre, pero su verdadera
preocupación era Roma.

Después, Marco cuestionó a César, le preguntó si él alentaba a Clodio para


volverse Rey de Roma y someter a sus 2 compañeros en el triunvirato. Uso
Cicerón la metáfora de Faetón, común en las religiones de entonces (Faetón,

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hijo de Júpiter pidió prestado el sol y lo amarró a su carro, comenzando a


destruir el mundo), para hacer que Julio se sintiera identificado, después lo
advirtió que si la corona llegaba a su cabeza, moriría a manos de la gente que
aún creía en la república, ante esto lo burlesco de César se volvió seriedad y
amenazó a Cicerón con una muerte más dolorosa si incurría en lo que no le
incumbía, su muerte sería bastante dolorosa, aunque esto lo da como un
“consejo”. Cicerón replicó si debía dejar morir a su país sin protesta y César le
cuestionó si deseaba interferir con la marea de la historia; Cicerón calló.

Después de la Saturnalia, Cicerón tomó posesión de su nuevo hogar, que no


era ni la mitad de lo que había sido el anterior; Terencia, su esposa recorría la
casa desdeñosamente, sin embargo ya no podía descomponer a Cicerón
después de que esté averiguara que ella era rica y que nunca envió ni un
centavo para su supervivencia durante el exilio (sobrevivió de lo que enviaba
Quinto y Ático le daba), y ahora todos sus bienes se encontraban depreciados
o destruidos (vendió 2 villas para pagar a Ático, Tulia no había podido
recuperar la dote al morir su esposo pobre, Marco hijo necesitaba dinero para
sus estudios, 2 villas debían ser reconstruidas y la isla de Arpinum reedificada),
la restitución por parte del Senado no fue justa. Su lugar en el Senado requería
dinero, el cual su esposa no estaba dispuesta a poner, se quejaba de cada
rincón de la casa alegando que su marido le había dado muy poco dinero para
elegir la decoración de la casa, Cicerón para librarse de ella jugaba con su hijo
en el cuarto de su hija, buscándole un sabio significado a los balbuceos de
éste. Pasando la celebración en la cual recuperó Cicerón su casa, su hermano
Quinto partiría a Cerdeña como terrateniente de Pompeyo, pero antes, habló
con su hermano Cicerón. Cicerón le dijo que Roma seguía igual, que Clodio era
el nuevo “Catilina” y que JulioCésar era el triunvirato más peligroso. Quinto le
respondió que aunque nunca había confiado en Julio César, era muy poderoso
y que la República era cosa del pasado, que se dedicara a disfrutar lo que le
quedaba de vida y se resignara; Cicerón le dijo que habia cambiado su forma
de pensar y su hermano le respondió que era inútil resistirse al imperio y le dijo
que él era hijo de los últimos humanos reales, un humano peleando contra los
intereses de la nueva raza, utiliza la metáfora de Abraham y Dios en la cual
éste último le dijo que perdonaría 2 ciudades si encontraba un número de
hombres justos lo perdonaría, no los encontró y tampoco Cicerón podría
hacerlo en Roma. Le dijo que siguiera el consejo de César y que él también se
lo daba, ya que Julio se habida vuelto el hombre más poderoso de Roma y
podría mandar asesinarlo con una palabra, Quinto abrazó a su hermano y sintió
el peso del exilio, sabía dentro de él que su hermano no dejaría de protestar.

