Biología Celular 2020
Biología Celular 2020
Biología Celular 2020
Unidad 1
Generalidades de los fenómenos biológicos:
Distintas estrategias energéticas: Heterótrofos y autótrofos:
Los organismos modernos y las células que los componen satisfacen sus requerimientos
energéticos en una de dos formas. Algunos incorporan moléculas orgánicas del ambiente
exterior, las que degradan para obtener energía y componentes para su estructura. Estos
organismos, que incluyen a todos los animales, a los hongos y a muchos unicelulares, se
denominan heterótrofos.
Otros organismos son capaces de sintetizar moléculas ricas en energía a partir de sustancias
inorgánicas, simples y, por lo tanto, no requieren moléculas orgánicas del exterior. Estos
organismos se denominan autótrofos. Entre los autótrofos, las plantas y varios tipos de
protistas son fotosintéticos, es decir que utilizan la luz del sol como fuente de energía para
las reacciones de síntesis química. Por otra parte, ciertos grupos de bacterias llamadas
quimiosintéticas obtienen la energía para sintetizar moléculas orgánicas de la energía
liberada por reacciones inorgánicas.
• Todos los organismos vivos están compuestos por una o más células;
• Las reacciones químicas de un organismo vivo, incluidos los procesos que liberan
energía y las reacciones biosintéticas, ocurren dentro de las células;
• Las células se originan de otras células;
• Las células contienen la información hereditaria de los organismos de los cuales son
parte, y esta información pasa de células progenitoras a células hijas.
Subespecie: cuando una misma especie está formada por un conjunto de población con
características genéticas, comportamentales o morfológicas diferentes.
En el siglo XVIII, Linneo diseñó un sistema de nomenclatura conocido como el sistema
binomial, es decir, de dos nombres. El nombre científico de un organismo tiene dos partes:
el nombre genérico y un epíteto específico. Por convención, los nombres de género y de la
especie se escriben en letra cursiva y solo la inicial del género se escribe en mayúscula.
Unicelulares (bacterias)
Pluricelulares (plantas y animales)
-Según la presencia de núcleo verdadero:
Eucariota (animales, plantas, protozoos)
Procariota (bacterias)
Taxonomía: surge como una ciencia, dada la necesidad del hombre de querer agrupar a
todos los seres vivos según características comunes siguiendo un orden jerárquico, desde lo
más abarcativo hasta lo más específico o concreto.
Categorías taxonómicas: Dominio
Familia
Género
Especie
SELECCIÓN NATURAL: El mecanismo central de esta teoría propuesta por Darwin se basa
principalmente en que el ambiente selecciona a aquellos individuos de una población que
más descendencia pueden dejar.
Características necesarias para que pueda ocurrir el proceso de selección natural:
• Preexistencia de las variantes: para que ocurra evolución es necesario que todas las
variantes preexistan al cambio en el ambiente. Los mecanismos de evolución no
implican la aparición de diferencias entre organismos de una misma especie,
solamente explican por qué una población con una determinada proporción de cada
una de las variantes sufre un cambio en un determinado momento.
• Relación entre el carácter estudiado y la tasa de reproducción.
• El ambiente influye sobre los individuos, pero la evolución se ve en toda la
población: para poder observar un cambio evolutivo, es necesario analizar el total de
la población y observar las proporciones de cada una de las variantes existentes en
ella a través del tiempo. Sin embargo, cuando pensamos de dónde viene dicho
cambio y analizamos casos de evolución por selección natural, vemos que el impacto
del ambiente se produce sobre los individuos que componen a la población.
• La evolución de una población es lenta: es necesario el paso de varias generaciones
para que sea evidente el cambio.
• La selección natural es un proceso determinista: siempre que conozcamos las
variantes originales de una población y cuál será el cambio ambiental al se
enfrentará, será posible estimar cuál será el resultado de la evolución.
Efecto fundador: lo que ocurre es que unos pocos individuos migran hacia un nuevo
lugar (no habitado por individuos de la misma especie). Si estos individuos no son
representativos de la población de origen, nos vamos a encontrar con que ambas
poblaciones son diferentes, pudiendo hablar de una evolución.
Especiación:
La definición de especie puede realizarse sobre la base de diferentes criterios; el más
utilizado es el criterio reproductivo, el cual propone que dos individuos son de una misma
especie si son capaces de reproducirse y la cría es capaz de dejar nueva descendencia.
Especiación simpátrica (en tierras compartidas): mecanismo por el cual dos grupos de
individuos que comparten un mismo espacio físico (pertenecen a una misma población)
dejan de reproducirse entre sí. O sea, un aislamiento reproductivo sin existencia de un
aislamiento físico. Al existir un aislamiento reproductivo las diferencias genéticas pueden
acumularse en ambos grupos de individuos de forma separada, generando la formación de
(o más) especies dentro de un mismo ambiente donde conviven. Es posible también que
luego de la especiación y de la aparición de mecanismos que impiden el reconocimiento de
las gametas, aquellas otras diferencias que les imposibilitaban el apareamiento
desaparezcan.
Evolución: seminario 3
Evolución: el proceso de cambio a lo largo del tiempo que implica descendencia mediante
herencia genética.
Teorías evolutivas:
• Según los griegos: los seres vivos se originan y transforman como resultado de
procesos naturales.
• Aristóteles: Escala de la Naturaleza: los seres vivos pueden ser organizados de
acuerdo a una jerarquía.
• Teoría evolutiva en la modernidad antes de Darwin:
-Leclerc: existen familias menores concebidas por la naturaleza y producidas por el tiempo-.
-Hutton: el planeta fue moldeado por procesos lentos y graduales.
-Lamarck: todas las especies descienden de otras especies más primitivas y menos
complejas
Mecanismos de evolución:
Población: grupo de organismos de la misma especie que viven cerca unos de otros, se
reproducen entre sí y no con otros grupos similares.
Frecuencia génica: la proporción de genes de un tipo concreto que hay en una población
determinada.
Mutación: cambio en una secuencia de ADN, que normalmente ocurre debido a errores en
la replicación o reparación del mismo. Es la primera fuente de la variabilidad genética
-Mutaciones somáticas: se producen en las células no reproductivas.
-Mutaciones germinales: se producen en las células reproductivas.
Eficacia biológica (aptitud): se utiliza para describir la capacidad que tiene un genotipo
determinado para dejar descendientes en la siguiente generación en relación con la
capacidad de otro genotipo de hacerlo. La eficacia biológica de un genotipo incluye su
capacidad de sobrevivir, encontrar una pareja, producir descendientes y dejar sus genes en
la siguiente generación.
La reproducción sexual, principal mecanismo promotor de la variabilidad, produce nuevas
combinaciones genéticas mediante tres mecanismos:
-La distribución independiente de los cromosomas durante la meiosis.
-El entrecruzamiento.
-La combinación al azar de los genomas parentales en la fecundación.
La recombinación no es efectiva en presencia de homogeneidad genética, pero las
poblaciones poseen mecanismos que favorecen la exogamia. se trata de patrones de
apareamiento que minimizan la probabilidad de que se apareen dos individuos
emparentados.
Microevolución: aquella que ocurre a pequeña escala, es decir, dentro de una única
población.
Macroevolución: el cambio evolutivo que ocurre por encima del nivel de las especies.
Ácidos nucleicos:
Existen dos clases: el ADN y el ARN.
Son macromoléculas. Todos los seres vivos contienen dos tipos de ácidos nucleicos,
llamados ácido desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN).
La molécula de ácido nucleico es un polímero cuyos monómeros son nucleótidos
sucesivamente ligados mediante uniones fosfodiéster.
Los virus contienen un solo tipo de ácido nucleico, ADN o ARN.
-El ADN constituye el depósito de la información genética. Esta información es copiada o
transcripta en moléculas de ARN mensajero, cuyas secuencias de nucleótidos contienen el
código que establece la secuencia de los aminoácidos en las proteínas. Es por ello que la
síntesis proteica se conoce también como traducción del ARN. a esta serie de fenómenos se
le asigna el carácter de dogma central de la biología molecular.
-En las células superiores, el ADN se halla en el núcleo integrando los cromosomas (una
pequeña cantidad se encuentra en el citoplasma, dentro de las mitocondrias y los
cloroplastos). El ARN se localiza tanto en el núcleo (donde se forma) como en el citoplasma,
hacia el cual se dirige para regir la síntesis proteica.
Nucleótidos: monómeros de los ácidos nucleicos.
-Los ácidos nucleicos contienen hidratos de carbono (pentosas), bases nitrogenadas
(purinas y pirimidinas) y ácido fosfórico (grupo fosfato).
• Las pentosas son de dos tipos: desoxirribosa en el ADN y ribosa en el ARN.
• Las bases nitrogenadas son de dos tipos: pirimidinas (poseen un anillo heterocíclico)
y purinas (poseen dos anillos fusionados entre sí).
--> En el ADN, las pirimidinas son la timina y la citosina; y las purinas son la adenina y la
guanina.
--> El ARN contiene uracilo en lugar de timina.
-El ADN está formado por 2 cadenas de ácidos nucleicos helicoidales con giro a la derecha,
que componen una doble hélice en torno de un mismo eje central.
-La estructura del ARN es semejante a la del ADN, pero está formada por una sola cadena de
nucleótidos.
2) ARN ribosómico.
3) ARN de transferencia.
Los tres intervienen en la síntesis proteica. El ARN mensajero lleva la información genética
(copiada del ADN) que establece la secuencia de los aminoácidos en la proteína. El ARN
ribosómico representa el 50% de la masa del ribosoma (el otro 50$ son proteínas), que es la
estructura que proporciona el sostén molecular para las reacciones químicas que dan lugar
a la síntesis proteica. Los ARN de transferencia identifican y transportan a los aminoácidos
hasta el ribosoma.
Hidratos de carbono:
Están formados por carbono, hidrógeno y oxígeno.
Funciones: 1) Fuente de energía.
2) Función estructural en las membranas celulares y matriz extracelular.
3) Comunicación intercelular.
-De acuerdo con el número de monómeros que contienen, se clasifican en:
• Monosacáridos: son azúcares simples. Sobre la base del número de átomos de
carbono que contienen, se clasifican en triosas, tetrosas, pentosas, hexosas.
(CH2O)n
Grupo terminal aldehído --> Aldosas --> Glucosa
Grupo terminal cetona --> Cetosas --> Fructosa
Lípidos:
Son un grupo de moléculas caracterizadas por ser insolubles en agua y solubles en los
solventes orgánicos. Tales propiedades se deben a que poseen largas cadenas
hidrocarbonadas alifáticas o anillos bencénicos, que son estructuras no polares o
hidrofóbicas. En algunos lípidos esas cadenas pueden estar ligadas a un grupo polar que les
permite unirse al agua.
Los lípidos más comunes de la célula son:
Proteínas:
Las proteínas están formadas por los monómeros que van a ser los aminoácidos, y éstos se
van a unir mediante uniones peptídicas, para formar los polímeros. Un aminoácido es un
ácido orgánico en el cual el carbono unido al grupo carboxilo está unido también a un grupo
amino. Una combinación de dos aminoácidos constituye un dipéptido; de tres un
tripéptido. Cuando se unen entre sí unos pocos aminoácidos, el compuesto es un
oligopéptido. Finalmente, un polipéptido está formado por muchos aminoácidos.
El término proteína sugiere que todas las funciones básicas de las células dependen de
proteínas específicas. Se puede decir que sin proteínas la vida no existiría; están presentes
en cada célula y en cada organoide. Además, pueden ser estructurales o enzimáticas.
Existen proteínas conjugadas, unidas a porciones no proteicas. A esta categoría pertenecen
las glicoproteínas (asociadas con hidratos de carbono), las nucleoproteínas (con ácidos
nucleicos), las lipoproteínas (con grasas) y las cromoproteínas, que tienen como grupo
prostético un pigmento.
-En la estructura de las proteínas se distinguen cuatro niveles sucesivos de organización:
-Las proteínas globulares se forman tanto a partir de hélices α como de hojas plegadas β, o
de una combinación de ambas.
Enzimas:
Son los catalizadores biológicos. Procesos como la síntesis y la degradación de gran número
de sustancias son efectuados por enzimas. El conjunto de las enzimas constituye el grupo de
proteínas más extenso y más especializado del organismo, responsable de la dirección de la
compleja red de reacciones químicas que se producen en la célula.
Las enzimas son proteínas o glicoproteínas que tienen uno o más lugares denominados
sitios activos, a los cuales se une el sustrato, es decir, la sustancia sobre la que actúa la
enzima. El sustrato es modificado químicamente y convertido en uno o más productos.
Las enzimas tienen una gran especificidad para sus sustratos y suelen no aceptar moléculas
relacionadas o que tengan una forma ligeramente distinta. Esto puede explicarse
considerando que la enzima y el sustrato exhiben una interacción semejante a la de una
cerradura con su llave. Así, el sitio activo de la enzima se hace complementario al sustrato
sólo después de habérsele unido; es el llamado encaje inducido.
Las enzimas catalizan las innumerables reacciones químicas que tienen lugar en las células.
En algunos casos las enzimas de una vía metabólica se encuentran en el citosol, y el sustrato
y los sucesivos productos pasan de una enzima a la siguiente en forma encadenada. En otros
casos, las enzimas que intervienen en una cadena de reacciones se hallan asociadas y actúan
juntas bajo la forma de un complejo multienzimático. Los sistemas multienzimáticos
facilitan las reacciones sucesivas porque éstas se producen a escasa distancia unas de otras.
Unidad 2
La célula:
El campo de la biología celular y molecular, es el análisis de las moléculas y de los
componentes celulares con que se construyen todas las formas de vida.
Los estudios bioquímicos demostraron que la materia viviente está compuesta por los
mismos elementos que constituyen el mundo inorgánico, aunque con diferencias en su
organización. En el mundo inanimado existe una tendencia continua hacia el equilibrio
termodinámico, en el curso de la cual se producen transformaciones contingentes entre la
energía y la materia. En cambio, en los organismos vivos existe un manifiesto ordenamiento
en las transformaciones químicas, de modo que las estructuras y las funciones biológicas no
se alteran.
Niveles de organización:
Los límites que separan el estudio de los sistemas biológicos en diferentes niveles, están
impuestos artificialmente por el poder de resolución de los instrumentos utilizados. El ojo
humano solo puede resolver dos puntos separados por más de 0.1 mm. La mayoría de las
células son mucho más pequeñas y para estudiarlas se necesita el poder de resolución del
microscopio óptico (0.2 um). La mayor parte de las subestructuras celulares son más
pequeñas aún y requieren la resolución de microscopio electrónico. Con este instrumento
se puede obtener información de subestructuras que miden entre 0.4 y 200 nm, lo cual
amplía el campo de observación hasta el mundo de las macromoléculas. Por otra parte, los
estudios de la configuración molecular de las proteínas, los ácidos nucleicos y otros
complejos moleculares de gran tamaño -incluidos algunos virus- se realizan mediante el
análisis de las muestras por difracción de rayos X. El microscopio óptico permite un
aumento de 500 veces con respecto a la resolución del ojo, y el microscopio electrónico un
aumento 500 veces mayor que el microscopio óptico.
Límite de resolución: mínima distancia que debe existir entre dos puntos para que puedan
ser discriminados como tales.
Poder de resolución: capacidad del instrumento para brindar imágenes distintas de puntos
muy cercanos.
El límite de resolución es inversamente proporcional al poder de resolución.
Microscopio óptico: el límite de resolución del microscopio óptico no puede exceder los 170
nm cuando se usa luz monocromática (violeta). En cambio, con luz blanca el poder
resolutivo es de 250 nm.
Es posible observar células vivas mediante microscopios de contraste de fase y de
interferencia diferencial. El microscopio de interferencia permite determinar cambios en el
índice de refracción, mientras que el microscopio de fase solo revela las discontinuidades
más notables.
El microscopio de fondo oscuro permite descubrir estructuras más pequeñas que las
visualizadas con el microscopio óptico común. Con el condensador de campo oscuro la luz
directa no ingresa en el objetivo, de modo que el fondo aparece oscuro y el material
brillante.
El microscopio de polarización se basa en el comportamiento de ciertos componentes
celulares y tisulares cuando son observados con luz polarizada.
Preparación de muestras:
1) Obtención de la muestra: con instrumental adecuado para no dañar las estructuras.
2) Fijación: con formol para evitar la degradación enzimática de la célula.
3) Deshidratación.
4) Inclusión: en parafina para formar el denominado taco que permite conservar a la
muestra por un tiempo indefinido.
5) Corte: son secciones en cortes ultrafinos utilizando un micrótomo.
La principal diferencia entre ambos tipos celulares es que los procariotas no poseen
envoltura nuclear. El cromosoma de los procariotas ocupa un espacio dentro de la célula
denominado nucleoide y se halla en contacto directo con el resto del protoplasma. En
cambio, las células eucariotas poseen un núcleo verdadero con una complicada envoltura
nuclear, a través de la cual tienen lugar los intercambios nucleocitoplasmáticos.
