Fallo Cámara Federal
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Mendoza, agosto de 2021.
VISTOS:
Los presentes autos FMZ 13.854/2020/47/CA20 caratulados
“LEGAJO DE APELACIÓN DE ORTEGO, LUCIANO EDGARDO Y
OTROS S/ ASOCIACIÓN ILÍCITA Y OTROS”, venidos a esta Sala “B”
provenientes del Juzgado Federal de Mendoza Nro. 3 Sec. Penal “E”, en
virtud de los recursos de apelación interpuestos por las asistencias técnicas de
los imputados Jorge Omar Miranda, Walter Eduardo Bardinella Donoso, Jorge
Gabriel Moschetti, Jaime Andrés Alba, Luciano Edgardo Ortego, Walter
Aníbal Costa, Leandro Emanuel Cirot, Juan Ignacio Aliaga, Javier Leónidas
Angeletti, Eugenio Javier Nasi, Omar Rodríguez, Alfredo Rodolfo Aliaga,
Jessica Melisa Miere, Juan Carlos Molina, de los adherentes Martín Ríos y
Matías Aramayo, y del Sr. Fiscal Federal –Dr. Dante Vega; contra el
decisorio de fecha 26 de julio del corriente año.
Y CONSIDERANDO:
I. Introducción.
a) Llega a conocimiento de esta Alzada el presente legajo, a partir
de la actividad recursiva impetrada contra el auto de mérito mediante el cual,
en lo que aquí importa, se resolvió lo siguiente:
“RESUELVO: (…)
V) DICTAR EL PROCESAMIENTO y transformar en PRISIÓN
PREVENTIVA la detención que sufre Luciano Edgardo ORTEGO de demás
circunstancias personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie”
penalmente responsable del delito Asociación Ilícita en calidad de
Organizador, en concurso real con el delito de cohecho activo agravado en
calidad de coautor, por SEIS (6) hechos, todos a su vez en concurso real, en
referencia a los casos individualizados de esta Resolución: Caso UNO (con
relación a Walter BARDINELLA) Caso DOS (en relación con la situación de
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Eugenio NASI); Caso TRES (en relación con la situación de Javier Santos
ORTEGA y Juan Carlos MOLINA); Caso CUATRO (en relación con la
situación de Marcos Adrián CALDERÓN) y Caso CINCO (en relación con la
situación de Omar Armando RODRÍGUEZ); (artículos 280, 306 y 312 del
Código Procesal Penal de la Nación, y artículos 45, 55, 210 segundo párrafo,
258 segunda disposición del Código Penal Argentino); debiendo continuar el
mismo alojado en el Complejo Penitenciario Federal VI de Luján de Cuyo,
Mendoza, en calidad de detenido, comunicado, a disposición de este Juzgado
y sujeto a las resultas del presente proceso.
VI) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y dinero
de Luciano Edgardo ORTEGO, por el monto de treinta y ocho millones
seiscientos cuarenta mil pesos ($ 38.640.000), debiendo a tal efecto, labrarse
el correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
VII) DICTAR EL PROCESAMIENTO y transformar en PRISIÓN
PREVENTIVA la detención que sufre Jaime Andrés ALBA, de demás
circunstancias personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie”
penalmente responsable del delito de Asociación Ilícita en calidad de
Organizador, en concurso real con el delito de cohecho activo agravado en
calidad de coautor, por TRES (3) hechos, todos en concurso real, en
referencia al Caso número SIETE (en relación con la situación de Walter
COSTA, Diego Alfredo ALIAGA y Alfredo ALIAGA); (artículos 280, 306 y
312 del Código Procesal Penal de la Nación, y artículos 45, 55, 210 segundo
párrafo, 258 segunda disposición del Código Penal Argentino); debiendo
continuar el mismo alojado en el Complejo Penitenciario Federal VI de Luján
de Cuyo, Mendoza, en calidad de detenido comunicado, a disposición de este
Juzgado y sujeto a las resultas del presente proceso.
VIII) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Jaime Andrés ALBA, por el monto de veintitrés millones
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quinientos veinte mil pesos ($23.520.000), debiendo a tal efecto, labrarse el
correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
IX) DICTAR EL PROCESAMIENTO CON PRISIÓN
PREVENTIVA de Leopoldo Antonio Martín RÍOS, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito Asociación Ilícita en calidad de Integrante, en
concurso real con el delito de cohecho activo agravado en calidad de
coautor, por CUATRO (4) hechos, todos en concurso real en referencia a los
casos individualizados de esta Resolución, Caso UNO (en relación con la
situación de Walter BARDINELLA), Caso TRES (en relación con la situación
de Javier Santos ORTEGA y Juan Carlos MOLINA), y Caso OCHO;
(artículos 280, 306 y 312 del Código Procesal Penal de la Nación, y artículos
45, 55, 210 primer párrafo, 258 segunda disposición del Código Penal
Argentino); debiendo continuar en el “status libertatis” conforme lo resuelto
en el Legajo Nº 18, a disposición de este Juzgado y sujeto a las resultas del
presente proceso.
X) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y dinero
de Leopoldo Antonio Martín RÍOS, por el monto de veinticuatro millones
trescientos sesenta mil pesos ($ 24.360.000), debiendo a tal efecto, labrarse
el correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
XI) DICTAR EL PROCESAMIENTO CON PRISIÓN
PREVENTIVA de Alejandro Matías ARAMAYO, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito Asociación Ilícita en calidad de Integrante, en
concurso real con el delito de cohecho activo agravado en calidad de
coautor, por TRES (3) hechos, todos en concurso real, en referencia a los
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casos individualizados de esta Resolución, Caso UNO (en relación con la
situación de Walter BARDINELLA) y Caso TRES (en relación con la
situación de Javier Santos ORTEGA y Juan Carlos MOLINA); (artículos 280,
306 y 312 del Código Procesal Penal de la Nación, y artículos 45, 55, 210
primer párrafo, 258 segunda disposición del Código Penal Argentino);
debiendo continuar en el “status libertatis” conforme lo resuelto en el Legajo
de Nº 17, a disposición de este Juzgado y sujeto a las resultas del presente
proceso.
XII) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y dinero
de Alejandro Matías ARAMAYO, por el monto de diecinueve millones
trescientos veinte mil pesos ($ 19.320.000), debiendo a tal efecto, labrarse el
correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
XIII) DICTAR EL PROCESAMIENTO y transformar en
PRISIÓN PREVENTIVA la detención que sufre Walter Eduardo
BARDINELLA, de demás circunstancias personales obrantes en Autos, por
considerarlo “prima facie” penalmente responsable del delito Asociación
Ilícita en calidad de Integrante, en concurso real con el delito de cohecho
activo agravado en calidad de coautor, por CUATRO hechos, en referencia al
Caso UNO (en relación con su propia situación), Caso DOS (en relación con
la situación de Eugenio NASI) y Caso TRES (en relación con la situación de
Javier Santos ORTEGA y Juan Carlos MOLINA) (artículos 280, 306 y 312 del
Código Procesal Penal de la Nación, y artículos 45, 55, 210 primer párrafo,
258 segunda disposición del Código Penal Argentino); debiendo continuar el
mismo alojado en el Complejo Penitenciario Federal VI de Luján de Cuyo,
Mendoza, en calidad de detenido comunicado, a disposición de este Juzgado y
sujeto a las resultas del presente proceso.
XIV) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y dinero
de Walter Eduardo BARDINELLA, por el monto de trece millones
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doscientos cuarenta mil pesos ($ 13.240.000), debiendo a tal efecto, labrarse
el correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
XV) DICTAR EL PROCESAMIENTO y transformar en PRISIÓN
PREVENTIVA la detención que sufre José Gabriel MOSCHETTI, de demás
circunstancias personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie”
penalmente responsable del delito Asociación Ilícita en calidad de Integrante,
en concurso real con el delito de Violación de Secreto, en concurso ideal con
el delito de Violación de los Deberes de Funcionarios Públicos, ambos en
calidad de autor; artículos 280, 306 y 312 del Código Procesal Penal de la
Nación, y artículos 45, 54, 55, 210 primer párrafo, 157 y 248 del Código
Penal Argentino); debiendo continuar el mismo alojado en el Complejo
Penitenciario Federal VI de Luján de Cuyo, Mendoza, en calidad de detenido,
comunicado, a disposición de este Juzgado y sujeto a las resultas del presente
proceso.
XVI) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y dinero
de José Gabriel MOSCHETTI, por el monto de cuatro millones doscientos
mil pesos ($ 4.200.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación).
XVII) DICTAR EL PROCESAMIENTO y transformar en
PRISIÓN PREVENTIVA la detención que sufre Eugenio Javier NASI, de
demás circunstancias personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima
facie” penalmente responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en
calidad de coautor, en referencia al Caso DOS (artículos 280, 306 y 312 del
Código Procesal Penal de la Nación, y artículos 45 y 258 segunda
disposición del Código Penal Argentino); debiendo continuar el mismo
alojado en el Complejo Penitenciario Federal VI de Luján de Cuyo, Mendoza,
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en calidad de detenido, comunicado, a disposición de este Juzgado y sujeto a
las resultas del presente proceso.
XVIII) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Eugenio Javier NASI, por el monto de cinco millones cuarenta mil
pesos ($5.040.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación) (…)
XXI) DICTAR EL PROCESAMIENTO CON PRISIÓN
PREVENTIVA de Juan Carlos MOLINA, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de coautor, en
referencia al Caso TRES artículos 280, 306 y 312 del Código Procesal Penal
de la Nación, y artículos 45 y 258 segunda disposición del Código Penal
Argentino); debiendo continuar en el “status libertatis” conforme lo resuelto
en el Incidente de Excarcelación Nº 12, a disposición de este Juzgado y sujeto
a las resultas del presente proceso.
XXII) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Juan Carlos MOLINA, por el monto de cinco millones cuarenta
mil pesos ($5.040.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación) (...).
XXV) DICTAR EL PROCESAMIENTO y transformar en
PRISIÓN PREVENTIVA la detención que sufre Omar Armando
RODRÍGUEZ, de demás circunstancias personales obrantes en Autos, por
considerarlo “prima facie” penalmente responsable del delito Cohecho
Activo Agravado, en calidad de coautor, en referencia al Caso CINCO
(artículos 280, 306 y 312 del Código Procesal Penal de la Nación, y artículos
45 y 258 segunda disposición del Código Penal Argentino); debiendo
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continuar el mismo alojado en el Complejo Penitenciario Federal VI de Luján
de Cuyo, Mendoza, en calidad de detenido comunicado, a disposición de este
Juzgado y sujeto a las resultas del presente proceso.
XXVI) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Omar Armando RODRÍGUEZ, por el monto de cinco millones
cuarenta mil pesos ($5.040.000), debiendo a tal efecto, labrarse el
correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
XXVII) DICTAR EL PROCESAMIENTO CON PRISIÓN
PREVENTIVA de Walter Aníbal COSTA, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de coautor, en
referencia al Caso SIETE (artículos 280, 306 y 312 del Código Procesal
Penal de la Nación, y artículos 45 y 258 segunda disposición del Código
Penal Argentino); debiendo continuar en detención domiciliaria conforme lo
resuelta en el Incidente Nº 39, a disposición de este Juzgado y sujeto a las
resultas del presente proceso.
XXVIII) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Walter Aníbal COSTA, por el monto de cinco millones cuarenta
mil pesos ($5.040.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación).
XXIX) DICTAR EL PROCESAMIENTO CON PRISIÓN
PREVENTIVA de Alfredo Rodolfo ALIAGA, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de coautor, en
referencia al Caso SIETE (artículos 280, 306 y 312 del Código Procesal
Penal de la Nación, y artículos 45 y 258 segunda disposición del Código
Penal Argentino); debiendo continuar en detención domiciliaria conforme lo
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oportunamente ordenado, a disposición de este Juzgado y sujeto a las resultas
del presente proceso.
XXX) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Alfredo Rodolfo ALIAGA, por el monto de cinco millones
cuarenta mil pesos ($5.040.000), debiendo a tal efecto, labrarse el
correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
XXXI) DICTAR EL PROCESAMIENTO SIN PRISIÓN
PREVENTIVA de Jorge Omar MIRANDA, de demás circunstancias
personales en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente responsable
del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de coautor, por UN hecho en
relación al Caso número SEIS (en relación a la situación de Rosa
Fernández); (artículos 306 y 310 del Código Procesal Penal de la Nación, y
artículos 45, y 258 segunda disposición del Código Penal Argentino);
debiendo el nombrado continuar en la misma situación en la que se encuentra
y sujeto a las resultas del proceso.
XXXII) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Jorge Omar MIRANDA, por el monto de cinco millones cuarenta
mil pesos ($5.040.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación).
XXXIII) DICTAR EL PROCESAMIENTO SIN PRISIÓN
PREVENTIVA de Javier Leónidas ANGELETTI, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de coautor, por
TRES (3) hechos todos en concurso real, en referencia al Caso número SIETE
(en relación con la situación de Walter Costa, Diego Alfredo Aliaga y Alfredo
Aliaga); (artículos 306 y 310 del Código Procesal Penal de la Nación, y
artículos 45, 55 y 258 segunda disposición del Código Penal Argentino);
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debiendo el nombrado continuar en la misma situación en la que se encuentra
y sujeto a las resultas del proceso.
XXXIV) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Javier Leónidas ANGELETTI, por el monto de quince millones
ciento veinte mil pesos ($15.120.000), debiendo a tal efecto, labrarse el
correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación).
XXXV) DICTAR EL PROCESAMIENTO SIN PRISIÓN
PREVENTIVA de Jessica Melisa MIERE, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarla “prima facie” penalmente
responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de participe
necesaria, en referencia al Caso número UNO (en relación con la situación
de Walter Bardinella); (artículos 306 y 310 del Código Procesal Penal de la
Nación, y artículos 45 y 258 segunda disposición del Código Penal
Argentino); debiendo la nombrada continuar en la misma situación en la que
se encuentra y sujeta a las resultas del proceso.
XXXVI) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Jessica Melisa MIERE, por el monto de dos millones quinientos
veinte mil pesos ($ 2.520.000), debiendo a tal efecto, labrarse el
correspondiente mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo
(artículos 518 y 533 del Código Procesal Penal de la Nación) (…).
XXXIX) DICTAR EL PROCESAMIENTO SIN PRISIÓN
PREVENTIVA de Leandro Emanuel CIROT, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarla “prima facie” penalmente
responsable del delito Cohecho Activo Agravado, en calidad de participe
secundario, en referencia al Caso número UNO (en relación con la situación
de Walter Bardinella); (artículos 306 y 310 del Código Procesal Penal de la
Nación, y artículos 46 y 258 segunda disposición del Código Penal
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Argentino); debiendo el nombrado continuar en la misma situación en la que
se encuentra y sujeto a las resultas del proceso.
XL) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y dinero
de Leandro Emanuel CIROT, por el monto de un millón doscientos sesenta
mil pesos ($1.260.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación).
XLV) DICTAR EL PROCESAMIENTO SIN PRISIÓN
PREVENTIVA de Juan Ignacio ALIAGA, de demás circunstancias
personales obrantes en Autos, por considerarlo “prima facie” penalmente
responsable del delito de Falso Testimonio, en calidad de autor (artículos
306 y 310 del Código Procesal Penal de la Nación, y artículos 45 y 275 del
Código Penal Argentino); debiendo el nombrado continuar en la misma
situación en la que se encuentra y sujeto a las resultas del proceso.
XLVI) MANDAR A TRABAR EMBARGO sobre los bienes y
dinero de Juan Ignacio ALIAGA, por el monto de ochocientos cuarenta mil
pesos ($840.000), debiendo a tal efecto, labrarse el correspondiente
mandamiento, que será diligenciado en la forma de estilo (artículos 518 y 533
del Código Procesal Penal de la Nación).
XLVII) DICTAR FALTA DE MÉRITO en favor del imputado de
Luis Francisco ÁLVAREZ, de demás circunstancias personales obrantes en
Autos, en orden al hecho por el cuales fuera indagado, (artículo 309 del
Código Procesal Penal de la Nación); debiendo el nombrado continuar en la
misma situación en la que se encuentra y sujeto a las resultas del proceso…”
(ver resolutorio de fecha 26 de julio del corriente año).
De lo transcripto anteriormente, y de la lectura del decisorio puesto
en crisis, podemos precisar que, en el marco de los presentes actuados, nos
encontramos frente a diferentes grupos de imputados; ello, a partir de los
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criminal sostenida tanto por el magistrado interviniente, como por el Sr. Fiscal
Federal.
Luego, y resultando ser un agravio sostenido de forma generalizada
por los aquí recurrentes, haremos un análisis de la motivación y
fundamentación del decisorio puesto en crisis, sumado al estudio de las
características propias que presenta y debe contener un auto de procesamiento.
A continuación, se detallarán las notas propias que poseen los
distintos encuadres legales prima facie endilgados a los justiciables, desde un
ámbito doctrinario y jurisprudencial.
Finalizado ello, nos dispondremos a estudiar los agravios
introducidos por las partes apelantes –tanto en el recurso de apelación, como
en el informe elevado por ante esta instancia judicial, de forma integrada con
la prueba recolectada en los autos principales.
En última instancia, y en los casos que correspondiera, se hará
referencia a la situación de libertad de quienes se hayan agraviado por el
dictado de la prisión preventiva; como así también, del embargo ordenado
oportunamente.
b) En otro orden de ideas, entendemos necesario recordar la
circunstancia vinculada al desistimiento expreso y voluntario del imputado
Bento, respecto al recurso de apelación que interpusiera oportunamente ante la
anterior instancia ver decisorio de fecha 26 de agosto del corriente año,
obrante en este mismo legajo.
Ahora bien, frente a este escenario, deseamos dejar constancia que
las referencias que se realizarán a su respecto, al momento de relatar los
hechos investigados, encuadres legales y colecto probatorio reunido, se
efectuarán al sólo efecto de examinar las situaciones procesales de los demás
coimputados; ello, en virtud del rol atribuido a Walter Ricardo Bento en la
organización criminal pesquisada y la interdependencia de los hechos en
cuestión.
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criminal y proveedor de posibles “clientes” y el Comisario José Gabriel
Moschetti –quien ofrecería un canal de información y cobertura en el ámbito
policial.
Estas ocho personas, siempre bajo el liderazgo de Walter Ricardo
Bento (cuyo procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir
voluntariamente del recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante
la anterior instancia) –a quien durante la investigación se lo identifica varias
veces como “el gran jefe”, “el número uno” y “el gran gran”, habrían
desplegado maniobras para lograr beneficiar ilícitamente a determinados
imputados; quienes también se encuentran identificados y procesados por el
delito de cohecho pasivo (imputados presuntamente beneficiados: Eugenio
Javier Nasi, Javier Santos Ortega, Juan Carlos Molina, Marcos Calderón,
Omar Rodríguez, Walter Aníbal Costa, Alfredo Rodolfo Aliaga; participes en
las maniobras de cohecho: Jorge Omar Miranda, Leandro Emanuel Cirot,
Javier Leónidas Angeletti y Jessica Melisa Miere).
Esta primera afirmación, que resume en su mínima expresión el
decisorio cuestionado, se encuentra respaldada por una gran cantidad de
elementos probatorios e indicios que, al momento de tratar los agravios
interpuestos por las partes, haremos referencia.
Sin perjuicio de ello, sí consideramos necesario expedirnos sobre
dos cuestiones claves, esto es el inicio del sumario –el informe remitido
respecto del celular del imputado Walter Eduardo Bardinella Donoso y el
exhaustivo análisis respecto de los casos “testigos” que, según el juez a quo,
ilustra nítidamente el mecanismo o modus operandi realizado por la
organización criminal –casos identificados como 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8.
a) Respecto al primero de ellos, esto es la Nota N° 206/20 de la
Dirección de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Mendoza, cuya
remisión fue ordenada en el marco de los autos FMZ 12062/2020, caratulados
“Imputado Barrera, Diego Alejandro y ots s/ Secuestro Extorsivo.
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encartados, etc. en pos de acreditar los extremos que dieran origen a la
investigación.
b) Por otro lado, el juez a quo realizó una evaluación puntillosa
con relación a los diversos casos en donde, según la información obtenido por
otros medios de prueba, la asociación ilícita habría actuado.
De dicho análisis, logró acreditar prima facie un patrón de
funcionamiento, el cual encontró asidero en la constatación de determinadas
conductas repetitivas, realizadas a los efectos de lograr un beneficio procesal
ilícito.
Por ejemplo, en varios de los casos que a continuación
examinaremos, se observa que inicialmente se solicitaba un cambio de defensa
en favor de los abogados que integrarían la banda criminal, luego se
peticionaba una ampliación de indagatoria –destáquese que en muchas
situaciones los dichos no se presentaban muy diversos a los ya explicados en
la primera audiencia, y finalmente, se lograba un beneficio procesal.
Este, resultaba ser el circuito utilizado por los encartados, sin
perjuicio de los matices o particularidades que podrían tener cada uno de los
favorecidos.
c) En las siguientes líneas iniciaremos en estudio sobre los
expedientes en los cuales el juez de grado sostuvo la existencia de un acuerdo
previo para lograr la concesión de un beneficio ilícito, precisando en primer
lugar la conclusión a la que arriba este último, para luego ofrecer la propia.
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Además, y como bien pudo reconstruir el juez a quo, la acción
desplegada por la banda delictiva se dividió en dos momentos.
El primero de ello, previo a la detención Bardinella Donoso. En
dicho lapso –casi dos años, se logró acreditar prima facie la planificación de
una estrategia para lograr un beneficio procesal para este último, resultando
fundamental la participación del organizador Luciano Ortego.
El segundo tramo comprendió las instancias procesales
transcurridas una vez ocurrida la detención y la efectiva ejecución de la
estrategia previamente pactada, culminada en la resolución judicial irregular,
parcialmente favorable.
Debemos recordar que Bardinella Donoso se encontraba imputado
como presunto autor de los delitos de transporte de estupefacientes agravado
(por los 244,374 kg. de droga) y por el presunto comercio de los 4,850 kg. de
marihuana, sustancia que le habría llevado a la casa de Rodríguez Andino en
la noche del 30 de agosto del 2015, según le refirió a la policía la pareja de
esta persona, llamada Jessica Melisa Miere –coimputada en estos actuados,
como partícipe necesario en orden al delito de cohecho activo.
Una vez detenido, y habiendo aceptado el cargo conferido como
defensores de este último, los consortes de causa Ríos y Aramayo, iniciaron la
instancia judicial del plan.
La misma se ciñó en el ataque hacia las escuchas telefónicas que
ubicaban a Bardinella Donoso como persona que habría organizado el
transporte de sustancia estupefaciente, que diera origen a su compulsa.
Además, torcer el testimonio de Jessica Miere, en cuanto a la
mención que había efectuado respecto de quién había llevado los
estupefacientes a su marido, un hombre llamado “Walter” de apellido
“Donoso”.
Este plan, orquestado por los integrantes de la organización
criminal, tuvo como resultado el dictado de una falta de mérito respecto del
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delito de comercio de estupefacientes, a los términos del art. 5º inc. “c” de la
ley 23.737, en favor del imputado Walter Bardinella Donoso.
Caso 2: FMZ 35072/2016, caratulado: "Rodríguez Núñez, José y
Otros s/ Av. Inf. Ley 22.415”.
Conclusión del Dr. Puigdéngolas: “…En base a las consideraciones
expuestas y la prueba colectada hasta el momento, puedo tener por
acreditado, con convicción suficiente, que la libertad caucionada del
imputado NASI PEREIRA, otorgada en dos oportunidades, como así también
el cambio de calificación jurídica de su atribución delictiva, luego revocada
por la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, habrían sido dictadas de
forma irregular.
En ese orden de ideas, puedo acreditarse que mediante el abogado
Luciano ORTEGO y la intermediación de Walter BARDINELLA y Diego
ALIAGA, se habría logrado un acuerdo ilegítimo con el Magistrado Walter R.