Cicerón preguntaba sobre la relación de Plubio y César a sus amigos, los


cuales evadían la pregunta y confirmaban la sospecha de Cicerón, hacer una
monarquía, la cosa ahora era saber cual de los tres sería el que asesinara a los

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otros dos. Enterandose de que se veía muy a menudo a Plubio y a César


juntos confirmó su teoría, Roma estaba perdida, así que reabrió su despacho,
disfruto a sus hijos, soporto a su esposa y todo esto aunque ya no le parecía
importante la vida. En sus actitudes y cartas demostraba que no podía
permanecer callado mientras veía a su patria derrumbarse, Catón le daba el
consejo de retirarse mientras él y Milón se encargaban de resolver el problema.
Intentó hacer entrar en razón a sus amigos, buscando su ayuda para evitar que
se nombrara edil a Publio, el cual amenazaba con realizar una revolución si no
se le nombraba con el cargo. Milón se opuso a Publio Clodio alegando
“violencia contra Roma, su casa y su persona”, esto con el fin de retrasar la
comitia para nombrar ediles, Tulio compareció ante el Senado alegando que no
habia ya un control por parte del Estado; a pesar de todo esto Publio fue
elegido edil. Seguía Cicerón quejándose con sus amigos de ese sentimiento
que lo invadía ante la injusticia, de esa que vio al nacer y vería hasta su
muerte, las enfermedades y su esposa era la cereza del pastel encontrando
siempre una manera de hacerlo sentir mal. Sintiéndose orgulloso de su hijo y
sus dotes de filósofo lo vanagloria de ser muy inteligente, lo que no sabía era
que su codicia e indolencia eran resultado de la influencia de su madre que
quería hacerlo muy distinto a su padre. Después su hija Tulia le pidió su
permiso para casarse con Dolabella, un joven patricio que la amaba desde
hace tiempo lo cual molesto a Cicerón ya que consideraba a esa familia
perezosa y disipada, además de saber que eracuestión de su madre. Tulia se
casó finalmente con Dolabella y Cicerón estuvo satisfecho al verla feliz, pero
volvió a sentirse solo, dentro de esos caminos que te guían a la muerte
solamente. Fue a refugiarse a su biblioteca donde comprendió que cada
hombre debe volver a sí mismo para enfrentarse a él, ni la familia, ni el Estado,
ni el mundo pueden evitar esta confrontación.

CAPÍTULO 61
El editor de Cicerón, Ático, le escribió una carta al hijo de éste donde le decía
que su padre era Roma, la virtud y el valor frente a el mal, la sangre y
desesperación del pueblo; finalmente busca consolarlo diciendo que el
todopoderoso podría considerar la derrota en la tierra de su padre como una
victoria en el cielo.

Encerrado en su biblioteca, evitando los acontecimientos sucedidos en Roma,


escribió algunas de sus mejores obras, conversaba largamente con su hijo (el
cual en secreto se burlaba de sus ideas), visitaba a su hija o iba a su isla.

Noë escribía metafóricamente que Cicerón éste era “una columna de hierro”,
esa que Dios indicó es el hombre justo, esa columna que después de

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derrumbarse el mármol sigue ahi, esa sin la cual “las naciones morirían y
dejaría de haber hombres”. Cicerón le respondió citando las profecías del
apocalipsis católico que Noë le había mencionado antes, concluyendo que a
Dios le desagrada el ser humano por el simple hecho de tener un corazón
malvado y sus senderos llevaran a la muerte.

Reabrió Cicerón su despacho y sorpresivamente recuperó su fama como


abogado, siendo que sus clientes eran en su gran mayoría ricos, no tardó en
llenar de nuevo sus cofres.

