Covid Oraciones y Liturgias para La Pandemia De1
Covid Oraciones y Liturgias para La Pandemia De1
Covid Oraciones y Liturgias para La Pandemia De1
para la pandemia de
covid-19
Índice
Te bendecimos y alabamos, Cristo Señor, por habernos mandado que nos amemos los
unos a los otros. Que esta mascarilla sea un signo de tu amor, y que mi conducta esté
colmada de amor por mi prójimo. Amén.
Señor, tú sabes lo que es la soledad y el miedo; sabes lo que es ser enviado adonde no
queremos ir. Oramos ahora por toda persona que pronto regresará a su trabajo. Y
oramos especialmente por aquellos que volverán a lugares que ahora les traerán
recuerdos de enfermad, de trauma, de dolor. Camina delante de ellos, camina junto a
ellas. Y en especial te pedimos que los cuides con tu mirada llena de ternura. Amén.
Oh Dios de todo consuelo, te pedimos por toda persona que ha sido, que es, y que será
afectada de una u otra manera por el covid-19. Las cargas físicas, mentales, espirituales,
emocionales y financieras son agobiantes. Y sabemos que no somos afectados con
igualdad o justicia. Oramos especialmente por quienes están arriesgando sus vidas por
la protección y el sustento de otros. Y habiendo tantas voces que con frecuencia son
ignoradas, oramos junto a ellas y por ellas. Y te pedimos que te fijes en aquellos que el
mundo intenta ignorar. Que sepan que son oídos, que son sostenidos, que son amados.
Que en un mundo lleno de mentiras, conozcan tu verdad. Que en un mundo lleno de
violencia, conozcan tu protección. Que en un mundo lleno de pobreza, conozcan tu
abundancia. Ninguna niña o niño debería tener que luchar tanto por una herencia que
tú le regalaste a todos. Por tu nombre somos amados, somos parte integral, y somos
espejo de tu gloria. Amén.
Dios de ternura: En este tiempo de crisis, oramos por esta feligresía. Líbranos del mero
deseo de “volver a la normalidad”; ábrenos, más bien, a las oportunidades que tu
Espíritu nos ofrece en este tiempo de separación. Concede que, al terminar esta crisis,
estemos más conscientes y dispuestos a ayudar a los más vulnerables y aquellos de cuyo
trabajo siempre hemos dependido. Danos corazones creativos para asimilar e impulsar
lo que hemos descubierto, con nuevas maneras de conectarnos; y, cuando tú lo
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dispongas, permite que podamos volver a congregarnos, con renovada certeza en tu
lealtad y amor perdurable, y fortalecidos para la obra que queda por hacer. Lo rogamos
en el nombre de Jesús. Amén.
Dios liberador: Cuando aquellos que administran con urgencia tu poder curativo se
sientan abrumados por tanto sufrimiento, sostenlos en sus fatigas y protégelos de sus
desesperanzas. Dales tu visión para que vean el incalculable valor de sus pacientes.
Otórgales consuelo y renueva su energía y compasión; por el amor de Jesús en quien
reside nuestra vida y nuestra esperanza. Amén.
Dios amoroso, esperanza del pobre y fuente de toda salud: Mira con compasión a tus
criaturas que sufren bajo el peso de esta pandemia. Llénanos de amor a nuestros
semejantes; líbranos de motivos partidistas al luchar por el bienestar común, y fortalece
a quienes laboran por nuestra salud. Por el médico de tu creación, Jesucristo nuestra
salud y salvación. Amén.
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Por la presencia de Cristo (Vidai Genovez-Andrés)
Señor Resucitado: Mora en cada uno de nuestros corazones, en cada enfermo del
hospital, en todo el personal médico, en los sacerdotes y las pastoras, en los
gobernantes de las naciones y líderes cívicos, en la familia que está en casa, en nuestros
abuelitos, en la gente encarcelada, afligida, oprimida y maltratada, en personas que hoy
no tienen un pan para comer, en aquellos que han perdido un ser querido a causa del
coronavirus u otra enfermedad. Que Cristo Resucitado nos traiga esperanza, nos
fortalezca la fe, nos llene de amor y unidad, y nos conceda su paz. Amén.
