Biología Celular 2020

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Biología e Introducción a la Biología Celular, UBA XXI 2020

Unidad 1
Generalidades de los fenómenos biológicos:
Distintas estrategias energéticas: Heterótrofos y autótrofos:
Los organismos modernos y las células que los componen satisfacen sus requerimientos
energéticos en una de dos formas. Algunos incorporan moléculas orgánicas del ambiente
exterior, las que degradan para obtener energía y componentes para su estructura. Estos
organismos, que incluyen a todos los animales, a los hongos y a muchos unicelulares, se
denominan heterótrofos.
Otros organismos son capaces de sintetizar moléculas ricas en energía a partir de sustancias
inorgánicas, simples y, por lo tanto, no requieren moléculas orgánicas del exterior. Estos
organismos se denominan autótrofos. Entre los autótrofos, las plantas y varios tipos de
protistas son fotosintéticos, es decir que utilizan la luz del sol como fuente de energía para
las reacciones de síntesis química. Por otra parte, ciertos grupos de bacterias llamadas
quimiosintéticas obtienen la energía para sintetizar moléculas orgánicas de la energía
liberada por reacciones inorgánicas.

Dos tipos de células: procariontes y eucariontes


La teoría celular afirma que:

• Todos los organismos vivos están compuestos por una o más células;
• Las reacciones químicas de un organismo vivo, incluidos los procesos que liberan
energía y las reacciones biosintéticas, ocurren dentro de las células;
• Las células se originan de otras células;
• Las células contienen la información hereditaria de los organismos de los cuales son
parte, y esta información pasa de células progenitoras a células hijas.

Los seres vivos: una organización jerárquica


-Niveles de organización:
SUBATÓMICO (protones, neutrones, e-) --> ÁTOMICO --> MOLECULAR --> SUBCELULAR
ORGANISMO -> POBLACIÓN -> COMUNIDAD -> ECOSISTEMA -> BIÓSFERA
Sistemas abiertos que almacenan y procesan información:
Un rasgo fundamental que caracteriza la vida es que los seres vivos intercambian sustancias
y energía con el medio externo funcionando como un sistema abierto. Las sustancias que
ingresan en un organismo se incorporan a una red de reacciones químicas en las que se
degradan o se utilizan como unidades para la construcción de compuestos más complejos.
Los organismos vivos son “expertos” en la conversión energética. El conjunto de reacciones
químicas y de transformaciones de energía, incluidas las síntesis y la degradación de
moléculas, constituyen el metabolismo.
Otra capacidad crucial para la vida es que los organismos son capaces de mantener un
medio interno estable dentro de ciertos límites a pesar de que intercambian materiales
continuamente con el mundo externo. Su composición química es muy diferente del
ambiente que los rodea. Esto es posible por el fenómeno de homeostasis. Los seres vivos
son homeostáticos, es decir, “se mantienen relativamente estables”.

Clasificación de los organismos:


Sistemática: es la disciplina científica que estudia la diversidad de los seres vivos en un
intento de construir un sistema ordenado de clasificación de los organismos.

Designación de las especies:


Especie: el conjunto de organismos que comparten características fisiológicas y
morfológicas comunes que pueden aparearse entre sí y dejar descendencia fértil.

Subespecie: cuando una misma especie está formada por un conjunto de población con
características genéticas, comportamentales o morfológicas diferentes.
En el siglo XVIII, Linneo diseñó un sistema de nomenclatura conocido como el sistema
binomial, es decir, de dos nombres. El nombre científico de un organismo tiene dos partes:
el nombre genérico y un epíteto específico. Por convención, los nombres de género y de la
especie se escriben en letra cursiva y solo la inicial del género se escribe en mayúscula.

Características que definen al ser vivo:


-TODOS los seres vivos:

• Están formados por al menos una célula;


• Poseen una organización y complejidad de los elementos que los componen;
• Son sistemas abiertos;
• Poseen metabolismo (anabolismo y catabolismo);
• Presentan homeostasis;
• Se reproducen;
• Presentan irritabilidad;
• Crecen y se desarrollan;
• Se adaptan y evolucionan;
• Presentan autopoyesis (capacidad de autoproducir sus componentes).

Clasificación de los seres vivos:


-Según el número de células:

Unicelulares (bacterias)
Pluricelulares (plantas y animales)
-Según la presencia de núcleo verdadero:
Eucariota (animales, plantas, protozoos)
Procariota (bacterias)

-Según el tipo de nutrición:


Autótrofos (plantas)
Heterótrofos (animales, hongos, bacterias)
-Según taxones o grupos de seres vivos con características comunes.

Taxonomía: surge como una ciencia, dada la necesidad del hombre de querer agrupar a
todos los seres vivos según características comunes siguiendo un orden jerárquico, desde lo
más abarcativo hasta lo más específico o concreto.
Categorías taxonómicas: Dominio

Reino (clasificación en 5 reinos)


Filo o división
Clase
Orden

Familia
Género
Especie

Descripción de los cinco reinos:


Monera: UNICELULARES / PROCARIOTA / AUTÓTROFOS-HETERÓTROFOS
Protista: UNICELULARES-PLURICELULARES / EUCARIOTA / AUTÓTROFOS-HETERÓTROFOS
Fungi: UNICELULARES-PLURICELULARES/ EUCARIOTA / HETERÓTROFOS
PLantae: PLURICELULARES / EUCARIOTA/ AUTÓTROFOS
Animalia: PLURICELULARES / EUCARIOTAS / HETERÓTROFOS

Evolución, documento de cátedra:


Cuando hablamos de evolución en un aspecto biológico nos estamos refiriendo a los
cambios que se dan en una población de seres vivos en un período de tiempo.
A partir de su nacimiento, cada ser vivo comenzará a alimentarse, a crecer y, si las
condiciones ambientales lo favorecen, a reproducirse, perpetuando a su especie en el
tiempo más allá de su propia vida. A esta secuencia de procesos, se la denomina ciclo de
vida.

SELECCIÓN NATURAL: El mecanismo central de esta teoría propuesta por Darwin se basa
principalmente en que el ambiente selecciona a aquellos individuos de una población que
más descendencia pueden dejar.
Características necesarias para que pueda ocurrir el proceso de selección natural:

• Preexistencia de las variantes: para que ocurra evolución es necesario que todas las
variantes preexistan al cambio en el ambiente. Los mecanismos de evolución no
implican la aparición de diferencias entre organismos de una misma especie,
solamente explican por qué una población con una determinada proporción de cada
una de las variantes sufre un cambio en un determinado momento.
• Relación entre el carácter estudiado y la tasa de reproducción.
• El ambiente influye sobre los individuos, pero la evolución se ve en toda la
población: para poder observar un cambio evolutivo, es necesario analizar el total de
la población y observar las proporciones de cada una de las variantes existentes en
ella a través del tiempo. Sin embargo, cuando pensamos de dónde viene dicho
cambio y analizamos casos de evolución por selección natural, vemos que el impacto
del ambiente se produce sobre los individuos que componen a la población.
• La evolución de una población es lenta: es necesario el paso de varias generaciones
para que sea evidente el cambio.
• La selección natural es un proceso determinista: siempre que conozcamos las
variantes originales de una población y cuál será el cambio ambiental al se
enfrentará, será posible estimar cuál será el resultado de la evolución.

Selección artificial: a este proceso de evolución guiada por los humanos, lo


llamamos selección artificial y es el responsable de la existencia de una gran cantidad de
especies animales y vegetales que utilizamos día a día, ya sea para alimentarnos o por
recreación.
Deriva génica: es un proceso por el cual las poblaciones sufren cambios por azar y no
por una selección de adaptaciones frente a un cambio ambiental. este proceso evolutivo
tiene mayor incidencia cuando la población es pequeña, ya que a medida que la cantidad de
individuos de una población crece, la selección natural se vuelve el mecanismo evolutivo
predominante. En síntesis, es un proceso que ocurre en poblaciones de baja cantidad de
individuos, modificando su composición génica de forma azarosa.
Dentro de la deriva génica se destacan dos situaciones claras que tratan de explicar mejor el
proceso: el cuello de botella y el efecto fundador.

Cuello de botella: denominamos cuello de botella a todos aquellos procesos, que


generen una disminución drástica y azarosa de la población como lo son las catástrofes
naturales. Esto pasa en las poblaciones donde se pierden muchos individuos y quedan solo
unos pocos que resultan no ser representativos de la población original.

Efecto fundador: lo que ocurre es que unos pocos individuos migran hacia un nuevo
lugar (no habitado por individuos de la misma especie). Si estos individuos no son
representativos de la población de origen, nos vamos a encontrar con que ambas
poblaciones son diferentes, pudiendo hablar de una evolución.

Migración: el proceso de migración como mecanismo evolutivo se basa en el


movimiento de individuos de una población original hacia una población determinada
preexistente, logrando éxito reproductivo. Esto último se denomina flujo génico y es de
gran importancia ya que, si los individuos que llegan a la población determinada no
intercambian material genético con los individuos ya presentes, las frecuencias de esta
población no cambian, y al no haber cambio no hay evolución.

Mutaciones: una mutación es un error en el copiado de la información genética. Las


mutaciones ocurren con cierta frecuencia en todas las células al momento de dividirse, sin
embargo, la propia célula cuenta con mecanismos de detección y reparación de estas
mutaciones que muchas veces logran reparar los errores cometidos.

Especiación:
La definición de especie puede realizarse sobre la base de diferentes criterios; el más
utilizado es el criterio reproductivo, el cual propone que dos individuos son de una misma
especie si son capaces de reproducirse y la cría es capaz de dejar nueva descendencia.

• Especiación por divergencia: cuando el aislamiento reproductivo se produce de


manera gradual, cuando una barrera espacial o ecológica interrumpe el flujo génico
entre dos grupos originalmente pertenecientes a una misma población.
Dos procesos antagónicos por los cuales se pueden formar nuevas especies a partir de una
sola población: especiación alopátrica y simpátrica.
Especiación alopátrica (en tierras separadas): se basa en una separación física entre dos
grupos de individuos de una misma especie. Luego de muchos años de no existir contacto
entre dos nuevas poblaciones, la cantidad de cambios existentes entre los individuos que las
componen puede ser tan grande que al juntarse no sean capaces de reproducirse, o si lo
hacen, de no dejar descendencia fértil.

Especiación simpátrica (en tierras compartidas): mecanismo por el cual dos grupos de
individuos que comparten un mismo espacio físico (pertenecen a una misma población)
dejan de reproducirse entre sí. O sea, un aislamiento reproductivo sin existencia de un
aislamiento físico. Al existir un aislamiento reproductivo las diferencias genéticas pueden
acumularse en ambos grupos de individuos de forma separada, generando la formación de
(o más) especies dentro de un mismo ambiente donde conviven. Es posible también que
luego de la especiación y de la aparición de mecanismos que impiden el reconocimiento de
las gametas, aquellas otras diferencias que les imposibilitaban el apareamiento
desaparezcan.

Especiación parapátrica: de manera complementaria, la especiación parapátrica puede


considerare como un caso particular de la especiación simpátrica. El aislamiento
reproductivo se da por parte de un grupo de individuos que habitan una región reducida del
ambiente.

• Especiación instantánea: cuando el aislamiento reproductivo se produce en forma


repentina.

Especiación peripátrica: este tipo de especiación puede comprenderse como un tipo


especial de especiación alopátrica. Existe cierto aislamiento geográfico de una población
reducida de individuos, los cuales van a evolucionar de manera independiente a la población
original, ya sea por cuestiones adaptativas o por efecto de la deriva génica.

Especiación poliploidía: la poliploidía se define como el fenómeno por el cual se originan


células, tejidos u organismos con tres o más juegos completos de cromosomas de la misma
o distintas especies o con dos o más genomas de especies distintas. Dichas células, tejidos u
organismos se denominan poliploides.

Evolución: seminario 3
Evolución: el proceso de cambio a lo largo del tiempo que implica descendencia mediante
herencia genética.

Teorías evolutivas:

• Según los griegos: los seres vivos se originan y transforman como resultado de
procesos naturales.
• Aristóteles: Escala de la Naturaleza: los seres vivos pueden ser organizados de
acuerdo a una jerarquía.
• Teoría evolutiva en la modernidad antes de Darwin:

-Leclerc: existen familias menores concebidas por la naturaleza y producidas por el tiempo-.
-Hutton: el planeta fue moldeado por procesos lentos y graduales.
-Lamarck: todas las especies descienden de otras especies más primitivas y menos
complejas

• Teoría evolutiva de Darwin: variaciones hereditarias presentes en cada población


aparecen al azar. Estos cambios otorgan a sus portadores ventajas o desventajas que
modifican sus probabilidades de reproducción y supervivencia, en un ambiente
determinado.
• Selección natural: proceso por el cual los portadores de cierta característica
beneficiosa tienen una supervivencia diferencial con respecto a los que no la poseen.
El número de individuos que sobreviven y se reproducen en cada generación es menor que
el número inicial de descendientes, y depende de la interacción de las variaciones
individuales heredables con el ambiente. en todas las poblaciones existen variaciones entre
los individuos y algunas de ellas son heredables.

Mecanismos de evolución:
Población: grupo de organismos de la misma especie que viven cerca unos de otros, se
reproducen entre sí y no con otros grupos similares.

Frecuencia génica: la proporción de genes de un tipo concreto que hay en una población
determinada.

Mutación: cambio en una secuencia de ADN, que normalmente ocurre debido a errores en
la replicación o reparación del mismo. Es la primera fuente de la variabilidad genética
-Mutaciones somáticas: se producen en las células no reproductivas.
-Mutaciones germinales: se producen en las células reproductivas.

Eficacia biológica (aptitud): se utiliza para describir la capacidad que tiene un genotipo
determinado para dejar descendientes en la siguiente generación en relación con la
capacidad de otro genotipo de hacerlo. La eficacia biológica de un genotipo incluye su
capacidad de sobrevivir, encontrar una pareja, producir descendientes y dejar sus genes en
la siguiente generación.
La reproducción sexual, principal mecanismo promotor de la variabilidad, produce nuevas
combinaciones genéticas mediante tres mecanismos:
-La distribución independiente de los cromosomas durante la meiosis.

-El entrecruzamiento.
-La combinación al azar de los genomas parentales en la fecundación.
La recombinación no es efectiva en presencia de homogeneidad genética, pero las
poblaciones poseen mecanismos que favorecen la exogamia. se trata de patrones de
apareamiento que minimizan la probabilidad de que se apareen dos individuos
emparentados.

Microevolución: aquella que ocurre a pequeña escala, es decir, dentro de una única
población.

Macroevolución: el cambio evolutivo que ocurre por encima del nivel de las especies.

De Robertis: Los componentes químicos de las células.

Se clasifican en ------> Inorgánicos (agua y minerales)


------> Orgánicos (ácidos nucleicos, hidratos de carbono, lípidos y proteínas)
Del total de los componentes de la célula un 75 a 85% corresponde a agua, entre el 2 y el 3%
son sales inorgánicas y el resto son compuestos orgánicos, los cuales representan las
moléculas de la vida. La mayor parte de las estructuras celulares contienen lípidos y
moléculas muy grandes (denominadas macromoléculas o polímeros), integradas por
unidades o monómeros que se enlazan entre sí por medio de uniones covalentes.
En los organismos existen tres importantes polímeros:

• Los ácidos nucleicos, conformados por la asociación de cuatro unidades químicas


diferentes denominadas nucleótidos; la secuencia lineal de los cuatro tipos de
nucleótidos en la molécula de ADN es la fuente primaria de la información genética.
• Los polisacáridos, que pueden ser polímeros de glucosa o comprender la repetición
de oros monosacáridos, con los que se forman polisacáridos más complejos.
• Las proteínas (polipéptidos), que están constituidas por aminoácidos combinados en
distintas proporciones; las distintas cantidades y ordenamientos posibles de estos 20
monómeros dan lugar a un extraordinario número de combinaciones, lo que
determina no sólo la especificidad sino también la actividad biológica de las
moléculas proteicas.
Agua y minerales:
Agua: con unas pocas excepciones (ejemplo: el hueso y el diente) es el componente que se
encuentra en mayor cantidad en los tejidos. El agua actúa como solvente natural de los
iones y como medio de dispersión coloidal de la mayor parte de las macromoléculas. Más
aún, es indispensable para la actividad metabólica, ya que los procesos fisiológicos se
producen exclusivamente en medios acuosos.
En la célula el agua se encuentra en dos fracciones, una libre y otra ligada. El agua libre
representa el 95% del agua total y es la parte usada principalmente como solvente para los
solutos y como medio dispersante del sistema coloidal. El agua ligada representa solo el 5%
y es la que está unida laxamente a otras moléculas por uniones no covalentes; así,
comprende el agua inmovilizada en el seno de las macromoléculas.
Sales: la concentración de iones distinta en el interior de la célula y en el medio que la
rodea. Así, la célula tiene una alta concentración de cationes K+ y Mg2+, mientras que el Na+
y el Cl- están localizados principalmente en el líquido extracelular. Los aniones dominantes
de las células son el fosfato y el bicarbonato. Las sales disociadas en aniones y cationes son
importantes para mantener la presión osmótica y el equilibro ácido-base de la célula. La
retención de iones produce un aumento de la presión osmótica y, por lo tanto, la entrada de
agua.

Ácidos nucleicos:
Existen dos clases: el ADN y el ARN.
Son macromoléculas. Todos los seres vivos contienen dos tipos de ácidos nucleicos,
llamados ácido desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN).
La molécula de ácido nucleico es un polímero cuyos monómeros son nucleótidos
sucesivamente ligados mediante uniones fosfodiéster.
Los virus contienen un solo tipo de ácido nucleico, ADN o ARN.
-El ADN constituye el depósito de la información genética. Esta información es copiada o
transcripta en moléculas de ARN mensajero, cuyas secuencias de nucleótidos contienen el
código que establece la secuencia de los aminoácidos en las proteínas. Es por ello que la
síntesis proteica se conoce también como traducción del ARN. a esta serie de fenómenos se
le asigna el carácter de dogma central de la biología molecular.
-En las células superiores, el ADN se halla en el núcleo integrando los cromosomas (una
pequeña cantidad se encuentra en el citoplasma, dentro de las mitocondrias y los
cloroplastos). El ARN se localiza tanto en el núcleo (donde se forma) como en el citoplasma,
hacia el cual se dirige para regir la síntesis proteica.
Nucleótidos: monómeros de los ácidos nucleicos.
-Los ácidos nucleicos contienen hidratos de carbono (pentosas), bases nitrogenadas
(purinas y pirimidinas) y ácido fosfórico (grupo fosfato).
• Las pentosas son de dos tipos: desoxirribosa en el ADN y ribosa en el ARN.
• Las bases nitrogenadas son de dos tipos: pirimidinas (poseen un anillo heterocíclico)
y purinas (poseen dos anillos fusionados entre sí).
--> En el ADN, las pirimidinas son la timina y la citosina; y las purinas son la adenina y la
guanina.
--> El ARN contiene uracilo en lugar de timina.

El ADN tiene desoxirribosa y timina y el ARN posee ribosa y uracilo.


-Funciones: 1) Almacenamiento, transporte y control de la información genética.
2) Almacenamiento energético.
3) Señalización intracelular.
Nucleósido: la combinación de una base con una pentosa (sin el fosfato).

-El ADN está formado por 2 cadenas de ácidos nucleicos helicoidales con giro a la derecha,
que componen una doble hélice en torno de un mismo eje central.
-La estructura del ARN es semejante a la del ADN, pero está formada por una sola cadena de
nucleótidos.

• Existen tres clases principales de ARN:


1) ARN mensajero.

2) ARN ribosómico.
3) ARN de transferencia.
Los tres intervienen en la síntesis proteica. El ARN mensajero lleva la información genética
(copiada del ADN) que establece la secuencia de los aminoácidos en la proteína. El ARN
ribosómico representa el 50% de la masa del ribosoma (el otro 50$ son proteínas), que es la
estructura que proporciona el sostén molecular para las reacciones químicas que dan lugar
a la síntesis proteica. Los ARN de transferencia identifican y transportan a los aminoácidos
hasta el ribosoma.

Hidratos de carbono:
Están formados por carbono, hidrógeno y oxígeno.
Funciones: 1) Fuente de energía.
2) Función estructural en las membranas celulares y matriz extracelular.
3) Comunicación intercelular.
-De acuerdo con el número de monómeros que contienen, se clasifican en:
• Monosacáridos: son azúcares simples. Sobre la base del número de átomos de
carbono que contienen, se clasifican en triosas, tetrosas, pentosas, hexosas.
(CH2O)n
Grupo terminal aldehído --> Aldosas --> Glucosa
Grupo terminal cetona --> Cetosas --> Fructosa

• Disacáridos: azucares formados por la combinación de dos monómeros de hexosa,


unidos a través de una unión glucosídica (unión de tipo éter). Ejemplos de
disacáridos: sacarosa y lactosa.
• Oligosacáridos: en el organismo los oligosacáridos no están libres sino unidos a
lípidos y a proteínas, de modo que son parte de glicolípidos y de glicoproteínas. Estos
hidratos de carbono son cadenas compuestas por distintas combinaciones de varios
tipos de monosacáridos.
• Polisacáridos: resultan de la combinación de muchos monómeros de hexosa. Los
polisacáridos como el almidón y el glucógeno representan las sustancias de reserva
alimenticia de las células vegetales y animales, respectivamente. Otro polisacárido,
la celulosa, es el elemento estructural más importante de la pared de la célula
vegetal. Existen polisacáridos complejos llamados glicosaminoglicanos (GAG), que
están compuestos por una sucesión de una misma unidad disacárida en la que uno
de los dos monómeros es un ácido glucurónico, un ácido idurónico o una galactosa y
el otro posee un grupo amino. Casi todos los GAG se encuentran ligados a proteínas,
con las que forman glicoproteínas complejas llamadas proteoglicanos.
-Existen polisacáridos lineales y ramificados los cuales pueden ser:
Homopolisacáridos --> Repetición de un único monómero

Heteropolisacáridos --> Formado por distintos monómeros

Lípidos:
Son un grupo de moléculas caracterizadas por ser insolubles en agua y solubles en los
solventes orgánicos. Tales propiedades se deben a que poseen largas cadenas
hidrocarbonadas alifáticas o anillos bencénicos, que son estructuras no polares o
hidrofóbicas. En algunos lípidos esas cadenas pueden estar ligadas a un grupo polar que les
permite unirse al agua.
Los lípidos más comunes de la célula son:

• Triglicéridos (o triacilgliceroles): son triésteres de ácidos grasos con glicerol. Sirven


como reserva de energía para el organismo. Sus ácidos grasos liberan gran cantidad
de energía cuando son oxidados, más del doble de la que liberan los hidratos de
carbono.
• Fosfolípidos: moléculas anfipáticas. Son los principales compuestos que van a
integrar las membranas celulares. En las células existen dos clases:
1) Los glicerofosfolípidos tienen dos ácidos grasos unidos a una molécula de glicerol.
2) El esfingofosfolípido existente en las células es la esfingomielina, que se genera por la
combinación de la fosforilcolina con la ceramida.

• Glicolípidos: lípidos que están unidos a hidratos de carbono. Cumplen función


estructural cuando se los encuentra ubicados en la membrana plasmática. Y tienen
como función principal la señalización y la caracterización celular.
Se clasifican en:
1) Cerebrósidos, se forman por la unión de una glucosa o una galactosa con la ceramida.
2) Gangliósidos, su estructura es similar a la de los cerebrósidos, pero el hidrato de
carbono es un oligosacárido integrad por varios monómeros, uno a tres de los cuales son
ácidos siálicos.

• Esteroides: derivan de un compuesto denominado


ciclopentanoperhidrofenantreno. El más común es el colesterol, que se puede
encontrar en la membrana celular. Hay otros como la vit D, testosterona, cortisol,
etc.
• Poliprenoides: son compuestos que derivan del hidrocarburo isopreno. Entre ellos
se halla el dolicol fosfato, una molécula perteneciente a la membrana el retículo
endoplasmático. Otro poliprenoide común en las células forma parte de la
ubiquinona, una molécula de la membrana mitocondrial interna.

Proteínas:
Las proteínas están formadas por los monómeros que van a ser los aminoácidos, y éstos se
van a unir mediante uniones peptídicas, para formar los polímeros. Un aminoácido es un
ácido orgánico en el cual el carbono unido al grupo carboxilo está unido también a un grupo
amino. Una combinación de dos aminoácidos constituye un dipéptido; de tres un
tripéptido. Cuando se unen entre sí unos pocos aminoácidos, el compuesto es un
oligopéptido. Finalmente, un polipéptido está formado por muchos aminoácidos.

El término proteína sugiere que todas las funciones básicas de las células dependen de
proteínas específicas. Se puede decir que sin proteínas la vida no existiría; están presentes
en cada célula y en cada organoide. Además, pueden ser estructurales o enzimáticas.
Existen proteínas conjugadas, unidas a porciones no proteicas. A esta categoría pertenecen
las glicoproteínas (asociadas con hidratos de carbono), las nucleoproteínas (con ácidos
nucleicos), las lipoproteínas (con grasas) y las cromoproteínas, que tienen como grupo
prostético un pigmento.
-En la estructura de las proteínas se distinguen cuatro niveles sucesivos de organización:

• Estructura primaria: comprende la secuencia de los aminoácidos que forman la


cadena proteica. Tal secuencia determina los demás niveles de organización de la
molécula.
• Estructura secundaria: alude a la configuración especial de la proteína, que deriva
de la posición de determinados aminoácidos en su cadena. Así, algunas proteínas
tienen una forma cilíndrica denominada hélice α; en ella la cadena polipeptídica se
enrolla en torno a un cilindro imaginario debido a que se forman puentes de
hidrógeno entre los grupos amino de algunos aminoácidos y los grupos carboxilo de
otros situados cuatro posiciones más adelante. otras proteínas exhiben una
estructura llamada hoja plegada β; en ella la molécula adopta la configuración de
una hoja plegada debido a que se unen mediante puentes de hidrógeno laterales,
grupos amino con grupos carboxilo de la misma cadena polipeptídica.
• Estructura terciaria: es consecuencia de la formación de nuevos plegamientos en las
estructuras secundarias hélice α y hoja plegada β, lo que da lugar a la configuración
tridimensional de la proteína. Los nuevos plegamientos se producen porque se
relacionan químicamente ciertos aminoácidos distantes entre sí en la cadena
polipeptídica. Según el plegamiento que adoptan, se generan proteínas fibrosas o
globulares.
-Las proteínas fibrosas se forman a partir de cadenas polipeptídicas con estructura
secundaria tipo hélice α exclusivamente.

-Las proteínas globulares se forman tanto a partir de hélices α como de hojas plegadas β, o
de una combinación de ambas.

• Estructura cuaternaria: resulta de la combinación de dos o más polipéptidos, lo que


origina moléculas de gran complejidad. Ejemplo: hemoglobina.
--> Existe un pH definido para cada proteína en el que la suma de las cargas positivas y
negativas es igual a cero. Este pH se denomina punto isoeléctrico. En él las proteínas
colocadas en un campo eléctrico no migran a ninguno de los polos, mientras que a un pH
más bajo se desplazan hacia el cátodo y a un pH más alto lo hacen hacia el ánodo. El proceso
que da lugar a estos movimientos se llama electroforesis.
Funciones: enzimas, funciones estructurales, señalización, etc.

Enzimas:
Son los catalizadores biológicos. Procesos como la síntesis y la degradación de gran número
de sustancias son efectuados por enzimas. El conjunto de las enzimas constituye el grupo de
proteínas más extenso y más especializado del organismo, responsable de la dirección de la
compleja red de reacciones químicas que se producen en la célula.
Las enzimas son proteínas o glicoproteínas que tienen uno o más lugares denominados
sitios activos, a los cuales se une el sustrato, es decir, la sustancia sobre la que actúa la
enzima. El sustrato es modificado químicamente y convertido en uno o más productos.

Una característica muy importante de la actividad enzimática es su especificidad, lo cual


significa que cada clase de enzima actúa sobre un solo sustrato. Es oportuno advertir que en
la célula existen moléculas con actividad enzimática que no son proteínas sino ácidos
ribonucleicos. Reciben el nombre de ribozimas y catalizan la formación o la ruptura de las
uniones fosfodiéster entre los nucleótidos.
Algunas enzimas requieren la presencia de sustancias llamadas coenzimas para poder
actuar. En algunos casos la coenzima es un metal u otro grupo prostético que se halla unido
en forma covalente a la proteína enzimática.

Las enzimas tienen una gran especificidad para sus sustratos y suelen no aceptar moléculas
relacionadas o que tengan una forma ligeramente distinta. Esto puede explicarse
considerando que la enzima y el sustrato exhiben una interacción semejante a la de una
cerradura con su llave. Así, el sitio activo de la enzima se hace complementario al sustrato
sólo después de habérsele unido; es el llamado encaje inducido.

Las enzimas pueden ser inhibidas reversible o irreversiblemente. La inhibición irreversible


puede deberse a la desnaturalización de la enzima o a la formación de una unión covalente
entre ella y otra molécula. Existen dos formas de inhibición reversible: competitiva y no
competitiva.

Las enzimas catalizan las innumerables reacciones químicas que tienen lugar en las células.
En algunos casos las enzimas de una vía metabólica se encuentran en el citosol, y el sustrato
y los sucesivos productos pasan de una enzima a la siguiente en forma encadenada. En otros
casos, las enzimas que intervienen en una cadena de reacciones se hallan asociadas y actúan
juntas bajo la forma de un complejo multienzimático. Los sistemas multienzimáticos
facilitan las reacciones sucesivas porque éstas se producen a escasa distancia unas de otras.

Unidad 2
La célula:
El campo de la biología celular y molecular, es el análisis de las moléculas y de los
componentes celulares con que se construyen todas las formas de vida.
Los estudios bioquímicos demostraron que la materia viviente está compuesta por los
mismos elementos que constituyen el mundo inorgánico, aunque con diferencias en su
organización. En el mundo inanimado existe una tendencia continua hacia el equilibrio
termodinámico, en el curso de la cual se producen transformaciones contingentes entre la
energía y la materia. En cambio, en los organismos vivos existe un manifiesto ordenamiento
en las transformaciones químicas, de modo que las estructuras y las funciones biológicas no
se alteran.
Niveles de organización:
Los límites que separan el estudio de los sistemas biológicos en diferentes niveles, están
impuestos artificialmente por el poder de resolución de los instrumentos utilizados. El ojo
humano solo puede resolver dos puntos separados por más de 0.1 mm. La mayoría de las
células son mucho más pequeñas y para estudiarlas se necesita el poder de resolución del
microscopio óptico (0.2 um). La mayor parte de las subestructuras celulares son más
pequeñas aún y requieren la resolución de microscopio electrónico. Con este instrumento
se puede obtener información de subestructuras que miden entre 0.4 y 200 nm, lo cual
amplía el campo de observación hasta el mundo de las macromoléculas. Por otra parte, los
estudios de la configuración molecular de las proteínas, los ácidos nucleicos y otros
complejos moleculares de gran tamaño -incluidos algunos virus- se realizan mediante el
análisis de las muestras por difracción de rayos X. El microscopio óptico permite un
aumento de 500 veces con respecto a la resolución del ojo, y el microscopio electrónico un
aumento 500 veces mayor que el microscopio óptico.

Límite de resolución: mínima distancia que debe existir entre dos puntos para que puedan
ser discriminados como tales.
Poder de resolución: capacidad del instrumento para brindar imágenes distintas de puntos
muy cercanos.
El límite de resolución es inversamente proporcional al poder de resolución.

Microscopio óptico: el límite de resolución del microscopio óptico no puede exceder los 170
nm cuando se usa luz monocromática (violeta). En cambio, con luz blanca el poder
resolutivo es de 250 nm.
Es posible observar células vivas mediante microscopios de contraste de fase y de
interferencia diferencial. El microscopio de interferencia permite determinar cambios en el
índice de refracción, mientras que el microscopio de fase solo revela las discontinuidades
más notables.
El microscopio de fondo oscuro permite descubrir estructuras más pequeñas que las
visualizadas con el microscopio óptico común. Con el condensador de campo oscuro la luz
directa no ingresa en el objetivo, de modo que el fondo aparece oscuro y el material
brillante.
El microscopio de polarización se basa en el comportamiento de ciertos componentes
celulares y tisulares cuando son observados con luz polarizada.
Preparación de muestras:
1) Obtención de la muestra: con instrumental adecuado para no dañar las estructuras.
2) Fijación: con formol para evitar la degradación enzimática de la célula.
3) Deshidratación.
4) Inclusión: en parafina para formar el denominado taco que permite conservar a la
muestra por un tiempo indefinido.
5) Corte: son secciones en cortes ultrafinos utilizando un micrótomo.

6) Coloración (MO) / Contrastado (ME)


Todas estas técnicas conducen a la muerte de la célula y más aún, a cambios químicos y
morfológicos que no se encuentran en células activas en la matriz extracelular.
Existen dos tipos de microscopio electrónico:

• Microscopio electrónico de transmisión: con este tipo de microscopio electrónico, el


poder de resolución aumentó cerca de mil veces respecto al microscopio óptico. En
él, los electrones atraviesan el preparado. Permite conocer la ultraestructura de las
células y de la matriz extracelular.
• Microscopio electrónico de barrido: en este tipo de microscopio, el preparado es
barrido por un haz continuo de partículas. Su poder de resolución es menor que el
del microscopio electrónico de transmisión, pero permite obtener representaciones
tridimensionales vívidas de las células y de las estructuras celulares.

Características generales de las células:


La célula es la unidad estructural y funcional fundamental de los seres vivos.
Es posible clasificar a las células en dos categorías reconocibles: procariotas y eucariotas.

La principal diferencia entre ambos tipos celulares es que los procariotas no poseen
envoltura nuclear. El cromosoma de los procariotas ocupa un espacio dentro de la célula
denominado nucleoide y se halla en contacto directo con el resto del protoplasma. En
cambio, las células eucariotas poseen un núcleo verdadero con una complicada envoltura
nuclear, a través de la cual tienen lugar los intercambios nucleocitoplasmáticos.
Desde el punto de vista evolutivo, se considera que los procariotas son antecesores de los
eucariotas.
Existen grandes semejanzas en su organización molecular y en sus funciones. Ambos tipos
de organismos utilizan un mismo código genético y una maquinaria similar para sintetizar
proteínas.
Las células y los organismos pluricelulares pueden agruparse en dos clases principales según
el mecanismo que utilizan para extraer energía para su propio metabolismo.
-Los que pertenecen a la primera clase (autótrofos), utilizan el proceso de fotosíntesis para
transformar CO2 y H2O en hidratos de carbono simples, a partir de los cuales pueden
producir moléculas más complejas.
-Los pertenecientes a la segunda clase (heterótrofos), obtienen la energía de los hidratos de
carbono, las grasas y las proteínas sintetizadas por los organismos autótrofos.
-La energía contenida en estas moléculas orgánicas se libera mediante la combustión del O2
atmosférico, por un proceso que se denomina respiración aeróbica.

Organización celular PROCARIOTAS EUCARIOTAS


Envoltura nuclear Ausente Presente
ADN Desnudo Combinado con proteínas
Cromosomas Únicos Múltiples
Nucléolos Ausentes Presentes
División Fisión binaria Mitosis o meiosis
Ribosomas 70 s 80 s
Endomembranas Ausentes Presentes
Mitocondrias Ausentes Presentes
Cloroplastos Ausentes Presentes en células
vegetales
Pared celular No celulósica Celulósica en células
vegetales
Exocitosis y endocitosis Ausentes Presentes
Citoesqueleto Ausente Presente

Organización general de las células procariotas:

La membrana plasmática de esas bacterias está rodeada por una pared celular, la cual sirve
de protección mecánica, es rígida y consta de dos capas: una interior de pepidoglicano y
otra conocida como membrana externa, ambas separadas por el espacio periplasmático. El
peptidoglicano es una macromolécula continua compuesta por carbohidratos inusuales
unidos por péptidos cortos. En cambio, la membrana externa es una bicapa de lipoproteínas
y lipopolisacáridos similar en estructura a la membrana plasmática. Uno de los complejos
proteicos presentes en la membrana externa lleva el nombre de porina debido a que forma
un canal transmembranoso que permite la libre difusión de los solutos.
La membrana plasmática es una estructura lipoproteica que sirve de barrera para los
elementos presentes en el medio circundante. Esta membrana, al controlar la entrada y
salida de los solutos, contribuye al establecimiento de un medio perfectamente regulado en
el protoplasma de la bacteria. En ella se localizan los complejos proteicos de la cadena
respiratoria y los fotosistemas utilizados en la fotosíntesis.

