Con-Vivir Haciendo Escuela en Tiempos de Pandemia

MINISTERIO DE EDUCACIÓN
SECRETARIA DE EQUIDAD EDUCATIVA

SERVICIO DE ACOMPAÑAMIENTO ESCOLAR – JUJUY- (S.A.E.)
“Año del Bicentenario del Fallecimiento del General Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano”
“CON-VIVIR : HACIENDO ESCUELA EN

TIEMPOS DE PANDEMIA”
Donde el cuidado de sí cobra mayor relevancia

en el cuidado de los demás
Convivencia social condicionada
MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE JUJUY

SECRETARÍA DE EQUIDAD EDUCATIVA
SERVICIO DE ACOMPAÑAMIENTO ESCOLAR
(SAE)
1
Domicilio: Leandro N. Alem N° 860 - B° Gorriti - San Salvador de Jujuy
EMAIL:equipoprovsaejujuy@gmail.com – Tel celular: 0388-4580834
Índice
PRESENTACIÓN pág. 3
PARTE I: Convivencia Escolar. ppág. 7
El cuidado como práctica de convivencia pág. 9
Aspectos de la convivencia escolar pág. 10
PARTE II: El Conflicto pág.16
PARTE III: Recursos Para la Resolución Colaborativa de pág. 24

Conflictos
Técnicas de Comunicación pág. 25
Escucha activa o atenta pág. 32
PARTE IV: Comunicación No Violenta pág. 35
A Modo de Conclusión pág. 42
Bibliografía pág.44
2
PRESENTACIÓN
En la actualidad la aparición del covid-19 nos enfrenta a una emergencia que,

como tal, tiene implicancias en todos los ámbitos de la vida personal y el
entramado social. Nuestras formas habituales de convivencia se han visto
atravesadas por la cuarentena y el aislamiento social, irrumpiendo lo virtual como
posibilitador de la interacción, generando nuevas formas de relacionarse, y, en lo
que nos atañe, nuevas formas de enseñar y de aprender.
Las condiciones cotidianas de #Quedate en casa, como posibilidad de afrontar la
crisis del Covid-19, ha modificado profundamente no sòlo los escenarios en que se
desarrollaba nuestra vida cotidiana,sino también los tiempos.
Habrán observado que familias que coincidían pocas veces en el hogar, ahora
deben pasar varias semanas compartiendo el mismo espacio con pocas o varias
personas. En otras ocasiones, hay núcleos familiares que no tienen las mejores
relaciones y también deben coincidir en casa, vivenciando situaciones conflictivas.
Los padres y abuelos a cargo de nuestros alumnos están angustiados por la
situación laboral y económica, tienen dificultades para acceder a lo virtual y que
sus niños y niñas cumplan con las tareas. En otros casos se han agravado
situaciones preexistentes de violencia y/o consumo de sustancias.
La organización de los espacios y los tiempos nos van configurando como sujetos,
y son organizadores externos que nos configuran internamente. Hoy nos
encontramos con una situación en la que el espacio para estudiar,
trabajar, alimentarnos y para jugar, es el mismo, cada tarea se desenvuelve en el
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mismo espacio, sin una distribución delimitada de los tiempos y con una
superposición de tareas; hay una desorganización de la cotidianeidad que
inevitablemente se expresa psíquicamente con distintos grados y formas de
padecimiento; y a esto se suma la incertidumbre del: “¿hasta cuando?”
En estas realidades trabajamos, como docentes y como miembros de una
comunidad educativa, no somos ajenos a ella, ya que la característica de esta
pandemia es que está en curso y somos parte de la misma.
Sabemos que la escuela es mucho más que la transmisión de contenidos, es un
lugar de encuentro, de crecimiento, de armado de lazos sociales, de
descubrimiento, de asombro en el que el vínculo con el docente y los otros niños
es fundamental. Sin embargo el mundo tal y como lo conocíamos ha cambiado de
la noche a la mañana. Debimos aprender a interactuar en nuevos y diferentes
espacios de encuentro, planificar y enseñar en contextos virtuales apuntando a
sostener la escuela fuera del edificio escolar para nuestros alumnos y alumnas,
quienes han perdido la posibilidad de encontrarse con otros niños y niñas, jugar y
hasta pelear con sus pares.
La escuela es un espacio con rituales cotidianos que organizan el tiempo, hay un
horario de entrada y salida, un tiempo en el aula, un tiempo de recreo, en algunos
casos un tiempo para la alimentación; hay días de semana y fines de semana. Es
diferente estar en un aula que en el comedor de la casa, rodeado de personas en
distintas desarrollando una multiplicidad de quehaceres en simultáneo. Surge un
nuevo espacio que reemplaza a TODOS los demás, y es compartido por TODOS los
que conviven (escuela, trabajo, familia, emociones) y esto opera
independientemente de las características de cada vivienda, siendo mucho más
complejo cuando los espacios son más reducidos.
Estas condiciones de lo cotidiano, esta alteración de los organizadores externos,
nos afecta a todas las personas por igual en cada rol que nos toca, los adultos
deben resolver en simultáneo y en un mismo espacio su rol de trabajadores, de
tareas domésticas, de padres, etc. al igual que los niños, niñas y adolescentes que
tienen un mismo lugar de tareas escolares, recreación y tiempo libre,
alimentación, etc.
El contacto con otros adultos que interactúan en el ámbito de la educación, es
decir colegas, personal no docente, personal de servicios generales, equipo de
orientación, directivos y supervisores se vio modificado generando nuevos y
diferentes espacios de encuentro. Así como también en lo que respecta a los
estudiantes, la relación directa que se entablaba diariamente con ellos y entre
ellos en el aula experimentó un cambio en el cual surgió la necesidad de
intervención más activa de los adultos de la familia que acompañan en el
desarrollo de las actividades escolares propuestas, haciendo imprescindible el uso
de diferentes vías de comunicación, una manera diferente de llegar a los
estudiantes.
Si bien hoy en día se cuenta con tecnología muy avanzada y es la herramienta que
nos permite que el aislamiento sea sólo físico, nos permite un relativo contacto
social, posibilitando alguna forma de comunicación. Sin embargo, en la
comunicación virtual, el cuerpo cobra un lugar diferente, debe sostenerse desde la
palabra escrita, o desde el rostro, desde la voz, pero a veces escindido, siendo
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dificultoso integrarlo todo, y entonces, la tarea se complejiza y agota. Estamos

frente a una escuela sin espacio y sin tiempo.
El nuevo panorama nos lleva a replantearnos el vínculo pedagógico, con qué
recursos contamos, repensar propuestas de aprendizaje que vayan más allá del
contenido, en los que el vínculo y comunicación que pide el momento, sean
también formativos y de aprendizaje. Pero para poder trabajar con los niños, niñas
y adolescentes en la construcción de un nuevo modo de vincularnos, es
indispensable comprender lo que nos sucede a cada quién. Frente a la pérdida de
los instrumentos que nos resultaban eficaces debemos reinventar la tarea y
pensar cómo sostenerla. En este sentido, una cuestión fundamental es la
disponibilidad o no de las herramientas ineludibles para la interacción virtual y la
necesidad de adaptarse a los diferentes recursos, teniendo en cuenta que en esto
también, al igual que el tiempo y el espacio, posiblemente en el hogar deba
compartirse la computadora o el celular.
Asì, en este contexto de actuales desafíos, aparecen en escena los conflictos,
puesto que son inherentes a las relaciones humanas interpersonales, con lo cual
construir una sana convivencia escolar con valor formativo para una ciudadanía
activa resulta importante durante este tiempo de responsabilidad en el resguardo
consciente, de cuidado de la salud, de descubrimiento de aprendizajes y de
desarrollo de las potencialidades. Una convivencia que se construye con prácticas
cotidianas y pedagógicas que contribuyen a que los estudiantes aprendan a
convivir y lleven adelante su aprendizaje en un clima escolar favorable para su
desarrollo integral, sosteniendo la escuela fuera de los edificios escolares. Y en
estas instancias se vuelve esencial el rol del adulto como educador que
intervendrá en ese proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual es esencialmente de
observador, facilitador y generador del proceso de acompañamiento de niños,
niñas y adolescentes.
Cuando circunstancias extraordinarias e impensadas que irrumpen con la
magnitud de esta pandemia, que no pidió permiso y que nos encontró quizás “no
preparados para esto”, es inevitable recurrir a una construcción colectiva donde se
renueven las alternativas posibilitadoras de intervención y abordaje hacia nuevos
espacios escolares en donde la territorialidad encuentra una dimensión diferente y
la temporalidad cobra un sentido especial, dando lugar a la creatividad como un
componente habilitante para la expresión.
Es por todo ello que desde el Servicio de Acompañamiento Escolar (S.A.E.)
acercamos este material y otros que iremos compartiendo, para reflexionar sobre
la convivencia escolar, su construcción colectiva, el conflicto como parte inherente
de la misma y algunas herramientas para gestionarlo de forma saludable.
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PARTE I: Convivencia
Escolar
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¿Qué entendemos por convivencia escolar?
Es un proceso dinámico y de construcción

