La Sombra Del Galileo - Theissen
La Sombra Del Galileo - Theissen
La Sombra Del Galileo - Theissen
LA SOMBRA DEL
GALILEO
Undécima edición
Ediciones Sígueme
Salamanca
2004
1
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
CONTENIDO
A manera de prólogo
1. El interrogatorio
2. El chantaje
3. La decisión de Andrés
4. La misión de hacer averiguaciones
5. La comunidad del desierto
6. Un asesinato y su análisis
7. Jesús – ¿peligro para la seguridad?
8. Indagaciones en Nazareth
9. En las cuevas de Arbela
10. El terror y el amor a los enemigos
11. Conflicto en Cafarnaúm
12. Personas en la frontera
13. Una mujer protesta
14. Informe sobre Jesús o: encubro a Jesús
15. Reforma del Templo y reforma social
16. El miedo de Pilato
17. ¿Quién fue culpable?
18. El sueño del Hombre
A manera de epílogo
Apéndice: Las fuentes más importantes sobre Jesús y su época
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
A MANERA DE PRÓLOGO
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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EL INTERROGATORIO
La celda era oscura. Hace muy poco, la gente me empujaba y atropellaba por el
pánico. Ahora estaba solo. Me estallaba la cabeza. Me dolían todos mis miembros. Los
soldados, al principio, asistían indiferentes a la manifestación. Incluso tomaban parte
en ella. Y gritaban con los demás. Nadie sospechaba que eran agentes provocadores,
hasta que sacaron las porras que llevaban escondidas, y comenzaron a apalearmos. La
mayoría de los manifestantes se dispersaron huyendo. Algunos murieron pisoteados.
Otros eran golpeados brutalmente por soldados provocadores.
Yo no tenía ninguna razón para huir. Pasaba casualmente por allí, en compañía
de Timón y Malco. No me interesaba la manifestación. Sólo quería ver a Barrabás, a
quien había descubierto entre los manifestantes. Me dirigía precisamente hacia él,
cuando estalló el pánico. Todo fue confusión, gritos, golpes de porras, silbidos y
atropellos. Cuando recobré la lucidez, estaba preso. Timón también. ¿Habría escapado
Malco?
Estaba sentado en cuclillas en medio de la oscuridad. Me dolía todo el cuerpo.
No sólo me dolían los golpes y me marcaban las cadenas. Lo que convulsionaba mis
miembros era algo más: era la humillación sufrida por una violencia brutal. Era el
miedo a más humillaciones, a las que estaba expuesto sin poderme defender.
Un soldado hacía guardia afuera, paseándose. Oí voces. Abrían la puerta. Me
arrastraron encadenado para el interrogatorio. Me llevaban a alguna parte de la sede
del prefecto romano. Frente a mí estaba sentado un oficial, Un secretario tomaba nota
de las declaraciones.
-¿Hablas griego? -fue la primera pregunta.
-Entre nosotros, todos los que tienen un poco de cultura saben griego
-respondí.
El hombre que me interrogaba tenía facciones finas. Sus ojos me miraban
penetrantes. En otras circunstancias, me habría caído simpático quizás.
-¿Cómo te llamas?
-Andrés, hijo de Juan.
-¿De dónde eres?
-De Séforis en Galilea.
-¿Profesión?
- Comerciante de frutas y cereales.
El oficial hizo una pausa y aguardó a que el secretario lo hubiera anotado todo
con su pluma que rascaba el papel.
-¿Qué estás haciendo en Jerusalén? -siguió interrogándome. -Vine a la fiesta de
Pentecostés.
Levantó la mirada y me miró fijamente a los ojos: -¿Por qué participaste en la
manifestación contra Pilato?
-Yo no era uno de los manifestantes. Me vi metido por casualidad en la
manifestación.
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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Véase Josefo. bell 2.175-177 (II,9,A): «Algún tiempo después él (= Pilato) dio ocasión a
nuevos alborotos porque gastaba del tesoro del templo, llamado «corbán», para una conducción de
aguas… La multitud estaba encolerizada por este motivo, y cuando Pilato llegó a Jerusalén, un gran
gentío se apiñó gritando y lanzando insultos en torno a la sede del tribunal romano. Pilato sospechaba
ya que se iba a producir ese alboroto entre judíos que hizo que se mezclaran entre la multitud algunos
soldados armados pero disfrazados de civiles. Les mandó que no hicieran uso de las espadas, pero
aporrearan a los manifestantes. En cuanto se dio, desde la sede del tribunal, la señal convenida, los
soldados empezaron a apalear a la multitud. Muchos judíos sucumbieron a los golpes. Otros, en la
huida. fueron pisoteados por su propia gente. Horrorizado por lo que había sucedido a los muertos. el
pueblo enmudeció».
2
Josefo informa que en Cesarea hubo tumultos poco antes de estallar la Guerra Judía, es decir,
el año 66 de nuestra era (Jos. bell 2,284-292 = II,14,4s). La ciudad había sido fundada por un judío,
Herodes. Pero éste había dotado a Cesarea de templos paganos, hecho por el cua1 los no judíos
rcelal11eban tener también derecho a aquella ciudad. El conflicto en torno a los derechos de ciudadanía
se encuentra ya atestiguado en los años cincuenta (véase bell 2,266-270 = III,13,7), pero debió de
originarse mucho antes.
3
Sobre la insurrección en Séforis véase Jos. bell 2.56 (11.-1.1): sobre la destrucción de la
ciudad y la esclavización de sus habitantes por Quintilio Varo, véase bell 2.68 (II,5,1).
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4
Durante la Guerra Judía. Séforis -en contraste con casi toda Galilea- adoptó una postura
prorromana: véase Jos. vita 346 (= 65).
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[decuria: cada una de las diez porciones en que se dividía la antigua curia romana]
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efigie. Por eso la gente hace chanza y le llaman "caña que se inclina con el viento".
Eso es todo.6
-¿A qué vientos se inclina Antipas?
-Pues unas veces a los que soplan de Séforis y otras a los que soplan de
Tiberíades.
-¿Y se agita sólo entre dos ciudades?
-Bueno, a veces también entre mujeres.
-¿Te refieres a los amores con Herodías?
-Sí, se balanceó entre su primera mujer, la princesa nabatea y Herodías.
-¿Y no se inclina también unas veces a los nabateos y otras a Roma? Es
indudable que estuvo casado con una hija del rey de los nabateos.
¡Ya lo sé!, me dije tranquilizándome para mis adentros. ¡Ya sé por qué a los
romanos les preocupan las vacilaciones de Antipas! Afirmé tranquilamente, y era la
verdad:
-¡No! Antipas lo mismo que su padre Herodes es absolutamente prorromano.
-Pero ¿cómo se compagina eso con lo de ser judío estricto? ¡Rechaza las
imágenes como acabas de decir!
-Lo hacen así todos los judíos.
-¿De veras? Vuestro esclavo Timón nos contaba que en una habitación retirada
de vuestra casa hay un ídolo.
-Se trata de una estatua que nos regaló un comerciante amigo, que es pagano.
No quisimos herirle, rechazando su regalo -contesté un poco apurado.
-¡Interesante, muy interesante! ¡En vuestras casas tenéis ídolos ocultos!
-El mismo Antipas tiene imágenes de animales en su palacio7 y como sabéis, su
hermano Filipo acuña en su moneda también al César.
-¿Qué? ¿Imágenes de animales? ¿Eso es cierto?
-Yo mismo las he visto. Están en Tiberíades, en el nuevo palacio de Antipas.
En la propia casa, las personas acomodadas son más generosas que en la vida pública,
a la hora de interpretar las leyes judías.
-Bueno, y ¿qué pasaría si se difunde entre el pueblo la noticia de que Antipas
adora en secreto a los ídolos? ¡Y algunos de Séforis no son mucho mejores que él!
-Las imágenes no son ídolos. Las imágenes fueron hechas por artesanos. Son
cosas como todas las demás. Por consiguiente, el que una «cosa» así esté en nuestra
casa, no significa que demos culto a los ídolos.
-No lo entiendo. Todos veneran a los dioses por medio de estatuas.
6
Las monedas de la fundación de Tiberíades llevan representada la caña como signo de
Herodes Antipas.
7
Las imágenes de animales que había en el palacio de Herodes Antipas fueron destruidas por
los rebeldes al comienzo de la Guerra Judía. Eran un escándalo manifiesto: a Josefo le habían dado en
Jerusalén el encargo de retirarlas. Pero al llegar a Tiberíades, se habían adelantado ya a él otros grupos
de rebeldes (Jos. vita 65s = 12)
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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7. Esta versión antesemita de la historia del éxodo, es decir, de la salida de los hebreos de
Egipto, existe en varias versiones. La que hemos citado libremente, procede de Tácito, Historias V,3.
9
11. Con estas palabras (pacique imponere morem, parcere subiectis el debelare superbos)
describe el poeta romano Virgilio (70-19 a.C) la misión del Imperio Romano en la historia universal
(Eneida VI,852s).
9
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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De hecho. el nubarrón de la guerra entenebreció a menudo el país: Cuando el emperador Gayo
Calígula, en el año 40 de nuestra era, quiso erigir su estatua en el Templo, muchos judíos acudieron a
las armas. Tan sólo la muerte repentina del emperador, en enero del año 41, impidió la guerra. En el año
66 estalló una gran insurrección. Después que los rebeldes obtuvieran éxitos iniciales contra el legado
sirio Cestio Gallo, la insurrección fue aplastada en dos grandes campañas llevadas a cabo por
Vespasiano y Tito. En el año 70 se conquisó Jerusalén: en el año 73 (¿ó 74) cayó Masada, último
bastión de los rebeldes Josefo vivó aquella guerra. primeramente como general judío de parte de los
rebeldes, y después de ser hecho prisionero, del lado de los romanos. Escribió sobre ella su gran obra
De bello iudaico.
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Al Profesor Kratzinger.
Muy estimado Señor:
Muchas gracias por haberme dado su opinión sobre el primer capítulo. En él usted
echa de menos una huella que conduzca a Jesús. Por favor tenga un poco de paciencia.
Si describo al principio la época de Jesús, no hago más que cumplir el deber de todo
historiador. Y este contexto, en el caso de Jesús, es el mundo social y religioso del
judaísmo.
Los evangelios, en ese punto, nos transmiten una imagen unilateral. Se escribieron en
una época (aproximadamente, 70-100 de nuestra era) en que el movimiento interno de
renovación del judaísmo en torno a Jesús se había convertido en una religión distinta
ya del judaísmo y en competencia con la religión madre. Los escritos del cristianismo
ofrecen a menudo una imagen deformada del judaísmo. Por eso, el lector de la Biblia
no ve con claridad lo profundamente enraizado que Jesús estaba con el judaísmo.
Además, los evangelios sugieren que Jesús ocupó entonces el centro de la historia de
Palestina. Ahora bien, desde el punto de vista histórico, Jesús fue sólo un fenómeno
marginal. No se encuentra inmediatamente sus huellas, cuando uno estudia la Palestina
del siglo l de nuestra era. Al lector hay que transmitirle esta experiencia del
historiador. Pero yo le prometo que, en mi relato habrá muchas huellas que conduzcan
a Jesús.
Entiendo por su carta que usted formulará un juicio definitivo sobre mi obra cuando
haya leído más de ella. ¿Debo entenderlo como una invitación a que le envíe más
capítulos? Acabo de terminar el segundo.
Disponga de su servidor y amigo:
Gerd Theissen
11
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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EL CHANTAJE
Lo malo era que no podía hablar con nadie acerca de mi situación. ¿Quién
sabía nada de ella? ¿Sospechaban mis padres dónde me encontraba? ¿Habría
conseguido Malco llegar a casa? ¿Estaría Timón en algún otro rincón de aquel sótano
abovedado? Sombrías imágenes acudían a mi mente: ¿Cuántos judíos habían estado ya
encarcelados aquí? ¿Cuántos habían sido torturados? ¿Cuántos habían muerto?
¿Cuántos habían desaparecido, sin más?
En aquel agujero donde no penetraba el sol y donde no se oía ningún ruido fuera de
las pisadas de los centinelas, se perdía toda noción de tiempo. Aquella celda era como
un ataúd en el que me hubieran encerrado en vida. Había angustias de muerte en aquel
aire sofocante. Desesperado oré así:
«Señor Dios Mío hazme justicia.
porque soy inocente.
Confié en tí.
Examíname.
ponme a prueba.
Tú me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo.
Defiéndeme ante su tribunal
contra falsas acusaciones y calumnias.
¡Defiéndeme de las intrigas de su policía secreta!
No tengo complicidad con los poderosos.
Desprecio
a quienes desprecian la vida de los hombres,
y la tratan como inmundicia,
a quiénes nos arrojan a la cárcel
y nos humillan y maltratan.
¡No permitas que perezca a sus manos!
Por medio de la corrupción acumulan riquezas,
por medio del chantaje ejercen su poder.
El que lo critica, desaparece en sus mazmorras.
Al que se levanta, lo eliminan.
Dios mío, haz que vea nuevamente tu Casa,
donde habita tu gloria.
Rescátame de las manos de estos bandidos.
Y yo te alabaré y te ensalzaré
en medio de la comunidad»11
11
La oración recoge motivos del salmo 26.
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Contaba los días por las escasas raciones de alimento que me echaban.
Transcurrió la primera semana. Nada. Transcurrió la segunda semana. Me pareció un
año. Finalmente, durante la tercera semana vinieron a buscarme.
¿Iban a dejarme en libertad? Concebí ciertas esperanzas. Primero me llevaron
por un laberinto de pasillos. Después me empujaron a una habitación más amplia. Me
cegaba la luz que entraba por las ventanas. Poco a poco reconocí los detalles. Ante mí
había un tribunal, elevado sobre una tarima. A la mesa del tribunal estaba sentado un
hombre de baja estatura, Llevaba lujosa toga blanca con franjas de púrpura. En su
mano brillaba un anillo de oro: señal de que era un caballero romano. El soldado que
me había conducido hasta allí susurró a mi oído: El Prefecto, era, por tanto, Poncio
Pilato, prefecto de Judea y Samaria.12
En primer lugar, un interrogatorio. Aquí se iba a decidir mi caso. ¡Ojalá no se
hubiera enterado de lo de Barrabás!
Pilato, al entrar yo, leía un rollo. A su izquierda y a su derecha había dos
soldados de su guardia personal. Un secretario tomaba nota. Sin alzar la mirada,
comenzó Pilato:
-Andrés, hijo de Juan, he leído el acta del interrogatorio. Tú afirmas que por
casualidad te viste metido en la manifestación contra mí. Entretanto hemos conseguido
informaciones sobre ti.
Nos hemos enterado de muchísimas cosas. ¿Por qué no nos dijiste cosas
importantes?
-No tengo ni idea de qué puede ser eso tan importante -dije con vacilación.
-Cosas importantes.
Me miró impasible y prosiguió con voz monótona:
-Falta algo en los datos sobre tu vida que nos has dado.
-No sé qué más cosas pudieran interesar a las autoridades romanas.
-¿Dónde estuviste, al terminar tus estudios en el gimnasio?13
¡Ah, conque era eso! Alguien me aconsejó una vez: A la policía hay que
decirle la verdad, pero en la menor dosis posible. Así que dije:
-Estuve en el desierto con un asceta, un tal Bannos, durante un año.
-¡Ya! Y practicaste la ascética ¿y nada más?
-Quería hallar el camino hacia la verdadera vida. Estudié la ley de nuestro
Dios.
12
Una inscripción de Pilato. encontrada en Cesarea. indica que su jerarquí fue la de «prefecto» y
no la de «procurador». En ambas jerarquías encontramos a menudo representantes del estado de los
«caballeros» (equites). Era «caballero» todo aquel ciudadano que poseía 400.000 sestercios de fortuna.
Por encima de los caballeros estaban los senadores. que debían tener -como mínimo- una fortuna de
1.000.000 de sestercios. Estos datos son válidos para el siglo I de nuestra era.
13
Los gimnasios son escuelas griegas. Existían en todas las ciudades helenísticas de Palestina.
En Tolemaida el rey Herodes el Grande había construido el gimnasio (bell 1,422 = I,21,11). En cuanto a
Séforis. sospechamos únicamente que existía un gimnasio. De todos modos, la ciudad poseía (quizás
más tarde) un teatro y, por consiguiente, una institución íntimamente relacionada con la cultura griega.
En el judaísmo hubo ya con seguridad, en aquella época. escuelas de la Torá. El sumo sacerdote, hijo de
Gamaliel, llevó a cabo. probablemente en los años 63/65. una reforma del sistema judío de enseñanza.
13
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
14
Josefo mismo nos sirve de ejemplo de cómo los hijos de familias acomodadas se retiraban al
desierto para estudios religiosos. Josefo cuenta en su «biografía» que él después de estudiar diferentes
tendencias religiosas dentro del judaísmo, y al sentirse descontento de ellas, se retiró durante tres años
para aprender junto a un eremita del desierto que se llamaba Bannos y que se alimentaba de plantas
silvestrds y con frecuencia realizaba abluciones de carácter religioso (seguramente en el Jordán) (Jos.
vita 11s = 2).
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
-Te voy a hacer una buena oferta. Quedarás libre inmediatamente, si te declaras
dispuesto a facilitarnos datos sobre ciertos movimientos religiosos del país.
-¡Eso es un chantaje!
Ardía de cólera e indignación. Me entraron ganas de escupir a Pilato a la cara.
Aquel hombre quería chantajearme desvergonzadamente y todavía hablaba de una
«buena» oferta.
-Digamos que es un trato que favorece los intereses de ambos.
-Me niego a ser un espía.
-¿Quién habla de «espiar»? Lo único que quiero es que hagas
«averiguaciones». No tienes por qué denunciar ni señalar con el dedo a nadie.
¡Con qué cinismo hablaba Pilato! ¡Como si él no supiera que equivalía a una
denuncia el facilitar informaciones sobre un grupo de personas, y sobre lo que ellas
pensaban de la ocupación romana! Me dominé y procuré decir con la mayor calma
posible:
-Ninguno de mis compatriotas entenderá la diferencia que hay entre espiar y
realizar averiguaciones.
-Te consideraríamos… -. Pilato ladeó un poco la cabeza como buscando la
palabra adecuada. De repente pareció haberla encontrado-…asesor en cuestiones
religiosas.
Guardé silencio.
-¡Bueno, como quieras! Entonces entablaremos contra ti un proceso y
examinaremos minuciosamente el tiempo que pasaste en el desierto... donde fuera.
-¡Por tanto, un chantaje!
¿Habría averiguado algo Pilato sobre mis relaciones con Barrabás? ¿De qué
sería capaz aquel hombre? Corrían sobre él malos rumores: rumores de actos de
crueldad y mal trato. ¿No era capaz, sencillamente, de hacerme desaparecer? ¿No
armaría en cualquier momento falsas denuncias contra mí? ¿No podría obligarme con
torturas a declarar lo que él quisiera? ¿Y si yo cedía? ¡Aparté de mí con toda decisión
esa idea!
-Andrés, estás encolerizado. Te comprendo. Eres joven todavía. Pero yo he
aprendido en mi larga vida que es muy difícil persuadir a la gente a que colabore
voluntariamente en medidas útiles.
Su voz seguía sonando tan distante e impasible como al principio de nuestra
conversación. Me daba la impresión de que le tenía completamente sin cuidado mi
suerte personal: que le daba lo mismo que aceptara su oferta o que no la aceptara. Y
eso me producía angustia.
-Llámalo chantaje, si quieres. Pero intenta comprender las cosas desde mi
punto de vista: Estoy a cargo de la paz y el orden en este país ¡Difícil misión! ¿Por
qué? Pues porque los romanos estamos hiriendo constantemente vuestra sensibilidad
religiosa, aunque no pretendemos hacerlo. Fíjate, por ejemplo, en el asunto de la traída
de aguas. Mi idea era que Jerusalén, por fin, estuviera suficientemente abastecida de
agua. Encargaría de ello a mis mejores arquitectos y constructores. Sólo que el dinero
no bastaba para la financiación. Algunos expertos me confirmaron que el erario del
15
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Templo tiene que correr con los gastos del abastecimiento de agua para Jerusalén. 15 En
las arcas del Templo hay dinero de sobra. Cada judío paga anualmente un tributo para
el Templo. Por tanto, propuse que el Templo financiara con sus propios recursos la
traída de aguas. Eso está plenamente de acuerdo con vuestras leyes. Pero ¿qué
sucedió? Unos cuantos fanáticos religiosos olfatearon grandes desgracias. Se echaron
a la calle con la consigna: ¡Nada de dinero para el impío Pilato! ¡Ni un solo céntimo
de las arcas del Templo para los romanos! ¡Como si hubiera querido confiscar dinero
para fines impíos! ¡Como si no se tratara de proporcionar dinero para la traída de
aguas, de la que iba a beneficiarse el Templo y toda Jerusalén! Y ahora nosotros los
romanos hacemos otra vez el papel de tiranos que no respetan vuestras leyes
religiosas... ¡y que se atreven incluso a saquear el tesoro del Templo!
Eso era, pues, lo que él había pretendido con su proyecto de traída de aguas.
Quería aumentar su prestigio. Había fracasado por completo. ¿Debía yo ahora
colaborar en hacer propaganda en favor suyo y lograr que su idea tuviera éxito? La
excitación que por un momento se había sentido en su voz, había desaparecido por
completo cuando Pilato siguió hablando:
-Todo fue un fracaso. Pero, a pesar de esos fracasos, debemos seguir haciendo
todo lo posible por mantener la paz en este país. Hay posibilidades de lograrlo. Mi
confianza se basa en dos consideraciones:
Primeramente en los acreditados principios de la política romana para tratar
con los pueblos sometidos. Creemos que el secreto de nuestro éxito está en que
sabemos transformar la hostilidad en amistad. Pues ¿quiénes son los aliados más fieles
del pueblo romano, sino los que, en otro tiempo, fueron sus más tenaces enemigos?
¿Qué sería hoy del imperio, si la amplitud de miras no hubiera fusionado a los
vencidos con los vencedores!16 Ahora bien, los judíos no fueron siempre enemigos
nuestros. Antes al contrario: como los aliados nuestros, os liberasteis del dominio de
los reyes de Siria.17 Gracias a nuestro apoyo conseguisteis entonces mantener vuestra
religión y vuestra cultura. Tan sólo más tarde, cuando vuestros vecinos nos pidieron
protección contra vuestras intromisiones militares, quedasteis bajo nuestro dominio,
justamente a tiempo para que pudiéramos impedir una guerra civil amenazadora que
habría traído las mayores desgracias sobre vuestro país18. Pero aun en esa situación no
violamos para nada vuestra religión. Nuestra política seguirá siendo: respeto a vuestra
religión, a vuestro Dios, a vuestras costumbres, a vuestra sensibilidad. Nosotros
respetamos aun lo que nos resulta extraño. Esperamos únicamente que también
vosotros respetéis la veneración que nuestros soldados sienten hacia el Emperador, y
que permitáis que toda persona pueda adorar en cualquier lugar a sus dioses. El
respeto tiene que ser recíproco y ahora mi segunda consideración. Sé muy bien por
15
En el Talmud babilónico, en el tratado «Seqalim» (= sobre el tributo para el Templo) se dice
expresamente que la conducción de aguas es una de las obras que deben sufragarse con cargo al erario
del Templo (véase Seqalim IV,2).
16
Las dos últimas son citas literales de la obra del filósofo romano Séneca (aproximadamente. 4
a.eC. = 65 d.C.) titulada "Sobre la ira» II,34,4.
17
Judas Macabeo, caudillo de la insurrección contra los sirios, concertó con los romanos un pacto
de ayuda (1 Mac 8; Jos, ant 12,414-419 = XII, 10, 6) pacto que fue renovado luego siendo caudillo
Simón (hacia el año 139 a. C) (1 Mac 14,16ss; 15, 15ss).
18
Los sucesores de los Macabeos. principalmente Alejandro Janeo (103-75 a.C.). habían sometido
a las ciudades vecinas, no judías, de Judea (y de Galilea). Una disputa sobre la sucesión al trono. entre
Arisóbulo II e Hircano II, ofreció a los romanos la ocasión deseada, en el año 63 en tiempo de
Pompeyo, para someter a su dominio el pequeño reino judío y "liberar» a las ciudades vecinas. no
judías, de Judea.
16
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
19
9. Tal es, poco más o menos. la visión de las cosas que nos ofrece Josefo (después de perdida la
guerra de los años 66-70). Pone estas ideas en labios de Herodes Agripa II en una gran arenga a los
jefes, al comienzo de la Guerra Judía (véase Jos. bell 2,345-401 = II,16,4).
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
18
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
únicamente en moneda de Tiro, ¿y qué hay acuñado en ella? ¡La efigie del dios
Melkart -un ídolo!23 En el atrio del Templo se cambia toda clase de dinero por esas
monedas con ídolos. Una vez que pase por el atrio del Templo ¡me voy a divertir en
volcar las mesas de los cambistas! ¡Esas mesas no irritan a nadie! Pero mis inocentes
monedas de cobre han hecho que se arme un griterío infernal. Pero dejemos eso.
Pilato había hablado con enojo. Me pareció casi que se había olvidado de mi
presencia. Pero en el instante siguiente volvió a mí. Su voz volvió a sonar impasible,
fría, apagada. Me infundió miedo:
-Reflexiona bien sobre tu decisión. Y no olvides: yo no soy el monstruo que
algunos quieren ver en mí. Soy únicamente un prefecto romano que quiere mantener
su país en paz y en orden.
Me sacaron de allí y me llevaron de nuevo a la oscura celda de antes. Me
habían indicado un camino para salir. Pero aquel camino era un callejón sin salida. Me
hallaba en una trampa. Maldije mi situación. Y, al sentir mi impotencia, volví a
dirigirme al Dios de mis padres24:
“Líbrame Dios mío, de estos canallas.
Ya no hay personas decentes.
Ha desaparecido todo sentido de humanidad.
Con sus palabras de propaganda, los poderosos oscurecen nuestra mente.
Se ríen de nosotros.
De sus labios brotan bonitas palabras,
pero sus pensamientos maquinan la opresión.
Hablan de paz y amenazan con las armas.
Hablan de tolerancia y se refieren a su poder.
Haz que se ahoguen en sus discursos,
en sus palabras bien ponderadas,
que suenan tanto a pacificadoras,
pero quieren romper nuestra entereza.
Destruye la arrogancia de su poder
y el cinismo de su dominio.
Habl,. Señor:
Por amor a los oprimidos,
por amor a los cautivos,
yo me alzaré,
yo salvaré
a los que suspiran por la libertad.
Dios mío, tu nos preservarás y nos protegerás
anteriores y posteriores a él evitaron siempre rigurosamente herir los sentimientos religioso de los
judíos mediante imágenes paganas relacionadas con el culto idolátrico.
23
Véanse las reproducciones en A. Ben-David: Jerusalem und Tyros, 1969.
24
Según motivos del Sal. 12.
19
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
20
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Desde luego, Pilato no mantuvo nunca las conversaciones que yo le atribuyo. Ahora
bien, las circunstancias que constituyeron el marco de su actuación, y que se
manifiestan en el diálogo, son las mismas precisamente que yo analizo en mis
lecciones de historia contemporánea del Nuevo Testamento. En efecto, el objeto de la
ciencia histórica no son únicamente los acontecimientos individuales, sino también las
estructuras y los conflictos típicos. Y éstos constituyen las «reglas del juego» según las
cuales transcurre la acción inventada por mÍ.
Si se me permite utilizar nuestro lenguaje especializado de académicos, yo diría: El
presupuesto para la «exégesis narrativa -así se denomina actualmente a los relatos
como mi obra sobre Jesús- es el paso que se da desde la historia de acontecimientos
hasta la historia de estructuras. La estructura profunda de las exégesis narrativa consta
de modelos de conducta, conflictos y tensiones reconstruidos históricamente. Y su
estructura superficial consta de acontecimientos fingidos en los que se elabora
creativamente los materiales de las fuentes históricas. Esta definición de la «exégesis
narrativa» me parece demasiado pretenciosa para mi gusto. Pero ya lo sabe usted: Lo
que no se formula de manera complicada, no halla aceptación en el mundo académico.
Por lo demás, en una «exégesis narrativa», puede descuidarse un poco la cronología al
utilizar los materiales suministrados por las fuentes. Algunos acontecimientos que
tuvieron lugar después de la muerte de .Jesús, pueden ilustrar muy bien las
circunstancias estructurales del acontecer histórico en tiempo de Jesús. No siento
ningún remordimiento de conciencia, al retrotraer -por ejemplo- unos 25 años la
existencia de Bannos, asceta del desierto, que actuó en el desierto del Jordán en los
años 50. Usted me critica esto diciendo que es un «anacronismo». Pero la ciencia
procede a menudo por medio de anacronismos. ¿No criticaríamos con razón un estudio
científico sobre Juan Bautista, que no hiciera referencia -como analogía más próxima-
a Bannos, asceta del desierto?
Me interesará mucho conocer su opinión sobre el próximo capítulo.
Disponga de su servidor y amigo:
Gerd Theissen
21
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
3.
LA DECISIÓN DE ANDRÉS
¿Andrés... espía de Pilato? ¡Nunca jamás! Todo mi ser se rebelaba contra esa
idea. Aunque Pilato me encerrara durante años en esa mazmorra ¡nunca traicionaría yo
a nadie para ir con delaciones a los romanos! Es verdad que los romanos habían traído
la calma y la paz a nuestro país. Pero ¡qué paz era esa, fundada en la opresión y el
chantaje! ¡Qué calma era ésa, que existía sólo porque se obligaba por la fuerza a la
gente a callar! Mis pensamientos se embravecían.
Pero ¿qué iba a hacer? ¿Qué ocurriría si decía que no? Pilato me torturaría para
arrancarme informaciones sobre mis amigos, sobre mi familia, y posiblemente sobre
Barrabás. ¿Me asesinaría en secreto, para que nadie se enterara de sus intentos de
chantaje? ¿O me haría crucificar para entretenimiento público? ¿Arruinaría
económicamente a mi familia? ¿Qué sería de Timón? Sonaban todavía en mis oídos
aquellas últimas palabras: ¡Yo no soy el monstruo que algunos quieren ver en mí! ¿No
era una clara advertencia? Seguramente quería decir: Ten cuidado conmigo: quizás
soy el monstruo que algunos ven en mí.
¿Podría escapar de este suplicio? ¿Podría irme a alguna parte adonde no me
alcanzaran los chantajes? ¿Donde nadie me diera órdenes ni me amenazase? ¿Donde
enmudeciesen todas las atormentadoras voces que oía en mi interior y todo estuviera
en calma?
Ansiaba la muerte. Yo había aprendido de los filósofos 25: Aun de las peores
situaciones hay una salida. Una puerta permanece siempre: abierta: la muerte. Pasando
por esa puerta me libraría de los tiranos más crueles. Pero ¿era el suicidio la solución
adecuada? Los romanos admiraban a Catón y a Bruto, que se habían dado muerte a sí
mismos para salir de una situación sin salida. También entre algunos judíos se
observaba una actitud parecida. Pero en el fondo nosotros pensábamos de manera
distinta: Hemos recibido de Dios el encargo de vivir. No podemos sustraernos a él
aunque creamos que la vida es insoportable. Porque ¿quién sabe lo que Dios nos
reserva todavía? ¡Dios es quien infunde ánimo en los perdedores y marginados!
También nuestros antepasados fueron abandonados por todos: abandonados por los
numerosos dioses que se adoraban en el mundo, abandonados por todos los hombres.
Se hallaban desvalidos y vagaban desesperados por el desierto. Pero no cejaron.
Creyeron a Moisés, creyeron lo que él les dijo: que tenían una misión a la que no
podían traicionar.
¡Si yo tuviera, al menos, la libertad para vagar por el desierto! y entonces cruzó
por mi mente el pensamiento: ¿Por qué no aceptaba aparentemente la oferta de Pilato
para desaparecer luego en el desierto, sin dejar rastro? Había aprendido a
sobrevivir en el Desierto. Bannos me lo había enseñado. Podía acudir a él. Tal vez me
25
La filosofía estoica se hallaba difundida entre la clase alta y culta del Imperio Romano.
Enseñaba el dominio de sí mismo y el cumplimiento del deber. El suicidio se consideraba como
posibilidad lícita e indispensable para escapar de una situación sin salida. Ahora bien. entre los judíos
había ideas parecidas: los judíos sitiados, en la fortaleza de Masada. durante la Guerra Judía, se dieron a
sí mismos la muerte, en una situación desesperada. en el año 73 (ó 74) de nuestra era, para no caer vivos
en poder de los romanos. Según Josefo (bell 7,400 = VII,9,2), encosntraron entonces la muerte 960
hombres. mujeres y niños.
22
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
29
Barrabás representa aquí la "filosofía» de Judas Galilco. cuya rebelión contra los romanos fue
la perdición de Séforis. Sobre este personaje nos informa Josefo ant XVII, 1 ss y bell 2.117s = II.8.1. Es
característica la siguiente afirmación: «La divinidad contribuiría de buena gana al éxito de este
propósito (la obtención de la libertad), pero únicamente si uno mismo cooperara en ella activamente»
(ant 18.5 = XVIII, 1, 1).
30
Véase Gén 12, 10-20.
31
Véase Gen 27.
25
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
mercenario de los filisteos?32 ¡Y no obstante había llegado a ser el gran rey de los
judíos! ¡No mostraba la historia de mi pueblo que no sólo los realizadores de grandes
hazañas traían bendición, sino también los insignificantes, los perseguidos, los que
luchaban más por la supervivencia que por el honor! ¿No se cumplía en mi destino lo
que había sucedido constantemente en el destino de mi pueblo: renunciar a nobles
ideales, sencillamente para sobrevivir y escapar? Yo, Andrés. ¿no era el fugitivo
Abrahán, el perseguido Jacob, el cabecilla de maleantes David?
Cuando logré encajar así mi destino en el destino de grandes personajes de mi
pueblo., me sentí mucho más tranquilo. De repente me sentí seguro: Si aceptaba el
chantaje de Pilato, no estaba traicionando a mi pueblo. Pues en mí se realizaba una vez
más el destino de mi pueblo.
Permanecí aún despierto bastante rato. Cuando por fin me quedé dormido, tuve
un sueño: Ante mí estaba Pilato, vestido con una toga orlada de púrpura. Repetía sin
cesar: «No soy un monstruo. No soy una bestia». Los rasgos de su cara se
distorsionaban. En su boca abierta brillaban grandes dientes. Apretaba convulsamente
los puños. Su anillo fulgía sobre garras. El cuerpo se le iba hinchando hasta
convertirse en una bestia enorme. ¡Ante mí estaba un monstruo que echaba
espumarajos! Burlonamente amenazaba a todo el mundo con sus zarpas y no cesaba de
bufar diciendo: «¡No soy un monstruo! ¡No soy una bestia!».
Quise huir de allí. Pero mis piernas no se movían. No adelantaba ni un paso.
En cambio, la bestia iba acercándose más y más. Ahora husmeaba mis pies. Ahora,
con sus zarpas me tocaba las rodillas. Ahora se enderezaba para llegarme a la
garganta. Sin embargo, de repente se estremeció, se encogió y se hizo pequeña: gemía
y se revolcaba en el polvo. Todo su orgullo y majestuosidad habían desaparecido,
como si un poder invisible la hubiera puesto de rodillas: un poder invisible que
estuviera a mis espaldas.
Me di la vuelta. Detrás de mí había un hombre. Le rodeaban acompañantes.
Llevaban libros. En ellos estaban escritas las crueldades cometidas por la bestia, no
sólo las crueldades de Pilato sino también las de todo el Imperio Romano. Se fue
leyendo un crimen tras otro -y después de cada uno, la bestia se encogía más y se
revolcaba en el polvo. Al final se pronunció la sentencia: la bestia fue arrastrada fuera,
y se le dio muerte. El hombre con sus acompañantes se hizo cargo del dominio
señorío.
Me desperté. ¿No había leído en los libros un sueño semejante? Ahora me
acordaba: era el sueño de Daniel, el sueño de las cuatro bestias que emergían del
abismo33. Pero en mi sueño yo había visto únicamente la última bestia. Estaba
desconcertado. Porque se interpretan generalmente que las cuatro bestias eran los
cuatro imperios de los babilonios, los medos, los persas y los helenos. El sueño decía:
Todos esos reinos bestiales no tendrán consistencia. Todos estarán destruidos por el
reino del Hombre -por una figura misteriosa que venía del cielo y que aparecía como
un hombre.
Algunos habían dado la siguiente interpretación: El sueño se había cumplido.
Después de la ruina de los reinos helénicos, había llegado el Imperio Romano. Había
traído la paz allá donde antes reinaban la guerra y la destrucción. Era un reino
humano.
32
Véase 1 Sam 27.
33
Véase Dan 7.
26
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
27
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
4.
LA MISIÓN DE HACER AVERIGUACIONES
Por fin estaba libre. Un día me soltaron, pero Timón continuó encarcelado. Los
últimos días en la prisión habían sido soportables. Es verdad que tuve que volver a mi
oscura mazmorra. Pero ya dejaban que me lavara, recibía la misma comida que los
soldados, y hasta me dieron ropa nueva antes de dejarme en libertad. Pero tan sólo el
paso de la libertad me convirtió de nuevo en ser humano, en quien ya podía
reconocerme a mí mismo, al que hasta entonces había sido harapiento recluso.
Deambulé por las estrechas callejuelas de Jerusalén, aspiré los olores del mercado, me
deleité con los ruidos tan familiares, observé a las personas que se apiñaban y me
daban empujones por las bocacalles: esa mezcla de peregrinos, comerciantes,
labradores, sacerdotes y soldados, que marcan inconfundiblemente la imagen de una
ciudad.
¡Qué maravilloso volver a ver el sol! Sentí en todo el cuerpo la caricia de la
luz. Bañaba mi rostro y mis manos. Era luz y sombras en el espacio. Corría como calor
por la tierra. Me parecía que en todas las cosas había alegría muda que esperaba a que
alguien la expresara, y, así, empecé a murmurar imperceptiblemente, casi sin quererlo,
aquellas palabras:
«Señor, Dios nuestro,
los cielos reflejan tu hermosura,
y la tierra se hace eco de ti,
todo granito de polvo es tu morada,
todo día es tu fiesta.
Todas las cosas por ti son hermosas.
Su lenguaje no tiene palabras.
Todo te alaba con voz imperceptible.
Allá va el sol,
enamorado de los esplendorosos colores de la tierra,
rodeado de planetas.
Nada queda oculto para él.»34.
Pero, al día siguiente, me encontré ya con la realidad: Me había metido en una
empresa arriesgada, con el fin de ver otra vez el sol. Así me di cuenta al menos,
cuando estaba frente al oficial que me había interrogado por primera vez. Se llamaba
Metilio.
-Andrés, me alegro que que trabajes con nosotros -comenzó. -Vamos derechos
al grano. Deseamos informaciones sobre algunas personas extrañas. Se denominan a sí
mismos esenios y habitan en el desierto-. Desenrolló sobre la mesa un mapa y me
señaló el ángulo noroccidental del Mar Muerto:
-¿Conoces esa región?
