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MI PRIMER ACUARIO

INTRODUCCIÓN A LA ACUARIOFILIA.

Por Hugo Teillier Nazal

Capítulo 1: Planificando nuestro sueño de ser acuarista.


En algún momento de nuestra vida, todos queremos tener un lindo acuario.
¿Razones? Vimos el acuario de un amigo, o admiramos el que mostró un filme, nos
emocionamos con “Buscando a Nemo”, o simplemente pasamos por una tienda de
mascotas, y hemos quedados extasiados contemplando el mundo sub-acuático: peces
de hermosos colores, unos caracoles que ni imaginábamos existían debajo del agua,
huidizos cangrejos y camarones, y… ¿plantas? ¿plantas de diversos colores? ¿un jardín
acuático? Sí, bellísimas plantas. Y una tremenda paz que inunda nuestro corazón al
mirar los acuarios.

Entonces, decimos: “¡Quiero tener un acuario!”

¿Con qué debemos empezar? ¿cuál sería el tamaño adecuado para nuestro
primer acuario? ¿con qué peces? ¿qué tipo de acuario? (¡cómo! ¿no son todos los
acuarios iguales? ¿cuál es la diferencia entre uno y otro?) Es lo que trataremos de
explicar, usando un lenguaje sencillo y al alcance de todos.

TIPOS DE ACUARIO:

Vamos a dividir los acuarios usando simplemente un criterio muy personal, para
comprender este mundo tan alucinante.

AGUA DULCE O AGUA SALADA.

Acuario marino de arrecife. Acuario tropical (agua dulce).


Los acuarios marinos son muy hermosos. Peces de formas y colores
inimaginables, corales que parecen que existen sólo en películas de Walt Disney e
invertebrados que parecen salidos de un filme de ciencia ficción. Entonces, ¿partimos
con uno de agua salada? La respuesta es “No”.

Los peces, corales, invertebrados y todos los accesorios propios de un acuario


marino son de alto costo, y su mantención exige bastante experiencia. Y esta
experiencia se obtiene cuidando y manteniendo, primero, un buen acuario amazónico.
Se dice que idealmente, después de unos cuatro a seis años de experiencia con
acuarios plantados, recién podemos pensar en tener un acuario marino de arrecife.

¿Entonces? Nuestro primer acuario será de agua dulce. Poco a poco


aprenderemos los conceptos básicos, adquiriremos experiencia en alimentar a
nuestros peces, mantener los parámetros del agua en condiciones normales,
cuidaremos nuestras plantas e invertebrados, nos preocuparemos de la temperatura,
iluminación y filtración, etc. ¡Seremos acuaristas! (Que es otra forma de decir que
seremos felices).

AGUA FRÍA O AGUA CÁLIDA.

Caracius (pez de agua fría) Guppy (pez de agua tropical)

Los peces de agua fría requieren grandes, muy grandes acuarios. En realidad, ellos
están mejor en una pileta. Y la variedad no es muy grande. En realidad, aquí
tendríamos los caracios y los peces koi. (Busquemos por otro lado…).

¿Peces tropicales? Hay gran variedad de formas, tamaños y colores. La mayoría se


pueden reproducir en cautiverio, y según las especies, podemos tenerlos en acuarios
más bien pequeños o en algunos decididamente grandes. Entonces nuestro primer
acuario será tropical.
CÍCLIDOS O AMAZÓNICOS.

Pez cíclido africano Pez del Amazonas.

En realidad, esta separación es bastante simplista, pero es buena para nuestros


fines pedagógicos. (De hecho, hay cíclidos amazónicos). Tanto cíclidos como
amazónicos son de gran belleza, y no son de difícil cuidados. Quizá la principal
diferencia, sea que los acuarios de cíclidos se adornan sólo con rocas y troncos, pues se
comen las plantas; en cambio, los amazónicos adoran vivir en medio de exuberante
vegetación y multicolores plantas.