En el protoplasma se encuentran los ribosomas, compuestos por ácido ribonucleico (ARN) y


proteínas; y se hallan agrupados en polirribosomas y en ellos tiene lugar la síntesis proteica.
Además, el protoplasma contiene agua, iones, otros tipos de ARN, proteínas estructurales y
enzimáticas, diversas moléculas pequeñas, etc.

El cromosoma bacteriano es una molécula circular única de ADN desnudo, plegado


apretadamente dentro del nucleoide.
El cromosoma de los procariotas se halla unido a la membrana plasmática. Se cree que esta
fijación contribuye a la separación de los dos cromosomas hijos después de la replicación
del ADN.
Algunas bacterias contienen un ADN pequeño denominado plásmido, el cual puede conferir
a la célula bacteriana resistencia a uno o a varios antibióticos.
Las pequeñas bacterias llamadas micoplasmas producen enfermedades infecciosas en
diferentes animales y en el hombre, y pueden ser cultivadas in vitro como cualquier otra
bacteria.
El tamaño de los virus varía entre 30 y 300 nm y su estructura muestra diferentes grados de
complejidad. Muchos presentan simetría icosaédrica; ésta deriva del modo como se
combinan entre sí ciertas unidades proteicas llamadas capsómeros, que forman la envoltura
del virus o cápside.
Los virus NO son considerados células verdaderas. Aunque participan de algunas
propiedades celulares, dependen de células huéspedes para ponerlas de manifiesto. Fuera
de la célula huésped los virus son metabólicamente inertes y hasta pueden cristalizarse; se
activan cuando ingresan en una célula. Los definimos como parásitos intracelulares
obligados.
Los virus son producidos por un proceso de agregación macromolecular.
De acuerdo con el tipo de ácido nucleico que contienen existen dos tipos de virus:
1) Los retrovirus que poseen una molécula de ARN
2) Los virus bacterianos o bacteriófagos que tienen una molécula de ADN
Los virus replican sus genes para reproducirse. También los transcriben (en ARN
mensajeros), pero dependen de la maquinaria biosintética de la célula huésped para
sintetizar sus proteínas.

Los bacteriófagos son virus que usan como huéspedes a células bacterianas. Pueden
establecer dos tipos de procesos:
En ambos casos el ciclo comienza del mismo modo. El virus reconoce la célula infectada, se
une a su membrana e ingresa el ácido nucleico viral, la cápside queda por fuera de la célula.
Ciclo lítico: el ácido nucleico se multiplica en forma independiente al ADN de la célula
infectada, luego se sintetizan las cápsides y finalmente se ensamblan, cápside y ácido
nucleico, formándose así lo virus hijos que salen de la célula rompiendo su membrana.

Ciclo lisogénico: el material genético viral se integra al material genético de la célula


infectada pasando a estar en estado de profago. Se multiplica entonces su material genético
junto con el material genético celular. Cuando las condiciones son las apropiadas el ADN
viral se separa del ADN celular, se multiplica y después forma cápsides, ensambla virus hijos
de la misma manera que el ciclo lítico.
Los viroides son agentes infecciosos constituidos exclusivamente por una molécula de ARN,
careciendo de cubierta proteica a diferencia de los virus. Infectan fundamentalmente a las
plantas. Pertenecen al nivel de organización macromolecular por estar formados por tan
solo una molécula de ARN.
Los priones son proteínas infecciosas que carecen de ácidos nucleicos. Son los agentes
responsables de encefalopatías espongiformes transmisibles que afectan el sistema
nervioso central. Pertenecen al nivel de organización macromolecular.
Virus del HIV --> Retrovirus --> Su material genético es el ARN. Presenta una membrana
lipídica por lo tanto se trata de un virus envuelto, de ella sobresalen dos glicoproteínas,
esenciales para la entrada del virus a las células que infectará.
El ADN se halla en la cabeza del bacteriófago y es inyectado en la bacteria por medio de una
cola que se adhiere a la pared de la célula huésped y actúa como una jeringa. Los procesos
ulteriores en la bacteria son muy rápidos y comienzan con la hidrólisis enzimática de su
ADN. Los nucleótidos resultantes son utilizados para sintetizar el ADN de los nuevos
bacteriófagos. A partir de este ADN se sintetizan los ARN mensajeros y las proteínas
estructurales de los virus. Finalmente, se reúnen todos estos componentes y se arman los
bacteriófagos maduros entro de la bacteria infectada. Cuando se tratan de virus que
infectan a células eucariotas el proceso es más complejo. Así, el ADN o el ARN del virus se
replica en el núcleo de la célula huésped y las proteínas virales se sintetizan en los
ribosomas citoplasmáticos. Luego, los nuevos componentes virales se combinan entre sí en
el interior de la célula.

• Las células verdaderas poseen:


• 1) un programa genético específico que permite la formación de nuevas células
similares a las predecesoras;
• 2) Una membrana plasmática que regula los intercambios entre el interior y el
exterior de la célula;
• 3) Una estructura que atrapa la energía de los alimentos y;
• 4) Una maquinaria que sintetiza proteínas.

Los virus poseen solo la primera y carecen de las demás. Por este motivo no son
considerados células verdaderas, a pesar de contener los patrones genéticos para codificar
sus proteínas y reproducirse.
Bacterias --> Escherichia Coli --> Gram-negativa

Organización general de las células eucariotas:


Organización general de la célula eucariota:

Principales componentes Subcomponentes Función principal


Membrana celular Pared celular Protección
Cubierta celular Interacciones celulares
Membrana plasmática Permeabilidad, exocitosis y
endocitosis
Núcleo Cromosomas Información genética
Nucléolo Síntesis de ribosomas
Citosol Enzimas solubles Glucólisis
Ribosomas Síntesis proteica
Citoesqueleto Filamentos intermedios Forma y movilidad de la
Microtúbulos y centrosoma célula
Filamentos de actina
Estructuras microtubulares Cuerpos basales y cilios Movilidad ciliar
Centríolos
Organoides del sistema de Retículo endoplasmático Síntesis y procesamiento de
endomembranas Complejo de Golgi lípidos y glúcidos
Endosomas y lisosomas Digestión
Otros organoides Mitocondrias Síntesis de ATP
Cloroplastos Fotosíntesis
Peroxisomas Destoxificación

En la célula eucariota en interfase, el núcleo constituye un compartimiento separado,


limitado por la envoltura nuclear. Otro compartimiento está representado por el
citoplasma, el cual se halla rodeado por la membrana plasmática, que a menudo presenta
diferenciaciones.
La estructura que separa el contenido de la célula del medio externo es la membrana
plasmática, la cual está compuesta por una bicapa lipídica continua y proteínas intercaladas
o adheridas a su superficie.

La membrana plasmática controla de manera selectiva el pasaje de solutos. Además,


promueve el ingreso y la salida de macromoléculas mediante procesos llamados endocitosis
y exocitosis, respectivamente.
En las células animales la membrana plasmática suele poseer abundantes hidratos de
carbono, mientras que en las células vegetales su superficie está cubierta por una segunda
envoltura de groso relativamente estable, denominada pared celular.
Se considera que el citoplasma se divide en dos grandes compartimientos: uno contenido
dentro del sistema de endomembranas y otro (el citosol o matriz citoplasmática) que
queda fuera de ellas.
Muchos componentes importantes del citoplasma están en el citosol, es decir, por fuera del
sistema de endomembranas.
El citosol constituye el verdadero medio interno de la célula. Contiene los ribosomas y los
filamentos del citoesqueleto (en los cuales tiene lugar la síntesis proteica), inclusiones,
enzimas, chaperonas y proteasomas. Tres tipos de filamentos principales y varias clases de
proteínas accesorias (reguladoras, ligadoras y motoras) componen una especie de
citoesqueleto distribuido por todo el citosol: los filamentos de actina, los filamentos
intermedios y los microtúbulos.

Los centríolos son estructuras cilíndricas y sus paredes están formadas por microtúbulos. Si
bien se encuentran en los centrosomas, no intervienen la formación de los microtúbulos.
Durante la mitosis migran hacia los polos de las células.
Sistema de endomembranas:

El retículo endoplasmático constituye la parte más extensa del sistema de endomembranas.


Está compuesto por sacos aplanados y túbulos. La superficie externa del retículo
endoplasmático rugoso se halla cubierta por ribosomas, los cuales sintetizan las proteínas
destinadas al sistema de endomembranas y a la membrana plasmática. El retículo
endoplasmático liso se continúa con el rugoso e interviene en la síntesis de diversas
moléculas.
Del retículo endoplasmático deriva la envoltura nuclear, compuesta por dos membranas
concéntricas. Estas se unen entre sí a nivel de los poros nucleares, que son orificios que
permiten el paso de moléculas entre el núcleo y el citosol.

La membrana nuclear interna se halla en contacto con los cromosomas, mientras que la
externa suele estar cubierta por ribosomas.
El complejo de Golgi está formado por pilas de sacos aplanados, túbulos y vesículas. en él se
procesan moléculas provenientes del retículo endoplasmático, las cuales son luego
incorporadas a endosomas o son liberadas fuera de la célula por exocitosis. Se encarga de la
síntesis de macromoléculas, el procesamiento y modificación de proteínas. Forma parte de
las vías de conducción celular y es el principal distribuidor de macromoléculas.
Los endosomas son organoides destinados a recibir enzimas hidrolíticas provenientes del
complejo de Golgi así como el material ingresado en la célula por endocitosis. Cuando
suman ambos contenidos se convierten en lisosomas.
Los lisosomas son oranoides polimorfos. Contienen las enzimas hidrolíticas responsables de
la digestión de las sustancias incorporadas a la célula por endocitosis. También degradaa los
organoides obsoletos (autofagia).

Organoides fundamentales para el funcionamiento celular:


Las mitocondrias se encuentran prácticamente en todas las células eucariotas. Son
estructuras cilíndricas, que poseen dos membranas.
La membrana mitocondrial externa se halla separada de la membrana interna por el
espacio intermembranoso la membrana interna rodea a la matriz mitocondrial y se halla
plegada. Tales pliegues dan lugar a las llamadas crestas mitocondriales, que invaden a la
matriz la membrana interna y la matriz mitocondrial contienen numerosas enzimas que
intervienen en la extracción de la energía de los alimentos y en su transferencia al ATP.
Las células vegetales poseen organoides denominados plástidos, los cuales están ausentes
en las células animales. Ejemplos: leucoplastos (participan en el almacenamiento de
almidón) y los cromoplastos (pigmentados por clorofila->cloroplastos).
En los cloroplastos tiene lugar la fotosíntesis. Poseen dos membranas, una estroma y un
compartimiento singular formado por sacos aplanados denominados tilacoides.
Los peroxisomas están rodeados por una sola membrana. Contienen enzimas vinculadas
con la degradación del peróxido de hidrógeno y una de sus funciones es proteger a la célula.
Están presentes en todas las células eucariotas animales.
Los glioxisomas son peroxisomas vegetales, intervienen en el proceso de degradación de
lípidos el cual es esencial para la germinación de las semillas de las plantas. Posee enzimas
que transforman a los ácidos grasos de la semilla en hidratos de carbono mediante la
denominada vía del ciclo del glioxilato, esto permite a la planta obtener energía para realizar
todos sus procesos metabólicos.
Las células pasan por dos períodos en el curso de sus vidas: uno de interfase (no división) y
otro de división. Las moléculas de ADN se duplican durante un período especial de la
interfase denominado fase S (por síntesis de ADN), en preparación para la división celular.
Durante la interfase la información contenida en los genes es transcripta en diferentes
clases de moléculas de ARN, las cuales, luego de pasar al citoplasma, traducen esa
información y sintetizan proteínas específicas.

En el núcleo interfásico humano se reconocen las siguientes estructuras:


1) La envoltura nuclear o carioteca.
2) La matriz nuclear o nucleoplasma.
3) El nucléolo, en él se sintetizan los ARN ribosómicos.
4) 46 cromosomas o fibras de cromatina, estas se componen de ADN y de proteínas básicas
llamadas histonas.
El ADN y las histonas forman estructuras granulares conocidas como nucleosomas, que
alternan con tramos libres de histonas.
Los núcleos de las células somáticas contienen dos juegos de cromosomas homólogos. Para
hacer referencia a la presencia de los dos juegos de cromosomas homólogos se utiliza la
expresión diploide. En las células somáticas ambos juegos de cromosomas se conservan
durante las sucesivas divisiones celulares a lo largo del desarrollo embrionario, el
crecimiento corporal y el mantenimiento de los tejidos en la vida posnatal.

La estabilidad del número cromosómico es mantenida por medio de una clase especial de
división celular denominada mitosis. En ella se generan núcleos hijos con el mismo número
de cromosomas; por consiguiente, en cuanto a su constitución cromosómica las células hijas
son idénticas entre sí y a sus antecesoras. La mitosis comprende una serie consecutiva de
fases conocidas como: profase, prometafase, metafase, anafase y telofase.

Citocinesis: proceso de separación y segmentación del citoplasma que tiene lugar durante la
última fase de la mitosis.
La meiosis reduce los cromosomas a un número haploide. Las células sexuales predecesoras
de los gametos experimentan un tipo especial de división celular denominado meiosis, en el
que el número diploide se reduce a un juego único o haploide en cada gameto formado. el
cigoto resulta así nuevamente diploide. La división meiótica se cumple en los animales y los
vegetales que se reproducen sexualmente y tiene lugar en el curso de la gametogénesis.
Funciones del sistema de endomembranas:

• Establecer la compartimentalización del citoplasma y sistemas enzimáticos.


• Sintetizar macromoléculas como proteínas y lípidos.
• Proporcionar las vías de conducción intracelular.
• Contribuir al sostén y mantenimiento de la estructura celular.

Las membranas celulares:


La célula se halla rodeada por la membrana plasmática, una delgada capa compuesta por
lípidos, proteínas o hidratos de carbono.

Las membranas celulares son estructuras que ejercen actividades complejas:


1) Constituyen verdaderas barreras permeables selectivas que controlan el pasaje de iones y
de moléculas pequeñas, es decir de solutos.
2) Proveen el soporte físico para la actividad ordenada de las enzimas que se asientan en
ellas.
3) Mediante la formación de pequeñas vesículas transportadoras hacen posible el
desplazamiento de sustancias por el citoplasma.
4) La membrana plasmática participa en los procesos de endocitosis y exocitosis.

5) En la membrana plasmática existen moléculas mediante las cuales las células se


reconocen y se adhieren entre sí y con componentes de la matriz extracelular.
6) La membrana plasmática posee receptores que interactúan específicamente con
moléculas provenientes del exterior.

Estructura de las membranas celulares:


Los lípidos fundamentales de las membranas biológicas son fosfolípidos de distinta clase y
colesterol. Los lípidos son moléculas que poseen una cabeza polar o hidrofílica y grandes
cadenas hidrocarbonadas apolares o hidrofóbicas. La estructura básica de las membranas
celulares corresponde a una bicapa lipídica.
El fosfolípido que predomina en las membranas celulares es la fosfatidilcolina. Le siguen, en
ese orden, la fosfatidiletanolamina, la fosfatidilserina, la esfingomielina y el
fosfatidilinositol.
La membrana interna de la mitocondria contiene un fosfolípido doble llamado
difosfatidilglicerol o cardiolipina.
El colesterol es un componente cuantitativamente importante de las membranas celulares,
especialmente en la membrana plasmática.
En la membrana del retículo endoplasmático existe un lípido especial llamado dolicol,
necesario para la incorporación de los oligosacáridos a las moléculas proteicas durante la
formación de algunas glicoproteínas.
Las dos capas de la bicapa lipídica no son idénticas en su composición, razón por la cual se
dice que las membranas son asimétricas.

La fosfatidiletanolamina, la fosfatidilserina y el fosfatidilinositol predominan en la capa


que está en contacto con el citosol, mientras que la fosfatidilcolina y la esfingomielina
predominan en la capa no citosólica.

Proteínas de las membranas celulares:


Las proteínas periféricas se hallan sobre ambas caras de las membranas, ligadas a las
cabezas de los fosfolípidos o a proteínas integrales por uniones no covalentes.
Las proteínas integrales se hallan empotradas en las membranas, entre los lípidos de la
bicapa. Algunas se extienden desde la zona hidrofóbica de la bicapa hasta una de las caras
de la membrana, por donde emergen. Otras, en cambio, atraviesan la bicapa totalmente, de
ahí que se las llame transmembranosas.
Las membranas celulares responden al modelo llamado de mosaico fluido:
Como los lípidos, las proteínas pueden girar en torno de sus propios ejes y desplazarse
lateralmente en el plano de la bicapa. A esta propiedad dinámica de las membranas
biológicas se le da el nombre de mosaico fluido. Algunas proteínas de la membrana
plasmática tienen restringida su movilidad lateral por hallarse unidas a componentes del
citoesqueleto, las cuales la inmovilizan en determinados puntos de la membrana.
La fluidez de la membrana hace referencia al desplazamiento de los lípidos y las proteínas
en el plano de la bicapa. Esta fluidez ha sido comprobada mediante anticuerpos ligados a
fluorocromos, que son fáciles de detectar con el microscopio de fluorescencia.
Si en un cultivo celular se fusionan dos células de especies diferentes se obtiene una célula
con dos núcleos llamada heterocarión, que comparte los citoplasmas, los núcleos y las
membranas plasmáticas de las células participantes.

La unión de las células se consigue con la ayuda del virus sendai inactivado o del
polietilenglicol, cuyas propiedades fusógenas propician el contexto y la integración de las
membranas plasmáticas.
El mecanismo molecular de fusión de membranas se produce en todos los procesos
fisiológicos de fusión de membranas y en ellos intervienen agentes fusógenos presentes en
el citosol.
Otro método utilizado para estudiar el desplazamiento lateral de las proteínas en el plano
de las membranas es la técnica de recuperación de la fluorescencia después del
fotoblanqueo, conocida con la sigla FRAP. Aquí ciertas proteínas membranosas son
marcadas con fluorocromos y un pequeño sector de la membrana es irradiado con rayos
láser. Dicho sector se “blanquea”, es decir, queda sin fluorescencia. No obstante, pronto es
invadido por proteínas fluorescentes provenientes de las regiones no irradiadas. La
velocidad de recuperación de la fluorescencia puede calcularse mediante un índice llamado
“coeficiente de difusión”.

Los hidratos de carbono de las membranas celulares forman parte de


glicolípidos y de glicoproteínas:
Las membranas celulares contienen entre un 2 y un 10% de hidratos de carbono. Estos se
hallan unidos covalentemente a lípidos y a proteínas de la membrana, es decir, bajo la
forma de glicolípidos y glicoproteínas.
Los glicolípidos se clasifican en cerebrósidos y gangliósidos. Los cerebrósidos se forman por
la unión de una galactosa o de una glucosa con la ceramida. La estructura de los
gangliósidos es similar, pero el hidrato de carbono no es un monosacárido sino un
oligosacárido que contiene uno o a tres ácidos siálicos.
Las glicoproteínas membranosas contienen oligosacáridos o polisacáridos.

Los oligosacáridos se hallan ligados a las proteínas.


Habitualmente los monómeros que se localizan en la periferia de los oligosacáridos son
ácidos siálicos.
Los polisacáridos ligados a proteínas son glicosaminoglicanos, y se forman glicoproteínas
llamadas proteoglicanos.
Los hidratos de carbono de los glicolípidos y las glicoproteínas que se localizan en la cara
externa de la membrana plasmática forman una cubierta llamada glicocáliz.
Sus funciones son las siguientes:

1) Protegen a la superficie de la célula de agresiones mecánicas y químicas.


2) Debido a la presencia de ácidos siálicos en muchos de los oligosacáridos del glicocáliz, la
carga eléctrica en superficie es negativa. Ello atrae a los cationes del medio extracelular, que
quedan retenidos en la cara exterior de la célula.
3) Algunos oligosacáridos del glicocáliz son necesarios para los procesos de reconocimiento
y de adhesión celular.
4) La membrana plasmática que circunda varias veces el axón de algunas neuronas para
formar la vaina de mielina contiene abundantes glicolípidos, los cuales contribuyen al
aislamiento eléctrico del axón.

5) La especificidad del SISTEMA ABO de grupos sanguíneos se halla determinada por ciertos
oligosacáridos muy cortos y parecidos entre sí, presentes en la membrana plasmática de los
glóbulos rojos. Estos oligosacáridos solo difieren por sus monómeros terminales y están
ligados a una proteína transmembranosa o a una ceramida.

6) En las células tumorales malignas se han observado cambios en algunos oligosacáridos


membranosos, lo cual ha llevado a postular que influyen en la conducta anómala que ellas
asumen.
7) Algunas toxinas, bacterias y virus se unen a oligosacáridos específicos presentes en la
membrana plasmática de las células que atacan. Por otro lado, para iniciar sus acciones
patógenas, algunas toxinas se unen selectivamente a oligosacáridos de gangliósidos
presentes en la superficie celular.
8) En algunas células, determinadas glicoproteínas del glicocáliz tienen propiedades
enzimáticas.

Permeabilidad de las membranas celulares:


Existe un flujo continuo de sustancias que entran y salen de la célula y circulan por su
interior. Para ello los solutos deben pasar a través de las membranas celulares, tal
fenómeno se denomina permeabilidad. En lo que respecta a las macromoléculas, para
atravesar las membranas algunas realizan canales proteicos especiales llamados
translocones, otras pasan por poros de sofisticada composición y otras se valen de vesículas
pequeñas.
El incesante intercambio de solutos entre el medio que rodea a la célula y el citosol y entre
éste y el interior de los organoides se realiza a través de la membrana plasmática y de las
membranas de dichos organoides, respectivamente. Según los casos, el pasaje se produce
sin gasto de energía o por mecanismos que requieren de ella. Cuando no contiene energía,
el proceso se denomina transporte pasivo; el dependiente de energía, transporte activo.

El transporte pasivo se cumple a través de los componentes de la bicapa lipídica o través de


estructuras especiales, constituidas por proteínas transmembranosas organizadas para el
paso de los solutos; estas estructuras son de dos tipos: los canales iónicos y las permeasas,
llamadas también transportadores. El transporte pasivo a través de la bicapa lipídica se
denomina difusión simple, y el que se realiza a través de los canales iónicos y las permeasas
lleva el nombre de difusión facilitada.
El transporte activo tiene lugar exclusivamente a través de permeasas.
El movimiento del soluto (llamado difusión) se realiza desde los sitios en que se halla más
concentrado hasta los de menor concentración, con la velocidad proporcional a la diferencia
entre las concentraciones. Esta diferencia se denomina gradiente de concentración. Si el
soluto posee carga eléctrica gravita además el gradiente de voltaje o potencial eléctrico
que se establece entre los distintos puntos de la solución. La suma de los gradientes de
concentración y de voltaje se conoce como gradiente electroquímico. La difusión a favor de
tales gradientes es un proceso que ocurre espontáneamente sin gasto de energía, de ahí
que lleve el nombre de transporte pasivo.
El transporte pasivo de los solutos puede también ocurrir entre compartimientos acuosos
separados por membranas semipermeables, como lo son las bicapas lipídicas de las
membranas celulares. Este tipo de transporte se denomina difusión simple. Dichas
membranas se llaman semipermeables porque los solutos están obligados a sortear el tamiz
que representa su doble capa de lípidos.
La bicapa lipídica de las membranas celulares permite el paso del agua por difusión simple.
Debido a que el agua constituye el solvente en el que se hallan disueltos los solutos y
dispersas las macromoléculas, el sentido del movimiento de las moléculas acuosas depende
del gradiente osmótico entre ambos lados de la membrana.
En la difusión facilitada la fuerza que impulsa la movilización de las partículas de soluto es el
gradiente, y por lo tanto no consume energía. Desde este punto de vista, la difusión
facilitada es similar a la difusión simple; la diferencia reside en que en la primera participan
estructuras proteicas reguladores y en la segunda no.
Durante el transporte pasivo de solutos por difusión facilitada, los complejos soluto-canal
iónico y soluto-permeasa muestran características de especificidad y saturabilidad similares
a las del complejo enzima-sustrato.

Los canales iónicos son poros o túneles hidrofílicos que traviesan las membranas, formados
por proteínas integrales transmembranosas generalmente de tipo multipaso.
Existen canales iónicos en todas las células, tanto en la membrana plasmática como en la de
los organoides. Son altamente selectivos, de modo que hay canales específicos para cada
tipo de ion. Los más abundantes en la membrana plasmática son los canales para el K+.
La mayoría de los canales iónicos no están abiertos en forma permanente, pues poseen un
dispositivo de apertura y cierre semejante al de una “compuerta”, accionado por dos clases
de factores: algunos canales abren su “compuerta” en respuesta a un cambio en el potencial
eléctrico de la membrana y otros cuando les llega una sustancia inductora (ligando) por el
lado citosólico o por el lado no citosólico, a los primero se los llama canales dependientes
de voltaje; a los segundos, canales dependientes de ligando.
Existen sustancias –llamadas ionóforos- que tienen la propiedad de incorporarse a las
membranas biológicas y aumentan su permeabilidad a diversos iones. Son moléculas de
tamaño relativamente pequeño, con una superficie hidrofóbica que les permite insertarse
en la bicapa lipídica. Se conocen dos tipos de ionóforos, los transportadores móviles y los
formadores de canales.
Los transportadores móviles atrapan al ion en un lado de la membrana, lo engloban en el
interior de sus moléculas, giran 180° en la bicapa lipídica y lo liberan del otro lado de la
membrana.
Los ionóforos formadores de canales son conductos hidrofóbicos que permiten el pasaje de
cationes monovalentes.

En varias clases de células la membrana plasmática es excepcionalmente permeable al agua,


mucho más de lo esperable si su transporte se realiza exclusivamente mediante el
mecanismo de difusión simple. Ello se debe a la presencia de canales de paso especiales
conocidos con el nombre de acuaporinas.
Las acuaporinas están constituidas por cuatro proteínas de 28 kDa iguales entre sí,
denominadas CHIP, cada una de las cuales se compone de 6 α hélices transmembranosas.
Como en los canales iónicos, la pared de las permeasas está comúnmente integrada por
varias proteínas transmembranosas multipaso. Cada permeasa posee sitios de unión
específicos para una o dos clases de solutos, accesibles desde una o desde ambas caras de la
bicapa. La fijación del soluto produce un cambio conformacional de la permeasa, merced al
cual se transfiere el material hacia el otro lado de la membrana.
Existen tres clases de permeasas:
1) Las que transfieren un solo tipo de soluto; esta forma de transferencia se llama
monotransporte.
2) Las que transportan dos tipos de solutos simultáneamente, ambos en el mismo sentido;
este mecanismo se denomina cotransporte.
3) Las que transfieren dos tipos de solutos en sentidos contrarios; esta clase de
transferencia recibe el nombre de contratransporte.
El transporte activo tiene lugar a través de permeasas llamadas bombas, y en este caso
también existen formas de monotransporte, cotransporte y contratransporte.

La bomba de Na+K+ es un sistema de contratransporte:


Uno de los sistemas de transporte activo más difundidos es el que establece las diferencias
en las concentraciones de Na+ y K+ entre el interior de la célula y el líquido extracelular, que
por ello es responsable del mantenimiento del potencial eléctrico de la membrana
plasmática.
Se lo denomina bomba de Na+K+ o Na+K+-ATPasa y tiene por función expulsar Na+ al espacio
extracelular e introducir K+ en el citosol. Se trata de un sistema de contratransporte, dado
que transfiere solutos diferentes en sentidos contrarios.
La bomba de Na+K+ es un complejo integrado por cuatro subunidades (dos α y dos β), que
son proteínas integrales de la membrana plasmática. Cada subunidad α atraviesa la
membrana unas 8 veces. N cambio, cada subunidad β es una glicoproteína que posee varias
cadenas oligosacáridas en el extremo que da a la cara no citosólica de la membrana. Los
lípidos de la bicapa vecinos a las cuatro cadenas polipeptídicas influirían en el
funcionamiento de la bomba, ya que ésta se inactiva cuando se la aísla y se extraen los
lípidos que la acompañan.
Las subunidades α tienen sitios específicos para la fijación del Na+ en sus extremos
citosólicos y sitios reservados para la unión del K+ en sus extremos externos. las
transferencias de Na+ hacia el exterior y de K+ hacia el citosol se hallan acopladas: una no
puede realizarse sin la otra. Como consecuencia, el funcionamiento de la bomba provoca el
intercambio de Na+ intracelular por K+ extracelular, ambos flujos se realizan en contra de sus
respectivos gradientes. El sistema necesita energía, que se obtiene de la hidrólisis del ATP.
para ellos la Na+K+-ATPasa cataliza dicha hidrólisis mediante una reacción que requiere la
presencia de Mg2+. El ATP se une a un sitio específico de la subunidad α la cara citosólica de
la membrana y su hidrólisis se halla acoplada al transporte de los iones. Cada ATP que se
hidroliza posibilita el transporte de tres Na+ hacia el espacio extracelular y de dos K+ hacia el
citosol.
A las bombas que generan potenciales eléctricos de membrana se las define como
electrogénicas.

La membrana plasmática y la pared de la célula vegetal:


Las células de las plantas son similares a las de los animales, aunque presentan algunas
diferencias. Por ejemplo, la célula vegetal posee una gruesa pared celular que envuelve a la
membrana plasmática, como si se tratara de un exoesqueleto. Además de darle protección y
sostén mecánico a la célula y determinar su forma, dicha pared participa en el
mantenimiento del balance entre la presión osmótica intracelular y la tendencia del agua a
penetrar en el citosol.

La estructura de la pared celular está constituida por un retículo microfibrilar incluido en


una matriz de moléculas unidas entre sí. Las microfibrillas de la pared celular están
compuestas principalmente por celulosa. Se trata de caneas rectas de polisacáridos
formados por unidades de glucosa. Estas son las cadenas de glucano, que mediante uniones
de hidrógeno intramoleculares e intermoleculares producen la unidad estructural o
microfibrilla, la cual tiene 25 nm de diámetro y está compuesta por casi dos mil cadenas de
glucano. Las microfibrillas de celulosa se asocian entre sí y componen un enrejado
semicristalino, que se combina con proteínas y con polisacáridos no celulósicos para formar
la pared celular. En los hongos y las levaduras la matriz de la pared celular contiene quitina,
un polímero de la glucosamina.
-La pared celular suele tener dos componentes:

• La pared primaria comienza a formarse con la división celular, a partir de una


estructura llamada placa celular, que aparece durante la telofase en el plano
ecuatorial entre las futuras células hijas. La placa está compuesta por vesículas del
Complejo de Golgi que se alinean en el plano ecuatorial de la célula y forman el
primer rudimento o capa intermedia de la futura pared celular. Esta capa solo
contiene pectina, un compuesto amorfo que posee ácido galacturónico.
• Solo cuando la célula alcanza su madurez aparece la pared secundaria, que
comprende materiales agregados sobre la superficie interna de la pared primaria,
sea como espesamientos localizados o como un espesamiento homogéneo. En
ambos casos la pared secundaria queda formada por celulosa, hemicelulosa y
escasas sustancias pécticas.
Las membranas del Complejo de Golgi polimerizan cadenas de glucosa para formar
microfibrillas de celulosa por medio de glucosiltransferasas. La membrana plasmática es el
sitio más frecuente para la síntesis de la celulosa. Ello no descarta las funciones esenciales
que desempeñan el retículo endoplasmático y el Complejo de Golgi y de ahí la membrana
plasmática, donde se produce la síntesis de las microfibrillas celulósicas.
Características de las paredes celulares de las bacterias:
Las bacterias pueden ser clasificadas en dos grandes grupos de acuerdo a que se tiñan de
color azul violáceo o no, ante la tinción Gram. Aquellas que se tiñan serán Gram positivas y
las que no, serán Gram negativas. Así mismo, la elección de un determinado antibiótico y su
eficacia en el tratamiento de una patología, dependerá en gran medida de las características
de la pared celular de las bacterias involucradas.

El sistema de endomembranas:
El sistema de endomembranas se distribuye por todo el citoplasma y está compuesto por
varios subcompartimientos (cisternas, sacos, túbulos) comunicados entre sí. En algunos
lugares la comunicación es directa y en otros es mediada por vesículas transportadoras.
Estas nacen de un compartimiento y se transfieren a otro en virtud de procesos que
comprenden pérdida y ganancia de membranas.
Las vesículas transportadoras operan del siguiente modo:

• Brotan de la membrana de un compartimiento, llamado donante;


• Viajan por el citosol en busca de otro compartimiento, llamado receptor, con cuya
membrana se fusionan. Por consecuencia, una parte de la membrana y una parte del
contenido del compartimiento donante se transfieren respectivamente, a la
membrana y al interior del compartimiento receptor.
El sistema de endomembranas está integrado por los siguientes organoides:

• El retículo endoplasmático, que comprende dos sectores, denominados liso y


rugoso.
• El Complejo de Golgi.
• Los endosomas.
• Los lisosomas.
Las membranas de estos organoides y las de las vesículas transportadoras están constituidas
por una bicapa lipídica similar a la de la membrana plasmática. Una de las caras de estas
membranas se relaciona con el citosol y la otra con la cavidad de los organoides. Se
denominan, respectivamente, cara citosólica y cara luminal. Las membranas poseen
glicolípidos y glicoproteínas intrínsecas y periféricas que representan más del 80% de su
peso. Los hidratos de carbono se orientan siempre hacia la cavidad de los organoides.

Retículo endoplasmático:

El retículo endoplasmático (RE) se distribuye por todo el citoplasma, desde el núcleo hasta la
membrana plasmática. Está compuesto por una red tridimensional de túbulos y sacos
aplanados totalmente interconectados. El citoesqueleto se encarga de mantener a sus
componentes en posiciones más o menos fijas dentro del citoplasma.
Este organoide se divide en dos sectores, que se diferencian por la ausencia o presencia de
ribosomas sobre su cara citosólica. Se denominan, respectivamente, retículo
endoplasmático liso (REL) y retículo endoplasmático rugoso (RER).
El REL carece de ribosomas. Suele comprender una red de túbulos interconectados, cuyo
volumen y distribución espacial difieren en las distintas clases de células. Esta diversidad
depende de sus variadas funciones.
El RER está muy desarrollado en las células que realizan una activa síntesis proteica. En su
composición predominan los sacos aplanados, que cuando son abundantes se encuentran
separados por un angosto espacio citosólico repleto de ribosomas.

Estos ribosomas se hallan adheridos a la cara citosólica de la membrana del RE. Por lo
general componen complejos llamados polisomas o polirribosomas, consistentes en grupos
de ribosomas enlazados por una molécula de ARNm.
La afinidad del RER por los ribosomas se debe a que en su membrana existen receptores
específicos, de los cuales carece el REL.

Complejo de Golgi:
En una célula idealizada el complejo de Golgi se halla entre el RE y la membrana plasmática,
con los endosomas y los lisosomas situados entre ésta y el complejo. Estas relaciones
espaciales son el reflejo de otras de índole funcional, ya que, por medio de vesículas
transportadoras, las moléculas provenientes del Re alcanzan el complejo de Golgi, lo
recorren, se desprenden de él y arriban a la membrana plasmática o a los endosomas. Estos
flujos comprenden tanto moléculas membranosas como moléculas luminales. Así, según la
vía seguida, se transfieren segmentos de membrana del Re a la membrana plasmática o a la
membrana de los endosomas, mientras que las moléculas provenientes de la cavidad del RE
se vuelcan en el medio extracelular (esto se denomina secreción) o ingresan en la cavidad
de los endosomas.
El complejo de Golgi está integrado por una o por varias unidades funcionales llamadas
dictiosomas. Aunque su localización y su número varían en las distintas clases de células, los
dictiosomas presentan características morfológicas constantes. Suelen adoptar una forma
curvada, con la cara convexa mirando al núcleo y la cóncava orientada hacia la membrana
plasmática. La primera se denomina cara de entrada o cis, y la segunda, cara de salida o
trans.
Cada dictiosoma está integrado por:

• Una red cis, formada por numerosos sacos y túbulos interconectados;


• Una cisterna cis, conectada con la red cis;
• Una o más cisternas medias independientes, lo cual significa que no están
conectadas entre sí ni con los restantes componentes del dictiosoma;
• Una cisterna trans, conectada con la red trans;
• Una red trans, similar a la red cis.