34
Según motivos del Sal 19.
28
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Sentí inseguridad. Porque no lejos del Mar Muerto había vivido yo durante un
año en compañía de Bannos. Preferí hacerme el ignorante. Tal vez pudiera vender más
tarde como informaciones obtenidas tras penosas averiguaciones cosas que ya sabía.
Me limité a decir:
-Conozco muy poco el terreno.
-Aquí hay un oasis donde los esenios tienen su centro. Los informes de que
disponemos por el momento, proceden de turistas romanos. Según ellos, los esenios
viven allí sin mujeres, sin niños, sin bienes privados, rodeados de palmeras, a la orilla
del Mar Muerto. Sin cesar llegan a ellos personas hastiadas de la vida normal o que
han perdido el valor para afrontar los reveses del destino.35 Observa bien a esos santos
varones. Por lo visto, son pacíficos, no utilizan armas, no hacen juramentos, rechazan
la esclavitud, observan con rigor los preceptos religiosos.36 A nosotros nos interesa
saber que personas son esas que se retiran de la vida ordinaria. ¿Qué las mueve a ir al
desierto? ¿Reveses del destino? ¿O se infiltran algunos que quieren escapar de
nosotros, porque han hecho algo? ¿Podemos dar crédito a los informes que nos dicen
que, por principio, son personas pacíficas? Recógenos informaciones sobre todas estas
cosas.
-Eso es casi imposible. Los esenios no facilitan informaciones a los de fuera.
Han llegado incluso a jurar solemnemente que mantendrán en secreto todo lo que se
refiere a su comunidad.37 Todo el mundo lo sabe. Incluso los judíos apenas tenemos
idea acerca de ellos.
-Por eso es muy importante que tengamos datos sobre los esenios. ¡Quién sabe
lo que ocultan en secreto! ¡Quizás no sean únicamente secretos religiosos!
-Va a ser difícil acercarme a ellos.
-Sabemos que, además de las personas que viven a orillas del Mar Muerto, hay
también esenios que viven desperdigados por el país. Tal vez con ellos puedas
enterarte de algo.38
-Lo intentaré. Pero habrá que tener en cuenta que los esenios que viven
dispersos no estarán iniciados posiblemente en todos los secretos.
-Algo se sacará de ellos. A nosotros nos han llegado incluso algunas
informaciones. Sacerdotes de Jerusalén nos han contado que los esenios rechazan el
culto actual del Templo) a los sacerdotes en funciones. La razón debió de ser la
35
La descripción de la colonia de esenios a orillas del Mar Muerto procede de Plinio el Viejo,
Naturalis Historia V,73. Las excavaciones llevadas a cabo a orillas del Mar Muerto (en Qumrán) han
revelado la colonia de los esenios. Además, se han encontrado en cuevas cercanas numerosos escritos
de los esenios, de forma que sabemos ya bastantes cosas sobre esa comunidad del desierto.
36
Véase Filón, Quod amnis probus liber sit (=Sobre la libertad del hombre bueno) párrafos 75-
87: “Entre ellos no puede encontrarse nadie que haga flechas, lanzas, puñales, cascos, corazas o escudos
y no forjan armas en absoluto ni construyen máquinas de guerra y no hay nadie que fabrique cosas de
las que se emplean en la guerra” (78). “Entre ellos no hay esclavos, sino que todos son libres y se
prestan servicios unos a otros. A los amos que poseen esclavos, ellos los menosprecian no sólo por ser
injustos, ya que vulneran la igualdad, sino también por ser impíos, ya que destruyen el orden de la
naturaleza, que parió a todos iguales y los alimentó como madre y los hizo verdaderos hermanos, y no
sólo de nombre sino en la realidad” (79). He ahí uno de los pocos pasajes del mundo antiguo en que se
rechaza clarísimamente la esclavitud por considerársela injusta.
37
Véase Jos, bell 2,141 = II, 8,7.
38
A diferencia de los esenios que vivían a orillas del Mar Muerto (en Qumrán), que vivían en
celibato, había otros esenios dispersos por el país y que contrarían matrimonio (véase Jos, bell 2,160,
161 = II,8,13).
29
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
siguiente: Hace unos doscientos años, un sumo sacerdote de la familia sadoquita fue
despojado de su ministerio por un advenedizo. En protesta el depuesto se retiró al
desierto, encontró allí a unos cuantos inconformistas y creó con ellos la comunidad
esenia, en sustitución del Templo en el que él ya no podría ejercer sus funciones. 39
Este punto nos interesa. ¿De qué fuerza dispone esa oposición contra el Templo y
contra el sacerdocio del orden establecido? ¿Tiene apoyo entre la población?
¿Podemos aprovecharmos de la rivalidad de los esenios contra los sumos sacerdotes?
O en caso de conflicto, ¿aquellos se pondrían de parte de la aristocracia sacerdotal ?
Sabemos más cosas: los esenios han apoyado a Herodes. Un profeta esenio
llamado Menajén le profetizó que llegaría a reinar, cuando todavía Herodes no era
monarca.40 Herodes menciona constantemente esa profecía. El no desciende de una
familia real. La profecía legitima su realeza.
Pues bien, yo me pregunto: Los esenios ¿han apoyado a Herodes porque éste
ha recortado el poder de los sumos sacerdotes, es decir, el poder de los adversarios de
los esenios? ¿Qué actitud adoptan ante los príncipes de la familia de Herodes? ¿Habrá
que contar con que, por medio de profecías, fomenten las pretensiones al trono de
alguno de los actuales herodianos?
La palabra «profeta» se lleva al segundo conjunto de cuestiones: Queremos
tener información sobre un profeta que pudiera estar relacionado con los esenios.
Habita, lo mismo que ellos, en el desierto, unos cuantos kilómetros al Norte de los
esenios.
Me llevé un sobresalto mortal. ¿Querrían los romanos que me pusiera tras la
pista de Bannos? Pregunté con prudencia:
-¿Qué es lo que de él os interesa?
-Esa persona nos interesa porque no sólo se opone radicalmente a la sociedad
sino también a Antipas.
¿Se trataría de Bannos? Oponerse a la sociedad: eso es lo que hacía Bannos.
Pero ¿qué tenía él que ver con Antipas? Para andar con tiento, seguí preguntando:
-¿Y qué tiene él contra Antipas?
Metilio hizo con su mano un gesto que bien podía significar: Habría
muchísimo que contar. Y comenzó a soltarme la historia:
-Sabes quizás que las relaciones entre Pilato y Herodes Antipas, príncipe de
Galilea y Perea, no son de lo mejor.41 Palestina, después de la muerte de Herodes el
Grande, quedó repartida entre tres hijos, de los cuales Arquelao recibió la mayor parte,
a saber, Judea y Samaría. Arquelao fue depuesto al cabo de diez años. Fue sustituido
por un prefecto romano. Claro está que los otros dos hijos de Herodes, Antipas y
Filipo, habían esperado hacerse con la parte de Arquelao. El más decepcionado fue
Antipas, a quien se había considerado ya una vez hacer heredero universal. Desde
entonces Antipas aprovechaba todas las ocasiones para mostrar que los prefectos
39
El sumo sacerdote desposeído de su cargo es el llamado «Maestro de Justicia», que -según los
escritos de los esenios, hallados en Qumrán- fundó la comunidad esenia y la organizó en lo esencial.
Como antagonista suyo aparece en los escritos de Qumrán un sacerdote malvado, que se identifica
seguramente con uno de los sumos sacerdotes de los judíos. Se discute quién fue ese sumo sacerdote.
probablemente fue Jonatán, que en el año 152 a.C. llegó a ser sumo sacerodte, o quizás fue su sucesor
Simón (143-135 a.C.).
40
Véase Josefo ant 15,373-374 = XV,10,5.
41
Véase Lc 23, 12.
30
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
romanos gobernaban mal el país, y que él era capaz de hacerlo mucho mejor, pues
estaba familiarizado con las costumbres judías y conocía la sensibilidad de la gente.
Transmitía inmediatamente al emperador todas las cosas negativas que llegaba a saber
sobre Pilato.
Pilato había tenido ya ocasión de enterarse. Tú has oído hablar, seguramente,
del conflicto de los escudos en los que se habían grabado las iniciales del emperador.
Pilato los había traído a Jerusalén y colgado en la Torre Antonia, en la que presta su
servicio la cohorte. Es difícil entender cómo se quebranta de esta manera la
prohibición de las imágenes o se rinde culto divino al emperador. Sin embargo, hubo
protestas, capitaneadas por Herodes Antipas, que hacía el papel de defensor de la fe
judía. Se llegó a decir incluso que se trataba de vulnerar ostentosamente la ley judía. Y
que esa vulneración ponía una vez más de manifiesto lo poco que Pilato entendía de la
religión judía. Antipas llegó a formular una protesta formal ante el emperador. Pilato
recibió de sus superiores la orden de retirar los escudos.42 Y eso no se lo perdonó
nunca a Antipas. Tanto más que nos hemos enterado por ti, mientras tanto, que
Antipas no toma tan en serio el cumplimiento de la ley, si pensamos en las estatuas de
animales que tiene en Tiberíades. Pero hay más. Se casó con la mujer de su hermano,
viviendo todavía éste. Eso fue una grave infracción de vuestra ley. Hubo críticas.
¿Cómo reacciona Antipas? Encarcela a quien le criticaba, a un varón llamado Juan, un
santo, un profeta, que predicaba en el desierto junto al Jordán. Dicen que ese tal Juan
halló muy buena acogida entre el pueblo. Pero en nuestros archivos no tenemos más
que un informe muy general sobre él. Te lo leeré:
Juan, llamado el Bautista, es persona ejemplar. Su doctrina es: Los judíos deben practicar el bien,
es decir, ser justos con otras personas y adorar a Dios. Una vez presupuesto esto, deben reunirse para ser
bautizados. Este bautismo, según sus enseñanzas, tiene valor únicamente ante Dios cuando el hombre se
ha purificado ya en su interior mediante el ejercicio de la justicia. Y el bautismo sirve tan sólo para la
santificación del cuerpo, pero no para el perdón de todos los posibles pecados. 43
Hablando sinceramente: Con una descripción tan vaga no sabemos qué hacer.
Todo eso pudiera decirse de muchos santos varones. Necesitamos datos más precisos.
En efecto, nos hemos enterado de que Herodes Antipas encarceló a Juan porque temía
alborotos en el pueblo.44 Nos preguntamos: ¿Cómo un santo, inocente, puede provocar
alborotos? Estoy seguro de que el informe que acabo de leerte pasa por alto algo muy
importante. Deja sin contestar tres preguntas:
En primer lugar: ¿Por qué Juan predicaba en el desierto? ¿Por qué se retiró de
la vida ordinaria, exactamente igual que los esenios? ¿Por qué ese menosprecio de las
personas? Y, sobre todo: ¿Hay alguna relación con los nabateos, con los vecinos del
Sur?
En segundo lugar: ¿Qué ha pasado con los partidarios de Juan, desde que su
líder se encuentra en prisión? ¿Hay organizaciones de seguidores? ¿Han trasladado sus
actividades a Judea, porque en el territorio de Herodes Antipas han tenido que
dispersarse antes de que fuese demasiado tarde? ¿Habrá que temer que organicen
alborotos?
42
En su obra Legatio ad Gaium párrafos 299-305 Filón nos refiere el intento de instalar en la
Torre Antonia, en Jerusalén, escudos sin imágenes pero con una dedicación al emperador.
43
Casi literalmente según Josefo ant 18,117 = XVIII,5,2. Josefo describe al Bautista de forma
que pudieran entenderle los lectores griegos y romanos de su obra.
44
Esta es la razón que da Josefo para el encarcelamiento y ejecución del Bautista (véase ant 18, 118 =
XVIII, 5, 2).
31
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
32
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
mantenemos alejados de otras personas, sino para no hacer a otros la injusticia que
nosotros mismos sufrimos en Egipto.
-¿Qué significa eso concretamente? -preguntó mientras cerraba con una correa
de cuero la boca del estuche.
-Que tratemos como hermanos a los forasteros que viven en nuestro país.
Moisés nos mandó: «Cuando un emigrante se establezca con vosotros en vuestro país,
no le oprimiréis. Será para vosotros como uno de los del país: le amarás como a ti
mismo, porque emigrantes fuisteis vosotros en Egipto»47.
-Bueno. ¡Y por qué hay en este país tanto odio contra los romanos?
33
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Metilio retroccdió un paso. Su voz tenía acento apasionado: -¡Ahí está la cuestión.
Andrés! Ponte en el lugar de otros. ¡Qué efecto causa sobre ellos vuestra religión!
Vosotros adoráis a un Dios que está solo. No tiene padre. no tiene madre. no tiene
hijos entre los demás dioses. j No tiene parientes! j No tiene familia! Se halla tan
aislado entre los dioses C0ll10 vosotros lo estáis de los demás pueblos. Si los dioses de
los pueblos no tienen familia. ¿cómo van los pueblos a unirse en una sola familia?
¿Cómo reinará la paz entre los pueblos?
Protesté: -Vuestros dioses no eonstituyen una familia pacífica. Luchan e intrigan
unos contra otros. Tan Slílo cuando todos los hombres reverencien al único Dios.
habrá paz en la tierra.
- ¿De veras? El que rechaza. como vosotros. a otros dioses. ¡no rechaza también a las
gentes que los adoran? Quien proelama el señorío universal de su Dios. ¿no está
reelamando también para sí mismo el dominio sobre todos los demás? ¿No
comprendes que los demás se sientan amenazados por ello?
- Si el Dios invisible no está del lado de los dominadores. sino del lado de los
perdedores y de los débiles. ¿quién amenaza a quién?
- Los judíos no fueron siempre débiles. Llegaron a formar reinos poderosos.
- Pero ahora nuestro pueblo está sometido. ¿Para quién S0l110S una amenaza? ¿Para
quién soy yo un peligro: yo que estoy en vuestras manos?
Metilio se sobresaltó.
- Sí. sois un pueblo sometido. Pero el objetivo de la política romana es convertir a los
sometidos en amigos. A eso desearía yo hacer mi aportación en este país. Por eso me
ocupo de vuestra religión. Hoy he aprendido muchas cosas m;ís. Comprendo por qué
hay muchos que dicen: los judíos son un pueblo de filósofos.50 Los filósofos no tienen
una vida fácil. Se les considera por menos de nada como ateos y agitadores: a
AnaXÚgoras lo desterraron. Sócrates tuvo que beber la cicuta. Y todo ¿por qué?
Porque tuvieron ideas nuevas. ideas que se apartaban de lo común. También vosotros.
los judíos. tenéis una idea nueva y que se aparta de lo común: la fe en un solo y único
Dios que ayuda a los débiles. Es una idea grandiosa. Pero lleváis con vosotros una
carga pesada: la carga de ser distintos de los demás pueblos.
- Sí, a menudo es una carga pesada. Pero es verdaderamente grandioso tener la misión
de ser testigos del Dios vivo hasta que todos los pueblos lleguen a reconocerlo.
Antes de que nos separásemos. pregunté por Timón. Metilio dijo que sería puesto
en libertad al día siguiente. Insistí en que recibiera la libertad inmediatamente. Metilio
vaciló. Pero yo le insté. lo mismo que Moisés instaba al Faraón: j Déjanos ir! Hoy
mismo podemos comenzar a cumplir nuestra misión. Por fin él accedió.
50
El aristotélico Teofrasto (372-288/287 a.C) considera a los judíos como “linaje de filósofos” en
Porfirio, de abstinenctia II, 26). Y también para el escritor judío Aristóbulo (siglo II a. C.) los judíos son
una “escuela filosófica” (En Eusebio praep. ev. XIII, 12, 8).
34
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
sus orígenes judíos. Pero cuando no se interesa por el Jesús histórico, entonces se
inclina a Jejar al margen tales orígenes.
Para que se comprenJa hoy día la predicación Je Jesús, es objetivamente necesaria una
introducción en la fe judía. Al judaísmo le debemos la fe en un solo y único Dios. Esta
fe parecía la cosa más natural. hace mucho tiempo. Hoy día, es patrimonio Je una
minoría. Habrá que exponerla de nuevo, como la condición previa más importante
-desde el punto de vista histórico y de la realiJaJ Je las cosaspara entender la
preJicación Jt: Jesús.
Además, el origen judío Je esta fe sirve de ayuJa. La fe cristiana en Dios se vio a
menudo comprometida a fondo por su entrelazamiento con el poder y el dominio. Los
judíos. por haber sido durante siglos una minoría perseguida, testimoniaron con
credibilidad que el Dios de la Biblia no está de parte de los poderosos y de los
dominaJores.
Ush:d sugiere en su carta que en mi valoración del judaísmo vibra el horror por el
«holocausto». Pues ¡sí señor!, tiene usted razón. Es verdad que llevo puestos
«Jetenninados lentes». como usted Jice. Pero ¡no es mejor la simpatía que el
aborrecimiento y el odio? Quizás sea mejor disputar menos sobre <dos lentes» que
llevamos puestos. y más sobre la ayuda que nos prestan para ver. Tal vez, a través de
esos lentes veamos cosas nuevas en el Jesús histórico.
El capítulo que viene a continuación. servirá también para revivir el judaísmo de
entonces. Espero con muchísimo interés su dictamen.
Disponga de su servidor y amigo:
Gerd Theissen
35
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
51
En Qumrán se encontró un taller de alfarería y un escritorio. Es de suponer que vendieran los
manuscritos de la Biblia que copiaban. Desde siempre se había extraído sal y asfalto del Mar Muerto.
Con seguridad, aquellas gentes cultivaban también la agricultura.
52
Un nuevo miembro, según Josefo (bell 2, 137x = II, 8, 7), tenía que someterse primero durante un año
a su estilo de vida, viviendo fuera de la comunidad (probablemente en el desierto): luego, era admitido a
prueba durante dos años. Tan sólo después de aquellos tres años de probación, era admitido a la vida
plena de la comunidad, como miembro propiamente tal.
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
37
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
- Decid a los esenios: Yo. Baruc. hijo de Berequías. deseo paz a todos los hermanos.
Os suplico: Volved a admitinne. Mis energías están casi agotadas. Ya no podré resistir
mucho tiempo.53
- Tú eres entonces un esenio. ¿Te han echado? ¿Te han hecho ir al desierto?
- ¡Sí!
- Pero ¿por qué andas vagando por estas tierras desoladas en vez de ir a JericÓ o a
Jerusalén?
- El que es expulsado de la comunidad. no puede tener contacto con otras personas. No
debe aceptar de ellas alimento. No debe beber un vaso de agua que ellas le den. ¡ De lo
contrario. no tendrá posibilidad de que le vuelvan a admitir!
- Pero ¡eso es inhumano! -exelamé-. ¿Qué mal has hecho para que te traten de esa
manera?
- Al ingresar en la comunidad hicimos un juramento que me obliga a callar.54
¿Era Baruc un delincuente? ¡No! ¡Ni hablar! Un delincuente ¿se sentiría obligado por
un juramento? En caso de extrema necesidad. ¿seguiría teniendo eserúpulos de
conciencia? ¡Qué poder siniestro ejercía aquella comunidad sobre este hombre joven.
que prefería morir de manera tan atroz antes que separarse de ella! Aquel poder le
dominaba como un demonio. de forma que no tenía más que una alternativa: ¡O
regresar a la comunidad o morir en el desierto! ¡Si yo supiera inspirarle nuevos deseos
de vivir!
Se me ocurriÓ una idea:
- Si pasara a tu lado un asceta del desiel10. que. lo mismo que vosotros. aguarda a
Dios en el desierto. ¿,podría ayudarte?
Baruc mlJviÓ negativamente la cabeza: -¡Todos los que no pertenecen a la comunidad
son hijos de las tinieblas!
Me sentí impotente contra el espíritu de esa comunidad. Pero no cedí todavía.
- Está bien. No debes recibir comida ni bebida de manos de ningún hombre. Pero
¿rechazarás también la mano de Dios? Dios hace que crezcan frutos y hierbas, sin la
participación de los hombres. ¿No quieres comer la comida de Dios?
- Pero aquí no crece nada.
- Ven -le dije- te llevaré donde encuentres comida que no ha sido mancillada por la
mano del hombre-o Bannos me había enseñado cómo puede uno alimentarse de
plantas, langostas y miel silvestre. El lo había aprendido de los beduinos.55
53
Josefo eseribe acerca de los esenios: “A quienes sorprenuen en fallas graves. los expulsan ue los
lugares. El expulsauo suele perecer de tristísima suerte. Porque, al estar atado por juramento y por
obligaciones no puede aceptar alimento de otras personas sino que tiene que alimentarse sólo de hierbas
y así pierde por el hamhre todas las energías de su cuerpo y perece. Evidentemente por esta razón los
esenios sienten compasión y vuelven a admitir a muchos que se encontraban casi agonizantes,
considerando que es suficiente expiación por faltas aquel tormento sufrido hasta el límite casi de la
muerte”. (bell 2, 143-144 = II, 8, 8).
54
Véase Josefo, bell 2, 141 = II, 8, 7.
55
Josefo cuenta de Bannos (vita II) que se alimentaba de lo que crecía “espontáneamente”. Compárese
también lo que sevía de alimento a Juan Bautista (Mc 1, 6).
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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Ahora intervino también Malco: -¿Deseas realmente volver donde los tuyos?
- ¿Qué voy n hacer. si no?
- ¡No podríae regresar a tu aldea natal?
- Lo abandoné todo. Vendí mi heredad. Todo lo que saqué de la venta se lo entregué a
mi comunidad. Dependo enteramente de ella.
- ¡No tienes padree? ¿Hermanos?
- Rompí con mi familia. No hay camino de retornu. O regreso a la comunidad, o tengo
que seguir viviendu en el desierto. BajÓ la cabeza y callÓ.
También Timón y Malco callaron.
Nueetro silencio fue absorbido por el silencio del desicrto.
Finalmente dije:
- Baruc. yo dejé una vez. corno tú. la vida normal. Marché al desierto. donde un
asceta. Buscaba la vida verdadera. Regresé. Me di cuenta de que. aun en el desict10.
no escapa uno de las contradicciones de la vida. Te hago unu propuesta: Ven con
nosotros. Vivirás con nosotros. Te ayudaremos a comenzar de nucvo.
Baruc rechazó mi propuesta: -No debemos confiur en personas que no pertenezcan u
nuestra comunidad.
- Pero. j Baruc! -le repliqué . -Tú tienes ya confianza.
Con perplejidad nos dijo: -Tal vez tenéis razón.
Segu í instando: -¡o Y confíae de veras en los eeenios? Exelamó: -Precisamente por
eso fue el connicto. Yo quería una comunidad en la que uno pudiera confiar.
y de repente empczÓ a desahogaree: Nos contó la historia de por qué le
expulsaron. A menudo en frases cortadas. La excitación le inh:rrumpíu una y otra vez.
Pero poco a poco fuimo.... entend iendo.
El que ingresa en la comunidad, renuncia a todos q¡S bienee. Por eso. los miembros
de la comunidad se denominan a sí mismoe «pobree en espíritu». La riqueza se
consideru como un paso hucia la perdición. Ahora bien. durante el noviciudo. se da a
conocer a los miembros exigiéndoles el máximo secreto. unas enigmáticas planchas de
cobre a las que sólo tienen acceso los que lae guardan57. En esas planchas de cobn: hay
grabados datos sobre tesoros increíbles indicaciones ue donde hay que cavar para
encontrar esos tesoros. Datos sobre el número y calidad de los metales preciosos.
Nadie vio jamás los tesoros pero todos creen en su existencia.0
Baruc quiso decimos: la comunidad. consecuente con sus doctrinas. tenía que
renunciar a las riquezas. ¿Cómo podían llamarse «pobres». si poseían una fortuna muy
superior a todos los ingresos juntos que se percibían en Judea. Galilea y Palestina? Por
tanto. los tesoros había que emplearlos para ayudar a los pobres.
Hubo una gran discusión. En el trascurso de la misma. Baruc había manifestado la
sospecha: Quizás no existen en absoluto tales tesoros. Tal vez se hablaba de ellos a los
novicios. para facilitarles la renuncia a sus bienes. j Debían tener confianza en que
estaban bien provistos de recursos materiales! Pero él no quería que su vida en común
57
En una de las cuevas de Qumrán se encontraron efectivamente tres láminas de cobre, los llamados
rollos de cobre (en abreviatura: 3Q 15). En escritura hebrea contienen dalos sobre la magnitud y los
lugares de tesoros escondidos. Hasta ahora no los ha encontrado nadie. Una de dos: o se trata de los
tesoros de los esenios o del Templo, o bien de tesoros imaginario, que nunca han existido.
40
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se basara en ilusiones. Una de dos: O se probaba que esos tesoros existían realmente. o
no debía hablarse más de ellos.
La sospecha del fraude irrit6 a la mayoría. Baruc fue expulsado por constituir una
amenaza para la paz comunitaria. j Y fue expulsado inddinidamente!
Pregunté cuáles eran. en concreto. las circunstancias que determinaban la expulsión
de un miembro. Baruc enumeró algunas:
- Por dar indicaciones falsas sobre los bienes que se poseen. al ingresar en la
comunidad. el castigo es de un año de expulsión y la reducción vitalicia de la ración de
alimentos en un cuarto. Hay castigo de medio mio de expulsión por mentir. por
encolerizarse con un miembro de la comunidad. o por andar desnudo. Hay castigo de
un mes de expulsión por indisciplinas en las asambleas comunitarias. por ejemplo.
cuando uno se ausenta sin permiso. cuando se escupe durante una asamblea. o cuando
uno se ríe a carcajadas.58
- Castigos bien rigurosos -dije. -¿Quieres volver realmente a esa comunidad? ¿Por qué
te apegas tanto a ella? ¿Por qué te decidiste a ingresar?
- Lo primero que oí de los esenios era: Rechazan la eselavitud. y la rechazan porque va
contra la igualdad de los hombres. Está en contradicción con la ley de la naturaleza.
Esta hace que todos los hombres nazcan y crezcan. Todos son hijos de la naturaleza.
Todos los hombres son hermanos. Tan sólo las riquezas los divide, y ha convertido la
confianza en desconfianza y la amistad en enemistad59, Me fascinó. ¿Dónde hay otra
comunidad que rechace también la eselavitud? i En ninguna parte!
- Pero ¿no habéis trocado la eselavitud de hombres por la eselavitud de leyes rigurosas
y duras?
- Nuestra comunidad está en contradicción con el estilo de vida que exbte en otras
partes. Quien se aparta tan intensamente de ese estilo de vida, tiene que separarse
tajantemente de su entorno. i Nuestras leyes tienen que ser duras!
y después de un breve silencio. añadió:
- Vosotros vcis únicamente las facetas duras de nuestra vida.
No veis lo demás. ¡Qué gozo da haberse evadido de un mundo en el que los hombres
se oprimen, se explotan y se atormentan unos a otros! Nosotros aguardamos una
maravillosa transformación del mundo, Y vivimos ya desde ahora como se vivirá en
ese mundo nuevo.
Por eso cantamos himnos maravillosos, que el fundador de nuestra comunidad nos
legó:60
Te ensalzao, Oh Dios mío,
porque arrebataste de la muerte mi vida,
Me has liberado de un infierno.
58
Estas prescripciones relativas a los castigos están tomadas de la “Regla de la comunidad” (en
abreviatura: IQS), hallada en Qumrán: véase IQS VI, 24-VII,25.
59
El último párrafo es una cita libre de Filón, “Sobre la libertad del hombre bueno” párrafo 79. Los
esenios, de hecho, ganaron reputación por rechazar aún la forma más inhumana de poseseión de bienes,
a saber, la posesión de seres humano. En los escritos hallados en Cumrán, este punto no desempeña
ningún papel. En la comunidad del desierto no existía la esclavitud.
60
Los himnos de alabanza (Hodayot, de ahí la abreviatura IQH) hallados en Qumrán contienen un
lirismo religioso admirable, al estilo de los salmos del Antiguo Testamento. Algunos de esos himnos
tienen como autor al “Maestro de justicia”. El texto es versión libre de IQH III, 19ss.
41
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61
Josefo describe esas comidas de los esenios en bell 2,129-133 = II,8,5. El convite futuro con el Mesías
se describe en la llamada “Regla de la Congregación” (IQSa II, 11-21).
62
La razón para adoptar el calendario solar se encuentra en el “Libro de astronomía” de I Henoc (I Hen
72-82), hallado también en Qumrán. Ahora bien, el libro (y otros escritos que presuponen también el
calendario solar) se hallaban también difundidos fuera del ámbito de Qumrán.
42
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63
Según Josefo (bell 2,142 = II,8,7) los esenios tenían que jurar “no cometer ningún latrocinio”. Según
bell 2,125 (=8,5) los esenios, en sus viajes, no llevaban nada consigo “con excepción de armas para
protegerse de que en todas partes les acogieran otros esenios.
64
Estas leyes sobre el matrimonio se encuentran en el llamado “Documento de Damasco” CD IV, 20-
V,2;V,7:II.
65
La descripción de la lucha del fin de los tiempos aparece en uno de los escritos hallados en las cuevas
de Qumrán, en el llamado “Manuscrito de la Guerra” (en abreviatura: IQM).
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6. Un asesinato y su análisis
Baruc venía sin aliento: -j Herodes Antipas ha mandado ejecutar a Juan Bautista!
¡Corren rumores por toda la ciudad!
Me quedé pasmado. ¡Otra vez había ocurrido algo horrible! Tenía que enterarme
de más cosas. Aquello significaba mucho para Pilato. Ahora tenía él en sus manos un
triunfo contra Antipas. ¡Aquel hombre había mandado ejecutar incluso a un santo!
Delante del albergue se había ido reuniendo una multitud. El joven que había
traído la horrible noticia se hallaba en medio y contestaba lo mejor que podía a las
preguntas que caían sobre él. Me abrí paso a empujones hasta entender bien todo lo
que se decía. El joven gesticulaba con ambas manos: -Detrás de todo está Herodías, su
nueva mujer. Ella quería casarse a toda costa con él. aunque va contra las leyes. Pues
tenía que divorciarse primero del medio hermano de Antipas.66 Esa mujer no se arredra
ante nada: ella es la culpable de la muerte del profeta. ¡Quería hacer que enmudeciese
la crítica contra su nuevo matrimonio!
De la multitud brotaban gritos de asentimil:nto. Otra persona intervino: -Herodías
ha sido muy astuta. Antipas es demasiado bonachón. No podía tener nada contra el
Bautista. Debió de ordenar la ejecuci()n contra su propia voluntad. Una \'ez que estaba
eufórico, su mujer le arrancó la promesa de que le cumpliera un deseo. ¡ Y pidió
entonces la cabeza del Bautista!
- Algo así no lo logra una mujer sola -gritó un tercero. -Para eso hacen falta dos:
Herodías y su hija Salomé. La flor y nata de Judea y de Perea se habían reunido para
un ban4uete. Ibu creciendo la euforia. Antipas estaba ya un poco bebido. Entonees
comenzÓ a bailar en público Salomé. Los comensales estaban entusiasmados. Antipas
prometiÓ a la muchacha que cumpliría cualquier deseo que tuviera. aunque fuera la
mitad de su reino. Probablemente esperaba un deseo inocente. un deseo como los que
tienen las muchachas de su edad. Pero Salomé hizo que su madre le dictara el deseo:
Quería la eabeza del profeta.
Lo vi claramente: Todo aquello eran habladurías.67 Como siguieran corriendo los
rumores. iban a terminar por decir que Salomé había seducido a su tío Antipas. Todas
esas historias correspondían a los elisés habituales: Para fingir una intriga palaciega.
hacen falta unas cuantas mujeres refinadas. un príncipe bonachÓn. una víctima. una
promesa imprudente. etc. Eso no podía ser toda la verdad. Me dirigí al que había
hablado primero. Todas sus palabras parecían. en el mejor de los casos. exageradas.
- ¡DÓnde te enteraste de la notieia?
- Han llegado a Jcricó algunos funeionarios de Antipas. -¡.Están aquí todavía?
- Se han alojado en el palacio de inviemo de la finca de Herodes.68
- ¡Sabes cómo se llaman?
- Creo que uno de ellos se llama Jusá. Es administrador de Antipas.
66
En Lev 18, 16 se dice: “No tendrás relaciones con la esposa de tu hermano; es la misma carne que tu
hermano”. Herodías se había casado en primer matrimonio con uno de los hijos de Herodes llamado
también “Herodes”.
67
El resultado de estas habladurías, que siguieron circulando y aumentándose entre el pueblo sencillo,
podemos verlo condensado en Mc 6,17-29: taler fueron, en la mente de la gente sencilla de Palestina,
las razones que habían inducido a dar muerte al Bautista. Josefo, seguramente, se acerca más a la verdad
cuando da como razón verdadera el que Herodes Antipas temía un levantamiento del pueblo (Jos, ant
18, 118 = XVIII,5,2).
68
El rey Herodes había edificado en Jericó un palacio de invierno, que ha sido objeto de excavaciones.
45
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Era buena noticia. Yo conocía bien a Jusá. Había sido mi socio comercial en
muchas ventas de cereales. Nadie podía estar mejor informado que él sobre las cm.as
que pasaban en casa de Antipas. lnmediatamente envié a TimÓn al palacio de Herodes
para que diera recado a Jusá de qUe yo me encontraba en JcricÓ. ¿Tendría
oportunidad de hablarle? Jusá me respondiÓ en scguida que estaría eneantado de
vcrme. Se hallaba de rcgreso a Tiberíades. ¡.Aceptaría yo cenar con él y con su mujer?
Jesuá y su mujer Juana me recibieron en un lujoso trielinio: Tres sof<Í.s rodeaban
una pequeña mesa. como en una casa romana. El pavimiento estaba ornado por un
m1ístico mosaico de motivos florales.69 En las paredes. mármoles de color rosa y azul
adornaban con muy buen gusto la sala. i.O era sólo imitación de mármol? Nos
recostamos para comer. Acudieron esclavos trayendo los manjares: ensalada.
caracoles. huevos, pudín de sémola con miel. y como entremeses, aceitunas,
remolacha. pepinillos y cebolletas.70 Todo acompañado por un vino excelente. Desde
mi estancia en la cárcel. no había comido yo tan espléndidamente. ¡Qué gozada! Tuve
que contenerme para no comer con ansia.
En una de las copas de las que bebíamos se hallaba grabado en letras griegas71:
Esa copa era muy del gusto de Jusá: Uno de sus dichos favoritos estaba tomado dd
Eelesiastés de Salomón: «Anda. come tu pan con alegría y bebe contento tu vino 72. El
aprcciaba mucho los escritos de Salomón: sus sentencias. sus cánticos. su sabiduría.
Jusá era saduceo73: una tendencia religiosa común en las clases altas de nuestro pueblo.
Su consigna era disfrutar de la vida. Y él disfrutaba de ella. en compañía de su joven
esposa.
Nuestra conversación giró primeramente en torno a cosas sin importancia. Claro
está que ambos queríamos llegar al tema del día. Pero primero hablamos de otras
cosas.
- Pilato ha vuelto a tener problemas en Jerusalén. ¿Conoces los detalles?
Me quedé perplejo. ¿Sabría él que yo me había visto complicado en los
acontecimientos? ¿Debía hablarle de eso? Pero, de algún modo, él se enteraría. Así
que le dije: -En una manifestación contra él fueron muertos cinco policías de sus
fuerzas de seguridad. Yo estaba cerca y fui detenido preventivamente. y luego le conté
toda la historia. Observé cómo Jusá la escuchaba ansioso. Como partidario de Antipas,
se interesaba por las malas noticias relativas a Pilato. Me encontraba en un apuro:
¿Hasta qué punto podía denigrar a Pilato sin ponerme yo mismo en peligro? Pilato
69
Todos los mosaicos de los palacios de Herodes tienen Únicamente motivos florales. Evidentemente.
Herodes observÓ en sus palacios la prohibición de las imágenes. Por lo demás es histórico que Herodes
mandaba pintar de tal modo las paredes que dieran la impresión de estar recubiertas de mármol como
puede comprobar todo el que visite Masada (una de las fortalezas a las que se retirana Herodes), junto al
Mar Muerto.
70
El “menú” de esta comida corresponde a datos que nos da Plinio el Joven (Cartas I.15).
71
Conocemos copas con tal inscripción, que fueron halladas en Siriaa en el siglo I de nuestra era. Véase
A. Deissmann, Licht vom Osten, Tübingen, 1923, 104.
72
Ecl 9,7.
73
Según Josefo (ant 13, 293 = XIII,10,6), los saucedos tienen sus partidarios enre la gente acomodada.
No creen en el destino (ant 13, 173 = XIII,5,9), no creen en la supervivencia después de la muerte (bell
2,164 = II,8,14: véase Mc 12,18-27: Hech 23,8) y reconocen únicamente como escritos sagrados los
cinco libros del Pentateuco).
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podía enterarse de lo que yo iba propalando sobre él. Por eso, supliqué
encarecidamente a Jusá:
- Por el amor de Dios, no cuentes a nadie la historia que te he referido. Pilato puede
hacerme atrocidades. ¡Que no sc entere nunca de lo que te he dicho!
Jusá asintió con la cabeza y dijo: -Por lo demás. ha vuelto a perpetrar actos
vergonzosos. Acabo de enteranne que ha matauo a unos cuantos peregrinos galileos y,
además. a los animales que llevaban para los sacrificios.74
- ¡Eh? ¡QuerfÜ que todo el país se alce contra él!
- Están las cosas que arden. Las pequeñeces provocan reacciones exageradas. De todos
modos. se trata de galileos. Quedan bajo la jurisdicción de Antipas. Elevaremos una
protesta.
Aquí intervino Juana: -No lo hagas como si os imp0l1ara demasiado. Precisamente
Antipas acaba de mandar ejecutar a un profeta. y Pilato a unos cuantos peregrinos. Lo
uno se compensa cem lo otro. Ninguno estará en situacion de denigrar al otro ante el
emperador o ante el legado de Siria. Un lobo muerde a otro lobo.
Jusá admitió: -¡De acuerdo! Que Pilato tenga dificultades, nos viene que ni pintado.
Pues lo de Juan Bautista nos va a traer quebraderos de cabeza.
- ¿Le conocías? -pregunté.
- ¡Claro que sí! i Un tipo estrafalario!
manera de vestir. Un cinturón de cuero y
Comenzando por su una piel de camello:
eso es todo lo que llevaba sobre el cuerpo. Tenía. además. cabellos largos. barba. y era
vegetariano.
- Algunos de esos tipos estrafalarios no son tan malos. (Yo pensaba en Bannos).
Debajo de la dura cáscara haya veces una excelente persona. ¿Cómo te caía Juan? ¿Te
resultaba simpático?
- En parte sí y en parte no. Cc.mlO saduceo que soy. no tengo nada que ver con esos
profetas que vaticinan el fin del mundo. En primer lugar. abundan más que los hongos.
En segundo lugar, no viene el fin del mundo. Pero una cosa me gustaba. Sabes que en
cuestiones religiosas soy bastante liberal. Por este motivo. nuestros santones no me
quieren. Y yo a ellos. aún menos. A sus ojos, nosotros somos judíos de segunda clase.
