El Día Que Te Fuiste
El Día Que Te Fuiste
El Día Que Te Fuiste
COMENZÓ EL INVIERNO,
LOS DÍAS PASARON A TENER 48 HORAS, PUES TODO ME PASABA MÁS LENTO.
LAS NOCHES SE CONVIRTIERON EN UNA ESTANCIA EN
SODOMA,
PORQUE NO HABÍA PEOR TORTURA QUE EL CAER EN CUENTA QUE AHORA ERAS
DE PIEDRA,
DE HACERLO ESTARÍA EN JUEGO MI DIGNIDAD
POR MIS INCONTROLABLES GANAS DE CORRER A ESTAR CONTIGO, DE OLVIDAR
TODO EL DAÑO,
PROPONER ARRANCAR LAS MALAS PÁGINAS, Y COMENZAR UN NUEVO LIBRO.
NUNCA FUI FUERTE CUANDO SE TRATABA DE VOLVER, ERA MÁS FÁCIL NADAR
CONTRA CORRIENTE
QUE RESISTIRME A IR HACIA A TI, PORQUE YO Y MI TONTA IDEA
DE QUE HABÍA NACIDO PARA ESTAR A TU LADO LA SENTÍA TAN CREÍBLE,
TAN ESTABLECIDA,
QUE HACERME IDEAS DE CAMINAR DE LA MANO DE ALGUIEN MÁS
ME PARECÍA HASTA OFENSA.
JODIDA NOCHE,
ESA EN LA QUE ACEPTÉ DORMIR CONTIGO, NO HABÍA COMPROMISO,
Y TERMINASTE QUEDÁNDOTE MÁS DE LO PREVISTO
¡NADIE SABE QUE TAN GRANDE ES SU CAMA HASTA QUE VUELVE A DORMIR
SOLO!
NADIE SABE QUE ESTÁ TAN ROTO HASTA QUE LE RUEGA AL OLVIDO
PARA QUE HAGA ACTO DE PRESENCIA.
QUIERO PENSAR QUE SOLO SOMOS DOS IDIOTAS JUGANDO A CAMBIAR HOJAS,
PORQUE CREER QUE PARA TI HA SIDO MÁS FÁCIL... ME QUIEBRA MÁS
QUE EL DÍA QUE TE FUISTE.
SÉ QUE, NO ES LA PRIMERA VEZ QUE TE DIGO ADIÓS Y SEGURO PIENSAS QUE NO
VA A SER LA ÚLTIMA Y QUE ESTA ES OTRA AMENAZA MÁS EN LAS QUE DIGO QUE
ME VOY PERO AL CAER LA NOCHE SIGO AQUÍ.
SOMOS DOS DESCONOCIDAS QUE SE CONOCEN CADA RINCÓN DEL ALMA, TODOS
ESOS SUSPIROS PROFUNDOS POR LAS MADRUGADAS, LOS CARPETAS SECRETAS
DE WORD Y EL HISTORIAL DE CANCIONES CULPOSAS DEL REPRODUCTOR
«FUIMOS» NO MÁS, PORQUE YA NO ESTÁS, Y YO TAMPOCO DEBERÍA, PORQUE SI
SIGO AMANDO A UN FANTASMA, TERMINARÉ SOLICITANDO UN EXORCISMO QUE
ME LIBRE DE TU RECUERDO PORQUE PARECE TENER
VOLUNTAD PROPIA, LLEGA A DESORDENAR LO POCO QUE VOY CONSTRUYENDO Y
VUELVO A QUEDAR TENDIDA DE UN HILO, CON UN DESEQUILIBRIO EMOCIONAL,
LESIONES MENTALES Y OTRA TAZA DE CAFÉ DOBLE.
AUN SI COMPRARA UN BOLETO DE AVIÓN QUE ME LLEVE DEL OTRO LADO DEL MUNDO,
MILLONES DE KILÓMETROS LEJOS DE AQUÍ, JAMÁS PODRÍA ESTAR LO
SUFICIENTEMENTE LEJOS PARA QUE DEJES DE DOLERME. EL VIENTO SE ACOSTUMBRÓ
TANTO A ESCUCHAR TU VOZ QUE LA TRAE DE CONSIGO CADA VEZ QUE CREO
OLVIDARLA Y VUELVE A DOLERME COMO SI NO ME HUBIERA DOLIDO ANTES; LA ESCALA
DEL DOLOR DEBERÍA MODIFICARSE Y EL PUNTO MÁXIMO DEBERÍA SER TU NOMBRE,
QUE DE SOLO TRAZARLO EN EL AIRE SE ME HACE UN NUDO EL PECHO.