Padre Providente. Tu Hijo, nuestro Señor, vivió entre nosotros como un jornalero que se
ganaba su sustento diario. Te pedimos por todos estos hijos tuyos que reabren sus
negocios en estos tiempos de pandemia. Susténtales y cuídales de todo mal, y en la
adversidad dales fortaleza para salir adelante. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Dios Padre y Madre: En ti la vida se renueva permanentemente; haz que así como la
tierra da los frutos y el cielo da la lluvia, nuestro corazones y mentes estén en armonía
con tu creación y así seamos hombres y mujeres libres de el egoísmo desmedido, de la
carrera destructiva, de el afán de acumulación, de la ceguera y la insensibilidad fruto de
los modelos económicos. Y así, contigo que vives y renuevas la vida, seamos uno en tu
gran Amor. Amén.
Padre celestial, dador de vida y de salud: Consuela y alivia a tus siervos enfermos, y
especialmente a los enfermos de coronavirus, y concede tu poder de sanidad a quienes
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les ministran en sus necesidades, para que aquellos por quienes se ofrecen nuestras
oraciones sean fortalecidos en su debilidad, y tengan confianza en tu amoroso cuidado;
por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios,
ahora y por siempre. Amén.
Oh Dios, nuestro Padre, mira con misericordia a los que por su edad avanzada sufren
debilidad, aflicción o aislamiento. Provéeles de hogares dignos y apacibles; concédeles
la ayuda de personas comprensivas y la disposición para aceptarla; y, a medida que
disminuyan sus fuerzas, aumenta su fe y la seguridad de tu amor. Te lo pedimos en
nombre de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oh Dios todopoderoso, cuyo Hijo no tuvo donde recostar la cabeza: Haz que aquéllos
que viven solos no se sientan abandonados en su soledad, sino que, siguiendo las
huellas de Jesús, encuentren plenitud de vida, amándote a ti y al prójimo; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
Dios creador y proveedor, te pedimos en estos momentos de prueba por todos aquellos
que se mantienen sirviendo en sus puestos de trabajo y que muchas veces no sabemos
valorar: En restaurantes, supermercados, preparación de alimentos en las escuelas,
despensas para personas de bajos recursos, servicio de aseo en nuestros vecindarios,
personal de mantenimiento, etc. Bendice sus vidas y las de su familia. Renueva sus
fuerzas para que realicen su trabajo de la mejor forma posible. Dales un corazón
generoso para atender con amabilidad a todas las personas y no ser indiferente a sus
necesidades. Especialmente, Señor, dales una fe profunda para creer en tu palabra y
una voluntad decidida para actuar correctamente y hacer el bien. Cuando estén
confundidos, guíales; cuando se sientan débiles, fortaléceles; cuando estén cansados,
llénalos con la luz renovadora de tu Espíritu. Al terminar su, trabajo de hoy, llévales con
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seguridad hasta su hogar. Todo esto te lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesús, a él el
honor y la gloria por siempre. Amén.
Dios de toda bondad, fuente del mayor bien para todos nosotros y nosotras: Guíanos en
la dirección correcta hacia un futuro mejor para tu creación. Ayúdanos a superar
nuestras propias limitaciones durante esta pandemia y concédenos el firme amor de
cuidarnos los unos a los otros. Danos humildad de corazón para aceptar que, sin ti, no
podemos ser verdaderos mayordomos de tu creación. Muéstranos formas de difundir el
evangelio que toca los corazones y cambia las mentes hacia un mejor mañana para toda
la humanidad, la preservación de cada criatura y el planeta. En nombre de tu Hijo
amado te lo pedimos. Amén.
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Cuando no podemos recibir la comunión en persona
Cuando no podemos recibir la comunión en persona (1)
(Enriching Our Worship 2)
Dios de infinita misericordia: Te damos gracias por Jesús nuestro Salvador, que nos
alimenta y nos da vida eterna. Aunque no puedo consumir los dones del pan y el vino, te
agradezco el haber recibido el sacramento de la presencia de Cristo, el perdón de los
pecados y todos los demás beneficios de la pasión de Cristo. Concédenos continuar para
siempre en la vida resucitada de nuestro Salvador, quien contigo y el Espíritu Santo, vive
y reina, un solo Dios, ahora y para siempre. Amén.