Precisamente en este punto, Juan era impresionante. Predicaba que Dios no hace
distinción entre santones y personas poco devotas. Los devotos serían nido de víboras,
si creyeran que podían escapar del juicio. Todos debían cambiar radicalmente de
manera de vivir. los devotos y los no devotos. ¡Todos estarían bajo la amenaza de un
inexorable juicio!
- ¿Por qué, entonces. hizo Antipas que le matasen? ¡.Qué hay detrás de todo ello? La
gente dice que la culpable es Herodías.
En este punto protestÓ Juana: -¡Claro. otra vez las mujeres tendrán la culpa de
todo!
Jusá se rio: -En este punto. mi mujer es muy sensible -<.lijo-. Sabes que Antipas
estaba casado con una princesa nabatca. la hija del rey Aretas IV. Fue una buena
jugada diplomática. Aretas es vecino nuestro en el Sur. y tiene una desagradable
74
Véase Lc 13, Iss.
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inclinación a extender su reino hacia el Norte. Con este matrimonio se quiso tenerle en
jaque: No haría la gucrra contra un ycrno. ni le rcelamaría tierras. Por eso, los romanos
estuvieron de acucrdo con ese matrimonio. aunque miran siempre con recelo cualquier
contacto entre sus príncipes protegidos y los reyes independientes. i y luego se
interpuso la historia con Herod ías!
Pregunté: -¿Fue aquellO amor a primera vista?
Juana respondiÓ: -¡Amor sí había! De lo contrario. Antipas no hubiera cargado
con todos los inconvenientes políticos que le proporcionaba aquel matrimonio.
Jusá completó: -No sólo había amor, sino que había también motivos políticos.
Ambos se entendían muy bien. porque tenían la misma ambición política: Sabes que
Herodes modificÓ varias veces su testamento. Cada vez era distinto el heredero
universal. Antipas llegó a serlo también una vcz, Pero no logrÓ imponerse en el
repal10 Je la herenl.:ia y llegó a ser únil.:amente tetrarl.:a. HeroJías estaba I.:asaua con
otro que había siuo también una vez hereuero univcrsal. el hEllnano ue Antipas, que
en el repm10 ddinitivo lÍe la herencia saliÓ aÚn peor parauo.: no Ic 1.:00Tcsponuió
absolutamente naua. Pues bien. Herodí,ls ueseienue. por su maurc Mariamne. ue la
familia real asmonea. Es auténtica princesa. Por el contrario, los de la familia de
Herodes son Únil.:amente auvenedizos. ¿Qué quelTá ser una auténtica princesa?
Como es lÓgico. quelTá llegar a ser reina. Yeso no llegaría nunca a serio en cI
matrimonio con su primer marido. pero sí. tal vez. cas,índose con un príncipe. Los dos
se enamoraron. no casualmente, en el preciso momento en que Antipas marchaba a
Roma. (según se rumorea) con la esperanza de suceder al prefecto Yalerio Grato, y
convel1irse en rey de Judea y Samaría. Ambos querían llegar muy alto.
Juana objetÓ: -Pero precisamente en el aspecto poi ítico. el casamiento fue un
chasco para Antipas.
Jusá aelarÓ: -La cuestión era espinosa. En primer lugar. Antipas le había quitado
la mujer a su hermano. Eso quebrantaba nllestras leyes. En segundo lugar. Herodías
tomÓ la inil.:iativa. Ella era la fuerza impulsora. Eso contradke a las costumbres
judías.75 En tercer lugar. Herndías exigía que Antipas repuuiara a su primera mujer.
aunque. segÚn el derecho judío. pudiera cohabitar al mismo tiempo con v'arias
mujerc..,. Todas esas infracciones de las leyes irritaron al pueblo. El Bautista se
convirtiÓen portavoz de la oposición en materia de política interna.
Juana entonces intervino con viveza: -La cuestión puede enjuiciarse también de
otra manera. Herodías reelamaba para sí uerechos que toda mujer posee en el Impaio
Romano. En Roma la mujer puede solicitar el divorcio. mientrae que entre nosotroe.
hasta el día de hoy. sólo el hombre puede repudiar a su mujer. Eso es injusto. Debc
existir igualdad de derechoe. Eeo ee. ni más ni menos. lo que Herodías reelama para
sí. Y lo mismo se aplica al Último punto: En Roma. un hombre no puede tener a]
mismo tiempo varias mujeree. Creo que es un avance. Pues así queda deu'o que la
75
Herodes se comportó igual que otras mujeres de la familia de Herodes: también Salomé. hermana de
Herodes I y Drusila se divorciaron, cosa que Josefo critica como quebrantamiento de la Iey judía (véase
ant 15.259 = XV.7.10 y ant 20, 143 = XX,7,2). Acerca de Herodías dice Josefo expresamente que esa
mujer, con su divorcio maquinó la disolución de las leyes paternas (ant 18,136 = XVII1.5.4), lo cual
suena a que Herodías fue consciente de la signiticación radical que tenía el paso dado por ella.
Posiblemente, no sólo no siguió la tradición jurídica helenístico-romana, sino tamhién las tradiciones
jurídicas arameas: El derecho de la mujer al divorcio se halla atestiguado tamhién en lo que respecta a
Ios judíos que vivían en la colonia egipcia de Elefantina en el siglo V a.C. Existe tamhién un testimonio
de lo mismo en lo que respecta a la Palestina de la época de la insurrección de Bar-Kokhba (132-136 de
nuestra era).
48
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mujer tiene el miemo valor que el hombre. Herodías hizo bien al negarse a ser la
segunda mujer de Antipas. junto a la plimera. En una palabra. Herodías tratÓ de
introducir un poco de adelanto en nuestro país. que ee ha quedado tan retrasado, ¿,Y
qué sucede? Un profeta arranciado se opone al adelanto de la mujer. Yo no creo que
Juan sea el gran santo que quieren hacemos creer.
Jusá hizo un gesto de reserva: -Cualquiera que sea el juicio moral que se haga del
asunto, lo cierto es que Antipas ha subestimado los sentimientos del pueblo.
Yo confirmé: -En este punto emergen en el alma popular imágenes muy antiguas:
Elías que se opone a la intluencia pagana de Jezabel. Una impresión parecida caus6 el
Bautista. al convertirse en antagonista de Herodías. Corren rumores de que él es El ías
que ha vuelto a venir. Con eeto queda Antipas por completo del lado de la injusticia,
Jusá prosiguió: -Fueron también fatales las repercusiones en materia de política
exterior. La mujer nabatea de Antipas olfateó que querían repudiarla y se adelant6 al
repudio huyendo donde su padre.76 Desde entonces tenemos en el Sur un poderoso
enemigo. La situación de Antipas es precaria: Tiene que contar. en el exterior. con la
guerra. Pues su antiguo suegro no le perdonará nunca el humillantc rcpudio de su hija.
repudio del que no había ninguna necesidad segÚn nucstras leycs. Y en el interior se
mueve una fuerte oposición. apoyada por el poder desenfrenado del fanatismo
religioso.
-Pero ¡podrá resultarle peligrosa esa oposición que hay en el interior? ¡Qué puede
hacer un profeta aislado?
- Recuerda la suerte de Arquelao.77 Perdió su trono hacc casi 25 años. Muchas causas
hicieron que fuera depuesto. Pero una de esas causas fue. indudablemente. su
matrimonio desdichado con Glafira. Nos recuerda en algunos aspectos el matrimonio
de Antipas con Herodías. También Arquelao tuvo que divorciarse de su primera mujer
para casarse con Glafira. Y lo que fue más importante toua\Ía: Glafira estuvo casaua
en primer matrimonio con Alejandro. medio hermano ue Arquelao: uno de aquellos
hijos de Hemdes el Grande que éste había manuado ejecutar. Era. pues. un matrimonio
de levirato. que según nuestras leyes es lícito únicamente en un caso. a saber. cuando
el hermano ha muerto sin uescendencia.78 Pero no era así. Glafira tenía hijos de
Alejandro. Arquelao no podía casarse lícitamente con ella. Ese matrimonio. contrario a
las leyes. le perjudicó mucho. Su prestigio entre el pueblo disminuyó rápidamente. Sus
enemigos pudieron acusarle fÜcilmente ante el emperador. Arquelao fue depuesto.
Todo eso es bien sabido. Si ahora Antipas contrae un matrimonio parecido al que
contrajo su hermano. será una ocasión magn ífica para que sus enemigos en materia de
poi ítica interior intriguen para que sea dqJUesto.
- Pero ¿creéis en serio que el Bautista hubiese podido incitar una rebelión violenta o
que hubiese colaborado con enemigos del exterior?79
- Ese peligro no existió nunca. Pero hubiera podido llegarse a una desdichada
cooperación entre la oposición interna y el enemigo externo, sin que se pudiera hablar
76
Así lo narra Josefo (ant 18, IIIs = XVIII,5,1).
77
Véase, para lo que sigue, Josefo (ant 17,349-353 = XVII,13,4).
78
A propósito, del “matrimonio del cuñado” (llamado también “levirato” según el término latino levir =
cuñado) véase Dt 25,5-10.
79
Según Josefo, Antipas mandó ejecutar al Bautista porque temía un levantamiento del pueblo (ant
18,118 = XVIII,5,2). Esto tiene redibilidad histórica y no se opone en absoluto a la tradición
neotestamentaria según la cual el Bautista fue ejecutado por su critica del matrimonio de Antipas. El
matrimonio y la crítica de ese matrimonio fueron, qué duda cabe, un elemento político de primer orden.
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de conjura propiamente tal. Una de las frases predilectas de Juan se halla en el libro
del profeta Isaías:80
Voz del que clama en el desierto:
¡Preparad el camino para el Señor!
¡Allanad sus senderos!
Imagínate que Aretas llega del desierto al frente de un ejército. y Juan predica como
música de acompañamienlo: «¡Preparad el camino para el Seiior!),. Evidentemente.
Juan se refiere a Dios. Para él hay que preparar el camino en el desierto. Pero el
pueblo supersticioso difundiría en seguiua la consigna: ¡Se refiere a Ardas! Con él
llega el castigo divino contra Antipas. Esta consigna uesmoralizaría a cualquier
ejército judío. Habría desertores. Sufriríamos una uerrota aniquiladora.81
- Pero ese peligro ¡.IIO sigue existienuo toda\ ía? Con la ejecución del Bautista. se ha
ganauo Antipas nuevos enemigos.
Jusá me uio la razón: -La situación sigue siendo tensa. Antipas cuenta con que va a
enmlllb:er la crítica contra su matrimonio. -¿Crees que lo conseguirá?
Jusá se encogió ue hombros: -Tal va sí. Tal vez no.
Sus temores eran justificados. Antipas. por su matrimonio
con Herodías, se buscó la ruina. Su antiguo suegro no tardt) en alegar derechos
sobre ciertos territurios ue la frontera meridional. Se llegó a la guerra. Antipas sufrió
una aplastante derrota. Algunos de sus soluados desertaron. Touo el pueblo decía
entonces: Esa uerrota es castigo ue Dios por el asesinato del Bautista. Los romanos
tuvieron que intervenir para asegurar la frontera contra los nabateos. 82 Pero Antipas
comenzó en secreto a reunir armas para estar mejor preparauo para una nueva guerra. i
Eso fue su perdición! Cuando, a ruegos de Herodías. pidió al emperador que le
permitiera llevar el título de rey. entonces sus enemigos (principalmente su sobrino)
difundieron en Roma rumores sobre un arsenal secrelo de armas. Antipas no pudo
desmentirlos. El emperador presintió una conjura contra sí. Antipas fue depuesto y
desterrado a las Galias. Herodías podía escoger entre seguirle al destierro o regresar a
Galika. Prefirió el destierro. Y demostró con ello más carácter) amor de lo que le
atribuían maliciosamente las habladurías. Todo eso ocurrió casi uiez años más tarde) 83.
Pero ahora estábamos sentados en Jcricó. Juana se puso otra vez a defender a
Herodías:
- Una cosa está clara. Herodías no cs culpable de la ejecución del Bautista. La
responsabilidad la tiene Antipas. El ordenó la ejecución por ralOnes políticas. en la
situación apurada en que le había puesito el fanático Juan. Créeme: Antipas ha hablado
a menudo con el Bautista en la prisión, para moverle a que tolerara tácitamente su
matrimonio. Pero todo fue inútil. Ahora se le quiere cargar la culpa a Herodías.
Objeté: -Tal vez 'ie haga ahora silencio en torno a toda la historia. Pero eso
depende de los partidarios del Bautista. ¿Hay discípulos?
80
Is 40,3 (véase Mc 1,3).
81
Antipas sufrió efectivamente, en el año 36, una aniquiladora derrota en la lucha contra su antiguo
suegro. Una de las cuasas fue la deserción en masa. Véase Jos. (ant 18,114 = XVIII,5,I).
82
A propósito de la Guerra Nabatea enre Antipas y Aretas, véase Josefo (ant 18, II3s = XVIII,5,3). Se
impidió una guerra mayor gracias a la muerte de Tiberio en el año 37 de nuestra era.
83
La caída de Antipas y su destierro se describen aquí siguiendo a Josefo (ant 18,240-256 = XVIII, 7,I).
50
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Juana asintió con un movimiento de cabeza: -He conocido a uno de ellos. Discutí
con él sobre si era justo que, entre nosotros, un hombre pudicra repudiar a su mujer,
pero que una mujer no pudiera repudiar a su marido. ¡Fíjate lo que me respondió!:
El que se divorcia de su mujer y se casa con otra,
comete adulterio contra aquélla;
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro,
también comete adulterio.84
Eso me gustó, Por lo menos, la igualdad de derechos para ambos.
Jusá miró un poco atónito a su mujer: -Pero ése es más radical todavía que Juan
Bautista. El Bautista insistía únicamente en que se cumplieran las leyes tradicionales.
Pero su discípulo quiere modificar las leyes, además con poco sentido realista. Porque
es ignorar por completo la realidad el querer prohibir los divorcios.
Juana se defendiÓ: -No hay divorcio bueno. Es siempre triste que dos se separen.
Jusá prosiguió: - Creo que ese discípulo de Juan es tamhién uno de esos chitlados
que nos tienen hartos.
Observé cómo Juana se sobresaltaba un poco. Durante un instante pensé: ¿.Habrá
problemas entn: ellos? Había que dejar a un lado el tema del «divorcio». Por eso
pregunté:
- ¿Cómo se llama ese seguidor del Bautista?
- Creo que su nombre es Jesús de Nazaret.
- ¿Dónde vive?
- RecoITe la región de Galilea.
Jusá suspiró: -¡Precisamente por nuestro país! ¿No podía difundir en Judea sus
nuevas ideas? Entonces sería Pilato el que tuviera que disgustarse con él.
Yo opiné: -Si no tiene domicilio fijo. quizás vaya también a Judea.
JusÜ tuvo una idea: -¿Por qué no tratamos de espantarle un poco? Esparcimos el
rumor de que Antipas quiere darle muerte. y, al mismo tiempo. le indicamos
diseretamente que cruce la frontera Y desaparezca.85 Nos desharíamos de él. ¿Qué te
parece si tú te encargas de eso? -dijo volviéndose a mí.- Nazaret queda sólo a diez
kilómetros de Séforis. Tú conoces bien el terreno.
Me estremecí: Se me abría una trampa. Si Pilato se enteraba de que yo andaba
importunando a un profeta y quería echarle,... ¡No, eso no podía ser! Objeté:
- Ese tal Jesús debe recibir la indicación de que se largue de personas en quienes él
confíe. Nazaret es una aldea pequeña. Los de ciudad no tenemos mucho que decir a los
de pueblo. Para ellos somos los ricos, los que tenemos cultura griega. los que
colaboramos con herodianos y romanos.
Jusá reflexionó: -HabrÜ que buscar unos cuantos hombres piadosos. Quizás unos
cuantos fariseos. Jesús dará oídos, seguramente. a las advertencias que ellos le hagan.
Yo tenía otra objeción más: -El, Jesús, ¿no le creará a Antipas más dificultades en
Judea que en Galilea? Imagínate que Pilato se sirviera de él contra Antipas: ¿Qué más
84
Mc 10,11-12.
85
Es posible que se hubiera intentado tal cosa; véase Lc 13,31-33.
51
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
podría desear Pilato si no que la opinión pública de los judíos se enterara de que
Antipas se apartaba de las costumbres de los antepasados?
Jusá se rió: eQuien mata a peregrinos galilcos. ¿por qué no iba a matar también a
un profeta gatileo? Por lo demÜs. los profetas no se dejan contratar por los romanos
para difamamos a nosotros. Conoces mal a nuestros profetas.
Seguimos conversando largo y tendido. mientras comíamos y bebíamos. Jusá. para
terminar. tomó la cítara y cantó sus cánticos favoritos: los cantares de Salomón. Se los
dedicó a Juana:
«¡Qué bella eres, amada mía,
qué bella eres!
Palomas son tus ojos
a través de tu velo»86
Indudablemente: Juana era muy bella.
86
Cant 4,1.
52
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
La casual idad ha querido que. precisamente cn este semestre. tenga usted que
dirigir un seminario sobre Juan Bautista. Usted tuvo la tentación de leer a sus
estudiantes universitarios el capítulo anterior. Pero usted temía que mi relato -prescin-
diendo del minucioso anÚlisis de las fuentes- ofrezca ticci6n poética en vez de
conocimientos históricos.
No compm10 esos temores. Al escribir. me he dado cuenta de que los diálogos del
libro reflejan más adecuadamente. en un aspecto. el dehate cientítico que los tratados
eruditos: En los tratados. dcspués de sopesar las razones en favor y en contra, se llega
a un resultado que se expone de la manera más plausible que se puede y que al
pasar de las ideas a
la letra de imprenta se hace mucho mÚs plausible de lo que en realidad es. En
cambio, un diálogo en forma namlti\a puede terminar en suspenso. Nadie tendrá la
líltima palabra. Quedará por decidir cuál de los interlocutorcs dice la verdad.
Este final «abierto» corresponde al proceso real de la investigaciÓn. Porque ¡.qué
es la ciencia histÓrica sino un diálogo permanente sobre el pasado. un diálogo en el
que nadie tiene la Última palabra? A di ferencia de los diálogos narrados, el coloquio
científico transcurre segÚn estrictas «reglas del juego». a las que denominamos
«métodos históricos». Son convencionalismos. basados en largas experiencias. que
determinan qué tipos de argumentos se admiten, y qué tipos. no. Los juicios de valor.
por ejemplo, no son argumentos para la reconstrucci6n de realidades históricas. Una
variante textual podr~1 agradanne mÚs. pero no por eso representa el texto original.
Cuando Andrés. a tran.:s de numerosos diálogos. se forma una idea de los
acontecimientos. refleja el proceso de la investigación hist6rica. sin tener que
someterse a sus reglas metódicas del juego. La rctkxiÚn sobrc sus diÚlogos mc ha
sugcrido mlll'has ideas científicas. Tengo tema para nucvos estudios.
Quizás lea usted todavía a sus alumnos el capítulo. cuando termine el seminario.
Disponga de su amigo y servidor:
Gerd Theissen
53
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Volví a Jerusalén para presentar mi informe a Mctilio. Como Juan Bautista estaha
muerto. consideré que mi misiÓn estaba terminada. Pronto. pensaba yo. volvería a
recorrer Palestina. en compañía de l'''lalco ) TimÓn. como simple comerciante en
cereales.
La carretera que conduce a .lerusalén se empina cuesta arriba. Llegando del fértil
oasis de .lericó se adentra uno en un desolado desierto de montaña. Rocas mordidas
por la erosiÓn limitan la mirada. El intenso calor dificulta los movimientos. Según nos
acercamos a la cumhre de la cadena montañosa. aumentan las señales de vida. Se
intensifica el verdor de los huecos de las laderas. Las sendas serpentean por el terreno
como huellas de pisadas humanas. Un ligero soplo de vicnto mitiga el intenso calor. El
horizonte hace promesas. Presentimos que. al llegar a lo alto. encontraremos una tierra
distinta.
Y. por fin. ¡ahí está! Se ve ya la ciudad. Sobre el oscuro laberinto de callejuelas y
casas se alza el Templo. La resplandeciente luz del sol se refleja en sus piedras. Una
majestuosa plataforma le\'anta a las alturas los edificios del Templo. Una galería
columnada enmarca la plataforma. Rodea una enorme plaza. el «atrio de los gentiles».
accesible a todas las personas. En su centro se halla el recinto interior del Templo. A él
tienen acceso únicamente los judíos. Allí se encuentra el Templo propiamente tal. Al
Templo tienen acceso únicamente los sacerdotes. Pero también ellos están excluidos
del «lugar santísimo» (o «sancta sanctorum),): misterioso espacio en el interior del
Templo. adonde sólo entra el sumo sacerdote una vcz al año para reconciliar al pueblo
con Dios. Y. no obstante. muchos pensamientos se posan durante el Jía en ese lugar.
Pue~ allí está Dios presente. De allí Jimana la energía cuyo poder orienta el corazón
hacia un centro Je~conociJo. que nadie verá jamá~. ni oirá. ni experimentará. ni
~entirá.
Me Jetuve. Siempre que veo Jcru~alén es como si regresara a mi patria. Con mis
labios tarareaba un cántico compuesto por nuestros antepasados Jurante el Jestierro.
Lo que entonces era Babilonia. es hoy Roma. lo que entonces era el destierro. es hoy
la opresiÓn en mi propio país';
Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos a llorar,
acordándonos de Sión.
En las sauces de las orillas
teníamos colgadas nuestras cítaras.
Allí los que nos oprimían
querían que cantáramos hermosos cantos.
Pero ¿cómo íbamos a cantar hermosos cantos,
si estábamos desterrados?
Que se pegue mi lengua al paladar,
si te olvido,
Jerusalén,
si no pusiera a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías.
¡Oh Babilonia,
opresora!
¡Dichoso el que te haga pagar
por lo que nos has hecho!
¡Dichoso el que no respete siquiera a tus niños,
sino que los estrelle contra las rocas!»87
Mientras los romanos deciJieran mi destino. ¡yo era como prisionero en mi propia
tierra! Pero tenía confianza. Pronto tendrían fin todas las contrariedades. ¡.No había
cumpliJo bien mi misiÓn? Gracias a Bamc y a Jusá. ¿no mc había enterado Je más
87
Según motivos del Sal. 137 “Babilonia” era entonces una forma encubierta, muy corriente ,de
designar a Roma (véase el Apocalipsis de Juan 18; I Pe 5,13).
54
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
cosas de las que jamás hubiera esperado acerca de los e~enios y Jd Bautista? De mí
dependía enteramente \0 que quisiera transmitir a los romanos. Tl:nía confianza I:n se!
l:ccionar bien las informaciones. De mis labios no saldría nada ljUI: pudiera
pl:rjudicar a mi país. ¡Nada, absolutaml:ntl: liada! Con estos sentimientos lll:gué
donde Metilio.
- Andrés, llegas justo a tiempo. La situación es grave. HI:rodes Antipas nos ha
comunicado oficialmente que SI: ha anticipado a ulla rl:vuelta mandando ejl:cutar a
Juan Bautista.
Conté a Ml:tilio algo dI: In que mI: había I:nterado sobrl: los antecedentes dI: esa
ejecución. Mdilio mI: I:scuchó atentaml:nte. LUl:go dijo:
- Lo que nos preocupa I:S qUI: la ejl:cución del Bautista coincide con acontecimil:ntos
que indican mayor actividad por parte de los luchadores dI: la resistencia:
Poco antl:s había tl:nido lugar aquella malhadada manifestación contra Pilato. en la
que tI: detuvieron a ti. Durantl: tu ausencia, ha habido un nUl:vo inl:identc en las
el:rcanías de jerusalén: Una patrulla de soldados romanos cacheaba a un grupo de
peregrinos galilcos, buscando armas. Se vio que algunos llevaban armas. Se trataba,
como suponemos. de terroristas. Hubo lucha. Varios peregrinos fUl:ron tIIuertos.
probablemente personas inocentl:s qUI: no tenían ni idea de quiénes iban en su grupo
de peregrinos. Ahora la gl:nte está indignada contra nosotros los romanos. y no contra
los terroristas.88
Metilio SI: paseaba nervioso. Prosiguió: -Para completar la desgracia. hace poco
fue asaltado y desvalijado por tl:rroristas. en la carretera entre Cesarea y Jerusalén. un
esclavo del emperador. que se hallaba de camino por importantes asuntos
administrativos.89 El esclavo y sus acompañantes pudieron escapar con vida. pero gran
cantiúad de dinero cayó en manos de los terroristas. Enviamos inmediatamente a la
zona una cohortc. Pero a los terroristas parecía que se los había tragado la tierra. A los
del lugar no se les pudo eacar nada. Nadie había visto nada; nadie se había enterado
del asalto. Nuestros soldados se pusieron nerviosos y. para amedrentar a la gente.
incendiaron todas las aldeas que quedaban cerca del lugar del asalto. La gente del
lugar sabrá que. en caso de futuros ataques terroristas. tenorán que escoger entre
entregar a los terroristas o...
Metilio dejó la frase sin terminar. Era evidente que le repugnaban las represalias
tomadas por los romanos. No eran dignas del sabio ejercicio de la autoridad.
CarraspeÓ y resumió:
- Todas las noticias indican que la resistencia terrorista se propone llevar a cabo algo.
Con asaltos y atracos logra obtener dinero. Además. transporta armas. Y podría
utilizar la indignación existente en la población para iniciar acciones en mayor escala.
Estamos muy preocupados.
Las sospechas de Metilio estaban en lo cierto. En e/ país fermentaba algo bajo la
superficie.
- En esta situación difícil. es decisivo para nosotros el saber cómo enjuiciar a los
posibles partidarios del Baurista: ¿Harán causa común con los terroristas? ¿O sc
dispersarán y perderán?
88
Semejante incidente pndría constituir el fondo de la noticia que Ieemos en Lc 13 1ss. según la cual
Pilato habría dado muerte a unos peregrinos galileos y a Ios animales que llevaban para los sacrificios.
89
El atraco cometido contra el esclavo imperial sucedió en tiempo de Cumano (48-52 de nuestra era):
<<En el caminn que conduce a Bejorón, unos salteadores atracaron a un esclavo imperial y le robaron el
equipaje. El esclavo se llamaba Esteban. Cumano enviÓ en seguida un destacamento de soldados con
orden de prender a los habitantes de las aldeas vecinas y lIevarlos a su presencia. CensurÓ a los
soldados por no haber perseguido ni apresado a los salteadores» (Josefo bell 2,228s = II.12.2).
55
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Era evidente que los romanos tenían miedo de que diversos grupos se coaligaran
contra ellos y encontraran apoyo en la población. La situación cra impenetrablc para
ellos. Su miedo podía inducirles a adoptar medidas todavía más drásticas. Yeso sería. a
su vez. un estímulo mayor para la resistencia. Por eso. yo traté de tranquilizar:
- Por lo que respecta a los esenios y al Bautista. estoy seguro de que no harán causa
común con los terroristas. Se trata de movimientos religiosos cuya finalidad consiste
en que los hombres vivan de conformidad con los mandamientos de Dios. No aspiran
a cambios poi íticos.
- ¿Pero no fomentan la esperanza de que es inminente un gran cambio? -objetó
Metilio.
- No intentarán jamás provocar ellos Tienen pucsta su esperanza en Dios. que el gran
cambio.
- Pero si alguien se lanza a la calle y dice: Ahora va a producir Dios el gran cambio.
¿no creerían todos que se había acabado el tiempo del dominio de los romanos?
Metilio tenía razón. Pero yo tenía que apartarle de sus ideas
acertadas. Tenía que intentar tranquilizarle. En una larga conversación adujl: todas las
razones qUI: hacían aparecer C0l110 grupos inocentes a los I:senios y a los diselpulos
dl:l Bautista. Mdilio siguió en su I:sEl:pticisl11o. El se había informado:
- Lo que no dl:ja dI: hacerme pensar es: ¡.Por ljué esa gente se retira al desierto?
Mientras tanto he Iddo algo de VUl:stras Eserituras sagradas-o Al ver mi mirada
interrogante. aí1adiÓ: -No en el texto original hebrl:o sino en los Sdenta. la versión
griega.90 El desierto tiene en las Eserituras una significación muy determinada: Dios
condujo por el desierto a vuestros antepasados para traerles a esta tierra. y expulsÓ de
delante de vosotros a todos los enemigos. Antes de que David fuera rey. vivió en el
desil:rto como cabecilla de bandoleros y le hizo la vida difícil al rey Saúl. Los
israelitas piadosos. desde el desierto, pelearon COl1lra el dominio de los reyl:s de
Siria y consiguieron expulsar a los sirios. En una palabra. el que quiere llevar a cabo
una oposición radical. se retira al desierto y espera que Dios acuda del desierto para
expulsar del país a los enemigos. Más aún. se puede decir: Vuestro Dios es un Dios del
desierto. Habita en el Sinaí.
Yo objeté: -Hay un viejo oráculo profético l}ue dice: «En el desierto preparad el
camino para el Seí1or». Tanto el Bautista como los esenios se basaban en él. Los
esenios entienden que ese preparar el camino es estudiar la ley. El Bautista dice: Se
prepara el camino para Dios confesando los propios pecados. haciéndose bautizar en el
Jordán y enmendando la vida.91 Esos movimientos no elKielTan peligro alguno para
los romanos.92
90
La versión de los Setenta (en abreviatura: LXX)m según la Carta de Aristeas, fue realizada por 72
traductores jerosolimitanos, por encargo del rey Tolomeo II (283-246), para la famosa biblioteca de
Alejandría. La traducción estuvo terminada en 72 días. Se trata de una leyenda. Fue la traducción griega
del Antiguo Testamento para su utilización en el culto divino de los judíos que vivían fuera de
Palestina, y que a menudo sabían únicamente griego y no habían aprendido el hebreo.
91
El oráculo profético está tomado de Is 40,3. Tanto el Bautista (véase Mc 1,3) como la comunidad de
Qumrán se apoyaban en ese oráculo. Esta comunidad creía que, mediante el cumplimiento riguroso de
la ley en el desierto (es decir, en el oasis del desierto que queda junto a Qumrán) preparaban el camino
para Dios (véase IQS VIII, 12-14).
92
Cuando estalló la gran insurrección contra los romanos, cuarenta años más tarde, los esenios
participaron también en ella. Uno de ellos, denominado Juan el esenio, fue gobernador militar de los
rebeldes en el distrito de Tamna (Jos. bell 2,567 = II,20,4). Probablemente los esenios creían que había
llegado el tiempo de la lucha suprema entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. En esa lucha
desaparecieron. Las excavaciones de Qumrán muestran que la colonia esenia fue destruida. Muchos
esenios fueron ejecutados, después de crueles torturas. Ellos se negaron, hasta el último instante, a
reconocer como señor suyo al emperador. Y, a la hora de sufrir las torturas, mostraron admirable valor y
entereza (véase Jos, bell 2,152s = II,8,10).
56
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93
Véase Jos, bell 2,56 = II,4,1: “En Séforis de Galilea, Judas, hijo de Ezequías, que antaño había
recorrido el país como cabecilla de bandoleros y había sido vencido por el Rey Herodes, reunió una
banda considerable, forzó la entrada de los reales arsenales de armas ,armó a sus seguidores y atacó a
los que querían ejercer la autoridad”.
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quebraderos de cabeza al rey Herodes. En cuanto a él. se asoció con un eseriba judío
llamado Sadoc y propagó la siguiente doctrina: Pagar tributos a los romanos estaba en
contradicción con el primer mandamiento de la religión judía. Quien paga tributos al
emperador. reconoce que. además de Dios, existe otro dueño y señor. La tierra
pertenece únicamente a Dios. Tan sólo Dios tiene derecho a recibir impuestos sobre
los frutos de la tierra. en forma de impuestos que se pagan al Templo. Estos grupoe de
resistentes se autodenominan a veces zelotas. es decir. «personas celosas». Sienten
celo de que se reconozca a Dios y se respeten las leyes judías, entendidas con
extremado rigor. Su rebelión fue entonces ahogada en sangre. Probablemente. pereció
Judas en la intentona.96 Suponemos que sus hijos siguen acaudillando hoy día la
reeisteneia. en la clandestinidad.97
Metilio seguía teniendo en sus manos la hoja de anotaciones. Con aire pensativo
manifestó: -Hace sólo 25 ai'¡os que gobernamos esa provincia. y sigue sin haber
genuina paz en el país.
Siempre hay algo que fermenta bajo la superficie. Hay algo que no hacemos bien.
P\:ro ¡.qué es? ¡.Qué es lo que Pilato no hace bien? jDímelo. Andrés!
No \:staba preparado para responder a esa pregunta. ¿Quería humillarme Metílio.
pidiéndome consejos para oprimir mejor a mi pueblo? ¿Quería sondear lo que yo
pensaba sobre Pilato? ¿Quería poner a prueha mi lealtad al prefecto romano? ¿O tenía
dudas de si era acertada la política que él también tenía que seguir? Tuve que andanne
con prudencia:
- Crco que Pilato va por el camino acertado. Pero. a veces escoge métodos
equivocados.
- ¿Qué quieres decir?
- Me refiero. por ejemplo, a su poi ítica en materia de acuiiación de moneda. Todos los
prefectos anteriores a él renunciaron a representar en sus monedas símbolos paganos.
Se contentahan con representar espigas o palmas u otras cosas inocentes. Pero Pilato.
nada más comenzar a gobernar. mandó aetlllar monedas con una copa para las
libaciones y un báculo de augur.
- Pero el príncipe herodiano Filipo ¡.no ha reprcsentado en sus monedas un templo
pagano? ¡Y. no obstante, goza de gran prestigio!
- Con los herodianos sahemos hasta dónde llega la cosa. Pero Pilato es para nosotros
un desconocido. Nació la sospecha de que Pi lato abriga un plan para introducir en
nuestro país costumbres y símbolos paganos.
- Lo Único que quiere es que. en este país. se toleren también las costumbres y
símbolos paganos. ¡Nada más!
- Pero ¡.por qué provoca tanto? ¡Por qué hace que. en el secrdo de la noche, se traigan
a krusalén imágenes del emperador: imágenes en la ciudad del Dios que no quiere ser
representado por medio de imágenes? Bueno, las retiró cuando protestamos. Pero
¿aprendió algo con todo eso? ¡No! [ntentlÍ otra vez lo mismo con escudos votivos en
los que estaba grabado el nombre del emperador. ¡.Por qué hace todo eso? ¿Por qué
vulnera lo que para nosotros significa tanto?
96
Josefo no refiere la muerte violenta de Judas el galileo, pero sí la refieren los Hechos de los apóstoles
(5,37). Es probable que la noticia de Hechos concuerde con la realidad de lo sucedido.
97
Dos hijos de Judas el galileo, llamados Jacobo y Simón, fueron crucificados (Jos, ant 20,102 =
XX,5,2) durante el mandato del procurador. Tiberio Alejandro (46-48). Por consiguiente, después de la
muerte de Judas el galileo, la resistencia continuó, dirigida por miembros de su familia. Nietos de Judas
ocupan puestos destacados durante la Guerra Judía (66-70). Entre ellos se cuenta el defensor de Masada,
fortaleza que no fue conquistada por los romanos sino en el año 74.
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98
Los estranjeros podían hacer que en el Templo de Jerusalén se ofrecieran sacrificios por ellos, es
decir, los estranjeros compranan los animales para el sacriticio, y los sacerdotes los ofrendaban en
ausencia de los extranjeros, que no podían entrar en el recinto sagrado. La actitud ante esos sacrificios,
en el año 66 de nuestra era, fue la señal para la insurrección contra los romanos (véase Jos bell 2,409s =
II.17,3). Entre los sacrificios que por aquel entonces se ofrecían por encargo, estaban también los
sacriticios por el emperador y el pueblo romano, que debían ofrecerse dos veces al día (Jos. bell 2.197 =
II,10,4). Al principio, el emperador ordenó ofrecer a su costa los sacrificios por el emperdor (Filon,
Legatio ad Gaium, 157). Pero más tarde, tales sacrificios se hicieron a expensas del pueblo judío (se
deduce de lo que dice Josefo c. Ap 2,77 = II,6).
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se puede lograr la reconciliación? i. Y qu0 pasa con \ucstros esenios? Ellos hacen
ostentación de no participar en el culto del Templo.
TlI\e que klicitar a Metilio. Tenía razón. Había en todo ello una contradicción.
l\1ctilio. ahora. había cogido bríos: -Así. pues. por un lado hay entre vosotros quienL's
minan la signiriceH:iÓn del Templo. ¡\ 0sos Ics llamáis santos. Por otro lado.
nO..,l1tros los I"\lI11anos. mediante a<.:tos poco hábiles. \'il1lamos la santidad del
Templo. Pero a nosotros se nos llama sacrílcgos.
Objet0: -Ninguno de nuestros santos IIcvará jamás un símbolo pagano a los
alrcdedores del Templo. ¡Ahí estÚ la difel"\:nciae
- ¡Es posible! -dijo r"ktilio. y sc puso a pascar nenioso por la habitación. Finalmente
exelamó: -¡Ahora sé por qué nuestra política choca constantcmente con la santidad de
vuestro Temploe ¡El Templo es cuestionado incluso entrc vosotros! '{ porque es
puesto en tela de juieio en el interior del pueblo. ¡reaccionÚis al0rgicamente cuando se
hace algo desde el cxterior! El fanatismo con el que lkkndéi... a vue...tro Templo
contra nuestros supuesto... ataque". ...e dirige en realidad contra vosotnh mismo....
Metilio lo afirm\Í con insistencia. como si por fin hubiera dado en el elavo. A mi
pareccr. él sube"timaba el papel desempeñado por los romano....
- Es posible que el Templo sea objeto de discusión entre nosotros. Pero es objeto de
discusión. precisamente por tener valor infinito para nosotros. Y lo tiene. porque
nuestro Dios es invisible y quiere ser adorado sin imágenes. Precisamente por eso.
nuestro corazón se apega al Único lugar visible del mundo. en donde Dios ha
prometido estar cerca.
Seguimos eonversanJo todavía bastante tiempo sobre la situación religiosa y
política del país. Metilio era inteligente. Comprendía en seguida las cuestiones de
nuestra religión. En un punto merecía él completo créJilO: Pretendía mantener la paz y
el orden en el país con la menor opresión y el menor derramamiento de sangn: posible.
Tenía buenas intenciones. Y. no obstante. él estaba al servicio de un sistema que. en el
sueño. se me había manifestado como la bestia salvaje: esa bestia que me tenía sujeto
toJa\ ía entre sus de...piadadas garra Hoy había vuelto a sentir algo de esa crueldaJ
despiadada. En el instante en que había esperado venne libre de ella. la bestia me había
vuelto a atrapar. Otra vo me e"igía que fuera traidor a mi propio pueblo. Y que. esta
ve/. fuera traidor quizás a persona" que estaban cerca de mí. ¡. y todo ello. en nombre
de la paz y el orden? ¡.Era ésa una paz humana?