Desde el punto de vista evolutivo, se considera que los procariotas son antecesores de los
eucariotas.
Existen grandes semejanzas en su organización molecular y en sus funciones. Ambos tipos
de organismos utilizan un mismo código genético y una maquinaria similar para sintetizar
proteínas.
Las células y los organismos pluricelulares pueden agruparse en dos clases principales según
el mecanismo que utilizan para extraer energía para su propio metabolismo.
-Los que pertenecen a la primera clase (autótrofos), utilizan el proceso de fotosíntesis para
transformar CO2 y H2O en hidratos de carbono simples, a partir de los cuales pueden
producir moléculas más complejas.
-Los pertenecientes a la segunda clase (heterótrofos), obtienen la energía de los hidratos de
carbono, las grasas y las proteínas sintetizadas por los organismos autótrofos.
-La energía contenida en estas moléculas orgánicas se libera mediante la combustión del O2
atmosférico, por un proceso que se denomina respiración aeróbica.
La membrana plasmática de esas bacterias está rodeada por una pared celular, la cual sirve
de protección mecánica, es rígida y consta de dos capas: una interior de pepidoglicano y
otra conocida como membrana externa, ambas separadas por el espacio periplasmático. El
peptidoglicano es una macromolécula continua compuesta por carbohidratos inusuales
unidos por péptidos cortos. En cambio, la membrana externa es una bicapa de lipoproteínas
y lipopolisacáridos similar en estructura a la membrana plasmática. Uno de los complejos
proteicos presentes en la membrana externa lleva el nombre de porina debido a que forma
un canal transmembranoso que permite la libre difusión de los solutos.
La membrana plasmática es una estructura lipoproteica que sirve de barrera para los
elementos presentes en el medio circundante. Esta membrana, al controlar la entrada y
salida de los solutos, contribuye al establecimiento de un medio perfectamente regulado en
el protoplasma de la bacteria. En ella se localizan los complejos proteicos de la cadena
respiratoria y los fotosistemas utilizados en la fotosíntesis.
Los bacteriófagos son virus que usan como huéspedes a células bacterianas. Pueden
establecer dos tipos de procesos:
En ambos casos el ciclo comienza del mismo modo. El virus reconoce la célula infectada, se
une a su membrana e ingresa el ácido nucleico viral, la cápside queda por fuera de la célula.
Ciclo lítico: el ácido nucleico se multiplica en forma independiente al ADN de la célula
infectada, luego se sintetizan las cápsides y finalmente se ensamblan, cápside y ácido
nucleico, formándose así lo virus hijos que salen de la célula rompiendo su membrana.
Los virus poseen solo la primera y carecen de las demás. Por este motivo no son
considerados células verdaderas, a pesar de contener los patrones genéticos para codificar
sus proteínas y reproducirse.
Bacterias --> Escherichia Coli --> Gram-negativa
Los centríolos son estructuras cilíndricas y sus paredes están formadas por microtúbulos. Si
bien se encuentran en los centrosomas, no intervienen la formación de los microtúbulos.
Durante la mitosis migran hacia los polos de las células.
Sistema de endomembranas:
La membrana nuclear interna se halla en contacto con los cromosomas, mientras que la
externa suele estar cubierta por ribosomas.
El complejo de Golgi está formado por pilas de sacos aplanados, túbulos y vesículas. en él se
procesan moléculas provenientes del retículo endoplasmático, las cuales son luego
incorporadas a endosomas o son liberadas fuera de la célula por exocitosis. Se encarga de la
síntesis de macromoléculas, el procesamiento y modificación de proteínas. Forma parte de
las vías de conducción celular y es el principal distribuidor de macromoléculas.
Los endosomas son organoides destinados a recibir enzimas hidrolíticas provenientes del
complejo de Golgi así como el material ingresado en la célula por endocitosis. Cuando
suman ambos contenidos se convierten en lisosomas.
Los lisosomas son oranoides polimorfos. Contienen las enzimas hidrolíticas responsables de
la digestión de las sustancias incorporadas a la célula por endocitosis. También degradaa los
organoides obsoletos (autofagia).
La estabilidad del número cromosómico es mantenida por medio de una clase especial de
división celular denominada mitosis. En ella se generan núcleos hijos con el mismo número
de cromosomas; por consiguiente, en cuanto a su constitución cromosómica las células hijas
son idénticas entre sí y a sus antecesoras. La mitosis comprende una serie consecutiva de
fases conocidas como: profase, prometafase, metafase, anafase y telofase.
Citocinesis: proceso de separación y segmentación del citoplasma que tiene lugar durante la
última fase de la mitosis.
La meiosis reduce los cromosomas a un número haploide. Las células sexuales predecesoras
de los gametos experimentan un tipo especial de división celular denominado meiosis, en el
que el número diploide se reduce a un juego único o haploide en cada gameto formado. el
cigoto resulta así nuevamente diploide. La división meiótica se cumple en los animales y los
vegetales que se reproducen sexualmente y tiene lugar en el curso de la gametogénesis.
Funciones del sistema de endomembranas:
La unión de las células se consigue con la ayuda del virus sendai inactivado o del
polietilenglicol, cuyas propiedades fusógenas propician el contexto y la integración de las
membranas plasmáticas.
El mecanismo molecular de fusión de membranas se produce en todos los procesos
fisiológicos de fusión de membranas y en ellos intervienen agentes fusógenos presentes en
el citosol.
Otro método utilizado para estudiar el desplazamiento lateral de las proteínas en el plano
de las membranas es la técnica de recuperación de la fluorescencia después del
fotoblanqueo, conocida con la sigla FRAP. Aquí ciertas proteínas membranosas son
marcadas con fluorocromos y un pequeño sector de la membrana es irradiado con rayos
láser. Dicho sector se “blanquea”, es decir, queda sin fluorescencia. No obstante, pronto es
invadido por proteínas fluorescentes provenientes de las regiones no irradiadas. La
velocidad de recuperación de la fluorescencia puede calcularse mediante un índice llamado
“coeficiente de difusión”.
5) La especificidad del SISTEMA ABO de grupos sanguíneos se halla determinada por ciertos
oligosacáridos muy cortos y parecidos entre sí, presentes en la membrana plasmática de los
glóbulos rojos. Estos oligosacáridos solo difieren por sus monómeros terminales y están
ligados a una proteína transmembranosa o a una ceramida.
Los canales iónicos son poros o túneles hidrofílicos que traviesan las membranas, formados
por proteínas integrales transmembranosas generalmente de tipo multipaso.
Existen canales iónicos en todas las células, tanto en la membrana plasmática como en la de
los organoides. Son altamente selectivos, de modo que hay canales específicos para cada
tipo de ion. Los más abundantes en la membrana plasmática son los canales para el K+.
La mayoría de los canales iónicos no están abiertos en forma permanente, pues poseen un
dispositivo de apertura y cierre semejante al de una “compuerta”, accionado por dos clases
de factores: algunos canales abren su “compuerta” en respuesta a un cambio en el potencial
eléctrico de la membrana y otros cuando les llega una sustancia inductora (ligando) por el
lado citosólico o por el lado no citosólico, a los primero se los llama canales dependientes
de voltaje; a los segundos, canales dependientes de ligando.
Existen sustancias –llamadas ionóforos- que tienen la propiedad de incorporarse a las
membranas biológicas y aumentan su permeabilidad a diversos iones. Son moléculas de
tamaño relativamente pequeño, con una superficie hidrofóbica que les permite insertarse
en la bicapa lipídica. Se conocen dos tipos de ionóforos, los transportadores móviles y los
formadores de canales.
Los transportadores móviles atrapan al ion en un lado de la membrana, lo engloban en el
interior de sus moléculas, giran 180° en la bicapa lipídica y lo liberan del otro lado de la
membrana.
Los ionóforos formadores de canales son conductos hidrofóbicos que permiten el pasaje de
cationes monovalentes.
El sistema de endomembranas:
El sistema de endomembranas se distribuye por todo el citoplasma y está compuesto por
varios subcompartimientos (cisternas, sacos, túbulos) comunicados entre sí. En algunos
lugares la comunicación es directa y en otros es mediada por vesículas transportadoras.
Estas nacen de un compartimiento y se transfieren a otro en virtud de procesos que
comprenden pérdida y ganancia de membranas.
Las vesículas transportadoras operan del siguiente modo:
Retículo endoplasmático:
El retículo endoplasmático (RE) se distribuye por todo el citoplasma, desde el núcleo hasta la
membrana plasmática. Está compuesto por una red tridimensional de túbulos y sacos
aplanados totalmente interconectados. El citoesqueleto se encarga de mantener a sus
componentes en posiciones más o menos fijas dentro del citoplasma.
Este organoide se divide en dos sectores, que se diferencian por la ausencia o presencia de
ribosomas sobre su cara citosólica. Se denominan, respectivamente, retículo
endoplasmático liso (REL) y retículo endoplasmático rugoso (RER).
El REL carece de ribosomas. Suele comprender una red de túbulos interconectados, cuyo
volumen y distribución espacial difieren en las distintas clases de células. Esta diversidad
depende de sus variadas funciones.
El RER está muy desarrollado en las células que realizan una activa síntesis proteica. En su
composición predominan los sacos aplanados, que cuando son abundantes se encuentran
separados por un angosto espacio citosólico repleto de ribosomas.
Estos ribosomas se hallan adheridos a la cara citosólica de la membrana del RE. Por lo
general componen complejos llamados polisomas o polirribosomas, consistentes en grupos
de ribosomas enlazados por una molécula de ARNm.
La afinidad del RER por los ribosomas se debe a que en su membrana existen receptores
específicos, de los cuales carece el REL.
Complejo de Golgi:
En una célula idealizada el complejo de Golgi se halla entre el RE y la membrana plasmática,
con los endosomas y los lisosomas situados entre ésta y el complejo. Estas relaciones
espaciales son el reflejo de otras de índole funcional, ya que, por medio de vesículas
transportadoras, las moléculas provenientes del Re alcanzan el complejo de Golgi, lo
recorren, se desprenden de él y arriban a la membrana plasmática o a los endosomas. Estos
flujos comprenden tanto moléculas membranosas como moléculas luminales. Así, según la
vía seguida, se transfieren segmentos de membrana del Re a la membrana plasmática o a la
membrana de los endosomas, mientras que las moléculas provenientes de la cavidad del RE
se vuelcan en el medio extracelular (esto se denomina secreción) o ingresan en la cavidad
de los endosomas.
El complejo de Golgi está integrado por una o por varias unidades funcionales llamadas
dictiosomas. Aunque su localización y su número varían en las distintas clases de células, los
dictiosomas presentan características morfológicas constantes. Suelen adoptar una forma
curvada, con la cara convexa mirando al núcleo y la cóncava orientada hacia la membrana
plasmática. La primera se denomina cara de entrada o cis, y la segunda, cara de salida o
trans.
Cada dictiosoma está integrado por:
Dado que la red cis y la cisterna cis forman un solo compartimiento, las moléculas
incorporadas a la membrana y a la cavidad del organoide, circulan de la red a la cisterna por
simple continuidad. En cambio, para pasar de la cisterna cis a las cisternas medias y de éstas
a la cisterna trans las moléculas se valen de vesículas transportadoras.
Los glicerofosfolípidos están integrados por una molécula de glicerol, dos ácidos grasos, un
fosfato y un segundo alcohol.
La fosfatidilcolina se forma en la monocapa citosólica del RE por la unión del 1,2-
diacilglicerol con la citidina difosfato-colina. La reacción es catalizada por una
fosfotransferasa específica.
Una buena parte de las vesículas transportadoras nacidas en la cara de salida del complejo
de Golgi tiene como destino la membrana plasmática. La vesícula transportadora expulsa su
contenido fuera de la célula por un proceso denominado exocitosis, que consiste en la
fusión de la membrana de la vesícula con la membrana plasmática y la descarga del
contenido vesicular en el exterior.
El proceso que provoca la descarga del contenido de las vesículas transportadoras en el
medio extracelular se denomina secreción. Esta puede ser constitutiva o regulada:
Endosomas:
Las macromoléculas y las partículas entran mediante un mecanismo denominado
endocitosis. De acuerdo con el tamaño y las propiedades físicas del material que se va a
incorporar, este mecanismo es llamado pinocitosis o fagocitosis.
La pinocitosis comprende el ingreso de líquidos junto con las macromoléculas y los solutos
disueltos en ellos. Esto se logra porque porciones circunscritas del líquido que se halla en
contacto con la superficie externa de la célula son atrapadas mediante invaginaciones de la
membrana plasmática, lo cual da lugar a fositas y finalmente a vesículas que se liberan en el
citosol.
Según la calidad de la sustancia que habrá de incorporarse a la célula, la pinocitosis puede
ser inespecífica o regulada.
Lisosomas:
Todas las células contienen lisosomas, que son los organoides que digieren a los materiales
incorporados por endocitosis. Además, mediante un proceso denominado autofagia
también digieren elementos de la propia célula. Se cree que los lisosomas se forman a partir
de endosomas que recibieron dos clases de vesículas transportadoras, unas con material
endocitado y otras con enzimas hidrolíticas. La característica más saliente de los lisosomas
es su polimorfismo, no solo porque poseen aspectos y tamaños disímiles sino también por la
irregularidad de sus componentes. La causa del polimorfismo es doble; por un lado, se debe
a la diversidad del material endocitado y por el otro al hecho de que cada clase de lisosoma
posee una combinación singular de enzimas hidrolíticas.
Las enzimas lisosómicas se activan a pH 5.0.
La célula cuenta con dos dispositivos para degradar a las proteínas fabricadas en su propio
citoplasma, es decir, no endocitadas. Uno actúa en el citosol e involucra a la ubiquitina y a
los proteasomas. El otro comprende a los lisosomas, que incorporan a las proteínas
citosólicas destinadas a desaparecer y las digieren en su cavidad. Para ellos los lisosomas
cuentan con receptores membranosos específicos que reconocen a las proteínas, las cuales
ingresan en el organoide por un translocón. Este se valdría de dos chaperonas de la familia
hsp70, una citosólica, que desenrollaría a las proteínas, y otra luminal, que las impulsaría a
entrar.
La célula elimina organoides envejecidos por un mecanismo denominado autofagia, que
incluye la formación de autogosomas. Los autofagosomas se forman con la ayuda del REL.
Este aporta una porción de membrana para envolver al organoide obsoleto y formar al
autogosoma. Este último, se fusiona con un endosoma secundario, el cual recibe enzimas
hidrolíticas del complejo de Golgi y se convierte en fagolisosoma. El proceso culmina con la
degradación del organoide por parte de esas enzimas.
Diversas enfermedades congénitas se producen por mutaciones de los genes que codifican a
las enzimas lisosómicas. Se caracterizan por la acumulación intracelular de las sustancias
que esas enzimas degradan.
Ejemplos: enfermedad de Tay-Sachs, enfermedad de Gaucher, enfermedad de Niemann-
Pick, enfermedad de células I.
Vesículas transportadoras:
Las vesículas transportadoras tienen un diámetro que fluctúa entre los 50 y 250 nm. Se
originan en la membrana plasmática y en las membranas de los organoides del sistema de
endomembranas. Lo hacen con el concurso de una cubierta proteica de la que existen varias
clases. Las más estudiadas se conocen con el nombre de cubierta de COP y cubierta de
clatrina.
Igual que en las células animales, en las vegetales el complejo de Golgi es esencial para la
secreción. En sus cisternas se procesan y concentran los productos secretorios, que
finalmente se descargan al exterior. Además, componentes del complejo de Golgi sirven
para el transporte de ciertas proteínas de depósito. Estas proteínas se localizan en
organoides especiales, denominados cuerpos proteicos o granos de aleurona.
En la mayoría de las células vegetales existe uno o más compartimientos llamados vacuolas,
limitados por membranas. Algunas se comportan como lisosomas, ya que contienen
enzimas hidrolíticas. Otras sirven de depósito para nutrientes y desechos metabólicos.
Finalmente, otras guardan líquidos y se usan para regular el volumen y la turgencia de la
célula.
Los peroxisomas:
Los peroxisomas son organoides que se encuentran en todas las células. Contienen enzimas
oxidativas y cumplen variadas funciones metabólicas. Su nombre se debe a que son capaces
de formar y descomponer peróxido de hidrógeno. Existen muchas clases de peroxisomas,
los cuales se diferencian entre sí por la enzima o el conjunto de enzimas presentes en su
interior. Entre las enzimas más comunes detectadas en los peroxisomas se encuentran la
catalasa, la D-aminoácido oxidasa, la urato oxidasa y las responsables de las β-oxidación de
los ácidos grasos.
