Habilidades Parentales Barudy
Habilidades Parentales Barudy
Habilidades Parentales Barudy
Palabras clave
Capacidad parental, Competencias parentales, Educación parental, Habilidades parenta-
les, Parentalidad positiva
En aquest article volem proporcionar argu- In this article we want to give arguments in fa-
ments a favor del treball per a la formació i vor of training and promotion of parental com-
promoció de les competències parentals. Es petences. We write about the concept of family,
reflexiona sobre el concepte de família.In- introduce the concept of parenting, define and
troduïm el concepte de parentalitat, definim i classify parental competences and the roles of
classifiquem les competències parentals i les competent parents. We present several forma-
funcions dels pares competents. Plantegem tive and therapeutic situations as a measure of
diverses situacions formatives i terapèutiques support for the exercise of positive parenting
com a mesura de suport per a l’exercici de la and the intervention in vulnerable families or
parentalitat positiva i de la intervenció en fa- families at risk of social exclusion. We finally
mílies vulnerables o en risc d’exclusió social. show the relevance of parental competences
Finalment, es conclou destacant la importàn- training and promotion in order to ensure a
cia de la formació i promoció de les competèn- suitable development of all members of the fa-
cies parentals per poder garantir el correcte mily, specially children.
desenvolupament de tots els membres de la
família, especialment dels infants. Key words
Parental capacity, Parental competence, Pa-
Paraules clau rental education, Parental Skills, Positive pa-
Capacitat parental, Competències parentals, renting.
Educació parental, Habilitats parentals,
Parentalitat positiva
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Los niños y jóvenes de nuestra sociedad no sólo reciben influencias del con-
texto familiar, sino que a medida que van creciendo aumentan las influencias
de otros contextos como los iguales, la escuela, los medios de comunicación,
etc. (Muñoz, 2005). Pero aún así, la familia sigue siendo el contexto más
importante, probablemente porque las influencias familiares son las prime-
ras y las más persistentes, y además, porque las relaciones familiares suelen
caracterizarse por una intensidad afectiva especial, así como por una capaci-
dad configuradora de las relaciones posteriores fuera de la familia (Palacios,
1999b). Por eso, a pesar de las funciones que ejerce la familia cambian en las
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El trabajo socioeducativo con familias
Así pues, sobre la familia y, a menudo, sobre la figura de los padres, recae la
responsabilidad de promover valores, actitudes, y comportamientos saluda-
bles y responsables que favorezcan el desarrollo sano de sus hijos, y propor-
cionar un contexto adecuado de desarrollo y educación para sus miembros.
Pero para desarrollar esta función, con frecuencia, la familia necesita apo-
yo y respaldo para afrontar los retos que los últimos cambios sociales han
comportado, y poder así aprovechar las oportunidades de cambio que se les
ofrecen (Máiquez, Rodríguez y Rodrigo, 2004). Evidentemente, esta nece-
sidad de apoyo es aún más importante para aquellas familias que atraviesan
situaciones difíciles o viven en contextos socialmente desfavorecidos.
Dada la vital importancia de las funciones que ejerce la familia, y las di-
ficultades añadidas generadas por los cambios sociales, es imprescindible
que los padres o miembros de la familia que ejercen este rol, dispongan de
competencias y recursos para poder afrontar y dar respuesta a las diferentes
problemáticas y necesidades familiares.
La parentalidad
Ser padre o madre hoy en día, no es nada fácil. Hay un montón de fac-
tores que influyen e interfieren en las relaciones entre padres e hijos y
también en la forma de educarlos y de satisfacer sus necesidades. En
muchos hogares todos los adultos de la familia nuclear trabajan fuera de
casa, hay separaciones, divorcios, falta de apoyo familiar y/o social, y
muchas otras situaciones que no permiten ejercer una parentalidad ade-
cuada. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de parentalidad?
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Estas funciones son las que se dan en la mayoría de núcleos familiares, pero
¿por qué en determinadas ocasiones existen familias que no pueden garanti-
zar el cumplimiento de estas funciones?