En el sueño \'i entonces a un «hombre» que vencía a la bestia y me libraba de la
pesaJilla. Pero ahora no sentía ya nada. Me alegré al encontrarme de nuevo con Timón
) Malco en nuestro barrio y al poder distraerme un poco con cOll\ersaeiones illoeuas.
Sin cesar vagaban mis pensamientos hacia Barrab,ís. a quien conocía. y hacia Jesús. a
quien no conocía. y sobre el que debía rcunir datos en las próximas semanas. ¡.Qué
clase de persona era? ¡Un a...ceta como Bannos? ¡Un profeta como el Bautista? ¡.Un
tipo chiflado? ¡.Un terrorista?
61
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Ciertamente. todas las fuentes proceuen ue hombres falibles. Pero si los hombres
son incapaces ue transmitir sin fabificaciones la veruau histórica. son igualmente
incapaces de transformar de tal manera las fuentes. que se pierda por completo la
verdau histÓrica. Ambas cosas tienen sus límites. uaua la imperlccción humana.
¿Me permite im itarle a un experimento con iueas? En el supuesto ue que en la
Palestina uel siglo I de nucstra era se hubiera constituiuo una «Comisión para Inducir a
Error a los Futuros Historiadores», una Comisión que hubiera conspirauo para
legamos una imagen errónca ue los acontecimientos ue entunces. esa pouerosísima
Comisión nu sería lo suficientemente pouerosa para controlar y ucfonnar touas las
fuentes. ¿,Podría haber convencido ue hecho esta Comisión a escritores muy uiferentes
o a sus copistas a recoger en sus obras informaciones sobre Pilato: esas informaciones
que Icemos ahora en FilÓn. Josefo. Tácito y en los evangelios? La Comisión ¿habría
reliorriuo Palestina para ocultar en lugares escogiuos al a/.ar monedas de cobre
acuñadas por Pilato? ¿,Habría enl..'argado que se grabara una inseripl..'ión lJlll: se
conservó para la posteriuau al ser utilizada casualmente, más tarde. como peluaño ue
una grada del teatro de Cesarea? j Imposible!
El carácter casual de los restos arqueológicos y de las fuentes sobre Pilato nos dan
la cel1eza de que Pilato "ivió. Lo que los evangelios eseriben sobre él. no contrauice a
las demás fuentes. pero tamplH.:o pueden derivarse ue ellas.
Los evangelios tienen. indudablementc, en lo que se refierc a Pilato, un «trasfondo
histórico». Por lo que rqJ\.:cta a Herodes Antipas. podríamos aducir una prueba
semejante. Pues tamhién en este caso podemos contrastar los enunciados
protocristianos con fuentes ajenas al Nuevo Testamento. ¿ Y no habría que deducir
entonces por analogía que las tradiciones sobre Jesús. contenidas en los evangelios,
tienen también un trasfondo histórico? Esto no quiere decir que se identifiquen con la
verdad histÓrica. Ve usted que mis juicios no son tan enteramente escépticos como los
suyos. Precisamente por eso no desearía yo renunciar a su juicio crítico.
Hasta la próxima vez.
Gerd Theissen
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8. INDAGACIONES EN NAZARET
99
Durante la Guerra Judía, el caudillo, rebelde Juan de Guiscala logró grandes beneficios vendiendo
aceite puro a judíos que vivían en Siria. Lo vendía a un precio ocho veces superior del que él había
pagado por el aceite (Josefo bell 2,591s = II,21,2).
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
de lo que le daba la tierra. Hace algún tiempo. tuvimos malas cosechas durante unos
cuantos ailos sucesivos. Eleazar tuvo que comerse los granos para la siembra. a fin de
no morirse de hambre. Comprar más granos de siemhra resultaha caro. por la escasez
general de cen:ales. El que tenía ccreales de más, ganaba mucho dinero. pero a los más
pobres les fue peor aún que antes. Eleazar se cargÓ de deudas. No podía pagarlas.
¿Qué hacer? ¡. Vendería sus hi ¡os en el mercado de esclavos de Tiro. como otros
habían hecho? ¡Jamás! ¿Se vendería él a sí mismo y vendería su familia a un judío más
rico para volver a quedar libre. lo más tarde al cabo de siete años? 100. ¿Aguardaría a
que los acreedores le arrastraran ante el juez para que éste le metiera en la cárcel por
deudas? ¿Y para ver luego cómo su mujer se quedaba en la miseria? Eleazar era un
hombre consciente. Se rebelaba contra la miseria que le amenazaba. Desapareció
juntamente con su familia. para ir a las montañas.
Yo sabía muy bien lo que eso quería decir: Al! í había desaparecido también Barrabás.
después de separarse de Bannos. Eleazar se había unido a los zelotas. Todos en Galilea
sabían de qué iba la cosa. Y. así. dije:
-¡Qué bien que Eleazar se haya largado con toda su familia! De esta manera. nadie
podrá presionar a su familia a causa de él. Hace poco oí que en Egipto había sucedido
un caso semejante.101 Un hombre empobrecido se había retrasado en los pagos. Por
temor a los castigos puso tierra de por medio. Pero entonces el recaudador de
impuestos. a quien él le debía el dinero. se llevó por la fuerza a la mujer de aquel
hombre. a sus hijos. padres y parientes. Los golpeó y maltratÓ para que delataran
dónde estaba el fugitivo o pagaran las deudas atrasadas. Pero ellos no podían hacer ni
lo uno ni lo otro. Porque no sabían dónde estaba aquel hombre. y eran tan pobres como
el fugitivo. Pero el recaudador de impuestos no les dejó libres. sino que los t0I1uró y
les dio muerte cruel. Ató con cuerdas un cesto repleto de arena. les colgó de la cerviz
esa pesada carga y los expuso al aire libre en la plaza del mercado para que
desesperaran. castigados por el azote del aire y del sol ahrasauor. por la vergüenza
púhlica y por la carga que pesaha sohre ello Para los que veían el triste espectáculo.
aquello servía ue escarmiento en caheza ajena. De hecho. algunas personas
endeudadas se han quitado a sí mismas la vida por la espada o por veneno o
ahorcándose, porque una muerte sin torturas les parecía una dicha en medio de la
desdicha. Y los que no hahían atentado contra sí mismos. fueron huscados uno por
uno. como en los casos de herencia. primero los parientes más cercanos y. después de
ellos, los parientes en segundo y tercer grado hasta llegar a los parientes más lejanos; y
cuando ya no quedaron parientes, se empezÓ con los vecinos. Ciudades y pueblos
enteros perdieron de esta manera sus habitantes. porque se hahían marchado todos
para esconderse.
100
A los esclavos judíos había que dejarlos en libertad, sin rescate, al séptimo año, a menos que ellos
eligieran voluntariamente la esclavitud permanente (véase Dt 15 .12ss). Los esclavos no debían
venderse a no judíos, porque entonces no tendrían esperanza, fundada jurídicamente, de liberación. En
cambio, los esclavos paganos seguían en perpetua esclavitud. Pero muchos de ellos se convertían al
judaísmo. De esta manera disfrutaban de los privilegios de los esclavos judíos. Comprobamos, en
general, que el judaísmo había limitado la esclavitud en forma asombrosa para su época. La esclavitud
tenía un límite de tiempo. Pero, además, dentro del plazo de esclavitud, había también días de descanso
fijados por la Iey: los sábados.
101
La siguiente historia se debe a Filón, de specialibus legibus (Sobre leyes patriarcales) III,159-162.
Claro está que esta historia se basa en acontecimientos típicos que ocurrían en Egipto. Pero la situación
de las personas cargadas de deudas, en Palestina, solía ser también desesperada, como vemos por Mt
5,25-26 y 18,23-35. La prisión por deudas que se supone en estos pasajes, es desconocida en el derecho
judío y muestra que los judíos habían quedado bajo la aplicación de leyes extranjeras.
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El matrimonio me hahía escuchado con atención: -Si siguen así las cosas entre
nosolros. pronto las aldeas se quedarán vacías,... como en algunas regiones de Egipto.
Desaparecerün todavía más, lo mismo que desapareció Ekazar.
Me atreví a hacer otra pregunta: -¡.Se marcharon vuestros hijos por razones
parecidas?
- Las razones eran distintas -explicó Tolomeo.- Somos pobres, pero hasta ahora hemos
ido tirando. Nuestros hijos podían haberse quedado. Pero nuestro vecino Eleazar les
sirvió de ejemplo. Mostró a todos los de la aldea que hahía una salida. cuando uno no
sabe ya por dónde tirar.
Susana asintió: -Sin el ejemplo de Eleazar, nuestros hijos se habrían apañado
quizás. Pero desde entonces empezaron a decir que estaban cansauos de aguantar)
aguantar.
Tolomeo continuó: -El primero en desaparecer fue nuestro hijo mayor. Filipo.
Juntamente con otros de nuestra aldea, hahía firmado un contrato de arrendamiento
con un terrateniente: Debían entregar al propietario la mitad de los productos de la
tierra arrendada. y podían disponer de la otra mitad. De ella tenían que vivir como
pudieran. Conviene saber que el propietario vive muy lejos, en Tokmaida, en la costa
del Mar de la cosecha. Lo único importante para él es obtener ganancias. Cuando
vende los productos en un momento favorable y a principios de temporada. suele
ganar más algunas veces que dejando que todos los cereales maduren y esperando a
que el mercado esté abarrotado de ofertas. Cuando la cosecha es tempranera. los
precios que se pagan son mucho más elevados. En cambio. los arrendatarios están
interesados en recoger la mayor cosecha posible. Porque tienen que \ ivir de ella.
Quieren rewgerla cuando ya esté en sazÓn. Por eso. despidieron al enviado con las
manos vacías. El propietario enviÓ otros dos encargados, que se presentaron llenos de
amenazas: Si no entregaban inmediatamente los productos de la cosecha. los llevaría a
los tribunales y los arruinaría. Filipo y los demás arrendatarios estaban indignados.
Azotaron a los dos encargados y los echaron de nuestra aldea. 102 Ahora es cuando les
podían llevar a los tribunales. ¿Qué hacer? El tribunal de Tolemaida había dado
siempre la razón al propietario. tanto más que era un hombre de ciudad el que proced
ía contra unos pueblerinos. Sólo quedaba una posibilidad: desaparecieron y se echaron
al monte.
- Yo también tengo amigos que se han echado al monte -dije. Pensaba en Barrabás.
que se había hecho «zetota» no por- necesidades econÓmicas sino por convicción.
Tolomeo me .miró agradecido por no condenar a su hijo: -Muchos creen que los
que se han echado a] monte son bandidos. Pero hay también personas que no sabían
cómo salir de la desesperación. Eleazar y Filipo son buenos muchachos.
Su mujer tomÓ la palabra: -No todos se echan al monte. El caso de nuestro hijo
JasÓn fue distinto. Para poder existir. no sólo cultivamos nuestras tierras sino que
además aceptamos los trabajos e\ entuales que se nos ofrecen. como temporeros o jor-
naleros. Por eso. Jasón acudía con frecuencia a la plaza del mercado. donde se reunían
todos los que buscaban trabajo.103 Allí los agricultores ricos y los administradores
102
Semejantes incidentes se presuponen en la parábola de los “viñadores homicidas” (Mc 12,1-9). Se
conservan cartas de Zenón, escritas en papiro y que datan del siglo III a.C., en las que se ve que él se
esfuerza inútilmente en cobrar deudas: el encargado de pasar a cobrarlas es expulsado de la aldea (véase
CPJ I, n° 6, p. 129s).
103
El desempeño se considera un problema social en Mt 20,1-16.Semejantes incidentes se presuponen
en la parábola de los “viñadores homicidas” (Mc 12,1-9). Se conservan cartas de Zenón, escritas en
papiro y que datan del siglo III a.C., en las que se ve que él se esfuerza inútilmente en cobrar deudas: el
encargado de pasar a cobrarlas es expulsado de la aldea (véase CPJ I, n° 6, p. 129s).
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contratan los trabajadores que necesitan. A vcces hay que aguardar muchísimo tiempo.
Y a menudo no sale en todo el día ningÚn trabajo. Entonces había quien le llamaba
«holgazán». ¡Qué más hubicra querido él que trahajar! Cuando se rcunía con otros
descmplcados. conversaban de las grandes ciudades. donde hay más posibilidades de
trabajar. Cuanto menos trabajo encontraban aquí. tanto más soñaban en aquello.
Tampoco Jasón veía aquí ninguna perspectiva. El sabía que. un día. heredaría parte de
nuestras tierras. Pero aun eso sería poco para alimentar una familia. Un día recogió sus
cosas y se marchó a Alejandría. El año pasado nos eseribió diciendo que le iba bien:
que. cuando reuniera un poco de dinero. nos visitaría: pero que ahora no era posible.
Tolomeo inclinaba su cabeza en señal de asentimiento: -No sé si los jóvenes no se
habrán creado una imagen de ensueño de lo que sucede allá. Hablan constantemente
de los que en el extranjero han logrado riqueza y prestigio. Pero de muchos otros no se
ha sabido nada.
Susana prosiguió: -De todos modos. es mejor marcharse al extranjero que
volverse loco aquí. Cuando salgas de la aldea. encontrarás unos cuantos mendigos
dementes. También ellos tuvieron su casa y su lahranza. Pero. al verse en apuros. se
volvieron locos. Están poseídos. Se les ha metido dentro un demonio. Ahora andan por
los sepulcros y salen a los caminos. La mayoría de ellos mueren muy pronto. Hasta
que llega cse momento. se alimentan malamente de lo que les dan sus antiguos
conocidos de la aldea. ¡Gracias a Dios, ninguno de nuestros hijos se volvió loco! Pero
yo estuve a punto de perder el juicio. cuando nuestro último hijo nos abandonó.
La mujer tenía los ojos empapados en lágrimas. Miré a Tolomeo como para
preguntarle. El me explicó:
- Lo peor fuc que tamhién Bartolomé nos dejó. Mi mujer sigue todavía sin
comprenderlo.
- Pero. ¡.por qué se fue él? Una vez que se habían ido los otros dos. él habría podido
alimentar hien con vuestras tierras a una pequeña familia.
- Precisamente por eso, no hay quien lo comprenda -dijo Susana.- Los otros dos se
marcharon por necesidad. Se encontraban en situación apurada. Pero el más joven
habría podido quedarse. Por lo menos uno tendría que haberse quedado con sus
padres.
Tolomeo dijo con voz apagada: -Seguro que volverá. Estuvo ya una vez de visita.
Es cierto: No se marchó lo que se dice por necesidad. Pero una especie de necesidad
le impulsaba a hacerlo.
Bartolomé era un joven sensible. Tenía amistad con los hijos de nuestro vecino.
con los hijos de Eleazar. No pudo comprender jamás por qué ellos tuvieron que
convertirse lo que se llama en «bandidos». SufriÓ mucho por ello. Fue para él otra
conmoción. cuando sus hermanos nos dejaron. Bartolomé dudaba de este mundo. que
está organizado con tantas injusticias. El sabía: Las cosas no pueden seguir así. Los
ricos no pueden oprimir sicmpre a los pobres; los jueces no pueden estar siempre en
favor de los poderosos; los extranjeros no pueden sojuzgar etemamente el país. Esto
tiene que cambiar alguna vez. Las injusticias de la tierra elaman al cielo. Dios lo ve y
lo oye todo. El no permitirá que sigan así las cosas. El hará que todo cambie de
manera decisiva y cuidará de que todos sean saciados; de que los jÓvenes encuentren
un lugar en este mundo; de que los ricos cedan. y de que los opresores pierdan el
poder. Dios mismo se ensei10reará entonces.
- Muchos aguardan el reino de Dios -dije.- Pero no por eso abandonan a sus padres.
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y esposa, e hijos,
y hermanos, y hermanas,
y hasta su propia vida,
no puede ser mi discípulo.106
¿Qué tiene vigencia aÚn en la vida. si uno no puede: fiarse ni (k sus propios
familiar\:s'.' Es triste qu\: \:sos jón:ncs nos hayan abandonado. Pero que lo hayan
hedlO mmidos por tales consignas. ¡es horriblce
Pregunté: -Ese tal .Jesús es oriundo de vu\:stra aldeas. ¡Qué dicen sus familiares
ae\:rca d\: tal\:s doctrinas?
Susana se riÓ: -Cr\:en qu\: ha p\:rdido el juicio. Una \\:Z quisieron obligad\: a qu\:
\,(JI viera a casa. Pero no pudieron llegar hasta él. ¡Había a su alrededor tantos que le
escuchaban! Entonc\:s le mandaron r\:cado: Tu madre y tus h\:rnwnos están aquí y
quier\:n hablarte. ¡Qué r\:spondió? Preguntó: «(,Quién\:s son mi madI'\: y mis
hermanos?" Y señalando entonces a sus oyentes. añadió: «Cualquiera que hace la
voluntad de Dios. ése \:s mi hermano. mi hermana) mi madre."107
Susana prorrumpió \:n sollol.os. Tolom\:o la abrazó al mismo tiempu qu\:
acariciaba suavemente sus cabellos, También él tenía lágrimas ell los ojos.
EntretanltJ Timón) !\lalco habían terminado su faena y m\: hacían sei),ls lk que ) a
podíamos pe1I1ir. QU\:I'Íamos llegar a Séforis ant\:s de la pu\:sta dd sol. Así que nos
llcsp\:dimos.
¡No cabía dudae ¡Ese tal .Jesús tenía aspectos repulsivos! Recordaba en algunas
cosas a los es\:nios. Tanto en un caso como en otro había un poder siniestro que se
ejercía subre los jó\'ene<"
y la ruptura radical con toúo lo úe alreúedor. y el menospr\:cio de la riqueza. Tanto \:n
un caso como en otro se tenía puc<,ta la esperanza \:n un cambio radical. y, no
obstante. había una gran diferencia: .Jesús no estaba respald,lúo por una comunidaú
bien organizada con h:soros IIL'ulhh. J\:sÚs no ofr\:cía casa. no ofr\:ela
seguridad\:s. ;-'¡o ofr\:L'Ía absolutamente naúa. Tampoco sc retiraba al desierto. sino
qu\: iba r\:colTienúo el país. Al parecer donde más se detenía era en las cercanías del
lago de Genesaret. entre Cafamaún y Betsaida. Si me encuentro alguna vez con él, sa-
ludaré a Bartolomé. Así me lo había encargado Susana, al despedimos.
Yo no podía juzgar si Jesús constituía un peligro para la seguridad del Estado.
Pero sí lo constituía, desde luego, para las familias de Nazaret. Recordé entonces un
viejo oráculo profético sobre d fin de los tiempos: «El hijo trata con desdén al padre, la
hija se levanta contra la madre, y la nuera contra su suegra; los enemigos del hombre
son los de su casa».108 ¿Se estarían cumpliendo ahora estas palabras sobre la escisión
de las familias?
Muy estimado Profesor Kratzinger:
Usted considera otra vez con escepticismo histórico radical mi tesis de que Jesús
se relacionaba con las clases bajas de la sociedad. Según usted. sabríamos demasiado
106
Lc 14,26.
107
Mc 3,21,31-35. Pudiera ser histórico el que la familia de Jesús hubiera tenido relación tensa con él,
durante su vida. Pero vemos más tarde que hay familiares de Jesús que pertenecen a la comunidad
cristiana (por ejemplo, Santiago, hermano del Señor; véase Gal 1,19).
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Miq 7,6 En Lc 12,53 se presupone que la profecía del libro de Miqueas se cumplió en la predicación
de Jesús.
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Gerd Theissen
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112
Según motivos del Salmo 104.
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Por fin tuvimos terreno firme hajo los pies. Tuvimos que agachamos mucho para
arrastramos a través de una estrecha abertura. Oí cómo TimÓn. Malco y algunos
acompañantes se alejahan en otra dirección. Me dieron vueltas hacia un lado y el otro
hasta que perdí toda orientación. Entonces me quitaron la venda de los ojos. I\k
hallaba en una hahitación oscura. iluminada débilmente por una lamparita de aceite.
Las parcdes eran de roca viva. Los ruidos delataban la presencia también de otras
personas. Pero por el momento me dejaron solo. no sin atarme antes los pIes.
Se me ocurriÓ una idea: i las cuevas de Arbela! Debían de ser éstas. En ellas se
habían guarecido ya desde siempre los luchadores de la resistencia. M i padre me
había contado muchas veces eÓmo había luchado contra ellos el rey Herodes el
Grande. Era una historia triste. En mi interior escuchaba su voz. que me la refcrÍa:113
Las cuevas de Arbela se hallaban en cmpinadas laderas. cortadas a pico. y no eran
accesibles directamente desde ninguna parte. Había que trepar hasta ellas por laderas
muy abruptas y estrechas. La masa rocosa en la que se abría el accese) a estas cuevas
estaba rodeada de muy profundos precipicios y era accidentada y abrupta. Por eso.
Herodes se vio en apuros durante mucho tiempo y no pudo atacar a los rebeldes por lo
accidentado del terreno. Por fin tuvo una ocurrencia muy peligrosa. Mandó que
descolgaran en cajones a los soldados más valientes. De este modo. sus mejores
hombres pudieron penetrar en las cuevas. Los soldados arrojaban dardos encendidos
sobre todos los que les ofrecían resistencia y los masacraron. a ellos y a sus familias.
En realidad. Herodes quería apresar vivos a algunos y dio ol'l.kn de que se les
permitiera sal ir. Pero nadie se entregó voluntariamente. Muchos prefirieron la muerte
al cautiverio. Entre los luchadores de la resistencia se hallaba también un anciano con
sus siete hijos. Su mujer y sus hijos le pidieron que \es permitiera acogerse a la oferta
de gracia y les dejara salir de la cueva. Pero él los mató a todos de la siguiente manera:
Les dijo que fueran saliendo uno por uno. Y él ee colocÓ a la puerta ! fue matando de
un lanzazo a cada llllO de sus hijos. según salía. Herodes lo veía todo desde lejus )'
sintiÓ cumpasión. PrometiÚ perdonar la vida también al anciano)' 1..: pidiÓ que nu
siguiera matando a sus hijos. Pero estas palabras no causaron impresiÚn alguna en
aquel hombre. Antes al contrario: insulh) a Il..:rodes por su \ il origen. terminó de
matar a sus hijos y mató a su mujer. arrojando los cadáveres al abismo. y por fin ee
despeliú él mismo.
i y ahora me encontraba yo en las cuevas de Arbela! Habíamos caído en manos de
fanáticos. El que está dispuesto a matar a sus propios hijos. matará también a quien
sea. si sus convicciones se lo exigen. Aquel anciano fanático ¡no podría haber dicho
también las palabras de Jesús: .<EI que no aborrece a su padre y a su madre. a su
mujer ya sus hijos no podrá ser mi discípulo»?
Ese tal Jesús ¡no sería un zelota? Sólo que no se ocultaba en cuevas sino que
enseliaba públicamente y. con eso. su mensaje no parecía tan claramente
revolucionario.
Oí pasos. Un Ie\e resplandor dibujú imprecisas siluetas sobre las paredes de roca.
Se me acercó un hombre. Llevaba una lámpara de aceite. apantallándola para que yo
no \ iera su rostro. Dijo:
- Senís nuestro pri...ionero hasta que tu familia pague por ti un rescate. Hemos
113
Lo que sigue a continuación está tomado casi literalmente de Josefo bell 1,310-313 = 1,16,4. Las
cuevas de Arbela eran mucho más pequeñas que las que aquí se describen. Sim embargo, en el desierteo
de Judá, hay conjuntos de cuevas utilizadas por los luchadores de la resistencia. Nosotros, en cierto
modo, las hemos “trasladado” a Galilea.
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examinado vuestro equipaje. Sois gente adinerada. E\igimos medio talento de plata.
pagadero en un plazo de treinta días. Enviaremos a casa a tus dos esclavos para que
lleven el mensaje. Ahora vas a eseribir una l'arta con todas nuestras condiciones para
el rescate.
l\k atl\e\ í a poner una dificultad: -¡.Y si mi familia no paga?
¡Medio talento de plata e... mudlO dineroe
El otro n:spontlió calmutlamente: -También eso Ie saltlní caro a tu familia. Las tumbas
cuestan mucho tlinem. El catláver lo suministramos nosotrus.
- ¡o y si no eserib,) la caria?
- Entolll'es habrá tree entierrus.
- ¡Vais a matamos realmente por tlinero?
- Tengo orden de no discutir contigo sobre nada. i Eseribe la carta! De ti depende que
todo termine bien.
Aquellae palabras fueron COl1l0 un latigazo en la cara. Sólo podía una cosa:
pagar con odio la gélitla frialdatl tic mis eecuestradores. I-:n aquel inetante dejarun de
ser para mí eeres humanos.
Se transformaron en demonios y bestias. Tan sólo el recuerdo de la historia sobre
e\ anciano y sus siete hijos atenuaba un poco mis sentimientos. En una ocasión admiré
el heroísmo de aquel hombre. Nuestros secuestradores ¿tendrían esa misma madera de
héroes? La idea me alentó a tratar de entablar otra vez un diálogo:
- ¿Por qué hacéis todo eso?
Pero el otro me fulminó en seguida: -¡Se acabÓ de hablar!
¡Eseribe!
En silencio empezó a desatar las ataduras de mis manos. Me dieron una hoja de
papiro. pluma. tinta y una pequeña mesa de escritorio. Mientras lo preparaba todo para
eseribir. retlexionaba agitadamente: ¿Preguntaría por Barrabás? Sabía muy bien que
los zelotas solían estar divididos en grupos rivales. ¿Pertenecería Barrabás a otro
grupo? ¿Y si había abandonado ya a los zelotas. y éstos le consideraban traidor? No.
podía salir del lodo y caer en el arroyo. No debía precipitarme a jugar mis bazas... tan
escasas. Por tanto. eseribí la cmta:
Andrés saluda a su padre y a su maure: Espero que os vaya bien. No uejo de
pensar en vosotros. Pero lamento deciros que me ha succdido una desgracia muy
grande. Me han secucstrado unos bandoleros. Exigen como rescatc medio talento de
plata y os dan un plazo de 30 días para reunir el dincro. Han amenazado con matarme
a mí y a los demás. Pero tencd confianza: Escapé de las prisiones de los romanos y
escaparé también de este cautiv.:rio.
Saluuos a Barue.
TimÓn y Malco os llevarán personalmente la carta. La paz sea
con todos vosotros.
Estaba seguro de que los secuestradores leerían la carta, antes de enviarla. Si se
enteran de que Pilato me metiÓ hace poco en la mazmon'a. quizás me traten mejor.
Entregué la hoja de papiro al guardián que me vigilaba con cara adusta. Recogió la
carta sin mirarla. A lo mejor ni sabía leer. Me sentí decepcionado, Antes de marcharse.
volvió a atarme las manos. Después oí cómo desaparecía en el laberinto de recovecos
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de Pilato. Lo decieivo fuc el dinero: Los romanoe. por medio de tributos. estaban
cequilmandl) injustamente el paíe. Y ahora sc proponían nada más y nada menos que
rcelamar para sí el Único tributo justo: el tributo que había que pagar al Templo. Había
que resistirse a eso.
El preeidente sc dirigió a uno de los micmbros de aquella cspecic de tribunal: -TÚ
estuvietc en la manifestación. ¡.Confirmae la vcracidad de csa declaración?
El intcrpelado contcetÓ afirmativamentc. Ee vcrdad que no me reconociÓ entre
loe manifcstantee. Pero había oído del'ir que doe jóvence de Séforis habían sido
encarcelados injustamentc. No porque hubicran cometido ningÚn delito. sino porque
cran notoriamentc encmigos de los romanos.
De nuevo hizo uso de la palabra el presidente:
- Puesto que Ilí eetás contra los romanos. vamos a renunciar a pcdir reseate. Pero
nccceitamos una prucba de que e"tás de nuestra partc. Los romanos nos cxigen tributos
injustos. Tc pcdimoe a ti y a tu familia que nos paguéis a nosotros. todos los años.
como impuc"to rcvolucionario la misma suma que pagáis como tributo a los romanos.
Como contraprestación. de ahora en adelante dejarcmos pasar libremente vuestras
caravanas de mercaderías y vuestros mensajeros. Es una buena oferta.
En realidad era un chantaje. Pero ¿qué podía hacerse? En toda Galilea corrían
rumores sobre tales acuerdoe. Los bandoleroe y los zelotas cohraban periÓdicamente
un canon a los comerciantes. Tan sólo así podía disminuir el número de atracos. La
oferta. hasta cicrto punto. se atenía a las "prácticas comerciales» conientes. Tan sólo el
precio era desvergonzadamente alto. Comencé a regatear.
- Las autoridades nos imponen tributos injustos únicamente a los judíos. pero no a los
gentiles. Tenemos en Séforis unos cuantos esclavos gentiles. A ésos no tenemos que
declararlos a efectos tributarios.
Me guardé muy bien de decir que Timón era un esclavo gentil s610 a medias. Era
una de aquellas personas a las que llamamos «temerosos de Dios»: creen en un solo
Dios y observan los diez mandamientos. participan en el culto de la sinagoga. pero no
se dejan circuncidar. Mientras Timtín estuviera en poder de esa gente. no debía
conocerse este detalle. Pues se contaba que los zelotas ponían a la gente ante la
disyuntiva: jO circuncidarse o morir!. en cuanto se habían enterado de que alguien
aceptaba la fe judía.
Para sorpresa mía. los zelotas aceptaron mi argumento. Los que tenían uno o dos
esclavos gentiles. no tenían que declararlos para calcular la cuantía del tributo. Seguí
apretando:
- Nosotros. en Galilea. no pagamos los tributos directamente a los romanos sino a
Herodes Antipas. qukn da a su vez a los romanos una parte de los mismos. Por tanto.
hay que deducir también por este concepto cierta cantidad. Hermles Antipas es judío.
Es nuestro príncipe legítimo.
- j Es un idumeo! -me respondieron. -Los de la familia de Herodes se han hecho por la
fuerza con el poder.
Después de unos cuantos forcejeos. lugré utra pequer1a reducción del impuesto
revolucionario. al prometer que de vez en cuando les suministraría informaciones.
Para ello. podía \'enderles bien mi falsa información sobre los inminentes controles en
el territorio limítrofe entre Tolemaida y Galilea. Me di cuenta de cómo me iba
sintiendo cada vez más seguro durante aquella negociación. Cuando los hombres
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de .Jesús. Tiene que combinar y valorar críticamente las afirmaciones que se le hacen.
En efecto, la historiografía comienza cuando no se afillna ya sencillamente: (,Fue de
talo cual manera», sino: "En virtud de tales y cuales fuentes, yo -a reserva de que se
conozcan mejor las cosas- trazaría la siguiente imagen de los acontecimientos» .
Andrés trata de dilucidar mediante analogías históricas el movimiento de
renovación asociado con Jesús. exactamente igual que lo hace la ciencia histórica.
Reflexiona incesantemente sobre los puntos que hay en común entre Jesús. los zelotas
y otros movimientos religiosos de la Palestina de aquellos tiempos.
Descubre conexiones que no son evidentes por sí mismas, por ejemplo, las
conexiones entre la miseria económica. la inljuietud religiosa y la resistencia poi ítica.
Como un historiador. va descubriendo la trama de condicionamientos e interacciones.
La crítica, la analogía y la correlación son las categorías fundamentales de la
conciencia histórica. En las investigaciones llevadas a cabo por Andrés actúan
también esas tres categorías. No por eso es un científico. Para ello tendría que explicar
su metodología (cosa que hago yo en estas cartas). Además. tendría él que permitir la
verificación de sus afillnaciones, indicando cuáles son las fuentes, accesibles para
todos, en las que él basa sus conelusiones (cosas que hago yo en las notas). Pero, en
general, Andrés encarna en sí la aventura de la investigación histórico-<.:ríticao Así
ocunoe también con la distancia y la cercanía con respecto del objeto de sus
investigaciones: Una desagradable misión de investigación se trasforma para él en un
encuentro existencial. El investigador es atraídn hacia el tema que él quiere investigar.
La próxima vez hablaré sobre las cucstioncs políticas que usted ha señalado. El
capítulo que viene a continuación ofreccriÍ a este propÓsito nucvos aspectns.
Disponga de Sll servidor y amigo:
Genl Theissen
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
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robo. Pero a los ricos os quitamos Únicamente lo que vosotros habéis arrancado a los
pobres. a menudo sin quebrantar una sola ley. Nosotros nos cuidamos de que los
bienes de este mundo \ uelvan a su verdadero propietario. Fíjate en todos los
muchachos que están con nosotros. La mayoría de ellos fueron expulsados de su casa
y de su labranza. Se unieron a nosotros. porque no tenían otra salida. Nosotros somos
su Último apoyo. su Última esperanza.
- Pero tÚ habrías tenido otras posibilidades. A tu familia no le va tan mal.
- Yo soy una excepción. Precisamente por eso me quedo aquí.
Tengo una gran misión. Mi idea es: Castigamos a todos los ricos, a todos loe
jueces y a todos los funcionarios que cometen injusticias. Propiamente tendría que
hacerlo el Estado. Pero no lo hace. Más aún. el Estado aumenta la situación de
injusticia por medio de leyes que peljudican a los pobres. Nosotros hemos de saltar en
su ayuda. Debemos velar por la justicia. Si la gente se da cuenta de qUl: no quedarán
sin castigo ei siguen practicando el mal. entonces tendrán más cuidado en el futuro con
explotar a los pobres. Por eso tengo que quedarme aquí. Yo me cuido de que estos
desesperados no se dediquen únicamente a saquear y matar. sino que también realicen
una idea.
- ¿Llamas tú justicia a amenazar con la muerte a dos jóvenes esclavos? ¿Contra quién
cometieron injusticias Timón y Malco? ¿A quién oprimieron?
BalTabús guardó silencio. Yo no cejé:
- ¿Es tan f;ícil apuntar sólo contra los malos? Todo hacendado rico vive en su casa con
sirvientes y esclavos. con sus padres y sus hijos. Si vais vosotros por la noche y
prendéis fuego a la casa. corréis el riesgo de que perezcan personas inocentes: no sólo
personas ricas. no eólo personas opresoras. no eólo chupadores de sangre. sino
también personas oprimidas. esquilmadas y explotadas. Y tenéis que matarlos también
a ellos. Cuando destruís la cosecha de un rico. destruís también la base para la
subsistencia de todos los que trabajan en la finca. Me parece horrible lo que hacen
muchoe de nuestra clase social. Pero ¿qué mejora la situación. si nos combatís con
terror?
Voh imos a estar callado., durante un instante. Entonces dijo Barrabás:
- Hace poco se ha largado uno de los nuestros. Hablaha lo mismo que tú. Yo tenía
amistad con él.
- ¿Qué hace ahora?
- ¿Sigue a un curioso profeta. a quien conoció cuando pescaba para nosotros en el
mar de Galilea.
-Di me: ese profeta ¿se llama ksús?
- Le conoces?
- No le he visto jamás. Pero he oído hablar de él. Pensé que sería tamhién zelota. Lo
que él dice sobre los ricos suena casi lo mismo que tus palabras.
- Andrés. te equivocas. Ese tal ksúe es un chiflado. Jamás vi a nadie que tuviera ideas
tan alocadas como él.
- Pero no dicc 01 exactamentc lo mismo que \ IIsotroS: que se va a prOllucir un gran
cambio! ¡.Que Dios no va a tolerar por más tiempo la injusticia? ¡.Que llega
finalmente el reino de Dios?
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
- Pero hay una gran diferencia. También nosotros queremos que Dios sea el único en
reinar. y que no reinen los romanos, que oprimen nuestro país. Pero nosotros estamos
cm1\'encidos de que Dios ayuda únicamente a los que se hacen protagonistas de sus
propios destinos.115 Dios ayuda únicamente a los que están dispucstos a rebelarse y a
emplear la violencia contra sus enemigos. Pero ¡.sabes lo que dice ese tal Jesús!
SimÚn me contóuna de sus parÚbolas:
El reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma
o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa
cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin
grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la
hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha.116
¡Tan inocentemente se imagina él las cosas! El reino de Dios llega por sí mismo.
Con tanta suavidad y silencio como brotan del suelo las plantas. Más aún. Jesús habla
a veces de ese reino con palabras enigmáticas. como si hubiera llegado ya. aunque
todos saben que los romanos siguen dominandll en nuestro país. Todos ven que el
reinll de Dios no ha llegado. Está chiflado. Y SimÚn también.
- ¿Quién?
- Sim<Ín es mi amigo. el que nos dejó. Entre los seguidores de Jesús se le denomina
«SimÚn el zetota».117 Sim<Ín pregunhí una vez a Jesús si no ha) que defenderse contra
la injusticia. ¿Sabes lo que le respondiÓ? Jesús dijo:
Habéis oído que se dijo:
Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo os digo:
No hagáis frente al que os hace mal.
Al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha,
preséntale también la otra.
Al que quiera hacerte un juicio para quitarte la túnica,
déjale también el manto.
Y si te exige que lo acompañes un kilómetro,
camina dos con él.118
Andrés. el que dice cosas así. jestá chiflado! Nosotros decimos: Si alguien te pega.
¡devuélvele el golpe! Si alguien te quita la tÚnica. ¡pega fuego a su casa! Si alguien te
hace un chantaje. ¡secuestra a sus hijos y haz le tÚ también un chantaje! ¡Sólo así
pondremos freno a la injusticia!
- y SimÚn el zelota ¿.aprueba esas ideas peregrinas que Jesús difunde?
115
Los zelotas enseñaban, según Josefo (ant 18,5 = XVIII, 1,1): “Dios contribuiría únicamente al éxito
de este propósito (el logro de la libertad frente a los romanos), si la gente ponía también su parte, o
-mejor dicho- si los que con su manera de pensar son adeptos de una gran causa, no eluden el esfuerzo
necesario para su realización.”
116
Mc 4,26-29: La parábola de la semilla que crece por sí sola.
117
Véase Lc 6,15. Mateo le llama Simón “el cananeo” (“Kananaios”, del hebreo “kana” = tener celo,
pertenecer a un grupo radical). Por consiguiente, confirman también el dato de Lucas de que Simón era
“zelota”, es decir, radical (véase Mt 10,4). Por lo demás, el zelota mencionado en el Nuevo Testamento
demuestra que los “zelotas” no se formaron sóo durante el transcurso de la Guerra Judía como grupo de
luchadores de la resistencia, aunque Josefo parece sugerir lo contrario.
118
Mt 5,38-41.
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Opresión: esto significa que los poderosos se adueñan de tal modo de los frutos de
la tierra. que el pueblo debe temer constantemente por lo estrictamente necesario para
sobrevivir. Tal opresión se renueva en un círculo vicioso. El peso de los tributos e
impuestos debe ser siempre tan abrumador, que la población se divida en dos grupos:
por un lado. los que están interesados en que se mantengan las cosas como están; por
otro lado, la gran multitud de los que temen por su subsistencia. Las preocupaciones
por ir consiguiendo lo mínimo para subsistir les quitan el valor para cambiar todo el
sistema. Y las mezquinas condiciones en que viven, les sugieren que, en las
circunstancias actuales, se puede ir tirando a costa de mucho esfuerzo y un poco de
suerte. El que no lo logra, ¡allá se las arregle! ¡Ha tenido muy mala suerte! ¡He ahí la
opresión que reina en este país! Ves lo decisiva que es la cuestión de los tributos.