A diferencia de lo que sucede en las mitocondrias, en los peroxisomas las oxidaciones
generan energía térmica. No obstante, la β-oxidación de los ácidos grasos conduce
finalmente a la formación de ATP, ya que los grupos acetilo que se producen en los
peroxisomas se transfieren a las mitocondrias e ingresan en el ciclo de Krebs. La oxidación
de sustratos en los peroxisomas tiene como consecuencia la formación de H 2O2, una
molécula sumamente tóxica para la célula; la cual es neutralizada por la catalasa.
Se cree que los peroxisomas tienen una vida media de 5 a 6 días, al cabo de los cuales son
eliminados por autofagosomas. Su número se restablece del mismo modo como lo hacen las
mitocondrias, mediante la duplicación de peroxisomas “jóvenes”, es decir, por fisión binaria
de peroxisomas preexistentes. La bicapa lipídica de su membrana crece por el agregado de
fosfolípidos extraídos del RE, los cuales son transferidos de una membrana a otra por
proteínas intercambiadoras. Por su parte, las proteínas que se incorporan a la membrana o
a la matriz del peroxisoma provienen de ribosomas libres en el citosol, e ingresan en el
organoide una vez que se han plegado. Son conducidas selectivamente al peroxisoma
porque poseen, cerca del extremo carboxilo, un péptido señal específico compuesto por
tres aminoácidos. El péptido señal es reconocido por un receptor proteico que reside en el
citosol, el cual, a su vez, interactúa con una proteína específica de la membrana del
organoide.
Los peroxisomas en las células vegetales:
La germinación de las semillas suele necesitar de la degradación de lípidos acumulados en el
endosperma. En este proceso intervienen, los glioxisomas, que son peroxisomas
relacionados con el metabolismo de los triacilgliceroles. El glioxisoma posee enzimas que
transforman a los ácidos grasos de las semillas en hidratos de carbono por la vía del ciclo del
glioxilato.
El citosol:
El citosol o matriz citoplasmática de la célula eucariota contiene muchos de los
componentes que se encuentran en el protoplasma de la bacteria, por ejemplo, complejos
enzimáticos de diverso orden y moléculas de ARN ribosómico, mensajero y de transferencia.
El citosol es considerado como el verdadero medio interno celular, que se extiende desde
la envoltura nuclear hasta la membrana plasmática y que llena el espacio no ocupado por el
sistema de endomembranas, las mitocondrias y los peroxisomas. El pH del citosol es de 7.2.
Mediante la técnica de fraccionamiento celular, se obtiene una fracción fluida sobrenadante
que contiene los componentes citosólicos. En ella se detectan los elementos del
citoesqueleto, un gran número de enzimas, la mayoría de las moléculas que conducen
señales dentro de la célula, los elementos que dirigen la síntesis de las proteínas celulares y
extracelulares, las chaperonas, los proteasomas, las inclusiones, etc.
Cuando se acumulan en el citosol en grandes cantidades, ciertas macromoléculas forman
estructuras detectables con el microscopio, denominadas inclusiones, que carecen de
membrana.
La síntesis de las proteínas celulares tiene lugar en los ribosomas. Solamente una parte de
las proteínas que se sintetizan en los ribosomas citosólicos permanece en el citosol, ya que
las restantes emigran hacia el núcleo, el sistema de endomembranas, las mitocondrias y los
peroxisomas. Para que las proteínas pueden llegar a esos destinos se requiere de un sistema
de señales específicas, tales señales se encuentran en las mismas moléculas proteicas y
consisten en una o varias secuencias de unos pocos aminoácidos denominados péptidos
señal y señales de anclaje.
Las chaperonas acompañan a las proteínas y previenen sus plegamientos prematuros y cuidan
que sean correctos. Existen tres familias de chaperonas, denominadas hsp60, hsp70, hsp90. El
número que acompaña a la sigla hsp corresponde al eso molecular de la primera chaperona
descubierta en cada grupo consumen energía derivada del ATP y pueden ser reutilizadas apenas
concluyen sus funciones.
En el citosol existen estructuras que desempeñan funciones opuestas a las de los ribosomas, ya que
destruyen a las proteínas. Así, cuando una proteína debe desaparecer es degradada por un complejo
enzimático llamado proteasoma. Para poder ingresar en el proteasoma, las proteínas destinadas a
desaparecer deben ser previamente “marcadas” por un conjunto de polipéptidos citosólicos
iguales entre sí llamados ubiquitinas. Cuando finaliza la degradación de la proteína, el
proteasoma y las ubiquitinas quedan disponibles para su reutilización.
El citoesqueleto:
Las células eucariotas poseen un armazón proteico filamentoso desplegado por todo el
citosol, denominado citoesqueleto. Está integrado por tres clases de filamentos y un
conjunto de proteínas accesorias, clasificadas como reguladoras, ligadoras y motoras.
5) Filamentos gliales
6) Neurofilamentos
Se trata de polímeros lineales cuyos monómeros son proteínas que presentan una
estructura en hélice α fibrosa.
Los filamentos de actina son polímeros construidos por la suma lineal de monómeros, cuyo
ensamblaje les da a los filamentos una configuración helicoidal característica. Los
monómeros se encuentran libres en el citosol, sonde forman un depósito al que la célula
recurre cuando los necesita.
Los filamentos de actina transcelulares actúan como vías para transportar organoides por
el citoplasma. Este transporte es mediado por las proteínas miosina I y miosina V.
Las neuronas se hallan conectadas entre sí y con las células musculares y secretorias por
medio de prolongaciones citoplasmáticas llamadas axones. Las células así conectadas
pueden estar separadas por distancias considerables, y la mayoría de las conexiones se
establecen durante el desarrollo embrionario. Cualquiera sea la distancia que las separa,
generalmente la neurona no necesita migrar para tomar contacto con la otra célula; solo
crece su axón, por lo que su cuerpo permanece en el sitio inicial. Para poder alargarse y
avanzar, el axón desarrolla en su extremo distal una especialización llamada cono de
crecimiento.
Durante la histogénesis del sistema nervioso central algunas neuronas del tubo neural
primitivo deben migrar desde las cercanías de la luz del tubo hasta lugares próximos a su
superficie externa. Intervienen elementos de la neuroglia (las llamadas células gliales
radiales), que transitoriamente forman soportes filamentosos sobre los cuales las neuronas
“reptan” hacia los puntos de destino. Se ha descubierto una proteína que permite el
establecimiento de uniones intermitentes entre la membrana plasmática de la neurona y la
membrana plasmática de la célula glial radial, imprescindibles para la reptación. La proteína
se llama astrotractina en virtud de que las células radiales se convierten en astrocitos una
vez terminada la migración.
A medida que van ocupando los lugares vacíos, las células se reproducen en los cultivos de
tejidos migran y establecen contactos con sus vecinas. No obstante, cuando una célula
queda rodeada por otras, deja de dividirse y pierde su motilidad. Este fenómeno,
denominado inhibición por contacto, ocurre en todas las células del cultivo, por lo que
terminan formando una monocapa celular característica.
La citocinesis tiene lugar en las postrimerías de la mitosis, al formarse un anillo contráctil
compuesto por filamentos de actina y miosinas II por debajo de la membrana plasmática en
la zona ecuatorial de la célula en división. La citocinesis se produce a raíz de que cada
miosina II se desliza sobre dos filamentos de actina en direcciones contrarias. La suma de
estos deslizamientos hace aparecer un surco en la superficie celular, que al profundizarse
genera un estrangulamiento que culmina con la partición de la célula.
Las microvellosidades son proyecciones citoplasmáticas nacidas de la superficie celular,
rodeadas por membrana plasmática. Se encuentran en muchos tipos celulares, pero están
especialmente desarrolladas en algunos epitelios. Debido a que incrementan la superficie de
la membrana plasmática, permiten una mayor absorción de agua y de solutos por parte de
la célula.
Los filamentos de actina y los filamentos intermedios componen un enrejado por debajo de
la membrana plasmática que lleva el nombre de membrana terminal, desde la cual nacen
los filamentos de actina que ingresan en las microvellosidades.
Los filamentos de actina de las microvellosidades se unen entre sí por medio de dos
proteínas ligadoras, la villina y la fimbrina.
La maquinaria contráctil de las células musculares está representada por unas estructuras
regulares derivadas del citoesqueleto, las miofibrillas. La miofibrilla está compuesta por una
sucesión lineal de unidades contráctiles denominadas sarcómeros. Los cambios que ocurren
en el sarcómero durante la contracción de la célula muscular pueden observarse con los
microscopios de fase y de interferencia.
Cada filamento de actina se halla asociado a otra proteína gigante llamada nebulina, que
tiene por función determinar el largo del filamento durante la miogénesis y conferirle
rigidez.
Las miofibrillas se hallan unidas por sus lados mediante filamentos intermedios de desmina.
Gracias a ellos se evita la pérdida del alineamiento de los sarcómeros en el interior de las
células musculares ante las fuertes tensiones mecánicas a que están sometidas.
Por debajo de la membrana plasmática la célula muscular posee la proteína ligadora
distrofina, que conecta a los filamentos de actina localizados en la periferia de la célula con
un complejo de proteínas membranosas llamadas distroglicanos y sarcoglicanos. A su vez,
este complejo se une a la laminina de la lámina basal que rodea a la célula.
La composición del citoesqueleto del eritrocito presenta diferencias en comparación con el
citoesqueleto de las otras células. Inmediatamente por debajo de la membrana plasmática
del eritrocito existe una malla fibrilar integrada principalmente filamentos de espectrina. El
conjunto del sistema de proteínas citoesqueléticas y membranosas le confiere al eritrocito
su forma bicóncava y la flexibilidad necesaria para poder circular por los capilares
sanguíneos de diámetros menores que el suyo.
La unión oclusiva, llamada también unión estrecha, adhiere firmemente a las membranas
plasmáticas de las células epiteliales contiguas por medio de una franja de conexión no muy
ancha, situada inmediatamente por debajo de la superficie libre del epitelio. A nivel de la
unión oclusiva las membranas plasmáticas de las células enfrentadas contienen, entre otras,
dos clases de proteínas integrales, llamadas claudinas y ocludinas. Además de unir a las
células y de impedir el pasaje de sustancias a través de los epitelios, las uniones oclusivas
determinan que las composiciones moleculares de las regiones apical y basolateral de las
membranas plasmáticas de las células epiteliales sean diferentes entre sí.
El cinturón adhesivo es otro tipo de unión que desarrollan las células epiteliales para
mantenerse ligadas entre sí. Se localiza por debajo de la unión oclusiva y en su composición
intervienen glicoproteínas transmembranosas de la familia de las cadherinas y la franja de
filamentos de actina corticales.
El nombre del cinturón adhesivo hace referencia a las dos características más notorias de
este tipo de unión: la posición circular de las cadherinas y los filamentos de actina y la
propiedad de las primeras de adherirse mutuamente.
Los desmosomas constituyen uniones puntiformes entre las células epiteliales contiguas,
por lo que han sido comparados con remaches. Se hallan por debajo del cinturón adhesivo,
distribuidos irregularmente en las paredes laterales de las células. El desmosoma incluye un
grupo de glicoproteínas transmembranosas de la familia de las cadherinas, denominadas
desmogleína I, desmocolina I y desmocolina II. Igual que en el cinturón adhesivo, las
cadherinas de las membranas adyacentes se unen entre sí por sus dominios externos. En
cambio, sus dominios citosólicos asocian con filamentos intermedios de queratina.
Además de unir fuertemente a las células epiteliales entre sí, los desmosomas y los
filamentos de queratina componen una red transcelular extendida por todo el epitelio, al
que le confieren una gran resistencia mecánica.
Las uniones comunicantes son canales que comunican citoplasmas de las células epiteliales
adyacentes. Cada canal está compuesto por un par de conexones, que son estructuras
cilíndricas huecas que atraviesan las membranas plasmáticas de las células enfrentadas. La
pared del conexón resulta de la asociación de seis proteínas transmembranosas idénticas
que delimitan un conducto central. Estas proteínas se llaman conexinas y se unen con sus
similares el conexón de la membrana plasmática opuesta, lo que da lugar a un canal que
comunica a las dos células.
• Nutrientes.
• Sustancias que actúan como señales.
• Potenciales eléctricos de acción.
La energía total liberada durante la oxidación de la glucosa está compuesta por una fracción
“útil” y una fracción que se disipa en forma de calor.
Dirección de los procesos naturales: segunda ley de la termodinámica.
Los procesos naturales espontáneos tienden a disipar los gradientes hasta alcanzar un
estado de equilibrio. En este sentido, los desequilibrios y las heterogeneidades pueden
considerarse almacenes de energía “útil” que permiten que los procesos ocurran. La
cantidad de energía “útil” será igual a la energía total puesta en juego durante el proceso,
menos cierta cantidad de energía que, inevitablemente, se disipará.
La energía disipada puede expresarse como el producto entre la temperatura y un factor
llamado entropía (S). La segunda ley de la termodinámica dice que “La entropía del Universo
tiende a un máximo”. Esto significa que los procesos naturales espontáneos ocurren
siempre en una misma dirección: la que conduce a un aumento de la entropía.
En un sistema aislado, la energía “útil” es usada para convertir las heterogeneidades en
homogeneidades. Cuando esta energía se agota, el sistema alcanza el equilibrio, la entropía
es máxima y ya no puede ocurrir ningún otro proceso. En estos sistemas, la entropía
permite predecir la dirección de los procesos espontáneos.
¿Qué es la vida? Los sistemas biológicos y la segunda ley de la termodinámica.
Los seres vivos son estructuras complejas, en extremo ordenadas, claramente diferenciadas
de su entorno, dotadas de información y alejadas por completo del estado de equilibrio.
Para mantener su organización, requieren un suministro constante de energía.
En los seres vivos conviven dos procesos esenciales: la generación de orden a partir de
orden (producen réplicas de sí mismos) y la generación de orden a partir de desorden (se
mantienen alejados del equilibrio).
Los sistemas biológicos deben considerarse juntamente con su entorno. Los organismos
ganas orden interno a expensas de generar desorden en su ambiente. De esta manera, la
entropía del conjunto siempre aumenta. El sistema se mantiene estacionario porque existen
procesos balanceados.
Reacciones químicas en los seres vivos:
Las vías metabólicas son los pasos ordenados en que se agrupan las reacciones metabólicas.
Algunas vías metabólicas, como la glucólisis y la respiración, ocurren en casi todos los seres
vivos.
La ciencia concibe el metabolismo como una red de redes. En los nodos están las enzimas y
las proteínas relacionadas, las conexiones son establecidas por los metabolitos o productos
intermediarios.
Regulación de la actividad enzimática:
Las enzimas alostéricas pueden activarse o desactivarse temporalmente. Esto ocurre cuando
una segunda molécula (efector) se une a un sitio de la enzima, distinto del sitio activo. Al
producirse la unión, la conformación de la enzima cambia y su sitio activo se modifica.
En otros casos, la regulación consiste en sintetizar las enzimas sólo cuando son necesarias.
La regulación postraduccional abarca cualquier modificación producida en la estructura de
las enzimas una vez que han sido sintetizadas. Algunas enzimas son polipéptidos activos que
se activan cuando otra enzima los corta. Otra forma de activar o inactivar una enzima es
mediante la unión covalente de grupos fosfato a los residuos de aminoácidos.
La temperatura regula en forma más general la actividad enzimática. En la mayoría de los
casos, la velocidad de una reacción se duplica por cada 10°C que aumenta la temperatura y
decae rápidamente por encima de los 40°C.
Los inhibidores enzimáticos pueden unirse al sitio activo de una enzima (inhibición
competitiva) o a un sitio diferente del activo (inhibición no competitiva). Si el inhibidor
desnaturaliza a la enzima o se une en forma permanente al sitio activo, la inhibición es
irreversible.
ATP: la moneda energética de la célula.
El trifosfato de adenosina (ATP) está formado por la base nitrogenada adenina, el azúcar de
cinco carbonos ribosa y tres grupos fosfato. Los enlaces covalentes entre los tres grupos
fosfato son de alta energía. La energía que se libera cuando estos enlaces son hidrolizados
es suficiente para poner en marcha muchas reacciones celulares.
La fosforilación es la transferencia del grupo fosfato terminal del ATP a otra molécula. La
desfosforilación es la eliminación de los grupos fosfato. Ambas reacciones son catalizadas
por enzimas y cumplen un papel importante en la regulación de muchas actividades de la
célula.
Panorama general de la oxidación de la glucosa:
En los sistemas vivos, la oxidación de la glucosa se desarrolla en dos etapas principales: la
glucólisis y la respiración celular. La glucólisis ocurre en el citoplasma. La respiración, que
incluye el ciclo de Krebs y el transporte de electrones, tiene lugar en la membrana celular de
las células procariontes y en las mitocondrias de las células eucariontes.