Entonces, estaríamos eligiendo, para nuestro primer acuario, ¡un acuario


amazónico comunitario!

PECES GRANDES O PECES PEQUEÑOS.

Symbranchus marmoratus Pez molly

Aquí entramos a entender un concepto básico en la acuariofilia: compatibilidad.


¿Qué significa esto? Hablamos de diversas especies que vivan en armonía entre sí.
Dicho en términos sencillos, que no se coman entre sí, o no peleen ni se mordisqueen
la cola. (El deporte de “morderse la cola” es muy común en algunas especies, como los
Barbos sumatranos).

Recuerden que “el pez más grande se come al más chico”. Esto no se aplica
solamente a las empresas o a la economía, sino también a los peces. Hay peces
herbívoros, carnívoros y omnívoros. Con el tiempo escucharán frases como “si le cabe
en la boca, se lo come”, o “es un depredador nocturno”, o “si se encuentran dos
machos de la misma especie, pelearán hasta que uno muera”.

Entonces, nuestros primeros peces serán más bien pequeños, hermosas especies
amazónicas, ovovivíparos (veremos nacer sus crías), de hermosos colores y
“amistosos” entre sí. Los más populares en este mundo de los acuarios, son los
Guppies, Platties, Colas de espada, Mollies, etc.

UN ACUARIO PLANTADO DEBE TENER… PLANTAS.

Aquí entramos a un mundo


maravilloso, las plantas de acuario. Con
un poco de imaginación, tendremos un
hermoso jardín sub-acuático, cuyas
plantas ayudarán a mejorar el agua y
entregarán el oxígeno que los peces requieren, y serán un excelente escondite para los
alevines, esos pequeños peces que nacerán en nuestro acuario y bajo nuestros
amorosos cuidados.

Existen plantas “de crecimiento rápido”, que necesitan pocos cuidados y no son
exigentes en cuanto a luminosidad y CO2. Partiremos con plantas como Elodeas,
Ambulias, Valisnerias, Cerezos, , Nimpheas, Sagitaria rastrera y Espadas del Amazonas,
entre otras. Son fáciles de reproducir, crecen rápidamente, son de bajo costo y son
hermosas.

¿Y EL TAMAÑO DEL ACUARIO?

¡Empezamos! ¿Pero qué acuario comprar?

Lo ideal, es que no sea un acuario muy grande, pero


tampoco muy chico. Lo que pasa, es que mientras más
pequeño es el acuario, son más inestables los parámetros del
agua, especialmente la temperatura en Invierno. Si estamos
en época fría, ante un corte de electricidad, se enfriará más
rápido un acuario más pequeño. Igual pasa con niveles de
sustancias tóxicas (por el natural deshecho de los peces y
hojas muertas de las plantas). Podríamos decir que un
acuario entre 16 litros (40 x 20 x 20 cm) y 72 litros (60 x 40 x 30 cm) es ideal para
partir. Obviamente, esto dependerá de nuestra capacidad de espacio, y lo que
podamos gastar.

LA TAPA DE LUZ (Optativo)

El acuario necesita luminosidad, tanto para el normal ciclo de las plantas como de
los peces. Una tapa de luz, hecha de madera, además de las bombillas eléctricas, tiene
enchufes para el filtro y el termo-calefactor. Esta se puede hacer (si se tienen las
habilidades correspondientes) o comprar en las tiendas del ramo. (Recomiendo esto
último).

En acuarios pequeños, puede obviarse la tapa, e instalar directamente una


lámpara, la que puede apoyarse en el mismo vidrio del acuario.

Entonces, partiremos con una caja de vidrio de entre 16 y 72 litros, con su


correspondiente tapa de luz.

Es también una buena alternativa, en vez de tapa poner directamente una


lámpara de acuario, con “pinza” para el vidrio.