Preguntamos a Jesús qué es lo que pensaba hacer contra esa opresión. Le
planteamos así la pregunta: ¿Es lícito o no pagar tributos al emperador? Dijo que le
trajeran un denarío y preguntó a su vez: «¿A quién representa la efigie que hay en la
moneda? ¿Y a quién se menciona en la inseripción?,). Respondimos: «¡Al
emperador!». Y entonces nos dijo:
Dad al emperador lo que es del emperador, y dad a Dios lo que es de Dios.122
¡Siempre escurre el bulto, cuando se trata de respuestas concretas! ¡Quiere tirar por el
camino fÜcil!
- ¿Es realmente tan inocuo cuando dice: Por todas pat1es los soberanos dominan a sus
puehlos, Pero entre vosotros no dehe ocurrir lo mismo? Muchos afirman que es ilusión
engañosa querer hacer política sin practicar la opresión. Pero Jesús dicc: Aunque todos
los demás pueblos y sociedades practiquen la opresión. no de he ocurrir lo mismo
entre vosotros. Vucstra misión consistc en superar la eseisión del pueblo en oprimidos
y opresores.
- Jesús formuló lo que nos ha caracterizado a nosotros desde siempre. Todos Nuestros
vecinos fundaron Estados en los que los reyes y sus camarillas eran dueños del país, y
los campesinos que trabajaban la tierra eran poco más que los esclavos que se compran
en el mercado. Pero nosotros nos opusimos a ello desde el principio y no quisimos
vivir en tales condiciones. i Y seguiremos luchando por esta causa!
- ¿Pero no permitiÓ Dios que cayéramos bajo el dominio de otros pueblos? ¿Cómo
nos rebelaremos contra esa realidad?
- Dios permitiÓ que fuéramos esclavos en Egipto. Pero su verdadera voluntad la
revelÓ Dios cuando nos libró de esa eselavitud. Al llegar luego a este país. vivimos
durante 200 años sin un gobierno central. como campesinos libres que se protegían
mutuamente contra sus enemigos. Demostramos entonces que un pueblo es capaz de
vivir también con un mínimo de gobierno.
- Pero luego tuvimos que aceptar también soberanos que nos gobernaran. Y nos dimos
cuenta de cómo. con la realeza. se iba formando una clase dominadora.
- Sin los reyes. habríamos pasado a depender de otros pueblos.
Pero desde un principio nos opusimos a que nuestros reyes vivieran como
tenga como consecuencia necesaria el bandidaje, pues ellos (es decir, los campesinos que participan en
las manifestaciones) no podrán pagar los tributos.”
122
Mc 12,13-17. En la actual versión de la historia según el evangelio de Marcos, son los fariseos y los
herodianos los que formulan la pregunta. Es posible que, originalmente, los interlocutores de Jesús
hubieran sido simpatizantes del movimiento de resistencia.
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faraones. Con los reyes llegaron también los profetas. Estos. en nombre de Dios.
criticaban a nuestros soberanos, cuando su poder sc hacía demasiado grande. Y
cuando los reyes sufrían algÚn descalabro. los profetas lo consideraban como un
castigo por sus abusos de poder en el interior y en el exterior. Dios volvía a
mostrarnos que élno está del lado de los poderosos.
- Pero luego caímos bajo el dominio de los babilonios. de los persas y de los griegos.
- Dios nos envió nuevos profetas. cuando vivíamos cautivos en el destierro babilónico.
PrometiÓ que habría una nueva salida de Egipto. Se sirvió de Ciro. rey de los persas.
que venció a los babilonios y nos devolvió la libertad.
- Pero los persas siguieron siendo nuestros amos. ¡Y Dios lo quiso!
- Los persas permitieron que organizáramos nuestra vida scgÚn los mandamientos de
Dios. Cuando el pueblo. por el empobrecimiento y las deudas. estaba en peligro de
dividirse en dos clases. el gobernador persa Nehemías llevó a cabo en nombre de Dios
una gran reforma. Se condnnaron todas las deudas. Todos los israelitas llegaron a ser
libres.123
- La reforma de Nehemías ¿no nos demuestra que hay otro camino. además dd camino
de la violencia?
- En circunstancias favorables. sí. Pero ahora se dan pocas veces esas circunstancias
favorables. Todo cambió bajo d dominio de los griegos y los sirios. Los
conquistadores griegos se asombraron de los muchos agricultores modestos. de
condición libre. que había entre nosotros.124 Pero no respetaron nuestras tradiciones.
Toda la tierra conquistada la consideraron como propiedad de ellos. Y todos los que
vi\ ían en esta tierra. como personas de las que podían disponer a su antojo. Tan sólo
en las pequeñas ciudades concedieron la libertad a un pequeño grupo de ciudadanos.
Quisieron introducir también en nuestro país las mismas circunstancias. Algunos
judíos ricos les permitieron fundar en Jerusalén una ciudad griega libre. Aceptando la
forma griega de vida. debían fusionar su rel igión con las creencias griegas: Nuestro
Templo fue consagrado entonces a Zeus. Todo el país se alzó en contra. Juntamente
con la fe en Dios se hallaba en juego la libertad de todos: la libertad y las posibilidades
de vida de muchos labradores modestos.125 Desde entonces lo sabemos muy bien: Si
abandolHíramos la fe en Dios. no tendríamos ya medio alguno para defendemos
contra la servidumbre en que viven todos los pueblos circundantes. Tan sólo el respeto
a nuestras tradiciones religiosas impide hasta el día de hoya los romanos suprimir de
un plumazo todas nue'itras libertades. Y. por eso. nos defendemos tan fanáticamente
de todo ataque contra nuestra fe.
- Pero ¡.no volverían a correr tiempos de reforma? ¿De una reforma como la que se
llevó a cabo con Nehemías?
- Creo que eso es una ilusión engañosa. Sin la presión de la violencia. no cambiará
nada en este país. Te das cuenta de cómo los romanos. con csfuerzos cada vez más
perseverantes. van incorporando nuestro país a su imperio: Primeramente permitieron
que nos rigieran nuestros propios soberanos. Después sustituyeron nuestros príncipes
por los de la familia de Herodes la cual debe todo su poder a Ins romanos. Finalmente.
123
Neh 5.
124
Hecateo de Abdira, que vivió en tiempo de Alejandro Magno, hablando de los judíos dice que
Moisés asignó a cada uno de ellos una porción de tierra, y a los sacerdotes una porción algo mayor para
que se pudiern dedicar al culto divino. Sin embargo, a los judíos les estaba prohibido vender su tierra,
para que los más ricos no pudieran oprimir a los más pobres (en Diod. Siculus XL,37).
125
La historia de la insurrección se narra en los libros primero y segundo de los Macabeos.
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126
Según motivos del Salmo 73.
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enemigos del país. ¡También ellos tiraron por caminos torcidos! También ellos an-
duvieron errantes entre diversos frentes. Los caminos extraviados 4ue yo he seguido
quizá conduzcan a un buen final: ¿no podría Dios lIevarlo todo a buen término?
Esta idea hizo 4ue pronto conciliara el sueño. Pero pronto me despertaron. No
elareaba aún el día. Dos zelotas nos condujeron -a TimÓn, a Malco y a mí- con los
ojos vendados y nos sacaron de la cueva. Había contemplado en la noche aquellas
laderas de roca cortadas a pico. En realidad eran peligrosas. Tuvimos 4ue andar por
sendas peligrosísimas y deslizamos con cuerdas por las paredes de roca. Sentí alegría
al verme otra vez en la explanada. Allí nos devolvieron nuestras cabalgaduras. Me di
cuenta de cómo los guías nos llevaban intencionadamente de un lado para otro. con el
fin de hacemos perder toda orientación. Finalmente. al cabo de dos horas. nos ljuitaron
la venda de los ojos.
Estábamos en la pendiente de una montaña. Ante nosotros. el mar de Galilea. En
él reverberaba el sol de la mañana, l\ue se había levantado en Oriente sohre las alturas
del Golán. Todo estaba tranquilo. Como hechizados comtemplábamos aquel juego de
colores sobre las aguas.
Finalmente, se dirigió a mí uno de los zelotas: -Soy Matatías. hijo de Matías.
¿Puedes hacerme un favor?-. Señalaba hacia el extremo septentrional del lago: -Allí.
en medio de la bruma. está Cafarnaún. En esa ciudad viven mis padres con mis
hermanos. Llévales esta carta y este dinero. Sin mi ayuda no podrán vivir. Yo no podía
soportar ya su pobreza. Por eso me uní a los zelotas.
Prometí cumplir todos sus deseos. Me quedé mirando mucho tiempo en la
dirección que él me había señalado: Allá. en algún lugar, en medio de la bruma de la
mañana, estaban las casas de aquellas personas. Allí trabajaban afanosamente, sufrían,
se lamentaban y se desesperaban. Pero, sin preocuparse de nada de ello, salía el sol.
como si nada de aquello le afectara, como si no le importaran <<1as infamias que se
cometen b,eo el sol»127
Miré atrás. Timón y Malco se despedían de nuestros acompañantes. La luz
matutina trasformaba todos los rostros. También los dos zelotas parecían personas
distintas. Junto a Timón y Malco, parecían de repente mucho más jóvenes. Presentía
en sus rostros curtidos el vestigio de la tez suave de los niños. Allí estábamos todos
juntos: terroristas, personas inocentes y yo. ¿Sería indiferencia al sufrimiento humano
lo que hacía que el sol saliera sobre todos? ¡.No era. más bien, la expresión de una
bondad incomprensihle, que no hacía diferencia entre aquellos bandidos y nosotros?
Alabé a Dios, porque hace que el sol amanezca sobre buenos y malos, sobre justos
e injustos. y que brille cada día de nuevo sobre todos. Se apoderó de mí el
pensamiento: Si el sol luce sobre romanos y zelotas, sobre pobres y ricos. sobre amos
y esclavos. si está del lado de unos y de otros. ¿no era justo también
que yo oscilara como un péndulo entre romanos y judíos. entre autoridades y
zelotas. entre ricos y pobres? ¿No sería posible hacer caso omiso de todas aquellas
fronteras, sin perdennc por ello? Me sentí de nuevo enardecido.
Muy estimado Profesor Kratzinger:
El último capítulo que le envié le ha desagradado. Usted critica la «politización»
de la predicación de Jesús. Usted me señala que las palabras de Jesús que hablan de
que los primeros tienen que llegar a ser los esclavos de todos, no se refieren a las
relaciones políticas de poder. Se refieren a las relaciones entre las personas que forman
127
Ecl 4,3.
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una comunidad. Ahora bien, yo entiendo las palabras de Jesús de otra manera. Y en
favor de mi interpretación habla el hecho de que Jesús se distancie de la poI ítica
practicada entre los «gentiles». El concepto opuesto al de los «gentiles» es el concepto
de <<Israel». Lo de que «no debe ocurrir así entre vosotros» significa: En Israel no
debe suceder lo que sucede en otros pueblos. Jesús, además, dirigía su palabra a los
discípulos, que representaban a todo Israel. Jesús escogió a los «Doce» para que
representaran a las Doce Tribus.
Tropezamos aquí con un problema fundamental de hermenéutica: Jesús no quería
fundar una comunidad cristiana; quería renovar a Israel. El que aplique únicamente a
la Iglesia las palabras de Jesús, desconoce el hecho de que tales palabras se dirigieron
una vez a toda ]a sociedad judeopalcstinense.
En relación con esa sociedad espera Jesús un cambio maravilloso: en ella
sobresaldrán los pobres, los niños, los mansos y los extranjeros. Eso será el reino de
Dios. No se trata simplemente de una "dimensión espiritual». En ese Reino se come y
se bebc. Está en Palestina. Afluyen a él personas de todas partes. Y en ese Reino se
alza un nuevo Templo.
]csús aguarda circunstancias poI íticas radicalmente distintas. Pero no aguarda que
esas circunstancias se realicen por medio de cambios poI íticos. La meta es «poi
ítica),. Pero su realización se lleva a cabo sin la política: Dios realizará el objetivo. Y
esto quiere decir: Los hombres no pueden realizar este objetivo empleando la violencia
contra otros hombres. Pero tampoco son enteramente pasivos.
Me pregunto a menudo por qué grandes teólogos concedicron tan poca
importancia al Jesús histórico. Desde luego un factor importante fue la dificultad de
proyectar un papel de ese Jesús. una imagen sostenible hist6ricamente. Pero ¿no
podría ser también que se vislumbrase que, si nos adentramos en el Jesús hist6rico.
entonces vamos a encontramos con una predicación que no sólo va a tencr rcper-
cusiones sobre la Iglcsia. sino también sobre toda la suciedad?
Tal vez volvercmos en otra ocasión sobre este mismo problema.
Gerd Theissen
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Según la división del tiempo que se hacía entonces, el día terminaba con la puesta del sol, y
comenzaba entonces el día siguiente.
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que habían sido curados. de los paralíticos que volvieron a anelar. Sus historias iban
siendo cada vez más maravillosas e inverosímiles. Miriam escuchaba con ansia cada
una de aquellas historias. Eran sus historias. Ella había sido ciega, y había recobrado la
vista. Ella había estado paralítica. y había vuelto a andar. Ella había estado muy
enferma. y había recobrado la salud. Cada una de las palabras de su madre le infundía
nueva esperanza.
Yo lambi¿n escuchaba cautivado: Algunas cosas de esas historias me
desagradaban. Sonaban a cosas supersticiosas y primitivas. Pero con el tiempo fui
quedando no menos cautivado que Miriam. Me di cuenta: en esas historias estaba toda
la esperanza de aquella gente pobre. En ellas escuchaba el ansia de la gente de triunfar
del sufrimiento y de la muerte. Sentí profundamente: Mientras se sigan narrando esas
historias. la gente no sc conformará con que las personas pasen hambre y sed; con que
estén mutiladas e impedidas: con que estén enfermas y desvalidas. Mientras tengan
estas historias, tendrán esperanza.
Me preguntaha si Ana habría escuchado todas sus historias de Jesús: esas historias
que contaba Miriam. ¿No habría inventado algunas para consolar a la pequeña
Miriam? Creo que. si se le hubieran acabado las historias. yo habría podido sentarme a
la cabccera de la enferma y habría inventado más historias. Sé perfectamentc que las
historias no curan por sí solas. Pero tenía la sensación de que. sin esas historias,
Miriam no se curaría nunca.
Mientras tanto, el padre había rcgresado de la pesca. Venía preparado para
escuchar malas noticias. Pero su rostro se animÓ. al ver tranquila a Miriam y al
encontrar la carta y el dinero de su hijo.
Yo, entretanto. había concebido un plan para ayudar a Miriam. Conocía en
Tiberíades a un médico llamado Hipócrates. Era griego. como podía verse ya por el
nombre. Con la barca podía llegarse a Tiberíades en cuatro horas. Si uno de los hijos
mayores de Matatías partía aquella misma tarde para Tiberíades. en compañía de
TimÓn y Malco. y pasaban la noche a la orilla del lago, podrían ir muy de mañana a
buscar a Hipócrates y traerle a Cafarnaún.
Matatías puso dificultades a mi plan: -Andamos muy mal de dinero para pagar a
un médico. El poco dinero que tenemos. lo necesitamos para ir viviendo... y para
pagar los tributos.
Le tranquilicé. El dinero lo pagaría yo. Eseribí inmediatamente una carta a
HipÓcrates y le rogué encarecidamente que viniera y pn;etase asistencia médica. Yo
1m: haría cargo de los honorarios Y de todos los gastos. Además envié recado a Jusá y
a Juana. diciéndoles que a la semana siguiente lce visitaría en Tiberíades.
Faltaba todavía una hora para la puesta del sol. Los jÓvenes acudían a la orilla del
lago. El sol. ya muy bajo. arrojaha sobre el lago fulgores de oro, y en la superficie de
las aguas se iba haciendo cada vez más imperceptible una barca como gotita negra.
Encendimos las luces del sábauo. recitamos la benuición y nos pusimos a cenar.
No había pasado mucho tiempo cuando llamaron a la puel1a de la casa. Dos
hombres querían hablar con Matatías. El mayor se llamaba Gamaliel. y el más joven.
Daniel. Matatías les pidiÓ que entrasen. Se sentaron.
Gamaliel comenzÓ: -Tu hijo ha salido a pescar el sábado en compañía de dos
forasteros.¿No sabeís que está prohibido trabajar en sábado?
Matatías le tranquilizÓ: -No han ido a pescar. Se dirigen a Tiberíades para buscar
un méuico para Miriam. Nadie ha trasgredido el sábado.
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Daniel objetÓ: -¡.No pudiste esperar a que pasara el sábado? Intervine: -Yo les
envié. M iriam necesita asistencia médica.
Cuando se trata de una curación. es lícito no atenerse a las normas del sábado.
- ¡No! -replicÓ Daniel. -Sólo es lícito cuando no hay otra posibilidad.
Me enojé. En Séforis lo más natural era llamar al médico en día de sábado. ¡Qué
mente más estrecha tenía aquella gente de campo! Pero tal \'ez aquellas dos personas
querían Únicamente justificarse por haher interrumpido nuestra cena.
Gamaliel dijo con aire reflexivo: -Hay casos lícitos: Cuando una oveja cae en un
pozo en día de sábado. es 1 ícito sacarla.
Daniel protestÓ: -Yo no opino lo mismo. Si la voluntau de Dios es que la oveja
sobreviva. sobrevivido Hay que preocuparse ante todo de observar el sábado.132
Gamaliel le contraJijo: -¡Cómo va a sobrevivir la oveja? ¡Se ahogará! ¿Quieres
obligar a Dios a que obre un milagro? Vosotros los esenios sois más rigurosos que
nosotros los fariseos. Nosotros queremos soluciones que puedan ponerse en práctica.
La mayoría de los doctores Je la ley están de acuerdo conmigo en que está permitido
salvar en sábaJo a un animal. Si argumentamos ahora, pasando de lo menor a lo
mayor. llegaremos a la siguiente Conelusión: Si es lícito salvar a un animal, ¡cuánto
más lícito serácurar a una persona!
Miriam había seguido la discusión. Intervino con una exelamación: -¡También
Jesús ha curado a personas en día de sábado! ¡Mamá. cuéntales la historia!
Era evidente que a Ana le resultaba un poco enojoso hablar de Jesús delante de
aquellos dos visitantes. Pero. en una situación así. la madre no podía negarse a un
deseo de su hija. Así que refiriÓ la siguiente historia:
En día de sábado entró Jesús en una sinagoga, y había llí un hombre que tenía una
mano paralizada. La gente observaba atentament a Jesús para ver si quebrantaba el
sábado. Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: “Ven y colócate aquí delante”.
Y dijo a los demás: “¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, slvar una vida
o perderla?” Pero todos callaron. Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada de
indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: “Extiende tu
mano”. El la extendió y su mano quedó curada.133
Todos la habían escuchado atentamente. Gamaliel dijo con afabilidad: -Miriam.
¡.no es un caso distinto al de nuestra oveja que hahía caído en un pozo? La oveja se
ahogaría. si nadie la sacaha inmediatamente. Pero el hombre de la \llano paralizada
¿no habría podido esperar un día? No se trata de hacer el bien o hacer el mal. de curar
o de matar. Se trata de hacer el bien hoy o de hacerlo mañana.
Daniel objetó: -Ya ves lo que pasa cuando comienzan a hacerse concesiones. Se
abusa de ellas. Ese tal Jesús lo sabe perfectamente: Todos los doctores de la ley están
de acuerdo con él en que es lícito prestar ayuda a una persona en día de sábado. Pero
él da una interpretación extrema: cada cual podría decidir cuándo debe observar las
132
Los esenios eran realmente de esa opinión, como sabemos -entre otras cosas- por el “Documento del
Damasco” (en abreviatura, CD) hallado en Qumrán: “Nadie ayudará al ganado a parir en día de sábado.
Y si un animal cae a un pozo o a un hoyo, no es lícito sacarlo en día de sábado” (CD XI,13s). Lo mismo
se aplica a los seres humanos: “Nadie intentará sacar con una escalera o con una cuerda o con (algún
otro) objeto, (en día de sábado), a un hombre que haya caído a un pozo” (CD XI, 16s). Mt 12,11
presupone, en relación con el siglo I de nuestra era, que es lícito prestar ayuuda activa a un animal en
día de sábado.
133
Mc 3,1-5.
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normas del sábado y cuándo no. cuándo está obligado a prestar ayuda y cuándo no.
Ana había escuchado con impaciencia: -Yo no comprendo esas sutilezas. Está
bien claro: Se puede prestar ayuda en día de sábado. El sábado fue hecho para el
hombre. y no el hombre para el sábado. La vida humana es mucho más valiosa que el
sábado.134
Gamaliel se defendió: -¡Qué significa, en este caso. prestar ayuda? Alguien podría
decir: quiero prestar ayuda a mi vecino en la recolección. Y. por tanto. podrá
quebrantar las normas del sábado. No. lo importante es que reglamentemos
minuciosamente cada caso en particular.
Yo traté de mediar: -Por eso. asentemos bien. por lo menos. en este caso
particular: Es lícito ir a llamar al médico en día de sábado. No hemos hecho nada malo
al mandar llamar a HipÓcrates.
¡En mala hora lo dije! Daniel saltó inmediatamente contra mí: -¡Hip6crates, un
médico pagano! ¡Un extranjero! ¿Es que no hay médicos judíos en Tiheríades? i No.
eso ya es demasiado! Primero. quebrantar el sáhado. Y luego. vulnerar los preceptos
de pureza. ¡No sabes que los extranjeros y los judíos no deben rozarse? ¡Tienen que
permanecer apartados como lo puro y lo impuro. Pero. ¡ hombre!. ¡tú quieres que, a
una muchacha judía. la trate un médico pagano? ¿ Vas a permitir que ese médico entre
en esta habitación?
Yo repliqué con dureza: -I-Iipócrates presta asistencia médica a judíos en
Tiberíades. ¡Por qué no iba a hacerlo también en Cafamaún?
Ostensiblemente, Matatías se volvió de espaldas, buscó un taburete y se sentó
junto a Ana. que todavía tenía en sus brazos a la niña que ardía por la fiebre.
Gamaliel dijo en tono serio: -Los de Tiberíades no son demasiado eserupulosos en
observar los preceptos de pureza. Herodes Antipas, al fundar la ciudad. sabía
perfectamente lJ.ue aquel asentamiento quebrantaba nuestras leyes. Porque Tiberíades
se construyÓ sobre numerosos sepulcros.135 Nuestra ley dice que los que viven en esa
ciudad son impuros. Pero nadie lo tiene en cuenta. ¡Tiberíades es una ciudad impura!
Daniel corroboró esta opinión: -La negligencia se va difundiendo por el país. Los
seguidores de Jesús no hacen caso de la distinción entre lo puro y lo impuro. No se
lavan las manos antes de comer.136 Van por los campos en día de sábado y no tienen
dificultad en cortar espigas.137 No se segregan de los extranjeros. y ahora i llegan
incluso a llamar médicos paganos para que entren en casas judías!
La c61era no me dejó callanne: -Yo no soy seguidor de Jesús. No he visto nunca a
Jesús. Y llamaría siempre a un médico pagano, sin que me importe lo que diga Jesús o
lo que digáis vosotros. Y, a propósito, ¡.qué ha dicho .Jesús sobre los preceptos de
pureza?
Gamaliel deelarÓ: -Yo le oí discutir sobre este tema. Atajó todas nuestras razones
y las desbarató con el siguiente argumento:
“Ninguna cosa externa que entra en el hombre
puede mancharlo:
lo que hace impuro
134
Mc 2,27.
135
A propósito de la fundación de Tiberíades sobre un cementerio, véase Josefo ant 18,38 = XVIII,2,3.
136
Véase Mc 2,23-28.
137
Mc 2,23-28.
92
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138
Mc 7,15.
139
Mt 23,25-27.
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ocasiones disfrutan del descanso que es obvio para los acaudalados y poderosos. Pero
entre nosotros los judíos las cosas ocurren de otro modo: cincuenta y dos veces al año
celebramos el sábado. Lo celebran no sólo los amos y los ricos. El sábado es también
para la gente modesta y sencilla. Incluso para los criados y esclavos. Y a esos
cincuenta y dos sábados se añaden otras fiestas:
Las grandes fiestas de otoño: Ros Hassaná. la fiesta de año nuevo, el Yom Kippur,
el día de la reconciliación. y los Sukkot, la fiesta de los tabernáculos. A estas se
añaden las fiestas de primavera y de principios de verano: la Pascua (pasaj) y la Fiesta
de las Semanas. Unos 60 días de descanso tienen anualmente entre nosotros las
personas modestas. No tiene nada de extraño que las demás naciones recelen de
nosotros creyendo que somos holgazanes.142
- Nadie entre nosotros pretende abolir esos numerosos días de descanso. ¿Para qué
sirve, entonces, la reglamentación detallada de los casos concretos? ¿Por qué tanta
exitación, si no se observan todas las reglas?
- ¡Nadie quiere abolirlos! Pero muchos ricos querrían que sus esclavos, sus
criadas, sus arrendatarios, trabajasen para ellos en día de sábado. ¡Acrecentarán sus
ganancias! Sobre todo viendo como ven que los paganos les hacen la competencia y
los que son sus socios comerciales explotan a sus trabajadores y les hacen trabajar
incluso en día de sábado. No pretenden, ¡qué duda cabe!, abolir el sábado, pero
desearían socavarlo. Admitirían miles de excepciones al descanso sabático. Cuando se
trata de dinero, hay que oponerse con normas precisas y tajantes. De lo contrario, se
sobrepone la riqueza y el dinero.
- ¿Tienes miedo, entonces, de que personas como Jesús socaven el sábado en este
sentido?
- Él, desde luego, no lo hace intencionalmente. ¡Anes al contrario! Los ricos y los
poderosos encuentran en él poco apoyo. Pero hay algo que él tiene poco en cuenta: Su
ejemplo podría cundir. Podría ponerse de moda la laxitud en interpretar la prohibición
de realizar trabajos en sábado. Otros podrían aprovecharse de ello para sus propios
intereses.
- Según tu opinión, ¿está prohibido lo que hace Jesús?
- Yo no diría eso. Cualquiera de nosotros podría decir también todo lo que Jesús
enseña sobre el sábado y los mandamientos de pureza. Es verdad que él tiene una
concepción radical . Pero entre nosotros hay muchos que tienen concepciones
radicales.
- Pero ¿por qué hay siempre controversias en torno a la doctrina de Jesús?
- El no piensa demasiado las consecuencias. No se da cuenta de que, si se da poca
importancia a las normas para proteger la observancia del sábado, eso podría conducir
a que en adelante viviéramos como gentiles. Y es frecuente encontrar en Jesús
imprudencias como esa. Dedica mucho tiempo a personas de vida dudosa: bebedores,
prostitutas, estafadores. No está prohibido hacerlo. El que hace que los pecadores
vuelvan al buen camino, merece nuestra admiración. Sabemos que Dios es
misericordioso con los que tiene fallos. Nos alegramos de que los malos se conviertan.
Pero Jesús como a la mesa con ellos, sin cersiorarse antes de que esas personas se
hayan apartado de su mal camino. No les impone condiciones. Jesús espera que ellos,
espontáneamente, se van a convertir. A eso lo llamo proceder con ligereza. Quizás
142
Tácito (hist V,5) y Juevenal (sat XIV, 105s) sostienen que los judíos obsevaban el sábado por
holgazanería.
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ayuda él de esta manera a una cuantas personas. Pero ¿qué repercusiones tiene su
conducta sobre otras muchas? ¿No dirán esas personas: Para qué me voy a esforzar en
obrar el bien? Si Jesús tiene razón, entonces Dios estará contento también conmigo.
Gamaliel había puesto más temperamento en sus ideas. Sus palabras llevaban más
cargas de emoción.
- Sí - decía. - Ese tal Jesús podrísa ser mi discípulo. Yo podría defender todas sus
opiniones. Pero le obligaría a pensar bien en las consecuencias que todo ello tiene para
nuesto pueblo y para la vida cotidiana. Mencioné otro ejemplo. Un día llega a él un
centurión pagano que vive en Cafarnaún.143 Le pide que cure a su muchacho. ¡Claro
que hay que prestar ayuda a los gentiles! Pero ¿por qué precisamente a ése? Todos
saben que la mayoría de esos oficiales paganos son homosexuales. Sus muchachos son
sus amantes. Pero a Jesús no le interesa nada de eso. No pregunta siquiera qué clase de
muchacho es. Le curó.. y no pensó en que más tarde alguien podría tener la idea de
enseñar, apoyándose en la conducta de Jesús, que hay que aceptar la homosexualidad.
- ¿Estás seguro de que el centurión es homosexual?
- ¡Claro que no lo estoy! Pero cualquiera podría sospecharlo. Y sin preocuparse de
esa clase de sospechas, Jesús se vuelve hacia él. Yo le aconsejaría ser más prudentes
en esos casos.
- Bueno, tal vez fue imprudente. Pero ¿fue una acción ilícita?
- No, yo no diría eso. Dios quiere que se preste ayuda a todas las personas.
- ¿También a los recaudadores de impuestos y a las prostitutas?
- ¡También a ellos y a ellas!
- ¿Y por qué se critica, entonces, a Jesús por sentarse a la mesa con ellos?
- Si lo hiciera una persona corriente, no tendríamos nada que objetar, Pero Jesús es
persona influyente, Es Maestro, Es uno de nosotros. Le criticamos únicamente porque
está cerca de nosotroS.
- ¿y qué hay de malo en que los maestros judíos traten con recaudadores de
impuestos? Nosotros los comerciantes tenemos que tratar a menudo con ellos.
- ¡Piensa en las consecuencias! No tenemos nada que objetar contra algunos
recaudadores de impuestos. Son personas como todas las demás. Pero en nuestro país
representan a los romanos. Lo que recaudan, va a parar en gran parte a los
extranjeros. No debemos causar la impresión de que los maestros judíos acatan el
dominio extranjero. Los romanos no deben recibir de nosotros el certificado
sacrosanto de que obran por legitimidad divina.
- ¿Tienes miedo de que Jesús pudiera darles tal certificadoSacrosanto?
- No, pero la multitud que le sigue podría entender algunas cosas erróneamente. Quien
goza del prestigio popular de enseñar la voluntad de Dios, no debería prestar ayuda
ostensiblemente a soldados extranjeros. Jesús no se da cuenta de lo mucho que está en
juego, cuando nos acercamos a los paganos, cuando nos comportamos lo mismo que
ellos. Yo critico la espontaneidad con que Jesús lo hace. ¡Jesús lo hace como si
estuviera entre dos frentes!
Como un relámpago cruzó por mi mente la idea: También yo estaba entre dos
frentes. También yo era, necesariamente, una figura crítica a los ojos de Gamaliel.
¡.Podría comprenderme Gamaliel? Yo preguntaba acerca de mí mismo, al seguir
143
Véase Mt 8,5-13.
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formulando preguntas.
- ¿Y cómo, entonces, justifica Jesús su conducta?
- Lo subrayé una vez más: Las opiniones que Jesús sostiene podrían ser mantenidas
por cualquiera de nosotros, fariseos y doctores de la ley.
Estamos acostumbrados a discutir muchas opiniones. Pero Jesús elude nuestros
métodos corrientes de discusión. El manifiesta su opinión, no como una opinión más
junto a muchas otras.
El no las disellte alegando razones en pro y en contra. Sino que habla como si
Dios mismo hablara por su boca. Este menosprecio de nuestras formas tradicionales es
lo que más nos escandaliza en él.
Seguimos hablando largo y tendido sobre Jesús. Sentí cómo me atraía esa figura.
Yo también oscilaba entre dos frentes. ¿No me parecía a un recaudador de impuestos,
sólo que yo no recogía dinero sino informaciones, para transmitírselas a los romanos?
Ese tal Jesús, ¿no sería comprensivo conmigo?
Regresé, en compañía de Gamaliel. a la casa de Matatías. Gamaliel trajo frutas
para regalárselas a Miriam: -En día de sábado tiene que haber paz entre nosotros -dijo.
Y Matatías respondió: Shalom! ¡ La paz sea contigo!
La tensión de ayer se había disipado.
Pronto llegaron de Tiberíades los jóvenes, en compañía de
Hipócrates. El médico reconoció a Miriam y dictaminó: -Lo peor ya ha pasado.
Volvió la claridad a aquella pequeña casa, como si la vida comenzara de nuevo.
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pierdo.
- Eso es una injusticia con los que pagan sus impuestos como es debido.
- Más injusto todavía es estafarnos a los que hemos tomado en arriendo la recaudación
de impuestos, y encima criticarnos porque, sobriamente, queremos calcular y
resarcimos de nuestras pérdidas.
Transigí: -¿Qué te parece un incremento del dos por ciento: aranceles especiales para
comerciantes honrados como yo? Y además, un trago de vino para consolar al
recaudador Costabar por lo que otros le quitan.
Parecía que Costabar iba entrando en razón. Nos pusimos de acuerdo. Después de
cerrar el trato y despachar el asunto, nos sentamos a la sombra, delante del puesto
aduanero, comimos pan y frutas, y bebimos el vino que Costabar había descubierto.
Mientras estábamos sentados vi de repente cómo una extraña procesión se movía hacia
el puesto aduanero. Delante iba un muchacho que, como se veía ya desde lejos, estaba
en la frontera entre la normalidad y la locura. Detrás venía cojeando un viejo
desdentado que se apoyaba en muletas. Luego caminaba torpemente un harapiento.
Evidentemente, era ciego. Unos cuantos niños mendigos, vestidos de harapos
rodeaban al trío.
- ¡Dios mío! -gimió Costabar. -Otra vez vienen. Eso me pasa por beber vino en el
puesto aduanero.
- ¿Qué dices? -le pregunté.
- Yo he bebido vino infinidad de veces en los puestos aduaneros.
- Esos quieren también beber y comer -dijo Costabar desesperado. -Acuden siempre
que sospechan que hay alguien aquí.
Son como lapas. No logro deshacerme de ellos.
- ¡Desde cuándo vienen?
- Desde que estoy aquí. O más exactamente, desde que Lcví introdujo esta nueva
costumbre.
Mientras tanto, se oían ya a lo lejos las voces de los que se acercaban. Uno de
ellos preguntó a gritos:
- ¿Ha vuelto a venir Jesús?
- ¿Qué tiene Jesús que ver con eso? -pregunté a Costabar.
- Mi predecesor Leví era seguidor de Jesús. Conoció a Jesús porque él pasa a menudo
por aquÍ. Jesús cruza mucho la frontera. Pasa constantemente por el puesto fronterizo.
- ¿Por qué?
- Sospecho que no se siente seguro en Galilea. Quizás Antipas anda detrás de él. Por
eso, desaparece constantemente cruzando la frontera. Suele dirigirse al territorio de
Herodes Filipo. Unas veces pasa por aquí y otras cruza el lago en barca, algunas veces
de noche, para que nadie se dé cuenta. Algunas veces se retira también a los territorios
de las ciudades limítrofes, dirigiéndose a Tiro y Sidón, a Hippos y Gádara.
Propiamente no va a las ciudades sino a los campos de alrededor, donde viven muchos
judíos.
- yo vengo de Séforis. Nadie entre nosotros se acuerda de que Jesús haya estado
alguna vez en Séforis, aunque es oriundo de una aldea de las cercanías.
101
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- Es típico suyo. Jesús evita las ciudades. Va por las aldeas y trata con la gente
modesta.146
- Pero ¿qué tiene que ver todo eso con esa loca procesión?
Señalé hacia el grupo, que se acercaba lentamente al puesto de aduana.
- Como dije. Leví había conocido a Jesús y se había sentido impresionado por sus
enseñanzas. Cambió radicalmente de conducta, por influjo de Jesús. Comenzó a
organizar periódicamente comidas para los pobres. Pronto corrió la noticia. De todas
partes acudían a él montones de gente. Pero eso fue sólo el principio. Una vez que
Jesús pasaba, Leví se decidió a seguirle. Pero antes quiso organizar un gran banquete
de despedida.147 Debió de ser algo memorable. Los pobres todavía lo recuerdan muy
bien. Desde entonces, a Jesús se le conoce en nuestra región como «comedor y
bebedor, y amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores».148
Fue, en realidad, una fiesta de locos. Asistieron también esas tres ruinas humanas
que ves allí. Fue el gran acontecimiento de su vida. Ahora esperan a que vuelva a
pasar Jesús. Saben que él pasa a menudo por este puesto fronterizo. Y siguen
esperando que se repita otra vez el banquete aquí en la oficina de la aduana. Me
preguntan a todas horas cuándo voy a organizar ese gran banquete. ¡Como si yo fuera
Leví!
Mientras tanto el grupo se había acercado ya bastante. Oíamos con más claridad
sus voces. Me preguntaron a gritos:
- ¿Eres tú Jesús?
Respondí: -No. yo no soy Jesús.
- ¿Nos vas a dar de comer y beber?
- Os repito que yo no soy Jesús.
- ¡Es Jesús todo el que nos da de comer y beber!
Me di cuenta: No se podía hablar normalmente con ellos.
Habían formado un círculo alrededor de nosotros y nos miraban con esperanza
de recibir algo de nuestra comida. Los niños andrajosos jugaban entre ellos
correteando. Dije:
- ¡No nos vais a dejar en paz?
Los niños reprimieron sus risas y me preguntaron a gritos: -¡Nos has traído
algo?
Costabar me susurró: -j Por lo que más quieras, no les des nada! ¡Van a estar
viniendo a todas horas! A ti quizás te dará lo mismo. Tú te marchas. Pero a mí me van
a dar la tabarra. No habrá manera de deshacerse de ellos.
- ¡No sería mejor entrar en la oficina de la aduana? -propuse. -Tal vez se larguen.
cuando ya no nos vean.
146
Es sorprendente que las dos mayores ciudades de Galilea, Séforis y Tieríades, no se mencionen
nunca en los evangelios sinópticos.
147
A propósito del banquete que dio Leví y al que asistieron muchos recaudadores de impuestos, véase
Mc 2,13-17. La historia, tal como se refiere ahora, sintetiza el encuentro de Leví como Jesús y la
decisión de aquél de seguirle y los presenta como un único acontecimiento. Pero es muy posible que
esta decisión fuera madurando poco a poco. Los relatos evangélicos condensan lo más importante en un
breve espacio de tiempo.
148
Eso debieron de echárselo ya en cara a Jesús durante su vida terrena, como vemos por Mt 11,19.
102
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149
La labor de socorro a los pobres estaba bien organizada entre loa judíos. A los pobres del lugar se les
repartína víveres semanalmente, que alcanzaban para dos comidas diarias. A los pobres que eran
forasteros de les distribuía diariamente alimentos para dos comidas. Los recaudadores de impuestos
eran tan despreciados, que se prohibía aceptar donativos suyos para los fondos destinados a obras de
caridad. Pero podían prestar ayuda indirectamente (a través de otras personas).