En unión, oh Señor, con tu pueblo fiel en cada altar de tu Iglesia, donde ahora se celebra
la Sagrada Eucaristía, deseo ofrecerte alabanza y acción de gracias. Recuerdo tu muerte,
Señor Cristo; proclamo tu resurrección; espero tu venida en gloria. Como no puedo
recibirte hoy en el Sacramento de tu Cuerpo y Sangre, te suplico que vengas
espiritualmente a mi corazón. Límpiame y fortaléceme con tu gracia, Señor Jesús, y deja
que nunca me separe de ti. Que pueda vivir en ti, y tú en mí, en esta vida y en la vida
venidera. Amén.
Creo, Señor mío, que estás realmente presente en el santo sacramento del altar. Te amo
sobre todas las cosas y deseo firmemente recibirte en lo más profundo de mi corazón;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mí
corazón. Y como si te hubiera recibido, me abrazo y me uno todo a ti; no permitas,
Señor, que me separe de ti. Amén.
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Oraciones de los Fieles
Lamentaciones de los fieles
(Phil Hooper)
Señor: Nuestra nación está enferma. Una pandemia nos ha doblegado, pero por
demasiado tiempo nos hemos arrodillado ante falsos dioses: injusticia económica y
ambiental, racismo sistemático, el mito mortífero del imperialismo blanco, la vanagloria
de un consumismo ciego. Te necesitamos a ti, el Divino Sanador, para que nos cures de
las heridas del alma que no podemos ver, y así podamos sanar los cuerpos y los sistemas
que están quebrantados y que sí podemos ver.
El mundo es tan vasto, Señor, y nosotros tan pequeños. Su complejidad nos abruma, y
sin embargo no olvidamos cuán entrelazadas están nuestras vidas. Las viejas mentiras
sobre la importancia de extraer y explotar han arrasado el planeta y oprimido a nuestras
hermanas y hermanos en toda tierra. Condúcenos a un desierto donde dejemos de lado
el egoísmo de consumir, el autoengaño de que todo está bien, la explotación
descontrolada de los recursos naturales. Enséñanos nuevas maneras de vivir con
sencillez y humildad, apegados a la tierra.
Nuestras comunidades, Señor, están siendo aplastadas bajo el yugo del pecado:
hostilidad política, desigualdad económica, violencia armada, racismo, xenofobia,
desigualdad en salud y educación, contaminación, soledad y desesperación. Nuestras
hermanas y hermanos duermen en las calles, lloran en las calles y sangran en las calles,
como extranjeros en su propia tierra. Y tantos de nosotros preferimos no mirar. Danos
ahora tu yugo fácil, tu carga liviana, para abrir puertas, salir al mundo, alzar la voz,
confiar el uno del otro y aceptar ser llevados adonde no queremos ir: al pie de la cruz, a
la tumba donde nos recibirás y donde la vida empieza de veras.
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Santo Dios, Santo y Poderoso, Santo Inmortal,
Ten piedad de nosotros.
Tantas y tantos han sido, Señor, los que te llevaste. Sus nombres siguen rondando en
nuestros labios como recuerdo, aguijoneo, súplica. Decimos sus nombres para no
olvidarlos. Decimos sus nombres para no ser el tipo de persona que está dispuesta a
olvidar. Y mientras lloramos y tratamos de atisbar el misterio de la muerte, toma, Señor,
sus nombres y enlázalos a ti; abre tus puertas sempiternas y acógelos de regreso en su
hogar.
Padre, hoy nos lamentamos para que mañana podamos regocijarnos en tu promesa de
justicia, de sanación y de vida sempiterna; porque tú eres aquel en quien todas las cosas
se hacen nuevas, y es en ti en quien depositamos la confianza, por Cristo nuestro Señor,
que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Amén.