En la glucólisis y en el ciclo de Krebs, las coenzimas NAD+ y FAD aceptan átomos de
hidrógeno provenientes de la glucosa y se reducen a NADH y FADH2, respectivamente. En la
etapa final de la respiración, estas coenzimas ceden sus electrones a la cadena respiratoria.
Primera etapa, varios pasos: la glucólisis.
Las glucólisis ocurre, prácticamente, en todas las células vivas. Cada uno de sus pasos es
catalizado por una enzima específica.
En el primer paso de la glucólisis, la glucosa se divide en dos moléculas de tres carbonos
(ácido pirúvico), que pueden seguir dos vías: aeróbica o anaeróbica. El proceso se inicia con
energía proveniente de dos moléculas de ATP.
Cada acetilo que entra en el ciclo de Krebs se combina con una molécula de cuatro carbones
(ácido oxalacético) y forma una de seis (ácido cítrico).
En el curso de este ciclo se liberan dos moléculas de CO 2, que no pertenecen a la molécula
de glucosa original, y se producen una de ATP, tres de NADH y una de FADH2.
Los distintos intermediarios de la glucólisis y el ciclo de Krebs pueden ser precursores para el
proceso de biosíntesis. Las vías biosintéticas son diferentes de las catabólicas.
Visión general de la fotosíntesis: sus etapas.
Los organismos fotosintéticos productores de O2 usan energía lumínica, CO2 y agua para
producir la materia orgánica necesaria para su alimentación. El O 2 que liberan se forma con
átomos provenientes del agua.
La fotosíntesis se realiza en dos etapas: la lumínica, en la que se utiliza la energía de la luz
para sintetizar ATP y NADPH, y la fijadora de carbono, que utiliza los productos de la primera
etapa para la producción de azúcares.
Las mitocondrias:
Las usinas generadoras de moléculas de ATP son las mitocondrias, que toman la energía
depositada en las uniones covalentes de las moléculas de los alimentos y las transfieren al
ADP. Una vez formado, el ATP sale de la mitocondria y se difunde por la célula, de modo que
su energía puede ser usada para las distintas actividades celulares. Al removerse la energía
del ATP, se reconstituye el ADP, que reingresa en las mitocondrias para recibir una nueva
“carga” de energía.
Las células poseen una enorme cantidad de mitocondrias, cada una de las cuales produce
innumerables moléculas de ATP. Estas, como las mitocondrias, se localizan cerca de los
sitios de consumo.
Las sustancias alimenticias se clasifican en hidratos de carbono, grasas, proteínas, minerales
y H2O, a los cuales debe agregarse el O2.
La mayor parte de la energía contenida en las moléculas de los alimentos es extraída
mediante una sucesión de oxidaciones. Una molécula se oxida no solamente cuando gana
oxígeno, sino también cuando pierde hidrógeno. Toda oxidación de un átomo o de una
molécula está atada a la reducción de otro átomo o de otra molécula, que entonces ganan
hidrógeno o electrones, o pierden oxígeno.
Durante el procesamiento de los alimentos, en algunas reacciones de oxidación y reducción
intervienen dos moléculas intermediarias cardinales: las coenzimas nicotinamida adenina
dinucleótido (NAD) y flavina adenina dinucleótido (FAD).
Apenas los alimentos son ingeridos, los polisacáridos, los lípidos y las proteínas que los
integran comienzan a ser escindidos en moléculas cada vez más pequeñas por la acción de
una gran variedad de enzimas. La escisión enzimática de los alimentos tiene lugar en tres
escenarios orgánicos: el tubo digestivo, el citosol y la mitocondria.
La glucólisis tiene lugar en el citosol.
En las mitocondrias se producen la descarboxilación oxidativa, el ciclo de Krebs y la
fosforilación oxidativa.
3) Es muy pequeño, pues posee 37 genes solamente. En casi todos los tipos celulares la
suma de los ADN tomados de todas las mitocondrias representa no más del 1% del ADN
nuclear.
4) Posee muy pocas y a la vez muy cortas secuencias no génicas, es decir, que no se
transcriben.
5) Genera 22 tipos de ARNt, en lugar de los 31 que transcribe el ADN del núcleo.
6) Las dos clases de ARNr que codifica dan lugar a ribosomas que poseen un coeficiente de
sedimentación de 55S, inferior al de los ribosomas de los procariotas y del citosol.
7) En su código genético existen 4 codones cuyas instrucciones difieren de las de sus pares
del ADN nuclear.
8) Se transcriben sus dos cadenas.
9) Las moléculas de ARN que transcribe el ADN se procesan mientras se sintetizan. El
procesamiento comprende la remoción de partes de los ARN.
10) Posee varias copias de un mismo ADN y no dos como el ADN nuclear. Debe señalarse
que las mitocondrias de cualquier individuo son de origen materno, pues todas provienen
del ovocito.
Aunque la mitocondria posee ADN, ARNm y ARNt y ribosomas propios, las proteínas que
fabrica son muy pocas, 13 en total. Por consiguiente, la mayor parte de las que necesita
para su reproducción debe importarlas desde el citosol. Más aún, debido a esa doble
procedencia se requiere una perfecta coordinación entre las actividades de los genomas
mitocondrial y nuclear a fin de que todos los componentes de la mitocondria sean
producidos en las proporciones adecuadas.
Conforme surgen de los ribosomas, las proteínas mitocondriales producidas en el citosol se
asocian con chaperonas de la familia hsp70. Estas mantienen desplegadas a las proteínas
hasta que arriban a la mitocondria. El pasaje de las proteínas a través de las membrana
externa e interna de la mitocondria es un proceso complejo. Cuando una de ellas se pone en
contacto con la membrana mitocondrial externa, se desprende de las chaperonas hsp70
citosólicas, atraviesa ambas membranas y se asocia con chaperonas ligadas a la membrana
mitocondrial interna. Estas chaperonas atraen a las proteínas hacia el interior de la
mitocondria por un mecanismo que consume ATP. Una vez en la matriz mitocondrial, la
proteína se pliega sin ayuda o con la asistencia de una chaperona de la familia hsp60. Las
proteínas se incorporan a la mitocondria a través de los translocones denominados con las
siglas TOM y TIM, presentes en las membranas mitocondriales externa e interna
respectivamente.
Todas las proteínas importadas desde el citosol incluyen en su extremo amino un péptido
señal que las conduce hasta la mitocondria y que es reconocido por un receptor específico
asociado al translocón externo. Si el paradero de la proteína es la matriz mitocondrial,
apenas atraviesa los translocones pierde el péptido señal y se libera en su interior. En
cambio, las proteínas destinadas a las membrana externa e interna poseen señales
adicionales, distintas entre sí, las cuales retienen a ambos tipos de proteínas en la
membrana que corresponde.
Las mitocondrias se reproducen por fisión binaria, como lo hacen las bacterias. Esta no es la
única semejanza con lo procariotas; se parecen también en sus formas y medidas y porque
poseen varios componentes comunes. Tales semejanzas han llevado a sugerir que las
mitocondrias son un producto evolutivo de las bacterias aeróbicas. También se cree que las
primeras células eucariotas eran anaeróbicas y que cuando la atmósfera terrestre se hizo
rica en oxígeno incorporaron en sus citoplasmas bacterias aeróbicas que, tras sucesivos
cambios adaptativos, se convirtieron en las actuales mitocondrias.
Los cloroplastos:
Los plástidos son organoides especiales de las células vegetales. Los más comunes y de
mayor importancia biológica son los cloroplastos, que junto con las mitocondrias
constituyen las maquinarias bioquímicas que se encargan de producir las transformaciones
energéticas necesarias para mantener las funciones de las células. En el caso de los
cloroplastos, atrapan la energía electromagnética derivada de la luz solar y la convierten en
energía química mediante un proceso llamado fotosíntesis.
Además de los cloroplastos existen otros plástidos con pigmentos, agrupados bajo la
denominación genérica de cromoplastos. En general, estos tienen menor contenido de
clorofila y por lo tanto menor actividad fotosintética.
Fotosíntesis:
La fotosíntesis es una de las funciones biológicas fundamentales de las células vegetales.
Por medio de la clorofila contenida en los cloroplastos, los vegetales verdes son capaces de
absorber la energía que la luz solar emite como fotones y transformarla en energía química.
Esta se acumula en las uniones químicas entre los átomos de las moléculas alimenticias que
se forman en el concurso del CO2 atmosférico.
Los hidratos de carbono formados por la fotosíntesis son sacáridos solubles que circulan por
los distintos tejidos de la planta o se acumulan como granos de almidón en los cloroplastos
o, más frecuentemente, en los amiloplastos.
Los pigmentos como la clorofila están particularmente adaptados para ser excitados por la
luz. Así, los fotones que absorbe la clorofila excitan a ciertos electrones, que al desplazarse
de la órbita de sus átomos adquieren un nivel de energía mayor, es decir, un elevado
potencial de transferencia. Esta energía puede disiparse en forma de calor o de radiación
lumínica (fluorescencia), ser transferida de una molécula a otra por resonancia, o
convertirse en energía química. En la fotosíntesis predominan los dos últimos procesos.
La fotosíntesis comprende una compleja serie de reacciones, algunas de las cuales tiene
lugar exclusivamente en presencia de luz y otras se producen en la oscuridad. se las llama,
respectivamente, reacciones lumínicas (o fotoquímicas) y reacciones en la oscuridad.
En las fases finales de las reacciones fotoquímicas se forma NADPH y ATP. En la fotosíntesis
la formación de ATP se conoce con el nombre de fotofosforilación.
Las reacciones en la oscuridad completan el ciclo fotosintético. En su transcurso la energía
contenida en los ATP y en los NADPH es aprovechada por la célula vegetal para elaborar
diversas moléculas alimenticias con el CO2 tomado de la atmósfera.
Las reacciones fotoquímicas se producen en la membrana tilacoide, cuya bicapa lipídica
contiene una serie de complejos proteicos transmembranosos, algunos asociados a
pigmentos. Estos son los encargados de capturar la energía lumínica solar. Existen varios
tipos, cada uno de ellos capaz de absorber una gama particular de longitudes de onda del
espectro lumínico. Entre los pigmentos se destacan las clorofilas. Otros pigmentos
presentes en la membrana tilacoide son los carotenoides, que quedan ocultos por el color
verde de la clorofila. Existen dos clases de clorofila, identificadas con las letras a y b.
En la membrana tilacoide de los cloroplastos hay cadenas de complejos moleculares, que
son responsables de las reacciones fotoquímicas. Cada una de las cadenas está integrada
por los siguientes eslabones, los cuales serán mencionados en el orden en que se activan:
Fotosistema II. Es un complejo molecular que posee dos sectores claramente definidos, la
antena, que da hacia la estroma y se encarga de capturar la luz, y el centro de reacción que,
da hacia el espacio tilacoide. La antena ha sido comparada con un embudo y su pared se
compone de agregados de proteínas y pigmentos, especialmente de clorofila a, clorofila b y
carotenoides. Por su parte, el centro de reacción contiene varias proteínas asociadas a
moléculas de clorofila de tipo P680.
Complejo b-f. Este complejo contiene una proteína de 17 kDa asociada a los citocromos b y
f, y una proteína con un centro Fe-S.
Fotosistema I. Es un complejo molecular que, como el fotosistema II, posee una antena
captadora de energía lumínica, integrada por proteínas, clorofila a, clorofila b y
carotenoides, y un centro de reacción compuesto por proteínas y moléculas de clorofila de
tipo P700.
NADP reductasa. Este complejo reduce al NADP+ tomado de la estroma y lo convierte
NADPH.
Mediante la fotofosforilación los vegetales verdes pueden producir una cantidad de ATP 30
veces mayor que la obtenida en sus mitocondrias. Por otra parte, las células vegetales
poseen muchos más cloroplastos que mitocondrias.
En las reacciones fotosintéticas que tienen lugar en la oscuridad, las moléculas de ATP y
NADPH, producidas por las reacciones fotoquímicas, proporcionan la energía necesaria para
sintetizar hidratos de carbono a partir de CO2 y H2O. Tal síntesis se produce en la estroma
del cloroplasto mediante una serie de reacciones químicas agrupadas bajo el nombre de
ciclo de Calvin o ciclo C3, en las que intervienen varias enzimas localizadas en la estroma.
Unidad 3
La comunicación intercelular y la transmisión intracelular de
señales
En los organismos multicelulares complejos tanto la supervivencia de las células como las
actividades que estas realizan dependen de estímulos externos provenientes de otras
células. La dependencia recíproca entre los distintos tipos celulares responde a la necesidad
de adaptar la actividad de cada uno a los requerimientos globales del organismo.
De acuerdo con la clase de estímulo emitido y el tipo de célula que lo recibe, ésta responde,
entre otros, con alguno de los siguientes cambios:
Existe una clase de inducción en la que la sustancia inductora es secretada y recibida por la
propia célula, de modo que ésta se induce a sí misma. Se llama autocrina y ocurre durante
algunas respuestas inmunológicas.
En otros casos la sustancia inductora es retenida en la membrana plasmática de la célula
inductora y no se secreta. Por lo tanto, para que la sustancia inductora pueda entrar en
contacto con el receptor se necesita que la célula inductora se traslade hasta el lugar de la
célula inducida.
Una de las propiedades más notables de las sustancias inductoras es su especificidad. Así,
cada sustancia inductora actúa solo sobre ciertas células, que constituyen su objetivo. La
especificidad de las sustancias inductoras se corresponde con la especificidad de los
receptores, que son moléculas o asociaciones moleculares a las que las sustancias
inductoras se unen selectivamente en virtud de una mutua adaptación conformacional. Más
aún, la sustancia inductora y el receptor integran un complejo que posee las siguientes
características:
1) Adaptación inducida: la fijación de la sustancia inductora al receptor requiere una
adaptación estructural recíproca entre ambas moléculas. Se cree que se produce la
adaptación conocida como encaje inducido, que sería más probable que el modelo rígido
representado por una llave y su cerradura.
2) Saturabilidad: el número de receptores existente en cada célula es limitado, de modo
que si en un sistema de coordenadas se representa la cantidad de sustancia inductora unida
a los receptores se obtiene una curva hiperbólica que delata la saturabilidad del sistema.
3) Reversibilidad: la unión sustancia inductora-receptor es reversible, ya que el complejo se
disocia tiempo después de su formación.
La interacción entre la sustancia inductora y el receptor es el primer eslabón de una cadena
de reacciones químicas que se propagan en el interior de la célula, cuya respuesta es el
último eslabón de la serie.
Una vez en el citosol, la sustancia inductora se una a su receptor específico y ambos forman
un complejo que ingresa en el núcleo. Allí el complejo se combina con la secuencia
reguladora de un gen particular, el cual se activa. Su transcripción conduce a la síntesis de
una proteína cuya presencia provoca la respuesta celular.
Las sustancias inductoras que interactúan con los receptores que poseen actividad de
serina-treonina quinasa pertenecen a una familia de moléculas llamadas TGF-β, cuyos
miembros regulan diversas actividades celulares.
Las sustancias inductoras que interactúan con los receptores que poseen propiedades de
tirosina quinasa pertenecen a una familia de moléculas llamadas factores de crecimiento.
Estos factores suelen ser secretados por células inductoras cercanas a las células inducidas
(secreción paracrina). El factor de crecimiento más conocido es la insulina, que estimula el
crecimiento de varios tipos celulares, por ejemplo, los fibroblastos.
La llegada de las sustancias inductoras reúne a las dos subunidades que integran el receptor,
lo cual posibilita la fosforilación cruzada de sus dominios citosólicos mediante la
incorporación de fosfatos procedentes de moléculas de ATP. Esta autofosforilación activa al
dominio citosólico del receptor, que origina tres tipos de vías de transmisión de señales: uno
en el que interviene la proteína Ras, otro en el que participa la enzima fosfolipasa C-ɣ y otro
en el que lo hace la fosfatidilinositol 3-quinasa.
Proteína Ras. Está anclada en el lado citosólico de la membrana plasmática mediante ácidos
grasos. Cuando se activa se relaciona con el dominio citosólico del receptor a través de una
proteína adaptadora y de la proteína GEF. Ello es porque la Ras es miembro de la familia de
GTPasas que actúan asociadas a las proteínas reguladoras GEF y GAP.
Fosfolipasa C-ɣ. Es la que se une a receptores con actividad de tirosina quinasa. Otra es la
fosfolipasa C-β que se activa por medio de receptores acoplados a la proteína G.
Fosfatidilinositol 3-quinasa. En la célula existen varias clases de fosfatidilinositol 3-quinasas,
entre ellas una que se activa mediante receptores con actividad de tirosina quinasa y otras
que lo hacen por medio de receptores acoplados a proteínas G.