Dado que la red cis y la cisterna cis forman un solo compartimiento, las moléculas
incorporadas a la membrana y a la cavidad del organoide, circulan de la red a la cisterna por
simple continuidad. En cambio, para pasar de la cisterna cis a las cisternas medias y de éstas
a la cisterna trans las moléculas se valen de vesículas transportadoras.

Funciones del retículo endoplasmático y del complejo de


Golgi:
El RE es responsable de la biogénesis de las membranas celulares
La célula produce membranas nuevas de modo permanente. Lo hacen con el fin de cubrir
demandas de índole funcional, reemplazar a las desaparecidas por envejecimiento o para
duplicarlas antes de la mitosis. En ocasiones la produce para posibilitar el desarrollo de
partes del cuerpo celular. La biogénesis de las membranas celulares comprende la síntesis
de sus lípidos, de sus proteínas y de sus hidratos de carbono. Estos tres tipos de moléculas
no se sintetizan separadamente y luego se integran para formar una membrana nueva, sino
que se incorporan a una membrana preexistente, la membrana del RE. Luego, a medida que
esta crece, algunas de sus partes se desprenden como vesículas y se transfieren a los demás
organoides del sistema de endomembranas a la membrana plasmática.
Los lípidos de las membranas celulares se sintetizan en la membrana del RE

Los glicerofosfolípidos están integrados por una molécula de glicerol, dos ácidos grasos, un
fosfato y un segundo alcohol.
La fosfatidilcolina se forma en la monocapa citosólica del RE por la unión del 1,2-
diacilglicerol con la citidina difosfato-colina. La reacción es catalizada por una
fosfotransferasa específica.

Las reacciones que llevan a la formación de la fosfatidiletanolamina son similares a las de la


fosfatidilcolina, excepto por el hecho de que se agrega CDP-etanolamina en lugar de CDP-
colina.
En la formación de la fosfatidilserina, el ácido fosfatídico no pierde su fosfato y se combina
-mediante una transferasa específica- con la CTP, lo cual genera CDP-1,2-diacilglicerol.
Las reacciones responsables de la síntesis del fosfatidilinositol son similares a las de la
fosfatidilserina, excepto porque se agrega el polialcohol cíclico inositol en lugar de la serina.
La esfingomielina es un esfingofosfolípido compuesto por la ceramida unida a la
fosforilcolina. La ceramida se forma por el agregado de un ácido graso a la esfingosina, que
es un aminoalcohol que posee una cadena hidrocarbonada larga. La ceramida se forma en la
monocapa citosólica de la membrana del RE con el concurso de una transferasa.
La membrana del RE incorpora moléculas de colesterol ingresadas en la célula por
endocitosis y también las sintetiza. Igual que los fosfolípidos, el colesterol se transfiere a las
restantes membranas de la célula mediante vesículas transportadoras.
Los lípidos de las membranas celulares se glicosidan en el complejo de Golgi
La síntesis de los glicolípidos tiene lugar en el complejo de Golgi. En la formación de los
galactocerebrósidos interviene una transferasa, que tranfiere la galactosa de la uridina
difosfato-galactosa al primer hidroxilo de la ceramida.
La síntesis de los glucocerebrósidos es similar, salvo por el hecho de que se transfiere la
glucosa de la UDP-glucosa mediante otra transferasa.
Los gangliósidos se forman cuando a la ceramida se unen los monómeros de las cadenas
oligosacáridas. Igual que la galactosa y la glucosa de los cerebrósidos, los monosacáridos
que participan en la síntesis de los gangliósidos se presentan unidos a nucleótidos.

Las proteínas destinadas al RE se insertan en la membrana o se liberan en la cavidad del


organoide
Las proteínas excepto unas pocas pertenecientes a las mitocondrias, se sintetizan en los
ribosomas del citosol. Si bien todos los ribosomas citosólicos son iguales algunos están
dispersos en el citosol y otros se hallan adosados a la membrana del RER.
Los primeros pasos en la síntesis de una proteína destinada al RE se producen en el
ribosoma cuando este aún se encuentra libre en el citosol. La unión del ribosoma a la
membrana del RE tiene lugar si la proteína que surge del ribosoma posee un segmento
peptídico con la información apropiada, es decir, un péptido señal específico para dicha
membrana. En las proteínas destinadas al RER, el péptido señal suele consistir en una
secuencia de alrededor de 30 aminoácidos situada en el extremo amino o cerca de él.
Las proteínas que se liberan en la cavidad del RER poseen solo esa señal, localizada en el
extremo amino de la molécula. En cambio, las que se insertan en la membrana del
organoide contienen, salvo excepciones, un péptido señal cercano al extremo amino y otras
señales, cuyo número depende de la cantidad de veces que la proteína cruza la bicapa
lipídica.
Cualquiera sea el número y la localización de las señales, apenas el primer péptido señal sale
del ribosoma es reconocido por la partícula del reconocimiento de la señal (o PRS), que es
un complejo ribonucleoproteico compuesto por seis proteínas diferentes y una molécula de
ARN denominada ARNpc.
Las proteínas destinadas al RE contienen una o más señales según tengan que liberarse en
la cavidad del organoide o insertarse en su membrana
Al término de la síntesis, la proteína se libera en la cavidad del RER. Según de qué proteína
se trate, permanecerá en el RE o se dirigirá, mediante vesículas transportadoras, al complejo
de Golgi, donde residirá en forma permanente o se transferirá, también por medio de
vesículas transportadoras, a un endosoma o a la membrana plasmática, en el último caso
para su secreción.
Si la proteína posee una sola señal adicional, ésta se ancla en la bicapa lipídica y el péptido
señal es escindido por la peptidasa señal. Como consecuencia, se forma una proteína
transmembranosa monopaso, con el extremo amino dirigido hacia la cavidad del RE y el
extremo carboxilo en el lado citosólico.
La formación de una proteína transmembranosa bipaso requiere de un péptido señal
situado en las cercanías del extremo amino y de una señal adicional. Dada su posición
interna en la cadena proteica, el péptido señal tampoco es afectado por la peptidasa señal,
por lo que se comporta como una señal de anclaje y queda retenido en la bicapa lipídica.
La instalación de una proteína multipaso necesita, además del péptido señal, de un número
variable de señales adicionales, tantas como sean las veces que la proteína debe atravesar la
membrana. Como en las proteínas bipaso, se trata de señales de anclaje, la mitad de las
cuales actúan como péptidos señal antes de anclarse en la bicapa lipídica.
Polipéptidos fabricados por ribosomas libres en el citosol se incorporan al RE
Como excepción a la regla, existen polipéptidos que ingresan en el Re a pesar de ser
fabricados por ribosomas libres en el citosol. Se incorporan al Re a través de túneles
constituidos por proteínas transportadoras de la familia ABC, presentes normalmente en la
membrana de ese organoide.
Chaperonas hsp70 aseguran el plegamiento normal de las proteínas en la cavidad del RE
La cavidad del RER posee chaperonas hsp70, pues evitan el plegamiento prematuro o
incorrecto de las proteínas ingresadas en el organoide. Por añadidura, reconocen en ellas
tramos incorrectamente plegados y los asisten para que se plieguen bien. Si las chaperonas
no logran su cometido, las proteínas mal plegadas pasan del RER al citosol después de
atravesar el traslocón que usaron para ingresar en el organoide. Este fenómeno recibe el
nombre de retrotranslocación. En el citosol las proteínas se conjugan con ubiquitinas y son
degradadas por proteasomas.
La síntesis de los oligosacáridos que se unen por enlaces N-glicosídicos comienza en el RER y
concluye en el complejo de Golgi.
Los oligosacáridos que se hallan unidos a proteínas por enlaces O-glicosídicos se ligan a una
serina o treonina. Su síntesis se cumple en la cavidad del complejo de Golgi por el agregado
de sucesivos monosacáridos.
La síntesis de los glicosaminoglicanos y proteoglicanos tiene lugar en el retículo
endoplasmático.

Una buena parte de las vesículas transportadoras nacidas en la cara de salida del complejo
de Golgi tiene como destino la membrana plasmática. La vesícula transportadora expulsa su
contenido fuera de la célula por un proceso denominado exocitosis, que consiste en la
fusión de la membrana de la vesícula con la membrana plasmática y la descarga del
contenido vesicular en el exterior.
El proceso que provoca la descarga del contenido de las vesículas transportadoras en el
medio extracelular se denomina secreción. Esta puede ser constitutiva o regulada:

• En la secreción constitutiva las moléculas se secretan en forma automática,


conforme en el complejo de Golgi emite las vesículas que la transportan.
• En la secreción regulada las moléculas son retenidas en el citoplasma hasta la
llegada de una sustancia inductora u otra señal que ordene su liberación. Esta
secreción de moléculas por “encargo” supone que la célula los descarga
súbitamente, en el omento en que son demandadas. Las vesículas transportadoras
que intervienen en secreciones reguladas se denominan vesículas secretoras o
gránulos de secreción.
La concentración de Ca2+ en el citosol es muy inferior a la existente en la cavidad del RE y en
el líquido extracelular. Las diferencias se deben a la actividad de sendas bombas de Ca 2+
localizadas en la membrana del REL y en la membrana plasmática.

En algunos tipos celulares el REL cumple funciones adicionales:

• Síntesis de esteroides: en células pertenecientes a las gónadas y las glándulas


suprarrenales, el REL contiene varias enzimas que intervienen en la síntesis de
esteroides.
• Síntesis de lipoproteínas: en la sangre los lípidos circulan unidos a proteínas, es
decir, son parte de lipoproteínas. Ambas moléculas se ligan en el REL de los
hepatocitos, donde se hallan las enzimas que catalizan esa unión.
• Desfosforilación de la glucosa 6-fosfato: la membrana del REL de los hepatocitos
posee la enzima glucosa 6-fosfato y la convierte en glucosa. A diferencia de la
glucosa 6-fosfato, la glucosa puede abandonar la célula y pasar a la circulación
sanguínea para llegar a los tejidos, donde se la utiliza como fuente de energía.
• Destoxificación: en los hepatocitos el REL contiene grupos de enzimas que
intervienen en la neutralización de varias sustancias tóxicas para la célula, algunas
derivadas de su metabolismo normal y otras incorporadas desde el exterior.

Endosomas:
Las macromoléculas y las partículas entran mediante un mecanismo denominado
endocitosis. De acuerdo con el tamaño y las propiedades físicas del material que se va a
incorporar, este mecanismo es llamado pinocitosis o fagocitosis.
La pinocitosis comprende el ingreso de líquidos junto con las macromoléculas y los solutos
disueltos en ellos. Esto se logra porque porciones circunscritas del líquido que se halla en
contacto con la superficie externa de la célula son atrapadas mediante invaginaciones de la
membrana plasmática, lo cual da lugar a fositas y finalmente a vesículas que se liberan en el
citosol.
Según la calidad de la sustancia que habrá de incorporarse a la célula, la pinocitosis puede
ser inespecífica o regulada.

En la pinocitosis inespecífica las sustancias ingresan automáticamente. En cambio, en la


pinocitosis regulada las sustancias interactúan con receptores específicos localizados en la
membrana plasmática y ello desencadena la formación de las vesículas pinocitóticas.
La fagocitosis tiene lugar en unos pocos tipos celulares, particularmente en los macrófagos y
en los leucocitos neutrófilos. Según las circunstancias, constituye un medio de defensa o de
limpieza, capaz de eliminar parásitos pequeños, bacterias, células perjudiciales, dañadas o
muertas, restos de células y todo tipo de partículas extrañas al organismo. Una vez que el
material se fija sobre la superficie externa de la célula, la membrana plasmática emite
prolongaciones envolventes que lo rodean hasta dejarlo englobado en el interior del
citoplasma, lo cual forma una vesícula mucho más grande que la pinocitótica, llamada
fagosoma.
El endosoma es el lugar de la célula donde convergen tato los materiales que van a ser
digeridos (ingresados por endocitosis) como las enzimas hidrolíticas encargadas de hacerlo.
se cree que la combinación de estos elementos convierte al endosoma en lisosoma.
-Existen dos clases de endosomas:
Los endosomas primarios se localizan cerca de la membrana plasmática y los endosomas
secundarios cerca del complejo de Golgi. En consecuencia, existe un flujo unidireccional de
vesículas transportadoras para transferir el material endocitado desde la membrana
plasmática al endosoma primario y desde este al endosoma secundario.
Debe señalarse que esta organización morfofuncional corresponde a las vesículas
pinocitóticas, ya que el fagosoma prescinde del endosoma primario y se fusiona
directamente con un endosoma secundario, que al recibir enzimas hidrolíticas del complejo
de Golgi se convierte en un lisosoma de gran tamaño llamado fagolisosoma.
En algunos epitelios se produce un proceso llamado transcitosis, mediante el cual
materiales ingresados por endocitosis por una cara de la célula atraviesan el citoplasma y
salen por exocitosis por la cara opuesta.

Lisosomas:
Todas las células contienen lisosomas, que son los organoides que digieren a los materiales
incorporados por endocitosis. Además, mediante un proceso denominado autofagia
también digieren elementos de la propia célula. Se cree que los lisosomas se forman a partir
de endosomas que recibieron dos clases de vesículas transportadoras, unas con material
endocitado y otras con enzimas hidrolíticas. La característica más saliente de los lisosomas
es su polimorfismo, no solo porque poseen aspectos y tamaños disímiles sino también por la
irregularidad de sus componentes. La causa del polimorfismo es doble; por un lado, se debe
a la diversidad del material endocitado y por el otro al hecho de que cada clase de lisosoma
posee una combinación singular de enzimas hidrolíticas.
Las enzimas lisosómicas se activan a pH 5.0.
La célula cuenta con dos dispositivos para degradar a las proteínas fabricadas en su propio
citoplasma, es decir, no endocitadas. Uno actúa en el citosol e involucra a la ubiquitina y a
los proteasomas. El otro comprende a los lisosomas, que incorporan a las proteínas
citosólicas destinadas a desaparecer y las digieren en su cavidad. Para ellos los lisosomas
cuentan con receptores membranosos específicos que reconocen a las proteínas, las cuales
ingresan en el organoide por un translocón. Este se valdría de dos chaperonas de la familia
hsp70, una citosólica, que desenrollaría a las proteínas, y otra luminal, que las impulsaría a
entrar.
La célula elimina organoides envejecidos por un mecanismo denominado autofagia, que
incluye la formación de autogosomas. Los autofagosomas se forman con la ayuda del REL.
Este aporta una porción de membrana para envolver al organoide obsoleto y formar al
autogosoma. Este último, se fusiona con un endosoma secundario, el cual recibe enzimas
hidrolíticas del complejo de Golgi y se convierte en fagolisosoma. El proceso culmina con la
degradación del organoide por parte de esas enzimas.
Diversas enfermedades congénitas se producen por mutaciones de los genes que codifican a
las enzimas lisosómicas. Se caracterizan por la acumulación intracelular de las sustancias
que esas enzimas degradan.
Ejemplos: enfermedad de Tay-Sachs, enfermedad de Gaucher, enfermedad de Niemann-
Pick, enfermedad de células I.

Vesículas transportadoras:
Las vesículas transportadoras tienen un diámetro que fluctúa entre los 50 y 250 nm. Se
originan en la membrana plasmática y en las membranas de los organoides del sistema de
endomembranas. Lo hacen con el concurso de una cubierta proteica de la que existen varias
clases. Las más estudiadas se conocen con el nombre de cubierta de COP y cubierta de
clatrina.

La cubierta de COP se forma mediante la asociación ordenada de múltiples unidades


proteicas. Existen dos clases de cubiertas de COP, las cuelas se diferencian no solo porque se
componen de unidades proteicas distintas, sino también porque generan vesículas en
lugares diferentes del sistema de endomembranas. Así, la cubierta de COP II genera las
vesículas que se forman en el RE y se dirigen a la cara de entrada del complejo de Golgi,
mientras que la cubierta de COP I genera tanto las vesículas que se forman en la cara de
entrada del complejo de Golgi y retornan al RE como las que interconectan a las cisternas
del complejo de Golgi.
La cubierta de clatrina resulta de la asociación de múltiples unidades proteicas llamadas
trisqueliones. Genera las vesículas que surgen de la membrana plasmática durante la
endocitosis y las que se forman en la cara de salida del complejo de Golgi y se dirigen a lso
endosomas y a la membrana plasmática durante la secreción regulada.
En la membrana plasmática de muchos tipos de células se desarrollan invaginaciones muy
pequeñas llamadas caveolas, cuya presencia es particularmente abundante en las células
endoteliales, musculares lisas y adipocitos. Las caveolas se forman a partir de áreas
circunscritas de membranas plasmática llamadas balsas lipídicas, que son ricas en colesterol
y esfingofosfolípidos. La fuerza mecánica que invagina a estas áreas para que se formen las
caveolas es generada por proteínas que se distribuyen entre los fosfolípidos de la propia
membrana. La proteína integral llamada caveolina es la que produce la invaginación.
El mecanismo que interna solutos y sus transportadores mediante caveolas y permite que
los primeros ingresen masivamente en la célula se denomina potocitosis.

El ingreso del colesterol en la célula y su destino ulterior:


En virtud de que son moléculas muy hidrofóbicas, el colesterol y sus ésteres circulan por la
sangre como lipoproteínas. El ejemplo más conocido corresponde al colesterol-LDL, que es
un compuesto lipoproteico originado en el REL de los hepatocitos. El colesterol-LDL ingresa
en las células por endocitosis, previa unión con receptores específicos situados en la
membrana plasmática. Esta unión atrae a trisqueliones libres en el citosol, los cuales se
conectan con los receptores en el lado citosólico de la membrana y generan una cubierta de
clatrina. La cubierta se desprende de la membrana de la vesícula apenas ésta se forma. En la
luz vesicular el colesterol-LDL continúa unido a los receptores heredados de la membrana
plasmática. La vesícula se conecta con un endosoma primario, cuyo pH ácido hace que el
colesterol-LDL se desprenda de los receptores, los cuales retoman a la membrana
plasmática con una vesícula recicladora. El colesterol-LDL pasa del endosoma primario a un
endosoma secundario, y éste se convierte en lisosoma al recibir enzimas hidrolíticas del
complejo de Golgi. Las enzimas actúan sobre el colesterol-LDL y separan a la LDL del
colesterol, que pasa al citosol y se utiliza como materia prima para la síntesis de otras
moléculas o se incorpora a la membrana del RE.

El sistema de endomembranas de la célula vegetal


En las células indiferenciadas del meristema, las membranas del RE son relativamente
escasas y están enmascaradas por los numerosos ribosomas libres que llenan el citosol. En
cambio, en las células vegetales diferenciadas el RE es abundante y forma túbulos que
ingresan en los plasmodesmos. En las células cribosas, sobre estos túbulos se forman
depósitos de callosa, que es un polisacárido compuesto por moléculas de glucosa unidas por
enlaces 1-3β.

Igual que en las células animales, en las vegetales el complejo de Golgi es esencial para la
secreción. En sus cisternas se procesan y concentran los productos secretorios, que
finalmente se descargan al exterior. Además, componentes del complejo de Golgi sirven
para el transporte de ciertas proteínas de depósito. Estas proteínas se localizan en
organoides especiales, denominados cuerpos proteicos o granos de aleurona.
En la mayoría de las células vegetales existe uno o más compartimientos llamados vacuolas,
limitados por membranas. Algunas se comportan como lisosomas, ya que contienen
enzimas hidrolíticas. Otras sirven de depósito para nutrientes y desechos metabólicos.
Finalmente, otras guardan líquidos y se usan para regular el volumen y la turgencia de la
célula.

Los peroxisomas:
Los peroxisomas son organoides que se encuentran en todas las células. Contienen enzimas
oxidativas y cumplen variadas funciones metabólicas. Su nombre se debe a que son capaces
de formar y descomponer peróxido de hidrógeno. Existen muchas clases de peroxisomas,
los cuales se diferencian entre sí por la enzima o el conjunto de enzimas presentes en su
interior. Entre las enzimas más comunes detectadas en los peroxisomas se encuentran la
catalasa, la D-aminoácido oxidasa, la urato oxidasa y las responsables de las β-oxidación de
los ácidos grasos.
A diferencia de lo que sucede en las mitocondrias, en los peroxisomas las oxidaciones
generan energía térmica. No obstante, la β-oxidación de los ácidos grasos conduce
finalmente a la formación de ATP, ya que los grupos acetilo que se producen en los
peroxisomas se transfieren a las mitocondrias e ingresan en el ciclo de Krebs. La oxidación
de sustratos en los peroxisomas tiene como consecuencia la formación de H 2O2, una
molécula sumamente tóxica para la célula; la cual es neutralizada por la catalasa.
Se cree que los peroxisomas tienen una vida media de 5 a 6 días, al cabo de los cuales son
eliminados por autofagosomas. Su número se restablece del mismo modo como lo hacen las
mitocondrias, mediante la duplicación de peroxisomas “jóvenes”, es decir, por fisión binaria
de peroxisomas preexistentes. La bicapa lipídica de su membrana crece por el agregado de
fosfolípidos extraídos del RE, los cuales son transferidos de una membrana a otra por
proteínas intercambiadoras. Por su parte, las proteínas que se incorporan a la membrana o
a la matriz del peroxisoma provienen de ribosomas libres en el citosol, e ingresan en el
organoide una vez que se han plegado. Son conducidas selectivamente al peroxisoma
porque poseen, cerca del extremo carboxilo, un péptido señal específico compuesto por
tres aminoácidos. El péptido señal es reconocido por un receptor proteico que reside en el
citosol, el cual, a su vez, interactúa con una proteína específica de la membrana del
organoide.
Los peroxisomas en las células vegetales:
La germinación de las semillas suele necesitar de la degradación de lípidos acumulados en el
endosperma. En este proceso intervienen, los glioxisomas, que son peroxisomas
relacionados con el metabolismo de los triacilgliceroles. El glioxisoma posee enzimas que
transforman a los ácidos grasos de las semillas en hidratos de carbono por la vía del ciclo del
glioxilato.

El proceso en el que participan el cloroplasto, la mitocondria y el peroxisoma, se denomina


fotorrespiración, ya que para la síntesis y la oxidación del glicolato se necesita luz y O 2 y se
libera CO2.

El citosol:
El citosol o matriz citoplasmática de la célula eucariota contiene muchos de los
componentes que se encuentran en el protoplasma de la bacteria, por ejemplo, complejos
enzimáticos de diverso orden y moléculas de ARN ribosómico, mensajero y de transferencia.
El citosol es considerado como el verdadero medio interno celular, que se extiende desde
la envoltura nuclear hasta la membrana plasmática y que llena el espacio no ocupado por el
sistema de endomembranas, las mitocondrias y los peroxisomas. El pH del citosol es de 7.2.
Mediante la técnica de fraccionamiento celular, se obtiene una fracción fluida sobrenadante
que contiene los componentes citosólicos. En ella se detectan los elementos del
citoesqueleto, un gran número de enzimas, la mayoría de las moléculas que conducen
señales dentro de la célula, los elementos que dirigen la síntesis de las proteínas celulares y
extracelulares, las chaperonas, los proteasomas, las inclusiones, etc.
Cuando se acumulan en el citosol en grandes cantidades, ciertas macromoléculas forman
estructuras detectables con el microscopio, denominadas inclusiones, que carecen de
membrana.
La síntesis de las proteínas celulares tiene lugar en los ribosomas. Solamente una parte de
las proteínas que se sintetizan en los ribosomas citosólicos permanece en el citosol, ya que
las restantes emigran hacia el núcleo, el sistema de endomembranas, las mitocondrias y los
peroxisomas. Para que las proteínas pueden llegar a esos destinos se requiere de un sistema
de señales específicas, tales señales se encuentran en las mismas moléculas proteicas y
consisten en una o varias secuencias de unos pocos aminoácidos denominados péptidos
señal y señales de anclaje.
Las chaperonas acompañan a las proteínas y previenen sus plegamientos prematuros y cuidan
que sean correctos. Existen tres familias de chaperonas, denominadas hsp60, hsp70, hsp90. El
número que acompaña a la sigla hsp corresponde al eso molecular de la primera chaperona
descubierta en cada grupo consumen energía derivada del ATP y pueden ser reutilizadas apenas
concluyen sus funciones.

En el citosol existen estructuras que desempeñan funciones opuestas a las de los ribosomas, ya que
destruyen a las proteínas. Así, cuando una proteína debe desaparecer es degradada por un complejo
enzimático llamado proteasoma. Para poder ingresar en el proteasoma, las proteínas destinadas a
desaparecer deben ser previamente “marcadas” por un conjunto de polipéptidos citosólicos
iguales entre sí llamados ubiquitinas. Cuando finaliza la degradación de la proteína, el
proteasoma y las ubiquitinas quedan disponibles para su reutilización.

El citoesqueleto:
Las células eucariotas poseen un armazón proteico filamentoso desplegado por todo el
citosol, denominado citoesqueleto. Está integrado por tres clases de filamentos y un
conjunto de proteínas accesorias, clasificadas como reguladoras, ligadoras y motoras.

• las proteínas reguladoras controlan el nacimiento, el alargamiento, el acortamiento


y la desaparición de los tres filamentos principales del citoesqueleto.
• Las proteínas ligadoras conectan a los filamentos entre sí o con otros componentes
de la célula.
• Las proteínas motoras sirven para trasladar macromoléculas y organoides de un
punto a otro del citoplasma.

El citoesqueleto da la forma a las células, como resultado de la interacción de los 3 tipos de


filamentos con distintas proteínas accesorias.

Filamentos intermedios: (10 nm)


Se los agrupa en seis tipos: 1) Laminofilamentos.
2) Filamentos de queratina
3) Filamentos de vimentina
4) Filamentos de desmina

5) Filamentos gliales
6) Neurofilamentos
Se trata de polímeros lineales cuyos monómeros son proteínas que presentan una
estructura en hélice α fibrosa.

Los filamentos intermedios se forman con el concurso de cuatro pares de protofilamentos,


los cuales se adosan por sus lados y componen una estructura fibrilar de 10 nm de grosor.
Contribuyen al mantenimiento de la forma celular y establecen las posiciones de los
organoides en el interior de la célula. No obstante, su función principal es de índole
mecánica, de ahí que se encuentren mucho más desarrollados en las células sometidas a
grandes tensiones.
Laminofilamentos. En todas, las células, apoyada sobre la cara interna de la envoltura
nuclear existe una malla delgada de filamentos intermedios conocida como lámina nuclear,
compuesta por filamentos intermedios llamados laminofilamentos, que son los únicos que
no se localizan en el citosol. La lámina nuclear es responsable de la forma y la resistencia de
la envoltura nuclear.
Filamentos de queratina. Se encuentran en las células epiteliales, especialmente en la
epidermis y sus derivados, en las mucosas y en las glándulas. Una proteína ligadora
denominada filagrina une a los filamentos de queratina donde se entrecruzan. Los
monómeros de los filamentos de queratina se llaman citoqueratinas.
Filamentos de vimentina. Son muy comunes en las células embrionarios. En el organismo
desarrollado se localizan en las células de origen mesodérmico, como fibroblastos, células
endoteliales, células sanguíneas, etc. La proteína ligadora que une a los filamentos de
vimentina donde se entrecruzan es la plactina.
Filamentos de desmina. Se encuentran en el citoplasma de todas las células musculares,
sean estriadas o lisas. Se unen entre sí mediante una proteína ligadora específica,
denominada sinamina.
Neurofilamentos. Son los principales elementos estructurales de las neuronas, incluidas a
las dendritas y el axón.
Filamentos gliales. Se encuentran en el citosol de los astrocitos y de algunas células de
Schmann.

Microtúbulos: (25 nm)


Son filamentos del citoesqueleto que se hallan en casi todas las células eucariotas. Se
caracterizan por su aspecto tubular y porque son notablemente rectilíneos y uniformes.
De acuerdo con su localización, los microtúbulos se clasifican en:

• Citoplasmáticos, presentes en la célula en interfase.


• Mitóticos, correspondientes a las fibras del huso mitótico.
• Ciliares, localizados en el eje de los cilios.
• Centriolares, pertenecientes a los cuerpos basales y los centríolos.
Las proteínas accesorias de los microtúbulos reciben el nombre de MAP.

Los microtúbulos citoplasmáticos nacen en una estructura contigua al núcleo llamada


centrosoma. Desde allí se extienden por todo el citoplasma hasta arribar a la membrana
plasmática, en la que se fijan. El centrosoma se llama también centro organizador de los
microtúbulos o MTOC. Está compuesto por un par de centríolos o diplosomas y una
sustancia que los circunda, la matriz centrosómica. Esta matriz contiene una red de fibras
muy delgadas y un complejo de proteínas reguladoras denominadas tubulinas.
Los microtúbulos son polímeros compuestos por unidades proteicas llamadas tubulinas.
Los microtúbulos citoplasmáticos son estructuras dinámicas, ya que incesantemente se
forman microtúbulos nuevos a la vez que algunos se alargan y otros se acortan hasta
desaparecer.
Los microtúbulos citoplasmáticos constituyen verdaderas vías de transporte por las que se
movilizan macromoléculas y organoides de un punto a otro del citoplasma. Esta función es
realizada con la asistencia de dos proteínas motoras, la quinesina y la dineína. en la
membrana de los organoides y de las vesículas transportadoras se han identificado las
proteínas transmembranosas quinectina y dinactina, con las cuales se unen la quinesina y la
dineína, respectivamente.
La célula en mitosis y en meiosis posee dos centrosomas en lugar de uno; y los microtúbulos
citoplasmáticos que se observan en la interfase son reemplazados por los microtúbulos
mitóticos, llamados también fibras del huso mitótico.
Los cilios son apéndices delgados que surgen de la superficie de diversos tipos celulares. Los
de mayor longitud se llaman flagelos. Cada uno está compuesto por un eje citosólico
envuelto por una prolongación de la membrana plasmática. Cada cilio nace en un cuerpo
basal o cinetosoma, que es una estructura idéntica a un centríolo del diplosoma.
Los cilios son estructuras que se mueven. Según las células en que se hallan, sus
movimientos sirven para arrastrar fluidos y partículas, para desplazar a otras células o para
movilizar células autónomamente. El movimiento ciliar puede ser pendular, unciforme,
infundibuliforme u ondulante. El movimiento ciliar es producido por el axonema.
Los microtúbulos ciliares nacen en el cuerpo basal. Este se localiza por debajo de la
membrana plasmática, a la altura de la raíz del cilio. Existen tantos cuerpos basales como
cilios. Los cuerpos basales se estudian junto con los centríolos del centrosoma porque son
estructuralmente idénticos.
Los cuerpos basales se diferencian de los centríolos del diplosoma por las siguientes
particularidades:
1) Los primeros se localizan cerca de la superficie celular (en la raíz de los cilios) y los
segundos cerca del núcleo.
2) Los cuerpos basales no poseen la matriz centrosómica que envuelve a los centríolos.
3) Los cuerpos basales suelen estar formados por una sola unidad, mientras que los
centríolos se presentan de a dos, ambos perpendiculares entre sí.

Filamentos de actina: (8 nm)


Sobre la base de su distribución en la célula, los filamentos de actina o microfilamentos se
clasifican en:

• Corticales: los cuales se ubican por debajo de la membrana plasmática, donde


constituyen el componente citosólico más importante.
• Transcelulares: dado que atraviesan el citoplasma en todas las direcciones.

Los filamentos de actina son polímeros construidos por la suma lineal de monómeros, cuyo
ensamblaje les da a los filamentos una configuración helicoidal característica. Los
monómeros se encuentran libres en el citosol, sonde forman un depósito al que la célula
recurre cuando los necesita.

Cada filamento de actina comienza a formarse a partir de un núcleo de tres monómeros de


actina G que se combinan entre sí, en cualquier punto del citosol donde la construcción de
filamentos de actina sea necesaria.
En las células epiteliales los haces de filamentos de actina corticales se disponen en las más
variadas direcciones y componen una malla continua por debajo de la membrana
plasmática. Los filamentos se unen entre sí y a la membrana plasmática mediante la
proteína ligadora fodrina. A su vez ésta se conecta con proteínas integrales de la membrana
por intermedio de otra proteína ligadora, la anquirina.

Los filamentos de actina transcelulares actúan como vías para transportar organoides por
el citoplasma. Este transporte es mediado por las proteínas miosina I y miosina V.

Los filamentos de actina desempeñan funciones salientes durante la


motilidad celular:
La migración celular es un fenómeno muy común durante el desarrollo embrionario,
decisivo no solo para la formación de los tejidos y los órganos sino también para el
ordenamiento y la orientación espacial de la mayoría de las estructuras corporales. En el
organismo desarrollado la migración celular cumple importantísimas funciones vinculadas
con su defensa y la reparación tisular. La motilidad celular se debe a cambios continuos en
sus componentes, que incluyen polimerizaciones y despolimerizaciones por parte de los
filamentos de actina.
La célula migratoria adquiere un aspecto poligonal. Luego, a consecuencia de largas y
extensas modificaciones en los filamentos de actina corticales, en el extremo de la célula
correspondiente al futuro movimiento se forman varias láminas citoplasmáticas
horizontales llamadas lamelipodios, de cuyos bordes libres nacen prolongaciones
digitiformes denominadas filopodios. Tanto los lamelipodios como los filopodios alternan
períodos de alargamiento con períodos de acortamiento, los cuales son esenciales para la
motilidad celular. Además de alargarse y acortarse, los lamelipodios se mueven
permanentemente, lo cual es posible porque en sus raíces hay moléculas de miosina II
diméricas que hacen deslizar a los filamentos de actina en direcciones opuestas. Los
alargamientos y acortamientos de los filopodios se explican por la presencia en sus ejes de
haces de filamentos de actina que alternan ciclos de polimerización con otros de
despolimerización.
En primer lugar, los filopodios se alargan. Luego, a través de sus puntas algunos se anclan en
fibras colágenas de la matriz extracelular mediante moléculas de fibronectina. A
continuación, mientras los filopodios anclados se acortan (lo cual tracciona a la célula hacia
los puntos de anclaje), otros filopodios se alargan y se anclan en fibras colágenas situadas
más adelante en la matriz extracelular. Finalmente, los primeros filopodios se desprenden
de las fibras colágenas y los segundos se acortan, de modo que la célula avanza un poco
más. la migración celular resulta de la reiteración de estos episodios.
La locomoción celular guiada por gradientes de concentración de moléculas no solubles en
el medio extracelular (como ocurre con la fibronectina) se denomina haptotaxis.
Los desplazamientos de las células son también dirigidos por sustancias solubles emitidas
por otras células, que pueden provocar su atracción o repulsión. Si existe atracción, el
fenómeno lleva el nombre de quimiotaxis, que define la conducción de las células
migratorias hacia el lugar de mayor concentración de a sustancia soluble. El fenómeno
opuesto a la quimiotaxis, es decir, la quimiorrepulsión, depende de una proteína
denominada semaforina.
El avance de los axones presenta algunas semejanzas con la motilidad celular:

Las neuronas se hallan conectadas entre sí y con las células musculares y secretorias por
medio de prolongaciones citoplasmáticas llamadas axones. Las células así conectadas
pueden estar separadas por distancias considerables, y la mayoría de las conexiones se
establecen durante el desarrollo embrionario. Cualquiera sea la distancia que las separa,
generalmente la neurona no necesita migrar para tomar contacto con la otra célula; solo
crece su axón, por lo que su cuerpo permanece en el sitio inicial. Para poder alargarse y
avanzar, el axón desarrolla en su extremo distal una especialización llamada cono de
crecimiento.
Durante la histogénesis del sistema nervioso central algunas neuronas del tubo neural
primitivo deben migrar desde las cercanías de la luz del tubo hasta lugares próximos a su
superficie externa. Intervienen elementos de la neuroglia (las llamadas células gliales
radiales), que transitoriamente forman soportes filamentosos sobre los cuales las neuronas
“reptan” hacia los puntos de destino. Se ha descubierto una proteína que permite el
establecimiento de uniones intermitentes entre la membrana plasmática de la neurona y la
membrana plasmática de la célula glial radial, imprescindibles para la reptación. La proteína
se llama astrotractina en virtud de que las células radiales se convierten en astrocitos una
vez terminada la migración.
A medida que van ocupando los lugares vacíos, las células se reproducen en los cultivos de
tejidos migran y establecen contactos con sus vecinas. No obstante, cuando una célula
queda rodeada por otras, deja de dividirse y pierde su motilidad. Este fenómeno,
denominado inhibición por contacto, ocurre en todas las células del cultivo, por lo que
terminan formando una monocapa celular característica.
La citocinesis tiene lugar en las postrimerías de la mitosis, al formarse un anillo contráctil
compuesto por filamentos de actina y miosinas II por debajo de la membrana plasmática en
la zona ecuatorial de la célula en división. La citocinesis se produce a raíz de que cada
miosina II se desliza sobre dos filamentos de actina en direcciones contrarias. La suma de
estos deslizamientos hace aparecer un surco en la superficie celular, que al profundizarse
genera un estrangulamiento que culmina con la partición de la célula.
Las microvellosidades son proyecciones citoplasmáticas nacidas de la superficie celular,
rodeadas por membrana plasmática. Se encuentran en muchos tipos celulares, pero están
especialmente desarrolladas en algunos epitelios. Debido a que incrementan la superficie de
la membrana plasmática, permiten una mayor absorción de agua y de solutos por parte de
la célula.