UBICACIÓN DEL ACUARIO

En nuestro hogar (u oficina), instalaremos el acuario en un lugar tranquilo,


donde no haya mucho movimiento de personas, para evitar el estrés de los peces; y
donde no haya luz solar directa, pues esto incentiva el crecimiento de algas. Con un
piso parejo, y sobre un mueble adecuado, cuya superficie sea igual o superior a la de la
base del acuario.

Normalmente, los amantes de los peces tienen sus acuarios en la sala de estar. No
son pocos quienes lo ubican en el dormitorio.

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Capítulo 2: Realizando nuestro sueño de ser acuarista.
¡EMPECEMOS!

Veamos nuestra “lista de útiles” para la “fase 1” de nuestro primer acuario. (Este
debe estar sobre un mueble o una mesa que soporte su peso sin problemas, e
idealmente sobre una plancha de “plumavit” de alta densidad).

LISTA DE ÚTILES

1- Caja de vidrio
2- Tapa de luz o lámpara.
3- Plancha de “plumavit” para la base del acuario
4- El mueble, que también puede ser una mesa.
5- Filtro
6- Termo-calefactor
7- Termómetro
8- Sustrato nutritivo para las plantas
9- Arena o gravilla para “sellar” el sustrato

PREPARANDO EL HABITAT.

Para que nuestros peces vivan felices y de acuerdo su vida natural, debemos
montar un acuario según el hábitat normal donde viven. Como ya hemos decidido
tener un acuario plantado de peces amazónicos, prepararemos nuestra pecera
pensando en ellos.

SUSTRATO NUTRITIVO:

Parto de la base que ya está elegido el lugar definitivo del acuario, y que éste ya
está instalado. Entonces lo primero que haremos, es poner el sustrato nutritivo.
Unos 3 cm de espesor estará bien.

¿Cómo calcular los litros de sustrato a requerir? Muy simple: Si multiplicas el largo
del acuario por el ancho, en cm, y dividimos este resultado por 1000, tendremos
la cantidad de litros por cada centímetro de altura. Por ejemplo, si nuestra pecera
mide 40 por 30, entonces cada centímetro lo llenaremos con 1,2 litros de
sustrato. O sea, con dos litros y medio tendremos 3 cm de sustrato.
Importante: El sustrato nutritivo debe estar formulado específicamente para
acuarios. El sustrato para plantas de jardinería no tiene ladrillo molido, que es
nuestra fuente de hierro. Además, podría contener insecticidas u otros productos
químicos que podrían resultar nocivos para nuestros peces.

Un buen Sustrato Nutritivo debe contener: Humus de lombriz, Arena, Perlita,


Ladrillo en polvo y Turba. Esto asegura un buen aporte de Nitrógeno, Hierro,
Carbono, y otros elementos esenciales para el buen desarrollo de las plantas.
Además, de una buena “CIC” (capacidad de intercambio catiónico).

ARENA O GRAVILLA.

Una vez puesta la capa de sustrato nutritivo para plantas de acuario, pondremos
una capa de arena o gravilla, para “sellar” y evitar que el sustrato “se suba”.
También, con unos tres centímetros bastará.

En el comercio hay una amplia variedad de arena y gravilla para elegir.


Personalmente, opto por la “arena rubia”, por estética y porque es más fácil para
las plantas pequeñas enraizar. Y por su peso específico, sujeta mejor a las plantas.

Si nuestros peces son más bien de colores claros y/o albinos, puede usarse arena
negra, para obtener un mejor contraste.

En acuarios pequeños, la capa de sustrato puede reducirse a 2 centímetros,


igualmente la de arena. Aquí, simplemente debemos aplicar criterio y nuestro
sentido de la estética.

¡A PLANTAR!

Primero, con cuidado, agregamos agua para humedecer la arena (conviene dejar
caer el líquido sobre un plato y que rebalse, para evitar que se salga el sustrato).

