Pluralidad de Partes en El Proceso

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PLURALIDAD DE PARTES EN EL PROCESO - LITISCONSORCIO

CONCEPTO.-

Dijimos anteriormente que los sujetos procesales, en todo proceso, se hallan


en una situación jurídica doble, igual y contradictoria. Según el procesalista
GUASP, al referirse a la posición doble de las partes denominada también
como “principio de la dualidad de las partes”, en todo litigio los sujetos
procesales o partes aparecen en dos posiciones, de tal manera que no puede
haber un proceso sin partes, o con una sola parte, ni proceso sin partes, o con
una sola parte, ni procesos con tres partes o más.

En el transcurso del proceso, pueden darse diversas situaciones, por ejemplo


en el caso de haberse declarado la rebeldía del demandado, pero también
puede presentarse el caso de un proceso con multiplicidad de sujetos, como
sucede en el caso hipotético de Litis consorcio activo o pasivo, cuando
concurren varios actores o varios demandados, en opinión de ESCRICHE
“litisconsorte es el que litiga por la misma causa o interés que otro, formando
con el una sola parte, ya sea de actor o de reo demandado en el pleito”. De
esta manera la palabra “Litis consorcio” se emplea en el derecho procesal para
denotar la presencia, en el mismo pleito, de muchas personas en calidad de
actores o demandados.

El término “litisconsorcio” es una locución latina de (“Litis”; litigante),


“consortium”: equivalente a comunidad de destino y posteriormente “consorcio”
COUTURE lo define como la “situación jurídica en que se hallan diversa
personas que actúan en juicio conjuntamente como actores (litisconsorcio
activo) o demandas (litisconsorcio pasivo)” de esta manera, la figura procesal
del litisconsorcio tiene como característica principal una pluralidad de sujetos
que actúan desde una misma posición de parte: sea como actores o
demandantes, o ya como demandados. También como actores y demandados
conjuntamente.

No es condición o requisito del litisconsorcio que los diversos sujetos que


figuran como parte actora o demanda estén asociados frente a su contrario o
contrarios. Tampoco es requisito que los litisconsortes aparezcan unidos en
sus actuación dentro del proceso, atentos a que la relación entre cada uno de
ellos con su contrincante puede oponerse de manera singular, apareciendo los
sujetos con interés o pretensiones opuestas e incluso incompatibles.

Es el caso, por ejemplo, de una pluralidad de acreedores frente a un deudor


común, si bien todos ellos demandan el pago de su crédito algunos reclamaran
primacía sobre los otros y, eventualmente, descalificaran el crédito de otro
deudor, en la esperanza de ser los primeros en ser pagados. Asi, el deudor
más antiguo frente al más reciente o también en la hipótesis de quien debe ser
pagado por beneficios sociales antes que un acreedor común. O también los
acreedores hipotecarios frente a los quirografarios.
No olvidemos que el concepto del proceso o juicio está vinculado al del litigio.
CARNELUTTI decía “llamo litigio al conflicto de interés calificado por la
pretensión de uno de los interesados y por la resistencia del otro”. El termino
litigio viene a su vez de la voz “Litis” palabra latina que equivale al litigio.

Por ello, con el término litisconsorte se nombra a la persona que litigia por la,
misma causa o interés que otra formando con ella una sola parte, tal como lo
define el Diccionario de la Lengua Española.

CLASES DE LITISCONSORCIO.-

Puede ser facultativo o necesario, según la fuente de donde proviene. Si se


origina de la libre y espontánea voluntad de quienes lo componen, tiene lugar el
Litis consorcio voluntario o facultativo; pero, si lo que existe es una carga para
que se complete o integre la relación material por no ser viable dividirla en
cuanto a su resolución, sea por el número de personas que la componen, o
porque así lo dispone la ley, se habla entonces del litisconsorcio necesario.
Veamos cada uno de ellos.

a) Litisconsorcio facultativo o voluntario.- Es el que depende de la libre


voluntad de los sujetos que ocurren al proceso y acuerdan la existencia de un
vínculo de conexitud entre distintas pretensiones, y otras a la adhesión que un
tercero puede formular respecto de una pretensión ya deducida, o de la
oposición a ella. Esto en el entendido que, según la normas del derecho
sustancial, cada uno de ellos hubiese estado legitimado o habilitado para
demandar o ser demandado en el proceso en el que la pretensión se hizo valer.
Por ejemplo, varios damnificados por un mismo hecho ilícito demandado del
agente del daño la reparación civil.

