Mujeres de Tiempos Bíblicos Taller Escritura

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Mujeres de tiempos bíblicos

En este capítulo, dentro de cada historia podemos ver realmente como funciona el poder
femenino, que, a pesar de ser menospreciada por su virtud femenina, logran controlar y
sacar provecho de sus diferentes cualidades femeninas para someter a hombres poderosos
dentro de las épocas bíblicas a su dominio. Veamos cada una de las historias
Lilith
[...] Ella ahora le dijo:

Jueces 16,15

El nombre de Dalila recuerda seductores encantos y ocultos peligros. Según el relato


bíblico, esta mujer vivía en el valle de Soreq. El poderoso Sansón, uno de los jueces
sobresalientes de Israel, se enamoró de ella cuando se aproximaba al fin de sus veinte años
de judicatura y con ello puso en riesgo d más valioso de sus secretos: el origen de su fuerza.

Por fin d le descubrió todo su corazón y le dijo: "Nunca ha venido navaja sobre mi cabeza,
porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si de veras fuera afeitado,
entonces mi poder ciertamente se apartado de mí, y realmente me debilitarla y vendría a ser
como todos los demás hombres .
Satisfecha y segura de tener esta vez la verdad, Dalila mandó llamar a los jefes de los
filisteos, quienes llegaron con grandes bolsas de dinero para pagar por el secreto. Una
noche que Sansón dormía plácidamente sobre las rodillas de Dalila, ella llamó a uno de sus
servidores para que le cortara las siete trenzas de su cabellera.

EVA
La mujer que me diste… Génesis 3,12

Eva nació para el hombre. Es mujer, «Ischa», que procede de «Isch», varón. Eva es, como


exclama Adán, «carne de mi carne y hueso de mis huesos», pero aun así será la causa de la
calda del primer hombre y la de todos sus descendientes. Mientras Adán dormía, Eva
sostuvo una curiosa conversación con una serpiente.

La serpiente aseguró que, si probaba el fruto del árbol del conocimiento, llega a ser como
los dioses. Fue Eva, al igual que la Pandora griega, quien de terminó la asociación de la
mujer con el mal, con la serpiente, con el pecado.

JAEL
Antonio Mira de Amescua, El clavo de Jael
Jael es un fuerte y frío personaje de la literatura bíblica. Le dio muerte a ese enemigo, pero
no lo hizo armada y en un campo de batalla, sino en su casa, rodeada de cántaros de leche
tibia y telas de vestir. Hasta allí llegó Sisara, el enemigo, jefe cananeo, agotado, huyendo de
las armas de los israelitas. Jael lo invitó a entrar a su tienda y el aceptó, seguro en su fuerza
de hombre frente a una mujer sola.

Jael quebró el mandamiento de protección al hospedado. Así, Sisara quedó clavado al


suelo.

Jael, tras la muerte de Sisara, salió triunfante a contarle a Barac, uno de los jefes


israelitas, la victoria obtenida. Con la izquierda tomó el clavo, y con la diestra el martillo de
artesano, y golpeó a Sísara, buscando en su cabeza el punto donde herirle, y hundiéndose
con fuerza la sien y Sisara entre los pies de ella se desplomó, desvaneció y murió. Por la
ventana se asomó una mujer y se quedó esperándolo. Ese fue el acto por el que Jael pasó a
la historia y por el que la recordaron numerosos artistas que recrearon con pasión ese
macabro instante.

DALILA
Jueces 16,15

El nombre de Dalila recuerda seductores encantos y ocultos peligros. Ansiosos por matar a


Sansón, debido a su extraordinaria fuerza, los señores del eje de los filisteos, enemigos de
Israel, le ofrecieron a Dalila una enorme suma de dinero para que averiguar donde se
origina su enorme fuerza. Ella aceptó la oferta y utilizando sus más dulces caricias y mucha
insistencia y lloros instó a Sansón a revelar el secreto. En las primeras ocasiones, Sansón le
dijo mentiras a Dalila, y ella se las comunicó a los filisteos, quienes basados en las
informaciones buscaban la manera de que Sansón perdió su fuerza.

Luego de haber sido engañada tres veces, Dalila continuó exigiendo como prueba de amor
que le contase su secreto.

Satisfecha y segura de tener esta vez la verdad, Dalila mandó llamar a los jefes de los
filisteos, quienes llegaron con grandes bolsas de dinero para pagar por el secreto. Una
noche que Sansón dormía plácidamente sobre las rodillas de Dalila, ella llamó a uno de sus
servidores para que le cortara las siete trenzas de su cabellera. Si bien después de este
suceso no se vuelve a mencionar a Dalila en el registro bíblico, los artistas posteriores
continuaron difundiendo su leyenda. Según la Biblia, no es claro que Dalila fuese una
prostituta, ni una filistea.