Un día, por sorpresa fue nombrado para ocupar un cargo en el Consejo de


Augures de Roma (agnósticos que discutían con el Colegio de Pontífices sobre
puntos oscuros de la religión [cabe mencionar que Cicerón se sentía
agradecido con el Colegio por el apoyo que le habían brindado en el pasado]),
cargo con dignidad y buena remuneración, sospechando bastante de la
intromisión de César, escribió una carta a este en el que preguntaba que había
tenido este que ver en su elección repentina en el Consejo a lo que Julio César
contestó que esa había sido elección de los dioses que lo recompensaban por
su devoción; esté puesto puso feliz a Terencia que comenzaba a recuperar su
nivel económico y lo atribuyó, como siempre, a la forma en que los dioses la
veían. En cartas posteriores de César a Cicerón esté descubrió cual era la
verdadera intención de César, que Cicerón le hiciera un pronóstico basado en
los signos visibles del cielo (dominio de Júpiter) y el vuelo de los pájaros, todo
esto de noche en una zona que el augur, acompañado de un magistrado,
selecciona con un bastón la zona que utilizará para reflexionar y, después de
una oración yun sacrificio, demandaría y esperaría una señal. Mirando siempre
hacia el sur para tener a su izquierda el lado de la suerte, el este, tendría una
señal y se la informaría al magistrado quien, a su vez, se lo comunicaría a los
pontífices (Cicerón pensaba que un augur podría siempre inventar alguna señal
en favor de un político, pero al ser un cargo vitalicio y bien remunerado, los
augures eran poco corruptos, pero el dinero no era la única forma de convencer
a la gente). El augur tenía como principal señal a las aves, unas de buena
suerte como el águila o el buitre, otras de mal agüero como el cuervo, la
lechuza o el grajo, en todas ellas estudiaban su forma de volar, comer, sonidos
y comportamiento en general; la gente importante pedía augurios casi para
todo y tenían la elección de decidir que día se realizaría para tener un buen
resultado.

César escribió a Cicerón una determinada fecha para que realizara una oración
por él como augur, Cicerón cumpliendo con su deber tomó su cayado y
acompañado de un magistrado sintió que el bastón lo guiaba hacia adelante,
así que lo clavó en la blanda tierra y su corazón se aceleró; habiendo
encontrado el lugar donde acamparia en la noche y en el más profundo silencio
solo perturbado por el ladrido esporádico de un perro y un carro que pasaba

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por el camino rumbo a Roma, Cicerón se preguntaba cómo los hombres podían
creer en esetipo de cosas y si él no creía ¿por qué se sentía tan intranquilo?,
de repente un sobresalto interno hizo salir a Cicerón de su tienda para ver en el
cielo nocturno un carro de guerra encendido y tirado por 4 caballos, la gente
vitoreaba a la persona que iba en el que era ni más ni menos que Julio César
con apariencia divina y corona de laurel, vestido en ropas púrpura y oro. En su
mano derecha empuñaba una espada de fuego, en su hombro izquierdo se
alzaba un águila con ojos brillantes y detrás de todo ese ruido y movimiento se
alzaban estandartes rojos ceñidos con guirnaldas de laurel; de repente una
corona comenzó a aparecer y desaparecer de la cabeza de César mientras el
águila chillaba y de la nada una adolescente con serpientes adornando su
cabello y un halcón a la cual Julio, riendo subió al coche y abrazo, esto
mientras la corona se volvía más brillante que antes. El magistrado le preguntó
qué veía, pero este no respondió. Prosiguiendo con la visión, del lado izquierdo
de César apareció una parvada de cuervos, lechuzas y grajos con dagas en
sus picos, la niña que estaba con César fue reemplazada con un enorme
soldado a caballo al que César mató con su espada, en el lugar donde murió el
soldado surgió un trono al cual se dirigió Julio César, los antes halagos hacia él
se convirtieron en insultos y la parvada de pájaros se lanzó contra él,
causándole severas heridas a pesar de que éste intentó alejarlas, primero, con
las manos y después lanzando la corona lejos, todo fue inútil y Julio César se
desplomó en su carro.