150
Lc 14,12-14.
103
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y yo os aliviaré.151
Repetían sin cesar las mismas palabras, No había quien lo aguantara. Finalmente.
Costabar se Ielantó y salió fuera. Había perdido la paciencia. Oí cómo gritaba con voz
amenazadora:
- ¡Si 110 os calhíi\ inll1ediatalllente. yo 0\ alil iaré a palos' iMarchal1se ; Idos al
euernl1e ¡Dejadnl1s en pa/e
El coro enllllllkeió. S(ílo una IOZ inralltil preguntlí: -;,No nos iJ1\ itas hoya l'( 1
lile r? .- Entol1l'es se escuchó otra I el el graznido del viejo: -Costahar. ¿no sabes
aquella parábola de Jesús! ¡Te la repetiré!:152
Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar,
mandó a un sirviente que dijera a los invitados: “Venid, todo está preparado”. Pero
todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: “Acabo de comprar
un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disulpes. El segundo dijo: “He
comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes. Y un
tercero respondió: “Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir. A su regreso, el
sirviente contó esto al dueño de casa, y éste, irritado, le dijo: “Recorre en seguida las
plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y
a los paralíticos. Volvió el sirviente y dijo: “Señor, tus órdenes se han cumplido y aún
sobra lugar”. El señor le respondió: “Ve a los caminos y a lo largo de los cercos, e
insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa. Porque os aseguro
que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena”.
Ohservé cómo todos prestaban atención al viejo. Costabar parecía
escucharle. Cuando hubo terminado, añadiÓ:
- ¡No has contado la parábola hasta el fin! ¡Todavía sigue!:
«Pero cuando el que daba el banquete entró para ver a los comensales, encontró a un
hombre que no tenía el traje de fiesta sino que iba vestido de harapos. “Amigos -le
dijo-, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?” El permaneció en silencio.
Entonces el señor dijo a los criados: “Atadlo de pies y manos y arrojadlo afuera, a
las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes”153
La voz de Costabar sonÓ dura y fría: -Así que ya os estáis marchando. Porque. si
no. llamaré a los soldados. que os atarán de pies y manos y os encerrarán en la cárcel.
Uno de los niiios protestÓ: -Ese final no In contó nunca Jesús. Te lo has
inventado. No es así. Es mentira.
Costabar comenz6 a echar impropcrios: -Es el auténtico tinal. y lo vais a vivir
vosotros inmediatamente. ¡Ya os cstáis marchando. inmundicia humana! i Idos al
diablo!
Yo estaba sentado dentro de la casa. como sobre ascuas. ¡Debía salir y apaciguar
los ánimos? La parábola me había llegado al corazón. El niño tenía razón: El final
aí1adido por Costabar no encajaba. Pero yo comprendía también a Costabar: i Era un
verdadero castigo el que aquellos harapientos vinieran a molestade una y otra vez!
De momento. Costa bar había logrado su propósito. Oí cómo aquel grupo se
151
Mt 11,28.
152
Lc 14,16-24.
153
Esta adición a la parábola aparece únicamente en la versión del evangelio de Mateo (donde el dueño
de la casa se ha convertido, por lo demás, en un rey). Según opinión unánime de la mayoría de los
especialistas, se trata de una adición posterior a la parábola de Jesús (véase Mt 22,11-14).
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Dios.155
- ¿ y qué hay que pagar como impuesto?
- Danos algo de comer!
- ¡Eso es todo el impuesto que hay que pagar?
- No hay otro reino en el que sea más fácil entrar. Sólo tienes que dar algo de lo que
posees. Entonces formas ya parte del Reino.
No sabía si todo aquello era juego o realidad. Dije:
- De acueruo! i Aquí tenéis mi impuesto para entrar en vuestro Reino!
Les di dos hogazas de pan y un montón de fruta. Los ojos de los niños brillaban.
Nos dejaron libre el camino. ¡Ya podíamos pasar! Habíamos cruzado otra frontera.
155
Véase Mc 10,14.
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Gerd Theissen
107
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156
Véase Mc 6,45-52.
157
Compárense las dos versiones del “milagro de la multiplicación de los panes”. El pasaje de Mc 8,1-9
habla de siete panes que dieron de comer a 4000 personas; el de Mc 6,35-44, de cinco panes que
alimentaron a 5000 personas. Palpamos cómo va desarrollándose el elemento milagroso.
158
Según Lc 8,3 “Juana, mujer de Jesuá, administrador de Herodes Antipas”, se contaba entre las
mujeres que ayudaban con sus bienes a Jesús.
108
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- ¡Cómo!
- Una vez que la gente se persuade de que hay suficiente pan para todos. piedlen el
miedo al hambre. Sacan entonces las reservas de pan que llevaban ocultas para no
tener que compartirlas con otros. Repaten de su pan. No tienen miedo ya de que no les
alcance.
- ¿Crees tú que de esa manera se explica la historia de la multiplicación milagrosa de
los panes?
- No directamente. Yo diría que, de vez en cuando, esa historia ha sucedido realmente.
La gente, cuando está con Jesús, experimenta sin cesar que él encuentra apoyo de
manera sorprendente, y que lo encuentra sin trabajar, sin mendigar, sin organizar sus
campañas.
- ¿Pero no se le ocurriró a nadie la idea de que habría que distribuir uniformemente el
pan por todo el país?
- ¡Claro que sí! La gente así lo espera. Algunos aguardan con ansia a que Jesús se
manifieste como Mesías. A que instaure la justicia. A que se preocupe de la fertilidad
de las cosechas. A que todo cambie radicalmente para bien. Y a que expulse a los
romanos.159
- ¡Pero eso es peligroso!
No pude seguir la conversación. Oímos que llegaba Jusá. Nos saludamos con
afecto. Después que él tomara asiento, fui derecho al grano:
- En Galilea todos hablan de Jesús. El es el centro de las conversaciones. ¿Qué opinas
tú de él? ¿Crees ratador? ¡. Un rebelde?
- Jusá respondiÓ: Herodes Antipas está preocupado. Tiene remordimientos de
conciencia por haber ejecutado al Bautista. No ha disminuido ninguno de sus
problemas. Una vez manifestÓ la absurda idea de que Jesús era el Bautista que había
resucitado de entre los muertos; por eso. tendría poder para obrar milagros. 160 Antipas
tiene miedo. Se ha hecho casi supersticioso ¡y cree incluso en la resurrección de los
muertos!
- Pero en la resurrección creen también los fariseos y muchos otros.
- Nosotros no. Antipas y yo simpatizamos con la fe religiosa de los saduceos. 161
Nosotros los saduceos creemos que el alma perece juntamente con el cuerpo.
Rechazamos la esperanza de un mundo nuevo y mejor. Nuestra doctrina tiene pocos
adeptos. Casi todos son gente de clase alta. En cambio, los fariseos tienen sus
seguidores entre las clases bajas. Creen en la inmortalidad del alma y en la
recompensa y castigo en la otra vida, según hayan sido las obras de cada uno. Ese tal
Jesús y sus seguidores se hallan más cerca de los fariseos que de nosotros.
- Pero los fariseos, políticamente, no son un peligro. Están representados en el
159
El llamado Salmo de Salomón 17 (que data del siglo I a.C.) nos permite ver cuáles eran las
esperanzas mesiánicas en tiempo de Jesús. El Mesías expulsará a los enemigos (PsSal 17,26),
congregará al pueblo y lo santificará. “Ni el emigrante ni el extranjero habitarán ya con ellos.” (PsSal
17,28).
160
Véase Mc 6,14, Si se tiene a Jesús por el Bautista que hubiera resucitado, esto significa que Jesús,
antes, era completamente desconocido. Por eso, esa observación sobre el miedo de Herodes Antipas
pudiera ser eco de una antiquísima reacción ante la actividad pública de Jesús, incluso durante su vida
terrena.
161
A propósito de las doctrinas de los saduceos, véase Josefo ant 18,16-17 = XVIII, 1, 4, a quien
seguiremos en las formulaciones que se hacen a continuación.
109
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Sinedrio.162 Colaboran con las autoridades. Hay entre ellos algunos extremistas que se
han unido a los zelotas. Pero son la excepción. ¿Crees que Jesús se cuenta entre esos
extremistas?
- No. Tengo a Jesús por un chiflado incapaz de hacer daño a nadie. Podríamos
olvidamos de él, si no hubiera tantas personas que le consideran profeta o que creen
incluso que es el Mesías.
Esas personas son nuestro problema, no Jesús. Sobre todo, las personas que le
ayudan con sus bienes. Si no hubiera constantemente tantas personas excéntricas que
le envían dinero y víveres, ese movimiento de nobles vagabundos habría desaparecido
ya hace mucho tiempo. Pero, como hay tantas personas que les apoyan, ellos saben
vender bien sus ideas y viven incluso a costa de las mismas.
Las mejillas de Juana habían enrojecido. Se tragó lo que pensaba y procuró que no
se apreciaran al exterior cuáles eran sus sentimientos. Pero el tono de su voz se hizo
más apasionado:
- Quizás las ideas no sean tan malas-. Jusá habló entonces con temperamento. Dijo.
subiendo el tono de voz:
- ¿Ideas buenas? ¿Sabes lo que predica ese profeta de la destrucción del mundo? i El
reino de Dios! Todas las cosas van a cambiar. j La vida eterna comenzará pronto!
¿Has pensado alguna vez por qué esas ideas encuentran tanta aceptación entre la gente
sencilla? ¿Por qué nosotros, los saduceos, con nuestra doctrina:
«Los hombres y los animales tienen todos la misma suerte: como mueren unos,
mueren también los otros163, no encontramos adeptos sino en las clases altas? j
Nosotros somos los únicos que no nos hacemos ilusiones sobre el hombre y sobre la
muerte! Unicamente nosotros damos un consejo verdaderamente realista de la vida:
"Ve, entonces, come tu pan con alegría y bebe tranquilamente tu vino. Así agradarás a
Dios.164 Nosotros somos casi los únicos que no creemos en la resurrección ni en la
inmortalidad.
Juana objetó: -¡Pero ni siquiera Herodes Antipas se cree que Juan Bautista esté
definitivamente muerto!
- ¡Ahí está precisamente el escándalo! ¿Cómo es posible que Antipas se deje llevar por
tales supersticiones? -replicó Jusá. -La gente insignificante se aferra a esa superstición.
No disfrutan de nada. No tienen más que trabajos. preocupaciones y afanes. Por eso, se
consuelan con la esperanza de una vida futura mejor, en la que puedan hartarse de
todo. Esas esperanzas son morbosas. Nacen de una vida enferma. Jesús sigue urdiendo
esas ideas morbosas. Proporciona a la gente materia para sus sueños. Les anima:
“Venid a mí
todos los que estáis afligidos y agobiados,
y yo os aliviaré.”165
Dejemos para él a todos los que están alligidos y agobiados. ¡Que difunda entre
162
El Sinedrio (o Sanedrín) era el Consejo Supremo de los judíos. Formaban parte de él los principales
sacerdotes (de orientación saducea) y los representantes de la nobleza laica. Desde los tiempos de la
reina Salomé Alejandrea (77-67 a.C), los fariseos formaban parte también del Sinedrio. Esto,
probablemente, contribuyó mucho a que los fariseos, que originalmente fueron un partido de la
oposición, se conviertan en una tendencia que aceptaba, al menos provisoriamente, el orden establecido.
163
Ecl 3,19.
164
Ecl 9,7.
165
Mt 11,28.
110
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ellos sus ideas alocadas! Pero en nuestra vida tales ideas no tienen nada que hacer.
Juana saltó. Sus facciones estaban alteradas:
- Escucha, Jusá. No puedo oír semejantes cosas. Tal vez nosotras las mujeres sabemos
comprender mejor los sueños y las esperanzas de la gente modesta que vosotros los
hombres. ¡ Lo que tú dices, no es cierto!
Jusá replicó tercamente: -¿No es cierto que Jesús da falsas esperanzas a la gente,
consolándola con el reino de Dios? ¿No es cierto que lo hace, como lo han hecho
muchos otros antes que él?
Juana contestó: -Muchos han anhdado el reino de Dios. Pero Jesúe dice: Ahl1l'a
COmil.:nLa. No hay que esperar hasta un día mu) kjano. Uno le preguntó lIna \a
cuándo llegaba el reino de Dioe. k::.ús dijo:
El reino de Dios no viene con señales visibles,
ni dirán: ¡Mirad, aquí está! o ¡Allí está!
Porque el reino de Dios está dentro de vosotros.166
Alguien dudaba de que el reino de Dios hubiera llegado ya, pero que no fuera
po::.ible Vl.:rIo. Entonces respondió Jesús:
Si expulso a los demonios con el poder del Espíritu de Dios, quiere decir que el reino
de Dios ha llegado a vosotros.167
Jusá no daba su bra/.o a torel.:r: -j Eso es precisamente lo que yo piensoe ¡.Con
qué despierta Jesús las esperanzas? ¡Con milagrose ¡Con magia! La gente modesta
desconfía de sus propias fuerzas. Por 1.: so , desean vivamente que aparezcan grandes
taumaturgos. Estos lograrán lo que ellos no se sienten capaces de conseguir. Por esto.
inventan historias sobrl.: Jesús: historias que son producto de ficción. cosas qul.: él
nunca ha rl.:aliLado. Hace poco me contaba alguien la historia de un milagro obrado
por .kSlís, hisll1l'ia que yo había oído ya antes, pero rderida a un sirio:168
Conoces a ese sirio que atiende a personas lunÜticas que ponen los ojos en blanco
y echan espuma por la boca. El los II.:\anta dd sudo adol1lk se han desplomado) los
I.:!l\ía a casa. después dI.: haber cobrado una buena suma de dinero. Todo sucede de la
siguiente manera: Cuando se halla ante el enfermo tirado en tierra y pregunta de
dÓnde ha venido el demonio que se le ha metido en el cuerpo. el enfenno calla. Pero
conte.,ta por él el demonio y lo hace en griego o en algún otro idioma extranjero.
según el país de procedencia. en el que e.,taba antes de meterse en el enfcrmo. El sirio
pronuncia entonces conjuros. Si el demonio no obcdece. él le amenaza gravemente y
lo expulsa. Y aíiadía mi interlocutor giñando el ojo: «Yo mismo vi salir a un demonio.
Era de color ncgro de humo».
No pude por menos de reír. Juana sonriÓ también. Pero luego se puso seria:
166
Lc 17,21. Se discute si hay que traducir “el reino de dios está dentro de vosotros”. Muchos traducen:
“está entre vosotros”. En las palabras de Jesús citadas a continuación, Jesús afirma: El reino de Dios
sucede al reino de los demonios. Si los demonios tienen que salir del interior del hombre, entonces es
que comienza el reino de Dios. Por consiguiente, el reino de Dios -en este caso- comienza
clarísimamente en el interior del hombre, aunque no sea nada interno: el reino de Dios está asociado con
una maravillosa transformación del universo eterno.
167
Mt 12,28.
168
Esta historia de milagros es tranmitida por el antiguo satírico Luciano de Samosata
(aproximadamente, 120-180 de nuestra era) en el capítulo 16 de su diálogo “El amigo de engañar”.
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- ¡Has escuchado las historias sobre Jesús? Suenan algo parccido. Pero Jesús no pide
dincro por sus curaciones. Y lo que es aún meb importante: El sabe muy bien que la
gente es exageramente crédula en los milagros. porqw: desconfían de sus propias
fucrzas. Por cste motivo. .Jesús recalca a menudo: «Tu fe te ha sanado». 169 El lo dice
expre.,amente: No soy yo el que ha obrado el milagro: en ti mismo cstá oculta la
fucrza para ser sanado. ¡Jesús quierc curar a esa gentc modesta de su desconfianza
supersticiosae
Jusá respondiÓ: -¡.Pero no les convencc Jesús de que la presente vida carece de
,alor: de que la buena "ida comenzará meís tarde?
De nucyo protcstÓ Juana: -Jesús dice todo lo contrario. Dice que ahora se ha
cumplido el tiempo: que ahora e., tiempo de gozo: por eso. ahora es tan imposible
ayunar como cuando se celebra un festín de bodas. 170 ¡Tan feliz se puede ser ahora! En
una ocasión exelamÓ Jesús dirigiéndose a la gente:
Felices vuestros ojos,
porque ven lo que vosotros veis.
Os aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver
lo que vosotros veis, y no lo vieron,
oír lo que vosotros oís
y no lo oyeron.171
¿Qué quiere decir Jesús con estas palabras sino que: Vuestra vida es más valiosa
que la de los reyes y los profetas? Vosotros sois más felices que ellos. Más felices que
la reina de Saba. que vino desde muy kjos para escuchar la sabiduría de Salomón.172
Jusá seguía sin convencerse: -Estás confundiéndolo todo. Ese tal Jesús hace que la
gente tenga conciencia engañosa de sí mismos. Son unos pobretones. y se imaginan
que valen más que reyes. Pero. en su vivir cotidiano. tienen que seguir humillándose.
¿.No dice ese tal Jesús que no está permitido defenderse? ¿.No enseña una moral típica
de gente insignificante? ¿Una moral de gente que tiene que encajar todos los golpes?
Juana no se dio por vencida. sino que hablÓ aún más apasionadamente:
- Lo que en Jesús os irrita es precisamente lo contrario de una moral de gente
insignificante y llena de limitaciones. ¡Jesús inspira a la gente insignificante ciertas
actitudes que hasta ahora habían sido privilegio vuestro!
¿No es privilegio de las clases altas el vivir sin preocupaciones? Pero Jesús
afirma: Tal privilegio es para todos. incluso para los que no tienen nada:
No os inquietéis por vuestra vida,
pensando qué vais a comer o qué vais a beber,
ni por vuestro cuerpo, pensando con qué os vais a vestir.
¿Acaso no vale más la vida que la comida
y el cuerpo más que el vestido?
Mirad los pájaros del cielo;
169
Véase Mc 5,34; 10,52; Lc 7,50; 17,19: Mt 9,29.
170
Véase Mc 2,18-19. Jesús se diferenciaba así de Juan Bautista. Este último ayunaba. Jesús rechazaba
el ejercicio del ayuno (por lo menos, el ejercicio extraordinario del ayuno).
171
Lc 10,23-24.
172
Véase Mt 12,42.
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173
Mt 6,25-26.
174
Mt 5,44-45.
175
Mt 5,21-22.
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- Me preguntaste hace poco si ese tal Jesús era un alborotador y un rebelue. Una cosa
estú clara: Ha hecho que mi mujer se rebele .
Juana vaciló un poco antes de hablar y luego dijo con voz tranquila: -No. tú eres
quien ha hecho que me rebele.
- ¿Yo? -preguntó JusÚ atónito.
- Cuando tú. al principio. estuviste denigrando a Jesús y a sus ideas. me ofendiste.
- Yo no podía saber lo importante que eran para ti esas ideas. -JusÚ. tenía miedo de
que me despreciaras.
- ¿Por qué iba a hacerlo? -JusÚ seguía sin entender a su mujer. -¿No desprecias a las
mujeres excéntricas?
- ¡Pero yo nunca te he considerado excéntrica! j No se me ha pasado jamÚs por la
imaginación! -decía JusÚ encarecidamente.
- Sí. pero te burlas de las personas excéntricas que envían a Jesús dinero y víveres.
JusÚ se quedó boquiabierto: -¿Quieres decir que tú...?
Juana asintió con un gesto: -Quiero decir que yo ayudo a Jesús.
- ¡Cómo iba a adivinarlo!
Hubo un momento de silencio. Luego dijo Juana con voz serena: -Lo hice
secretamente. No me atrevía a hablarte de ello. No quería que me despreciaras.
J usÚ la miró sentido: -j No tienes derecho a pensar eso de mí! Si tú le aprecias.
preferiría eambiar mis ideas sobre Jesús antes que despreciarte.
- Pero cuando uno escucha cómo te burlas de él...
Sentí alivio. Yo había puesto en marcha la discusión, pero la había seguido luego
con el sentimiento de desagrado de quien debía mantenerse al margen de ella. Me
despedí y los dejé solos a los dos. En todas partes había crisis y dificultades entre
padres e hijos. entre marido y mujer. entre amigos y vecinos. mÚs aún, entre los
mismos recaudadores de impuestos y entre los comerciantes. Ese predicador itinerante
lo trastocaba todo.
Me fui a pascar un poco por la orilla del lago. No había brisa que estremeciera la
supelt'icie. Todo se reflejaba con elaridad en las aguas: los montes de Golán a lo lejos.
los girones de nubes que tlotaban tranquilamente en las alturas. los colores del cre-
púsculo en el cielo. Vi mi sombra en el lago. Pero en esa serenidad no se relkjaba nada
más de lo que estaba sucediendo en mi interior. Mis pensamientos se agitaban de un
lado para otro, con desasosiego. Miré en la dirección en que se hallaba Cafarnaún.
¡Por allí tenía que estar Jesús!
Al volver al lugar donde me hospedaba, pasé de nuevo por delante de la casa de
Jusá. Oí desde lejos su voz. Cantaba una de sus canciones favoritas: un dntico de
Salomón. En voz baja acompañaba yo también el texto y la melodía.176
«¡Ponme cual sello sobre tu corazón,
como un sello en tu brazo!
Porque es fuerte el amor como la muerte;
obstinado como el seol, el celo;
176
Véase Cant 8,6-7.
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Tales datos fundamentales serían para mí no sólo las tradiciones que no pueden
derivarse del judaísmo ni del cristianismo primitivo. En todo caso constan dos datos
fundamentales: Jesús comenzó como seguidor de Juan Baustista. el cual fue ejecutado
mÚs tarde. Y Jesús terminó. él mismo. en la cruz. Entre estos dos datos fundamentales
tiene lugar la predicación de Jesús.
Y ahora yo le pregunto a usted: La imagen de Jesús esbozada en el último capítulo
¿no encaja magníficamente con esos datos fundamentales? El Bautista se halla en
oposición a la aristocracia. Su discípulo haI'Ú que el pueblo tenga a su disposición una
«revolución de valores»; que el pueblo bajo disponga de lo que sólo puede encontrarse
«en la altura», Y Jesús. como no pocos revolucionarios. termina en la cruz.
Esta congruencia interna de la imagen de Jesús ¿se basa quiLás en que yo. con
mis estimaciones. haya escogido de las tradiciones aquello únicamente que se
acomoda? ¿Tendrá valor histórico una imagen de Jesús que no explica por qué el
Bautista y Jesús fueron ejecutados por la clase dominante? Usted ha visto
acertadamente que yo también
Abogo por un equilibrio entre las clases sociales. Pero queda aún por resolver si.
en todo ello. Jesús me toma como su aliado. o yo le tomo a él.
Con saludos afectuosos.
Disponga de su servidor y amigo:
Gerd Theissen
116
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177
Josefo compara a los fariseos con los estoicos (vita 12), a los esenios con los pitagóreos (ant 15,371 =
XV, 10, 4): También los pitagóreos constituían una especie de “sociedad secreta” y tenían el ideal de la
comunidad de bienes.
178
Los cínicos (así llamados por el mote que se daba a Diógenes en el tonel: “kyon” = perro) enseñaban
a prescindir de todas las necesidades y no avergonzarse por nada, es decir, a partarse ostensiblemente de
las costumbres corrientes. El en siglo I de nuestra era hubo muchos filósofos cínicos mendicantes, que
con larga y desgreñada barba, con un manto roído, con un morral y con una vara de nudos vagaban por
el imperio romano.
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romanos creían también en el reino de los dioses. AIIÜ donde imperaban los romanos.
reinaban también los dioses romanos. Pero la idea de que había de llegar alguna vez el
reino de un Dios extraño para suceder a todos los demás reinados: esa idea era para
ellos lIluy extraña. Significaba para ellos rebeliÓn y motín. Me propuse. pues. ex-
presarme en términos muy vagos sobre el reino de Dios y continué eseribiendo:
Jesús enseñaba sus mandamientos para someter los hombres al reino de Dios.
Jesús piensa que el reino de Dios está en lo oculto. Se va difundiendo por los
corazones de los hombres. Conduce a un nuevo enjuiciamiento de nuestros
scmejantes. que se aparta de los juicios que normalmente se emiten.
La opinión corriente es: Los nil!os valen menos que los adultos. Pero Jesús
enSCI!a: «Dejad que los niI10s \engan a mí. porque a ellos les pertenecc el reino de
Dios". Según Jesús. los adultos entrarán en el reino de Dios. únicamente si se hacen
como niños.196
La opinión cOlTiente cs: Hay que despreciar a los rccaudauores de impuestos y a
las prostitutas. Pero Jesús dice: «Los rccaudadores de impuestos y las prostitutas
llegarán antes que otros al reino de Dios.197
La opinión corriente es: Los extranjeros y los incrédulos son malas personas y
quedan exeluidos del reino de Dios. Pero Jesús uiee: !\Iuchos extranjeros se sentarán a
la mesa con Abrah¡Ín. Isaac y Jacob en el reino de Dios.198
La opinión \:lmiente despreda a las personas se\ualmente impotentes y a las
personas \:astradas. Pero Jesús di\:e: Ha} personas castradas de nacimiento. por
intervención humana. y castrados por amor al reino de Dios. Jesús no los desprecia.199
La opinión corriente es que las personas que no logran imponerse no merecen
consideración ni respeto. porque siempre fracasan. Pero Jesús dice: Felies los
humildes, pues poseerán la tierra.200
Creo que he reunido suficientes afirmaciones provocadas para hacer que se
comprenda la irritación de algunos acerca de Jesús. Concedido: se trata de
provocaciones que no herían a los romanos. Para acentuar lo inocuo que era Jesús.
añadí para termillar:
Muchas sentencias de Jesús recuerdan las doctrinas de conocidos filósofos. Así
como los filósofos griegos y romanos no representan un peligro para el Estado. Jesús
no representa tampoco un peligro para el mismo.
Releí atentamente mi informe. ¿Era acertado? ¡Indudablemente! Lo que yo había
escrito se basaba en infollnacioncs sobre Jesús. Ahora bien. mi informe ¿sonaba lo
bastante inocuo para no despet1ar sospechas innecesarias sobre Jesús?
En el supucsto de que alguien quisiera denunciar a Jesús ante los romanos. no le
sería difícil hacerlo. No tenía más que informar sobre todo lo que yo había pasado en
silencio.
Yo silencié las manifestaciones negativas de Jesús sobre la familia: que él
menospreciaba la obligación de dar sepultura al propio padre. con palabras como
¡Dejad que los muertos entierren a los muertos!.201 En todos mis estudios no encontré
196
Véase Mc 10,13-16; Mt 18,3.
197
Mt 21,31.
198
Véase Mt 8,11s.
199
Véase Mt 19,10-12.
200
Véase Mt 5,5.
201
Véase Mt 8,21-22.
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hahría que si!llarlo cerca de los que eserihieron f;íhulas. '/'¡ullhién los escritores ue
fÚbulas narran hrcves historias que todos pucuen compn:nder. Tamhién sus
narraciones pretenden ser imÚgenes. Algunas vel:es. Jesús ha transfonnado fÚbulas.
l\ll:ncionaré un ejemplo: la fÚhula del Úrhol que no prooucía fruto. Un padre ritie a su
hijo porque no \ale para nada, y le cuenta 1;1 siguiente fÚhula:
“Hijo, eres como un árbol que no daba frutos aunque estaba junto a la acequia, y
su amo se vio ohligado a cortarlo. Pero el árbol le dijo: Trasplántame, y si entonces no
doy frutos, córtame. Pero el amo le replicó: Cuando estabas junio a la acequia no diste
frutos, ¿cómo los darás cuando estés en otro sitio?”204
Jesús transforma así la historia:
"Un homhre tenía una higuera plantada en una viña. Fue a buscar frutos y no los
encontró. Dijo entonces el jaruinero: . "Hace tres años que vengo a buscar frutos en
esta higuera y no los encuentro. ¡Córtala! ¿Para qué malgastar la tierra? Pero el
jardinero le respondió: “Señor, déjala todavía este año: yo removeré la tierra alrededor
de ella y la abonaré. Quizás dé frutos el año que viene. Si no, la cortarás.”205
De manera distinta a como ocurre en las fÚhulas. en los símiles que Jesús refiere
no hahlan las plantas ) los animales. Tan sólo hablan los seres humanos. Otra
difen:ncia es la eiguiente: eluchas bhulas tratan de preparar a los homhres para la
dure!.a de la vida. Dicen: Si no tienes cuidado. pereceras. te devoraran o te
embaucaran. I:.n los eimiles de Jesus. los hombres tienen una oportunidad. aunque
otros ha) an pronunciado sohre ellos la pena de muerte.
En otra ocasión. JesLÍs transformó en una narración nue\Oa el motivo del padre )
de sue doe hijoe. Presentemos ante todo una \ ariante de! motivo en nueetro filÓsofo
Filón:
Un padre tenia dos hijos. uno bueno y uno malo. El padre quería bendecir al malo.
no porque lo prefiriera al hueno. sino porque sahía que e! hueno era digno ya de
hendieión por sí mismo. Pero e! malo. la LÍnica esperan/a que tenía de una \ ida
lograda. era e! vaticinio pronunciado pUl' e! padre. Sin ':1 sería e! m;Ís desdichado de
todos 111s homhres».206
Circulan tamhi.:n otras versiones de este motivo. En todos los casos. el padre se
inclina mÚs al hermano pcor que al hermano mejor. JesLÍs recogió este tema e hiLO
de ':1 una de sus m;Ís helJ¡te composiciones literarias:
Un homhre tenía doe hijoe. El menor de elloe dijo a su padre: 'Padre. da me la
parte de herencia que me corresponde'. y e! padre les repartió sus hienes. Pocos días
despu.:s. el hijn menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano. donde
malgastó sus hienes en una \Oida lieenl'iosa. Ya hahía gastado todo. cuando
sohre\o¡lJ() mucha mieeria en aquel paíe. ) l'omenló a sufrir privaciones. Enlonces ee
pUeo al sen icio de uno de los hahitantes de esa región. que lo en\Oió a su campo para
cuidar cerdos. El huhiera deseado calmar su hamhre con las bellotas que conllan los
cerdos. pero nadie se las daha. Entonces recapacitlÍ y dijo: '¡C'uÚntos jornaleros de mi
padre tienl'n pan en abundancia. y yo estoy aquí muri.:ndome dl' hamhre!' 'Ahora
mismo ire a casa de mi padre y le dir.:: Padre. pequ.: contra e! cielo y contra ti: ya no
meretco eer llamado hijo tuyo. tr;Ítallll' como a uno de tue jornak'ros'. Entonú's partió )
\olv ió a la casa de su padre. Cuando todada estaba lejos. su padre lo vio y se
204
Esta fábula se encuentra en la llamada Novela de Ajicar que, ya durante la época precristiana, se
hallaba difundida en numerosas versiones.
205
Véase Lc 13,6-9.
206
Filón, quaest, in Gen, IV, 198.
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208
Lc 17,26-30. El “Hombre” es una figura celestial; esta figura -según Dan 7- viene a suceder a los
reinos de las “bestias”.
209
Lc 17,34-35.
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212
Mc 3,24-26.
213
Mt 13,44-46.
214
Mt 12,41-42.
215
Véase Lc 10,23-24.
216
Véase Mt 11,12-13 / Lc16,16.
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Mesías? i Nada indicaba que Jesús se propusiera echar violentamente a los romanos!
¿,Pero no aspiraba él al reinado? Poco se había filtrado. Jesús debió de prometer. de
hecho. a sus discípulos que. sentados con él en doce tronos. regirían a Israel. 217 Oí
también rumores de que. en el círculo de sus discípulos, hubo una disputa sobre quién
ocuparía los puestos de honor a la derecha y a la izquierda de Jesús. 218 Pero. según
cuentan. Jesús rechazó de plano tales pretensiones. En el nuevo reino de Dios no
habría jerarquías. El que quisiera ser allí el primero. debería hacerse el esclavo de
todos. Pero. eso sí. habría un pueblo restaurado: las doce tribus de Israel volveríal) a
reunirse. Atluirán a Palestina -juntamente con los gentilcs- desde los cuatro vientos. Se
alzaría un nuevo Templo en medio del Reino. Habría un espléndido y alegre banquete.
Los pobres serían ricos. los hambrientos se saciarían. los afligidos rebosarían de
alegría.
Estas y otras cosas parecidas se contaban al oído. Pero seguían siendo un misterio.
Lo único Claro era: Con ocasión del gran cambio radical. Jesús y sus discípulos
desempeñarían un papel decisivo. Tal vez era Jesús aquel Hijo del hombre del que él
hablaba a veces. Ahora Jesús. con el grupo de sus discípulos. recon-ía el país corno
una tropa de partisanos de un reino distinto. En una ocasión, Jesús llegó a decir que
sus discípulos eran ladrones que con violencia arrebatan el reino de Dios.219 No tiene
nada de extraño: Para el pueblo. Jesús había comenzado a desempeñar el papel de
Mesías.
Pero yo. ante los romanos. quise presentarle sólo como filÓsofo itinerante y
literato. Quise ocultar al profeta. Y. por supuesto. quise ocultar aquella figura que
Jesús había llegado a ser en los anhelos y esperanzas del pueblo. Pero ¿si él se
manifestaba en público como profeta? ¿Si los romanos llegaban a conocerle de manera
distinta a como yo le había presentado?
¿Qué papel desempeñaba él. en realidad? Era un misterio. ¿Sabía. por lo menos. el
papel que Jesús ocupaba en mi vida? Hacía ya mucho tiempo que Jesús no era sólo el
objeto de mis indagaciones. De lo contrario. no me habría parecido tan insoportable la
idea de que. por mis investigaciones. Jesús cayera en manos de los romanos. una parte
de mi ser.
¿Qué es lo que. propiamente. yo andába buscando en Jesús? Con mi lectura de los
autores griegos y romanos se me había ocurrido la idea: Tal vez estoy buscando
efectivamente una doctrina que sea válida para todos los hombres. para judíos y
gentiles. ¿No ofrecía Jesús tal doctrina? ¿No era comprensible también para los
griegos lo que Jesús proelamaba como filósofo itinerante? i.Y no entendían también
los romanos lo que él narraba como literato? ¿No había quizás una intenl'ión. cuando
Jesús relativizaba los mandamientos que nos separan de otros pueblos: los
mandamientos del sábado y la pureza ritual? ¡.Y cuando él radicalizaba. a la vez. otros
mandamientos que nos unen con todos los pueblos: la prohibición de matar. de ser
infieles. de cometer perjurio? Este profeta era comprensible para todos. pero estaba
profundamente arraigado en nuestro pueblo. Todo lo que él decía y hacía, acontecía en
el nombre de Dios. que había escogido a los uébiles y a los marginados y que era más
poderoso que los faraones y los gobernantes.
¿Podría Jesús resol ver mis problemas? Problemas naciuos. todos ellos. de
217
Véase Mt 19,28 y Lc 22,29s. Es difícil que esta promesa a los “Doce discípulos” haya surgido
después de Pascua: Es difícil imaginarse que, después de la traición de Judas, se haya inventado una
promesa que le asegure también a él, como uno de los Doce, el gobierno sobre Israel.
218
Mc 10,35-45.
219
Mt 11,12.
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Parece que Jesús es deducible directamente del cielo. Y ese dogmatismo lleva acento
antijudío: Es indeducible lo que Jesús ap0l1a. y que contraste con el judaísmo.
Permítame. pues. fornllllar de manera distinta el criterio de diferencia: Tienen
título de autenticidad las tradiciones sobre Jesús. cuando son históricamente posibles
en el marco del judaísmo de entonces. pero a la vez poseen un acento especial que
explican que. después. el cristianismo haya dimanado evolutivamente del judaísmo.
No sólo Jesús sino todo el cristianismo primitivo es «deducible» del judaísmo.
Por lo demás. tiene usted razón al sospechar que el «encubrimiento» de Jesús
como inocuo filósofo itinerante y literato rústico pretende criticar también «inocuas»
imágenes modernas sobre Jesús.
El eco que en usted han despel1ado mis reflexiones contribuyen mucho a
dilucidar las cosas. Espero con mucho interés su próxima carta.
Gerd Theissen
129
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Unos cuantos días después que Baruc partiera con el informe para Metilio, me
llegó una noticia que lo alteraba todo. Tenía que acudir lo antes posible a Jerusalén.
BarrabÚs había sido apresado juntamente con dos zelotas. Ellos se habían defendido
oponiéndose a su detención. Un soldado romano había sido gravemente herido,
sucumbiendo después por la gravedad de sus heridas. Tuve que partir inmediatamente
para Jerusalén. QuiZÚs pudiera hacer algo por BarrabÚs, informando a Metilio. Tenía
que ayudarle. Le debía la vida.
En compañía de Timón y Malco me dirigí por Samaría a Judea. sin dar el rodeo
por Perca, 4ue era el itinerario seguido por Baruc. 220 Quería adelantarme lo más
posible, a fin de estar en Jerusalén antes de la Pascua.
Durante el viaje cavilaba cómo podría ayudar a BarrabÚs. ¿Hablaría de él como
uno de los mÚs sensatos entre los zelotas, con quien se debía tener indulgencia?
¿Informaría de que él había salido en mi defensa? ¿O sería preferible callar sobre touo
ello? ¿Sería preferible interceder por los tres zelotas prisioneros y dejar en la oscuridad
mis relaciones con BatTabás? ¿Pero los romanos. como venganza por el soluado
romano muerto. no ejecutarían en cualquier caso a los autores? Mis esfuerzos ¿tenían
alguna perspectiva de éxito? Estos pensamientos me obsesionaron durante los trcs días
que durÓ nuestro viaje de Galilca a Jerusalén. Finalmente se me ocurriÓ una idea.
En cuanto llegamos a Jerusalén, lo puse en conocimiento de Metilio y solicité
verle. Me recibiÓ en su despacho del Pretorio. Los romanos se sentían alarmados.
Metilio estaba tenso. Pero Ille saludÓ COIllO a un viejo conocido.
- Llegas en el momento justo. Debemos ocupamos urgentemente de ese tal Jesús de
Nazaret. He leído todo lo que tú has escrito. Pero ahora ha sucedido algo nuevo: un
incidente en el atrio del Templo. ¿Te has enterado ya?
- Acabo de llegar a Jerusalén.
- Ayer alteró Jesús el orden en el Templo.
Metilio se paseaba nerviosamente de un lado para otro.
- Nuestros soldados destacados en el atrio del Templo informan: Jesús. con algunos de
sus seguidores. entró en el atrio del Templo que es accesible a judíos y gentiles. Allí
causó alborotos, echando fuera a los que vendían animales para los sacrificios,
volcando mesas e impidiendo a los artesanos llevar sus herramientas por el Templo.