Los filamentos de actina y los filamentos intermedios componen un enrejado por debajo de
la membrana plasmática que lleva el nombre de membrana terminal, desde la cual nacen
los filamentos de actina que ingresan en las microvellosidades.
Los filamentos de actina de las microvellosidades se unen entre sí por medio de dos
proteínas ligadoras, la villina y la fimbrina.
La maquinaria contráctil de las células musculares está representada por unas estructuras
regulares derivadas del citoesqueleto, las miofibrillas. La miofibrilla está compuesta por una
sucesión lineal de unidades contráctiles denominadas sarcómeros. Los cambios que ocurren
en el sarcómero durante la contracción de la célula muscular pueden observarse con los
microscopios de fase y de interferencia.
Cada filamento de actina se halla asociado a otra proteína gigante llamada nebulina, que
tiene por función determinar el largo del filamento durante la miogénesis y conferirle
rigidez.

Las miofibrillas se hallan unidas por sus lados mediante filamentos intermedios de desmina.
Gracias a ellos se evita la pérdida del alineamiento de los sarcómeros en el interior de las
células musculares ante las fuertes tensiones mecánicas a que están sometidas.
Por debajo de la membrana plasmática la célula muscular posee la proteína ligadora
distrofina, que conecta a los filamentos de actina localizados en la periferia de la célula con
un complejo de proteínas membranosas llamadas distroglicanos y sarcoglicanos. A su vez,
este complejo se une a la laminina de la lámina basal que rodea a la célula.
La composición del citoesqueleto del eritrocito presenta diferencias en comparación con el
citoesqueleto de las otras células. Inmediatamente por debajo de la membrana plasmática
del eritrocito existe una malla fibrilar integrada principalmente filamentos de espectrina. El
conjunto del sistema de proteínas citoesqueléticas y membranosas le confiere al eritrocito
su forma bicóncava y la flexibilidad necesaria para poder circular por los capilares
sanguíneos de diámetros menores que el suyo.

La unión de las células entre sí y con la matriz extracelular:


Los organismos multicelulares están compuestos no sólo por células sino también por
elementos intercelulares. Estos últimos se agrupan bajo el nombre de matriz extracelular:
-Las funciones más importantes de la matriz extracelular son:

• Rellenar los espacios no ocupados por las células;


• Conferir a los tejidos resistencia a la compresión y al estiramiento;
• Constituir el medio por donde llegan los nutrientes y se eliminan los desechos
celulares;
• Proveer a diversas clases de células de puntos fijos donde aferrarse;
• Ser un vehículo por donde migran las células cuando se desplazan de un punto a otro
del organismo;
• Ser un medio por el que arriban a las células las sustancias inductoras (señales)
provenientes de otras células.
Los componentes de la matriz extracelular pueden clasificarse en fluidos, que corresponden
principalmente a glicosaminoglicanos y proteoglicanos; y fibrosos que se dividen en
proteínas estructurales (colágeno) y proteínas adhesivas (fibronectina, laminina).
En la matriz extracelular, las proteínas estructurales más importantes corresponden a las
fibras colágenas, las cuales están compuestas por fibrillas. La unidad molecular básica de la
fibrilla es el tropocolágeno, que está integrado por tres cadenas polipeptídicas del mismo
tamaño trenzadas en forma heliciodal.

La fibronectina es una glicoproteína fibrosa compuesta por dos subunidades polipeptídicas


ligadas entre sí por un puente disulfuro cercano a sus extremos carboxilo. Cada subunidad
posee dos dominios; uno se conecta con una proteína de la membrana plasmática de la
célula y el otro con la fibra colágena.

La laminina es una glicoproteína fibrosa integrada por tres subunidades polipeptídicas


unidas por puentes disulfuro.

Uniones de las células con la matriz extracelular:


Las células de algunos tejidos conectivos, aunque puedan movilizarse, suelen permanecer
en sus sitios debido a que establecen uniones más o menos duraderas con componentes
fijos de la matriz extracelular. En esas uniones intervienen, del lado de las células, los
contactos focales, mientras que los componentes fijos de la matriz extracelular
corresponden a las fibras colágenas. Cada contacto focal consta de una proteína
transmembranosa llamada integrina, cuyo dominio interno está unido a haces de filamentos
de actina denominados fibras tensoras. Es precisamente la integrina el componente del
contacto focal que se conecta con la fibra colágena de la matriz extracelular.
En los epitelios, las células basales se vinculan con una parte especializada de la matriz
extracelular conocida como lámina basal. La conexión entre las células y la lámina es
bastante firme, ya que se produce mediante unas estructuras llamadas hemidesmosomas;
que poseen integrinas que se hallan agrupadas, sus dominios citosólicos se unen a
filamentos intermedios de queratina y sus dominios externos se conectan a una red de
colágeno de tipo IV.

Uniones transitorias entre las células:


Durante las respuestas inmunitarias, la reparación de las heridas y la detención de las
hemorragias es necesario que algunos tipos celulares establezcan uniones transitorias con
otras clases de células. Las uniones se producen gracias a los fenómenos biológicos llamados
reconocimiento y adhesión celular. Ambos tienen lugar cuando determinadas células de la
sangre se conectan fugazmente con las células endoteliales de los capilares sanguíneos, lo
cual es un prerrequisito para poder salir de la sangre y pasar a los tejidos. La adhesión se
produce porque en la membrana plasmática de las células sanguíneas existen glicolípidos y
glicoproteínas que interactúan específicamente con glicoproteínas complementarias,
llamadas selectinas, presentes en la membrana plasmática de las células endoteliales.

Uniones estables entre las células:


Las células de los epitelios se ligan entre sí de manera estable por medio de cuatro tipos de
uniones: unión oclusiva, cinturón adhesivo, desmosoma y unión comunicante.

La unión oclusiva, llamada también unión estrecha, adhiere firmemente a las membranas
plasmáticas de las células epiteliales contiguas por medio de una franja de conexión no muy
ancha, situada inmediatamente por debajo de la superficie libre del epitelio. A nivel de la
unión oclusiva las membranas plasmáticas de las células enfrentadas contienen, entre otras,
dos clases de proteínas integrales, llamadas claudinas y ocludinas. Además de unir a las
células y de impedir el pasaje de sustancias a través de los epitelios, las uniones oclusivas
determinan que las composiciones moleculares de las regiones apical y basolateral de las
membranas plasmáticas de las células epiteliales sean diferentes entre sí.
El cinturón adhesivo es otro tipo de unión que desarrollan las células epiteliales para
mantenerse ligadas entre sí. Se localiza por debajo de la unión oclusiva y en su composición
intervienen glicoproteínas transmembranosas de la familia de las cadherinas y la franja de
filamentos de actina corticales.
El nombre del cinturón adhesivo hace referencia a las dos características más notorias de
este tipo de unión: la posición circular de las cadherinas y los filamentos de actina y la
propiedad de las primeras de adherirse mutuamente.

Los desmosomas constituyen uniones puntiformes entre las células epiteliales contiguas,
por lo que han sido comparados con remaches. Se hallan por debajo del cinturón adhesivo,
distribuidos irregularmente en las paredes laterales de las células. El desmosoma incluye un
grupo de glicoproteínas transmembranosas de la familia de las cadherinas, denominadas
desmogleína I, desmocolina I y desmocolina II. Igual que en el cinturón adhesivo, las
cadherinas de las membranas adyacentes se unen entre sí por sus dominios externos. En
cambio, sus dominios citosólicos asocian con filamentos intermedios de queratina.
Además de unir fuertemente a las células epiteliales entre sí, los desmosomas y los
filamentos de queratina componen una red transcelular extendida por todo el epitelio, al
que le confieren una gran resistencia mecánica.
Las uniones comunicantes son canales que comunican citoplasmas de las células epiteliales
adyacentes. Cada canal está compuesto por un par de conexones, que son estructuras
cilíndricas huecas que atraviesan las membranas plasmáticas de las células enfrentadas. La
pared del conexón resulta de la asociación de seis proteínas transmembranosas idénticas
que delimitan un conducto central. Estas proteínas se llaman conexinas y se unen con sus
similares el conexón de la membrana plasmática opuesta, lo que da lugar a un canal que
comunica a las dos células.

A través de las uniones comunicantes circulan:

• Nutrientes.
• Sustancias que actúan como señales.
• Potenciales eléctricos de acción.

Las conexiones entre las células vegetales:


Una característica de la mayoría de las células vegetales es la presencia de puentes entre sus
citoplasmas, lo que las hace continuas. Estos puentes, denominados plasmodesmos,
atraviesan la pared celular pectocelulósica.
La presencia de plasmodesmos permite la libre circulación de líquidos y solutos, tan
importantes para mantener la tonicidad de la célula vegetal. Es posible que dejen pasar
también algunas macromoléculas.

Curtis: clases de energía y transformaciones energéticas.


La energía se manifiesta de diferentes formas (eléctrica, radiante, química, nuclear) que
pueden ser interconvertidas casi sin restricciones. La termodinámica estudia la conversión
de una forma de energía en otra. En los seres vivos, las conversiones energéticas están
gobernadas por las leyes de la termodinámica.
Principio de conservación de la energía: primera ley de la termodinámica.
La primera ley de la termodinámica dice que “La energía del universo permanece
constante”. Esto significa que la energía no se crea ni se destruye, pero puede ser
transformada.
Los seres vivos son sistemas abiertos que intercambian materia y energía con el ambiente.
Cuando en un ser vivo ocurre un proceso determinado, la energía que se pierde o se disipa
es igual a la que gana el ambiente.

La vida es un proceso de combustión. Los organismos oxidan carbohidratos y convierten la


energía almacenada en los enlaces químicos en otras formas de energía, según la siguiente
reacción global, que expresa la oxidación de la glucosa:
C6H12O6 + 6O2 --> 6CO2 + 6H2O + Energía.

La energía total liberada durante la oxidación de la glucosa está compuesta por una fracción
“útil” y una fracción que se disipa en forma de calor.
Dirección de los procesos naturales: segunda ley de la termodinámica.
Los procesos naturales espontáneos tienden a disipar los gradientes hasta alcanzar un
estado de equilibrio. En este sentido, los desequilibrios y las heterogeneidades pueden
considerarse almacenes de energía “útil” que permiten que los procesos ocurran. La
cantidad de energía “útil” será igual a la energía total puesta en juego durante el proceso,
menos cierta cantidad de energía que, inevitablemente, se disipará.
La energía disipada puede expresarse como el producto entre la temperatura y un factor
llamado entropía (S). La segunda ley de la termodinámica dice que “La entropía del Universo
tiende a un máximo”. Esto significa que los procesos naturales espontáneos ocurren
siempre en una misma dirección: la que conduce a un aumento de la entropía.
En un sistema aislado, la energía “útil” es usada para convertir las heterogeneidades en
homogeneidades. Cuando esta energía se agota, el sistema alcanza el equilibrio, la entropía
es máxima y ya no puede ocurrir ningún otro proceso. En estos sistemas, la entropía
permite predecir la dirección de los procesos espontáneos.
¿Qué es la vida? Los sistemas biológicos y la segunda ley de la termodinámica.

Los seres vivos son estructuras complejas, en extremo ordenadas, claramente diferenciadas
de su entorno, dotadas de información y alejadas por completo del estado de equilibrio.
Para mantener su organización, requieren un suministro constante de energía.
En los seres vivos conviven dos procesos esenciales: la generación de orden a partir de
orden (producen réplicas de sí mismos) y la generación de orden a partir de desorden (se
mantienen alejados del equilibrio).
Los sistemas biológicos deben considerarse juntamente con su entorno. Los organismos
ganas orden interno a expensas de generar desorden en su ambiente. De esta manera, la
entropía del conjunto siempre aumenta. El sistema se mantiene estacionario porque existen
procesos balanceados.
Reacciones químicas en los seres vivos:

Las reacciones químicas de oxidorreducción son aquellas que implican el movimiento de


electrones de un átomo (o molécula) a otro. El átomo (o la molécula) que cede un electrón
se oxida; el que lo recibe, se reduce.
La entalpía (H) es la cantidad de energía puesta en juego durante una reacción química en
condiciones de presión constante. Esta energía es igual al calor cedido o ganado al ocurrir la
reacción. La entalpía global de una rección es siempre igual a la diferencia de entalpía entre
los productos y los sustratos. Si al producirse la reacción se libera energía, la entalpía de los
productos disminuye. Este tipo de reacción se denomina exotérmica. Si absorbe energía, se
denomina endotérmica.
Los participantes celulares en la transformación energética:
Las enzimas son proteínas globulares formadas por una o más cadenas polipeptídicas.
Aceleran la velocidad de las reacciones químicas, participando en su mecanismo, pero sin
sufrir un cambio químico permanente. También influyen sobre el rendimiento, ya que
aseguran que todo el reactivo se transforme en producto y que no aparezcan productos
secundarios.
Todas las enzimas presentan un sitio activo en el que se acomodan los sustratos. Las
enzimas que catalizan los procesos metabólicos básicos son altamente específicas. Esta
especificidad se basa en el reconocimiento de formas entre las superficies el sitio activo y las
del sustrato.
La energía de activación es la diferencia entre la energía libre de los reactivos y sus estados
intermedios. Para que una reacción química ocurra, los reactivos deben alcanzar la energía
de activación. Así, la velocidad de una reacción química es proporcional a la cantidad de
átomos o moléculas que están alcanzando la energía de activación en un tiempo dado. Por
esta razón, las velocidades de reacción dependen de la temperatura y de la concentración
de los reactivos.
Las enzimas forman asociaciones temporales con las moléculas reactivas, y así disminuye la
energía de activación. Estas asociaciones acercan y debilitan los enlaces químicos existentes,
lo cual facilita la formación de otros nuevos.
Muchas enzimas solo funcionan en presencia de cofactores o coenzimas. Los cofactores son
iones o moléculas orgánicas no proteicas y de bajo peso molecular. Las coenzimas suelen
recibir y transferir electrones.
Metabolismo: red de redes.
El metabolismo es la suma de las reacciones químicas que ocurren en los seres vivos. Las
células, son el “recipiente” donde se llevan a cabo estas reacciones y las enzimas son sus
piezas más importantes.
El anabolismo abarca las reacciones de biosíntesis de las partes estructurales y funcionales
de las células; el catabolismo, las de degradación, que proveen la energía y los materiales
necesarios para la biosíntesis.

Las vías metabólicas son los pasos ordenados en que se agrupan las reacciones metabólicas.
Algunas vías metabólicas, como la glucólisis y la respiración, ocurren en casi todos los seres
vivos.
La ciencia concibe el metabolismo como una red de redes. En los nodos están las enzimas y
las proteínas relacionadas, las conexiones son establecidas por los metabolitos o productos
intermediarios.
Regulación de la actividad enzimática:
Las enzimas alostéricas pueden activarse o desactivarse temporalmente. Esto ocurre cuando
una segunda molécula (efector) se une a un sitio de la enzima, distinto del sitio activo. Al
producirse la unión, la conformación de la enzima cambia y su sitio activo se modifica.
En otros casos, la regulación consiste en sintetizar las enzimas sólo cuando son necesarias.
La regulación postraduccional abarca cualquier modificación producida en la estructura de
las enzimas una vez que han sido sintetizadas. Algunas enzimas son polipéptidos activos que
se activan cuando otra enzima los corta. Otra forma de activar o inactivar una enzima es
mediante la unión covalente de grupos fosfato a los residuos de aminoácidos.
La temperatura regula en forma más general la actividad enzimática. En la mayoría de los
casos, la velocidad de una reacción se duplica por cada 10°C que aumenta la temperatura y
decae rápidamente por encima de los 40°C.
Los inhibidores enzimáticos pueden unirse al sitio activo de una enzima (inhibición
competitiva) o a un sitio diferente del activo (inhibición no competitiva). Si el inhibidor
desnaturaliza a la enzima o se une en forma permanente al sitio activo, la inhibición es
irreversible.
ATP: la moneda energética de la célula.
El trifosfato de adenosina (ATP) está formado por la base nitrogenada adenina, el azúcar de
cinco carbonos ribosa y tres grupos fosfato. Los enlaces covalentes entre los tres grupos
fosfato son de alta energía. La energía que se libera cuando estos enlaces son hidrolizados
es suficiente para poner en marcha muchas reacciones celulares.
La fosforilación es la transferencia del grupo fosfato terminal del ATP a otra molécula. La
desfosforilación es la eliminación de los grupos fosfato. Ambas reacciones son catalizadas
por enzimas y cumplen un papel importante en la regulación de muchas actividades de la
célula.
Panorama general de la oxidación de la glucosa:
En los sistemas vivos, la oxidación de la glucosa se desarrolla en dos etapas principales: la
glucólisis y la respiración celular. La glucólisis ocurre en el citoplasma. La respiración, que
incluye el ciclo de Krebs y el transporte de electrones, tiene lugar en la membrana celular de
las células procariontes y en las mitocondrias de las células eucariontes.
En la glucólisis y en el ciclo de Krebs, las coenzimas NAD+ y FAD aceptan átomos de
hidrógeno provenientes de la glucosa y se reducen a NADH y FADH2, respectivamente. En la
etapa final de la respiración, estas coenzimas ceden sus electrones a la cadena respiratoria.
Primera etapa, varios pasos: la glucólisis.
Las glucólisis ocurre, prácticamente, en todas las células vivas. Cada uno de sus pasos es
catalizado por una enzima específica.
En el primer paso de la glucólisis, la glucosa se divide en dos moléculas de tres carbonos
(ácido pirúvico), que pueden seguir dos vías: aeróbica o anaeróbica. El proceso se inicia con
energía proveniente de dos moléculas de ATP.

En presencia de O2, la degradación de la glucosa implica la oxidación progresiva del ácido


pirúvico a CO2 y agua. Durante el proceso se forman dos NADH y cuatro ATP.
La glucólisis anaeróbica ocurre en ausencia de O2. Consiste en la conversión del ácido
pirúvico en alcohol etílico (fermentación alcohólica) o en ácido láctico (fermentación
láctica). Estas vías generan en total dos moléculas de ATP, que representan el 5% de lo que
se genera por la vía aeróbica.
Un paso intermedio: la oxidación del ácido pirúvico.
El ácido pirúvico producido por la glucólisis aeróbica es transportado del citoplasma a la
matriz mitocondrial. Allí participa en una reacción de oxidación que genera un grupo acetilo
y una molécula de CO2, mientras que un NAD+ se reduce a NADH.
Cada grupo acetilo se une momentáneamente a la coenzima A y se forma acetil-CoA. Este
paso constituye el nexo entre la glucólisis y el ciclo de Krebs.
Segunda etapa: pasos por el ciclo de Krebs.

Cada acetilo que entra en el ciclo de Krebs se combina con una molécula de cuatro carbones
(ácido oxalacético) y forma una de seis (ácido cítrico).
En el curso de este ciclo se liberan dos moléculas de CO 2, que no pertenecen a la molécula
de glucosa original, y se producen una de ATP, tres de NADH y una de FADH2.

La etapa final: el transporte de electrones.


Luego de la oxidación total de la glucosa, la mayor parte de la energía almacenada
permanece en os electrones del NADH y el FADH2. Esos electrones son conducidos luego a
un nivel energético inferior a través de la secuencia de reacciones de oxidorreducción que
constituyen la cadena respiratoria. Los pasos de esta cadena son catalizados por enzimas
unidas a citocromos.
La fosforilación oxidativa es la síntesis de ATP con el uso de la energía liberada por los
electrones a lo largo de la cadena respiratoria. Por cada molécula de NADH se forman tres
de ATP; por cada molécula de FADH2, dos de ATP. A través del acoplamiento quimiosmótico
ocurre un proceso que abarca dos acontecimientos: el establecimiento de un gradiente de
protones a través de la membrana mitocondrial interna y la síntesis de ATP usando la
energía potencial almacenada en el gradiente.
Rendimiento energético global:
A partir de la oxidación de una molécula de glucosa se producen a lo sumo 38 de ATP,
repartidas de la siguiente manera: la glucólisis produce ocho ATP (seis provienen de la
oxidación de los dos NADH, los otros dos se forman directamente); la conversión del ácido
pirúvico en acetil-CoA produce seis ATP (provenientes de dos NADH); el ciclo de Krebs
produce veinticuatro ATP (dieciocho provienen de dos NADH; cuatro de dos FADH 2; los dos
restantes se forman directamente).

El 40% de la energía libre producida en la oxidación de la glucosa se retiene en la forma de


moléculas de ATP. En otras palabras, el proceso tiene una eficiencia del 40%.
Regulación de glucólisis y respiración:
Concentraciones altas de ATP inhiben la fosfofructocinasa, una de las enzimas de la
glucólisis, mediante un mecanismo de retroalimentación. El ATP es también un inhibidor
alostérico del primer paso del ciclo de Krebs. La reacción que produce aceti-lCoA está
regulada negativamente por la concentración de su producto. Por otra parte, cuando los
requerimientos energéticos de la célula disminuyen, no se consume ATP; de esta manera no
se regenera ADP y el flujo electrónico disminuye.

Otras vías catabólicas:


Las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono diferentes de la glucosa son
transformados por diferentes vías que están conectadas con el ciclo de Krebs.
Vías de síntesis:

Los distintos intermediarios de la glucólisis y el ciclo de Krebs pueden ser precursores para el
proceso de biosíntesis. Las vías biosintéticas son diferentes de las catabólicas.
Visión general de la fotosíntesis: sus etapas.
Los organismos fotosintéticos productores de O2 usan energía lumínica, CO2 y agua para
producir la materia orgánica necesaria para su alimentación. El O 2 que liberan se forma con
átomos provenientes del agua.
La fotosíntesis se realiza en dos etapas: la lumínica, en la que se utiliza la energía de la luz
para sintetizar ATP y NADPH, y la fijadora de carbono, que utiliza los productos de la primera
etapa para la producción de azúcares.

La fotosíntesis se realiza en los cloroplastos: los tilacoides.


En los eucariontes, la fotosíntesis se realiza en los cloroplastos, organelas que poseen una
membrana externa y otra interna. La membrana interna rodea una solución densa, la
estroma, donde se encuentran las membranas tilacoides, que tienen forma de sacos
aplanados dispuestos en forma apilada. Las reacciones de la etapa lumínica ocurren en los
sacos tilacoides y las que fijan el carbono, en la estroma.
Los sacos tilacoides de los procariontes fotosintéticos pueden formar parte de la membrana
celular, estar aislados en el citoplasma o constituir una compleja estructura de la membrana
interna.
La naturaleza de la luz:
El modelo ondulatorio de la luz les permite a los físicos describir matemáticamente ciertos
aspectos el comportamiento de la luz y el modelo fotónico permite otro tipo de cálculos y
predicciones matemáticas. Estos dos modelos ya no se consideran opuestos uno al otro,
sino complementarios, en el sentido de que es necesaria una síntesis de ambos para una
descripción completa del fenómeno que conocemos como luz.
Los sistemas vivos absorben la energía lumínica mediante el uso de pigmentos. Los
organismos fotosintéticos tienen distintos tipos de pigmentos: la clorofila, que se encuentra
en los sacos tilacoides, los carotenoides y las ficobilinas. Existen diferentes tipos de clorofila:
la clorofila a, que colecta energía luminosa y está involucrada en la transformación de
energía lumínica en química; la clorofila b, presente en las plantas y las algas verdes, y la
clorofila c, de las algas marrones.
La correspondencia entre en el espectro de absorción de las clorofilas a y b y el espectro de
absorción de la fotosíntesis indica una estrecha relación entre ésta y aquellas. Los
carotenoides absorben en forma muy eficiente longitudes de onda que no son absorbidas
por la clorofila.
El transporte de electrones: los fotosistemas y la ATP sintetasa.
Los organismos fotosintéticos poseen dos fotosistemas, cada uno formado por una antena
colectora de luz y un centro de reacción fotoquímico que incluye una molécula de clorofila
a. Ambos fotosistemas se diferencian por el pico de absorción de la clorofila: el fotosistema I
y de este último al NADP+.
Durante el transporte de electrones, los protones presentes en la estroma son enviados al
espacio intertilacoide, creando un gradiente cuya energía se utiliza para sintetizar ATP. La
síntesis de ATP a partir de energía lumínica se conoce como fotofosforilación.
Cuando los dos fotosistemas trabajan en forma independiente, se forma un flujo cíclico de
electrones. En este caso no se forma NADPH, pero se sintetiza ATP. Es una ruta alternativa
que permite regular la cantidad de NADPH y ATP formados en presencia de luz y,
probablemente, aumenta la eficiencia en la formación de ATP cuando coexiste con el flujo
no cíclico de electrones.
Las reacciones que fijan carbono:
El ATP y el NADPH formados durante el transporte de electrones se utilizan en la reducción
del CO2 a glucosa. La incorporación del CO2 en compuestos orgánicos se conoce como
fijación del carbono y ocurre en forma cíclica (ciclo de Calvin). En las plantas verdes, el CO 2
llega a las células fotosintéticas a través de aberturas especializadas llamadas estomas.
El ciclo de Calvin comienza con la unión del CO2 a una molécula de cinco carbonos (ribulosa
bifosfato), que luego se divide en dos moléculas de tres carbonos (fosfoglicerato). Cada seis
vueltas del ciclo se introducen seis moléculas de CO2 y se producen dos moléculas de un
azúcar de tres carbonos (gliceraldehído fosfato).
Las plantas poseen un mecanismo de control que evita que el ciclo de Calvin ocurra durante
la noche. La luz lo estimula indirectamente y las reacciones de fijación de carbono son
inhibidas en la oscuridad.
La fotorrespiración ocurre cuando la concentración de CO 2 en la hoja es baja en relación con
la de O2. Consiste en la oxidación de la ribulosa bifosfato, con formación de CO 2 y agua. Es
un proceso que disminuye la eficiencia fotosintética en las plantas.
En las células del mesófilo de las plantas C 4 el CO2 se une a un compuesto de tres carbonos
(fosfoenolpiruvato) y forma oxalacetato. Este último se convierte en malato y pasa a zonas
más profundas de la hoja, donde libera CO2 que ingresa en el ciclo de Calvin. Este proceso,
que involucra gasto de energía, representa una adaptación a las sequías y a intensidades
lumínicas y temperaturas altas.
En plantas de ambientes secos existe una vía metabólica llamada fotosíntesis CAM. La
fijación de CO2 ocurre durante la noche y con él se forma malato, que se almacena en las
vacuolas. Durante el día, el malato es liberado, se descarboxila y el CO2 ingresa en el ciclo de
Calvin.
Utilización de los productos de la fotosíntesis:
El gliceraldehído fosfato producido por el ciclo de Calvin se integra en glucosa o fructosa. Las
células vegetales usan estas sustancias para elaborar almidón, celulosa y sacarosa; las
células animales las usan para elaborar glucógeno. Todas las células utilizan azúcares para la
elaboración de otros carbohidratos, lípidos y aminoácidos. Además, la oxidación del carbono
fijado es la fuente de energía del ATP en todas las células heterótrofas.
El balance entre la fotosíntesis y la respiración:

En las plantas, la fotosíntesis y la respiración ocurren en forma simultánea. La intensidad


lumínica a la cual se igualan sus velocidades es el punto de compensación para la luz. La
concentración de CO2 a la cual se igualan es el punto de compensación para el CO 2. Por
debajo de estos puntos de compensación, la respiración excede a la fotosíntesis y la planta
no crece. Como muchos órganos vegetales no fotosintetizan, para que una planta se
mantenga y crezca, la fotosíntesis debe exceder largamente la taza de respiración.

Las mitocondrias:
Las usinas generadoras de moléculas de ATP son las mitocondrias, que toman la energía
depositada en las uniones covalentes de las moléculas de los alimentos y las transfieren al
ADP. Una vez formado, el ATP sale de la mitocondria y se difunde por la célula, de modo que
su energía puede ser usada para las distintas actividades celulares. Al removerse la energía
del ATP, se reconstituye el ADP, que reingresa en las mitocondrias para recibir una nueva
“carga” de energía.
Las células poseen una enorme cantidad de mitocondrias, cada una de las cuales produce
innumerables moléculas de ATP. Estas, como las mitocondrias, se localizan cerca de los
sitios de consumo.
Las sustancias alimenticias se clasifican en hidratos de carbono, grasas, proteínas, minerales
y H2O, a los cuales debe agregarse el O2.
La mayor parte de la energía contenida en las moléculas de los alimentos es extraída
mediante una sucesión de oxidaciones. Una molécula se oxida no solamente cuando gana
oxígeno, sino también cuando pierde hidrógeno. Toda oxidación de un átomo o de una
molécula está atada a la reducción de otro átomo o de otra molécula, que entonces ganan
hidrógeno o electrones, o pierden oxígeno.
Durante el procesamiento de los alimentos, en algunas reacciones de oxidación y reducción
intervienen dos moléculas intermediarias cardinales: las coenzimas nicotinamida adenina
dinucleótido (NAD) y flavina adenina dinucleótido (FAD).
Apenas los alimentos son ingeridos, los polisacáridos, los lípidos y las proteínas que los
integran comienzan a ser escindidos en moléculas cada vez más pequeñas por la acción de
una gran variedad de enzimas. La escisión enzimática de los alimentos tiene lugar en tres
escenarios orgánicos: el tubo digestivo, el citosol y la mitocondria.
La glucólisis tiene lugar en el citosol.
En las mitocondrias se producen la descarboxilación oxidativa, el ciclo de Krebs y la
fosforilación oxidativa.

Descripción general y estructura de las mitocondrias:


Las mitocondrias se hallan en todos los tipos celulares y proveen el andamiaje sobre el cual
se asientan las innumerables moléculas que participan en las reacciones que transfieren la
energía depositada en los alimentos a una molécula extraordinariamente versátil como lo es
el ATP. Las mitocondrias son cilíndricas, aunque experimentan cambios de forma sutiles,
derivados de su actividad. Están ubicadas en las regiones de las células donde la demanda
de energía es mayor; así, se desplazan de un lado a otro del citoplasma hacia las zonas
necesitadas de energía. Los microtúbulos y las proteínas motoras asociadas intervienen en
tales desplazamientos.
Las mitocondrias poseen dos membranas (una externa y otra interna), que dan lugar a dos
compartimientos, el espacio intermembranoso y la matriz mitocondrial.
Matriz mitocondrial: contiene numerosas moléculas, entre ellas:

1) El complejo enzimático piruvato deshidrogenasa, responsable de la descarboxilación


oxidativa.
2) Las enzimas involucradas en la β-oxidación de los ácidos grasos.
3) Las enzimas responsables del ciclo de Krebs, excepto la succinato deshidrogenasa.
4) La coenzima A (CoA), la coenzima NAD +, ADP, fosfato, O2, etc.

5) Gránulos de distintos tamaños, compuestos principalmente por Ca 2+.


6) Varias copias de un ADN circular.
7) Trece tipos de ARNm, sintetizados a partir de otros tantos genes de ese ADN.
8) Dos tipos de ARNr, los cuales forman ribosomas parecidos a los citosólicos.

9) Veintidós tipos de ARNt para los veinte aminoácidos.


Membrana interna: desarrolla plegamientos hacia la matriz que dan lugar a las llamadas
crestas mitocondriales, formadas con el objeto de aumentar la superficie membranosa.
La membrana interna de las mitocondrias presenta un alto grado de especialización y las dos
caras de su bicapa lipídica exhiben una marcada asimetría. En ella se localizan los siguientes
elementos:
1)Un conjunto de moléculas que componen la cadena transportadora de electrones.
Existen innumerables copias de estos conjuntos en el plano de la bicapa lipídica. Cada uno
se compone de cuatro complejos proteicos relativamente grandes, llamados NADH
deshidrogenasa (I), succinato deshidrogenasa (II), b-c1 (III) y citocromo oxidasa (IV), entre
los cuales se encuentran dos transportadores de electrones pequeños, denominados
ubiquinona y citocromo c.
2) La ATP sintasa, que es un complejo proteico ubicado en las inmediaciones de la cadena
transportadora de electrones. Presenta dos sectores, uno transmembranoso (porción F0),
que tiene un túnel para el pasaje de H+, y otro orientado hacia la matriz mitocondrial
(porción F1). Este último es el responsable de las fosforilaciones a que hace referencia el
término “fosforilación oxidativa”.
3) Un fosfolípido doble, que impide el pasaje de cualquier soluto a través de la bicapa
lipídica, excepto O2, Co2, H2O, NH3 y ácidos grasos.
4) Diversos canales iónicos y permeasas que permiten el pasaje selectivo de iones y
moléculas desde el espacio intermembranoso a la matriz mitocondrial y en sentido inverso.
Membrana externa: es permeable a todos los solutos existentes en el citosol, pero no a las
macromoléculas. Ello se debe a que en su bicapa lipídica posee numerosas proteínas
transmembranosas multipaso llamadas porinas. En las porinas los tramos proteicos que
cruzan la bicapa lipídica exhiben una estructura en hoja plegada β.
Espacio intermembranoso: dada la presencia de las porinas en la membrana externa, el
contenido de solutos en el espacio intermembranoso es similar al del citosol, aunque posee
algunos elementos propios y una elevada concentración de H +.