La visión desapareció y el magistrado viendo los estremecimientos y sudor del


augur preguntó de nuevo que había visto, Cicerón no respondió ya que una
nueva visión comenzaba, en esta un hombre rubio en un carro con una corona
cruzaba bajo unos arcos que despedían flores bajo las puertas de Roma, a sus
pies rios de sangre corrían y los cadáveres se amontonan, de todas partes se
escuchaba ¡Ay de Roma!. ¡Ay de Roma!, está visión fue cortada por una cortina
de fuego que se tragó la ciudad y la convirtió en desesperación, terror y agonía.
En un abrir y cerrar de ojos se volvió a construir Roma, pero ya no era la Roma
que Cicerón conocía, en esta hordas de hombres barbados empuñando armas
y sembrando la muerte abrían las puertas de Roma, y sus blancos muros
adquirieron una tonalidad grisácea y rojiza. Abandonada después, surgía yerba
en las ruinas del pavimento y pilares hasta que apareció una cúpula de grandes
dimensiones con una llama en lo más alto, que se transformaría en una cruz,
de la puerta del edificio con la cúpula, hombres en blancas túnicas rezaban
“Paz. Paz. en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. El último hombre de
la fila que rezaba esto se enfrentó ante un ente confuso, negro y rojizo que
apareció ante él, lo siguiente era fuego por todos lados que consumían lo que
se pusiera a su paso, el hombre rezó “¡Señor, ten piedad de nosotros!”,
estruendos de montañas y molinos destruyéndose sonaron.

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Cicerón se desmayó, estuvo enfermo varios días y fue visitado por los demás
augures que sospechaban de sus visiones, en su enfermedad escribió una
carta a César en la que le pedía que dejara sus sueños de grandeza y
conquista para salvar su vida, esto molesto a César quien pensó que lo había
visto lleno de grandeza y eso le había pesado.

Cicerón se quedó callado sobre su visión con todos menos con Ático al que si
se lo contó, éste responde que deben orar para no ver en vida lo que vio en la
epifanía, que para él no tenía sentido pero le lucia como el fin de la humanidad.

CAPÍTULO 62
Cicerón se sentía impotente por los acontecimientos que transcurrían en Roma.
Respecto al mismo asunto Ático intentaba mostrarse fuerte aunque en la
realidad también le acongojaba.

Craso era un militar de los Triunvirato que murió en combate dirigiendo al


ejército romano.

Se rumoraba que César o Pompeyo habían ordenado que se le asesinara.

Precisamente César y Pompeyo se encontraban en disputa, la cual estalló


después de la muerte de Julia, hija de César y esposa del segundo. Ambos
eran grandes estrategas militares, aunque además de eso César era un
excepcional político (en estos momentos se encontraba peleando en Britania).

El combate entre los dos hombres desató un debate en toda Roma. Cicerón
prefería a César pues además de considerarlo más ingenioso que su
contrincante era su amigo.

Un día César se apareció en Roma (Se rumoraba que Júpiter lo transportaba) y


fue dónde su amigo Cicerón -la única persona en la que confiaba- para hablar.
Ahí Marco Tulio le aconsejó no subestimar a Pompeyo ni probar la ira del
pueblo.

Tito Milón le aconsejaba a Cicerón tener precaución al relacionarse con César


y lo invitaba a su causa: Controlar al actual emperador Romano y evitar que se
mantuviera más años en el cargo.

Aunque cansado y harto de la ajetreada vida de Roma Cicerón seguía


litigando. Un día que se dirigía al Foro y a la Basílica para atender un caso se
topó con Julia (la pretenciosa hermana de César) y su nieto Octavio, un joven
atractivo aunque arrogante que se preparaba para iniciarse en las artes bélicas.

Cicerón comenzó a escribir un libro llamado "De Legibus" (De las leyes).

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CAPÍTULO 63
Cicerón fue nombrado gobernador de Cilicia. Le escribía a Ático contándole lo
fastidioso que era aquel trabajo, aunque apreciaba el numeroso tiempo con el
que contaba para escribir.

Durante su cargo Cicerón mejoro el estado económico de los pueblos bajo su


mandato.

Con él se encontraban su hermano, su sobrino Quinto y su hijo Marco. Se llevó


aeste último pese a la negativa de su mujer pues consideraba que se
encontraba demasiado mimado.