BENTO para la obtención de la libertad de Eugenio Javier NASI PEIREIRA.
A su vez, en el presente caso se observó que el desarrollo de la
defensa respondería a una estrategia premeditada, la que se fue adaptando a
las condiciones procesales del imputado:
En primer término, una ampliación de declaración indagatoria
cuyo resultado se tradujo en un cambio de calificación legal favorable y la
consecuente excarcelación.
En segundo término, luego de la revocatoria de la Cámara Federal
de Apelaciones, procuraron presentaciones vinculadas al estado de salud
propio y familiar, es decir, presentaciones fundadas en argumentos de
carácter humanitarios con el fin de procurar la prisión domiciliaria.
Luego de múltiples presentaciones e incidentes, resulta llamativa la
resolución final del Incidente nº 62 donde la mayoría de la prueba se
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centraba en cuestiones de salud y, luego de obtener dictamen positivo del
Ministerio Público Fiscal para el otorgamiento de una prisión domiciliaria, el
Juez Walter BENTO otorgó una medida más beneficiosa, la excarcelación,
fundada en la desaparición de elementos que permitan presumir la existencia
de riesgo procesal…” (ver apartado II.2) de la resolución de fecha 26 de julio
del corriente año).
Este caso resulta ser paradigmático, ya que se encuentran presentes
todos los elementos del mecanismo utilizado para lograr los beneficiosos
procesales bajo estudio.
En primer lugar, se utilizó una acción procesal que se repitió en la
mayoría de los casos investigados, y que consistió en solicitar una ampliación
de declaración indagatoria con relación al detenido.
Luego, y a partir de la celebración de dicha audiencia, se dictó una
resolución en la cual modificó la calificación legal en favor de Nasi, lo que
trajo aparejado la concesión de su libertad.
Asimismo, y ante la revocatoria de dicha morigeración de la prisión
preventiva por esta Alzada, la estrategia desplegada por la organización viró.
Por lo cual, la asociación ilícita investigada habría cambiado su plan
de acción, logrando la libertad del imputado en base a razones de salud a
partir del instituto de la prisión domiciliaria. Pero aquí aconteció algo
extraño, ya que, a pesar de efectuarse la solicitud por una cuestión de salud, se
terminó otorgándo el beneficio por desaparición del “riesgo procesal” como
argumento fundamental; circunstancia que a primera vista resulta
contradictoria.
Por último, deseamos detenernos en una circunstancia destacada por
el magistrado instructor, que consideramos de gran relevancia.
Es que, del trámite del incidente a partir del cual Nasi Pereira es
nuevamente excarcelado, se observa que, para la firma de la caución real
impuesta para esa libertad, se presentó una persona ofreciendo un automotor
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para la traba del embargo respectivo, lo que quedó registrado en el informe del
estado de dominio del vehículo referido.
Sobre este punto, el juez interviniente logró acreditar que ese
automotor posee una cedula de autorización de manejo a nombre del propio
abogado Luciano Ortego y, además, en fecha 18/2/2021, registra otro embargo
en favor de Juan Ignacio Aliaga, lo que a su entender demuestra la vinculación
de los miembros de la banda.
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Ha podido acreditarse hasta aquí que mediante los abogados
intervinientes en la asociación ilícita presunta (RÍOS, ARAMAYO y
ORTEGO) actuando en forma separada y con la intermediación de Diego
ALIAGA, se habría ideado un plan estratégico para desvincular tanto a
ORTEGA PÉREZ, como a MOLINA PÉREZ a través de distintas
resoluciones, previo pago ilícito destinado al Juez de la causa, Walter
BENTO, quien tenía el control y decisión de esas resoluciones.
Ahora bien, como han destacado, tanto el propio ORTEGA PEREZ,
como los abogados colaboradores, los pagos se prolongaron en el tiempo y
estaban relacionados a las resoluciones beneficiosas que se iban dictando en
el expediente.
Respecto a la declaración de Juan Carlos MOLINA PÉREZ, quien
destacó que no conocía el arreglo realizado por su primo, Javier ORTEGA
PÉREZ, como así también que desconocía a los abogados actuantes y nunca
participó en los delitos atribuidos, entiendo que los beneficios procesales
presuntamente ilegítimos beneficiaron su situación procesal obteniendo un
cambio de calificación en su favor y una excarcelación cuyo origen es el
pacto ilícito.
Además su participación, en forma inexorable, se encuentra unida
a la de su compañero procesal (ORTEGA PEREZ), quien confesó haber
realizado un pago en su nombre y en el de MOLINA. Además fue defendido
por el propio Luciano ORTEGO, sindicado organizador de la asociación
ilícita que aquí se investiga…” (ver apartado II.3) de la resolución de fecha 26
de julio del corriente año).
Es este caso, nos encontramos frente a un imputado –Javier Santos
Ortega, quien reconoce el pago de una dadiva, en favor suyo y de su consorte
de causa –su primo, Juan Carlos Molina.
A ello se le suma, las declaraciones brindadas por dos de los tres
letrados intervinientes en el expediente FMZ 21303/2019, quienes en su
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Caso 4: FMZ 29171/2017, caratulado "Santander, Rubén Daniel
y otros s/ asociación ilícita fiscal”
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Walter BENTO y Luciano Edgardo ORTEGO, con la intermediación de Diego
Alfredo ALIAGA.
El presunto plan diagramado se observa en la forma sistemática de
actuación del abogado organizador que ya se ha analizado en casos
anteriores y que consistiría en el ataque de una prueba vital con los solos
dichos del imputado manifestados en ampliación de declaración indagatoria
y, acto seguido, la obtención de una resolución favorable por parte del Juez
Walter BENTO –quien, no obstante sostener la sospecha que recaía sobre
CALDERÓN y sin perjuicio de otros elementos probatorios en su contra,
omitió dictar medidas de profundización con posterioridad.
Para lograr la ejecución del presunto pacto se habrían valido de la
intermediación de Diego ALIAGA, respecto de quien se acreditó la relación
personal con el imputado CALDERÓN. Si bien, como ya se dijo, aquí no se
cuestiona el mérito u oportunidad de las resoluciones dictadas por el Dr.
BENTO, sino la previa irregularidad presunta por la cual se llegó a su
dictado, debo resaltar, a fin de reforzar el contexto que me lleva al
convencimiento de la existencia de esa irregularidad, el tratamiento dado al
imputado en el marco de esa resolución.
En ese orden de ideas, respecto al beneficio obtenido por
CALDERÓN DEVIAS en la resolución de falta de mérito, la enumeración de
medios probatorios que pesaban contra el imputado, que refirió el propio
Magistrado investigado, serían valorables, con mayor o igual fuerza, que su
declaración indagatoria respecto de no ser titular de la línea intervenida.
En su caso, frente a la sospecha y cúmulo de elementos que
permitían sostener la imputación de CALDERÓN, no aparece como
congruente la ausencia de profundización de la investigación y el descarte
valorativo de los demás elementos mencionados (…)
Conforme aparece en los sucesos del expediente, luego del
pronunciamiento que se presume irregular, no existe actividad jurisdiccional
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tendiente a hacer cesar el estado de incertidumbre que el Magistrado BENTO
adujo tener para adoptar el temperamento plasmado (…).
Ello colocó en cabeza del Juez instructor el deber de hacer cesar
ese estado mediante la producción de elementos probatorios, cuestión que no
ocurrió en dicha investigación.
Esta inactividad favoreció llamativamente a CALDERÓN DEVIAS
quien había declarado que la línea telefónica cuestionada le pertenecía a una
persona de apellido MATURANA, con quien tenía relación y que éste se
encontraba gestionándole una inscripción societaria.
Además, refirió que fue el nexo para poder hablar con el presunto
jefe de la asociación ilícita fiscal de apellido TEJADA. Por tal motivo, la
profundización de la investigación en ese estado, aparecía como necesaria
para así despejar, en caso de existir participación, cuál sería el grado de
actuación, tanto de CALDERÓN como de MATURANA, en el delito
investigado.
Esta discontinuidad en la investigación fue puesta de manifiesto en
el Tribunal Oral Federal por cuanto la causa fue elevada a juicio –por el Dr.
Marcelo Fabián GARNICA, en carácter de Juez Subrogante, sin resolver la
situación de CALDERÓN en definitiva y sin dejar, en la instrucción,
testimonio de la parte pertinente de las actuaciones para permitir la
profundización de esa investigación respecto del imputado favorecido con la
Falta de Mérito.
Como cité, una resolución de ese calibre no desvincula en forma
total y definitiva la presunta responsabilidad penal, primigeniamente
atribuida.
Por ello, la investigación sigue vigente para con ese sospechado
por lo que, para el caso de remitir o elevar actuaciones a un Órgano Superior
deberían existir copias (compulsa o testimonio) en la instrucción hasta tanto
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se dicte una resolución definitiva que se pronuncie sobre el mérito de la
investigación en su contra.
Ahora bien, si se entendiese lo realizado como un “error”
administrativo, debe ser analizado con los sucesos posteriores. En ese
sentido, a raíz de una presentación de parte del defensor Dr. Luciano
ORTEGO en la que solicitó el sobreseimiento definitivo de su defendido
CALDERÓN DEVÍAS ante el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Mendoza, se
ordenó remitir ese escrito a quien correspondía, esto es, al Juzgado de
Primera Instancia que había instruido la causa y donde deberían existir las
constancias dejadas al efecto.
No obstante, el Tribunal Oral solicitó un informe del estado de esa
investigación, el que nunca fue evacuado. La omisión de contestar dicho
informe por parte del Dr. BENTO adquiere relevancia y refuerza la
conclusión sostenida respecto a la intención de beneficiar a CALDERÓN
DEVIAS, no solo mediante el dictado de la Falta de Mérito, sino mediante la
inactividad procesal posterior.
Para concluir, entiendo que de la interpretación de las actuaciones
judiciales analizadas y
su inusual tratamiento, dado por la falta de
notificación al Ministerio Público Fiscal de la audiencia de ampliación de
indagatoria, la valoración preponderante de los dichos del imputado, la infra
valoración de los demás elementos de cargo, la ausencia de medidas de
profundización y la falta de información al Tribunal Oral Federal respecto
del imputado; sumado a la intervención del abogado organizador Luciano
ORTEGO, los testimonios
relativos al conocimiento la irregularidad del caso
de Diego BARRERA, de los abogados VARELA ÁLVAREZ y DE CASAS, el
acreditado vínculo
entre Marcos Adrián CALDERÓN
y Diego Alfredo
ALIAGA , nexo de la organización, evaluado y valorado de manera conjunta
y unívoca en el contexto de esta
investigación
, fundado en la metodología
propia de la organización y su funcionamiento en causas de trascendencia
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económica trascurridas en el Juzgado Federal a cargo del presunto Jefe de la
asociación ilícita, Dr. Walter Ricardo BENTO, me permiten sostener con
fuerza de convicción suficiente que el beneficio dictado a favor del imputado
Marcos Adrián CALDERÓN DEVIAS fue consecuencia de un acuerdo previo
tendiente a la recaudación dineraria ilícita por parte de los miembros de la
organización criminal…” –el subrayada nos pertenece (ver apartado II.4) de
la resolución de fecha 26 de julio del corriente año).
En el caso vinculado al sospechado Marcos Adrián Calderón, quien
fuera beneficiado por el dictado de una falta de mérito, observamos
determinadas conductas a posteriori de dicho decisorio, que no hacen más
que acreditar prima facie el presunto plan ilícito –la falta de formación de
testimonios vinculados a la situación procesal de Calderón y la ausencia de
respuesta a lo solicitado por el Tribunal Oral Federal respecto de este último.
Y, sobre todo, como bien lo señala el juez a quo, la inactividad
judicial frente a una falta de mérito que, por definición propia, exige la
profundización de la investigación.
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En primer lugar, previo a la faz judicial, mediante el aviso de
MOSCHETTI, BARDINELLA y ALIAGA de las medidas de allanamiento y
detención y, en segundo lugar, una vez detenido, mediante el dictado de
resoluciones procesales favorables, solicitadas por ORTEGO y ejecutadas
por BENTO, para mejorar su situación procesal y obtener así su libertad de
modo presuntamente ilegítimo por obedecer, presumiblemente, a un acuerdo
ilícito previo.
En conclusión entiendo que de la interpretación de las actuaciones
judiciales analizadas y su inusual tratamiento, dado por la omisión de
pronunciamiento en la primera resolución de mérito, la incongruencia
posterior a la revisión del Superior, la valoración preponderante de los
dichos del propio imputado, la infra valoración de los demás elementos de
cargo y la consecuente libertado del imputado RODRÍGUEZ CICHINELLI;
sumado a la previa intervención en la faz extrajudicial del Comisario José
Gabriel MOSCHETTI y sus informantes, Walter BARDINELLA DONOSO y el
nexo de la organización, Diego Alfredo ALIAGA, evaluado y valorado de
manera conjunta y coherente con el resto de los Casos analizados, fundado en
la metodología propia de la organización y su funcionamiento en causas de
trascendencia económica trascurridas en el Juzgado Federal a cargo del
presunto Jefe de la asociación ilícita, Dr. Walter Ricardo BENTO, me
permiten sostener con fuerza de convicción suficiente que las resoluciones
dictadas a favor del imputado Omar Armando RODRÍGUEZ CICHINELLI
fueron consecuencia de un acuerdo previo tendiente a la recaudación
dineraria ilícita por parte de los miembros de la organización criminal….”
(ver apartado II.5) de la resolución de fecha 26 de julio del corriente año).
Aquí, vislumbramos nuevamente que la actividad desplegada por la
organización se enmarca en dos distintos momentos –circunstancia ya relatada
y analizada en los casos 1 y 2, antes referidos.
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etapa procesal la existencia de un acuerdo previo ilícito para favorecer al
encartado Rodríguez.
Caso 6: FMZ 19016/2013 “Iñíguez Fazio, Juan Carlos y otros s/
inf. Ley 22.415”
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que abonar la suma de U$S 40.000 y que a ellos les solicitaron, por
intermedio de Diego ALIAGA, la suma de U$S 200.000 para la obtención de
un beneficio similar.
Tales testimonios resultan reforzados por los dichos de los
abogados RÍOS y ARAMAYO al hablar sobre su participación en la causa
sospechada.
Por otra parte, valoré la existencia de comunicaciones telefónicas,
surgidas de intervenciones ordenadas en el marco de esa investigación, donde
el Dr. Walter BENTO fue mencionado como autor del delito de cohecho por
uno de los imputados –IÑÍGUEZ y que sin embargo el Magistrado decidió no
apartarse del entendimiento de la causa.
Asimismo, entiendo que resulta sólida la prueba reunida que indica
al Dr. Jorge MIRANDA como el abogado que habría sido el nexo para la
comisión del delito de cohecho por cuanto así lo menciona la totalidad de
testigos, coimputados y su actuación en el expediente se encuentra
completamente acreditada.
Los elementos de convicción estimados en el presente apartado me
permiten sostener, con el grado de provisoriedad propio de esta etapa del
procedimiento, que la disminución del grado de participación en la atribución
delictiva de contrabando endilgada a Rosa Isabel FERNÁNDEZ dictada por
el Dr. Walter Ricardo BENTO y su consecuente libertad caucionada, no
fueron objeto de una derivación razonada de elementos de prueba valorados
por el Juez, sino por el contrario, obedecieron a la aplicación de la
metodología aquí investigada y en cumplimiento del designio común de la
asociación ilícita que el Magistrado comandaría.
Esto es, dictar decisiones jurisdiccionales en función de un acuerdo
ilícito previo consistente en la entrega de dinero en efectivo u otros bienes
realizada por una persona imputada en una causa de trascendencia
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económica cuya investigación transita en el Juzgado Federal a su cargo…”
(ver apartado II.6) de la resolución de fecha 26 de julio del corriente año).
En el caso de mención, constatamos la presencia de los indicadores
que se repiten en varios de los expedientes examinados.
En primer lugar, podemos señalar el dictado de un procesamiento
que ubica a Rosa Fernández Morales como coautora del delito de contrabando
agravado en grado de tentativa.
Con posterioridad, y en base a una declaración indagatoria
ampliatoria se modificó el criterio, valorando elementos que ya habían sido
analizados con anterioridad y sin haber incorporado nuevas pruebas.
Sin perjuicio de ello, el juez interviniente el coimputado Bento
(cuyo procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir voluntariamente
del recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante la anterior
instancia) realizó una nueva interpretación de las comunicaciones que habían
servido de base para sostener la autoría en el injusto atribuido y “ajustó” la
calificación a una participación secundaria, lo que generó un escenario
favorable que permitió la inmediata excarcelación de la imputada.
Como se observa, se llevó a cabo el mecanismo utilizado en los
demás casos, en donde se tiene como antesala una ampliación de indagatoria,
para luego dictarse una falta de mérito o un ajuste de calificación; todo lo cual,
sirve como plataforma para la concesión de una morigeración de la prisión
preventiva.
Finalmente, debemos ponderar la existencia de otros coimputados
que, en el marco de las declaraciones testimoniales ofrecidas en estos
actuados, indicaron tener conocimiento del pago de una dadiva, por
intermedio del abogado Jorge Omar Miranda, en favor de Fernández Morales
circunstancias que serán analizadas al momento de examinar la participación
criminal del precitado Miranda.
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Caso 7: FMZ 11088445/2007, caratulado: “COSTA, Walter A. y
Ots.”
Conclusión del Dr. Puigdéngolas: “…En base a la prueba reunida y
constancias de las causas analizadas, puedo tener por acreditado que el
dictado de las resoluciones que favorecieron la posición de Walter COSTA,
mediante las que obtuvo su libertad, como así la falta de mérito y el
sobreseimiento final dictados por el Juez Walter BENTO a favor de los 3
imputados, Walter COSTA, Diego ALIAGA y Alfredo ALIAGA, fueron en
dictados forma irregular e ilícita, como consecuencia de un plan previamente
diagramado.
El presente caso refuerza la hipótesis expuesta por el Ministerio
Público Fiscal en sus requerimientos por cuanto del análisis de estos obrados
se obtiene una aproximación temporal aproximada respecto al origen de la
relación entre Diego ALIAGA, su abogado de confianza y amigo Jaime ALBA
y el Juez Walter BENTO, con la participación en el caso de Javier
ANGELETTI.
Ello es así, toda vez que la situación de Walter COSTA se
encuentra estrechamente vinculada a la de Diego ALIAGA, tanto por
habérsele imputado un presunto contrabando que el mismo ALIAGA habría
diagramado desde su faz documental, hasta por ser la persona que abonó los
honorarios para su defensa, conforme fuera expresado por el propio abogado
defensor Javier ANGELETTI.
A través del análisis del presente caso observé una estrategia
procesal compleja tendiente a lograr la duda y el paso del tiempo en ese
estado procesal con el fin último de favorecer, mediante una resolución
jurisdiccional aparentemente legal, a todos los sospechados vinculados a
Diego ALIAGA, a punto tal de haber entregado la mercadería secuestrada al
propio imputado.
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Lo expuesto se concluye luego de observar la interpretación que el
Magistrado BENTO realizó para el dictado, en primer término de falta de
mérito y, en segundo término, el sobreseimiento de los imputados, teniendo
presente la prueba de cargo que primero le había servido para el dictado de
auto de procesamiento para Walter COSTA, pero relativizándolos con su
declaración indagatoria y la de Diego ALIAGA, que fue usada para su padre,
Alfredo ALIAGA.
Así, además de la resolución que lo favoreció definitivamente en la
investigación principal, aparecen dos expedientes que sostienen la hipótesis
Fiscal.
Por un lado, en el incidente de liberación de elementos
secuestrados a favor de Diego ALIAGA en calidad de depositario judicial
existió una desaparición de mercadería bajo su custodia.
Esa acción motivo que el Ministerio Público Fiscal solicitase la
imputación correspondiente contra Diego ALIAGA, acción que el Juez
BENTO, luego de cuatro años de inactividad, archivó.
Por otro lado, en la causa civil que tenía a Diego ALIAGA como
actor por daños y perjuicios derivados de hechos vinculados a las
mercaderías secuestradas el Magistrado intervino, pese a que el abogado de
la contraparte indicó expresamente que no debía hacerlo.
Ello motivó un incidente de recusación para lograr el apartamiento
procesal del Juez por el Órgano de Alzada, acción que de no haber existido,
seguiría bajo la órbita del Dr. Walter BENTO. Asimismo, todos los
testimonios transcriptos de personas que de alguna forma tuvieron contacto
con Diego ALIAGA expresaron que él ponía de ejemplo sus resoluciones
favorables para garantizar impunidad ante el Magistrado a cambio de pagos
ilícitos.
Por todos estos elementos de cargo, la relativización de los
descargos de los imputados a la luz de las pruebas reunidas y la
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que existió una desaparición de mercadería bajo su custodia; y la causa civil
que tenía a Diego Aliaga como actor por daños y perjuicios derivados de
hechos vinculados a las mercaderías secuestradas.
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de su defendido, vinculado al narcotráfico, pese a la instancia del Ministerio
Público Fiscal.
El incompatible razonamiento alcanzado por el Magistrado en su
resolución de archivo, el relato de los hechos y la prueba consignada
permiten sostener en todas sus partes la hipótesis brindada por el Fiscal
Federal Dante Marcelo VEGA en su requerimiento respecto del delito
atribuido (art. 274 del Código Penal Argentino) por cuanto faltando a las
obligaciones a su cargo y frente a un requerimiento expreso de una de las
partes del proceso, Ministerio Público Fiscal, habría dejado de promover la
persecución y represión de presuntos delincuentes.
Finalmente, considero relevante valorar el hecho puesto en
conocimiento por el Ministerio Público Fiscal a fs. 1079, donde se incorporó
y puso en conocimiento un suceso acaecido después de iniciada la presente
investigación mediante el cual, Juan Harry GAETE ALLENDE, condenado
por el hecho que se lo investigaba y detenido en una unidad carcelaria junto
a Diego BARRERA (testigo de los presentes autos) con el patrocinio del Dr.
Jaime ALBA, habría realizado una denuncia ante el Juez del Tribunal Oral
Federal Nº 1 de Mendoza, Alberto CARELLI, mediante la que habría atacado
la validez del testimonio de Diego BARRERA, la actuación del Dr. VEGA y
solicitó beneficios en su favor, todo lo cual resulta prueba indiciaria
concordante respecto al conocimiento y actuación conjunta entre Jaime
ALBA, Martín RÍOS y el Dr. Walter BENTO, utilizando en su declaración a
GAETE ALLENDE quien se vio indirectamente favorecido con el archivo
ordenado por BENTO en el caso que aquí se investiga y que habría sido una
maniobra –frustrada por FEINER tendiente a un beneficio procesal para el
entonces prófugo....” (ver apartado II.8) de la resolución de fecha 26 de julio
del corriente año).
De lo reseñado precedentemente por el juez a quo, podemos
concluir que, en el marco de estos actuados, se habría intentado beneficiar a
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uno de los integrantes de la organización criminal Leopoldo Martín Ríos y a
un funcionario policial el coimputado Martín Bazán; ello, a partir de una
resolución efectuada por el juez interviniente el imputado Bento (cuyo
procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir voluntariamente del
recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante la anterior
instancia), quien archivó sin más una denuncia que había sido promovida por
el Ministerio Fiscal.
III. Resolución recurrida. Fundamentación y motivación. Notas
características de un auto de procesamiento.
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a) Ante este marco, toca referirnos a uno de los agravios sostenido
por la mayoría de las defensas técnicas de los precitados justiciables.