colectiva, que permite entablar relaciones
interculturales, incluyentes, democráticas y
pacíficas entre los integrantes de la comunidad
escolar, favoreciendo ambientes propicios para el
aprendizaje. La convivencia no se refiere a la simple
coexistencia entre las personas, sino que también
deberá verse reflejada en las acciones individuales
y colectivas que permiten el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las
personas, los buenos tratos, el diálogo, aprecio y reconocimiento de la diversidad
en sus diferentes manifestaciones; el fomento de valores democráticos y de una
cultura de paz. En este sentido, la convivencia es una herramienta fundamental
para “aprender a aprender”, al tiempo que constituye un fin en sí misma,
“aprender a ser”, “aprender a hacer” y “aprender a convivir”, propiciando el
desarrollo integral del ser humano.
La convivencia se entiende como el entramado de relaciones

interpersonales que se dan entre todos los miembros de la comunidad
educativa, y en el que se configuran procesos de comunicación,
sentimientos, valores, actitudes, roles, status y poder (Ortega,
1997)
Es un eje transversal para una Educación Inclusiva y para el desarrollo integral

del ser humano, siendo ella una construcción cotidiana y una valiosa experiencia
educativa, ya que el aula y la escuela constituyen el primer espacio público de
participación.
Hablar de Enfoque de Convivencia Escolar hace referencia a un enfoque

formativo de convivencia que está centrado en generar en los estudiantes la
capacidad para tomar decisiones responsables, respetando su autonomía y sentido
crítico, de tal manera que internalicen la razón de las normas y desarrollen
habilidades para convivir. En el caso de los estudiantes de nivel inicial,
aprendizajes que busquen promover el conocimiento y respeto de valores y
normas para la formación de actitudes en relación con la confianza en sí mismo,
en los otros, la autonomía, la solidaridad, la cooperación, amistad, trabajo
compartido, etc. y en los estudiantes de nivel primario la construcción del sentido
de las normas y reglas, su origen y necesidad de cumplimiento, la progresiva
apropiación de la noción de derecho/responsabilidad, la noción de autoridad, la
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idea de participación, la posibilidad de ejercer la palabra, la comprensión de las

acciones de cada uno y los efectos que las mismas tienen en los otros, el sentido
del cuidado, de lo colectivo, la preocupación por el semejante.
Estos aprendizajes son determinantes de cómo se irán constituyendo en su

identidad, y esta construcción que es individual pero siempre en relación a los
otros, también está profundamente modificada en el contexto de la pandemia, del
#Quedate en casa. Estas experiencias de aprendizaje en la convivencia tienen un
sostén en el “conocer” al otro. La situación de crisis, que se desencadenó apenas
iniciado el ciclo lectivo 2020, impidió que se diera este proceso de conocerse
(excepto quienes ya venían siendo compañeros y compañeras desde el año
anterior), por lo que desafía a un primer paso fundamental, que permitirá la
internalización de ese otro, y esto incluye tanto docentes como estudiantes.
Aprender a convivir es una meta educativa que implica ir más allá de la resolución
de conflictos. Conlleva el desarrollo de una cultura de prevención que incluye
aquellas acciones que permiten que las personas puedan interactuar a través del
diálogo, el respeto, la reciprocidad y la puesta en práctica de
valores democráticos y una cultura de la paz, aún en cuarentena y con
aislamiento social.
La convivencia escolar requiere de prácticas sociales y pedagógicas, así como de

una estructura y organización sólida en el trabajo cotidiano, esto es posible
mediante un marco de acuerdos que ayude a regular y orientar dichas prácticas, al
igual que los comportamientos de los distintos actores en pos de una convivencia
inclusiva, pacífica y democrática. Es por ello que la construcción de los acuerdos
escolares de convivencia, como documento elaborado con la participación de toda
la comunidad educativa y reflejo de cada cultura institucional, resulta importante.
Reflexionar sobre la convivencia escolar nos lleva a poner la mirada en todos

aquellos agentes que están implicados en las trayectorias escolares de los niños y
niñas - los adultos con los que ellos interactúan cotidianamente (docentes, no
docentes, madres, padres, familias, auxiliares, porteros/as, directivos)- como así
también en el tipo de relaciones y vínculos que, las familias y los docentes por un
lado y los docentes entre sí, han ido construyendo en el día a día. Por ello, el
trabajo en torno a la convivencia debe contemplar las múltiples relaciones que se
construyen entre sí.
“Enseñar la convivencia justa y la participación ciudadana, es orientar el

conocimiento escolar a la construcción de lo público. Es en realidad, una educación
para lo público, sabiendo que cuidar a los otros es cuidarnos a nosotros mismos y
cuidarnos a nosotros mismos es cuidar la igualdad de oportunidades y los espacios
públicos para el gozo compartido, el conocimiento comunicado, el trabajo solidario
y la esperanza común.” Cullen, Carlos (1999): “Crítica a las razones de educar” - Cap. 5: “Educar
para la convivencia y la participación ciudadana” – Edit. Troquel, Bs. As.
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Resulta importante considerar que la emergencia sanitaria afrontada por la

consigna de #Quedate en casa que atravesamos, nos lleva a puntualizar el
cuidado como una práctica de convivencia, la cual implica afrontarla desde tres
escenarios:
Conocerse, reconocer lo que me pasa, ser consciente de mis emociones, eligiendo

el mejor modo de expresarlas y gestionarlas. Lo que me permite saber cuáles son
mis alcances y limitaciones frente a situaciones que pueden ser críticas o
complejas. Es una manera de profundizar en el autoconocimiento y autocuidado.
A través de un genuino interés de reconocimiento del otro permitiendo conocer lo

que necesita. Esto lleva a hacer consciente la dinámica relacional en la que
interactuamos. En la medida que tengamos más información de lo que pasa en
ese otro lugar avanzamos en relaciones en las que la confianza es más posible de
construir. Esto nos facilita el contacto con la otra persona.
El contexto es aquel que acentúa las prácticas, lo que les da un valor y va a

delimitar el conocimiento de las circunstancias en los lugares específicos, los que
actualmente se dan en espacios limitados.
Abordar un escenario desde estas tres perspectivas implicaría entender que

hablamos del cuidado como una relación en la que en los tres niveles es
importante una preocupación legítima por lo que pasa en cada uno de ellos,
puesto que no son instancias fragmentadas.
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ASPECTOS DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR
Es importante resaltar que la forma en que se desarrollen o lleven adelante los

aspectos de la convivencia escolar serán determinantes para la construcción de la
misma de forma saludable y con carácter formativo, ya que el dinamismo con
que se desenvuelve el entramado de relaciones interpersonlaes determinará el
modo en que se gestiona este con-vivir con las demás personas en donde el
tiempo y espacio adquieren otra dimensión, aflora la creatividad para los
encuentros de intercambio con el otro y los nuevos modos de presencia, se
construyen nuevas formas de acompañar y educar, sostenidas por un otro que
también se encuentra afectado íntimamente. Cada escuela dará forma a este
convivir en función de su propia cultura, historicidad, contexto y particularidades
propias de la comunidad educativa que conforma la institución, otorgándole de
esta manera identidad y construyendo así su Cultura Institucional: “quiénes
somos y quiénes queremos ser”.
 Cambios curriculares y organizativos