Funciones de las mitocondrias:


Proveniente del citosol, el piruvato ingresa en la matriz mitocondrial, donde por acción del
piruvato deshidrogenasa pierde un carbono y se convierte en el grupo acetilo de la acetil
CoA. A los acetilos generados a partir de los piruvatos deben sumarse los derivados de la β-
oxidación de los ácidos grasos y del metabolismo de algunos aminoácidos. Cualquiera que
sea su origen, el grupo acetilo de cada acetil CoA ingresa en el ciclo de Krebs. Lo hace al
combinarse con una molécula de 4 carbonos (el ácido oxalacético), con la que forma una
molécula de 6 carbonos llamada ácido cítrico, que da inicio y nombre al ciclo.
El ciclo de Krebs, llamado también ciclo del ácido cítrico o ciclo de los ácidos tricarboxílicos,
comprende una serie de nueve reacciones químicas mediadas por otras tantas enzimas
específicas. Estas actúan secuencialmente; lo hacen de forma tal que el último de sus
productos vuelve a ser el ácido oxalacético, el cual, al combinarse con el grupo acetilo de
otra acetil CoA, genera de nuevo ácido cítrico. Con esta molécula se inicia otro ciclo de
Krebs, y así sucesivamente mientras haya O2 y acetilos disponibles.
Al cumplirse cada vuelta del ciclo de Krebs, dos de los seis carbonos del ácido cítrico se
liberan como CO2. Además, se genera energía suficiente para formar un ATP, tres NADH y un
FADH2. Puesto que se necesitan dos vueltas del ciclo de Krebs para procesar a los dos
acetilos derivados de la glucólisis de una molécula de glucosa, cada uno de estos
monosacáridos da lugar a dos ATP, seis NADH y dos FADH 2. Debe advertirse que el ATP se
forma a partir de GTP, que es el nucleósido trifosfato surgido del ciclo.
La enzima del ciclo de Krebs encargada de transferir el H 2 al FAD es la succinato
deshidrogenasa. Junto al primero y al tercer NADH surgidos del ciclo de Krebs aparecen
sendos H+, pues los sustratos oxidados ceden un H2. Las moléculas de CO2 formadas durante
la descarboxilación oxidativa y el ciclo de Krebs pasan al citosol, de éste al espacio
extracelular y finalmente a la sangre, que las transporta a los pulmones para su eliminación.
Las oxidaciones de la fosforilación oxidativa tienen lugar en la membrana interna de las
mitocondrias. La energía contenida en los NADH y en el FADH 2 formados durante el ciclo de
Krebs se transfiere al ATP después de una serie de procesos que comienzan con la oxidación
de ambos dinucleótidos. Los átomos de hidrógeno liberados de los NADH y del FADH2 como
consecuencia de ambas oxidaciones se disocian en H+ y e-. Es importante señalar que los e-
surgidos de este proceso poseen un elevado potencial de transferencia, es decir, una gran
cantidad de energía. El potencial de transferencia de los e- va disminuyendo en las sucesivas
reacciones de oxidorreducción que se producen a lo largo de la cadena respiratoria, de
modo que en cada etapa los e- pasan a un estado de menor energía. La energía cedida por
los e- es utilizada para transportar a los H+ desde la matriz mitocondrial hasta el espacio
intermembranoso. Los H+ pasan a través de los complejos principales de la cadena
respiratoria, los cuales actuarían como verdaderas bombas de H+. La existencia de un
gradiente de concentración de H+, entre ambos lados de la membrana mitocondrial interna
es acompañada por un gradiente de voltaje o potencial eléctrico. El gradiente
electroquímico derivado de la suma de ambas fuerzas se traduce en la energía, llamada
protonicomotora, que impulsa a los H+ a regresar a la matriz mitocondrial. Los H+ retornan
por el túnel de la ATP sintasa.
La ATP sintasa se comporta como una turbina que convierte una clase de energía (la
protonicomotora) en otra más provechosa para la célula, la energía química depositada
entre el segundo y el tercer fosfato del ATP. El ATP sale al citosol por un contratransporte
pasivo localizado en la membrana mitocondrial interna, la ATP-ADP translocasa.
Los e-, luego de perder una parte sustancial de su energía, abandonan la cadena respiratoria
y regresan a la matriz mitocondrial. Se combinan con los H+ venidos del espacio
intermembranoso y el O2 proveniente de la atmósfera, que da lugar a la formación de H 2O.
Con la formación del H2O culmina la fosforilación oxidativa.
A diferencia de los NADH formados en las mitocondrias, los de la glucólisis tienen un menor
rendimiento energético, el cual se debe a que el NSDH citosólico no puede ingresar en la
mitocondria, puesto que su membrana interna le es impermeable. Para que el NADH
citosólico pueda ceder su energía al ATP, ingresan en la mitocondria solo sus e - y H+, ya que
no el propio NADH. Ello es posible gracias a ciertas moléculas citosólicas que actúan como
“lanzaderas”. Así, una lanzadera luego de captar dos e- y un H+ del NADH, los conduce a la
mitocondria donde los transfiere a otra molécula; luego retorna sin ellos al citosol, por lo
que queda disponible para una nueva operación.

Para efectuar el cálculo de la energía ganada en unidades de ATP al cabo de la oxidación de


una molécula de glucosa se debe sumar la energía producida en el citosol a la gestada en la
mitocondria. En presencia de O2, por cada molécula de glucosa se generan 30 o 32 ATP.

Las mitocondrias desempeñan otras funciones:


Remoción de Ca2+ del citosol. Normalmente esta función está a cargo del RE. No obstante,
cuando la concentración de Ca2+ aumenta en el citosol a niveles peligrosos para la célula, se
pone en acción una Ca2+-ATPasa localizada en la membrana interna de las mitocondrias, que
al bombear el Ca2+ hacia la matriz mitocondrial lo retira del citosol.
Síntesis de aminoácidos. A partir de determinadas moléculas intermediarias del ciclo de
Krebs, en las mitocondrias de los hepatocitos tienen lugar algunos pasos metabólicos que
llevan a la síntesis de varios aminoácidos.

Síntesis de esteroides. En algunas células de la corteza suprarrenal, de los ovarios y de los


testículos, la mitocondria participa en la síntesis de diversos esteroides (función
esteroidogénica).
Muerte celular. La mitocondria participa en la muerte celular programada.

Reproducción de las mitocondrias:


La reproducción de las mitocondrias se produce por la división de mitocondrias
preexistentes, para lo cual previamente duplican su tamaño. Este proceso se denomina
fisión binaria. La división de las mitocondrias tiene lugar durante todo el ciclo celular, tanto
en la interfase como en la mitosis. Además, no todas las mitocondrias se multiplican, y por
ello algunas deben dividirse repetidas veces en el curso de un mismo ciclo para compensar
la falta de división por parte de otras.
La génesis de nuevas mitocondrias requiere que se duplique el área de su membrana
interna y su membrana externa, para lo cual deben sumarse nuevos fosfolípidos a sus
bicapas lipídicas. Al igual que con las otras membranas de la célula, los fosfolípidos son
provistos por la membrana del RE, donde se gestan. Para tomarlos del RE, la mitocondria
recurre a proteínas citosólicas llamadas intercambiadoras, que los sustraen de la membrana
del retículo y los descargan en la monocapa citosólica de la membrana mitocondrial externa.
El ADN mitocondrial presenta las siguientes particularidades que lo diferencian del ADN
nuclear:

1) Es circular y carece de histonas.


2) Posee un solo origen de replicación, en el cual una de las cadenas hijas comienza a
sintetizarse antes que la otra y lo hace a partir de un punto diferente del empleado por la
segunda.

3) Es muy pequeño, pues posee 37 genes solamente. En casi todos los tipos celulares la
suma de los ADN tomados de todas las mitocondrias representa no más del 1% del ADN
nuclear.
4) Posee muy pocas y a la vez muy cortas secuencias no génicas, es decir, que no se
transcriben.
5) Genera 22 tipos de ARNt, en lugar de los 31 que transcribe el ADN del núcleo.
6) Las dos clases de ARNr que codifica dan lugar a ribosomas que poseen un coeficiente de
sedimentación de 55S, inferior al de los ribosomas de los procariotas y del citosol.
7) En su código genético existen 4 codones cuyas instrucciones difieren de las de sus pares
del ADN nuclear.
8) Se transcriben sus dos cadenas.
9) Las moléculas de ARN que transcribe el ADN se procesan mientras se sintetizan. El
procesamiento comprende la remoción de partes de los ARN.

10) Posee varias copias de un mismo ADN y no dos como el ADN nuclear. Debe señalarse
que las mitocondrias de cualquier individuo son de origen materno, pues todas provienen
del ovocito.
Aunque la mitocondria posee ADN, ARNm y ARNt y ribosomas propios, las proteínas que
fabrica son muy pocas, 13 en total. Por consiguiente, la mayor parte de las que necesita
para su reproducción debe importarlas desde el citosol. Más aún, debido a esa doble
procedencia se requiere una perfecta coordinación entre las actividades de los genomas
mitocondrial y nuclear a fin de que todos los componentes de la mitocondria sean
producidos en las proporciones adecuadas.
Conforme surgen de los ribosomas, las proteínas mitocondriales producidas en el citosol se
asocian con chaperonas de la familia hsp70. Estas mantienen desplegadas a las proteínas
hasta que arriban a la mitocondria. El pasaje de las proteínas a través de las membrana
externa e interna de la mitocondria es un proceso complejo. Cuando una de ellas se pone en
contacto con la membrana mitocondrial externa, se desprende de las chaperonas hsp70
citosólicas, atraviesa ambas membranas y se asocia con chaperonas ligadas a la membrana
mitocondrial interna. Estas chaperonas atraen a las proteínas hacia el interior de la
mitocondria por un mecanismo que consume ATP. Una vez en la matriz mitocondrial, la
proteína se pliega sin ayuda o con la asistencia de una chaperona de la familia hsp60. Las
proteínas se incorporan a la mitocondria a través de los translocones denominados con las
siglas TOM y TIM, presentes en las membranas mitocondriales externa e interna
respectivamente.

Todas las proteínas importadas desde el citosol incluyen en su extremo amino un péptido
señal que las conduce hasta la mitocondria y que es reconocido por un receptor específico
asociado al translocón externo. Si el paradero de la proteína es la matriz mitocondrial,
apenas atraviesa los translocones pierde el péptido señal y se libera en su interior. En
cambio, las proteínas destinadas a las membrana externa e interna poseen señales
adicionales, distintas entre sí, las cuales retienen a ambos tipos de proteínas en la
membrana que corresponde.
Las mitocondrias se reproducen por fisión binaria, como lo hacen las bacterias. Esta no es la
única semejanza con lo procariotas; se parecen también en sus formas y medidas y porque
poseen varios componentes comunes. Tales semejanzas han llevado a sugerir que las
mitocondrias son un producto evolutivo de las bacterias aeróbicas. También se cree que las
primeras células eucariotas eran anaeróbicas y que cuando la atmósfera terrestre se hizo
rica en oxígeno incorporaron en sus citoplasmas bacterias aeróbicas que, tras sucesivos
cambios adaptativos, se convirtieron en las actuales mitocondrias.
Los cloroplastos:

Los plástidos son organoides especiales de las células vegetales. Los más comunes y de
mayor importancia biológica son los cloroplastos, que junto con las mitocondrias
constituyen las maquinarias bioquímicas que se encargan de producir las transformaciones
energéticas necesarias para mantener las funciones de las células. En el caso de los
cloroplastos, atrapan la energía electromagnética derivada de la luz solar y la convierten en
energía química mediante un proceso llamado fotosíntesis.
Además de los cloroplastos existen otros plástidos con pigmentos, agrupados bajo la
denominación genérica de cromoplastos. En general, estos tienen menor contenido de
clorofila y por lo tanto menor actividad fotosintética.

Otros plástidos son incoloros. Se denominan leucoplastos y se encuentran tanto en las


células embrionarias como en las células de los órganos de las plantas que no reciben luz.
Los cloroplastos se localizan principalmente en las células del mesófilo, tejido que se
encuentra en las hojas de las plantas superiores y en las algas. Poseen tres componentes
principales: la envoltura, la estroma y los tilacoides.
La envoltura de los cloroplastos presenta dos membranas (una externa y otra interna), a
través de las cuales se producen los intercambios moleculares con el citosol. En el
cloroplasto maduro no se observa continuidad entre la membrana interna y los tilacoides.
Ambas membranas carecen de clorofila, pero tienen color amarillo por la presencia de
pigmentos carotenoides.
La estroma representa la mayor parte del cloroplasto y en ella se encuentran inmersos los
tilacoides. Está compuesta principalmente por proteínas. Contiene ADN y también ARN, que
intervienen en la síntesis de algunas de las proteínas estructurales y enzimáticas del
cloroplasto. Es en la estroma donde ocurre la producción de hidratos de carbono, así como
la síntesis de algunos ácidos grasos y proteínas.
Los tilacoides constituyen sacos aplanados agrupados como pilas de monedas. Cada pila de
tilacoides recibe el nombre de granum (grana), y a los elementos individuales que forman
las pilas se los llama tilacoides de los grana o intergrana. Además, hay tilacoides que
atraviesan la estroma y que conectan entre sí a dos grana; se los denomina tilacoides de la
estroma.
La pared de los tilacoides, llamada membrana tilacoide, es una bicapa lipídica poblada de
proteínas y de otras moléculas, casi todas involucradas en las reacciones químicas de la
fotosíntesis. Esta pared separa el compartimiento de los tilacoides, es decir, el espacio
tilacoide, de la estroma.

Fotosíntesis:
La fotosíntesis es una de las funciones biológicas fundamentales de las células vegetales.
Por medio de la clorofila contenida en los cloroplastos, los vegetales verdes son capaces de
absorber la energía que la luz solar emite como fotones y transformarla en energía química.
Esta se acumula en las uniones químicas entre los átomos de las moléculas alimenticias que
se forman en el concurso del CO2 atmosférico.

Los hidratos de carbono formados por la fotosíntesis son sacáridos solubles que circulan por
los distintos tejidos de la planta o se acumulan como granos de almidón en los cloroplastos
o, más frecuentemente, en los amiloplastos.
Los pigmentos como la clorofila están particularmente adaptados para ser excitados por la
luz. Así, los fotones que absorbe la clorofila excitan a ciertos electrones, que al desplazarse
de la órbita de sus átomos adquieren un nivel de energía mayor, es decir, un elevado
potencial de transferencia. Esta energía puede disiparse en forma de calor o de radiación
lumínica (fluorescencia), ser transferida de una molécula a otra por resonancia, o
convertirse en energía química. En la fotosíntesis predominan los dos últimos procesos.

La fotosíntesis comprende una compleja serie de reacciones, algunas de las cuales tiene
lugar exclusivamente en presencia de luz y otras se producen en la oscuridad. se las llama,
respectivamente, reacciones lumínicas (o fotoquímicas) y reacciones en la oscuridad.
En las fases finales de las reacciones fotoquímicas se forma NADPH y ATP. En la fotosíntesis
la formación de ATP se conoce con el nombre de fotofosforilación.
Las reacciones en la oscuridad completan el ciclo fotosintético. En su transcurso la energía
contenida en los ATP y en los NADPH es aprovechada por la célula vegetal para elaborar
diversas moléculas alimenticias con el CO2 tomado de la atmósfera.
Las reacciones fotoquímicas se producen en la membrana tilacoide, cuya bicapa lipídica
contiene una serie de complejos proteicos transmembranosos, algunos asociados a
pigmentos. Estos son los encargados de capturar la energía lumínica solar. Existen varios
tipos, cada uno de ellos capaz de absorber una gama particular de longitudes de onda del
espectro lumínico. Entre los pigmentos se destacan las clorofilas. Otros pigmentos
presentes en la membrana tilacoide son los carotenoides, que quedan ocultos por el color
verde de la clorofila. Existen dos clases de clorofila, identificadas con las letras a y b.
En la membrana tilacoide de los cloroplastos hay cadenas de complejos moleculares, que
son responsables de las reacciones fotoquímicas. Cada una de las cadenas está integrada
por los siguientes eslabones, los cuales serán mencionados en el orden en que se activan:
Fotosistema II. Es un complejo molecular que posee dos sectores claramente definidos, la
antena, que da hacia la estroma y se encarga de capturar la luz, y el centro de reacción que,
da hacia el espacio tilacoide. La antena ha sido comparada con un embudo y su pared se
compone de agregados de proteínas y pigmentos, especialmente de clorofila a, clorofila b y
carotenoides. Por su parte, el centro de reacción contiene varias proteínas asociadas a
moléculas de clorofila de tipo P680.
Complejo b-f. Este complejo contiene una proteína de 17 kDa asociada a los citocromos b y
f, y una proteína con un centro Fe-S.
Fotosistema I. Es un complejo molecular que, como el fotosistema II, posee una antena
captadora de energía lumínica, integrada por proteínas, clorofila a, clorofila b y
carotenoides, y un centro de reacción compuesto por proteínas y moléculas de clorofila de
tipo P700.
NADP reductasa. Este complejo reduce al NADP+ tomado de la estroma y lo convierte
NADPH.
Mediante la fotofosforilación los vegetales verdes pueden producir una cantidad de ATP 30
veces mayor que la obtenida en sus mitocondrias. Por otra parte, las células vegetales
poseen muchos más cloroplastos que mitocondrias.
En las reacciones fotosintéticas que tienen lugar en la oscuridad, las moléculas de ATP y
NADPH, producidas por las reacciones fotoquímicas, proporcionan la energía necesaria para
sintetizar hidratos de carbono a partir de CO2 y H2O. Tal síntesis se produce en la estroma
del cloroplasto mediante una serie de reacciones químicas agrupadas bajo el nombre de
ciclo de Calvin o ciclo C3, en las que intervienen varias enzimas localizadas en la estroma.

Biogénesis de los cloroplastos:


Los plástidos se desarrollan a partir de estructuras precursoras llamadas proplástidos, que
se encuentran en las células vegetales no diferenciadas. Según el tipo celular, los
proplástidos se convierten en leucoplastos o cromoplastos, entre los cuales se encuentran
los cloroplastos. En presencia de luz, la membrana interna del proplástido crece y emite
vesículas, que luego se transforman en sacos aplanados. Estos son los futuros tilacoides, que
en algunas regiones se apilan apretadamente hasta formar los grana.
Si se coloca una planta en un medio poco iluminado se produce un fenómeno denominado
etiolación, en el cual las hojas pierden su color verde y las membranas de los tilacoides se
desorganizan. El agregado de éstas da lugar a los cuerpos prolamelares, en los que las
membranas adquieren una disposición en forma de enrejado. En los bordes de estos
cuerpos aparecen adheridas membranas de tilacoides jóvenes, que carecen de actividad
fotosintética. El cloroplasto, tras esta conversión de los tilacoides, cambia su nombre por el
de etioplasto.
Del mismo que las mitocondrias, los proplástidos y los cloroplastos se multiplican por fisión
binaria, proceso que exige el crecimiento de proplástidos y cloroplastos preexistentes, los
cuales deben duplicar su tamaño. Este crecimiento requiere que se sinteticen los
componentes proteicos normales del organoide. En tal síntesis intervienen dos sistemas
genéticos, uno propio del cloroplasto y el nuclear.

Unidad 3
La comunicación intercelular y la transmisión intracelular de
señales
En los organismos multicelulares complejos tanto la supervivencia de las células como las
actividades que estas realizan dependen de estímulos externos provenientes de otras
células. La dependencia recíproca entre los distintos tipos celulares responde a la necesidad
de adaptar la actividad de cada uno a los requerimientos globales del organismo.
De acuerdo con la clase de estímulo emitido y el tipo de célula que lo recibe, ésta responde,
entre otros, con alguno de los siguientes cambios:

• Se mantiene viva o muere;


• Se diferencia;
• Se multiplica;
• Degrada o sintetiza sustancias;
• Secreta sustancias;
• Incorpora solutos o macromoléculas;
• Se contrae;
• Se moviliza;
• Conduce estímulos eléctricos.
La acción de estimular a la célula desde el exterior se llama inducción, es mediada por una
sustancia inductora, conocida también como ligando.
La célula que produce el ligando se denomina célula inductora; la que lo recibe célula
inducida o célula blanco.
La sustancia inductora interactúa con la célula inducida a través de un receptor, que es una
proteína o un complejo proteico localizado en el citosol o en la membrana plasmática de la
célula blanco.
Si el receptor se halla en el citosol, la sustancia inductora debe ser pequeña e hidrofóbica,
pues para alcanzarlo debe atravesar la membrana plasmática de la célula blanco. En cambio,
si el receptor es membranoso no interesa el tamaño de la sustancia inductora ni que sea
hidrofóbica.
Cuando la célula inductora y la célula blanco se hallan distantes entre sí, la sustancia
inductora, tras ser secretada por la primera, ingresa en la sangre y a través de ella alcanza a
la célula inducida. Las inducciones de este tipo se llaman endocrinas. A esta categoría
pertenecen también las secreciones neuroendocrinas, ya que la sustancia inductora que
sale del terminal axónico de la neurona debe volcarse en la sangre para poder llegar a la
célula inducida.
Las sustancias inductoras vehiculizadas por la sangre se denominan hormonas y son
producidas por las células de las glándulas de secreción interna que integran el sistema
endocrino.
Cuando la célula inductora se halla cerca de la célula inducida se dice que la inducción es
paracrina.

Existe una clase de inducción en la que la sustancia inductora es secretada y recibida por la
propia célula, de modo que ésta se induce a sí misma. Se llama autocrina y ocurre durante
algunas respuestas inmunológicas.
En otros casos la sustancia inductora es retenida en la membrana plasmática de la célula
inductora y no se secreta. Por lo tanto, para que la sustancia inductora pueda entrar en
contacto con el receptor se necesita que la célula inductora se traslade hasta el lugar de la
célula inducida.
Una de las propiedades más notables de las sustancias inductoras es su especificidad. Así,
cada sustancia inductora actúa solo sobre ciertas células, que constituyen su objetivo. La
especificidad de las sustancias inductoras se corresponde con la especificidad de los
receptores, que son moléculas o asociaciones moleculares a las que las sustancias
inductoras se unen selectivamente en virtud de una mutua adaptación conformacional. Más
aún, la sustancia inductora y el receptor integran un complejo que posee las siguientes
características:
1) Adaptación inducida: la fijación de la sustancia inductora al receptor requiere una
adaptación estructural recíproca entre ambas moléculas. Se cree que se produce la
adaptación conocida como encaje inducido, que sería más probable que el modelo rígido
representado por una llave y su cerradura.
2) Saturabilidad: el número de receptores existente en cada célula es limitado, de modo
que si en un sistema de coordenadas se representa la cantidad de sustancia inductora unida
a los receptores se obtiene una curva hiperbólica que delata la saturabilidad del sistema.
3) Reversibilidad: la unión sustancia inductora-receptor es reversible, ya que el complejo se
disocia tiempo después de su formación.
La interacción entre la sustancia inductora y el receptor es el primer eslabón de una cadena
de reacciones químicas que se propagan en el interior de la célula, cuya respuesta es el
último eslabón de la serie.

Inducciones celulares mediadas por receptores citosólicos:


Las hormonas esteroideas, las hormonas tiroideas, la vitamina D y el ácido retinoico son
sustancias inductoras que se unen con receptores de las células inducidas situados en el
citosol.

Una vez en el citosol, la sustancia inductora se una a su receptor específico y ambos forman
un complejo que ingresa en el núcleo. Allí el complejo se combina con la secuencia
reguladora de un gen particular, el cual se activa. Su transcripción conduce a la síntesis de
una proteína cuya presencia provoca la respuesta celular.

Los receptores citosólicos son proteínas que poseen cuatro dominios:


1) Uno diseñado para unirse al inductor;
2) Otro flexible, que se dobla como una bisagra;
3) Otro que se une a la secuencia reguladora del gen;

4) Otra que activa el gen.


Cuando es secretado por macrófagos, por las células endoteliales de los vasos sanguíneos o
por algunos tipos de neuronas, el óxido nítrico (NO) se comporta como una sustancia
inductora.

Inducciones celulares mediadas por receptores localizados


en la membrana plasmática:
Las sustancias inductoras que se unen a receptores localizados en la membrana plasmática
ponen en marcha en las células inducidas una serie de reacciones moleculares hasta que se
llega a la respuesta celular. Esas reacciones dan lugar a distintas vías de conducción,
transducción y amplificación de señales.
Entre las moléculas que intervienen en la mayoría de las vías de señales abundan las
quinasas, ya que muchas de sus reaccione son fosforilaciones catalizadas por ese tipo de
enzimas.
Los receptores de la membrana plasmática que dan origen a vías de señales intracelulares
se componen de una o más proteínas. Cada receptor posee un dominio transmembranoso y
un dominio citosólico. Cuando la sustancia inductora se une al primero, el receptor se activa
y su dominio citosólico experimenta uno de los siguientes cambios:

• Adquiere actividad enzimática o activa a una enzima independiente del receptor.


• Activa a una proteína localizada en la membrana plasmática llamada proteína G, la
cual activa a una enzima.

Receptores membranosos que adquieren actividad enzimática o


que activan enzimas:
Existen receptores membranosos que al ser inducidos adquieren actividad enzimática o
activan a una enzima independiente. La actividad enzimática que se revela en los primeros
puede ser de guanilato ciclasa, de serina-treonina quinasa o de tirosina quinasa, mientras
que la enzima que activan los segundos es siempre una tirosina quinasa.
Los GMPc (guanosina monofosfato cíclico) activan a la enzima quinasa G, que a su vez
fosforilan a una proteína citosólica específica. Con ella se pone en marcha una cadena de
reacciones químicas citoplasmáticas hasta que se produce la respuesta celular.

Las sustancias inductoras que interactúan con los receptores que poseen actividad de
serina-treonina quinasa pertenecen a una familia de moléculas llamadas TGF-β, cuyos
miembros regulan diversas actividades celulares.
Las sustancias inductoras que interactúan con los receptores que poseen propiedades de
tirosina quinasa pertenecen a una familia de moléculas llamadas factores de crecimiento.
Estos factores suelen ser secretados por células inductoras cercanas a las células inducidas
(secreción paracrina). El factor de crecimiento más conocido es la insulina, que estimula el
crecimiento de varios tipos celulares, por ejemplo, los fibroblastos.
La llegada de las sustancias inductoras reúne a las dos subunidades que integran el receptor,
lo cual posibilita la fosforilación cruzada de sus dominios citosólicos mediante la
incorporación de fosfatos procedentes de moléculas de ATP. Esta autofosforilación activa al
dominio citosólico del receptor, que origina tres tipos de vías de transmisión de señales: uno
en el que interviene la proteína Ras, otro en el que participa la enzima fosfolipasa C-ɣ y otro
en el que lo hace la fosfatidilinositol 3-quinasa.
Proteína Ras. Está anclada en el lado citosólico de la membrana plasmática mediante ácidos
grasos. Cuando se activa se relaciona con el dominio citosólico del receptor a través de una
proteína adaptadora y de la proteína GEF. Ello es porque la Ras es miembro de la familia de
GTPasas que actúan asociadas a las proteínas reguladoras GEF y GAP.
Fosfolipasa C-ɣ. Es la que se une a receptores con actividad de tirosina quinasa. Otra es la
fosfolipasa C-β que se activa por medio de receptores acoplados a la proteína G.
Fosfatidilinositol 3-quinasa. En la célula existen varias clases de fosfatidilinositol 3-quinasas,
entre ellas una que se activa mediante receptores con actividad de tirosina quinasa y otras
que lo hacen por medio de receptores acoplados a proteínas G.
Existen receptores que cuando son inducidos activan a una tirosina quinasa independiente
de sus moléculas, localizada en el citosol. Las sustancias inductoras más conocidas que se
unen a estos receptores son la hormona del crecimiento, la prolactina, la eritropoyetina,
algunas citoquinas y los antígenos cuando se unen a los linfocitos B o T. La vía de señales
que nace en estos receptores comienza cuando la sustancia inductora interactúa con las dos
o tres subunidades que integran el receptor. En algunos receptores esas subunidades son
iguales entre sí y en otros son diferentes. La llegada de la sustancia inductora reúne a las
subunidades, lo cual activa al receptor y origina una vía de señales que llega al núcleo muy
rápidamente, pues se vale de un escaso número de moléculas intermediarias.
Receptores membranosos acoplados a proteínas G:
Los receptores que se acoplan a las proteínas G son proteínas integrales multipaso que
cruzan siete veces la bicapa lipídica de la membrana plasmática.
Las proteínas G también pertenecen a la membrana plasmática, pero son heterotriméricas y
se hallan adosadas a la cara citosólica de la membrana. Sus tres subunidades se identifican
con las letras griegas α, β y ɣ. Las subunidades α y ɣ se unen a la membrana por medio de
sendos ácidos grasos. En cambio, la subunidad β se une a la membrana por medio de la
subunidad ɣ, con la que forma un complejo.
La activación de la proteína G se produce cuando la sustancia inductora se une al receptor,
pues este se pone en contacto con la subunidad α y hace que su GDP sea reemplazado por
un GTP.
Existen varias clases de proteínas G, las cuales dan origen a distintas vías de señales
intracelulares después de interactuar con las siguientes enzimas:
1) Adenilato ciclasa (AC), que a partir de ATP genera adenosina monofosfato cíclico (AMPc).
2) Fosfolipasa C-β (PLC-β), que al igual que la PLC- ɣ cataliza la escisión del fosfatidilinositol
4,5-difosfato (PIP2) localizado en la monocapa citosólica de la membrana plasmática, y
forma inositol 1,4,5-trifosfato (IP3) y diacilglicerol (DAG).
3) Fosfatidilinositol 3-quinasa (PI 3-K), que le añade un fosfato al PIP2 y lo convierte en
fosfatidilinositol 3,4,5-trifosfato (PIP3).
Debe señalarse que el AMPc, el IP3, el DAG y el PIP3 son catalogados como segundos
mensajeros.
Habitualmente las proteínas G amplifican las señales. Lo logran porque una sola suele
activar a muchas unidades de la enzima, cada una de las cuales, a su vez, da lugar a
numerosos segundos mensajeros.
Por otra parte, cuando por alguna circunstancia los receptores acoplados a proteínas G son
estimulados en forma ininterrumpida, intervienen dos tipos de proteínas citosólicas
desensibilizantes: unas quinasas específicas que fosforilan a los receptores y los inhiben, y
las proteínas denominadas arrestinas, que los bloquean.
El AMPc se forma a partir de ATP mediante la adenilato ciclasa, una enzima situada en la
membrana plasmática que requiere Mg2+ para funcionar. La adenilato ciclasa es activada por
la subunidad α de una proteína G específica, llamada proteína Gs. A su vez, el aumento del
AMPc en el citosol activa a la quinasa A, que en su estado inactivo es un tetrámero
compuesto por dos subunidades reguladoras y dos subunidades catalíticas unidas entre sí.
Debido a que el AMPc es un segundo mensaje muy potente, las células poseen dos
mecanismos alternativos para regular su concentración. El más importante depende de la
enzima fosfodiesterasa. El segundo mecanismo que regula la concentración del AMPc es ms
lento que el anterior, ya que depende de la unión de una sustancia inductora a su receptor y
de una proteína G que produce efectos contrarios a los de la proteína Gs. Se trata de la
proteína Gi, cuya subunidad α inhibe a la adenilato ciclasa y hace caer a la concentración del
AMPc.

En la membrana plasmática de diversos tipos de células la unión de algunas sustancias


inductoras con sus receptores activa a la subunidad α de la proteína Gq, que debido a ello
reemplaza su GDP por un GTP. A su vez, la proteína Gq activa a la fosfolipasa C-β, una enzima
que se halla el citosol cerca de la membrana. La fosfolipasa C-β genera IP3 y DAG a partir de
PIP2.
En el citosol el Ca2+ actúa como un segundo mensajero en distintas vías de señales
intracelulares. Para ello se liga a una proteína llamada calmodulina, aunque en otras
ocasiones permanece como un ion libre. La parte media de la calmodulina es alargada y
cada uno de sus extremos, que son globulares, posee dos lugares de unión para el Ca2+.
Debe señalarse que la calmodulina se activa solo si se le unen los cuatro Ca 2+ que su
molécula es capaz de albergar. Una vez formado el complejo Ca2+-calmodulina activa a la
quinasa CAM, que luego de autofosforilarse fosforila a serinas y treoninas de otras quinasas
citosólicas.

La quinasa CAM da origen a varias vías de señales intracelulares. Así, en distintos tipos
celulares inicia una cadena particular de activaciones derivada de la fosforilación de
sucesivas quinasas, hasta que la última produce la respuesta celular.
Una vez que el PIP2 es fraccionado en DAG e IP3 por la PLC-β o por la PLC- ɣ, el DAG
permanece en la monocapa citosólica de la membrana plasmática, como lo estaba el PIP 2.
Simultáneamente, parte del Ca2+ que se libera del REL por acción del IP3 se une a una enzima
citosólica llamada quinasa C. Luego el complejo Ca2+-quinasa C se dirige a la membrana
plasmática y se coloca junto al DAG a fin de que éste active a la quinasa C. A penas se activa,
la quinasa C fosforila a serinas o a treoninas de proteínas citosólicas y nucleares, las cuales
varían en los distintos tipos de células.

Muerte celular:
Las muertes celulares fisiológicas o programadas ocurren al cabo de una serie de cambios
morfológicos que reciben el nombre de apoptosis, término que se usa para diferenciarlas de
las muertes celulares accidentales (producidas por traumatismos, sustancias tóxicas,
obstrucciones vasculares, etc.), que se denominan necrosis.
Los cambios que experimentan las células cuando mueren por apoptosis son característicos.
Se deben a que se activan unas proteasas citosólicas especiales llamadas caspasas y ocurren
en el siguiente orden:
1) El citoesqueleto se desarma debido a la ruptura de sus filamentos. Como consecuencia, la
célula pierde contacto con sus vecinas (o con la matriz extracelular) y se vuelve esférica.
2) La célula se encoje porque el citosol y los organoides se condensan sin ser afectadas sus
estructuras. La condensación se debe a que se altera la permeabilidad de las membranas
celulares.
3) Los lamimofilamentos se disocian, con la consiguiente desintegración de la envoltura
nuclear.

4) La cromatina se compacta y las moléculas de ADN se seccionan por acción de una


endonucleasa, lo cual divide al núcleo en pequeños fragmentos que se distribuyen en el
citoplasma.
5) De la superficie de la célula emergen numerosas protrusiones, casi todas con fragmentos
nucleares en su interior.

6) Luego las protrusiones se desprenden, convertidas en fracciones celulares llamadas


cuerpos apoptósicos. Cabe señalar que sus organoides se hallan relativamente bien
conservados.
7) Las fosfatidilserinas de las membranas que envuelven a los cuerpos apoptósicos se
trasladan a la monocapa externa.
8) Finalmente, atraídos por estas fosfatidilserinas, numerosos macrófagos acuden al lugar
de la apoptosis y fagocitan a los cuerpos apoptósicos.
A diferencia de la necrosis, la remoción de células muertas por apoptosis preserva la
arquitectura original de los tejidos, puesto que no da lugar a reacciones inflamatorias ni
produce cicatrices.

La apoptosis constituye un mecanismo intrínseco de muerte celular, el cual es regulado por


una variedad de caminos de señalización intracelular. Existen dos vías, la vía intrínseca o
mitocondrial y la vía extrínseca o de los receptores de muerte.
En el caso de la de la vía intrínseca el daño celular es detectado por una familia de proteínas
llamadas Bcl-2, lo cual conduce a la permeabilización de la membrana mitocondrial
promoviendo la liberación de proteínas apoptóticas que activan a una caspasa iniciadora
llamada caspasa 9, la cual finalmente activa a una caspasa ejecutora (caspasa 3).
En el caso de la vía extrínseca miembros de la familia del factor de necrosis tumoral (TNF) se
unen a un receptor denominado receptor de muerte, iniciando una cascada de señalización
intracelular que activa una caspasa iniciadora, llamada caspasa 8, la cual finalmente activa a
la caspasa ejecutora.
La mayor parte de las muertes celulares por apoptosis se producen cuando:
1) Se suprimen los factores tróficos que mantienen vivas a las células;

2) Sustancias que inducen la muerte celular se unen a receptores específicos;


3) El ADN nuclear es afectado por mutaciones capaces de poner en peligro al organismo.
Generalmente, apenas nace, cada célula es mantenida viva por una sustancia inductora
específica llamada factor trófico o factor de supervivencia, que le llega desde células
vecinas. La mayoría de las muertes celulares por apoptosis tienen lugar cuando esas
sustancias dejan de actuar.
Los factores tróficos más estudiados son las glicoproteínas CSF y el grupo de sustancias
llamadas neurotrofinas. Las CSF estimulan la supervivencia, el crecimiento y la
diferenciación de las células sanguíneas. En cambio, las neurotrofinas tienen por función
mantener vivas a las neuronas y estimular el crecimiento de sus axones.
La necrosis comprende un estado de lesión irreversible de la célula, que se caracteriza por
una depleción total de ATP, que le impide a la célula mantener el correcto funcionamiento
de las bombas e intercambiadores de iones de su membrana plasmática. Lo que da como
consecuencia, la incapacidad de mantener la integridad de la membrana plasmática, con
ruptura de la misma y escapatoria de los elementos citoplasmáticos al exterior; lo que
genera un proceso de inflamación local.
Por otro lado, la activación de los lisosomas y ruptura de los mismos, con liberación de las
enzimas que se encuentran contenidas en éstos, va a llevar a la degradación del material
genético por la activación de nucleasas, degradación de las membranas plasmáticas por
activación de las lipasas y también, de proteínas del citoesqueleto por acción de proteasas.
La autofagia es un proceso en el cual las células generan energía y metabolitos mediante la
digestión de sus propias organelas y macromoléculas, es decir que, es un mecanismo de
degradación de componentes celulares que lleva a la eliminación de organelas dañadas y
permite entonces, la sobrevida de células que son privadas de nutrientes o de factores de
crecimiento. Sin embargo, si esta situación se prolonga, la célula consume todos los
sustratos y finalmente muere.
La autofagia se caracteriza por la formación de los llamados autofagosomas, en el cual el
contenido a degradar se encuentra dentro de una doble membrana. El autofagosoma se
fusiona con un lisosoma para formar una estructura denominada autolisosoma, que es la
encargada de degradar a las organelas y macromoléculas.
Otra condición biológica que lleva a la apoptosis ocurre cuando el ADN se altera por
envejecimiento celular, por errores en la replicación, por la acción de diferentes tipos de
agentes ambientales o por la acumulación en la célula de peróxido de hidrógeno o de
aniones superóxido.
Ante la presencia de esas alteraciones suele intervenir la proteína P53, derivada del gen
supresor de tumores p53. La proteína P53 estabiliza el ciclo celular en la fase G1 y controla
la presencia de alteraciones en el ADN para procurar su reparación. Cuando no logra
repararlas y son peligrosas para el organismo, la propia proteína P53 induce la muerte de la
célula a fin de impedir el traspaso del ADN dañado a las células hijas. Para ellos la P53
inactiva a la Bcl-2, lo cual pone en marcha el mecanismo que conduce a la apoptosis.
A menudo se halla alterado el mismo gen p53, por lo que genera una proteína P53
defectuosa, incapaz de controlar el estado del ADN y de conducir a la célula al “suicidio”.
Por consecuencia, si se trata de un tipo de célula que se divide, las células que descienden
de ella acumulan alteraciones a lo largo de las sucesivas divisiones. Este hecho es grave
cuando se afectan genes implicados en la regulación de la proliferación celular, ya que
pueden dar lugar a distintas clases de cánceres.