Empecemos con plantas de crecimiento rápido, de bajos requerimientos y bajos


costos. Ideales son la Elodea, Ambulia, Cabomba, Vallisnerias, las que
plantaremos en la zona posterior. Para la parte media, plantaremos Espada del
Amazonas, Cerezos y Nimphea lotus. Y adelante, alguna tapizante de fácil
mantención como Sagitaria rastrera. Todas estas plantas son fáciles de conseguir
en las tiendas del ramo, y no son caras.
FILTRO Y TERMO-CALEFACTOR.

El filtro debe tener un flujo de al menos, tres o cuatro veces la cantidad de agua
del acuario, por hora. Ejemplo, si nuestro acuario es de 40 litros, estará bien un
filtro de 150 a 200 lt/hora. Si nuestro acuario es de 100 litros, corresponde un
filtro de 400 lt/hora.

El termo-calefactor tiene un termostato, el cual hace que deje de calentar cuando


se llega a la temperatura adecuado y predeterminada (26º a 28º Celcius). Y la
potencia debe ser según la cantidad de agua en litros. Para acuarios de 20 a 40
litros, usaremos un termo-calefactor de unos 50 W. Para acuarios de 50 a 90
litros, instalaremos uno de 100 W (aproximadamente, dependiendo también del
clima donde vivamos). Siempre conviene usar uno cuyo “wataje” sea un poco
superior a la cantidad de litros de agua.

A continuación, llenaremos de agua nuestro acuario. Sin olvidar ponerle a ésta


algún “Anticloro”. El “anticloro”, como su nombre lo indica, neutraliza el cloro
que habitualmente tiene nuestra agua potable (el agua del grifo).

Conviene dejar un espacio de unos 3 a 4 centímetros antes del borde superior.

EL TERMÓMETRO.

Este pequeño accesorio nos mantendrá en todo momento informados acerca de


la temperatura del acuario. (Y nos indicará también si el termo-calefactor está
funcionando).

LA LUZ

Estamos empezando en este maravilloso mundo de la acuariofilia. Con plantas


básicas y no queremos gastar mucho (aún). Si el acuario tiene tapa de madera,
seguramente lleva la luz incorporada. De no ser así, pondremos alguna lámpara
externa, con luz suficiente para que se vea hermoso, y las plantas puedan hacer
sus procesos fotosintéticos, crecer y reproducirse.

EL PROCESO DEL CICLADO

¿Ahora que ya nuestro acuario está a la temperatura adecuada y tiene plantas, ya


podemos introducir los peces? No.

Ahora, viene un proceso llamado “ciclado del acuario”.

Durante las próximas dos o tres semanas, el acuario “madurará”. Las plantas
crecerán, habrá que podar algunas y replantar otras. Pero lo más importante, es
que una gran cantidad de bacterias empiezan a invadir nuestro acuario. Son
bacterias beneficiosas, que se instalarán en el sustrato y entre las raíces de las
plantas. Ellas son las encargadas de transformar las sustancias tóxicas que
desechan los peces (excretas), en compuestos nitrogenados inocuos y que las
plantas utilizarán para alimentarse y crecer. (Esto es lo que se conoce como “ciclo
del Nitrógeno”, y lo comentaremos en otra oportunidad).

¡TRAIGAN LOS PECES!

Han pasado tres semanas, y ya nuestro acuario debería estar listo para recibir a
nuestra fauna.

Los peces, normalmente vienen en bolsas plásticas desde la


tienda. Éstas las pondremos flotando en el acuario, para que
de a poco tomen la misma temperatura de la pecera, y
evitarles un choque térmico.

Pero no solamente debemos igualar la temperatura, sino


también los demás parámetros del agua. Para esto, poco a
poco sacamos el agua de la bolsa (y la descartamos), y la
reemplazamos por agua del acuario. Esto puede durar 20 ó
30 minutos. ¡La acuariofilia es paciencia! Después de ese tiempo, ya podremos
liberar a nuestros peces en su nuevo lugar de residencia.

¿SOLAMENTE PECES?

No solamente peces encontramos en un acuario. También caracoles.


