Abrir el menú de navegación
Cerrar sugerencias
Buscar
Buscar
es
Change Language
Cambiar idioma
Cargar
Cargando...
Configuración de usuario
close menu
¡Te damos la bienvenida a Scribd!
Cargar
Lee gratis
Preguntas frecuentes y ayuda
Idioma (ES)
Iniciar sesión
0 calificaciones
0% encontró este documento útil (0 votos)
42 vistas
Reseña Esencia Existencia Beuchot
Cargado por
julio-vargas
Reseña de una obra de Beuchot
Copyright:
© All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue
como PDF o lea en línea desde Scribd
Descargar
Guardar
Guardar Reseña Esencia Existencia Beuchot para más tarde
0%
0% encontró este documento útil, undefined
0%
, undefined
Insertar
Compartir
Imprimir
Reportar
Reseña Esencia Existencia Beuchot
Cargado por
julio-vargas
0 calificaciones
0% encontró este documento útil (0 votos)
42 vistas
6 páginas
Información del documento
hacer clic para expandir la información del documento
Reseña de una obra de Beuchot
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
PDF o lea en línea desde Scribd
Compartir este documento
Compartir o incrustar documentos
Opciones para compartir
Compartir en Facebook, abre una nueva ventana
Facebook
Compartir en Twitter, abre una nueva ventana
Twitter
Compartir en Linkedin, abre una nueva ventana
LinkedIn
Compartir por correo electrónico, abre un cliente de correo electrónico
Correo electrónico
Copiar enlace
Copiar enlace
¿Le pareció útil este documento?
0%
0% encontró este documento útil, Marcar este documento como útil
0%
A un 0% le pareció que este documento no es útil, Marcar este documento como no útil
¿Este contenido es inapropiado?
Reportar
Reseña de una obra de Beuchot
Copyright:
© All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue
como PDF o lea en línea desde Scribd
Descargar ahora
Descargar como pdf
Guardar
Guardar Reseña Esencia Existencia Beuchot para más tarde
0 calificaciones
0% encontró este documento útil (0 votos)
42 vistas
6 páginas
Reseña Esencia Existencia Beuchot
Cargado por
julio-vargas
Reseña de una obra de Beuchot
Copyright:
© All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue
como PDF o lea en línea desde Scribd
Guardar
Guardar Reseña Esencia Existencia Beuchot para más tarde
0%
0% encontró este documento útil, undefined
0%
, undefined
Insertar
Compartir
Imprimir
Reportar
Descargar ahora
Descargar como pdf
Saltar a página
Está en la página 1
de 6
Buscar dentro del documento
pantalla completa
Mepeevatia 17 (agosto 1994) Mauricio Beuchot Puente, La esencia y la existencia en la filosofia medieval. Surepercusion en la filosofia analitica actual, México: unam, 1992, (Publicaciones Medievalia 8), 144 pp. El libro de Mauricio Beuchot presenta una distinguida problematica filoséfica que hacau- tivado el pensamiento de grandes fildsofos. Esta problemética pertenece al campo de la metafisica, aunque ésta goce ahora de cierta mala fama (cualquier metafisica, sin importar distinciones entre escuelas 0 movimientos).' Con todo, el estudio de Beuchot se refiere principalmente ala filosoffaescoléstica medie- val, con un capitulo sobre pensadores escolis- ticos postmedievales; también abordael mismo problema en algunos fildsofos analiticos con- tempordneos. Beuchot mantiene la distinci6n entre esencia y existencia establecida por Tomés de Aquino en el siglo xu. Sin embargo su estudio de pensadores anteriores y posteriores al aquinate no es solamente de caracter histérico. En efec- " Bste rechazo de la metafisica sin discutir sus tesis tiene cierto paralelo con el rechazo de la filosofia medieval por parte de los fildsofos renacentistas. No se trata de ofrecer argumentos y contra argumentos en un debate entre pares; més bien se abandona la arena filosofica alegando cierto escepticismo y desencanto. Esto incluye el abandono de la herramienta