Unidad 4
El núcleo:

La presencia del núcleo es la principal característica que distingue a las células eucariotas. El
núcleo ocupa un 10% del volumen total de la célula y en él se halla confinado el ADN,
excepto el de las mitocondrias. Lo delimita la carioteca o envoltura nuclear, compuesta por
dos membranas concéntricas que se continúan con la membrana del RE.
La carioteca posee numerosas perforaciones, llamadas poros, que comunican el interior del
núcleo con el citosol. Además, se encuentra reforzada por dos mallas de filamentos
intermedios, una que se apoya sobre la superficie interna de la envoltura y otra que lo hace
sobre la superficie externa.
En el compartimiento nuclear se localizan:

1) Cuarenta y seis cromosomas, cada uno formado por una sola molécula de ADN
combinada con numerosas proteínas.
2) Varias clases de ARN (mensajero, ribosómicos, de transferencia, pequeños), que se
sintetizan en el núcleo al ser transcriptos sus genes. Estos ARN salen del núcleo por los
poros de la envoltura nuclear después de su procesamiento.
3) El nucléolo, donde se localizan los genes de los ARNr y los ARNr recién sintetizados.
4) Diversas proteínas, como las que regulan la actividad de los genes, las que promueven el
procesamiento de los ARN, las que se combinan con los ARNr en el nucléolo, las ADN
polimerasas, las ARN polimerasas, etc. Estas proteínas son fabricadas en el citosol e ingresan
en el núcleo por los poros de la envoltura nuclear.
5) Los elementos mencionados se hallan dispersos en la matriz nuclear o nucleoplasma,
cuya composición es escasamente desconocida.

Envoltura nuclear:
La envoltura nuclear o carioteca está compuesta por dos membranas concéntricas. Estas se
unen a nivel de los poros, los cuales se hallan distribuidos más o menos regularmente por
toda la envoltura.
El espacio entre la membrana externa y la membrana interna, o espacio perinuclear, se
comunica con la cavidad del RE. La membrana externa se continúa con la membrana del RE
y es común que aparezca tachonada de ribosomas. Las proteínas que se sintetizan en estos
ribosomas se incorporan a las membranas de la envoltura o se vuelcan en el espacio
perinuclear.
La membrana nuclear interna está sostenida por la lámina nuclear, que es una delgada
malla de laminofilamentos entrecruzados. La lámina nuclear se interrumpe sólo a la altura
de lo poros. Algunas proteínas integrales de la membrana nuclear interna sirven como
puntos de anclaje para los laminofilamentos. La lámina nuclear le otorga resistencia a la
carioteca y establece su forma, generalmente esférica.
En los poros que posee la envoltura nuclear existe un conjunto de proteínas llamadas
nucleoporinas, las cuales componen una estructura denominada complejo del poro que
consta de los siguientes elementos:
1) Ocho columnas proteicas que forman una pared cilíndrica en torno a la cual la membrana
externa de la carioteca se continúa con la membrana interna. En el lado citosólico los
extremos de las columnas proteicas componen un anillo o boca interna del poro nuclear. En
el lado externo curre algo similar.
2) Proteínas de anclaje que amarran las columnas proteicas a la envoltura nuclear. Cada
proteína se liga a una de las columnas, atraviesa la membrana de la envoltura y su extremo
sobresale en el espacio perinuclear.

3) Proteínas radiales que surgen de las columnas y se orientan hacia en el centro del poro.
Dado que se acortan y se alargan, convierten al complejo del poro en un diafragma.
4) Fibrillas proteicas que nacen de las bocas interna y externa del complejo y se proyectan
hacia el nucleoplasma y el citosol, respectivamente. Además, una fibra circular une entre sí
extremos distales de las fibrillas que parten de la boca interna.
Entrada de proteínas en el núcleo. Las proteínas destinadas al núcleo ingresan estando
plegadas, ya que adquieren sus estructuras terciarias y cuaternarias en el citosol, apenas
terminan de sintetizarse. La entrada de proteínas al núcleo se realiza mediante un
mecanismo selectivo que permite el ingreso sólo de las apropiadas, las cuales poseen un
péptido señal específico que abre el camino para que puedan pasar por el complejo del
poro.
Los péptido señal más estudiados se llaman NSL. No interactúan directamente con el
complejo del poro sino mediante una proteína heterodimérica denominada importina. Por
otra parte, existen NSL que se unen a proteínas distintas de las importinas, entre las que se
encuentran unas llamadas transportinas.
El pasaje de una proteína desde el citosol al núcleo a través del complejo del poro se
produce en varias etapas:

1) La proteína se une a la importina por medio del NSL y ambas moléculas se colocan cerca
del complejo del poro. Los atraviesan previo agrandamiento de su diafragma.
2) El pasaje requiere que la importina sea guiada por las fibrillas proteicas externas e
internas del complejo del poro.

3) Durante el pasaje se gasta un GTP, cuya hidrólisis está a cargo de una proteína llamada
Ran.
4) La Ran pertenece a la familia de GTPasas que actúan asociadas a las proteínas
reguladoras GEF y GAP; éstas se localizan en el núcleo y en el citosol, respectivamente.
5) Cuando el complejo importina-proteína ingresa en el núcleo lo hace también la Ran-GDP.

6) En el núcleo la GEF promueve el reemplazo del GDP de la Ran por un GTP, tras lo cual la
Ran-GTP se une al complejo importina-proteína.
7) Esta unión hace que la importina se independice de la proteína, que queda retenida en el
núcleo.
8) En cambio, la importina y la Ran-GTP permanecen unidas, atraviesan el complejo del poro
y retornan al citosol.
9) En el citosol la GAPO induce a la Ran a que hidrolice el GTP a GDP y P, de lo que resulta
una Ran-GDP y su separación de la importina.
10) Finalmente, la Ran-GDP y la importina libres pueden ser reutilizadas para hacer ingresar
nuevas proteínas en el núcleo.
Salida de proteínas y de moléculas de ARN. Las proteínas que salen del núcleo dependen
también de la Ran y de señales específicas para poder atravesar los poros de la envoltura
nuclear. Los péptido señal se denominan NES y son reconocidos por proteínas equivalentes
a las importinas, llamadas exportinas.
El pasaje de una proteína desde el núcleo al citosol a través del complejo del poro se
produce en varias etapas:
1) La proteína se une a la exportina por medio del NES. Simultáneamente, la GEF remueve el
GDP de una Ran-GDP y lo reemplaza por un GTP, de modo que se forma una Ran-GTP.
2) La Ran-GTP se une a la proteína por medio de la exportina.
3) Unidas entre sí, la Ran-GTP, la proteína y la exportina se acercan al poro nuclear y lo
atraviesan previo agrandamiento de su diafragma.
4) Al igual que la importina, durante el pasaje la exportina es guiada por las fibrillas
proteicas del complejo del poro.
5) Al cabo del pasaje, inducida por la GAP, la Ran-GTP hidroliza el GTP a GDP y P, de lo que
resulta una Ran-GDP.
6) Ello hace que la Ran-GDP se independice de la exportina, la cual, a su vez, se independiza
de la proteína.
7) La proteína queda retenida en el citosol. En cambio, la Ran-GDP y la exportina retornan al
nucleo separadamente.
8) Finalmente, la Ran-GDP y la exportina libres pueden ser reutilizadas para transferir
nuevas proteínas hacia el citosol.
Respecto de las moléculas de ARN, salen del núcleo combinadas con proteínas, aunque
están impedidas de hacerlo si no completaron sus procesamientos. Su pasaje a través de los
poros nucleares depende de la Ran y de transportinas que reconocen señales específicas en
las proteínas.

Cromosomas:
Cada cromosoma está constituido por una larguísima molécula de ADN asociada con
diversas proteínas. Las proteínas asociadas se clasifican en dos grandes grupos: las histonas
y un conjunto heterogéneo de proteínas no histónicas.

El complejo formado por el ADN, las histonas y las proteínas no histónicas se llama
cromatina. Así, la cromatina es el material por el que están compuestos los cromosomas.
En los cromosomas existen estructuras que son imprescindibles para la duplicación que
experimenta el ADN y sus proteínas asociadas antes de la división celular. Son las siguientes:

1) El centrómero o constricción primaria, que participa en el reparto a las células hijas de


las copias cromosómicas que se generan a consecuencia de la replicación del ADN.
2) Los telómeros, que corresponden a los extremos de los cromosomas, cuyo ADN se replica
de un modo distinto al resto del ADN.

3) La enorme longitud del ADN exige que su replicación se inicie en muchos puntos a la vez a
fin de que su duración sea relativamente breve. Estos puntos se denominan orígenes de
replicación y en ellos el ADN posee secuencias de nucleótidos especiales.
En las moléculas de ADN se halla depositada la información genética de la célula, y todas las
células poseen conjuntos virtualmente idénticos de moléculas de ADN. La totalidad de la
información genética depositada en el ADN lleva el nombre de genoma.
La aptitud o incompetencia del ADN para generar moléculas de ARN, se basa en la secuencia
de sus nucleótidos. Así, en algunos sectores el ADN exhibe secuencias de nucleótidos que se
transcriben, llamadas genes, y en otros presenta secuencias aparentemente prescindibles.

Más de la mitad del ADN se halla representado por secuencias de nucleótidos no repetidas
(copias únicas) o que se repiten unas pocas veces. La mayoría de los genes se localizan en
esta parte del ADN.
El resto del ADN corresponde a secuencias de nucleótidos que se repiten muchas veces.
Existen dos clases de este ADN repetitivo: el dispuesto en tandas (en el cual el inicio de una
repetición se halla inmediatamente después del final de la otra) y el disperso (cuyas copias
no se encuentran agrupadas sino dispersas en distintos puntos de los cromosomas).
ADN repetitivo dispuesto en tandas. A esta categoría perteneces los ADN satélites, los
microsatélites y los minisatélites.
En los ADN satélites el largo de la secuencia repetida, el número de veces que se repite cada
tanda y el número de tandas varían. El más destacado se localiza en los centrómeros, y por
ello se encuentra en todos los cromosomas.
Los microsatélites poseen secuencias de ADN repetidas mucho más cortas que las de los
ADN satélites, e igual que estos están en todos los cromosomas.
Los minisatélites también contienen secuencias de ADN cortas. A esta categoría pertenecen
el ADN repetitivo de los telómeros y el ADN hipervariable, llamado así porque es distinto
en cada individuo.
ADN repetitivo disperso. Existen dos clases de ADN repetitivo disperso llamadas SINE y
LINE.
El SINE más estudiado corresponde a la familia Alu, cuyas copias constituyen el 13% del
genoma humano.
El LINE más común se conoce con la sigla L1, cuyas copias ocupan alrededor del 21% del
genoma humano.
Las células somáticas humanas poseen 46 cromosomas (y por consiguiente 46 moléculas de
ADN), divididos en 22 pares de autosomas más un par de cromosomas sexuales. en la mujer
los dos miembros del par sexual son iguales, pero no en el varón. Así, con excepción del par
sexual en el varón, puede decirse que en cada célula existen dos juegos idénticos de 23
cromosomas, uno aportado por el espermatozoide y el otro por el ovocito en el momento
de la fecundación. Ello es lo que define a las células somáticas como células diploides y a los
espermatozoides y los ovocitos como células haploides.
Las histonas desempeñan un papel fundamental en el enrollamiento de la cromatina. Se
trata de proteínas básicas que poseen una alta proporción de lisinas y argininas, es decir, de
aminoácidos cargados positivamente. Ello contribuye a la unión de las histonas con las
moléculas de ADN, en las que predominan las cargas negativas.
Existen cinco clases de histonas, llamadas H1, H2A, H2B, H3 y H4. Las cuatro últimas llevan
el nombre de histonas nucleosómicas porque a molécula de ADN se enrolla en torno de ellas
para formar los nucleosomas, que constituyen las unidades básicas del enrollamiento
cromatínico.
Las dos vueltas del ADN se fijan al núcleo del nucleosoma merced a la histona H. El complejo
formado por el nucleosoma más la histona H1 recibe el nombre de cromatosoma. En la
cromatina existen dos proteínas accesorias, ambas ácidas, que asisten a las histonas para
que se liguen entre sí. Se denominan proteína N1 y nucleoplasmina.
Para que pueda ser contenida en el pequeño espacio que el núcleo le ofrece, cromatina de
cada cromosoma debe experimentar nuevos y sucesivos grados de enrollamiento cada vez
mayores. Estos nuevos enrollamientos son inducidos por un complejo de proteínas
nucleares llamadas condensinas.
En primer término, los cromatosomas se enrollan sobre sí mismos y dan lugar a una
estructura helicoidal llamada solenoide, de 30 nm de diámetro. Este enrollamiento depende
de las histonas H1 y cada vuelta del solenoide contiene seis nucleosomas. La cromatina se
compacta todavía más. Así, la fibra de 30 nm forma lazos de variada longitud, los cuales
nacen de un cordón proteico constituido por proteínas no histónicas.
En algunos sectores la cromatina experimenta un grado de enrollamiento aún mayor.
Durante la interfase, la cromatina así condensada recibe el nombre de heterocromatina, y
se reserva el de eucromatina para la menos compactada. Por lo general hay una relación
directa entre el grado de enrollamiento y la actividad transcripcional del ADN, ya que la
cromatina menos compactada es la que posee el ADN transcripcionalmente activo y la
cromatina más condensada es la que contiene el ADN inactivo desde el punto de vista
transcripcional.
Durante la interfase recibe el nombre de heterocromatina constitutiva la cromatina
altamente condensada que se encuentra de manera constante en todos los tipos celulares,
es decir, como un componente estable del genoma, no convertible en eucromatina. a esta
categoría pertenece la cromatina de los sectores cromosómicos que poseen ADN repetitivo
satélite, la cromatina de los telómeros y la mayor parte de la cromatina que forma los
brazos cortos de los cromosomas acrocéntricos.
En cambio, se denomina heterocromatina facultativa a la que se detecta en localizaciones
que varían en los distintos tipos celulares o en las sucesivas diferenciaciones de una célula
dada, de modo que sectores que aparecen como heterocromatina en un tipo celular o en
una etapa de su diferenciación, en otros tipos celulares y en otras etapas se presentan como
eucromatina.
El grado más alto de enrollamiento se alcanza en la etapa de división llamada metafase, en
que la cromatina de los cromosomas muestra un estado de condensación similar al de la
heterocromatina interfásica. Tal grado de compactación hace que los cromosomas lleguen a
verse como estructuras individuales, las cuales una vez fijadas y fotografiadas, pueden ser
aisladas, clasificadas y ordenadas con relativa facilidad. El conjunto de cromosomas
ordenados según un criterio preestablecido recibe el nombre de cariotipo.
La presencia del centrómero divide a las cromátidas del cromosoma metafásico en dos
brazos, por lo general uno más largo que el otro. Al brazo corto se lo identifica con la letra p
y al largo con la letra q. Los extremos de los brazos se denominan telómeros. De acuerdo
con la posición del centrómero, los cromosomas se clasifican en tres grupos:
1) Los metacéntricos poseen el centrómero en una posición más o menos central, de modo
que existe poca o ninguna diferencia en el largo de los brazos de las cromátidas.
2) En los submetacéntricos el centrómero se encuentra alejado del punto central, de modo
que las cromátidas poseen un brazo corto y uno largo.
3) En los acrocéntricos el centrómero está cerca de uno de los extremos del cromosoma,
por lo que los brazos cortos de las cromátidas son muy pequeños.
Durante la interfase puede observarse que los cromosomas ocupan sitios especiales,
denominados territorios cromosómicos, los cuales están separados por áreas llamadas
dominios intercromosómicos, donde se encuentran moléculas de ARN procesándose o en
tránsito hacia los poros nucleares.

Genes:
Los genes pueden analizarse desde tres ángulos diferentes: el molecular, el mendeliano y el
poblacional. La biología celular, que los estudia desde el punto de vista molecular, define al
gen como “la secuencia de ADN que contiene la información requerida para fabricar una
molécula de ARN y, si esta corresponde a un ARN mensajero, a partir de él construir una
proteína”.
Cada gen se localiza en un sitio particular del cromosoma, llamado locus. Los genes no sólo
dirigen la síntesis de las moléculas de ARN. Como el resto del ADN, antes que las células
somáticas se dividan ellos se replican, es decir, sintetizan moléculas de ADN
complementarias que se reparten en las células hijas con el fin de autoperpetuarse.
Lo genes constituyen las entidades biológicas a través de las cuales se transmiten los
caracteres físicos de padres a hijos. Más aún, las mutaciones que los genes acumulan a lo
largo del tiempo pueden resultar beneficiosas para la evolución de la especie.
Puesto que la información genética depositada en las moléculas de ADN se localiza en el
núcleo, y que la síntesis proteica tiene lugar en el citoplasma, es necesario que esa
información sea transferida desde el núcleo al citosol. Tal transferencia es un proceso
complejo que requiere la intervención de una molécula intermediaria. Se trata del ARN
mensajero (ARNm), que copia la información contenida en el ADN y sale al citosol, donde
dirige la síntesis de la proteína. Así, en el núcleo el ADN determina la secuencia de los
nucleótidos del ARNm y en el citoplasma el ARNm establece el orden de los aminoácidos de
la proteína.
La síntesis del ARN se denomina transcripción del ADN, mientras que la síntesis de la
proteína, lleva el nombre de traducción del ARNm. Este flujo de información es conocido
como el “dogma central” de la biología molecular.

Las moléculas de ARN surgidas de la transcripción del ADN se llaman transcriptos primarios.
Se convierten en ARN funcionales antes de salir del núcleo, al cabo de varias modificaciones
conocidas con el nombre de procesamiento del ARN. El procesamiento más conocido es el
de los transcriptos primarios de los ARNm, los cuales contienen segmentos no funcionales
intercalados con los segmentos que contienen la información genética que codifica a la
proteína. Los primeros se denominan intrones; los segundos exones. El procesamiento
remueve los intrones y empalma los exones entre sí, dando lugar a un ARNm con
información genética continua, apto para dirigir la síntesis de la proteína.

Debido a que un gen es un tramo de ADN que contiene la información necesaria para
generar un ARN o una proteína, se dice que codifica a estas dos moléculas. Se emplea el
término “codifica” porque las instrucciones que se trasladan del ADN al ARN y de éste a la
proteína, son transmitidas en forma de códigos.
Debido a que en el proceso de transmisión de la información genética cada nucleótido está
representado por una letra, el alfabeto contenido en las moléculas de ADN o de ARN no es
suficiente para simbolizar los 20 tipos de aminoácidos que pueden hallarse en una proteína.
Las células resuelven el problema utilizando grupos de tres nucleótidos para codificar a cada
aminoácido. Estos tripletes de nucleótidos se denominan codones. El conjunto de 64
codones recibe el nombre de código genético.
Dado que se utilizan 61 de los 64 codones para codificar a los 20 tipos de aminoácidos, la
mayor parte de ellos pueden ser codificados por más de un codón, condición que ha llevado
a decir que existe una “degeneración” en el código genético. Los codones que codifican a un
mismo aminoácido se llaman “sinónimos”. Los tres codones que no codifican aminoácidos
tienen por mandato señalar la conclusión de la síntesis de la molécula proteica; reciben el
nombre de codones de terminación.
El gen posee otros componentes:
1) El promotor, que inicia la transcripción y señala a partir de qué nucleótido debe
transcribirse el gen.

2) Secuencias reguladoras, que determina cuando debe transcribirse el gen y cuántas veces
debe hacerlo. Existen dos tipos de reguladores, los amplificadores y los inhibidores.
3) El gen posee un tramo de ADN denominado secuencia de terminación que marca la
conclusión de la síntesis del ARN.

Replicación del ADN:


Al cabo de la división celular las células hijas heredan la misma información genética
contenida en la célula progenitora. Como esa información se halla en el ADN, cada una de
las moléculas de ADN debe generar otra molécula de ADN idéntica a la originaria para que
ambas sean repartidas en las dos células hijas. Esta duplicación, merced a la cual el ADN se
propaga en las células de generación en generación, se denomina replicación. La vida de las
células que se dividen transita por dos etapas que se alternan cíclicamente, conocidas con
los nombres de interfase y mitosis.
Debe señalarse que desde la terminación de la fase S hasta que se segregan en la mitosis,
los ADN hijos derivados de un mismo ADN progenitor permanecen juntos, unidos a la altura
del centrómero mediante un complejo de proteínas llamadas cohesinas. Mientras están
unidos, esos ADN llevan el nombre de cromátidas hermanas.
Igual que el ARN, el ADN se sintetiza en dirección 5´-->3´ y utiliza como molde una cadena
de ADN preexistente. Las diferencias entre la replicación y la transcripción se deben en
parte a que el ADN es una molécula doble y no simple como el ARN.
A partir de una molécula doble de ADN se originan dos moléculas dobles de ADN, cada una
compuesta por una cadena heredada del ADN progenitor y una cadena recién sintetizada.
Dado que las moléculas de ADN recibidas por las células hijas contienen una cadena original
y una cadena nueva, se dice que el mecanismo de replicación del ADN es semiconservador.
Al hablarse de unidades de replicación se quiere decir que el ADN no se sintetiza
globalmente sino a partir de múltiples sectores a lo largo de su molécula, cada uno de los
cuales corresponde un lazo. Es necesario advertir que tal sectorización no supone la
existencia de algún tipo de interrupción en la continuidad del ADN, ya que la condición
unitaria de su molécula no se pierde.
A lo largo de cada cromosoma aparecen en el ADN múltiples orígenes de replicación, entre
20 y 80 por cada lazo de cromatina, es decir, por cada unidad de replicación. Los orígenes de
replicación se gestan al separarse localmente las dos cadenas del ADN.
Cuando en un origen de replicación se abre la doble hélice del ADN, se forma la llamada
burbuja de replicación, cuyo tamaño aumenta a medida que avanza la separación de las
cadenas en los dos extremos de la burbuja. Ello da lugar a una estructura con forma de Y
denominada horquilla de replicación.
El segmento de ADN que se sintetiza a partir de un origen de replicación recibe el nombre
de replicón.
El tramo de cadena hija que crece en dirección 5´--> 3´se construye sin mayores
complicaciones, mediante el agregado continuo de nucleótidos en su extremo 3´a medida
que se desplaza la horquilla. En cambio, la otra cadena hija se sintetiza de un modo singular,
ya que para poder crecer debe hacerlo en dirección contraria al avance de la horquilla. Lo
logra porque se fabrica de manera discontinua, lo cual significa que se construyen pequeños
tramos de ADN, llamados fragmentos de Okazaki, que se ligan entre sí conforme se van
formando.
Se dice que la replicación del ADN es un proceso bidireccional no solo porque las dos
cadenas se sintetizan en direcciones opuestas, sino también porque las dos horquillas
avanzan en direcciones divergentes. Además es asimétrica, ya que una misma cadena se
replica de forma continua de un lado de la burbuja y en forma discontinua del otro lado.
Para iniciar la síntesis de la cadena continua de ADN, la ADN polimerasa necesita, además
de una cadena de ADN 3´--> 5´molde, un extremo 3´para poder colocar el primer
desoxirribonucleótido. Este extremo lo provee una pequeña pieza de ARN llamada cebador.
La formación del cebador es catalizada por una ARN polimerasa específica, la ADN primasa.
Una vez formado el cebador, la síntesis del ADN se produce por la acción de la ADN
polimerasa y la provisión de desoxirribonucleótidos.
Dada la naturaleza bidireccional de la replicación, al iniciarse la síntesis continua del ADN, en
cada origen se forman dos cebadores divergentes, uno en cada cadena de la doble hélice
abierta. Seguidamente, la ADN polimerasa δ, que es la enzima que cataliza la síntesis de la
cadena continua, agrega un desoxirribonucleótido en el extremo 3´del cebador y luego los
sucesivos nucleótidos en el extremo 3´de la cadena en crecimiento.

Cuando la horquilla arriba al extremo del replicón, la cadena continua toma contacto con la
cadena discontinua del replicón vecino y otra enzima, la ADN ligasa, une el extremo 3´de la
primera con el extremo 5´de la segunda. Además, donde se iniciara la síntesis de la cadena
continua, el cebador es removido por una nucleasa reparadora y reemplazado por una
pieza equivalente de ADN generada con la ayuda de una enzima especial, la ADN
polimerasa β. Finalmente, esta pieza de ADN se conecta con el resto de la cadena continua
mediante la ADN ligasa.
Una característica de las ADN polimerasas es su tendencia a desprenderse del ADN e la
cadena molde. Empero, mientras hacen su trabajo permanecen unidas a él debido a que son
sostenidas por una abrazadera deslizante. La abrazadera deslizante se forma con el
concurso de tres subunidades proteicas iguales entre sí denominadas PCNA, cada una
integrada por dos dominios topológicamente idénticos.
La cadena discontinua requiere que la ADN primasa fabrique múltiples cebadores, uno para
cada fragmento de Okazaki. La enzima responsable de la síntesis de los fragmentos de
Okazaki es la ADN polimerasa α, que se halla unida a la ADN polimerasa δ y por ellos se
localiza cerca del ángulo de la horquilla de replicación.
La ADN polimerasa α coloca el primer desoxirribonucleótido junto al extremo 3´del cebador
del fragmento de Okazaki, lo liga a él y agrega los sucesivos desoxirribonucleótidos en el
extremo 3´del fragmento en crecimiento. Lo hace siguiendo el orden marcado por los
nucleótidos de la cadena de ADN que sirve de molde para formar la cadena discontinua.
A medida que avanza la horquilla de replicación, se acorta el ADN molde y se alarga la doble
hélice que resulta de la síntesis del fragmento de Okazaki. Además, se crea un segundo ADN
molde, el del fragmento de Okazaki que sintetizará en el próximo ciclo. La doble hélice y el
segundo ADN molde forman un bucle que crece entre la ADN polimerasa α y el ángulo de la
horquilla de replicación.
El bucle se forma porque la ADN polimerasa α no puede deslizarse activamente sobre el
ADN molde, debido a que se halla unida a la polimerasa δ en el ángulo de la horquilla de
replicación. Por consecuencia, le corresponde al ADN molde deslizarse con relación a la
enzima, lo cual genera un bucle de longitud creciente que hace posible que el ADN molde se
convierta en una doble hélice sin que la ADN polimerasa α se mueva de su lugar.
La ADN polimerasa α no se desprende del ADN molde debido a que se asocia a una
abrazadera deslizante, cuyas partes se separan apenas el fragmento de Okazaki termina de
sintetizarse. La ADN polimerasa α interrumpe su actividad después que agrega el último
nucleótido del fragmento de Okazaki, cuyo extremo 3´ queda junto al extremo 5´ del
cebador formado precedentemente. Del mismo modo que en la cadena continua, los
cebadores de la cadena discontinua son removidos por una nucleasa reparadora y
reemplazados con piezas de ADN construidas por la ADN polimerasa β. Luego actúa la ADN
ligasa que suelda el extremo 3´ de esas piezas con el extremo 5´ de los fragmentos de
Okazaki precedentes.
Las ADN polimerasas copian los nucleótidos del ADN después que las dos cadenas de la
doble hélice se separan. La separación es producida por una enzima específica llamada
helicasa, que se sitúa en el ángulo de la horquilla de replicación por delante de las ADN
polimerasas δ y α y corta los puentes de hidrógeno entre las bases complementarias de las
dos cadenas de la doble hélice. Este proceso requiere energía, que es tomada del ATP.

Mutación del ADN:


Cuando las alteraciones del genoma involucran a uno o a unos pocos nucleótidos, se
denominan mutaciones génicas.
Otras veces las alteraciones son de tal magnitud que afectan al cariotipo, por lo cual llevan
el nombre de aberraciones cromosómicas. Pueden ser estructurales o numéricas. En las
aberraciones estructurales se hallan afectadas partes extensas de un cromosoma, que
pueden perderse, invertirse, duplicarse o translocarse. En las numéricas, en cambio, el
cariotipo exhibe un número de cromosomas mayor o menor que el normal.
Las mutaciones génicas más comunes consisten en la sustitución de un nucleótido por otro,
en la perdida de uno o varios nucleótidos, o en la inserción de uno o varios nucleótidos en
una molécula de ADN. Cualquiera que sea el tipo de mutación, genera un cambio en la
información contenida en el gen y lleva a la producción de una proteína distinta de la
esperada o a la ausencia de su producción.

Las mutaciones pueden producirse en las células somáticas o en las germinativas. En el


primer caso, si bien son capaces de afectar el fenotipo de los individuos, no pasan a la
descendencia. En cambio, cuando se instalan en las células germinativas pueden
transmitirse a la descendencia y heredarse de generación en generación.

Existen mutaciones génicas espontáneas ajenas a la replicación. Algunas aparecen como


consecuencia de la desaminación de las bases de los nucleótidos, dada la facilidad con que
pierden sus grupos amino.
Otras clases de mutaciones génicas espontáneas aparecen a raíz de la apurinización, es
decir, cuando una base se desprende de la desoxirribosa del nucleótido. Por lo tanto, en
esos puntos los genes carecen de información.

Reparación del ADN:


Para cada tipo de alteración del ADN existe un mecanismo de reparación especial, dirigido
por una combinación de enzimas específicas.
En la mayoría de los casos se basan en la información genética complementaria existente
entre las dos cadenas de la doble hélice, de modo que, si alguna de ellas sufre una
alteración, puede ser reparada a partir de la información normal contenida en la otra. Como
en cualquier proceso biológico, los mecanismos reparadores de errores en el ADN pueden
fallar, con la consiguiente aparición de mutaciones génicas.
Si la ADN polimerasa inserta en forma accidental un nucleótido incorrecto, “percibe” el
error y no agrega nuevos nucleótidos, de modo que el crecimiento de la cadena se detiene
transitoriamente. El error es resuelto por la propia enzima mediante el ejercicio de una
función adicional conocida como “lectura de pruebas”.
Si falla esta “lectura de pruebas”, se pone en marcha un segundo sistema de reparación. En
primer término, el o los nucleótidos erróneos son removidos por una nucleasa reparadora.
Para ello la nucleasa corta la unión fosfodiéster que conecta al nucleótido incorrecto con el
nucleótido continuo. La reparación se completa cuando la ADN polimerasa β sintetiza la
pieza faltante y la ADN ligasa une esa pieza al ADN cortado.
La aparición en el ADN de uracilos en lugar de citosinas da lugar a un mecanismo de
reparación que utiliza una ADN glicosidasa específica. Esta reconoce y corta la conexión
entre la base errónea y la desoxirribosa, de modo que deja al nucleótido sin su base.
Los dímeros de timina son removidos por un sistema de enzimas especiales, que hidrolizan
simultáneamente dos uniones fosfodiéster, una a cada lado de la lesión. La reparación se
completa cuando la ADN polimerasa β reemplaza la pieza ausente por un tramo de ADN
nuevo y la ADN ligasa lo une al ADN anterior.

Transcripción del ADN:


Recibe el nombre de transcripción la síntesis de moléculas de ARN sobre la base de moldes
de ADN. La síntesis se produce por la unión entre sí de los nucleótidos A, U, C y G, que se
alinean siguiendo el orden marcado por los nucleótidos complementarios del ADN. Esa
complementariedad determina que las bases A, U, C y G del ARN se apareen
respectivamente, con las bases T, A, G y C del ADN.
El apareamiento se logra mediante el establecimiento de uniones transitorias (no
covalentes) de las bases del ADN con las bases del ARN en formación, lo cual permite que se
produzcan las verdaderas reacciones sintéticas, es decir, la unión de los nucleótidos del ARN
entre sí.

El enlace entre dos nucleótidos consecutivos corresponde a una unión fosfodiéster. Las
uniones fosfodiéster no se producen espontáneamente; son dirigidas y catalizadas por
enzimas específicas llamadas ARN polimerasas.
En la célula el ARN se construye de la de la siguiente manera:

-En primer lugar, se copia sólo una de las dos cadenas del ADN, la que corre en dirección
3´--> 5´. Esto permite anticipar que el ARN se sintetiza a partir de su extremo 5´ y progresa
por su extremo 3´.
-En segundo lugar, los ribonucleótidos se agregan de a uno por vez, lo que hace innecesaria
la separación de las dos cadenas del ADN en toda su extensión. Solo se separa un tramo de
alrededor de 10 pares de nucleótidos, lo cual, forma en el ADN una burbuja de
transcripción que se desplaza a medida que se “leen” sus nucleótidos.
Convencionalmente se dice que la transcripción avanza en dirección 5´--> 3´ porque el ARN
sintetizado se corresponde con la cadena no transcripta del ADN.
Los monómeros con los cuales se construyen las moléculas de ARN se presentan en el
nucleoplasma como ribonucleósidos trifosfato. El comienzo de la transcripción tiene lugar
cuando, a través de su base, uno de estos ribonucleósidos establece una unión transitoria
con la base complementaria del primer nucleótido del gen. En este proceso interviene el
promotor del gen, el cual se une a la ARN polimerasa y hace que ésta interactúe con el ADN
en el sitio en que debe iniciarse la transcripción, el cual es marcado por el propio promotor.
Allí la ARN polimerasa forma una “burbuja”, pues determina la separación localizada de las
dos cadenas del ADN y deja expuesto al primer desoxirribonucleótido que va a ser leído. A
continuación, frente a este desoxirribonucleótido se acomoda un ribonucleósido trifosfato
complementario. Luego se arrima un segundo ribonucleósido trifosfato y sus bases se unen.
Pero lo más importante es que los dos ribonucleótidos que concurrieron a la burbuja
quedan juntos, lo cual permite que entre ellos se produzca una unión fosfodiéster y se
genere un dinucleótido. Con él se inicia la síntesis del ARN, que prosigue en dirección 5´-->3´
a medida que se acercan los ribonucleósidos trifosfato indicados por el ADN.
El alargamiento progresivo del ARN es conducido por la misma ARN polimerasa. La
transcripción concluye cuando la ARN polimerasa alcanza la secuencia de terminación en el
extremo 3´ del gen. En este punto, la enzima se libera. También lo hace el ARN, que
adquiere el nombre de transcripto primario.
Existen tres tipos de ARN polimerasa, llamadas I, II y III, responsables de la síntesis de las
distintas clases de ARN.

La ARN polimerasa I el ARNr 45S.


La ARN polimerasa II sintetiza los ARNm, los miARN y la mayoría de los ARNpn.
La ARN polimerasa III el ARNr 5S, los ARN t, el ARNpc y unos pocos ARNpn.