Existen receptores que cuando son inducidos activan a una tirosina quinasa independiente
de sus moléculas, localizada en el citosol. Las sustancias inductoras más conocidas que se
unen a estos receptores son la hormona del crecimiento, la prolactina, la eritropoyetina,
algunas citoquinas y los antígenos cuando se unen a los linfocitos B o T. La vía de señales
que nace en estos receptores comienza cuando la sustancia inductora interactúa con las dos
o tres subunidades que integran el receptor. En algunos receptores esas subunidades son
iguales entre sí y en otros son diferentes. La llegada de la sustancia inductora reúne a las
subunidades, lo cual activa al receptor y origina una vía de señales que llega al núcleo muy
rápidamente, pues se vale de un escaso número de moléculas intermediarias.
Receptores membranosos acoplados a proteínas G:
Los receptores que se acoplan a las proteínas G son proteínas integrales multipaso que
cruzan siete veces la bicapa lipídica de la membrana plasmática.
Las proteínas G también pertenecen a la membrana plasmática, pero son heterotriméricas y
se hallan adosadas a la cara citosólica de la membrana. Sus tres subunidades se identifican
con las letras griegas α, β y ɣ. Las subunidades α y ɣ se unen a la membrana por medio de
sendos ácidos grasos. En cambio, la subunidad β se une a la membrana por medio de la
subunidad ɣ, con la que forma un complejo.
La activación de la proteína G se produce cuando la sustancia inductora se une al receptor,
pues este se pone en contacto con la subunidad α y hace que su GDP sea reemplazado por
un GTP.
Existen varias clases de proteínas G, las cuales dan origen a distintas vías de señales
intracelulares después de interactuar con las siguientes enzimas:
1) Adenilato ciclasa (AC), que a partir de ATP genera adenosina monofosfato cíclico (AMPc).
2) Fosfolipasa C-β (PLC-β), que al igual que la PLC- ɣ cataliza la escisión del fosfatidilinositol
4,5-difosfato (PIP2) localizado en la monocapa citosólica de la membrana plasmática, y
forma inositol 1,4,5-trifosfato (IP3) y diacilglicerol (DAG).
3) Fosfatidilinositol 3-quinasa (PI 3-K), que le añade un fosfato al PIP2 y lo convierte en
fosfatidilinositol 3,4,5-trifosfato (PIP3).
Debe señalarse que el AMPc, el IP3, el DAG y el PIP3 son catalogados como segundos
mensajeros.
Habitualmente las proteínas G amplifican las señales. Lo logran porque una sola suele
activar a muchas unidades de la enzima, cada una de las cuales, a su vez, da lugar a
numerosos segundos mensajeros.
Por otra parte, cuando por alguna circunstancia los receptores acoplados a proteínas G son
estimulados en forma ininterrumpida, intervienen dos tipos de proteínas citosólicas
desensibilizantes: unas quinasas específicas que fosforilan a los receptores y los inhiben, y
las proteínas denominadas arrestinas, que los bloquean.
El AMPc se forma a partir de ATP mediante la adenilato ciclasa, una enzima situada en la
membrana plasmática que requiere Mg2+ para funcionar. La adenilato ciclasa es activada por
la subunidad α de una proteína G específica, llamada proteína Gs. A su vez, el aumento del
AMPc en el citosol activa a la quinasa A, que en su estado inactivo es un tetrámero
compuesto por dos subunidades reguladoras y dos subunidades catalíticas unidas entre sí.
Debido a que el AMPc es un segundo mensaje muy potente, las células poseen dos
mecanismos alternativos para regular su concentración. El más importante depende de la
enzima fosfodiesterasa. El segundo mecanismo que regula la concentración del AMPc es ms
lento que el anterior, ya que depende de la unión de una sustancia inductora a su receptor y
de una proteína G que produce efectos contrarios a los de la proteína Gs. Se trata de la
proteína Gi, cuya subunidad α inhibe a la adenilato ciclasa y hace caer a la concentración del
AMPc.
La quinasa CAM da origen a varias vías de señales intracelulares. Así, en distintos tipos
celulares inicia una cadena particular de activaciones derivada de la fosforilación de
sucesivas quinasas, hasta que la última produce la respuesta celular.
Una vez que el PIP2 es fraccionado en DAG e IP3 por la PLC-β o por la PLC- ɣ, el DAG
permanece en la monocapa citosólica de la membrana plasmática, como lo estaba el PIP 2.
Simultáneamente, parte del Ca2+ que se libera del REL por acción del IP3 se une a una enzima
citosólica llamada quinasa C. Luego el complejo Ca2+-quinasa C se dirige a la membrana
plasmática y se coloca junto al DAG a fin de que éste active a la quinasa C. A penas se activa,
la quinasa C fosforila a serinas o a treoninas de proteínas citosólicas y nucleares, las cuales
varían en los distintos tipos de células.
Muerte celular:
Las muertes celulares fisiológicas o programadas ocurren al cabo de una serie de cambios
morfológicos que reciben el nombre de apoptosis, término que se usa para diferenciarlas de
las muertes celulares accidentales (producidas por traumatismos, sustancias tóxicas,
obstrucciones vasculares, etc.), que se denominan necrosis.
Los cambios que experimentan las células cuando mueren por apoptosis son característicos.
Se deben a que se activan unas proteasas citosólicas especiales llamadas caspasas y ocurren
en el siguiente orden:
1) El citoesqueleto se desarma debido a la ruptura de sus filamentos. Como consecuencia, la
célula pierde contacto con sus vecinas (o con la matriz extracelular) y se vuelve esférica.
2) La célula se encoje porque el citosol y los organoides se condensan sin ser afectadas sus
estructuras. La condensación se debe a que se altera la permeabilidad de las membranas
celulares.
3) Los lamimofilamentos se disocian, con la consiguiente desintegración de la envoltura
nuclear.
Unidad 4
El núcleo:
La presencia del núcleo es la principal característica que distingue a las células eucariotas. El
núcleo ocupa un 10% del volumen total de la célula y en él se halla confinado el ADN,
excepto el de las mitocondrias. Lo delimita la carioteca o envoltura nuclear, compuesta por
dos membranas concéntricas que se continúan con la membrana del RE.
La carioteca posee numerosas perforaciones, llamadas poros, que comunican el interior del
núcleo con el citosol. Además, se encuentra reforzada por dos mallas de filamentos
intermedios, una que se apoya sobre la superficie interna de la envoltura y otra que lo hace
sobre la superficie externa.
En el compartimiento nuclear se localizan:
1) Cuarenta y seis cromosomas, cada uno formado por una sola molécula de ADN
combinada con numerosas proteínas.
2) Varias clases de ARN (mensajero, ribosómicos, de transferencia, pequeños), que se
sintetizan en el núcleo al ser transcriptos sus genes. Estos ARN salen del núcleo por los
poros de la envoltura nuclear después de su procesamiento.
3) El nucléolo, donde se localizan los genes de los ARNr y los ARNr recién sintetizados.
4) Diversas proteínas, como las que regulan la actividad de los genes, las que promueven el
procesamiento de los ARN, las que se combinan con los ARNr en el nucléolo, las ADN
polimerasas, las ARN polimerasas, etc. Estas proteínas son fabricadas en el citosol e ingresan
en el núcleo por los poros de la envoltura nuclear.
5) Los elementos mencionados se hallan dispersos en la matriz nuclear o nucleoplasma,
cuya composición es escasamente desconocida.
Envoltura nuclear:
La envoltura nuclear o carioteca está compuesta por dos membranas concéntricas. Estas se
unen a nivel de los poros, los cuales se hallan distribuidos más o menos regularmente por
toda la envoltura.
El espacio entre la membrana externa y la membrana interna, o espacio perinuclear, se
comunica con la cavidad del RE. La membrana externa se continúa con la membrana del RE
y es común que aparezca tachonada de ribosomas. Las proteínas que se sintetizan en estos
ribosomas se incorporan a las membranas de la envoltura o se vuelcan en el espacio
perinuclear.
La membrana nuclear interna está sostenida por la lámina nuclear, que es una delgada
malla de laminofilamentos entrecruzados. La lámina nuclear se interrumpe sólo a la altura
de lo poros. Algunas proteínas integrales de la membrana nuclear interna sirven como
puntos de anclaje para los laminofilamentos. La lámina nuclear le otorga resistencia a la
carioteca y establece su forma, generalmente esférica.
En los poros que posee la envoltura nuclear existe un conjunto de proteínas llamadas
nucleoporinas, las cuales componen una estructura denominada complejo del poro que
consta de los siguientes elementos:
1) Ocho columnas proteicas que forman una pared cilíndrica en torno a la cual la membrana
externa de la carioteca se continúa con la membrana interna. En el lado citosólico los
extremos de las columnas proteicas componen un anillo o boca interna del poro nuclear. En
el lado externo curre algo similar.
2) Proteínas de anclaje que amarran las columnas proteicas a la envoltura nuclear. Cada
proteína se liga a una de las columnas, atraviesa la membrana de la envoltura y su extremo
sobresale en el espacio perinuclear.
3) Proteínas radiales que surgen de las columnas y se orientan hacia en el centro del poro.
Dado que se acortan y se alargan, convierten al complejo del poro en un diafragma.
4) Fibrillas proteicas que nacen de las bocas interna y externa del complejo y se proyectan
hacia el nucleoplasma y el citosol, respectivamente. Además, una fibra circular une entre sí
extremos distales de las fibrillas que parten de la boca interna.
Entrada de proteínas en el núcleo. Las proteínas destinadas al núcleo ingresan estando
plegadas, ya que adquieren sus estructuras terciarias y cuaternarias en el citosol, apenas
terminan de sintetizarse. La entrada de proteínas al núcleo se realiza mediante un
mecanismo selectivo que permite el ingreso sólo de las apropiadas, las cuales poseen un
péptido señal específico que abre el camino para que puedan pasar por el complejo del
poro.
Los péptido señal más estudiados se llaman NSL. No interactúan directamente con el
complejo del poro sino mediante una proteína heterodimérica denominada importina. Por
otra parte, existen NSL que se unen a proteínas distintas de las importinas, entre las que se
encuentran unas llamadas transportinas.
El pasaje de una proteína desde el citosol al núcleo a través del complejo del poro se
produce en varias etapas:
1) La proteína se une a la importina por medio del NSL y ambas moléculas se colocan cerca
del complejo del poro. Los atraviesan previo agrandamiento de su diafragma.
2) El pasaje requiere que la importina sea guiada por las fibrillas proteicas externas e
internas del complejo del poro.
3) Durante el pasaje se gasta un GTP, cuya hidrólisis está a cargo de una proteína llamada
Ran.
4) La Ran pertenece a la familia de GTPasas que actúan asociadas a las proteínas
reguladoras GEF y GAP; éstas se localizan en el núcleo y en el citosol, respectivamente.
5) Cuando el complejo importina-proteína ingresa en el núcleo lo hace también la Ran-GDP.
6) En el núcleo la GEF promueve el reemplazo del GDP de la Ran por un GTP, tras lo cual la
Ran-GTP se une al complejo importina-proteína.
7) Esta unión hace que la importina se independice de la proteína, que queda retenida en el
núcleo.
8) En cambio, la importina y la Ran-GTP permanecen unidas, atraviesan el complejo del poro
y retornan al citosol.
9) En el citosol la GAPO induce a la Ran a que hidrolice el GTP a GDP y P, de lo que resulta
una Ran-GDP y su separación de la importina.
10) Finalmente, la Ran-GDP y la importina libres pueden ser reutilizadas para hacer ingresar
nuevas proteínas en el núcleo.
Salida de proteínas y de moléculas de ARN. Las proteínas que salen del núcleo dependen
también de la Ran y de señales específicas para poder atravesar los poros de la envoltura
nuclear. Los péptido señal se denominan NES y son reconocidos por proteínas equivalentes
a las importinas, llamadas exportinas.
El pasaje de una proteína desde el núcleo al citosol a través del complejo del poro se
produce en varias etapas:
1) La proteína se une a la exportina por medio del NES. Simultáneamente, la GEF remueve el
GDP de una Ran-GDP y lo reemplaza por un GTP, de modo que se forma una Ran-GTP.
2) La Ran-GTP se une a la proteína por medio de la exportina.
3) Unidas entre sí, la Ran-GTP, la proteína y la exportina se acercan al poro nuclear y lo
atraviesan previo agrandamiento de su diafragma.
4) Al igual que la importina, durante el pasaje la exportina es guiada por las fibrillas
proteicas del complejo del poro.
5) Al cabo del pasaje, inducida por la GAP, la Ran-GTP hidroliza el GTP a GDP y P, de lo que
resulta una Ran-GDP.
6) Ello hace que la Ran-GDP se independice de la exportina, la cual, a su vez, se independiza
de la proteína.
7) La proteína queda retenida en el citosol. En cambio, la Ran-GDP y la exportina retornan al
nucleo separadamente.
8) Finalmente, la Ran-GDP y la exportina libres pueden ser reutilizadas para transferir
nuevas proteínas hacia el citosol.
Respecto de las moléculas de ARN, salen del núcleo combinadas con proteínas, aunque
están impedidas de hacerlo si no completaron sus procesamientos. Su pasaje a través de los
poros nucleares depende de la Ran y de transportinas que reconocen señales específicas en
las proteínas.
Cromosomas:
Cada cromosoma está constituido por una larguísima molécula de ADN asociada con
diversas proteínas. Las proteínas asociadas se clasifican en dos grandes grupos: las histonas
y un conjunto heterogéneo de proteínas no histónicas.
El complejo formado por el ADN, las histonas y las proteínas no histónicas se llama
cromatina. Así, la cromatina es el material por el que están compuestos los cromosomas.
En los cromosomas existen estructuras que son imprescindibles para la duplicación que
experimenta el ADN y sus proteínas asociadas antes de la división celular. Son las siguientes:
3) La enorme longitud del ADN exige que su replicación se inicie en muchos puntos a la vez a
fin de que su duración sea relativamente breve. Estos puntos se denominan orígenes de
replicación y en ellos el ADN posee secuencias de nucleótidos especiales.
En las moléculas de ADN se halla depositada la información genética de la célula, y todas las
células poseen conjuntos virtualmente idénticos de moléculas de ADN. La totalidad de la
información genética depositada en el ADN lleva el nombre de genoma.
La aptitud o incompetencia del ADN para generar moléculas de ARN, se basa en la secuencia
de sus nucleótidos. Así, en algunos sectores el ADN exhibe secuencias de nucleótidos que se
transcriben, llamadas genes, y en otros presenta secuencias aparentemente prescindibles.
Más de la mitad del ADN se halla representado por secuencias de nucleótidos no repetidas
(copias únicas) o que se repiten unas pocas veces. La mayoría de los genes se localizan en
esta parte del ADN.
El resto del ADN corresponde a secuencias de nucleótidos que se repiten muchas veces.
Existen dos clases de este ADN repetitivo: el dispuesto en tandas (en el cual el inicio de una
repetición se halla inmediatamente después del final de la otra) y el disperso (cuyas copias
no se encuentran agrupadas sino dispersas en distintos puntos de los cromosomas).
ADN repetitivo dispuesto en tandas. A esta categoría perteneces los ADN satélites, los
microsatélites y los minisatélites.
En los ADN satélites el largo de la secuencia repetida, el número de veces que se repite cada
tanda y el número de tandas varían. El más destacado se localiza en los centrómeros, y por
ello se encuentra en todos los cromosomas.
Los microsatélites poseen secuencias de ADN repetidas mucho más cortas que las de los
ADN satélites, e igual que estos están en todos los cromosomas.
Los minisatélites también contienen secuencias de ADN cortas. A esta categoría pertenecen
el ADN repetitivo de los telómeros y el ADN hipervariable, llamado así porque es distinto
en cada individuo.
ADN repetitivo disperso. Existen dos clases de ADN repetitivo disperso llamadas SINE y
LINE.
El SINE más estudiado corresponde a la familia Alu, cuyas copias constituyen el 13% del
genoma humano.
El LINE más común se conoce con la sigla L1, cuyas copias ocupan alrededor del 21% del
genoma humano.
Las células somáticas humanas poseen 46 cromosomas (y por consiguiente 46 moléculas de
ADN), divididos en 22 pares de autosomas más un par de cromosomas sexuales. en la mujer
los dos miembros del par sexual son iguales, pero no en el varón. Así, con excepción del par
sexual en el varón, puede decirse que en cada célula existen dos juegos idénticos de 23
cromosomas, uno aportado por el espermatozoide y el otro por el ovocito en el momento
de la fecundación. Ello es lo que define a las células somáticas como células diploides y a los
espermatozoides y los ovocitos como células haploides.
Las histonas desempeñan un papel fundamental en el enrollamiento de la cromatina. Se
trata de proteínas básicas que poseen una alta proporción de lisinas y argininas, es decir, de
aminoácidos cargados positivamente. Ello contribuye a la unión de las histonas con las
moléculas de ADN, en las que predominan las cargas negativas.
