Celso
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Evangélica Pueblo Nuevo
CELSO
Crítica de Celso.
Tras la introducción comienza una serie de objeciones contra el cristianismo desde el punto de vista judío,
que han de ser comparadas con el diálogo de Justino con Trifón. En el libro iii comienza el ataque directo,
que va dirigido no solo contra el cristianismo sino también contra el judaísmo, aunque hay una ligera
preferencia por este último. Celso tiene un buen conocimiento de Génesis y Éxodo; Aube cree que también
tiene conocimiento de los profetas y los Salmos, encontrándose una referencia a Jonás y Daniel en el libro
vii. Su conocimiento del cristianismo es suficiente para ser de valor para el historiador, habiéndolo usado
Harnack en su Dogmengeschichte. La forma en la que Celso usa el Nuevo Testamento se corresponde con la
etapa del canon que los mártires escilitanos proporcionan en el año 180. Conoce y usa nuestros cuatro
evangelios, mostrando preferencia por los sinópticos. Su conocimiento de los Hechos está en disputa; se
admite generalmente su familiaridad con las ideas paulinas, aunque no con las epístolas mismas. Conoce
muy bien el gnosticismo, necesitando más investigación su relación con Marción. Su crítica global no es
irreligiosa, sino la de un devoto pagano de tendencias platonistas, aunque su platonismo es el de su tiempo,
tal como lo encontramos, por ejemplo, en Plutarco. Se trata de la religión de gente adinerada, segura de sí
misma y que no muestra rasgos de aquellas lacerantes necesidades del tiempo que ayudaron al cristianismo a
difundirse tan rápidamente, siendo bienvenido por los pobres y oprimidos. No llega a apreciar la importancia
de la idea de la Iglesia, aunque entiende la relación de las comunidades locales con la Iglesia en su conjunto
(v. 59,61) y sabe que todos los cristianos no pertenecen a esta última (iii,12). Pero la concibe más en
oposición a las sectas gnósticas que como un gran lazo de unidad, cuya importancia minusvalora mientras
que ve en el conflicto de las sectas un signo de debilidad. El cristianismo le parece lo suficientemente
importante como para despertar su deseo de ganar a sus adherentes y cierra su obra no como la empezó (i.
1), con la acusación de asociación ilegal y secreta, sino con la esperanza de que se pueda alcanzar un
entendimiento.