Sentencia de Amparo Parcialmente Con Lugar
Sentencia de Amparo Parcialmente Con Lugar
Sentencia de Amparo Parcialmente Con Lugar
EN SU NOMBRE
JUZGADO SUPERIOR PRIMERO EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL
TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ÁREA
METROPOLITANA DE CARACAS
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En cuanto a este medio probatorio, observa esta Alzada que el mismo se trata de un
documento público traído en copia fotostática, el cual es admisible su promoción en
juicio de conformidad con el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, y se le
otorga valor probatorio de conformidad con el artículo 1.359 del Código Civil, para
acreditar la parte actora es propietaria de un apartamento situado en el edificio
“Hatillo Alto”, en la Urbanización Alto Hatillo, del Municipio El Hatillo del Estado
Miranda, distinguido con el Nº PH, ubicado en el nivel Pent House de dicho edificio.
ASÍ SE DECLARA.-
• Marcado con la letra “C” copia certificada de decisión dictada en fecha 07 de
octubre del año 2005, por el Juzgado Octavo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Transito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, de las cuales se evidencia que el referido Tribunal declaró: “(…)
PRIMERO: Se declara PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda que por Cobro
de Bolívares (Vía Ejecutiva) intentara la sociedad de comercio Inmobiliaria
Bungalow C.A. contra la sociedad mercantil Inmobiliaria Konzer C.A. SEGUNDO:
Se condena a la demandada, sociedad mercantil Inmobiliaria Konzer C.A., a pagarle
a la parte actora, las siguientes cantidades de dinero:
1.- la cantidad de Treinta y Dos Millones Treinta y Siete Mil Setecientos Dos
Bolívares (Bs. 32.037.702,00) por concepto de las cuotas de condominio que van
desde agosto de 2001 a Enero de 2003.
2.- los intereses moratorios causados sobre la suma supra señalada, desde el mes de
agosto de 2001 hasta que la presente decisión quede definitivamente firme,
calculados a la tasa del doce por ciento (12%) anual, conforme lo previsto en la
cláusula décima del contrato de administración de condominio. En consecuencia, se
ordena efectuar una experticia complementaria del fallo, en atención a lo previsto en
el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil (…)” (f. 18 al 42)
Y luego sostiene el mismo autor (ob. cit. p. 49) que “en Venezuela el consorcio no es
sino una asociación que no tiene personería jurídica, por no tener patrimonio propio,
pero tiene los atributos de las personas jurídicas sin tener carácter de un contrato, ni
de una comunidad, sino que es una figura que nace por imperio de la ley, con una
administración sui generis, la cual está ligada a la existencia de ese consorcio de
propietarios y a la de un edificio. Es tan válida esta afirmación que al extinguirse el
régimen de propiedad horizontal, de determinado edificio, automáticamente se
extingue el consorcio de propietarios, porque cesa su objeto”.
Ante estas diversas posiciones, importa decir que los criterios o corrientes doctrinales
concuerdan, en que el condominio es una comunidad de propietarios creada y
amparada por el legislador, que carece de personalidad jurídica y en la que los
condóminos no pueden asumir de manera singular la representación en juicio del
condominio, ya que estará a la luz de nuestra legislación, según el caso, en cabeza
del administrador o por el Condominio, a través de los apoderados que constituya,
para que los represente bien como parte actora o como parte demandada.
Esta modalidad de representación única le excluye (1) de lo normado por el artículo
139 del Código de Procedimiento Civil, que regula la representación en juicio de las
sociedades irregulares y entes asociativos sin personalidad jurídica, estableciendo
esta disposición legal que la representación del condominio estará en cabeza de
quienes tienen su dirección, y a quienes les hace personal y solidariamente
responsable de las obligaciones a que se condene esos entes sin personería jurídica.
Y (2) de la representación en el caso de las comunidades ordinarias.
En ese mismo sentido camina nuestra doctrina judicial. Sin embargo, ha habido
cierta confusión a la hora de interpretar la asunción de la representación judicial de
los condominios y la posibilidad de ser demandados exigiéndoles responsabilidad,
confusión nacida supuestamente al rescoldo del artículo 20, letra e), de la Ley de
Propiedad Horizontal que establece lo siguiente:
“Artículo 20.- Corresponde al administrador:
(…)
e) Ejercer en juicio la representación de los propietarios en los asuntos concernientes
a la administración de las cosas comunes, debidamente asistidos por abogados o bien
otorgando el correspondiente poder. Para ejercer esa facultad deberá estar
debidamente autorizado por la Junta de Condominio, y de acuerdo con lo establecido
en el respectivo documento. Esta autorización deberá constar en el Libro de Actas de
la Junta de Condminio.”