Existen cinco clases de histonas, llamadas H1, H2A, H2B, H3 y H4. Las cuatro últimas llevan
el nombre de histonas nucleosómicas porque a molécula de ADN se enrolla en torno de ellas
para formar los nucleosomas, que constituyen las unidades básicas del enrollamiento
cromatínico.
Las dos vueltas del ADN se fijan al núcleo del nucleosoma merced a la histona H. El complejo
formado por el nucleosoma más la histona H1 recibe el nombre de cromatosoma. En la
cromatina existen dos proteínas accesorias, ambas ácidas, que asisten a las histonas para
que se liguen entre sí. Se denominan proteína N1 y nucleoplasmina.
Para que pueda ser contenida en el pequeño espacio que el núcleo le ofrece, cromatina de
cada cromosoma debe experimentar nuevos y sucesivos grados de enrollamiento cada vez
mayores. Estos nuevos enrollamientos son inducidos por un complejo de proteínas
nucleares llamadas condensinas.
En primer término, los cromatosomas se enrollan sobre sí mismos y dan lugar a una
estructura helicoidal llamada solenoide, de 30 nm de diámetro. Este enrollamiento depende
de las histonas H1 y cada vuelta del solenoide contiene seis nucleosomas. La cromatina se
compacta todavía más. Así, la fibra de 30 nm forma lazos de variada longitud, los cuales
nacen de un cordón proteico constituido por proteínas no histónicas.
En algunos sectores la cromatina experimenta un grado de enrollamiento aún mayor.
Durante la interfase, la cromatina así condensada recibe el nombre de heterocromatina, y
se reserva el de eucromatina para la menos compactada. Por lo general hay una relación
directa entre el grado de enrollamiento y la actividad transcripcional del ADN, ya que la
cromatina menos compactada es la que posee el ADN transcripcionalmente activo y la
cromatina más condensada es la que contiene el ADN inactivo desde el punto de vista
transcripcional.
Durante la interfase recibe el nombre de heterocromatina constitutiva la cromatina
altamente condensada que se encuentra de manera constante en todos los tipos celulares,
es decir, como un componente estable del genoma, no convertible en eucromatina. a esta
categoría pertenece la cromatina de los sectores cromosómicos que poseen ADN repetitivo
satélite, la cromatina de los telómeros y la mayor parte de la cromatina que forma los
brazos cortos de los cromosomas acrocéntricos.
En cambio, se denomina heterocromatina facultativa a la que se detecta en localizaciones
que varían en los distintos tipos celulares o en las sucesivas diferenciaciones de una célula
dada, de modo que sectores que aparecen como heterocromatina en un tipo celular o en
una etapa de su diferenciación, en otros tipos celulares y en otras etapas se presentan como
eucromatina.
El grado más alto de enrollamiento se alcanza en la etapa de división llamada metafase, en
que la cromatina de los cromosomas muestra un estado de condensación similar al de la
heterocromatina interfásica. Tal grado de compactación hace que los cromosomas lleguen a
verse como estructuras individuales, las cuales una vez fijadas y fotografiadas, pueden ser
aisladas, clasificadas y ordenadas con relativa facilidad. El conjunto de cromosomas
ordenados según un criterio preestablecido recibe el nombre de cariotipo.
La presencia del centrómero divide a las cromátidas del cromosoma metafásico en dos
brazos, por lo general uno más largo que el otro. Al brazo corto se lo identifica con la letra p
y al largo con la letra q. Los extremos de los brazos se denominan telómeros. De acuerdo
con la posición del centrómero, los cromosomas se clasifican en tres grupos:
1) Los metacéntricos poseen el centrómero en una posición más o menos central, de modo
que existe poca o ninguna diferencia en el largo de los brazos de las cromátidas.
2) En los submetacéntricos el centrómero se encuentra alejado del punto central, de modo
que las cromátidas poseen un brazo corto y uno largo.
3) En los acrocéntricos el centrómero está cerca de uno de los extremos del cromosoma,
por lo que los brazos cortos de las cromátidas son muy pequeños.
Durante la interfase puede observarse que los cromosomas ocupan sitios especiales,
denominados territorios cromosómicos, los cuales están separados por áreas llamadas
dominios intercromosómicos, donde se encuentran moléculas de ARN procesándose o en
tránsito hacia los poros nucleares.
Genes:
Los genes pueden analizarse desde tres ángulos diferentes: el molecular, el mendeliano y el
poblacional. La biología celular, que los estudia desde el punto de vista molecular, define al
gen como “la secuencia de ADN que contiene la información requerida para fabricar una
molécula de ARN y, si esta corresponde a un ARN mensajero, a partir de él construir una
proteína”.
Cada gen se localiza en un sitio particular del cromosoma, llamado locus. Los genes no sólo
dirigen la síntesis de las moléculas de ARN. Como el resto del ADN, antes que las células
somáticas se dividan ellos se replican, es decir, sintetizan moléculas de ADN
complementarias que se reparten en las células hijas con el fin de autoperpetuarse.
Lo genes constituyen las entidades biológicas a través de las cuales se transmiten los
caracteres físicos de padres a hijos. Más aún, las mutaciones que los genes acumulan a lo
largo del tiempo pueden resultar beneficiosas para la evolución de la especie.
Puesto que la información genética depositada en las moléculas de ADN se localiza en el
núcleo, y que la síntesis proteica tiene lugar en el citoplasma, es necesario que esa
información sea transferida desde el núcleo al citosol. Tal transferencia es un proceso
complejo que requiere la intervención de una molécula intermediaria. Se trata del ARN
mensajero (ARNm), que copia la información contenida en el ADN y sale al citosol, donde
dirige la síntesis de la proteína. Así, en el núcleo el ADN determina la secuencia de los
nucleótidos del ARNm y en el citoplasma el ARNm establece el orden de los aminoácidos de
la proteína.
La síntesis del ARN se denomina transcripción del ADN, mientras que la síntesis de la
proteína, lleva el nombre de traducción del ARNm. Este flujo de información es conocido
como el “dogma central” de la biología molecular.
Las moléculas de ARN surgidas de la transcripción del ADN se llaman transcriptos primarios.
Se convierten en ARN funcionales antes de salir del núcleo, al cabo de varias modificaciones
conocidas con el nombre de procesamiento del ARN. El procesamiento más conocido es el
de los transcriptos primarios de los ARNm, los cuales contienen segmentos no funcionales
intercalados con los segmentos que contienen la información genética que codifica a la
proteína. Los primeros se denominan intrones; los segundos exones. El procesamiento
remueve los intrones y empalma los exones entre sí, dando lugar a un ARNm con
información genética continua, apto para dirigir la síntesis de la proteína.
Debido a que un gen es un tramo de ADN que contiene la información necesaria para
generar un ARN o una proteína, se dice que codifica a estas dos moléculas. Se emplea el
término “codifica” porque las instrucciones que se trasladan del ADN al ARN y de éste a la
proteína, son transmitidas en forma de códigos.
Debido a que en el proceso de transmisión de la información genética cada nucleótido está
representado por una letra, el alfabeto contenido en las moléculas de ADN o de ARN no es
suficiente para simbolizar los 20 tipos de aminoácidos que pueden hallarse en una proteína.
Las células resuelven el problema utilizando grupos de tres nucleótidos para codificar a cada
aminoácido. Estos tripletes de nucleótidos se denominan codones. El conjunto de 64
codones recibe el nombre de código genético.
Dado que se utilizan 61 de los 64 codones para codificar a los 20 tipos de aminoácidos, la
mayor parte de ellos pueden ser codificados por más de un codón, condición que ha llevado
a decir que existe una “degeneración” en el código genético. Los codones que codifican a un
mismo aminoácido se llaman “sinónimos”. Los tres codones que no codifican aminoácidos
tienen por mandato señalar la conclusión de la síntesis de la molécula proteica; reciben el
nombre de codones de terminación.
El gen posee otros componentes:
1) El promotor, que inicia la transcripción y señala a partir de qué nucleótido debe
transcribirse el gen.
2) Secuencias reguladoras, que determina cuando debe transcribirse el gen y cuántas veces
debe hacerlo. Existen dos tipos de reguladores, los amplificadores y los inhibidores.
3) El gen posee un tramo de ADN denominado secuencia de terminación que marca la
conclusión de la síntesis del ARN.
Cuando la horquilla arriba al extremo del replicón, la cadena continua toma contacto con la
cadena discontinua del replicón vecino y otra enzima, la ADN ligasa, une el extremo 3´de la
primera con el extremo 5´de la segunda. Además, donde se iniciara la síntesis de la cadena
continua, el cebador es removido por una nucleasa reparadora y reemplazado por una
pieza equivalente de ADN generada con la ayuda de una enzima especial, la ADN
polimerasa β. Finalmente, esta pieza de ADN se conecta con el resto de la cadena continua
mediante la ADN ligasa.
Una característica de las ADN polimerasas es su tendencia a desprenderse del ADN e la
cadena molde. Empero, mientras hacen su trabajo permanecen unidas a él debido a que son
sostenidas por una abrazadera deslizante. La abrazadera deslizante se forma con el
concurso de tres subunidades proteicas iguales entre sí denominadas PCNA, cada una
integrada por dos dominios topológicamente idénticos.
La cadena discontinua requiere que la ADN primasa fabrique múltiples cebadores, uno para
cada fragmento de Okazaki. La enzima responsable de la síntesis de los fragmentos de
Okazaki es la ADN polimerasa α, que se halla unida a la ADN polimerasa δ y por ellos se
localiza cerca del ángulo de la horquilla de replicación.
La ADN polimerasa α coloca el primer desoxirribonucleótido junto al extremo 3´del cebador
del fragmento de Okazaki, lo liga a él y agrega los sucesivos desoxirribonucleótidos en el
extremo 3´del fragmento en crecimiento. Lo hace siguiendo el orden marcado por los
nucleótidos de la cadena de ADN que sirve de molde para formar la cadena discontinua.
A medida que avanza la horquilla de replicación, se acorta el ADN molde y se alarga la doble
hélice que resulta de la síntesis del fragmento de Okazaki. Además, se crea un segundo ADN
molde, el del fragmento de Okazaki que sintetizará en el próximo ciclo. La doble hélice y el
segundo ADN molde forman un bucle que crece entre la ADN polimerasa α y el ángulo de la
horquilla de replicación.
El bucle se forma porque la ADN polimerasa α no puede deslizarse activamente sobre el
ADN molde, debido a que se halla unida a la polimerasa δ en el ángulo de la horquilla de
replicación. Por consecuencia, le corresponde al ADN molde deslizarse con relación a la
enzima, lo cual genera un bucle de longitud creciente que hace posible que el ADN molde se
convierta en una doble hélice sin que la ADN polimerasa α se mueva de su lugar.
La ADN polimerasa α no se desprende del ADN molde debido a que se asocia a una
abrazadera deslizante, cuyas partes se separan apenas el fragmento de Okazaki termina de
sintetizarse. La ADN polimerasa α interrumpe su actividad después que agrega el último
nucleótido del fragmento de Okazaki, cuyo extremo 3´ queda junto al extremo 5´ del
cebador formado precedentemente. Del mismo modo que en la cadena continua, los
cebadores de la cadena discontinua son removidos por una nucleasa reparadora y
reemplazados con piezas de ADN construidas por la ADN polimerasa β. Luego actúa la ADN
ligasa que suelda el extremo 3´ de esas piezas con el extremo 5´ de los fragmentos de
Okazaki precedentes.
Las ADN polimerasas copian los nucleótidos del ADN después que las dos cadenas de la
doble hélice se separan. La separación es producida por una enzima específica llamada
helicasa, que se sitúa en el ángulo de la horquilla de replicación por delante de las ADN
polimerasas δ y α y corta los puentes de hidrógeno entre las bases complementarias de las
dos cadenas de la doble hélice. Este proceso requiere energía, que es tomada del ATP.
El enlace entre dos nucleótidos consecutivos corresponde a una unión fosfodiéster. Las
uniones fosfodiéster no se producen espontáneamente; son dirigidas y catalizadas por
enzimas específicas llamadas ARN polimerasas.
En la célula el ARN se construye de la de la siguiente manera:
-En primer lugar, se copia sólo una de las dos cadenas del ADN, la que corre en dirección
3´--> 5´. Esto permite anticipar que el ARN se sintetiza a partir de su extremo 5´ y progresa
por su extremo 3´.
-En segundo lugar, los ribonucleótidos se agregan de a uno por vez, lo que hace innecesaria
la separación de las dos cadenas del ADN en toda su extensión. Solo se separa un tramo de
alrededor de 10 pares de nucleótidos, lo cual, forma en el ADN una burbuja de
transcripción que se desplaza a medida que se “leen” sus nucleótidos.
Convencionalmente se dice que la transcripción avanza en dirección 5´--> 3´ porque el ARN
sintetizado se corresponde con la cadena no transcripta del ADN.
Los monómeros con los cuales se construyen las moléculas de ARN se presentan en el
nucleoplasma como ribonucleósidos trifosfato. El comienzo de la transcripción tiene lugar
cuando, a través de su base, uno de estos ribonucleósidos establece una unión transitoria
con la base complementaria del primer nucleótido del gen. En este proceso interviene el
promotor del gen, el cual se une a la ARN polimerasa y hace que ésta interactúe con el ADN
en el sitio en que debe iniciarse la transcripción, el cual es marcado por el propio promotor.
Allí la ARN polimerasa forma una “burbuja”, pues determina la separación localizada de las
dos cadenas del ADN y deja expuesto al primer desoxirribonucleótido que va a ser leído. A
continuación, frente a este desoxirribonucleótido se acomoda un ribonucleósido trifosfato
complementario. Luego se arrima un segundo ribonucleósido trifosfato y sus bases se unen.
Pero lo más importante es que los dos ribonucleótidos que concurrieron a la burbuja
quedan juntos, lo cual permite que entre ellos se produzca una unión fosfodiéster y se
genere un dinucleótido. Con él se inicia la síntesis del ARN, que prosigue en dirección 5´-->3´
a medida que se acercan los ribonucleósidos trifosfato indicados por el ADN.
El alargamiento progresivo del ARN es conducido por la misma ARN polimerasa. La
transcripción concluye cuando la ARN polimerasa alcanza la secuencia de terminación en el
extremo 3´ del gen. En este punto, la enzima se libera. También lo hace el ARN, que
adquiere el nombre de transcripto primario.
Existen tres tipos de ARN polimerasa, llamadas I, II y III, responsables de la síntesis de las
distintas clases de ARN.
Cuando el complejo queda integrado, los factores basales activan a la ARN polimerasa II y
ésta inicia la transcripción del gen. Por su parte, los factores específicos disponen el número
de polimerasas que harán el trabajo, lo cual regula la cantidad de ARNm que se fabricará.
La microscopía electrónica convencional no muestra cómo se transcriben los genes. Empero,
cuando se dispersa el contenido del núcleo sobre una grilla se ponen en evidencia detalles
reveladores. Así, si un gen se transcribe a un ritmo acelerado, es decir, se asocia
simultáneamente con varias ARN polimerasas II, puede ser visto junto con muchas cadenas
de ARNm que surgen perpendicularmente de su molécula. El conjunto se asemeja a un
árbol de navidad, cuyo tronco corresponde al gen y las ramas a los ARNm.
Los factores de transcripción y el ADN de los reguladores y del promotor contienen en sus
moléculas información suficiente para unirse entre sí en forma específica. Los factores de
transcripción establecen contacto con el ADN mediante grupos químicos complementarios,
de un lado aportados por los aminoácidos y del otro por las bases de los nucleótidos. Así, la
especificidad de la unión depende de la complementariedad estructural entre las partes
interactuantes.
Los factores de transcripción reconocen al ADN de los promotores y de los reguladores por
sus bases, en ellas identifican a grupos químicos localizados en la parte exterior de la doble
hélice, a nivel de los surcos mayor y menor. Allí, sin necesidad de romper los puentes de
hidrógeno, los aminoácidos de los factores de transcripción interactúan con las bases y se
unen a ellas.
Visto desde el surco mayor del ADN, cada par de nucleótidos muestra un átomo de oxígeno,
uno de hidrógeno y uno de nitrógeno, que son capaces de establecer uniones no covalentes
(como puentes de hidrógeno) con átomos de los aminoácidos de los factores de
transcripción.
La información cifrada en el surco menor del ADN es menos amplia que la del surco mayor,
tal vez porque el menor resulta estrecho para la entrada de algunos aminoácidos.
Además de estas asociaciones específicas, entre los factores de transcripción y el ADN se
producen uniones inespecíficas; en una de ellas participa el esqueleto de fosfatos del ADN, y
si bien no le confiere especificidad a la unión, la estabiliza.