Con relación a la queja direccionada a sostener que la decisión del
juez a quo carece de fundamentación, cabe destacar que el artículo 123 del
Código Procesal Penal de la Nación demanda que los autos deben estar
motivados, a la par que el Máximo Tribunal ha calificado arbitrario a todo
aquél que carece de fundamentación (Fallos: 329:4663); que sujeta el hecho al
derecho sin constituir una derivación razonada del ordenamiento jurídico
(Fallos: 330:1465); que no constituye una deducción lógica del derecho
vigente con aplicación a los hechos comprobados en la causa (Fallos:
310:2091); que omite tratar cuestiones oportunamente propuestas y
conducentes para la concreta solución del pleito, si tal omisión importa un
desmedro del derecho de defensa (del dictamen del Procurador General de la
Nación al que remitió la CSJN en Fallos: 329:3048; y 323:2839); que entra en
contradicción con lo que surge racional y objetivamente de la valoración en
conjunto de las diversas pruebas, indicios y presunciones que constan en el
expediente (Fallos: 319:1728); y que omite la ponderación colegida de las
pruebas producidas y constituye una formulación dogmática (Fallos: 319:722);
entre otras causales.
Es criterio de la Sala que la exigencia de la motivación y
fundamentación de las decisiones judiciales observa las garantías de la defensa
en juicio y el debido proceso (artículos 18 de la Constitución Nacional, 8
CADH, 14 PIDCP, 9 y 11 DUDH y 26 DADDDH), en la medida que
exterioriza las razones de los jueces para dictar sus pronunciamientos, tanto en
los aspectos fácticos como jurídicos, porque los obliga a desarrollar sus
reflexiones para arribar a la decisión, de una manera clara, completa,
coordinada entre los distintos argumentos, apoyándose en los hechos probados
en el expediente y en la ley vigente.
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En esa actividad, los criterios de selección y apreciación de la
prueba son facultades privativas de los jueces (Fallos: 328:957), quienes
puedan dar preferencia a determinados elementos sobre otros (Fallos:
330:2639), sin que estén obligados a pronunciarse sobre la totalidad del
material probatorio, sino sobre lo relevante para fundar sus conclusiones
(Fallos: 319:3470) y las meras discrepancias con esas pautas, son insuficientes
por sí solas para descalificar los pronunciamientos, aun cuando los
magistrados hayan prescindido de algunas de las pruebas aportadas (Fallos:
338:1156), en la medida que la doctrina de la arbitrariedad es de carácter
excepcional y exige un inequívoco apartamiento de las normas que rigen el
caso o una decisiva carencia de fundamentación (Fallos: 325:1922; y
323:4028).
Siguiendo ese lineamiento, se estima que el fallo impugnado cumple
con la manda de motivación que prescribe la norma invocada por los
apelantes, pues contiene una explicación de la conclusión a la que arriba el
juez a quo, que se advierte como el resultado de un análisis racional de los
elementos obrantes en el legajo y su aplicación al caso concreto.
Es decir, del auto de mérito bajo análisis, se observa que el
magistrado interviniente examinó los elementos incorporados a la luz de la
normativa vigente en la materia, y teniendo en consideración los descargos
efectuados por las partes intervinientes.
b) Con relación a las notas propias de un auto de procesamiento,
debemos recordar que el mismo contiene un juicio de probabilidad acerca de
la existencia del hecho delictuoso y de la responsabilidad que, como autor,
partícipe o instigador, les corresponde a los imputados.
Además, es menester ponderar que reiteradamente esta Cámara
Federal ha sostenido que el procesamiento se dicta contra el imputado cuando
existe la exteriorización fáctica de un hecho conceptualizado normativamente
como delito e indicios vehementes de culpabilidad en su comisión por parte de
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aquél. No es una sentencia condenatoria la cual requiere certeza, sino un
auto justificado cuando de la prueba deriva un estado de sospecha fundado de
que el encausado ha delinquido, no requiriendo un análisis de la totalidad de la
prueba del sumario ni que la investigación se encuentre agotada (Conf., entre
otros, autos nº 43.521F8333; nº 42. 997F8231; nº 45.564F8988 y nº
48.944F10.107).
Sobre este punto, se ha indicado que: “…el procesamiento contiene
un juicio de probabilidad acerca de la existencia del hecho delictuoso y de la
participación de cada uno de los imputados en éste, tratándose pues de la
valoración de los elementos probatorios suficientes para producir
probabilidad aún no definitivos ni confrontados, pero que sirven para
orientar el proceso hacia la acusación, vale decir, hacia la base del juicio”
(cfr. Clariá Olmedo, Jorge A., Derecho Procesal Penal, Lerner, Córdoba, p.
612); en tanto, será en la etapa de debate oral y público la oportunidad en la
que los imputados podrán cuestionar con mayor amplitud los extremos
fácticos relativos al hecho que se les endilga, así como la intervención que
eventualmente pudieron haber tenido.
En este mismo sentido, Vélez Mariconde sostiene que, cuando el
Juez ordena el procesamiento no emite más que un juicio de probabilidad,
donde los elementos afirmativos deben ser francamente superiores a los
negativos, de modo que ya no basta la simple posibilidad de que concurran los
extremos de la imputación, pero tampoco es preciso que el juez haya adquirido
la certeza de que el delito existe y de que el imputado es culpable (“Derecho
Procesal penal”, tomo II, Lerner Editora, Córdoba, pág. 439).”
IV. Análisis de los tipos penales enrostrados.
Sentado todo lo anterior, corresponde ahora ingresar en el estudio
de la adecuación típica que ameritan los hechos reprochados.
a) Asociación Ilícita.
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La redacción de la norma estipulada en el artículo 210 del Código
Penal reprime a quien “…tomare parte en una asociación o banda de tres o
más personas destinada a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro
de la asociación”. Asimismo, dicha norma agrava la pena mínima aplicable
“…Para los jefes u organizadores de la asociación…”.
Como primer punto para tener en cuenta, cabe precisar que se
encuentra consolidado el criterio que señala a este tipo penal como un delito
autónomo, formal y de peligro, que afecta el bien jurídico “orden público” y
que se consuma en el momento en que los autores se asocian para delinquir,
por el simple hecho de formar parte de la asociación, prolongándose su
consumación como delito permanente.
La acción típica resulta ser la de tomar parte en una asociación o
banda de tres o más personas destinada a cometer ilícitos. Tomar parte resulta
participar, ser miembro de la asociación, pertenecer a ella. Por lo que los
requisitos para afirmar la existencia de una asociación resultarían ser el
acuerdo entre varios para el logro de un fin, la existencia de una estructura
para la toma de decisiones aceptada por los miembros, la actuación coordinada
entre ellos y la permanencia del acuerdo.
Por su parte, el objeto de la asociación es el fin de cometer delitos,
es decir, el estar orientada a la comisión de delitos dolosos, sin que la ley haga
distinción alguna con relación a la calidad o gravedad del hecho. La comisión
de delitos tiene que ser el fin propio de la asociación, aun cuando estos no se
realicen.
En este sentido, la doctrina coincide en señalar que la asociación
ilícita se trata de “…una infracción de pura actividad, que incrimina actos
preparatorios de los eventuales delitos que la asociación puede llegar a
cometer…” (Código Penal de la Nación, Comentado y Anotado, Parte
Especial, Andrés José D´ALESSIO, director, Mauro A. DIVITO, coordinador,
2ª Ed., Buenos Aires, La Ley, 2009, página 1031/1032).
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“Derecho Penal Parte Especial”, Astrea, Buenos Aires, 2007, séptima edición,
T. 2, página 125).
Ahora bien, con relación al carácter de jefe u organizador de la
asociación ilícita que aquí se atribuye a los imputados Alba y Ortego,
corresponde señalar que: “…Jefes son los que mandan a otros miembros de la
asociación, sea a la totalidad de ellos o a una parte. Debe tratarse de un
mando realmente ejercido; o sea, el autor debe recibir efectivamente
obediencia en lo que atañe a los objetivos de la asociación de parte de sus
miembros; no basta la simple invocación de una jefatura cuando falta el
poder propio de ella. Organizadores, en el sentido típico, son los miembros de
la asociación que han actuado en su establecimiento u ordenamiento…”
(confr. Carlos CREUS, Jorge Eduardo BUOMPADRE, “Derecho Penal Parte
Especial”, Astrea, Buenos Aires, 1999, sexta edición, segunda reimpresión, T.
2, pág. 114); y que si en el despliegue de las conductas “…una persona tiene
un papel preponderante en la conexión de la mayoría de esas tareas, le cabe
sin dificultad la condición de organizador, asimilable a funciones gerenciales
en la órbita empresaria…” (Edgardo Alberto DONNA, “Derecho Penal Parte
Especial”, T. C, RubinzalCulzoni Editores, Santa Fe, 2002, pág. 323).
b) Cohecho en sus dos modalidades: pasivo y activo.
Inicialmente, podemos indicar que el cohecho es una connivencia
entre un funcionario y un particular, por el cual el primero recibe dinero o una
dádiva o acepta una promesa hecha por el segundo en tal sentido, para hacer,
retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones; lo que posiciona al tipo
penal como un delito de codelincuencia necesaria.
Es importante destacar que, respecto a esta materia, el Estado
Argentino asumió el compromiso internacional de combatir la corrupción en
todas sus formas, a través de la Convención Interamericana contra la
Corrupción sancionada en nuestro derecho interno mediante ley N° 24.759.
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corrupta del funcionario en cuanto a su normal desenvolvimiento, pues la
venalidad deteriora a la administración.
Finalmente, podemos precisar que resulta ser un delito doloso, tanto
en su modalidad activa como pasiva. Es decir, el funcionario debe conocer y
aceptar la dádiva que se le presenta u ofrece en atención a la función pública
que desempeña. En tanto que el particular debe obrar con el conocimiento y la
voluntad de efectuar la presentación o el ofrecimiento, debido al cargo que
ocupa el funcionario.
c) Violación de los deberes de funcionario público y de secreto.
El artículo 248 del Código Penal establece lo siguiente: “Será
reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por
doble tiempo, el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes
contrarias a las constituciones o leyes nacionales o provinciales o ejecutare
las órdenes o resoluciones de esta clase existentes o no ejecutare las leyes
cuyo cumplimiento le incumbiere”.
La norma tutela el regular funcionamiento de la administración
pública y la legalidad de sus actos, siendo el uso abusivo o arbitrario de la
función pública, lo que caracteriza su contenido.
Además, al tratarse de un delito especial propio el sujeto activo solo
puede ser un funcionario público, pero la doctrina exige que tenga asignada
competencia funcional para el dictado de los actos que podrían dar lugar a esta
conducta típica.
La acción típica contempla la realización de la conducta reprimida
mediante una modalidad comisiva, pero también mediante una omisiva.
La primera consiste en dictar resoluciones u órdenes contrarias a la
Constitución o a las leyes o de ejecutar órdenes contrarias a esas
disposiciones.
La segunda se da cuando el funcionario público no ejecutase las
leyes cuyo cumplimiento le incumbiere. Consiste en la inobservancia de la ley,
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en no hacer, no ejecutar, o no cumplir lo que la ley manda expresamente hacer
al funcionario dentro de su autorización funcional.
En lo que hace a la violación de secretos, tiene dicho la doctrina que
“… La acción típica se comete cuando el sujeto activo que necesariamente
debe ser un funcionario público en los términos del art. 77, Cód Penal
dolosamente revela secretos, es decir, los revela a cualquier persona que, a
diferencia de él, no está obligada a guardarlos ocultos.
El objeto de la acción está formado por hechos (cualquier
acontecimiento, manifestación), actuaciones (diligencias realizadas por la
autoridad), documentos o datos (soportes escritos expresivos de ideas, no
importando su origen o autoría) que en virtud de una norma de alcance
general sólo pueden ser conocidos por aquéllos que hayan participado en su
elaboración, conocimiento o manejo…” (Arce Aggeo, Miguel Á. Báez,
Julio, Código Penal. Comentado y Anotado. Parte Especial. Tomo 2, Cathedra
Jurídica, Bs. As. 2013, pág. 472).
d) Falso testimonio.
En lo que hace al bien jurídico protegido por este tipo penal, la
doctrina es bastante coincidente al afirmar que este se ciñe al correcto o
normal funcionamiento de la administración de justicia o de la tarea o función
jurisdiccional del Estado, procurándose evitar la construcción errónea de los
juicios que formulen los jueces por los datos incorrectos que se les suministren
por medio de la conducta prohibida.
Nuñez, señala que la figura de falso testimonio “lesiona el interés
que existe en que la administración pública se desarrolle normalmente. Este
no es un interés que cada miembro de la sociedad pueda invocar como un
derecho individual (...) La normalidad de la administración pública es un
derecho social de los ciudadanos y por ello el sujeto pasivo del delito que la
ofende es la sociedad” (NUÑEZ, Ricardo C., El derecho de querella y el falso
testimonio, en Tratado Jurisprudencial y Doctrinario. Derecho Penal. Parte
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Especial: textos completos, Miguel Ángel ALMEYRA, 1ª ed., Buenos Aires,
La Ley, 2011, p. 892), en contraposición con cierta jurisprudencia que sostenía
el derecho de querellar por parte del sujeto en contra de quien se ha producido
el delito.
V. Examen de los puntos de agravios sostenidos por las partes
recurrentes y la participación criminal de los aquí imputados.
Con este telón de fondo, y habiendo precisado la hipótesis criminal
sostenida por el magistrado de grado, examinado la validez del auto de mérito
puesto en crisis, y aportado una conceptualización de los tipos penales aquí en
juego; corresponde ingresar en la participación material de los justiciables
Jorge Omar Miranda, Walter Bardinella Donoso, Jorge Gabriel Moschetti,
Jaime Andrés Alba, Luciano Edgardo Ortego, Leandro Emanuel Cirot, Juan
Ignacio Aliaga, Javier Angeletti, Eugenio Javier Nasi, Omar Rodríguez,
Alfredo Rodolfo Aliaga, Jessica Miere, Juan Carlos Molina, Martín Ríos y
Matías Aramayo en los hechos traídos a estudio, de forma conjunta con los
agravios articulados por sus defensas; realizando una aclaración previa con
relación a los planteos sobre posible afectación de garantías constitucionales y
nulidades articuladas.
a) En primer lugar, nos expediremos con relación a los planteos
nulificantes de quienes han remarcado que el Juez de grado no ha evacuado las
citas vertidas por sus defendidos y, como consecuencia de ello, no concretó
algunas medidas propuestas por las partes que podrían conducir a variar su
actual situación procesal.
Frente a la crítica aludida, es importante recordar que, si bien el
Código Procesal Penal de la Nación reconoce a las partes distintas
oportunidades para proponer diligencias probatorias, en definitiva es el juez a
quien se le confía la decisión acerca de su efectiva producción en la medida en
que resulten conducentes.
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Este es el criterio que la misma Corte Suprema de Justicia de la
Nación ha sostenido al afirmar que “la pertinencia de la prueba, calificándola
como necesaria a los fines de la investigación, incumbe sólo al juez” (CSJN,
Fallos 247:214) (conf. causa n° 44171, reg. n° 400, rta.: 4/05/10).
Este Alzada, siguiendo a nuestro Máximo Tribunal, ha dicho en
reiteradas oportunidades que todo lo relativo a diligencias probatorias queda
incluido dentro de las facultades discrecionales del juez, en virtud de lo
normado por el ordenamiento ritual –art. 199 del CPPN (conf. lo resuelto
recientemente en el marco del incidente FMZ 13.854/2020/50).
Ello se reafirma en el caso, sobre todo frente a la circunstancia de
que no se evidencia, ni tampoco las partes han logrado demostrar, la existencia
de un perjuicio concreto y actual para llevar a cabo las averiguaciones
reclamadas.
Además, no es ocioso tener en cuenta que la regla es la estabilidad
de los actos procesales y, su consecuencia inmediata, el mantenimiento de los
mismos. Esto es así, pues las nulidades constituyen una excepción, y como tal,
deben interpretarse restrictivamente, como así también, para su procedencia es
necesario que quién la introduce alegue y demuestre un perjuicio concreto e
irreparable que el acto defectuoso le acarrea.
Tal es el criterio de nuestro máximo tribunal que ha dicho que las
nulidades procesales requieren un perjuicio concreto para alguna de las partes,
toda vez que (al ser inaceptable la declaración de una nulidad por la nulidad
misma) no procede su declaración en el sólo interés del cumplimiento formal
de la ley (Fallos 322:507 y 324:1564, entre muchos otros), porque ello
significaría un manifiesto exceso ritual, incompatible con el buen servicio de
justicia (Fallos 311:1413) “…En materia de nulidades procesales prima
un criterio de interpretación restrictiva y sólo cabe anular las actuaciones
cuando el vicio afecte un derecho o interés legítimo y cause un perjuicio
irreparable, sin admitirlas cuando no existe una finalidad práctica, que es
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razón ineludible de su procedencia… (Voto de los jueces Rosatti y
Rosenkrantz, del dictamen de la Procuración General al que el voto remite,
C.S.J.N., Halford, Jorge Ruben s/Infracción Ley 23.737 (Art.5 Inc.C), CSJ
000213/2015/RH001, 27/09/2018).
b) Por otra parte, en lo que hace a la materia probatoria, cabe
destacar, una vez más, que el juez puede inclinarse por la que le merece mayor
fe, en concordancia con los demás elementos de mérito que puedan obrar en el
expediente, no estando obligado a seguir a las partes en todas las
argumentaciones que le presenten, ni a examinar cada una de las probanzas
aportadas a la causa, sino sólo las pertinentes para resolver lo planteado
(Fallos: 258:304; 262:222; 272:225; 278:21; entre otros).
En esa misma línea, debe tenerse presente que los indicios,
aisladamente, configuran un hecho o circunstancia accesoria, que adquiere
relevancia al advertirse que tienen conexión con otros (pauta de
concordancia).
Para analizar dicho vínculo habrá de valorarse la prueba en forma
general, ya que la incertidumbre que pueda caber mediante el análisis aislado
de cada uno podrá superarse a través de la evaluación conjunta (Cfr.
Mittermaier, Karl Joseph, “Tratado de la Prueba en Materia Criminal”, Buenos
Aires, Fabián Di Placido, Editor, Pág. 448; Cafferata Nores, “La Prueba en el
Proceso Penal”, Buenos Aires, 4ta. Edición, 2001, Ed. Depalma, Págs.
193/194).
Por ello, es función del juzgador desentrañar el circuito mendaz,
valorando como ciertos sólo aquellos elementos que, en función de la prueba
colectada y sana crítica mediante, considere veraces y, en cambio, descartando
los que se evidencien como ardides para enmascarar las actividades reales.
Justamente, a partir de las características propias de los eventos que
aquí se ventilan –presunta asociación ilícita que se habrían perpetrado en la
esfera de intimidad de sus autores y partícipes, es que la prueba indiciaria
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corresponden sean valoradas las pruebas reunidas y, de allí, la situación que
deben ostentar en el proceso sus asistidos.
Esa discrepancia que, más allá de la calificación que pudiera caberle
al auto atacado, es la que precisamente brinda sustento a la apelación
introducida, más no es suficiente para fundar la sanción de invalidez que se
reclama.
Por último, se hace saber que a los fines de no reiterar lo expuesto
en el auto de mérito bajo estudio, al emprender el análisis del plexo probatorio
sobre el cual se asienta la imputación que les fuera cursada a los encartados,
sólo mencionaremos aquellos elementos que, a nuestro juicio, poseen mayor
relevancia en orden a tener por acreditado el suceso delictivo estudiado.
a) Jaime Andrés Alba.
1. Agravios
1.1. En primer lugar, la defensa de Jaime Alba –Dr. Juan H. Day
articuló un planteo de nulidad contra el auto apelado, afirmando que el mismo
se ha dispuesto sin producir pruebas dirimentes ofrecidas en reiteradas
ocasiones por la defensa, situación que vuelve la decisión inmotivada y
violatoria de la garantía al debido proceso.
Destacó que, al dictarse el procesamiento con prisión preventiva,
ese escenario obliga a conformar un grado alto de convicción sobre la
responsabilidad del imputado, aserto que jamás podría realizarse antes de
producir las medidas solicitadas por la defensa.
1.2. En subsidio, expuso que el procesamiento incurre en una
errónea valoración de la prueba producida y por ello debe ser revocado, para
dictar en su lugar el sobreseimiento o la falta de mérito de su asistido.
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Indicó, que la intervención del imputado Alba en la organización
ilícita investigada en autos se basa en declaraciones de paupérrimo valor
probatorio (en particular las declaraciones de Barrera y los arrepentidos Ríos y
Aramayo, las que resultan “cargadas de subjetividad”, tal como el mismo Juez
lo indica), y en conversaciones telefónicas (audios aportados por el testigo
Stuto), dándole a estas últimas un valor diferente al que realmente poseen.
Entendió, que una apreciación armónica de la prueba recopilada
muestra que Alba jamás “reclutó” a ningún abogado y que no existen
contactos entre él y el resto de los coimputados, ni ninguna otra circunstancia,
para asignarle el rótulo de “coordinador”.
Agregó, que es absurdo considerar a Alba “reclutador” ya que
siendo abogado el nombrado –e interviniendo en tal calidad en varios procesos
penales no hubiere necesitado nunca “reclutar” a otra persona para que actúe
a los efectos de obtener las supuestas libertades espurias. Tampoco surge que
haya brindado instrucciones a los abogados Ríos y Aramayo, ambos
declararon que nunca trabajaron con él.
Sumado a ello, consideró que el material probatorio sólo hace
referencia a la amistad y relación profesional mantenida entre su asistido y
Diego Aliaga, todo lo que es real, pero ese vínculo de ninguna manera lo
convierte en partícipe de delito alguno.
1.3. Respecto a los audios aportados por el testigo Stuto, esgrimió
que Alba habría hecho gala de influencias con magistrados federales y
provinciales (no sólo con Bento) para dar la apariencia de fortaleza ante la
situación en que se encontraba.
Es decir, que se tomaron esos audios con mucha parcialidad,
sumado a que Alba en ningún momento quiso amenazar al Sr. Fiscal Federal
Dr. Dante Vega, ni a nadie.
Concibió, que no se han valorado las causas judiciales referidas por
Alba en su escrito de fecha 15 de junio del corriente año, donde el coimputado
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Bento rechazó los pedidos de cambio de calificación por él solicitados, lo cual,
a su entender, demuestra la falta de participación en la asociación investigada.
Por último, refirió que su defendido sólo intervino en uno de los
ocho casos a partir de los cuales se construye la asociación ilícita.
Por lo cual, esa situación resulta incompatible con el rol de
organizador de la asociación ilícita, destacando que las personas que dijeron
haber entregado dinero destinado a sobornos para el juez (Ortega y otros) no
lo mencionan a Alba en tal trama ilícita.
1.4. Respecto a la participación en el delito de cohecho (Caso 7)
consideró que no hay prueba alguna para sostener la existencia de una dádiva
o “pago de sobornos” propia del tipo penal y tampoco se fundamenta la
eventual participación de Alba en ese pago.
En ese caso, remarcó que los supuestos beneficios indebidos para
los imputados fueron obtenidos, en algunos casos, por abogados que nada
tienen que ver con la “banda” (Palma y Nacevich) y que el aludido Alba no
actuaba en armonía con el Dr. Angeletti, lo que lo llevó a renunciar a la
defensa al poco tiempo.
Finalmente, concluyó que, la eventual intervención del nombrado en
maniobras destinadas a recuperar un teléfono que tendría conversaciones de
Aliaga o de otros coimputados no implica que él haya participado con
anterioridad de la organización ilícita investigada.
2. Valoración de esta Cámara
Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
a quo para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de hecho
y derecho que a continuación se esgrimen.
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2.1. Cabe recordar que Jaime Andrés Alba se encuentra procesado
como miembro de la organización ilícita, con una participación prima facie de
mayor jerarquía respecto de otros miembros.
Se lo sitúa como persona de confianza del enlace Diego Alfredo
Aliaga y de Walter Ricardo Bento (cuyo procesamiento a la fecha adquirió
firmeza, al desistir voluntariamente del recurso de apelación que
oportunamente interpusiera ante la anterior instancia), y su intervención se
remonta al inicio de la existencia de la asociación. Su actuación aparece como
la de un organizador y coordinador de dicha organización criminal, de
conformidad a lo establecido por la segunda parte del art. 210 de Código
Penal.