Cicerón escribió a su amigo Celio (un político) para que le informará sobre el
conflicto Pompeyo-César pues su rivalidad se había convertido en odio, el
Senado se había puesto del lado de Pompeyo, mientras que las legiones se
habían fraccionado para soportar la causa de alguno de esos dos hombres.

Aunque Cicerón era amigo de César creía que no era correcto que aquel
permaneciera más tiempo en su cargo.

Cuando Cicerón volvió a Roma lo primero que hizo fue visitar a César para
hablar de los recientes acontecimientos.

Después de una larga guerra Pompeyo fue asesinado. Cicerón se vió obligado
a salir nuevamente de Roma por cuestiones de salud.

CAPÍTULO 64
Católica trataba de persuadir a Cicerón de continuar al frente del la causa de
Pompeyo.

Cicerón se encontraba listo para volver a Roma. César se había enterado que
su amigo había apoyado la idea de Pompeyo por lo que se creía que mandaría
darle muerte una vez que llegará a Roma (como lo hacía con cualquier otra
persona que hubiera estado en su contra en ese conflicto), y así lo iba a hacer,
sin embargo un familiar de Cicerón acudió donde César para rogar le
perdonara la vida a su pariente argumentando la amistad que ambos hombres
sostenían (César y Cicerón).

César viajó a Egipto para terminar con los pocos legionarios de Pompeyo.

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Cicerón salió nuevamente de Roma acompañado de su esposa Tulia. Primero


se instalaron en Brindisi, pueblo que dejaron ya que el clima era pésimo para la
salud de ambos y se trasladaron a Toscana.

Nuevamente Cicerón cayó enfermo, sentía que su fuerza vital se había


esfumando cuando su hija murió. Pese a eso escribió su libro "Consolatio".

CAPÍTULO 65
Julio César regresó triunfante a Roma, después de derrotar a sus enemigos en
Hispania.

Ahora fundaría un imperio del cual él sería emperador. Un día, a finales de


verano, fue a visitar a Cicerón, acompañado de Marco Antonio y Marco Bruto,
su hijo no reconocido.

Fue a darle sus condolencias a Cicerón por la muerte de su hija, él lloró, y


quería estar a solas con Julio César porque le incomodaba la presencia de los
jóvenes Marco Antonio y Marco Bruto. Cicerón sentía por César desprecio,
pero en el fondo lo quería, porque lo había protegido cuando era niño pero no
le agradaba su ambición. Julio César recordó que Cicerón había contraído
matrimonio recientemente, pero ese matrimonio no duró mucho, porque –según
César- Cicerón sólo lo hizo por desesperación y para no quedarse solo. Publia,
su ex esposa, era más joven que Tulia. Para César ese matrimonio no había
causado un gran impacto en Cicerón. Julio César creía que Cicerón era como
una sombra así que le dijo que ya no debía de vivir en soledad pero este le
respondió que no quería, que ni siquiera quería ver un nuevo amanecer y le
preguntó a César que si él tenía todo lo que deseaba, Julio César respondió
negativamente.

Cicerón se fue a su isla, ahí escribió sus mejores obras: Controversias


tusculanas, Sobre la naturaleza de los dioses, Sobre la adivinación, De la
ancianidad, De la amistad y Sobre los deberes morales. Él quería morir en esa
isla y que lo enterraran con sus seres queridos. Llegó la primavera y Cicerón
tuvo que regresar a Roma, pero él no quería hacerlo, tampoco Eunice lo
deseaba porque había tenido un sueño en el cual asesinaban a alguien y ella
temía que fuese Cicerón. Cicerón trataba muy bien a sus esclavos, educaba a
los más inteligentes y los instruía para que fuesen funcionarios públicos o
escribas; los liberaba a los 7 años de servicio, les daba un regalo pero muchos
preferían quedarse con él. Aulo era su antiguo sirviente principal, quien lo
recibió en su casa de Roma.

