Por Alguien El 5 Agosto 2015
Por Alguien El 5 Agosto 2015
Por Alguien El 5 Agosto 2015
Tres Columnas
de los enamorados
Quiero escarbar la tierra con labradores.
los dientes,
quiero apartar la tierra parte Alegrarás la sombra de mis
a parte cejas,
a dentelladas secas y y tu sangre se irán a cada
Temprano levantó la muerte calientes. lado
el vuelo, disputando tu novia y las
temprano madrugó la Quiero minar la tierra hasta abejas.
madrugada, encontrarte
temprano estás rodando por y besarte la noble calavera Tu corazón, ya terciopelo
el suelo. y desamordazarte y ajado,
regresarte. llama a un campo de
No perdono a la muerte almendras espumosas
enamorada, Volverás a mi huerto y a mi mi avariciosa voz de
no perdono a la vida higuera: enamorado.
desatenta, por los altos andamios de
no perdono a la tierra ni a la las flores A las aladas almas de las
nada. pajareará tu alma colmenera rosas
del almendro de nata te
En mis manos levanto una de angelicales ceras y requiero,
tormenta labores. que tenemos que hablar de
de piedras, rayos y hachas Volverás al arrullo de las muchas cosas,
estridentes rejas compañero del alma,
sedienta de catástrofes y compañero.
hambrienta.
rayo que no cesa» (1936). Este poema fue dedicado a la memoria de su “compañero del
alma”, José Ramón Marín Gutiérrez, conocido con el seudónimo de “Ramón Sijé”. Ambos
nacieron en Orihuela y entablaron a mistad desde pequeños. Ramón Sijé acompañó a Miguel
Hernández en sus primeras publicaciones, emprendiendo juntos la aventura literaria. La
noticia de su inesperada muerte (de una septicemia fulminante, tras una infección intestinal,
a la edad de 22 años) en la Nochebuena de 1935, significó un duro golpe para el poeta, que
le rindió desde este poema un último homenaje.
«Elegía» fue musicalizado en 1972 por Joan Manuel Serrat (dentro de su álbum «Miguel
Hernández»).