I6gico conceptual con la que se discute el problema. Incluso, en la tradicién ana- Iftica se propugna hoy, en ciertos medios, por el uso de tuna ldgica menos formalista y més accesible al comin de la gente. Ya se habla de una “Iégica informal”, aun- que probablemente menos adecuada para el tratamiento de problemas complejos como el que nos ocupa. to, establecer esa distincién fue obra de toda una linea de pensamiento y su mejor expresin cobré forma en el siglo xn; después adquirié otras formas no tan sutiles. Parecerfa que la pregunta fundamental ha sido: “;Cémo se ha legado a esta distincién?” 2 No es solamente una pregunta metodolégica e histérica. De he- cho involucra problemas y discusiones fil6soficas de gran envergadura, independien- tes de cualquier moda.’ Se debe establecer algo antes: si bien la terminologia empleada en los escritos filos6fi- cos 0 teolégicos es la misma, no siempre quie- ren decir lo mismo. Por “esencia” hay que entender “Io que una cosa es”; por “existencia” el acto, el hecho de que es. Para Tomés de Aquino se trata de principios metafisicos, no de una distincién de raz6n (si bien son aplicables solamente a aquellas cosas distintas de Dios; en * Tal vez una comparacién pueda ilustrar el asunto. Ima~ gine el lector un calidoscopio con elementos finitos; en algiin momento tendremos la figura més bella y luego repeticiones de las anteriores. La tesis de Beuchot su- icre que aquella es la de Aquino (pero no por su belle~ 2a, sino por su verdad, o precisamente por ésta). “genea- incluso “interpretacién”. Con todo, habré que usar cierta termi- nologia. Cualquier alusién a alguna escuela o corriente ser mera coincidencia,Mepievatia 17 (agosto 1994) 35 €ste no se trata de una distincién real). Los vocablos latinos son quod est y esse, usados por varios filésofos. Un antecedente remoto de la distincién que nos ocupa proviene de la distin- cin aristotélica entre potencia y acto. Pero son mis los términos latinos que aparecerdn en la exposicién y no podemos dar cuenta de todos ellos en esta breve resefia. La influencia de problemas vinculados a la religion dio pie a utilizar algunas distinciones filos6ficas. En efecto, ,c6mo distinguir a Dios de las criaturas? La distincién entre materia y forma no era completamente acertada, pues habria seres inmateriales que, no obstante, no pueden identificarse con la divinidad. Beuchot comienza su historia con dos auto- res cristianos fuertemente influidos por el neoplatonismo. De hecho, toda la historia ten- dré que ver con una polémica entre platonismo y aristotelismo, entre la esencia y la existencia que lucharén por cobrar prioridad, donde 1a distinci6n comenzaré desde el platonismo para irperdiendo paulatinamente fuerza hasta llegar ala sintesis del aristotelismo con el pensamien- to cristiano en el aquinate. Ellos son Mario Victorino (ca. 303-363) y Boecio (ca. 480- 525). El primero habla de esencia y existencia en términos de simplicidad y composici6n; Dios es simple, las criaturas, copuestas. El segundo en términos de concreto y abstracto, y tendré mucha influenciaen autores posteriores. Dos autores del siglo xm siguen a los anterio- res: Gilberto Porretano (1076-1154) y Hugo de San Victor (1096-1141). Gilberto presenta una visi6n neoplat6nica de la jerarquia de los seres: una materia amorfa, muy imperfecta; una ma- teria formada y una materia sin forma, excelsa. El ser proviene de la forma; el subsistente es el ‘compuesto de la materia y forma, que en Dios se identifican, pues es forma total pura y sim- ple, es la subsistencia misma.