Asimismo, el juez de grado fundamentó su participación criminal en
estos elementos probatorios, a saber: la declaración testimonial de Diego
Barrera; la declaración testimonial de Gonzalo Adrián Ramírez Madrid; la
declaración testimonial de Roberto Dante Flores; la declaración testimonial de
Moira Eli Sosa; la declaración testimonial del abogado Carlos Varela Álvarez;
las grabaciones del testigo Enzo Diego Stuto; las declaraciones de los
coimputados Alejandro Matías Aramayo y Leopoldo Antonio Martín Ríos en
el marco de la ley 27.304, y la actuación del propio imputado en el
denominado “Caso 7”.
2.2. En primer lugar, se advierte que la defensa introduce planteo
de nulidad considerando que el auto de procesamiento con prisión preventiva
se ha dictado sin producir pruebas esenciales y dirimentes ofrecidas por la
defensa.
Sobre este punto, entendemos necesario remitirnos al análisis
efectuado al inicio de este apartado. Sin perjuicio de ello, y con el objeto de
dar respuesta al planteo vinculado a la prueba relacionada a los presuntos
ingresos de Alba al Barrio Palmares, se debe precisar que el mismo no luce
dirimente, como lo pretende afirmar la parte recurrente.
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En este sentido, el informe respecto de las entradas de Alba a ese
barrio privado no desvirtúa lo manifestado por Ríos en cuanto a la supuesta
reunión que mantuvieron en la casa de Aliaga ya que, por ejemplo, Alba pudo
haber ingresado al complejo a tal fin, con el propio Aliaga o en calidad de
acompañante en otro vehículo, supuestos en el que no se registraría su ingreso.
2.3. En relación con la falta de valoración de las pruebas alegada
por la defensa, cabe reiterar aquí que, en el caso de Alba, el juez a quo valoró
circunstanciadamente su situación, señalando las pruebas obrantes en su
contra. Por lo que la defensa interpone una mera discrepancia con lo decidido,
circunstancia que carece de entidad para desvirtuar la decisión que aquí se
examina.
De la valoración realizada por el juez de grado, que esta Alzada
comparte y a la cual remite, surgen con solidez los aportes y el rol que tendría
asignado el imputado Jaime Andrés Alba dentro de la asociación ilícita,
ubicado en un estrato superior a otros miembros, dada su posición de
confianza y trato frecuente con el jefe de la organización criminal el
coimputado Walter Bento (cuyo procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al
desistir voluntariamente del recurso de apelación que oportunamente
interpusiera ante la anterior instancia), desde el origen de la misma, según sus
propias manifestaciones –ver conversación mantenida con Enzo Stuto y demás
elementos concordantes analizados.
En igual sentido, ha de rechazarse las objeciones formuladas
respecto a la validez de las testimoniales prestadas por Barrera y los
arrepentidos Aramayo y Ríos, en virtud de las razones expuestas al inicio de
este apartado.
A su vez, consideramos que los audios aportados por el testigo Stuto
han sido correctamente valorados por el a quo, siendo el planteo de la defensa
un vano intento desincriminante que procura desligar a su pupilo procesal,
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Por lo tanto, su intervención en otros casos que no estuvieran
funcionado bajo el manto de la organización ilícita, en nada se vincula con lo
aquí investigado.
2.4. Respecto a los agravios relacionados a la imputación de
cohecho –Caso 7, la defensa concentra su descargo en el hecho de no haberse
acreditado el pago del soborno; pero como bien indica el juez a quo, en este
tipo de ilícito se puede llegar a una convicción suficiente por intermedio de
otros medios probatorios.
En tal sentido, en el marco de los autos principales se valoró para
sustentar las imputaciones en el Caso 7 las siguientes pruebas: Copia
digitalizada de los Autos FMZ 11088445/2007 “Costa, Walter A. y Ots.”; las
acumulaciones descriptas y sus incidencias; copia digitalizada de los Autos
FMZ 10537/2017 “Aliaga, Diego Alfredo contra AFIP Aduana y otros”, de
trámite ante el Juzgado Federal nº 2 de Mendoza, declaración testimonial de
Diego Barrera (fs. 345/348 y vta.); la declaración testimonial de Gonzalo
Ramírez Madrid; la declaración testimonial de Juan Carlos Iñiguez; las
grabaciones aportadas por el testigo Enzo Diego Stuto; los dichos de los
imputados colaboradores en el marco de los acuerdos celebrados ley 27.304;
el contenido de la declaración indagatoria del Javier Leónidas Angeletti y las
declaraciones indagatorias del propio Jaime Alba.
En base a ellas, considerando especialmente las constancias de esos
autos y las declaraciones de los testigos, se puede sostener correctamente que,
en el caso se observa una estrategia procesal compleja tendiente a lograr la
duda y el paso del tiempo en ese estado procesal con el fin último de
favorecer, mediante una resolución jurisdiccional aparentemente legal, a todos
los sospechados vinculados a Diego Aliaga, a punto tal de haber entregado la
mercadería secuestrada al propio imputado.
Para lograr ese beneficio, la organización ilícita habría actuado
mediante su enlace y organizador –Jaime Andrés Alba.
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b) Luciano Edgardo Ortego.
1. Agravios
1.1.. Se agravió la defensa por entender que los elementos
probatorios reunidos no son suficientes para sostener la imputación dirigida
hacia su asistido.
Sostuvo, que la valoración de los elementos probatorios es
arbitraria, errónea y contraria al principio in dubio pro reo, pues, no existe al
menos un indicio que permita suponer que Luciano Ortego es uno de los
organizadores de la asociación ilícita investigada.
En segundo orden, expuso que el a quo incurrió en una arbitraria
valoración del descargo producido por el imputado, tanto al momento de su
indagatoria como en su ampliación, donde explicó detalladamente que
relación tenía con cada uno de los coimputados y que jamás existió la reunión
mencionada en el acuerdo de colaboración.
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A su vez, precisó que, en el marco de las comunicaciones
mantenidas con el coimputado Bardinella Donoso, nunca se hizo referencia al
supuesto manejo de causas judiciales.
Además, objetó la declaración de Javier Ortega, indicando que tiene
problemas psiquiátricos, y que nada de lo dicho permite atribuirle a Ortego el
rol de organizador de una asociación ilícita.
Asimismo, atacó las declaraciones de los consortes de causa
Aramayo y Ríos, señalando que sus dichos son falsos, lo cual se verá
corroborado con el informe del Barrio “Palmares” y del Complejo
Penitenciario Federal VI.
1.2. Respecto a las intervenciones de Luciano Ortego en las
conductas compatibles al delito de cohecho en los casos identificados por el
juez a quo, detalló que en el auto de mérito no se encuentra ni un solo hecho
que permita endilgarle su participación criminal, en los términos previstos en
el artículo 258 segunda parte del Código Penal.
En tal sentido, de la lectura del memorial elevado, se desprende que
efectuó explicaciones de descargo respecto a su actuación en los expedientes
en crisis, señalando que no hay una sola declaración testimonial que sindique
que Ortego haya reclutado abogados, ni que haya pagado u ofrecido pagar
dádiva a un funcionario público en ejercicio de sus facultades.
1.3. Por último, se agravió la defensa de la prisión preventiva
impuesta toda vez que dicha medida de coerción es innecesaria para el caso en
cuestión, ante la inexistencia de los denominados “riesgos procesales”;
debiéndose ordenar su inmediata libertad o prisión domiciliaria –en subsidio.
2. Valoración de esta Cámara
2.1. Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
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de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
Cabe recordar que Luciano Ortego se encuentra procesado como
miembro de la organización ilícita, con una participación prima facie de
mayor grado de jerarquía respecto de otros miembros y que su intervención se
remonta a los orígenes de la existencia de la asociación.
Se lo sindica como un organizador y coordinador de dicha
asociación ilícita, de conformidad a lo establecido por la segunda parte del art.
210 de Código Penal.
A lo cual se agrega, en concurso real, el delito de cohecho activo
agravado en calidad de coautor, por seis (6) hechos: Caso 1 (en relación a la
situación procesal de Walter Bardinella Donoso), Caso 2 (en relación a la
situación procesal de Eugenio Nasi Pereira), Caso 3 (en relación a la situación
procesal de Javier Santos Ortega y Juan Carlos Molina), Caso 4 (en relación a
la situación procesal de Marcos Adrián Calderón) y Caso 5 (en relación a la
situación procesal de Omar Armando Rodríguez).
Para arribar a la decisión, el juez a quo valoró las siguientes
pruebas: declaración testimonial de Diego Barrera; informe practicado al
teléfono celular secuestrado a Walter Bardinella Donoso; declaración
indagatoria de Javier Santos Ortega Pérez; las declaraciones de los
coimputados Alejandro Matías Aramayo y Leopoldo Antonio Martín Ríos en
el marco de la ley 27.304 y la actuación de Luciano Edgardo Ortego en las
causas señaladas ut supra.
2.2. En primer lugar, con relación a la falta de valoración de las
pruebas alegada por la defensa, cabe señalar que, al igual que el resto de los
imputados, estos reproches no pueden tener recepción favorable en esta
instancia, en tanto no configuran agravios fundados contra la decisión atacada.
En efecto, de la lectura del auto de procesamiento se advierte que en
el caso de Ortego, el juez valoró circunstanciadamente su situación, señalando
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y analizando las pruebas que lo vinculan con la presunta participación en la
asociación ilícita y en los casos identificados 1 a 5.
Por lo que, las afirmaciones defensistas constituyen una mera
discrepancia con lo decidido por el juez Federal, circunstancia que carece de
entidad para desvirtuar la decisión que aquí se examina.
A diferencia de lo sostenido por la defensa, el magistrado actuante
sí valoró el descargo de Ortego, donde procuró su propia desvinculación, pero
no desacreditó la existencia de una asociación ilícita, ni logró refutar con sus
dichos, ni con elementos fácticos opuestos, la prueba objetiva e indiciaria,
concordante, correlativa y uniforme que permiten sostener las imputaciones.
A su vez, tal como se ha expuesto al inicio de esta apartado al cual
remitimos, las objeciones formuladas contra la validez de la declaración del
testigo Diego Barrera, deben ser desestimadas, en tanto, más allá de la grave
imputación que sobre el testigo pesa, sus dichos han sido coincidentes con
elementos surgidos de otras pruebas.
En definitiva, se observa que las pruebas que pesan en su contra son
suficientes para sostener, con al grado de convicción que la etapa procesal
exige, su participación criminal en los hechos atribuidos.
2.3. Sostiene la defensa que de las comunicaciones entre él y
Bardinella, no puede extraerse ningún elemento incriminativo, pero tal
afirmación pierde asidero con la simple lectura de sus transcripciones, donde
surge palmariamente que el propio Ortego, no solo poseía información
relevante, sino que también se la trasmitía al mencionado Bardinella Donoso
(v. informe fs. 2/37; diálogo del 18/9/2019 a fs. 13 vta., donde se desprende el
conocimiento que tendrían Ortego y Bardinella de los momentos en que el
presunto jefe de la asociación ilícita el imputado Walter Bento (cuyo
procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir voluntariamente del
recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante la anterior
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instancia) retomaría sus funciones (v. desgravado “eso te iba a decir. El gran
gran vuelve el 2…”).
En igual sentido, las declaraciones de Javier Santos Ortega Pérez, y
de los abogados Ríos y Aramayo, lo sindican como miembro organizador, lo
cual encuentra correlato en las distintas conversaciones detalladas por el juez
a quo, en el marco del auto de mérito bajo análisis.
2.4. En lo que hace a las imputaciones por cohecho, a diferencia de
lo sostenido por la defensa, las mismas también poseen sustento probatorio.
En este sentido, hemos de remitirnos al análisis formulado por el
magistrado interviniente respecto a los Casos 1 a 5 también reseñados en el
apartado II del presente decisorio, de los cuales se extrae la intervención de
Ortego como integrante de la asociación ilícita.
Sobre este punto, la asistencia técnica intenta desvirtuar el estado de
sospecha, limitándose a formular juicios de valor que revelan una clara
disconformidad con lo resuelto en el auto atacado.
Por ejemplo, en el Caso 1, procura desacreditar los elementos de
cargo valorados por el juez a quo en base a argumentos puramente
dogmáticos, sin poder derribar la prueba de cargo en contra de aquel, en
particular los dichos de Diego Barrera y los chats que surgen del teléfono del
propio Bardinella, en el cual se observan numerosos contactos entre éste y
Ortego, respecto de los cuales nos hemos pronunciado ut supra.
En igual sentido, al referirse al Caso 2, la defensa introduce
cuestionamientos a la forma de ingreso de los presuntos 170.000 dólares,
intentando justificar el accionar de Ortego aludiendo a un pacto de honorarios
y señalando además un presunto arreglo entre imputado Angeletti y el Sr.
Fiscal Federal –Dr. Dante Vega.
En lo que hace a este punto, consideramos necesario traer a colación
lo indicado por el Sr. Fiscal Federal, quien al momento de informar destacó
que: “…quien se limita al clisé de afirmar que la decisión es arbitraria e
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irrazonable respecto de su defendido, sin apoyar valorativamente estos
extremos o fundamentarlos en derecho. Lo mismo respecto de la ausencia de
valoración de parte del Juez respecto al descargo de Ortego, que
directamente choca con el propio texto de la decisión, que sí valora este
extremo…” (ver dictamen fiscal –apartado VIII –punto 10).
En igual sentido hemos de expresarnos respecto a las objeciones
formuladas contra los casos 3,4 y 5, en tanto, sólo refieren en forma genérica a
la falta de elementos incrminativos, los cuales han sido indicados
expresamente por el juez de grado en la parte pertinente del auto de mérito, al
cual nos remitimos por compartir lo expuesto.
2.3. Respecto a la prisión preventiva dictada respecto del encartado
Ortego, y de la cual se agravió su defensa, la misma será analizada al
momento de examinar las medidas de cautela personal ordenadas en el auto de
mérito bajo estudio.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación introducido
por la defensa de Luciano Ortego y en consecuencia confirmar el
procesamiento del nombrado en orden a los delitos oportunamente atribuidos.
c) Leopoldo Martín Ríos y Alejandro Matías Aramayo.
1.1. Agravios compartidos por ambos imputados.
La defensa de los aquí imputados, se agraviaron conjuntamente por
dos circunstancias particulares, esto es: la falta de fundamentación del
embargo ordenado por el juez a quo, y de las comunicaciones dirigidas a la
Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza y el Colegio de Abogados de la
Provincia de Mendoza.
1.2. Agravios interpuestos exclusivamente por el recurrente
Leopoldo Martín Ríos.
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Asimismo, en lo que hace exclusivamente a la situación procesal de
Ríos, este último indicó la inexistencia de elementos probatorios que sustenten
la imputación dirigida hacia su persona, en lo pertinente al caso 8.
2. Valoración de esta Cámara.
2.1 De los agravios compartidos por ambos imputados.
En lo que hace a las comunicaciones efectuadas por el magistrado
interviniente, en los puntos dispositivos XLIX y XLX del decisorio en crisis,
consideramos que, de adverso a lo sostenido por la parte recurrente, no ha sido
objeto de vulneración del principio de inocencia –de raigambre constitucional
inherente a los nombrados.
Es más, las mismas fueron efectuadas de acuerdo con lo establecido
en la Ley Nacional 22.192 y Ley Provincial de Mendoza Nro. 4976, a partir de
lo cual se comunicó la situación procesal de los encartados.
Asimismo, respecto a los embargos dispuesto por el juez a quo, y de
la cual se agravian las defensas, los mismos serán analizados al momento de
examinar las medidas de cautela real ordenadas en el auto de mérito bajo
estudio.
2.2. De los agravios interpuestos
exclusivamente por el
recurrente Leopoldo Martín Ríos.
Por último, en atención a imputación dirigida a Ríos, cabe recordar
que el nombrado se encuentra procesado como miembro de la organización
ilícita, en calidad de integrante.
A lo cual se agrega, en concurso real, el delito de cohecho activo
agravado en calidad de coautor, por cuatro (4) hechos: Caso 1 (en relación con
la situación procesal de Walter Bardinella Donoso), Caso 3 (en relación con a
la situación procesal de Javier Santos Ortega y Juan Carlos Molina) y Caso 8.
En este último caso, el cual es materia de agravio por la asistencia
técnica de Ríos, el juez a quo valoró las siguientes pruebas: copia digitalizada
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de los autos 91.579A, caratulados “Policía de Mendoza (Div. Centro Oeste) s/
Eleva Preventivo”, copia digitalizada de los Autos 60.067B, caratulados
“Fiscal s/ Averiguación Delito”, declaración testimonial del Comisario
Marcelo Rivera del día 14 de mayo de 2021, declaración testimonial del
Oficial de Policía Nicolás Feiner de fecha 31 de mayo de 2021, el
requerimiento del Ministerio Público Fiscal y la declaración indagatoria del
imputado Leopoldo Martín Ríos del día 18 de junio de 2021.
En lo referente a este caso, a diferencia de lo sostenido por el Dr.
Pablo Livio Cazaban –letreado defensor de Ríos, consideramos que, del
análisis efectuado del trámite existente de ambas investigaciones, existen
indicadores suficientes para sostener prima facie la participación criminal del
aquí encartado.
Sobre este punto, resulta esclarecedor el examen efectuado por el
juez de grado, al momento de comparar la conducta desplegada en dos de los
casos investigados 1 y 8, oportunidad en la cual precisó: “…Vale destacar
que esta acción que pretendería el abogado, sindicado miembro de la
asociación ilícita Leopoldo Martín RÍOS, por intermedio de Martín BAZÁN,
es similar a los sucesos analizados en el CASO 1 respecto al presunto hecho
atribuido a la testigo Jessica MIERES, quien no habría reconocido al
imputado BARDINELLA DONOSO en una rueda de reconocimiento
fotográfico a través del pago de dinero, lo que me lleva a mantener la
conclusión arribada en base al contexto, a la metodología de actuación
investigada y a los bastos elementos de prueba analizados en el devenir de la
presente resolución…”
Tal circunstancia, más las declaraciones testimoniales ofrecidas por
los funcionarios policiales Rivera y Feiner, y sobre todo el beneficio procesal
obtenido de parte del propio Ríos y del coimputado Martín Bazan –cuyo
origen radicaría en un acuerdo previo ilegal, echa por tierra los argumentos
brindados en el recurso de apelación bajo estudio.
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d) Walter Eduardo Bardinella Donoso.
1. Agravios:
1.1. Al inicio de su memorial, la defensa introdujo diversas
circunstancias a partir de las cuales considera que han existido violaciones a la
normativa procesal, constitutivas de nulidad.
Las mismas están vinculadas a la Nota 260/20 –Informe de la
Dirección de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Mendoza, ordenado
por el Juez interviniente en la causa FMZ 20262/2020, acerca del contenido
del celular secuestrado a Bardinella en los autos FMZ 52277/17.
Expuso, que a pesar de que su defendido se encuentra detenido a
disposición de la Justicia Federal de Mendoza, no fue convocado en la causa
en que se extrajo información sobre sus comunicaciones privadas –FMZ
12062/2020, no se le notificó de dicho acto, ni se le dio la posibilidad de
nombrar un perito de control; máxime cuando esta prueba fue utilizada en su
contra.
Todo lo cual, a criterio de la parte, genera un gravamen de
imposible reparación y representan claros incumplimientos a la ley procesal
(arts. 167 inc. 3, 168 y ccs. del CPPN arts. 16 y 18 Constitución Nacional).
Expresó, que la información extraída del celular de Bardinella
podría haber sido modificada, en tanto no se ha respetado ni asegurado la
cadena de custodia.
Por otro lado, alegó que se han violado pasos procesales
impidiéndosele al nombrado ejercer sus derechos como imputado en dos
procesos penales, en franca violación al art. 72 del C.P.P.N.
1.2. En otro orden de ideas, planteó la nulidad de la referida nota,
pues la misma lesiona el derecho a la intimidad al entrometerse en las
conversaciones privadas mantenidas entre un imputado y su defensor.
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Precisó, la ausencia de un auto fundado que manda la ley para poder
acceder a información alcanzada por el secreto profesional, advirtiendo que
debió solicitarse autorización para acceder a esa información (arts. 123, 167
inc. 2, 168, 236 y ccs. del CPPN y art. 18 de la Constitución Nacional).
Por otro lado, entendió que la incorporación de dicho informe ha
avanzado contra otro de los derechos fundamentales del imputado, esto es la
garantía de no declarar contra uno mismo.
Finalmente, señaló que las causales de nulidad descriptas tienen un
impacto infractor en el principio de juicio previo y debido proceso legal,
porque la autoridad de prevención ha actuado sin autorización judicial y por
fuera del marco normativo que limita su proceder.
1.3. Por otro lado, desarrolló agravios respecto a la imputación que
sobre Walter Bardinella Donoso recae, señalando que, aquella no se
corresponde con los elementos de prueba incorporados a la presente causa.
La atribución a tomar parte en una asociación ilícita, como así
también su participación en los supuestos cohechos, no encuentran debido
fundamento legal, y se basa sólo en especulaciones no probadas, realizadas
por el Ministerio Público Fiscal.
Detalló, que la imputación y el procesamiento reconocen como
única fundamentación una especulación carente de sustento probatorio, y que
además desconoce las reglas más elementales sobre la adquisición probatoria.
2. Valoración de esta Cámara
2.1. Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
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Esto es así, pues las nulidades constituyen una excepción, y como
tal, deben interpretarse restrictivamente, como así también, para su
procedencia es necesario que quién la introduce alegue y demuestre un
perjuicio concreto e irreparable que el acto defectuoso le acarrea –como fuera
puntualizado en el inicio de este apartado.
Con este telón de fondo, cabe adelantar que los planteos de nulidad
impetrados por la defensa serán rechazados, en tanto no establecen la
existencia de gravamen irreparable.
Por un lado, se advierte que, la extracción de datos del celular de
Walter Bardinella se produjo a raíz de un pedido formulado por el Sr. Fiscal
Federal en los autos FMZ 12026/2020, expediente en el cual este último no
está imputado.
Tal como indica el representante del Ministerio Público Fiscal, los
datos del teléfono en cuestión fueron extraídos por personal prevencional en la
pesquisa que lo tiene como imputado FMZ 52277/2017, a raíz de un pedido
originado en el marco de otra causa FMZ 12062/2020.
Como se observa, al momento de la realización de la Nota
206/2020, Bardinella no estaba imputado en los presentes actuados, razón por
la cual, no había motivación para su notificación ni su tratamiento como
imputado, en tanto no tenía esa condición. Además, el informe no presenta
irregularidad alguna en sí mismo, por lo que ningún agravio puede generar en
esta instancia y en este trámite judicial en general.
Continuando con el desarrollo, y avanzada la instrucción, se dispuso
la imputación del nombrado, valorando como elemento incriminante la
información de la mencionada nota.
Es importante destacar que, en dicha oportunidad, se le hizo saber
los hechos y la prueba en la cual se sostenía la acusación, de manera que, no
se advierte afectación alguna al derecho de defensa ni al debido proceso legal,
toda vez que, la defensa, como se advierte al analizar su apelación, ha podido
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Como bien señala el Dr. Dante Vega, consideramos que: “…no ha
existido violación al secreto profesional alguno, en tanto esta reserva se
refiere a aquellos actos que hacen a la profesión de abogado que, por
definición, deben quedar secretos, pero no abarca los actos ilícitos cometidos
con motivo del ejercicio profesional (cf. Sebastián Soler, Derecho Penal
Argentino, t. 4, pág. 138, Bs.As., 1985)...”.