Del texto legal preinsertado y de la doctrina judicial citada, se infiere claramente que
la representación en juicio de los propietarios en los asuntos concernientes a la
administración de las cosas comunes, la tiene el administrador, quien es el único
facultado para intentar un juicio en nombre y representación de los copropietarios de
un inmueble, salvo que lo asuma la junta de condominio ante la ausencia de
administrador. Lo que debe quedar muy claro es que los condóminos no pueden
asumir de manera singular la representación en juicio del condominio.
En consecuencia de la doctrina y jurisprudencia antes transcrita, observa quien juzga
que la representación en juicio de los propietarios en los asuntos concernientes a la
administración de las cosas comunes, la tiene el administrador, quien es el único
facultado para intentar un juicio en nombre y representación de los copropietarios de
un inmueble, salvo que lo asuma la junta de condominio ante la ausencia de
administrador, por lo que habría que considerar que la junta de condominio asumió
esa representación.
No se evidencia en autos, el acta en la que conste la autorización de la junta para
asumir la representación en juicio, lo que significaría que la representación ha sido
asumida a título personal por los ciudadanos Oswaldo Monbrunt y Alexandre Volcán
G., y no como representante de la comunidad jurídica organizada, consecuenciando,
aplicando un criterio rigorista, que la comunidad de propietarios del Edificio Hatillo
Alto no tiene representación en juicio. Empero, considera quien sentencia que,
siendo los ciudadanos Oswaldo Monbrunt y Alexandre Volcán G., miembro y
presidente respectivamente de la junta de condominio del Edificio “Hatillo Alto”,
representan a los co-propietarios del mencionado edificio al manifestar que asumían
esa representación y haber sido admitido como tales representantes por la parte
quejosa. Luego, están en plena facultad para representar en juicio a los mismos.
Bajo esa prédica se hace forzoso a este Tribunal de Alzada declarar
IMPROCEDENTE el alegato de falta de cualidad para ser llamados a juicio los
ciudadanos Oswaldo Monbrunt y Alexandre Volcán G., en su carácter de
representantes –junta de condominio- de la comunidad de propietarios del Edificio
Hatillo Alto. ASI SE DECLARA.
5.- De la Situación Jurídica infringida.
La parte accionante alega la violación de sus derechos constitucionales contenidos en
nuestra Carta Magna, aduciendo que la tiene serias desavenencias con la junta de
condominio del edificio “Hatillo Alto”, donde esta ubicado el apartamento de su
propiedad, ya que estos procedieron a demandarlo por el pago de cuotas de
condominio atrasadas. Que la junta de condominio del edificio “Hatillo Alto”, dirigió
una comunicación a todos los propietarios de apartamentos, de fecha 31.10.2008,
suscrita por los miembros de la referida Junta Ciudadanos Oswaldo Montbrum y
Alexandre Volcán G, en la cual señalaron, que en asamblea realizada en marzo del
año pasado, se acordó “(…) las nuevas llaves se le entregaran solo a los propietarios
de apartamentos que no estén en problemas legales con el condominio, es decir, que
aun estando atrasados pero sin llegar a estar en situación legal, se le entregaran las
llaves. Así mismo señalaron, que las puertas de los estacionamientos se efectuaran
ajustes necesarios en la programación de los controles, no se programaran los que se
encuentren en situación legal, Judicial con el condominio (…)”. Que este hecho es
absolutamente ilegal vulnera y violenta sus derechos constitucional de propiedad y
consagrado en el artículo 115 de nuestra Carta Magna, así como también el artículo
55 y 49 eiusdem. Que el apartamento donde vive su mandante, vive el propietario de
la empresa, y su núcleo familiar, tiene dos menores hijos y para poder llegar hasta el
apartamento tiene que dirigirse a través de las escaleras, ya que no tienen acceso al
ascensor, ni a los estacionamientos, no puede estacionar en sus puestos de
estacionamientos sus vehículos.
Sobre lo planteado y que es el objeto de la presente contienda judicial de orden
constitucional, quiere manifestar quien sentencia, su preocupación de que este tipo
de contienda tan común en los condominios, no se resuelva mediante los
mecanismos de equidad y tenga que recurrirse a movilizar el aparato judicial.