‘ Hugo de San Victor “comienza a sugerir que es real la dife- rencia del quod est _y el esse (asi como son realmente idénticos en el Creador)”, lo cual afirma Beuchot, constituye una tesis més (aun- que solamente) cercana a la de Aquino. LLegamos ahora a los autores del siglo xu. Son varios los que trata Beuchot. De Felipe el Canciller (ca. 1160-1236) nos dice que su tratamiento sigue todavia el de la distincién formal; de Guillermo de Alvernia (ca. 1180- 1249) nos dice, entre otras cosas, que retomé la distincién aviceniana entre Dios y criaturas como el ser necesario y el ser posible,’ también elconsideraraDioscomosimpley compuestas “Hay una cita: “(...) si alguien, de aquello que verdadera- ‘mente es simple, dice ‘es’, y ademés dice:'es algo", nadie debe entender que con la segunda oracién haya predicado de 1 mismo alguna propiedad diversa de aquella que predicé en la primera oracién”, esto s6lo aplicable al ser simple, Dios. Una investigacién sobre nociones relacionadas con los juicios “sintéticos a priori”, el argumento ontolégico y la existencia como predicado podria muy bien aprovechar a Gilberto Porre- tano. + La distincién ontolégica entre necesario y posible como paralela a la distinci6n entre Dios y criaturas, por una parte, y la equipolencia entre posible y contingente pue- de tener su origen en asuntos teolégicos, aunque por otra, 1a segunda sea estrictamente Iégica. Tomés de Mercado, en el siglo xvi mexicano, dird que esta equi- polencia no esté exenta “de cierta violencia” por parte de los légicos. El problema ya esta planteado desde Arist6teles, cuando habla de un sentido de “posible” que cs compatible con “necesario”. En esta linea de argu mentacién, lo posible se sigue de Io necesario; pero si esto es asf, no equivale a contingente. Esta discusién rebasa el campo de la ldgica. De hecho, las ideas divinas36 alas criaturas; el esse es un accidente potencial en las criaturas, no es accidente en Dios que le es inseparable. Nos vamos acercando a la posi- cién tomista. Alejandro de Hales (1170/1180- 1245) todavia considera la distincién como cuestién de grado, “se mueve en el nivel de la esencia”. También Juan de la Rochelle (ca. 1200-1245) y San Buenaventura (1221-1274). San Alberto Magno contintia esta tradicién: la existencia proviene de la esencia, aunque su caracterizacién sea un poco mds compleja. Estamos ya en el punto central: Toms de Aquino (1125-1274). Distingue el filésofo ca- balmente entre essentiay esse. Peroesta distin- cién también tiene su “propia historia” en los escritos del doctor angélico. En efecto, co- mienza Beuchot por rastrear los origenes de la distincién en tres de las obras juveniles de Tomas de Aquino escritas entre 1254 y 1256, donde yaes patente la influencia de Arist6teles pero también la de autores neoplaténicos, ju- dios y drabes, entre los cuales cabe destacar la de Avicena. Las obras son De ente et essentia, De principiis naturae y Scriptum super quator libros Sententiarum Magistri Petri Lombardi. Luego se analizan escritos de transicién, el comentario al De hebdomadibus de Boecio, escrito entre 1257 y 1258 y el comentario al Peri hermenias de Arist6teles, escrito entre 1269 1271, paraexponer finalmente la Summa Contra Gentiles (1259-1264) y la Summa Theologiae (1266-1273) y otros textos com- plementarios. Se presentan varios matices dela distincién y varios argumentos y puede © ejemplares comparten, en algunos autores de tendencia platénica © neoplaténica, cierto cardcter de necesidad. Meievatta 17 (agosto 1994) vislumbrarse cémo se va llegando a una posi- cién especifica oponiéndose ya y sobrepasan- do® la postura platénica, las posturas de Avicena y Averroes, entre otros, explicandoen qué y por qué no est de acuerdo con ellos y las razones que tuvieron para mantener sus tesis. Los te- mas, como es de suponerse, incluyen fuertes polémicas sobre el ser de Dios, pero el trata- miento es estrictamente filésofico. Beuchot da cuenta de la polémica que hubo respecto ala distincién entre esencia y