Finalmente, tampoco se advierte que se haya afectado la prohibición
de declarar contra sí mismo, en tanto, Bardinella ha podido ejercer el derecho
de defensa en todo momento, y la información de la Nota 260/12 ha sido
valorada junto a otras medidas de pruebas obrantes en la causa.
En virtud de lo expuesto, no se observa en el caso vicio procesal
alguno que torne procedente la nulidad impetrada, ni que las circunstancias
fácticas descriptas por la recurrente como causal de esta, supongan un
perjuicio irreparable a un derecho o interés legítimo. De ello se desprende que,
no existe finalidad práctica alguna que justifique la aplicación de una sanción
de la entidad como la que la defensa solicita.
En consecuencia, tal como esta Sala “B” ha dicho en diversos
precedentes (ver FMZ 55017816/2011/42/CA15 “Incidente de Nulidad en
autos Cachi, Juan Marcelo p/ Privación Ilegal Libertad Pers. (Art. 142 Bis
Inc. 5)” del 24/6/2021 y FMZ 35072/2016/33/CA13 “Incidente de Nulidad de
Fourcade Adrián p/ Infracción Ley 22.415” del 22/5/2019, entre otros) y
siguiendo los lineamientos vertidos por la CSJN: “… En materia de nulidades
procesales debe primar un criterio de interpretación restrictivo y sólo cabe
anular las actuaciones cuando el vicio cause un perjuicio irreparable que
tenga trascendencia sobre la garantía de la defensa en juicio o se traduzca en
el menoscabo de algún otro derecho ya que, de otro modo, la nulidad
aparecería como un formalismo vacío, en desmedro de la idea de justicia y de
la pronta terminación de los procesos, donde también se conjuga el interés
del orden público…” (Del dictamen de la Procuración General al que la
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Corte remite, CSJN, Fallos: 342:624, del 09/04/2019), corresponde disponer el
rechazo de los agravios precedentemente señalados.
2.3. Ingresando al tratamiento de los agravios vertidos contra las
imputaciones, ha de señalarse que, ninguno logra conmover el cuadro
probatorio expuesto por el juez a quo, en tanto no configuran agravios
fundados contra la decisión atacada.
En cuanto a las objeciones formuladas contra las declaraciones
testimoniales de los abogados Ríos y Aramayo, como así también a la presunta
falta de fundamentación del auto de procesamiento, hemos de señalar que las
mismas no resultan procedentes, remitiéndonos a lo dicho ut supra al inicio de
este apartado.
Respecto a la presunta falta de elementos de prueba para sostener la
imputación como miembro de la asociación ilícita y los hechos de cohecho
atribuidos, hemos de indicar que, de la lectura del auto de procesamiento se
advierte que, en el caso de Walter Bardinella, el juez valoró
circunstanciadamente su situación, señalando las pruebas obrantes en su
contra.
Por lo que, las afirmaciones defensistas constituye una mera
discrepancia con lo decidido, circunstancia que carece de entidad para
desvirtuar la decisión que aquí se examina.
Como ocurre en los casos anteriores, en el resolutorio se detallaron
los elementos de prueba a partir de los cuales se le atribuyó al nombrado su rol
de integrante de la asociación ilícita, además de especificar su intervención en
el delito de cohecho.
2.4. En relación al primer aporte indicado por el juez, las pruebas
valoradas por el juez hablan por sí solas, en particular la comunicación entre
Moschetti y Bardinella (capturas de pantallas de los días 23 y 25 de diciembre
de 2019) la cual habría tenido incidencia negativa en los allanamietos librados
en el Caso 5 (v. Informe de Fs. 02/37; 144/160; 173/182; 302/339; 406/437;
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579/604; 605/615 y 1226 y declaración del Comisario Juan Marcelo Rivera
declaraciones de los días 14/05/2021 y 27/05/2021).
En efecto, dichas piezas procesales se encuentran en franca
oposición a lo pretendido por la defensa, en cuanto a que las frases: “la
dirección”, “ahí estoy viendo”, “perro mañana recién entrega”, “y ahí vamos
a ver”, “yo a las 8.30 estoy por allá y ahí te llamo”, sí resultan incrimitativas
cuando se las valora en el contexto del caso 5.
A nuestro criterio, las mismas han sido valoradas, correctamente por
el magistrado interviniente, y de forma mancomunada con la declaración del
comisario Rivera, quien pone de resalto la presunta participación de Bardinella
en el funcionamiento de la asociación ilícita, al indicar que: “Estos mensajes
llaman la atención ya que coincide con que el día posterior a estas
comunicaciones habíamos solicitado una importante cantidad de
allanamientos en el expediente 39843/2019 donde los principales
investigados ese día no fueron detenidos, BALLESTER, los hermanos
JUÁREZ y MUÑOZ. Que conforme la pantalla de la segunda foja del informe
que se adjunta, estos diálogos fueron mantenidos el día 25 a las 23:36
conforme la última visualización de Whatsapp que se observa en la captura
de pantalla”.
Las comunicaciones mantenidas por Bardinella y Ortego, también
son elementos indiciarios concordantes con el resto del material probatorio.
En esa misma línea argumental, ambos interlocutores aluden a la
situación procesal de Nasi, observándose a partir de dichas conversaciones la
mecánica delictiva que caracterizó el caso 2.
También se encuentra suficientemente acreditado, su vinculación a
los presuntos cohechos activos ejecutados por los coimputados Ortega Pérez y
Molina Pérez –Caso 3. Ello, a partir de su ofrecimiento para mediar con el
propio Ortega Pérez, y así obtener los pagos exigidos por los miembros
integrantes de la asociación ilícita.
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Pero, además, demuestra el conocimiento que poseía el nombrado
respecto a los bienes que tenía la familia Ortega Pérez, como posibles activos
para lograr el cobro de la presunta dadiva.
En las comunicaciones, se observa una pregunta concreta que el
propio Bardinella le hace a Ortego respecto del lote que como afirmó el
propio Ortega Pérez en su indagatoria, terminó siendo entregado por Juan
Carlos Molina en concepto de dádiva para el beneficio de la banda aquí
investigada; el cual con posterioridad fue devuelto.
En definitiva, concebimos que le asiste razón al Sr. Fiscal, en cuanto
sostiene que: “Los reparos de la Defensa de Bardinella no pueden ser
atendidos en tanto, como lo ha entendido el Sr. Juez Federal, de las
conversaciones entre el nombrado y el abogado Ortego surge un interés y una
participación importante de aquél en el éxito de las maniobras ilegales
desplegadas en la situación de Javier Ortega Pérez y Juan Carlos Molina
Pérez. Bardinella ofrece su intervención para mediar con el propio Ortega
Pérez y así obtener los pagos exigidos por los miembros integrantes de la
asociación ilícita, en el caso referido al pedido concreto del abogado Luciano
Ortego.
Pero, además, demuestra conocimiento del nombrado respecto a
los bienes que tenía la familia Ortega como posibles elementos de cobro para
los integrantes de la banda, como lo demuestra la pregunta concreta que el
propio Bardinella le hace a Ortego respecto del lote que, finalmente y como
afirmó el propio Ortega Pérez en su indagatoria, terminó siendo entregado
por Juan Carlos Molina en concepto de coima para el beneficio de la banda
aquí investigada. Ese lote luego fue devuelto por Luciano Ortego al mismo
Juan Carlos Molina, como éste último confirmó en su indagatoria. Es decir
que los mensajes entre Bardinella y Ortego tienen un significado
incriminativo, relevado por el Juez Federal, lo que no se condice con lo
afirmado por su Defensa.
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En cuanto a que el a quo soslayó lo que mencionó Ortega Pérez
respecto a que Bardinella se encontraba en la misma situación que el primero
y que, además, también era “apretado”, ello no se condice con lo que surge
de las numerosas conversaciones que mantiene Bardinella con el resto de los
abogados de la banda investigada (también relevadas por el Juez Federal a
quo) como así también con el propio Aliaga, conversaciones de las que surge
que, lejos de ser coaccionado, el propio Bardinella muestra una reiterada
insistencia en arreglar “su situación”…”
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación introducido
por la defensa de Walter Bardinella Donoso, y en consecuencia confirmar el
procesamiento del nombrado en orden a los delitos oportunamente atribuidos.
e) Jorge Gabriel Moschetti.
1. Agravios
1.1. Se agravió la defensa la defensa de José Moschetti dado que, a
su enteder, el a quo no valoró adecuadamente los elementos probatorios
obrantes en autos, lo que impide arribar al grado de convicción necesario para
atribuir la participación del nombrado en los delitos imputados.
Arguyó, que no existe elemento alguno que acredite que Moschetti
pertenezca a la asociación ilícita, ni que haya realizado aporte o actividad
vinculada a esta o interacción con alguno de los integrantes, señala que no se
encuentra constatado que su asistido haya tenido información reservada en
relación con allanamientos realizados el pasado 26/12/19 en el marco de la
causa FMZ 39843/2019, denominado caso 5.
Indicó, que tampoco surge constancia de que Moschetti haya
intentado sustraer ilegalmente el teléfono secuestrado oportunamente al
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detenido Bardinella Donoso, dado que no existe acto material que suponga tal
maniobra.
Continuando esa línea de pensamiento, expuso que el juez a quo no
valoró adecuadamente la declaración indagatoria de su pupilo, ni tampoco el
plexo probatorio existente.
1.2. Finalmente, se limitó a efectuar una crítica dirigida al dictado
de la prisión preventiva; ello, ante la ausencia de riesgos procesales que
funden la misma.
2. Valoración de esta Cámara.
2.1. Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
Cabe recordar que el magistrado de grado ha dispuesto el
procesamiento de José Gabriel Moschetti al considerar que, valiéndose de su
posición de Personal Policial, habría utilizado la información adquirida en
función de su cargo para asistir a la asociación ilícita y facilitar las
posibilidades de lograr con éxito su propósito colectivo.
Además, indicó que su rol se ubica fuera de la faz judicial por
cuanto no realizaba actos jurídicos específicos dentro de expedientes. No
obstante, se encontraría posicionado en forma estratégica para el apoyo y
aporte hacia la mentada asociación, toda vez que su labor le permitía tener
información privilegiada para diagramar sus acuerdos ilegítimos.
Ante este marco, y siempre respetando el grado de convicción que
la etapa procesal exige, el Sr. Juez Instructor entendió que el aquí recurrente
efectuó dos aportes a la asociación ilícita.
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El primero relacionado a información suministrada hacia otros
miembros de la organización Diego Aliaga y Walter Bardinella Donoso, para
que estos dieran aviso a otros imputados en el marco del Caso 5, en momentos
en que se iban a producir allanamientos y así permitir que los imputados
ocultaran información o se dieran a la fuga.
Por otra parte, el segundo aporte está vinculado a las presuntas
maniobras que habría ejecutado para recuperar el teléfono secuestrado de
Bardinella Donoso, encontrándose dicho aparato en sede policial Unidades
Especializadas de la Policía de Mendoza.
Para arribar a su decisión el juez instructor ha valorado la siguiente
prueba: informe pericial practicado al teléfono celular secuestrado a
Walter Bardinella Donoso (02/37; 144/160; 173/182; 302/339; 406/437;
579/604; 605/615 y 1226); las declaraciones de los coimputados Alejandro
Matías Aramayo y Leopoldo Antonio Martín Ríos en el marco de la ley
27.304; declaración testimonial del funcionario policial retirado Miguel
Ángel Rojas de fecha 19/05/2021, declaraciones testimoniales del Comisario
de Policía Juan Marcelo Rivera, Nota 223/21 de la División de Lucha Contra
el Narcotráfico de la Policía de Mendoza, de fecha 28 de Mayo del corriente
año (obrante en actuaciones digitales de fs. 1019); declaración de la Oficial
Silvia Alejandrina Zanabria del día 21/05/21 (actuaciones digitales elevadas
por Fiscalía Federal obrante a fs. 997); declaración del Oficial Nicolás
Alejandro Feiner del día 31/05/21 (actuaciones digitales elevadas por Fiscalía
Federal, obrantes a Fs. 1019); Nota 223/21, de fecha 31/05/2021, elevada por
la División de Lucha Contra el Narcotráfico de la Policía de Mendoza (obrante
en actuaciones digitales de fs. 1019); grabaciones aportadas por el testigo
Enzo Diego Stuto en declaración testimonial de fecha 26/05/2021 (obrante en
actuaciones digitales de Fs. 1019 y su transcripción, conforme informe
elevado por nota 624/21 de Fs. 1037); Notas 622/21 de fecha 28 de mayo de
2021 y 222/21 de fecha 31 de mayo de 2021.
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telegram. A lo que se le suma, ocho comunicaciones entre ambos, en las
fechas 23 y 24 de agosto del año 2019 y los días 3 y 11 de octubre del mismo
año.
Todas esas comunicaciones culminan con un audio enviado por
Walter Bardinella Donoso a José Gabriel Moschetti, del día 11 de octubre del
año 2019, en el cual el primero le consultó si podía llamarlo y, ante la
afirmativa, procedió a contactarlo.
Resulta relevante destacar que, en fecha 23/12/2019, en la carpeta
“Galería” del celular secuestrado de Bardinella Donoso se encuentra una
captura de pantalla de remitente desconocido en la que, el contacto “Moncho
2” le envía mensajes de texto y de audio de Whatsapp a Bardinella Donoso
que rezan “Que hacemos culeado”, “Necesito que hablemos urgente”, “Tiene
que estar el Walter”, “así vemos cómo hacemos”, “Los tres”, “Urgente”,
“Hoy si o siii”.
Luego, en fecha 25/12/2019, se registra una nueva captura de
pantalla realizada por Bardinella Donoso de la conversación mantenida por
Whatsapp –cuya última visualización dice “hoy a las 23:36” con el aquí
recurrente que exhibe las siguientes frases: “la dirección”, “ahí estoy
viendo”, “perro mañana recién entrega”, “y ahí vamos a ver”, “yo a las
08:30 estoy por allá y ahí te llamo”, existiendo además audios que no
pudieron extraerse.
Estos elementos descriptos anteriormente, y vinculados con el
análisis realizado en el caso 5, permiten presumir la participación de
Moschetti en la filtración de la realización de los allanamientos dispuestos el
día 26 de diciembre de 2019 – FMZ 39843/2019.
En otro orden de ideas, y respecto al intento de sustracción del
celular de Bardinella Donoso, entendemos que su acreditación se sostiene en
las declaraciones del Oficial de Policía Ángel Rojas, del Comisario Juan
Marcelo Rivera y de la Oficial Silvia Alejandrina Zanabria, como así también
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con las grabaciones aportadas por el testigo Enzo Diego Stuto; plexo
probatorio que describe las diferentes conductas realizadas por Moschetti, con
el objeto de recuperar dicho abonado telefónico.
2.2. Respecto a la prisión preventiva dictada respecto del encartado
Moschetti, y de la cual se agravió su defensa, la misma será analizada al
momento de examinar las medidas de cautela personal ordenadas en el auto de
mérito bajo estudio.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación introducido
por la defensa de José Gabriel Moschetti y en consecuencia confirmar el
procesamiento del nombrado en orden a los delitos oportunamente atribuidos.
f) Eugenio Javier Nasi.
1. Agravios.
1.1. Al momento de apelar, la defensa del encausado se agravió del
análisis efectuado respecto de los mensajes que pudieran existir entre Ortego y
Bardinella, sin tener en consideración que no existe conversación alguna entre
su asistido y los demás imputados en el marco del Caso 2.
Además, sostuvo que, ante la falta de pruebas, se intenta
fundamentar la hipótesis delictiva sobre indicios que no encuentran basamento
en el ámbito legal.
A criterio de la defensa, se realizó en estudio parcial endilgándole
hechos a su representado que no ha cometido, sumado a que no se puede tener
como válida la declaración testimonial de Diego Barrera.
1.2. Por otra parte, atacó los decisorios tachados de espurios por el
juez de grado, indicando precisamente que la segunda libertad obtenida
(incidente FMZ 35072/2016/62), fue consentida por el representante del
Ministerio Público Fiscal.
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Finalmente, dejó en claro que jamás tuvo la remota posibilidad de
reunir USD 500.000 –monto de la supuesta dádiva, conforme a su estilo de
vida austera.
2. Valoración de esta Cámara.
2.1. Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
Cabe recordar que el magistrado de grado ha dispuesto el
procesamiento de Eugenio Javier Nasi por considerarlo prima facie
penalmente responsable del delito cohecho activo agravado en calidad de
coautor, en referencia al Caso 2.
Para arribar a su decisión el juez instructor ha valorado la siguiente
prueba: la copia digitalizada de los autos FMZ 35072/2016 y sus incidentes; la
ampliación de declaración indagatoria del imputado Eugenio Nasi, los
informes del teléfono secuestrado a Bardinella Donoso (fs. 02/37; 144/160;
173/182; 302/339; 406/437; 579/604; 605/615 y 1226), la declaración
testimonial de Diego Barrera, el informe de la reconstrucción del SIM Card
del teléfono de Diego Aliaga, la ampliación de declaración indagatoria del
imputado Ortega Pérez y las declaraciones de los imputados Ríos y Aramayo
en el marco del acuerdo de colaboración.
El encuadre probatorio antes detallado, a diferencia de lo pretendido
por la asistencia técnica de Nasi, no hace más que echar por tierra los agravios
esgrimidos por la defensa.
Por ejemplo, a pesar del supuesto desconocimiento o carencia de
contacto entre los coimputados Ortego, Bardinella y el aquí recurrente, se
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observa de los informes elevados determinados los mensajes que se refieren a
la situación procesal de Nasi.
Es más, incluso ha de poner especial interés en la fotografía selfie
tomada entre Ortego y Nasi, inmediatamente después de que este último haya
recuperado su libertad; la cual fue enviada al propio Bardinella.
Respecto a la imposibilidad económica de haber pagado UDS
500.000, debe decirse que fue Nasi quien refirió, en su ampliación de
declaración indagatoria, haber recurrido a conocidos a fin de poder entregar el
dinero que Ortego le requería a cambio de su “libertad garantizada”.
Es más, a esta altura resulta indiferente la suma de dinero que haya
debido abonar, sino que debe valorarse la finalidad que la misma tenía, la cual
no era desconocida por el sindicado Nasi, toda vez que, como el mismo
indicó, resultaba excesiva para tratarse de honorarios profesionales.
Sobre este punto, entendemos necesario traer a colación lo indicado
por el Sr. Fiscal Federal, quien al momento de informar destacó que: “…
Eugenio Nasi al momento de ampliar su declaración indagatoria extremo
que valora la Defensa como argumento de descargo no logró dar una
explicación razonable respecto de la imputación formulada, lo que fue
correctamente valorado por el Juez a quo; este déficit se extiende a su
defensa técnica, que ha intentado atacar la decisión judicial en base a puros
argumentos dogmáticos como intentar desprender del hecho de que no se
hayan comunicado Bardinella y Nasi un elemento suficiente para descartar el
rol del segundo en el delito atribuido, pese a que el Juez a quo valoró
suficientemente este extremo en sentido opuesto a esa pretensión exponiendo
acabadamente las razones de ese aserto.
La posibilidad de Nasi de reunir el dinero de la coima es otra
afirmación dogmática, y tampoco puede tener influencia alguna en el delito,
máxime cuando estos extremos se vienen contextualizando en el accionar de
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la banda en general desde la imputación inicial, luego valorada por la
decisión atacada…” (ver dictamen fiscal –apartado VIII –punto 7).
2.2. Finalmente, en cuanto a la admisión de la declaración de Diego
Barrera, debe apuntarse que la misma fue valorada juntamente con el resto de
los elementos probatorios existentes y concordantes en cuanto el modo en que
habrían acontecido los hechos, toda a la luz de la sana crítica racional.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación introducido
por la defensa de Eugenio Javier Nasi y en consecuencia confirmar el
procesamiento del nombrado en orden a los delitos oportunamente atribuidos.
g) Juan Carlos Molina.
1. Agravios.
1.1. Se agravió la defensa, al advertir una inconsistencia entre el
contexto tenido por probado por el Tribunal y la calificación con la que se
valoró las conductas endilgadas a Molina.
En tal sentido, conceptualizó que si el juez tuvo por acreditada la
existencia de una organización criminal, con vocación de permanencia que
buscaba casos judiciales para presionar a los imputados sobre las
consecuencias que tendría no negociar con ellos para poder acceder a cambio
de dinero a los beneficios procesales y que esos beneficios no eran
necesariamente contrarios a derecho, las personas que fueron contactadas por
la organización para obtener de ellos un beneficio económico, no son
sobornadores, sino víctimas del delito de extorsión.
Por lo tanto, sin perjuicio de que no se encuentra acreditada que su
asistido hubiera ofrecido o realizado pago alguno, de haberlo hecho no parece
que fuera libre, espontáneo o autónomo, sino como resultado obtenido por la
intimidación desplegada por la organización, pues, en el caso analizado lo
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2. Valoración de esta Cámara
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2.1. Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
Cabe recordar que Juan Carlos Molina se encuentra procesado por
considerarlo prima facie penalmente responsable del delito cohecho activo
agravado, en calidad de coautor, en referencia al Caso 3.
Para arribar a la decisión emitida en el auto impugnado, el Juez
valoró las siguientes pruebas: copia digitalizada de los Autos FMZ
21303/2019, caratulados “Ortega Pérez, Javier Santos y Molina Pérez, Juan
Carlos sobre encubrimiento de contrabando, artículo 874 inc. 1 ap. d) Código
Aduanero” y sus incidencias; ampliaciones de declaraciones indagatorias de
los imputados Ortega Pérez y del propio Molina; informe de la reconstrucción
del SIM CARD del teléfono de Diego Alfredo Aliaga; los informes del
análisis del teléfono secuestrado al imputado Bardinella Donoso al momento
de su detención (fs. 02/37; 144/160; 173/182; 302/339; 406/437; 579/604;
605/615 y 1226); declaraciones de los imputados arrepentidos Leopoldo
Martín Ríos y Alejandro Matías Aramayo en el marco del acuerdo de
colaboración ley 27.304
2.2. En primer lugar, se advierte que la defensa introduce un
agravio no articulado en el recurso de apelación, manifestando una
inconsistencia entre el contexto tenido por probado por el Tribunal y la
calificación con la que valoró las conductas que le endilgó a Molina.
En ese sentido, indicó que las personas que fueron contactadas por
la organización para obtener de ellos un beneficio económico no son
sobornadores, sino víctimas del delito de extorsión.
No obstante, que lo expresado no fue motivo de agravio en el
recurso de apelación, cabe señalar que la argumentación desarrollada por la
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defensa para justificar que Molina sería en realidad una víctima de la
asociación ilícita, y por lo tanto no puede atribuírsele una participación en el
ilícito enrostrado, no encuentra sustento normativo ni fáctico.
En efecto, el art. 258 del C.P. es claro en tanto dispone que “…Será
reprimido con prisión de uno a seis años, el que directa o indirectamente
diere u ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas
por los artículos 256 y 256 bis, primer párrafo…”.
Tal como lo ha descripto el juez de grado en su auto de mérito, las
conductas analizadas respecto a Molina, se encuadran en la norma transcripta.
Es que, la pretensión de la defensa cae en vacío al advertirse que,
lejos de ser una víctima, Molina fue beneficiado con una resolución judicial
presuntamente ilegítima, lo cual, lleva a desacreditar de plano esta
argumentación.
2.3. A continuación, examinaremos el agravio vinculado a que la
decisión impugnada no logró, siquiera de manera superficial, acreditar los
extremos que el delito exige, es decir la entrega u ofrecimiento concretos
atribuible a Molina y que incurrió en una errónea valoración del material
probatorio,
Respecto a ello, cabe señalar que, al igual que el resto de los
imputados, estos reproches no pueden tener acogida favorable en esta
instancia, en tanto no configuran agravios fundados contra la decisión atacada;
dado que las afirmaciones defensistas constituyen una mera discrepancia con
lo decidido por el Juez Federal, circunstancia que carece de entidad para
desvirtuar la decisión que aquí se examina.