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Cicerón pasó muchos días encerrado en casa, terminando y repasando lo que


le iba a entregar a Ático. Un día, para su sorpresa, Marco Bruto fue a visitarlo
para decirle que él quería que se restaurara la República pero que César decía
que la República era una ficción y que Sila había sido un tonto al dejar su
dictadura, decía también que César se había vuelto muy soberbio, que quería
que lo declararan un Dios, que odiaba a los patriotas, a los conservadores, al
Senado, a las asambleas y a los tribunos pues ellos eran un estorbo para tener
el poder supremo de Roma. Le pidió a Cicerón que demandará ante el Senado
a Julio César, pero él no accedió porque sabía que el pueblo romano, quien
amaba a Julio César, lo asesinaría, y no funcionaría de nada. Entonces le pidió
que no interfiriera, Cicerón aceptó y antes de que se fuera Bruto, le pregunto
por qué César había rechazado la corona y el título de Rey, él le contesto que
eso había sido tiempo atrás y que había sido porque sabía que ese cargo sería
temporal pero que ahora estaba más convencido de que no sería de esa
manera porque la plebe estaba de su lado, pues habían sido manipulados.
Cicerón sabía que todo esto era cierto.

A la mañana siguiente Julio César iba a ir al Senado, pero Calpurnia no quería


que fuera porque había tenido un sueño en donde lo asesinaban, César secó
sus lágrimas y le dijo que todo estaría bien porque el pueblo de Roma está con
él, y se fue al Senado, en donde, según sus amigos, le ofrecerían la corona
otra vez pero ahora debía aceptarla. Al medio día se volvería el primer
emperador de Roma. En su villa Extramuros, lo esperaba su amada Cleopatra
junto con su hijo Cesarión, César se sintió mal por no poder dejarle la corona a
su hijo debido a que se la dejaría a su sobrino Octavio, porque él era un buen
soldado, guapo y joven, un digno príncipe.

Ese mismo día Quinto, hermano de Cicerón, fue a visitarle. Mientras platicaban
él le dijo a su hermano que se divorciaría de Pomponia, su esposa; también le
pidió que lo acompañara al Senado, que escucharía algo que le gustaría,
Cicerón respondió diciendo que nada de lo que diga César puede gustarle.
Pero accedió a ir porque vio que el día estaba muy bonito y eso lo motivó.
Cuando se acercaban al Teatro de Pompeyo –en donde sería la reunión-
empezó a haber mucha gente, llegando al Teatro, Cicerón vio a César y le
grito, este sólo se volteo, lo saludo con la mano y prosiguió su camino, Cicerón
empezó a sentir que algo no andaba bien, su hermano no había dicho ni una
sola palabra en el camino al Teatro y ahora no le decía que sucedía. Cicerón
corrió para entrar al Teatro, se libro de Quinto, quien no lo quería dejar entrar.
Cuando llegó al lugar vio a Julio en el piso, lo habían asesinado, entre los
asesinos se encontraba Marco Bruto, Cicerón se soltó a llorar sobre el difunto y
su hermano Quinto lo aparto y se lo llevo de ahí.

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“El poder y la ley no son sinónimos.


La verdad es que con frecuencia se encuentran
En irreductible oposición”