Los Cambios curriculares y organizativos inciden en la convivencia escolar en
tanto determinan el clima escolar, en la forma en la que la institución satisface las
necesidades de los que trabajan en ella. En las últimas semanas habrán notado
cómo los cambios en la organización y forma de enseñar han incidido en todos los
miembros de la comunidad que debieron adaptarse a nuevos formatos de clases
sin presencialidad y nuevos contextos, lo cual implicó re significar el sentido de la
tarea.
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 Normas y Valores
En relación a las Normas y Valores en la convivencia, hoy más que nunca se
trata de recuperar valores en torno al sentido de la educación y al poder de las
prácticas sociales en la producción de subjetividades, es decir cómo a partir de
nuestro hacer -o no hacer- vamos a con-formar subjetivamente a nuestros
alumnos. Es necesario realizar nuevos acuerdos entre todos los adultos de la
comunidad, priorizando pocos valores, pero significativos y sostenidos por todos.
La propuesta se debe realizar desde un lugar de reconocimiento del otro, de sus
derechos, como proposición y no como imposición y encaminadas al bien común.
El desafío de la escuela, al decir de Onetto, será ampliar el NOSOTROS, desde la
compasión que nos pone en conexión con el padecer del otro aun desde nuestra
impotencia y límites al ir descubriendo la realidad de cada niño.
 Relaciones interpersonales enriquecedoras

Propiciar Relaciones interpersonales enriquecedoras ofreciendo una
propuesta vincular que incluya a TODOS, brindando reconocimiento, aceptación,
valoración del esfuerzo y confianza en que saldrán adelante. Es importante
tranquilizar a las familias, escuchar, sugerirles espacios de juegos, cuentos para
leer y otras actividades creativas.
Las Relaciones son correctas y saludables:
Telma Barreiro en su libro “Los del Fondo” plantea que una gran fuerza
constructiva para frenar las situaciones de conflicto y desarmar las tensiones
grupales es una propuesta vincular que facilite el buen clima grupal. La misma
se debe dar como un entretejido con tres hebras, como si en un telar trabajamos
con tres tipos de texturas:
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A partir de esto comienza el proceso de construcción y consolidación del vínculo.
1) El vínculo con cada uno: las actitudes más favorecedoras para la

construcción de un buen vínculo tienen que ver con la aceptación y respeto para
todos y cada uno de ellos tratando de poner el énfasis en los aspectos positivos de
cada persona, apostando a sus capacidades manifiestas o potenciales, enfatizando
los logros y evitando las comparaciones.
2) El vínculo con el grupo: la propuesta apunta a la integración, a la

conformación de grupos donde nadie quede afuera, promoviendo la comunicación,
conocimiento mutuo, promoviendo la cooperación y desalentando la competición.
3) El vínculo con el conocimiento: en relación al conocimiento y a la tarea de

enseñanza - aprendizaje la propuesta implica apuntar a la motivación, intentando
despertar, cultivar y atrapar el interés de todos y cada uno de los alumnos
procurando allanar el camino de quienes tienen dificultades y estimulando también
aquellos que disfrutan con el aprendizaje y tienen natural predisposición para la
tarea.
Si bien es cierto que en este momento de pandemia y debido a la cuarentena los

docentes no han llegado a encontrar y conocer a sus alumnos es importante que
procuren transmitir que desean ir conociéndolos, recordar y reconocer sus
nombres presentar actividades muy interesantes y que a la vez de todos puedan
entenderla y resolverla, hay que intentar atrapar de entrada a todos los alumnos
de un grupo y que se pueden involucrar. Propiciar aprendizajes colaborativos
mediante el intercambio de ideas, que fortalezcan las relaciones interpersonales
que ayuden a disminuir el sentimiento de soledad, generar ambientes cuya
característica principal sea la cercanía y cohesión del grupo. Los procesos de
comunicación e interacción son decisivos para favorecer un ambiente
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emocionalmente aceptable y para aminorar las diferencias geográficas y la

distancia personal. Prestar especial atención a aquellos que están excluidos,
los que no se conectan, porque la peor de las desconfirmaciones no es el
rechazo, sino el desconocimiento de su existencia.
 Participación de la comunidad educativa
Actualmente se necesita de la participación de todos los integrantes de la

comunidad, ya que sólo el trabajo en equipo y el apoyo mutuo nos permitirán
llevar a cabo la tarea.
Participar es compartir el poder en la toma de decisiones a través del
protagonismo de los involucrados, generando acuerdos y consensos. Para ello es
necesario abrir los espacios para la reflexión, el debate, la discusión y estar
permanentemente informado de lo que acontece. Involucra tanto a adultos como a
estudiantes. Por supuesto que existen distintos niveles de participación,
relacionados con los roles que desempeñan las personas dentro de la institución y
habrá algunas decisiones que son resorte sólo de las autoridades. Se puede
participar en la información, en la consulta, en el seguimiento de las acciones, en
el desarrollo de actividades integradas, en la contribución de acciones, en la
exposición de ideas, todo ello con la finalidad de una construcción colectiva.
Ante las nuevas dinámicas de trabajo sería importante replantear algunos

aspectos de la cultura escolar:
 La red de comunicación propia de la cultura escolar, ver cómo circula

la palabra y el saber
 Cómo es la comunicación entre estudiantes -estudiantes, adultos-
adultos, adultos - estudiantes
 Revisar la toma de decisiones, si son responsables, oportunas y
adecuadas para facilitar el bien común.
 Analizar la transgresión en el contexto en que ocurrió y respetando los
significados que le otorgan los actores implicados.
 El sentido de las normas, posibilitando que los estudiantes las respeten
 Gestión saludable de los Conflictos

Con frecuencia, el concepto de conflicto en el ámbito educativo se entiende como
un problema, siendo vinculado casi siempre, a fenómenos relacionados con la
violencia en las aulas. La forma habitual de gestionarlos, consistentes en
sanciones punitivas, no siempre resultan efectivos, incluso algunas veces
contribuyen a su escalada. Sin embargo, el conflicto es una realidad natural y no
necesariamente negativa, pudiendo suponer, si se gestiona en forma saludable,
una gran oportunidad de cambio y maduración emocional.
La formación para el tratamiento de conflictos de forma no violenta supone educar

para el diálogo, el consenso y para la formación de ciudadanos y ciudadanas
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democráticos. La educación para el conflicto y la transformación positiva del

mismo es educar en valores.
Los profesionales de la educación deben actuar como gestores de conflictos de

valores y fomentar el desarrollo moral autónomo de los educandos, desde
posturas de neutralidad, según el tipo de valores que entren en juego. Educar
para la Resolución de Conflictos es educar en valores y conlleva la formación de
individuos autónomos que comparten los valores aceptados de forma
generalizada, rechazan los valores contrarios a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y se forman sus propios criterios respecto a las cuestiones
socialmente controvertidas. Los conflictos tienen un gran valor pedagógico, son
oportunidades para transformar la realidad y llegar a acuerdos constructivos.
Un conflicto en la escuela y en el aula puede provocar disfunciones en la

convivencia y tensiones en la comunidad escolar. Sin embargo, puede ser un
desafío, una oportunidad y un potencial educativo para educadores y alumnado.
Por eso, resulta de vital importancia afrontar los conflictos desde una perspectiva
diferente y desarrollar una actitud positiva que nos permita tratar creativamente el
conflicto.
El estilo de resolución es lo que determinará que tenga efectos positivos o