La parentalidad Para entender el punto de donde debemos partir, hay que hablar del concepto
social tiene que de parentalidad. Concretamente Barudy (2005, 2010), distingue entre dos for-
mas de parentalidad: la parentalidad biológica, que tiene que ver con la pro-
ver con la
creación, y la parentalidad social, que tiene que ver con la existencia de capaci-
existencia de dades para cuidar, proteger, educar y socializar a los hijos. La capacidad para
capacidades para ejercer este segundo tipo de parentalidad se adquiere principalmente en las fa-
cuidar, proteger, milias de origen de los padres ya través de sus historias de relación, especial-
educar y mente con sus propios padres, y es lo que llamamos competencias parentales.
socializar a los
Las competencias parentales forman parte pues, de la parentalidad social.
hijos
En algunos casos prevalece aún la creencia de que los progenitores por el
hecho de haber concebido a sus hijos serán capaces de proporcionarles las
atenciones necesarias, pero en realidad encontramos que hay padres y ma-
dres biológicos que por diferentes motivos (por sus historias de vida, o por
los contextos sociales, familiares y / o económicos que viven) no tienen la
capacidad necesaria para asegurar la crianza, el desarrollo y el bienestar de
sus hijos/as.
Por otro lado, encontramos numerosos casos de personas que sin ser padres
biológicos han criado y educado adecuadamente a niños que no concibieron
y pueden ejercer una parentalidad adecuada sin haber procreado aquel niño,
como ocurre en la adopción y/o el acogimiento familiar. Estos casos son un
claro ejemplo de parentalidad social (Barudy y Dantagnan, 2006). Estas per-
sonas, a pesar de no haber engendrado a estos niños, han podido adquirir las
competencias necesarias para ejercer una parentalidad social responsable y
han podido desarrollar correctamente su tarea, promoviendo el desarrollo po-
sitivo de los niños, ayudándoles incluso a desarrollar la resiliencia, es decir, la
capacidad de superar las consecuencias de experiencias difíciles o traumáticas,
para seguir desarrollándose adecuadamente (Barudy y Dantagnan, 2010).
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El trabajo socioeducativo con familias
Barudy (2005), afirma que en un entorno sociocultural adecuado los humanos dispo-
nemos de potencialidades biológicas para hacernos cargo de los hijos y que el hecho
de cuidar de forma correcta les permitirá desarrollarse de forma sana y adecuada.
• La familia como espacio para crecer como personas adultas con un buen
nivel de bienestar psicológico.
• La familia como espacio de preparación para aprender a afrontar retos y
a asumir responsabilidades y compromisos.
• La familia como espacio de encuentro intergeneracional
• La familia como red de apoyo social para las transiciones vitales, cómo
encontrar la primera pareja, la búsqueda de trabajo, nuevas relaciones
sociales...
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Nutritivas,
cuidados, Necesidades
afecto, y Resiliencia educativas
estimulación
La parentalidad
competente
Protección Socialización
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Para ser competentes, los padres no sólo deben garantizar la correcta alimen-
tación de los niños para asegurar su crecimiento y prevenir la desnutrición,
sino que también les deben aportar experiencias sensoriales, emocionales y
afectivas que les permitan construir un vínculo seguro y percibir, al mismo
tiempo, el mundo familiar y social como un espacio seguro. Esta experiencia
dará la base de seguridad al niño para poder afrontar los desafíos del creci-
miento y adaptarse a los diferentes cambios de su entorno.
Esta función está muy conectada con la función anterior. El tipo de educación La educación de
que reciba un niño/a, proceso que se inicia como mínimo a partir de su naci- un niño depende
miento, determina el tipo de acceso a su mundo social y, por lo tanto, sus po- de los procesos
sibilidades de pertenecer a uno u otro tejido social. La integración de normas,
reglas, leyes y tabúes que permiten el respeto de la integridad de las personas,
relacionales,
incluyendo la de los propios niños en las dinámicas sociales, es uno de los éxi- especialmente del
tos de una parentalidad competente. La educación de un niño depende de los tipo de vinculación
procesos relacionales, especialmente del tipo de vinculación emocional entre emocional entre
padres e hijos. Así pues, los niños aprenden a ser educados con y para alguien, padres e hijos
siempre y cuando se sientan queridos y bien tratados (Cyrulnik, 2001; Barudy
y Dantagnan, 2005). Para asegurar la finalidad educativa de la parentalidad,
los modelos educativos deben contemplar como mínimo 4 contenidos básicos:
• El control: Los niños necesitan a los adultos para poder desarrollar una
inteligencia emocional y relacional, es decir, para poder controlar sus
emociones, impulsos y deseos. La adquisición de autocontrol es posible
si antes se ha experimentado un control externo regulador como el que