Son muy estéticos los “caracoles manzana”,
(Pomacea bridgesii) que además de
hermosos, se comerán las hojas muertas
que normalmente se desprenden de las
plantas, y limpiarán los restos de comida de
los peces. Incluso, devorarán los peces
muertos, evitando que se pudran. No son
caros y se reproducen fácilmente. La mayoría son de un color amarillo, pero
también los hay azules (son los más hermosos) y rosados.

Otros caracoles, igualmente beneficiosos, “llegarán solos” a nuestro acuario, pues


sus huevos vendrán con las plantas. Son los Planorbis (mal llamados “caracoles
plaga) y los “caracoles trompeta” (Melanoides tuberculata).

¿Podemos poner algo más? Sí. Existe un tipo especial de ranita, la rana africana
albina enana, blanca, muy hermosa y exótica. Puede
convivir perfectamente con peces pequeños como
Mollies, Guppies, Neones, Cardenales y Espadas. Ellas
le darán un “toque” diferente al acuario. Y comen lo
mismo que los peces.

¿Y… algo más? Hay una hermosa variedad de


cangrejos, llamados “cangrejos violinistas” (Uca
uruguayensis), que no molestarán a nuestros peces,
pues son carroñeros: se comerán los peces muertos y
los restos de comida.

Y AHORA, A DISFRUTAR DE NUESTRO ACUARIO.

“Yo no necesito terapia, soy acuarista”. Un acuario nos relaja, especialmente


cuando llegamos del trabajo o del colegio, después de una ardua jornada. Es
también centro de conversación familiar y con nuestras visitas, fortaleciendo
lazos y dándonos más temas para compartir. “Ser acuarista es ser feliz”.
CAPÍTULO 3: MANTENCIÓN BÁSICA DEL ACUARIO.
ALIMENTACIÓN DE LOS PECES:

Los peces comen… comida para peces. (Hoy estoy inspirado).

En las tiendas especializadas encontraremos gran


variedad de alimento para peces. Hojuelas,
lombrices y larvas de mosquito deshidratados o
liofilizados, pastillas de fondo, “pellets”, etc.
Afortunadamente, en los envases está especificado
para quienes está dirigido y no es difícil seguir sus
instrucciones.

Importante es recordar, que no todos los peces comen lo mismo. Los hay
carnívoros, herbívoros y omnívoros, y según el tipo de pez que tengamos en el
acuario, es la alimentación que elegiremos. Lo importante es la variedad.

Los peces de fondo, como los Plecostomos, se alimentarán de “pastillas de


fondo”, que son ricas en vegetales (incluyendo corteza de sauce). Ellos no son el
basurero del acuario. No comen solamente la comida “que cae”, puesto que su
alimentación es diferente en su composición.

Es conveniente alimentar a los peces dos o tres veces al día, y darles la cantidad
de alimento que ellos puedan comer en unos cinco minutos. Si les damos más o
sobre-alimentamos, habrá descomposición, con todos los problemas inherentes;
y muy probablemente aparezca una gran cantidad de caracoles “Planorbis”,
erróneamente llamados “caracoles plaga”.

Mención especial para el “alimento vivo”, principalmente Daphnias y Artemia


salina. Estos pequeños crustáceos son ricos en carotenoides, y avivarán los
colores de nuestros regalones, mejorarán su sistema inmunitario (harán a
nuestros peces más resistente a las enfermedades), mantendrán su “espíritu
cazador” y fortalecerán sus músculos natatorios (no es lo mismo comer hojuelas
que salir a cazar sus pequeñas presas). Si es posible, al menos una vez por semana
deberíamos agasajar a nuestros regalones con estas “delicatessen”.
En la categoría “alimento vivo” incluimos también a los microgusanos, los
tenebrios, el gusano “tubifex”, las larvas de mosquito y la lombriz roja californiana
(Eisenia foetida), entre otros.