CAPÍTULO 66
Cicerón seguía muy triste por la muerte de Julio, nunca supo y no quiso saber
si Quinto había tenido algo que ver con ese asesinato, fue a visitar a la viuda
de Julio y los dos lloraron su muerte. Marco Antonio, asumió el poder de Roma,
y lo hizo con excelencia, cualquiera pensaría que después de la muerte de
César todo sería un caos, pero Marco Antonio supo controlar a la ciudad; leyó
el testamento de César en el Foro, ante el pueblo, César le dejo sus riquezas a
este último, y a algunos de los senadores que figuraban entre sus asesinos.
Entonces Cicerón comenzó a preguntarse quién era el que manipulaba a
Marco Antonio, porque él no tenía muchos dotes para dar discursos. Se
ocultaron los nombres de quienes habían sido los asesinos de Julio, al grado
de que el pueblo comenzó a creer que había sido un loco. Marco Antonio
promulgaba decretos que en nombre de César pero Cicerón sabía que esto no
era cierto y lo decía, Marco Antonio amenazó con terminar con “ese viejo”
porque lo consideraba una amenaza para Roma. Por otro lado, Octavio decía,
entre sus amigos, que vengaría a César y se burlaba de la falta de dotes de
Marco Antonio, aunque él siempre se enteraba de esto pensaba que no debían
de hacerle caso porque sólo era un muchacho. Octavio comenzó a ir más a las
reuniones del senado y en las calles era conocido como Cayo Julio César
Octavio, algunos senadores lo apreciaban mucho y creían bueno el cato de que
Octavio no quería que se olvidara el nombre de su tío, pero otros senadores no
lo creían así, comenzaban a dudar de él. Cuando termino el año de consulado
de Marco Antonio decidió irse a gobernar Macedonia, obtuvo el gobierno de
Italia Septentrional y de la Galia. Comenzó de nuevo una lucha por el poder
entre Marco Antonio y Octavio.

Cicerón declaró que César merecía morir porque había sido un Tirano. Octavio
sólo sonrió ante este comentario pero Marco Antonio hasta juró que pediría la
expulsión de Cicerón del Senado. El odio de Marco Antonio por Cicerón era
muy grande y le parecía más una amenaza que Octavio, quien comenzaba a
ganar más popularidad entre el pueblo, pero Marco Antonio lo seguía viendo
como un muchacho. Ante las amenazas de Marco Antonio, Cicerón se fue a
Atenas a visitar a su hijo Marco, quien creía que lo único bueno en la vida era
complacer los apetitos físicos. Cicerón regreso a Roma en donde las
hostilidades entre Octavio y Marco habían aumentado porque Octavio había
pedido la herencia de que su tío le había dejado pero Marco se la negó y
Cicerón declaró a favor de Octavio, pues el cariño que le tenía a César pasó a
él. En cambio a Antonio lo aborrecía por soberbio. Aunque Cicerón creía que
Octavio aun era muy joven para ser tomado en serio, estos comentarios
llegaron a Octavio, quien se molesto. A finales del año Cicerón dijo ante el
Senado sus filípicas contra Marco Antonio, quien se molestó tanto que paso
días borracho. Antonio comenzó a decir que Cicerón había sido uno de los

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La verdad es que con frecuencia se encuentran
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asesinos de César, Cicerón respondió publicando y repartiendo por gran parte


de Roma su segunda Filípica, en donde acusaba a Antonio de tirano y
criminal.Mientras Marco Antonio y Cicerón tenían esos conflictos, Octavio
comenzaba a ganar la simpatía de muchos seguidores de su tío, convocó a
reuniones secretas en donde se burlaba de la inteligencia de Marco Antonio,
esta información le llegó rápidamente a Marco Antonio, quien por fin tomo en
serio a Octavio pero ya era tarde porque ahora todos estaban del lado de
Octavio. Formar este ejercito era un acto ilícito y Marco Antonio lo quería
detener de una manera legal, Quinto le dijo a Cicerón que, como abogado,
debía estar del lado de la legalidad pero su odio hacía Antonio era mucho.
Cicerón confiaba en que Octavio era un buen joven y que no provocaría una
guerra civil, comenzaron a pasar tiempo juntos y Cicerón tenía un gran afecto
por Octavio, aunque sabía que si se le daba poder, podría convertirse en un
tirano, incluso Ático le dijo que no escogiera ningún bando, pero Cicerón seguía
a Octavio a pesar de todo, porque creía que sería la salvación para Roma.
Octavio sólo utilizaba a Cicerón, quien, por órdenes de Octavio, declaraba
constantemente, ante el senado, en contra de Marco Antonio. Marco Bruto se
enteró de esto y le escribió a Ático para que le dijera a Cicerón que se
encontraba en un error, pero Cicerón no hizo caso, ni a él, ni a su hermano
Quinto. El caos en Roma comenzó de nuevo y Octavio, en compañía de sus
legiones amigas, entro al Rubicón, a Antonio no le quedo más remedio yle
propuso a Octavio formar un segundo triunvirato, formado por él, Octavio y
Lépido.