existen- cia entre Enrique de Gante (1217-11293) y Gil de Roma (1243-1316) surgida por un malen- tendido. Gil de Roma habia entendido la distin- ci6n entre esencia y existenciacomo unadistin- cin de principios metafisicos. Enrique recha- zaesadistincidn y propone una distincién entre intentiones, es decir, muy cercana a la distin- cién de raz6n pensada solamente. Gil arguye que de la negacién de la distincién real se siguen varias consecuencias inaceptables; tra- taba de defender una supuesta tesis tomista contra alguien que segiin él la atacaba. Recor- demos las implicaciones teolégicas y las fuer- tes polémicas que habfa en ese tiempo al res- pecto, pero en esta ocasién la discrepancia era mas bien en los términos. Quienes sf negaron la distincién real entre esencia y existencia, y por diferentes razones, fueron Juan Duns Escoto (1265/6-1308) y © Aunque la terminologia empleada parezca comprome- terlo a veces con algunas tesis platénicas o avicenianas ¢ incluso averroistas. En varias partes Beuchot nos indi- ca: esto sabe a Platén, esta otra tesis parece contradicto- ria; sin embargo. Se trata de un pensamiento vivo y en ‘movimiento, que expresa varias tensiones y el trabajo de Beuchot no es solamente expositorio sino también hhermenéutico.MepiEvaLia 17 (agosto 1994) Guillermo de Ockham (1295/1300-1349/1350), quien parece haber atacado unadistincién entre cosas, a la manera de Gil de Roma. Un enfren- tamiento entre las escuelas escotista y tomista con respecto a esta distincién se dio entre Antonio Trombeta (+1518) y Tomés de Vio, Cardenal Cayetano (1469-1534). Son diez los argumentos de Trombeta y diez los contra- argumentos de Cayetano, todos muy ingenio- sos y abundando en distinciones y en estrate- gias y técnicas argumentativas.? La distinci6n ha sido malentendida, incluso en tiempos de Santo Tomas; también encontra- mos esto en autores postmedievales. Son mu- chos los tomistas que han querido ver en ella una distincién fisica, entre otros: Silvestre de Ferrara (1474-1526), Criséstomo Javelli (ca. 1470-1538), Domingo de Flandes (ca. 1425- 1500), Juan Vincent (1544-1595). Otros la han entendido como una distinci6n intermedia en- tre la intencional y la real, como Pablo Barbo Soncinas (+1494). Hay quienes rechazan la distinci6n por ser una distincién fisica entre cosas y proponen otra: entre la cosa y un modo suyo, asf Melchor Cano (1509-1560) y Domin- go de Soto (1495-1560). Esta tiltima distinci6n se ha atribuido a Escoto, quien no la aplicé ala esencia y la existencia aunque sf a otros asun- tos; es la llamada formalis ex natura rei. Fran- Bl sexto argumento, por ejemplo, establece que esencia y existencia tienen el mismo contradictorio, luego no se distinguen. La respuesta es: de los modos en que se distingue un contrario, asf el otro; hay que establecer distinciones (quitandole filo a la navaja de Ockham), Esto me recuerda de alguna manera la queja de Aris- t6teles en Ia Etica Nicomaquéa, cuando dice que todavia no hay palabras suficientes para expresar los contrarios de ciertas palabras que nos permitirian conocer mejor su funcionamiento, 37 cisco de Vitoria (1492-1546) parece haber re- chazado en su juventud la distincién tomista para aceptarla en su madurez. Por eso nos dice Beuchot: “Todo ello nos muestra la dificultad que encerraba la célebre distincién real entre esencia y existencia, que fue interpretada de diversas maneras”. La iltima polémica que presenciamos sobre este asunto entre escolésti- cos postmedievales es entre Francisco Sudrez (1548-1617) y Juan Martinez de Prado (+ 1668) que dan, como en los otros, ejemplo de fineza dialéctica y capacidad argumentativa. Pasamos ahora a la distincién en la filosofia analitica. No se sugiere que haya continuidad en el tratamiento metafisico; de hecho los