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Plegaria para los días de covid-19
(Fred Vergara)
Con toda nuestra mente y corazón, oremos al Señor creyendo que Dios escucha
nuestras plegarias y observa nuestras lágrimas.
Dos de amor eterno, esta pandemia covid-19 abrió una caja de Pandora con un virus
mortífero que está causando sufrimiento incalculable en el mundo, causando
enfermedad y muerte a millones de personas y haciendo estragos a la economía. Mira
con compasión a tu pueblo, y todo pueblo tu pueblo. Sana al enfermo, salva al
moribundo, da eterno descanso a los difuntos y consuela al afligido.
Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Dios de toda la creación, tú quisiste que fuéramos un solo pueblo, gobernado por el
amor, la justicia, la libertad y la paz. Haz caer los muros de desunión para que podamos
edificar puentes de entendimiento, armonía y solidaridad. Que nuestra diversidad racial,
cultural, étnica e idiomática sean los hilos de una misma tela. Entretéjenos para ser un
Cuerpo y un Espíritu. Ayúdanos a entender que en estos tiempos de pandemia estamos
todo en la misma lucha y necesitamos el aliento y la gracia mutua.
Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Oramos por todo el personal médico, sanitario y de enfermería que están en la primera
línea de batalla contra covid-19. Cúbrelos de divina protección y dales una doble porción
de tu fortaleza cuando cuidan a la gente enferma, se exponen al virus y ponen riesgo su
salud y la de sus familias.
Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
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Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Oramos por la gente mayor, la gente con afecciones preexistentes, y las niñas y niños
que son más vulnerables a infecciones virales. Facúltalos para que tomen precauciones
especiales, mantengan el distanciamiento físico y otras medidas sanitarias, y fortalece
su inmunidad contra el virus.
Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Oramos por la gente de color que son los que más padecen contagio y muerte; por la
gente afroamericana que están en primera línea trabajando en servicios esenciales; por
la gente latina que tiene un alto número de obreros y trabajadores manuales; por la
gente en las reservas indígenas, que no tienen servicios médicos adecuados; y por la
gente asiático-americana que son tratados injustamente por causa de la denominación
incorrecta de lo que algunos llaman “el virus chino”.
Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Oramos por las autoridades del gobierno para que puedan dejar a un lado el partidismo
político y trabajar en armonía por el bien común. Ayúdalos a escuchar el llanto de las
bases, para que sus corazones se enciendan con compasión por la lucha del pueblo.
Facúltalos para que tomen decisiones sabias y justas, eligiendo la salud de la población y
no el lucro, eligiendo la vida y no la muerte.
Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Oramos por los líderes religiosos; que todos seamos uno así como tú y Cristo son uno.
En estos tiempos de pandemia, todos somos hijas e hijos de Dios; todos somos
hermanas y hermanos en Cristo, que sufrió y murió por el mundo entero en la cruz del
Calvario. Ayúdanos a cuidarnos mutuamente y compartir el amor de Dios en la vida que
llevamos, en las relaciones que formamos, en las palabras que hablamos y en las obras
que realizamos.
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Señor, en tu misericordia,
Escucha nuestra oración.
Oramos por los que siguen las normas de distanciamiento físico, usan máscaras, se lavan
las manos con frecuencia y toman todas las precauciones para evitar el contagio y
detener las infecciones. Ayúdanos a aceptar el sufrimiento como disciplina, sabiendo
que “el sufrimiento nos da firmeza para soportar, y esta firmeza nos permite salir
aprobados, y el salir aprobados nos llena de esperanza” (Romanos 5:3-4).