Octavio aceptó. Fue elegido cónsul. Entonces se repitieron las matanzas en


Roma y Cicerón, horrorizado y confundido, se fue a la ciudad de Astura, en la
bahía de Antium.

CAPÍTULO 67
Cicerón estaba en su villa de Astura, Quinto y su hijo Marco, no habían podido
huir con él. Toda la familia de Cicerón fue mandada al exilio por el Triunvirato.
Quinto se quedo en la ciudad a vender sus propiedades y las de Marco. Marco,
el hijo de Cicerón, estaba en Macedonia bajo la protección de Bruto, quien
ahora, irónicamente, era amigo de Octavio, a pesar de ser peor que César.
Cicerón esperaba en Astura a Quinto y a su sobrino, para todos ir a Macedonia.
Pero él no quería vivir en Macedonia porque amaba mucho Roma, así que
decidió que cuando sus familiares llegaran los haría irse a Macedonia y que él
volvería a Roma, a pesar de que eso significara su muerte. Quería morir con su
ciudad y las leyes a las que amaba y había dedicado su vida. Cicerón en
verdad deseaba morir porque ya no tenía nada que lo atase a esta vida, para él
la muerte significaba paz, y es lo que él quería, estar en paz y tranquilidad, sin

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preocupaciones. Muchas veces pensó en el suicidio pero no lo hacía porque


tenía que esperar a Quinto, y no quería causarle el dolor de encontrarlo muerto.

CONCLUSION
Sobre todo este esplendor tuvo mucho auge dentro de este imperio así como la
más profunda devoción que derivamos de lo terrenal de Cicerón fue la
Constitución de Roma y especialmente su Ley de las Doce Tablas. Por ello fue
calumniado en un mundo romano que había comenzado a perder el respeto a
ambas, y esto también es cosa familiar para nosotros los americanos. Sin
embargo, desconfiaba de la venalidad de los jueces y siempre luchó contra
ellos en los tribunales cuando representaba a clientes. Para él, el gobierno
según la ley era un edicto de Dios basado en las leyes naturales, y el gobierno
según los hombres era lo que más había que temer en una nación. Vivió lo
bastante para ver cómo el último triunfaba en la República romana, dando
como resultado la tiranía.

Según en los un tanto excéntricos pero muy cruciales y puntualizados


discursos contra Lucio Sergio Catilina podrían ser usados hoy en día por los
políticos amantes de la libertad, porque son extremadamente modernos. Las
arengas de Catilina y sus incitaciones al pueblo no son invenciones de esta
autora. Salustio las recopiló y si parecen contemporáneas, no es porque la
autora las haya retocado. De Cicerón se ha dicho que en realidad «fue el
primer americano», mientras que por desgracia Catilina sigue existiendo en
varios políticos de nuestro tiempo. Esperando que esta obra sea una cultura
para todas las personas y por mas para las personas en mi opinión son ya las
profesionistas y tienen la obligación de ejercer con “Valores y Etica” para la
completa y excelente interpretación de las leyes y al igual a nosotros los
estudiantes y próximamente licenciados en derecho es necesario tener dentro
de nuestro repertorio este tipo de lecturas para tener mas cultura y
conocimiento sobre a lo que nos enfrentaremos y como debemos actuar , por
mi trabajo es todo muchas gracias por su atención Lic Juan Carlos Gómez
Pérez.

Nota: Por cuestión de origen y escritura los nombres griegos y romanos no se


pueden corregir espero su comprensión muchas gracias.!

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