primeros fil6sofos analiticos no parecen haber abordado el asunto. Beuchot nos aclara que poco a poco se va encontrando en Ia filosofia analitica la necesidad de estudiar los tipos de distinciones al nivel de la metafisica* El problema se ha planteado en términos de la l6gica modal y 1a * Cabe aclarar lo siguiente. En la filosofia escoléstica ‘encontramos una herramienta te6rico conceptual con la cual se podian expresar variadas tendencias filoséficas rivales, y los fil6sofos y los teblogos la afinaban segin sus intereses. Se trata de la teoria de la suposicién, que era un presupuesto bésico para comunicarse (comple- mento de la teoria de la significacién, todo bajo el estu- dio de las proprietates terminorum). En ta filosofia ana- Iitica la herramienta ha sido la Kégica matemética o sim- bélica (al menos en varios de sus representantes) y tam- bién los I6gicos la adecuan a sus intereses. Por ejemplo la cuantificacién sobre predicados, el rechazo de algu- nos principios, como el de la bivalencia, etcétera. En las discusiones filos6ficas se usa como medio de expresign y anflisis, asf como los escolisticos usaban la suppo- sitio. Los filésofos analiticos han adoptado algo de la terminologia medieval, especialmente en lo que se re- fiere al problema de los universales, que tan conectado esti al de la esencia, y en lo que se refiere a las modali- dades.38 Menievatsa 17 (agosto 1994) seméntica de los mundos posibles, en especial la combinacién de la cuantificacién y los ope- radores modales. Aceptar la necesidad como aplicable a propiedades de cosas (de re) y no meramente de enunciados (0 de dicto) ha con- ducido aloqueseconoce como “esencialismo”. David Wiggins mantiene que hay propiedades necesarias que no pueden expresarse en la manera de dicto, ligadas ala conceptualizacién que de ellas hacen los cognoscentes; esencia y existencia no se identifican, pues de hacerlo no habria seres contigentes. Su postura es conceptualista y realista moderada. Bas van Frasen mantiene que la modalidad de re es expresable en términos de de dicto; acepta la distincién entre esencia (0 ente) y existencia y recurre a “las distinciones medievales entre las distinciones, extrapolando y reconstruyendo donde deba hacerlo”, en especial a la de Scoto. Su postura es conceptualista pero tendiendo al nominalismo. Alvin Plantinga ofrece una pos- tura realista platénica en cuanto a la esencia. Rechaza que en Dios haya identidad entre esencia y existencia, pues de haberla Dios mismo serfauna propiedad y no un individuo ni mucho menos persona. Uno de los capitulos esté dedicado a Lorenzo Pefia, filésofo espajiol, y su sistema llamado “ontofantico”. Pefia se ha dedicado a la enorme tarea de construir todo un sistema ontolégico, ala manera de los clasicos; utiliza una herra- nta conceptual que puede abrir nuevas pers- pectivas, como Jo es su |lamado sistema “paraconsistente”. Beuchot expone sus ideas respecto a este sistema y sugiere algunos ele- mentos débiles dentro del mismo y la necesidad de ampliar algunas distinciones y reforzar ar- gumentos. El tltimo capitulo est dedicado a la tercera de las cinco vias y a algunas consecuencias relevantes a las nociones de esencia y existen- cia. Presenta dos formulaciones, una en la Summa Theologiae y la segunda en la Summa Contra Gentiles, seguidas por las objeciones puestas por A. Kenny alas que se responde. El argumento es muy complejo, pues presenta nociones modales, temporales y de cuanti- ficacién; esto en Io que respecta a la parte légica. Hay también un aspecto seméntico: la nocién modal de posibilidad hay que entender- laenel sentido de contingencia. Hay, finalmen- te, un aspecto pragmatico que arroja luz sobre ciertas supuestas debilidades del argumento y enfatiza su valor pedagégico. A esto hay que afiadir