Fue sólo un pequeño incidente. Nuestros soldados. desde que pasó lo del acueducto.
tienen instrucciones de mantenerse al margen y evitar toda provocación. Parece que
las autoridades judías del Templo dominan de algún modo la situación. Por lo menos,
después del incidente hubo discusiones entre ellos y Jesús.221
Me puse a pensar febrilmente cómo podría presentar ese incidente como actuación
desenfadada de un filósofo itinerante. Debía intentarlo. al menos. para salvar mi
credibilidad:
220
Segun Josefo, por este camino se llegaba de Galilea a Jerusalén en tres días (vita 269). Solía evitarse
el camino por Sanmaría por las tensiones que había entre los judíos y los samaritanos. Según los
evangelios de Marcos y de Mateo, tampoco Jesús se dirige a Jerusalén pasando por Sanmaría (véase Mc
10,1; Mt 19,1). Sin embargo, según los evangelios de Lucas y Juan, Jesús viaja pasando por Sanmaría
(véase Lc 9,51ss; Jn 4,1ss).
221
Véase Mc 11,15-19,27-33.
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pobres.
Metilio movió la cabeza en sei1al de duda. No estaba completamente convencido:
-Tengo que contarte también lo que pude saber por la discusión que siguió a este
incidente. Le pidieron explicaciones a Jesús. El debía decir con ljué razón había
alterado el buen funcionamiento del Templo. Jesús respondiÓ haciendo a su vez otra
pregunta: Los representantes del Templo debían decir si el bautismo de Juan estaba
respaldado por Dios o no.
- ¿Y qué respuesta le dieron?
- Ninguna. Sus adversarios guardaron silencio. Entonces Jesús declaró: Si vosotros no
me decís si Dios respalda o no al Bautista. yo tampoco os diré qué razones tengo para
alterar el funcionamiento del Templo.223
- Tal vez quería Jesús eludir de esta manera una pregunta tan desagradable .
- Yo pieneo otra cosa. Tú me explicaste una vez la significación que tiene el Templo
para vuestro pueblo y para toda la sociedad: el Templo. por medio de sacrificios. quita
los pecados del pueblo. El Bautista ofrece el perdón de los pecados por medio de su
bautismo. En el supuesto de que los funcionarios del Templo hubieran concedido que
el bautismo procedía de Dios. entonces habrían tenido que aguantar esta pregunta:
¿Por qué. entonces. seguíe ofreciendo sacrificios para el perdón de los pecados? ¿Por
qué dais muerte a animales? ¡.Por qué no vais al JordÜn y. en cierto modo. oe ofrecéis
a vosotros mismos en sacrificio: mediante inmersión en el agua? En una palabra: Creo
que Jesús quiere. en el fondo, abolir el Templo en su significación actual. Quien
sostiene que se puede conseguir el perdón de los pecados independientemente del
Templo. ha minado la importancia del Templo.
- Posiblemente tengas razón. Hay una serie de filósofos itinerantes. sobre todo de la
escuela de los pitagÓricos, que rechazan los sacriticios sangrientos.
- Si mi interpretación es correcta. Jesús no sería más que una amenaza para el Templo:
para los principales sacerdotes aSOl.:iados con él y para el pueblo de Jerusalén, pero
no para los romanos. Nosotros nos mantendremos apartados de los litigios religiosos
internos. Pero tengo que indagar la cuestión de si existen relaciones con los zelotas.
¿Por 4ué algunos zelotas se muestran activos, al mismo tiempo. en Jerusalén? ¿Has
logrado averiguar algo sobre posibles relaciones entre Jesús y los zelotas?
Estaba preparado para responder a esta pregunta. En el camino hacia .Jerusalén
había rdkxionado atentamente sobre lo que debía decir: -Según mis informaciones
comencé- entre las personas que se desplazaban con .Jesús de un lugar a otro había un
zelota, y posiblemente otros dos más. En uno de los seguidon.:s de Jesús llamado
Simón el zelota. tal cosa era segura basándose en el apodo. En el caso de otro, llamado
Judas Iscariote, la cosa era probable. Pues lo de Iscariote podía equivaler a «sicario»
(sicarius).224 Finalmente. era sospechoso también un tal Simón Baryona. Algunos los
llaman los zelotas Baryonim. es decir. gente que merodea por los desiertos. Sin
223
Véase Mc 11,27-33.
224
En el Imperio Romano se llamaba “sicarios” a todos los bandolers y luchadores de la resistencia.
Josefo utiliza esta denominación para designar a un grupo más concreto de al resistencia judía contra
Roma. Describe cómo apuñalaban a sus víctimas en la plaza del mercado, con pequeños puñales que
llevaban ocultos, y que a continuación inmediata, en la confusión de la multitud, lamentaban a gritos el
delito cometido. Una de sus primeras víctimas fue un sumo sacerdote. Sin embargo, según Josefo, no se
manifestaron en público hasta tiempos del procurador Félix (aproximadamente , 52-60). A propósito de
ellos, véase bell 2,254 = II,13,3.
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general para todos los actos delictivos cometidos por los miembros de alguna banda de
zelotas: la amnistía bt:ncticiará a todos los que estén dispuestos a regresar a una vida
normal.
Metilio relajó su tensa actitud. Se endt:rt:zÓ y comenzÓ de nuevo a caminar
inquieto de un lado para otro. Por una fugaz mirada que me dirigió, pude comprender
su honda decepción. Sabía que había perdido. No obstante. seguí hablando:
- En segundo lugar: Mediante una remisión gt:neral de deudas se asegurad que la gente
modesta que pudiera huir a los zelotas. tenga una nueva oportunidad.226
En tercer lugar: El Estado asentará en las regiones limítrofes a personas que no
post:an tierras. sobre todo a antiguos zelotas. Esas personas est<Ín ejercitadas en la
lucha y pueden proporcionar al país una paz durauera.
Después de un breve rato de silencio. uijo Metilio: ¡Y qué tiene que ver Jesús con
esa solución?
Respondí: -Su movimiento es una prueba de que numerosos zelotas estarían
dispuestos de hecho a abandonar la viua que han llevado hasta ahora. si tuvieran
posibilidad de hacerlo. Tienen cerrado el regreso a una vida normal. sea porque hayan
cometido algún delito. sea porque las pequdias propiedaues que antes tenían se han
vendido. La vida itinerante de Jesús. sin sujeción a naua. lcs ofrece la posibiliuau ue
abandonar su vida de bandidaje. La vida con Jesús es Jura: Presupone un extremo
desasimiento de todo. Si antiguos zelotas prefieren esa vida a su existencia como
zelotas. ¡cuánto más favorablemente acogerán el regreso a una vida normal!
- Pero ese tal Jesús ¿les garantiza amnistía y remisión de deudas?
- Jesús no puede hablar en nombre del Estado y de los acreedores de esas gentes. Pero
garantiza a todos la amnistía de Dios. Dios remite todas las deudas. tOleIS las culpas.
si una persona se convierte y comienza una nueva vida. Y Jesús nos obliga a que nos
perdonemos red procamente nuestras deudass.227
- Los filósofos itinerantes suelen tener ideas muy bonitas. Pero la rcalidad política es
más cruda que esas ideas.
- Una amnistía ¿no cstaría también indicada políticamente? La situación cs tensa. La
población sigue inquieta por las muertes que sc produjeron en la manifcstación del aíio
pasado; todavía no ha digerido la muerte de inocentes peregrinos galileos: aún no se ha
repuesto de la ejecución del Bautista. Para relajar un poco la tensión. sería muy
oportuno un signo Claro de buena voluntad. Los romanos han de demostrar que
quieren poner punto final a los conflictos del pasado. De lo contrario. escalará la
violencia. y se fomentarán aquellas fucrzas del pueblo que creen que la violencia se
refrena únicamente por una violencia opuesta.
Pronto será la Pascua. Una fiesta sería la mejor ocasión para proelamar una
anmistía general de los actos delictivos cometidos por los zelotas.
Metilio sacudió negativamente la cabeza. con aire de resignación.
- Pero una remisión universal de deudas ¿no carece por completo de realismo? ¿cómo
226
Uno de los primeros actos de los zelotas rebeldes, en la Guerra Judía fue quemar los archivos de las
deudas. Con eso esperaban ganar para la rebelión contra los romanos a todos los endeudados y pobre
(véase Josefo bee 2,427 = II,17,6).
227
Véase el padrenuestro (Mt 6,12). Cuando Jesús enseña que hay que pedir perdón a Dios y estar
dispuesto a uno mismo a perdonar a sus deudores, está pensando no sólo en las ofensas sino también en
las deudas de dinero.
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persuadid el Estado a todos los acreedores del país a que renuncien a cobrar sus
deudas?
- En nuestro país. tal cosa cs posible. Tenemos una vieja ley que dispone que cada
siete aíios habrá remisión de todas las deudas.228 Esta ley se aplica raras veces. pero
existe. Lo único que hace falta es volver a ponerla en vigor. Sobre ello podría hablarse
con el sumo sacerdote y con el Sinedrio. El Sinedrio está interesado en que la
situación deje de ser tensa.
Metilio me miró con itTitación: -Tu propueeta es tan radical. que no sé qué decir.
- A mí me parece que In más urgente es una amnistía. Y habría que proelamarla
pronto. antes de que se produzcan nuevos disturbios.
- Sólo el prefecto puede decidir sobre este particular. E incluso él tiene atribuciones
limitadas. -Por lo menos. convendría presentarle mi propuesta.
Metilio vacilaba: -Tales ideas ¿proceden de Jesús?
Contesté negativamente: -¡Son ideas mías!
- Veo que hay proximidad entre tus propuestas y lo que se propone ese tal Jesús.
Tú quieres reformar la sociedad: Jesús quiere reformar el Templo, quizás toda vuestra
religión. Jesús dice: El Templo no funciona ya como lugar central para la remisión de
los pecados. Fuera del Templo se ofrece también esa remisión: por medio del bautismo
o adhiriéndose a él. Tú dices: La sociedad no funciona ya porque las cargas están
repartidas de manera insoportable. Debemos buscar nuevos caminos para la remisión
de las deudas. Jesús ofrece la amnistía de Dios. Tú pides que el Estadu proelame una
amnistía. Tales ideas guardan relación íntima.
Entonces dije: -¿Puedo responder con una parábola? -Cunté una parábola de
Jesús. pero omitiendo toda referencia al reino de Dios que llega:
- Dios es como un amo que quiere ajustar cuentas con los administradores de sus
bienes. Nada más comenzar. le trajeron a un hombre que le debía la bonita suma de un
millón. Como el deudor no podía pagar. el amo ordenó que le vendieran juntamente
con <¡u mujer y sus hijos Y los bienes que poseía y que el producto de la venta se
aplicara a saldar la deuda. Pero el deudor se arrojó a sus pies y le suplicó: «¡Ten
paciencia conmigo y todo te lo pagaré!». El amu sintió compasión; le dejó en libertad
y le remitió la deuda.
Apenas había salido de la presencia de su amo. encontró a uno de sus compañeros
en la administración. que le debía una pequeña suma de dinero. Le agarró por la
garganta casi hasta ahogarle y le dijo: «jPágame lo que me debes!». El deudor se
postró de rodillas y le suplicaba encarecidamente: «¡Ten paciencia conmigo!». Pero no
quiso dejar libre a su deudor sino que ordenó que le metieran en la cárcel hasta que
hubiera pagado por completo su deuda.
Los demás, al verlo. se sintieron enojados. Corrieron a ver al amo y se lo contaron
todo. El amo hizo que le trajeran a aquel hombre y le dijo: «¡Qué malvado eres! Yo te
perdoné toda tu deuda. porque me lo pediste. ¿No podías tener. tú también. compasión
de tu compai'icro. como yo la tuve de ti"!".
Entonces. lleno de cÓlera, le entregó a los torturadores hasta que le hubiera
pagado toda la deuda.229
228
Dt 15,1ss.
229
Mt 18,23-35.
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relativos a los alimentos y de numerosos ritos menores que hemos recibido por
tradición. No basta escuchar los mandamientos de Dios y comprender su sentido pro-
fundo. Sino que. además. hay que ponerlos en práctica.231
- Pero todos esos mandamientos contienen muchas cosas que dificultan el trato entre
judíos y no judíos. ¡.Por qué no hacéis distinción entre dos grupos de mandamientos:
los mandamientos morales. que son de cumplimiento absolutamente necesario para la
cOl1\ivencia entre los hombres. y los mandamientos rituales. que se basan en la
tradición, pero que no se hallan vinculados necesariamente con la fe en el único Dios
verdadero? ¿No va en este sentido la predical"Íón de Jesús?
- ¡Jesús no dice en ninguna parte que no se debe circuncidar a los niños! ¡Ni ha
cuestionado jamás por principio el sábado!
- Pero. a través de él. ¿no se llegaría a tales ideas?
- Personas como ese judío alejandrino podrían llegar a tales ideas. Pero no lograrán
imponerlas entre nosotros. Tú subestimas lo importantes que son para nosotros los
numerosos mandamientos recibidos por tradición. incluso aquellos mandamientos que
observamos únicamente porque figuran en nuestra tradición. Por el cumplimiento de
los mismos. nos aseguramos recíprocamente y de manera públ ica y visible. que
permanecemos fieles a nuestra fe.
- Pero ¿no se podría hacer eso mismo de una manera distinta? Cuando yo pregunté a
uno de vuestros grandes maestros qué era lo más importante. me dijo: «No hagas al
prójimo lo que no querrías que te hicieran a ti. Esto es roda la Torá. Lo demás es
interpn:tación de la misma. ¡Ve y apréndelo!. 232 ('.Para qué. entonces. los otros
numerosos mandamientos? ¡.Para qué la circuncisión y los preceptos relativos a los
alimentos?
Tuve que retlexionar. ¡Metilio se hallaba realmente interesado en nuestra religión?
¡O buscaba sólo en ella nuevas cOITientes que permitieran un trato y relación sin
conflictos entre judíos y gentiles? Los romanos. por razones políticas. ¡.se proponían
fomentar tales corrientes? Finalmente dije:
- ¡Qué sucedería si permitiéramos que los judíos se casaran con mujeres que no
comparten nuestra fe? ¿O que gentiles incircuncisos se casaran con mujeres judías?.233
El cónyuge pagano seguiría adorando a sus dioses. Educaría en su fe a los hijos.
Nuestro Dios se convertiría en un dios junto a otros muchos, aunque fuera reconocido
como el dios supremo. La fe en un solo Dios verdadero se puede mantener únicamente
mediante una práctica existencia!. mediante una práctica que ha de admitir en toda su
vida el que se casa para formar una familia judía. Mientras nuestra fe nos segrege tan
radicalmente de todo nuestro ambiente, hemos de diferenciamos también en nucstra
manera de vivir.
- Pero. algún día, ¿no reconocerán todos los pueblos al único Dios verdadero?
231
Cuando el rey Izates de Adiabene (primera mitad del siglo I de nuestra era) se convirtió al judaísmo,
le aseguró primeramente un comerciante judío que, si quería adherirse a la fe judía, no era
absolutamente necesaria la circuncisión. Pero después llegó Eleazar de Galilea y sostuvo la opinión de
que no era suficiente leer las leyes sino que lo decisivo era “hacer lo que ellas ordenan”. A
continuación, el rey hizo que le circuncidasen (Jos, ant 20,38-4 8 = XX,1,4).
232
Esta sentencia se atribuye al rabí Hillel (hacia el 20 a.C) (en Schab 31a). Otra cuestión es si él la
pronunció de hecho o no . Pero el que se pusiera la “Regla de oro” en labios de los más afanados
maestros, muestra el alto aprecio de que gozaba.
233
Incluso la casa real de la familia de Herodes exigía a los yernos que se hicieran circuncidar (véase
Jos, ant 20,139 = XX,7,1).
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234
En el judaísmo se esperaba que en la era mesiánica se produjera una “peregrinación de las naciones “
a Sión: véase Is 2,2s: Is 56,7; 60,3; Tob 13,13.
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En los años 594/563 Solón llevó a cabo extensas reformas de Atenas: Abolió, entre otras coas, la
esclavitud por deudas: Ningún acreedor podría ya vender como esclavo a su deuder por impago de
deudas, ni podría ya someterlo como siervo obligado a cultivar poarte de los terrenos del amo. Los dos
Gracos se habían esforzado en el año 133/122 a.C. para que se llevara a cabo en Roma una distribución
justa de las tierras.
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recuerda algo que sucedió al principio de mi gobierno. 236 Cuando Tiberio me envió a
Judea. hice transp0l1ar secretamente a Jerusalén. durante la noche. imágenes del em-
perador que servían como estandartes. Al día siguiente. esto provocó entre los judíos
un gran alboroto. Estaban convencidos de que se había pisoteado su ley. que prohíbe
que en la ciudad se erija una imagen o representación de algo. No sólo se irritaron los
habitantes de la ciudad. sino que además los habitantes del campo acudieron en gran
multitud. Se pusieron en camino hacia donde yo estaba. en Cesarea, y me suplicaron
con el mayor encarecimiento que quitara de Jerusalén aquellos signos y que no violara
las leyes de sus padres. Yo me negué a hacerlo. Entonces rodearon mi palacio. se
tumbaron con la cabeza hundida en la tierra y pernlanecieron así cinco días y cinco
noches, sin moverse del sitio. Después de esto, me senté en la silla del tribunal sobre
la calzada y convoqué al pueblo, como si quisiera darles allí una respuesta. A
continuación. según lo convenido. di a los soldados una señal para que rodeasen a la
multitud de los judíos. La vista inesperada de la triple fila de soldados. en fornlación
de batalla, que los rodeaba. dejó rígidos de espanto a los judíos. Amenacé con
aniquilarlos a todos si no estaban dispuestos a tolerar imágenes del emperador e hice
indicación a los soldados para que desenvainaran las espadas. Sin embargo, los judíos,
como de común acuerdo, se arrojaron al suelo. muy apiñados, y ofrecían el cuello y
gritaban que preferían morir a ver que se quebrantaban las leyes de sus padres. Me
impresionÓ hondamente el ardor de su fe y di orden de que se retiraran de Jerusalén
los estandartes.
Andrés, comencé con una derrota mi período de gobierno: una derrota sufrida no
frente a un ejército armado o frente a peligrosos luchadores de la resistencia. sino
frente a una multitud de hombres indefensos. No sólo me ofrecían la espalda sino el
cuello. Me pedían no sólo que los golpeara, sino que los matara.
Ese malhadado comienzo de mi mandato me ha creado muchos problemas. Tuve
siempre que velar mucho por mantener mi autoridad. Créeme: Un Estado puede
hallarse más indefenso ante una multitud de manifestantes sin armas que frente a
legiones de soldados.
- ¡Pero Jesús de Nazaret dijo: No resistáis al mal!
- ¿Ah, sí. lo dijo? i Pero él mismo no se atiene a su propia doctrina! Hace unos
cuantos días alteró el orden en el atrio del Templo. Expulsó de él a los negociantes y
volcó las mesas de los cambistas de dinero y de los que vendían palomas. Eso fue
violencia contra personas y cosas.237 ¿.No será un zdota?
- ¡Pero él se ha distanciado elarísimamente de los ¿elotas! Jesús deelaró: Hay que dar
al César lo que es del César. ya Dios lo que es de Dios.238
- Sí. sí, he .leído tu informe -dijo Pilato un poco disgustadopero ¿cuál es tu argumento
para rebatirlo? Esa historia de la moneda ¿no encaja admirablemente con el incidente
del atrio del Templo? En él atacó Jesús a los cambistas de moneda. Allá están sentados
los cambistas para cambiar toda clase de dinero por aquellas típicas monedas de Tiro
que son las únicas que se aceptan en el Templo. Las monedas tirias no tienen, desde
luego, la efigie del emperador, pero tienen otra cosa peor: llevan grabada la imagen del
dios de Tiro, Melkart. a quien nosotros llamamos Heraeles. Si hay que devolver al
emperador las monedas de plata, porque en ellas figura la efigie del emperador,
entonces lo lógico sería exigir: Devolved al ídolo Melkar sus monedas. En concreto:
236
La siguiente historia, según Josefo 2,169-174 = II,9,2s (trasladada a primera persona).
237
Véase Mc 11,15-17.
238
Véase Mc 12,13-17.
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No se las deis en ningún caso a nuestro Dios. a aquel Dios que está en el templo de
Jerusalén y que no tolera junto a sí a ningún otro dios.
- ¿Pero no se podría sacar también la conelusión de que ese tal Jesús no tendría nada
que objetar contra la idea de emplear el dinero sagrado del Templo para fines tan
profanos como una traída de aguas?
Pilato se rió: -Desde ese aspecto. podríamos sacar incluso algún provecho de su
doctrina.
No cejé: -y también desde otro aspecto Jesús favorece a los romanos: El rechaza
la campaña de los zelotas para que la gente se niegue a pagar impuestos.
Pilato se encogió de hombros. -¿Qué quiere decir eso? Que haya que devolver al
emperador las monedas del emperador. no quiere decir mucho. En efecto, según
vuestras ideas. el emperador ha transgredido la ley de vuestro Dios. Ha ordenado que
se grabe su imagen. La prontitud para devolver sus nefandas monedas no prueba sin
más una actitud de lealtad hacia el Estado. En esas palabras de Jesús podría verse
también menosprecio: ¡Devolved al impío sus impías monedas! ¡Dios es mucho más
que el emperador! Algo así descubro yo en las palabras de Jesús.
Tuve que empezar otra vez desde el principio: -Y, no obstante. ese Jesús nos
muestra el único camino para que I1lIl.:stro país salga de la crisis.
- ¿El único camino? Yo te puedo decir cual es el único camino seguro. En vez de tener
aquí estacionados 3500 soldados, habría que tener dos legiones. Entonces la gente
entraría en razón y el país estaría en paz.
- Pero ¡eso se consigue también sin legiones!
- ¡En el Imperio Romano no se logra nada sin las legiones!
- Pero entre nosotros sí se lograría. La causa de la intranquilidad que hay en el país es
la enemistad entre los autóctonos y los extranjeros: los griegos y los sirios de los
Estados-repúblicas vecinos y los romanos. Los judíos autÓctonos se sienten oprimidos
y abon-ecen a los extranjeros. Puesto que, económicamente, les va mal. mientras que
t10recen las ciudades de los extranjeros, ese aborrecimiento se nutre cada vez más.
Cuando desaparezca el abon-ecimiento, no habrá ya ataques ten-oristas, no habrá
manifestaciones violentas y no habrá alborotos. Los extranjeros dicen a su vez: Todo
iría mejor, si nosotros los judíos reconociéramos a sus dioses. Si nosotros
comprendiéramos que nuestro Dios forma parte de la gran familia de dioses, entonces
nosotros seríamos recibidos también en la gran familia de las naciones en la que todos
se sienten emparentados. Pero esto no es ningún camino para nosotros. Nuestra
religiÓn nos obliga a permanecer fieles a ese único Dios verdadero, aunque por ello
nos veamos aislados entre las demás naciones. Nada podrá apartamos de nuestra fe.
Tanto más que vuestros mejores fj Iósofos saben muy bien que no existe más que un
solo Dios verdadero.
- ¿Y cómo sustituirá ese Dios a nuestras naciones?
- Jesús enseña: Este Dios quiere que no sólo amemos a los autóctonos sino también a
los extranjeros. Jesús dice: ¡Amad a vuestros enemigos! Ese Dios hace que luzca el sol
sobre todos: sobre los romanos y los griegos, sobre los sirios y los judíos. Le
imitaremos, si derribamos las fronteras que separan a las naciones.
- ¡Imposible! jAmar a sus enemigos! Entre nosotros sabe cualquier niño que un
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hombre bueno hace bien a sus amigos y hace daño a sus enemigos.239
- Jesús enseña una nueva doctrina. ¿Será imposible por ser nueva? Esa doctrina sería
un camino para que nosotros los judíos permaneciéramos fieles a nuestra fe y nos
abriéramos a todas las naciones. como vaticinaron viejas promesas. 240 ¡Entre nosotros
esa doctrina tiene una gran oportunidad!
- ¡Entre vosotros! No sois capaces de defender vuestro país. De eso nos preocupamos
los romanos. Se encarga nuestro ejército. He prestado servicio mucho tiempo en él
para saber: Tan sólo cuando hacemos frente enérgicamente a los enemigos. podremos
conservar la paz. Doctrinas, como las que Jesús enseña. son propias de un pueblo
sometido. A nosotros no nos sirven. Desmoralizarían a nuestros soldados. Por eso. ese
tal Jesús no hace más que embrollarlo todo. Es persona peligrosa porque lo embrolla
todo. ¡Y la gente SUSUlTa que es el nuevo rey!
Yo le contradije: -Todo lo que he investigado sobre Jesús, demuestra que él no
quiere ser rey ni mesías.
- Pero otros esperan que él sea el nuevo rey. Ahí está el problema. Por mí. cualquier
demente puede considerarse a sí mismo rey. No tengo nada en contra. Lo peligroso es
cuando otros comienzan a creer en él. Y Jesús es peligroso aunque él, personalmente.
no crea en su dignidad real. La expectación que hay en torno a él crea ya
perturbaciones. Pues todos piensan que ahora llega la gran revolución. Y. en un caso
como éste. aun los ilusos son un peligro para la seguridad.
- Bueno. tal vez sea un iluso. Pero precisamente por eso habría que soltarle. no en
secreto. sino en el marco de una amnistía.
Aunque la gente esperara de él que sea el nuevo rey. ¿cómo podría ser peligrosa
una persona que sostiene doctrinas que producen la desmoralización entre los
soldados? ¿Dónde reelutaráél sus tropas! ¿Y para qué valen unas tropas que aman a
sus enemigos? ¿Que no ofrecen resistencia?
Pilato no me escuchaba en absoluto. Se había levantado y llegado a la ventana.
Me di cuenta de cómo en su mente touo estaba en ebullición. Sus ojos miraban hacia
donde yo estaba. pero miraban a otro punto distante. Sus manos se movían. como si
formulase algo. Pero ningún sonido salía de sus labios. Finalmente se sentÓ
suspirando. Y en voz baja dijo:
- Tengo miedo...
Le miré atónito. ContinuÓ así:
- Tengo miedo de que la cosa se me vaya de las manos. No. no puedo hacerlo.
¿Me lo estaba diciendo a mí o se lo estaba diciendo a sí mismo? Pilato se
sumergió en cavilaciones. Casi me daba la impresión de que se había olvidado de mí.
Carraspeé. Levantó sus ojos. Su mirada volvía a estar clara. Su voz sonó con firmeza y
decisión:
- Retlexioné seriamente si debía soltar por Pascua a esos tres bandidos de los que
hablé al principio. Sí. estaba resuelto a hacerlo. Pero luego tuve noticia de ese nuevo
movimiento mesiánico en t0l110 a Jesús. La fiesta se acerca. Un gran gentío atluye a
Jerusalén. La situación puede hacerse crítica. El riesgo es muy alto.
239
Como ejemplo, mencionemos a Jenofonte, Memorabilia Socratis, II,6,35: Hay que sobrepujar a los
amigos haciéndoles bien, y a los enemigos, haciéndoles mal.
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Véase, por ejemplo, Is 2,2-5: Este oráculo frofético promete que, algún día, todos los pueblos
peregrinarán a Jerusalén.
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- Pero ¿no se puede aplazar la ejecución de los tres bandidos? Si la fiesta trascurre
pacíficamente, quizás algunas cosas aparezcan a una luz distinta-o Me di cuenta,
mientras hablaba, de lo inútil que era mi intento. Pilato movió la cabeza en sentido
negativo.
- El riesgo es muy alto. No puedo dejarlos en libertad a todos. Podría interpretarse mal.
más aún, podría inducir a algunos visionarios a creer que somoe débiles. No podemos
causar esta impresión, ahora menos que nunca, cuando hay fermentación en el pueblo.
No obstante, recogeré tu propuesta. No toda la propuesta. Una parte de la misma:
Dejaré en libertad a uno. Uno solo... será un riesgo limitado. Veremos si vale la pena
ser benignos.
Hice un nuevo intento: -¿No se podía dejar libres a dos? ¿A un zelota y a Jesús?
Esto agradaría a diferentes sectores de la población.
- ¡No, con uno basta! Dejaré que el pueblo decida a quién elige. Así veré si ese tal
Jesús, con sus ideas, tiene o no una oportunidad en este país. O ei debo seguir
contando con la resistencia violenta por parte del pueblo.
Me quedé aterrorizado. Pilato convertía mi idea de una amnistía para la
reconciliación con el pueblo en un experimento para calcular mejor sus propias
perspectivas de poder. Sentí intenso dolor de estómago. Mi garganta estaba como
anudada. Un sudor frío recorría mi cuerpo. Otra vez me sentía en las garras de la
bestia. Intenté no aparentar nada. Pilato me miró y dijo:
- Sería muy justo que los mandase ejecutar a todos. Pero durante nuestra conversación
me he dado cuenta de que hay dos clases de alborotadores. Creo que ambos son
peligrosos. Probaré a ver quién cuenta con las simpatías del pueblo. Corno ves. estoy
dando una oportunidad a tus ideas.
- ¡Y quién será elegido junto a Jesús para que el pueblo decida?
- Un tal Barrabás.
Tenía que contemplar impotente cómo las cosas se precipitaban hacia una
catástrofe. No pude ocultar por más tiempo mi horror. Todo mi cuerpo temblaba.
Pilato me mirÓ asombrado:
- Estarás realmente contento. Tú me has sugerido la idea de la amnistía. Tú me has
convencido de que en todo esto hay diversos movimientos. ¡Habrá que decidirse entre
ellos! Esa alternativa es idea tuya. i Una buena idea!
Me dominé lo más que pude. concentré todas mis energías y di las gracias a Pilato
por haber recogido mi idea de una amnistía. mientras que al mismo tiempo maldecía
aquella idea que me había llevado a un conflicto sin solución. Pilato tuvo. además.
palabras de agradecimiento por mi labor. ¡Qué bien que había tenido ocasión de
hablarme. antes de pronunciar sentencia sobre el caso <<Jesús»!
No sé c6mo llegué del pretorio a casa. Bull ía dentro de mí el caos. De cualquier
manera que se desarrollaran los acontecimientos. sería horrible. Y. no obstante.
anhelaba llegar a ese fin horrible. Un fin en el que yo estaba funestamente implicado.
Un fin que yo no había querido. Y. no obstante. había dicho Pilato: «Es idea tuya.
¡Una buena idea!» Oía en mí su voz y l11e estremecía. como si cada palabra fuera un
latigazo.
Las casas temblaban ante mis ojos. Sus oscuras puertas me miraban con
hostilidad. En todas partes oía personas que susurrahan con vm:es que brotaban de mi
interior: ¡Ahí va el traielor. el que creía que iba a engai1ar a los romanos! Pero ahora
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haciendo cada vez mÚs intensa. Cada vez más penetrante. Perdí el vigor para
resistirme a ella. Acallaba toda vo/. mía de protesta. Sentí vértigos. Perdí la
conciencia.
TimÓn y Malco me lIe\ aron a casa. Más tarde me contaron que durante tres días
y tres noches' había tt:nido fiebre, inmerso en una especie de letargo. Algunas veces
había delirado, hablando de una bestia que me amenazaba. Entonces gritaba y me
revolvía de un lado para otro.
Ahora. en mi estado. ten ía sólo recuerdos confusos. Sin cesar pasaban por mi
cabeza escenas atormentadoras. Constantemente veía ante mí a los tres crucificados.
Sus dolores eran mi angustia. Cuando me quedé más tranquilo. se me fucron
ocurriendo frascs incoherentes, adquiriendo forma de oración. Me lamenté:241
Dios mío, Dios mío,
¿por qué nos has abandonado?
¿Por qué callas?
¿Por qué estás tan lejano?
Te invoco día y noche pidiendo ayuda.
Pero eres inexorable.
Sé que nuestros antepasados fueron salvados.
Pero aún esto es en mí un recuerdo muerto.
Apenas soy todavía un ser humano.
Soy un animal, un gusano, nada.
¡Todo se burla de mí!
Todo celebra triunfo por mi derrota.
Muchos enemigos me rodean.
Me cercan.
Hocicos de bestias me amenazan.
Estoy a merced de su violencia.
Me deshago.
Mis huesos se dislocan.
Mi corazón duele,
mi garganta está reseca,
la lengua se me pega al palador.
Estoy tendido en el polvo, como si estuviera muerto.
Rodeado por todas partes,
no veo ninguna escapatoria.
Sin embargo, tú me encargaste que viviese.
Sin ti no puedo siquiera respirar.
¡Acércate,
241
Según motivos del salmo 22. La historia de la Pasión, que se refiere en los evangelios, contiene citas
y referencias a este salmo.
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P.D. Hasta ahora han estado separadas la acci6n que sirve de marco -un producto de
ficci6n- y la historia de Jesús. En los dos últimos capítulos. ambos elementos se
entremezelan. Por eso. conviene acentuar: Todo lo que se dice sobre la puesta en
libertad de Barrabás o de Jesús. es pura ficci6n. y no pertenece a la realidad hist6rica.
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modelo, el Zeus de Olimpia. y otra estatua de la diosa de Roma. Como Herodes había
edificado la ciudad en honor del emperador. la llamó Cesarca.
La perspectiva era hermosa. Cesarea, en conjunto, era una ciudad muy bonita.
Tenía anfiteatro, teatro y plazas para el mercado. En ella los romanos se sentían
como en casa.
Metilio ordenó a un esclavo que trajera frutas. Comíamos mientras
conversábamos. Pregunté:
- ¿Asistes a nuestros cultos de la sinagoga?
- ¿Por qué no? He aprendido entretanto hebreo y arameo. -¿Lo haces para conocer
nuestra religión, en cierto modo como estudioso?
Cogí un dátil. Su sabor era agradablemente dulce. Metilio asintió con la cabeza.
- Así comenzó todo. Por mi profesión debía ocuparme de vuestra fe. He leído las
Sagradas Escrituras. Algunas cosas me han llegado mucho al alma. Sobre todo, la fe
en un solo Dios. Esa fe no nos es desconocida. Uno de nuestros filósofos me citó a
un griego llamado Jenófanes, que vivió durante el reinado de los etruscos sobre
Roma. Por lo visto, Jenófanes dijo ya: «No hay más que un solo Dios, el mayor
entre los dioses y los hombres y que no se parece a los mortales ni en la figura ni en
los pensamientos».244 Vuestras Eserituras son más radicales aún, y así, leí en la
primera mitad del libro de Isaías un oráculo de vuestro Dios, que dice: Yo soy el
Señor, y no hay otro, no hay ningún Dios fuera de mí. 245 Jenófanes, a pesar de todo,
seguía hablando de dioses.
- ¿Quieres hacerte judío? -le pregunté de manera provocadora.
- No precisamente -respondió. -En ese caso sería difícil que siguiera ejerciendo mi
profesión militar. ¿Cómo iba a observar el sábado si la tropa estaba de servicio en ese
día? ¿Cómo me iba a sustraer de los sacrificios?.246 De vez en cuando visitaré vuestras
sinagogas y tomaré únicamente de vosotros lo que vea claramente: la fe en un solo
Dios verdadero. Pero tengo también algunas dificultades-. Vaciló y prosiguió:- ¿Puedo
preguntarte algo? Quizás pronto no tenga ya a nadie con quien pueda conversar sobre
vuestra religión.
-¡Claro que sí! -dije y añadí sonriendo: -Pero yo no soy tu interlocutor más adecuado.
No tengo estudios de teología y procedo de una familia que oculta en casa un ídolo.
- No importa -me tranquilizó Metilio. -Quizás por eso comprendas mejor mi problema.
He aprendido por la filosofía estoica que todas las cosas están impregnadas por la
razón divina. Esta se siente en todas partes: en el orden de la naturaleza, en el retorno
del día y de la noche, en las Órbitas de los astros. Los estoicos a esa razón la llamamos
Dios. Es un Dios a quien se puede experimentar. Pero vosotros decís que Dios creó
una vez el mundo de la nada. ¿Cómo puede creerse eso? ¡Nadie estuvo presente el día
de la creación! ¡Nadie puede atestiguarla como atestigua la presencia de la razón en
todas partes!
- En todo instante eres tú testigo de la creación: Tan universalmente experimentable
como la razón en las cosas es también que esas cosas han sido creadas de la nada.
244
Jenófanes. Fragmento n. 23. Jenófanes vivió aproximadamente en los años 570-475 / 470 ac. C. Es
uno de los llamados “presocráticos”.
245
Isaías 45,5. Los capítulos 40-55 del libro de Isaías no fueron escritos por Isaías sino por un profeta
desconocido que vivió en el destierro babilónico (Déuteroisaías = segundo Isaías). Este profeta es el
primero en formular de manera inequívoca la fe en la existencia de un solo Dios verdadero.
246
Por esta razón los judíos estaban exentos de prestar servicio militar en las guerras.
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- No lo entiendo.
- Precisamente es difícil de describir porque está tan cerca: tanto, tanto, que no se
puede ya percibir. Porque es algo que abarca a uno mismo. Al propio ver. percibir,
pensar, a la propia existencia.
- Sigo sin entender nada.
- En todo instante hay un tránsito del ser a la nada. Cada instante transcurre, aun antes
de que lo hayamos registrado por completo. Ahora es. Pero, en cuanto lo he
observado, ya no es.
- Pero era una vez.
- Lo que era ya no es. Ha pasado definitivamente. Todo se hunde en la nada. Nuestros
antepasados, que una vez fueron, ya no son. Nosotros pasaremos. Incluso las montañas
no serán ya alguna vez.
- Pero la creación sería el proceso inverso: el tránsito del noser al ser.
- También de eso eres testigo en cada instante: El instante futuro no es todavía.
Nosotros mismos no somos todavía lo que seremos. En cada instante sucede un
tránsito del no-ser al ser. Eso queremos decir cuando afirmamos: Dios crea de la nada
todos los instantes. Y Dios conserva cada instante hasta que vuelve a hundirse de
nuevo en la nada.
- Eso suena como si las cosas pudieran transformarse en cada instante. Pero las cosas
siguen siendo las mismas. Y precisamente en eso se manifiesta, según la filosofía
estoica, la razón divina: en todo lo que está regularizado, ordenado, en todo lo que
sigue las leyes y permanece.
- Según nuestra fe, Dios creó también el orden del mundo y lo vuelve a crear en cada
instante. Dios no permite que el orden se hunda en el caos.
- Pero ¿podría él en cada instante cambiar algo?
- Podría. Nosotros no creemos que el orden del mundo sea ya ddinitivo. En él se
manifiesta la razón de Dios. Pero esa razón tiene que realizarse incesantemente de
nuevo en todo el mundo. Nos señala hacia algo que está más allá del estado actual.
Metilio suspiró hondamente. Se inelinÓ sobre la mesa junto a la cual estabamos
recostados y cogiÓ un racimo de uvas moradas. Después de un silencio dijo: -En estas
cuestiones siento a veces un telTible vértigo. Entiendo perfectamente a la gente que
dice: Todo eso son especulaciones abstractas, sin sentido para la vida.
Yo le contradije: -Tiene mucho sentido para nuestra vida. Un estoico dirá: En este
mundo tengo la misión de vivir en armonía con la naturaleza. Esto quiere decir: En
armonía con el orden divino y eterno, que se manifiesta en la naturaleza. El acepta el
mundo tal como cs. Pero nosotros no creemos en un orden eterno. En cada instante es
creado de nuevo ese orden. En cada instante es arrancado del caos y de la nada.