La característica de este tipo de litisconsorcio radica en la circunstancia de que


cada uno los litisconsortes goza de legitimación procesal independiente, por lo
cual, tanto el resultado del proceso como el contenido de la sentencia pueden
ser diferentes con respecto a cada uno de ellos. Todo, ya sea que existan
varias pretensiones conexas, o una sola pretensión a la que posteriormente
adhiera un tercero configura esta situación.

b) litisconsorcio necesario.- se llama litisconsorcio necesario cuando la


sentencia puede dictarse beneficiosamente frente a todos los partícipes de la
relación jurídica sustancial controvertida en el litigio, de tal suerte que la
eficacia de este necesita o requiere la citación conjunta de todas esas
personas. Cuando el fallo final o sentencia no pudiera pronunciarse útilmente
ms que con respecto a varias partes, estas habrán de demandar o ser
demandadas en un mismo proceso.

El fundamento del litisconsorcio necesario radica en la exigencia de resguardar


el derecho de defensa en el proceso, de todos aquellos interesados o
eventuales comparecientes a quienes ha de ampliarse la cosa juzgada,
característica de la sentencia dictada sobre el fondo del litigio. Es el caso, por
ejemplo, de una sucesión abierta en que debe llamarse al proceso a todos los
herederos.
Una veces es la ley la que impone la constitución del litisconsorcio, otras el
litisconsorcio está decidido por la misma naturaleza de la relación o estado
jurídico que es objeto de la controversia. Por ejemplo, cuando se pretende la
declaración de la simulación de un contrato, la demanda debe dirigirse
forzosamente contra las dos partes otorgantes del acto. La demanda de
división y partición debe dirigirse contra todos los herederos o condóminos.

En el litisconsorcio necesario, no obstante, cada litisconsorte puede actuar de


manera autónoma e independiente en la causa. Así, basta la negación de un
cierto hecho por parte de un litisconsorte, para hacer necesaria la prueba de
ese hecho controvertido. Si uno de los litisconsortes apela de una resolución
judicial la aprobación o conformidad de los demás no basta para hacer eficaz la
sentencia, debiendo resolverse la apelación planteada.

Además en el litisconsorcio necesario, a diferencia de los que sucede en el


voluntario o facultativo, la sentencia definitiva debe ser igual respecto de todos
los litisconsortes, es decir “igual” en su eficacia aunque asigne o reconozca
diversas situaciones jurídicas, una más favorables y otras menos atractivas
para cada uno de los litisconsortes. Si por ejemplo se ha planteado apelación o
recursos extraordinarios por uno solo de los litisconsortes, los demás deberían
esperar a que la impugnación se resuelva y la sente4ncia alcance calidad de
cosa juzgada antes de pedir la ejecución del fallo.

TERCEROS INTERVENIENTES EN EL PROCESO.-

En el ámbito del derecho, la palabra “terceros” se emplea para designar a toda


persona ajena a algo, ya sea una obligación, una convención o una relación
jurídica cualquiera. Esto significa que la obligación, convención relación jurídica
cualquiera. Estos significa que la obligación, convención, relación, etc.
Constituyan el producto contractual o biliteral, vale decir de dos personas,
respecto de las cuales cualquier otra es una tercera persona. Entonces, con la
relación a un acto jurídico, los terceros son las personas. Extrañas al acto
porque no han concurrido a su formación. En principio y por regla general el
tercero no es alcanzado por el acto jurídico pudiendo serle absolutamente
indiferente, cual es el caso de los llamados penitus extranei. El problema se
presenta cuando los efectos de dicho contrato alcanzan, efectivamente, aun
tercero.