Oramos por la creación entera, que nuestros gemidos colectivos den a luz un mundo
nuevo, un mundo donde el amor y la justicia se encuentran, y la libertad y la rectitud se
besan. Oramos por que el reinado de Dios esté en nuestros labios y nuestros corazones,
no esparciendo un virus mortífero de odio y egoísmo, sino un virus vivificante de amor,
misericordia y compasión. No desates tus juicios, oh Señor, sino tu perdón; y que así
siempre podamos inclinar nuestros corazones para guardar tu ley y amarnos
mutuamente como Jesús nos amó. Que esta pandemia nos una para que seamos el
pueblo que tu quieres que seamos. Todo esto te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
que mantiene todas las cosas en su sitio y que reina contigo y el Espíritu Santo, un solo
Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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Oraciones por la Iglesia en la época de Covid-19
(Kathleen Staudt)
Señor Jesucristo, oramos por la Iglesia, que es tu cuerpo en la tierra. Bendice nuestras
obispas y obispos, el clero, los líderes laicos y las congregaciones con la valentía de
liderar en esta época, y sostenlos con tu amor. Te pedimos que nos libres de la
tentación del poder, de la servidumbre del racismo, la afán por el prestigio social y el
consumismo, y de todo lo que impide que abracemos la identidad verdadera que
compartimos como hijas e hijos tuyos. Líbranos del temor para que podamos dar
testimonio de tu amor liberador en este mundo quebrantado.
Oramos por esta Nación: Por nuestro presidente, nuestros representantes electos, y
toda persona que tiene el poder de activar cambios en la sociedad. Abre sus corazones y
los nuestros para ver y responder a las necesidades de los que sufren los efectos de esta
pandemia de covid-19. Guía a nuestros líderes a establecer iniciativas que defiendan la
dignidad de nuestras comunidades más vulnerables, especialmente los inmigrantes y la
gente de color que están padeciendo tanto sufrimiento. Abre sus ojos y los nuestros
para que veamos a todos los que están enfermos y todos los que han perdido su fuente
de trabajo; que los veamos como hermanas y hermanos, y no meramente como
estadísticas inútiles.
Te rogamos que protejas a los trabajadores que con frecuencia ignoramos, cuyo trabajo
sostiene toda nuestra sociedad, y que ahora peligran: Por las empleadas y empleados de
grandes almacenes, tiendas de comestibles y servicios de entrega a domicilio, los que
cosechan y procesan nuestra comida, y todos los trabajadores vulnerables al contagio.
Toca los corazones de los patrones para que mantengan a sus empleados libres de
peligro, y danos a todos la gracia de recordar las reglas sanitarias que debemos seguir
para protegernos mutuamente.
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Rogamos por la salud de toda persona afectada por esta pandemia; por todos los que
están enfermos, que puedan recibir atención oportuna y apropiada, y por toda persona
que está muriendo en soledad, para que encuentre paz y consuelo.
Por toda la gente de ciencia, doctores y doctoras del mundo que se están esforzando
por encontrar tratamientos y vacunas, para que su trabajo muy pronto dé frutos que no
entrañen peligros y estén a la disposición de todas y todos.
Por nuestra comunidad local; por toda persona que se sienta aislada, solitaria o
temerosa, y por toda persona necesitada, para que puedan ser sostenidas en fe,
esperanza y amor.
Por todos los que cuidan los enfermos y por las familias del personal médico,
especialmente enfermeros, doctoras y personal de emergencias, que encuentren
fortaleza y apoyo constante, y que reciban todo el equipo e instrumentos que necesiten,
tiempo de descanso y una justa compensación.
Por todas las difuntas y difuntos, en especial por aquellos que en esta época han muerto
en soledad, para que puedan estar en compañía de tus santas y santos. Y para los que
lloran la pérdida de seres queridos que no pudieron acompañar a la hora de su muerte.
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Oraciones por un mundo mejor
(Chantal Morales McKinney)
Levantamos los corazones en este momento, para que nuestras voces colectivas,
nuestras esperanzas colectivas, nuestras oraciones colectivas y nuestra acción colectiva
disuelvan el odio, el racismo y la violencia en nuestra comunidad, nuestra nación y
nuestro mundo.
Comenzando con nosotros mismos, levantamos los corazones por amor en nuestros
hogares. Que nuestros hogares sean un faro de alegría, risa, amabilidad, perdón, amor y
tranquilidad. Guíanos hacia relaciones saludables para que, con corazones alegres,
podamos difundir el amor de nuestros hogares a nuestros vecindarios y comunidades.
Disuelve la tensión que se encuentra entre pandillas y entre individuos que tienen odio
en sus corazones. Guíanos hacia un espíritu de perdón, reconciliación y sanación.