Es que, de la lectura del auto de procesamiento se advierte que, en
el caso de Molina, el juez valoró circunstanciadamente su situación, señalando
y analizando las pruebas que lo vinculan con la presunta comisión del delito
de cohecho pasivo en el marco del caso 3, a lo cual nos remitimos (ver punto
II.3 el procesamiento).
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2.4. Sin perjuicio de ello, el Dr. Chervin –defensor de Molina,
considera que la situación económica de Molina no le permitía afrontar el
pago de un soborno, cualidad que lo descartaría como posible autor de ese
delito.
Sobre este punto, entendemos que dicho agravio no puede
prosperar, ya que, más allá de que Molina no presente una capacidad
económica suficiente, ha de considerarse que en la época de los sucesos
investigados tanto Molina, como el coimputado Ortega, eran parte de una
sociedad, por lo cual su capacidad económica estaba necesariamente vinculada
a la de este último.
Es más, el magistrado de grado expresamente considera que el
presunto pago habría sido hecho por Ortega para beneficiarlo a él y a Molina,
estableciendo que “… Respecto a la declaración de Juan Carlos MOLINA
PÉREZ, quien destacó que no conocía el arreglo realizado por su primo,
Javier ORTEGA PÉREZ, como así también que desconocía a los abogados
actuantes y nunca participó en los delitos atribuidos, entiendo que los
beneficios procesales presuntamente ilegítimos beneficiaron su situación
procesal obteniendo un cambio de calificación en su favor y una
excarcelación cuyo origen es el pacto ilícito…”.
“… Además su participación, en forma inexorable, se encuentra
unida a la de su compañero procesal (ORTEGA PEREZ), quien confesó haber
realizado un pago en su nombre y en el de MOLINA. Además fue defendido
por el propio Luciano ORTEGO, sindicado organizador de la asociación
ilícita que aquí se investiga…
El hecho de que el pago no haya sido efectuado por Molina, no lo
exime de responsabilidad, toda vez que el mismo puede ser hecho por uno
mismo o a través de terceros, tal como lo sostiene el juez a quo en el caso
objeto de estudio.
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Por lo tanto, el planteo vinculado a la falta de capacidad económica
del nombrado para aportar una dádiva carece de entidad para conmover el
juicio de sospecha formulado en su contra.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran imponerse a los fundamentos tenidos en cuenta por el juez
de grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación
introducido por la defensa de Juan Carlos Molina y en consecuencia confirmar
el procesamiento del nombrado en orden a los hechos oportunamente
atribuidos.
h)Omar Rodríguez.
1. Agravios.
La defensa se agravió por la supuesta falta de descripción del hecho
que se le imputa a su pupilo, toda vez que entiende se lo procesa por el simple
hecho de haber obtenido resoluciones jurisdiccionales que serían, a criterio del
Ministerio Público, contrarias a derecho.
Agregó, que no se precisa en qué momento o de qué manera el
nombrado habría dado u ofrecido una dádiva a los integrantes de la supuesta
organización criminal, para lograr el presunto beneficio procesal. En virtud de
ello, a su entender, no se puede tener por configurado el delito pretendido.
Finalmente, consideró que la resolución del a quo no observa las
reglas de la sana crítica racional, solicitando así el revocamiento del auto de
mérito en trato, y en caso de no hacerse lugar a dicho pedido, morigerar la
prisión preventiva dictada respecto de Omar Rodríguez.
2. Valoración de esta Cámara.
2.1. Corresponde ahora ingresar al tratamiento de los agravios
formulados, adelantando desde ya, que los mismos no tendrán acogida
favorable, en tanto, no logran conmover los fundamentos expuesto por el juez
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de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
Cabe recordar que Omar Rodríguez se encuentra procesado por
considerarlo prima facie penalmente responsable del delito cohecho activo
agravado, en calidad de coautor, en referencia al Caso 5.
Para arribar a la decisión emitida en el auto impugnado, el Juez
valoró las siguientes pruebas: la relación entre José Gabriel Moschetti
(comisario de la Policía de Mendoza), Diego Alfredo Aliaga y Walter
Bardinella Donoso (informantes de la Policía); el informe pericial practicado
al teléfono celular secuestrado a Walter Bardinella Donoso; las llamadas y
mensajes entre éste y José Moschetti, contactos agendados respectivamente
como “Moncho” y “Moncho 2”; el teléfono celular de Bardinella Donoso y los
contactos agendados en el mismo, en el que figuran los imputados del caso;
las declaraciones testimoniales de los policías Rivera, Zanabria y Feiner y las
copias de las actuaciones de la causa FMZ 39843/2019 “Ballester Ladrón de
Guevara y otros s/ inf. Ley 22.415”.
2.2. En primer lugar, debemos destacar que le asiste razón a la
defensa, en cuanto no existe una comprobación directa del pago de una dadiva
de parte de Rodríguez y en favor a la organización criminal.
Ahora bien, tampoco es menos cierto que ha quedado evidenciado
prima facie –a la luz de las pruebas enumeradas precedentemente y del
análisis efectuado por el juez a quo del caso 5, conforme los elementos
probatorios agregados a la causa, el despliegue modus operandi de la
organización delictiva y, en particular, el mecanismo por el cual habría sido
beneficiado el aquí recurrente; todo ello, mediante un análisis global e integral
de los indicios claros y concordante que existen respecto al beneficio procesal
ilegitimo obtenido por Rodríguez.
Como se observa nítidamente, en este caso se replica la operatoria
en lo que se denominad la “faz judicial”, la cual se compone de una solicitud
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i) Jorge Omar Miranda.
1. Agravios.
1.1. En primer lugar, la asistencia letrada de Jorge Omar Miranda,
esgrimió que la valoración del juez a quo fue arbitraria, excesiva y
desproporcionada, en lo que hace a la prueba colectada.
En su escrito recursivo, afirmó que el a quo omitió analizar y
valorar la declaración de Sergio Riquelme, la cual desvirtuaría las
declaraciones testimoniales de Iñiguez, Flores, Rivero y Ramírez Madrid.
Recordó, que los nombrados en último término declararon que Rosa
Fernández, en el patio de visitas del Complejo Penitenciario I de Boulogne Sur
Mer y en presencia de Sergio Riquelme, habría manifestado cuestiones
referidas a un supuesto pago dinerario para mejorar su situación procesal, por
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intermedio de Miranda –quien en su momento oficiaba de abogado defensor
de la precitada Rosa Fernández; circunstancia que sería negada por Riquelme.
1.2. Afirmó la defensa que, en lo que respecta al caso 6, la
producción de prueba se encuentra agotada, o al menos sin cuestiones
pendientes de producción serias, por lo cual correspondería el dictado del
sobreseimiento de su defendido o, al menos, su falta de mérito.
En apoyo de esa tesitura, el Dr. Luquez manifestó que ni el Sr.
Fiscal, ni el juez interviniente tomaron en cuenta la ampliación indagatoria
prestada por Rosa Fernández y/o los argumentos esgrimidos por el Dr.
Miranda al momento de instar el sobreseimiento de su defendida. Sumado a
que, tampoco se habría analizado correctamente el plexo probatorio de la
causa, especialmente lo referido a las escuchas telefónicas.
En efecto, el abogado defensor explicó que al momento de que se
dictar el auto de procesamiento de Fernández, ésta última se había abstenido
de declarar. Posteriormente, al solicitar ampliación de su declaración
indagatoria y dar su versión de los hechos, es que el magistrado revió su
situación procesal.
Agregó, que el cambio de calificación allí dispuesto por el
coimputado Walter Ricardo Bento, en la causa FMZ 19016/2013, no fue
apelado por la Fiscalía.
Más aún, en la instancia de debate oral y juicio, se condenó a Rosa
Isabel Fernández, conforme a dicha calificación.
1.3. También, a criterio de la defensa, no queda acreditado que
Jorge Omar Miranda haya intermediado en el supuesto acuerdo entre
Fernández y Bento, en el cual se habría convenido un pago de U$S 40.000
para que el magistrado beneficiara a la encausada.
Además, pone de resalto que el supuesto monto acordado surgiría
de los dichos de internos del penal, no existiendo constancias de ello, sumado
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2. Valoración de esta Cámara.
Cabe recordar que Jorge Omar Miranda se encuentra procesado por
considerarlo prima facie penalmente responsable del delito cohecho activo
agravado, en calidad de coautor, en referencia al Caso 6.
Para arribar a la decisión emitida en el auto impugnado, el Juez
valoró las siguientes pruebas: copia digitalizada de los Autos FMZ
19016/2013 “Iñíguez Fazio, Juan Carlos y otros s/ inf. Ley 22.415” y sus
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acumulados; la declaración testimonial de Rubén Riveros de fecha 21/12/2020
(fs. 220/221); de Gonzalo Ramírez Madrid de fecha 26/02/2021 (fs. 367/368);
de Roberto Flores de fecha 20/05/2021 (fs. 996) y de Juan Carlos Iñiguez de
fecha 20/05/2021 (fs. 996); los audios provenientes de intervenciones
telefónicas producidas en el marco de la investigación del caso; las
declaraciones de los coimputados Alejandro Matías Aramayo y Leopoldo Ríos
en el marco de la ley 27.304 y las declaraciones testimoniales en el marco de
la causa penal denominada “Pyme Vip”.
Una de ellas, se circunscribe a la existencia de una ampliación de
indagatoria –con posterioridad al dictado de auto de procesamiento, en este
caso con prisión preventiva, escenario que trae aparejado un cambio de
calificación beneficioso para el imputado, formándose con posterioridad el
correspondiente incidente de excarcelación, y por último, procediéndose a la
concesión de la libertad.
Es importante destacar que este “mecanismo” acontece en el caso 6,
en donde la presunta beneficiada resultaría ser Fernández Morales –hoy
prófuga y su abogado, el aquí recurrente, Jorge Omar Miranda.
Este último, en gran medida rechaza la acusación dirigida hacia su
persona, en el hecho de que el cambio de calificación en cuestión –y la
libertad obtenida en consecuencia, fue gracias al descargo producido por
Fernández Morales en la ampliación de indagatoria y los fundamentos
arrimados por aquel en su presentación –a partir del cual instó el
sobreseimiento de su asistida.
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Asimismo, realizó una interpretación de las comunicaciones entre
la sospechada y Rubén RIVEROS: “…las conversaciones obrantes en autos
resultan fuertes indicios que dan cuenta de las coordinaciones previas a una
maniobra de contrabando, como así también comunicaciones posteriores a
los hechos investigados. Debe tenerse presente que el único número
telefónico intervenido en los autos FMZ 1478/2014, era el de Rubén
RIVEROS, el cual logró su efectiva conexión el 17 de febrero de 2014,
fecha desde la cual se registran comunicaciones con Rosa
FERNANDEZ…”.
En base a dicho pronunciamiento se ordenó la formación de un
incidente de excarcelación, registrado bajo el número FMZ 19016/2014/32,
en el que con vista favorable del Ministerio Público Fiscal se concedió el
beneficio a Rosa Isabel FERNÁNDEZ…”.
Ahora bien, a ello se le suma lo declarado por los testigos Gonzalo
Adrián Ramírez Madrid, Rubén Riveros, Roberto Flores y Juan Carlos
Iñiguez, vinculado al supuesto pago dinerario efectuado en favor de Fernández
Morales, siendo su abogado defensor el intermediario, es decir Jorge Omar
Miranda.
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Así en su declaración testimonial, Gonzalo Ramírez Madrid refirió:
“…pregunté a Rosa Fernández cómo había sido otorgada su libertad y ella
me comenta que su abogado Jorge Miranda, le había gestionado con el juez
federal un cambio de calificación legal, una mejora que provocó su
excarcelación y que esa gestión no había sido gratis sino que le había costado
40 mil dólares…”.
Por su parte, Rubén Riveros manifestó: “…Rosita me dijo que le
daban la posibilidad de que le cambien la carátula y me confirmó que había
puesto la plata, unos cuarenta mil dólares creo, que se lo había dado a
Miranda. Antes del juicio me dijo esto Rosita y luego de que ya había sido
nombrado MIRANDA como jefe de los defensores…”
En igual sentido, Roberto Flores sostuvo: “…Rosa FERNÁNDEZ
nos dijo que había pagado unos 30 dólares recuerdo, que debía 10 mil
dólares más, que era la plata que había juntado toda la vida para comprarse
un departamento junto a su hermana… Que supone que el dinero se lo dio al
abogado para que le bajaran la calificación”
Concordantemente, Juan Carlos Iñiguez refirió: “…Junto Gonzalo
RAMÍREZ MADRID y Tito FLORES fuimos los tres hasta donde estaba
RIQUELME con Rosita. Ahí Rosita nos dijo que recuperó la libertad porque
le cobraron 40 mil dólares y que como no llegaba con la plata tuvo que
pedirle el dinero a su hermana que había ese dinero para comprar una casa.
Nos dijo que le habían cambiado la carátula”. Cuando se le preguntó si
“Rosita” había dicho algo más en esa oportunidad, dijo que “…le dio el
dinero a su abogado…”
2.4. En este punto es importante detenernos, ya que la defensa del
imputado Miranda, plantea que el móvil de los testigos, recae en buscar la
nulidad de la investigación que oficio de sustento para el juicio oral y público
realizado a su respecto.
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Si bien resulta atendible dicha hipótesis, consideramos que existen
otros elementos que avalan los dichos de los propios testigos, en cuanto a que
también a ellos les habrían solicitado dinero para beneficiarlos y, al no poder
abonar lo exigido, su situación procesal se mantuvo indemne hasta la
sentencia.
Tal afirmación encuentra asidero siempre teniendo en
consideración la provisoriedad de esta etapa procesal, en las comunicaciones
telefónicas interceptadas en el marco del sumario FMZ 19016/2013, a partir
de las cuales se observa nítidamente como los hoy testigos –en dicha
oportunidad investigados, hacían referencia al pago de dadivas para
“arreglar” con el juez de la causa, el coimputado Walter Ricardo Bento (cuyo
procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir voluntariamente del
recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante la anterior
instancia).
A modo de ejemplo, transcribiremos una comunicación detallada
por el juez a quo, mantenida entre Iñiguez y una persona de apellido Romano:
“a mí me ha venido a ver, Walter BENTO que es el JUEZ FEDERAL de acá
que es re picante, amigo mío y cuando viene y me dice, che necesito esto, 200
mil le digo, yo le bajo la bandera ahí nomás, si no, no voy, entonces vos me
tenés que dar plata antes de que yo vaya a hablar, antes de empezar a hablar
les cobro (…) ahora me vienen a ver y saben que tienen que venir con la
plata, yo ya tengo los precios, después veo cuando lo hago y saben que soy yo
el único nexo, soy amigo del jefe de la policía, me junto con ellos, estoy con el
Walter, me dice, che cualquier cosa, al juzgado….” obrante en CD 33,
llamada 8 (31/12/2013), en el marco del sumario FMZ 19016/2013.
En esa misma línea argumental, podemos traer a colación lo
detallado por el imputado colaborador Alejandro Matías Aramayo, quien
detalló: “… la situación que me paso a mí, hay una causa que es IÑIGUEZ,
ahí defendí a Marcelo ESCUDERO que es un cliente mío a quien defendía
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por segunda vez, antes los defendí en una causa por contrabando simple en la
secretaría penal “B”, después se produce esta causa IÑIGUEZ, que se
acumuló a la secretaría penal “D” creo.
En esa causa mi cliente me hacía conocer que había dos
abogados, uno ALBA y el otro creo que el Doctor MIRANDA, que decían
que tenían que reunir el monto de 200 mil dólares para recuperar la
libertad. En ese momento no se concretó ese arreglo, menos mi cliente porque
era camionero y no tenía poder económico para esa suma…. No fue contacto
directo con mi cliente, pero creo que fue un contacto con otro coimputado de
la causa, no sé si era RAMÍREZ MADRID, después ahí se realizó una reunión
entre internos donde se hablaba de ese monto.
Siguió la causa, seguimos litigando, no sé si quedó en la secretaría
“C”, presentaban recursos, excarcelaciones y no pasaba nada, hasta que
presentamos una segunda excarcelación en la feria, donde informé, luego me
dijo ESCUDERO que lo habían ido a ver y que tenía que poner 12 mil dólares
para salir. Yo dije que no sabía de ese tema, después, al cabo de unos días,
una semana quizás, vino la hermana y el papá de ESCUDERO y me dijo que
le habían pedido 12 mil dólares y que tenían que llevárselo al Estudio del
Doctor Jaime ALBA, no llegaban a ese monto, creo que llegaron a la mitad y
se lo entregaron a ALBA.
Después resolvió la Cámara y recuperó la libertad, no sé si está
vinculado a ese arreglo o no. ESCUDERO me dijo que lo habían ido a ver al
penal, que habían ido a verlo abogados, también a los coimputados habían
ido a verlos, a RIVEROS, IÑIGUEZ, no eran muchos, y que le habían
trasmitido entre todos que tenían que pagar un monto para salir.
ESCUDERO tenía que poner un monto menor porque era camionero, no me
dijo que abogados lo habían ido a ver. ESCUDERO tenía confianza con
RIVEROS y posiblemente este le debe haber comentado este suceso… ALBA
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me dijo una vez en la calle que a ESCUDERO le faltaba la otra parte que
tenía que poner, que la había tenido que poner él.
Hablé con ESCUDERO y le conté eso que me dijo ALBA…respecto
a la situación de Rosa FERNÁNDEZ, se decía que MIRANDA pedía dinero
para arreglar la situación de FERNÁNDEZ, que esta había recuperado la
libertad…”
De lo transcripto anteriormente, observamos la presencia de
indicadores e indicios concordante que acreditan preliminarmente la
participación de Jorge Omar Miranda, con relación al hecho por el cual fuera
legitimado pasivamente.
Asimismo, y sobre el hecho de que el Ministerio Público Fiscal
consintiera la libertad obtenida por Fernández Morales, como así también, que
la sentencia condenatoria de esta última se dicte en orden a la calificación
legal lograda por el accionar de Miranda en el expediente, como ya lo hemos
precisado en reiteradas veces, lo que aquí se encuentra bajo análisis no resulta
ser el fundamento de los temperamentos judiciales; sino determinar si existió
un acuerdo previo e ilegal para su dictado.
2.5 Resta decir que, en lo que hace a la “nueva prueba” aportada
por la asistencia técnica de Jorge Omar Miranda, este Tribunal entiende que la
misma no puede ser analizada en esta instancia.
Ello, frente a la inveterada doctrina de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en torno a la imposibilidad de diálogo entre el prófugo y el juez
(Fallos:186:82; 205:407; 259:365; 272:258; 301:57; 306:866; 310:2093;
317:831, entre muchos otros); sin que el caso revele singularidades que
conduzcan a formular excepciones al respecto, particularmente frente a la
rebeldía declarada (CNCC –Sala 7, causa Nº 36.639, “B., G.”, del 2752009,
voto del juez Cicciaro).
Tal criterio, por otra parte, ha sido ratificado sustancialmente por la
Corte Federal (Fallos: 330:4879), en el marco de conocimiento de la apelación
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extraordinaria. En la misma dirección se ha sostenido que “…mientras
subsista la rebeldía, no puede haber diálogo procesal posible entre el prófugo
y el tribunal…” (D’Albora, Francisco J., Código Procesal Penal de la Nación,
Anotado. Comentado. Concordado, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009, ps.
493/494).
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación introducido
por la defensa de Jorge Omar Miranda y en consecuencia confirmar el
procesamiento del nombrado en orden a los delitos oportunamente atribuidos.
j) Javier Leónidas Angeletti.
1. Agravios.
1.1. El imputado se presentó por derecho propio y esgrimió que las
conclusiones vertidas en los considerandos del auto de procesamiento resistido
no responden a la realidad fáctica, significando que el a quo no ha estudiado
los argumentos defensivos expuestos.
Precisó, que la maniobra de cohecho endilgada a su respecto se
presenta como algo incompatible para todo letrado que se jacta de lograr las
cosas con su esfuerzo, como su caso, enumerando las cuantiosas
presentaciones y actuaciones procesales llevadas a cabo en la causa donde se
investigó a Costa.
1.2. Por otro lado, resaltó la urgencia en dictar el auto de
procesamiento, ya que se había ofrecido frondosa prueba de descargo, de la
cual solamente se ha hecho lugar a tres pruebas instrumentales requeridas por
nota de estilo, y a ninguna de las pruebas testimoniales.
No obstante ello, no se la ordenó producir tal como se había
dispuesto, por lo cual la tardía incorporación y el cambio de postura en la
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2. Valoración de esta Cámara.
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de grado para sostener la decisión de mérito en cuestión, por las razones de
hecho y derecho que a continuación se esgrimen.
Cabe recordar que Javier Leónidas Angeletti se encuentra procesado
por considerarlo prima facie penalmente responsable del delito cohecho activo
agravado, en calidad de coautor, en referencia al Caso 7.
Para arribar a la decisión emitida en el auto impugnado, el Juez
valoró las siguientes pruebas: copia digitalizada de los autos FMZ
11088445/2007 “Costa, Walter A. y ots.”, las acumulaciones descriptas y sus
incidencias; copia digitalizada de los autos FMZ 10537/2017 “Aliaga, Diego
Alfredo contra AFIPAduana y otros”, de trámite ante el Juzgado Federal nro.
2 de Mendoza; declaración testimonial de Diego Barrera (fs. 345/348);
declaración testimonial de Gonzalo Ramírez Madrid (fs. 367/368); la
declaración testimonial de Juan Carlos Iñiguez (fs. 996); grabaciones
aportadas por el testigo Enzo Diego Stuto (fs. 1037); los dichos de los
imputados colaboradores en el marco de los acuerdos celebrados en la ley
27.304; la declaración indagatoria del Dr. Javier Leónidas Angeletti (fechas
11/06/2021 y 16/06/2021); y la declaración indagatoria del Dr. Jaime Alba
(24, 25 y 30 de junio de 2021).
2.2. Una vez más, tal como surge invariablemente en todos los
casos, se percibe la operatoria llevada a cabo, consecuencia de una
planificación irregular previa de los miembros de la organización investigada,
Walter Bento (cuyo procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir
voluntariamente del recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante
la anterior instancia), Jaime Alba y la participación del abogado Javier
Angeletti, como autor de un presunto cohecho activo que luego sería utilizado
por Aliaga para demostrar el funcionamiento, metodología y dinámica de la
asociación y los resultados favorables obtenidos.
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En éste caso, el análisis se circunscribe al accionar de los abogados
que intervinieron en la defensa de los principales imputados, particularmente
de Angeletti.
Tal como refiere el magistrado instructor, no pasa desapercibido la
diversidad de abogados que se fueron sucediendo en la defensa, tanto de
Walter Costa, como de los Aliaga, en distintas etapas del proceso.
Actuaron como defensores y codefensores los Dres. Angeletti,
Nacevich, Palma, Prisco y Alba, habiendo sido revocados y vueltos a nombrar
en diversas oportunidades. Lo cual permite conjeturar una estrategia para
aparentar complejidad técnica y probatoria que lleve a la duda y al
consiguiente paso del tiempo sin resolución judicial.
Sin embargo, quienes terminan ejerciendo la defensa efectiva que
llevaron al decisorio final fueron los aquí imputados Javier Angeletti y Jaime
Alba.
A lo largo de las consideraciones efectuadas al momento de analizar
caso 7 –ver apartado II, punto c) del presente, conforme los elementos de
prueba reunidos, surge que el Dr. Angeletti, en ese momento codefensor del
imputado Walter Costa junto al coimputado Alba, unificaron domicilio legal.
Sin perjuicio de que finalmente se hizo cargo de la defensa de todos los
imputados fue Angeletti.