Posiblemente era una bella y joven israelita a la que los filisteos le ofrecieron una cuantiosa
suma de dinero para comprar su traición, mientras que si hubiese sido una de los suyos es
posible que hubiesen apelado a su patriotismo para obtener el deseado secreto. El hecho
cierto es que Dalila ilustrará en todas las épocas posteriores el terrible peligro de sucumbir
al encanto de lo femenino al que se enfrentan los hombres ya mayores.
JUDIT
Libro de Judit 13,15

Si bien el libro apócrifo que lleva su nombre presenta algunas inconsistencias respecto a los
libros canónicos, en el encontramos esta hermosa viuda judía de la ciudad de
Betulia, reconocida como heroína y liberadora de su pueblo, ya que con decisión y entereza
venció al general Holofernes, provocando así la victoria de los judíos que habían sido
conquistados. El rey Nabucodonosor habla enviado a suboficial Holofernes, con más de
130 000 hombres, al territorio del pueblo de Israel para que destruyera toda forma de
adoración que no fuese la oficial. Por este motivo, el militar se dirigió contra los judíos de
Betulia. Después de 33 días de asedio a la ciudad, cuando esta estaba a punto de caer en
manos enemigas, la viuda Judit se presentó ante el sacerdote Ozías, ofreciéndole salvar a su
pueblo.

De modo que, ataviada con hermosos vestidos y joyas y con la hermosura que la


caracterizaba, Judit se dirigió al campamento de Holofernes. Estando allí, Judit le presentó
al militar de Nabucodonosor un informe falso sobre la situación de la ciudad y le pidió
asilo, con la condición de que le permitiera salir a rezar fuera del
campamento. Holofernes, seducido por la belleza de la mujer, no sólo aceptó el trato sino
que una noche, tras varios días de estancia de Judit en el campamento, ordenó una suntuosa
cena para ella y, luego, una gran fiesta. Profundamente atraído por ella, Holofernes quería
seducirla.

Cuando se hizo tarde, todos los que habían asistido a la fiesta, salvo Judit, se retiraron a
descansar. Judith salió con cautela del campamento asirio, con cabeza de Holofernes en una
bolsa. Así logró la viuda regresar a Betulia con la cabeza del conmigo como trofeo. A la
mañana siguiente se produjo un desconcierto total en d campamento de los soldados de
Nabucodonosor, y gracias a ese desconcierto los guerreros judíos consiguieron vencerlos de
manera aplastante.

HERODIAS Y SALOME
Herodías, esposa del tetrarca Herodes Antipas, odiaba al profeta Juan el Bautista porque le
había dicho en público que era una adúltera y esto le había traído el desprecio de todo su
pueblo. Su padre, Aristóbulo, hijo de Herodes el Grande, y su madre eran primos hermanos.
Herodías se casó primero con su tío, conocido comúnmente como Herodes Filipo, quien era
hermanastro de su padre Aristóbulo, hijo también de Herodes el Grande. Con él tuvo a
Salomé, quien sería llamada la bailarina del demonio, y que al parecer fue su única hija.
Los fúnebres sones de las gingras reemplazaron a los crótalos. El abatimiento había
sucedido a la esperanza. Sus actitudes expresaban suspiros, y toda su persona tal languidez
que ya no se sabía si lloraba a un dios o se moría en su caricia. Con los párpados medio
cerrados torcer la cintura, balanceaba el vientre con ondulaciones de ola, hacía temblar sus
dos senos y su rostro permanecía inmóvil y sus pies no se detenían . Luego fueron los
transportes del amor que quiere ser saciado. «Qué debo pedir?», pregunta con voz dulce.
¡Al fin la oportunidad esperada! -La cabeza de Juan el Bautista, responde sin vacilación
Herodes, Salomé regresa rápidamente a donde Herodes y solicita con una hermosa sonrisa,
casi ingenua: «Quiero que me des ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el
Bautista».
Esto causa mucha angustia a Herodes. Sin embargo, porque sus huéspedes han oído su
juramento, no quiere quedar avergonzado por no otorgar lo que le han pedido, aunque esto
signifique asesinar a un hombre inocente. Inmediatamente envía a un verdugo a la prisión
con sus espantosas instrucciones. En poco tiempo este regresa con la cabeza de Juan en una
bandeja, y la da a Salomé. Ella, a su vez, la lleva a su madre, quien la recibe profundamente
satisfecha.
Una de las más famosas recreaciones artísticas del personaje de la hija la hace Oscar Wilde.

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