Guíanos hacia un espíritu de paz. Sana la obsesión de nuestra nación por las armas.
Cúranos de nuestro amor a la violencia. Protege a nuestros niños, nuestros hogares,
nuestros vecindarios, nuestras escuelas y nuestros lugares públicos de reunión.
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nuestras diferencias, la riqueza que se encuentra en nuestra diversidad y la fuerza que
se encuentra entre todos nosotros.
Levantamos los corazones en este momento hacia todos aquellos que están detenidos
en la frontera por nuestro gobierno. Consuela a los niños. Alienta a los padres. Sana el
trauma y la enfermedad. Levantamos los corazones con la esperanza de un espíritu de
calma en medio del caos. Guíanos hacia una acción que cambie los corazones, que
cambie las leyes y el comportamiento racistas... guíanos hacia una acción que llame a
nuestro gobierno a un estándar más alto de tratar a las personas con interés y respeto.
Levantamos los corazones en este momento hacia todos los que han sido impactados
por tiroteos masivos. Sana los corazones de las personas que desean matar y herir a
otros. Sana nuestra cultura de su atracción por la violencia. Protege a nuestros niños y
sus escuelas. Protege a todas las personas de esta maldad e inspira a nuestro país hacia
los pasos que debemos dar para disminuir drásticamente los actos violentos en nuestro
país.
Levantamos los corazones por el deseo de aumentar el aprecio y el amor de todas las
culturas, etnias y razas en nuestros países. Estamos agradecidos por la belleza de la
música, la ropa, los colores, la comida, las especias, los juegos, las fiestas, las tradiciones
y los idiomas que resaltan la singularidad de las diferentes culturas. Destierra el espíritu
de racismo de aquellos que temen nuestras diferencias. Ayúdanos a ser lumbreras de la
belleza de lo que nos hace únicos y especiales.
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Oración de los Fieles
(Bude VanDyke)
Gran Misterio que llamamos Dios: Oramos por toda la gente que constituye las muchas
versiones de tu Iglesia;
Que te honremos a ti, y los unos a los otros en nuestra diversidad.
Danos visión, coraje y sabiduría para servirte a ti y a todo lo que nos vincula: el agua y la
tierra, las platas y animales, y todo ser humano;
Que nuestra voces te den la más sublime de las alabanzas.
Empodéranos para a mar a nuestro prójimo a lo largo des esta isla tortuga que llamaos
la tierra;
Que la hagamos florecer más de lo que la abusamos.
Te damos gracias por el útil ejemplo de aquellos que, aunque tal vez ni conozcamos,
abrieron el camino que hoy andamos.
Haznos conscientes de los muchos que nos miran y haznos entender cada día más el
impacto que nuestras acciones tienen sobre los demás y las generaciones del mañana.
Ciclo de oración:
Y oramos por estas necesidades específicas: [Se mencionan aquí necesidades
particulares].
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Vía Crucis en tiempos de covid-19 (Cruz Edgardo Torres)
Oremos por las personas en todo el mundo que han recibido un diagnóstico de esta
enfermedad, para que con un diagnóstico oportuno, atención adecuada, y sistemas de
salud no-saturados, puedan recuperarse y encontrar un sentido renovado de la vida.
(Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Unamos nuestras mentes a favor del personal de salud y el personal sanitario que,
haciendo todo honor a su vocación, están atendiendo a nuestros seres queridos en
establecimientos de salud de todo el mundo. Gracias a enfermeros y enfermeras,
personal médico y de laboratorios clínicos, farmacias, limpieza y aseo, transporte y
seguridad pública, y demás personas que hacen posible la respuesta en salud. (Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
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Oremos por las personas que no han acatado las recomendaciones de las autoridades,
por quienes niegan la gravedad de esta crisis sanitaria y por quienes entorpecen la
respuesta integral ante esta situación, para que, movidos por una identidad humana
universal, puedan transformar sus acciones en conductas responsables y solidarias.
(Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Tengamos presente a todas las madres en el planeta, las afligidas, las protectoras, las
que han tenido que aislarse, las que han sido diagnosticadas, las que trabajan para
responder desde las entidades sanitarias y entidades de seguridad; oremos por
legisladoras, mujeres de la política, activistas y por las que podrían verse afectadas por
los efectos económicos una vez que atravesemos esta crisis. (Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Dirijamos nuestras mentes y corazones hacia tantas personas en el mundo que desde
sus hogares están guardando todas las recomendaciones, especialmente la de quedarse
en casa, alivianando así la carga del personal que atiende esta demanda. Que así
ayudemos a los que están atendiendo a nuestros seres queridos. Que encontremos la
lucidez de ayudar a quienes sufran el impacto económico que ya se respira. (Pausa)
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Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oramos por las personas invisibilizadas, sin nombre, como Verónica (cuyo nombre no es
un nombre, sino una referencia), es decir todas las poblaciones más vulnerables ante
esta coyuntura: Poblaciones empobrecidas, marginalizadas, migrantes, pueblos
originarios, personas LGBTI, grupos étnicos excluidos, personas con discapacidad,
quienes viven con VIH otros padecimientos, la gente de la tercera edad, y tantas más;
que podamos encontrar el rostro de Cristo en ellos y ellas y entendamos su sufrimiento.
(Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
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Jesucristo fue obediente hasta la muerte:
Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
Oremos por las mujeres que son víctimas de violencia conyugal, que ahora deben
guardar aislamiento con sus agresores. Oremos por las mujeres lesbianas y las mujeres
transgénero, las que viven con discapacidad, las que son el único sustento de sus
familias, las trabajadoras sexuales, las que viven con VIH u otros padecimientos
crónicos. Oremos por las adultas mayores que nos forjaron. Oremos y tomemos
compromiso de ser apoyo para todas las mujeres. Resistamos los prejuicios culturales
diseñados para oprimirlas. (Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
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Te adoramos, Cristo, y te bendecimos:
Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Oremos por los que están cuarentena preventiva, aislados de su hogar y sus familias
para proteger al resto de la ciudadanía. Comprometámonos a darles nuestro amor y
apoyo; que lugares de resguardo sea de crecimiento y aprendizaje, y que sepan que
cuentan con nuestro amor y apoyo. (Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Por los gobiernos y autoridades de todo el mundo, para que reciban guía oportuna y
diligente, y que puedan actuar juntos; que eviten el agotamiento y que puedan
encontrar descanso. Estamos agradecidos por los gobiernos que han actuado a tiempo y
sin temor, y oramos por aquellos que aún no entienden la gravedad de esta crisis.
(Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oramos por los que han fallecido, que brille para ellas y ellos la luz perpetua. Oramos
además por sus familias que les lloran, para que cuenten con el respaldo y respeto de
quienes les rodean; también para que encuentren apoyo pastoral y profesional para
aliviar su dolor. (Pausa)
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Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Para que todas y todos usemos este periodo para cuestionar y transformar desde
adentro nuestros valores, nuestras luchas y nuestros intereses. Y que podamos tener la
esperanza de resurgir como humanidad más fuerte, unida, incluyente, armoniosa y
amorosa. Que nunca perdamos la fe en la humanidad. (Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
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Decimoquinta Estación - Jesús resucita
Oramos por las necesidades que los que no hemos mencionado pero que hoy están aquí
y también necesitan de nuestro amor y dedicación. Descubramos a Cristo en las nuevas
maneras de relacionarnos y que hemos aprendido de esta realidad sin precedentes.
Seamos alegría y paz en todas las publicaciones que hacemos; que nos unamos a los
plausos de todo del mundo por nuestro personal sanitario, con cantos desde los
balcones de Europa, con juegos y charlas en línea en el Continente Americano. Que no
olvidemos nunca que somos una sola humanidad, un solo ser, un solo amor. (Pausa)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
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Citas para infundir esperanza
“No puedes cosechar lo que no has sembrado. ¿Cómo vamos a cosechar amor en
nuestra comunidad si solo sembramos odio?”
—Arzobispo Óscar Romero
“El arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia”.
“Los que tienen voz deben hablar por los que no la tienen”.
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