Así cuando alguien transfiere la propiedad de una cosa, pudiera ser que dicho
bien podría ser reclamado en propiedad por alguien mas, digamos un heredero
que recién aparece con tal título. Ese reclamante es un tercero con respecto al
vendedor y al comprador y podrá interponer eventualmente, una tercería. Esto
es, que aunque siendo un tercero con relación al acto jurídico de traslado de
dominio, los efectos del contrato le alcanzan incuestionable.

Las tercerías aparecen tardíamente en la historia del Derecho Procesal, pues,


no se tiene noticia de ellas en el Derecho Romano, en el medieval ni el
canónico. No se las conoce en las leyes españolas, en el fueron Juzgo y la
Novísima Recopilación, hasta llegar a la Ley de Enjuiciamiento Español de
1885 donde se hallan algunos antecedentes.
La tercería podemos definir, entonces, como “la incorporación de un tercero en
un proceso pendiente, en forma voluntaria o provocada, con el fin de hacer
valer sus derechos, aunque vinculados a la causa o al objeto de la pretensión,
o ambos elementos a la vez”.

El fundamento de la intervención de terceros, no es otro que el de evitar la


actividad jurisdiccional múltiple, evitando de este modo el desarrollo de
procesos que el última instancia pasaran a ser resueltos en una sentencia en
una sentencia única, así como producir los efectos de la cosa juzgada con
relación a todos los interesados.

CLASES DE TERCERIAS.-

ESCRICHE, al definir las tercerías afirma que “es la oposición hecha por un
tercero que se presenta en un juicio entablado por dos o mas litigantes, ya sea
coadyuvando el derecho de alguno de ellos, ya deduciendo el suyo propio, con
exclusión de los otros”.

En la misma línea doctrinal CARAVANTES distingue dos clases de tercerías:


coadyuvantes y excluyentes. Veamos cada una de ellas:

a) la tercería coadyuvantes.- Es aquella que se presenta apoyando la acción


o derecho de alguno de los sujetos procesales, ya sea el del ejecutante o
demandante o del ejecutado o demandado, con fundamento de tener interés
común. La tercería coadyuvante se llama también adhesión procesal.

Las tercerías coadyuvantes se caracterizan porque el tercero no ejercita una


nueva acción en el juicio principal, sino simplemente se adhieren a la acción ya
ejercitada o a la excepción o defensa que el demandado a hecho valer en el
proceso. Es el caso del vendedor que se suma a la defensa procesal que hace
su comparador ante quien aduce mejor derecho de propiedad sobre la cosa
vendida. Esta intervención del vendedor se funda en la garantía de evicción
que la ley establece en la compra y venta. El que aduce mejor derecho es el
eviccionante que perturba el derecho propietario del adquirente que perturba el
derecho propietario del adquirente y si triunfa en el proceso, el comprador
perdicioso se denominara eviccionando.

b) La tercería excluyente.- es la que reclama un derecho exclusivo o singular


que se opone a los derechos del actor y demandado. Los terceristas opositores
excluyentes se dividen en, dos clases: de dominio que son los que alegan
derecho propietario sobre los bienes motivo de la ejecución buscando, el
desembargo y entrega del bien. Será tercería de mejor derecho la que se
instaura por quienes arguyen tener un crédito preferentemente al del ejecutante
y por lo tanto, que se les pague antes que a este, tal como ocurre con un
acreedor hipotecario quirografario

por consiguiente, la tercería (excluyente) de mejor derecho o de derecho


preferentemente en la reclamación que hace un litigante en el proceso que ya
está en trámite, creyéndose con derecho a ser reintegrado de su acreencia,
con preferencia al acreedor ejecutante, o con prelación crediticia general o
especial en cualquier otro juicio.
En nuestra legislación, dentro de un mismo proceso solo podrán proponerse
hasta dos tercerías de derecho preferentemente al pago, acompañando los
documentos que acrediten la prioridad del registro de sus derechos sobre los
bienes.