negativos dentro de la institución escolar, por lo tanto desde el ámbito escolar se
debe trabajar a favor de una buena resolución de conflictos, ya que una deficiente
o mala resolución conduce a un descenso en la motivación y rendimiento de las
personas afectadas, tanto en el profesorado como en el alumnado, y a un
deterioro de las relaciones interpersonales entre las diferentes personas de la
comunidad escolar implicadas en el conflicto.
En este sentido, la negociación colaborativa y la mediación, entre otras, son

métodos y técnicas de resolución colaborativa de conflictos que promueven la
cultura de la paz y la no violencia en las instituciones educativas.
LA NEGOCIACIÓN COLABORATIVA es un modo de resolver pacíficamente los

conflictos en todos los ámbitos de la vida, a través de la comunicación.
Tiene ciertas características particulares:
 Puede darse: entre dos personas, entre dos o más grupos o dentro de un mismo
grupo.
 Puede ser: espontánea o preparada con antelación
 Puede tener una estructura: formal o informal
En todos los casos, existe un esfuerzo por intercambiar ideas, puntos de vista diferentes con
la voluntad de encontrar una solución satisfactoria para cada una de las partes involucradas.
La negociación implica ante todo, la posibilidad de Diálogo.
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Pasos de la Negociación:
LA MEDIACIÓN es un método para resolver conflictos que supone la participación

de un tercero neutral que ayuda a los disputantes a identificar sus intereses y
resolver sus diferencias. Es un proceso estructurado en el que, el clima de
colaboración, debe ser creado por el mediador y esto demanda:
1. Ayudar a identificar el problema.

2. Atacar al problema, no a la persona.
3. Escuchar activamente y con mente abierta.
4. Tratar los sentimientos de las persona con respeto.
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Los objetivos de la mediación escolar son:
1. Construir un sentido más fuerte de cooperación y comunidad con la escuela.

2. Mejorar el ambiente en el aula disminuyendo la tensión y la hostilidad.
3. Desarrollar pensamiento crítico y habilidades en la solución de problemas.
4. Mejorar las relaciones entre estudiante y maestro.
5. Incrementar la participación de los estudiantes y desarrollar las habilidades de
liderazgo.
6. Favorecer el incremento de la autoestima en cada uno de los estudiantes
7. Facilitar la comunicación y las habilidades para la vida cotidiana.
La necesidad de desarrollar programas dentro de las escuelas para

resolver conflictos es esencial para una sociedad democrática.
PARTE II: El Conflicto
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¿Qué entendemos por conflicto?

El conflicto es parte constitutiva de la vida en lo personal y en lo social. Tiene su
génesis en las distintas miradas y necesidades de los seres humanos y es motor
de cambio y desarrollo, tanto individual como comunitario, pero aun así suele
tener una connotación negativa debido a que mientras se transita, y hasta
encontrar la salida, todos los interesados sufren. Se lo asocia a la angustia y al
dolor y, se tiende a evitar o negar.
Se toma el término conflicto como una situación en que

existen necesidades, intereses, propósitos y/u objetivos
incompatibles o que, al menos, son percibidas así, por las
partes involucradas.
Los conflictos son, por lo general, procesos complejos que se dan en la interacción
entre individuos o grupos que mantienen una relación. Pensarlos como procesos
supone que tienen causas que generan su aparición y que sufren un desarrollo
durante el cual se transforman pudiendo desaparecer, mantenerse relativamente
estacionarios o crecer llegando a niveles mayores de confrontación.
En la base del conflicto se encuentran, casi siempre, las diferencias, los prejuicios,
los estereotipos, las creencias y atribuciones incorporadas a lo largo de la historia
personal que cada uno trae al momento presente; en nuestras vivencias pudo
haber predominado la competencia, la mirada del otro como rival o enemigo, lo
diferente como peligroso, la creencia que determinadas características te dan
superioridad sobre el que es diferente; pero también hay aprendizajes como la
cooperación, del otro como compañero y no como rival, de empatía, de
pensamiento crítico. En nuestro entorno social e histórico, a través de los
aprendizajes en la familia, de los medios de comunicación, del juego y por
supuesto de la escuela, internalizamos estas diferentes miradas del otro, que nos
irán constituyendo subjetivamente a lo largo de nuestra vida y nos darán las
herramientas para abordar los conflictos.
Se pueden diferenciar distintos comportamientos cuando surge un conflicto:

Posicionarse como dueño de la verdad, y de manera competitiva imponer mi
mirada como la correcta; Ceder ante los puntos de vista de la otra persona,
dejando de lado lo que yo pienso para evitar el conflicto; Negar la situación de
conflicto retirándose; o Buscar una estrategia COLABORATIVA, explorando los
acuerdos y desacuerdos, buscando nuevas opciones y soluciones que satisfagan a
ambas partes, lo que requiere concesiones mutuas y compromisos. Para llegar a
esto, se requiere un análisis profundo del conflicto, buscando los intereses
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comunes, analizando los que están en oposición y las diferencias, que permita
atender al contenido del conflicto y no a lo que pensamos de la otra persona y
focalizar en los intereses y no en la posición que cada uno tiene. Habrá que abrirse
a pensar juntos, para que surjan diversas opciones aportadas de manera
colectiva.
Todo conflicto tiene relación con la organización en que surge, cuando se niega la
relación de dependencia, en el sentido de una saludable dependencia producto de
la interrelación, se busca ser reconocido a través de la imposición o de la
sumisión. Tomar una actitud cooperativa ofrece la posibilidad de dar espacio y
reconocimiento a las propias necesidades y a las del otro, en una lógica
incluyente. El reconocimiento implica una actitud recíproca, ¿Cómo salimos de la
confrontación? ¿Cómo evitamos la escalada de los conflictos? Se propone pasar de
la posición de la certidumbre (en relación a mis razones o perspectiva) a la
curiosidad sobre la perspectiva del otro; cambiar el debate, que es confrontativo,
por la exploración de lo desconocido, del otro; ir de las explicaciones simplistas y
unicausales a la complejidad de las multicausalidades, interrelaciones y
condicionamientos recíprocos; y salir del paradigma excluyente de “esto o aquello”
para ingresar en una dimensión integrativa, reflejada en la conjunción “y”. Esta es
la concepción que promueve la tolerancia a las diferencias y el respeto, favorece
que el conflicto se convierta en aprendizaje, en oportunidad de crecimiento,
estimulando la mirada crítica.
Un conflicto puede desarrollarse y manifestarse en una serie de situaciones que se

perciben como problemas y que como tales, son “solucionables“. Sin embargo, no
todos los conflictos se “resuelven“ como resolvemos un problema.
Diferenciar obstáculos de problema

Al abordar los problemas de convivencia en las instituciones escolares, conviene
que revisemos el concepto de problema. Tal como lo señala Onetto en su libro
“Climas educativos y pronósticos de violencia, lo que solemos encontrar en las
escuelas son obstáculos. “Problema” se define como un obstáculo en el camino,
que se visualiza como algo dinámico, que se puede superar. En cambio
“obstáculo” nos hace pensar en una barrera que nos detiene e inmoviliza.
El primer trabajo entonces es “movilizar” los obstáculos, evitar que las dificultades
se hagan crónicas, ya que no hay nada tan contaminante como la rutina de las
dificultades, tropezar una y otra vez con la misma piedra. Es necesario moverse
de la impotencia a la potencia. El mensaje es “se puede”, en cambio la
impotencia favorece la evasión, ausencia, rutina, angustia , violencia.
Para pasar del obstáculo al problema se necesitan generar al menos dos

procesos:
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1. Pasar de la atribución externa a la interna, es decir, sentir que

somos parte del problema de relación con los otros, sin poner toda la
culpa afuera. Hacer autocrítica y hacernos cargo de lo que corresponde.
2. Discriminar entre zonas de preocupación y zonas de
incumbencia: cuando surgen problemas de convivencia es importante
concentrarse en la parte de las dificultades en la que podemos modificar
y no invertir energías en aquello que no podemos cambiar, esa decir la
capacidad para diferenciar zonas de incumbencia de las zonas de
preocupación.
Pensar el concepto de solución