algunos presupuestos o premisas ontolégicas que No son parte de la prueba; son precisamente supuestos metafisicos. También en este capitulo se ofrecen distinciones. En efecto, la distincién criatura/creador debe tener su paralelo en las distinciones posible/necesa- rio y creadofincreado; pero no bastan, pues hay entes necesarios que no tienen origen temporal. Por eso hay que afiadir la distincién necesario causado/necesario incausado; 0 necesario de hecho/necesario en sf (una distincién por laque preguntaba el mismo Kenny: Por qué no pue- ” Un argumento parecido donde se combinan operadores ‘modales, temporales, cuantificacién y supuestos ontol6- gicos lo encontramos en Aristételes, De Caelo, 1.12, donde puede interpretarse la modalidad en términos de tiempo. La formalizacién del argumento de Santo Tomés presenta varios problemas, uno de ellos vinculado al espinoso asunto de si la existencia es una propiedad. Otro problema consiste en que no siempre pueden ex- presarse categorias escosldsticas con técnicas de cuanti- ficacién, por ejemplo la diferencia entre suposicién con- fusa y discreta y nuestro cuantificador existencial‘Mepievauia 17 (agosto 1994) de haber algo que tenga el poder de no existir pero que, de hecho, siempre ha existido?”)."° Cierra el texto un capitulo de conclusiones. Unas de tipo histérico sobre las vicisitudes de la distincin antes y después de Santo Tomas, otras sobre el valor de la misma con respecto a su “actualidad” (no en el sentido temporal) en Jos terrenos de la modalidad, la filosofia de la religi6n y laontologia. Nos dice, pues Beuchot: Beuchot se encargé ya de responder esto, en una de las, distinciones. Si hay entes creados desde la cternidad, entonces la necesidad no puede consistir solamente en el existir desde siempre, pues hay todavia un sentido més fuerte de la misma y, en este sentido, sélo Dios es necesario. 39 “EI problema de la esencia y la existencia (0 esse), de sus relaciones y del tipo de su distin- cién fue, por consiguiente un problema fecun- do, que puso a laborar a los mejores intelectos de la Edad Media y que encontré prolongacio- nes y aplicaciones que legan hasta nuestra €poca”. Juan Manus Campos BNtTez Universidad Aut6noma de Tlaxcala
También podría gustarte
Dialnet-AMiManera-572993
Documento
130 páginas
Dialnet-AMiManera-572993
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Paredes Conceptos Opoerativos Fenomenología Genero
Documento
24 páginas
Paredes Conceptos Opoerativos Fenomenología Genero
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Paredes-Husserl-Sentido Experiencia-Merleau Ponty
Documento
29 páginas
Paredes-Husserl-Sentido Experiencia-Merleau Ponty
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Beites Antropologia Filosofica Cultural
Documento
40 páginas
Beites Antropologia Filosofica Cultural
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Estrada-AM-Dimensión Crítica de La Pedagogia Universitaria
Documento
11 páginas
Estrada-AM-Dimensión Crítica de La Pedagogia Universitaria
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Universidad Medieval y Universidad Actual PDF
Documento
8 páginas
Universidad Medieval y Universidad Actual PDF
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
(1951) Merleau Ponty - Husserl y El Problema Del Lenguaje
Documento
9 páginas
(1951) Merleau Ponty - Husserl y El Problema Del Lenguaje
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Edad Media Occidental y Oriental
Documento
331 páginas
Edad Media Occidental y Oriental
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
El Problema de Alhacen
Documento
26 páginas
El Problema de Alhacen
julio-vargas
Aún no hay calificaciones
Avicena Influjo Duns Scoto
Documento
15 páginas
Avicena Influjo Duns Scoto
julio-vargas
Aún no hay calificaciones