A su vez, la tercería (excluyente) de dominio, supone la demanda de quien


aduce derecho propietario sobre el bien disputado en un proceso en el que no
se ha constituido como parte desde una principio. Sabemos que el dominio
(propiedad) consiste en el derecho real en el que una cosas se encuentra
sometida a la voluntad o consentimiento y acción de una persona. Tiene un
carácter de exclusividad por que el propietario puede impedir a cualquier
tercero el uso, goce o disposición del bien. Tienen además un carácter
perpetuo permanece invariable, independiente del goce o disfrute que se pueda
hacer la cosa reconocida en propiedad o dominio.

El derecho propietario se halla amparado constitucionalmente, por eso, cuando


en un proceso se embargan vienen pertenecientes a un tercero este puede
oponerse invocando su derecho de dominio, dicha tercería importa un acción
reivindicatoria, cuando en el litigio se afecten los derechos del propietario.

Inclusive, la tercería de dominio pude invocarse sobre derechos que recaen en


bienes incorporables, como los derechos del autor, propiedad industrial o
comercial, etc.

LA EVICCION. GARANTIAS.-

El diccionario de la Lengua Española define la palabra evicción como la pedida


de un derecho por sentencia firme y en virtud de derecho anterior ajeno y en lo
referente a prestar la evicción “cumplir el vendedor su obligación de defender la
cosa vendida o de sanearla cuando es ineficaz su defensa”.

Etimológicamente el término “evicción” significa “desposesión orden o


sentencia judicial” entonces se dice que un adquirente ha sido eviccionado o
evincido, cuando en virtud de una sentencia ha sido privado de la posecion de
un derecho que tenía sobre una cosa sometida a su poder. También se
designa al fallo judicial que ordena la desposesión, ampliándose este alcance
al que ordena efectuar una obra.

La demanda evicción, entonces, pretende recuperar para el eviccionante que


así lo demanda al juez, a recuperación de una cosa propia que otra poseía con
aparente justo título. Desde el punto de vista del eviccionado, es el despojo
jurídico sufrido de un bien que se había adquirido; desde el procesal, el
abandono forzoso que el poseedor de la cosa que tiene que hacer de ella en
todo o en parte, por virtud de un sentencia que a ello le condena.

La garantía de evicción compete al “tradens” esto es, al vendedor o


transfirente, que la otorga al adquirente por la cosa o derecho que le ha
trasmitido. Como se ha visto, es también el nombre de la “acción” (mejor
pretensión) con que se reclama esa garantía por toda perdida, perturbación o
perjuicio que sufre el comprador en razón a un vicio inherente el derecho ha
transmitido, sea anterior o contemporáneo a la compra. Es decir, la trasmisión
de la cosa no resulta plenamente valida. De allí que, aunque no se lo estipule
en un contrato, la ley establece que esta “acción” que puede promover el
adquirente, nace de los contratos o de acto jurídico análogo de trasferencia de
la propiedad.

En nuestra legislación el vendedor está obligado a garantizar la legitimidad del


derecho que trasmite, es decir, la inexistencia de vicio o defecto, alguno en el
titulo propietario a ser transferido. La inexistencia de vicio o defecto alguno en
el titulo propietario a ser transferido. Por tal razón, deben asegurar al
comprador que su título es bueno y que nadie pueda perturbarlo en el goce,
disfrute o disposición de la cosa transmitida.

En la doctrina germana el derecho prima la corriente de que la obligación por


garantía no es si no aspecto de la responsabilidad derivada del incumplimiento
de los contratos. Por tal motivo, en el Código Civil alemán no se legisla sobre la
evicción sino sobre las consecuencias del incumplimiento. Sin embargo, los
códigos modernos siguen la tradición romana prescribiendo la garantía de
evicción como remedio autónomo tal como ocurre, inclusive en el Código Civil
suizo a pesar de la influencia germana que ha recibido.

La doctrina resume las condiciones para la evicción:

 Que se trata de una turbación de derecho, con resultado de una pérdida


total o parcial de la propiedad o posesión y,
 Que el tercero invoque un título anterior o coetáneo a la adquisición.

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