2.3. Es importante resaltar que el argumento utilizado por el juez
de la causa –repetimos, el coimputado Walter Ricardo Bento (cuyo
procesamiento a la fecha adquirió firmeza, al desistir voluntariamente del
recurso de apelación que oportunamente interpusiera ante la anterior
instancia), al momento de archivar las actuaciones –esto es, el paso del
tiempo– es advertido y desacreditado por el a quo, quien considera que es
justamente las maniobras defensistas las que llevaron a esa situación.
Nótese que desde que la defensa solicitaba, a modo de ejemplo, la
ampliación de la declaración indagatoria de uno de sus pupilos procesales,
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hasta que el magistrado instructor se expedía, transcurría un tiempo
considerable.
Además, recobra especial relevancia tiene una situación en
particular, esto es la falta de imputación del hoy fallecido Diego Aliaga, a
pesar del pedido del Ministerio Publico Fiscal en los autos 90834, caratulados
“Compulsa extraída en As. 88.449A, Aliaga, Diego s/ Liberación de
Mercaderías en As. 88.445A”.
2.4. En cuanto a los agravios esgrimidos por el apelante, referidos a
la disconformidad de la imputación atribuida, la falta de valoración y análisis
de la prueba de descargo ofrecida y la especial importancia dada a la
testimonial de Varela, debe decirse que ello ya ha sido analizado por este
Tribunal, al inicio de este apartado.
Tal como se ha reiterado a lo largo de la presente resolución, a fin
de dar respuesta a agravios similares, la valoración de las pruebas ha sido en
forma conjunta, sin perjuicio de la notabilidad o relevancia de alguna en
particular por referirse a determinados aspectos.
2.5. En lo referente a la prueba pericial solicitada respecto de los
teléfonos celulares de los abogados arrepentidos Ríos y Aramayo, entendemos
necesario precisar que el juez puede disponer las medidas que estime
pertinente y útiles, no siendo obligación del magistrado producir la totalidad
de las diligencias propuestas por la defensa (art. 199 del C.P.P.N.).
2.6.Asimismo, sobre la participación y responsabilidad del
nombrado, si bien no posee la imputación que refiere el art. 210 del Código
Penal, se desprende de las conversaciones mantenidas por el encartado Alba,
la referencia de Angeletti en otros casos investigados.
Por ejemplo, mencionó al apelante diciendo “…después está,
ANGELETTI que ha estado con el Diego, bueno el GORDO, no GORDO, yo
con el Diego le he llevado dos casos nada más”.
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k)Alfredo Rodolfo Aliaga.
1. Agravios.
1.1 En su escrito, la defensa de Alfredo Aliaga, manifestó su
disconformidad con la resolución del a quo, bajo el entendimiento de que la
misma no logró, siquiera de manera superficial, acreditar los extremos que el
delito exige.
Es por ello que solicitó el dictado de la falta de mérito de su
defendido y, en subsidio, la revocación de la prisión preventiva dispuesta y de
los montos de los embargos dispuestos
Alegó, que sin perjuicio de efectuar una extenuante relación del
proceso en el que estuvo involucrado hace más de diez años del que fue
sobreseído, decisión confirmada por la CFAM y por la propia CFCP, el juez
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a quo concluyó que ello constituía un cohecho activo por lo cual dictó su
procesamiento y prisión preventiva.
Sobre este último punto –prisión preventiva, consideró que no se
encuentra justificada y solicita se valore la inexistencia de peligros procesales.
2. Valoración de esta Cámara.
Para arribar a la decisión emitida en el auto impugnado, el Juez
valoró las siguientes pruebas: copia digitalizada de los autos FMZ
11088445/2007 “Costa, Walter A. y ots.”, las acumulaciones descriptas y sus
incidencias; copia digitalizada de los autos FMZ 10537/2017 “Aliaga, Diego
Alfredo contra AFIPAduana y otros”, de trámite ante el Juzgado Federal nro.
2 de Mendoza; declaración testimonial de Diego Barrera (fs. 345/348);
declaración testimonial de Gonzalo Ramírez Madrid (fs. 367/368); la
declaración testimonial de Juan Carlos Iñiguez (fs. 996); grabaciones
aportadas por el testigo Enzo Diego Stuto (fs. 1037); los dichos de los
imputados colaboradores en el marco de los acuerdos celebrados en la ley
27.304; la declaración indagatoria del Dr. Javier Leónidas Angeletti (fechas
11/06/2021 y 16/06/2021); y la declaración indagatoria del Dr. Jaime Alba
(24, 25 y 30 de junio de 2021).
#35692602#300442757#20210831132035626
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2.2. Como puede observarse, la situación de Alfredo Aliaga es la
contracara de lo que fuera analizado al tratar la situación del abogado Javier
Angeletti –en el punto precedente, es decir, el primero de los nombrados fue
favorecido por el accionar ilícito del segundo, por lo que ambos se encuentran
prima facie procesados por ser coautores del presunto delito de cohecho activo
agravado.
A diferencia de lo sostenido por la defensa, el Magistrado instructor
efectuó un acertado análisis y valoración de los indicios y pruebas existentes,
lo cual permitió concluir en la configuración prima facie del delito atribuido al
recurrente.
En este particular, coincidimos con lo indicado por el Sr. Fiscal
Federal, en cuanto precisó que: “…Los agravios de la Defensa de Alfredo
Aliaga se limitan simplemente a cuestionar genéricamente la resolución del a
quo, esgrimiendo el solo transcurso del tiempo como argumento defensivo y
el hecho de que las decisiones adoptadas por el Juez Bento han sido
confirmadas por tribunales superiores, pero sin valorar ningún elemento
probatorio de los que ha enumerado el Juez de grado. El descargo es, de este
modo, genérico y sólo revela una disconformidad con lo resuelto por éste por
lo que debe ser desestimado…”
Por otro lado, se advierte que la defensa en su informe introduce un
agravio no articulado en el recurso de apelación, manifestando una
inconsistencia entre el contexto tenido por probado por el Tribunal y la
calificación con la que valoró las conductas que le endilgó a Alfredo Aliaga –
sobre este punto, nos remitimos íntegramente al análisis ya efectuado del
mismo agravio, al momento de referirnos a la situación procesal de Juan
Molina.
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2.3. Respecto a la prisión preventiva dictada respecto del encartado
Aliaga –quien actualmente la transita en detención domiciliaria, y de la cual
se agravia su defensa, la misma será analizada al momento de examinar las
medidas de cautela personal ordenadas en el auto de mérito bajo estudio.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde disponer el rechazo del recurso de apelación introducido
por la defensa de Alfredo Aliaga y en consecuencia confirmar el
procesamiento del nombrado en orden a los delitos oportunamente atribuidos
l) Leandro Emanuel Cirot.
1. Agravios.
1.1. Se agravió la defensa considerando que, en los autos
principales, de ninguna manera se encuentra acreditado el extremo que señala
el juzgador, dado que no se ha analizado correctamente el plexo probatorio,
basándose en prueba carente de relevancia, falsa y subjetiva, tales como las
declaraciones de Barrera y las declaraciones de los imputados arrepentidos.
Además, afirmó que en ninguno momento se ha indicado que su
asistido le haya entregado el dinero a la coimputada Miere, con el objeto de
que falsee una declaración.
En esa sintonía, entiendió que tampoco se ha valorado
correctamente la declaración indagatoria de Cirot, donde brindó aclaraciones
precisas, despejando cualquier duda respecto a la relación que tiene con
Bardinella, Aliaga, Barrera –a quien le habría secuestrado automotores, y
demás imputados en la causa.
1.2. Remarcó, que no existe ninguna escucha telefónica que
acredite que Cirot haya cometido delito alguno, siendo el único fundamento de
su procesamiento los dichos de Diego Barrera, quien con sus alocadas
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2. Valoración de esta Cámara
2.1. Cabe recordar que Leandro Cirot se encuentra procesado por
considerarlo el Juez, prima facie penalmente responsable del delito cohecho
activo agravado, en calidad de participe secundario, en referencia al Caso 1.
Las pruebas en las cuales el magistrado de grado se ha basado para
resolver la situación procesal indicada consiste en: Copia digitalizada de los
autos FMZ 52277/2017, caratulados "Bardinella Donoso, Walter Eduardo
s/Av. Inf. Ley 23.737” y sus incidencias; los informes del análisis del teléfono
secuestrado al imputado Bardinella Donoso al momento de su detención (fs.
02/37; 144/160; 173/182; 302/339; 406/437; 579/604; 605/615 y 1226); la
declaración testimonial de Diego Barrera (fs. 345/348); el informe de la
reconstrucción del SIM CARD del teléfono de Diego Aliaga (fs. 554/576); los
dichos de los imputados Alejandro Matías Aramayo y Leopoldo Martín Ríos
en el marco del acuerdo celebrado ley 27.304, declaración testimonial de
María Belén Velasco Moya (fs. 170/171); declaración testimonial de Mariano
Enrique Castro Hoyos (fs. 480/481); la declaración testimonial del Juez
Federal Marcelo Fabián Garnica (fs. 1285).
2.2. Respecto a la supuesta valoración errónea del plexo probatorio,
como así también, la invalidez de las declaraciones de Barrera y de los
abogados arrepentidos Aramayo y Ríos; entendemos necesario remitirnos a lo
expuesto en el apartado inicial del presente resolutivo, donde se indica que, sin
desconocer la situación de cada declarante, sus dichos han sido valorados con
otros cauces probatorios, lo cual les otorga validez como prueba de cargo.
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Por otro lado, con relación a que el auto impugnado no supera el
estado intelectual de duda, lo que obliga al juez a dictar la falta de mérito, en
tanto la resolución no logra acreditar los extremos que el delito exige entrega
u ofrecimiento concretos atribuibles a Cirot; consideramos que dicho agravio
no puede prosperar.
Ello, dado que la defensa no ha logrado desvirtuar el estado de
sospecha formulado por el Juez a quo, en particular: a) los dichos de Diego
Barrera (quien sindicó expresamente a Cirot como una de las personas a las
que Aliaga le dio dinero para llevarle a Jessica Miere, a fin de que no
reconociera a Bardinella); b) los chats que surgen del teléfono de este último,
del que surgen numerosos contactos entre éste y aquí recurrente –Cirot (sobre
todo el día de la detención de aquel), y c) el hecho de que el nombrado
también figure como contacto en la SIM Card del fallecido Aliaga, lo que
revela la relación entre éstos.
2.3. No le asiste razón a la defensa, cuando expone que no ha sido
valorada la declaración de Cirot, por el contrario, el magistrado interviniente
la analizó, considerando que, la misma quedaba relativizada por la prueba de
cargo merituada.
En tal sentido expuso correctamente el Magistrado preopinante: “…
que si bien la declaración del imputado es relevante y coherente en su
esquema, atento al plexo normativo reunido, queda relativizada por las
pruebas de cargo. En efecto, si bien el sospechado CIROT niega la
participación atribuida y desconoce a MIERE, como así también refiere una
enemistad con Diego BARRERA, derivada de un secuestro automotor que le
habría realizado y una amenaza propiciada por este último, reconoce en
forma expresa el vínculo que tenía con Diego ALIAGA y Walter
BARDINELLA DONOSO…”
El hecho de que no haya ninguna escucha telefónica que acredite el
pago de un soborno a Miere, no es óbice para desincriminar al encartado de su
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participación como participe secundario del delito de cohecho, en tanto, como
se ha señalado, en los casos de cohecho no es necesaria la prueba directa, sino
basta, como se presenta en estos obrados, la existencia de elementos
probatorios concordantes de los cuales pueda presumirse razonablemente, que
el pago existió como tal.
Es dable destacar que, los arrepentidos Ríos y Aramayo refieren a
Leandro Cirot como persona con vínculo a la asociación ilícita. El primero
expresó: “...Leandro CIROT, que era un periférico de la banda que no se bien
que hacía, hacía secuestros de autos...”; y el segundo: “...hay una causa que
es NASI y que no sé cuánto fue el monto del arreglo, esto no lo sé por
BARDINELLA, sino a través de Leo CIROT que conoce a ALIAGA y a
BARDINELLA...”. “...yo a ALIAGA no lo conocía, una vez me lo presentó Leo
CIROT...”. A su vez, el número de Cirot se encontraba agendado en el
teléfono de Bardinella y de Diego Aliaga.
En relación a ello, existe una conversación entre Cirot y Bardinella
donde el segundo le trasmite al primero: “¿no estas como para llegar a pasar
por el doctor, así manoteamos esa platita, no?; mientras que el con fecha
6/3/2020 –día de la detención de Bardinella, el contacto “Ciro” le mandó un
mensaje a Bardinella diciéndole que se juntan en el restaurante “Don Mario”
de la localidad de Dorrrego “junto con Diego”.
De manera que, sin lograr la defensa rebatir los elementos de cargo,
se vislumbra como acertadas las expresiones vertidas por el a quo en el auto
impugnado que a continuación se transcribe: “… En este orden de ideas,
observo que los dichos de BARRERA han sido coherentes y corroborados a lo
largo de la investigación, hasta la presente etapa, con los demás elementos
objetivos surgidos de los registros telefónicos. Claro está que Leonardo
CIROT tenía llegada con todos los imputados del presente hecho, tanto
BARDINELLA DONOSO, como Diego ALIAGA y los abogados. Del mismo
modo, se tiene presente la existencia de la irregularidad presunta en el “no
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reconocimiento” efectuado por Jessica MIERE respecto de BARDINELLA.
Todo ello lleva a la conclusión de que el presunto pacto se habría
efectivizado. Resultan concordantes además los dichos de los imputados
arrepentidos quienes reforzaron lo dicho por Diego BARRERA al decir que el
plan de la asociación era la entrega de dinero a Jessica MIERE para que
cambiase su versión al momento del reconocimiento hacia BARDINELLA
DONOSO. Ello, sumado a los indicios relevantes, tiene entidad suficiente
para la atribución, en esta instancia, de presunta responsabilidad de
Leonardo CIROT en el injusto...”
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el Juez de
grado, corresponde confirmar el procesamiento de Leandro Cirot por los
hechos oportunamente atribuidos.
m) Jessica Melisa Miere.
1. Agravios.
1.1. Se agravió la defensa de Jessica Miere, al advertir una
inconsistencia entre el contexto tenido por probado por el juez y la calificación
con la que valoró las conductas que le endilgó.
En tal sentido, expone que si el Tribunal tuvo por acreditada la
existencia de una organización criminal, con vocación de permanencia que
buscaba casos judiciales para presionar a los imputados sobre las
consecuencias que tendría no negociar con ellos para poder acceder a cambio
de dinero a los beneficios procesales y que esos beneficios no eran
necesariamente contrarios a derecho, las personas que fueron contactadas por
la organización para obtener de ellos un beneficio económico, no son
sobornadores, sino víctimas del delito de extorsión.
Por lo tanto, sin perjuicio de que no se encuentra acreditado que
Miere hubiera ofrecido o realizado pago alguno, de haberlos hecho no parece
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que fuera libre, espontáneo o autónomo, sino como resultado obtenido por la
intimidación desplegada por la organización, pues, en el caso analizado lo
preexistente es la existencia de la organización criminal y no el supuesto
ofrecimiento o entrega que se encontraría viciado
Por ello, solicitó que Miere sea sobreseída por el motivo previsto
por el inciso 3º del art. 336 del CPPN y se la conceptualice en su verdadera
dimensión: víctimas de una compleja y peligrosa organización criminal.
1.2. En subsidio, planteó que la decisión impugnada no logra
acreditar los extremos que el delito exige, es decir la entrega o el ofrecimiento
concretos atribuibles a su asistida. A su entender, el auto impugnado no supera
racionalmente el estado intelectual de duda, lo que obliga a dictar la falta de
mérito.
En concreto, expone que la circunstancia de que una mujer con tres
hijos pequeños y recientemente viuda no haya reconocido a una persona en un
álbum fotográfico, y que afirme que efectivamente conoce a un Walter
Donoso y no a Bardinella, no permite concluir que ello constituya una
intervención en el delito de cohecho, ya que esa conclusión surge de una
valoración caprichosa y absurda.
Señaló, que Jessica Miere no había realizado un reconocimiento
anterior de Walter Bardinella Donoso, como sostiene el Tribunal, sino que al
momento del allanamiento en la casa de su ex pareja Rodríguez Andino,
“voluntariamente” dijo a los preventores que la sustancia la había llevado una
persona de nombre “Walter Donoso”.
Esta circunstancia, a criterio de la asistencia técnica de esta última,
resulta medular, ya que de allí surgen una multiplicidad de alternativas: a)
bien pudo confundirse, b) bien pudo haber mentido aquella vez; c) bien pudo
no haberse encontrado presente cuando supuestamente aquel llevo la
sustancia, o a pesar de encontrarse en su domicilio, d) bien pudo no haberlo
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visto, o verlo de lejos, con poca iluminación, suficiente como para ver tan sólo
que era “pelado”, como expresó en su declaración del 17 de marzo de 2020.
La defensa remarca que, según la propia resolución judicial aquí
recurrida, ese “Walter Donoso” habría llevado la sustancia a la casa de
Rodríguez Andino, “…en la noche del 30 de agosto del 2015…”. Entonces las
circunstancias relativas a la nocturnidad y el paso de casi cinco años desde
aquel episodio, bien podría provocar que a esa persona que pudo haber no
haber visto jamás, no fuera reconocida; y, dando por cierto que efectivamente
la haya visto, no surge que la haya visto en más de una oportunidad, lo que
sumado a la nocturnidad y al paso del tiempo, podrían explicar desde las
reglas de la experiencia, que no la reconozca.
Por otra parte, el Dr. Chervin –letrado defensor de la imputada
Miere destacó que las conversaciones relativas a la importancia de pedir esa
prueba mantenidas entre Bardinella y sus abogados, nada aportan hacia la
configuración del no reconocimiento como una medida espuria.
1.3. Por otro lado, objetó la calificación jurídica bajo la cual el juez
subsumió el hecho, correspondiendo en todo caso la prevista en el art. 275 del
CP, primer párrafo, sin perjuicio de que ese hecho sea parte o no de un plan
global espurio, totalmente ajeno al ámbito de organización de Jessica Miere.
2. Valoración de esta Cámara
2.1. Cabe recordar que Jessica Miere ha sido procesada por el juez
de gado, por considerarla prima facie penalmente responsable del delito
cohecho activo agravado, en calidad de participe necesaria, en referencia al
Caso 1 (en relación con la situación procesal de Walter Bardinella).
Las pruebas en las cuales el magistrado de grado se ha basado para
resolver la situación procesal indicada consiste en: Copia digitalizada de los
autos FMZ 52277/2017, caratulados "Bardinella Donoso, Walter Eduardo
s/Av. Inf. Ley 23.737” y sus incidencias; los informes del análisis del teléfono
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secuestrado al imputado Bardinella Donoso al momento de su detención (fs.
02/37; 144/160; 173/182; 302/339; 406/437; 579/604; 605/615 y 1226); la
declaración testimonial de Diego Barrera (fs. 345/348); el informe de la
reconstrucción del SIM CARD del teléfono de Diego Aliaga (fs. 554/576); los
dichos de los imputados Alejandro Matías Aramayo y Leopoldo Martín Ríos
en el marco del acuerdo celebrado ley 27.304, declaración testimonial de
María Belén Velasco Moya (fs. 170/171); declaración testimonial de Mariano
Enrique Castro Hoyos (fs. 480/481); la declaración testimonial del Juez
Federal Marcelo Fabián Garnica (fs. 1285) y la declaración indagatoria del
imputado Leandro CIROT de fecha 12 de Mayo de 2021 (fs. 919).
2.1. En primer lugar, se advierte que la defensa introduce un
agravio no articulado en el recurso de apelación, manifestando una
inconsistencia entre el contexto tenido por probado por el Tribunal y la
calificación con la que valoró las conductas que le endilgó a Jessica Miere –
sobre este punto, nos remitimos íntegramente al análisis ya efectuado del
mismo agravio, al momento de referirnos a la situación procesal de Juan
Carlos Molina y Alfredo Aliaga.
2.3. Dicho esto, con relación al agravio vinculado a que la
fundamentación del auto de mérito atacado y la valoración de la prueba, es
preciso destacar que el juez a quo analizó correctamente la prueba de cargo
contra Jessica Miere; logrando tener la convicción necesario para tener por
acreditado el pago realizado a Jessica Miere para que no reconociera a
Bardinella Donoso en la rueda fotográfica practicada –en el marco de los autos
FMZ 52277/2017.
En el caso, las declaraciones de Barrera, Ríos y Aramayo se
presentan suficientemente claras para considerarlas como elementos
probatorios, sin que las afirmaciones de la defensa respeto a que el trascurso
del tiempo y la falta de condiciones óptimas del suceso acaecido en el año
2015 –presunta observación de Bardinella por parte de Miere, hayan hecho
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que esta última incurriera en un error; logren conmover el caudal probatorio
reunido.
Así, el agravio analizado se presenta como un intento estéril para
desvirtuar los indicios que colocan a la precitada Miere como participe
primaria del delito enrostrado.
2.4. En lo que hace a la calificación legal escogida por el juez a
quo –participación primaria en un cohecho activo agravado, consideramos
que la misma resulta correcta, en tanto a que su aporte –falsedad en la
declaración testimonial recepcionada en los autos FMZ 52277/2017, resultó
ser necesario para el desarrollo del delito en cuestión; sin perjuicio de no
poseer el dominio del hecho –característica propia de la participación primaria
endilgada a la nombrada.
Por otra parte, sobre el encuadre que podría tener en el tipo penal
previsto en el artículo 275 del Código Penal, entendemos que, en todo caso,
podría existir entre ambas figuras un concurso ideal de delitos; circunstancia
podrá ser examinada con mayor profundidad ante un hipotético juicio oral y
público.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por la
defensa no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por el juez de
grado, corresponde confirmar el procesamiento de Jessica Miere respecto del
hecho oportunamente atribuido.
n)Juan Ignacio Aliaga.
1. Agravios.
1.1. Se agravió la defensa de Juan Ignacio Aliaga, al advertir que
“…existe un error en el juzgador ya que en la testimonial que se cita Juan
Ignacio Aliaga fue interrogado de otra manera. En efecto se le preguntó "Le
suenan los nombres Walter Donoso y Luciano Ortego" a lo que respondió
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2. Valoración de esta Cámara
2.1. Cabe recordar que Juan Ignacio Aliaga ha sido procesado por
el juez de gado, por considerarlo prima facie penalmente responsable del
delito de falso testimonio.
La hipótesis sostenida por el Sr. Fiscal Federal, en el marco de los
autos principales, radica en lo siguiente: “Juan Ignacio ALIAGA, en
momentos de haber prestado declaración testimonial en sede de fiscalía en el
marco de la presente causa y de ser interrogado respecto a su conocimiento
de Walter BARDINELLA DONOSO y si tendría vínculo con su padre, Diego
ALIAGA, habría referido que lo escuchó nombrar durante la investigación,
antes no. Del mismo modo se le preguntó por afirmaciones de su hermano
respecto a que su padre le había hecho el aguante a Walter DONOSO y lo
había sacado en domiciliaria, a lo que el imputado de marras habría
respondido que nunca había escuchado ese extremo
.”
Ahora bien, ingresando en el análisis de la prueba incorporado en
autos, consideramos que la misma se presenta dirimente para fundamentar el
procesamiento dictado respecto de Juan Ignacio Aliaga.
Es que, más allá de cuestión vinculada al apellido materno de
Walter Bardinella Donoso, lo cierto es que del cotejo de los contactos
existentes en el teléfono celular de este último, figura agendado “Aliaga
Juani”, abonado Nro. 2163823979.
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Dicho abonado, resulta ser el coincidente al consignado por el aquí
recurrente, en el marco de la declaración testimonial prestada en el marco de
los autos FMZ 12062/2020 –de fecha en fecha 31 de julio de 2020.
Además, del examen realizado sobre las comunicaciones
mantenidas específicamente entre Walter Bardinella Donoso y el contacto
“Aliaga Juani”; se desprende que existió entre ambos un intercambió diversos
mensajes de whatsapp, desde el 31 de octubre y 26 de noviembre del año
2019.