Las proteínas de los factores de transcripción contienen estructuras diméricas simétricas,
las cuales se encuentran en los surcos de la doble hélice del ADN. Así, los dímeros ocupan
dos vueltas de la doble hélice, con un monómero en cada vuelta.
Aunque existen miles de factores de transcripción diferentes, los sectores diméricos de sus
moléculas forman estructuras secundarias y terciarias con diseños comunes, lo cual permite
clasificarlos en un limitado número de familias.
Cabe señalar que en diversos tipos celulares los promotores de los genes contienen histonas
que presentan una combinación particular de esos cambios químicos, lo que sugiere que
algunas combinaciones estimulan y otras silencian la actividad de los genes. Ello ha
impulsado a quienes trabajan en este tema a darle el nombre de código histónico al
conjunto de tales combinaciones.
Además de las cuatro bases conocidas, en algunos puntos el ADN contiene una quinta, la
metilcitosina o mC, que se genera al agregarse un grupo metilo a la citosina. La metilación
del ADN se halla restringida a citosinas seguidas por guaninas, de modo que si en un punto
una de las cadenas del ADN contiene el dinucleótido mC-G, la opuesta exhibirá el
dinucleótido G-mC. La metilación del ADN a nivel del promotor puede abolir la actividad de
un gen, mientras que muchas metilaciones en su región codificadora suelen no afectarla.
En las sucesivas generaciones celulares, las células de los tejidos diferenciados poseen en
sus ADN un patrón de citosinas metiladas virtualmente idéntico al de sus predecesoras. La
herencia de las mC se debe a que, durante la replicación, luego de duplicarse las dos
cadenas del ADN, las C de las cadenas hijas adquieren un grupo metilo. Esta metilación es
dirigida por una enzima llamada metilasa de mantenimiento, que actúa apenas se duplica el
ADN.
La afinidad del represor por el operador se halla regulada por la sustancia inductora, que es
una molécula pequeña que se liga al represor. La sustancia inductora natural del operón lac
es la alolactosa, un metabolito de la lactosa. Cada subunidad del represor tiene un sitio de
unión para la sustancia inductora. Esta le provoca un cambio conformacional, y entonces el
represor abandona al operador. La presencia de la sustancia inductora hace posible la
transcripción del operón.
El promotor es el segmento del gen donde se coloca la ARN polimerasa cuando se inicia la
transcripción. La ARN polimerasa se une a una región del gen de aproximadamente 80
nucleótidos, correspondiente al promotor. La presencia del represor en el operador bloquea
la unión de la ARN polimerasa con el promotor. Así, los represores funcionan de una manera
muy simple: al estar unidos al operador impiden la fijación de la ARN polimerasa al
promotor.
En la E. coli las cinco enzimas que se requieren para sintetizar el aminoácido triptófano son
codificadas por el operón Trp, cuya actividad es controlada por dos mecanismos conocidos
como represión enzimática e interrupción prematura de la transcripción.
En la represión enzimática la síntesis del ARNm que codifica a esas enzimas es bloqueada
cuando la concentración del triptófano sobrepasa ciertos niveles. Para ello, el represor Trp
derivado del gen inhibidor ingresa en el operador e impide que la ARN polimerasa se una al
promotor lo cual detiene la transcripción del gen y, por ende, la producción de las enzimas.
Debe agregarse que para que el represor ingrese en el operador se requiere que lo active un
correpresor, que en el caso del operón Trp es el propio aminoácido triptófano cuando se
halla en exceso.
La bacteria posee un mecanismo adicional para regular la actividad del operón Trp, basado
en la interrupción prematura de la transcripción. Así, cuando la concentración de
triptófano supera ciertos niveles, el operón Trp interrumpe su transcripción y genera un
ARNm corto incapaz de producir las enzimas que se necesitan para sintetizar el aminoácido.
El ARNm resulta corto porque su molécula forma un bucle que pone fin a la transcripción.
La inducción y la represión enzimáticas proporcionan un control general del metabolismo en
los procariotas, al activar o inhibir la síntesis de las enzimas bacterianas de acuerdo con las
necesidades. Sin embargo, las células poseen mecanismos de regulación más finos, pues
controlan la actividad, no la síntesis de las enzimas. Los más comunes son:
La remoción de los intrones del transcripto primario se cumple en dos pasos: en el primero
el ARNm es cortado entre los intrones y los exones; en el segundo, los intrones son
expulsados y los exones se empalman entre sí.
Los agentes responsables de los cortes y empalmes en el ARNm son las RNPpn. Cada una de
estas ribonucleoproteínas nucleares posee un ARNpn rico en uridinas y diversas proteínas.
Las RNPpn que participan en esos cortes y empalmes son las llamadas U1, U2, U4, U5 y U6,
las cuales concurren al sector del transcripto primario que va a ser procesado y forman un
complejo macromolecular denominado espliceosoma (splicing).
Los ARNr desarrollan asas en varios puntos de sus moléculas. Esto asegura el
establecimiento de sus configuraciones tridimensionales normales, lo cual es imprescindible
para que las proteínas ribosómicas se ensamblen correctamente. Las asas se forman porque
los ARNr contienen secuencias de nucleótidos complementarios que se aparean entre sí. Se
ha comprobado que el número de ribosomas que la célula construye es regulado
principalmente mediante el control del procesamiento del ARNr 45S.
Tanto la síntesis como el procesamiento del ARNr 45S se producen en el nucléolo, cuyo
estudio ultramicroscópico muestra una estructura característica, con dos regiones
perfectamente distinguibles:
1) La región fibrilar, ubicada en la parte central, donde se sintetiza el ARNr y se producen los
primeros pasos de su procesamiento.
2) La región granular, ubicada en la periferia, en la que se encuentran las subunidades de
los ribosomas en distintos estadios de procesamiento. Esta región, y por lo tanto el
nucléolo, no se halla envuelta por membrana alguna.
El tamaño del nucléolo varía con la necesidad de la célula de generar ribosomas. La
variación depende de la región granular, que se expande o se retrae según el ritmo con que
se procesan las subunidades ribosómicas. Cuando estas subunidades están por terminar su
procesamiento, abandonan el nucléolo y pasan al citosol. Salen del núcleo por los poros de
la carioteca. El procesamiento de las subunidades ribosómicas se completa en el citoplasma.
Ello evita la formación de ribosomas completos en el nucleoplasma y el riesgo de que se
sinteticen proteínas en el interior del núcleo.
Los otros brazos de la hoja de trébol presentan en sus partes distales secuencias de 7 a 8
nucleótidos no apareados, con formas de asas, cuyas denominaciones derivan de los
nucleótidos que las caracterizan. Una de ellas, debido a que posee el trinucleótido TΨC, se
conoce como asa T. Otra, en virtud de que contiene dihidrouridinas se denomina asa D. La
tercera contiene el triplete de nucleótidos del anticodón, por lo que se llama asa anticodón.
Existe un asa adicional entre el asa T y el asa anticodón. Debido a que su longitud difiere en
cada tipo de ARNt, recibe el nombre de asa variable.
El aminoácido se liga a su correspondiente ARNt por la acción de una enzima llamada
aminoacil-ARNt sintetasa, que cataliza la unión en dos pasos. Durante el primero, el
aminoácido se liga a un AMP. Dado que el AMP deriva de la hidrólisis de una ATP, se libera
un pirofosfato y energía que también pasa al aminoacil-AMP. En el segundo paso esa
energía es utilizada por la aminoacil–ARNt sintetasa para transferir el aminoácido del
aminoacil-AMP a la A del extremo aceptador del ARNt compatible, con lo cual se forma una
molécula esencial para la síntesis proteica: el aminoacil-ARNtAA que reconoce al codón
complementario en el ARNm.
La existencia de 11 clases de ARNt en exceso hace que algunos aminoácidos sean
reconocidos por más de un ARNt. Uno de los ARNt redundantes es el llamado ARNt
iniciador o ARNt[i], pues transporta a la metionina destinada exclusivamente al codón AUG
de iniciación. Es muy probable que cerca de ese codón existan señales que diferencien al
metionil-ARNt[i]Met de los metionil-ARNtMet comunes, portadores de las metioninas
destinadas a los restantes codones AUG del ARNm.
Los ribosomas constituyen las “fábricas” de las proteínas. Cada ribosoma está compuesto
por dos subunidades, una menor y otra mayor, que se identifican con las siglas 40S y 60S
respectivamente. Juntas, forman la unidad 80S, que representa al ribosoma completo.
La subunidad menor del ribosoma es de forma muy irregular. En una de sus caras existe un
canal por el que se desliza el ARNm. Junto al canal se observan tres áreas excavadas
contiguas, denominadas sitio A, sitio P y sitio E.
La subunidad mayor es también muy irregular. De una de sus caras nace un túnel diseñado
para que la proteína salga del ribosoma a medida que se sintetiza.
Ambas subunidades se reparten el trabajo que realiza el ribosoma. La subunidad menor
coloca juntos a los ARNt para que los aminoácidos que transportan se liguen entre sí, es
decir, para que se produzcan las uniones peptídicas. En cambio, la subunidad mayor cataliza
dichas uniones y asiste a los factores que regulan la síntesis proteica.
Logrados ambos acondicionamientos, otro factor de iniciación, el IF-3, con la ayuda del IF-4
coloca el extremo 5´ del ARNm sobre la cara de la subunidad menor del ribosoma que posee
los sitios E, P y A.
La etapa de iniciación concluye cuando la subunidad mayor se une a la subunidad menor y
se forma el ribosoma. En él se encuentran los dos primeros codones del ARNm: en el sitio P,
el codón AUG de iniciación y en el sitio A, el codón que le sigue.
La etapa de alargamiento de la síntesis proteica es regulada por factores de elongación
(EF). Comienza con el ingreso en el ribosoma de un aminioacil-ARNtAA cuyo anticodón es
complementario del segundo codón del ARNm, el cual se localiza en el sitio A. En seguida el
aminioacil-ARNtAA se ubica en ese sitio y su anticodón se conecta con el segundo codón del
ARNm. Lo hace mediante el factor de elongación EF-1 y la energía suministrada por un GTP.
Previamente el ribosoma se corre tres nucleótidos en dirección del extremo 3´ del ARNm, a
causa de lo cual el codón de iniciación se transfiere del sitio P al sitio E, el segundo codón se
transfiere del sitio A al sitio P, y el tercer codón del ARNm se ubica en el sitio A vacante. Este
corrimiento, que se denomina translocación, depende del factor de elongación EF-2 y de la
energía suministrada por un GTP.
Después de perder la metionina, el ARNt[i] se desconecta del codón de iniciación, abandona
el sitio E y se encamina hacia la salida del ribosoma, lo que determina el fin del primer
episodio del alargamiento de la proteína.
El segundo comienza cuando un nuevo aminioacil-ARNtAA ingresa en el ribosoma, se ubica
en el sitio A y su anticodón se conecta con el tercer codón del ARNm, otra vez mediante el
factor de elongación EF-1 y la energía de un GTP. Luego, debido a que el ribosoma se vuelve
a translocar, el dipeptidil-ARNt y el aminioacil-ARNtAA se trasladan de los sitios P y A a los
sitios E y P, respectivamente, y el cuarto codón del ARNm se ubica en el sitio A vacante.
Al cabo de la translocación se produce la segunda unión peptídica, ahora entre el dipéptido
del dipeptidil-ARNt y el aminoácido del tercer aminioacil-ARNtAA. Mientras tanto, el ARNt
que cedió el dipéptido abandona el sitio E y se dirige a la salida del ribosoma, lo que
determina fin del segundo episodio del alargamiento de la proteína.
Lo que ocurre durante los dos primeros episodios de la etapa de alargamiento de la síntesis
proteica se repite en los siguientes. Por consecuencia, durante el tercer episodio se forma
un tetrapeptidil-ARNt, y luego peptidil-ARNt cada vez más largos, cuyas localizaciones
alternan entre los sitios P y E a medida que se producen las translocaciones y se suceden las
uniones peptídicas.
Con cada translocación el ribosoma se aleja del extremo 5´ del ARNm y se acerca al extremo
3´. Cabe agregar que cuando el ribosoma se halla a unos 30 codones del codón de iniciación,
éste es abordado por un segundo ribosoma y comienza la síntesis de una nueva copia de la
proteína.
La etapa de terminación de la síntesis proteica es regulada por factores de terminación
(eRF) y tiene lugar tras la última translocación, es decir, cuando el codón de terminación del
ARNm llega al sitio A del ribosoma. Debido a que ello deja el sitio A sin el esperado
aminioacil-ARNtAA, lo ocupa el factor eRF-1, que es capaz de reconocer a los tres codones de
terminación.
Al ser invadidas por bacterias, las células de algunos organismos inferiores elaboran
sustancias llamadas antibióticos para defenderse de la infección. En muchos casos los
antibióticos logran sus objetivos interfiriendo la síntesis proteica en los ribosomas de las
bacterias, lo que las mata.
El cloranfenicol impide las uniones peptídicas, la tetraciclina no permite que los aminioacil-
ARNtAA ingresen en el sitio A, la kirromicina inhibe la actividad de los factores de elongación,
la estreptomicina afecta el inicio de la traducción y distorsiona la fidelidad de la síntesis, la
eritromicina bloquea la translocación del ARNm y la puromicina usurpa el sitio A del
ribosoma, del modo que la cadena peptídica se liga al antibiótico y no a un aminioacil-
ARNtAA, lo que interrumpe su síntesis.
-Al cabo del procesamiento del miARN en el citosol, éste se asocia con el RISC y ambos
componen el complejo rionucleoproteico miARN-RISC. Cada uno de estos complejos tiene la
capacidad de bloquear la traducción de un determinado ARNm. Dicho en otros términos, es
capaz de reprimir la producción de la proteína particular que iba a ser sintetizada en base a
la información aportada por ese ARNm. Lo logra porque el miARN se aparea con un tramo
complementario del ARNm, lo cual le permite al RISC detener la traducción. Se ha
comprobado que distintos miARN tienen la capacidad de bloquear la traducción de un
mismo ARNm, y que un único miARN puede bloquear la traducción de distintos ARNm.
-Las células han desarrollado mecanismos de regulación que controlan las veces que los
ARNm deben traducirse y la velocidad con que deben hacerlo. Un ejemplo concluyente lo
ofrecen las células en mitosis, ya que dejan de sintetizar ARNm debido a la compactación de
la cromatina. Existe un control general o inespecífico de la traducción y otro particular o
específico. Ambos actúan en el momento en que se inicia la traducción. El control general
parece depender del factor de iniciación IF-2, cuya fosforilación por una quinasa específica
lo haría inoperable. Como consecuencia, decae la producción de todas las proteínas
celulares. El control particular opera de otra manera, pues depende de sustancias
reguladoras que suelen modificar la configuración de un tramo de nucleótidos no
traducibles, localizados entre el cap y el codón de iniciación.
-Otra estrategia utilizada por la célula para controlar la cantidad de proteína que va a
sintetizar opera sobre el tiempo de supervivencia de los ARNm en el citosol. Los
mecanismos que regulan la degradación de los ARNm son muy variados. En la mayoría de
los casos se relacionan con secuencias de nucleótidos cercanas al extremo 3´ de los ARNm,
localizadas entre el codón de terminación y la poli A. Menos frecuentes son los casos en que
los mecanismos de regulación actúan sobre sectores cercanos al extremo 5´ del ARNm.
-La supervivencia de ciertas proteínas de vida breve depende de señales presentes en sus
moléculas. Hasta hace poco se creía que el tiempo de vida de esas proteínas estaba
vinculado con la identidad del primer aminoácido del extremo amino. Hoy se sabe que las
señales utilizadas muchas proteínas de vida corta son secuencias de aminoácidos llamadas
PEST, ricas en prolina, ácido glutámico, serina y treonina. Estas señales son reconocidas por
la ubiquitina, cuya intervención es imprescindible para que se degraden las proteínas en los
proteasomas.
Mitosis:
Las células pasan por un ciclo que comprende dos períodos fundamentales: la interfase y la
división celular. Esta última tiene lugar por mitosis o meiosis. La mayoría de las células pasan
la parte más extensa de su vida en interfase, durante la cual, si se van a dividir, se duplican
todos sus componentes.
El ciclo celular puede ser considerado como una compleja serie de fenómenos que culminan
cuando el material celular duplicado se distribuye en las células hijas. La división celular es
solo la fase final, microscópicamente visible, de cambios previos a nivel molecular. Así, antes
que la célula se divida por mitosis, sus principales componentes ya se han duplicado.
La radioautografía con timidina marcada permitió determinar el período exacto en que se
produce la duplicación del ADN, y demostró que la síntesis tiene lugar solamente durante un
tramo limitado de la interfase, denominado fase S, que es precedido y seguido,
respectivamente, por las fases G1 y G2, en las que no hay síntesis de ADN. Esto llevó a
dividir el ciclo celular en cuatro fases sucesivas: G1, S, G2 y M. G2 es el tiempo que
transcurre entre el final de la síntesis del ADN y el comienzo de la mitosis.