Nosotros creemos en la misión de vivir en armonía con el Dios verdadero, cuya
creación tiende hacia un orden nuevo.
- Por eso sois tan rebeldes: El Dios que lo crea nada, puede hacer también que los
perdedores sean ganadores y que los desterrados sean conquistadores.
-Si, así es. En un himno cantamos:
El derribó a los poderosos del trono
y elevó a los humildes.
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247
Del llamado “Magníficat” o “Cántico de María” (Lc 1,52-53).
248
Las mismas cohortes que habían intervenido en la ejecución de Jesús, manifestaron abiertamente más
tarde su odio a los reyes judíos en la muerte del rey judío Argripa I (44 de nuestra era): Arrastraron a un
burdel imágenes de las hijas del rey y celebraron públicamente, en Cesarea, la muerte de Agripa. El
emperador Claudio pensó entonces seriamente en trasladar de allí a las cohortes (véase Josefo ant
19,356-359, 364-366 = XIX, 9, 1s).
249
Mc 15, 16-20.
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razones sobre las que tú, seguramente, sabes más que yo.
Volví a sentir desconfianza: ¿Quería Metilio sonsacarme cosas sobre Jesús? Los
romanos tenían que estar interesados en recoger infomaciones sobre el movimiento
suscitado por Jesús.
Ese movimiento podía quizás reavivarse o encontrar seguidores.
Sin embargo. Metilio prosiguió: -¿Por qué el pueblo de Jerusalén se decidió en
favor de Barrabás, y no de Jesús?
Me encogí de hombros. En realidad no lo sabía. Metilio dijo:
- Entretanto me he enterado de más cosas acerca de aquel curioso incidente del
Templo. Jesús expresó un oráculo sobre el Templo: «Esta casa hecha con la mano será
destruida y se erigirá otra, no construida con la mano". 250 La expulsión del Templo de
algunos cambistas de dinero y de algunos vendedores de animales para los sacriticios
debía ser una ilustración de esa profecía. Pero con tales oráculos y provocaciones
Jesús no se creó amigos en Jerusalén. Casi toda la ciudad vive de la santidad duel
Templo. Todos los sacerdotes y principales sacerdotes, que se benefician de las
ofrendas que se hacen al Templo. Todos los artesanos del Templo, que trabajan en su
reparación y construcción. Todos los que tienen posadas en las que se hospedaban los
numerosos visitantes. Todos los que trafican con animales para los sacrificios, hasta
los curtidores que trabajan los cueros de los animales sacrificados. El que atenta contra
la santidad del Templo, está minando el fundamento económico de esos artesanos y de
sus familias que viven en Jerusalén. Pilato lo experimentó amargamente, cuando quiso
introducir en Jerusalén imágenes del emperador y le propuso emplear dinero de las
arcas del Templo para fines profanos.
A mí se me ocurrió también que las enseñanzas de Jesús sobre lo puro y lo impuro
causaron inquietud en muchos: Si no existían ya alimentos puros, objetos puros,
mercancías puras, entonces se podía comprar de todo tanto a los gentiles como a los
judíos. Pensé en nuestro lucrativo negocio con aceite de oleo puro en las comunidades
de la diáspora de las ciudades sirias. Pero orienté la conversación hacia otro punto:
- El Consejo Supremo de los judíos, el Sinedrio, entregó a Jesús ¿No le pudieron
soltar, sencillamente? ¿Por qué lo hicieron?
Metilio opinó que también sobre este particular había sólo sospechas: -Con toda
seguridad, muchos miembros del Sinedrio se benefician del Templo. Todos los
principales sacerdotes viven del diezmo y de otras ofrendas que se hacen al Templo,
tal como se halla prescrito en la Ley. Por eso, estaban interesados en la santidad
inviolable del Templo y de la ley. Pero Jesús adoptó una actitud crítica ante el Templo
y no se atuvo a todos los preceptos de la ley. ¿No debían temer que se disolviera la ley
y con ella la base de su existencia?
- Pero Jesús fue ejecutado por razones políticas, como pretendido Mesías.
Metilio lo confirmÓ: -Sí, es cierto. El ol'Üculo contra el Templo y la postura de
Jesús en cuestiones religiosas no representaron ningún papel ante Pilato. Pilato
condenó a Jesús como pretendientl' al trono judío y como persona que, en calidad de
tal, constituía un peligro para el dominio romano. i Esa fue la razón decisiv !
- ¡y con esta acusación le entregó el Consejo Supremo judío en poder de los romanos?
¿Por qué lo hizo?
- Los motivos del Consejo Supremo son clarísimos: El Consejo. lo mismo que toda
250
Mc 14,58.
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entidad política. se halla interesada en conservar el poder. Sabe que ese poder es
limitado. Ante nosotros. los romanos. justifica su existencia únicamente porque
mejora la paz y la tranquilidad en el país: mucho mejor que si nosotros nos
encargáramos de todo. Por consiguiente. el Consejo tiene que evitar a toda costa que
se produzcan alborotos. Eso es lo que le interesa decisivamente. Pues los romanos
interpondrían inmediatamente. en cuanto la situación no estuviera ya bajo control. Si
es necesario. suprimiríamos el Consejo Supremo.251
- ¿Pero era justificado ese temor. en el caso de Jesús? ¿Era Jesús. realmente. un
agitador?
- Tal vez. Jesús era completamente inocuo. Pero su movimiento hubiera conducido
fácilmente a alborotos. Personas que habían afluido con él a Jerusalén para la
celebración de la Pascua. le aclamaron como Mesías. 252 Jesús molestó en el atrio del
Templo a los comerciantes. El despertÓ la esperanza de que ahora ten ía que ocurrir
algo decisivo. Iba a llegar el reino de Dios. ¡La situación era tensa!
- ¿Acaso no se le consideraba como persona no peligrosa? -En efecto él no era
peligroso. Peligrosa era la gran multitud que había acudido a la celebración de la
Pascua. Nosotros tenemos nuestras experiencias. Por reunirse tan gran multitud. en los
días de la Fiesta viene el prefecto con una cohorte para reforzar a los soldados que
están de servicio permanente en la ciudad. ¡No sabes la historia de aquel pedorro que
casi desencadena una guerra?253
Moví negativamente la cabeza. Metilio contó: -Cuando se reuniÓ una veZ la
multitud para celebrar en Jerusalén la fiesta de los panes ázimos y la cohorte romana
había ocupado posiciones en el techo del peristilo y en el santuario (como te dije. en
las grandes festividades. los soldados. con todos sus pertrechos. vigilan la
muchedumbre congregada, para que no se inicie una revuelta). se alzÓ un soldado.
levantÓ significativamente su ropa y volviÓ el trasero indecorosamente a los judíos:
al mismo tiempo. dejó escapar una vento<;idad. El pueblo se encolerizÓ vivamente y
exigiÓ a gritos al prekcto que castigara al soldado. Algunos jÓvenes. poco dados a
refrenarse. y otros del pueblo. que tenían ganas de insurrección. pasaron a la acción.
cogieron piedras y comenzaron a lanzarlas a los soldados, El prekcto temiÓ entonces
que todo el pueblo atacara: hizo que vinieran más soldados bien pertrechados, Cuando
éstos se esparcieron por las galerías porticadas. los judíos sintieron un miedo
i¡Tesistible: se dieron la vudta e intentaron salir del santuario y huir a la ciudad. La
violencia del gentío que se acumulÓ en las salidas fue tan grande. que se pisoteaban
unos a otros. habiendo 3000 muertos.
Una cosa así puede ocurrir siempre en las fiestas. La gente está excitada, Su arrogancia
I:S tenida a raya. sí. por los soldados. Pero la presencia de soldad\)s excita a la gente
mucho más, Sobrl: todo. cuando los soldados realizan provocaciones antisemitas. Por
eso. creo yo que el emperador debía retirar esos soldados y sustituirlos por genuinos
soldados romanos. Tales provocaciones innecesarias. como la de ese pedorro. serían
más raras.
-Pero Jesús no provocÓ a la gente de esa manera.
251
En este punto, el evangelio de Juan juzga con asombroso realismo: El Sinedrio procede contra Jesús
con el siguiente argumento: “Si le dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y
destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación.” (Jn 11,48).
252
Véase Mc 11,1ss.
253
El siguiente incidente -expuesto según el relato de Josefo bell 2,224-227 = II,12,1 - sucedió en
tiempo del procurador Cumano (48-52 de nuestra era).
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-Creo que Pilato tenía miedo de conflictos acabaran con él. Prefirió sobrevivir él.
-¿Crees tú que logrará lo que se propuso? ¿Crees que seguirá gobernando sin
preocupaciones?
Metilio se encogió de hombros: -En este país son posibles muchas cosas. ¡Cuántas
veces he tenido que modificar mi valoración de una situación! ¡Cuánto he tenido que ir
aprendiendo! No me atrevo ya a hacer predicciones. Ni siquiera estoy seguro de que la
cuestión de Jesús pueda darse por terminada.
-¿Pues qué va a pasar, si él está ya muerto?
-Tiene seguidores. También después de la muerte de Juan Bautista se pensó:
Ahora ha quedado la cosa despachada. Pero después apareció Jesús.
-¡.Sabes algo sobre los partidarios y seguidores de Jesús! -Se han congregado en
Jerusalén. Creen que Jesús no está
muerto. Pretenden haberle visto vivo en visiones.
-Después de la muerte del Bautista. dijeron también algunos:
Jesús es el Bautista resucitado de entre los muertos.
-Entonces la tragedia comenzaría otra vez desde el principio. Pero esos seguidores de
Jesús no creen que él haya vuelto a la vida, sino a Dios. Dios, dicen. le levant6 de
entre los muertos.
-Pero eso es absurdo.
-¿Por qué? No es mÚs absurdo que la fe en Dios que en todo instante crea d mundo de
la nada. Te confesaré: Al preguntarte sobre la creación de la nada, tenía ya en el fondo
de mi mente la cuestión acerca de Jesús. ¡.Puede suceder algo así: volver a crear a un
ser humano y hacerle salir de la muerte? ¿Se da actualmente la creación ? Pero tal vez
todas estas ideas nos conduzcan demasiado lejos. Tal vez se trate únicamente de una
reacción de testarudez de los discípulos. que no pueden aceptar la muerte de su
Maestro. O de alguna otra cosa.
La conversación con Metilio produjo en mí un resultado positivo: Espero que. con d
traslado de Metilio. no recibiré ya de los romanos mÚs misiones. En algún momento
destituirán también a Pilato. Quizás pronto. si no logra afirmarse en los pequeños y en
los grandes connictos. Y entonces seré definitivamente libre.
Muy estimado Sr. Kratzinger:
El Último capítulo contiene. segÚn el parceer de usted, secciones muy divcrsas: Por
un lado. un sobrio análisis de los posibles factores que condujeron a la ejecución de
Jesús: por otro lado. una interpretación de la fe pascual mediante la idea de la
«creación de la nada». Tienc usted razón: con todo ello no sólo pretendo exponer una
fe del pasado sino además intcrprctar esa fe para el presente.
Claro que la idea de una creación de la nada puede ya atestiguarse a pal1ir del siglo Il
a.e. Aparece por primera vez en 2 Mac 7.28. FilÓn cstá familiarizado con ella. Pablo
la da por supuesta (Rom 4,17); más aún, en 2 Cor 5.17. él interpreta verosímilmente su
«aparición» antc las puertas de Damasco con imágenes tomadas de la fe en la creación
.
profecía crítica contra el Templo. También él era oriundo del campo, no de la ciudad. También en el
caso de Jesús el proceso pasó por dos jurisdicciones.
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Concedo de buena gana que yo no habría podido eseribir esas secciones sobre la
creación y la resurrección. sin tener conocimiento de la «teología de la creación ». de
origen danés. En esa teología aprendí que la existencia y la no existencia. la creación y
la aniquilación en el tiempo se hallan presentes en todo momento. Giramos aquí en
torno al mismo misterio que preocupa a todos los teólogos y filósofos. que piensan en
torno a la cuestión: ¡Por qué hay algo y no nada? Este misterio lo encontramos en la fe
pascual.
Mi «exégesis narrativa» desemboca aquí en «hermenéutica narrativa». Esto quiere
decir: no me interesa la significación que una vez se ha atribuido a la fe pascual. sino
la significación que hoy podemos extraer de ella.
Le saluda cordialmente sU amigo y servidor:
Gerd Theissen
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hambrientos eran saciados; los tristes. consolados, Los hombres y las mujeres, los
libres y los esela\os tenían los mismos derechos.256
¡Había vuelto a caer Baruc en las redes de una secta'.' ¡.También en ese aspecto había
yo fracasado? Pero sólo escuchaba a medias. Otra cosa bien distinta absorbía mi
intenci(m. Creí conocer la caligrafía del exterior de la carta, ¡Era una carta de
Barrabás? Con gran excitación rompí el sello.
Baruc seguía hablando. Me contaba cosas y mÜs cosas. Me hablaha de las comidas
que celebraban en común. De gozo y amor. Del Espíritu de Dios. De milagros. De
curaciones. Presté atención, cuando dijo:
-Nuestra comunidad tiene su origen en Jesús de Nazaret. por quien tú antes te
interesaste.
Protesté: -¡Jesús está muerto! Ha fracasado como muchos otros profetas.
-j No! ¡ No está muerto! Fue visto después de su muerte, en forma transfigurada. 257 No
había ljuien frenase la locuacidad de Baruc.
Había recuperado una vez a Baruc para la vida. pero no para la vida de comerciante.
Yo no podía darle lo que él había buscado en la comunidad del desierto: cobijo en el
seno de una comunidad que se había sustraído de la maldad de este mundo. Y ahora
Baruc había encontrado lo que buscaba.
Propiamente debiera habenne alegrado de su entusiasmo. ¿No era un contraste con su
conducta autodestructora en el desierto? i,O era una recaída en aquel suei10 de una
vida completamente distinta. que él había soi1ado como esenio? Pero lo único que
lograba Baruc con sus palabras era que yo me hiciera más consciente de mi propia
sensibilidad herida. Todo lo que tenía que ver con Jesús. abría en mí heridas y causaba
dolores. Todo eso me recordaba únicamente que. con las mejores intenciones. puede
uno \'erse involucrado en relaciones funestas. Baruc no pod ía presentir lo que estaba
pasando en mi interior.
¿Tal vez habría encontrado Barrabás una salida? ¡Tal "CZ a él le había recuperado
para la vida! Sin preocuparme de la locuacidad de Baruc. leí la carta:
Barrabás desea a Andrés
Shalom!
Quema esla carta. en cuanto la hayas leído. ¡Qu.: nadie te la encuentre! Nadie ddll'
saher lo 4ue en ella le digo. Te eseribo prindpalmel1le para agradecerte. He oído lo
mucho que has hecho por mí. He escapado de la muerte por un pelo. El precio fue
I11U) alto. Otro murió en mi lugar. Dos de mis amigos fueron crucificados con él.
Desde entonces me pregunto: ¡.Por qué les tocó a los otros? ¡'por qué a ].:sús? ¿Por
qué no a mí?
Sé que Jeslís tiene tus simpatías. Tú ddendiste su forma apacihle de rebeliÓn y
rechazaste mi ideal de resistencia. Ahora estoy indisolublemente unido con él. Pienso
incesantemente qué significa eso para mí.
Si él ha muerlo en mi lugar. entonces yo estoy ohligado a vivir para él. Tú dirías
256
Véase las presentaciones que se hacen de la comunidad primitiva en Hech 2,42-47: 4,32-37 y Hech
1-6.
257
La tradición más antigua sobre las apariciones figura en 1 Cor 15,3-7. Pablo cita allí una tradición
que le fue trasmitida. A los testigos que allí se mencionan -Pedro y Santiago-, los conoció él
personalmente tres años después de su conversión, es decir, en los años treinta. No puede haber duda
sobre la autenticidad subjetiva de las tradiciones sobre las apariciones.
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desde ayer. Lo mismo que ayer. continuaría en ella la lucha por las oportunidades de
vivir. Pero esa lucha no lo era todo. Esa lucha no tenía por qué dominar todo mi hacer
y sentir. Concerté un nuevo pacto con la vida.
Sentí claramente cómo me llegaba una voz que salía de todas las cosas. una voz que
me ofrecía esta alianza con la vida: Nunca más maldeciría yo la tierra. nunca más
renegaría de la vida. Nunca más me dejaría subyugar por las bestias del abismo.
Escuché la voz, y se identificaba con la voz de Jesús. Yo tenía la certidumbre:
Adondequiera que fucre. esa voz me acompañaría. En ningún lugar podría yo
sustraerme a ella. Y yo respondí y oré:
Señor, tú me sondeas y me conoces:
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares;
no ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa;
es sublime, y no lo abarco.
¿A dónde iré lejos de tu aliento,
a dónde escaparé de tu mirada?
Si escalo al cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelvo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Si digo: “Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga en torno a mí”,
ni la tiniebla es oscura para tí,
la noche es clara como el día.
Tus has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras.263
263
Sal 139, 1-14 (segú la traducción litúrgica oficial).
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Durante mucho tiempo permanecí así de pie en nuestra casa. y dejé que resonara en mi
interior el sueño acerca del Hombre. El reinado de las hestias no podía durar
eternamente. De algún modo h:ndría que aparecer el Hombre. el verdadero Hombre. Y
todos reconocerían en él los rasgos de Jesús.
Después me dirigí a la hahitación de la planta baja y desperté a Baruc. Tomamos
juntos el desayuno. compartimos el pan, bebimos de la misma copa y nos alegramos
de estar en comunión.
Y, como es lógico, tengo que darle también a usted las gral:iae. estimado Sr.
Kratzinger. Mientras yo ponía por cSl:rito el fruto de mi imaginación narradora, usted
me ha confrontado incesantemente con la rigurosa mente cientítil:a de un investigador
histórko-crítico. Usted ha insistido inl:csantcmente en que no wnfundiera lo histórico y
la ticciótl. la literatura y la verdad. En este sentido me atrevo a revelar al Iector, al
final de mi obra, que también usted es producto de mi imaginación, y un buen ejemplo
de las figuras de fil:l:ión pueden encarnar también la verdad.
¡Adiós!
Su afectivísimo servidor y amigo:
Gerd Theissen
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APÉNDICE
Las fuentes más importantes sobre Jesús y su época
I. LOS EVANGELIOS Y SUS FUENTES
a) El E\,(/Ilgelio de !vIarco.\" es el más antiguo. Sirvió de fuente a Mt y a Le.
Apareció a comienzos de la Guerra Judía (66-70 de nuestra era) o poco después de
terminada ésta, porque en 13, I ss combina la profecía sobre la destrucción del Templo
con la profecía sobre acontecimientos de la guerra. Se discute cuál fue su lugar de
aparición. La antigua tradición de la Iglesia afinna que apareció en Roma. A mi
parecer. el evangelio procede más bien de Siria, y concretamente de aquel ambiente
cristiano del que depende también Pablo. Propugna, lo mismo que Pablo. la pureza de
todos los alimentos (7.18ss). cita palabras comparables de la institución de la Cena
(14.22-24): designa al Mensaje. lo mismo que Pablo, como «euaggelion» (1, 1).
recogiendo aeí claramente una manera anterior de expresarse. pero es independiente
teológicamente de Pablo. Procede seguramente de comunidades en las que ,<Juan
Marcos» tenía tanto prestigio. que podía atribuírsele un evangelio. aunque él no fue
apóstol. Juan Marcos trabajó sobre todo en Oriente (véase Hech 12.12: 12,25:
13.5) y, juntamente con Bernabé. pertenece a aquel ambiente cristiano del que
procedía Pablo. pero del cual éste se separó (véase Hech 15,37; Gál 2, Ilss). La
comunidad del EvMe debió de tener una gran proporción de paganocristianos: se
explican las costumbres judías (7,3): un centurión pagano es el primero que expresa la
confesión de que Jesús es el «Hijo de Dios» (15,39).
b) La Fllellte de logia (= fuente de sentencias; en abreviatura Q) fue reconstruida a
base de los evangelios de Mt y Le. Estos dos evangelios, además del material de
Marcos común para ellos. tienen una serie de palabras de Jesús que coinciden tan
sorprendentemente por su texto y sucesión, que debemos aceptar una fuente eserita
común o -lo que es inverosímil- una tradición oral común sólidamente fijada. Lo
primero es. a mi parecer, más verosímil. Como el trasfondo lingüístico de las palabras
es arameo, la fuente habría surgido probablemente en el espacio siropalestinense de
lengua aramea. Retleja un estado en que el cristianismo no se había desligado aún del
judaísmo. Todas las palabras se entienden dirigidas a Israel. Esta colección de palabras
de Jesús apareció antes de la Guerra Judía. Se espera la venida de Jesús como Hijo del
hombre en un mundo en paz (Lc 17,26ss). En vez de profetizarse la destrucción del
Templo. se vaticina que (Dios) «lo abandonará» (Lc 13.34s; Mt 23.37ss). Por otro
lado. la historia de las tentaciones. que -juntamente con la historia del centurión de
Cafamaún- son las únicas narraciones que hay en Q, presuponen la autodivinización
de Gayo Calígula (37-41 de nuestra era): él es el dominador del mundo. contrario a
Dios, y que exigía que se hincara la rodilla ante él. La Fuente de logia podría haber
aparecido entre los años 40 y 65. Como no se contempla aún la misión entre los
gentiles. reconocida oficialmente en el Concilio apostólico (aproximadamente. 46/48),
sería posible datar esta Fuente a comienzos de este período.
c) El El'l/llgelio de Malco apareció con bastante seguridad en Siria. Supone que la
fama de Jesús se extiende hasta (,Siria» (4.24). Parece que el autor contempla
Palestina desde el (Nord?) Este: Judea queda para él «al otro lado del Jordán» (19.1).
El Templo está destruido, como vemos por la interpolación de Mt
(22,7) en la parábola del gran banquete. El evangelio surgió después del EvMe, pero
debió de utilizarse ya en Antioquía (de Siria) Hacia el año 110: Él obispo Ignacio. que
procede de Antioquía, lo cita ya. Por consiguiente. debió de aparecer entre el año 80 y
168
Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
el año 100. El evangelista eseribe para una comunidad con tradición judeocristiana.
Algunos fragmentos que él contiene. y que no aparecen en Me ni en Q, es decir. que
son su «material especial». tienen impronta judeocristiana. Por ejemplo, en Mt 5,17-19
se afirma la validez eterna de la Torá. Estas comunidades judeocristianas se abrieron a
la misión entre los gentiles, pero sin seguir -como Pablo- el camino de la crítica a la
Torá. La apertura hacia los gentiles se observa en la estructura del libro: Jesús durante
su vida terrena. rechaza la misión entre los gentiles (10.6). Pero. como Señor
resucitado. envía sus discípulos a todas las naciones (Mt 28.18ss). Es difícil que el
apóstol Mateo sea el autor. Este apóstol debía de ser ya muy anciano. Cuando existían
ya varios evangelios, se procedió quizás a atribuir los evangelios, para diferenciarlos,
a diferentes autores. En los sectores en que esto ocurrió, el EvMt fue el predilecto
entre los evangelios sinópticos (Mt, Me. Lc). Unicamente este evangelio, juntamente
con el evangelio de Juan, se atribuyeron a apóstoles.
d) El El'Ongelio de L/leas es difícil que proceda del Oriente. Para el autor. el viento
cálido que sopla del desierto no es, como en Palestina, el «viento del Este», sino el
«viento del Sur», como en todos los territorios de la cuenca del Mediterráneo que
quedaban al Oeste de Palestina (véase Lc 12,55). Yerosímilmente, el autor viajó
mucho. Un relato de viaje, que aparece en los Hechos de los Apóstoles. y que está
escrito en primera persona del plural, comienza en Asia Menor (l6.lls) y conduce a
Roma pasando por Jerusalén. El autor conoce asombrosamente bien el Templo. Es
posible que alguna vez, viniendo de Cesarea (y atravesando Samaría) haya viajado a
Jerusalén. De esta manera se explicaría su actitud positiva ante Samaría (véase 9,51
ss;1O,30ss; 17 .11 ss). Es difícil imaginarse que fuera compañero de Pablo, teniendo
en cuenta la imagen que nos traza de Pablo. Pero tampoco es completamente
imposible. Se discute cuándo apareció este evangelio. Es seguro que conocc ya la
destrucción de Jerusalén. Esta se vaticina en Lc 21,20-24 con más detalles que en
todos los demás evangelios. El autor se siente profundamente afectado por la suerte de
la ciudad: En este evangelio Jesús llora sobre Jerusalén (19.41) Y pide a las mujeres de
Jerusalén que lloren sobre su propio destino (23,27ss). Esto nos sugiere que el
evangelio se eseribió en fecha no muy alejada del año 70 de nuestra era. Debió de
eseribirse en el mismo período que el EvMt (80-100). Mientras que el EvMt representa
un ambiente judeocristiano que se ha abiel10 a los gentiles, el EvLc es un escrito
dirigido a comunidades paganocristianas que recuerdan su origen judío.
e) Las Tradiciones presinóptieas (se denominan sinópticos a los tres primeros
evangelios): Lc 1,1-3 Y Papías, obispo de Asia Menor (de comienzos del siglo 11),
atestiguan la existencia de una tradición ural sobre Jesús. Los evangelios fijaron por
escrito esa tradición oral. en la medida en que no deben su origen a fuentes eseritas
(Me; Q). Hay que investigar cada una de esas tradiciones, en lo que se refiere a su
antigüedad, origen e interés. Vamos a mencionar algunos argumentos que nos
persuaden de que no podemos negar trasfondo histórico a las tradiciones sobre Jesús. '
1) Sobre la posibilidad de localizar las tradiciones sobre Jesús: Muchas tradiciones
acerca de Jesús llevan el sello de un ambiente palestinense. Mencionemos los
siguientes ejemplos de un colorido local palestinense: Se puede hablar únicamente de
un «Bautista en el desiel10» (Me 1,5) cuando se sabe que el Jordán tluye directamente
por el desierto. De 10 contrario, es difícil imaginarse cómo se puede bautizar en el
"desierto». La historia de la mujer sirofenicia presupone que se conocen las
circunstancias reinantes en la región limítrofe entre Galilea y Tiro: Las ásperas
palabras acerca de los perros (= gentiles) a los que no se debe echar el pan de los hijos
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
(= judíos) (Me 7.17). se comprenden mejor si se tiene en cuenta que los judíos de
Galilea abastecían de pan a la rica ciudad de Tiro.
2) Sobre la posibilidad de datar las tradiciones sobre Jesús: Muchas tradiciones acerca
de Jesús se pueden datar en años anteriores a las fuentes eseritas más antiguas que
poseemos. La palabra snbre la «caiia sacudida por el viento» (Mt 11.7) supondría una
representación en una moneda acuñada por Herodes Antipas en los años 19120 de
nuestra era. acuñación que no volvió ya nunca a repetirse. La historia de la Pasión
según Marcos presupone oyentes que sabían perfectamente quiénes eran Alejandro y
Rufo (Me 15,21). Y que conocían también cuáles eran las relaciones famil ¡ares de la
segunda María mencionada en Me 15.40. ¿Es presentada como madre de Santiago y
de José, o únicamente como madre de Santiago? Los oyentes sabían también
perfectamente en qué «alboroto» había sido apresado Barrabás (Me 15(6).
3) Los tradentes de las palabras de Jesús eran, en parte, misioneros y predicadores
itinerantes que continuaban el estilo de vida de Jesús, que no tenía domicilio fijo. Nos
han conservado los madamientos radicales de Jesús según su espíritu: Tan sólo como
predicadores itinerantes lo mismo que Jesús, que no tenía domicilio ni bienes ni
familia, podían ellos representar y transmitir de manera creíble esoe mandamientos,
sin tener que acomodarlos a lae necesidades de una vida «burguesa». Por otro lado, las
necesidades y exigencias de las comunidades locales han dejado mucho menos de lo
que se suponía su impronta en las tradiciones sobre Jesús: En ninguna pal1e se
legitima mediante una palabra de Jesús a las autoridades locales (presbíteros.
epíscopos y diáconos). En ninguna parte se exige, con palabras del Jesús terreno. e!
bautismo como «rito de ingreso» en la comunidad. En ninguna parte se rechaza la
circuncisión como condición para el ingreso de los gentiles.
4) La congruencia interna de la tradición sobre Jeeús. Debemos suponer que las
tradiciones sobre Jesús procedentes de Q y Me. del material especial de Mateo y del
material especial de Lucas y del Evangelio de Tomás llegan por diferentes conductos
de tradición. No obstante. arrojan una imagen armÓnica. Esto se aplica también a las
fOllmls de lenguaje empleadas por Jesús. Puesto que en cada una de las formas
sinÓpticas en que aparecen las palabras de Jesús, encontramos casi siempre una ()
varias palabras de Jesús que se demuestran que son «auténticas». tenemos bastante
certeza ue que esas formas de lenguaje en que se transmiten lae palabras de Jesús
fueron utilizadas por Jesús mismo, es decir, que Jesús mismo habló con palabras de
advertencia. proverbios. bienaventuranzas. ayes y parábolas (etc.). En ninguna otra
parte se da esta asociación de palabras sapienciales. poesía y profecía. Esta asociación
es característica y ofrece una imagen congruente y armónica.
S) El Eml/gelio de JlIlIl/ se aparta tanto ue los otros tres evangelios no sólo en el estilo
de las palabras de Jesús sino también en la presentación de su actividau, que en él no
tenemos ya la imagen de Jesús difunuida universalmente sino la imagen. intensamente
estilizaua. de un círculo especial. Por ejemplo. se suponen conocidas las narraciones
sinÓpticas (así. la detención del Bautista lJ.241 o la elección de los Doce l6.70]). y
posiblemente se dan por sabiuos evangelios enteros (¿el EvLc?). El «círculo de!
nosotros» (1.14ss; 21.24). que habla en primera persona del plural al comienzo y al
final del evangelio, se propone conducir a la comuniuad a una comprensión honda de
Jesús: Jesús es presentado como el Enviado preexistente. que viene del Padre y regresa
a él. El EvJn apareció hacia fines del siglo l o comienzos del siglo n. En la primera
mitad del siglo [1 era ya conocido en Egipto. como lo demuestra un papiro (P 52). Se
presupone la muerte de Pedro (año 64) (véase 21.18s). A Pedro le sobrevivió durante
mucho tiempo un «discípulo» de1 que se había esparcido el rumor de que él no iba a
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
morir antes de que viniese Jesús por segunda vez. Pero también él murió (21.2023).
Todo esto apunta hacia fines del siglo 1. Es difícil averiguar cuál fue el lugar en que
apareció este evangelio: la tradición de la Iglesia antigua menciona la ciudad de Efeso.
Pero es difícil imaginarse que en esa ciudad costera se hable del <<lago» de Galilea
lIamándole «mar» (Jn 6,16ss; 21.1 ss). Muchos sugieren Siria como región en donde
apareció el EvJn. Por la aceptación positiva del mensaje en Samaría, podría haber una
relación con la misión en Samaría. Pero esto pertenece a la prehistoria del EvJn.
II. JOSEFO
Josefo es la fuente más importante para conocer la historia contemporánea de
Palestina. Nació en Jerusalén el año 37/38, estuvo en Roma durante los años 64 a 66.
después de su regreso acaudilló como gobernador militar de Galilea la insurrección
judía en el Norte de Palestina, y cayó prisionero de los romanos el año 67. Fue tratado
benignamente. porque profetizó al general romano Vespasiano que llegaría a ser
emperador. Cuando Vespasiano llegó luego a ser realmente emperador. Josefo
recobrósu libertad. Sus escritos más importantes son:
a) El be/llllll /lIdaielIlI/ (= bell.) o «Guerra Judía», una historia de la insurrección judía
desde los años 66 al 70. publicada por vez primera en el año 73. Contiene también una
exposición de la historia judía a partir del siglo II a.e. La obra pretende demostrar que
es absurdo oponerse al imperio universal de los romanos. En el I>e/lllll/ /lIdaielIlIl se
menciona a Pilato. pero no a Jesús. Se comprende el silencio en torno a Jesús y los
cristianos: Los cristianos fueron perseguidos en Roma, en el año 66. por ser
supuestamente incendiarios. Josefo guarda también silencio ampliamente sobre los
movimientos mesiánicos en Palestina.
b) Las antiqllitates /lIdaicarll111 (= an1.) o «Las Antigüedades Judaicas» son una
historia de los judíos, aparecida en los años 90 del siglo I. que comienza con la
creación y termina antes de la Guerra Judía. Un fragmento sobre Jesús (allt l8.63s)
fue interpolado por copistas cristianos de Josefo o bien (lo que es más probable) fue
refundido en sentido cristiano. Josefo menciona en allt 20.200 que <dacobo. el
hermano de Jesús llamado el Cristo». fue ejecutado en Jerusalén el año 62. Es una
mención de Jesús nada sospechosa y tanto más fidedigna por cuanto Josefo. en su
calidad de jerosolimitano. podía atestiguar de manera fidedigna la ejecución de Jacobo
(o Santiago).
c) La l'ifll o «Biografía de Josefo» contiene sólo un breve esbozo de la juventud de
Josefo e informa principalmente de la actividad del mismo como gobernador militar de
Galilea durante la Guerra Judía. En esta obra se defiende contra acusaciones. Este
escrito es interesante porque gracias a él obtenemos noticias de primera mano sobre la
Galilea del siglo I de nuestra era. Es verdad que tales noticias proceden de unos 40
años después de la muerte de Jesús. Pero muchas de las realidades expuestas debieron
ya de tener vigencia en tiempo de Jesús.
d) El escrito colltra Apiollelll (contra Apión) defiende al judaísmo contra los
ataques propalados por un tal Apión.
El valor histórico de Josefo como fuente es diverso según sean las fuentes de que él
dispone. Cuando fue testigo ocular y
contemporáneo de los acontecimientos, sus informes suelen ser de primera mano.
Muchos de sus datos han sido contirmados mediante exeavaciones (por ejemplo, en
Masada). Claro está que, para la época anterior a él, Josefo dependió de fuentes. Sobre
todo las alltiljllitates contienen valiosas informaciones sobre conflictos en tiempo de
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
Pilato. que encajan muy bien con lo que sobre Pilato sabemos por otras fuentes (Filón,
el Nuevo Testamento, monedas y una inseripción). Ahora bien. hay que contar
siempre con que en Josefo hay cierta tendencia pro romana (en el belllllll esa
tendencia es más marcada que en las antiljllitates). Como Josefo se lee con mucho
interés, debemos recomendar su lectura. Sus obras son el mejor comentario de los
evangelios sinópticos.
III. FILÓN
Filón fue un teólogo y filósofo judío muy culto, que vivió en Alejandría.
aproximadamente del año 15/10 a.e. al año 40 d.e. Eseribió profundos comentarios del
Antiguo Testamento. en los que él quiere ver retlejadas en la Biblia las ideas
filosÓficas de la cultura antigua. Pero Filón tuvo también actividad política: Encabezó
una embajada de los judíos alejandrinos al emperador Gayo Cal ígula en el año 40 de
nuestra era. para hacer algo contra los ataques de que eran objeto los judíos en
Alejandría. Sobre esta embajada compuso Filón un escrito sumamente interesante. la
Legatio ac! GaiulII (Embajada a Gayo). A Filón le debemos. además de interesantes
noticias sobre los esenios. una importante información sohre Pilato. Filón no menciona
a Jesús. pero sí dice que. en tiempo de Pilato. hubo ejecuciones injustas (entre las
cuales él ineluiría la ejecución de Jesús. si tuviera noticia de ella). Su silencio sobre
Jesús no es muy signiticativo. Josefo guarda también silencio. por ejemplo. sobre Juan
Bautista.
IV. LOS ESCRITOS DE QUMRÁN
En 1947 se encontraron en unas cuevas situadas junto al Mar Muerto unos manuseritos
«<rollos») antiguos con escritos procedentes de una colonia excavada posteriormente.
junto a Qumrán. Se trata de una colonia de los llamados «esenios), (verosímilmente =
«piadosos'»' que constituían allá en el desierto una comunidad de vida monástica. Los
escritos se citan por el número asignado a las cuevas. la mayúscula Q (= QumrÜn) y
las iniciales del libro de que se trate:
a) I QS es la Regla de la Comunidad de QumrÜn. hallada en la cueva primera.
Contiene normas muy rigurosas para la admisión de miembros en la Comunidad. y
diversos castigos que llegan hasta la expulsión. La Comunidad de Qumr<Ín se
consideraba a sí misma corno «Templo» de Dios. El ideal era ser siempre tan santos
como si se estuviera constantemente en el Templo en la cercanía inmediata de Dios.
b) I QM es el Manuserito de la Guerra (de la mi//¡anu; = guerra). hallado en la cueva
primera. Deseribe el sueño de una gran guerra. en la que los moradores de Qumrán.
protegidos por Dios y por sus ángeles. han de luchar contra los romanos y Satanás.
c) CD (= ElIiro Doculllents) designa al llamado Documento de Damasco. que fue
descubierto ya en una sinagoga de El Cairo antes de los descubrimientos de Qumrán.
Contiene principalmente normas de vida para los esenios que no vivían en Qumrán y
que no estaban sometidos a reglas tan severas.
d) 1 QpHab es un comentario dd profeta Habacuc hallado en la cueva primera «<p»
significa «péser» = interpretación). Por el Comentario de Habacuc nos enteramos de
algo acerca del Maestro de Justicia. que fundó la comunidad de Qumrán en el siglo 11
a.e.
Los escritos de Qumrán no mencionan en ninguna parte a Jesús ni a los cristianos
(como tampoco mencionan. por ejemplo. a Herodes y a sus hijos o a Pilato). Pero son
importantes para la investigación acerca de Jesús por ofrecer un contraste con la
predicación de Jesús: Lo mismo que en Qumrán. Jesús da mayor rigor a varios
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Theissen, Gerd. La sombra del Galileo. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004
mandamientos judíos. Pero Jesús. con ese mayor rigor, une su predicación sobre la
gracia de Dios. que se vuelve benignamente hacia el pecador. Por el contrario, en los
escritos de Qumrán hallamos un rigor más lineal en la interpretación de la Ley.
V. TÁCITO
El historiador romano Tácito nació aproximadamente en d año 55/56 y vivió hasta
entrado el siglo 11. En sus Historias nos infonna también sobre la insurección
judía. Sus observacioncs generales sobre los judíos son muy importantes para el
enjuiciamiento de los judíos en el siglo 1. En los Alla/es nos informa sobre los
«cristianos» con ocasión del incendio de Roma, que tuvo lugar en el año 66: «El
hombre de quien se deriva este nombre, Cristo. fue ejecutado durante el reinado de
Tiberio por orden del procurador Poncio Pilato; y la perniciosa superstición.
sofocada por el momento, volvió a difundirse no sólo en Judea, país de origen de
ese mal, sino también en Roma. adonde confluyen y se celebran todas las
abominaciones y atrocidades procedentes de todo el mundo» (al/II. XV...+4.3).
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