4.8, 4.8.1, 4.8.2, 4.8.3

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4.8 Estrategias de sustentabilidad para el escenario económico.

Para las empresas privadas este gran desafío consiste en diseñar y ejecutar estrategias de

negocio que generen continuamente mayores ganancias para sus dueños y accionistas.

Para las organizaciones públicas, el desafío está por el lado de diseñar estrategias alineadas

a su misión y que ejecutadas eficientemente generen una mayor satisfacción de los

beneficiarios y/o usuarios

En un entorno como el de hoy, altamente competitivo y globalizado, miles de empresas

nacen cada día, y otras tantas terminan por desaparecer. Nuevas preferencias de los

consumidores y una mayor conciencia por el cuidado del medio ambiente y las relaciones

sociales, son variables a considerar por las organizaciones para garantizar su sostenibilidad

en el tiempo.

En ese sentido, no basta con tener estrategias que generen beneficios económicos o

resultados de impacto en el corto plazo, el gran desafío para quienes lideran las empresas e

instituciones de hoy, consiste en diseñar y ejecutar estrategias sostenibles.

Las estrategias sostenibles son aquellas que parten sobre la base de tener un entendimiento

de lo que desean los clientes o beneficiarios, buscando articular las acciones necesarias para

generar beneficios económicos (o de impacto en las organizaciones públicas) sostenibles,

actuando con responsabilidad social y velando por el cuidado del medio ambiente.

4.8.1 Análisis del ciclo de vida: Huella ecológica.


El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es un marco metodológico para estimar y evaluar los

impactos medioambientales atribuibles a un producto o servicio durante todas las etapas de

su vida.

Sabemos que todas las actividades o procesos provocan impactos medioambientales,

consumen recursos, emiten sustancias al medio ambiente y generan otras modificaciones

ambientales durante su vida. Nos interesa, por tanto, valorar los impactos en Medio

Ambiente que influyen en el cambio climático, la reducción de la capa de ozono, la

generación de ozono, eutrofización, acidificación y otras muchas.

La herramienta del Análisis del Ciclo de Vida fue desarrolla en los años sesenta y es

utilizada para la prevención de la polución desde los setenta. Podemos decir que no existen

procedimientos específicos o guías a seguir, pero si una serie de aproximaciones que

pueden ser útiles en función de las necesidades a resolver por medio de esta metodología.

El principio básico de la herramienta es la identificación y descripción de todas las etapas

del ciclo de vida de los productos, desde la extracción y retratamiento de las materias

primas, la producción, la distribución y uso del producto final hasta su posible reutilización,

reciclaje o deshecho del producto.

Huella ecológica: es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana

que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la

capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.

Representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o

ecosistemas acuáticos) e idealmente también el volumen de aire, necesarios para generar

recursos y además para asimilar los residuos producidos por cada población determinada de
acuerdo a su modo de vida, de forma indefinida. La medida puede realizarse a diferentes

escalas: individuo (la huella ecológica de una persona), poblaciones (la huella ecológica de

una ciudad, de una región, de un país...), comunidades (la huella ecológica de las

sociedades agrícolas, de las sociedades industrializadas, etc.).

El objetivo fundamental de calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto

sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, compararlo con la

biocapacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad.

4.8.2 Empresas socialmente responsables

La Empresa Socialmente Responsable (ESR) son todas aquellas compañías que tienen una

contribución activa y voluntaria para mejorar el entorno social, económico y ambiental, con

el objetivo de optimizar su situación competitiva y su valor añadido.

También se les reconoce como empresas con Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o

Responsabilidad Social Corporativa (RSC)

Ser una Empresa Socialmente Responsable “ESR” es aquella que fundamente su visión y

compromiso en políticas, programas, toma de decisiones y acciones que benefician a su

negocio y que inciden positivamente en la gente, el medio ambiente y las comunidades en

que operan, más allá de sus obligaciones, atendiendo sus expectativas.

Una Empresa Socialmente Responsable es la que cumple con un conjunto de normas y

principios referentes a la realidad social, económica y ambiental que se basa en valores, que

le ayudan a ser más productiva.


Una Empresa Socialmente Responsable establece como principales estándares en su cultura

organizacional, la ética, la moral, y todo lo que se refiere a valores.

La definición de empresa socialmente responsable, aplicando la ISO 26000, sería:

Es la organización que se responsabiliza de los impactos que sus decisiones y actividades

ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, a través de un comportamiento ético y

transparente.

Objetivos de la empresa socialmente responsable:

 Contribuir al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad.

 Tomar en consideración las expectativas de las partes interesadas.

 Cumplir con la legislación aplicable.

 Ser coherente con la normativa internacional de comportamiento.

4.8.3 Oportunidades de desarrollo regional a partir de los servicios ambientales o los

recursos naturales.

En las últimas tres décadas, nuestro país ha transitado por un proceso importante de

cambios estructurales: económicos, sociales y políticos, cuyas consecuencias sobre el

medio ambiente son complejas y aún difíciles de cuantificar con exactitud. La evolución
reciente de la economía mexicana muestra una trayectoria incierta donde se combinan

períodos de escaso crecimiento económico con otros de recuperación económica. Por

desgracia, el proceso de crecimiento económico en México ha estado asociado a

consecuencias negativas sobre el medio ambiente.

Un plan maestro que responde a aquellos objetivos es el pago por servicios ambientales. La

FAO (2004), explica que "es un pago o compensación directo por el mantenimiento o

provisión de un servicio ambiental, por parte de los usuarios del servicio, el cual se destina

a los proveedores". Y luego agrega que "puede ser un mecanismo sostenible a largo plazo si

éste se genera a partir de recursos locales, partiendo de resolver un problema concreto de la

población. Uno de los aportes de los PSA es contribuir a la solución de conflictos a través

de la negociación entre los agentes".

El patrón de desarrollo urbano que ha seguido el país desde 1940 se caracteriza por áreas

metropolitanas especializadas en actividades del sector servicios, en tanto que las zonas

conurbadas —o ciudades cercanas a la metrópoli— concentran las actividades industriales

y presentan tasas elevadas de crecimiento en su población, debido a la emigración hacia las

zonas urbanas (Henderson, 2000). Sin embargo, actualmente las actividades agropecuarias

siguen siendo importantes en 15 estados de la república mexicana (47% de las entidades).

Por otra parte, el crecimiento de las áreas urbanas ha modificado los patrones de demanda

en favor de los sectores de servicios y manufacturas, que propician la diversificación de

bienes y servicios en el mercado. En efecto, el proceso de urbanización generó un aumento

en el consumo de productos de origen cárnico, lo cual ha llevado a que una gran parte de la

producción de maíz se destine al forraje (Massieu y Lechuga, 2002). De hecho, la

producción de maíz forrajero en superficie de riego se incrementó a una tasa de 7% anual


de 1994 a 2004; en tanto que, en la superficie de temporal, el crecimiento fue de 8% anual.

Este tipo de maíz representó 31% de la producción total en 2004, en tanto que en 1994

representaba 20 por ciento.

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