AYUNO: al menos una vez al mes, deberíamos dejar un día para no alimentar.
Esto hará que los peces “busquen” alimento, manteniéndolos activos. Y lo más
importante, su sistema digestivo se desintoxicará. Recuerde que, en la
naturaleza, los peces normalmente andan “hambrientos”.

EL CUIDADO DE LAS PLANTAS:

En un acuario amazónico-comunitario, donde tendremos Guppies, Colas de


espada, Mollies, Platties, tetras como Cardenales y Neones, Corydoras y
Plecostomos, debe haber plantas. Plantas naturales. (Las plantas de plástico son
para acuarios con especies herbívoras).

Puesto que este escrito está dirigido a quienes comienzan en este maravilloso
“hobby”, mencionaremos las plantas más comúnmente solicitadas para iniciar el
plantado. Son las plantas de “crecimiento rápido” y de “bajos requerimientos”.

Al ser de rápido crecimiento y de bajos requerimientos, son plantas que se


desarrollan y reproducen rápidamente sin luces especiales o aditamiento de
abonos, lo que significa que consumen muchos nutrientes básicos, compitiendo
con las algas que pugnan por aparecer. Nos ayudarán a equilibrar el acuario, y
serán un escondite perfecto para los alevines que muy pronto llegarán. ¡Y
mantendrán a las algas a raya!

Vallisneria spiralis Hygrophila corymbosa (cerezo)

¿Cuáles serían las plantas ideales para empezar? En el mercado acuarístico hay
una gran variedad, y podemos partir con Cerezos, Cerezos menta, Vallisnerias,
Vallisnerias espiralis, Vallisnerias gigantes, la muy fiel y resistente Elodea, Espada
del Amazonas, Sagitaria rastrera (planta tapizante), Microphyllum, Nimphea lotus
y otras que su proveedor pueda recomendarle.

Ubicación de las plantas: muy simple. Las plantas que crecen en altura se ubican
atrás en el acuario (Vallisnerias, Elodeas); las plantas de crecimiento tipo
“arbusto” irán en la zona media (Espada del Amazonas, Nimphea lotus), y las
tapizantes, las pondremos en un primer plano (Sagitaria rastrera). Así,
mantendremos a la vista y en forma estética la flora del acuario.

Estas plantas que hemos mencionado, se adaptarán bien con una iluminación
común, puesto que tienen lo más importante, el sustrato nutritivo (preparado
con humus, turba, perlita, ladrillo en polvo y arena).

CO2: Cuando estamos empezando, podría ser un poco caro comprar un sistema
profesional de CO2, pero tenemos alternativas económicas.

Es muy popular entre los acuaristas, el CO2 “casero”, que se prepara en una
botella de unos dos litros y medio, con un litro de agua, una taza de azúcar y una
cucharadita de levadura. Bien sellada, el CO2 producto de la acción biológica de la
levadura sale por una manguerilla hasta una piedra difusora ubicada dentro del
acuario, y estas burbujas se rompen en el agua enriqueciendo ésta con el dióxido
de carbono.

Otra alternativa, que requiere menos trabajo, son las “pastillas de CO2” que se
vende en las tiendas del ramo. En el envase está indicada la dosis, que dependerá
de la cantidad de agua en la pecera.

Mención especial para el Gluraraldehído al 2 %. Este


compuesto, es un aldehído que en contacto con el
agua reacciona, liberando CO2. Es una excelente
fuente de carbono. Además, debemos mencionar aquí
que el Glutaraldehído al 2 %, usado en dosis mayores,
tiene un potente efecto alguicida. Dosis: 5 ml por cada
200 litros de agua, diariamente, como fuente de
carbono. Y 10 ml por cada 200 litros de agua,
diariamente, si queremos que actúe en contra de las
algas.
EL AGUA DEL ACUARIO:

El agua es el medio donde habitan los peces, plantas e invertebrados. Y debe


reunir las condiciones adecuadas.

Obviamente, obtendremos el agua de nuestra red domiciliaria de agua potable.