 La solución limitada: En muchas ocasiones pensamos en nuestras
dificultades de convivencia con ciertas expectativas como la de
encontrar la “solución final”. Sin embargo, no existen soluciones
definitivas de un problema. La escuela sin ninguna dificultad, sin
conflictos, no existe. Por eso conviene pasar del concepto de solución
al de mejora. Ante un obstáculo es importante que analicemos las
soluciones que ya se implementaron y fracasaron. Desarrollar un plan B
y un C
 La parte por el todo: el proceso de cambio más recomendable no es
simplemente el mejor, sino el mejor posible. Cambiando una parte del
problema, puede empezar a extenderse a otras partes ya que “Todo
camino empieza por un paso”
 Todos participan: Todos los integrantes de la comunidad educativa
deben tener autonomía para participar en la construcción de la solución
de los problemas
 Creatividad: a veces las innumerables reuniones y actas que
realizamos para solucionar un problema no alcanzan y ayuda tener una
visión más integral y creativa de los recursos: cambiar procedimientos,
nuevas acciones frente a los conflictos, dramatizaciones, nuevos rituales
comunitarios, es decir, ensayar ”múltiples dispositivos de mejora”.
Cuando nos encontramos en una situación conflictiva, sin importar el tema y cuan
complejo puede ser, resulta importante la respuesta que hallemos para manejarla
y/o gestionarla, ya que de esta respuesta dependerá que que el conflicto
permanezca o se supere.
Por lo tanto es la respuesta y cómo adecuamos las necesidades e intereses de las

personas involucradas lo que permitirá encontrar una solución, dar un paso hacia
adelante superando la situación conflictiva y produciendo un aprendizaje de todos
los individuos afectados.
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“La llave para manejar conflictos es creer que el conflicto es una

parte natural e inevitable de la vida y la comprensión de que es
nuestra respuesta al conflicto, la que lo convierte en una situación
destructiva o constructiva”.
Si consideramos que el conflicto es:
PELIGROSO UNA OPORTUNIDAD

 Suprimido o evitado  Hay problema por resolver
 Desacuerdos deberán ser  Emociones brindan
allanados información
 Emociones encubiertas  Cada uno puede elegir
 Ganador y perdedor reacción
 Desacreditar ayuda a ganar  Hay muchas soluciones
 Lo peor es cooperar posibles
 Ganan las dos partes
 Lo mejor es cooperar
20
TENEMOS EL PODER DE ELEGIR
Si no elegimos nada,
estamos eligiendo quedarnos
con lo que ya tenemos.
Si elegimos cambiar, tenemos que saber dónde estamos,

hacia dónde vamos y desarrollar habilidades que nos
ayuden a transitar el viaje.
21
1. En un conflicto todos pueden ganar

2. No me pregunto quién tiene razón, sino cómo puedo ayudar a que se
resuelva.
3. Cuando aprendemos a actuar y a vivir desde esta nueva perspectiva,
mejoramos nuestra calidad de vida y cooperamos en crear un
ambiente saludable, apto para el aprendizaje.
4. Se enriquece el campo social

22
5. Facilita la búsqueda de intereses legítimos
6. Desarrollamos potencialidades creativas
7. Aprendemos a reconocer diferentes posturas frente a la vida
8. Nos permite mostrar emociones
La educación sobre el conflicto constituye una parte esencial de la educación de la

paz. Sus consecuencias no son sólo sobre una escolarización agradable y eficaz,
sino que su impacto alcanza el desarrollo de relaciones comunitarias armoniosas
basadas en la tolerancia de las diferencias y en un compromiso con la justicia
social.
Es importante trabajar aquellos aspectos pedagógicos que hacen al proceso de

construcción de acciones que favorezcan el respeto mutuo, la cooperación y la
solidaridad, que se transformen en cimientos para que el conflicto sea una
oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
Para posibilitar esta mirada, es necesario pensar cómo trabajar en la interacción

virtual con los niños y niñas, la empatía, como identificar y relacionarse con los
sentimientos de la otra persona, la toma de decisiones, la posibilidad de encontrar
diferentes soluciones a un mismo problema, cómo contribuir a la autoconfianza, a
estimular el pedir ayuda cuando la necesite, etc. Proponemos indagar algunas de
las particularidades en la virtualidad como por ejemplo ¿Cómo son las
modalidades de la comunicación? ¿Predomina la competencia o la cooperación?
¿Con quiénes elijo relacionarme?
Esto implica un esfuerzo ya que hay que trabajar con las propias percepciones y
capacidad de pensamiento crítico, con las condiciones de acceso a las
herramientas tecnológicas, a cómo utilizarlas y a la frustración que nos genera
cuando no logramos conectarnos, en fin exige de nosotros que pongamos en juego
los recursos de nuestra inteligencia emocional. Desde este espacio, les
proponemos hacer una aproximación a la:
23
PARTE III:
Recursos Para la
Resolución Colaborativa de Conflictos
24
Los aspectos teóricos y prácticos de la Resolución de

Conflictos se construyen a partir de valores, creencias,
actitudes y técnicas básicas
A la hora de resolver un conflicto un factor decisivo es saber

comunicar nuestros sentimientos y necesidades
25
Repasemos qué entendemos por COMUNICACIÖN:
La comunicación humana es un proceso
� que incluye dos o más personas
� entre las que circulan mensajes
�en una serie de ida y vuelta
� por distintos canales
� concordantes o no entre ellos
�que siempre se influyen
� ocurre en un contexto espacial
� afectado por contexto histórico
� y genera una historia
En el marco de #Quedate en casa, debemos pensar la comunicación en el

contexto de la virtualidad, los vínculos y la interacción se desarrollan en un
espacio virtual y no físico, es necesario crear estos espacios para mantener la
relación del conjunto de la comunidad educativa, directivos con docentes y no
docentes, docentes-alumnos, docentes-madres/padres, alumnos entre sí.
Una de las formas de comunicarnos, quizás la que más conocemos, es la del

diálogo.
26
Cuando dialogamos:
-Escuchamos y proponemos
-Intercambiamos puntos de vista, creencias personales y colectivas, sueños, etc.
-Conocemos y nos conocen
-Nos abrimos al aprendizaje
El diálogo puede tener lugar y estar determinado por distintos espacios y

contextos:
En el espacio virtual, donde la comunicación a veces se establece en forma

escrita, otras oral y otras oral/visual (mensajes de texto, correo electrónico,
llamadas telefónicas, videollamadas, mensajes de audio, videos, imágenes, redes
sociales, etc.) hay que tener en cuenta que, como en toda forma de comunicación,
la misma tiene dos aspectos: uno de contenido y otro relacional que califica al
primero.
En la virtualidad aparecen nuevas señales que pueden obstaculizar o provocar

malos entendidos, que si bien no son del todo diferentes a los que aparecen en la
comunicación presencial, tienen sus particularidades y a los que deberemos
prestarles mucha atención, ya que pueden afectar la recepción del contenido del
mensaje. Por ejemplo, en la comunicación escrita, la subjetividad entre quien
escribe y quienes leen, podrá tener tantas interpretaciones como diferentes
miradas quienes reciben, el uso de los signos de puntuación, el uso de mayúsculas
o minúsculas, e incluso el uso de emoticones; o en el encuentro a través de una
cámara, la presencia o ausencia de imagen, la calidad de la conexión, el entorno
de la comunicación (que otras cosas acontecen alrededor mientras se establece la
conexión) son todos factores que pueden tener distintas interpretaciones por parte
del receptor que den lugar a dificultades en una comunicación eficaz.
27
Es importante tener en cuenta que con la emergencia sanitaria y epidemiológica el