En virtud de lo expuesto, sobre todo de la acreditación objetiva
respecto del conocimiento entre los coimputados Bardinella Donoso y Aliaga,
y atento a que los agravios vertidos por la defensa no logran conmover los
fundamentos tenidos en cuenta por el juez de grado, corresponde confirmar el
procesamiento de Juan Ignacio Aliaga respecto del hecho oportunamente
atribuido.
o) Luis Francisco Álvarez –cuya falta de mérito fue recurrida
por el Sr. Fiscal Federal.
1. Agravios.
El representante del Ministerio Público Fiscal, se agravió de lo
siguiente: “…que de lo dicho en su testimonio y lo manifestado por Álvarez en
su indagatoria puede concluirse que su omisión fue dolosa ya que las
preguntas no fueron referidas a ninguna persona en particular sino de forma
general y en dos ocasiones, incurriendo el testigo en una falsedad con aptitud
suficiente para inducir a error a esta Fiscalía en orden a circunstancias
relevantes que se investigan en esta causa.
Al respecto resultaba importante determinar, en el contexto de las
relaciones de Diego Aliaga con miembros de la Justicia Federal, la situación
de Martínez Pinto que era conocida por Álvarez máxime cuando de acuerdo
a lo declarado por el Subcomisario Cepeda en esta causa, en el expediente en
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que se investigaba la por entonces desaparición de Diego Aliaga, Álvarez se
comunicó con él para manifestarle que “un cliente” (Martínez Pinto) que
estaba cumpliendo una condena domiciliaria podía tener datos sobre el
paradero de Aliaga; luego se determinó que a Martínez se le revocó la
domiciliaria y que fue Álvarez quien concurrió al lugar a asistirlo
profesionalmente…”
2. Valoración de esta Cámara.
2.1. Inicialmente, no debemos olvidar que el dictado de un auto de
falta de mérito no cierra ni impide el avance de la investigación, sino que
meritúa los elementos colectados y lo ineludible de profundizar en la cuestión
para luego, con un cuadro más claro, ponderar las probanzas reunidas en las
actuaciones.
En esa línea, merece recordarse lo precisado por la doctrina, en
cuanto que a la base de la procedencia del dictado de falta de mérito es
profundizar la investigación, tanto para verificar la realidad del hecho por el
que fue oído el imputado como para probar su participación en el.
Es decir que: “...Se trata de resolver un cuadro de prueba
insuficiente, entonces, para procesarlo o sobreseerlo por virtud de prueba
pendiente de producción...” (Guillermo Rafael Navarro y Roberto Raúl Daray,
Código Procesal Penal de la Nación análisis doctrinal y jurisprudencial tomo
2, Ed. Hammurabi, ed.2004, pag. 850)”.
En esta misma tesitura, el Dr. Raúl Washington Ábalos ha dicho:
“....para dictar auto de falta de mérito, el Juez no cuenta con elementos que le
permitan afirmar la existencia del hecho delictuoso, o la autoría y
responsabilidad del imputado. Basta con que el Juez dude. Que los elementos
que hacen a la vía de la incriminación se vean controvertidos por los
elementos contrarios. O, que la probabilidad negativa de la autoría y
responsabilidad, o de la existencia del hecho se presenten a través de las
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pruebas.....La falta de mérito no cierra el proceso, sólo declara que no hay
mérito para ordenar el procesamiento ni tampoco para sobreseer, por ello,
deja abierta la instrucción por el término establecido en la Ley para
continuar investigando....” (Código Procesal Penal de la Nación, Tomo II,
pág. 710).
Ahora bien, sin perjuicio de lo indicado por el Dr. Dante Vega,
coincidimos con el juez a quo respecto de que, “…de los elementos
acompañados al proceso, si bien se enumera un cúmulo probatorio previo
que infiere la relación y actividad del imputado ÁLVAREZ con el mencionado
MARTINEZ PINTO, de la lectura de la audiencia no surge efectivamente que
se le haya preguntado por ésta persona en particular, ni sobre los sucesos o
la relación que existiese en el marco de un departamento ubicado en calle
Espejo 232 de la Ciudad de Mendoza.
De este modo queda clara la relación que existía entre ambos,
siendo ÁLVAREZ el abogado de MARTINEZ PINTO y que, por lo que surge
de las constancias, en ocasiones se juntaban a jugar naipes en las reuniones
de los jueves en la casa de Diego ALIAGA, pero que MARTINEZ PINTO, en
principio, no sería de los que asistían semanalmente…”
A ello se le suma que, al ser imputado específicamente de su
presunta conducta antijurídica, refirió expresamente conocer a Martínez Pinto.
En virtud de lo expuesto, atento a que los agravios vertidos por el
Sr. Fiscal Federal no logran conmover los fundamentos tenidos en cuenta por
el juez de grado, corresponde confirmar la falta de mérito dictada en favor de
Francisco Luis Álvarez.
p)Walter Costa Sgro.
Respecto del recurso de apelación interpuesto por Costa Sgro, en
virtud de no haber elevado el correspondiente memorial, se debe tener por
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desistido si más tramite –cfr. lo previsto en el artículo 454, segundo párrafo,
del Código Procesal Penal de la Nación.
VI. Medidas de cautela personal y real.
1. En el presente apartado nos toca referirnos a la situación de
libertad de los encartados Luciano Ortego, José Gabriel Moschetti, Omar
Rodríguez y Alfredo Aliaga.
En lo que hace a este punto, debemos destacar que el agravio –
fundamento de toda apelación no puede convertirse en un argumento común
para cuestionar, por cualquier medio, la legitimidad de la situación de
detención, cuando el propio ordenamiento procesal establece la vía
excarcelatoria como régimen tuitivo del derecho constitucional a la libertad
provisoria bajo caución durante el trámite del proceso.
En ese direccionamiento, conforme lo preceptuado en el artículo
311 del código ritual, sólo es apelable el procesamiento, puesto que el dictado
de la prisión preventiva es su consecuencia en virtud de la valoración que
efectuara el juez de conformidad con los Arts. 312 y 319 del mismo cuerpo
legal.
Por tal motivo, entendemos que el instituto cuestionado debe estar
sujeto a revisión mediante el trámite de la excarcelación instituido por el
ordenamiento adjetivo.
Además, respecto a la situación de los encartados Moschetti y
Ortego, cabe recordar que la misma ya fue analizada en el marco de los
incidentes FMZ 13.854/2020/10 –Luciano Ortego y FMZ 13.854/2020/32 –
José Gabriel Moschetti, oportunidad en la cual se confirmó el rechazo de las
solicitudes de morigeración de la prisión preventiva oportunamente solicitadas
decisorios que, a la fecha, adquirieron firmeza procesal; y a cuyos
fundamentos nos remitimos en su integridad.
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Sobre este punto, y destacando el criterio de esta Sala en cuanto se
deben examinar los agravios interpuestos por las partes, teniendo en
consideración las circunstancias actuales del legajo en trato, entendemos que,
desde la adopción de tales decisorios hasta la fecha, no se presentan
indicadores que hagan modificar los temperamentos antes citados.
Por otra parte, con relación a Rodríguez, se comparte lo sostenido
por el Sr. Fiscal Federal, en cuanto indicó que “…cuestiona la prisión
preventiva en forma genérica al afirmar que la medida de coerción ordenada
carece de fundamentación y que contraria los derechos de su defendido y por
lo tanto le ocasiona un gravamen de imposible reparación posterior…”, por
lo cual no tendrá acogida favorable en esta instancia, sin perjuicio de realizar
dicha solicitud por la vía adecuada.
1.1. Escenario diferente nos ofrece la defensa de Alfredo Aliaga,
quien cuestionó que se haya ordenado el arresto domiciliario de una persona
de su edad 76 de edad y con arraigo sobradamente acreditado. En esa
sintonía, solicitó que se apliquen las mismas consideraciones ofrecidas por
esta Sala, al momento de resolver el incidente FMZ 13.854/2020/12.
Ahora bien, previo a ingresar al fondo de la situación de libertad
vinculada a precitado Aliaga, esta Sala estima necesario efectuar un estudio de
los principios implicados en materia de prisión preventiva.
Inicialmente, es importante destacar que la regla general establecida
por el art. 280 del Código Procesal Penal de la Nación señala que “la libertad
personal sólo podrá ser restringida en los límites absolutamente
indispensables para asegurar el descubrimiento de la verdad y la aplicación
de la ley...”; receptándose de este modo los principios instituidos por los arts.
18, 14 y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional, 7 y 8 CADH y 9 y 14
PIDCyP.
Así, toda decisión jurisdiccional tendiente a privar provisionalmente
de la libertad al imputado deberá indicar fundadamente las razones objetivas
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que permitan sostener que aquél obstruirá los fines del proceso o intentará
eludir el accionar de la justicia.
En este sentido, se ha precisado que la prisión preventiva es una
medida cautelar de carácter excepcional (función cautelar que es la única
constitucionalmente admisible), y que sólo puede tener como finalidad evitar
los mencionados riesgos procesales. Y que, como principio general, las
restricciones a la libertad durante el proceso deben encontrar sustento en el
conjunto de las pautas objetivas y subjetivas que surgen del caso concreto, que
demuestren su necesidad en pos de los fines cautelares previstos en nuestra
legislación procesal penal nacional (art. 319 del C.P.P.N. y art. 18 de la C.N.)
cfr. FRE 138/2018/40/CFC7, "SAMPAYO, Facundo Alfredo y otros
s/recurso de casación", reg. nº 289/19, del 7/3/2019; y CFP
9881/2016/42/CFCS "ROLON, Osvaldo s/ recursos de casación", reg. nº
590/19. 4, del 10/4/2019.
Bajo esas directrices, los jueces podrán disponer una medida cautelar
máxima encarcelamiento en caso de verificarse razones suficientes que
justifiquen la presunción contraria al principio de permanencia en libertad
durante el proceso.
Por otra parte, y continuando con este línea de pensamiento, vale
destacar que el nuevo digesto procesal sin dudas modifica el paradigma del
sistema de excarcelación de la Ley 23.984 aún vigente, ya no basando el
encarcelamiento como regla, ni las escalas penales, las presunciones de iure,
la reglas abstractas generales y la excarcelación como beneficio; plasmándose
así un sistema más acorde a los principios constitucionales y convencionales
de nuestro Estado de Derecho, donde el prima la libertad del individuo,
cualquiera sea el delito y cualesquiera sean las pruebas que avalen su
existencia y su responsabilidad.
Es decir, un sistema donde la posibilidad de restringir la libertad sólo
es procedente para garantizar la comparecencia del imputado o evitar el
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entorpecimiento de la investigación, y no puede limitarse sobre la base de
criterios automáticos abstractos y generales, sino sobre la base, en cada caso,
de los principios de idoneidad, razonabilidad, proporcionalidad y
“necesariedad”. Esos son los fines, no sólo para el encarcelamiento, sino
también de las restricciones progresivas a la libertad que se enumeran entre los
incs. a) y k) del art. 210 CPPF.
Que así entonces, no es menos cierto tampoco, que las normas cuya
aplicación ahora se solicita, tiendan a adecuar la legislación procesal en toda
nuestra Nación a los estándares constitucionales, convencionales, doctrinarios
y jurisprudenciales imperantes en la materia.
Es que, el art. 17 del CPPF (aún no vigente en esta jurisdicción)
“sienta aquí las bases sobre cuya verificación puede restringirse en el proceso,
la libertad del individuo” que no son otras que: a) el peligro de fuga y b) el
peligro de entorpecimiento de la investigación; ambas amenazas operan, en su
conjunto, como indicadores de riesgos procesales reales, es decir, que su
invocación debe encontrar justificación en “puntuales circunstancias objetivas,
pues real significa, precisamente, todo aquello que tiene existencia objetiva”.
Además, los presupuestos en que se puede merituar la existencia de riesgos
procesales, sí han sido recogidos por artículos vigentes del nuevo código
procesal penal federal, entre ellos, los artículos 221 y 222.
Que estas reglas de subordinación de la privación de libertad del
imputado a las dos razones del precepto, esto es la preservación de que no se
fugue o no entorpezca la investigación o la realización de un acto concreto que
la comprende, no hacen otra cosa que reivindicar los estándares de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a través de sus informes y,
fundamentalmente, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en “Loyo
Fraire”, L. 196, XLIX, con cita de “Chaparro Álvarez y Lapo Iñiguez vs./
Ecuador”, el conocido caso “Suarez Rosero vs. Ecuador”, el precedente
“Nápoli”, LL 1999B662, el fallo “Massera”, y la Cámara Nacional de
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Casación Penal, en “Díaz Bessone”, “Macchieraldo”, “Ruere”; “Cajamarca”;
“Beraja”; “Chabán; “Pazo”; “Alais” y “Amelong”, entre otros numerosos
pronunciamientos de distintos tribunales del país y coincidentes opiniones
doctrinarias como la de Bidart Campos, Germán J. “Delito, proceso penal,
prisión preventiva y control judicial de constitucionalidad”, en LL 1999B
660, que por conocidas habremos de omitir su cita.
Que de ello se deriva que el encarcelamiento cautelar debe contener
una motivación suficiente que permita evaluar si se ajusta a los requisitos de la
Corte IDH, entre ellos, el de necesidad, en el sentido de que sea absolutamente
indispensable para conseguir el fin deseado y que no exista una medida menos
gravosa respecto al derecho intervenido entre aquellas que cuentan con la
misma idoneidad para alcanzar el fin propuesto (vuélvase sobre el caso
“Suarez Rosero”; “Caso Ricardo Canese vs. Paraguay”, Fondo, Reparaciones
y Costas, 31/08/2004, párrs. 129 y 130; Informes 12/96/2/97; 35/07 punto 75;
recientemente Informe OEA doc. 46/13 30/12/2013, punto VIII,
recomendaciones apartado 320, punto A 3; CSJN, “Estévez, José Luis”,
03/10/1997, Fallos: 331: 858, principio pro homine, “Gramajo”, Fallos:
319:1840, “Vertbisky”, Fallos 328:1146, evitar diferencias en la aplicación de
la prisión preventiva; “Loyo Fraire Gabriel Eduardo”, 06/05/2014, “Merlini
Ariel Osvaldo”, se deben evaluar la conducta en el proceso y las condiciones
personales).
Que dicho esto, adentrándonos en el análisis del riesgo procesal de
peligro de fuga, el artículo 221 CPPF establece, en principio, pautas que, entre
otras no taxativas, deben ser tenidas en cuenta a la hora de evaluar la
posibilidad de que el imputado rehúya del accionar de la justicia. De ellas es
posible hacer inferencias razonables para afirmar la existencia de peligros
procesales concretos, empero “todas las aserciones fácticas utilizadas como
componentes de la inferencia de peligro deben estar demostradas”, esto es,
tener sustento en las constancias del expediente y ser evaluadas en su conjunto
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para no incurrir en una decisión arbitraria (Daray, R., “Código Procesal Penal
Federal. Análisis Doctrinal y Jurisprudencial. Tomo I”, Editorial Hammurabi,
Buenos Aires, 2018, 1ra. Edición, p. 640).
Señalamos aquí que, a nuestro modo de ver, la fórmula “entre otras”
instaurada por el legislador, remite a la posibilidad cierta y concreta de
someter al análisis del juzgador otras pautas a tener en cuenta, distintas de las
enumeradas, que formen criterio a la hora de sustentar el peligro de fuga.
En otras palabras, la enunciación de las pautas contenidas en el
artículo, no resultan taxativas, sino antes bien fija estándares que aportan
mayor seguridad jurídica y permiten reducir arbitrariedades. Que idéntico
razonamiento corresponde efectuar a la hora de analizar el peligro de
entorpecimiento de la investigación, pues a nuestro modo de ver, los
indicadores a que alude el artículo 222 CPPF no constituyen una enunciación
plena sino que “pueden verificarse otros supuestos que igualmente conduzcan
al peligro que pretende evitarse” y conforme el avance de la investigación
(Daray, R., ob. cit, p. 643).
Ante este marco, e ingresando en un estudio pormenorizado del
concepto de peligro de fuga establecido en el artículo 221 del CPPF, resulta
necesario realizar un examen de las pautas allí fijadas.
a) En primer lugar, nos toca mencionar la naturaleza del hecho
imputado, eje central del temperamento impugnado, y que sin dudas merece su
correspondiente examen. Sobre dicha pauta, compartimos la postura sostenida
por la doctrina, en cuanto precisa que sólo cuando la gravedad del hecho
pueda incidir en la efectiva realización del procedimiento penal, tornándola
riesgosa a través de la modificación de la disposición subjetiva del sospechoso
hacia el juicio; podrá ser admisible como pauta obstativa de la libertad
personal (La Rosa M. y Romero Villanueva, H., “Código Procesal Penal
Federal Comentado. Tomo II”, Editorial La Ley, Buenos Aires, 2019, 1ra.
Edición, p. 737).
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desde hace más de 40 años. Está casado con Mónica Esther Leon desde el 2
de agosto de 1968, es decir desde hace cincuenta y tres años. El matrimonio
se encuentra pasando una crisis depresiva muy intensa, especialmente
Mónica, desde el homicidio de su hijo Diego Alfredo Aliaga.).
Todo lo cual, se encuentra debidamente acreditado mediante la
presentación titulada “Anexo Arraigo Aliaga”, elevado juntamente con el
memorial en trato.
c) Si bien es cierto que, y conforme resulta ser la hipótesis criminal
en el marco de los autos principales –la cual adquiere firmeza procesal
mediante este decisorio, se sostiene que el aquí recurrente fue beneficiado
procesalmente, a partir de un acuerdo ilícito previo, consideramos que aquella
circunstancia no puede ser el único elemento objetivo para sostener la prisión
preventiva del aquí justiciable; máxime ante el aporte de elementos objetivos
que debilitan la existencia de un posible escenario de peligro de fuga.
d) A su vez, en lo que hace al peligro de entorpecimiento de la
investigación, también resulta necesario realizar una breve reflexión.
Es que esta Sala, en oportunidad de resolver el incidente FMZ
13.854/2020/10, se refirió a la gravedad y el riesgo que genera el pertenecer
prima facie a una asociación ilícita, en particular cuando sus integrantes
resultarían ser funcionarios judiciales, numerarios policiales, etc.
Ahora bien, sin soslayar tal posible escenario y destacando que el
aquí justiciable no ha sido imputado por pertenecer a dicha presunta estructura
criminal, y a partir de una balance realizado entre las circunstancias
particulares del aquí imputado y la gravedad de los hechos ventilados en los
autos principales, entendemos ajustado a derecho conceder la excarcelación de
Alfredo Aliaga, con la adopción de las siguientes medidas asegurativas: a) La
promesa de someterse al procedimiento y de no obstaculizar la investigación;
b) La obligación de someterse al cuidado de un guardador/a, compromiso que
deberá ser instrumentado bajo debida constancia; c) prohibición de salir sin
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pecuniariamente en un proceso penal, asegurando los bienes de éste para
evitar que disponga de ellos (confr. Claria Olmedo, Jorge, “Derecho Procesal
Penal Tomo II”, Ed. Rubinzal Culzoni, 1998, Pág. 387 y sgtes).
Teniendo en cuenta esos parámetros, advertimos que el magistrado
instructor ha realizado un profuso análisis de los distintos elementos que
cabían ponderar a los fines de fijar las sumas impugnadas entre otras cosas,
las particulares características que detentan los hechos materia de estudio, la
magnitud del despliegue pesquisado, las eventuales penas pecuniarias en los
casos que corresponden y los conceptos dinerarios involucrados, extremos
que permiten sostener que los montos de embargo fijados lucen razonables,
motivo por el cual serán confirmados.
VII. Comunicaciones.
En virtud de lo expuesto, y a raíz de las funciones, cargos y
profesiones que ostentan algunos de los aquí imputados, estimamos necesario
efectuar las correspondientes comunicaciones a los órganos bajo cuya orbita
se encuentran.
Como ya fuera objeto de análisis, en los agravios vinculados a los
encartados Ríos y Aramayo, y a la luz de lo establecido en la Ley Nacional
22.192 y Ley Provincial de Mendoza Nro. 4976, se procederá a notificar al
Colegio de Abogados de la Primera Circunscripción Judicial –en relación con
la situación procesal de los abogados Jaime Andrés Alba, Luciano Edgardo
Ortego, Leopoldo Martín Ríos, Alejandro Matías Aramayo y Javier Leónidas
Angeletti.
Idéntico criterio se debe adoptar respecto a lo decido con relación al
Comisario José Gabriel Moschetti Inspección General de Seguridad de la
Provincia de Mendoza y el Sr. Defensor Oficial, Dr. Jorge Omar Miranda
Defensoría General de la Nación–.
Por último, y si bien no fue objeto de análisis del presente decisorio
la participación criminal prima facie endilgada al imputado Walter Ricardo
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I. Tener por desistido el recurso de apelación interpuesto por la
defensa del imputado Walter Aníbal Costa, contra los puntos dispositivos
XXVII y XXVIII del decisorio bajo estudio, en virtud de no haber informado
el mismo ante esta instancia judicial (cfr. art. 454 –segundo párrafo del
Código Procesal Penal de la Nación).
II. No hacer lugar a los recursos de apelación deducidos por la
defensa de los encartados de los imputados Jorge Omar Miranda, Walter
Bardinella Donoso, Jorge Gabriel Moschetti, Jaime Andrés Alba, Luciano
Edgardo Ortego, Leandro Emanuel Cirot, Juan Ignacio Aliaga, Javier
Angeletti, Eugenio Javier Nasi, Omar Rodríguez, Jessica Melisa Miere, Juan
Carlos Molina, de los adherentes Martín Ríos y Matías Aramayo, y del Sr.
Fiscal Federal –Dr. Dante Vega.
III. Hacer lugar parcialmente el recurso de apelación interpuesto
por la defensa de Alfredo Aliaga, confirmándose el procesamiento del
nombrado, por considerarlo prima facie penalmente responsable del delito
cohecho activo agravado en calidad de coautor, en referencia al Caso SIETE,
y concediéndose la excarcelación del imputado Alfredo Aliaga, bajo las
siguientes medidas asegurativas: a) La promesa de someterse al procedimiento
y de no obstaculizar la investigación; b) La obligación de someterse al
cuidado de un guardador/a, compromiso que deberá ser instrumentado bajo
debida constancia; c) prohibición de salir sin autorización previa del ámbito
territorial de la Provincia de Mendoza; d) retención de documentos de viaje; e)
supervisión quincenal del imputado por parte del Patronato de Liberados; f)
concurrencia mensual por ante la sede del juzgado de origen; g) caución real
y/o personal de 1.000.000 pesos argentinos; ello, sin perjuicio de cualquier
otra medida que disponga el juez de grado.
IV. Confirmar los puntos dispositivos V), VI), VII), VIII), IX),
X), XI), XII), XIII), XIV), XV), XVI), XVII), XVIII), XXI), XXII), XXV),
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XXVI), XXXI), XXXII), XXXIII), XXXIV), XXXV), XXXVI), XXXIX),
XL), XLV), XLVI), XLVII), del auto de mérito de fecha 26 de julio del
corriente año, en cuanto fuera materia de agravio.
V. Comunicar lo aquí resuelto al Consejo de la Magistratura del
Poder Judicial de la Nación, a la Defensoría General de la Nación, a la
Inspección General de Seguridad de la Provincia de Mendoza y al Colegio
de Abogados de la Primera Circunscripción Judicial, mediante la
correspondiente remisión de una copia certificada de la presente resolución a
cada una de las sedes precitadas conforme lo considerado en el apartado VII
del presente decisorio; ello, por intermedio de la Presidencia de esta Excma.
Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza.
Regístrese, notifíquese, hágase saber a la Dirección de
Comunicación Pública de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
(Acordada 15/13 y Ley 26.856) y, firme que sea, devuélvase digitalmente
mediante el Sistema Integral de Expedientes Judiciales Lex100.
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