hacen unos padres competentes, los cuales están atentos a las necesida-
des de sus hijos y les facilitan en cada oportunidad límites y normas a la
vez que crean espacios de conversación y reflexión sobre sus vivencias
emocionales, las formas de controlar sus emociones, así como las formas
adaptativas y adecuadas de comportarse. Estos padres ante el incumpli-
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Es competencia Este objetivo tiene que ver con la contribución de los padres en la construcción
de los padres de la propia identidad de sus hijos, facilitando experiencias relacionales que
sirven como modelos de aprendizaje para vivir de una forma respetuosa, adap-
contribuir a la
tada y armónica en la sociedad. El concepto que los niños tienen de sí mismos
formación positiva es una imagen que van construyendo como resultado de un proceso relacional
del autoconcepto y depende en gran parte de la representación que los padres tienen los niños y,
y de una particularmente, de sus hijos. De esta manera, la formación de la identidad de
autoestima los niños depende de las evaluaciones que de ellos tienen sus otros seres sig-
positiva de los nificativos, fundamentalmente sus padres. Así pues, lo que los padres sienten,
piensan, hacen y manifiestan por sus hijos tendrá un impacto muy alto en la
niños
forma como éste se conciba a sí mismo. Por este motivo, es competencia de los
padres contribuir a la formación positiva del autoconcepto y de una autoestima
positiva de los niños. Las representaciones de los niños negativas conllevan
en la mayoría de casos malas adaptaciones personales y sociales, además del
riesgo de transmitirlo generacionalmente. Por este motivo es fundamental pro-
porcionar estrategias para fomentar capacidades parentales.
Por un lado los padres deben proteger a sus hijos de los contextos externos,
familiares y sociales que pueden herirlos directamente o alterar su proceso
de maduración, crecimiento y desarrollo. También es necesario que los pro-
tejan de los riesgos derivados de su propio crecimiento y desarrollo.
Promocionar la resiliencia
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El trabajo socioeducativo con familias
Competencias parentales
Participación en
Empatía
redes sociales
• Educativas
• Agencia parental
• De autonomía personal y capacidad de búsqueda de apoyo social
• Habilidades para la vida personal
• Habilidades para la organización doméstica
Además, cada uno de estos bloques exponen una serie de aspectos que serían
generadores de una buena competencia parental y que nos deben servir de
referencia para poder potenciar y evaluar las habilidades de las familias para
cuidar de los hijos:
Agencia parental:
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Ahora bien, ¿cuáles son los factores que permiten que una persona pueda ad-
quirir las competencias necesarias para ejercer correctamente su rol materno
o paterno? Según Barudy y Dantagnan (2010), ¿la adquisición de competen-
cias parentales es el resultado de procesos complejos en los que intervienen
y se mezclan diferentes aspectos?:
• Las posibilidades personales innatas marcadas, sin duda, por factores he-
reditarios.
• Los procesos de aprendizaje, que están influenciados por los momentos
históricos, los contextos sociales y la cultura.
• Las experiencias de buen trato o mal trato que los futuros padres han
conocido en sus historias personales, sobre todo en la infancia y en la
adolescencia.
Los programas de educación para padres y madres son uno de los apo-
yos que pueden satisfacer esta necesidad formativa. Pero ¿qué entende-
mos por formación de padres y madres? La formación de padres es una
acción educativa de sensibilización, de aprendizaje, de entrenamiento
y/o de clarificación de los valores, las actitudes y las prácticas de los pa-
dres en la educación de sus hijos (Martín, Máiquez y Rodrigo, 2009).
Los programas y actividades realizadas con padres pretenden facilitar que La formación de
los padres y madres, u otros adultos con responsabilidades educativas fami-
padres es una
liares, adquieran estrategias personales, emocionales y educativas que lesacción educativa
permitan implicarse de forma eficaz en la construcción de una dinámica de
de sensibilización,
convivencia familiar positiva y en el desarrollo de modelos parentales ade-
de aprendizaje, de
cuados para los niños y jóvenes. Con ello se espera que las familias puedan
entrenamiento de
prevenir y afrontar de forma constructiva problemas y conflictos familiares
las prácticas de
que podrían llegar a producir efectos negativos en el desarrollo personal de
sus miembros, tanto en los niños como en los adultos. los padres en la
educación de sus
La organización de los programas de formación de padres, la configuración
hijos
de los objetivos, los contenidos, los métodos y los procedimientos de evalua-
ción varían dependiendo de las necesidades de los participantes, las caracte-
rísticas del contexto desde el que parte la intervención, los enfoques teóricos
que enmarcan los programas y los modelos de intervención adoptados por
el orientador.