La mitosis comprende también el problema de la continuidad de los cromosomas como
entidades capaces de autoduplicarse y de mantener sus características morfológicas a
través de las sucesivas divisiones.
Entre los procesos que tienen lugar en el citoplasma, el más llamativo es la formación del
huso mitótico, que se organiza cada vez que la célula comienza a dividirse y desaparece al
final de la división. Es un armazón estructural compuesto por microtúbulos que controlan la
posición de los cromosomas y su reparto entre las células hijas.
Como corolario de la mitosis se produce la partición del citoplasma y su distribución
equitativa en las células hijas, fenómeno conocido con el nombre de citocinesis.
Las etapas en que se divide la mitosis son: profase, prometafase, metafase anafase y
telofase. A partir de la penúltima comienza la citocinesis, que culmina cuando concluye la
telofase.
Existen dos teorías para explicar la migración de los cromosomas durante la anafase: la del
equilibrio dinámico y la del desplazamiento.
La teoría del equilibrio dinámico sostiene que la despolimerización de los microtúbulos, en
sus dos extremos, es la responsable exclusiva del traslado; así, la fuerza mecánica derivada
del desarmado de los microtúbulos bastaría para trasladar a los cromosomas.
La teoría del deslizamiento, aunque reconoce la despolimerización de los microtúbulos,
considera que éstos se comportan como “rieles” sobre los cuales los cromosomas se
desplazan mediante alguna proteína motora asociada a los cinetocoros.
Al finalizar la profase, la lámina nuclear se desarma debido a que sus laminofilamentos se
despolimerizan porque se fosforilan algunas serinas de las laminas. Además, la carioteca se
desintegra y da lugar a vesículas, y los complejos del poro quedan ligados a ellas.
Opuestamente, al alcanzar la célula la telofase, en las células hijas las láminas nucleares se
reconstruyen debido a que los laminofilamentos se repolimerizan a causa de la
desfosforilación de las laminas. Simultáneamente, las vesículas derivadas de la
desintegración de la envoltura nuclear se unen entre sí y reconstruyen las cariotecas de los
núcleos de las células hijas, con sus respectivos complejos del poro.
La síntesis de ARN se detiene en la mitosis. Así, la velocidad de dicha síntesis declina
rápidamente en la profase tardía y desaparece en la metafase y en la anafase. Es que, como
ocurre en la interfase con los sectores heterocromáticos, el ADN no puede ser transcripto
porque se halla muy compactado.
Por su lado, la síntesis proteica disminuye drásticamente durante la mitosis, casi al 25% de
la que tiene lugar durante la interfase.
La síntesis de los ARN y de las proteínas comienza a recuperarse a partir de la telofase.
Aunque en la telofase los microtúbulos tienden a despolimerizarse y desaparecer, las fibras
polares persisten en la zona ecuatorial de la célula donde su cantidad aumenta. Estas fibras
remanentes del huso mitótico, junto con las vesículas y material denso que se les asocian,
componen una estructura llamada cuerpo intermedio.
La citocinesis deriva de la formación de un surco en el ecuador de la célula, que aparece en
la segunda mitad de la anafase. En la telofase, el surco ecuatorial se profundiza hasta
alcanzar el cuerpo intermedio, lo que indica que la partición del citoplasma está por
concluir. El desarrollo del surco ecuatorial es el resultado de la formación de un anillo
contráctil en la corteza de la célula.
Poco antes de finalizar la fase G1, existe un momento en que la célula toma la decisión de
dividirse. Recibe el nombre de punto de arranque o de control G1.
En el control de las divisiones celulares intervienen dos tipos de moléculas:
1) Las ciclinas, cuyo nombre se debe a que en el curso de cada ciclo celular alternan un
período de síntesis creciente seguido por otro de rápida degradación;
2) Las quinasas dependientes de ciclinas, que al interactuar con las ciclinas fosforilan y
activan a las moléculas responsables de la división celular.
Existen varias clases de ciclinas, las principales corresponden a dos grandes grupos: las
ciclinas G1 y las ciclinas M. Por su lado en las especies superiores se han identificado dos
quinasas dependientes de ciclinas, la Cdk2 y la Cdc2.
Tomada la decisión de dividirse, la célula deja atrás la fase G1e ingresa en la fase S, es decir,
comienza a replicar su ADN. Ello acontece cuando una ciclina G1 activa a la quinasa Cdk2, la
cual inicia una cadena de fosforilaciones en sucesivas proteínas intermediarias. La cadena
culmina con la activación de las moléculas responsables de la replicación del ADN.
La pausa impuesta por la fase G2 le provee a la célula un lapso durante el cual actúan
mecanismos de seguridad para controlar si las moléculas de ADN han completado su
replicación y, cuando corresponda, si fueron reparadas. Además, en la fase G2 se completa
la duplicación de los componentes citoplasmáticos.
Superados tales controles, comienza la fase M. El mecanismo que desencadena la mitosis es
similar al que inicia la fase S, aunque con distintos protagonistas, pues en la mitosis
intervienen la Cdc2 y la ciclina M. la segunda comienza a sintetizarse a partir de la fase G2,
antes que desaparezca la ciclina G1. Cuando la ciclina alcanza un determinado umbral de
concentración, se une a la Cdc2 y ambas moléculas componen un complejo denominado
MPF.
Las células hijas derivadas de la mitosis ingresan en la fase G1 de la interfase y, si son
inducidas por ciertos factores, repiten el ciclo seguido por la célula predecesora y vuelven a
dividirse. En caso contrario, la fase G1 se prolonga, a veces indefinidamente, y la célula se
“retira” del ciclo, por lo que la fase G1 pasa a llamarse fase G0.
El ritmo con que las células se reproducen depende de diversos factores, que varían en los
distintos tipos celulares. Por ejemplo, las células que surgen de la segmentación de la célula
huevo parecen tener un mecanismo intrínseco que, en forma automática, desencadena una
división apenas concluye la precedente. En cambio, las células que no se dividen
permanecen en la fase G0 porque en sus citoplasmas no existen ciclinas ni quinasas
dependientes de ciclinas, probablemente por la presencia de factores que inhiben su
producción.
En las células restantes las mitosis dependen de sustancias inductoras provenientes del
exterior, sea de células vecinas o de grupos celulares distantes. Las sustancias que inducen
la proliferación celular lo hacen en el momento del ciclo llamado punto de arranque.
Meiosis:
La meiosis es un tipo especial de división celular, exclusiva de los organismos que se
reproducen sexualmente. En la mayoría de los organismos multicelulares (animales y
vegetales) la reproducción se realiza por medio de gametos o células sexuales generados
por meiosis (espermatozoides y óvulos en los animales), los cuales se unen por un proceso
denominado fecundación. Ello da origen al cigoto o célula huevo, que porta el material
hereditario de los dos progenitores y se reproduce por mitosis hasta forman un nuevo
individuo multicelular.
Los procesos que llevan a la producción de gametos, llamados espermatogénesis y
ovogénesis, tienen lugar en las gónadas, es decir, en los testículos y en los ovarios.
En la meiosis se producen:
1) La reducción del número de cromosomas a la mitad;
2) La recombinación genética, es decir, el intercambio de segmentos cromosómicos, y
1) La mitosis tiene lugar en las células somáticas y la meiosis en las células sexuales.
2) En la mitosis cada replicación del ADN es seguida por una división celular: en
consecuencia, las células hijas presentan la misma cantidad de ADN que la célula madre y un
número diploide de cromosomas. En cambio, en la meiosis cada replicación del ADN es
seguida por dos divisiones celulares, la meiosis I y la meiosis II, de las cuales resultan cuatro
células haploides que contienen la mitad del ADN.
3) En las mitosis la síntesis del ADN se produce durante la fase S, que es seguida por la fase
G2. En la meiosis la fase S es la más larga y la G2 es corta o falta.
Durante la anafase I los cinetocoros opuestos son traccionados hacia los respectivos polos,
de modo que los homólogos de cada bivalente se separan entre sí y se movilizan en
direcciones opuestas.
Durante la telofase I los grupos cromosómicos haploides llegan a sus respectivos polos y en
torno de ellos se construyen las envolturas nucleares.
La telofase I es seguida por la partición del citoplasma, y las dos células hijas pasan por un
corto período de interfase en el que no hay replicación del ADN. Por consiguiente, las
células hijas derivadas de la meiosis I poseen un número haploide de cromosomas, cada uno
de éstos compuesto por dos cromátidas hermanas.
La profase II es muy breve, aunque suficiente para permitir la reaparición de las fibras del
huso y la desaparición de la envoltura nuclear.
La metafase II lleva a los cromosomas al plano ecuatorial de la célula. Las fibras del huso se
conectan a los cinetocoros, lo cuales se colocan uno apuntando a un polo y el otro al polo
opuesto.
En la anafase II, debido a la tracción que las fibras del huso ejercen sobre los cinetocoros, el
centrómero se divide y las cromátidas hermanas de cada cromosoma son separadas y
traccionadas hacia los polos opuestos de la célula.
En la telofase II cada uno de los polos de la célula recibe un juego haploide de cromátidas,
que pasan a llamarse cromosomas. La formación de una nueva envoltura nuclear en torno
de cada conjunto cromosómico haploide, seguida por la partición del citoplasma, pone fin a
la meiosis.
Citogenética:
La citogenética se ocupa de las bases cromosómicas y moleculares de la herencia y ayuda a
resolver importantes problemas en el campo de la medicina, la ganadería y la agricultura.
Mendel sostuvo que el color de las semillas era controlado por un “factor” que se transmitía
a la descendencia por medio de los gametos, y que ese “factor”, conocido ahora como gen,
podía transmitirse sin mezclarse con otros genes. Enunció que los genes se separan en los
híbridos F1, entran en gametos diferentes y se distribuyen en los híbridos F2. A causa de ello,
este principio se denomina ley de la segregación de los genes.
En los cruzamientos se representa a los genes por medio de letras y se designa con la A al
gen para el carácter amarillo y con la a al gen para el carácter verde. La generación F1 posee
ambos genes, pero sólo el A es visible porque es dominante. El gen a permanece oculto y se
denomina recesivo. Dado que en ambos sexos las plantas generan los dos tipos de gametos,
en la generación F2 se producen tres combinaciones genéticas posibles. El 25% corresponde
a plantas AA con semillas amarillas puras, el 50% a plantas Aa con semillas amarillas híbridas
y el 25% a plantas aa con semillas verdes puras.
Ahora es posible explicar los resultados de Mendel sobre la base del comportamiento de los
cromosomas y de los genes. Estos se encuentran de a pares y los dos miembros de cada par
se denominan alelos. En cada cromosoma homólogo l alelo ocupa un lugar particular
llamado locus.
Los individuos que tienen alelos iguales se denominan homocigotos, y los que tienen alelos
diferentes heterocigotos.
El término genotipo define la constitución genética del individuo; el término fenotipo, las
características visibles.
No siempre se cumple la regla de la dominancia y la recesividad. La codominancia es menos
frecuente que la dominancia y la recesividad completas. En la codominancia se da un
fenotipo con características intermedias respecto de los fenotipos de los progenitores,
aunque sin que se mezclen los alelos.
La ley de la distribución independiente describe el comportamiento simultáneo de dos
pares de alelos cuando están localizados en cromosomas diferentes. Los genes que no están
localizados en un mismo cromosoma se distribuyen en forma independiente en los gametos,
de modo que la descendencia resulta híbrida en dos loci.
En los cruzamientos de dos o más pares de alelos existe una acentuada tendencia por parte
de esos genes a quedar ligados, de modo que se produce entre ellos una proporción de
combinaciones diferente de la esperada. La coexistencia de dos o más genes en el mismo
cromosoma se denomina ligamiento.
Aberraciones cromosómicas:
Accidentalmente pueden producirse cambios en el cariotipo, que tienen diversas
consecuencias genéticas. Así, los cromosomas pueden cambiar en su número o sufrir
alteraciones en sus estructuras. Tales cuadros se denominan, respectivamente,
aberraciones cromosómicas numéricas y aberraciones cromosómicas estructurales.
Hay dos clases principales de cambios en el número de cromosomas:
En las poliploidías existe un número superior de conjuntos haploides, pero cada uno se
presenta equilibrado. En las células somáticas las poliploidías pueden originarse por la
reduplicación de los cromosomas; en los gametos, por la no separación de los cromosomas
en cualquiera de las dos divisiones meióticas.
En las aneuploidías hay ganancia o pérdida de uno o más cromosomas, por lo que el
conjunto deja de ser equilibrado. Las aneuploidías se producen por una falla en la
separación de los cromosomas homólogos, denominada no disyunción, durante la división
celular. La causa inmediata de la no disyunción es la falta de separación de una de las
cromátidas hermanas de la anafase; así, al arriba la célula a la telofase, esa cromátida
permanece en una de las células hijas junto a la cromátida hermana. Ello da lugar a una
célula con un cromosoma de menos y a otra con uno de más. La no disyunción se produce
generalmente en la meiosis, pero también puede ocurrir en la mitosis.
La meiosis no disyuntiva da origen a un gameto aneuploide que, cuando se une a un gameto
normal, forma un cigoto portador de una aneuploidía. Si al gameto aneuploide le falta un
cromosoma, el cigoto resultará monosómico. Si le sobra un cromosoma, el cigoto será
trisómico.
En las aberraciones cromosómicas estructurales se produce una alteración en la
composición o en la organización de uno o más cromosomas. Así, la ruptura de uno de ellos
puede conducir, según el caso, a la pérdida de un segmento cromosómico, fenómeno
denominado deleción, a la duplicación de un segmento, a la translocación de segmentos
entre cromosomas no homólogos o a la inversión de un segmento dentro del propio
cromosoma.
Diferenciación celular:
En términos moleculares, diferenciación celular significa actividad génica diversa en los
distintos tipos de células de un organismo. La especialización de las células implica la síntesis
de proteínas específicas; así, en cada tipo celular se expresa un gen singular, distinto de los
expresados en los otros tipos celulares.
No todos los genes que se expresan en un determinado tipo celular lo hacen en forma
exclusiva. Algunos se activan en todos los tipos celulares; se llaman genes de
mantenimiento y son necesarios para construir los componentes comunes a todas las
células. En cambio, los genes que se expresan en forma diferencial ejercen las llamadas
funciones de lujo.
La diferenciación celular no acarrea pérdida de información genética, de modo que en todas
las células del organismo existen conjuntos de genes idénticos, que son los mismo que se
hallaban en la célula huevo.
El núcleo y el citoplasma son interdependientes: uno no sobrevive sin la presencia del otro.
La interdependencia entre el núcleo y el citoplasma ha sido demostrada mediante
experimentos de fusión celular. La fusión de células con ayuda del virus Sendai permite
colocar núcleos en citoplasmas ajenos a ellos. El producto de la fusión de dos células
diferentes se denomina heterocarión, que es una célula con dos núcleos de distinto origen.
Ambos núcleos pueden entrar en mitosis, formar una placa metafásica común, dividirse y
producir células hijas híbridas con cromosomas de los dos núcleos progenitores.
Los organismos multicelulares se desarrollan a partir de una célula huevo que, tras sucesivas
divisiones y diferenciaciones, da origen a la totalidad de las células que componen los
tejidos corporales. En primer término, el cigoto experimenta una serie de divisiones rápidas
en las cuales se duplica sólo el ADN. Debido a que el citoplasma de las sucesivas células hijas
se va reduciendo o segmentando con cada ciclo divisional, a estas divisiones se las
denomina de segmentación o clivaje.
Cabe señalar que a partir del estadio de 16 células los citoplasmas se vinculan por uniones
comunicantes y las células periféricas se enlazan entre sí por uniones oclusivas. Cuando el
embrión alcanza ese estadio adquiere la forma de una esfera sólida con aspecto mora,
motivo por el cual recibe el nombre de mórula.
Posteriormente el embrión se convierte en una esfera hueca, denominada blastocisto, en la
que se visualizan dos tipos de tejidos, el macizo celular interno, primordio del futuro cuerpo
del individuo, y el trofoblasto, que interviene en la formación de la placenta. Una semana
después el macizo celular interno da lugar a un embrión plano discoidal compuesto por dos
capas epiteliales superpuestas. Estas se llaman epiblasto e hipoblasto y existen entre ellas
inequívocos signos de diferenciación. Al cabo de otra semana el embrión posee tres capas
epiteliales diferentes, denominadas ectodermo, mesodermo y endodermo.
En efecto, se considera que el citoplasma de la célula huevo contiene moléculas que se
reparten de manera desigual entre las primeras células del embrión y que influyen en la
actividad de sus genes. Así, esas moléculas, que llevan el nombre de determinantes
citoplasmáticos del desarrollo, actuarían como factores de transcripción específicos.