uso de espacios virtuales y de diferentes dispositivos electrónicos se convirtieron
en los de mayor interacción entre las personas, y en lo particular, para llevar
adelante el proceso de aprendizaje. Por lo que que el uso de las distintas
herramientas (Whatsapp, mensaje de texto, correos electrónicos, diversas
plataformas, aulas virtuales, etc.) debe ser apropiado ya que adquieren el carácter
de ser realizadas en un entorno institucional.
La noción de contexto virtual es fundamental para entender los procesos de

comunicación que se presentan en este tipo de ambientes, ya que los sujetos que
en él intervienen tratan de formar comunidades para promover el desarrollo
personal y de aprendizaje, considerando las dimensiones cognitivas, afectivas y
sociales
Las relaciones interpersonales en ambientes virtuales, sin duda, abren una serie
de interrogantes respecto a la manera de interactuar. Lo que queda claro es que la
comunicación y la interacción son los principales elementos que ayudan a
disminuir la angustia y el sentimiento de soledad.
28
Estos elementos se desarrollan de diferente

manera que en un contexto presencial, ya que
los estudiantes emplean una serie de recursos y
estrategias que le ayudan a relacionarse con sus
compañeros/as y docentes, tratando de suplir la
mirada y los gestos mediante la palabra escrita,
así como con una serie de símbolos con los
cuales expresa sus emociones. Adquieren ciertos
códigos, como Los emoticones que son un
indicador explícito de emocionalidad.
La comunicación y la interacción son procesos fundamentales en un entorno
virtual; a partir de ellos se establecen relaciones afectivas que propician la
construcción colectiva de conocimiento y el aprendizaje. La dimensión afectiva es
esencial en los procesos de interacción en los contextos virtuales de aprendizaje,
pues aminora el sentimiento de soledad e incrementa la motivación al aprendizaje,
lo que genera un clima emocional ideal para el cumplimiento de los objetivos,
siempre y cuando se establezca una relación de cercanía entre estudiantes y
docentes.
En este sentido, Si no podemos tener a los estudiantes en la modalidad presencial,
intentemos sacar partido a nuestro lenguaje no verbal. Entre los factores
asociados al lenguaje verbal se encuentran las características paralingüísticas del
lenguaje. Tenemos que considerar el tono, el ritmo, el volumen, los silencios y el
timbre.
Tono: ¿Qué tono usamos? No se trata de ponerse a recitar una obra poética pero
sí tener en cuenta que podemos modular la voz para llamar la atención sobre lo
que consideramos realmente relevante. Esto nos permitirá que el encuentro sea
más amena y entretenido tanto para ellos como para nosotros. El tono nos
permite recrear el ambiente sonoro así como la generación de ilusiones espaciales.
Ritmo: el ritmo es importante para poder marcar un cierto dinamismo durante el
encuentro. Está claro que es más fácil decirlo (o escribirlo) que hacerlo pero si
somos conscientes de ello, podemos trabajar sobre esto e intentar variarlo a lo
largo de la clase. Una buena forma de alterar ese ritmo uniforme es hacer
partícipes a los estudiantes con preguntas. Si ellos abren su micrófono, participan
29
y se explican, marcarán un nuevo ritmo que será positivo en el transcurso de

dicha sesión.
Volumen: Elijamos un volumen adecuado para marcar la importancia de lo que
estamos diciendo. Podemos variarlo a lo largo de la clase, podemos bajar el tono o
subirlo en función de nuestras necesidades pero siempre conscientes de que hay
un grupo de personas al otro lado que intentan “absorber” el máximo de
información, que se han conectado y que intentan comprender lo que les decimos.
Los silencios: en los primeros encuentros estamos tan incómodos, e incluso
nerviosos, que tendemos a hablar como si no hubiera un mañana, intentando dar
todas las explicaciones posibles para que nos entiendan. Está claro que lo
hacemos con la mejor de nuestras intenciones pero igual que en otras muchas
ocasiones en nuestras vidas, ocurre el efecto contrario. Los silencios son
importantes. Permiten a los estudiantes reflexionar, asimilar lo que les estamos
contando y, al mismo tiempo, cuestionarnos si es necesario. Forman parte no solo
del proceso comunicativo sino del de enseñanza/aprendizaje.
El timbre: Tiende a confundirse con otros rasgos sonoros como el tono pero es el
timbre el que permite construir en nuestra mente una imagen. Desde el punto de
vista informativo es el más importante de todas las características
paralingüísticas. Un claro ejemplo es el de los típicos cantantes que podemos ver
en televisión cuando son entrevistados y su actuación posterior sobre el escenario
donde podemos comprobar los cambios. Facilita la creación de todo un escenario.
En el caso de la interacción de forma escrita, la manera de participar a través de
nuestras palabras, nuestra corrección lingüística, nuestra estructuración del texto,
proyecta una imagen de nosotros mismos, ya que se trata de una manera de
hacernos “visibles” a los demás.
Destacamos que en estos espacios virtuales y en el uso de diferentes dispositivos
digitales para interactuar con los demás, ya sea con otros adultos de la comunidad
educativa o con los estudiantes, es necesario poner atención y cuidado a las
siguientes consideraciones:
 Expresar las cosas de manera ordenada y sin ambigüedades

 Evitar el uso de ironías y metáforas
 Evitar lecturas entre líneas
 Expresar claramente las ideas
 Corroborar si se entendió lo que comunique
 Preparar el “espacio virtual” (luminosidad, conexión, ruidos externos,
tiempos, finalidad)
 Disponerme al uso de diferentes tecnologías
 Ser breves y claros, tanto en los mensajes como en las respuestas. Es
mejor no cargar un mensaje de texto, a no ser que sea estrictamente
necesario.
30
 Hacer uso de una escritura cuidada, fiel a las convenciones de la lengua

escrita formal (se deberán evitar, por tanto, las abreviaturas de palabras
del tipo “xq” o “tb”)
 Escribir de forma sencilla
 En el envío de Mails, realizar mensajes cortos, abreviados y con la
información necesaria
 Evitar la utilización de letras mayúsculas sostenidas, ya que pueden
confundirse convencionalmente con hablar chillando o en voz alta.
 Utilización de asterisco, mayúscula o negrita encerrando una palabra con
el fin de reforzar una idea
 Medida justa del uso de los emoticones. Estos confieren emocionalidad a
las conversaciones y apoyan las mismas dentro de los dispositivos
digitales. Cuando se trate de un contexto formal, es recomendable no
abusar de los emoticones, que suelen ser más habituales en un tipo de
comunicación más distendida y relajada. Los emoticonos más
aconsejables son:
:) La sonrisa reafirma un pensamiento positivo

:( La tristeza suaviza, por ejemplo, el tono de una llamada de atención
;) El guiño ayuda a entender adecuadamente una expresión irónica,
deshaciendo un posible malentendido
31
Una herramienta o técnica que nos permite mejorar la

comunicación es:
Parece algo fácil y hasta obvio sostener que para resolver un conflicto las partes
tienen que escucharse pero ¿se sabe escuchar? Escuchar activamente no sólo
implica atender a las palabras (tono de voz, preguntas abiertas, síntesis), sino
también al lenguaje no verbal (contacto visual, gestos), a las percepciones de la
otra persona, las emociones y el contexto en que se habla y mostrar interés por lo
que dice, piensa y valora la otra persona. Ésta es una primera actitud para luego
poder comunicar que se ha entendido lo que la otra parte dijo y plantear la propia
posición. Es una técnica de comunicación esencial para resolver un conflicto.
Por lo tanto la escucha activa o atenta, no es sólo oír a la

otra persona, sino estar totalmente concentrados en el
mensaje que el otro individuo intenta comunicar.
Es un “arte” que requiere “disponibilidad, interés por la
persona, comprensión del mensaje, espíritu crítico y
prudencia”.
Me centro en la otra persona, posibilito que se exprese.
Al escuchar activamente se tiende a:
 Hablar con intención de hacerse entender en vez de debatir o impresionar