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El trabajo socioeducativo con familias
Estilo educativo
Aptitudes educativas
Las experiencias de crianza que han vivido las personas evaluadas y cómo
han influido en su desarrollo y la capacidad para ponerse en el lugar del
niño y poder empatizar con sus emociones y necesidades son aspectos fun-
damentales en la valoración. También evaluar las creencias y expectativas
que tienen hacia la educación de un hijo y la responsabilidad que conlleva
y la capacidad de afrontar las dificultades educativas de forma positiva nos
puede ayudar a anticipar la capacidad de la familia para adaptarse a nuevas
situaciones familiares ya una realidad concreta.
Principios educativos
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Hay que decir, que una de las principales dificultades de la valoración de las
competencias parentales en estas familias, es que en muchos casos aún no
están ejerciendo su rol paterno o materno y el diagnóstico se centra básica-
mente en reconocer los puntos fuertes y también analizar los elementos que
pueden constituir un riesgo para ejercer responsablemente sus funciones.
En los casos donde los padres ya están ejerciendo su rol materno y/o paterno, se
utiliza la valoración de las competencias parentales como un instrumento para
diagnosticar las posibles dificultades de los padres para ejercer su rol correctamen-
te. Así pues, desde un punto de vista sistémico nos centramos en aspectos vincula-
dos a los padres, los hijos y al contexto social donde se desarrollan. Destacamos:
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Algunos autores como Rodrigo et al. (2008), consideran que las competen-
cias parentales vienen determinadas por la combinación de tres factores:
Las propias características del menor: las características del menor, su vulne-
rabilidad y su resiliencia, se tendrán en cuenta para poder potenciar determina-
das competencias parentales en los padres. Así, por ejemplo, en el caso de los
niños adoptados, las familias deben tener en cuenta que, a menudo, estos niños
y niñas provienen de entornos donde les ha faltado la protección, el afecto, la
estimulación y la educación necesarias para poder desarrollarse de forma sana
y adecuada. Se trata de niños que ni sus progenitores, ni la familia extensa, ni
las medidas de protección de su país han podido cumplir con las funciones
encomendadas de cubrir sus necesidades, por lo que la maternidad/paternidad
adoptiva tiene unas características diferentes que comportan una serie de fun-
ciones y responsabilidades añadidas, ya deben poder reparar las carencias y el
dolor que el niño lleva en sí mismo (Galli y Viera, 2007). Deben ser capaces
de entender y dar respuesta a las necesidades afectivas, educativas, de salud
y de comprensión de la historia vivida y de las circunstancias en las que se ha
encontrado el niño hasta el momento de su adopción. Será necesario, pues, que
los padres adoptivos conozcan las características propias de los niños adopta-
dos y que estén dispuestos a ejercer todas sus funciones y desarrollar todos sus
recursos para poder hacer frente al plus que conlleva ser padre de un niño que
ha vivido en una situación de carencia.
En relación con este último factor, cabe destacar que, aparte de los rasgos de
vulnerabilidad de los niños, también hay que tener en cuenta las característi-
cas de resiliencia de los menores con una adaptación personal y social mejor
de la que cabría esperar teniendo en cuenta las condiciones adversas en que
viven. Estas características serían: buena competencia social, inteligencia
media o superior, temperamento fácil, locus de control interno, alta autoes-
tima, sentido del humor, búsqueda de apoyo de otros positivos, capacidad
para solucionar problemas, iniciativa y toma de decisiones, orientación al
futuro, entusiasmo y motivación por las cosas. Por consiguiente, todos estos
factores pueden aminorar los efectos negativos de los contextos de riesgo.
Conclusiones
Uno de los derechos fundamentales de todos los niños es que sus necesida-
des se satisfagan para poder desarrollarse adecuadamente y crecer de forma
sana, pero esta responsabilidad no sólo pertenece a los padres de estos niños
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El bienestar infantil sino que todos sus cuidadores y el conjunto de la sociedad tienen la respon-
también depende sabilidad de que así sea. El bienestar infantil está en manos de los padres y
demás miembros de la familia de los menores, pero también depende de la
de la comunidad
comunidad donde estos viven, la cual debe aportar esfuerzos y recursos para
donde estos viven garantizar el desarrollo adecuado de todos sus niños y niñas.
Es esencial que los padres y madres posean las competencias parentales ade-
cuadas para hacer frente a su paternidad y maternidad; sólo eso nos asegura-
rá el buen trato de los niños en todos los aspectos de su desarrollo.
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