Transcripción de los genes de los ARN mensajeros:


La síntesis de una ARNm dado se produce cuando el gen respectivo, mejor dicho, sus
secuencias reguladoras y el promotor, se activan por proteínas especiales, llamadas factores
de transcripción. Estos se clasifican en específicos y basales.
Los factores de transcripción específicos interactúan con el regulador del gen y, según lo
hagan con secuencias amplificadoras o inhibidoras del regulador, se conocen como
activadores y represores, respetivamente.
Los factores de transcripción basales son requeridos por el promotor, pues se unen a la
secuencia TATA para comenzar la síntesis del ARNm. Existen varios, denominados TFIID,
TFIIA, TFIIB, TFIIF, TFIIE, TFIIH, etc., los cuales actúan secuencialmente en el orden en que
son mencionados. El TFIID se halla integrado por varias subunidades, una llamada TBP las
otra, TAF.
El proceso se inicia al unirse el TFIID al promotor, por medio de la TBP. Esta unión altera la
estructura de la cromatina en el promotor. El cambio atrae tanto a los restantes factores de
transcripción basales como a la ARN polimerasa II, con la cual esos factores se unieron
previamente.
Para alargar el ARNm, la ARN polimerasa II necesita dos factores adicionales, los factores de
elongación SII (o TFIIS) y SIII (o elongina).

El conjunto de transcriptos primarios de los ARNm se conoce como ARN heterogéneo


nuclear o ARNhn. Estos transcriptos no se encuentran libres en el nucleoplasma sino
combinados con diversas proteínas básicas, las cuales se unen a los ARNm a medida que se
sintetizan.
El conjunto de transcriptos primarios y las proteínas asociadas lleva el nombre de
ribonucleoproteína heterogénea nuclear o RNPhn. Se considera que las proteínas actúan
como chaperonas que mantienen a los ARNm desplegados. Ello evita que se formen
apareamientos entre secuencias de nucleótidos complementarios.

Regulación de la actividad de los genes que codifican ARN


mensajeros:
Los mecanismos celulares que determinan qué proteína ha de sintetizarse, y en qué
cantidad, operan en varios niveles, aunque los más importantes son los que controlan la
actividad transcripcional de los genes. No obstante, pueden producirse regulaciones
después de sintetizado el ARN, durante el procesamiento del transcripto primario. Incluso
más tarde, mediante el control de la exportación del ARNm al citoplasma o de su
supervivencia en el citosol. Finalmente, en algunos casos las regulaciones ocurren durante la
traducción de los ARNm en proteínas o a través de la degradación de las segundas.
Recordemos que la polimerasa II por sí misma no puede iniciar la transcripción del
segmento codificador del gen, pues tiene que ser activada por los factores de transcripción
basales unidos al promotor. A su vez, esta unión depende de la activación previa de las
secuencias reguladoras por factores de transcripción específicos.
Los factores de transcripción específicos, al ser particulares para cada gen, se califican como
facultativos. Logran la especificidad mediante la creación de múltiples combinaciones entre
ellos. Debido a que cada gen suele tener varios amplificadores y varios inhibidores, dos o
más genes distintos pueden poseer algunos reguladores en común, aunque nunca la misma
combinación.
Una vez que los factores específicos se han unido a las secuencias reguladoras, ¿cómo
actúan sobre el promotor? Simplemente, el gen se curva y forma una horquilla. Los factores
específicos unidos a las secuencias reguladoras interactúan con los factores basales situados
en el promotor. Ello es posible porque los factores específicos cuentan con dos dominios,
uno que se conecta con el ADN regulador y otro que lo hace con los factores basales, más
precisamente, con las subunidades TAF del factor TFIID.

Cuando el complejo queda integrado, los factores basales activan a la ARN polimerasa II y
ésta inicia la transcripción del gen. Por su parte, los factores específicos disponen el número
de polimerasas que harán el trabajo, lo cual regula la cantidad de ARNm que se fabricará.
La microscopía electrónica convencional no muestra cómo se transcriben los genes. Empero,
cuando se dispersa el contenido del núcleo sobre una grilla se ponen en evidencia detalles
reveladores. Así, si un gen se transcribe a un ritmo acelerado, es decir, se asocia
simultáneamente con varias ARN polimerasas II, puede ser visto junto con muchas cadenas
de ARNm que surgen perpendicularmente de su molécula. El conjunto se asemeja a un
árbol de navidad, cuyo tronco corresponde al gen y las ramas a los ARNm.
Los factores de transcripción y el ADN de los reguladores y del promotor contienen en sus
moléculas información suficiente para unirse entre sí en forma específica. Los factores de
transcripción establecen contacto con el ADN mediante grupos químicos complementarios,
de un lado aportados por los aminoácidos y del otro por las bases de los nucleótidos. Así, la
especificidad de la unión depende de la complementariedad estructural entre las partes
interactuantes.
Los factores de transcripción reconocen al ADN de los promotores y de los reguladores por
sus bases, en ellas identifican a grupos químicos localizados en la parte exterior de la doble
hélice, a nivel de los surcos mayor y menor. Allí, sin necesidad de romper los puentes de
hidrógeno, los aminoácidos de los factores de transcripción interactúan con las bases y se
unen a ellas.
Visto desde el surco mayor del ADN, cada par de nucleótidos muestra un átomo de oxígeno,
uno de hidrógeno y uno de nitrógeno, que son capaces de establecer uniones no covalentes
(como puentes de hidrógeno) con átomos de los aminoácidos de los factores de
transcripción.
La información cifrada en el surco menor del ADN es menos amplia que la del surco mayor,
tal vez porque el menor resulta estrecho para la entrada de algunos aminoácidos.
Además de estas asociaciones específicas, entre los factores de transcripción y el ADN se
producen uniones inespecíficas; en una de ellas participa el esqueleto de fosfatos del ADN, y
si bien no le confiere especificidad a la unión, la estabiliza.
Las proteínas de los factores de transcripción contienen estructuras diméricas simétricas,
las cuales se encuentran en los surcos de la doble hélice del ADN. Así, los dímeros ocupan
dos vueltas de la doble hélice, con un monómero en cada vuelta.
Aunque existen miles de factores de transcripción diferentes, los sectores diméricos de sus
moléculas forman estructuras secundarias y terciarias con diseños comunes, lo cual permite
clasificarlos en un limitado número de familias.

La denominación de las estructuras se basa en las formas que tienen:


Hélice-vuelta-hélice. Esta estructura consta de dos cadenas de aminoácidos con forma de
hélice, separadas por una “vuelta” o cadena más corta. Una de las hélices “lee” la secuencia
de nucleótidos en el sector regulador del gen y la otra mantiene la hélice lectora en la
posición adecuada. Cuando una hélice-vuelta-hélice está acompañada por otra simétrica,
entre ambas componen un dímero.
Cremallera de leucina. Consta de dos cadenas polipeptídicas dispuestas en paralelo, ambas
con forma de hélice. Cada cadena posee dos sectores, uno que se une al ADN y otro que lo
hace con su homólogo, con lo cual se forma un dímero. Los sectores unidos entre sí
presentan, cada siete aminoácidos, una leucina que da al interior del dímero. Estas leucinas
se encastrarían como los dientes de los cierres relámpago, de ahí el nombre de cremallera.
Dedos de cinc. Cada dominio del factor de transcripción está compuesto por una secuencia
de unos pocos aminoácidos y un átomo de cinc, el cual se liga tetraédricamente a cuatro
cisteínas, o a dos cisteínas y dos histidinas. Estos dominios se proyectan como dedos, cuyo
número y secuencia de aminoácidos varían en los distintos factores de transcripción.
Además, los dedos de cinc se asocian de a dos para formar dímeros.
Hélice-bucle-hélice. Esta estructura tiene una configuración dimérica muy parecida a la
cremallera de leucina, pues posee dos cadenas polipeptídicas con dos sectores funcionales
en cada una: el específico y el responsable de la dimerización. El primero es rico en
aminoácidos básicos. Este diseño se diferencia de la cremallera porque sus partes
dimerizadas no se encastran.

La acetilación, la desmetilación y la desfosforilación de distintas histonas disminuyen el


enrollamiento de la cromatina y propician la actividad de los genes. Contrariamente, la
desacetilación, la metilación y la fosforilación aumentan el enrollamiento y bloquean la
actividad genética.

Cabe señalar que en diversos tipos celulares los promotores de los genes contienen histonas
que presentan una combinación particular de esos cambios químicos, lo que sugiere que
algunas combinaciones estimulan y otras silencian la actividad de los genes. Ello ha
impulsado a quienes trabajan en este tema a darle el nombre de código histónico al
conjunto de tales combinaciones.

Además de las cuatro bases conocidas, en algunos puntos el ADN contiene una quinta, la
metilcitosina o mC, que se genera al agregarse un grupo metilo a la citosina. La metilación
del ADN se halla restringida a citosinas seguidas por guaninas, de modo que si en un punto
una de las cadenas del ADN contiene el dinucleótido mC-G, la opuesta exhibirá el
dinucleótido G-mC. La metilación del ADN a nivel del promotor puede abolir la actividad de
un gen, mientras que muchas metilaciones en su región codificadora suelen no afectarla.
En las sucesivas generaciones celulares, las células de los tejidos diferenciados poseen en
sus ADN un patrón de citosinas metiladas virtualmente idéntico al de sus predecesoras. La
herencia de las mC se debe a que, durante la replicación, luego de duplicarse las dos
cadenas del ADN, las C de las cadenas hijas adquieren un grupo metilo. Esta metilación es
dirigida por una enzima llamada metilasa de mantenimiento, que actúa apenas se duplica el
ADN.

Un fenómeno muy llamativo relacionado con la metilación del ADN se observa en la


denomina impronta genómica. Esta involucra a un grupo de genes cuyos dos alelos poseen
normalmente patrones de metilación de las citosinas distintos entre sí, al compararse el
alelo aportado por el padre con el alelo aportado por la madre.
Reciben el nombre de disomías uniparentales las afecciones congénitas que se producen
cuando los dos alelos de un gen con impronta poseen la impronta del padre o la impronta
de la madre y no cada alelo la impronta de uno de los padres.

Transcripción del gen del ARN ribosómico 45S:


Las 200 copias del gen del ARNr 45S se localizan en el nucléolo. La iniciación de la síntesis
del ARNr 45S por la ARN polimerasa I requiere dos factores de transcripción, llamados SL1 y
UBF. Los estudios sobre SL1 revelaron que contiene tres TAF y una subunidad idéntica al
TBP del TFIID.
El SL1 se asocia al promotor del gen y el UBF al regulador (amplificador). Luego el SL1 y el
UBF se comunican entre sí, y ambos con la ARN polimerasa I, y forman un complejo
cooperativo que da inicio a la transcripción. La transcripción de cada una de las copias del
gen del ARNr 45S concluye al arribar la ARN polimerasa I a la secuencia de terminación, rica
en timinas.

Transcripción del gen del ARN ribosómico 5S:


Las aproximadamente 2000 copias del gen que codifica el ARNr 5S se encuentran fuera del
nucléolo. Su transcripción es dirigida por la ARN polimerasa III, que actúa cuando tres
factores de transcripción distintos, llamados TFIIIA, TFIIIB y TFIIIC, se unen al promotor del
gen. El TFIIIB contiene varios TAF y la subunidad TBP del TFIID. La síntesis del ARNr 5S cesa
cuando la ARN polimerasa III arriba a la secuencia de terminación, rica en timinas.

Transcripción de los genes del ARN de transferencia:


La transcripción de las 10 a 100 copias de cada uno de los genes que codifican a los distintos
ARNt es dirigida también por la enzima ARN polimerasa III, la cual requiere que se unan al
promotor dos factores de transcripción, los TFIIIB y TFIIIC. Debido a la presencia de varias
timinas consecutivas en el extremo 3´ del gen, la finalización de la síntesis de estos ARN es
similar a la de los ARNr 45S y 5S.

Transcripción de los genes de los ARN pequeños:


La mayor parte de los ARNpn son sintetizados por la ARN polimerasa II, y unos pocos por la
ARN polimerasa III. Se ha descubierto un factor de transcripción llamado SNAPc que se
vincula con ambas polimerasas; posee una subunidad TBP y se une a la secuencia TATA o a
la secuencia PSE del promotor. La formación de los restantes ARNpn y de los ARNpno no
depende de polimerasas ni de factores de transcripción propios, ya que está supeditada a la
síntesis de los ARNm donde se hallan los intrones que les dan origen. Respecto del gen del
ARNpc, sus múltiples copias son transcriptas por la ARN polimerasa III. Los factores de
transcripción de este gen aún no se conocen.

Transcripción de los genes del ARNxist, del ARNte y de los miARN:


Si bien durante el desarrollo temprano del embrión femenino del gen ARNxist se transcribe
en los dos cromosomas X, por causas todavía desconocidas, más tarde lo hace solamente en
el cromosoma X compactado.
Respecto del gen del ARNte, existen estudios que sugieren que es transcripto por la ARN
polimerasa II.
Los genes de los miARN, tanto los intrónicos como los intergénicos, son transcriptos por la
ARN polimerasa II. Debido a que los genes intrónicos son segmentos de ADN que carecen de
promotores, se transcriben cuando lo hacen los genes de los ARNm a los que pertenecen. En
cambio, los genes intergénicos se transcriben cuando sus promotores son activados por
factores de transcripción específicos.

Transcripción de los genes en las células procariotas:


Puesto que las bacterias obtienen su alimento directamente del medio en que viven, los
mecanismos que regulan la actividad de sus genes deben adaptarse rápidamente a los
cambios en la calidad y la cantidad de las moléculas en dicho medio.
Un buen ejemplo de control transcripcional lo proporcionan los genes de las enzimas que
intervienen cuando las bacterias de la Escherichia coli utiliza la lactosa como alimento. La
síntesis de estas enzimas puede aumentar hasta 1000 veces si se agrega lactosa al medio de
cultivo. Así, la disponibilidad de un sustrato estimula la producción de las enzimas que
intervienen en su degradación. Esta regulación, por inducción enzimática, se cumple
también en el caso de las enzimas que degradan a otros azúcares y a diversos aminoácidos y
lípidos.
Las tres enzimas necesarias para el aprovechamiento de la lactosa como alimento son la β-
galactosidasa, la permeasa y la transacetilasa, cuya codificación corresponde a una unidad
genética común denominada operón lac.
Un operón es un grupo de genes que se encuentran muy próximos entre sí y que son
regulados (activados o inhibidos) en forma conjunta por un operador y un promotor.
Además, suele intervenir un gen inhibidor, que codifica a una proteína denominada
represor. Los genes se hallan en el segmento codificador y son transcriptos en un solo
ARNm, que por eso recibe la denominación de ARN policistrónico.
El segmento codificador del operón lac posee tres genes, llamados z, y y a, que codifican a
las tres enzimas mencionadas. Es regulado por el represor lac, el cual se une al operador,
que está situado cerca del comienzo del gen z.

La afinidad del represor por el operador se halla regulada por la sustancia inductora, que es
una molécula pequeña que se liga al represor. La sustancia inductora natural del operón lac
es la alolactosa, un metabolito de la lactosa. Cada subunidad del represor tiene un sitio de
unión para la sustancia inductora. Esta le provoca un cambio conformacional, y entonces el
represor abandona al operador. La presencia de la sustancia inductora hace posible la
transcripción del operón.
El promotor es el segmento del gen donde se coloca la ARN polimerasa cuando se inicia la
transcripción. La ARN polimerasa se une a una región del gen de aproximadamente 80
nucleótidos, correspondiente al promotor. La presencia del represor en el operador bloquea
la unión de la ARN polimerasa con el promotor. Así, los represores funcionan de una manera
muy simple: al estar unidos al operador impiden la fijación de la ARN polimerasa al
promotor.
En la E. coli las cinco enzimas que se requieren para sintetizar el aminoácido triptófano son
codificadas por el operón Trp, cuya actividad es controlada por dos mecanismos conocidos
como represión enzimática e interrupción prematura de la transcripción.
En la represión enzimática la síntesis del ARNm que codifica a esas enzimas es bloqueada
cuando la concentración del triptófano sobrepasa ciertos niveles. Para ello, el represor Trp
derivado del gen inhibidor ingresa en el operador e impide que la ARN polimerasa se una al
promotor lo cual detiene la transcripción del gen y, por ende, la producción de las enzimas.
Debe agregarse que para que el represor ingrese en el operador se requiere que lo active un
correpresor, que en el caso del operón Trp es el propio aminoácido triptófano cuando se
halla en exceso.

La bacteria posee un mecanismo adicional para regular la actividad del operón Trp, basado
en la interrupción prematura de la transcripción. Así, cuando la concentración de
triptófano supera ciertos niveles, el operón Trp interrumpe su transcripción y genera un
ARNm corto incapaz de producir las enzimas que se necesitan para sintetizar el aminoácido.
El ARNm resulta corto porque su molécula forma un bucle que pone fin a la transcripción.
La inducción y la represión enzimáticas proporcionan un control general del metabolismo en
los procariotas, al activar o inhibir la síntesis de las enzimas bacterianas de acuerdo con las
necesidades. Sin embargo, las células poseen mecanismos de regulación más finos, pues
controlan la actividad, no la síntesis de las enzimas. Los más comunes son:

1) La inhibición por retroalimentación, por la cual el producto final de un ciclo metabólico


actúa como inhibidor alostérico de la primera enzima de la cadena, de modo que cuando se
ha sintetizado una cantidad suficiente del producto toda la cadena entra en reposo y se
evita la acumulación inútil de metabolitos. la cadena entra en reposo y se evita la
acumulación inútil de metabolitos.
2) La activación por precursor, en la cual el primer metabolito de la vía sintética actúa como
activador alostérico de la última enzima de la cadena.

Procesamiento del ARN:


Recibe el nombre de procesamiento del ARN el conjunto de modificaciones que
experimentan los transcriptos primarios para convertirse en ARN funcionales.

Procesamiento de los ARN mensajeros:


El procesamiento del ARNm comprende la remoción de los intrones y el agregado de dos
estructuras, llamadas cap y poli A, la primera en el extremo 5´ y la segunda en el extremo 3´
de la molécula. También se metilan algunas de sus adeninas. Estas modificaciones son
necesarias para que los ARNm puedan salir del núcleo y funcionar en el citosol.
Al nucleósido trifosfato situado en el extremo 5´ del ARNm naciente se le unen nucleótido
metilado, la 7-metilguanosina, el cual recibe el nombre de cap. El cap evita la degradación
del extremo 5´ del ARNm por fosfatasas o nucleasas y es requerido durante la remoción de
los intrones. También es necesario para conectar el ARNm al ribosoma en el comienzo de la
traducción.
Lleva el nombre de poliadenilación el agregado de una secuencia de aproximadamente 250
adeninas, llamada poli A, en el extremo 3´ del ARNm. La poli A es necesaria para proteger el
extremo 3´ del ARNm de la degradación enzimática, y ayuda al ARNm a salir del núcleo.

La remoción de los intrones del transcripto primario se cumple en dos pasos: en el primero
el ARNm es cortado entre los intrones y los exones; en el segundo, los intrones son
expulsados y los exones se empalman entre sí.
Los agentes responsables de los cortes y empalmes en el ARNm son las RNPpn. Cada una de
estas ribonucleoproteínas nucleares posee un ARNpn rico en uridinas y diversas proteínas.
Las RNPpn que participan en esos cortes y empalmes son las llamadas U1, U2, U4, U5 y U6,
las cuales concurren al sector del transcripto primario que va a ser procesado y forman un
complejo macromolecular denominado espliceosoma (splicing).

Regulación del procesamiento de los ARN mensajeros y de su salida


al citosol:
El control de la transcripción de los genes es el mecanismo más importante que utiliza la
célula para determinar qué tipos de proteínas debe producir y en qué cantidades. No
obstante, el control de la producción de la mayoría de las proteínas depende también de
otros mecanismos, ahora postranscripcionales.
El más incipiente tiene lugar en el interior del núcleo mediante la regulación del
procesamiento del transcripto primario. El que le sigue es menos frecuente y opera a través
de la regulación de la salida del ARNm al citoplasma.
Corte y poliadenilación diferencial del extremo 3´ del transcripto primario. Algunos genes
generan un transcripto primario que puede dar lugar a dos clases de proteínas, aunque
éstas se diferencian solo por ser una más larga que la otra. Ello es porque un factor
regulatorio determina que el corte del ARN en el extremo 3´ del transcripto primario se
realice en puntos diferentes de la molécula, lo que posibilita la generación de dos ARNm de
distinta longitud.
Cortes y empalmes en lugares alternativos del transcripto primario. La presencia de
intrones convierte al transcripto primario en una molécula sumamente versátil, que puede
ser cortada y empalmada de diferentes maneras, y a raíz de ello pueden crearse diversas
clases de ARNm. Este hecho es posible porque las células regulan el procesamiento de cada
transcripto primario determinando que combinación de intrones debe ser removida y cuáles
permanecerán como partes de los ARNm definitivos. Los cortes y empalmes alternativos son
muy frecuentes, ya que la mayoría de los transcriptos primarios son cortados y empalmados
de manera diferente en los distintos tipos de células.
Control de la salida de los ARNm al citosol. Se ha comprobado que ciertos ARNm no pasan
al citoplasma porque son previamente degradados en el núcleo o porque es impedido su
pasaje por los poros de la envoltura nuclear. Este mecanismo regulatorio se produce en las
células que por causas funcionales deben prescindir de tales ARNm, y de sus
correspondientes proteínas, después de haberlos sintetizados.
Procesamiento del ARN ribosómico 45S:
Su procesamiento tiene lugar en el nucléolo y comienza con una serie ordenada de cortes
para eliminar las secuencias espaciadoras de cada ARNr 45S y hacer que los ARNr 28S, 18S y
5,8S queden como unidades independientes. El origen de estos ARNr a partir de un mismo
transcripto primario asegura su producción equitativa. Las secuencias espaciadoras del
transcripto primario son digeridas por enzimas apenas se separan de las secuencias
utilizables.

Los ARNr desarrollan asas en varios puntos de sus moléculas. Esto asegura el
establecimiento de sus configuraciones tridimensionales normales, lo cual es imprescindible
para que las proteínas ribosómicas se ensamblen correctamente. Las asas se forman porque
los ARNr contienen secuencias de nucleótidos complementarios que se aparean entre sí. Se
ha comprobado que el número de ribosomas que la célula construye es regulado
principalmente mediante el control del procesamiento del ARNr 45S.
Tanto la síntesis como el procesamiento del ARNr 45S se producen en el nucléolo, cuyo
estudio ultramicroscópico muestra una estructura característica, con dos regiones
perfectamente distinguibles:
1) La región fibrilar, ubicada en la parte central, donde se sintetiza el ARNr y se producen los
primeros pasos de su procesamiento.
2) La región granular, ubicada en la periferia, en la que se encuentran las subunidades de
los ribosomas en distintos estadios de procesamiento. Esta región, y por lo tanto el
nucléolo, no se halla envuelta por membrana alguna.
El tamaño del nucléolo varía con la necesidad de la célula de generar ribosomas. La
variación depende de la región granular, que se expande o se retrae según el ritmo con que
se procesan las subunidades ribosómicas. Cuando estas subunidades están por terminar su
procesamiento, abandonan el nucléolo y pasan al citosol. Salen del núcleo por los poros de
la carioteca. El procesamiento de las subunidades ribosómicas se completa en el citoplasma.
Ello evita la formación de ribosomas completos en el nucleoplasma y el riesgo de que se
sinteticen proteínas en el interior del núcleo.

Procesamiento del ARN ribosómico 5S:


Una vez sintetizado, el ARNr 5S ingresa en el nucléolo y se incorpora a la subunidad
ribosómica mayor. Como los otros ARN ribosómicos, establece su configuración
tridimensional merced a apareamientos de secuencias complementarias de su propia
molécula.

Procesamiento de los ARN de transferencia:


Su procesamiento incluye la remoción de un intrón, que se elimina por un mecanismo
diferente del utilizado por los ARNm, pues prescinde del espliceosoma. Los ARNt contienen
secuencias de nucleótidos complementarios que se aparean entre sí, lo que hace que
adquieran la forma de una hoja de trébol y luego la forma de la letra L. el procesamiento
culmina con el reemplazo del trinucleótido AAA por el trinucleótido CCA.

Procesamiento de los ARN pequeños:


Una vez que los ARNpn terminan de sintetizarse, los nucleótidos complementarios de sus
propias moléculas se aparean entre sí. Luego los ARNpn salen al citosol, se trimetilan en el
extremo 5´ y se combinan con un complejo de 7 proteínas denominadas Sm. Finalmente, los
ARNpn unidos a las Sm retornan al núcleo y se asocian con otras proteínas, esta vez
específicas para cada tipo de ARNpn.
Antes de salir al núcleo, el ARNpc experimenta los siguientes cambios: 1) varias secuencias
complementarias de su moléciula se aparean entre sí; 2) se asocia con seis proteínas
diferentes, lo que da lugar al complejo nucleoproteico PRS.

Procesamiento del ARNxist, del ARNte y de los miARN:


El ARNxist permanece en el núcleo, ya que se une al cromosoma X compactado de las
células de la mujer.
El ARNte también permanece en el núcleo. Uno de los pasos salientes de su procesamiento
lo asocia con el grupo de proteínas que participan en la formación de la telomerasa.
La transcripción de los genes de los miARN origina transcriptos primarios de más de 100
nucleótidos que contienen dos secuencias complementarias e invertidas, derivadas de las
repeticiones invertidas de los propios genes. Debido a que esas secuencias se aparean entre
sí, los transcriptos primarios o pri-miARN adquieren la forma de una horquilla.
El pri-miARN es procesado en el interior del núcleo por la ribonucleasa Drosha. Esta enzima
cercena gran parte de los extremos de la horquilla y la convierte en pre-miARN, que sale del
núcleo con la ayuda de una exportina y se instala en el citosol.

Traducción del ARNm:


Las moléculas intermediarias entre los codones del ARNm y los aminoácidos son los ARNt,
los cuales tiene un dominio que se liga específicamente a uno de los 20 aminoácidos y otro
que lo hace, específicamente también, con el codón apropiado. El segundo dominio consta
de una combinación de tres nucleótidos, llamada anticodón, que es complementaria de la
del codón.
El primer codón que se traduce en los ARNm es siempre el triplete AUG, cuya información
codifica al aminoácido metionina. Por lo tanto, este codón cumple dos funciones: señala el
sitio de comienzo de la traducción, caso en el cual recibe el nombre de codón de iniciación,
y cuando se halla en otras localizaciones en el ARNm codifica a las metioninas del interior de
la molécula proteica. Al especificar el primer aminoácido de la proteína, el codón AUG de
iniciación determina el encuadre de los sucesivos tripletes, lo que asegura la síntesis
correcta de la molécula.
Los ARNm salen hacia el citoplasma por los poros de la envoltura nuclea. Ya en el citosol,
cada ARNm se combina con nuevas proteínas y con ribosomas, lo que lo habilita para
ejercer su función codificadora durante la síntesis proteica. Entre las proteínas se encuentra
la llamada CBP, que se combina con el cap en el extremo 5´ del ARNm.
A fin de ejercer sus funciones, los ARNt adquieren una forma característica, primero
parecida a una hoja de trébol y luego a la letra L. los extremos 5´ y 3´ de los ARNt se hallan
juntos en la punta de uno de los brazos, la cual recibe el nombre de extremo aceptador
debido a que acoge al aminoácido. Este se conecta con la adenina del trinucleótido CCA
formado durante el procesamiento.

Los otros brazos de la hoja de trébol presentan en sus partes distales secuencias de 7 a 8
nucleótidos no apareados, con formas de asas, cuyas denominaciones derivan de los
nucleótidos que las caracterizan. Una de ellas, debido a que posee el trinucleótido TΨC, se
conoce como asa T. Otra, en virtud de que contiene dihidrouridinas se denomina asa D. La
tercera contiene el triplete de nucleótidos del anticodón, por lo que se llama asa anticodón.
Existe un asa adicional entre el asa T y el asa anticodón. Debido a que su longitud difiere en
cada tipo de ARNt, recibe el nombre de asa variable.
El aminoácido se liga a su correspondiente ARNt por la acción de una enzima llamada
aminoacil-ARNt sintetasa, que cataliza la unión en dos pasos. Durante el primero, el
aminoácido se liga a un AMP. Dado que el AMP deriva de la hidrólisis de una ATP, se libera
un pirofosfato y energía que también pasa al aminoacil-AMP. En el segundo paso esa
energía es utilizada por la aminoacil–ARNt sintetasa para transferir el aminoácido del
aminoacil-AMP a la A del extremo aceptador del ARNt compatible, con lo cual se forma una
molécula esencial para la síntesis proteica: el aminoacil-ARNtAA que reconoce al codón
complementario en el ARNm.
La existencia de 11 clases de ARNt en exceso hace que algunos aminoácidos sean
reconocidos por más de un ARNt. Uno de los ARNt redundantes es el llamado ARNt
iniciador o ARNt[i], pues transporta a la metionina destinada exclusivamente al codón AUG
de iniciación. Es muy probable que cerca de ese codón existan señales que diferencien al
metionil-ARNt[i]Met de los metionil-ARNtMet comunes, portadores de las metioninas
destinadas a los restantes codones AUG del ARNm.
Los ribosomas constituyen las “fábricas” de las proteínas. Cada ribosoma está compuesto
por dos subunidades, una menor y otra mayor, que se identifican con las siglas 40S y 60S
respectivamente. Juntas, forman la unidad 80S, que representa al ribosoma completo.
La subunidad menor del ribosoma es de forma muy irregular. En una de sus caras existe un
canal por el que se desliza el ARNm. Junto al canal se observan tres áreas excavadas
contiguas, denominadas sitio A, sitio P y sitio E.
La subunidad mayor es también muy irregular. De una de sus caras nace un túnel diseñado
para que la proteína salga del ribosoma a medida que se sintetiza.
Ambas subunidades se reparten el trabajo que realiza el ribosoma. La subunidad menor
coloca juntos a los ARNt para que los aminoácidos que transportan se liguen entre sí, es
decir, para que se produzcan las uniones peptídicas. En cambio, la subunidad mayor cataliza
dichas uniones y asiste a los factores que regulan la síntesis proteica.

Etapas de la síntesis proteica:


La etapa de iniciación de la síntesis proteica es regulada por proteínas citosólicas
denominadas factores de iniciación (IF), que provocan dos hechos separados pero
concurrentes, uno en el extremo 5´ del ARNm y otro en la subunidad menor del ribosoma.
El primero involucra al cap y a una secuencia de nucleótidos aledaña, localizada entre el cap
y el codón de iniciación. Estas partes del ARNm son reconocidas por el factor IF-4, que se
liga a ellas si al ARNm se le ha unido la proteína CBP. La conexión del IF-4 con el ARNm
insume energía, que es provista por un ATP.
En el segundo, el metionil-ARNt[i]Met se coloca en el sitio P de la subunidad menor del
ribosoma. Esta reacción requiere el factor IF-2 y gasta la energía de un GTP.

Logrados ambos acondicionamientos, otro factor de iniciación, el IF-3, con la ayuda del IF-4
coloca el extremo 5´ del ARNm sobre la cara de la subunidad menor del ribosoma que posee
los sitios E, P y A.
La etapa de iniciación concluye cuando la subunidad mayor se une a la subunidad menor y
se forma el ribosoma. En él se encuentran los dos primeros codones del ARNm: en el sitio P,
el codón AUG de iniciación y en el sitio A, el codón que le sigue.
La etapa de alargamiento de la síntesis proteica es regulada por factores de elongación
(EF). Comienza con el ingreso en el ribosoma de un aminioacil-ARNtAA cuyo anticodón es
complementario del segundo codón del ARNm, el cual se localiza en el sitio A. En seguida el
aminioacil-ARNtAA se ubica en ese sitio y su anticodón se conecta con el segundo codón del
ARNm. Lo hace mediante el factor de elongación EF-1 y la energía suministrada por un GTP.
Previamente el ribosoma se corre tres nucleótidos en dirección del extremo 3´ del ARNm, a
causa de lo cual el codón de iniciación se transfiere del sitio P al sitio E, el segundo codón se
transfiere del sitio A al sitio P, y el tercer codón del ARNm se ubica en el sitio A vacante. Este
corrimiento, que se denomina translocación, depende del factor de elongación EF-2 y de la
energía suministrada por un GTP.
Después de perder la metionina, el ARNt[i] se desconecta del codón de iniciación, abandona
el sitio E y se encamina hacia la salida del ribosoma, lo que determina el fin del primer
episodio del alargamiento de la proteína.
El segundo comienza cuando un nuevo aminioacil-ARNtAA ingresa en el ribosoma, se ubica
en el sitio A y su anticodón se conecta con el tercer codón del ARNm, otra vez mediante el
factor de elongación EF-1 y la energía de un GTP. Luego, debido a que el ribosoma se vuelve
a translocar, el dipeptidil-ARNt y el aminioacil-ARNtAA se trasladan de los sitios P y A a los
sitios E y P, respectivamente, y el cuarto codón del ARNm se ubica en el sitio A vacante.
Al cabo de la translocación se produce la segunda unión peptídica, ahora entre el dipéptido
del dipeptidil-ARNt y el aminoácido del tercer aminioacil-ARNtAA. Mientras tanto, el ARNt
que cedió el dipéptido abandona el sitio E y se dirige a la salida del ribosoma, lo que
determina fin del segundo episodio del alargamiento de la proteína.
Lo que ocurre durante los dos primeros episodios de la etapa de alargamiento de la síntesis
proteica se repite en los siguientes. Por consecuencia, durante el tercer episodio se forma
un tetrapeptidil-ARNt, y luego peptidil-ARNt cada vez más largos, cuyas localizaciones
alternan entre los sitios P y E a medida que se producen las translocaciones y se suceden las
uniones peptídicas.

Con cada translocación el ribosoma se aleja del extremo 5´ del ARNm y se acerca al extremo
3´. Cabe agregar que cuando el ribosoma se halla a unos 30 codones del codón de iniciación,
éste es abordado por un segundo ribosoma y comienza la síntesis de una nueva copia de la
proteína.
La etapa de terminación de la síntesis proteica es regulada por factores de terminación
(eRF) y tiene lugar tras la última translocación, es decir, cuando el codón de terminación del
ARNm llega al sitio A del ribosoma. Debido a que ello deja el sitio A sin el esperado
aminioacil-ARNtAA, lo ocupa el factor eRF-1, que es capaz de reconocer a los tres codones de
terminación.

Ante la ausencia de un nuevo aminioacil-ARNtAA, el polipéptido del peptidil-ARNt se desliga


del último ARNt y se independiza del ARNm y del ribosoma. El desprendimiento del
polipéptido depende del factor eRF-3. Además, requiere energía que es tomada de un GTP.
De inmediato las subunidades mayor y menor del ribosoma se separan del ARNm.

Al ser invadidas por bacterias, las células de algunos organismos inferiores elaboran
sustancias llamadas antibióticos para defenderse de la infección. En muchos casos los
antibióticos logran sus objetivos interfiriendo la síntesis proteica en los ribosomas de las
bacterias, lo que las mata.

El cloranfenicol impide las uniones peptídicas, la tetraciclina no permite que los aminioacil-
ARNtAA ingresen en el sitio A, la kirromicina inhibe la actividad de los factores de elongación,
la estreptomicina afecta el inicio de la traducción y distorsiona la fidelidad de la síntesis, la
eritromicina bloquea la translocación del ARNm y la puromicina usurpa el sitio A del
ribosoma, del modo que la cadena peptídica se liga al antibiótico y no a un aminioacil-
ARNtAA, lo que interrumpe su síntesis.

Regulación de la traducción de los ARN mensajeros y de la


degradación de las proteínas:
Después de su salida al citosol el ARNm puede experimentar otras clases de regulaciones: 1)
para impedir su traducción y por lo tanto evitar que se sintetice la correspondiente
proteína; 2) para controlar las veces que debe traducirse y a qué velocidad, o 3) para
disponer cuándo debe destruirse.
Formas de regulaciones genéticas postranscripcionales:

-Al cabo del procesamiento del miARN en el citosol, éste se asocia con el RISC y ambos
componen el complejo rionucleoproteico miARN-RISC. Cada uno de estos complejos tiene la
capacidad de bloquear la traducción de un determinado ARNm. Dicho en otros términos, es
capaz de reprimir la producción de la proteína particular que iba a ser sintetizada en base a
la información aportada por ese ARNm. Lo logra porque el miARN se aparea con un tramo
complementario del ARNm, lo cual le permite al RISC detener la traducción. Se ha
comprobado que distintos miARN tienen la capacidad de bloquear la traducción de un
mismo ARNm, y que un único miARN puede bloquear la traducción de distintos ARNm.