Agua transparente, pH neutro, biológicamente estéril, y con… cloro. El cloro que
por ley lleva nuestra agua, podría afectar los ojos y la mucosa de los peces, por lo
que debe ser neutralizado. Para esto, debemos comprar “anti-cloro”, un
compuesto químico líquido cuya función es precipitar el cloro y otros elementos
perjudiciales. Se aplica al agua en las dosis recomendadas, se espera que actúe y
recién se agrega al acuario. Muchos de estos químicos tienen además Aloe vera,
cuyas propiedades son más que conocidas en beneficio de los seres vivos.

Cambios de agua. Nunca debemos olvidar que nuestro acuario es un ambiente


cerrado. Los deshechos de los peces quedan aquí. Si un pez muere y no nos
damos cuenta, se descompondrá aquí. Las hojas muertas de las plantas (esto es
un proceso normal), caen en esta misma agua, y se descompondrán. Los restos de
alimento que los peces no coman, se pudrirán en el agua. Todo esto genera una
tremenda carga dañina para el acuario, y no siempre las bacterias serán capaces
de transformar todo este deshecho en sustancias inocuas (lo que llamamos “el
ciclo del nitrógeno”). ¿Entonces? Lo que hacemos, es “diluir” la cantidad de
compuestos tóxicos, sacando un 30 % del agua del acuario, y reemplazándola por
una cantidad similar de agua “nueva” (recordemos, con anti-cloro). Esto lo
haremos cada tres semanas, aproximadamente, dependiendo de cómo estén los
parámetros del agua.

SIFONAR EL FONDO DEL ACUARIO:


Para evitar que nuestra agua se contamine, conviene sifonar el fondo del acuario,
sobre la arena o gravilla, para extraer los restos de comida, hojas muertas,
excretas de los peces, etc. La frecuencia depende de muchos factores, la mayoría
visibles a simple vista. Pero al menos, deberíamos hacer esto cada semana o
aprovechando los cambios de agua.

LA CAJA DE VIDRIO:

Por una cuestión de estética, hay que limpiar periódicamente el vidrio de nuestro
acuario. Es fácil con la parte exterior. La parte interior debe ser más cuidadosa.
Podemos usar una esponja de fibra (la típica para lavar platos), la que debe ser
exclusivamente usada en el acuario, para asegurarnos que no contenga químicos
limpiadores que serían letales en nuestro ecosistema acuífero.

Una muy buena alternativa son los “Imanes limpiadores”, que dirigimos desde
afuera y evitan que metamos nuestras manos al agua. Los hay de distintos
tamaños, dependiendo del grosor del vidrio a limpiar.

LIMPIEZA DEL FILTRO:

Cada cierto tiempo (dos a cuatro semanas, dependiendo de cómo veamos el


agua), debemos sacar el Filtro, desarmarlo, sacar el elemento de filtro
(normalmente una especie de esponja) para lavarlo en un recipiente con agua del
mismo acuario. No usamos aquí agua de la llave, por su contenido de cloro que
podría matar las bacterias que aquí habitan.

REVISIONES PERIÓDICAS:

Siempre es bueno revisar el estado del filtro, del termo-calefactor, la claridad del
agua, el comportamiento de los peces, etc. También, verificar que el acuario no
presente fugas de agua.

¡Y A DISFRUTAR DEL ACUARIO!

Todo esto de la mantención del acuario, cambios de agua, alimentar peces y


podar y replantar las plantas, lo debemos hacer con alegría y pensando en el
bienestar de nuestras mascotas acuáticas. No es un trabajo, sino un momento de
relajo y comunión con nuestro “hobby”. De maravillarnos por el milagro de la
vida. Son momentos para ser feliz.
Recuerden: “Acuarista no es quien tiene un acuario en su casa, sino quien tiene
un acuario en su corazón”.

(Nota: las fotografías mostradas en este texto, han sido tomadas de internet,
excepto la última)

………………………………………………………………………… HUGO TEILLIER NAZAL…………….

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