La Lección Del Ombú
La Lección Del Ombú
La Lección Del Ombú
Leyenda Argentina.
En una vasta llanura, la pampa, existía una hierba pequeña que se perdía entre millares de
otras. Un día comenzó a crecer: su tallo se ensanchó y centenares de hierbas perecieron
aplastadas por él. Luego, el tallo perdió su color verde y se volvió pardo. El viento esparció
la noticia y sembró el terror en la pampa. La monotonía de la gran llanura se había roto
con la aparición de este nuevo habitante.
Surgieron discusiones entre las hierbas; unas sostenían que era un vegetal, y las que
habitaban en los confines de la llanura argumentaban que era un animal.
La pequeña hierba crecía tan rápidamente que sus raíces surgieron de la tierra como las
patas de un monstruo, lo que no ayudó a clarificar la naturaleza de éste extraño huésped.
Sobre la base de sus raíces se fueron levantando protuberancias y nudos y el tallo
comenzó a dividirse.
Las hierbas que crecían a sus pies exclamaron:
- ¡Es una hierba gigante!
Ya habían visto muchas clases de hierbas, pero una así nunca.
Después temblaron, porque comprendieron que, si seguía ensanchándose, ellas morirían.
Mientras que brotaban nuevas raíces, se iba levantando la tierra que se encrespaba como
el mar, desprendiendo terrones que se pulverizaban y arrojaban al aire las hierbas
indefensas.
Al fin, el monstruo dejó de ensancharse y solo crecía verticalmente, lo que parecía menos
peligroso; floreció luego una copa esférica de un follaje espeso y las hierbas exclamaron al
unísono:
- ¡Es un árbol! - y se tranquilizaron.
El follaje extendía sus sombras sobre las hierbas que vivían a su alrededor y estas
empezaron a apreciarlo. Cuando llegó la primavera, el ombú comenzó a florecer: sus
pequeñas flores blancas se agruparon en racimos y cuando llegó el verano los racimos se
convirtieron en pequeñas bayas.
Un día el tero preguntó al ombú:
- ¿Para que sirves?
- Para dar sombra.
El tero voló de rama en rama y descubrió que las hojas de las ramas bajas eran mucho más
grandes que las de la cima y que los retoños brotaban sin que se cayeran las hojas.
Entonces pensó que los ombúes son jóvenes y viejos al mismo tiempo. Cada día le
descubría nuevas cualidades. Tuvo una lección: entendió que no bastan ojos para ver;
hace falta tiempo. Y supo – como tantas otras cosas- aquello a lo que tanto habían
temido, ahora era beneficioso.
6. ¿Por qué los habitantes de la pampa sentían miedo por Ombú? Interpretar.
13. ¿Te has enfrentado a una situación desconocida como los habitantes de la pampa?
¿Cuál? Explicar. Reflexionar.