-Las células han desarrollado mecanismos de regulación que controlan las veces que los
ARNm deben traducirse y la velocidad con que deben hacerlo. Un ejemplo concluyente lo
ofrecen las células en mitosis, ya que dejan de sintetizar ARNm debido a la compactación de
la cromatina. Existe un control general o inespecífico de la traducción y otro particular o
específico. Ambos actúan en el momento en que se inicia la traducción. El control general
parece depender del factor de iniciación IF-2, cuya fosforilación por una quinasa específica
lo haría inoperable. Como consecuencia, decae la producción de todas las proteínas
celulares. El control particular opera de otra manera, pues depende de sustancias
reguladoras que suelen modificar la configuración de un tramo de nucleótidos no
traducibles, localizados entre el cap y el codón de iniciación.
-Otra estrategia utilizada por la célula para controlar la cantidad de proteína que va a
sintetizar opera sobre el tiempo de supervivencia de los ARNm en el citosol. Los
mecanismos que regulan la degradación de los ARNm son muy variados. En la mayoría de
los casos se relacionan con secuencias de nucleótidos cercanas al extremo 3´ de los ARNm,
localizadas entre el codón de terminación y la poli A. Menos frecuentes son los casos en que
los mecanismos de regulación actúan sobre sectores cercanos al extremo 5´ del ARNm.
-La supervivencia de ciertas proteínas de vida breve depende de señales presentes en sus
moléculas. Hasta hace poco se creía que el tiempo de vida de esas proteínas estaba
vinculado con la identidad del primer aminoácido del extremo amino. Hoy se sabe que las
señales utilizadas muchas proteínas de vida corta son secuencias de aminoácidos llamadas
PEST, ricas en prolina, ácido glutámico, serina y treonina. Estas señales son reconocidas por
la ubiquitina, cuya intervención es imprescindible para que se degraden las proteínas en los
proteasomas.

Mitosis:
Las células pasan por un ciclo que comprende dos períodos fundamentales: la interfase y la
división celular. Esta última tiene lugar por mitosis o meiosis. La mayoría de las células pasan
la parte más extensa de su vida en interfase, durante la cual, si se van a dividir, se duplican
todos sus componentes.
El ciclo celular puede ser considerado como una compleja serie de fenómenos que culminan
cuando el material celular duplicado se distribuye en las células hijas. La división celular es
solo la fase final, microscópicamente visible, de cambios previos a nivel molecular. Así, antes
que la célula se divida por mitosis, sus principales componentes ya se han duplicado.
La radioautografía con timidina marcada permitió determinar el período exacto en que se
produce la duplicación del ADN, y demostró que la síntesis tiene lugar solamente durante un
tramo limitado de la interfase, denominado fase S, que es precedido y seguido,
respectivamente, por las fases G1 y G2, en las que no hay síntesis de ADN. Esto llevó a
dividir el ciclo celular en cuatro fases sucesivas: G1, S, G2 y M. G2 es el tiempo que
transcurre entre el final de la síntesis del ADN y el comienzo de la mitosis.
La mitosis comprende también el problema de la continuidad de los cromosomas como
entidades capaces de autoduplicarse y de mantener sus características morfológicas a
través de las sucesivas divisiones.
Entre los procesos que tienen lugar en el citoplasma, el más llamativo es la formación del
huso mitótico, que se organiza cada vez que la célula comienza a dividirse y desaparece al
final de la división. Es un armazón estructural compuesto por microtúbulos que controlan la
posición de los cromosomas y su reparto entre las células hijas.
Como corolario de la mitosis se produce la partición del citoplasma y su distribución
equitativa en las células hijas, fenómeno conocido con el nombre de citocinesis.
Las etapas en que se divide la mitosis son: profase, prometafase, metafase anafase y
telofase. A partir de la penúltima comienza la citocinesis, que culmina cuando concluye la
telofase.

La detección de los cromosomas como filamentos delgados indica el comienzo de la


profase. Después de la duplicación del ADN en la fase S cada cromosoma está compuesto
por dos moléculas de ADN denominadas cromátidas. A medida que avanza la profase, las
cromátidas se hacen más cortas y gruesas. Además, los centrómeros se vuelven claramente
visibles debido a que se les han asociado dos placas proteicas llamadas cinetocoros. Al
principio los cromosomas están distribuidos homogéneamente en el nucleoplasma, pero
luego se aproximan a la carioteca, de modo que aparece un espacio vacío en el centro del
núcleo. Este movimiento centrífugo de los cromosomas indica que se aproxima el momento
de la desintegración de la envoltura nuclear. Otro cambio es la reducción del tamaño del
nucléolo, hasta su desaparición. Debido a la desintegración del citoesqueleto, la célula
tiende a hacerse esférica; además pierde sus contactos con las células vecinas y con la
matriz extracelular. Simultáneamente, el RE y el complejo de Golgi se fragmentan en
vesículas pequeñas.

Lleva el nombre de prometafase la transición entre la profase y metafase. Se trata de un


período muy corto, durante el cual la carioteca se desintegra y los cromosomas quedan en
aparente desorden. Los centrosomas arriban a los polos de las células y las fibras del huso
mitótico invaden el área que ocupaba el núcleo. Por sus extremos libres algunas fibras del
huso se conectan con los cinetocoros de los cromosomas; estas fibras se denominan
cinetocóricas. Otras fibras, llamadas polares, se extienden más allá del plano ecuatorial de la
célula y sus tramos distales se entrecruzan con los provenientes del polo opuesto. Existe un
tercer tipo de fibras surgidas de los centrosomas, las fibras del áster; son más cortas,
irradian en todas direcciones y sus extremos se hallan aparentemente libres.
Considerando a un cromosoma en particular, al unírsele primero las fibras que vienen de
uno de los polos y después las provenientes del polo opuesto, presenta durante un tiempo
movimientos de alejamiento y de aproximación respecto del plano ecuatorial de la célula.
Finalmente, cuando ambas fuerzas se equilibran, el cromosoma se mantiene en ese plano.
En la metafase, los cromosomas, que han llegado a su máxima condensación, aparecen
ordenaos en el ecuador de la célula. Se acomodan de modo tal que las dos placas
cinetocóricas de cada centrómero quedan orientadas hacia los polos opuestos de la célula,
“mirando” a los respectivos centrosomas.
Durante la anafase se produce la partición de las cohesinas de los centrómeros, hecho que
ocurre simultáneamente en todos los cromosomas. De inmediato las cromátidas se separan
y comienzan a migrar hacia los polos, traccionadas por las fibras cinetocóricas del huso. Los
cromosomas suelen adoptar la forma de una V. El centrómero, en el águlo de la V, precede a
las partes restantes del cromosoma en su “carrera” hacia el centrosoma. En este proceso los
microtúbulos de las fibras cinetocóricas se acortan progresivamente. En cambio, aumenta la
longitud de las fibras polares debido al mutuo distanciamiento de los polos de la célula, que
por ello pierde su forma esférica y adquiere un aspecto ovoide.
La llegada de los cromosomas hijos a los polos señala el inicio de la telofase. La célula se ha
alargado un poco más, de modo que las fibras polares exhiben una mayor longitud,
comparadas con los de la anafase. Los cromosomas comienzan a desenrollarse y se
muestran cada vez menos condensados; así, en cierta forma este proceso representa la
recapitulación de lo sucedido en la profase, pero en sentido inverso. Al tiempo que los
cromosomas se convierten en fibras de cromatina desenrolladas, estas son rodeadas por las
partes del RE, las cuales se integran hasta formar las envolturas nucleares definitivas en
torno de los dos núcleos hijos. Además, en los núcleos reaparecen los respectivos nucléolos.
La citocinesis se inicia en la anafase. El citoplasma se constriñe en la región ecuatorial por la
formación de un surco en la superficie, que se profundiza a medida que la célula se divide.
Solo sobreviven los tramos de las fibras polares localizados en la zona ecuatorial de la célula;
componen el llamado cuerpo intermedio. Finalmente se reestablece el citoesqueleto, por lo
cual las células hijas adquieren la forma original de la célula predecesora y se conectan con
otras células y la matriz extracelular. Dirigidos por el citoesqueleto, los componentes
citoplasmáticos se distribuyen en las células hijas como estaban en la célula madre.

Los centrosomas comienzan a duplicarse durante la interfase, más concretamente, al final


de la fase G1 o al comienzo de la fase S. Para duplicarse, los dos centríolos del diplosoma se
separan y cerca de cada uno aparece un procentríolo, que se dispone en ángulo recto con
respecto al centríolo preexistente. Los procentríolos crecen lentamente durante las fases S y
G2 y alcanzan su tamaño definitivo al comienzo de la profase, que posee dos pares de
centríolos. Cada par de centríolos se halla en medio de su matriz centrosómica, proveniente
de la matriz centrosómica original, que también se ha duplicado.

Existen dos teorías para explicar la migración de los cromosomas durante la anafase: la del
equilibrio dinámico y la del desplazamiento.
La teoría del equilibrio dinámico sostiene que la despolimerización de los microtúbulos, en
sus dos extremos, es la responsable exclusiva del traslado; así, la fuerza mecánica derivada
del desarmado de los microtúbulos bastaría para trasladar a los cromosomas.
La teoría del deslizamiento, aunque reconoce la despolimerización de los microtúbulos,
considera que éstos se comportan como “rieles” sobre los cuales los cromosomas se
desplazan mediante alguna proteína motora asociada a los cinetocoros.
Al finalizar la profase, la lámina nuclear se desarma debido a que sus laminofilamentos se
despolimerizan porque se fosforilan algunas serinas de las laminas. Además, la carioteca se
desintegra y da lugar a vesículas, y los complejos del poro quedan ligados a ellas.
Opuestamente, al alcanzar la célula la telofase, en las células hijas las láminas nucleares se
reconstruyen debido a que los laminofilamentos se repolimerizan a causa de la
desfosforilación de las laminas. Simultáneamente, las vesículas derivadas de la
desintegración de la envoltura nuclear se unen entre sí y reconstruyen las cariotecas de los
núcleos de las células hijas, con sus respectivos complejos del poro.
La síntesis de ARN se detiene en la mitosis. Así, la velocidad de dicha síntesis declina
rápidamente en la profase tardía y desaparece en la metafase y en la anafase. Es que, como
ocurre en la interfase con los sectores heterocromáticos, el ADN no puede ser transcripto
porque se halla muy compactado.
Por su lado, la síntesis proteica disminuye drásticamente durante la mitosis, casi al 25% de
la que tiene lugar durante la interfase.
La síntesis de los ARN y de las proteínas comienza a recuperarse a partir de la telofase.
Aunque en la telofase los microtúbulos tienden a despolimerizarse y desaparecer, las fibras
polares persisten en la zona ecuatorial de la célula donde su cantidad aumenta. Estas fibras
remanentes del huso mitótico, junto con las vesículas y material denso que se les asocian,
componen una estructura llamada cuerpo intermedio.
La citocinesis deriva de la formación de un surco en el ecuador de la célula, que aparece en
la segunda mitad de la anafase. En la telofase, el surco ecuatorial se profundiza hasta
alcanzar el cuerpo intermedio, lo que indica que la partición del citoplasma está por
concluir. El desarrollo del surco ecuatorial es el resultado de la formación de un anillo
contráctil en la corteza de la célula.

La mitosis en las células vegetales:


Existen diferencias entre las divisiones de las células somáticas de los animales y los
vegetales. En los vegetales superiores las mitosis son anastrales, es decir, carecen de
centríolos y de fibras del áster. Esto es lo que indujo a sospechar que los centríolos no son
indispensables para la formación de los microtúbulos.
Para dar lugar a la citocinesis, la región intermedia del huso mitótico se transforma en el
fragmentoplasto, que equivale al cuerpo intermedio de las células animales. El
fragmentoplasto comienza a formarse al promediar la anafase. En el plano ecuatorial de la
célula el microscopio electrónico permite ver que los microtúbulos de las fibras polares del
huso se asocian a un material denso y a vesículas derivadas del complejo de Golgi.
Al principio el fragmentoplasto se dispone como un anillo en la periferia de la célula, pero
luego, por el agregado de nuevos microtúbulos y vesículas, crece centrípetamente hasta
extenderse por todo el plano ecuatorial. Las vesículas aumentan de tamaño y se fusionan
entre sí. Dan lugar, en las células hijas, a membranas plasmáticas relativamente continuas,
fenómeno que coincide con la transformación del fragmentoplasto en una estructura
llamada placa celular. Esta sienta las bases para la transformación de la pared celular, que
es atravesada por túneles muy pequeños denominados plasmodesmos, los cuales permiten
el paso de líquidos y solutos entre los citoplasmas de las células contiguas.

Control del ciclo celular:


La multiplicación celular aparece al iniciarse la vida embrionaria, con la segmentación de la
célula huevo. Dada la rapidez con la que se suceden las divisiones de segmentación,
solamente se duplican los materiales nucleares de esa célula. Por lo tanto, los componentes
de su enorme citoplasma se van repartiendo entre las sucesivas células hijas. Esta forma de
división concluye cuando en las células del blastocito se recupera la relación
nucleocitoplasmática característica de las células somáticas.

Poco antes de finalizar la fase G1, existe un momento en que la célula toma la decisión de
dividirse. Recibe el nombre de punto de arranque o de control G1.
En el control de las divisiones celulares intervienen dos tipos de moléculas:
1) Las ciclinas, cuyo nombre se debe a que en el curso de cada ciclo celular alternan un
período de síntesis creciente seguido por otro de rápida degradación;
2) Las quinasas dependientes de ciclinas, que al interactuar con las ciclinas fosforilan y
activan a las moléculas responsables de la división celular.
Existen varias clases de ciclinas, las principales corresponden a dos grandes grupos: las
ciclinas G1 y las ciclinas M. Por su lado en las especies superiores se han identificado dos
quinasas dependientes de ciclinas, la Cdk2 y la Cdc2.
Tomada la decisión de dividirse, la célula deja atrás la fase G1e ingresa en la fase S, es decir,
comienza a replicar su ADN. Ello acontece cuando una ciclina G1 activa a la quinasa Cdk2, la
cual inicia una cadena de fosforilaciones en sucesivas proteínas intermediarias. La cadena
culmina con la activación de las moléculas responsables de la replicación del ADN.
La pausa impuesta por la fase G2 le provee a la célula un lapso durante el cual actúan
mecanismos de seguridad para controlar si las moléculas de ADN han completado su
replicación y, cuando corresponda, si fueron reparadas. Además, en la fase G2 se completa
la duplicación de los componentes citoplasmáticos.
Superados tales controles, comienza la fase M. El mecanismo que desencadena la mitosis es
similar al que inicia la fase S, aunque con distintos protagonistas, pues en la mitosis
intervienen la Cdc2 y la ciclina M. la segunda comienza a sintetizarse a partir de la fase G2,
antes que desaparezca la ciclina G1. Cuando la ciclina alcanza un determinado umbral de
concentración, se une a la Cdc2 y ambas moléculas componen un complejo denominado
MPF.
Las células hijas derivadas de la mitosis ingresan en la fase G1 de la interfase y, si son
inducidas por ciertos factores, repiten el ciclo seguido por la célula predecesora y vuelven a
dividirse. En caso contrario, la fase G1 se prolonga, a veces indefinidamente, y la célula se
“retira” del ciclo, por lo que la fase G1 pasa a llamarse fase G0.
El ritmo con que las células se reproducen depende de diversos factores, que varían en los
distintos tipos celulares. Por ejemplo, las células que surgen de la segmentación de la célula
huevo parecen tener un mecanismo intrínseco que, en forma automática, desencadena una
división apenas concluye la precedente. En cambio, las células que no se dividen
permanecen en la fase G0 porque en sus citoplasmas no existen ciclinas ni quinasas
dependientes de ciclinas, probablemente por la presencia de factores que inhiben su
producción.
En las células restantes las mitosis dependen de sustancias inductoras provenientes del
exterior, sea de células vecinas o de grupos celulares distantes. Las sustancias que inducen
la proliferación celular lo hacen en el momento del ciclo llamado punto de arranque.

Entre las moléculas inductoras de la multiplicación celular se encuentran:


1) La somatomedina, que estimula la proliferación de las células cartilaginosas durante el
crecimiento óseo.
2) Varios inductores llamados factores de crecimiento, en su mayoría secretados por células
que se localizan en la vecindad de las células blanco. Así, los factores de crecimiento
fibroblástico, epidérmico y derivado de las plaquetas estimulan la proliferación de muchos
grupos celulares, no solo los sugeridos por sus nombres.
3) Varias clases de factores hemopoyéticos, cada uno responsable de la proliferación de un
tipo particular de célula sanguínea.

Antes de ingresar en la fase S la célula controla el estado de sus moléculas de ADN. El


control es ejercido por una proteína citoplasmática llamada P53, que es sintetizada por la
propia célula en respuesta a la aparición de alteraciones en su ADN.
Se han descubierto dos clases de genes ligados al cáncer, los protooncogenes y los genes
supresores de tumores. La alteración de los primeros produce un incremento de la
proliferación celular, mientras que la falla de los segundos lleva a la pérdida de los
mecanismos normales que detienen la proliferación.
Los protooncogenes son genes normales que codifican proteínas implicadas en el control de
la proliferación celular y la muerte celular. La denominación de protooncogenes se debe a
que, como resultado de mutaciones, pueden dar lugar a sus versiones defectuosas: los
oncogenes. Estos se diferencian de los normales porque se transcriben desmesuradamente
y generan cantidades excesivas de sus productos, o porque su transcripción origina
productos aberrantes. Es suficiente un solo alelo alterado de un protooncogén para
transformar a una célula normal en una célula cancerosa o que puede llegar a serlo.
Mientras que los productos de los protooncogenes promueven el crecimiento celular, los
derivados de los genes supresores de tumores inhiben la reproducción excesiva de las
células. Así, los defectos de los genes supresores de tumores, a raíz de mutaciones génicas o
de aberraciones cromosómicas, dejan a la célula sin esos frenos naturales. Por ende, si la
célula adquiere otros defectos genéticos, ahora estimulantes de la actividad mitótica, se
genera un cuadro cancerígeno. Dado que los genes supresores de tumores son recesivos, el
defecto se manifiesta cuando se alteran los dos alelos del gen.

Meiosis:
La meiosis es un tipo especial de división celular, exclusiva de los organismos que se
reproducen sexualmente. En la mayoría de los organismos multicelulares (animales y
vegetales) la reproducción se realiza por medio de gametos o células sexuales generados
por meiosis (espermatozoides y óvulos en los animales), los cuales se unen por un proceso
denominado fecundación. Ello da origen al cigoto o célula huevo, que porta el material
hereditario de los dos progenitores y se reproduce por mitosis hasta forman un nuevo
individuo multicelular.
Los procesos que llevan a la producción de gametos, llamados espermatogénesis y
ovogénesis, tienen lugar en las gónadas, es decir, en los testículos y en los ovarios.
En la meiosis se producen:
1) La reducción del número de cromosomas a la mitad;
2) La recombinación genética, es decir, el intercambio de segmentos cromosómicos, y

3) La segmentación al azar de los cromosomas homólogos paternos y maternos.


Se define como cromosomas homólogos a los dos cromosomas virtualmente idénticos, uno
aportado por la madre y el otro por el padre, que conviven en las células diploides. Debido a
que en las células somáticas humanas existen dos juegos haploides de 23 pares de
cromosomas cada uno, se dice que poseen 23 pares de homólogos.
Muchos de los fenómenos que ocurren en la mitosis suceden también en la meiosis. Por
ejemplo, la secuencia de cambios en el núcleo y en el citoplasma, los períodos de profase,
prometafase, metafase, anafase y telofase, la formación del huso mitótico, la condensación
de los cromosomas, la evolución de los centrómeros, etc.
Existen, sin embargo, diferencias esenciales:

1) La mitosis tiene lugar en las células somáticas y la meiosis en las células sexuales.
2) En la mitosis cada replicación del ADN es seguida por una división celular: en
consecuencia, las células hijas presentan la misma cantidad de ADN que la célula madre y un
número diploide de cromosomas. En cambio, en la meiosis cada replicación del ADN es
seguida por dos divisiones celulares, la meiosis I y la meiosis II, de las cuales resultan cuatro
células haploides que contienen la mitad del ADN.
3) En las mitosis la síntesis del ADN se produce durante la fase S, que es seguida por la fase
G2. En la meiosis la fase S es la más larga y la G2 es corta o falta.

4) En la mitosis cada cromosoma evoluciona en forma independiente. En la meiosis los


cromosomas homólogos se relacionan entre sí (se aparean) e intercambian partes de sus
moléculas (se recombinan).
5) La duración de la mitosis es corta, mientras que la meiosis es bastante larga.
6) Otra diferencia fundamental es que en la mitosis el material genético permanece
constante en las sucesivas generaciones de las células hijas, mientras que la meiosis genera
una gran variabilidad genética.
Las divisiones meióticas comienzan después de varias divisiones mitóticas de los
espermatogonios y los ovogonios, es decir, de las células germinativas menos diferenciadas
del testículo y el ovario.
Al término de las divisiones mitóticas, parte de los espermatogonios y de los ovogonios se
diferencian, respectivamente, en espermatocitos I y en ovocitos I, los cuales llevan a cabo la
meiosis I. Como corolario de la primera división meiótica se generan los espermatocitos II y
el ovocito II, que son las células que realizan la meiosis II.
Finalmente, la segunda división meiótica culmina con la formación de las espermátides y del
óvulo. Debe agregarse que las espermátides se convierten en espermatozoides y que en la
mujer se le da el nombre de óvulo al ovocito II.
El preleptonema corresponde a la profase temprana de la meiosis. Los cromosomas son
muy delgados y difíciles de observar.

Al comenzar el leptonema el núcleo aumenta de tamaño y los cromosomas se tornan


visibles.
Durante el cigonema tiene lugar el primer fenómeno esencial de la meiosis: los cromosomas
homólogos se alinean entre sí mediante un proceso denominado apareamiento o sinapsis.
El apareamiento comprende la formación de una estructura compleja, conocida con el
nombre de complejo sinaptonémico (CS). Una de las funciones del CS es estabilizar el
apareamiento de los homólogos y facilitar su recombinación.
Durante el paquinema los cromosomas se acortan y el apareamiento de los cromosomas
homólogos se completa. Pero lo más importante de este período es que se produce el
intercambio de segmentos de ADN entre las cromátidas homólogas, fenómeno que lleva el
nombre de recombinación genética. En el paquinema el núcleo parece contener un número
haploide de cromosomas, pero no es así, ya que cada una de las unidades visibles se
compone de dos cromosomas independientes, si bien íntimamente apareados. Por tal
motivo, cada uno de los 23 pares de cromosomas recibe el nombre de bivalente. Dado que
cada conjunto está integrado por cuatro cromátidas, se llama también tétrada.
Durante el diplonema los cromosomas homólogos comienzan a separarse, de modo que las
cromátidas de la tétrada se vuelven visibles y el complejo sinaptonémico se desintegra. sin
embargo, la separación no es completa, ya que las cromátidas homólogas permanecen
conectadas en los puntos donde ha tenido lugar el intercambio. Tales conexiones, llamadas
quiasmas, expresan la etapa final de la recombinación, pues muestran a los cromosomas
homólogos en vías de separarse, ligados todavía por esos puntos.

Durante la diacinesis la condensación de los cromosomas vuelve a acentuarse. Las tétradas


se distribuyen homogéneamente por todo el núcleo y el nucléolo desaparece. A excepción
del aspecto de los cromosomas, este breve estadio muestra semejanzas con la profase
tardía de la mitosis.

Durante la prometafase I la condensación de los cromosomas alcanza su grado máximo. La


carioteca desaparece y los microtúbulos del huso se conectan con los cinetocoros.
Durante la metafase I los bivalentes se disponen en el plano ecuatorial de la célula. Debido
al modo como se conectan las fibras del huso, los cinetocoros de cada cromosoma
homólogo “miran” hacia un mismo polo. Los bivalentes continúan exhibiendo sus quiasmas.

Durante la anafase I los cinetocoros opuestos son traccionados hacia los respectivos polos,
de modo que los homólogos de cada bivalente se separan entre sí y se movilizan en
direcciones opuestas.
Durante la telofase I los grupos cromosómicos haploides llegan a sus respectivos polos y en
torno de ellos se construyen las envolturas nucleares.
La telofase I es seguida por la partición del citoplasma, y las dos células hijas pasan por un
corto período de interfase en el que no hay replicación del ADN. Por consiguiente, las
células hijas derivadas de la meiosis I poseen un número haploide de cromosomas, cada uno
de éstos compuesto por dos cromátidas hermanas.
La profase II es muy breve, aunque suficiente para permitir la reaparición de las fibras del
huso y la desaparición de la envoltura nuclear.
La metafase II lleva a los cromosomas al plano ecuatorial de la célula. Las fibras del huso se
conectan a los cinetocoros, lo cuales se colocan uno apuntando a un polo y el otro al polo
opuesto.
En la anafase II, debido a la tracción que las fibras del huso ejercen sobre los cinetocoros, el
centrómero se divide y las cromátidas hermanas de cada cromosoma son separadas y
traccionadas hacia los polos opuestos de la célula.

En la telofase II cada uno de los polos de la célula recibe un juego haploide de cromátidas,
que pasan a llamarse cromosomas. La formación de una nueva envoltura nuclear en torno
de cada conjunto cromosómico haploide, seguida por la partición del citoplasma, pone fin a
la meiosis.

Al examinarse las consecuencias derivadas de la asociación de ambos procesos, la


recombinación genética y la segregación de los homólogos, se puede observar que cada uno
de los gametos a los que da lugar la meiosis hereda conjuntos de genes diferentes.

Citogenética:
La citogenética se ocupa de las bases cromosómicas y moleculares de la herencia y ayuda a
resolver importantes problemas en el campo de la medicina, la ganadería y la agricultura.

Leyes de la herencia Mendeliana:


Las bases que rigen la transmisión de los caracteres hereditarios deben buscarse en el
comportamiento de los cromosomas durante la meiosis y en las consecuencias genéticas de
este tipo de división. Sin embargo, cuando en 1865 Mendel descubrió las leyes
fundamentales de la herencia nada se sabía sobre los cromosomas y la meiosis. Sus
descubrimientos derivan de resultados de cruzamientos de plantas, analizados en forma
cuantitativa aplicando un pensamiento abstracto genial.
Mendel realizó cruzamientos entre arvejas que tenían pares de características diferentes y
contrastantes. Utilizó plantas con semillas amarillas y verdes, con semillas lisas y rugosas,
con flores blancas y rojas, con tallos altos y bajos, etc. después del primer cruzamiento
observó los híbridos resultantes en la primera generación filial (F 1), cruzó los híbridos F1
entre sí y estudió los resultados en la segunda generación filial (F 2).

Mendel sostuvo que el color de las semillas era controlado por un “factor” que se transmitía
a la descendencia por medio de los gametos, y que ese “factor”, conocido ahora como gen,
podía transmitirse sin mezclarse con otros genes. Enunció que los genes se separan en los
híbridos F1, entran en gametos diferentes y se distribuyen en los híbridos F2. A causa de ello,
este principio se denomina ley de la segregación de los genes.
En los cruzamientos se representa a los genes por medio de letras y se designa con la A al
gen para el carácter amarillo y con la a al gen para el carácter verde. La generación F1 posee
ambos genes, pero sólo el A es visible porque es dominante. El gen a permanece oculto y se
denomina recesivo. Dado que en ambos sexos las plantas generan los dos tipos de gametos,
en la generación F2 se producen tres combinaciones genéticas posibles. El 25% corresponde
a plantas AA con semillas amarillas puras, el 50% a plantas Aa con semillas amarillas híbridas
y el 25% a plantas aa con semillas verdes puras.
Ahora es posible explicar los resultados de Mendel sobre la base del comportamiento de los
cromosomas y de los genes. Estos se encuentran de a pares y los dos miembros de cada par
se denominan alelos. En cada cromosoma homólogo l alelo ocupa un lugar particular
llamado locus.
Los individuos que tienen alelos iguales se denominan homocigotos, y los que tienen alelos
diferentes heterocigotos.
El término genotipo define la constitución genética del individuo; el término fenotipo, las
características visibles.
No siempre se cumple la regla de la dominancia y la recesividad. La codominancia es menos
frecuente que la dominancia y la recesividad completas. En la codominancia se da un
fenotipo con características intermedias respecto de los fenotipos de los progenitores,
aunque sin que se mezclen los alelos.
La ley de la distribución independiente describe el comportamiento simultáneo de dos
pares de alelos cuando están localizados en cromosomas diferentes. Los genes que no están
localizados en un mismo cromosoma se distribuyen en forma independiente en los gametos,
de modo que la descendencia resulta híbrida en dos loci.
En los cruzamientos de dos o más pares de alelos existe una acentuada tendencia por parte
de esos genes a quedar ligados, de modo que se produce entre ellos una proporción de
combinaciones diferente de la esperada. La coexistencia de dos o más genes en el mismo
cromosoma se denomina ligamiento.
Aberraciones cromosómicas:
Accidentalmente pueden producirse cambios en el cariotipo, que tienen diversas
consecuencias genéticas. Así, los cromosomas pueden cambiar en su número o sufrir
alteraciones en sus estructuras. Tales cuadros se denominan, respectivamente,
aberraciones cromosómicas numéricas y aberraciones cromosómicas estructurales.
Hay dos clases principales de cambios en el número de cromosomas:
En las poliploidías existe un número superior de conjuntos haploides, pero cada uno se
presenta equilibrado. En las células somáticas las poliploidías pueden originarse por la
reduplicación de los cromosomas; en los gametos, por la no separación de los cromosomas
en cualquiera de las dos divisiones meióticas.
En las aneuploidías hay ganancia o pérdida de uno o más cromosomas, por lo que el
conjunto deja de ser equilibrado. Las aneuploidías se producen por una falla en la
separación de los cromosomas homólogos, denominada no disyunción, durante la división
celular. La causa inmediata de la no disyunción es la falta de separación de una de las
cromátidas hermanas de la anafase; así, al arriba la célula a la telofase, esa cromátida
permanece en una de las células hijas junto a la cromátida hermana. Ello da lugar a una
célula con un cromosoma de menos y a otra con uno de más. La no disyunción se produce
generalmente en la meiosis, pero también puede ocurrir en la mitosis.
La meiosis no disyuntiva da origen a un gameto aneuploide que, cuando se une a un gameto
normal, forma un cigoto portador de una aneuploidía. Si al gameto aneuploide le falta un
cromosoma, el cigoto resultará monosómico. Si le sobra un cromosoma, el cigoto será
trisómico.
En las aberraciones cromosómicas estructurales se produce una alteración en la
composición o en la organización de uno o más cromosomas. Así, la ruptura de uno de ellos
puede conducir, según el caso, a la pérdida de un segmento cromosómico, fenómeno
denominado deleción, a la duplicación de un segmento, a la translocación de segmentos
entre cromosomas no homólogos o a la inversión de un segmento dentro del propio
cromosoma.

Diferenciación celular:
En términos moleculares, diferenciación celular significa actividad génica diversa en los
distintos tipos de células de un organismo. La especialización de las células implica la síntesis
de proteínas específicas; así, en cada tipo celular se expresa un gen singular, distinto de los
expresados en los otros tipos celulares.
No todos los genes que se expresan en un determinado tipo celular lo hacen en forma
exclusiva. Algunos se activan en todos los tipos celulares; se llaman genes de
mantenimiento y son necesarios para construir los componentes comunes a todas las
células. En cambio, los genes que se expresan en forma diferencial ejercen las llamadas
funciones de lujo.
La diferenciación celular no acarrea pérdida de información genética, de modo que en todas
las células del organismo existen conjuntos de genes idénticos, que son los mismo que se
hallaban en la célula huevo.
El núcleo y el citoplasma son interdependientes: uno no sobrevive sin la presencia del otro.
La interdependencia entre el núcleo y el citoplasma ha sido demostrada mediante
experimentos de fusión celular. La fusión de células con ayuda del virus Sendai permite
colocar núcleos en citoplasmas ajenos a ellos. El producto de la fusión de dos células
diferentes se denomina heterocarión, que es una célula con dos núcleos de distinto origen.
Ambos núcleos pueden entrar en mitosis, formar una placa metafásica común, dividirse y
producir células hijas híbridas con cromosomas de los dos núcleos progenitores.
Los organismos multicelulares se desarrollan a partir de una célula huevo que, tras sucesivas
divisiones y diferenciaciones, da origen a la totalidad de las células que componen los
tejidos corporales. En primer término, el cigoto experimenta una serie de divisiones rápidas
en las cuales se duplica sólo el ADN. Debido a que el citoplasma de las sucesivas células hijas
se va reduciendo o segmentando con cada ciclo divisional, a estas divisiones se las
denomina de segmentación o clivaje.
Cabe señalar que a partir del estadio de 16 células los citoplasmas se vinculan por uniones
comunicantes y las células periféricas se enlazan entre sí por uniones oclusivas. Cuando el
embrión alcanza ese estadio adquiere la forma de una esfera sólida con aspecto mora,
motivo por el cual recibe el nombre de mórula.
Posteriormente el embrión se convierte en una esfera hueca, denominada blastocisto, en la
que se visualizan dos tipos de tejidos, el macizo celular interno, primordio del futuro cuerpo
del individuo, y el trofoblasto, que interviene en la formación de la placenta. Una semana
después el macizo celular interno da lugar a un embrión plano discoidal compuesto por dos
capas epiteliales superpuestas. Estas se llaman epiblasto e hipoblasto y existen entre ellas
inequívocos signos de diferenciación. Al cabo de otra semana el embrión posee tres capas
epiteliales diferentes, denominadas ectodermo, mesodermo y endodermo.
En efecto, se considera que el citoplasma de la célula huevo contiene moléculas que se
reparten de manera desigual entre las primeras células del embrión y que influyen en la
actividad de sus genes. Así, esas moléculas, que llevan el nombre de determinantes
citoplasmáticos del desarrollo, actuarían como factores de transcripción específicos.

A partir de la primera división de segmentación, la dispar distribución de moléculas


contenidas en la célula huevo prosigue en las sucesivas generaciones de células, lo cual se
prolongaría hasta la formación del embrión de tres capas.
No obstante, en los mamíferos lo antedicho no es aplicable hasta la cuarta división de
segmentación ya que, al cabo de las tres primeras, al formarse el embrión de 8 células,
entre éstas y el cigoto aparentemente no existe diferenciación. Así, hasta ese estadio cada
una de las células es totipotente, es decir, puede generar un organismo completo, como la
propia célula huevo. Esta condición es la que hace posible el desarrollo de gemelos
idénticos.
Lleva el nombre de morfógeno toda sustancia difusible que produce respuestas diferentes
en células idénticas según el nivel de concentración con que llega a ellas. La calidad de la
respuesta se debería a que en las células inducidas se activarían genes distintos cuando el
morfógeno se halla por debajo o por encima de sucesivos umbrales de concentración.
En etapas más avanzadas del desarrollo embrionario aparecen inducciones mediadas por
hormonas. Una vez elaboradas por las células inductoras, las hormonas llegan a los lugares
de destino transportadas por la sangre. Como en las inducciones mediadas por secreciones
paracrinas, las células competentes son aquellas que poseen receptores específicos.
Las células adquieren el “compromiso” de cambiar antes que pueda descubrirse que están
diferenciadas. Este compromiso previo, llamado determinación, es irreversible y puede ser
fijado por un determinante citoplasmático o por una sustancia inductora. Existe, entonces,
un período de latencia entre el instante en que la célula queda determinada y el momento
en que se hace evidente su diferenciación.
Lleva el nombre de potencialidad evolutiva la condición biológica que le permite a una
célula generar un número determinado de células diferentes; así, cuanto más grande es el
número de tipos celulares que una célula es capaz de originar, mayor es su potencialidad. La
célula huevo, por ser la predecesora de todos los tipos celulares del organismo, es la que
posee la potencialidad evolutiva más alta.

Cuando una célula alcanza su máximo grado de diferenciación, su potencialidad desaparece.


Se dice, entonces, que ha alcanzado su significado evolutivo final.
Las células diferenciadas no pueden convertirse en otros tipos celulares bajo ninguna
condición, ni siquiera cuando son sometidas a las más complejas manipulaciones
experimentales. Esta característica biológica se conoce con el nombre de memoria celular.
Los estados de diferenciación pasan a las células hijas de generación en generación hasta la
última de las células descendientes. Esta herencia de la memoria celular se debe a que,
cuando el ADN se replica, los elementos que controlan las expresiones de los genes, más
que mantenerse, también se duplican.

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