Es claro, y así se evidencia de las actas procesales, que, por una parte, está presente
un conflicto entre un copropietario que tiene morosidad en sus pagos, y ese retraso le
lleva a objetar todo lo resuelto por la Junta de Condominio; y por la otra, una Junta
de Condominio que, llevados quizás por la mejor intención, tratan de imponer reglas,
sin lograr la mejor aquiescencia de los propietarios. Todos tienen una cuota de razón
y otra cuota de sinrazón, pero cuando se exageran los ánimos, se olvidan que son
vecinos y que les corresponde vivir en comunidad. Ese “olvido” hace que a veces los
condominios, y especialmente sus reuniones, sean unos sitios de guerra, donde el
vituperio está al orden del día, en lugar de ser el sitio donde los copropietarios
compartan un rato, para establecer los mejores mecanismos para mejorar su edificio.
Esta realidad es la que se observa en el presente asunto, donde se debate: por un lado
un propietario, que pide me entregues unas llaves para acceder al ascensor,
tristemente reconociendo que es un moroso contumaz. Pero no importa, así invierta
en honorarios profesionales y haga a mis vecinos invertir en honorarios, pero me doy
mi gusto de reclamar unas llaves, para ver si se me dan en forma gratuita, ya que hay
decisiones judiciales en las que me puedo apoyar para no pagar. Las decisiones
judiciales no son para prohijar ese tipo de conducta. Y por el otro lado, unos
directivos condominiales que dicen, no las entrego porque las nuevas llaves se le
darán solo a los propietarios de apartamentos que no estén en problemas legales con
el condominio. Por Dios, consideran Uds. que esos argumentos, esas nimiedades
deben ser motivo de movilizar el aparataje judicial. Pero como ha sido requerido el
órgano judicial, hay que dar una respuesta.
Dicho esto, debe quien juzga examinar lo relativo al ascensor, su naturaleza y efecto
como área común.
Primero, hay que señalar que de una lectura de la Ley de Propiedad Horizontal, la
que determinará el tratamiento que se le dará al área de los ascensores, en su artículo
5.b, cuando establece: “Son cosas comunes a todos los apartamentos: (…) Los
cimientos, paredes maestras, estructuras, techos, galerías, vestíbulos, escaleras,
ascensores y vías de entrada, salida y comunicaciones”.
Quiere decir, que en el presente asunto el ascensor del Edificio Hatillo Alto es un
área común, por así establecerlo la Ley de Propiedad Horizontal.
Y como segundo punto hay que determinar, ¿qué se entiende por área común? Y, a
tal efecto hay que recurrir a la doctrina.
Ha dicho sobre las cosas comunes en materia de Propiedad Horizontal, el doctor
Rafael Angel Briceño, en su libro “De la Propiedad Horizontal y sus acciones
judiciales”, página 91, lo siguiente:
“Cosas o bienes comunes son las porciones materiales e inmateriales del edificio
destinadas al uso y disfrute de todos los dueños de partes privativas o de algunos de
ellos. (…) De la indivisibilidad e integridad de tales bienes y de su
complementariedad con los privativos depende la subsistencia y el buen
funcionamiento del sistema. Esta situación resulta consagrada por el art. 8º, con
arreglo al cual cada propietario podrá servirse de las cosas comunes según su destino
ordinario y sin perjuicio del uso legítimo de los demás (destino real).
Se trata, pues, de una comunidad jurídica en la que cada miembro tiene una cuota
ideal o intelectual de propiedad no sobre cada cosa en particular, sino sobre la
universalidad del condominio. Frente a esa universalidad cada propietario está
limitado por el derecho igual de los demás copartícipes.”
Del anterior criterio doctrinal, el cual comparte este Juzgador, se puede afirmar que
siendo el ascensor del Edificio Hatillo Alto, una cosa común, quiere decir que todos
los co-propietarios de éste, tienen un derecho igual sobre esa área, y los requisitos
para servirse de la misma, no son otros que los consagrados en el artículo 8 de la Ley
de Propiedad Horizontal, que señala:
“Cada propietario podrá servirse de las cosas comunes según su destino ordinario y
sin perjuicio del uso legítimo de los demás, salvo que de conformidad con esta Ley
se haya atribuido su uso exclusivamente a un determinado apartamento o local o a
determinados apartamentos o locales. No podrán acordarse la división de las mismas
sino en los casos en que lo autorice la presente Ley o la Asamblea de los
copropietarios por el voto de las dos terceras partes de sus miembros, y en este
último caso siempre y cuando se obtengan los permisos de las autoridades
competentes.”