 Hablar con un objetivo
 Hablar de uno mismo en vez del otro. Es mejor describir un problema
exponiendo lo que me produce que hablar de lo que el otro hizo
 Ajustar el diálogo según diferencias de personalidad, sexo y cultura
32
Algunas conductas negativas que impiden la comunicación
 Interrumpir  Burlarse
 Cambiar de tema  Dar consejos
 Dominar la discusión  Criticar
 Engañar  Amenazar
 Juzgar
Es muy importante evitar las ofensas y entender y hacer entender que el insulto
hiere la dignidad y provoca resentimiento.
 Centrarse en el que habla

 Mirarlo y mostrar que se le escucha (Actitud no verbal)
 No interrumpirlo mientras habla
 No temer el silencio
 Responder a los comentarios
 Responder al mensaje de los sentimientos
 Emplear mensajes en primera persona: Muchos conflictos escalan
porque no sabemos expresarnos adecuadamente y en muchas ocasiones
recurrimos al ataque lo que obliga al otro a defenderse. En cambio, un mensaje
en primera persona informa qué es lo que afecta al emisor, sus sentimientos y qué
necesita. Es un marco para comunicar tanto significados como emociones de un
modo no amenazador. Toman la siguiente forma: “Me siento……. cuando…...
porque yo….. y necesito……...”
33
Escuchar activamente permite conocer los hechos y para ello es importante:
ACTITUD NO VERBAL: La otra persona agradecerá que se le preste atención, ya

que lo notará con la actitud corporal que lleve adelante.
CLARIFICAR: Es importante saber preguntar. Realizar preguntas abiertas, que

son aquellas que alientan al relato más extenso del interlocutor brindando, por lo
tanto, más información. Comienzan con un pronombre interrogativo ¿Qué?
¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Para qué? ¿Dónde? ¿Por qué?
PARAFRASEAR: Cuando el interlocutor ha expuesto una idea importante

conviene repetir sus palabras: "Lo que usted me está diciendo es que…”. Esto se
utiliza para asegurarnos que lo hemos entendido perfectamente.
SINTETIZAR: Significa reformular la información que ha oído repitiendo los

puntos más importantes y descartando información extra. Supone reflexionar
sobre sentimientos que ha percibido
34
PARTE IV: Comunicación No

Violenta
35
En relación a esta temática compartimos con Uds. algunas aproximaciones que

profundizaremos en otra oportunidad y que puede resultar un recurso para la
interrelación con los demás en cualquier contexto y un recurso pedagógico en el
desarrollo de algunas prácticas para el fortalecimiento de los vínculos.
Qué entendemos por comunicación no violenta?
36
Cómo es el proceso de la comunicación no violenta?
OBSERVAR SIN EVALUAR
El primer componente implica la separación entre observación y evaluación.

Necesitamos observar claramente aquello que vemos, olemos, oímos o tocamos
que afectan a nuestro bienestar, sin mezclarlo con una evaluación. Hacer
observaciones constituye un elemento importante de la comunicación no violenta
mediante el cual intentamos comunicar a otra persona, de forma clara y sincera,
como nos sentimos. Sin embargo, si mezclamos la evaluación con la observación,
reduciremos la probabilidad de que la otra persona entienda lo que pretendemos
transmitirle. En lugar de ello, recogerá la crítica y opondrá resistencia a los que le
estamos diciendo.
Algunos Ejemplos:
Observación con evaluación: Eres demasiado generoso
Observación sin evaluación: Cuando te veo darle a alguien el dinero para tu

almuerzo, creo que eres demasiado generoso.
Observación con evaluación: Carlos siempre posterga las cosas
37
Observación sin evaluación: Carlos solo estudia para los exámenes la noche
anterior
Observación con evaluación: Si tu alimentación no es equilibrada vas a

enfermarte
Observación sin evaluación: Si tu alimentación no es equilibrada temo que te

enfermes.
Las observaciones deben ser específicas del momento y del contexto.
IDENTIFICAR Y EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS
Se trata de distinguir lo que sentimos de lo que pensamos. Identificar es

reconocer, darnos cuenta cual es la emoción o sentimiento que tengo. El lenguaje
suele dar pie a confusiones, como cuando usamos el verbo sentir cuando en
realidad no estamos expresando un sentimiento. Por ejemplo en la frase: “Siento
que no hice un buen trato” sería más adecuado decir “creo que no hice un buen
trato”. En general no expresamos claramente nuestros sentimientos cuando en
una oración después de siento utilizamos palabras como las siguientes:
 QUE
Siento que tu deberías haberlo sabido
 COMO
Me siento como un fracasado
 COMO SI
Siento como si hablara con una pared
Por otra parte, tampoco es indispensable que utilicemos la palabra sentir cuando
realmente estamos expresando un sentimiento. Podemos decir “Me siento irritada”
o simplemente “Estoy irritada”.
Distingamos entre lo que sentimos y lo que pensamos de la

reacción o comportamiento de los demás hacia nosotros.
38
RECONOCIMIENTO DE LAS NECESIDADES
Las voy a percibir cuando haya asumido el sentimiento que identifique. Los
sentimientos son el resultado de nuestras necesidades y expectativas personales
Por ejemplo: si alguien llega tarde a un encuentro que acordamos y necesitamos

sentirnos seguros de que le importamos a esa persona, quizás nos sintamos
heridos.
En cambio, si necesitamos un momento de calma, tal vez disfrutemos el tiempo de

espera.
Para hacernos cargo de nuestros sentimientos y necesidades podemos

utilizar la expresión:
39
Diferenciar entre:
 Ser Pasivo/a: Evitar decir lo que se piensa, quiere u opina porque se temen
a las consecuencias o no se cree en los derechos personales o no se sabe
expresarlos y se piensa que los derechos de los demás son más importantes
que los propios.
 Ser Agresivo/a: Decir lo que se piensa, siente, quiere u opinas sin respetar
el derecho de los demás a ser tratados con respeto.
 Ser Asertivo/a: Decir lo que se piensa, se siente, quiere u opinas sin
perjudicar el derecho de los demás a ser tratados con respeto; de manera
franca, honesta y no amenazadora, respetando los derechos personales. La
capacidad de decir "NO" de manera natural, espontánea, sin generar tensión
y sin deteriorar la relación con la otra parte
Cómo pedir lo que necesitamos?
Con frecuencia se suscitan conflictos porque cuando pedimos o nos piden que
hagamos algo, las consignas no son lo suficientemente claras. Por eso es
importante hacer las peticiones en lenguaje:
 Positivo
 Claro y concreto, expresando ACCIONES específicas.
Así se revela lo que verdaderamente queremos.
 Evitando el uso de expresiones vagas, abstractas o
ambiguas
Con estas características las peticiones que realizamos revelan lo que

verdaderamente queremos. Un lenguaje vago y abstracto aumenta la
confusión interna.
Por ejemplo: Una directora hace un auténtico esfuerzo para que los docentes se
sientan en plena libertad de expresarse ante ella y les dice: “Quiero que se sientan
en plena libertad de expresarse cuando yo esté presente” Es una afirmación que
comunica a los docentes el deseo de que se sientan libres, pero no comunica lo
que podrían hacer para sentirse así. Para ello la directora podría usar un lenguaje
de acción positiva y formular su petición de la siguiente manera: “Me gustaría que
me dijeran que puedo hacer para que se sientan en plena libertad de expresarse”
Las peticiones que no van acompañadas de los sentimientos y

necesidades pueden parecer exigencias. Si somos claros con respecto a lo
que queremos probablemente lo consigamos.
40
Hay cuatro pasos que podemos tener en cuenta al pedir algo. Veamos el
siguiente ejemplo:
Y lo analicemos:
Otro ejemplo:
Un docente le dice a su colega:
-Eres un desordenado! Los materiales han quedado tirados por todos los rincones.
Con la petición en 4 pasos se podría decir:

-Cuando llegué al aula vi las cosas fuera de lugar (observación) me sentí alarmado
(sentimiento), porque para mí el orden es importante (necesidad) podrías dejar
las cosas acomodadas en su lugar?
Después de expresarnos abierta y honestamente a menudo queremos saber:
a. Lo que la otra persona está sintiendo

b. Lo que la otra persona está pensando
c. Si la otra persona está dispuesta a hacer lo que le hemos recomendado
41
A modo de Conclusión:
Al decir de Castro Santander: “La educación es el camino más propicio para
prevenir y desaprender la violencia porque, por inverosímil que hoy parezca para
la sociedad ante el enorme menoscabo que ha sufrido la escuela en las últimas
décadas, todavía hay en ellas miles de docentes inquietos buscando a través de la
formación de los niños un mejor futuro para nuestros pueblos.
Enseñar a la mente y al corazón es el nuevo desafío de la familia, de la escuela y
de los medios de comunicación, apoyados por las políticas públicas. Ya que
mientras nuestros niños y jóvenes sigan siendo víctimas de la violencia, sea que
participen en la misma o no, los adultos seguimos siendo responsables de la
dimensión que alcance esta contagiosa enfermedad, la más peligrosa del siglo
XXI”...casi tanto como el COVID-19.
Desde el Área de Mediación y Convivencia Escolar del Servicio de
Acompañamiento Escolar preparamos el presente documento de apoyo en el
marco de la emergencia sanitaria y epidemiológica que nos atraviesa, el que está
dirigido a todas las comunidades educativas de la provincia y que aporta al
aprender a convivir en armonía y sobre llevar mejor los tiempos de crisis. También
tiene la finalidad de llevar adelante espacios de intercambio virtual (o presenciales
según se vaya habilitando el regreso a las instituciones educativas) que permitan
profundizar algunos de sus contenidos conforme la realidad educativa y cultura
institucional de cada escuela y la construcción de estrategias posibilitadoras de
42
intervención, abordaje y acompañamiento para mejorar las trayectorias escolares

en este nuevo contexto de pandemia. Así también viabilizar programas de
resolución colaborativa de conflictos y continuar con la construcción e
implementación de los acuerdos escolares de convivencia.
Es por ello, que anexo al mismo se presenta una propuesta para la generación de
espacios reflexivos sobre los temas tratados, ya sean individuales o grupales,
entendiendo que en momentos de tanta incertidumbre, éstos permiten diseñar
acciones propicias, contextualizadas y articuladas para transitar la crisis de una
forma saludable y responsable.
Se pueden comunicar con el Área de Mediación y Convivencia Escolar del Servicio

de Acompañamiento Escolar a la siguiente dirección de correo electrónico:
aecinicialyprimariasae@gmail.com y al teléfono 3884580834 de lunes a viernes en
el horario de 8 a 13 y de 14 a 19.
43
Bibliografía:
Castro Santander, Alejandro: “Desaprender la Violencia”, 2004, Ed. Bonum
Ianni y Pérez: “La Convivencia en la escuela: un hecho, una construcción” (1998),

Buenos Aires, Ed. Paidós
Onetto, Fernando, “La Escuela Tiene Sentido” (2011), Buenos Aires, Ed.
Novedades Educativas
Onetto, Fernando, “Climas Educativos Y Pronósticos De Violencia” (2008), Buenos

Aires, Ed. Novedades Educativas
Barreiro, Telma (2009), “Los Del Fondo”, Buenos Aires, Ed. Novedades Educativas
Martínez Zampa, Daniel “Mediación Educativa y Resolución de Conflictos” (2008),

Buenos Aires, Ed. Paidós
Quezada y otros “Bullyng, maltrato entre alumnos” (2011), Buenos Aires, Ed.
Novedades Educativas
Girard y Koch, “Resolución de conflictos en las escuelas” (1997), Buenos Aires, Ed.
Granica
Florencia Brandoni “Conflictos en la escuela” Manual de negociación y mediación

para docentes, (2017), Ed. EDUNTREF
Marshall B. Rosenberg, Ph.D. “Comunicación no violenta” (2013), Gran Aldea

Editores
Cuadernillo “Habilidades para la ciudadanía” Inclusión democrática en las escuelas

(2014), Ministerio de Educación de la Nación
Resolución CFE 239/14 Anexo I Pautas y criterios federales para la elaboración de

acuerdos de convivencia para el nivel inicial y el nivel primario
44

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MINISTERIO DE EDUCACIÓN

SECRETARIA DE EQUIDAD EDUCATIVA

“CON-VIVIR : HACIENDO ESCUELA EN

Donde el cuidado de sí cobra mayor relevancia

MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE JUJUY

PARTE I: Convivencia Escolar. ppág. 7

El cuidado como práctica de convivencia pág. 9

Aspectos de la convivencia escolar pág. 10

PARTE II: El Conflicto pág.16

PARTE III: Recursos Para la Resolución Colaborativa de pág. 24

Técnicas de Comunicación pág. 25

Escucha activa o atenta pág. 32

PARTE IV: Comunicación No Violenta pág. 35

A Modo de Conclusión pág. 42

En la actualidad la aparición del covid-19 nos enfrenta a una emergencia que,

dificultoso integrarlo todo, y entonces, la tarea se complejiza y agota. Estamos

¿Qué entendemos por convivencia escolar?

Es un proceso dinámico y de construcción

La convivencia se entiende como el entramado de relaciones

Es un eje transversal para una Educación Inclusiva y para el desarrollo integral

Hablar de Enfoque de Convivencia Escolar hace referencia a un enfoque

idea de participación, la posibilidad de ejercer la palabra, la comprensión de las

Estos aprendizajes son determinantes de cómo se irán constituyendo en su

La convivencia escolar requiere de prácticas sociales y pedagógicas, así como de

Reflexionar sobre la convivencia escolar nos lleva a poner la mirada en todos

“Enseñar la convivencia justa y la participación ciudadana, es orientar el

Resulta importante considerar que la emergencia sanitaria afrontada por la

Conocerse, reconocer lo que me pasa, ser consciente de mis emociones, eligiendo

A través de un genuino interés de reconocimiento del otro permitiendo conocer lo

El contexto es aquel que acentúa las prácticas, lo que les da un valor y va a

Abordar un escenario desde estas tres perspectivas implicaría entender que

ASPECTOS DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR

Es importante resaltar que la forma en que se desarrollen o lleven adelante los

 Cambios curriculares y organizativos

 Relaciones interpersonales enriquecedoras

A partir de esto comienza el proceso de construcción y consolidación del vínculo.

1) El vínculo con cada uno: las actitudes más favorecedoras para la

2) El vínculo con el grupo: la propuesta apunta a la integración, a la

3) El vínculo con el conocimiento: en relación al conocimiento y a la tarea de

Si bien es cierto que en este momento de pandemia y debido a la cuarentena los

emocionalmente aceptable y para aminorar las diferencias geográficas y la

 Participación de la comunidad educativa

Actualmente se necesita de la participación de todos los integrantes de la

Ante las nuevas dinámicas de trabajo sería importante replantear algunos

 La red de comunicación propia de la cultura escolar, ver cómo circula

 Gestión saludable de los Conflictos

La formación para el tratamiento de conflictos de forma no violenta supone educar

democráticos. La educación para el conflicto y la transformación positiva del

Los profesionales de la educación deben actuar como gestores de conflictos de

Un conflicto en la escuela y en el aula puede provocar disfunciones en la

El estilo de resolución es lo que determinará que tenga efectos positivos o

En este sentido, la negociación colaborativa y la mediación, entre otras, son

LA NEGOCIACIÓN COLABORATIVA es un modo de resolver pacíficamente los

Tiene ciertas características particulares:

LA MEDIACIÓN es un método para resolver conflictos que supone la participación

1. Ayudar a identificar el problema.

Los objetivos de la mediación escolar son:

1. Construir un sentido más fuerte de cooperación y comunidad con la escuela.

La necesidad de desarrollar programas dentro de las escuelas para

PARTE II: El Conflicto